Antecedentes:
La biopsia por aspiración tiene una larga historia y nació en el Memorial SK hospital en
New York NY, por Martín y Ellis en 1934, con aguja gruesa No 18. La historia está
ampliamente descrita y comentada, sin embargo la primera publicación del uso biopsia
por aspiración con aguja delgada (BAAF) fue realizado en el Hospital General de la SSa
en México por el Dr. José Curiel de los Ríos en enero de 19631 y fue ampliamente
utilizada en el entonces pabellón de oncología (pabellón 13), Muy poco o nada se uso en
otros hospitales de México. Cuando los Suecos difunden sus resultados es que se
populariza en Europa y tardó tiempo para usarse de manera amplia en los EU. La técnica
es muy simple y está ampliamente descrita de manera diversa, desde muy vaga hasta
con detalles muy elaborados 2,3 en libros de citología diagnostica. Se requiere solo una
jeringa, aguja de calibre 21 hasta 25, porta objetos y alcohol para fijarlos. El procedimiento
se realiza una vez localizado el sitio anatómico, introduciendo la aguja y aspirando con la
jeringa, realizando movimientos de entrada y salida con la aguja en el sitio seleccionado y
cambiando de dirección. Con ello se introducen células del tejido en la aguja. Antes de
sacar la aguja se regresa el embolo para evitar que entre aire y el material quede en la
jeringa. Una vez fuera del tejido se quita la aguja de la jeringa, se introduce aire en ella, se
coloca de nuevo la aguja y se expulsa el material colocando en una o varias laminillas,
haciendo un frotis a manera semejante al de sangre periférica en una citología hemática.
Es inmediatamente fijada en alcohol. Son varias las posibilidades que complican el
procedimiento y como resultante tenemos muchas muestras inadecuadas. Se ha
realizado en muchos sitios el procedimiento mediante ayuda con ultrasonido. La muestra
es obtenida por médicos principalmente y por citopatólogos, los médicos ya sea cirujanos,
internistas o endocrinólogos la obtienen en sus consultorios y encuentran en el método
rapidez y accesibilidad económica2, algunas son guiadas por ultrasonido cuando el
médico lo tiene en el consultorio. En todo este universo de diferentes personas que
toman las muestras, el material inadecuado reporta alrededor del 20 al 54 % 4,5. Las
posibilidades son que no existan células, que el material esté mal fijado por desecación,
con células amontonadas y no visibles o que sea muy escaso. Ello ha llevado a varias
estrategias, la mejor es hacer este procedimiento como si fuera un estudio transoperatorio
y ver el material de manera inmediata para evaluar su calidad, reduciendo a un mínimo el
material inadecuado. Recientemente se ha utilizado la base líquida y los trabajos que
evalúan la BAAF con citología en base líquida muestran de material inadecuado o sub
óptimo6,7 entre el 18 al 37 %. Koss y Kocjan 2,8 hace énfasis en que el material obtenido
por citopatólogos es de mejor calidad que el obtenido por cirujanos o médicos que
realizan punciones en sus consultorios, aun a pesar de ser guiados por ultrasonido, esto
es debido a que el material es inmediatamente evaluado y la punción repetida hasta
obtener material adecuado. La combinación ideal es en la intervención del clínico y el
citopatológo y cuando se usa ultrasonido y el material es valorado inmediatamente,
realizando varias punciones hasta que el material es satisfactorio. Al realizar el método
las posibilidades de que el material obtenido sea diluido con sangre, que sea escaso o
que se quede en el pivote de la aguja o bien embarrado en la jeringa y no sea depositado
en las laminillas es posible 2-7. Se antoja lógico que este material pueda ser rescatado y
esto puede ser realizado introduciendo a la aguja y jeringa a presión el conservador de la
base líquida. El objetivo de este trabajo es mostrar los resultados de la BAAF realizada de
manera habitual con o sin guía de ultrasonido, realizando frotis del material como es la
técnica habitual y el resto del material de la punción que quedó en la aguja o jeringa
rescatado y procesado por citología en base líquida.
Material y métodos:
Las biopsias por aspiración con aguja fina recibidas o realizadas en nuestro laboratorio en
el periodo de enero de 2009 a agosto de 2010, son analizadas. Dos grupos son
evaluados. 1.- el material obtenido de la forma habitual, sin rescate del sobrante de la
jeringa, utilizando el número de laminillas que el médico consideró hasta agotar el material
obtenido, ello significó en ocasiones analizar hasta 16 laminillas de un solo procedimiento.
2.- el material habitual en un frotis y el sobrante rescatado del pivote de la aguja y jeringa.
Este procedimiento fue realizado por dos de los autores. Mama y de tiroides fueron los
órganos incluidos. No se incluyen las BAAF de otros órganos por ser un número muy
reducido. En el grupo 1 se dividió en el material obtenido con ayuda o no de ultrasonido.
El material del segundo grupo fue obtenido por ultrasonido en el caso de lesiones no
palpables y por uno de los autores con observación directa del material antes de terminar
el procedimiento. La base líquida que obtenida de LiquiPrep TM LGM Int. Melbourne FL
USA. Las laminillas teñidas por H.E. en todos los casos. De cada caso se evaluó
exclusivamente si el material fue adecuado para diagnóstico, en las siguientes
categorías. 1.- material celular suficiente, adecuadamente fijado y distribuido para ser
evaluado. 2.- células presentes pero de calidad de fijación o en número sub óptimo pero
susceptible de diagnóstico. 3.- Sin células o con un número muy escaso, con artificio de
fijación, sangre que las oculta o en grupos no valorables y que no apto para diagnóstico.
En esta categoría se especificó la razón. De cada grupo se obtuvo cuando fue posible si
el material fue obtenido guiado por ultrasonido. Aunque en todos los casos se emitió un
diagnóstico, no es el objeto de este trabajo hacer la correlación diagnóstica, además de
que el espécimen final no fue evaluado en nuestro laboratorio en muchos casos.
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