Vida y carrera
Nació en West Newton, Massachusetts. Fue hermano de el físico de Caltech, Richard
Chace Tolman. Edward estudió en el Instituto Tecnológico de Massachusetts
graduándose en 1911 en electroquímica y recibió su PhD de la Universidad de Harvard
en 1915. La mayor parte de su carrera lo pasó en la Universidad de California, sede de
Berkeley, entre 1918 a 1954, donde enseñó psicología.
Obra
A Tolman se le conoce más por sus estudios en ratas en laberintos, acerca de lo cual
publicó muchos artículos sobre experimentos, de los cuales su trabajo con Ritchie y
Kalish en 1946 fue quizá el más influyente. Sus mayores contribuciones teóricas en su
libro de 1932, Purposive Behavior in Animals and Men ("Conducta propositiva en
animales y en humanos") y en una serie de monografías en la Psychological Review,
"The determinants of behavior at a choice point" o "Los determinantes de la conducta
en el punto de decisión" (1938) y "Cognitive maps in rats and men" o "Mapas
cognitivos en ratas y hombres" (1948), y "Principles of performance" o "Principios de
desempeño" (1955).[1] [2] [3] [4] [5] [6]
Una monografía clave, escrita por Tolman, Ritchie y Kalish en 1946, demostró que
ratas que habían explorado un laberinto conteniendo comida mientras ella no estaban
hambrientas, fueron capaces de recorrerlo correctamente en el primer intento cuando
ahora sí estaban hambrientas. Sin embargo, Hull y sus seguidores fueron capaces de
encontrar explicaciones alternativas a las de Tolman, con lo que el debate entre
proponentes de la teoría E-E y los de la teoría E-R comenzaron a ser más enredado y
estéril. El artículo iconoclasta de Skinner, Are theories of learning necessary? ("¿Son
necesarias la teorías del aprendizaje?") persuadió a muchos psicólogos interesados en el
aprendizaje animal que era más productivo enfocarse en la conducta misma en vez de
usarla para hacer hipótesis acerca de estados mentales.
Cuando en el último cuarto del siglo veinte, los investigaodres en psicología animal
retomaron el estudio de la cognición animal, inspirados en el éxito de la psicología
cognitiva humana, muchos de ellos se volvieron a las ideas y técnicas de Tolman. De
los tres grandes figuras de psicología animal de mediados del siglo veinte −Tolman,
Hull y Skinner− puede decirse razonablemente que el legado de Tolman es actualmente
el más vivo, por lo menos en términos de mayor producción de investigación
académica.