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Arquitectura, definición

  
En sentido general, la arquitectura es el arte de proyectar y construir
edificios. También se puede definir como el conjunto o perspectiva que
presenta un edificio.
Algunos la definen como el arte de construir y otros le agregan “según
los principios de lo bello”. En este sentido, se ha entendido de varias
maneras la definición. Am
plia
La voz arquitectura abarca también el concepto puramente material de
r
la construcción, aplicable a todos los órdenes de la economía
ima
moderna. Así, tenemos una arquitectura monástica, otra civil, militar,
ge
naval, hidráulica, industrial, funeraria, conmemorativa o monumental
n
Además, cada civilización ha determinado una característica especial
en el arte de sus construcciones.
El origen de la arquitectura se halla en el de la habitación y donde mora el
hombre primitivo, allí hallamos los rudimentos del arte constructivo.
De la cueva, de la habitación lacustre van naciendo luego las formas más
complicadas. (Ver: Historia de la vivienda)
Ver: Tipos de arquitectura
Para ver en Internet una "Historia de la arquitectura":
http://www.xtec.es/~sescanue/castellano/
Es propiedad: www.profesorenlinea.cl
Forma Arquitectónica. En la arquitectura uno de los elementos más importantes a la hora de
diseñares el, sentido de la Forma. La forma a su vez se ve íntimamente relacionada a la función
arquitectónica, la cual esta determinada por el concepto de la misma. La noción del concepto es
un tema importante a la hora de crear las ideas y darle forma a una función especifica,
manipulando, cambiando y variando creativamente una forma, para darle vida a otra totalmente
diferente. Para el éxito total, sobre la creación de una forma es de vital importancia la
comprensión total del proyecto, siempre debe preceder la búsqueda de conceptos físicos que
nos llevan a la forma de la construcción. Formas básicas, agrupamiento de formas por sus
cualidades, relaciones específicas de una forma con otra, son aquellos detalles que originaran y
definen las primeras ideas, aplicando a ello el concepto verbal, visual o ambas. Esto no es más
que expresar un concepto en pocas palabras, para traducirlo luego en imágenes visuales o
forma física. El concepto, resultará de todas las ideas generalizadas, las cuales definen la
expresión de un diseño tomando en cuenta las palabras e ideas claves que determinaran la
función, de igual manera podría definirse como el conjunto de parámetros que serán claves
para la elaboración de un concepto formal. Toda expresión que esta dada en base a una
función, puede partir esencialmente de una forma la cual resultas ser el parámetro principal
para determinar el concepto mismo del diseño.

 La forma determinada siempre por un consejo, debe tener en cuenta que el mensaje
arquitectónico debe ser transmitido con claridad.

 La arquitectura deberá expresar los valores de la cultura que contiene. Cuanto mas
sencillo mejor.

 El diseño de un edifico es la mejor fuente de analogías funcionales y formales de


analogías funcionales y formales.

 La forma arquitectónica es la envoltura física a la solución espacial.

 La claridad y la coherencia son las cualidades que la arquitectura valora en el diseño


de un edificio.

 El reforzamiento de conceptos es un aspecto clave para la planeación para tratar de


dar esas características a la forma del edificio.

La arquitectura es el arte y la ciencia de diseñar edificios. En los siglos pasados, los


arquitectos se ocupaban no sólo de diseñar los edificios, sino que también diseñaban ciudades,
plazas, alamedas y parques, y objetos de uso en las edificaciones, como los muebles. Hoy en
día, los profesionales y arquitectos que proyectan y planifican el espacio urbano son los
urbanistas, constituyéndose en una especialidad distinta a la arquitectura o la ingeniería civil, la
cual se denomina urbanismo, en tanto que a los profesionales que crean muebles y otros
objetos, se les conoce como Diseñadores Industriales.

Según Vitruvio, en el Siglo I a.d.C., dice que la arquitectura descansa en tres principios: la Belleza (Venustas), la
Firmeza (Firmitas) y la Utilidad (Utilitas). La arquitectura me puede definir, entonces, como un equilibrio entre estos tres
elementos, sin sobrepasar ninguno a los otros. No tendría sentido tratar de entender un trabajo de la arquitectura sin
aceptar estos tres aspectos. Vitruvio dice: "la arquitectura es una ciencia que surge de muchas otras ciencias, de ahí
que tenga bastante importancia la historia de la arquitectura, sin duda es muy importante para poder tener bastantes
aspectos y conocimientos de las edificaciones de las diferentes culturas prehistóricas. La teoría es el resultado de ese
razonamiento que demuestra y explica que el material forjado ha sido convertido para resultar como el fin propuesto.
Porque el arquitecto meramente práctico no es capaz de asignar las razones suficientes para las formas que él adopta;
y el arquitecto de teoría falla también, agarrando la sombra en vez de la sustancia. El que es teórico y también práctico,
es capaz no sólo de probar la conveniencia de su diseño, sino también llevarlo a la ejecución. Puedo decir que la
arquitectura es un producto humano cuya misión es ordenar y mejorar nuestras relaciones con el entorno. También es
necesario investigar cómo surgen los productos del hombre. De ahí me surge la pregunta:¿cuál es el propósito de la
arquitectura?; y me respondo; “La vida consta de actividades cambiantes que exigen entornos cambiantes, y por lo
tanto, el ambiente se nos aparecerá de diferente manera dependiendo de nuestra condición inmediata. Para tener en
cuenta esta relación relativa y variable entre el hombre y el ambiente.

La arquitectura se ha materializado según diferentes estilos a lo largo de la historia: gótico, barroco y neoclásico, entre
otros. También se puede clasificar de acuerdo a un estilo más o menos homogéneo, asociado a una cultura o periodo
histórico determinado: arquitectura griega, romana, egipcia. El estilo arquitectónico refleja unos determinados valores o
necesidades sociales, independientemente de la obra que se construya (casas, fábricas, hoteles, aeropuertos o iglesias).
En cualquier caso, la arquitectura no depende sólo del gusto o de los cánones estéticos, sino que tiene en cuenta una
serie de cuestiones prácticas, estrechamente relacionadas entre sí: la elección de los materiales y su puesta en obra, la
disposición estructural de las cargas y el precepto fundamental del uso al que esté destinado el edificio. La humanidad
es una especie curiosa. Cuando hablamos de sus conquistas, la mayoría de las veces lo hacemos refiriéndonos a
sangrientas y destructivas expediciones guerreras. Pero de vez en cuando, la humanidad también produce obras de
impresionante belleza, destinadas a perdurar durante siglos para hacernos recordar a todos que, cuando queremos,
podemos emplear nuestro esfuerzo y talento para construir maravillas. Más que ninguna otra cosa, son estas obras las
que nos identifican inequívocamente como humanos. Nos representan ante nosotros mismos... y también, si alguna vez
en el futuro acude a nuestro planeta azul cualquier visitante, serán sin duda estas maravillas las que constituyan
nuestras principales señas de identidad. El nacimiento de la arquitectura va ligado a la necesidad del hombre primitivo,
ya agricultor, de asentarse. Las primeras construcciones, tras unos primeros intentos en madera, hojarasca, cañas y
cuerdas, debieron de ser cabañas circulares construidas con piezas de barro cocidas al sol y cubiertas vegetales
primordialmente.

Existió una gran arquitectura en la época prehistórica, eminentemente religiosa o ceremonial, junto a la que
aparecieron grandes conjuntos arquitectónicos dedicados al hombre y a sus actividades. Se trataba de una arquitectura
destinada a ser vista desde el exterior, desarrollando en sus fachadas el lenguaje de los órdenes clásicos. No obstante,
se consideraba que la arquitectura poseía un rango inferior al de las demás artes, dado su carácter manual. En mi caso
la historia de la arquitectura, surge súbitamente, pues el proceso histórico es lento y continuado, y en él se han ido
gestando, desarrollando y materializando los diferentes estilos arquitectónicos. Si se habla de una ruptura radical se
hace referencia a nuevos planteamientos muy diferentes de los anteriores pero, son el resultado de una evolución
íntimamente ligada a un cambio de mentalidad; y será precisamente este cambio de mentalidad, esta nueva idea
subyacente, lo que permite diferenciar los diferentes estilos a la vez que percibir la unidad de cada uno de ellos. Es
evidente que, al igual que ocurre en cualquier dimensión humana, el desarrollo choca con la tradición, y en el caso de la
arquitectura, también lo hace con las exigencias prácticas, la naturaleza de los materiales y, sobre todo, con las
contradicciones del propio sistema pues ,dado que ningún sistema cumple completamente sus conceptos específicos de
interrelación de la diferentes partes, y dado que cada uno tiende a su autoexaltación, dicha exaltación propia acabará
agudizando tanto las contradicciones que finalmente el sistema se desmoronará poco a poco. La necesidad de plasmar
las ansiadas fuerzas vinculantes hizo olvidar en gran medida las propiedades de los materiales que se estaban tratando;
así, se empleó la piedra, material rígido, cual materia orgánica blanda y flexible con la representación y utilización en las
artes tectónicas del cuerpo humano y las formas animales, pues la materia viva encarna las fuerzas vitales presentes en
todas las cosas. Tras haber realizado una breve descripción de la historia de la arquitectura desde la prehistoria hasta
roma, mi impresión ha sido plenamente satisfactoria. Sin embargo, existen una serie de aspectos que me han
inquietado. En primer lugar, es curioso el planteamiento de la evolución de la arquitectura, puesto que se plantea como
un cambio inevitable, consecuencia de un cambio de mentalidad, en vez de presentar la evolución como una serie de
soluciones técnicas a las necesidades que se van planteando.

También se echa en falta algo más de especificidad en las explicaciones de los cuerpos arquitectónicos, puesto que sus
rasgos son tratados con poca profundidad, redundando excesivamente en las formas de vida y sus creencias. Uno de
los motivos que más ha impulsado a la arquitectura a lo largo de la historia ha sido el deseo de ostentación: edificios
que sean el orgullo de un pueblo, que reflejen el estatus personal o colectivo, o palacios para reyes y emperadores,
construidos como símbolos de su poder. En general, las clases privilegiadas siempre han sido mecenas de arquitectos,
artistas o artesanos, y sus encargos se han convertido, a veces, en el mejor legado artístico de su época. En la
actualidad, su labor la desempeñan las grandes multinacionales, los gobiernos y las universidades, que llevan a cabo su
función de una forma menos personalista. A través de la historia las obras más conmovedoras de la arquitectura —
templos, iglesias, catedrales y mezquitas— nacen de motivaciones religiosas, y sirven para crear un lugar propicio al
diálogo con Dios, o bien para adoctrinar a los fieles, o para que éstos celebren sus rituales sagrados. Otro de los
móviles ha sido el sentimiento de seguridad: las estructuras más duraderas se construían como elementos defensivos,
como las murallas o los castillos. Uno de los motivos que más ha impulsado desde mi punto de vista es: a la
arquitectura a lo largo de la historia ha sido el deseo de ostentación: edificios que sean el orgullo de un pueblo, que
reflejen el estatus personal o colectivo, o palacios para reyes y emperadores, construidos como símbolos de su poder.
En general, las clases privilegiadas siempre han sido mecenas de arquitectos, artistas o artesanos, y sus encargos se
han convertido, a veces, en el mejor legado artístico de su época. En la actualidad, su labor la desempeñan las grandes
multinacionales, los gobiernos y las universidades, que llevan a cabo su función de una forma menos personalista. La
complejidad de la vida moderna ha provocado la proliferación de tipologías constructivas. En nuestros días, la
arquitectura está especialmente dedicada al diseño de viviendas colectivas, edificios de oficinas, centros comerciales,
supermercados, escuelas, universidades, hospitales, aeropuertos, hoteles y complejos turísticos. En cualquier caso, el
proyecto de un edificio nunca se realiza de forma aislada, sino prestando especial atención a sus interacciones con el
entorno. Tanto los arquitectos como sus clientes están concienciados de este problema y se sirven del urbanismo para
evitar impactos negativos sobre las zonas antiguas de las ciudades. La arquitectura también debe ocuparse del
equipamiento interno de los edificios y sus instalaciones. En las últimas décadas se han inventado complejos sistemas
de acondicionamiento, instalaciones eléctricas y sanitarias, prevención de incendios, iluminación artificial, elementos de
circulación (como pasillos, escaleras mecánicas o ascensores hidráulicos). Desde hace poco tiempo se puede utilizar la
informática para controlar todos estos sistemas, dando lugar a lo que se conoce como edificio inteligente. Todo esto ha
supuesto un incremento de las expectativas de bienestar, pero también de los costes de la construcción. (Articulo
enviado por: SEYNI GUZMAN. Email: sealguz21@yahoo.com)

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