La diversidad biológica es esencial para mantener la vida en la
tierra y tiene importantes valores sociales, económicos, científicos, educativos, culturales, estéticos y recreativos. La biodiversidad garantiza además nuestra resistencia frente a cambios ambientales.
La biodiversidad constituye un entramado esencial para mantener
la viabilidad a largo plazo de la agricultura y de la pesca y es la base para el desarrollo de muchos procesos industriales y la producción de nuevas medicinas. El concepto Biodiversidad engloba la variabilidad entre organismos vivos de todas las procedencias y los complejos ecológicos de los que forman parte.
La Agencia Europea de Medio Ambiente identifica que "el declive
de la biodiversidad en muchas regiones de Europa deriva principalmente de una explotación muy intensa, casi industrial, de las zonas agrícolas y forestales, y de los cambios de uso de la tierra; de una elevada fragmentación los hábitats naturales que quedan, por las infraestructuras y la urbanización, y por el influjo del turismo de masas, así como por la contaminación del agua y del aire. Dado el crecimiento proyectado de la actividad económica, la tasa de pérdida de la biodiversidad más que estabilizarse es muy posible que aumente".
Según el informe presentado en la Evaluación de los Ecosistemas
del Milenio, la estructura y el funcionamiento de los ecosistemas del Planeta han cambiado en la segunda mitad del siglo XX más rápida y extensamente que en ningún otro período de tiempo comparable de la historia humana, en gran parte para resolver rápidamente las demandas crecientes de alimento, agua dulce, madera, fibra y combustible. Esto ha generado una pérdida considerable y en gran medida irreversible de la diversidad de la vida sobre la Tierra.
Texto extractado Casamayor, Emilio. Presentación del II Congreso
Nacional para la biodiversidad realizado en febrero de 2009 en España.