Entonces no podemos hablar de una sola cultura peruana, sino de una diversidad de
ellas, en la que necesitamos relacionarnos y convivir armoniosamente. Este contacto
social, la convivencia diaria, la relación que entablamos con los otros seres humanos es
lo que nos convierte en verdaderas personas.
Esta discriminación humillante hacia la dignidad es un claro ejemplo de que aún nos falta
crecer como personas. No podemos y no debemos afirmar que un ser humano es mejor
que otro, porque la dignidad no tiene escalas valorativas, no hay fórmula alguna para
evaluar cuánto vale nuestra dignidad ya que todos somos iguales según nuestra
Constitución Política, todos tenemos capacidades y sentimientos que deben ser
respetados.
Otra forma común de discriminación es escuchar decir: “eres un cholo” “eres un serrano”,
como que si ser cholo o serrano fuera un insulto, pero si nos podemos a analizar no lo es;
si una persona nace en la sierra entonces es serrano, si una persona nace en la costa es
costeño; entonces me pregunto dónde está el insulto, las frases son correctas. El
problema está en la intención con que la decimos, lo que pasa es que en nuestro
esquema mental tenemos grabado que nuestra cultura serrana es inferior, por eso
lanzamos estas frase como un insulto y una ofensa. Cuando escucho a los jóvenes
estas expresiones discriminatorias busco hacerles entender que a veces los seres
humanos por ignorancia no se dan cuenta de lo que dicen y no valoran lo bonito que
tienen.