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Experimentos de química.

Cristales, cristales... Es ácido o alcalino?


Complicando un polímero... Tinta invisible.
Líquidos de raro comportamiento. El oxígeno del aire.
De metales y pilas. Sólido, líquido, gas...
Cuando los cristales se disuelven. El volumen del agua.
La electrólisis del agua. Mezclar es fácil, pero separar
Qué es un gas? Los elementos químicos.
Agua con exceso de oxígeno. Limpiando la platería.
La banda elástica (de goma). La luz fría.
Líquidos blancos, líquidos negros... Los colores del cobre.

El anhidrido carbónico.

Cristales, cristales...

Alguna vez observaron de cerca, por ejemplo con ayuda de una lupa, los
de sal común? Verán que muchos de esos granitos son cubos mas o men
perfectos. Un aspecto similar (pero no igual) tienen los granitos de azúc
forma externa tan regular revela que los átomos o las moléculas que form
cristales están sumamente ordenados. En la sal común, por ejemplo, exi
átomos cargados eléctricamente (iones) ordenados como muestra la figu
donde los iones rojos son cloruros (Cl-) y los verdes son sodios (Na+). E
se muestran separados entre sí para que pueda verse claramente el orden
pero en realidad están en contacto.

Los átomos e iones son increiblemente pequeños. Imaginemos que los iones que forman
nuestro granito de sal crecen hasta tener 1 cm de diámetro (el tamaño de un garbanzo)
;de qué tamaño sería el grano de sal? Sería un cubo de unos 17 kilómetros de lado!!...

Si disolvemos un poco de sal en agua y luego dejamos evaporar la solución, la sal


vuelve a cristalizar, vuelve al estado sólido, aunque probablemente los cristales que se
formen sean muy pequeños e imperfectos. Existen otras sales que pueden conseguirse
fácilmente (en una farmacia o una ferretería), con las cuales podemos intentar obtener
cristales grandes y bien formados. Dos de esas sales son el sulfato de cobre (una
sustancia azul que se utiliza para desinfectar plantas) y el alumbre común (sulfato doble
de aluminio y potasio). Veamos como proceder:
Sulfato de cobre: Moler la sustancia hasta obtener un polvo fino (para acelerar la
disolución). En un frasco de vidrio (como los utilizados para mermeladas, café
instantáneo, etc.) verter unas 8 cucharadas rasas de sulfato de cobre molido (aprox. 70 u
80 g) y medio vaso de agua (aprox. 100 ml). Colocar el frasco dentro de una olla o lata
con agua y calentar a ebullición (baño de María), manteniendo unos 15 a 20 minutos. La
sal se disolverá hasta que la solución esté saturada, quedando un resto de sal sin
disolver. Cuidando de no quemarse los dedos, filtrar la solución en caliente a través de
un trozo de algodón, tela fina o papel de filtro para café, a otro frasco limpio. Dejar
reposar la solución límpida en el frasco tapado con un papel en un rincón tranquilo. Al
poco tiempo (horas o días, según el grado de saturación de la solución) comenzarán a
formarse pequeños cristales azules, que irán creciendo con el correr de los días,
alcanzado algunos cm de longitud.

Pueden intentarse también las dos variantes siguientes:

a. para obtener cristales más perfectos, atar un cristalito con un hilo fino o un
cabello y suspenderlo en el seno de una solución saturada y fría. El cristal
crecerá lentamente, mostrando caras y ángulos bien definidos.
b. Si se sumerge un hilo de algodón en la solución saturada (dejando un extremo en
el borde del frasco) se formará una cadena de cristalitos a lo largo del mismo.

Alumbre común: Proceder como antes, pero disolviendo 3 o 4 cucharadas rasas (unos 30
g) de alumbre bien molido en medio vaso de agua. El alumbre forma fácilmente
hermosos cristales incoloros con forma de octaedros (como si fueran dos pirámides de
Egipto unidas por las bases).

Complicando un polímero...

Un polímero está formado por una larga cadena de miles de moléculas pequeñas que se
repiten, como las cuentas de un collar. Según el tipo de molécula, la longitud de las
cadenas, la unión de esas cadenas entre sí para formar estructuras tridimensionales, etc.,
tendremos un polímero líquido o sólido, con distintas propiedades. Por supuesto que la
gran inventora de polímeros es Mamá Naturaleza (por ejemplo, los tejidos con los que
estamos "armados" los seres vivientes, animales y vegetales, son polímeros), pero
existen docenas y docenas de polímeros sintetizados por los químicos, algunos de los
cuales tienen nombres comerciales que todos conocemos: Nylon, Teflon, Dacron,
poliamidas, etc., etc...

Muchos pegamentos comunes son polímeros. Por ejemplo, los adhesivos vinílicos que
se compran en la ferretería o en la librería para pegar madera, papel, etc., tienen como
componente principal al acetato de polivinilo, donde cada "cuenta de collar" es un
grupito de átomos de esta forma:
Podemos cambiar drásticamente las propiedades de este polímero líquido haciendo que
esas cadenas se unan entre sí "de costado", lo que se consigue mezclandolo con una
solución de bórax. La receta es así:

a. Comprar un poco de bórax en la ferretería o en la farmacia. Disolver 1


cucharada de bórax (bien molido, para que se disuelva más fácilmente) en un
vaso de agua, agitando durante algunos minutos.
b. Volcar 1 cucharada de adhesivo vinílico en un vaso de plástico (otro polímero!)
o vidrio. Agregar 1 cucharada de agua y agitar bien. Seguimos teniendo un
líquido blanco, pero menos viscoso (o sea que fluye o se puede volcar más
fácilmente).
c. Agregar 2 cucharadas de la solución de bórax que ya habiamos preparado y
agitar bien con una cucharita o un palito. Ahora si que pasa algo! El líquido se
convierte en un sólido tipo "esponja", que retiene mucho agua.
d. Podemos sacar del vaso la "goma" que se formó y hacer una pelota trabajándola
con los dedos. Si se aprieta bien, sigue perdiendo agua (absorberla con un papel
o una tela). La pelotita rebota bastante bien si se la deja caer sobre una superficie
dura.
e. Cómo volver el proceso hacia atrás: Poner una bolita de 1 cm de diámetro de la
"goma" que fabricamos en un vaso, agregar un chorrito de vinagre y agitar: la
sustancia pasa otra vez al estado líquido. Y si neutralizamos el vinagre con un
poco de bicarbonato de sodio en polvo (el que se usa para hacer tortas o para
curar la acidez de estómago...), otra vez tendremos un sólido...

Líquidos de raro comportamiento.

Existen algunos líquidos que presentan comportamientos realmente extraños, debidos a


la composición química y estructura de las moléculas que lo forman o al tipo de
interacción de esas moléculas o partículas con el solvente, cuando se trata de una
solución o suspensión.

Veremos uno de esos casos, que puede ubicarse dentro del último grupo mencionado.

Pongamos en un vaso algunas cucharadas de almidón de maíz (Maicena, p.ej.) y


agreguemos agua como para formar una papilla bastante líquida, revolviendo con una
cucharita. Ya desde el principio notaremos que no es lo mismo que preparar otras
mezclas comunes en la cocina: cuesta bastante mover la cucharita. En realidad, es
posible revolver lentamente, pero en cuanto aumentamos la velocidad de agitación, la
resistencia al movimiento crece notablemente. Con un movimiento lento no sera
dificultoso hundir la cucharita hasta el fondo, pero si intentamos un movimiento brusco,
se encontrará nuevamente una gran resistencia.

Tomemos el vaso con una mano y hagamoslo mover rápidamente en círculos. Si el


líquido fuese agua o leche, ya se habría volcado... Pero eso no ocurre con el líquido
blanco que preparamos.

Otra prueba que demuestra el comportamiento extraño de este líquido consiste en


volcarlo a otro recipiente en forma de chorro fino. Veremos que no tenemos un chorro
uniforme y perfectamente vertical como ocurriría con el agua, sino que oscila y se
mueve como si estuviera bailando...

Este comportamiento poco común ubica al líquido que preparamos entre los llamados
fluidos no Newtonianos, y a este en particular, entre los fluidos dilatantes. Un sistema
con propiedades comparables son las llamadas "arenas movedizas": se trata de una
mezcla de arena y agua en la que pueden quedar atrapados animales o personas
incautas. También en este caso un movimiento brusco hace que la mezcla se vuelva más
rígida, dificultando o imposibilitando los movimientos.

Otro fluido no Newtoniano que encontramos en la cocina es el ketchup: generalmente


ocurre que al volcar el recipiente de ketchup el contenido no salga, no se vierta. Es
necesario agitar fuertemente para que el contenido se vierta con facilidad. Ocurre que la
viscosidad del fluido disminuye al agitarlo, promoviendo el movimiento de las
moléculas entre sí. Luego de algunos minutos la viscosidad vuelve a aumentar. Ese
comportamiento es típico de los llamados fluidos tixotrópicos, y tiene considerable
importancia en algunos productos industriales, como las pinturas. En efecto, al pintar
con pincel, por ejemplo, se promueve el movimiento de las moléculas entre sí, la
viscosidad disminuye y la pintura se extiende fácilmente. Pero la viscosidad debe
aumentar rápidamente después de pintar, para evitar las "chorreaduras"...

De metales y pilas.

Los metales tienen cierta tendencia a disolverse en el agua, unos más, otros menos. Si
sumergimos una chapa de cinc en agua, algunos átomos de cinc perderán dos electrones
(o sea, dos cargas negativas) y se convertirán en iones (cinc)++, con dos cargas positivas.
Sin embargo, esos iones se quedan "pegados" al metal, porque no quieren alejarse de los
electrones (cargas de distinto signo se atraen!). Pero si hay algo que se lleve los
electrones, entonces si que esos iones (cinc)++ pasarán a la solución! Probemos el
siguiente experimento:

Preparamos una solución de sulfato de cobre, como la mencionada en el experimento de


los cristales (se puede preparar en frío y no hace falta que sea saturada). Ahora tomamos
un trozo de alambre galvanizado bien limpio y lo sumergimos en la solución. Veremos
que el alambre queda cubierto por una capa de cobre de color rojizo. Qué pasó?

La solución azul que usamos debe su color a los iones (cobre)++. Cuando sumergimos el
alambre galvanizado (que es de hierro recubierto de cinc metálico) los electrones que
deja el cinc son tomados por el (cobre)++ de la solución, las cargas negativas
neutralizan a los positivos y se forma cobre metálico:

(cobre)++ + 2(electrones)- => cobre metálico

Y entonces si, los iones (cinc)++ que se habian formado pueden pasar a la solución. En
resumen: un poco de cinc se disuelve y un poco de cobre se deposita.

Pero si logramos que esos electrones no pasen directamente del alambre a la solución
sino que circulen por un cable externo, habremos armado una pila eléctrica.

Como se puede hacer? Muy fácil. Veamos el siguiente experimento:

Tomamos un trozo de unos 5 o 6 cm de alambre de cobre grueso (o un clavo de co


los que se usan para fijar las tejas en los techos), lo limpiamos bien con una lija fin
envolvemos con 2 o 3 vueltas de papel común y le enrollamos varias vueltas de ala
galvanizado, cuidado que los metales no se toquen. Luego sumergimos todo en un
frasquito conteniendo vinagre, como muestra la figura, y...lista nuestra pila.

Ahora la cuestión es ver si funciona. Hay varias maneras de comprobarlo:

- Si tenemos a mano un multímetro (aparato que se usa para medir voltaje o resiste
eléctrica, etc.), podemos medir el voltaje que genera nuestra pila, que será de
aproximadamente 1 V.

- Uniendo en serie dos pilas iguales con un cablecito (polo negativo de una pila al
positivo de la otra; ver figura) tendremos un voltaje de 2 V. Eso es suficiente para
encender un LED (Light Emitting Diode o Diodo Emisor de Luz) de color rojo, qu
consigue en los negocios de electrónica y es muy barato. Los LED encienden si la
polaridad es la adecuada; si no enciende, invertir las conexiones a la pila.
- Podemos fabricar un "detector de electricidad" enrollando varias vueltas (20 o 30) de
alambre de cobre fino (esmaltado o aislado de alguna manera) sobre una brújula, como
se ve en la figura. Si conectamos las terminales de la bobina así construida a una pila,
veremos que la aguja de la brújula se mueve, indicando que circula electricidad. Ese
movimiento será muy leve con nuestra pila, que genera poca intensidad de corriente. Si
probamos con una pila comercial de 1,5 V, veremos un rápido giro de la aguja hasta una
posición perpendicular a la bobina.

Otra manera de armar esta pila: cortar círculos o cuadrados de chapa galvanizada, chapa
de cobre y cartón bien poroso. Embeber las piezas de cartón con vinagre. Hacer un
"sandwich" superponiendo: cobre / cartón / cinc / cobre / cartón / cinc...con tantas capas
como nos parezca, y habremos armado una verdadera "pila"...(de allí viene el nombre,
después que don Volta armó las primeras el siglo pasado).

Es ácido o alcalino?
El agua pura no es ni ácida ni alcalina. Es neutra. Pero cuando se disuelven cosas en
agua, se obtienen soluciones que probablemente ya no sean neutras. Serán ácidas, como
el vinagre, el jugo de limón, etc., o alcalinas (también denominadas básicas), como el
agua de cal, algunos jabones, algunos líquidos limpiadores de uso doméstico, etc.

Para determinar si una solución es ácida o alcalina, los químicos usan sustancias
llamadas indicadores, que cambian de color según como sea la solución que se estudia.
Mamá Naturaleza nos ofrece algunos de esos indicadores en la forma de los colorantes
de las flores y otros vegetales (esos colorantes se llaman antocianinas).

Veamos como se prepara fácilmente una solución de indicador. Necesitaremos algunas


campanillas azules, esas flores de las enredaderas que crecen en muchos terrenos
baldíos. También pueden servir algunas hojas de repollo colorado. Tomamos esas flores
u hojas, las convertimos en tiras finas con un cuchillo, las colocamos en un vaso y las
cubrimos con un poco de alcohol fino.

Otra posibilidad es hervir el vegetal con agua durante unos 10 minutos y dejar enfriar, o
simplemente molerlo con un poco de agua (en una licuadora, por ejemplo). Las
soluciones en agua suelen ser algo turbias, a diferencia de los extractos con alcohol.

Luego de filtrar el líquido obtenido a través de un trozo de tela o algodón, o de un papel


de filtro para café, tendremos listo nuestro indicador, con un hermoso color azul.

Pongamos un poco del indicador en dos vasos y agreguemos a uno, unas gotas de
vinagre (ácido): el líquido tomará color rojo; al otro, unas gotas de limpiador
desengrasante para cocina (álcali): el indicador tomará color verde. Tendremos
entonces:

Solución de indicador + ácido: color rojo

Solución de indicador (neutro): color azul

Solución de indicador + álcali: color verde

Pero esas reacciones pueden invertirse. Si a la solución ácida de color rojo le agregamos
un poco de solución alcalina (como limpiador desengrasante) el color virará a verde,
pasando por azul. O sea que la solución ácida es neutralizada por el álcali, y finalmente
se vuelve alcalina.

También podemos neutralizar la solución alcalina de color verde agregándole vinagre:


tomará color azul, y finalmente color rojo, si se agrega un exceso de ácido.

Es una buena idea experimentar con colorantes de distintos vegetales (flores, remolacha,
etc.) para prepara el indicador...

Y teniendo un indicador que funciona bien, intentemos determinar si los distintos


líquidos que encontramos en nuestra casa o nuestro cuerpo son ácidos o alcalinos...

Otro indicador: Podemos preparar fácilmente un indicador comprando un chicle


laxante (conteniendo fenolftaleina) en la farmacia y agitándolo en un vaso con un poco
de agua. Luego filtrar para obtener una solución límpida. La solución así obtenida será
incolora en medio ácido o neutro y tomará color rosado violáceo en medio alcalino.

Tinta invisible.

Y para qué sirve la tinta invisible?...Respuesta: para escribir mensajes secretos que
pueden leer solo aquellos que sepan como revelarlos. Es un método que usaban algunos
prisioneros de guerra para mantenerse comunicados entre sí. Veamos un par de métodos
para escribir esos mensajes:

1.- Escribir el mensaje en una hoja de papel blanco con leche o jugo de limón, usando
una pluma o un palito de madera con punta como lapicera (conviene usar trazos
gruesos), y dejar secar. El mensaje puede revelarse calentando la hoja de papel con una
plancha bien caliente o en el horno de la cocina (con el permiso de su dueña...).

2.- Escribir de la misma forma con una solución de almidón, preparada mezclando una
cucharadita de almidón de maíz (maicena) o de trigo con 1/4 taza de agua, calentando
hasta ebullición y dejando enfriar. El mensaje se revela mojando la hoja de papel con
una solución diluída de yodo, que se prepara agregando varias gotas de tintura de yodo
(que se compra en la farmacia) a 1/4 taza de agua. El escrito aparece en color azul sobre
un fondo celeste.

Y ya que estamos, probemos de agregar una gota de tintura de yodo a varios mililitros
de solución de almidón, agitando el recipiente después. El color azul obscuro, casi
negro, que aparece explica el "funcionamiento" de la tinta invisible que describimos y
es una manera que usan los químicos para detectar la presencia de pequeñísimas
cantidades de yodo.

El oxígeno del aire.

En cualquier hoja de una planta hay un laboratorio maravilloso, casi mágico. La planta
absorbe anhidrido carbónico del aire (ese gas que produce el efecto invernadero y el
recalentamiento de nuestro planeta), toma agua y minerales a través de las raíces y con
ayuda de la luz del Sol, fabrica almidón, azúcares, grasas, proteinas, etc. y libera
oxígeno. Ese oxígeno que todos necesitamos para respirar!

Pero...cuanto oxígeno hay en el aire? Respuesta: 21%, o sea, algo así como una quinta
parte (1/5). El resto es casi todo nitrógeno.

Podemos comprobar fácilmente que esa es la cantidad de oxígeno en el aire mediante


estos dos sencillos experimentos:

1.- En este primer experimento se trabaja con fuego, que siempre es peligroso. Por esa
razón los niños necesitarán del permiso y vigilancia de una persona mayor.
En el centro de una olla grande o una palangana y usando masilla o plastilina fijamos
una velita de torta de cumpleaños (o un cabo de vela común). Luego agregamos agua en
el recipiente hasta una altura de 1 cm., aproximadamente. Encendemos la vela y luego
la cubrimos con un frasco de vidrio (de mermelada o café), hasta que la boca del frasco
quede sumergida en el agua. Veremos que después de algunos segundos la llama se
extingue y el agua sube en el frasco. Qué pasó? La llama resulta de la combinación de la
cera de la vela, fundida y a alta temperatura, con el oxígeno del aire. Cuando el oxígeno
existente en el interior del frasco se consume, la llama se extingue y el agua entra a
ocupar el espacio que antes ocupaba ese oxígeno. Si el frasco es cilíndrico, podemos
comprobar que el agua subió aproximadamente 1/5 de la altura del frasco.

En realidad, parte del agua sube porque se enfría y contrae el aire en el interior del
frasco, previamente calentado por la llama de la vela. Ese problema no existe en el
siguiente experimento.

2.- Repetiremos el experimento pero ahora absorbiendo el oxígeno a temperatura ambiente.


Para eso, colocamos un trozo de lana de acero (de la que se usa para frotar las ollas en la
cocina) en el fondo del frasco del experimento anterior, sujetándolo con una maderita o un
trozo de alambre de manera que no se caiga al invertir el frasco. Luego de humedecer bien
con agua la lana de acero, apoyamos el frasco invertido dentro de un recipiente que
contenga un poco de agua, como se ve en la figura (si es agua coloreada con unas gotas de
tinta, etc., se verá mejor) y dejamos todo en un lugar tranquilo. Luego de algunos días
veremos que el agua asciende en el frasco. Esta vez el oxígeno contenido en el aire
encerrado en el frasco se combina lentamente con el hierro, oxidándolo, y nuevamente
vemos que el agua asciende en el frasco ocupando el lugar del oxígeno consumido.
También en este experimento se comprueba que el agua sube para ocupar aproximadamente
1/5 de la altura del frasco.

Sólido, líquido, gas...

Todas las sustancias comunes se encuentran en alguno de esos tres estados: Sólidos
como un trozo de madera, un cubito de hielo, una piedra... Líquidos como el agua, el
alcohol, la nafta... Gases como el aire (que es principalmente una mezcla de dos gases:
oxígeno y nitrógeno), el gas que usamos para cocinar, el anhidrido carbónico (que le da
las burbujas a las bebidas gaseosas)... Y las sustancias puras pueden pasar de un estado
al otro, según la temperatura. Si ponemos unos cubos de hielo (agua sólida) en una olla
y los calentamos, se funden (pasan a agua líquida) y finalmente el agua hierve y se
evapora (pasa a vapor de agua, un gas). Si ponemos una cuchara fría sobre el vapor de
agua, esta condensará nuevamente a agua líquida.

Pero algunas sustancias prefieren pasar directamente del sólido al gas, sin pasar por el
líquido (eso se llama sublimación). Para ver ese fenómeno, hagamos el siguiente
experimento:

En un frasco de vidrio (de café, mermelada, etc.) colocamos una bolita de naftalina (la
que se usa para combatir las polillas), tapamos el frasco y lo calentamos en una ollita
conteniendo un poco de agua (a baño maría). Cuando el agua esté bastante caliente
(unos 80ºC), pongamos un paño humedecido con agua enfriando la parte superior del
frasco, manteniendo todo durante 5 o 10 minutos. Veremos que en la parte fría del
frasco se habrán formado cristalitos brillantes de naftalina, como pequeñas hojitas.

Nuevamente, como en el primer experimento de este capítulo, observamos la form


de cristales. Pero ahora no estarán formados por átomos con cargas positivas y neg
(iones) de forma esférica, como pequeñas bolitas. Los cristales de naftalina (naftale
para los químicos) están formados por moléculas como la que se ve en la figura, qu
en este caso una agrupación de átomos de carbono (color verde en la figura) forma
doble anillo, con átomos de hidrógeno (color amarillo) unidos a algunos carbonos.

Cuando calentamos la bolita de naftalina, muchas de estas moléculas salen volando y


forman un gas, que se mezcla con el aire del frasco. Pero en cuanto tienen la
oportunidad y encuentran una pared más fría en el frasco, esas moléculas se unen
nuevamente entre sí para formar la naftalina sólida, sin pasar por el líquido.

Y los gases comunes, pueden convertirse en líquidos? Sí que pueden. Si el aire común
se comprime y enfría lo suficiente (a unos 200 grados bajo cero!...), pasa al estado
líquido. En la industria se hace eso para luego separar el oxígeno del nitrógeno, y a
continuación cada uno de esos componentes, otra vez como gases a temperatura
ambiente, se envasa en cilindros de acero. Son los cilindros de oxígeno que se usan en
los hospitales, o para soldar, etc. Y el nitrógeno puro también tiene muchos usos, no tan
conocidos.

Cuando los cristales se disuelven.

Qué pasa cuando conectamos con un par de cables una lamparita a una pila? Los
electrones, que son partículas con carga eléctrica, circulan de un polo a otro de la pila a
través de los cables y la lamparita se enciende. Pero eso ocurre porque en el metal del
cable existen electrones "sueltos" que pueden moverse libremente.

Veamos afuera que pasaría con un cristal, por ejemplo de sal común. Habiamos visto al
comienzo de este capítulo (Cristales, cristales...) que los cristales de sal están formados
también por partículas cargadas, los iones positivos y negativos. Pero si en nuestro
conjunto de lamparita y pilas probamos si la corriente pasa a través de un cristalito de
sal gruesa, por ejemplo, veremos que no, no pasa. Y eso ocurre porque los iones de la
sal están firmemente "anclados" en sus lugares por la atracción con sus vecinos de
distinta carga (cuerpos con distinta carga se atraen, con igual carga se repelen). Pero si
disolvemos la sal en agua, la solución que obtengamos si conducirá la corriente
eléctrica. Pero ahora no van a ser los electrones los que circulen (como en un metal)
sino los iones positivos y negativos, que ahora están "sueltos" en la solución. Para
comprobar todo esto, hagamos el siguiente experimento:
En un vaso de vidrio o de plástico ubicamos dos clavos bien lijados y cone
cada uno a un cablecito, cuidando que no se toquen entre sí. Por otra parte,
conectamos en serie dos pilas comunes, con un cable que vaya del polo pos
una al negativo de la otra, o manteniendo a presión una pila en contacto co
(como en una linterna) por medio de una cinta elástica, por ejemplo.

Luego conectamos los cables que vienen del vaso a los polos libres del par
pilas, pero interponiendo en uno de los cables un LED (diodo emisor de luz
cual el conector señalado con un corte plano en la base del LED debe ir al
negativo de la pila). Ver figura.

Si ahora vertemos agua de la canilla en el vaso, veremos que en cuanto los clavos entran
en contacto con el agua, el LED se enciende. O sea que el agua común (no destilada)
tiene iones en solución que conducen la corriente eléctrica.

Vaciamos ahora el vaso y lo llenamos lentamente con agua destilada (que se consigue
en las farmacias). Si el agua no es purísima (como ocurre a menudo), al llegar a cierto
nivel el LED encenderá débilmente. Si entonces agregamos al agua del vaso media
cucharadita de sal y agitamos, veremos que el LED enciende en forma mucho más
brillante, debido a que los iones de la sal que quedan en la solución permiten el paso de
una corriente más intensa.

El experimento también puede hacerse reemplazando el LED por una lamparita común
de linterna.

La electrólisis del agua.

Si durante el experimento anterior observamos atentamente los clavos que actúan como
electrodos veremos que, principalmente sobre uno de ellos, se forman burbujitas de gas.
Conectando directamente los electrodos a las pilas (sin interponer un LED o lamparita)
ese desprendimiento de gas será mucho más intenso.

Lo que está ocurriendo es que, por pasaje de la corriente eléctrica, se está


descomponiendo el agua de la solución en sus dos componentes: oxígeno, que se
desprende sobre el electrodo positivo (se ve claramente) e hidrógeno, que se desprende
sobre el electrodo negativo (menos evidente). Ese proceso se denomina electrólisis del
agua.

El agua es representada por los químicos con la fórmula H2O, que significa que tiene
dos átomos de hidrógeno por cada átomo de oxígeno. Aún en el agua pura, unas pocas
de esas moléculas se descomponen en los iones H+ y OH-, que son los que se neutralizan
en los electrodos de nuestro experimento y forman el hidrógeno y oxígeno gaseosos.

El volumen del agua.


El agua es una sustancia maravillosa, abundante en nuestro planeta Tierra y gracias a la
cual existe la vida. Una de sus notables propiedades es que aumenta de volumen al
congelarse, al revés que la mayoría de las sustancias, que se contraen, se "achican",
cuando se las enfría. Hagamos este sencillo experimento para comprobarlo:

Consigamos una pequeña botella o frasco de vidrio con tapa metálica, como las que se
usan para píldoras medicinales. La llenamos completamente con agua y la cerramos
con su tapa, fuertemente apretada. Ahora colocamos el frasco dentro de una lata vacía
(de tomates o duraznos al natural) y llevamos todo al congelador ("freezer") de la
heladera.

Al otro día comprobaremos que la tapa ha sido forzada hacia afuera por el agua
congelada, que ahora desborda del frasco al haber aumentado de volumen. También
puede ocurrir que, si no cede la tapa, se rompa el frasco de vidrio por la enorme presión
que ejerce el agua al aumentar de volumen; por eso es conveniente poner el frasco
dentro de una lata, que retendrá los pedazos de vidrio que puedan desprenderse.

Pero si una cantidad de agua aumenta de volumen al convertirse en hielo en


comparación con la misma cantidad de agua líquida, significa que su densidad (lo que
pesa cada cm3) disminuye. Y eso explica porque el hielo flota en el agua (ya sea un
cubito en un vaso o un témpano en el mar).

Este comportamiento del agua también explica porque se parten las piedras con grietas
que se llenan de humedad durante el día y se congelan durante las frías noches en las
zonas de montaña, o porqué revientan las cañerías domiciliarias y los radiadores de los
autos durante el invierno en zonas en las que la temperatura llega a varios grados por
debajo de cero.

Mezclar es fácil, pero separar...

Muchas veces los químicos necesitan separar los componentes de una mezcla, y para
eso usan una técnica denominada cromatografía. Vamos a aplicar esa técnica en un
experimento sencillo que nos mostrará como se separan los componentes de la tinta de
escribir de un marcador de fibra.

Necesitaremos una tira de papel poroso de unos 2-3 cm. de ancho, que puede ser el papel
de filtro que se usa en los laboratorios químicos o, simplemente, el borde no impreso de
una hoja de diario. La longitud debe ser más o menos igual a la altura de un frasco
alargado de café, mermelada, etc. A unos 3 cm. de un extremo hacemos un punto de 2-3
mm. de diámetro con un marcador de fibra de color negro y luego sujetamos con cinta
adhesiva el otro extremo a la parte interna de la tapa del frasco, de manera que el
extremo inferior casi toque el fondo. Vertemos alcohol fino en el frasco hasta una altura
de 1 cm. y luego introducimos la tira de papel colgando de la tapa, cerrando el frasco de
manera que el extremo inferior quede sumergido en el alcohol. Dejamos todo en un lugar
tranquilo.

Veremos que el líquido subirá lentamente por la tira de papel arrastrando consigo a los
colorantes que están mezclados en la tinta. Cuando el alcohol llegue al extremo
superior, sacamos la tira y la dejamos secar. Con un poco de suerte, veremos que
aparecerán dos o más manchas de distinto color, correspondientes a los distintos
colorantes que se han mezclado para fabricar la tinta. Probemos con tintas de otros
colores.

Qué es un gas?

Vivimos sumergidos en un gas y respiramos un gas, que es el aire. Pero, qué es un gas?
Cualquier gas, como el aire, el anhidrido carbónico de las bebidas gaseosas, el cloro que
se usa para fabricar agua lavandina, etc. está formado por muchísimas partículas a las
que llamamos moléculas, tan pequeñas que no pueden verse con los microscopios
comunes, por más poderosos que estos sean. Y efectivamente son muchísimas. Por
ejemplo, en una botella de 1 litro caben más de 1022 moléculas de aire (1022 es una
manera cortita de significar un 1 seguido de 22 ceros! Prueben de escribirlo. Es
realmente una cantidad muy, muy grande...).

Todos sabemos que para poder usar una bicicleta hay que inflar bien las gomas. Con el
inflador forzamos la entrada de aire a la cámara: cuánto más aire entra, más moléculas
habrá y mayor será la presión, lo que significa que mayor será la fuerza que el aire
ejerce sobre las paredes de la cámara. Y esa fuerza se produce porque las moléculas de
aire se mueven rápidamente chocando constantemente contra las paredes de la cámara:
cuanto más moléculas haya, mayor será el número de choques por segundo y mayor
será la presión. En una rueda de bicicleta la cubierta, más rígida, no permite que la
cámara aumente de volumen. Pero si no estuviera la cubierta, esa cámara se inflaría
como un globo como consecuencia del aumento de la presión.

Podemos tener una idea del comportamiento de un gas por medio de un modelo que está
en un sitio de la Web al que se puede acceder haciendo clic con el mouse en GAS
IDEAL. Allí veremos el dibujo de un tanque lleno con un gas, provisto de una tapa que
sube cuando aumenta la presión interna (o sea que aumenta el volumen). Lo interesante
de este modelo es que podemos hacer experimentos con el gas, viendo como varía el
volumen cuando cambiamos el número de moléculas en el recipiente (particles), o la
presión que se ejerce desde afuera sobre la tapa (pressure) o la temperatura del gas
(velocity). Si cambiamos alguno de esos números y luego apretamos Enter,
inmediatamente vemos los cambios que se producen. También es posible modificar las
dimensiones del tanque haciendo clic sobre una de las paredes laterales y moviendo la
misma hacia un costado mientras se mantiene apretado el botón izquierdo del mouse.

Para aquellos que quieran investigar un poco más sobre la naturaleza de los gases,
pueden usar el modelo animado para contestar las siguientes preguntas: Como depende
el volumen del gas de

1. El número de moléculas en el interior del recipiente?


2. La presión dentro del recipiente?
3. La velocidad de las moléculas (que depende de su temperatura)?
Los elementos químicos.

Todo el Universo, todo lo que nos rodea, nosotros mismos, estamos formados por
átomos de distintos tipos. Cada tipo de átomo es lo que se denomina elemento químico.
Y cada elemento químico tiene un nombre, tiene un símbolo formado por letras y tiene
sus propiedades particulares. Algunos son gases, como el oxígeno (O), el nitrógeno (N)
o el cloro (Cl). Unos pocos son líquidos, como el mercurio (Hg) o el bromo (Br). Y la
mayoría son sólidos, como el hierro (Fe), el azufre (S), el sodio (Na) o el oro (Au).
Algunos elementos son muy comunes, como el silicio (Si) y el oxígeno, que
combinados forman la arena. Otros elementos, en cambio, son bastante raros o escasos,
como el praseodimio (Pr), el francio (Fr) o el yterbio (Yb).

Cuántos elementos químicos existen en la Naturaleza? Existen 92 en total, aunque un


par de ellos no se encuentran en nuestro planeta Tierra (no nos referiremos a los
elementos artificiales, creados por el hombre). El elemento más simple y liviano es el
hidrógeno (H) mientras que el más pesado es el uranio (U). Estudiar como se comportan
los distintos elementos, como se combina cada uno de ellos con los demás sería muy
complicado si no hubiese un orden determinado. Afortunadamente, los elementos se
pueden ordenar de menor o más liviano (H) a mayor o más pesado (U) en la llamada
Tabla Periódica de los Elementos. En esa Tabla los elementos quedan ordenados en
sentido vertical por familias de elementos con propiedades químicas parecidas, lo cual
facilita enormemente su estudio.

En Internet podemos encontrar la Tabla Periódica ilustrada y con detalles de las


propiedades de cada elemento en los siguientes sitios: Tabla1, en español; Tabla2, en
inglés; Tabla3, también en inglés pero con la posibilidad adicional de bajar e imprimir
la Tabla.

Agua con exceso de oxígeno.

Como mencionamos en La electrólisis del agua, el agua es representada por los


químicos con la fórmula H2O, que significa que tiene dos átomos de hidrógeno por cada
átomo de oxígeno. Pero existe una molécula que es pariente cercano de esta y que tiene
dos átomos de hidrógeno y dos átomos de oxígeno y que los químicos escriben H2O2.
Esa sustancia es el "agua oxigenada" (también llamada peróxido de hidrógeno) que se
compra en la farmacia para desinfectar heridas, decolorar el pelo, etc. debido a que
libera muy fácilmente el oxígeno "extra" y entonces resulta un oxidante muy fuerte.
Para que no sea demasiado fuerte, se la vende diluida con agua común como agua
oxigenada de 10 volúmenes, de 20 volúmenes, etc. Eso significa que un volumen de
agua oxigenada puede descomponerse liberando 10 veces, 20 veces, etc. ese volumen
de oxígeno gaseoso.

Esa descomposición para formar oxígeno gaseoso puede provocarse mezclando el agua
oxigenada con un catalizador adecuado, como veremos en este par de experimentos:
1.- Necesitaremos agua oxigenada de cualquier concentración, un frasco de vidrio
limpio (de café, mermelada, etc.) y una pila de carbón o alcalina que ya no sirva.

Con ayuda de una sierra para metales y cuidando de no lastimarse los dedos, abrimos la
pila y sacamos algo de la sustancia negra de su interior, que es una mezcla de carbón y
dióxido de manganeso (MnO2 para los químicos). Ahora vertemos unos mililitros de
agua oxigenada en el frasco y le agregamos un poco de esa sustancia negra: veremos
que se produce un abundante desprendimiento de burbujas. Ocurre que el dióxido de
manganeso actúa como catalizador, provocando la descomposición del agua oxigenada
y la formación de las burbujas de oxígeno puro.

2.- En este segundo experimento, además del agua oxigenada y el frasco, necesitaremos
uno o dos mililitros de sangre, que podemos pedir al carnicero del barrio. Luego de
verter un poco de agua oxigenada en el frasco, agregamos la sangre. Otra vez, veremos
un abundante desprendimiento de oxígeno por descomposición del agua oxigenada,
ahora debido a una sustancia que todos tenemos en la sangre y que se llama peroxidasa.
Esa sustancia, entre otras, nos protege de las pequeñas cantidades de agua oxigenada
que se forman en el organismo a partir del oxígeno del aire que respiramos, y que de
otra forma atacarían los tejidos acelerando el proceso de envejecimiento.

En cualquiera de los dos experimentos es posible comprobar que el gas que se


desprende es oxígeno introduciendo en el frasco una astilla de madera con un extremo
encendido: si la cantidad de oxígeno es suficiente, veremos que comienza a arder más
vivamente.

Limpiando la platería.

Si tenemos en casa algún objeto de plata (cuchara, moneda, anillo, etc.) sabemos que
lentamente el metal se va oscureciendo. Eso ocurre porque la plata reacciona con las
sustancias presentes en el aire que contienen azufre, formándose una capa de sulfuro de
plata. Una manera de hacer que esos objetos recuperen su brillo original es limpiarlos
con algún producto que elimine o disuelva esa capa oscura.

Pero hay otra manera de hacerlo, mediante una reacción química y aprovechando que
el azufre se une con más entusiasmo a otros metales que a la plata. Uno de esos metales
es el aluminio. Probemos el siguiente experimento para comprobarlo:

Necesitaremos un recipiente donde nuestro objeto de plata pueda ser cubierto con
líquido. Recubrimos el fondo del recipiente con papel de aluminio, sobre el que
apoyaremos el objeto (podemos fabricar el recipiente directamente con el papel de
aluminio, si es suficientemente grueso). Luego preparamos una solución de bicarbonato
de sodio en la cantidad de agua suficiente como para cubrir el objeto (una cucharadita
de bicarbonato por cada vaso de agua). Calentamos esa solución hasta que hierva y, con
mucho cuidado para no quemarse los dedos, la volcamos sobre el objeto. Veremos que
muy pronto la capa de sulfuro de plata comienza a desaparecer. Si la capa es gruesa
quizás sea necesario volver a calentar la solución y volcarla nuevamente sobre el objeto.
Qué ocurre en este experimento? Los químicos escriben la reacción que se produce
como:

3 Ag2S + Al à 6 Ag + Al2S3

sulfuro de plata aluminio plata sulfuro de aluminio

En esta reacción están pasando electrones desde el aluminio a la plata y por esa razón
es necesario que el objeto de plata esté en contacto con el papel de aluminio. Como se
ve, nada de plata se pierde, lo que si ocurre con otros métodos de limpieza.

Se nota la formación de sulfuro de aluminio porque sobre el papel de aluminio


aparecen manchas o restos de sólido amarillento. También suele sentirse el feo olor del
ácido sulfhídrico, que se forma en pequeñas cantidades.

La banda elástica (de goma).

Material para estos experimentos: una banda de goma, de 0,5-1 cm. de ancho y 10-20
cm. de largo, comprada en una librería o cortada de una cámara en desuso de rueda de
bicicleta.

La goma es elástica porque está formada por largas moléculas capaces de estirarse o
comprimirse como un acordeón. Cuando estiramos la banda de goma estamos obligando
a las moléculas a estirarse también y a ubicarse ordenadamente una al lado de la otra.
Pero en ese proceso se libera energía y la goma se calienta. Para comprobarlo, hagamos
el siguiente experimento: tomamos la banda de goma de cada extremo, la estiramos
rápidamente y todo lo posible teniéndola cerca de los labios o de la frente y la
apoyamos rápidamente sobre la piel: notaremos que se ha calentado ligeramente. Ahora,
teniendo la banda de goma bien estirada y sin soltar los extremos, la acortamos
rápidamente hasta su longitud original y apoyamos la banda sobre la piel:
comprobaremos que se ha enfriado, pues al volver las moléculas a su situación original,
absorben energía.

Y ¿qué pasará cuando calentemos o enfriemos la banda de goma? Comprobémoslo


con este otro experimento: sujetamos la banda de goma por un extremo a un clavo en
una pared o en una madera colocada verticalmente o de la manija de una puerta y
colgamos del otro extremo un objeto que mantenga la banda estirada (un martillo, una
piedra, etc.). Con un lápiz marcamos de alguna manera la posición del extremo de la
banda de goma. Si ahora calentamos la banda con el aire caliente de un secador de pelo,
comprobaremos que la banda de goma se acorta (al revés de lo que ocurre con los
metales, que al calentarlos se dilatan!). ¿Cómo se explica esa observación? Imaginemos
a las moléculas que forman a la banda de goma estirada como si fueran un trozo de soga
o de cadena estiradas sobre una mesa. Cuando se calienta un material, sus moléculas se
mueven cada vez más enérgicamente. Si sacudimos la soga o la cadena en su parte
media simulando la acción del calor, sus extremos se acercarán: la “molécula” se hace
más corta. Eso explica porqué toda la banda de goma se hace más corta al calentarla!
Para ver más claramente esta “dilatación” de la goma, se puede armar un aparatito
similar al que se propone para mostrar la dilatación de los metales en el capítulo de
física. Reemplazamos el tubo metálico por la banda de goma, que mantenemos estirada
sujetando un extremo con un clavo y atando al otro extremo una cuerda o hilo que pase
por un carrete o ruedita y quede tenso con un objeto pesado atado a su extremo.
Comprobaremos que la banda de goma se estira al calentarla marcando previamente la
posición de su extremo o del objeto que sirve como peso.

La luz fría.

Sabemos que la luz es producida generalmente por algún cuerpo a alta temperatura,
como el Sol, la llama de una vela, el filamento de una lámpara eléctrica, etc. Sin
embargo, existen reacciones químicas que producen luz a temperatura ambiente.
Tenemos el ejemplo más notable en las luciérnagas, esos insectos que vemos en las
noches de verano. Cómo producen esos destellos de luz? Respuesta: mediante
reacciones químicas bastante complicadas, en las que la energía química de unas
moléculas orgánicas se transforma en energía luminosa.

En un laboratorio pueden realizarse algunos experimentos con "luminol" u otras


sustancias, que producen luz a temperatura ambiente, sin calentar. Ese fenómeno se
denomina quimioluminescencia. No vamos a describir esos experimentos, que requieren
sustancias difíciles de conseguir, pero podemos ver algunos videos de tales
experimentos en la dirección
http://www.shsu.edu/~chm_tgc/chemilumdir/chemiluminescence2.html

Líquidos blancos, líquidos negros...

Tenemos dos líquidos incoloros y al mezclarlos queda un líquido de color casi negro.
Mezclamos otros dos líquidos incoloros y nos queda un líquido de color blanco. Ahora
mezclamos el líquido blanco y el líquido negro y nos queda...otra vez incoloro. Bueno,
ahora veamos como se hace esa "magia".

Necesitaremos: tintura de iodo (que se consigue en la farmacia), agua lavandina


concentrada, vinagre blanco, solución de almidón (preparación explicada en el
experimento sobre "Tinta invisible"), sal inglesa o sal de Epson (es sulfato de magnesio,
un laxante que se compra en la farmacia), un gramo de ácido ascórbico (es la vitamina
C que se consigue en una farmacia, pura o en forma de pastillas), amoníaco (si se
compra en la farmacia, habrá que diluirlo con igual volumen de agua; también se puede
usar el amoníaco para limpieza, siempre que sea incoloro). Y también necesitaremos un
poco de paciencia para preparar las soluciones en vasos de vidrio o en frascos en desuso
incoloros (de mermeladas, café, etc.)... Comencemos:

Solución de lavandina: 1 cucharada de lavandina + 4 cucharadas de agua.

Solución de vitamina C: disolver 1 gramo de vitamina en 6 cucharadas de agua.


Y ahora las soluciones para mezclar:

Solución A: 2 cucharaditas de tintura de iodo + 6 cucharadas de vinagre blanco.


Agregar de a gotas solución de

vitamina C hasta que desaparezca el color del iodo. Luego agregar 1 cucharadita de
solución de almidón.

Solución B: 1 cucharadita de solución de lavandina que preparamos antes + 6


cucharadas de agua.

Solución C: Disolver 1/2 cucharadita de sal inglesa en 5 cucharadas de agua y


agregar el resto de la solución de

vitamina C.

Solución D: 7 cucharadas de amoníaco.

Una vez que tenemos todo preparado, viene la demostración:

Mezclar la solución A con la solución B, agitando bien => aparece el color negro.

Mezclar la solución C con la solución D, siempre agitando => color blanco.

Mezclar la solución de color negro con la de color blanco => solución incolora,
como eran al principio!

Explicaciones para los que quieren saberlo todo: al preparar la solución A , el ácido
ascórbico reduce al iodo a ioduro y el color desaparece. Al mezclar A + B, el agua
lavandina (que es una solución de hipoclorito de sodio, un poderoso oxidante), vuelve a
oxidar el ioduro a yodo y este reacciona con el almidón para dar un color azul oscuro,
casi negro. Al mezclar C + D el amoníaco, fuertemente alcalino, hace que se forme
hidróxido de magnesio, que es blanco. Al mezclar las soluciones negra y blanca, el
vinagre (ácido acético) que estaba en la solución A disuelve al hidróxido de magnesio,
que desaparece, y el ácido ascórbico que habíamos puesto en la solución C vuelve a
reducir al yodo, que también desaparece juntamente con el color negro.

Los colores del cobre.

Para este experimento usamos unos mililitros (dos o tres cucharadas) de una
solución de sulfato de cobre, como la utilizada en el experimento "De metales y pilas".

Teniendo esa solución color azul celeste en un vaso o frasco de vidrio incoloro, le
agregamos de a poco y agitando una solución de amoníaco: veremos que al principio se
enturbia el líquido porque se forma hidróxido de cobre, blanquecino, que no se disuelve
en agua. Pero si seguimos agregando amoníaco, aparece un hermoso color azul violáceo
debido a que se forma Cu(NH3)4++.
Ese ion tiene la forma de un cuadrado con el ion cobre con dos cargas positiva
(Cu++) en el centro y una molécula de amoníaco (NH3) en cada vértice, como s
en la figura.

Si agregamos un poco de solución de ácido ascórbico (preparada disolvien


una pastilla de 1 gramo de vitamina C en 6 o 7 cucharadas de agua), el color c
desaparece. Y si calentamos ligeramente la solución y la dejamos reposar, ver
que se forma un depósito rojizo de cobre metálico como un polvo fino. Eso oc
porque el ácido ascórbico reduce (le cede electrones, que tienen carga negativ
Cu++ , que entonces se neutraliza y pasa a cobre metálico. Velay!...

El anhidrido carbónico.

El anhidrido carbónico es un gas con una molécula que posee un átomo de carbono y
dos de oxígeno (CO2). Se produce cada vez que quemamos algo (papel, leña, carbón,
nafta, gas combustible, etc.). Y también se produce cuando los alimentos se "queman"
en nuestro organismo, combinándose con el oxígeno que respiramos. Para comprobarlo,
hagamos el siguiente experimento:

Primero deberemos preparar "agua de cal". Basta con poner una cucharada de cal (la
que usan los albañiles) en un frasco, agregarle un vaso de agua, agitar y dejarlo algunos
minutos en reposo. Luego filtrar a través de una tela fina o un filtro de papel para café.
Verter un poco de "agua de cal" en un vaso o frasco de vidrio incoloro y luego hacer
burbujear aire de nuestros pulmones soplando a través de un tubito o sorbete. Veremos
muy pronto que el agua se vuelve turbia porque se forma carbonato de calcio, de color
blanco, que está indicando la presencia de CO2.

- Y si dejamos un vaso con "agua de cal" recién filtrada en contacto con el aire, veremos
que en algunas horas en la superficie se ha formado una película blanca de carbonato de
calcio, porque ha reaccionado con el CO2 que hay en el aire. Ese mismo CO2 que
absorben las plantas para crecer.

- El CO2 es el gas que tienen todas las bebidas gaseosas, desde la soda (agua
carbonatada) hasta los vinos espumantes. Podemos comprobarlo fácilmente con un
sifón de soda: conectamos al sifón una manguera flexible (como las que se usan en los
motores de automóvil), invertimos el sifón para que salga gas pero no líquido y
hacemos burbujear el gas en "agua de cal". La turbidez que se produce nos está
confirmando que el gas es realmente CO2 (ver la figura).

- También podemos comprobar fácilmente que el CO2 no mantiene la combustión. Si es


un recipiente algo ancho (una olla, por ejemplo) colocamos en el fondo una pequeña
vela, la encendemos y luego introducimos lentamente CO2 al nivel del fondo del
recipiente usando el método del sifón que vimos antes, veremos que finalmente la vela
se apaga. Como el CO2 es más pesado que el aire, va llenando el recipiente (aunque no
lo veamos ...) hasta que llega al nivel de la llama y esta se apaga. Es por eso que muchos
extinguidores de incendios están cargados con ese gas.

Comprobamos que al reaccionar el CO2 con el "agua de cal" se forma carbonato de


calcio (CO3Ca) de color blanco. Esa sustancia aparece en la naturaleza en forma de
distintos minerales, como la piedra caliza o el mármol, y es muy soluble en ácidos.
Entonces, si luego de los experimentos que hemos descrito agregamos vinagre al frasco
en el que se ha formado carbonato de calcio veremos que el sólido se disuelve y el
líquido queda nuevamente incoloro, porque el vinagre contiene ácido acético.

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