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“Crónica de un país anunciado”.

A mitad de los años 90, después de una recesión acentuada, nada más terminar las
Olimpiadas de Barcelona y la Expo de Sevilla del año 92, España comenzó a crecer de
forma consistente, e incluso a unas tasas que poco a poco iban siendo la envidia de
Europa.

El crecimiento se sostuvo en un gran porcentaje debido a la gran cantidad de recursos


financieros puestos al servicio de la construcción, o lo que hoy llamamos de forma
coloquial “invertir en ladrillo”.

Se montó una orquestación de largo plazo que consistía en:

- Ayuntamientos vendían suelo a precio de oro.


- Cajas de Ahorro y entidades de crédito financiaban cualquier actividad
productiva, o no, que tuviera que ver con el sector inmobiliario.
- España recibió ingentes cantidades de dinero en Fondos Europeos que se
dedicaron a “cualquier actividad”, excepto la productiva.
- Subida de precios en vertical de todo activo inmobiliario, que hizo creer a la
gente que “un piso nunca baja” y “alquilar es tirar el dinero”, provocando
un endeudamiento nunca antes conocido.

Todo esto, aderezado con unos tipos de interés marcados ahora por el Banco Central
Europeo, que por entonces estaban muy bajos – ayudando a la recuperación de la
unificación de Alemania -, dando lugar a un cóctel peligroso, ya que comenzamos a
tener intereses por debajo de la inflación, dando lugar a Intereses Reales Negativos,
durante un largo periodo de tiempo.

Muchos empresarios, hicieron cuentas con unos tipos de interés muy bajos, y tomaron
de referencia activos que siempre subían de precio, comenzó sin ninguna lógica
económica, el milagro económico español.

Comenzaron a surgir así pequeñas empresas de todo tipo, que crecían alrededor de todo
un tramado empresarial dependiente de la construcción, cuyos problemas a largo plazo
se pueden resumir en:

- Empresas muy poco capitalizadas.


- Empresas que vivían al día, pidiendo créditos baratos al 2-3% para hacer
beneficios en un principio de doble dígito, y que con el tiempo se dieron la
vuelta.
- Empresas con capital humano de baja o muy baja formación.
- Empresas con la misma actividad, en la misma calle, con grandes
problemas de eficiencia.
Básicamente podemos resumirlo en que en menos de una manzana, había cuatro
inmobiliarias, 3 ferreterías, 2 clínicas dentales, y por supuesto en cada esquina un
banco, España es el país más bancarizado del mundo, y segundo en consumo de
cemento.

La bomba de relojería estaba pues a punto de estallar, España además en 2007 era el
país con más deuda privada del mundo en lo que a porcentaje se refiere, y
nominalmente la segunda del mundo después de EE.UU.

En cuanto se desató la crisis de liquidez mundial, agravada por la caída de Lehman


Brothers, - que en España ya se veía venir desde que las inmobiliarias comenzaran a
desplomarse en bolsa en marzo de 2007-, pasó lo que tenía que pasar, España con un
déficit de ahorro de 10 puntos del PIB, encuentra dificultades de renovar su deuda fuera
del país por medio de la banca nacional, que a su vez debe una pasta al exterior, y tiene
que cumplir con los vencimientos. Empieza entonces la caída libre:

- PYMES descapitalizadas se quedan sin liquidez para operar.


- No hay liquidez para renovar siquiera el circulante.
- El paro comienza a subir a ritmo galopante, el desplome inmobiliario ya es
un hecho.
- El cierre de pequeñas y medianas empresas, no se hace esperar, en cuanto
las grandes para las que están subcontratadas cierran el grifo de la
inversión y comienza el ahorro de costes y reducción de gastos corrientes.

La banca ha prestado al sistema inmobiliario-constructor más de 400.000M€, - esto sin


contar las hipotecas -, y sus recursos propios no superan los 170.000M€, es tan difícil
que esto pueda salir bien, que a poco que nos empeñemos en hacer las cosas mal,
tendremos una generación perdida, con toda seguridad. El sistema “is dead”.

Corrección de V a L “ a la española”.

Todo el crecimiento del PIB que hemos ido, no creciendo, sino “inflando o
engordando”, con respecto a Europa, tendremos que ajustarlo para poner la
productividad y la competitividad a unos niveles que sean aceptables y comparables
competitivamente en un mercado global, y que ahora están “fuera de bola”, tanto por
precios de activos como por salarios.

España sólo tiene una forma de ganar competitividad, puesto que el Euro, moneda
europea, no se puede devaluar, (y ahora ya no vale decir que no estábamos preparados
para entrar en el Euro), y ya es demasiado tarde e inviable salirnos con lo que debemos
puesto que sería materialmente un suicidio, la quiebra del país. Queda por tanto;

- Aumento de productividad vía desempleo.


- Aumento de competitividad vía deflación de activos.
En contra de lo que la gente piensa, la crisis internacional, de alguna forma, ha
beneficiado a España, gracias a ella, los tipos están en mínimos históricos, y para un
país endeudado hasta las cejas, esto ha venido de maravilla. Se están liberando más de
30.000M€ de liquidez sólo por la revisión de préstamos hipotecarios. Es precisamente la
recuperación del resto de países, y una pronta subida de tipos de interés el problema al
que se puede enfrentar nuestra economía. Toda esta cantidad de recursos liberados,
debido a la bajada de tipos, es la razón de una subida impositiva en este momento, los
Estados son insaciables en su intervencionismo, en cuanto ven dinero, van por él.

La subida de impuestos.

- Como en España hay falta de ahorro, subimos los impuestos a las Rentas
del Capital.
- Como en España hay una crisis de consumo, subimos dos puntos el I.V.A.

Parece una broma, pero no, es lo que hay…

Las PYMES, que están al borde de la quiebra intentando sobrevivir, si no han dado ya
concurso de acreedores, difícilmente podrán trasladar o repercutir el aumento del IVA a
los consumidores. Los precios de los bienes (sobre todo duraderos), terminarán casi
siempre en 999, 99, 9 etc. Así que es posible que este IVA se lo coman, precisamente
las empresas que más ayuda necesitan.

En cambio, las grandes multinacionales, operadores de telecomunicaciones, energía


(luz, gas, petróleo), y materias primas, en definitiva grandes compañías con grandes
beneficios, trasladarán en sus facturas mensuales y bimestrales la subida sin mayor
problema.

De cualquier modo si queda algo de positivo en todo esto, puestos a ser optimistas –que
ya es difícil en estos tiempos… -, es que quizás el consumo no pueda deprimirse mucho
más, que la subida de impuestos se haga justo cuando estábamos en un problema de
deflación, y que con estos tipos de interés, no hay mejor momento para hacerlo. El
problema no es la subida de impuestos para combatir la crisis, el problema es que
difícilmente volverán a bajarlos cuando las cosas estén mucho peor, porque 2010 será
un año que no vamos a olvidar fácilmente, será el año en el que la gente comprenderá
que lo normal es lo que estamos viviendo ahora, que lo anterior fue un sueño
difícilmente repetible en generaciones.

La inundación de liquidez de los Bancos Centrales.

Ya no es ningún secreto la bola que se está formando en los mercados de deuda pública
a nivel mundial, los bancos centrales inundan de billetes a un interés de 0% - 1% a los
bancos comerciales, que a su vez, compran la mayoría de la deuda que emiten los
Estados. Es decir los bancos centrales están financiando la deuda de los países, y por el
camino los bancos se quedan con el margen de intermediación. Mientras tanto las
empresas y particulares, mirando este curioso partido de tenis sin un duro en el bolsillo.
De esta forma la liquidez no llega a la economía real y productiva, y se queda en el
sistema bancario, y no circulará hasta que los agujeros del sistema bancario queden
completamente tapados o capitalizados.

Una vez el dinero circule, CUIDADO!! La hiperinflación está servida, si alguien piensa
que emitir moneda de forma salvaje sin el aval de ningún activo que lo respalde, va a
salir gratis, está muy equivocado. Lamentablemente, las crisis comienzan cuando hay
que pagar las facturas, y de momento ya se nos avisa de la primera, la subida de
impuestos, no será la última, IBI, impuestos de basura, ecotasas y cualquier invento
neointervencionista será invocado en pos y como excusa de mantener el gasto social y la
solidaridad ciudadana.

Sólo hay tres formas para que los Estados paguen sus deudas, y normalmente utilizan
todas:

- Subida de impuestos.
- Emisión de deuda.
- Inflación creciente, cuando no desbocada, cosa que veremos en pocos años y
entonces sabremos los que es la crisis de verdad.

Blindaje ante la crisis, intervencionismo y capitalismo salvaje.


Capital a salvo de impuestos, inversiones que nos mantengan a salvo de la inflación e
incluso la aprovechen, formación y plan de actuación para combatir el moving
empresarial, y el sálvese quien pueda cuando vienen mal dadas, personalidad para no
caer en la trampa de los agentes sociales que no nos representan, y se valen de nosotros
para su propia supervivencia sin importarles el largo plazo y las generaciones futuras.

Hay que negarse a pensar que hasta que España no crezca un 3% no creará empleo,
tendremos que hacernos mayores, volver a la responsabilidad individual, y la cultura
del esfuerzo.

A finales de los 90, cuando terminábamos las carreras o nuestros estudios, cualquiera se
pegaba por un puesto de becario en cualquier empresa de un polígono industrial de
cualquier rededor de la ciudad. Esos tiempos han vuelto, es lo normal, lo anormal es lo
que hemos vivido durante estos 10 últimos años, cuando todos queríamos trabajar en
alguna empresa del IBEX 35 nada más salir de la Universidad, y además ganando una
pasta.

Pero que nadie se equivoque, en España no vamos a dejar caer a nadie, BSP, Cáritas,
Cruz Roja o cualquier otra organización o a nivel personal pondremos remedio y
solución a esta situación. El Estado no tiene que decirnos que quiere nuestro dinero para
que seamos solidarios, y luego lo tiren y gasten en labores improductivas, nosotros por
lo general, ya lo somos. Cualquier persona de bien lo es, lo contrario no entra en
nuestros planes, y ahora llega el momento de demostrarlo.

Aoshi. (MAA)

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