Nota del autor: Hola a todos. Ante las múltiples peticiones de ustedes, queridos
lectores, quiero decirles que el siguiente relato al fin tiene continuación. Ya había sido
publicado el 18 de mayo de 2009 bajo el título "perversa obsesión" pero quedó
inconcluso, razón por la cual, he decidido continuarlo y no solo eso sino que también
renovarlo. Espero sea de su agrado y quiero aprovechar también para agradecer que
ya tenemos más de diez millones de lecturas reunidas en todos mis relatos. Muchas
gracias y un gran saludo a todos.
Hola, mi nombre es Raúl y aunque yo sé que muchos dirán que soy un pervertido, la
verdad es que, nos guste o no, por naturaleza a todos los hombres nos atraen las
perversiones y nuestra misión en la vida, si es que queremos disfrutar de ella al
máximo, es sin duda alguna lograr cumplirlas.
Supongo que la primera vez que me di cuenta de que me atraía sexualmente mi hija
fue cuando me percaté que se había convertido en un mujerón. Y eso ocurrió cuando
su amiga del colegio, Carolina, paso la noche del cumpleaños de mi hija en nuestra
casa.
Sin duda alguna fue en ese entonces que me percate por primera vez de lo bien que
se le veía el culo en esos pantalones tan ajustados; es más, creo que hasta suspire al
ver ese tremendo culo redondito y bien formado y ganas no me faltaron de bajarle el
pantalón y follármela encima de la mesa de billar como si se tratara de una de las
tantas putas que me follaba los viernes de parranda en la taberna con mis amigos.
Pero claro, no contaba con que la chica fuera la mejor amiga de mi hija y, aunado a
eso y más importante, que mi hija estuviera presente.
-Hola papi!
En ese instante retiré la mirada del culo de su amiga, con miedo a que mi hija me
hubiera pillado actuando perversamente, y abrí los brazos para recibir a mi nena quien
venía corriendo hacia mí para darme un enorme abrazo.
-No quiere jugar señor Raúl?- me dijo Carolina y mientras tanto yo aproveche para
mirarla de nuevo de pies a cabeza. No cabe duda de que estaba bien buena la
condenada!
-Papi? Estas bien?- Me preguntó mi hija sacándome nuevamente de mis
pensamientos perversos.
-si, lo siento mucho. Lo que pasa es que me quede pensando en cosas del trabajo.
-Tú siempre pensando en el trabajo papi.- Me dijo mi hija acomodándose para tirar
ahora ella.
En ese momento fue que al ver a mi hija, sin tener la intención declarada, la vi con los
mismos ojos perversos que había estado viendo a su amiga momentos antes.
Debo estar demente!- Me dije a mi mismo sin dejar de mirar a mi hija con ojos de
lujuria- debo estar loco pero por dios que mi hija esta igual de buena que su amiga!!
Vaya par de hembras que son! Dignas de ser cotejadas y folladas en una noche de
reventón.
Mi hija es ligeramente más alta que su amiga Carolina, esta igual de buena, bien
moldeada y joven! Esa carne joven y tierna que tanto nos atrae a nosotros los que
lucimos ya como unos veteranos a lado de esos bombones de mujer!
-Nos vemos mañana chicas.- les dije dándome la media vuelta y me fui a mi habitación
antes de que se fueran a dar cuenta de cómo me tenían de caliente las dos.
Esa noche embestí a mi esposa con un renovado vigor que le hizo no poder pararse a
tiempo para ir a trabajar al día siguiente y es que, esa noche, después de una hora de
estar haciendo el amor sin parar, mi esposa casi sin poder moverse me dijo:
Después me dormí sin pensar en las consecuencias. Mi vida estaba por convertirse en
un infierno y es que durante las siguientes semanas me obsesioné con mi hija a tal
grado que ni se imaginan.
Durante días la miré detenidamente, fantaseé con ella, desee verla en su bata de
dormir a toda hora y no desaprovechaba momento alguno para masturbarme
pensando en ella.
Yo por fuera actuaba de lo más normal. Solo mis pensamientos sucios eran la
novedad pero nadie más lo sabía y eso que me pasaba constantemente
acomodándome la verga en el pantalón cuando se me paraba para que no me la
fueran a notar ni mi esposa ni mi hija.
Pronto me obsesioné con mi hija tanto que deseaba verla desnuda. Quería acariciarla
y porque no, también cogérmela! Era el colmo, no pasaba día en que no deseara
hundirle mi verga en su conchita pequeña y apretadita. Mi existencia parecía estar
siendo consumida por mi hija poco a poco.
Cuando llegaron las fiesta navideñas con ello llegó una gran noticia; las vacaciones
laborales! Tendría más tiempo para estar en casa pero eso no era lo que más me
alegraba, mi hija salía también de vacaciones del colegio y mi esposa tendría que
seguir trabajando lo que significaba: tiempo a solas en casa con mi mayor deseo!
Me emocionaba pensar que tal vez incluso se me presentara uno de esos días la
oportunidad de echarle un vistazo a mi hija en la ducha pero sabía que eso sería muy
difícil ya que mi hija siempre tenía la precaución de cerrar bien la puerta. Aún así no
iba a darme por vencido, tendría que dar el primer paso y ese era ver a mi hija
desnuda fuera cual fuera el precio.
Desde el inicio de las vacaciones fui más atento que nunca con ella. La abrazaba más
seguido; incluso pegándola más de lo debido a mi cuerpo pero ella parecía no darse
cuenta de mis sucias intensiones. Le daba masajes en su espalda mientras veía la
televisión. Incluso fue tanto mi atrevimiento que un día mientras ella estaba inclinada
buscando algo en el refrigerador, sorprendiéndola, le tome de la espalda poniendo mis
manos sobre sus caderas y acercando mi cuerpo muy cerca del suyo.
Ella ni si quiera hizo nada cuando mi pene rozo con su rico culo. Creo que pensó que
solo se trataba de un gesto amoroso de mi parte o que había sido un accidente.
Yo por mi parte en ese instante sentí que las rodillas se me doblaban al sentir su culo,
aunque fuera con el pantalón encima, y sin decir nada me di media vuelta y me fui a
masturbar al baño. No podía creer que le había arrimado el camarón a mi hija! Ahora
más que nunca estaba convencido de que tenía que follármela, pero cómo? Cómo
puede un padre follarse a su hija con su consentimiento y sin el miedo a que todo se
vaya al carajo?
En esos días también me hice adicto a esta página de relatos eróticos. No pasaba día
en que no me imaginara a mí mismo con mi hija en muchos escenarios y el monitor
constantemente se salpicaba de mis mecos flamantes.
Poco creí de lo que leía en la página, no me imaginaba como era posible que las hijas
se les insinuaran a sus padres y terminaran follando como dementes sexuales por
toda la casa. Acaso se trataba de puros machos alfa? Acaso las jovencitas habían
crecido en una sociedad distinta a la mía?
Fue tanto el tiempo que pase en la computadora que pronto me di cuenta que frente a
mí siempre había estado la solución a todos mis problemas.
Mi pene se puso rígido nomás de pensar en mi plan, el cual consistía en: poner una
cámara en la habitación de mi hija que estuviera conectada a mi ordenador para de
esa manera poder verla desvistiéndose, saliendo de la ducha o en cualquier situación!
Eso sí, debía tener mucho cuidado al esconder la cámara pues si ella la encontraba
sería el acabose.
Ese mismo día ordené cámaras inalámbricas y en dos días hábiles ya las tenía en la
puerta de mi casa. Que viva la entrega Express!
El día que mi hija salió a visitar a una de sus amigas se me presentó la primera
oportunidad de instalarlas. -Con nadie en casa durante las próximas 2 horas sería una
gran oportunidad que no debería dejar pasar.- Y, mientras instalaba las cámaras, me
sentía como el padre más pervertido del mundo pero ni modo, mi hija tenía la culpa
por estar tan buena!
Tarde poco menos de 1 hora en instalar las cámaras y me maldije por no haber sido
un genio de la computación pues de haberlo sido seguramente me hubiera ahorrado
un buen de tiempo pero en fin, el chiste era que funcionaban correctamente y estaban
muy bien escondidas.
El solo hecho de pensar que esa misma noche estaría viendo a mi hija desnuda a
través del lente de la cámara hizo que mi verga se me pusiera dura de nuevo.
Si tan solo hubiera instalado una cámara más en el baño…- pensé en ese momento
pero ni hablar, no había tiempo para arrepentimientos lo hecho, hecho estaba.
Fueron una eternidad para mí los 2 minutos que tardo en regresar mi hija pero una vez
de vuelta en escena se comenzó a quitar los zapatos, se subió a la cama y… comenzó
a leer un libro para mi mala suerte!
Luego de leer por unos minutos mi hija cayó completamente dormida. Mi corazón latía
fuertemente al verla dormir; la amaba demasiado pero mi excitación me decía que ese
amor debía convertirse en algo más que un simple amor fraternal.
La tarde se pasó más rápido de lo que creí. Mi esposa después de cenar me beso y
me dijo que me esperaba en la cama.
-En seguida voy, no tardaré mucho.- le dije y me fui a mi oficina a sabiendas de que el
tiempo que tardaría dependía de mi hija.
-Maldita sea!- me dije a mi mismo desesperado de ver que aún con la visión nocturna
de las cámaras no se lograba ver mucho.
Al pasar por fuera de su cuarto algo me sorprendió. Estoy casi seguro de que la
escuché decir MI nombre! En ese momento me detuve, me acerqué lo más que pude a
su puerta con todos los sentidos concentrados en el sonido de su habitación pero no
escuche nada más!
Después de pensarlo varias veces pensé que todo había sido producto de mi
imaginación y mi enorme excitación y lo mejor sería irme a mi habitación. Así lo hice.
-No, hoy no Raúl. Tengo mucho sueño.- tras decir esto, tomó las cobijas y se enrolló
en ellas.
-Ni hablar, tendré que darme cuerda yo solo…- me dije a mí mismo y en ese mismo
momento inicié mi masturbación.
Luego no me quedó de otra más que voltearme a mi lado y tratar de conciliar el sueño;
sueño que no llegó si no hasta pasadas las 3 de la mañana.
Esa noche soñé con mi hija, soñé que me mamaba la verga de una forma deliciosa!
En eso estaba, soñando con que tenía agarrada fuertemente de la cabeza a mi hija
mientras estaba me la mamaba toda cuando:
-Detente Raúl!- me interrumpió del sueño mi esposa pero fue demasiado tarde.
Ya para ese momento estaba soltando una enorme cantidad de leche en la boca de mi
esposa quien momentos antes, al verme con la verga tiesa, se había puesto a
mamármela para bajarme la calentura y empezar bien el día.
Una vez que terminó de limpiarme la verga y la sábana me dijo con una enorme
sonrisa:
-Bueno, al menos eso te ayudara a estar tranquilo por el resto del día… con eso de
que últimamente te comportas como un adolescente…
Miró al reloj y se percató de que ya se le había hecho un poco tarde. Se metió al baño
y me gritó:
-Podrías ir a despertar a Cecilia? No quiero que se le haga tarde para ir con su amiga.
Ya con mi café en la mano, fui a la oficina y prendí la maquina. Me encontré con que
mi hija aún dormía y decidí aprovechar la oportunidad de despertarla para ver si en
una de esas podía acariciarle una teta o el culo.
Siempre lo había hecho así cuando la despertaba así que no levantaría sospechas
aún cuando en esta ocasión lo hacía con otras intenciones.
Para mi sorpresa, mi hija se encontraba acostada boca arriba y no boca abajo como
yo pensaba…
-Papi?...- me dijo mi hija tomando mi mano para retirarla- no seas tontito, ese no es el
lado correcto para masajearme.
Fue hasta ese momento que me di cuenta de que le había estado masajeando por
encima de la cobija las tetas a mi hija!
-Lo siento mucho cariño…- le dije- yo pensé que estabas boca abajo… yo se que no
suena lógico pero no había notado que…
Al parecer todo esto le causo mucha gracia a mi hija quien, tras prender la luz,
comenzó a reír fuertemente. Luego se sentó en la cama y al ver mi enorme sonrojo y
cara de vergüenza comenzó a hacerme cosquillas.
-Como pudiste haber pensado eso papi, que acaso no tengo las tetas tan grandes
como para que un hombre pueda notar la diferencia con mi espalda?- me decía riendo.
-perdón hija, yo se que tienes unas tetas muy grandes…- le dije tratando de verla a los
ojos pero me puse tan nervioso que le dije- Bueno, ya es tarde, mete a bañar esas
tetas tan lindas antes de que tu madre se enfade con los dos por no estar a tiempo.
Al parecer había olvidado su toalla pero esto me había permitido ver su cuerpo enterito
desnudo! Sus tetas tenían una forma perfecta, sus pezones apuntaban hacia arriba
firmemente. Simple y sencillamente su cuerpo entero estaba deliciosamente lleno de
curvas.
Quién hubiera dicho que justo esa misma mañana los 3 estaríamos bromeando con lo
sucedido momentos antes en la habitación de mi hija.
-confundiste la espalda de tu hija con sus senos? Por dios Raúl es que acaso no ves
que esta niña salió igual de grande que yo? Cómo pudiste confundir… jajaja…-
-Debes aprender la diferencia entre una espalda y un par de senos papi… jaja
-Papi! Voy a salir de compras con mis amigas pero regresó en la tarde. Te amo
mucho, bye.
Me quedé sin habla. Tendría una mañana bastante aburrida pero ni hablar, decidí
aprovecharla para masturbarme viendo unos videos de incesto que encontré en la red.
-Amo a tu papá Cecilia… es una persona muy linda… me hubiera gustado tener un
padre como él.
Si tan solo supiera la clase de padre que soy…- me dije a mí mismo sintiendo un poco
de vergüenza por estarla espiando.
-No…
-Creo que tu papá me estuvo viendo las tetas…- en eso Carolina comenzó a reírse-
estoy segurísima que me las estaba viendo sabes?
- Que clase de pregunta es esa? Es mi papá! Mejor vamos a hablar de otra cosa, que
me vas a regalar esta navidad?
Las chicas luego de eso comenzaron a hablar de cosas aburridas así que decidí cerrar
la computadora e ir a dormir un rato pues esa noche pensaba espiar a mi hija más
tiempo que el de costumbre.
Después de cenar, Carolina se fue y, mi esposa, mi hija y yo nos quedamos a ver una
película en la sala. Luego de unos minutos, mi esposa, que es bastante miedosa,
prefirió irse a dormir cuando una película de espanto empezó así que me dejo a solas
con mi hija.
Yo me senté en mi sillón preferido a ver la película y mi hija quien tan solo vestía su
bata de dormir decidió sentarse conmigo aún cuando el sillón es bastante pequeño
para los dos.
Esa noche creo que supe lo que era ver las maravillas de la vida! Y, aunque mi hija
apagó la luz del cuarto y se metió debajo de las cobijas antes de masturbarse, esta
vez pude escuchar claramente sus gemidos y sus murmureos. Me excité tanto que en
mi mente creía oírla decir:
El solo hecho de saber que mi hija dormía en el cuarto continuo me daban ganas de ir
a su habitación y meterme entre sus cobijas con ella, besarla, acariciarla, besar su
firme abdomen, saborear su conchita, darle a comer de mi verga y después hacerle el
amor por horas que digo horas, tenía ganas de hacerle el amor por días enteros sin
parar.
Aún así, con el sueño que tenía, me puse de pie y fui a mi oficina a hacer lo mismo
que había estado haciendo desde hacía varios días: espiar a mi hija. Pero mi hija ya
no estaba, al parecer se había ido desde temprano a hacer sus compras navideñas y
eso me recordaba que yo no había hecho las mías aún.
Me di una ducha y después de desayunar algo fui a comprar mis regalos. Cuando
regresé mi hija y su amiga Carolina se encontraban ayudando a mi mujer con la cena.
Fue entonces que me enteré de que la amiga de mi hija iba a cenar con nosotros.
Con esta noticia, mi verga de inmediato comenzó a idear pues esa misma noche
seguramente tendría la oportunidad de ver a las dos preciosidades de adolescentes
desnudas!
Carolina llevaba puesto unos jeans apretaditos y una blusa mucho más escotada que
la otra vez! Al verla y notar la ausencia de mi hija y de mi esposa, que habían ido por
unas cosas al carro, de inmediato clave mi vista descaradamente en su culo que se
veía delicioso.
No cabe duda de que esta muchacha esta hecha una zorrita…- pensé y aproveché el
abrazo para poner mis manos sobre su cadera y sentir lo estrechita que estaba.
En ese momento miré hacia abajo y mejor vista no podía tener, sus tetas se veían
divinas!
-Le da gusto verme?- me preguntó sabiendo que le estaba mirando las tetas
descaradamente.
-Que?
-Jaja…- rió Cecilia pensando que se trataba de una broma de mal gusto de su amiga.-
Y como es que ahora hasta amas a mi padre?
-no lo se, creo que hoy cuando le di un abrazo me quedo claro lo que siento por él…
alguna vez has sentido su verga mientras lo abrazas?
-Carolina! Es mi papá!
-Carolina, por favor, no quiero ni pensar en eso. Cambiemos de tema por favor.
-Carolina!
-Nunca pensé decir algo así pero… creo que tengo ganas de coger con tu padre…
-Estas loca! Por supuesto que no! Es mi papa!
-Yo sé que significa esa mirada tuya aunque no digas nada Carolina!
-Sólo si prometes contarme todo…- susurró Cecilia para sorpresa de Carolina y por
supuesto mía! – y mi mamá no debe enterarse de nada porque si se entera…
-No, por supuesto que no! Estas loca… ni si quiera quiero saber cual es tu plan para
envolverlo…
En eso mi esposa le hablo a mi hija y esta tuvo que salir dejando a su amiga sola en
su cuarto.
Carolina tomó los audífonos y se puso a escuchar música por lo que yo abrí mientras
tanto esta página de todorelatos que tanto me gusta, busque la categoría de amor filial
y me puse a leer relatos para terminar poniéndome aún más caliente de lo que ya
estaba.
Cuando llegó la noche ni si quiera pude acompañar a las mujeres en la cena, estaba
tan entretenido con los relatos que no me podía apartar del ordenador. Me dieron las
12 de la noche y fue entonces que escuché un ruido en la cocina. Seguramente era mi
esposa que se había levantado por agua ya que a ella le da mucha sed en la noche.
Así que, dispuesto a platicar un rato con ella y disculparme por no haber estado en la
cena, me puse de pie y fui a la cocina. De inmediato vi entre las sombras que había
alguien en el refrigerador. Creyendo que era mí esposa, me dirigí a ella y fue entonces
que me percaté de que era Carolina.
-Dios de mi vida!- murmuré y fue entonces que Carolina se dio la vuelta y me dijo:
-Se me antojan tus 2 melonzotes y tu jugosa papaya… -pensé en decirle al ver que
llevaba puesto tan sólo un blusón largo sin sujetador por debajo pero me abstuve y
contesté con un simple: "Un vaso de agua linda… es por lo que vine".
-Si tienes tanta hambre porque no te tragas este par de huevos con chorizo de una
buena vez y me dejas de andar tentando hermosa putita adolescente…- pensé y luego
le dije- yo tampoco he podido dormir así que estaré viendo una película en la sala. Si
gustas puedes acompañarme en lo que te da sueño y te comes tu manzana…
Carolina me miró a los ojos. Parecía estarlo pensando un poco pero esa chica era de
pocos frenos así que cuando menos lo pensé ya estábamos los 2 sentados en la sala
de la casa con la luz del televisor como única iluminación.
Fue entonces que decidí hacerle unas cuantas preguntas para ir tanteando mi terreno:
-Por ahora no, los chicos son tan inmaduros y tontos que no me atrae desperdiciar mi
tiempo en ellos.
-Estoy de acuerdo en lo de tontos. Si yo tuviera tú edad, moriría por salir con una chica
tan guapa como tú…
Sin pensarlo 2 veces me acerque a ella y pase mi brazo por detrás de su espalda. En
eso volteó a verme y nos miramos a los ojos:
-Sabes que es lo que más me molesta? Que las chicas guapas siempre terminan con
chicos que no tienen ni puta idea de cómo tratar a una mujer…
-Lo que quiero decir es que una chica tan guapa como tú merece ser tratada como una
reina y los chicos de tú edad simplemente no saben como hacerlo…
-Dejémoslo así linda. La verdad es que no quiero ofenderte con mi plática de adulto…
-Bueno, lo que quiero decir es que por ejemplo muchos chicos no saben como
practicar sexo oral de la manera adecuada… no saben tocar a una mujer y por lo tanto
no la satisfacen como debe ser. Es que acaso no fue así tu primera vez?
En ese momento no pude más y inclinándome hacia ella, tomé su rostro con mis
manos y la bese profunda y apasionadamente.
Carolina abrió su boza y mi lengua pronto aceptó gustosa su invitación por lo que
comenzamos prácticamente un "faje" en el sillón de la sala.
Con el valor que traía, pronto le saque por encima el blusón y la pantaleta dejándola
completamente desnuda. Volví a besarla y pronto comencé a succionarle las tetas que
se sentían tan firmes y llenas de juventud como tenía años que no sentía.
Como toda una experta, Carolina se metía más de la mitad de mi verga en la boca.
-ESTA NIÑA ESTA HECHA UNA PUTITA!- no paraba de repetir mi mente al sentir tan
rica mamada.
-Quiero comerme toda su leche señor Raúl…- me dijo carolina viéndome directo a los
ojos y sin dejar de mamarme la verga.
En verdad que sabía mamar la verga la condenada pues pasaba su lengua por todos
lados de mi verga, me mamaba las bolas e incluso me las mordía para después
comerse casi toda mi verga con una maestría de puta fina! Nunca antes me la habían
mamado de esa manera y por dios que era una delicia.
-aaahhh!!!- gemía de placer intentando no hacer tanto ruido para que mi esposa no se
fuera a despertar.- Aaaahhhh assiii chupame la verga…. Asiii, lo haces muy bien
Carolina linda y hermosa hmm…
Comencé a embestirla en la boca con furia sintiendo como la leche estaba por salir de
mi verga. Vi como mi verga entraba y salía de esa boquita tan linda y tan sexy. En
verdad que me estaba cogiendo su carita linda como tienen idea.
Ella por su parte seguía mamándome la verga perfectamente sin dejar escapar una
sola gota de leche.
-Es hora de dormir por hoy…- le dije y le di un enorme beso en los labios mientras mis
manos recorrían todo su cuerpo deleitándose sobre todo con su hermoso trasero.
-No me puede dejar así… mi conchita esta que arde…- me dijo suplicándome.
-Ya verás que sí puedo… pero, si quieres apagar ese calorcito que tienes entre las
piernas, te espero en mi oficina en 1o minutos… ahora ve a ponerte el blusón y a
revisar que no haya despertado nadie arriba.
A toda prisa fui a mi oficina y posicioné una cámara de mano a la altura que fuera
posible grabar lo que estaba por acontecer.
A los pocos minutos Carolina entró en la oficina y tras echar llave nos pusimos a
continuar en lo que estábamos.
-No se ha despertado nadie… tu mujer ronca como un toro en su cuarto y tú hija esta
más dormida que nunca…- me decía mientras la besaba ansiosamente llevándola a mi
escritorio el cual usaría como altar sexual esa noche.
Su vagina lucía radiante. Mucho más excitante de lo que había imaginado con esos
mechoncitos de vello púbico adornándola en forma de triángulo.
-Oh dios mío…- le dije antes de comenzar a devorar aquél manjar que se me ofrecía
como la peor de las putitas.
-Te voy a hacer venir en mi boca… quiero probar tus juguitos sexuales…- le dije más
caliente que nunca mientras lamía de arriba abajo su preciosa abertura y con un dedo
comenzaba a juguetear en la entrada de su ano.
Cuando se calmó un poco, seguí besando su culo y vagina un rato más hasta que fui
subiendo por su abdomen hasta sus ricas pechugas las cuales devoré como loco.
Alzándole sus piernas a la altura de mis hombros, guié mi verga a su rica entrada y de
un empujón se la hundí.
Vaya que estaba estrecha Carolina y vaya que se sentía bien follar una carne tan
tierna después de tanto tiempo.
Carolina cerró sus ojos y mientras mi pene la penetraba con furia, aproveché para
besar sus labios y saciar mi sed de juventud.
-HMMMM Lléname con tu leche… quiero sentir a los hermanitos de mi amiga dentro
de mí…- me dijo sonriendo coquetamente y de inmediato hice lo que me pedía.
Cuando recuperamos la fuerza, ambos nos pusimos de pie, hicimos una cita en el café
al día siguiente para hablar de unas cosas que tenía en mente y, tras despedirnos, le
dije a mí pene mientras lo acariciaba:
MUY PRONTO CECILIA VA SER TUYA SÓLO ES CUESTIÓN DE PACIENCIA…-
Caminé hacia donde había escondido la cámara y sentado en mi silla reviví los
mejores momentos de la follada a la mejor amiga de mi hija.
Ya por la tarde me reuní con la mejor amiga de mi hija en el café como habíamos
quedado. Aún recuerdo la cara de Carolina cuando le confesé mi siguiente
conquista… Debí haberla grabado justo como había grabado nuestro video casero.
Aún con toda la intranquilidad e incertidumbre que sentía Carolina en esos momentos,
la metí a mi automóvil en el estacionamiento de aquella plaza y me la follé en el
asiento trasero:
-Ni una palabra y manos a la obra si no quieres que cumpla mi amenaza…- le dije a la
bella joven quien se quedó más confundida que nunca en su vida.
Los siguientes días estuvieron llenos de cierta tranquilidad. Supongo que el haberme
follado a la mejor amiga de mi hija 2 veces seguidas sació un poco mi enorme
obsesión sexual.
Carolina había dejado de frecuentar mi casa y ya solo iba cada bajada de obispo.
Supuse que por el miedo de que mi mujer se fuera a enterar de lo sucedido entre ella y
yo y, aunque estaba seguro que mi hija ya estaba enterada de lo que había pasado
entre su amiga y yo, jamás lo había corroborado con las cámaras ya que como les
dije, su amiga ya no iba a casa como era costumbre.
Pero bueno, yo sabía que su amiga cumpliría la parte de aquél trato que habíamos
pactado en el café la tarde después de la follada en mi oficina y por ese lado estaba
tranquilo. Ahora todos mis deseos estaban enfocados únicamente en mi hija.
Recuerdo muy bien que un sábado mientras mi mujer estaba en la cocina, Cecilia llegó
a lucirme unos pantalones muy ajustados color crema que recién se había comprado.
Sus sensuales movimientos consiguieron que mi polla se pusiera dura como un fierro
de inmediato.
-Bien…- contesté atontado mientras veía como su culo se mostraba más redondo y
respingón con ese atuendo.
-Y de adelante?
Enseguida miré su mejor atributo físico delantero: sus senos. Mi hija pareció notarlo y
enseguida de manera risueña me dijo:
Fue en ese momento que noté como sus labios de la concha se marcaban
perfectamente y la tela del pantalón se metía un poco en la raja. Era como ver un
hueco en esa tela tan fina!!
-Esta bien… entonces estos me llevó a la fiesta de Julio…- dijo mi hija y enseguida se
fue meneando las caderas suculentamente.
Miré mi entrepierna y noté que mi verga se notaba bastante. Voltee a todos lados
miedoso de que mi mujer me fuera a ver pero no había nadie. Aún así, estaba seguro
que mi hija si la había notado y me llene de vergüenza.
Al día siguiente, domingo, mi mujer me pidió que fuera por la plancha de cabello al
cuarto de mi hija. Era temprano como las 9 de la mañana por lo que pensé que mi hija
aún seguía durmiendo dado la hora que había llegado la noche anterior de la fiesta de
su amigo. Pero, al entrar en la habitación, me llevé la sorpresa de que no estaba,
supuse que había ido al baño o algo y me puse a buscar la plancha que mi mujer
necesitaba.
En eso estaba cuando de pronto, mi hija entró recién salida de la ducha tapada con
una toalla.
-Tú madre ya ha buscado ahí, me dijo que buscara en tu habitación porque ella la
había visto ayer en la noche aquí…- le mentí pues quería estar cerca de ella para ver
si lograba ver su cuerpo desnudo aunque fuera de reojo.
-No voltees porque me voy a cambiar…- luego de eso dejó caer la toalla al suelo y mi
mirada discretamente miró hacia uno de los espejos de su cuarto con el que pude ver
su espléndida figura completamente desnuda.
Mi hija tenía mojada la espalda al igual que su redondo culo y sus preciosas piernas.
Se giró un poco y fue entonces que pude contemplar su frente. Que par de senos más
impactantes tenía con esas enormes aureolas rosas y deliciosas!!! Su coñito muy bien
recortado al igual que su amiga pero de un tono más claro me hizo sucumbir!!
Rápidamente retiré mi mirada del espejo por miedo a que me fuera a ver.
Pasé por un lado suyo sin mirarla a los ojos y tratando de ocultar mi erección hasta
que abandoné su habitación.
-No hay nada…- le dije a mi mujer cuando llegué con ella.- En su cuarto no hay
nada…
-Buscaste bien?
-Si… pero tuve que salirme porque regreso de bañarse y pues no esta bien que este
ahí de metiche…
Luego de eso metí a bañarme más que nada buscando un buen lugar donde pudiera
masturbarme a gusto pensando en lo que acababa de ver. En eso estaba, dándole
masaje a mi pito caliente, cuando de pronto la cortina de la ducha se abrió
imprevistamente y mi hija apareció asomada.
Me quede pasmado y enseguida solté mi pito tratando de ocultarlo por lo que terminé
dándole la espalda a mi hija y mostrándole las nalgas.
-Pues no me hacías caso… te he estado hable y hable y no me haces caso así que
vine a ver si estabas bien.- me dijo dirigiendo su mirada hacia mis nalgas.
-Pero antes dime si me sienta bien este bikini…- abrió más la cortina y me mostró su
cuerpo entallado a un diminuto bikini color rojo que poco hacía por taparle sus
hermosas tetas. Hizo un giro sobre sí misma y me preguntó- te parece bien que lo use
en el balneario? Iré con Carolina pero como es un balneario público pues… no me da
mucha confianza enseñar de más…
-Vaya, hasta que por fin saliste… ya esta el desayuno preparado. Sólo te estaba
esperando a ti y a tu hija quien al parecer irá al balneario con su amiga… por cierto, no
sabes porque ya no viene a la casa esa jovencita?
-No será que se haya cohibido con tus miradas verdad?- me preguntó mi mujer entre
broma y broma.
-No mujer… que cosas dices…?? Apenas es una niña…- contesté a sabiendas que de
niña no tenía ya NADA ni la amiga de mi hija ni mi propia hija.
Ese mismo día, durante el desayuno, mi hija no dejaba de mirarme y sonreía con
malicia. Era como si recién acabara de hacer una travesura.
Ya cuando mi hija se fue para el balneario, tuve que hacerme otra paja para calmarme
un poco.
Por la tarde fue que regresó. Su madre había ido a casa de una ex compañera de
trabajo y yo me encontraba viendo la televisión para ese entonces.
-Hola papi…- me dijo caminando con coquetería para darme un beso en la mejilla.- Me
voy a mi cuarto para cambiarme de ropa…
-nuevamente saldrás??
-Claro!- me dijo emocionada y a los pocos minutos volvió enfundada en un top negro
de tirantes, minifalda y botas. Que cuerpazo!!!- Me veo guapa?- me preguntó.
Y yo, harto de sus juegos, me puse de pie y, tomándola de las manos, le dije:
Hice que abriera sus brazos en forma de cruz para verla en todo su esplendor y no
podía creer lo que veía!!!
Su cintura era diminuta, estrecha y compacta. Su vientre liso, sus caderas curvadas,
sus piernas largas, firmes y carnosas y sus senos avasalladores. Ni que decir de su
rostro angelical. Quedé embriagado con su belleza.
En ese momento, mi hija se giró y me jaló hacia ella haciéndome quedar abrazado a
su espalda. En ese momento abrí más que nunca los ojos pues su escote me revelaba
el mejor par de senos que había visto en mi vida!!! Eran bastante grandes y
desafiaban a la gravedad sublimemente.
Enseguida sonó el timbre, era Carolina quien venía a recoger a mi hija. Yo mismo le
abrí la puerta aprovechando que mi hija corrió a su cuarto por su bolsa. En los ojos de
Carolina se notaba su incomodidad y nerviosismo pero aún así la trate como una
amante secreta robándole incluso un beso a escondidas. Se veía divina enfundada en
aquél vestido negro tan pegadito! Ganas no me faltaron de follármela ahí mismo como
lo había hecho hacía algunas semanas en mi oficina.
Mi mujer llegó media hora más tarde, venía muy cansada por lo que me ofrecí a
llevarle un vaso de leche hasta la cama. Leche en la que había puesto 2 pastillas
molidas que serían capaz de dormir hasta una vaca.
A la media noche sonó el timbre, abrí la puerta y era Carolina quien venía
acompañando a Cecilia quien a duras penas podía mantenerse de pie:
-Es una lástima que no puedas quedarte…- le dije a Carolina y esta me respondió
fríamente:
La despedí y luego fui por mi hija quien estaba sentada en el sillón para ayudarle a
subir a su recamara.
Yo hacía el "intento" de resistirme hasta que por fin no pude más y busqué su boca
para besarla. Mis manos intentaban desnudarla a toda prisa mientras ella ya se
encontraba sentada sobre mi regazo.
Nos fundimos en un interminable beso y el sabor de sus labios me lleno de una lujuria
interminable.
-Al fin… al fin vas a ser mía…- no paraba de repetirle.- Que boca tan sabrosa tienes…
quiero comerte todita…
-Yo también quiero que me comas papi… cómeme como te comiste a mi amiga
Carolina la otra noche…
Deslizando las manos por su espalda volví a atraerla hacia mí para seguir besándonos
y jugar con nuestras lenguas.
Mis manos fueron recorriendo la línea de su columna vertebral de arriba abajo hasta
que se pararon en su suculento culo el cual apretujé con fuerza.
Sus manos juguetonas pasaban por mi cabello y luego me arañaban por la espalda.
Mi hija se quitó el top y por fin vi en todo su esplendor el par de chupones que mi hija
se cargaba!!! Esas 2 montañas gemelas que tanto me habían quitado el sueño estaba
a punto de devorarlas!! Eran duras como piedras y estaban bien erguidas a pesar de
no traer sujetador.
Sus pezones eran de otro mundo Ese par de regalos del cielo pronto se fueron a
estrellar en mi rostro y abriendo la boca lo más que pude comencé a chupárselas
como loco.
Que pedazo de perra tenía sentada sobre mí pito. La muy zorra se terminó de
desnudar e hincándose frente a mí me bajó el pantalón para sacar alegremente mi pito
y comenzar a mamármelo.
-Goza papi…sé que te gusta mucho…sé que esto es lo que has querido…
Vi a mi hija comerme la polla varios minutos hasta que, volviéndola a sentar sobre mi
regazo, nos miramos a los ojos llenos de lujuria y deseo. El momento había llegado.
Tras abrirse bien su linda panochita, comencé a penetrarla con mi polla metiéndosela
hasta que quedó sentada completamente sobre mi regazo.
No podía creer lo que estaba pasando. Al fin se la había metido a mi hija, le estaba
haciendo el amor de verdad, no era un sueño!!!
Tras un buen rato de ver como mi hija me cabalgó y de ver como mi verga entraba y
salía de ella con una facilidad pasmosa, mi niña empezó gemir y retorcer como toda
una zorrita.
Del cariño inicial de la cogida, esta pasó a ser más salvaje e indecente! Pronto sus
melones rebotaban contra mi cara y mi hija subía y bajaba sobre mi palo a una
velocidad descomunal.
El sonido del sexo era escalofriante y despertaría hasta a un muerto pero estaba
seguro de que mi mujer aún dormía con la carga de pastillas que le suministre antes.
Fuerza y un enorme ímpetu imprimí en la follada hasta que por fin no aguante más y el
orgasmo llegó con litros de semen que inundaron la vagina de mi hija.
No cabe duda que ese fue el día en que mi perversa obsesión se hizo al fin realidad.
Y, para aquellos que se preguntan que fue lo que platiqué con Carolina aquella tarde
en el café pues, creo que eso esta de sobra… el trato fue mi hija por mi silencio con
sus padres y el mundo entero mostrando aquél video que filmé en mi oficina…