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PONTIFICIA UNIVERSIDAD JAVERIANA

FACULTAD DE COMUNICACIÓN Y LENGUAJE


CARRERA DE COMUNICACIÓN SOCIAL

IN EXTREMIS:

EL GRADO PORNO DE LA CULTURA


[Un análisis semiótico de la pornografía]

RICHARD TAMAYO NIETO

SANDRA NARANJO [Directora]

Bogotá, julio de 2002


Bogotá, junio 24 de 2002

Señor Director de Carrera

JOSÉ MIGUEL PEREIRA

Carrera de Comunicación Social

Señor director,

Presento a usted el trabajo de grado titulado IN EXTREMIS: EL GRADO PORNO DE LA

CULTURA como ejercicio de reflexión conceptual que da cuenta de mi formación

académica en ese campo problemático del saber que es la comunicación.

Este trabajo tiene por objeto abordar el estudio de la pornografía desde una

perspectiva crítica, a partir de la cual sea posible constituir las condiciones de

problematicidad de un fenómeno comunicacional que interroga nuestro presente y,

de hecho, es constitutivo de nuestra propia mirada.

No vale la pena pensar la comunicación si ello no confronta los modos mismos del

pensamiento. He aquí pues, un ejercicio de pensamiento que no ignora sus

limitaciones, y antes bien, las convierte en una inconmovible excusa para seguir

produciéndose.

RICHARD TAMAYO NIETO


"La Universidad no se hace responsable por los conceptos

emitidos por sus alumnos en sus tesis de grado. Sólo velará

porque no se publique nada contrario al dogma y a la moral

católica, y porque las tesis no contengan ataques o polémicas

puramente personales. Antes bien, se vea en ellas el anhelo de

buscar la verdad y la justicia".

[ARTÍCU LO 23 DEL REGLAMENTO ACADÉMICO]


GRACIAS A:

Carolina Alonso, Anna María Brigante, Maritza Ceballos, Neftalí Forero, Catalina González,

Gabriela Häbich, Roberto Suárez y Adriana Urrea, por creer en el amable ejercicio de la discusión

y su sosegada - y a veces inadmisible- fe en la palabra.

A Alicia Valenzuela y Ana María Aragón, por la arriesgada cordialidad que tuv ieron al permitirle

trabajar libremente al desconocido que yo era.

A Pablo Arrieta, por su avivada manía de hacer valer la pasión y el juego como elementos

dignos de trabajarse en la Academia.

A Sandra Naranjo, por su recio ánimo de problematización y afable disciplina. Su voz es

inseparable de esa maraña de conceptos y pasiones apenas presentida que es la pornología.

A Nathalie, César, Gus, Daniel, Oscar, Alex, Herny, Rogo, Gary grande y chiquito, Mao, Alina,

Nicolás, Ana María, Susana, Natalia, Jaime y Sergio, por hacer valer el amor y la hidalguía por

encima de cualquier cosa. Sus palabras y abrazos están confundidos de modo generoso en mis

recuerdos.

A César otra vez, por acompañar, conmovido por su pasión y respeto, este pensamiento

intermitente. El fervor de sus sospechas está dibujado en cada línea de este trabajo.

A María Camila, por su delicado y voluntarioso deseo. Porque la vida a su lado sólo puede

producir el caluroso deber de repensarse. Su amor obliga a deshacer el amor.

A mi papá por su templanza.

A mi mamá por su respetuoso silencio… por esperarme todavía.


TABLA DE CONTENIDO

Agradecimientos 5

SECUENCIA INICIAL :

Sobre el valor político-cognitivo de la imagen 8

I. HUELLAS DE LA LUZ , SABER DE LA LUZ 21

II. LOS TEJIDOS SIGNIFICANTES:

Espacio concreto, espacio abstracto, espacio pornográfico 29

III. LA PRAGMÁTICA DEL GOCE 37

IV. ICONICIDAD Y ANALITICIDAD :

Los principios lógicos de producción del porno 74

V. IN EXTREMIS : EL GOCE COMO DESTINO 83

VI. EL GRADO PORNO DE LA CULTURA 89

VII. LA OPACIDAD Y LA TRANSPARENCIA 94

Referencias bibliográficas 96
IN EXTREMIS:

EL GRADO PORNO DE LA CULTURA

¿Quién te ha hecho ver que estabas desnudo?


[Génesis, III, 11]
SECUENCIA INICIAL:

SOBRE EL VALOR POLÍTICO-COGNITIVO DE LA IMAGEN

991030_009

¿Qué sabe esta imagen?, ¿hay un saber que le es específico? Para responder a estas

preguntas, el disertante ha de revelar el modo según el cual ella procede, cómo se

organiza, qué hace ver, qué oculta, qué elementos dispone en torno a ella y con qué
IN EXTREMIS: EL GRADO PORNO DE LA CULTURA 9

objetivos, en fin, qué maniobras estratégicas lleva ella a cabo para producirse de este

modo y no de otro.

No hay que dejarse engañar por la transparencia que a través de los últimos cinco

siglos se ha constituido como el elemento ontológico fundamental en la imagen. Esa

imagen-ventana que “muestra” y “demuestra” el mundo, es apenas una forma

estratégica de organización de cierto saber que se define a sí mismo como “objetivo”,

en tanto expresa con un grado de opacidad cada vez menor las vicisitudes de las

cosas del mundo. La imagen-espejo es una de las tantas formas de conocimiento que

ha producido la historia, y nada garantiza que la supuesta transparencia de la imagen

pueda ser afinada por aparato alguno. De hecho, es frecuente que la misma

transparencia de la imagen nos oculte aquello que resulta fundamental, pues nada

aparta más de la vía del conocimiento que la presencia desnuda, tirana y ruidosa, de

la “verdad”.

Como forma del lenguaje, la imagen está plagada de ambigüedades, y la

desconfianza de Platón y los iconoclastas medievales en ella, no corresponde a un

pueril ánimo conservador como en ocasiones se expone: al cabo, la imagen es texto, y

como tal, puede vehicular la sumisión al Estado y a Dios, tanto como la insurrección y la

anarquía.

En cada texto, el sentido se produce no por la sumatoria “de los significados parciales

de los signos que lo componen, sino a través de su funcionamiento textual”1, que en el

caso de la imagen no es precisamente previsible o controlable con facilidad. Como

ningún otro texto, la imagen resulta de una compleja “correlación entre texturas

1 ZUNZUNEGUI , S ANTOS, Pensar la imagen, Cátedra-Universidad del País Vasco, Madrid, 1989, p.78.
IN EXTREMIS: EL GRADO PORNO DE LA CULTURA 10

expresivas imprecisas y posiciones de contenido vastas y difíciles de analizar”2, lo que

impide establecer categorías de análisis estables o universalizables. El estudio de la

imagen obliga a realizar cortes transversales a través del corpus de trabajo, con el fin

de iluminar aquellos anudamientos que se producen entre los diversos elementos del

contenido y de la expresión sin pretender deshacerlos (lo que difuminaría la imagen en

un proceso de redefinición en un plano meramente lingüístico, o describiría inútilmente

sus componentes visuales), sino intentando definir las lógicas de constitución de los

enlaces. Los tejidos3 no se hacen descomponibles en unidades sin perder su naturaleza

misma, de modo que analizar un texto resulta, irónicamente, más un trabajo de síntesis

interpretativa de los elementos morfológicos, sintácticos, semánticos y pragmáticos

que lo constituyen, que un estéril informe analítico de sus componentes. ¿Cómo

estudiar entonces a “991030_009” como tejido de saber y materia?

En principio, es improcedente definir esta imagen como pornográfica: cada texto ha

de revelar su propia naturaleza. La prudencia indica que es mejor obligar a la

pornografía a demostrarse como tal, hay que demandarle a cada texto manifestar su

propia especificidad. Entonces, ¿por qué partir justo de esta imagen? Porque ella

misma se ha anunciado como pornográfica antes de aparecer en la pantalla.

Pidiendo a un motor de búsqueda en Internet que desplegara lo que sus usuarios y

productores de contenido entienden por pornografía, ella apareció. Ahora, el

disertante le pide que demuestre por qué razón dice de sí misma que es pornográfica

o, lo que es lo mismo, le exige a la imagen que exprese qué códigos permiten

comprenderla de tal modo. ¿Será ella capaz de demostrar su peculiaridad, o tendrá

2 Ídem.
3 La metáfora parte de las sugerencias de Serres sobre el pensar los tejidos en su acepción

anatómica. Para ampliar las consecuencias de esta concepción, ver S ERRES, MICHEL, Atlas,

Cátedra, Madrid, 1995.


IN EXTREMIS: EL GRADO PORNO DE LA CULTURA 11

que correr a refugiarse en otra imagen u otro discurso que la justifique como tal, que le

dé su lugar en medio de las cosas? Este programa llegará tan lejos como ella lo

permita, de modo que si al final la imagen misma no puede develar su propia

especificidad, estaremos obligados a tomar alguna de las siguientes decisiones: o bien

no existe la pornografía, o esta no se dice justamente ahí donde se nombra como tal,

o, lo que es más grave aún, ella existe incluso más allá de la imagen que se llama a sí

misma pornográfica. También, sería legítimo dudar del trabajo mismo del comentador,

él podría estar por debajo de la tarea misma que se propone, no ser capaz de extraer

de la imagen su forma de comportarse. Hay que desconfiar de él, debe probársel e a

cada momento.

***************

El trabajo está constituido por secuencias diferenciadas. Esta organización obedece

sólo a un supuesto que se tomará como principio práctico y metodológico: en

principio, ninguno de los elementos que constituyen la imagen será tomado como

rector de la imagen misma. Es sabido que en todo tejido ciertos elementos funcionan

estructuralmente, pero ello no implica necesariamente que estén organizados

jerárquicamente. Es tan importante el “referente” en el mundo natural, como la luz, el

proceso de producción de la imagen fotográfica, el color, la distancia entre el lente y

el objeto a capturar, etcétera. Este principio de estudio es decididamente arbitrario,

pero se justifica por la naturaleza misma de la imagen.

Las secuencias, por otra parte, nos ayudan a comprender que la imagen es un

conjunto multilineal cuyos elementos no están siempre distribuidos según el mismo

orden y unas mismas relaciones. “Hay que abandonar la idea según la cual existe una

imagen “en sí” que sólo sufre cambios menores en función de los dispositivos que la
IN EXTREMIS: EL GRADO PORNO DE LA CULTURA 12

producen” 4. Si la imagen pornográfica es, además, una fotografía, es necesario

mostrar de qué manera afecta esto su constitución como imagen. Pero si, por otra

parte, ella realiza cortes en el tejido significante definido culturalmente como “sexo”,

hay que preguntarse hasta qué punto este hecho la define. En ocasiones, las

secuencias se siguen necesariamente unas de otras, otras veces se entrecruzan, se

absorben, se subordinan, oscilan entre una posición y otra. Uno de los objetivos de est e

trabajo es precisamente distinguir qué relaciones surgen en un momento dado entre

una secuencia y otra, una secuencia y el conjunto-imagen, unas secuencias y otras

más. El interjuego de secuencias es el que dibujará la especificidad del saber de la

imagen pornográfica, las particularidades de ese cálculo según el cual se organizan

ciertos elementos para producirse como pornografía. Las características de este

microdispositivo pornográfico5, nos darán las claves para comprender la voluntad de

verdad que circula a través de él.

***************

Antes de señalar en qué consiste cada una de las secuencias, es necesario hacer un

par de precisiones metodológicas.

4 S CHAEFFER, JEAN-MARIE, La imagen precaria del dispositivo fotográfico, Cátedra, Madrid, 1990, p.

11.
5 Los dispositivos “son máquinas para hacer ver y para hacer hablar. La visibilidad no se refiere a

una luz en general que iluminara objetos preexistentes; está hecha de líneas de luz que forman

figuras variables e inseparables de este o aquel dispositivo. Cada dispositivo tiene su régimen de

luz, la manera en que ésta cae, se esfuma, se difunde, al distribuir lo visible y lo invisible, al hacer

nacer o desaparecer el objeto que no existe sin ella” en DELEUZE, GILLES, “¿Qué es un dispositivo?”,

en BALBIER, E. et al., Michel Foucault, filósofo, Gedisa, Barcelona, 1990, pp. 155-163, p. 155.
IN EXTREMIS: EL GRADO PORNO DE LA CULTURA 13

Cualquier observador considerará en mayor o menor grado, conforme a su universo

valorativo, la relación que la imagen pornográfica guarda con lo que cada uno

entiende por realidad. Este vínculo, por lo general, no se pone en duda y todos los

estudios sobre pornografía lo consideran efectivo. En el presente estudio se entenderá,

por tanto, la imagen pornográfica en el ámbito de la representación, puesto que al

parecer la imagen porno, en cuanto remite a objetos que hacen “parte de la

realidad”, guarda con ella al menos una relación de diferenciación. Cómo hace

referencia a esos objetos que vendría a representar, es una cuestión que este trabajo

deberá responder si se admite que este es uno de los elementos que entra en juego en

la constitución de la imagen. Ello no significa que sea necesario adentrarse en el

estudio de “lo real” o siquiera definirlo, basta con saber que la imagen representativa

admite referirse a cierto real y, de acuerdo con ello, puede suponerse que se organiza

de modos particulares para adecuarse a la idea que se tenga de él. Lo importante es

tener siempre presente que no existe un mundo que no participe del ámbito de la

significación, pues percibir el mundo es en sí mismo un acto de organización semiótica.

Sin embargo, no hay que admitir sin previo estudio la suposición de que la imagen

refiere a un objeto en la naturaleza como todos los críticos de la pornografía lo hacen,

pues ello tiene graves implicaciones éticas y políticas que es preciso tratar con

cuidado. La censura, por ejemplo, sólo puede sostenerse apelando a la existencia de

un lazo metonímico entre la imagen y cierto mundo real, y toda la discusión moral

sobre la imagen se ha construido históricamente alrededor de supuestos enlaces entre

la imagen y aquella porción de “realidad” que vendría a representar. Mediante qué

procedimientos se relaciona la imagen con su “referente” es, irónicamente, una

pregunta que pocos se han hecho con seriedad…


IN EXTREMIS: EL GRADO PORNO DE LA CULTURA 14

Este hipotético lazo que permite pasar de la imagen al mundo es lo que se ha

conceptualizado tradicionalmente dentro de las teorías de la representación. Es

evidente que no hay representación sin discontinuidad entre el objeto representado y

su representante, razón por la cual a toda imagen representativa le es inherente una

falla: el abismo insalvable entre el objeto real y la imagen que lo representa. La imagen

guarda respecto de su referente un diferencial sobre el que se constituirá la naturaleza

metafórica de la imagen representativa. Por más cualidades que compartan la

imagen y el objeto representado, la diferencia espacio-temporal que se produce entre

los dos sólo puede salvarse a través de un tercer término que se incorpore en la

relación. Siendo A un objeto en el mundo natural, y B su representación, para que B dé

cuenta de A debe involucrarse una relación que legitime, a pesar del diferencial que

se produce entre los objetos, su continuidad. Este tercer término puede ser de

naturaleza óptica, política, mítica, religiosa, científica o pasional, el caso es que vendrá

a inscribir una continuidad ficcional entre A y B que, debido a su constitución misma, es

supremamente frágil y debe acompañarse de otros mecanismos que la refuercen. El

tercer término debe demostrar constantemente su propia legitimidad mediante la

lógica, la fe, la semejanza, o cualquier otra práctica o artilugio.

Si por principio natural la representación nunca puede decir exactamente a su

referente, ¿cómo puede constituirse en legítimo representante de él? Pues a través de

los más heterogéneos mecanismos de legitimación, y entre estos, fundamentalmente,

a través de la verdad. Esto es, por medio de

[…] un conjunto de procedimientos a través de los cuales el poder

establece qué es lo verdadero y qué lo falso en cada momento

histórico y, con ello, se organiza un campo de problemas dentro del

cual se constituyen ciertos objetos, con aspectos visibles y enunciables


IN EXTREMIS: EL GRADO PORNO DE LA CULTURA 15

[…] y se constituyen sujetos […], como así también todo un conjunto de

enunciables que podrán ser verificados como verdaderos o falsos

dentro de ese territorio.6

El tercer término entre un objeto en el mundo natural y su representación, es un

dispositivo de poder, una verdad sujeta al juego político7. Nada más arbitrario que una

cosa funcione en lugar de otra, pero en ello consiste en gran medida el lenguaje.

Pretender indagar por la relación entre pornografía y verdad, obliga a develar

mediante qué mecanismos la pornografía asegura una continuidad entre sí misma, y el

“sexo” como noción producida en el dispositivo de sexualidad, pues ella admite

referirse al sexo como instancia específica y gana a través de este juego referencial su

tan ambigua eficacia. En este sentido, resulta sugerente que el advenimiento de la

pornografía sea contemporáneo a

[…] un fenómeno de “sobresaber”; […] un fenómeno de saber en

cierta medida, excesivo, multiplicado, de saber a la vez intensivo y

extensivo de la sexualidad, no sólo en el plano individual, sino también

en el plano cultural, en lo social, en formas teóricas o simplificadas. […]

una especie de desarrollo, de hiperdesarrollo del discurso sobre la

6 MURILLO, SUSANA, “Verdad e historia en Michel Foucault”, en PÉREZ L INDO , AUGUSTO [Comp.], El

problema de la verdad, Vol.1, Biblos, Buenos Aires, 1991, pp. 159-176, p. 164.
7 Para Foucault, lo político equivale al conjunto de relaciones de poder inestables, organizadas,

locales y calculadas, que a cada momento producen objetos y sujetos específicos según

direccionamientos particulares. El valor político de la imagen le viene dado por su propio valor

ontológico, puesto que la imagen es la forma que da un conjunto de relaciones de poder y

saber a una materia concreta, que es iluminada y segmentada conforme a juegos estratégicos

que tienen diversos objetivos.


IN EXTREMIS: EL GRADO PORNO DE LA CULTURA 16

sexualidad, de la teoría sobre la sexualidad, de la ciencia sobre la

sexualidad, del saber sobre la sexualidad.8

Parece entonces, que a la vez que se producía el sexo al interior del “dispositivo de

sexualidad”, se sentaban las condiciones de posibilidad para que se produjera la

pornografía, razón por la cual, un estudio de la mirada pornográfica sólo puede tener

sentido dentro de un plan de desciframiento de su papel en la constitución de la razón

sexual occidental. Foucault llama dispositivo al conjunto multilineal que conecta

elementos heterogéneos como cuerpos, placeres, discursos, instituciones, enunciados,

leyes y resistencias, que se enlazan de acuerdo a estrategias de saber y poder. La

“sexualidad” como objeto de saberes, como preocupación, como lugar de ejercicio

político, se habría producido –según Foucault– en un dispositivo histórico específico

caracterizado por el hecho de que el cuerpo y sus placeres se convirtieron en un

elemento a incitar, pensar, penetrar, conocer, controlar, descifrar y normativizar. Con el

dispositivo de sexualidad se une al cuerpo, a través de un conjunto heterogéneo de

prácticas, a un saber sobre sí mismo que se juzga como verdadero.

“Este nexo de verdad entre prácticas y saberes no podría sostenerse si no fuera válido
para un sujeto. Para éste, ese nexo tendrá la virtud de nombrar lo real, y por esa
verdad el sujeto tendrá la experiencia de lo real. Ese lazo entre verdad, sujeto y
experiencia es indefectible”. 9

Si la pornografía tiene por objeto el sexo, este sexo sólo puede corresponder al de la

razón sexual que Occidente ha construido en los últimos dos siglos, y no puede, por

8 FOUCAULT, MICHEL , “Sexualidad y poder”, en Estética, ética y hermenéutica, Paidós, Barcelona,

1999, pp. 129-147, p.131.


9JAMBET, CHRISTIAN, “Constitución del sujeto y práctica espiritual. Observaciones sobre la Historia de

la sexualidad”, en BALBIER, E. et al., Michel Foucault, filósofo, Gedisa, Barcelona, 1990, pp. 227-241,

p. 232.
IN EXTREMIS: EL GRADO PORNO DE LA CULTURA 17

tanto, considerarse como un referente “natural”, sino como una forma sujeta a

relaciones de poder: CON LA IMAGEN, NO SE CAPTURA UN OBJETO DE LA NATURALEZA, SE CAPTURA

UNA MIRADA, y es por ello que cada imagen delata, a fin de cuentas, un

direccionamiento, una cierta valoración del mundo y de producción de sujetos.

Habría que aceptar, además, que el dinamismo del mismo dispositivo afecta

substancialmente la imagen que del sexo allí se produce. No se hace el mismo porno

desde el siglo XIX, tampoco se producen las mismas formaciones del deseo.

Aunque la presente investigación no pretende realizar una genealogía de la mirada

pornográfica, si pretende fundamentar la posibilidad de realizar dicho trabajo, e

inaugurar con ello, una examen crítico definitivamente novedoso sobre este fenómeno.

Por el momento, es pertinente sentar las bases de este programa crítico en el

desciframiento de los procedimientos inherentes a la producción de la fotografía

porno, y mediante los cuáles ella se adecua estratégicamente al objeto que dice

representar: un sexo al que hemos “dotado de propiedades intrínsecas y leyes

propias”10.

***************

La segunda precisión metodológica hace referencia al corpus elegido como materia a

investigar.

Es bien sabido que la pornografía representa uno de los mercados de productos

editoriales, videográficos, fílmicos y digitales más importantes de la economía mundial

actual. Tanto las imágenes estáticas, como las imágenes en movimiento, guardan

10 FOUCAULT, MICHEL , Historia de la sexualidad: La voluntad de saber, Vol. 1, Siglo XXI, México, 2000,

p. 185.
IN EXTREMIS: EL GRADO PORNO DE LA CULTURA 18

diferencias en términos ontológicos en tanto están sometidas a regímenes de

constitución, reproductibilidad, circulación y consumo bien distintos. Para el análisis

semiótico, es evidente que los textos visuales producidos a partir de las técnicas del

video, la fotografía o el cine, tienen especificidades que los diferencian por completo

puesto que involucran elementos de la expresión y el contenido muy dispares.

En este estudio, el corpus de análisis está constituido exclusivamente por imágenes

estáticas independientemente del soporte en el que se hayan producido. Por tal razón,

se encontrarán fotogramas extractados de filmes y producciones con todo tipo de

videocámaras, cuya materia se ha digitalizado de alguna manera en el caso de que el

material no fuera elaborado directamente con una cámara digital. Generalmente, las

imágenes que se transmiten a través de Internet son una reproducción digitalizada de

imágenes fotográficas que en principio tuvieron vida impresa pero que en la pantalla

adquieren otras propiedades de circulación y registro.

Fotografías o fotogramas, es un hecho que parte de la materia significante de estas

imágenes ha cambiado en el momento en el que han sido digitalizadas puesto que los

elementos físicos que las componen no son los mismos. Ello, sin embargo, no tiene

efectos substanciales a propósito de la construcción del sentido o del valor de verdad

de la imagen, porque de hecho estos se fundan casi siempre en las especificidades del

grano, elemento que frecuentemente respetan las imágenes porno con relación a la

imagen que vienen a reproducir. Cambia la materia significante física, es verdad, pero

pocas veces cambian los elementos compositivos, entre los cuales obviamente, tiene

un valor fundamental el grano que, como se verá más adelante, redirige la mirada

hacia el momento de producción de la imagen y el soporte con el cual se realizó, pero

es incapaz de detener por sí mismo el proceso de significación en las particularidades

del dígito, a menos que la imagen se encuentre trucada digitalmente de modo que
IN EXTREMIS: EL GRADO PORNO DE LA CULTURA 19

afecte las particularidades del grano mismo (con un efecto de “pixelado” o

texturizado, por ejemplo). Si en la digitalización de la imagen la transposición de los

puntos que constituyen la imagen original a la pantalla se hace de modo homogéneo,

en la nueva imagen digital el grano redirigirá el proceso de construcción de sentido

hacia la cámara que dio origen a la imagen de la cual es reproducción, a pesar de

que se visualice en una pantalla de computador. Mientras el grano no cambie de

manera que afecte gravemente la figuración o las propiedades plásticas de la

imagen, el papel y la pantalla funcionan prácticamente igual a la hora de reproducir

imágenes: ambos soportan una red de millones de puntos de colores que se perciben

como un conjunto figurativo determinado.

Internet, por ser un medio de transmisión de información y no de producción, ha

llevado la pornografía a muchas más partes, pero no ha cambiado sus modos de

producción técnica que siguen siendo patrimonio de los métodos de producción de

imágenes fundamentados en las propiedades fotosensibles de una determinada

película o chip, procesos físico-químicos que son similares en el cine, el video y la

fotografía, y que se estudiarán con el paradigmático ejemplo de funcionamiento de

esta última.

***************

Si bien el programa ya se está llevando a cabo, se hace la suposición de que la

primera secuencia está por venir y que es relativa a la materialidad de la imagen, en

tanto dicha materialidad “funda su estatuto comunicacional”11, de modo que la

pregunta fundamental en este momento es de qué modo el ser fotografía de la

imagen pornográfica determina a esta en tanto imagen, es decir, la preocupación

11 S CHAEFFER, op. cit., p. 12.


IN EXTREMIS: EL GRADO PORNO DE LA CULTURA 20

inicial es dilucidar qué le prescribe a la pornografía su arché. La primera línea de

estudio es pues físico-química, pero en razón de la historicidad del problema de la

reproducción técnica del mundo, está secuencia estará cruzada por un somero

recuento de las tesis que llevaron a la formulación de la necesidad de hacer visible

técnicamente el estado de cosas que el hombre se encontraba a su paso.

A continuación, se indaga por la organización de las líneas de luz que componen la

imagen y su valor comunicacional: ¿cómo circula la luz?, ¿dónde se concentra?,

¿según qué parámetros se distribuye?, ¿qué objetos instaura a su paso? Y dada la luz,

¿qué espacios se crean de acuerdo con sus modos de dispersión?, ¿qué valor tiene el

espacio en el proceso de producción de sentido?

La organización según agujeros negros es la primera síntesis que se expone. Esta

secuencia es a la vez una pausa reflexiva y una propuesta conceptual que permitirá

dar paso, de acuerdo con las problematizaciones que allí se planteen, a una

secuencia histórico-discursiva en la cual se hará énfasis en la pragmática del goce o la

estratificación del deseo a partir de la pornografía. Cada lugar de producción de

goce será definido respecto a las características de su producción técnica y en

relación con los códigos culturales que posibilitan su producción.

Las secuencias que sigan, se adecuarán estrictamente a lo que indique la reflexión,

esto es, presentarán la síntesis del programa trazado y verificarán qué

reprogramaciones son necesarias para llevar a feliz término la propuesta investigativa.


I

HUELLAS DE LA LUZ, SABER DE LA LUZ

Siglo XVIII. El Conde Francesco Algarotti, sufría de una extraña fascinación de la que

pocos son capaces de reponerse. Desde su natal Venecia, Algarotti recomendaba a

los jóvenes pintores que hicieran de la cámara oscura “el mismo uso que los naturalistas

y los astrónomos hacen del microscopio y el telescopio, porque todos esos instrumentos

contribuyen en igual medida al conocimiento y la representación de la naturaleza” 12. El

mismo sentimiento febril del italiano, alentaba desde el siglo XV a las generaciones

para que se entregasen al estudio del milagro de la óptica, de la luz, de la percepción,

del acontecimiento de la visión descubriendo para el alma los objetos del mundo.

Nadie se quedó por fuera del admirable develamiento del mundo que se llevaba a

cabo después de siglos de “oscurantismo”. Una era de luz cubría el mundo y le extraía

su verdad, y no demoraría en iluminar esos oscuros objetos que constituían el sujeto

mismo de la revelación: el alma y el cuerpo.

Esa era dio a sus artistas la cámara lúcida y el telescopio gráfico, el

diágrafo, el agatógrafo y el hialógrafo, el quarreógrafo, el

pronopiógrafo y el eúgrafo, el espejo gráfico y la cámara periscópica,

12 S CHARF , AARON, Arte y fotografía, Alianza, Madrid, 1994, p. 25.


IN EXTREMIS: EL GRADO PORNO DE LA CULTURA 22

el megascopio solar, el prisme ménisque, el fisionotracio, el paralelo

universal y toda clase de instrumentos pantográficos.13

Estos hermosos nombres, giraban más o menos desordenadamente sobre los planos

estrictamente geométricos del “programa de verosimilitud trazado para el arte, la

ciencia y la vida por el Renacimiento”. 14

Aquellos que estaban seguros de que el descubrimiento de la verdad que atravesaba

con cálculo preciso la naturaleza, dependía de una sana visión del mundo rectificada

mediante la razón, supieron al momento mismo de su intuición que se debía confiar a

la técnica el poder de enmendar la fragilidad de la mirada humana, de corregir su

tendencia al equívoco y su incapacidad de traer a la razón lo infinitamente lejano.

“Sólo una máquina podía ser árbitro final en cuestiones relativas a la verdad visual”15, y

todos los experimentos de rectificación visual llevados a cabo por optimistas artistas y

científicos, se eclipsaron ante la invención del daguerrotipo.

Cuando Daguerre afirmaba que “el daguerrotipo no es un simple instrumento para

dibujar del natural […], sino que da a la naturaleza el poder de reproducirse”16 no se

equivocaba del todo. Para 1839, la recién nacida fotografía era ocasión para los más

acalorados ánimos: “La imagen se reproduce en sus detalles más nimios con increíble

13 Ibídem, p. 26.
14 JIMÉNEZ, CARLOS, “El arte en la fábrica de los deseos”, en Lápiz. Revista Internacional de Arte,

España, Año IX, No. 76, marzo de 1991, p. 52.


15 S CHARF , op. cit., p. 26.
16 Ibídem, p. 27.
IN EXTREMIS: EL GRADO PORNO DE LA CULTURA 23

exactitud y finesse. […] La luz misma reproduce las formas y las proporciones de los

objetos exteriores con una precisión casi matemática”. 17

La luz, a partir del siglo XIX, tuvo el poder de dibujar el mundo sobre placas sensibles

prestas a servir de herramienta para conocer ese mismo mundo que, tan

humildemente, se prestaba para su reproducción. Esas pinturas “dibujadas por el sol”,

eran realmente una extensión en gama de grises del mundo natural, pues la fotografía

es, en un sentido preciso, una impresión a distancia hecha posible por las reacciones

químicas que se operan sobre una superficie sensible por la intervención de un “flujo

fotónico emitido o reflejado por el impregnante” 18. En un sentido ideal-matemático, la

impresión fotográfica es el resultado de la proyección de cada uno de los puntos que

constituyen el objeto capturado (impregnante), sobre una superficie en la que cada

punto impreso corresponde a un solo punto del impregnante.

Por las especificidades del proceso físico-químico mediante el cual se produce, la

imagen fotográfica tiene características que la diferencian por completo de otro tipo

de imágenes.

En primer lugar, la necesidad de considerar un mínimo espacio entre el impregnante y

la placa sensible en el que pueda hacer su trabajo el flujo fotónico, determina la

composición de la imagen misma en tanto obliga a crear cierta distancia entre la

máquina y el objeto a capturar. En beneficio de la figuración, el fotógrafo ha de

mantener cierta distancia, puesto que si el impregnante entra en contacto directo con

la superficie sensible del dispositivo fotográfico, simplemente no se producirá la

transposición analógica, y el resultado será ilegible.

17 Ibídem, p. 28.
18 S CHAEFFER, op. cit., p. 14.
IN EXTREMIS: EL GRADO PORNO DE LA CULTURA 24

En segundo lugar, “la impresión, por tanto la imagen fotónica, constituye el arché de la

imagen fotográfica en tanto que ésta se define como grabación de señales visibles”19

motivo por el cual, en términos comunicativos, la fotografía es huella efectiva de un

objeto al cual viene a representar metonímicamente.

“En la técnica de la impresión, lo que se consigue no es un signo arbitrario ni

metafórico, donde el significado se parece al referente, sino un signo que es parte de

su referente” 20. En razón a su arché, esto es, a su especificidad físico-química, la imagen

fotográfica se comporta entonces como un índice, un signo que remite al objeto

porque ha sido afectado efectivamente por dicho objeto. Por esta razón, la fotografía

puede servir en el ámbito jurídico-penal como prueba material: su carácter indicial la

convierte en signo de existencia.

¿Qué podría decir un artista de unos cuadros de los que se afirmaba

que eran más bellos que cualesquiera otros, y que, “dibujados” por el

sol, superaban el dibujo más hábil de la mano humana? Una vista de

París tomada desde el Pont des Arts pasaba por ser un “dibujo de tal

calidad que jamás podría igualarlo el arte…, contamos las losas del

empedrado, vemos la humedad de la lluvia”.21

Frente a la transposición analógica realizada en el proceso de impresión, sobre la cual

se funda la función metonímica que enlaza la imagen fotográfica con el “mundo

natural”, el artista pone en juego el artificio. “El arte, como insistía Delacroix, no era,

simplemente, la reproducción indiferente de los objetos, sino una cuestión de

19 Ibídem, p. 22
20 DUPONT, FLORENCE, “El otro cuerpo del emperador-dios” en FEHER, MICHEL [Ed.], Fragmentos para

una historia del Cuerpo, Tomo III, Taurus, 1992, p. 408.


21 S CHARF , op. cit., p. 31.
IN EXTREMIS: EL GRADO PORNO DE LA CULTURA 25

refinamiento intelectual y visual, y con frecuencia, de exageración deliberada, lo que

equivalía a poner la mentira al servicio de la verdad”22. VERDAD ARTÍSTICA VS . VERDAD

TÉCNICA. Pero, ¿no se ignora acaso que la imagen fotográfica, en tanto impresión sujeta

a un dispositivo de poder-saber, es ya una mirada, una interpretación? La idea según

la cual la fotografía reduplica la realidad está fundada en argumentos no

precisamente naturales, pues ignora que toda imagen fotográfica, para ser tal, debe

estar circunscrita a un campo particular de acción, a un punto de vista.

1865

Por otra parte, el mecanismo de funcionamiento del ojo no es rigurosamente el mismo

que sigue la cámara fotográfica. De hecho, el ojo corrige ciertas imprecisiones ópticas

que la cámara asume como accidentes del objeto capturado. Piénsese, por ejemplo,

en un elemento tan fundamental como el color, para comprender que la fotografía no

22 Ibídem, p. 134.
IN EXTREMIS: EL GRADO PORNO DE LA CULTURA 26

captura el mundo tal cual es visto por el ojo. Esta imprecisión inherente al medio es, sin

embargo, el eje mismo de la actuación semiótica de la fotografía en el mundo. Basta

simular en la pantalla del computador ciertos efectos de contraste y color, para darle

vida a una fotografía tipo “años cincuenta”, aunque no por ello el resultado está

garantizado: hay que responder igualmente a cierto espíritu de la época que se

expone en el maquillaje, los modos de vestir, las poses, la ambientación, etc. La

cámara y el proceso de producción de la imagen, están atravesados también por un

espíritu del tiempo, es decir, tienen un papel tan discursivo como un hábito y producen

complejos efectos de sentido como cualquier diseñador o fotógrafo lo podría

confirmar. A cada época, se sabe, le corresponden ciertos signos.

1950 1910 1970

Hay, por supuesto, pornografía tipo fifthies, y un daguerrotipo pornográfico tiene un

plusvalor que considera la antigüedad, la rareza, la inmoralidad y la supervivencia de

la imagen. En cada época también, se exploraron gimnásticas y narrativas distintas

relacionadas con las condiciones técnicas de producción fotográfica del momento y

particularidades regionales. El cum shot23, por ejemplo, sólo pudo producirse hasta la

aparición de la instantánea, y puede distinguirse el origen o el mercado en el cual se

23 Género pornográfico que se especializa en la ostentación de eyaculaciones sobre el rostro del

partenaire. Más adelante se hace un estudio más detallado de sus formas de funcionamiento.
IN EXTREMIS: EL GRADO PORNO DE LA CULTURA 27

desplegará un conjunto de imágenes atendiendo a que “la producción

estadounidense se obsesiona por el tamaño de senos y penes, la japonesa se centra

en la juventud y el sadomasoquismo, la francesa en la penetración anal y la inglesa en

los castigos”24.

Las fotografías consideradas socialmente como pornográficas son contemporáneas

del daguerrotipo. Por aquellos años, la cámara particularizaba la escena de tal

manera, que los modelos debían apropiarse de una pose lo suficientemente cómoda

como para soportar los largos tiempos de exposición que eran necesarios para

producir el daguerrotipo. Además, los lentes utilizados no permitían capturar escenas

que no se organizaran a una distancia específica. Se entiende pues, por qué razón era

imposible hacer planos de tipo fisiológico 25 como los que caracterizan la pornografía

de los ochenta y, en general, todo el porno contemporáneo.

Como antaño, los cuerpos aún se organizan de modo particular dependiendo de las

condiciones técnicas en las que se realiza la toma. Por ejemplo, la fotografía de

penetración anal y el famoso double penetration26, son géneros que dependen por

entero de una buena iluminación y de cierta experiencia por parte de los modelos. De

otra forma, es casi imposible hacer imágenes de calidad.

24 S EMPOL, DIEGO , “La mentirosa búsqueda de lo secreto”, en Brecha, Sumario No. 844, febrero de

2002, en http://www.brecha.com.uy/sic/n844/cult_porno.html .
25 El plano fisiológico o medical shot es el nombre que recibe el Primer Plano de coito en la jerga

pornográfica. En adelante, los nombres de os


l planos se relacionarán siguiendo la siguiente

nomenclatura: Plano General (PG), Plano Conjunto (PC), Plano Americano (PA), Plano Medio

(PM), Primer Plano (PP), Primerísimo Primer Plano (PPP) y Plano Detalle (PD).
26 Nombre que recibe el conjunto de imágenes que exponen mujeres penetradas por dos

hombres a la vez. Más adelante se explicará el funcionamiento de este género con mayor

precisión.
IN EXTREMIS: EL GRADO PORNO DE LA CULTURA 28

Sin embargo, a diferencia de los pioneros, el pornógrafo moderno tiene a su disposición

equipos mucho más sofisticados que le han permitido ampliar enormemente el

repertorio icónico. Por ejemplo, las escenas de oa05, chocomillk6, y CL serían

perfectamente imposibles sin la instantánea y el teleobjetivo.

oa05 chocomillk6 CL
II

LOS TEJIDOS SIGNIFICANTES:

ESPACIO CONCRETO, ESPACIO ABSTRACTO, ESPACIO PORNOGRÁFICO

Automotive

Los denominados planos de ubicación permiten emplazar escenarios y, dado el caso

en el cual refieran a un conjunto de sujetos, los muestran en relación con un entorno

que sirve de marco de producción de sus acciones. En el PC, por ejemplo, se dispone

cierto número de elementos de manera tal que conformen una unidad reconocible

por alguna característica que enlace los objetos participantes entre sí, y los relacione
IN EXTREMIS: EL GRADO PORNO DE LA CULTURA 30

con un espacio que los soporta, aísla e interviene en el proceso de significación. En

“Automotive”, el uso del PC produce un efecto de sentido muy particular al subrayar el

carácter público del acontecimiento que allí se lleva a cabo. La luz tonal natural

acentúa dicho efecto puesto que permite discernir que el topos en cuestión es una

gasolinera, y que la escena se lleva cabo a “plena luz del día”.

El formato vertical cumple un doble propósito al permitir aprehender por completo el

conjunto y, a la vez, proporcionar la suficiente cercanía para descifrar los elementos en

juego. Juntos, cuerpos y espacio, conforman un espacio textual en el que múltiples

acciones pueden ser particularizadas como narraciones en las que podría insertarse

ese corte que es “Automotive”. Una imagen siempre delimita un espacio virtual del

cual ella es apenas una parte: antes y después de ella se pueden ocurrir otros

acontecimientos según las lógicas narrativas más disímiles. Sin embargo, este espacio

no es infinito, puesto que la imagen misma contiene un cierto monto de información

que delimita lo que podría o no suceder antes o después que se ha realizado el corte.

La gasolinera en la mañana, como unidad espaciotemporal específica, afecta el

sentido de los cuerpos que se encuentran enlazados con ella. En “Automotive” hay una

intersección que tiene lugar en un topos específico, por lo que el sentido de dicha

intersección es inseparable del espacio que la envuelve y la permite.

“Automotive” fue realizada con un objetivo “normal”, tal como se conoce a aquellos

lentes que abarcan un ángulo de visión cercano a los 45º y que permiten percibir los

objetos de una manera muy parecida a como los ve el ojo humano. Además, estos

objetivos intensifican el efecto de perspectiva geométrica, que, sumados al uso del PC

y al ligero contrapicado, acentúan la objetividad del enunciatario que nos participa su

mirada.
IN EXTREMIS: EL GRADO PORNO DE LA CULTURA 31

El uso del PD es frecuentemente relacionado con la representación de objetos puesto

que, asociado al cuerpo humano, consigue fragmentar la unidad de la que

suponemos goza el sujeto. Para evitar confundir un trozo del cuerpo con cualquier otro

objeto de la naturaleza, el PD deb e considerar - tanto en la iluminación como el

encuadre- la existencia de condiciones de aprehensión de la superficie como parte

de un conjunto más amplio; el objeto así capturado, establece una relación

metonímica con el cuerpo virtual del cual es parte.

En el caso de “V”, el formato apaisado sirve de marco de interacción para dos objetos

cuya naturaleza y textura se pueden distinguir gracias a la luz tonal artificial que recae

directamente sobre las superficies.

Un PD, mientras más cerrado sea, excluye con mayor eficiencia el entorno. En términos

de significación, esta propiedad tiene varias consecuencias:

§ Los objetos tienden a invadir el cuadro por completo lo que les proporciona cierta

magnificencia.
IN EXTREMIS: EL GRADO PORNO DE LA CULTURA 32

§ Los objetos ganan pureza por cuanto se excluye el posible “ruido” que pudiera

ocasionar el entorno.

§ Por la suma de los efectos anteriores, los objetos se imponen a la percepción.

Manifiestan la posibilidad de ganar sentido por sí mismos sin necesidad de apelar

al enlace metonímico con el cuerpo del cual harían parte, esto es, muestran

como innecesario seguir el continuum del cual hacen parte y que a fin de

cuentas permite distinguirlos: fantasmar de qué cuerpo hacen parte se hace por

añadidura, pero ello no reduce la fuerza de significación que el objeto tiene per

se.

En “V”, el uso de un teleobjetivo, además de hacer posible la nítida visualización de los

objetos, acentúa los efectos del PD ya mencionados, puesto que técnicamente, para

realizar un considerable aumento de la imagen enfocada sin perder nitidez, es

necesario excluir el fondo y “aplanar” la imagen. Los objetos devienen entonces,

objeto de su propio entorno: Topos anatómico.

A diferencia de “Automotive” donde la fotografía es susceptible de ser insertada


imaginariamente en una serie como fotogram a de una trama narrativa bien compleja,
“V” presenta una continuidad entre el objeto y el espacio que le da lugar. El objeto
deviene su propio espacio simplemente por el hecho de que el espacio mismo es
indiscernible: cualquier espacio podría ser dispuesto para dar piso a la intersección
entre la lengua y la vagina, pero también podría ser cualquier lengua, cualquier
vagina. “V” se produce en un espacio abstracto, lo que hace perfectamente imposible
fantasmar de qué serie podría hacer parte, ya que cualquier serie podría ser
congruente con la acción. “Si los sentimientos, las emociones y las sensaciones son
IN EXTREMIS: EL GRADO PORNO DE LA CULTURA 33

independientes de la ejecución del acto, cualquier sentimiento, emoción o sensación


es compatible con el acto”. 27

“V” es un acto puro y vertical como todos los planos denominados en la jerga

pornográfica como “medical shots” o planos fisiológicos, pues la ausencia de un

contexto que soporte la penetración la hace signo de sí misma.

silvia13

Cuando la cámara se desplaza diagonalmente con relación a los ejes x-y sobre los que

generalmente se mantiene, da lugar a encuadres conocidos como “aberrantes”,

puesto que rompen el esquema normal de la visión. El encuadre aberrante, como en el

caso de "silvia13", genera un efecto de inestabilidad de la escena que se asocia

27 OLCINA, EMILI , No cruces las piernas. Un ensayo sobre el cine pornográfico, Laertes, Barcelona,

1997, p. 49.
IN EXTREMIS: EL GRADO PORNO DE LA CULTURA 34

simbólicamente con el movimiento puesto que los objetos devienen diagonales y la

mirada se desplaza según la trayectoria que ellas le marcan.

Conducida según dos pendientes que son, a la vez, líneas de dispersión de luz y líneas

de distribución de espacios, la mirada asiste en ese desplazamiento al nacimiento

conjunto del objeto y de sí misma.

silvia13

(Plano de dispersión de luz y distribución de espacios)

Cada una de las pendientes no cesa de referirse a la otra, y la recién nacida mirada,

es víctima de esta vacilación: sin saber dónde ubicarse definitivamente, empieza a

deslizarse en circuito cerrado. En el espacio creado por ese circuito, la mirada podría

deambular infinitamente hasta agotarse, pero, ocasionalmente, conseguiría

desprenderse de tan monótono destino para saltar a alguno de los tres espacios que

sostienen la composición. Esas áreas que le “dan lugar” al circuito, son también la

única posibilidad de escapar de él, sin embargo, remiten de nuevo al círculo inicial.
IN EXTREMIS: EL GRADO PORNO DE LA CULTURA 35

La mirada se detiene en el triángulo de la izquierda. ¿Es acaso otra imagen lo que allí

descansa?, ¿es un espejo?, es, precisamente, una imagen -espejo que devuelve la

mirada al centro de la composición puesto que no es más que una autorreferencia.

De acuerdo con su comportamiento, el circuito puede definirse como agujero negro

por su capacidad de remitir todo el conjunto a sí mismo; mientras los tres triángulos que

sostienen el conjunto pueden llamarse espacios lisos, por su incapacidad de atrapar la

mirada, porque su objetivo estratégico es lanzarla una y otra vez al agujero negro.

En "silvia13", a partir de una operación de racionalización del espacio y cortes de luz, se

instaura un foco alrededor del cual gira toda la composición. La imagen entera

resuena en el agujero negro. La imagen se codifica a partir de ese agujero, esto es, se

comprende gracias a él, pues el agujero negro es un signo autosuficiente para

otorgarle sentido a lo que sucede. Todos los elementos de la composición conspiran

para que aparezca el sexo, o más exactamente, el goce que se le atribuye a la

ejecución de actos sexuales. La composición gira alrededor de los signos anatómicos

que remiten metonímicamente a esa instancia abstracta que es el sexo, ellos son los

órganos que permiten la asunción del goce, pero son también los signos que dan

cuenta de su aparición.

D "silvia13" a "V", y de "V" a "Automotive" la distancia es más corta de lo que parecía en

principio, y no precisamente porque las tres imágenes se definen indistintamente como

pornografía según lo dictan los buscadores en n


I ternet, sino porque en todas se

generan composiciones del tipo agujero negro. En "Automotive", a fin de cuentas, los

signos del sexo terminan por codificar la imagen por completo. La gasolinera en la

mañana sólo tiene pertinencia como correlato del acontecer del sexo como goce.

Lejos de dar piso a las penetraciones, el espacio se convierte en un signo más asociado
IN EXTREMIS: EL GRADO PORNO DE LA CULTURA 36

a ellas, ya que las penetraciones son piso de sí mismas. A pesar de tener un espacio

concreto, "Automotive" participa de la misma lógica de "V", el espacio se abstrae

como signo para participar en el texto como una vicisitud más de aquella instancia

que produce el sentido: el sexo, ese es el agujero negro, todo en la pornografía se

codifica a través de él.

Se entiende pues porqué es inaceptable la tesis de que la pornografía puede definirse

por la tendencia a poner en primer plano la anatomía del sexo. El porno no es cuestión

de plano o encuadre aunque ello, desde luego, afecta el proceso de producción de

sentido. Cualquier plano o encuadre puede traducirse en pornografía siempre y

cuando la composición entera se defina a partir de los signos que culturalmente se

relacionan con el sexo. En esta perspectiva, los cuerpos ni siquiera necesitan estar

desnudos para que la pornografía aparezca, basta que los signos del goce sexual

vistan los cuerpos de sentido.


III

LA PRAGMÁTICA DEL GOCE

La fotografía pornográfica, para producirse como tal, debe recurrir en su composición

a ciertas codificaciones que le otorguen su especificidad como imagen. El estudio de

los códigos de composición de la imagen, exige la elaboración de un análisis crítico de

los procesos culturales mediante los cuales se codifica la imagen puesto que los

proceso de significación no son el resultado de procedimientos puramente sintácticos

o morfológicos. Así, por ejemplo, la ley de regulación de la pornografía de Estados

Unidos prohíbe expresamente

[…] que ciertas prácticas como el bondage, los azotes, los enemas o el

sadomasoquismo blando se combinen con escenas de sexo explícito.

Tampoco está permitido un gang bang de una actriz blanca con

actores negros, pero sí se permite la situación contraria. En Estados

Unidos están prohibidos los videos protagonizados por menores de

edad, las prácticas escatológicas, la penetración con el puño, el

sadomasoquismo duro y la zoofilia.28

Reconocer la pornografía de origen estadounidense es pues, un asunto de calidad

básicamente legal, por lo que el pornógrafo debe recurrir a códigos específicos para

componer la imagen.

28 ESCÓPICO, CASTO , Sólo para adultos: Historia del cine X, La máscara, Valencia, 1996, p. 114.
IN EXTREMIS: EL GRADO PORNO DE LA CULTURA 38

Ese porno codificado bajo la forma de la ley estadounidense recibe el nombre de

mainstream y se caracteriza a grandes rasgos por proveer una cierta idea

racionalizada acerca de lo que debe ser la representación del sexo, tal y como se

deduce de las palabras de Ron Jeremy, uno de los actores y pornógrafos más

importantes del siglo XX:

En escena puedes meterle a una actriz en el coño consoladores o

vibradores, pero nunca frutas o vegetales, ni plátanos ni pepinos ni

zanahorias… ¡nada que puedas usar luego en una ensalada o en una

verdulería! Le puedes introducir hasta cuatro dedos, más no ¿Por qué?

Misterio. No se pueden rodar escenas de dominación ni fingir una

escena de violación u otro tipo de actos violentos. Puedes hacer sado,

como Bruce Seven; pero sin sexo, no puede haber cópula. Las películas

han de estar divididas según modalidades o desviaciones sexuales:

anales, gays, etcétera. Lo “bizarre”, tipo coprofilia o lluvia dorada, está

prohibido. En fin, es un panorama desolador. Supongo que es la

presión de la América profunda y ultrarrepublicana la que ha

conseguido este tipo de normas.29

El mainstream porn expresa con total claridad las estrategias biopolíticas de las cuales

participa el porno, puesto que establece un horizonte del comportamiento sexual

ligado directamente con una codificación que diferencia entre las acciones punibles y

las que no lo son, y de paso estratifica la producción de actos sexuales.

29 Ídem.
IN EXTREMIS: EL GRADO PORNO DE LA CULTURA 39

Esta estratificación no equivale más que al variado universo de prácticas sexuales y la

demanda específica que se construye sobre estas, o lo que es lo mismo, la acción

sexual sujeta a los flujos del mercado, hecha mercancía y deseo.

A partir del maínstream, el sexo es pensado por primera vez en términos de mercado

segmentado (lo que equivale simbólica e imaginariamente a una segmentación del

deseo mismo), lo que ha hecho que bajo el nombre de “pornografía” se agrupe un

conjunto muy heterogéneo de representaciones con códigos de organización

particulares según su objeto. A continuación, se hace una relación de los más

importante géneros pornográficos con el fin de evidenciar los componentes

particulares que los constituyen puesto que, en estrictos términos semióticos, es

inconsecuente formular la existencia de una única forma de la pornografía como

algunos teóricos intentaron hacerlo al definir el porno con relación a la utilización del

PP. Que la pornografía carece de una codificación dura tal y como se ha pretendido

suponer en los análisis de corte psicológico, erótico y sociológico, es algo que se verá

en la exposición siguiente, pues la dureza del código es incongruente con la lógica

cultural del capital. El porno ha de cambiar y de desdoblarse en múltiples pornografías

si quiere sobrevivir a las demandas del mercado, demandas que se parecen cada vez

más al deseo que ha constituido la pornografía misma: un goce estratificado, un goce

susceptible de acomodarse a las demandas más particulares del usuario, un goce

para cada uno. Niños, enanos, transexuales, castrados…todos pueden hacer parte de

la pornografía, pues cada uno expresa una forma particular del goce, hecho que lo

que los convierte a la vez en target y en objeto a producir, en usuario y en imagen.

Este es la cartografía del goce según el porno:


IN EXTREMIS: EL GRADO PORNO DE LA CULTURA 40

AFEITADO

shave shave3

Conocido en inglés como “Shaved ”, este género narrativo se caracteriza por presentar

escenas de afeitado del vello púbico de los modelos. Para su presentación se utilizan

casi siempre planos de expresión, pero los planos de contexto también se usan

especialmente si el proceso de afeitado es realizado por algún partenaire como parte

de la jornada sexual, para lo cual se necesitan planos más abiertos que permitan

contener a todos los participantes.

AMATEUR

Es el género pornográfico más importante de los últimos años y el que actualmente

mueve la demanda mundial con mayor intensidad ya que su naturaleza narrativa

reside en su supuesto carácter espontáneo y doméstico, cualidades que son atribuidas

culturalmente al “sexo real”.

El porno amateur tiene cuatro variantes que vale la pena exponer separadamente.
IN EXTREMIS: EL GRADO PORNO DE LA CULTURA 41

Hay un porno de modelos “debutantes” cuya elaboración es casi siempre profesional y

que presenta características diferenciadas según los géneros con los que se relaciona

(Hardcore, softcore, teen, blow job, etc.). La única referencia que permite deducir que

los modelos son debutantes es un enunciado del tipo “primera vez” o “featuring”.

Otra forma que toma el amateur es la de fotografías caseras realizadas por aficionados

que son reconocibles por el grano, el tipo de película utilizado, el proceso de revelado

y la iluminación. En ocasiones, las imágenes son producidas por los mismos

participantes del intercambio sexual, por lo que los encuadres y angulaciones

dependen por completo de las disposiciones de los cuerpos como en “tia059”.

tia059

El tercer tipo de amateur corresponde a fotografías o fotogramas de “Cámaras

escondidas” entre las que destaca el porno “webcam” que es tal vez el único género

nativo de Internet. En general, esta forma de la pornografía se reconoce por el grano,

la iluminación, y la angulación utilizada que suele ser en picado o contrapicado.


IN EXTREMIS: EL GRADO PORNO DE LA CULTURA 42

Por último, las series dramáticas como el Gangbus30, son un tipo de amateur de gran

éxito que se caracteriza por recrear situaciones en las que alguna persona se ve

involucrada en cierto episodio sexual consentido o no, del cual la fotografía o el

fotograma vendrían a funcionar como documento o huella. El Gangbus, es un

conjunto de relatos que cuentan la historia gráfica de una persona que es recogida en

una calle de Miami y después de una entrevista y algunos pasatiempos, se ve

determinada a ejecutar una jornada sexual que es recogida por un camarógrafo-

entrevistador-narrador. Las imágenes, incapaces por sí mismas de dar cuenta de la

complejidad de las historias, son acompañadas de textos que contextualizan la acción

expuesta y permiten fantasmar el cuadro como parte de una serie de fotogramas que

narran las vicisitudes del novato.

ANAL

En países como Francia, la sodomía hace parte de la escena pornográfica tradicional

(como en general sucede en Europa), a diferencia de Estados Unidos donde todavía

es considerada una práctica humillante.

La gimnástica del sexo anal no es la misma del sexo vaginal, y ello afecta tanto la

posición de los modelos como la ubicación de la cámara y las luces. “El rodaje de una

escena de coito anal suele ser más laborioso que el de otro tipo de escenas porque

requiere una preparación previa por parte de los actores y obliga a situar la cámara en

30 Para más información, v er http://www.gangbus.com.


IN EXTREMIS: EL GRADO PORNO DE LA CULTURA 43

posiciones difíciles de iluminar”31, además, pocos modelos están dispuestos a realizar

este tipo de prácticas por cuanto pueden resultar dolorosas y poco gratificantes.

anal

En la pornografía gay, el sexo anal tiene una relevancia particular pues hace parte del

intercambio sexual habitual de los hombres (pero los problemas técnicos de

producción de la imagen son prácticamente los mismos), aunque cualquier

penetración que se pueda suponer por la posición de los cuerpos, se deduce

imaginariamente como anal sin necesidad de hacerla evidente a través de un PP o un

PM.

Con las mujeres, dotadas de dos aberturas contiguas pero con naturalezas totalmente

distintas, el problema de la evidenciación de la especificidad de la penetración es

mucho más complicado, ya que la imagen debe dar cuenta del diferencial de a
l

penetración para que efectivamente se produzca la imagen de anal, por lo que se

31 E SCÓPICO, op. cit., p. 258.


IN EXTREMIS: EL GRADO PORNO DE LA CULTURA 44

recurre a posiciones específicas o prácticas como la de abrir los labios de la vagina

para demostrar la particularidad del evento.

ASIÁTICAS

En la fantasmática sexual contemporánea la mujer asiática ocupa un lugar impreciso

por cuanto es considerada como una “profesional del sexo de carácter misterioso y

sumiso”32, que es a la vez técnica, recursiva y perturbadora. Aunque la producción

norteamericana ha relegado a las asiáticas a papeles de prostitutas, masajistas o

geishas, la mayoría del asianporn que se consume es nativo del Japón donde la

producción se rige por las demandas particulares del público nipón que admite como

práctica común el sadomasoquismo, razón por la cual gran parte de su pornografía

presenta escenas donde los dispositivos cuerpo-maquina son el objeto de intervención

32 Ibídem, p. 257.
IN EXTREMIS: EL GRADO PORNO DE LA CULTURA 45

icónica. Tal disposición maquínica tiene, obviamente, efectos en las formas mediante

las cuales se realiza el corte significante. Es así como es habitual que el asianporn sea

reconocible por el uso programado de planos de contexto, puesto que el dispositivo

técnico de la ejecución de la experiencia sexual así lo exige; del mismo modo que la

experimentación con angulaciones y encuadres siempre está a la orden del día,

especialmente a la hora de lograr efectos de movimiento y claroscuros que afectan el

valor plástico de la imagen.

Estas particularidades son introducidas incluso en el porno menos profesional, donde las

complejas formas que asume el cuerpo son traducidas en diagonales creadas a partir

de encuadres aberrantes que producen efectos de sentido específicos, casi siempre

relacionados con la violencia y la intromisión. Esta forma de construcción icónica tiene

vínculos evidentes con los encuadres y angulaciones típicos del cómic que es uno de

los productos culturales más importantes del Japón.

B LOW JOB

Es una expresión popular anglosajona que traduce “mamada” y se usa para señalar las

prácticas de felación tan apetecidas por el público masculino especialmente en

Norteamérica. “Buena parte del prestigio de una profesional del porno se cimenta

sobre su buena disposición para el sexo oral”33, y en general, esto se traduce

visualmente en el uso de PP y PM que permiten establecer la concordancia entre el

rostro y sus signos con el pene del partenaire.

33 Ibídem p. 267.
IN EXTREMIS: EL GRADO PORNO DE LA CULTURA 46

ptw

Tal importancia del rostro en los blow job, se ha positivado en retóricas asociadas al

retrato en el que el lugar de la cámara es admitido por la mirada del modelo. La

cámara participa así de la felación, por lo que no es raro encontrar fotografías en las

que el hombre sobre el cual se ejecuta el blow job es a la vez el que opera la cámara.

BONDAGE

Esta práctica consiste en la inmovilización de un sujeto mediante cuerdas, cadenas y

mordazas. Muchas veces, los dispositivos implican la suspensión del cuerpo en el aire,

hecho que afecta la composición de la imagen puesto que el campo debe dar

cuenta de las peculiaridades de la máquina de sujeción. El bondage pues, suele utilizar

PM, PC, PA y PG que permiten observar el trabajo técnico que exige la paralización, lo

que se asocia habitualmente con el uso de encuadres aberrantes, picados y


IN EXTREMIS: EL GRADO PORNO DE LA CULTURA 47

contrapicados. Rara vez, los cuerpos inmovilizados están desnudos o acompañados de

otros cuerpos, aunque en ocasiones hay “escarceos lésbicos moderados y repartos

femeninos formados por esclavas jóvenes y amas maduras y temperamentales”34.

bdmx9142

El bondage es la forma de la pornografía más ambigua y problemática pues cuestiona

las definiciones más comunes y apresuradas que se hacen del porno. La ausencia de

penetraciones, el abandono de la necesidad del desnudo y su tendencia a

superponer el valor plástico del conjunto sobre la tiranía del detalle, hacen del

bondage un género desconcertante. Además, para los aficionados a esta singular

práctica, no deja de ser reconfortante el hecho de que cada imagen da cuenta de

una forma particular de producción de placer, ya que cada una de las ataduras tiene

un valor y un nombre específicos.

34 Ibídem, p. 259.
IN EXTREMIS: EL GRADO PORNO DE LA CULTURA 48

C UM SHOT

ARH

El “cum shot” o “money shot”, es uno de los subgéneros más importantes en la industria

pornográfica puesto que su consumo es copioso tanto en el público heterosexual

como homosexual. Dado que el subgénero exige que la eyaculación sobre el rostro del

partenaire sea irrefutable, suele servirse de los denominados planos de expresión como

el PM, el PP, el PPP y el PD. Un PP en formato vertical como el de “ARH”, sirve para aislar

el conjunto que se desea componer y subrayar su tendencia al ascenso, lo que

ejemplifica la típica composición del cum shot.


IN EXTREMIS: EL GRADO PORNO DE LA CULTURA 49

“La eyaculación requiere siempre una buena iluminación y una adecuada colocación

de la cámara. También es importante la capacidad eyaculadora del actor y el arrojo

con el que la actriz se enfrenta a ese efímero instante.”35

Las escenas de eyaculación aparecen tardíamente en la pornografía por el problema

técnico de captar el preciso momento de su producción. Es con la aparición de la

instantánea que se hace posible la realización de fotografías como “ARH”. El cum shot,

a pesar de lo que podría pensarse, no exige tanto la captura de la eyaculación como

la representación del semen sobre la cara del partenaire, esta regla de composición

funciona de modo notable en dos casos:

§ Aquellos en los que la extracción de fotogramas de filmes o videos porno que

representan este tipo de escenas, da lugar para distribuir las imágenes estáticas

como parte del subgénero.

§ La realización de retoques digitales sobre rostros de celebridades para simular su

participación en un cum shot.

En “ARH” se presentan dos particularidades que le dan mayor énfasis al principio

fundamental de composición descrito. Por un lado, la eyaculación en proceso le da

movilidad a la imagen y ayuda a fantasmar su inserción en un acontecimiento más

amplio del cual se nos muestra su momento más intenso, mientras se cumple a su vez

con el principio de producción del cum shot porque el partenaire ya ha sido salpicado

de semen. Por otra parte, la visible emoción de este último acompañada de un gesto

de condescendencia ante la manifiesta participación de alguien que “mira la

escena”, permite sostener que el acto que se está produciendo se organiza respecto a

35 Ibídem. p. 267
IN EXTREMIS: EL GRADO PORNO DE LA CULTURA 50

la cámara, por y para ella, trance durante el cual el observador adquiere el “derecho

a ser testigo” de lo que ocurre, pues es para él para quien se ofrece el acontecimiento.

DILDO

Es el nombre genérico con el que se hace referencia a los consoladores, vibradores y

prótesis fálicas. El dildo es relacionado imaginariamente con las prácticas

masturbatorias y de intercambio sexual de las mujeres, por lo que aparece

constantemente en la pornografía teenager y lésbica, aunque no hay que dejar a un

lado su papel fundamental en las prácticas sadomasoquistas.

inma0311

El dildo es susceptible de mostrarse en cualquier tipo de plano, cosa que de hecho

ocurre siempre dada las incontables formas de variación de su uso por parte de los
IN EXTREMIS: EL GRADO PORNO DE LA CULTURA 51

modelos. La única regla del género es, obviamente, que la presencia del dildo sea

incuestionable.

Una variante de este género pornográfico relacionada con las prácticas

sadomasoquistas del fisting es aquella en la que los objetos a introducir en el ano y la

vagina adquieren las más diversas formas. Dado que el principio de funcionamiento

del dildo es su capacidad de penetrabilidad, y muchos objetos son susceptibles de

relacionarse imaginariamente con el falo, cierta pornografía se ha dado en la tarea de

inventar las penetraciones más sorprendentes, considerando que el ano y la vagina,

como aberturas imaginarias, son capaces de dar cabida a cualquier tipo de objeto.

Este gén ero, por las condiciones técnicas de ejecución del acto y la naturaleza de los

objetos de las cuales se provee, es sumamente económico en términos de tiempo,

puesto que no se cuenta con las intermitencias del pene y sus costosos estados de

latencia. El dildo equivale simbólicamente a la disponibilidad constante.

sandra057 fis4 sandra067


IN EXTREMIS: EL GRADO PORNO DE LA CULTURA 52

DOBLE PENETRACIÓN

“Existen tres modalidades: vaginal-anal, doble vaginal y doble anal. Las penetraciones

dobles por una sola vía se pueden encontrar fundamentalmente en producciones

alemanas de Bizarre.” 36

AEDouble

La DP es uno de los géneros más difíciles de producir por cuanto requiere condiciones

físicas excepcionales por parte de los modelos, y gran destreza por parte de los

fotógrafos por las dificultades para iluminar y encuadrar la escena. Casi siempre los

modelos asumen la misma posición (Un hombre que ejecuta la penetración anal sirve

de soporte a la mujer para que ella pueda echar su espalda hacia atrás y quede el

espacio propicio para que otro hombre pueda penetrarla por delante), aunque

36 Ibídem, p. 264.
IN EXTREMIS: EL GRADO PORNO DE LA CULTURA 53

algunos modelos contorsionistas pueden ejecutar acrobacias que enriquecen la

composición habitual.

EMBARAZADAS

Este género expone mujeres en estado de embarazo que por lo general se masturban

con distintos objetos, ejecutan un blow job, o son penetradas de diversas maneras.

pregnit56

Como lo más importante en este género es hacer visible el estado de gestación de la

mujer, los PM, PC, PA y PG son los planos más utilizados, aunque no pocas veces se

exige la demostración del embarazo a través de signos como la extracción de leche

de los senos, o el acompañamiento de otros signos acordes con el imaginario cultural

que se tiene de la embarazada.


IN EXTREMIS: EL GRADO PORNO DE LA CULTURA 54

F AT PORN

El porno de mujeres y hombres obesos es irónicamente, considerando la gran

población de personas con dicha constitución, categorizado como una perversión o

una monstruosidad particularmente risible.

USA

Por las características inherentes a los cuerpos, el fat porn, suele construirse con PA y PG

que exponen el cuerpo en su desnudez, en pleno intento de masturbación, siendo

penetrado, o ejecutando un tits fucking o "paja rusa".

A diferencia de la pornografía hardcore que exige la penetración con cualquier tipo

de objeto, el fat porn funciona con una lógica homóloga al del porno softcore de

modelos bellas y famosas, por cuanto la desnudez del cuerpo mismo ya es un motivo

suficiente para la producción de la imagen. Lo mismo sucede con el denominado


IN EXTREMIS: EL GRADO PORNO DE LA CULTURA 55

porno freak of nature que expone mutilados, enanos y personas con alguna

deformación corporal, y el porno de transexuales. En todos los casos, lo más importante

es el acto mismo de la desnudez de aquel que es afectado por alguna particularidad

imaginaria que dota a su cuerpo de algún plusvalor.

FETICHISMO

En esta categoría pueden agruparse múltiples prácticas en las que objetos inanimados

se convierten en zonas intensivas de producción de placer.

pat5

Fetiches como los zapatos y la ropa interior suelen ser los objetos que más se exponen

en la pornografía de este tipo, que por lo general no muestra desnudos ni

penetraciones. PP, PPP y PD son el tipo de planos precisos para resaltar el carácter

fragmentario pero sumamente intenso del fetiche.


IN EXTREMIS: EL GRADO PORNO DE LA CULTURA 56

FISTING

Es el nombre que recibe la práctica -usualmente sadomasoquista u homosexual- que

consiste en penetrar con el puño la vagina o el ano del partenaire.

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El fisting suele ser expuesto a través de PPP, PP y PM, y las dificultades de su producción

son similares a la del sexo anal, por lo menos en lo relativo a las condiciones físicas de

los modelos.

G ANG BANG

Traduce literalmente "follada de pandilla" y es la modalidad del porno que expone a

una mujer realizando actos sexuales con cuatro hombres - como mínimo- a la vez.
IN EXTREMIS: EL GRADO PORNO DE LA CULTURA 57

HC_0a06_jpg

El afán por conseguir el mayor número de participantes en un gang

bang se ha convertido en una de las más singulares obsesiones de la

industria porno. […] Aunque la pornografía está prohibida legalmente

en Inglaterra, el 12 de septiembre de 1995 el diario deportivo Sunday

Sport organizó en un club de Manchester un multitudinario gang bang

en el que participaron cinco chicas y 1500 lectores del diario,

procedentes de toda Inglaterra. El encuentro fue filmado por el

productor belga Hedí Lipstick para incluirlo en la película Le gang-bang

club. 37

Obviamente, para exponer la magnitud de tales acontecimientos se usan PC y PG,

para enmarcar, en consecuencia con la maquina de cuerpos, la escena.

En el caso de gang bangs multitudinarios, una fila de hombres numerados se turna el

paso para penetrar a la modelo según las formas que la producción decida, y se

guarda un documento fotográfico y videográfico de la secuencia.

37 Ibídem, p. 270.
IN EXTREMIS: EL GRADO PORNO DE LA CULTURA 58

G AY

El porno gay tiene vertientes softcore y hardcore que comparten distintas lógicas de

funcionamiento según las necesidades del género pornográfico en el que se sitúe la

composición. Las prácticas cuya producción es más común suelen ser el sexo anal y

oral, y el sadomasoquismo.

gay

Lo más singular del porno gay es el tipo de espacios y anécdotas que se narran con las

imágenes, y que por lo general están tan codificados que no hay necesidad de

involucrar más signos para que el producto sea reconocido como gay. Gimnasios,

baños turcos, colegios y seminarios, uniformes que revelan asociaciones simbólicas con

la autoridad, y un buen número de recursos imaginarios vinculados con la moda, son

los signos predilectos de la producción pornográfica homosexual.


IN EXTREMIS: EL GRADO PORNO DE LA CULTURA 59

H ARDCORE

Esta categorización se puede ampliar a toda iconografía en la que el plano, el

encuadre y la disposición de los cuerpos - enlazados con el valor de verdad que

provee el arché- funcionan como elementos objetivos que impiden poner en duda la

consumación efectiva de las penetraciones.

fol2

INCESTO

En lo estrictamente visual no tiene diferencias con la pornografía hardcore tradicional,

exceptuando la necesidad narrativa de proveerse modelos cuyas edades permitan


IN EXTREMIS: EL GRADO PORNO DE LA CULTURA 60

inferir imaginariamente la posibilidad técnica del parentesco familiar. A pesar de ello, y

dado que el vínculo entre los modelos no puede ser deducido visualmente, este es el

único género pornográfico - junto con el porno amateur fingido- cuya efectividad

narrativa depende del enlace entre la imagen y algún enunciado lingüístico que le

otorgue valor de verdad a la escena, y que está siempre referido a la fantasmática

social sobre el incesto. "¿Papi, es realmente divertido el sexo?", "Mamá, enséñame a

pasarla bien", son algunos de los enunciados que se usan para establecer un vínculo

congruente entre la imagen y el fantasma sexual del incesto.

19

LESBIAN

El porno lésbico, además de ser irónicamente aceptado en las producciones del

mainstream, resulta económico en términos de producción puesto que no depende de

la intermitencia del varón que es el único elemento que impide que las imágenes no

puedan producirse en menor tiempo. Por otra parte, es un género susceptible de ser
IN EXTREMIS: EL GRADO PORNO DE LA CULTURA 61

consumido por un amplio público puesto que admite por igual a espectadores

hombres, mujeres y gays.

tinl

El lesbian aparecía ya en los primeros años de la fotografía y, por lo general, hacía

referencia a prácticas de disciplina inglesa, pero con los años se fue estilizando para

aparecer en la década de los setenta como elemento fundamental del mundo del

softcore. Aunque su aceptación social es evidente - al punto de ser aceptado como

modalidad "erótica", mientras un encuentro entre hombres se clasifica

automáticamente como pornografía- en los últimos años el porno lésbico ha

experimentado transformaciones bien importantes al permitir la aparición de elementos

del bondage y el sadomasoquismo, así como el uso de prótesis fálicas y toda clase de

ayudas mecánicas y eléctricas.


IN EXTREMIS: EL GRADO PORNO DE LA CULTURA 62

PISSING

Son composiciones de prácticas escatológicas que hacen referencia a la exposición

de personas que orinan en toda clase de posiciones y lugares. La práctica más famosa

dentro de esta categoría es la lluvia dorada, que consiste en orinar sobre el rostro del

partenaire.

pic013

Un elemento típico del género es la utilización de supuestas cámaras escondidas en los

baños, lo que rara vez produce fotografías bien iluminadas y obliga a situar la cámara

en encuadres poco convencionales.

El pissing atraviesa múltiples vicisitudes, desde la lluvia dorada tipo gang bang en la

que muchos hombres orinan sobre una sola mujer, hasta el porno de panties y

pantalones mojados donde los modelos ni siquiera tienen necesidad de aparecer

desnudos. Esto afecta la composición de la imagen puesto que los detalles a involucrar
IN EXTREMIS: EL GRADO PORNO DE LA CULTURA 63

determinan el encuadre, el tipo de plano utilizado y la angulación, lo único importante

es que el orín pueda observarse o deducirse metonímicamente a partir de la posición

del modelo o los rastros que deja en la ropa o el cuerpo propio, o el del partenaire.

LOLITA

Este género es también conocido como preteen y la mayoría de las veces es

considerado ilegal a menos que las imágenes tengan “intenciones artísticas” y los niños

no se vean envueltos en escenas de “sexo explícito”. El género hace referencia

comúnmente a niñas impúberes pero también es frecuente el uso de preadolescentes

varones.

dsc17569

En Internet, las fotografías que circulan bajo está categoría exponen niños entre los 11 y

los 15 años posando como modelos de desnudo artístico en medio de diversos

contextos de producción técnica. En otras ocasiones, las imágenes corresponden a


IN EXTREMIS: EL GRADO PORNO DE LA CULTURA 64

archivos familiares o fotografías de paparazzis. Lo más curioso de este tipo de imágenes

es que siempre hacen uso de PM, PA, PC y PG, con el fin de resaltar el pecho y los

genitales de los participantes, zonas que funcionan como signos mediante los cuales se

verifica la edad del modelo. Como enunciados lingüísticos de señalización de este tipo

de imágenes, es frecuente encontrar el uso de palabras tales como “vírgenes”,

“ángeles” o “inocentes”, lo que remite siempre al fantasma sexual a través del cual

cobran vida las imágenes pornográficas.

La producción ilegal de pornografía preteen recurre a todas las variaciones del

hardcore, pero sus modos de exposición y producción, así como los de la pornografía

de niños menores de once años o kiddy, no se tratan en el presente estudio.

O LDIE O MATURE

Su nombre deriva de la edad de los modelos que usa pues es casi una regla que los

participantes del mature porn tengan, como mínimo, cuarenta años. Su especificidad

sólo le viene dada por esta particularidad de los modelos, pero se relaciona de hecho

con otros géneros como el incesto, el softcore, las orgías, etc., por lo que su

singularidad productiva se deduce a partir dichos géneros.

P ANTIES

Es un género propio de la fantasmática japonesa que consiste en mostrar mujeres a las

que de alguna forma se le transparenta su pubis a través de su ropa interior.


IN EXTREMIS: EL GRADO PORNO DE LA CULTURA 65

toes

El género opera gracias a las leyes que prohíben la exposición del vello púbico de las

modelos, y presenta encuadres y angulaciones bien característicos como el encuadre

aberrante y el contrapicado. Por lo general, son jovencitas de "colegio" las modelos

preferidas de este género, y la mayoría de las veces no aparecen desnudas o

acompañadas de otras personas.

S ADOMASOQUISMO

“Las prácticas sadomasoquistas se clasifican según su grado de dureza. El subgénero

B/D (Bondage & domination) o sadomasoquismo blando incluye los azotes, el

bondage, la colocación de pinzas en los pechos y las lavativas. El S/M (Slave & Master )

o sadomasoquismo duro incluye los castigos con objetos ardientes o punzantes en


IN EXTREMIS: EL GRADO PORNO DE LA CULTURA 66

potros de tortura, la perforación cutánea, la colocación de campanas y otros objetos

colgantes en los genitales, la penetración con el puño y las prácticas escatológicas”. 38

sado

En la exposición de las prácticas sadomasoquistas prima la evidenciación del

dispositivo técnico que soporta la acción, antes que los signos de dolor que pudiera

emitir el rostro. Planos de contexto y planos de expresión se usan indistintamente según

las necesidades de la práctica, así, será preferible utilizar PP para mostrar la perforación

de la piel, y PG para exponer las acciones en el potro de tortura.

El porno mainstream apenas si guarda ciertos signos del sadomasoquismo blando

como los azotes, los nudos, las atmósferas de tortura y el vestuario.

38 Ibídem, p. 277.
IN EXTREMIS: EL GRADO PORNO DE LA CULTURA 67

SOFTCORE

Es el nombre que recibe la pornografía blanda en la que no se exponen explícitamente

las penetraciones y el trabajo de producción de la imagen es casi siempre profesional.

“En el softcore no se admiten las imágenes de penes erectos ni primeros planos

explícitos de la vagina”.39

co08_al

SPANKING

Es el nombre que recibe la práctica de azotes en las nalgas o “disciplina inglesa”, muy

famosa a principios del siglo XX y hoy relegada a los círculos del B/D. En esa época,

39 Ibídem, 278.
IN EXTREMIS: EL GRADO PORNO DE LA CULTURA 68

rara vez los modelos aparecían desnudos, pero con el correr de los años este recurso se

ha hecho más frecuente, aunque es una norma implícita del género que no

aparezcan escenas de penetración de cualquier tipo.

sever

El spanking "se suele aplicar con la mano en forma de palmada pero también se usan

objetos como varas finas, reglas o paletas"40.

El código de la disciplina inglesa es bastante severo, como sucede con todas las

prácticas sadomasoquistas y fetichistas, puesto que es a través de la aplicación estricta

de las reglas de comportamiento como se produce el placer. Ello afecta siempre el

carácter plástico y compositivo de la imagen y, por tal razón, rara vez la penetración o

la eyaculación suelen ser elementos pertinentes a la hora de realizar el corte

significante, como sí sucede en la pornografía mainstream. Incluso, como ya se ha

40 Ídem.
IN EXTREMIS: EL GRADO PORNO DE LA CULTURA 69

anotado, la desnudez no es un elemento fundamental en el porno B/D o S/M, puesto

que es en los modos de producción de reglas donde se encuentra el misterio de la

asunción del goce.

TEEN

Su asunto distintivo es la utilización de jóvenes entre los 15 y 20 años en las más diversas

variantes sexuales, especialmente en prácticas de lesbianismo, masturbación, dildo,

desfloración e incesto.

Aunque la utilización de modelos menores de 18 años es considerada una acción

punible por las distintas legislaciones, el género de teenagers es uno de los más

demandados por el público, por lo que las compañías o aficionados que no quieren

tener problemas con la ley se ven en la obligación de contratar modelos que

aparenten ser adolescentes.

Es frecuente observar modelos que aunque no parecen ser adolescentes son investidos

por conjuntos de signos que particularizarían al joven, como cierto tipo de ropa interior,

uniformes escolares, juegos o conductas pueriles. El joven ha de ser joven, esto es, ha

de estar conformado por los signos que la fantasmática social le reconoce e imputa al

joven por lo que las prácticas sexuales a las que se ven sujetos los modelos

corresponden al imaginario dominante sobre la sexualidad adolescente, en el que se

suponen ciertos hábitos como la masturbación como elementos centrales de la vida

de los individuos. Este aspecto fantasmático de la pornografía de teenagers se revela

también en la utilización de los modelos en escenas de incesto con supuestos padres

violadores o estupradores, y en las escenas de desfloración que casi siempre son


IN EXTREMIS: EL GRADO PORNO DE LA CULTURA 70

presentadas a través de series de fotografías a través de las cuales se da cuenta de los

supuestos signos de la pérdida de la virginidad como el rompimiento del himen, el dolor

y el sangrado.

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En Japón, donde casi toda la demanda y la producción de pornografía tienen por

elemento central la adolescencia y las prácticas sadomasoquistas, y además está

expresamente prohibida la exposición del vello púbico y axilar, uno de los subgéneros

más apetecidos es el de “colegialas” cuya representación no resulta incoherente ni

con el horizonte sexual imaginario ni con la legislación, puesto que un pubis lampiño y

un uniforme son signos suficientes para la constitución narrativa de la escena.


IN EXTREMIS: EL GRADO PORNO DE LA CULTURA 71

TRANSEXUALES

up15

Conocida también como she-male, la pornografía de transexuales se interesa por

presentar los cuerpos paradójicos que se hace el transexual, razón por la cual suele

utilizar el PM y el PC para hacer énfasis en el conjunto senos-pene. La confusión de los

signos enlazados con lo anatómico, hacen del transexual un objeto perturbador para

la pornografía por lo que en no pocas ocasiones es llamado a hacer parte de la

escena como un objeto risible o monstruoso.

VIOLACIÓN

La pornografía de violaciones se construye sobre un perfil puramente dramático,

hecho por el cual recurre a escenas donde los signos de la violencia física se expresan
IN EXTREMIS: EL GRADO PORNO DE LA CULTURA 72

a través de armas y golpes y, como caso particular con relación a todos los otros

géneros del porno, el rostro tiene un valor fundamental puesto que informa sobre lo

perturbador que le resulta la acción sexual al modelo que es violado.

prewiew689

Tan dramático y argumental es el rape porn, que suele distribuirse a manera de

fotonovela como "preview689" y se le acompaña de textos que dan cuenta del

contexto en el que se realiza la supuesta violación.

A pesar de que la exposición de violaciones reales está penalizada, los pornógrafos

juegan con el valor de verdad de las imágenes no sólo a través de la ejecución realista

de la acción sexual, sino por medio de enunciados lingüísticos que reafirman la

veracidad de la acción al vincularla con la fantasmática social de la violencia y el

sexo.
IN EXTREMIS: EL GRADO PORNO DE LA CULTURA 73

ZOOFILIA

Las prácticas sexuales que involucran animales representan un segmento del mercado

del porno bastante costoso por las dificultades técnicas que entraña el control de los

animales, y por los problemas para conseguir modelos dispuestos a dejarse penetrar

por perros, caballos, toros, serpientes o anguilas.

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El animal más utilizado es el perro por las posibilidades de domesticación y control que

se pueden tener sobre él. Usualmente los modelos tienen muchas dificultades a la hora

de la penetración, razón por la cual se recurre a la felación y la masturbación del

animal.
IV

ICONICIDAD Y ANALITICIDAD:

LOS PRINCIPIOS LÓGICOS DE PRODUCCIÓN DEL PORNO

El grano permite deducir las condiciones técnicas de producción de la imagen, lo que

unido a las gradaciones de luz y la posición de la cámara, tiene efectos comunicativos

que afectan el valor narrativo de la imagen. Géneros como el amateur dependen casi

por completo de la ambientación, y capturar los ejercicios sexuales con una “cámara

casera” o desechable no es una feliz coincidencia, puesto que la calidad de la toma,

la película, el revelado y la impresión, quedan inevitablemente “grabadas” en la

imagen final. Las estrategias de producción técnica adquieren al momento de la

composición gráfica un valor retórico, argumental. El amateur, el softcore, las cámaras

escondidas, el porno webcam, los fotogramas extractados de videos o filmes y las

violaciones, son susceptibles de simulación porque su valor comunicativo depende

enteramente de la puesta en escena, de modo que el pornógrafo sólo debe distribuir

los elementos de acuerdo con las necesidades particulares de la producción para dar

lugar a una narrativa específica sin necesidad de distribuir los cuerpos de alguna

manera especial. Hasta la “inexperiencia” puede ser falseada.

Grano, luz y encuadre como materia de expresión, vuelven la mirada sobre el lugar de

producción de la imagen, esto es, establecen un vínculo metonímico entre la imagen y

el acontecimiento del cual ella es un trazo, de modo que delatando su origen,

redirigen la mirada hacia el acontecimiento del cual ella vendría a funcionar como

extracto. La imagen fotográfica entonces, permite fantasmar la escena de la cual es


IN EXTREMIS: EL GRADO PORNO DE LA CULTURA 75

vestigio, pues ella hace parte de la serie de audio y fotogramas que componen “lo

real”. Nada más equivocado que condenar el porno a la literalidad y despojarlo de

cualquier elemento narrativo: tan artificiosa es la pornografía que puede simular no

serlo, y en esas estrategias de composición destinadas a velarse a sí mismas para

presentarse como “reales”, reside su inmoderado poder. Lo real no corresponde a un

mundo objetivo más allá del lenguaje y verificable por la imagen producida

técnicamente, lo real es apenas una estrategia retórica con fines éticos, políticos y

estéticos siempre móviles y deducibles del dispositivo en el cual se ha producido. El

porno es realista, y su triunfo ha consistido en “volverse real” para sus consumidores. En

Sexoconsulta, cuentan del siguiente modo los secretos de la realización de los

audiovisuales porno:

Para una producción pornográfica, una cuestión crucial es encontrar

varones bien dotados y dispuestos a saltar al estrellato. No hay,

realmente, abundancia de hombres en este mundo que posean penes

de más de 25 centímetros, ideales para un audiovisual exitoso.

[…] En mi empresa, nos cuenta un productor californiano, hubo épocas

que tuvimos únicamente a dos vergones y con ellos hicimos más de 50

películas".

El truco que utilizaba, y que por lo demás es al que recurren todos, es

grabar los tiros cercanos y medianos con el actor de buenas

proporciones y los tiros largos y argumentales con el actor principal,

más "bonito", aunque menos dotado. "Lo único malo, nos dice el

productor es que, inevitablemente, el vergón comienza a pensar y

sentirse como gran estrella y a cobrar más".


IN EXTREMIS: EL GRADO PORNO DE LA CULTURA 76

En una película porno, el SIDA ha provocado el uso obligatorio del

condón, lo que es perjudicial para los close ups y la excitación que

habrá de recibir el espectador. Pero esto viene ya a ser mandatorio

cuando los protagonistas no son parejas en la vida real. Solucionar el

problema requiere de buenos camarógrafos y hábiles maquillistas que

sepan ocultar la presencia del condón en los tiros. Sin embargo, como

convención tácita de los productores, en las películas gay se exhibe

abiertamente el condón a efecto de crear conciencia en ese sector

sobre las bondades del sexo seguro.

La eyaculación precoz es mal vista en las producciones porno y es muy

frecuente que se embadurnen los genitales de los varones con

pomadas anestesiantes, para que duren lo suficiente. De todos modos

el semen que tanto disfrutan los espectadores y que tanto enriquecen

una producción porno, suele no ser real. Así, las cataratas espermáticas

que vemos en la pantalla suelen ser una combinación de dos claras de

huevo, una cucharadita de leche condensada y una cucharada de

azúcar en polvo, todo batido. Otra receta utiliza yogurt de vainilla

diluido en agua o crema fresca.

[…] Para las jóvenes aspirantes al estrellato, se dan momentos difíciles.

Por ejemplo, el de conseguir un buen acercamiento de sus vaginas

muy abiertas. El efecto sólo es posible, abriendo los grandes y

pequeños labios manualmente y asegurándolos con papel adhesivo

para la toma. Actualmente se han creado micro cámaras que,

inclusive, permiten tomas en el interior de la vagina, propiciando la

generación de efectos realistas verdaderamente impresionantes.


IN EXTREMIS: EL GRADO PORNO DE LA CULTURA 77

[…] En verdad, son muchos los trucos empleados. Bien hechos,

deslumbran al dar la ilusión de la realidad. Mal hechos, indignan. 41

La “naturalidad” es apenas una estrategia narrativa fundada sobre principios ópticos, y

que hace de la imagen un vector con la capacidad de actualizar un conjunto de

operaciones de tipo referencial. Recurriendo a toda suerte de vicisitudes sexuales, pero

sobre todo a la técnica fotográfica y el retoque digital, la pornografía ha asegurado un

lugar en medio de los “documentos” que dan cuenta del cuerpo y sus contingencias.

Tal “naturalidad” es el fruto de al menos dos estrategias a través de las cuales el porno

consigue hacerse a un muy particular valor de verdad: la iconicidad y la analiticidad.

La iconicidad define el conjunto de estrategias semióticas organizadas, cuyo objetivo

es producir cierto “efecto realidad” más o menos congruente con lo que cada cultura

entiende por real, y cuyo valor textual reside en su capacidad de remitir una y otra vez

a ese “estado de cosas” que vendría a representar. Por supuesto, no todos los textos

tienen un mismo grado de iconicidad puesto que las intenciones comunicativas

determinan la pertinencia de tal o cual cantidad de realidad. Así, un artículo

periodístico no tendrá el mismo grado de iconicidad que un filme de hadas o una

fotografía de moda, por el simple hecho de que su estatuto comunicacional no es el

mismo.

Para cualquier imagen, el grado cuantitativo de iconicidad viene dado por un uso

intensivo de los recursos técnicos y retóricos que constituyen el texto icónico. La

intensidad de color, sumada al uso de cierta materia como el acrílico, determinará un

41 Negocio fiel: Sobre el cine porno, en Revista Sexoconsulta, RODMA Comunicaciones, 1999, en

http://www.sexoconsulta.com/pornocin.htm.
IN EXTREMIS: EL GRADO PORNO DE LA CULTURA 78

grado particular de iconicidad cuyo efecto comunicativo será experimentado de

modo diferenciado con relación a una polaroid. Esto es especialmente evidente

cuando algunos artistas como Toni Geirlandt utilizan fotogramas de filmes porno para

realizar sus composiciones plásticas, puesto que las transformaciones intensivas a las

que se ve sujeta la imagen pornográfica operan cambios en sus efectos

comunicativos.

En resumen, el grado de iconicidad depende de las vicisitudes del arché, los

diferenciales retóricos, y el dispositivo político en cual tiene lugar la imagen. En el caso

del porno, la investigación de estos registros determinará los grados particulares de

iconicidad de la imagen pornográfica y, por tanto, su estatuto ontológico y

epistemológico en los regímenes de verdad.

Descritos ya los procedimientos semióticos a través de los cuales se produce la imagen

pornográfica, es posible determinar al menos de modo hipotético el horizonte

imaginario de acuerdo al cual se constituye el grado de iconicidad propio del porno.

La naturaleza físico-química de su arché y el uso deliberado de ciertas tonalidades de

color, así como el uso de intensidades particulares de la materia significante, permiten

deducir -dentro de las limitaciones de la presente investigación- que el límite del

grado de iconicidad que subyace a la pornografía, es la transparencia misma de la

imagen con relación al corte en el tejido significante del cual ella es imagen, o dicho

de otro modo, la transparencia entre el signo y el estado de cosas que toma vida en el

signo. Para la pornografía, la iconicidad puede definirse entonces, como una

propiedad imaginaria cuyo valor simbólico (esto es, mediático) es eficaz en tanto es

soportado por una promesa de confusión entre los signos y el tejido significante. Esta

propiedad funciona en relación con lo real a manera de asíntota, puesto que equivale
IN EXTREMIS: EL GRADO PORNO DE LA CULTURA 79

a una promesa de coincidencia que nunca se efectúa, pero que al investir la imagen,

le añade un valor ontológico y epistemológico tan particular, que le permite funcionar

como garante de verdad sin necesidad de confundirse por completo con el estado de

cosas, hecho más bien indeseable por sus desastrosos efectos políticos.

Mediante la propiedad de la iconicidad se da lugar a una imagen dentro del circuito

de las mercancías, y aunque el grado de “realidad” determinará el valor de cambio

de dicha imagen, ello no necesariamente significa que se le otorgue un estatuto de

verdad incuestionable a la imagen que circula: es apenas evidente, por ejemplo, que

hay diferencias entre el pedófilo y el aficionado a la pornografía infantil, y la ley no

castiga por igual el delito de violación y el de delito de distribución o posesión de

imágenes de violación. La imagen se acerca a lo real tanto como los efectos políticos

de dicho acercamiento así lo permitan, y el grado de iconicidad será tan amplio como

el mercado lo resista sin colapsar. LA “ CANTIDAD DE REALIDAD ” ES UN VALOR A CONTROLAR PUESTO

QUE DE SU EQUILIBRIO DEPENDE EL MERCADO MISMO . La pornografía se acerca al cuerpo tanto

como la fantasmática sexual capitalista puede tolerarlo sin deshacer los circuitos de

circulación del capital. El porno, protegiendo al espectador de la desarticulación del

fantasma sexual, se protege a sí mismo de su desaparición.

El segundo principio de constitución es el de analiticidad, que se entiende como esa

particular propiedad imaginaria que ganan los objetos en los procesos de circulación y

consumo, y por medio de la cual se discriminan los elementos puramente sígnicos del

corte significante de aquellas transversales histórico-políticas y técnicas que constituyen

el objeto mismo. Dicha sustracción obedece a contingencias históricas particulares, y

como operación cognitiva, prescribe el valor ontológico del objeto al reducir su

existencia al conjunto de signos propiamente mediáticos que lo constituyen. “La

propaganda mediática de la violencia y el sexo «surge de las pantallas, que hacen


IN EXTREMIS: EL GRADO PORNO DE LA CULTURA 80

como si la contasen y la difundiesen pero, en realidad, la preceden y la

solicitan»”. 42Piénsese como el kitsch por ejemplo, puede ser definido como el proceso a

través del cual son aprehendidos ciertos elementos de la cultura popular en su

transversal puramente sígnica, mientras las relaciones constitutivas de lo popular se

eliden de los objetos que en dicho socius se producen. Del pobre se sustrae el

amaneramiento, los giros lingüísticos, y algunos hitos de su indumentaria y decoración,

pero se forcluyen las condiciones de constitución de dichos signos y su papel en las

formas de subjetivación de la cultura popular. El sujeto es dicho por el signo mediático

mediante el cual se le ha visto, así como cualquier objeto es reducido a los elementos

que componen su visibilidad mediática y los discursos que la acompañan.

Toda imagen es, ontológicamente hablando, una síntesis dinámica de elementos

móviles cuya función y lugar están subordinados a juegos políticos particulares. Sin

embargo mediante la atomización del cuerpo y sus formas de proporcionarse goce, el

porno elide por completo las técnicas de producción a través de las cuales se ha

constituido cierta forma de experimentar placer, por lo que la imagen pornográfica

- aun desde su momento de producción- sólo guarda y reproduce los signos del goce,

mientras con toda gratuidad presenta dichos signos como el texto constitutivo de la

experiencia del cuerpo. De cualquier forma, el carácter sintético de la imagen

pornográfica permanece aunque el investimiento que gana en su proceso de

producción y circulación se efectúe, puesto que no se puede confundir la naturaleza

del objeto con la experiencia que de él se tiene en una contingencia específica.

El porno pues, expone la espectacularidad del goce, los signos de su exhibición, pero

no da cuenta de los modos complejos de producción de placer, hecho que se

42 NAVARRO -V ALLS, RAFAEL , “Violencia sexual y cultura”, en Bioética en la Red, ACABI, 2000 , en http:

//www.bioeticaweb.com/Sexualidad/violencia_sexual_y_cultura.htm
IN EXTREMIS: EL GRADO PORNO DE LA CULTURA 81

confirma en la continua reiteración de ese hito del goce llamado eyaculación, y cuya

existencia mediática sólo informa acerca de un espasmo y su papel en la fantasmática

sexual contemporánea. Iconicidad y analiticidad son dos propiedades que actúan de

modo conjunto en la imagen pornográfica, pues no es una imagen compleja la que se

transparenta con el corte significante, sino apenas una zona más bien frágil sacada a

la luz por técnicas específicas de poder-saber cuyos signos son repetitivos y fácilmente

anticipables. El porno no es el sexo aunque el sentido común tienda a realizar esa

conexión de modo casi automático. Y no es una razón moral la que permite inferir la

forclusión del sexo, tal y como algunos aficionados al discurso erótico lo exponen. Pasa

que en su transparencia, la imagen pornográfica ha logrado levantar un halo distractor

a su alrededor del cual han sido víctimas casi todos los teóricos que han asumido la

tarea de estudiarla, pues del modo más ingenuo se pasa de ella al sexo como si la

imagen fuese un cristal límpido a través del cual se observase - ampliada- una

experiencia del cuerpo. Como imagen, el porno es, por principio, una forma narrativa

tan ficcional como cualquier otra, pero ya se ha explicado cómo ese doble

investimento de iconicidad y analiticidad, borra las huellas de la máquina y la vida

misma, y le otorga un valor de verdad extrañamente poderoso a la pornografía.

Existe, en efecto, lo que Baudrillard llama una "desmultiplicación fractal

de las imágenes y de las apariencias del cuerpo"... La promiscuidad del

detalle, el objetivismo clínico, el aumento del zoom toman un valor

desiderativo. Es la promiscuidad extrema de la pornografía que ofrece

las contorsiones de los cuerpos como espectáculo íntimo, descompone

los cuerpos y gestos en los detalles "nunca antes vistos". Tales imágenes

acaban siendo algo menos que imágenes de cuerpos, pierden

corporeidad por exceso de verdad y precisión. Producen el vértigo de

su superficialidad, pero excitan con la intimidad de su técnica. Así el


IN EXTREMIS: EL GRADO PORNO DE LA CULTURA 82

deseo empieza a satisfacerse en la sofisticación técnica del cuerpo. La

facilidad con que la juv entud se perfora los cartílagos o se tatúa la piel

muestra suficientemente que el cuerpo ha dejado de ser el templo del

espíritu, no es más que materia reconvertible para el instrumental

técnico.43

El porno, curiosamente, es más cierto que la fotografía de moda o de alimentos, y el

análisis ha demostrado que sus elementos de composición textual son básicamente los

mismos que dichos géneros fotográficos. La única diferencia reside en el valor político

que tiene el “sexo” y las formas características de efectuación de las propiedades de

iconicidad y analiticidad, que para el porno, tienen la tarea de confundir el goce con

algunos de los signos de la experiencia del goce.

43 BIEDMA , JOSÉ , “Cuerpo fugaz”, en Revista A Parte Rei, No. 14, Abril de 2001, en http://serbal.pntic.

mec.es/~cmunoz11/cuerpobied.htm.
V

IN EXTREMIS: EL GOCE COMO DESTINO

El porno es infinito, y no tanto por su capacidad de multiplicarse a través de los circuitos

de información, como por el casi milagroso efecto de renovación que se emana de su

naturaleza, su propensión a capturar cualquier accidente y recodificarlo como acción

sexual, su inmoderada búsqueda de rareza, su siempre abierto horizonte de

producción. Todo ha de sexualizarse. Cartoons, extraterrestres, monstruos, animales,

ancianos, mutilados…todos pueden participar del universo pornográfico, puesto que

de ellos depende la supervivencia misma del código.

Inagotable en sus modos de ejercerse, el porno, codificando la conducta sexual,

axiomatizando las formas de expresión del goce, y sistematizando las formas de

composición de los cuerpos bajo la ley de una gimnástica tan compleja como los

problemas técnicos de captura del evento así lo requieran, ha asegurado su

permanencia a través de décadas sin necesidad de recrear su objeto. El western, sin

embargo, no resistió las contingencias del mercado, y el musical tuvo que ser revivido

bajo la forma de la tragedia hiperrrealista ¿Qué pasó pues, para que una forma visual

tan codificada como el porno pudiera sobrevivir, mientras otros códigos morían a

causa de su estricto modo de organización? No es precisamente por la renovación de

sus reglas, ya que como se indicó antes, casi todo el porno ya estaba inventado en los

treinta. Pero a diferencia del western y el musical, la pornografía, lejos de codificar su

misma puesta en escena, liberó su horizonte de producción visual siempre y cuando

esté se redujera a las mismas leyes de composición que rigen a la hora de representar
IN EXTREMIS: EL GRADO PORNO DE LA CULTURA 84

el goce. El gran problema del western no fue quedarse en los vaqueros tipo Marlboro,

sino que estos no podían darse el lujo de, por ejemplo, ser gays, del mismo modo que la

heroína del musical no podía de ninguna manera ser drogadicta. El porno, a pesar de

su reducido espectro de objetos a representar, ha subsistido porque ha entregado a

toda suerte de eventualidades los cuerpos con los cuales trabaja. El gran código

pornográfico es, a pesar de todo, supremamente débil, y en ello reside su grandeza, su

ambigüedad y su humor. La lasitud del código, lleva consigo un paradójico efecto de

sobrefuerza, de exceso. Entregándose a cualquier vicisitud, el porno ha garantizado su

potestad en el universo de la producción visual contemporánea.

Pero no hay que pensar que la pornografía lanza un lazo democratizador en el que

cualquier acontecimiento está llamado a sexualizarse bajo su propia fórmula. Nada

más ingenuo que pretender que lo pornográfico puede definirse como la

representación explícita de actividades sexuales, puesto que no toda la sexualidad

cabe dentro de la pornografía. No hay que equivocar el poder totalizador de la

pornografía con una estrategia de democratización sexual como algunos entusiastas

de la liberación lo han hecho creer. No todo el sexo está en la pornografía, y la

exigencia de hacer valer esta afirmación no obliga necesariamente a deslizar la

discusión hacia los ambiguos terrenos del “erotismo” o de cualquier sexualidad “limpia”

y “sublime”. Sencillamente, el porno elide por completo la fragilidad inherente al sexo y

a cualquier experiencia humana.

Como todo, el sexo está sometido a contingencias que desde la lógica de la


valoración social de la sexualidad son consideradas como experiencias de “fracaso”.
La impotencia, la eyaculación precoz, la frigidez, o esa reciente invención de la
“anorexia sexual”, están excluidas por completo del fantasma sexual que está a la
base de la pornografía. O mejor, hacen parte del fantasma en tanto contraparte
negativa que permite la diferenciación entre “el buen y el mal sexo”. La ruina del goce
es el límite por dejar atrás, sólo ha de representarse su triunfo y el óptimo
IN EXTREMIS: EL GRADO PORNO DE LA CULTURA 85

funcionamiento de la máquina técnico-anatómica que lo hace posible. No hay de


qué preocuparse, in extremis, están los órganos, y ellos son la “fuente de placer”. El
goce se ha hecho ley, por lo que puede prescribirle “al sexo un “orden” que a la vez
funciona como forma de inteligibilidad”.44 Por la ley del goce se descifrará el sexo, su
sentido último, su verdad.

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(“Tú quieres sexo y lo quieres ahora”)

En el porno, el sexo puede permitírselo todo, menos la insatisfacción del goce. Y en

aras de conseguir este propósito, no es de extrañar que la pornografía opere

44 FOUCAULT, Historia de la sexualidad…, op. cit., p. 102


IN EXTREMIS: EL GRADO PORNO DE LA CULTURA 86

contranatura, entendiendo por naturaleza el universo virtual de posibilidades que le es

ingénito al cuerpo biológico. La intermitencia natural de la erección, así como el

periodo refractario que la hace posible, son conjurados en favor de la exaltación de

una erección sin límites, condenada a demostrarse y a ejercerse permanentemente, y

por ello mismo sustituible por cualquier objeto que posea sus dos únicos atributos: la

penetrabilidad y la continuidad en el tiempo. Los pornógrafos, a sabiendas de la

dificultad técnica que representan los hombres, optan frecuentemente por hacer

imágenes de masturbación, fisting, dildo o lesbianismo, pues sus costos de producción

son considerablemente menores. El partenaire es un accesorio dentro de la

parafernalia de objetos destinados a colaborar en la producción mediática de goce.

El orgasmo, como expresión visible del éxito de la operación sexual, es por ello un

elemento fundamental en las representaciones pornográficas. Sus signos aprueban la

faena y le dan sentido. Tanta cercanía, tanta meticulosidad del porno, sólo son las

condiciones estratégicas necesarias para validar el hecho de que una experiencia de

satisfacción del goce se ha llevado a cabo. Curiosamente, el rostro es, junto con la

eyaculación, los elementos que hacen posible el porno, pues ambos validan la

efectividad de la jornada que se ha producido frente a la mirada del espectador. No

es de extrañar entonces, que el cum shot sea uno de los géneros más apetecidos por

los pornógrafos dados los altos índices de consumo de los cuales goza. Se explica

además, por qué es tan frecuente el uso de ciertas escenas en el cine y el video

pornográfico en las que el hombre o la mujer que ha tragado semen, lo escupen una y

otra vez para dilatar el estado de cosas que revalida la consumación del goce.

Lo pornográfico no es la representación del cuerpo en plena ejecución de sus

actividades sexuales, sino el uso del cuerpo como garante de la efectuación de un

fantasma sexual subordinado por completo a la lógica capitalista del goce:


IN EXTREMIS: EL GRADO PORNO DE LA CULTURA 87

“Tienes un sexo y debes encontrar su buen uso”.

“Tienes un inconsciente y “ello” tiene que hablar”.

“Tienes un cuerpo y hay que gozar de él”.

“Tienes una libido y hay que gastarla”.45

William Masters afirmaba que

“un instante de reflexión alcanza para ver claramente que el orgasmo,

tanto del macho como de la hembra, es un asunto totalmente

egocéntrico” y que toda relación sexual es en realidad “una manera

que uno se da para obtener algo en cambio de su partenaire”. El

orgasmo es un acto egoísta porque es innato. No puede, por lo tanto,

venir de un partenaire, cuyo rol se limita a favorecerlo y a volverlo fácil,

agradable y frecuente. El partenaire se vuelve así en un catalizador, y

el mejor será quien permita la más completa expresión de sí.46

Masters, con toda su buena intención, sentó las bases “científicas” que convirtieron el

goce en la mejor coartada para sustentar el derecho inalienable de cada persona a

vivir mejor, sólo que de paso codificó las formas de obtención de placer y las redujo al

ejercicio de una sexualidad que podía cuantificarse de acuerdo a un guión de

respuestas fisiológicas. Si es posible alcanzar el orgasmo prescindiendo de un

partenaire, es porque la verdad última del goce reside en el cuerpo mismo. Con

Masters se inaugura la consigna porno en el sentido de que la verdad del goce sólo

puede ser anatomofisiológica, de modo que a través de una gimnástica de los

45 BAUDRILLARD , JEAN, De la seducción. Cátedra. Madrid, 1994, p. 42.


46 Citado por ARCAND, BERNARD , El jaguar y el oso hormiguero: Antropología de la pornografía,

Nueva Visión, Buenos Aires, 1993, p. 246.


IN EXTREMIS: EL GRADO PORNO DE LA CULTURA 88

cuerpos y una scientia sexualis de su fisiología, podría deducirse la axiomática que

compone el goce mismo.

El horizonte pornográfico es pues, fundamentalmente masturbatorio, puesto que los

cuerpos se transforman en meros catalizadores de una experiencia que a la vez que se

deriva de ellos, les otorga sentido: la obtención de placer. Y en este trabajo de

producción de goce, es indispensable formular las estrategias que permitan extraer de

los cuerpos el máximo de satisfacción. Dice Betty Dodson:

Elija un espejo al que no necesite sostener, con el objeto de tener las

dos manos libres. Busque una posición cómoda y una buena

iluminación. Mire sus órganos genitales. Con aceite masajéelos

amorosamente. Separe los labios, mire al interior, exponga su clítoris,

acarícielo suavemente, pase sus dedos por todas partes. Explore sus

órganos genitales con el mismo interés que usted siempre ha

manifestado por examinar su rostro. Aprenda a conocer su forma, su

olor, su gusto. Ellos constituyen una de las partes más bellas de su

cuerpo. Salude la fuente de su placer.47

Los genitales hechos rostro, ello es el Sex training. No tiene nada de raro que en Internet

circulen como pornografía esos videos erótico-científicos que los sexólogos

recomiendan a las parejas con “problemas sexuales”.

47 ARCAND , op. cit., p. 247.


VI

EL GRADO PORNO DE LA CULTURA

Pregunta para el pornófilo: ¿cómo no se aburre del porno? Pregunta para las mujeres

latinoamericanas: ¿cómo no se aburren de las novelas? En ambos casos, es

perfectamente posible anticipar lo que podría suceder. ¿Por qué ver cuando ya se ha

dicho lo que se va a ver? Si alguien se conecta a un sitio llamado Asian Slut, ¿quiénes

serán las protagonistas de la jornada sexual que aparecerá en la pantalla? ¿Qué valor

estratégico tienen los “avances” de las novelas si precisamente resumen lo que va a

acontecer? En un circuito de información cada vez más desmedido, presto al

equívoco y a la sobresaturación, el valor de la redundancia es prioritario. La palabra

refiere a la imagen, a modo de vector que dirige la mirada para que esta se pierda en

la verdad visual. Y la imagen, tal y como sucede en la televisión, dirige a ella misma, en

un movimiento de autorreferencia que limita las posibilidades de perversión del sentido.

De un lado a otro, la cadena de señalamientos entre la palabra y la imagen, se ha

convertido en garante del control sobre el sentido y sus vicisitudes. Si cualquiera hace

clic en “dildo” seguramente aparecerán en la pantalla adolescentes masturbándose

con la gama más variada de consoladores, si CNN dice que el video muestra un

bombardeo sobre puntos estratégicos de refugio de los monstruos serbios en Kosovo,

tal vez también hay que creerles.

Paradójicamente, en la llamada cultura de la imagen, esta no tiene valor por sí misma,

sino en medio de un conjunto de señalamientos que dirigen la mirada hacia la


IN EXTREMIS: EL GRADO PORNO DE LA CULTURA 90

producción mediática de un evento en la pantalla o en el papel. Una imagen vale

más que mil palabras, sólo a condición de que la palabra misma la sostenga. La

“cultura de la imagen” está soportada por entero sobre la promesa imaginaria de que

en la imagen se encuentra desnudo el sentido. ¿Por qué se vende tanto el video

pornográfico de Britney Spears, incluso si todos saben que no es ella la que participa en

esas felaciones? Precisamente porque se ha edificado imaginariamente el fantasma

de la posible prostitución de esta virgen del pop, y lo que vende es la eficacia

simbólica de dicho fantasma. Para ver, el capitalismo ha creado una extraña

estrategia de previsualización a través de una cadena de mutuos señalamientos entre

la palabra y la imagen ¿Era realmente Bin Laden?, ¿eran terroristas los que murieron

tras la caída de esa bomba en Kabul?, ¿realmente ella estaba disfrutando mientras

trescientos hombres la penetraban, y los extenuados fotógrafos y camarógrafos

registraban su proeza, su “triunfo”?

No está mal preguntarse en medio de una cultura pornográfica qué es lo que se

muestra ¿Qué muestra una imagen?, ¿a propósito de qué se puede saber que

aquellos que ejecutan la sesión de sexo anal son padre e hija? La pornografía de

incestos y violaciones, lejos de poner en duda el valor de verdad de la imagen, son el

ejemplo perfecto de su omnipotencia. No se trata de decir que la imagen miente

porque es el producto de un ser humano con alguna oculta intención, así como

tampoco se trata de deducir el necesario valor probatorio de esta que se supone se

desprende de las características de su producción técnica. Interrogar el valor de

verdad de la imagen es preguntarse por qué esta funciona con uno y otro valor

estratégico en el juego político y económico en el que se inserta el cuerpo. El

problema no es si la porn star disfruta o no su trabajo, sino que la imagen lleva a los

sujetos a preguntarse cosas tan tontas como esta.


IN EXTREMIS: EL GRADO PORNO DE LA CULTURA 91

A diferencia de otros textos, la imagen fotográfica introduce a las personas en el

circuito de las constataciones y las dudas. “Es lo que Roland Barthes ha llamado el

certificado de presencia que extiende la imagen fotográfica, el hecho de que su

referente deje de ser (como era el caso de la pintura) algo facultativamente real para

convertirse en algo necesariamente real” 48. Si la imagen ha triunfado, es precisamente

porque ha logrado naturalizar sin alzar muchas sospechas, aquello que siempre es y

seguirá siendo facultativo: la producción de verdad. Poco importa pues, que se

levanten críticas contra la supuesta “irrealidad” del porno, o que otros alaben su

atrevida honestidad, puesto que en términos políticos queda salvaguardado el valor

de verdad de la imagen y, sobretodo, queda confirmada la hipoteca que el mundo

contemporáneo le ha hecho al sexo a cambio de la subjetividad: feo o bonito, es sexo

y eso es lo que importa; fea o bonita, el caso es que es una imagen y lo muestra. El

porno ha ganado, porque tanto sus detractores como sus defensores están discutiendo

sobre cuestiones puramente operativas mientras en lo fundamental están de acuerdo,

y lo fundamental, es que la imagen dirige a lo “real”, y que ese “real”, es

sospechosamente importante.

¿Qué muestran las fotos de Rapez 49? No tanto violaciones reales o fingidas. Más bien,

señalan la existencia de cierta forma del deseo que juzga como objeto de valor la

producción fantasmada de violencia sexual. Lo mism o sucede con el porno de

incestos y toda la pornografía en general. Cuando los servidores de un sitio en Internet

colapsan ante la enorme cantidad de usuarios que se conectan para observar la

primera relación sexual de una pareja de jóvenes, no queda en evidencia una

perversión generalizada de la cultura. Si la pareja era virgen o no poco importa, el

hecho es que la producción mediática de este acontecimiento inserta a los sujetos

48 ZUNZUNEGUI , op. cit., p. 132.


49 Ver más información en http://www.rapez.com.
IN EXTREMIS: EL GRADO PORNO DE LA CULTURA 92

automáticamente en el dispositivo de la fantasmática sexual, en la que cualquier

vicisitud del cuerpo adquiere importancia en tanto este está afectado de arriba a

abajo de sexualidad. En la pornografía, cualquier accidente abre mercado, por lo que

no es de extrañar que un sitio en Internet se hiciera rico de la noche a la mañana al

ofrecer imágenes de sexo oral con atragantamiento, tal como lo reseña Gubern. Que

millones de pornófilos se encarguen de mover el más grande negocio de la industria

editorial y del video del mundo no pone en entredicho la dignidad moral de la gran

mayoría de los ciudadanos, al contrario, eso deja entrever que la nueva moral es

justamente el sexo, y que el pecado más lozano es cerrarle las puertas al goce.

EL PORNO NO ES UN OBJETO , ES UNA MIRADA. Y con ello no se quiere decir que su secreto

pueda dilucidarse atendiendo a las inciertas intencionalidades del pornógrafo o del

espectador. No se trata de psicologizar la cuestión y concluir “ah, la pornografía no

existe porque todo depende de cómo ve cada uno las cosas”. La mirada es un

ecosistema en el que se produce todo aquello que es susceptible de ser visto, es un

“horizonte de expectativa”, por lo que tiene por sí misma un valor cognoscitivo y

deseante. Mirar es ya una forma de aprehensión y comprensión de las cosas, no un

simple problema de lo que captan los conos y los bastones del ojo. Mirar es un proceso

de organización de un torrente caótico de imágenes en un campo de significaciones

o, lo que es lo mismo, un principio de economía de la visión. Como mirada, el porno

dirige el conjunto de las expectativas del sujeto hacia el fantasma de la verdad sexual,

por tal razón, es posible afirmar que sólo se puede llamar porno a cierta vicisitud del

deseo en la que este se ve hipotecado a la promesa de hallar el secreto de la

subjetividad en el sexo.
IN EXTREMIS: EL GRADO PORNO DE LA CULTURA 93

kinkymaturesluts_reg_05

(“Quiero enseñarte algo”)

Hay que reconocerle a la pornografía - como a cualquier tipo de imagen- su valor

cognoscitivo, y ello no quiere decir solamente que ciertas personas aprenden a llevar

una vida más “satisfactoria” atendiendo a los “secretos” del goce que ella

supuestamente reproduce. Con la pornografía se aprehende cierta forma de

organización de las cosas, ella transmite valoraciones de mundo cuyos efectos son tan

múltiples como compleja es la trama de relaciones de poder en la que ella se produce.


VII

LA OPACIDAD Y LA TRANSPARENCIA

Cuando al inicio de esta investigación se le pregunta a una imagen qué sabe, se le

reconoce su vitalidad cognoscitiva, así como su móvil lugar en las cambiantes

estrategias que constituyen el juego político en el que finalmente se producen las

distintas formas que puede tomar la subjetividad.

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(¿Qué sucede tras las puertas cerradas?)

¿Qué sabe el porno? Sabe que hay un lugar llamado “sexo” en el cual podría

dilucidarse cierta verdad acerca del sujeto. El porno simplemente asegura la

aparentemente irrefutable importancia del sexo en aquello que llamamos vida. Él sabe

que en algún lugar hay simplemente un sexo-esencia, del cual a veces es su reflejo

distorsionado o ensuciado, pero también su límite, la expresión más honesta y casta de

su asunción. El porno asegura la existencia de un sexo que él hace visible por

transparencia, pero también por opacidad. Sabe, en fin, que lo “real” existe, y que ese

real es lo que ilumina y otorga sentido a la existencia, de allí toda esa parafernalia de
IN EXTREMIS: EL GRADO PORNO DE LA CULTURA 95

estrategias semióticas que ya hemos estudiado, y que, paradójicamente, le quitan

valor a la imagen misma.

Finalmente, Platón ha ganado, pues la imagen pornográfica sólo tiene valor como

objeto subsidiario de ese mundo fantasmado que llamamos “realidad”, y en el que

supuestamente habremos de encontrar las respuestas a los enigmas más acuciantes

de la subjetividad. Platón, sin embargo, se preguntaba a propósito de la imagen, qué

les hace la mentira a los ciudadanos y qué efectos políticos tiene esto, nosotros en

cambio, debemos preocuparnos por qué le hace la verdad a la gente, y qué efectos

políticos, éticos y estéticos tiene este proceso de afección. Hay que aceptar, con un

poco de tristeza, que en un mundo atravesado por una profunda escisión imaginaria

entre las palabras, las imágenes y las cosas, la imagen es el camino más corto para

correr el velo que oculta al mundo, pero también es el velo mismo. Málevich.
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