Lashón Ha Rá: lengua mala, hablar corrompido, algunos lo traducen como lenguaje del
mal, lenguaje de estiércol, etc.
Yaakov nos pone varios ejemplos, para que comprendamos que un hijo del Eterno no
puede tener 2 tipos de lenguaje, o sea, no puede hablar bendiciones y maldiciones. El
pone el ejemplo de que el hombre puede domar a las bestias salvajes, pero todavía no
puede dominar su lengua. Aquello es clave, porque uno puede controlarse de no golpear
a alguien, pero muchas veces no nos podemos aguantar el ofenderlo. El asunto es que si
uno golpea a otro, el dolor luego se pasa, pero si yo le digo una ofensa, quizás lo
recuerde por años, y la herida que yo puedo hacer con mis palabras es mucho más grave
de la que puedo hacer golpeando a otro.
1. Murmuración.
1. Cuando con otro chismeamos, hablando de otro que no está, Ej: Aarón con
Myriam.
2. Hablar entre dientes, eso es murmuración y pecado, porque si hay algo que
debemos decirle a alguien, debemos decírselo de frente, o si queremos quejarnos
de alguien, debemos hacerlo en su cara.
2. Chisme.
En general se tiende a pensar que un chisme es cuando uno habla algo malo de otro que
no está, pero chisme es tanto una noticia verdadera como falsa, puede ser una verdad,
con la que se pretende disponer o predisponer a una persona contra otra o se murmura
de otra.
La única forma en que es bueno hacer eso es cuando hablamos con un líder acerca de un
conflicto con otra persona, porque se está buscando solucionar un conflicto. Pero este es
el único caso puntual, porque nunca debemos hablar de otro hermano cuando está
ausente, aunque sea para decir algo bueno acerca de él. Porque nunca sabremos quién
nos está escuchando, ni sabemos cómo lo interpretarán.
3. Calumnia.
Acusación falsa (mentira), hecha maliciosamente para causar daño, imputación falsa de
un delito de los que dan a lugar en el procedimiento de oficio, atribuir a alguien falsa y
maliciosamente palabras, actos o acciones deshonrosas.
4. Queja.
Muchas veces el que se queja se olvida de quien tiene el control del mundo, porque todo
lo que ocurre en el mundo, ocurre porque así Él lo quiere.
Lo que quiere decir es que nada de los que hacemos, lo hacen los hombres, Ej: la
historia de Yosev (José), cuando José se encontró con sus hermanos después de que lo
habían vendido, ellos estaban entristecido y en otras palabras José les dice: “no se
entristezcan, porque ustedes no me mandaron a Egipto, sino que me mandó el Eterno,
para…”, él tenía claro ese concepto. Los hombre no pueden hacer nada sin que el
Eterno se los permita. Cuando algo sucede con alguien, no debemos quejarnos contra
esa persona, sino que debemos saber que el Eterno lo permitió y debemos descansar en
eso. Ahora si hay alguien que no quiera someterse a su voluntad, puede quejarse todo lo
que quiera.
*Somos personas buenas para quejarnos, para hablar del otro, lo cual es peligroso,
porque si somos personas que vivimos fijándonos en el otro va a pasar lo que dijo
Yeshua, veremos la paja del ojo ajeno y no veremos nuestra propia viga.
*Si usted tiene alguna queja sobre algo, vaya al Eterno y en oración dígale lo que le
aqueja.
¿Qué sucede en la Biblia cuando alguien se quejaba? Yov/Job se quejó por un buen
tiempo y Dios entonces comenzó a exhortarlo. Ahora, los que no conocen al Eterno se
pueden quejar, porque no lo conocen, porque no entienden que Él domina todo y hace
su voluntad como quiere, no se sujetan. Cuando Moshé/Moisés estaba delante del mar
rojo se detuvo para orar, pero el Eterno le dijo que levantara la vara, en otras palabras
“ya sabes lo que tienes que hacer, no te quejes”
*Yetro/Jetro el suegro de Moisés exhortó a Moisés acerca de que estaba haciendo mal
las cosas, pero él le da la solución.
Si voy a criticar un problema es mejor que vaya con la solución. Si podemos aportar
algo constructivo, hablemos, si no, mejor quedémonos callados.
Dicho del Talmúd: “Si tus palabras no son más hermosas que el silencio, mejor no
las digas.”
La tradición judía enseña que la boca de un reino, tiene una reina (la lengua), pero el
Eterno puso esa lengua detrás de 2 paredes (los dientes y los labios), para que se
mantenga adentro.
El no esperar pasar un proceso y sale lo primero que nos vino a la mente, sale por
nuestra boca, puede que diga algo lindo, pero realmente le tome el peso a lo que estaba
diciendo o a lo que dije, muchas veces cuando decimos lo primero que nos vino a la
mente es destructivo y una vez que lo decimos ya no podemos solucionarlo.
El día del perdón, el día de la expiación, el día en que todo Israel confiesa sus pecados
para que el Eterno los perdone. Ese día se confiesan 43 tipos de pecados, de los cuales
11 de esos pecados tienen que ver con usar mal la lengua (mentira, engaño, chismes,
cahuín, etc.), o sea, que una buena parte de los pecados que cometemos, los cometemos
con la lengua.
Había un judío que estudiaba en una sinagoga que era muy bueno para hablar del rabino
(se cortaba mal la barba, no interpretaba bien la Tohrá, etc.), entonces hubo uno que lo
escuchó y le dijo: “oye está mal lo que estás haciendo. Viene el día de Yom Kippur
viene pronto y acuérdate que en ese día el Eterno te perdona solo los pecados que hiciste
en contra de él, pero los pecados que hiciste contra el prójimo, te los tiene que perdonar
primero el prójimo, o sino el Eterno no te perdona”. Entonces le dice: “Anda a pedirle
perdón al rabino, porque viene Yom kippur y si él no te perdona, el Eterno no te
perdonará de todas las veces que has hablado mal de él”, entonces, este chico razonó y
dijo: “Sabe jajam (sabio o rabino) he hablado mal de usted, he cahuineado de usted, así
que quería pedirle perdón”. El rabino le dice: “Claro que te perdono, pero ¿me dejas
enseñarte algo?”, el joven le dice: “claro que sí”. El rabino lo llevo a su cuarto y le pasó
una almohada y le dice: ¿Puedes descocer esta almohada?” el joven dice: “¿para qué?”
el rabino remarca “¿puedes descocerla?” y el joven dice: “claro que sí”, entonces, el
joven descoció la almohada y el rabino le dice: “párate en la ventana y deja que salgan
volando todas las plumas de la almohada”, entonces, el joven sacudió la almohada y
dejo que las plumas se fueran volando hasta que ya no quedó ninguna, entonces el
rabino le dice: “¿puedes ir y recoger todas las plumas que salieron volando?” y el joven
responde: “es imposible hacer eso”, el rabino le dice: “así mismo es hablar mal de otro,
una vez que sueltas las palabras ya no puedes volver a recogerla, puede que le pidas
perdón a la persona, pero todas las personas que escucharon todo lo que dijiste, ¿Puedes
acaso juntar a todas las personas y decirles, lo que yo decía está mal?”
Por eso es mejor pensar antes de hablar, porque a veces el daño no se puede reparar,
muchas veces conocemos a personas y las veces una sola vez y no las volvemos a ver
nunca más, y si le hablamos cuanta porquería de otro y se va con esa imagen y quizás la
otra persona no es mala personas, pero se fue con la imagen de lo que se le dijo.
Mi boca está lista para lanzar palabras, pero tengo que tenerla bajo control y no soltar la
flecha.
Contexto: El pueblo de Israel acaba de salir de Egipto, está vagando por el desierto y no
tienen agua y encuentran un pozo, pero este tiene agua amarga.
Está es una de las 10 veces que el pueblo de Israel habló en contra de Moshe/Moisés o
contra el Eterno.
En este texto se nos muestra la gravedad de hablar de algún líder, en este caso de
Moshe/Moisés. Lo criticaron y fue por un tema que ni siquiera era importante, por la
mujer con la que se había casado, en el fondo la mujer era hija de un hombre que se
había convertido, no era extranjera aunque era de origen etíope, era de nacionalidad
Israelita, entonces a Myriam/María le dio lepra, la cual no era la lepra donde se cae la
carne, sino que esta lepra era una que se sanaba, solo duraba un corto tiempo. La
palabra original hebrea no tenido una traducción exacta, así que se ha traducido como
“lepra”, pero es una enfermedad que se describe que la piel se pone blanca y se hacen
heridas, pero era una enfermedad producida por el pecado. Era un pecado que
cometieron Myriam/María y Aarón, muchos se preguntan ¿Por qué no castigo a Aarón?
Las respuestas probablemente pueden ser:
2. Aarón era el sumo sacerdote y si el quedaba con lepra, entonces, no habría sumo
sacerdote, ni quien ministrara al pueblo, no habría intermediario entre el pueblo y el
Eterno.
La consecuencia de esta lepra fue apartarse, y eso es lo que ocurre cuando hay alguien
que anda hablando mal de los demás, se le aísla porque no conviene, porque anda
cahuineando. Con más razón no debemos hablar mal de la gente que Dios le dio
autoridad. Existe una maldición judía, es una maldición particular, que se da únicamente
cuando la gante habla mal de los judíos, cuando alguien habla mal de Israel o de los
judíos, esa maldición se activa, y consiste en que se bloquea el entendimiento. Y esta
maldición existe, porque el Eterno le dijo a Abraham: “a los que te bendijeren,
bendeciré y a los que te maldijeren, los maldeciré”
Maldecir no es solamente decir: “maldito o te maldigo”, sino también decir algo malo.
Cales y Josué fueron la ecepción, porque confiaban en que el Eterno les daría la tierra,
pero por los otros 10 incrédulos y murmuradores el Eterno castigo a toda una
generación, todas las personas mayores de 20 años murieron en el desierto y solo
quedaron sus hijos, obviamente no murieron a los 20, sino cuando llego su tiempo, antes
de llegar a la tierra. La generación que llegó a la tierra prometida, ninguno había sido
adulto cuando habían salido de Egipto, porque simplemente murmuraron en contra de lo
que el Eterno les había de dar. El Eterno castigo a los demás, porque creyeron en
aquella murmuración.
En un chisme hay siempre 3 sujetos que son afectados: el que habla, el que escucha y
aquel del que se habla.
Por un grupo de gente que habló mal de la tierra prometida, el resto de la gente habló de
lo mismo, entonces, como consecuencia todos murieron en el desierto. Entonces solo
Yehoshua/Josué y Caleb fueron los únicos de aquella generación, con sus familias,
fueron los únicos que entraron en aquella tierra, la demás generación pereció en el
desierto.
El rey Salomón escribió esto, pero Yeshúa/Jesús dijo que no debemos decirle necio a
nadie, sino será culpable de juicio. El rey Salomón solo estaba aclarando la actitud, pero
no quiere decir que cuando usted ve a su hermano calumniar de alguien, deba decirle
necio.
Hay un dicho que reza: “un secreto será tu esclavo mientras lo guardes, pero si lo
revelas, serás esclavo de ese secreto”.
Mishlei/Proverbios 18:8: “Las palabras del chismoso son como bocados suaves,
Y penetran hasta las entrañas.”
En otra versión hebrea dice “…se resbalan hasta su panza”, lo que quiere decir que las
palabras le salen solas, se le vuelve una costumbre hablar mal de los demás y después
termina gustándoles.
Mishlei/Proverbios 26:20-21: “Sin leña se apaga el fuego,
Y donde no hay chismoso, cesa la contienda. 21 El carbón para brasas, y la leña para
el fuego; Y el hombre rencilloso para encender contienda.”
Yirmiahu/Jeremías 6:28: “Todos ellos son rebeldes, porfiados, andan chismeando; son
bronce y hierro; todos ellos son corruptores.”
El pueblo de Israel está siendo comparada con el bronce y el hierro. El pueblo de Israel
es asociado con el oro, pero aquí dice que los que andan chismeando son como el
bronce y el hierro, o sea, pierden su valor.
2ª Timoteo 3:1: “También debes saber esto: que en los postreros días vendrán tiempos
peligrosos.2 Porque habrá hombres amadores de sí mismos, avaros, vanagloriosos,
soberbios, blasfemos, desobedientes a los padres, ingratos, impíos,3 sin afecto natural,
implacables, calumniadores, intemperantes, crueles, aborrecedores de lo bueno, 4
traidores, impetuosos, infatuados, amadores de los deleites más que de Dios, 5 que
tendrán apariencia de piedad, pero negarán la eficacia de ella…”
Entre estos pecados se menciona aquel relacionado con la lengua, porque a veces son
las que parecen más sutiles y que pasan sin notarse, pero son las que más marcan.
Nadie nos ha puesto como jueces de nadie, el único juez es el Eterno, solo al Él le toca
juzgar, por lo tanto, a mi no me toca juzgar el comportamiento del hermano.
La ley debe juzgar a mi hermano y a mi, yo no debo condenarlo. La Escritura nos
enseña que si vemos a u hermano pecando debemos exhortarlo en privado.
Cuando uno avergüenza a un hermano en público (se pone colorado, porque la sangre le
sube ala cabeza), es como si yo lo asesino, le entierro un cuchillo, entonces cuando uno
se hace una herida, entonces la sangre va a salir, cuando yo avergüenzo a un hermano,
lo mato y la sangre busca por donde salir y por eso la cara se pone roja. Como no es una
herida física, pero el cuerpo igualmente reacciona, por eso yo no puedo avergonzar al
hermano en público y e considera un asesinato.
Historia:
“Había un rabino en Europa que era inválido (andaba en silla de ruedas), pero enseñaba
cosas maravillosas. En la sinagoga decidieron darle una cierta cantidad de dinero, para
que él pudiera cubrir sus gastos. Y el mensajero que le llevaba el dinero, sacaba un resto
para él. Por años eso sucedió, hasta que un día pillaron al mensajero sacándole la plata
al rabino y lo llevaron ante el rabino, lo pusieron al tanto de la situación, y el rabino
dijo: yo sabía que el robaba, entonces le preguntaron ¿Por qué nunca había dicho nada?
Y el dijo: yo prefería comer menos que avergonzar a un hermano.”
Lucas 6:41: “¿Por qué miras la paja que está en el ojo de tu hermano, y no echas de ver
la viga que está en tu propio ojo? 42 ¿O cómo puedes decir a tu hermano: Hermano,
déjame sacar la paja que está en tu ojo, no mirando tú la viga que está en el ojo tuyo?
Hipócrita, saca primero la viga de tu propio ojo, y entonces verás bien para sacar la paja
que está en el ojo de tu hermano.”
Hay un dicho que reza: “cuando tu apuntas con un dedo, los otros 3 dedos te apuntan a
ti”. Si hay otro que cometió un error, antes de condenarlo o exhortarlo, piensa primero
“cuantos errores he cometido yo”.
Quizás podemos quejarnos de nuestra mala conducta ante el Eterno, pero del otro no,
porque no me toca a mi juzgar al otro.
Hay algunos comportamientos aplicados en la Torá acerca de lo malo que es usar mal la
lengua:
Puede ser una violación de la Torá decir algo de una persona, aun si fuera verdad,
incluso si no fuera un comentario negativo, si no es un secreto, e incluso si uno llegara a
hacer una pregunta indebida y se llegara a responder a si mismo.
Esto habla del corazón de un individuo. Cuando las personas hablan solas en voz baja y
murmuran de alguien, eso es pecado. La Torá dice que las acusaciones deben ser
verificadas por 2 o 3 personas y si esas no están, entonces, no es verdad, aunque lo sea,
pero como no hay testigo, entonces no hay verdad.
La personas que escucha el chisme es tan pecador como el que lo escucha, porque el
daño no existiría si una persona no escuchara.
El pecado más grave proveniente del “Lashón Ha Rá” es el descrédito de una personas o
decir cosas negativas sobre ella, incluso si estos comentarios negativos son verdaderos,
Ej: gordo, sucio, chico, etc.
Esto es tan grave, porque estos provocan en el resto, ideas sobre esa persona. Se
provoca una imagen que no es verdad. Cada uno debe tener su propia opinión, pero yo
no debo influir en el otro para que piense esto o aquello del otro.
Algunos sabios indican que la mala lengua es tan grave como el asesinato, adorar un
ídolo o el adulterio, incluso está prohibido hacer un comentario negativo en broma
sobre alguien.
Es permitido decir algo, que más bien puede ayudar a salir de un problema a alguien,
que por ejemplo sea acusado de algo injusto. Ej: ayudar a alguien en necesidad.
Historia:
Un joven discípulo de un maestro sabio(jajam) llega a casa y le dice: maestro un amigo
estuvo hablando de ti con malevolencia. Espera, interrumpe el maestro, hiciste pasar por
las 3 rejas lo que vas a contarme, ¿las 3 rejas? Preguntó el discípulo, sí dijo el maestro.
La primera es la verdad, ¿estás seguro de que lo que quieres decirme es absolutamente
cierto?, no respondió el joven, lo oí comentar a algunos vecinos dice el joven. Al menos
lo habrás hecho pasar por la segunda reja que es la bondad, ¿lo que vas a decirme es
realmente bueno para alguien?, el joven responde: no, en realidad no, sino todo lo
contrario, el maestro dice: a, vaya. La última reja es la necesidad, ¿Es necesario
hacerme saber eso que tanto te inquieta? Pregunta el maestro, el discípulo responde. A
decir verdad, no. Entonces dijo el sabio sonriendo: “si no es verdad, ni es bueno, ni es
necesario, sepultémoslo en el olvido.”
Se nos ha enseñado “ama a tu prójimo como a ti mismo” ¿Para que ocasionarle dolor a
nuestro prójimo sin necesidad.
Muchas veces decimos cosas solo por decirlas, o a veces escuchamos media
conversación y asumimos cosas que quizás ni son verdad.
Si no estoy 100% seguro de que algo es verdad, no lo digo. Si algo no es necesario, no
lo digo y si algo no es bueno, mejor me quedo callado.
Resumen:
La lengua es solo para hablar cosas buenas, pero las Escrituras nos dicen que el Eterno
creo nuestros cuerpos para que le sirvamos al Eterno, Shaul/Pablo dice que debemos
hablar con “salmos, bendiciones” que no maldigamos. La lengua es para alabara al
Eterno, para comunicarme y es para decir cosas buenas, para nada más.
Yeshúa/Jesús Mateo 15:11: “No lo que entra en la boca contamina al hombre; mas lo
que sale de la boca, esto contamina al hombre.”
Muchas veces se enseña que cuando alguien habla mal del otro, genera espacios para los
espíritus, portales espirituales, cualquier transgresión genera estos portales. La Torá y
los mandamientos son cercos alrededor de nosotros, entonces cuando yo hablo mal de
otro, lo que hago es abrir una puerta y le doy permiso a los espíritus que siempre
quieren molestarnos. El cumplir los mandamientos nos protegen de ellos pero cuando
hablamos mal de otros abrimos portales espirituales que autorizan a estos espíritus a que
puedan hacernos daño hay ciertos casos que pueden ser blasfemias. Maldecir al Eterno
genera espíritus que pueden producirnos enfermedades, pero no debemos cuidarnos de
hablar mal de alguien solo por eso, sino porque el Eterno nos manda aquello.