OSKAR GOETH
DEMÓCRATA A SUELDO
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Al pueblo, por el pueblo, para el pueblo
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“Cuando era joven había decidido ser
pianista en un burdel o político profesional.
A decir verdad, no hay mucha diferencia.”
Harry S. Truman
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NOTA DEL AUTOR
año.
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11 DE ABRIL
EL ÚLTIMO TREN
Uno de los signos más evidentes de que una persona no se encuentra bien
abrir los ojos y erguirse significa dejar de soñar. Aquel día de primavera, mi
la que nunca me había atrevido a besar ni siquiera con alcohol de por medio.
besar cuando sonó el despertador y lo arruinó todo. Lo primero que hice fue
musical una horrísona canción de La Oreja de Van Gogh. Fue así como al fin
salí de la cama.
establecida para ello no significaba que tuviera algo que hacer. Tan sólo era
una forma de sentirme más humano, pero, por lo demás, el ritual siempre se
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reducía a lo mismo: me tomaba una fruta y un vaso de leche y me enfrentaba
otras, intentaba escribir algo para entretenerme, pero lo más habitual era que
Teresa Campos, que todavía no sé muy bien por qué, ejercía sobre mí un
con Isabel San Sebastián y una señora gorda, pequeña y fea acerca de la
misma edad había desaparecido hacía tres días después de salir de casa
contacto con ella porque necesitaba ayuda psicológica con urgencia y podía
cometer una locura. Al ver que la mujer mostraba una foto con la cara de mi
Sonó el teléfono. Era Hernán, el tipo que en tiempos flanqueaba a Marcos por
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plana patrullando en coche por toda la ciudad en su busca. No pude
negarme. Para una vez que mi existencia podía servir de algo, había que
nadie. Nunca había dicho una palabra más alta que otra… En realidad, ni
fantasma, pero siempre con una sonrisa entre los labios. Tras el instituto,
puede que por ella), me perturbaba más el hecho de poder terminar como él,
cambiaban pronto, una advertencia del destino, que aunque era un canalla
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localizar a Marcos. Y por eso, Hernán y yo invertimos todo el día tratando de
Durante una pausa para comer en un restaurante cutre que servía unos
platos combinados tan grasientos que hacían del desastre del Prestige, por
Hilario Pino informó de que nuestro viejo amigo había sido encontrado a más
teníamos mucho más de qué hablar, nos despedimos con el plato todavía a
mi propuesta por algún motivo, pero esta vez presentía que todo iba a
cambiar. Más que nada, porque había conseguido algo que no había
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Inglaterra. Teniendo en cuenta que era mucho más difícil obtener dichas
cual no impedía que siguiera necesitando el dinero con el que sufragar los
desde hace años (la beca no sería efectiva hasta octubre), ni mucho menos,
que siguiera necesitando el viaje a Finlandia en sí, algo que había pasado de
de que ya tenía veinticinco años, fue quien me sacó las castañas del fuego.
¿Te apetece ganar un poco de dinero? dijo con aire displicente mientras
té verde de esos que nunca me habían gustado pero que se suponía que
alargaban la existencia.
estaba a punto de comenzar, y que Pepe, un buen amigo suyo, que trabajaba
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Su actitud era lógica. Estaba harta de ver cómo su retoño, a quien en un
para la familia (tal vez sin demasiados motivos para ello), tuviera que pedirle
el periódico.
Tienes que moverte más me repetía una y otra vez con tanta insistencia
Habitualmente, sus observaciones eran acertadas. Claro que si fuera tan fácil
quitaba de en medio por una temporada, mi madre vería que podía servir
para algo más que desternillarme de risa con los contertulios del programa de
Llamé por teléfono a Pepe y concertamos una cita en uno de los locales del
a alguien que también pudiera estar interesado en ganarse unas perras con
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me encargué de llamar a mi amigo y proponerle la oferta de empleo. Estaba
seguro de que aceptaría por pura desesperación, como yo. Y así fue.
con pasos firmes hacia el local del partido político de turno, a partir de ahora,
algo nerviosa, aunque trataba de ocultarlo. Supuse que todo se debía a que
acerca de la pertinencia de que alguien como yo, que era poco sociable por
Los miedos de mi madre se remontaban a una vez que me había llevado con
seis o siete años a la piscina municipal, cuyo encargado también era amigo
de circo, había terminado por lanzarle las gafas y el gorro de goma a la cara
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para, a continuación, espetarle desafiante que a mí no me daba órdenes
nadie y que esperaba que la horrible braga náutica que lucía le produjera un
tumor del tamaño de una fresa en al menos uno de sus testículos. Cuando el
pura y dura. Algunos de mis grandes hits: expulsión del colegio por, en
forma pueril a una chica de un curso inferior que no paraba de hacerme burla
que no por ello iba dejando un rastro de sudor infecto allí por donde pasaba;
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demodé, lesbiana heterófoba y abandonada en su higiene personal, y, más
muchas de ellas. Si las traigo a colación es más para que se hagan a la idea
diferencia de que sus exabruptos solían ser bastante más impredecibles que
gritos de afirmación vital en los contextos menos indicados para ello, como
que en aquel momento le crispara los nervios. Vamos, que ninguno de los
dos podríamos lucir sobre el pecho una banda con el lema mens sana in
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quien se pusiera por delante. En el fondo, una manera como otra cualquiera
La única ventaja con la que contábamos era que a primera vista parecíamos
punto de reventar por falta de afecto. Creo que fue precisamente por ello que,
una supuesta vidente, tras mirarme fijamente a los ojos en una fiesta donde
idea de que tal vez aquella chica no fuera una farsante y yo estuviera
realmente destinado a hacer algo tan malo que su mera presciencia desatara
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más fea del ensanche de la ciudad, ya de por sí feo hasta decir basta gracias
que pudiera mantenerse en pie allí arriba por mucho tiempo más. Pelayo y
yo, que, además de todas las virtudes antes descritas, también poseíamos la
de ser unos paranoicos de mucho cuidado, nos retiramos al unísono del área
de sombra del cartel y nos refugiamos en el portal del edificio. Uno de los
dedo se quedo como pegado y tuve que hacer fuerza para retirarlo. Un
alguien respondiera.
Nos miramos a los ojos, lo cual hizo que nos asaltara un ataque de risa a
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La puerta se abrió con un sonido eléctrico de lo más perturbador. Nos volvió
a entrar la risa, esta vez más nerviosa que otra cosa, y nos aventuramos en
el interior del oscuro portal con pasos inseguros. Había cajas de cartón
apiladas por todos lados. Las paredes estaban frías como los faldones de la
lagarto gecko.
escalones toscamente labrados en una piedra del mismo color cetrino que los
botones del interfono, que conducía hacia una puerta, unos metros más
atisbo de risa desapareció de cuajo. Un lugar tan tétrico como aquel no podía
Pelayo abrió la puerta. Dentro no había ni rastro de la chica que nos había
Nadie me respondió.
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evidenciaban el deterioro físico del candidato, siempre el mismo, así como el
desprendía cierta ingenuidad, pero a medida que pasaban los años, esta
ingenuidad se hacía cada vez más impostada (tal vez porque con el tiempo
había dejado de ser ingenuo), hasta tal punto que era el fotógrafo, y no él,
ortopédica. Los esfuerzos por disimular los lógicos efectos del poder y la
más horrible que jamás hubiera visto, una especie de sala de reuniones
pasillo recauchutado con placas añejas de linóleo. El olor a rancio que nos
había asaltado en las escaleras era ahora tan intenso que hasta se podría
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teléfonos de los años ochenta, del Ambi Pur de la misma época que nadie se
condiciones con sus múltiples calvas, del cuarto de los productos de limpieza,
de las moscas muertas que anegaban los rebordes de las ventanas, de una
las postillas de las heridas de un niño sobre el suelo, y sobre todo, del sudor
que tantas y tantas personas habían derramado a lo largo del tiempo en esas
dependencias sólo aireadas cada cuatro años por una razón: conservar el
El baúl de los recuerdos de la vieja de Titanic huele más a nuevo que esto
dije.
Siempre puedes volver a tu casa, que seguro que huele mejor dijo la
La que hablaba era una mujer gorda y rubicunda, de unos veintidós años
pero todavía con graves problemas de acné. Sus ojos intensamente azules
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Ya me han hablado de ti…
colegio.
Sí puede ser me contradijo ella. ¡Hay que ver las vueltas que da la
vida! ¿No crees? Tú empeñado en violarme hace ya tantos años y ahora voy
Tranquilo me sacó ella de dudas, aunque no del todo, sólo te estaba
comentario cruel acerca de sus purulencias faciales, pero por otro sabía que
La edad, ya sabes rumié con desgana, los adolescentes tienen esas
cosas…
Pues espero que la edad te haya sentado mejor psíquica que físicamente
conflicto.
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Primero tengo que tomaros los datos dijo indicándonos que la
Apreté los puños y miré a Pelayo. Tenía miedo de que fuera él, y no yo, quien
cuadriculada manchada de grasa, nos explicó con cierto regodeo que nuestro
salario ascendería a tres euros con cincuenta por hora de trabajo, es decir,
muy por debajo del salario mínimo que su partido defendía como parte de su
podía intuir que, una vez más, iba a tener serías dificultades para completar
que expandir la democracia por el mundo, como Estados Unidos sólo que a
los meses previos a su muerte tenía una demencia senil tan acentuada que
reñía con el Carlos Sobera de ¿Quiere usted ser millonario? porque creía que
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le metía mano desde la televisión, nadie le hiciera ni caso dado su debilitado
estado mental, y sin embargo, las urnas sí recibieran su voto con entusiasmo.
ahorrarle problemas, me hizo reparar en el que tal vez sea el defecto más
familiar al que me refiero es un tipo que dice cosas como “no te comas esa
manzana sin lavarla antes que sabe Dios cuantos negros la han tocado” o
escapa con el rabo entre las piernas. Son como los gatos sólo que más
Es decir, que en lugar de ser el propio individuo quien decidiera, como hasta
opciones, sería una máquina mucho más lista que él la que se encargaría de
hecho rellenar un sencillo examen tipo test con preguntas cómo “Jean-Marie
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a un partido de izquierdas, y si otro, además de ser okupa, decidiera tatuarse
molan, pero teníamos dos graves problemas de carácter teórico que nos
santas pascuas.
De aquella sabia decisión sólo quedaban ahora las cenizas. Nos habíamos
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quedaba más remedio que autoinmolarnos hasta el tuétano para comprobar
Sobre todo cuando Nazareth nos condujo a través del pasillo de placas de
linóleo hasta la única zona del local que aún no habíamos visto: la sala de
trabajo.
posiblemente nadie nos creería si algún día tuviéramos que contar nuestra
que contribuía de manera notable la poca luz que penetraba a través de las
ventanas traslucidas así como una decoración aséptica y blanca como la piel
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parecía mantener la cordura, si bien era posible que estuviera incluso más
partido. Nos miró con el rabillo del ojo, forzó una sonrisa acartonada, y luego
capa de persianas negras, sobre cuya puerta de acceso había una placa
interesante, y dijo:
esfumó y no volvimos a saber nada de ella hasta que se hizo de noche. Nos
pero nadie me hizo caso. Pelayo estuvo más listo y pasó de todo
todos los rostros. Había una cría que no tendría más de quince años, de
también una mujer de larga melena negra, muy delgada, que por alguna
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Mientras los observaba a todos, noté que una mirada enrojecida y huraña me
vigilaba desde detrás de una caja de sobres. Era un adolescente muy fornido,
más de cinco segundos, y eso que debía de tener al menos siete años menos
de sus modales me hicieron pensar que no era español. Tuve que esperar
algo así como dos semanas a que pronunciara su primera palabra para
lugar olvidado de la mano de dios, donde, por efecto directo de los ideales
democráticos era igual de irrelevante que todos los demás… claro que eso es
otra historia.
ellos, que eran la mayoría, o me conformaba con ser una molesta minoría
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absoluta. Me sorprendí de lo poco que había tardado en interiorizar las reglas
docilidad.
las manos de tanto manejar material de oficina. Fueron algo así como cuatro
algo relajante, pues al igual que el yoga o la meditación, conseguía que uno
para ordenarnos que pegáramos etiquetas con más garbo, ya que, según él,
nuestro lado, como uno más, a fin de ilustrarnos como Dios manda en el
nuestro ritmo de trabajo le parecía todavía muy lento. No resistió más de dos
minutos y, sin ánimo revanchista de ningún tipo, he de decir que aunque sus
pegatinas estaban colocadas justo en el centro óptico de cada sobre, sin que
ni una sóla de ellas se inclinara nunca más de uno o dos milímetros hacia la
bien unirse a nosotros, y él, en el mismo periodo de tiempo, tan sólo ciento
dos.
mentor se hubiera largado con viento fresco dos horas antes, pues a buen
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seguro habría estado orgulloso de nuestro rendimiento. No quedó ni un
mísero sobre sin etiquetar. Y pese al esfuerzo, aún nos sentíamos con ganas
adhesión de pegatinas. Pelayo consiguió salir del trance antes que yo, y fue
entonces cuando comentó que tal vez lo que nos decían nuestras madres de
pequeños con respecto a una supuesta relación entre los cromos que
repartían a las puertas del colegio y la droga, podría aplicar también sobre los
Sobre la mesa había al menos diez mil sobres etiquetados. Sólo de pensar
en el trabajo que aún quedaba por hacer, sentí una mezcla de ilusión,
meses antes. Por fortuna, no tenía tabaco a mano, así que pude contenerme.
sudor. Tuvo que detenerse apoyando las manos sobre sus propios muslos
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No hacía falta que nos lo dijera. Su aspecto ojeroso, el desaliño de su
extraño como ver a José María Aznar compareciendo por la tele sin bigote.
excepcional.
amable miré a la joven tomando como rehén una sonrisa que se resistió en
salir a flote. Todo el mundo ha sido muy amable volví a mentir a modo de
digamos, menos completo. Gente del partido o próxima a él, casi siempre. Es
preparadas.
Pelayo me miró de una forma muy extraña. Nadie que no fuera yo habría
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acabara de asumir como algo incuestionable que nos sentíamos solidarios
con los valores defendidos por el Partido Alfa y que entrábamos dentro de su
vida y, para ser honestos, si algún día lo hiciéramos tendría que pasar algo
muy gordo para que apoyáramos al Partido Alfa. Pepe se había precipitado
pertenencia al Partido Alfa de mis padres. Al hacerlo, había pasado por alto
algo tan importante como el denominado “efecto hijo de picoleto”, una ley
ciento, que el vástago de un guardia civil o militar tiene todas las papeletas
penas sobre nuestros labios. Con ello, como quien no quiere la cosa,
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políticos de los que tanto despotricábamos. La situación recordaba a una
espalda y dijo:
Eso sí, no os creáis que os voy a tratar mejor que los demás. Aquí se viene
espectador, además de Nazareth, era otro tipo encorbatado, éste más bajo y
achicado que el anterior, con un moreno artificial que podría rascarse con el
canto de un duro, calvo, feo y provisto de una irrisoria voz de pito, que le
El interpelado tragó saliva al tiempo que su rostro perdía todo atisbo de color.
recurso. Tal vez esperaba que nuestra presencia ejerciera de bálsamo sobre
enfadó todavía más al posar sus ojos sobre nosotros con una mueca de
desprecio.
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¿Y se puede saber quiénes son estos caballeros tan importantes? dijo
un tono semejante.
Son dos de los nuevos fichajes para la campaña se apresuró a intervenir
Pepe, Gonzalo y…
manera.
¡Ah!, sí dije, disculpe el despiste, pero es que en las fotos parece usted
Tuve que luchar con mi propio estómago, además de con la mirada divertida
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Será mejor que vayas moviendo el culo dijo volviéndose hacia Pepe, el
puerta. ¡Lo que hay que aguantar para tener un trozo de pan que llevarse a
la boca!
trastabillante:
Algo que en realidad quería decir: “No lo soporto. Si no fuera por que me
Mi madre me lo explicó todo mejor cuando llegué a casa. Resulta que Pepe
que tal vez se había pasado de simpático, y por eso ahora todo el mundo le
trataba como un perro cojo y con pulgas. El abuso que sufría era de tal
gravedad que estaba obligado a trabajar casi veinte horas al día, único modo
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fracasaba en las elecciones, adiós a sus lucrativos y pomposos cargos, sólo
que ellos estaban por encima de Pepe, y aunque los fundamentos morales
estaba tan mal, así que Pepe y otros como él les hacían todo el trabajo sucio
sus gestos, a cada una de sus miradas, y a cada uno de sus movimientos,
además de a sus trajes y corbatas. El efecto del conjunto no podía ser más
por encima del bien y del mal, dotados de una erudición política y de un
carisma natural que ningún paria de esos a los que defendían con ardor en
Berlusconi.
investigando desde mi ordenador sobre los distintos cargos del partido, que
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pedían cuatro idiomas para trabajar de teleoperador o experiencia previa para
abajo. Yo, que a pesar de mis conatos de rebeldía siempre había sido un
inocentón, había creído hasta entonces que la democracia, aún con todos
Willis con cara de pánfilo al final de una versión de saldo de El Sexto Sentido,
que las cosas no eran como parecían a primera vista, que me habían
engañado, que no hacía falta nada más que una jeta descomedida para
un sofá.
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14 DE ABRIL
ORGULLO E INSENSIBILIDAD
tanto trabajo que hacer que convenía ponerse manos a la obra cuanto antes.
Llegué al local del partido veinte minutos más tarde de lo debido. Nazareth
me esperaba dentro con cara de muy pocos amigos. Sostenía una libreta
arrugada entre sus manos y, al verme llegar, anotó algo en ella. Luego me la
no cobraría por aquella hora tres con cincuenta euros, sino tres euros
trabajo. Ella me detuvo. Comentó que no había nadie allí debido a que Pepe
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La imprenta estaba situada a tan sólo diez minutos (veinticinco céntimos de
y apilándolas unas sobre otras en la acera. Dentro del negocio, Pepe discutía
que tan sólo me dirigió una mirada esquiva acompañada de un gesto del tipo
virulencia. Era mejor salir de allí echando virutas. Así que incliné la cabeza
Una vez hubimos amontonado toda la carga, Pepe salió de la imprenta y nos
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Deposité las cajas en el suelo, me senté en el bordillo de la acera, y respiré
hondo. Entonces escuché a mis espaldas una voz de pito que me resultaba
muy familiar.
Rana.
El deporte es bueno para el asma. Te lo digo yo, que no en vano he sido
concejal de la materia.
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cuarto que no sabía lo que decía. Mientras fuera capaz de mantener la
desgreñado.
electoral en los sobres que habíamos preparado para tal menester dos días
de Jehová, sólo que no había osos pandas bailando con los niños y la figura
del redentor había sido sustituida por un retrato idílico del candidato, quien lo
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mucho menos compleja y, por ello mismo, facilitaba que uno lograra
que acabo de describir, requería una mayor concentración, y, a nada que uno
sólo cuando este tipo de percances ocurrían, los trabajadores dejaban lo que
tenían entre manos por un par de segundos para regañar con la mirada al
Fue la primera vez que Pelayo y yo nos reímos desde que nos habíamos
mantener la compostura.
Con todo, aquello se quedó en una mera “pausa que refresca” tras la cual
todo el mundo volvió a sus labores, sobre va, sobre viene, hasta la llegada de
la noche. Si el resto de la campaña iba a ser tan animada como los primeros
dos días más nos valía buscar una forma de introducirnos nosotros mismos
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en un par de aquellos sobres, con un matasellos en el trasero, y decirle a
alguien que nos enviara a Rovaniemi por correo postal certificado, aunque
por el momento, mucho nos temíamos, nuestro sueldo de tres euros con
tenía la última palabra. No nos quedaba más remedio que esperar. Y eso
hicimos.
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29 DE ABRIL
DEMOCRACIA A DOMICILIO
jóvenes dado que nos habían cambiado el carné joven por el carné más, y
anodino al que sólo le faltaban los agujeros de las polillas para completar la
indirecta), devoramos todas las guías de viaje habidas y por haber, nos
tanto en finés como en lapón. El objetivo era tenerlo todo atado y bien atado
para el día de la fuga. Sólo había una cosa que nos inquietaba: la posibilidad
decidido prescindir de ellos sin avisar. A medida que los días pasaban en el
enormemente culpable durante semanas. Desde que un cura del colegio les
había dicho a mis padres en tono profético, cuando yo apenas tenía seis
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iba a tener graves problemas en el futuro, sufría cada vez que mi búsqueda
irredenta del afecto de los demás causaba justo el efecto contrario. Prometí
que si el Partido Alfa volvía a llamarme, pondría todo mi afán en reprimir tales
conductas. Quería con ello aspirar a una cierta redención capaz de hacerme
sentir mejor con esa estúpida personalidad que el azar, la genética y los
capones de los propios curas habían generado con el transcurso de los años,
mucho cuidado.
La culpa la tenían mis cinco dioptrías en cada ojo, puesto que ellas habían
remitir, hube de darle la razón. Nunca me habían pegado una paliza con
todos los rincones del país, y, sobre todo, nunca había tenido el placer de
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acudir a una casa de putas portuaria para practicar un “placa-placa ploc-ploc”
que era como Pelayo denominaba a los tríos sexuales compuestos de dos
chicos y una chica donde los genitales de los primeros rebotaban los unos
contra los otros durante el proceso de doble penetración, con una cuarentona
Desde los albores del mundo, eso era más o menos lo que habían hecho
tanto Pelayo como yo, nos teníamos que consolar con meras elucubraciones
Siempre que nos topábamos por los bares con alguien que sí había hecho la
valerse por sí mismos. Supuestamente inteligentes, sí, claro que eso no valía
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Necesitábamos que el teléfono volviera a sonar. Y lo necesitábamos con
concluir entre gritos de terror con un viaje a un claro del monte, armado con
pico y pala, que certificaba mis peores temores tras dar un par de paladas y
traje regional lapón. Fue todo un alivio para mi subconsciente que Nazareth,
del hilo me hubiera dicho que Ben Affleck había decidido abandonar la
democracia.
Dejé de inmediato lo que tenía entre manos (si les digo que estaban
tipo encorbatado, nos comunicó que la tarea del día consistiría en repartir
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Pepe nos dio más detalles una vez hubo terminado de ejercer de esparrin
propio por el flanco derecho. Antes de las diez de la noche todas las áreas
cuanto Pepe concluyó su explicación, nos miró a todos a los ojos, con el ceño
decía esto, se volvió hacia Pelayo y hacia mí, si veo folletos por los suelos
o dentro de alguna papelera, rodarán cabezas. Quiero que todas las cartas
lleguen a sus destinatarios. Todas. Un desliz significa un voto menos, así que
no me vale con que depositéis las cartas en los buzones, tenéis que subir
piso por piso e introducirlas una por una por debajo de la puerta sonrió
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Vamos musitó desganado sin levantar la cabeza, coged los carros y a
trabajar…
sólo que también era el que se encontraba a mayor distancia del local
electoral, y casi con total seguridad, el que contaba con la orografía más
hecho de que los carritos de la compra estuvieran cargados hasta los topes y
de que nadie hubiera engrasado sus ruedas en cuatro años. Por el camino,
nos encontramos con varios conocidos. Aquellos más remotos, que sabían
silencio qué hacían un par vagos declarados como nosotros con dos carritos
La primera calle del distrito que apareció ante nuestros ojos era una de las
parecían haber sido diseñados a propósito para rodar allí alguna película de
Hasta los pocos niños que había por la calle, todos con cara de haber hecho
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digerido mal la película de Clint Eastwood Infierno de Cobardes, había
Janeiro.
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volvió. En su rostro arrugado ya no había nada que pudiera calificarse de
entrañable.
sonrisa.
Efectivamente asentí.
Extraje uno de los sobres del carrito y se lo di. Tan pronto como vio el
castañazo.
¡El trabajo lo teníais que haber hecho antes! ¡Que sólo venís aquí cada
cuatro años para prometer el oro y el moro y luego nada! ¡Mira cómo está el
esa frase que junto a “lo importante es tener salud” más gusta a los ancianos:
“son todos unos hijos de puta”, pero entonces recordé que Belarmino Rana
había dicho que nos estaría vigilando y me mordí la lengua. Al fin y al cabo,
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¿Y cree que si ganan los otros las cosas estarán mejor? inquirí
y por consiguiente su erudición, sabrá mejor que nadie lo que opinan esos
esos.
edificio, sino que acababa de ganar un voto para la causa que iba a financiar
testículo. También pensé en que si yo no fuera tan vago, podría hacerme con
recorrer todas las viviendas del país diciendo patochadas, podría hacerlo. Era
mormones.
El triunfo me dio ánimos, así que subí las escaleras con orgullo casi marcial.
pretendía que recorriera todo aquel distrito, donde los ascensores brillaban
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por su ausencia, deslizando meticulosamente sobres de propaganda por
además de unos riñones de acero, para llevar adelante una empresa como
piso que daba la impresión de estar desocupado, pero tuve tan mala suerte
¿Qué coño te crees que estas haciendo, payaso? preguntó, los ojos
que le recordara a su propia personalidad, por pequeño que fuera, algo que
su clemencia.
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¡Hey, tío! me decidí por mostrarle el pecho siguiendo su estilo antes de
rebotar contra él como una pelota de tenis contra un frontón, que yo sólo
Mientras caía, vi cómo cerraba la puerta del piso con un sonoro portazo.
puse a Dios por testigo de que nunca más volvería a obedecer las
vidrio (no levantar sospechas era imperativo), y en la zanja de una obra que
aproveché que era la hora de salida de los colegios para hacer desaparecer
unos cuantos sobres entre las manos ávidas de los niños, quienes se creían
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de que había hecho una gran labor de captación de nuevas generaciones de
había arrojado el carrito por el hueco de las escaleras), y al igual que yo,
había decidido aligerar trabajo por la vía rápida. Su método para hacer
Los he metido todos en esa papelera señalo una columna de humo que
Estás como una regadera dije, todavía preocupado por las amenazas de
clara.
¿Y por qué tendrían que enterarse? ¿No te habrás creído esa patraña de
que nos estarían vigilando? Eso es lo mismo que cuando nuestros padres
Nicanor era un vecino con síndrome de Down al que una vez habíamos
fichado como extra de una obra de teatro para hacer de policía nacional
Viene a que Rana y sus compinches tal vez no sean Nicanor, pero a
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de la propia autoridad. Poder y abuso son las dos caras de la misma moneda,
a rastras.
eso que en lugar de subir piso por piso nos limitábamos a dejar un fajo de
gusto. Sólo en uno de cada diez edificios hacíamos lo que Rana nos había
A eso de las tres de la tarde nos quedamos sin sobres para repartir. Calles,
evidencia. Pero tampoco nos podían ver pululando por la ciudad con los
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carros vacíos, de modo que entramos en una tasca escondida entre las
cantidades bastante más elevadas los viernes por las noches, se nos notaba
tiempo, nos habrían pillado. O tal vez no, porque la verdad es que, con la
excepción de Belarmino Rana, que nos tenía un poco de ojeriza, era una
tarea harto complicada que los gerifaltes del partido posaran sus ojos sobre
nosotros por más de dos segundos. Para ellos, que eran los reyes de la
trabajo.
La única pega que se le podía poner a esta situación era que restaba
esparcimiento más que beber como locos. Y aquel día no iba a ser la
excepción, por mucho que ya viniéramos tocados del trabajo. Fue Hernán
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macrofiesta para estudiantes, con Djs, conciertos, bebidas, e incluso gogós,
cualquier caso, teníamos un plan para pasar la noche, y dadas las pavisosas
en público, competir para ver quien vomitaba más, y bailar el trenecito, había
pensar que el futuro de nuestra especie estaba sobre los hombros de aquella
parecía un fenómeno tan grave como lo del cambio climático, por ejemplo, a
Puede resultar paradójico que alguien como yo, que pocas líneas antes
denigre ahora a quienes poseían unas aficiones similares a las mías, pero es
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que su caso y mi caso no eran ni mucho menos análogos, ya que mientras
día las sociedades ya no son capaces de ofrecer ninguna diversión, esto es,
encontrarme de golpe con la sorpresa de que podía hacer cosas que nunca
creyera que pudiera hacer, como bailar salsa, por poner un ejemplo. Con el
Propuso que nos fuéramos a otro lugar, pues estaba visto que nos habíamos
haciendo las veces de vallas y fosos. El olor a bilis mezclada con alcohol era
solos en el parking. Había parejitas dándose el lote por las esquinas, algunos
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corrillos vociferantes de porreros, y los típicos borrachos solitarios y
tras haberse tomado demasiado en serio eso de que se puede andar sin
cabeza.
del vehículo, bullía un grupo bastante nutrido de féminas. Todas sus miradas
se dirigían hacia un tipo vestido de traje que se encontraba reclinado con aire
En todos los colegios hay siempre alguien que toma como modelo de
aquello se le curaría con el tiempo, al fin y al cabo, yo mismo solía lucir por
creyendo que me favorecía. Su caso tenía pinta de ser mucho más grave,
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mundo revisitaba en ese momento los setenta. Llevaba incluso una pulsera
Las chicas que le rodeaban, aun así, no daban la impresión de haber sido
engañar por las apariencias. Nada más que eso. Y la verdad es que tenía su
con la lógica televisiva, alguien tan hortera como Ramón sólo podía ser un
importante.
pestañeando nerviosas sin mirarse las unas a las otras a la cara. Él se hacía
pasaba la mano por sus cabellos apelmazados, sobre los cuales podía
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sobrecogedor, también recibido con algazara por las chicas, y elevó la mano
para saludarnos.
saludarle?
Hernán también resopló. Los aspavientos de Ramón eran cada vez más
su electorado, como los niños y las viejas que los políticos besaban
pobre hombre que sin duda movía a la hilaridad, lo había sido desde su más
tierna infancia, pero a diferencia de muchos otros mentecatos con los que
panfilona, casi infantil, que le hacía caer más o menos simpático. No buscaba
ni la más mínima oportunidad de ligar con una chica, y tener siempre un tarro
de gel fijador a mano por si el viento soplaba con fuerza. A mi modo de ver,
momentáneamente.
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Chicas, estos son Hernán, Gonzalo y Pelayo nos introdujo a su público,
muy bien si alguien es importante o no, unos viejos amigos del colegio…
unas cosillas para que os hagáis una idea de mi propuesta. ¿Os apetece una
copa?
íbamos.
¿Cansados? ¡Si tuvierais que levantaros todos los días para dar
Apreté los dientes con fuerza, incapaz de asentir por culpa de un inoportuno
arranque de orgullo. Pelayo se tuvo que restallar los dedos varias veces para
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No me entendáis mal prosiguió Ramón, conciliador, aunque ahora me
veáis así, con mi copa, mi cigarro y mis amigas, no soy ajeno a la realidad.
Sí, la cosa está fatal rezongué con la esperanza vana de que una
No sé, tal vez os interese trabajar para mí. En la campaña, quiero decir. La
trabajar para él siempre y cuando pagara más que el Partido Alfa. Ramón
podría ser un meapilas, pero seguro que nos trataría de una forma más
respetuosa que Rana y los suyos si, en efecto, acabábamos engrosando sus
filas electorales.
Sonreí. Una cosa era que se hubieran esfumado todas nuestras posibilidades
de no tener que lidiar nunca jamás con los del Partido Alfa, y otra muy distinta
62
ingenuidad, creyera que podía tener oportunidades de hacerse con una
porción de la tarta del poder. Incluso nosotros, que éramos unos ignorantes
Se agradece la oferta dije, pero ya sabes que nunca hemos sido
demasiado políticos.
Al menos votaréis por mí, ¿no?, recuerdo que te di mi voto cuando te
de la clase que tenía acceso a las huchas donde se guardaba el dinero del
propio con Hernán y con Pelayo. ¿Seguro que no os apetece una copa?
63
Negamos con la cabeza, nos despedimos de él deseándole la mejor de las
si un simple viaje a Laponia podría cambiar las tornas o si, por el contrario,
nuestros buenos propósitos caerían en el mismo saco roto que las promesas
64
2 DE MAYO
Partido Alfa con la intención de etiquetar una nueva remesa de sobres fue a
arrebato de ira. Los papeles volaban por todas partes al tiempo que las
enconado que tuvimos que terciar para separar a los combatientes e impedir
pasados un par de días que había comenzado a raíz de que Rana hubiera
escuchado por boca de Nazareth que Pepe nos trataba demasiado bien),
No hace falta decir que las cosas cambiaron bastante a partir de entonces. Lo
que hasta el momento había sido un trabajo mecánico y aburrido, pasó a ser,
65
movimientos o amenazar con reducirnos el sueldo cuando no con sustituirnos
Pamela. La primera de ellas tendría unos treinta y cinco años. Era muy alta,
más que Pelayo y que yo. Sus dientes habían amarilleado considerablemente
por efectos del tabaco y tenía una tez tan pálida que parecía diluirse bajo la
luz de los tubos de neón. Hablaba con voz grave, supongo que también a
causa del tabaco, lucía dos enormes ojeras y vestía de acuerdo con la moda
vigente cinco años atrás. Al igual que nosotros, no daba la impresión de estar
de interacción social.
suscribía en silencio cada una de sus palabras la situaba, pese a todo, muy
66
repentinamente a cerezas. No pude evitar sentirme atraído por ella desde el
tras las virutas amontonadas de los adhesivos. Llegué a tener una erección
laboral. Al regresar a casa y darme cuenta de que aquel había sido el punto
álgido del día, me sentí tan frustrado como el personaje de Kevin Spacey en
Godard.
67
5 DE MAYO
SIN PERDÓN
beneficio egoísta. El tres de mayo de dos mil tres, en cambio, entré de lleno
ético, sino que también estaba convencido de que habían sido justo esas
tan revenidos como “el mundo funciona así” o “si no te aprovechas tú alguien
claudicar.
68
Cinco minutos de conversación telefónica más tarde, pasé de estar fuera de
había crecido un poco el pelo desde entonces con respecto a la foto del
Puede que muchos otros se hubieran alegrado por la noticia, pero yo no. La
mala conciencia por haber cruzado la línea me atormentó durante todo el día.
Y al mismo tiempo, me produjo una gran frustración saber que todos mis
por teléfono, a fin de que asegurarse de que tal renuncia se produjera, y sentí
era posible que la madre o el padre del segundo suplente pudieran pagar a
69
Me sentía como una película de Woody Allen: mediocre, histérico y
sobrevalorado.
Para más INRI, en cuanto hice acto de presencia en el local electoral del
pared.
Ahora entiendo por qué has terminado aquí dijo con sarcasmo. Los
interventores son las personas que durante las elecciones garantizan a cada
partido que las votaciones son correctas, una especie de policías de las
urnas.
Recordé que a mi hermana le había tocado en suerte más de una vez ejercer
colegio electoral aguantando a todos los ancianos del barrio que, en otras
que “estáis hechos unos pollitos” o “de la nariz para arriba sois iguales que
70
Pronunció “pera conferencia” con el mismo enardecimiento con el que
Reconozco que lo de la pera resulta tentador dije, pero creo que paso
de todas formas…
odiaba insistía con buenas maneras en que realizara un trabajo no del todo
por la cara un menú con pera conferencia incluida para el almuerzo. Era
saltar ventanas con links especulares de pago hacia los rincones más
Como siempre que no era capaz de tomar una decisión, saqué una moneda
de un euro y me lo jugué a cara o cruz. Salió que sí. Nazareth me tomó los
71
Nazareth porque Belarmino Rana estaba especialmente susceptible ante
contra los sobres y rugía hecho un basilisco, a modo de protesta, cada vez
Así que me pasé la jornada, una vez más, escudriñando el fascinante rostro
Disculpe que se me haya ido el santo al cielo, señor Rana le respondí en
buena idea poner algo de música, para hacer más entretenido el trabajo, más
que nada.
72
aunque esta vez mirando con el rabillo del ojo cómo discurría la conversación
delirios de grandeza.
Ponga aunque sea la sintonía del partido, por Dios le supliqué. ¿No ve
se daba cuenta de que era una situación inhumana, sólo que no le importaba
lo más mínimo. Iba a explicármelo de manera ya verbal cuando una voz a sus
asentimiento del propio Rana, el primero de los dos que retiro la mirada del
enemigo.
De acuerdo dijo, pero no muy alta, que además de vosotros hay más
gente trabajando.
73
A continuación cogió el radiocasete, limpió su superficie polvorienta con la
¡Que alguien vaya a mirar los fusibles! clamó fuera de sí ¡Aprisa!
pasado por alto, y es que aquel hombre arrastraba una cojera considerable
manera, al Clint Eastwood del inicio de Sin Perdón, en tanto que Rana, más
personaje del inglés pretencioso y arrogante al que daba vida Richard Harris,
con la salvedad de que el actor inglés jamás luciría un traje tan horrible como
luz!
74
servir de correas de transmisión entre centenares de folletos
(es un decir, pues, que yo sepa, el tirano murió de viejo en su cama), sólo
con ella, Finlandia sólo sería un país más de los que nunca votaban a
España en Eurovisión.
75
6 DE MAYO
Carolina. Como ya he dicho anteriormente, solía soñar con ella al menos una
vez por semana. Lo que ya no me ocurría con tanta frecuencia era que, en
bien no tanto como cuando había soñado que utilizaba el poder de ralentizar
norte con tanta facilidad y recurrencia por las noches, había una buena razón
adjetivo, sino en el sentido de que era tan aburrida que bien podría ganar un
Premio Goya a la mejor película). Daba un poco de pena que esta amiga mía
para llegar a una conclusión semejante, claro que siempre era mejor eso que
76
que sólo servía para que te repudiasen aún más en el sector por pijo, como
horas y sin Belarmino Rana supervisándonos, puesto que estaba reunido con
orden en que aparecerían los candidatos del partido en las listas electorales.
ayuntamiento por el Partido Alfa entre diez y once concejales, con lo cual los
que alguno de esos dos puestos lo ocupara Belarmino Rana para que
algo similar.
sus archivos alguna foto que diera el pego. Nada más que eso. Y nosotros,
el día anterior Belarmino Rana nos había impedido mantener con nuestras
77
ellas porque la verdad es que dejaron bastante que desear. Mari Pili nos
permanecían inalterables ensobrando cartas tal cual tres tristes tigres, Pelayo
apenas me acordaba, quedando así cada vez peor frente a Pamela, quien ya
de reojo, y elucubraba una posible biografía para ella. Y viceversa. Pero del
oler la primera ventosidad de la persona amada (al menos eso dicen los
78
Cuando la jornada concluyó y regresé a casa lo primero que hice fue
el trámite. Tal vez a causa de las diferencia dietéticas, allí las cosas no
mismo, pero cuando consulté los resultados, mi puntuación había estado por
debajo del listón establecido por las universidades como mínimo para el
enteraba de nada de lo que decían en él. Lo intenté con otros dos canales y
79
a efectos prácticos, que iba a tener que estudiar para aprobar el examen y,
que este trastorno psiquiátrico se podía adquirir fácilmente tras una situación
record Guinness a raíz de una crisis de ansiedad sufrida con veinte años
noche pese a mi adicción a la Dormidina, seguro que, con Manuel Fraga o sin
80
8 DE MAYO
ENCRUCIJADA
TOEFL, consciente de que iba a ser la última oportunidad que tendría para
hacerlo, el Partido Alfa volvió a requerir mis servicios a las siete de la mañana
intempestiva sólo para fastidiarme) del día previo del arranque oficial de la
campaña.
nuevo, nos volvió a tocar en gracia (es un decir, pues Belarmino Rana ejercía
hurtos y sus desfiles de moda con famosos de tres al cuarto como jurado en
Ésa era la mala noticia. La buena ni siquiera podía asegurar que fuera buena
lista electoral, así que se jugaba su futuro político con aquella campaña. O lo
81
sumiera nuestro, ya de por sí ajetreado periplo democrático, en una zozobra
mañana circulaba impunemente por los pasillos del local electoral del Partido
Alfa, el cual aseguraba que el alcalde, descontento con el modo en que Rana
misma.
importante del partido, sólo que tras haberse quedado cojo por culpa de un
de Mari Pili, ocupaba el puesto numero trece, justo por debajo de Belarmino
nosotros. Lo que nadie sabía decir a ciencia cierta era si perseguía con ello
82
esperanzas estaban depositadas en la segunda opción, ya que, de ser así,
rifirrafes con el concejal. Sólo había que esperar a que la hostilidad creciera y
luego aprovechar para meter cuanta más cizaña mejor en contra de Rana. Ya
fin, casi podría decir que había encontrado una razón para vivir en mi odio y
la justicia poética rara vez intercedía a favor de los desvalidos, por lo que
Nuestro interés por viajar a Finlandia era del todo incompatible con nuestro
83
de pensar y hacer lo que nos pidieran nuestros corazones. Me pareció una
buena idea.
hora de comer. No nos quedó más remedio entonces que erguirnos para ir a
durante más de cuatro horas. Para cuando llegó el crepúsculo, y con él, el fin
liberaba…
84
9 DE MAYO
DESASTRE ECOLÓGICO
unos cuantos días dando el callo por el Partido Alfa. Mi sexto sentido me
decía que había algo antidemocrático, y puede que hasta ilegal, en ello, pero
de que las pagaran a tres euros con cincuenta, no hicimos ningún tipo de
ciudad que se había atrevido a vender barras de pan los domingos y que, a
analogía con este caso delirante pero real, nos convenía mantener la boca
cerrada para evitar que el resto de los partidos se tomaran el asunto de los
llevara el gato al agua, algo que seguía sin saber si debía alegrarme o no),
tendría que cuidarme mucho, pero mucho, mucho, de los capones, que,
85
como todo el mundo sabe, son enormemente perjudiciales para el correcto
trasiego en la sede del Partido Alfa, la confirmación de los rumores del día
minaba su imagen como líder ante los trabajadores y el partido, pues por
manos. Me imagino que, justo por ello, Rana se vio obligado a recauchutar su
abrazo de diseño.
Ya te encargas tú de éstos, ¿no? le preguntó mientras nos señalaba con
Pepe asintió con cierto regodeo. Nos saludó enarcando las cejas
trabajo, por una vez, bastante variado: de mañana nos dedicaríamos a pegar
86
carteles y, ya de tarde, buzonearíamos por las zonas de la ciudad que aún
quedaban pendientes.
armado con cubos, esponjas y rollos de papel, por tratarse de una misión
música, el cine o el circo. La realidad era lo que tenía, que siempre terminaba
por ninguna parte, aunque también ayudó aquella otra ocasión en la que,
muy poco peliculero. Los motivos para decepcionarse cambiaban con los
tiempo, igual que los chupas de Kojak, los pastelitos de la pantera rosa, y la
insistencia de las parejas adulteras en negar por sistema sus pecados incluso
con carácter retroactivo. Poco podía hacer yo para cambiar las leyes del
mundo salvo dejarme llevar. Mientras el Partido Alfa fuera mi pastor, nada me
faltaría…
87
Empezamos a decorar la ciudad en el mismo barrio periférico donde
yo portaba la cola y la esparcía por las paredes con la ayuda de una esponja
cometido es que resultaba bastante difícil encontrar lugares donde adherir los
como del Partido Beta, principal rival del Partido Alfa, y del Partido Gamma,
las actitudes hostiles de las que habíamos sido víctimas el día de nuestro
estaba hasta el gorro de que los políticos los tomaran por el pito del sereno,
vernos pegar carteles del alcalde o, como mucho, pintándole a éste bigotes y
perilla con rotulador, el clamor hubiese sido insoportable. Pensé que la gente
88
décadas, simplemente, se comportaban con ella como cualquier hijo de
casa de lenocinio.
los carteles.
Caminaba por la acera de enfrente, con una carpeta debajo del brazo
derecho y un abrigo negro de piel que le llegaba hasta las rodillas. Hablaba
89
humedecieron. Hacía tanto tiempo que no la veía nada más que en sueños
que, al notarla tan cerca de mí, a menos de diez metros en línea diagonal y a
coordinación.
motivo por el que había merecido la pena vivir después de las películas de
mundo de los “waahums”, una práctica sexual de gran tradición entre las
90
todo tipo de melodías, desde el propio himno escocés hasta el Wish You
que alguien llega a la conclusión de que sin riesgo no hay gloria, no me atreví
propia cobardía.
Pelayo, ajeno a mis dilemas, decidió pasar directamente a la acción sin pedir
permiso.
Ella se detuvo, miró hacia atrás y se llevó la mano a la frente para evitar que
el sol la deslumbrara.
refunfuñó él, devolviéndome la colleja. ¡Vete allí y dile a esa chica lo que
era más que una silueta recortada a contraluz, para mí, sin embargo,
aquellos ojos que luchaban por encontrarme entre los rayos de luz directa,
del mismísimo Dios? Yo no, desde luego, así que comencé a sentirme igual
91
de vulnerable e inseguro que si estuviera desfilando en tanga de leopardo
El agredido me explicó poco más tarde que, cuando había tratado de alertarla
era que nunca le había confesado que vivía en la ciudad donde he vivido casi
toda mi vida, a unos cien kilómetros de la suya propia, porque temía que, si
algún día llegaba a descubrir lo gris y anodina que era mi rutina diaria,
basura, sino que trabajaba como Buda del moroso en Amberes al servicio de
92
niveles tan altos que rara vez me podía permitir el lujo de salir de Bélgica. La
fui tan idiota que ni siquiera me atreví a pedirle el suyo por miedo a sonar
efecto contrario. Dado que por aquel entonces el correo electrónico aún
tuve oportunidad de saber nada de ella durante años. Y en todo ese tiempo,
consultaba con ansia al menos tres veces al mes el callejero de Amberes con
había dado. Al menos así podría viajar hasta dicho domicilio y reclamar mi
Jamás encontré una calle ni siquiera similar. Los lamentos, los reconcomios y
años sin menguar nunca en intensidad, y ahora que la suerte al fin había
hecho, constatable a primera vista, de que las circunstancias no eran las más
respecto a la evolución de su vida en los últimos años, había que unir mis
93
como asistente de campaña electoral a tres euros con cincuenta la hora.
Sobre todo en comparación con el empleo de Buda del moroso de alto copete
abajo. Había perdido a Carolina, sí, pero mis sueños continuaban a buen
Nunca hasta entonces había comprendido que para ser feliz bastaba con
estaba hecha para el hocico del asno, el asno, que era yo, podía seguir
ello, pasó a despotricar de Carolina. “Una golfa prepotente con cara de estar
interior había calado con fuerza en su espíritu. Era lógico, claro, pues ella no
94
se había andado con chiquitas y le había dejado una marca roja bastante
visible en mitad de la mejilla derecha. Mis disculpas por los problemas que le
polvos para fabricar más pegamento de cola y se fue con viento fresco a
pensado para dos, al que, por si fuera poco, no estaba acostumbrado, por los
alrededores del polígono. Acabé de pegamento hasta las cejas. Por no hablar
me hicieron correr durante casi media hora cuesta arriba para recuperarlo. La
lluvia apareció a última hora complicando las cosas todavía más. Pegué mi
último cartel a eso de las tres y cuarto de la tarde. Pepe nos había dicho que
regresáramos al local antes de las cuatro, así que aún tenía media horita
precios tan baratos como los engrudos que empleaban para crear sus menús
universidad. Y eso que no había sido lo que se dice paradisíaca, puesto que
95
parecía en nada al de las películas norteamericanas de universitarios
contra la alopecia inhibidores del deseo sexual en los que, pese a todo,
fila, no daba la impresión de que hubieran logrado llegar hasta aquel estado
eran las cuatro y media cuando aún quedaban un cuarto de hora para las
esperando en uno de los bares próximos para que llegáramos juntos y así no
96
conocía demasiado bien y barruntaba que el berrinche no iba a durarle
pues arriba nos esperaba una dura prueba de la que nunca hubiéramos
Yo arrostré la mirada del concejal lo mejor que pude para evitar que nos
local.
¡Puede que sea bajo, calvo y vista de traje graznó Rana, enojado, pero
Supe lo que quería decir cuando vi que la imagen de unas aguas fluviales
Las aguas del río han amanecido esta mañana cubiertas de cartas electorales con el remite
del Partido Alfa. Según testigos presenciales, las cartas surgieron de un grupo de bolsas de
plástico arrojadas por desconocidos al lecho del río. Las bolsas contenían en su interior
numerosos programas electorales y cartas firmadas por el actual alcalde, Edelmiro Bigardo,
97
donde, entre otras cosas, el político aseguraba a los destinatarios de las misivas que, de
ganar los comicios, haría todo lo que estuviera en su mano por preservar la riqueza natural
Según Amadeo Perlasca, principal candidato a la alcaldía por el Partido Beta, Edelmiro
Bigardo “está tan obsesionado con cumplir al menos una de sus promesas que no ha dudado
en ensuciar el ecosistema para así tener que limpiarlo por fuerza”. Perlasca añadió que su
principal contrincante político “se encuentra en el ocaso”, y llamó a los votantes a no prestar
propio partido”. Por su parte, Bigardo manifestó su total desconocimiento de lo sucedido, que
lo posible para depurar las responsabilidades del incidente. El candidato a las elecciones por
el Partido Gamma, Nélido Pemán, calificó el suceso de “lamentable”, no sin antes asegurar
que “se trata de una prueba más del escaso grado de compromiso político de Bigardo y su
partido con esta tierra”. En términos similares se expresó Ramón Taboada, cabeza visible del
Partido Omega, al referirse a la tragedia ecológica como “una consecuencia lógica del
apoltronamiento político del Partido Alfa”, ya que según él, “Bigardo y su equipo viven de una
En otro orden de cosas, un nutrido grupo de trabajadores de los equipos de limpieza del
propio ayuntamiento, así como algunos voluntarios del entorno del Partido Beta, se
encuentran trabajando en el lugar de los hechos desde ayer noche. Se espera que las
labores de rehabilitación del río concluyan esta misma madrugada o bien mañana por la
mañana, aunque de acuerdo con los técnicos en medioambiente consultados por este
periódico, el daño ecológico causado por los componentes tóxicos de las tintas no
98
porro y se acaba en la cocaína, se encontrara con que éste es adicto al
rancio, éramos los únicos que sabíamos a ciencia cierta que habíamos
pecado. Recordé entonces eso que nos decían en la facultad acerca de que
¡No te pases de listo, Velasco! rugió Rana, con los puños apretados y
¿Cómo que y qué? ¡Sois los únicos que habéis podido hacerlo! El resto se
Señor Rana hablé con diplomacia tras una breve pausa, buscando así
99
nos correspondía trabajar? Lo lógico, en una situación así, al menos lo que
tiempo que un mohín sorprendido le hacía enarcar las cejas. Y por otro
No lo niego intervino Pelayo, al rescate, pero cuando uno lleva tanto
tiempo en paro como nosotros, le aseguro que, por muy joven y ocioso que
¡Oh, sí! exclamó Pelayo, sin entrar en más detalles. Ambos pusimos cara
pequeña performance. En el silencio que surgió luego, pude ver cómo todos
respecto.
100
creemos a pies juntillas en el ideario de este partido! Como creyeron nuestros
padres. Y los padres de nuestros padres. Y tal vez los padres de los padres
de que diéramos dos pasos alguien nos impediría abandonar el piso, igual
malentendido…
Encaré de nuevo al público con aire altivo. Sus rostros habían cambiado.
o menor medida su empatía para con aquellos dos pobres diablos acusados
Todavía hay una cosa que no comprendo muy bien. Suponiendo que digáis la
verdad… ¿por qué ayer ni mi sobrino Abel, ni su amigo Enrique, que viven en
partido?
101
Me quedé a cuadros, incapaz de improvisar una respuesta en condiciones.
En primer lugar, las cartas se nos acabaron antes de que pudiéramos
completar el barrio dijo Pelayo, lo cual quiere decir que deberían ustedes
de los que las encuestas les auguran que perderán hizo una breve pausa
para tomar aire. En segundo lugar continúo airado, esos rufianes del
hache o por be, no logramos introducir por debajo de las puertas. Mi consejo
es justo que uno se pase todo el día trabajando como un negro, bueno, como
Esta vez incluso Rana se tuvo que dar por persuadido. La forma en que miró
a Pepe, sugiriéndole algo así cómo: “el chico tal vez tenga razón”, fue
102
maquiavélicos y, para mayor gloria, ante un público cualificado en la materia.
Todos aquellos que se habían reído de nosotros durante los últimos años de
Cuando Rana, con la cabeza gacha, nos pidió disculpas por haber
por debajo de cada puerta, subiendo a pie hasta los últimos pisos y
Fue una tarde dura. Tal vez la más dura desde que habíamos empezado a
Luís, quien, influido por el resto del vecindario, siempre había visto en mí una
103
joven promesa, y, al descubrirme repartiendo propaganda por cuatro duros
mientras que él cobraba mil veces mi salario por aflojar un par de tornillos,
sostiene la sabiduría popular que tienen por costumbre hacer las estrellas de
Hollywood.
A continuación le entregué en mano una de las cartas del Partido Alfa, salí a
pero no por ello iba a privarme de disfrutar del enorme placer que siempre me
todos los que llevaban meses dando la murga por lo del Prestige y la Guerra
calzoncillos, una forma de protesta tan digna e inútil como otra cualquiera.
104
10 DE MAYO
BAJO LA HIGUERA
campaña. La anticipación resultó ser todo un acierto, de los pocos que había
tenido en los últimos años, pero aun así, seguían siendo escasamente
los malos espíritus, tal y como mandaba la tradición. Iba a tener que ser muy
minuto por debajo de la hora estipulada. Estaba tan nervioso debido a que
apenas me había dado tiempo a repasar nada que sentí por un instante el
oyente en una clase de medicina legal, unos años atrás, y haciendo zoom
105
sus vísceras putrefactas cada vez que el escalpelo se hundía en ellas con
salvó el hecho de que el tipo en cuestión fuera inglés, y no vasco, por poner
del bar para que me reanimara antes del inicio de la prueba. Si todos
países donde solía atizar el sol con fuerza durante la mayor parte del año y
106
mayor coherencia y, en general, de un mayor saber estar en lo tocante al
podía resultar aburrido o incluso perturbador, pero según él, para dar
valía de nada si ni siquiera podías salir de tu casa sin antes cerrar la puerta
con cuatro cerrojos y una tranca o quedarte dormido tras una borrachera en
un parque sin que una panda de maleantes te birlaran hasta los Kleenex.
estas mismas reacciones, al tener lugar en España, (ya saben, paella, sol, y
una cosa que nos identificaba, lo quisiéramos o no, como miembros de una
107
lenguas germánicas, algo que, aseguraban, convertía en una empresa
inglés como español, mientras que los españoles que habían emigrado a
Alemania durante los años sesenta, pese a llevar muchísimos años allí,
tarde. Si superaba la prueba con una nota muy alta, habría dado un gran
adaptaba la culpa no era mía, sino de la situación del país con respecto al sol
aceleró por los nervios, empecé a segregar sudor por todos los poros, en
especial los de la parte superior del tronco, las axilas y las ingles, me
108
ruboricé, las manos comenzaron a temblarme y, a modo de colofón
iba a suspender.
calma hasta el final del examen. Iba con retraso, pero todavía podía
oro tuvo lugar con la prueba de redacción, que tenía como tema “las teorías
puesto a huevo.
Lo que ya no tenía tan claro era si lograría obtener una calificación igual o
109
dependía de cuantos aciertos hubiera conseguido en la prueba de listening,
servicio del Partido Alfa. Llamé a la sede desde un banco del campus,
Nadie respondió. Lo intenté hasta tres veces más con el mismo resultado.
penetrar entre sus muslos turgentes y cerró las piernas. Luego me miró con
esa sonrisa de recochineo rijoso tan típica de los seres humanos jóvenes,
110
erección que me había causado me impedía caminar, me hubiera levantado
tiempo!
Me ruboricé. Al fin y al cabo, quien me estaba hablando en ese tono era todo
Le aguanté la barrila por cortesía durante unos cinco minutos, luego consulté
el reloj y le dije que tenía que irme a trabajar, sin desvelarle en ningún
momento la naturaleza del trabajo más allá de que no tenía nada que ver con
bastante bien el ofrecimiento, sobre todo teniendo en cuenta que las agujetas
111
del día anterior me estaban martirizando, así que acepté. El trayecto no
duraría más de cinco minutos, y pensé que nadie iba a morirse por aguantar
espacio-temporal.
Respondió tomando un desvió por una pista rural embarrada al tiempo que se
llevaba el dedo índice a los labios para instarme a que guardara silencio. Mi
meneársela, sólo que primero tendrás que demostrarme ese talento, claro.
112
mi bilis. Me conformé con manifestarle mi desagrado mediante un gesto
miembro estaba a la altura de su olor. Tanto fue así que prometí que nunca
terminé de entender, y dio marcha atrás. Lo último que pude ver antes que
dejara frito. Hice balance del día y concluí que, aunque nada había cambiado
para bien, al menos habían pasado cosas. Luego, mis conspicuas tendencias
una perversión estaba a la orden del día para el resto de la humanidad, para
de cada árbol, dentro de cada casa, de cada vehículo, por las carreteras, por
las aceras, en las isletas de las autopistas, las azoteas de los edificios e
practicando una felación a alguien cuyo miembro olía a esa vomitiva mezcla
113
de corral y queso de supermercado barato. Me estremecí. La escena
mundo realmente funcionaba así, entonces mi trabajo para el Partido Alfa era
que, en caso de que algún día cualquier otro profesor de universidad poseído
venir a rescatarme cuanto antes, aunque tengo mis dudas de que se hubiera
las zonas rurales del extrarradio, tarea en la que el resto de los colaboradores
menos. Con la que estaba cayendo sólo se me ocurrió una cosa para pasar
114
Decidí entonces intentar por enésima vez reproducir los ejercicios de yoga
árbol, cerré los ojos, y adopté la postura del loto. Acto seguido me concentré
que si los animalillos buscando refugio, y de ahí pasé a mi propio ser, con
de momento creí que se me iban a salir todos los órganos por la boca.
multicolor del Partido Alfa y el no menos horrible lema: “El futuro ya está
torrencial, un árbol en flor, y bajo él, tal cual una caricatura rupestre del Buda
Estaba condenado a llamar la atención quisiera o no. Tal vez, y nunca mejor
En cualquier caso, no todo iban a ser risas. Pepe me dio un chubasquero del
115
interior de su bolsillo derecho, todo un detalle, y me explicó en qué consistía
después de entablar contacto con algún incauto, les dábamos la murga para
que votasen al Partido Alfa. Por otro lado, una estrategia tal vez más
aterradora.
conmigo, pero sin que hiciera falta siquiera que traspasase los límites
116
carretera, lo cual terminó dando credibilidad, para mi desgracia, a las
arcén. Se trataba de uno de los vehículos del Partido Beta, y los muy
coche.
carreteras.
que tener en esas tesituras hasta que, justo antes de ponerle fin, se me
¿Te referías a esto cuando decías que algo malo iba a pasar?
117
Tardó demasiado en contestar. Y yo supe que una reacción así implicaba una
norte de mi habitación.
Y luego colgó.
La estática que puso punto y final a la conversación sonó más fuerte y aciaga
118
11 DE MAYO
ASCENSO
Mi abuelo solía decir que existen dos tipos de personas: las que nacen con
una flor en el culo y las que no. Hasta que terminé la licenciatura, yo siempre
lo que yo creía que era una flor era en realidad un higo chumbo, y cuando el
personas, sino tres: las que nacen con una flor en el culo, las que nacen sin
ella, y las que, como yo, tienen la facultad de gozar de buena fortuna dentro
del infortunio. Para este último grupo la suerte era una especie de diagrama
de Venn: había zonas donde campaba a su libre albedrío, y otras, en las que
universitario.
119
por el brazo al tiempo que Rana me indicaba con un gesto de su cabeza que
película de mafiosos. Los trajes de Rana y el tesorero, así como sus miradas
actitud inquisidora
120
Asentí.
libre configuración. Había estudiado tantas cosas y tan variadas, que apenas
recordaba nada al margen de que muy pocas de las materias tenían que ver
una sociedad como la nuestra donde lo último que se valoraba eran los
excrecencias de una fosa séptica, pudiera haber alguien con una preparación
fin había logrado sostener la sartén por el mango, no podía soltarla sin
hacerme antes con unas cuantas castañas. Tenía que sacar la mayor tajada
121
negociante, algo de lo que daba fe que nunca, ni siquiera cuando sabía a
justicia podía tener sus ventajas, pero, sin lugar a dudas, la economía no se
periodista? pregunté.
Bueno, tal vez la palabra “contrato” no sea la más adecuada para describir
rivales políticos, en calidad de espía, para tomar notas con las que redactar
los nuestros.
red de espionaje. Desde muy pequeño, esa había sido mi mayor ilusión junto
122
términos económicos. Era un consumado especialista en realizar trabajos
123
Tentador, sin duda dije, pero me imagino que no cobraré lo mismo que
saltar las lágrimas. Los muy maquiavélicos sabían cómo jugar sus cartas
mucho mejor que yo. Habían recuperado el control de la sartén sin que yo
hubiera logrado hacerme siquiera con una castaña. No tenía otra alternativa
plan de trabajo, y el de una persona escogida por mí, para esa tarde. Así que
dar vueltas en él por toda la ciudad proclamando a los cuatro vientos las
124
virtudes inconmensurables del Partido Alfa. Dado que Pelayo se encontraba
reacción fue muy diferente a la que yo había esperado, y dijo que prefería
el periodista uruguayo, podía ser una buena opción. Aceptó sin mayor
mi parte, había pensado que lo tendría él. Los dos estábamos tan
¿Y qué hacemos ahora? me preguntó con ese acento suave y meloso
sólo podía significar dos cosas: o bien era tan irresponsable como yo, o bien
tráfico si con ello variaba en algo su rutina laboral. Los comentarios que
125
vehículos, personas y mobiliario urbano, me inclinaron a creer en la segunda
para mí, que nunca había sido nada en la vida más que un panoli con
que lo estaría pasando él. Por ello me intrigaba bastante conocer el motivo
era otro que el amor. Había tenido una aventura con una estudiante española
perder la cabeza por ella (de nuevo dos posibilidades: o la chica en cuestión
enseguida que los uruguayos y los argentinos se llevaban tan bien como los
después acerca de que lo único que le daba más asco que un argentino era
126
un argentino limpiándose el trasero después de una defecación diarreica. En
de un lado, Diego podía estar mintiendo cuando hablaba con nostalgia acerca
posibilidad de que Rana se sintiera atraído por mí, lo cual, aun siendo un
no volver a pensar nada parecido hasta el día del juicio final (e incluso para
127
final que la hiciera interesante como posible libreto cinematográfico, aunque
perdido por completo. Eso me hizo pensar en los tópicos, y en cómo al final
en general, muy poco sentido del humor; los italianos eran unos marrulleros
ruidosos que confundían el tocino con la elegancia; los ingleses, o bien unos
casi siempre kitsch con la mente tan cuadriculada como perversa; los
graciosillos.
128
excepciones, se mostraba más bien reacio a criticar cualquier cosa
parecía que estuviera condenado de por vida a defender todas esas cosas
la de los perros terruñeros, al mismo tiempo que defendía por sistema las
lógica tan determinista, ya que era posible sentirse del Real Madrid habiendo
129
Me concentré en conducir, escuchando en silencio lo que Diego tenía que
con tanto alboroto acabamos con la siesta de más de uno, pues el sistema de
megafonía funcionaba a todo volumen. Tanto era así que los transeúntes
podía terminar cargándome a alguien sin que me dieran puntos extras por
de la última vez que había conducido, una tarde en la que había reventado
libre casi por completo de obstáculos, no hizo más que empeorar la situación,
y al final (no podía ser de otra manera), me puse tan nervioso que terminé
haberlo hecho, habría pasado por encima de una adorable ancianita para
llamarnos de todo menos bonitos. Nos vimos obligados a cerrar las ventanas
130
camino entre el gentío tocando el claxon como un poseso. Ya se había hecho
que sentí el impulso de huir de allí a toda pastilla antes de que nos alcanzara.
Luego experimenté un breve instante de lucidez y pensé que, por mucho que
nos diéramos a la fuga, no le iba a resultar muy difícil dar con un vehículo de
propaganda política del Partido Alfa. Sobre todo, porque sólo había uno. Me
¿Están ustedes locos? bramó el agente una vez hubo llegado hasta el
cara que solían poner los policías corruptos en las películas antes de
adolescente y vacilón.
país no era del todo legal. Los latidos de mi corazón se aceleraron. Aquel
131
hombre dependía de mí, de que me las ingeniara de alguna manera para
que la suya. Conducía un coche que ni siquiera era mío, sin carné, y había
la simiente del escándalo político, con la publicidad añadida que algo así
reportaría al caso. Diego podía mirarme con ojos de ternero degollado, pero
destino.
quedado paralizado.
Mentos revenido, y una postal de San Judas Tadeo, patrón de las causas
perdidas, encontré una carpetilla plastificada con los papeles del coche. Se
los tendí al policía y respiré hondo, mirando de reojo a San Judas con el
132
había funcionado, pero al cabo de unos segundos el policía me devolvió los
No le estoy pidiendo una limosna que pueda tener o nodijo, le estoy
en regla!
Tal vez si me deja que le explique por qué no la llevo encima podamos
nuestro. Como puede observar, pertenece al Partido Alfa. Sus dirigentes nos
conmigo, más que nada para evitar este tipo de situaciones, pero él insistió y
133
me dijo que si algo ocurría se encargaría de solucionarlo. Debí haberme
asustado.
el hombro como para sacarle una sonrisa, pues sabía que sin ella la escena
quedaría muy poco creíble. Por suerte, Diego reaccionó a tiempo y bosquejó
algo parecido con sus labios. El policía también sonrió mientras se retiraba de
la ventana.
De acuerdo entonces dijo, sólo les pido que conduzcan con más
cuidado lo que les quedé de jornada. A las viejas de esta ciudad les encanta
¡Ah! ¡Se me olvidaba! exclamó con una afabilidad que poco antes ni
134
Rana denle saludos de mi parte, ya saben lo que quiero decir, me llamo
Perales, agente José Luís Perales, como el cantante miró hacia Diego. Y
a toda máquina.
Cuando miré a través del espejo retrovisor, pasados unos treinta segundos,
135
12 DE MAYO
INFILTRADO
cuando colmaran sus ansias de poder, lo cual los acercaba más al espíritu de
unos cincuenta años, la tez pálida y una complexión física enjuta hasta el
pago. Iba siempre de traje, como el resto de sus compañeros, sólo que sus
136
americanas, sus pantalones, sus camisas, y sus zapatos tenían algo más de
dirigía a nadie directamente excepto a su mujer. Era ella quien nos transmitía
era Telma Ramírez. Lucía una aparatosa permanente del color que tendría
sobre los otros, de tal manera que los incisivos sobresalían entre la melé tal
cual los de un conejo. Rondaba los cincuenta los años, pero había envejecido
estaba ajado por las arrugas y tenía unas cartucheras de gran tamaño que se
agua. Pensé que, de haber nacido en la Edad Media, con ese aspecto que
tenía, la habrían colgado por bruja. Y sus modales (esto ya era mucho más
matrimonio con Montero había sido una mindundi, pues el síndrome del
órdenes a voz en grito con ese desagradable tono córvido que revestía cada
algo que ver con los rigores de un trastorno menopáusico, pero luego alguien
me dijo que la pareja había perdido un hijo recientemente y eso me hizo ser
137
tono. Tal vez porque conmigo no las tenía con tanta frecuencia como con los
demás y, si bien tampoco era que me tratara con cordialidad fraternal, rara
que pudiera recopilar sobre los partidos concurrentes a las elecciones. Más
tarde, tendría que hacer lo mismo con la prensa impresa y organizar toda la
información obtenida en cuatro dosieres, uno para el Partido Alfa, otro para el
Partido Beta, otro para el Partido Gamma, y otro para el partido Omega. Esto
Ramón Taboada. El objetivo de todo aquel trabajo no era otro que tomarle el
138
conversaciones con Pelayo e incluso los sermones de Mari Pili o Diego. En
aquel despacho nadie me hablaba más que para darme órdenes, con lo que
con el control del partido sin que nadie se enterase de nada. Sólo había un
más aburrida, así que les propuse ampliar mi ámbito de acción a las
pasé toda la mañana. Antes de irme a comer, les imprimí todo el material, se
139
Y salí del local muerto de risa, mientras pensaba que me estaba convirtiendo
Por las escaleras me encontré con Pelayo. Le habían hecho descargar, junto
periodismo.
Alguna ventaja tenía que tener respondí en tono jocoso pero sincero,
pues hasta el momento aquello era prácticamente todo para lo que me había
pero tampoco era necesario. Dejó bien claro con un gesto de desprecio que
Aquel encontronazo con mis compañeros me hizo pensar que tal vez lo de mi
ascenso no fuera algo tan bueno. Cabía la posibilidad de que el resto de los
los que había detestado con ahínco a lo largo de toda mi vida, merecían
cuestionable, eran de las pocas personas que en el seno de una sociedad tan
140
con idéntica frialdad objetos y sentimientos, eran capaces de sacrificar algo
un modelo a seguir, como me ocurría por ejemplo con Frank Sinatra, sino la
satisfacción de ver que todavía existía gente por el mundo capaz de darlo
todo por sus creencias, fueran éstas infames o no. Los Testigos de Jehová,
los terroristas del 11-S, Mel Gibson en Braveheart, Hitler o el Santo Job,
los trepas se sumaran ahora a la lista era extraño, pero no por ello, menos
hasta el extremo; y el Partido Alfa, mucho menos que los demás, pues era
que había luchado a lo largo de mi vida porque los asuntos del poder me
avasallaba, sin que esto llegara a suceder realmente, hasta que uno de ellos
141
cobrando conciencia de pueblo, me convertía en un líder de masas
Luego tomé aire, recordé lo que me había dicho mi psiquiatra tiempo atrás
Alrededor de las cuatro, regresé al local del Partido Alfa. No tenía ni idea de
dijo al oído:
espionaje, como en todas las realidades alternativas que creía que nunca iba
promesa de regresar antes del cierre del local con las alforjas llenas de
142
Nuestros enemigos políticos tenían varios fortines en la ciudad: uno de ellos
tenían sus despachos y donde se celebraban las victorias o las derrotas, que
que ver con el piso del Partido Alfa. Su segunda guarida era temporal. Se
afluencia de personas por metro cuadrado. Era un local amplio y lujoso, con
del partido, lo cual le confería una apariencia híbrida entre barra americana
ciudad recordaba el escándalo, por otro lado, no muy lejano en el tiempo. Era
realmente increíble que los asesores de imagen del Partido Beta hubieran
Desde el exterior vi que había mucha gente pululando por el lugar, todos muy
eco insistente de una versión chill out del himno del partido que se te
143
lugar de ejercer un influjo hipnótico y videoclipero sobre la juventud,
memoria se replegara sobre sí misma hasta dar con el recuerdo del hermano
del resto del profesorado, unos carcas postfranquistas que tenían dificultades
estrategias tan patéticas como salpicar sus frases de palabras tipo “coleguí”,
que acabó casándose con un guardia civil que resultó ser el primer transexual
de la benemérita. A los del Partido Beta les ocurría algo muy parecido. Creían
iban a romper la pana entre la juventud. Eso les pasaba por sobrevalorar el
que siempre son más complejas. Con eso y una mesa llena de pinchos, el
David Bisbal o Beyoncé Knowles, algo harto dudoso dado que sus dirigentes
y la capacidad para dar la murga década tras década con la misma cantinela.
144
Crucé la calle, me situé en la entrada de una zapatería y, con el gentío como
el interior del local. Salvo por el hecho de que un tipo trajeado le tocó el culo
a una chica rubia y ésta, en represalia, le arreó una bofetada, no pasó gran
cabeza por la puerta otra vez más. La pareja seguía discutiendo por lo del
menos a tres individuos: el primero era el tipo que le había tocado el culo a la
bastante conocido en la ciudad tras haber hecho sus pinitos como humorista
malencarado, y sus modales para con las jovencitas recordaban mucho más
cine mudo que pasaría a la historia del celuloide, más por haber sido acusado
hacer ante las cámaras); el segundo era uno de los autómatas de fondo,
145
suponiendo, claro está, que su compromiso con el partido rival fuera
similar a la mía sólo que en un bando diferente; por último, estaba la chica
política por el Partido Beta y lo lógico era que, por inercia, todo el mundo
Mientras que yo solía usar lentillas, Juanjo usaba gafas de cristal grueso con
que había estudiado en un colegio de pago mucho más exclusivo que el mío,
146
movimientos, en Juanjo muchos más suaves, hasta la voz, ligeramente nasal
Salí de casa convertido en un hombre nuevo al que ningún vecino era capaz
modo de entrenamiento, me dirigí hacia el local del Partido Beta, y entré sin
seco. Noté que las miradas caían sobre mí en chaparrón. El tiempo parecía
alegría como criogenizado en mitad del rostro. ¿En qué puedo ayudarle?
147
En ese caso ha venido usted al lugar adecuado dijo ella. Por favor,
sígame.
pese a que se encontraban allí precisamente para atender a sujetos con ese
oculto tras unos biombos. Allí había un moderno proyector y varias hileras de
sillas. Tomé asiento. Ella cogió un disco de DVD de entre un montoncito que
dijo:
Suscribí cada una de sus palabras con asentimientos. Luego me quité las
pudiera reconocerme.
148
A mí la suya no repuse, si hubiera visto unos ojos tan bonitos como los
había comprobado una vez más que no hay mejor manera de sortear
hacía gustoso, aunque eso sí, cada vez más asustado por la progresiva
necesidad de afecto del género humano. Estaba seguro de que si algún día
mundo se pusiera de acuerdo para decirse los unos a los otros cuán
megatón, al lado del ego, dejaba bastante que desear como detonante.
nuestra ciudad tras varios años de gestión municipal a cargo del Partido Alfa.
149
de vez en cuando planos del alcalde y su plana mayor poniéndose hasta las
Partido Alfa, en lugar de una simple muestra de sana hilaridad (la imagen de
dijo:
asentí de todas maneras. El video no iba dirigido a mí. Iba dirigido a Juanjo
Calasanz. Y Juanjo Calasanz era tan crédulo e iluso como el público de los
gente.
Impresionante dije
pero había que reconocer que el montador había demostrado ciertas dotes a
que éste prometía el oro y el moro, con el estado actual de sus promesas
150
ambiguas, imprevistos de última hora y demás procedimientos de clara
inspiración rufianesca.
Una vez la exposición del problema hubo concluido, se produjo una pequeña
Pocas veces en mi vida me había sentido tan ridículo. Estuve quieto, con los
Beta volvió a sonar, la voz en off me ordenó que abriera los ojos. Lo que vi a
sensación de vértigo estaba tan lograda que temí despeinarme. Por suerte,
todos los lugares que en el tramo anterior del show parecían condenados al
deterioro total. Todo combinado con planos sobre fondo azul cielo del
idea de que otro futuro era posible y, con un fundido a negro seguido por la
sobreimpresión del logotipo del partido y los créditos, éstos últimos, reducidos
151
a la mínima expresión, pues los autores habían decidido preservar su
Me giré hacia ella y al verla allí, con su expresión mojigata, tan emocionada
visitado la iglesia central de los mormones en Salt Lake City, Utah, durante el
invierno del año 1999. Allí, dos amables y hermosas servidoras de Joseph
chillones, con una estatua parlante del profeta en medio, que resumía la
de expulsarme a gorrazos del templo. Esta vez, sin embargo, era inevitable
copia?
152
En realidad sólo tenemos este DVD por el momento respondió ella,
compungida, hemos encargado una remesa para dentro de unos días, pero
Por favor… no vacilé en interrumpir su discurso. Tenía que hacerme con
Si quiere puedo ponérselo otra vez, pero tiene que darse cuenta de que
o el fracaso de la operación.
propuse antes de que pudiera decirme nada, sólo sería media hora, a lo
novio dos años mayor convence para que transija a un breve intercambio de
El sonido de sus tacones contra el suelo resonó por toda la estancia. Me giré
miraba con el rabillo del ojo mientras negaba con la cabeza. Transcurridos
153
unos segundos, los tenía a ambos frente a mí. Roscoe me estrechó la mano
y se presentó como el número ocho del Partido Beta. Preferí no hacer ningún
Me ha dicho María que está usted bastante interesado en conseguir una
copia de nuestro video declaró con cierto deje de desconfianza bajo cada
con el ceño fruncido. El DVD es sin duda un trabajo excepcional hizo una
breve pausa que aprovechó para escrutar mi rostro en busca de alguna señal
elecciones asentí por puro nerviosismo a pesar de que era evidente que
alguien que ha visto cosas que los demás sólo podíamos aspirar a ver en las
datos y tan pronto cómo sea posible le mandaremos una copia para que la
154
Sus palabras no dejaban margen para el rechazo de la propuesta. Se trataba
Si me alcanza un papel y algo para escribir le daré mis datos encantado
dije con voz templada antes de que me diera tiempo a vacilar. Pero no se
ocurrió que tal vez fuera precisamente eso lo que Roscoe buscaba que
155
consiguiera de una vez por todas ganarme su indiferencia. Siempre y cuando,
por supuesto, no fuera tan inteligente como para interpretar algo así como un
todas maneras. La tensión sexual irresuelta que había generado entre María
y yo, me brindaba la excusa perfecta. Volví a decirle que era muy guapa, en
mucho que me gustaba su forma de mirar. Ella se cohibió como una colegiala
podía regresar ante Ramírez y Montero con las manos vacías. La chica se
perdió detrás de un mostrador y salió al rato con una bolsa de plástico llena
156
De camino, me topé con un grupo de jóvenes que arrastraban carritos llenos
al igual que los trabajadores contratados por el Partido Alfa, no iban dejando
así que, ni corto ni perezoso, me planté delante de uno de ellos y les planteé
en el local del Partido Beta, con sus DVDS, sus recreaciones virtuales, y su
pagaban tan sólo cinco céntimos de euro más. Que yo recordara, era la
primera vez en mucho tiempo que ambos partidos estaban de acuerdo algo,
lo cual demostraba que el consenso dejaba de ser una utopía existiendo mala
hice mi entrada en la sede del Partido Alfa. Tal vez a causa del contraste con
los fastos new age de nuestros enemigos, todo me pareció más cutre que de
nadie en aquel agujero infecto iba gastarse diez euros, que equivalía al
157
En el despacho no había nadie. Merodeé un rato por el resto del piso pero
las baldosas. Nazareth salió del interior con el rostro morado, la frente
cubierta de sudor, y los ojos enrojecidos. Con ella, lo hizo también una
coño quieres?
ido unas tres horas antes, que desde entonces no habían aparecido por el
local, y que dudaba mucho que lo hicieran en lo que quedaba del día.
158
Aún me quedaba una cosa pendiente en la sede del Partido Beta.
verdad es que tampoco ligaba mucho por las discotecas a causa de mis
al local del partido Beta a que María saliera por la puerta. Cuando lo hizo, me
acerqué a ella por detrás y le di un beso en los labios. Las leyes de las física
decretaron que mi acción tuviera una reacción, sólo que esta no fue, ni
mucho menos, la que yo había previsto, sino un bofetón y una patada en los
testículos.
A veces, los tópicos erraban. Y a veces, las chicas que trabajaban de cara al
público, que te daban el teléfono con una sonrisa y que parecían estar
159
13 DE MAYO
EL ONANISTA EN EL DESPACHO
hice cuando me levanté fue masturbarme con ferocidad. Entre los desplantes
pedazo de carne trémula que tenía entre mis manos estaba pagando el pato
nosotros dos. En cierto modo, era así. Todas las mundanas preocupaciones
que me habían crispado los nervios a lo largo de los últimos años habían
despabilaba con la misma energía que antaño, ni mis testículos, aquellas dos
mundo, pero con poco más de veinticinco, daba que pensar. O en realidad no
160
había convertido en la religión panteísta de moda, en la chispa de la vida,
los bancos ante un cliente arruinado. Había que meterla como fuera, a toda
podías combinar a tu pareja de toda la vida con cualquier otro ser humano (o
boca llena “mama quiero ser artista”, recién cumplidos los dieciocho, en un
161
ideas. Eran como esa escena de American Pie en la que Sean W. Scott se
Por eso me fastidiaba tanto tener que darle a la zambomba como un mono
para empezar el día con buen pie. O me había perdido alguna lección en el
colegio, o bien era tan inadaptado que no valía ni para evadirme mediante el
sexo consentido con otra persona. A mis veintiséis años, todavía seguía
masturbándome como con quince, sólo que además, por puro orgullo, sin
especie de coma. Estaba sexualmente muerto. Y eso, tal y como pintaban las
biológica.
en el horno y abría la espita del gas hasta el tope, o bien hacía como si nada
En la sede del partido todo seguía igual que el día anterior. Incluso la bolsa
162
abierto y, aunque no podía saberlo a ciencia cierta, también tenía la
impresión de que a mis dosieres tampoco les habían hecho demasiado caso.
Era un espía, sí, y no cabía duda de que el trabajo dejaba cierto margen para
que con mi nuevo trabajo podría llegar a hacerme poco a poco con el control
qué me habían investido espía entonces? ¿Cuál era el motivo por el que
la inexistencia?
para recoger la bolsa y los dosiers con sus propias manos, supe que me
¿Tú debes de ser el espía? preguntó al joven de la mirada torva, que por
inquietante que en las fotos y carteles, incluso cercano, aunque, por otro
lado, se notaba demasiado que tenía la cabeza en otra parte y que todos los
163
que estábamos en aquel despacho, incluidos sus hombres, le importaban un
comino. Su actitud cordial tan sólo era lo que se suele conocer como una
deformación profesional. Habría quien tal vez viera en ella un cierto aire de
dejarme engañar por una primera impresión agradable. Para algo había
Excelente trabajo me dijo alzando los dosieres y la bolsa con expresión
vida.
ambiente más hostil que de costumbre. Todos, desde Ramírez hasta el chico
uno de sus actos, y yo, sin comerlo ni beberlo, me había convertido en algo
suponía que los padres todopoderosos velan por el beneficio de sus hijos
164
incluso por encima del suyo propio, no se habían parado a pensar, como yo,
tomaran una foto, el retrato sería la viva imagen del lado oscuro. El chiste del
voz. Me quedé de pie, sin saber muy bien si debía echarme a temblar o
romper a reír, y sobre todo, sin saber muy bien qué se suponía que debía
165
me miró con inquina y luego manifestó su preferencia por la primera opción
Podía haberle contestado, pero la verdad era que con ello sólo conseguiría
escuchado la palabra.
Montero miró a su mujer como para debatir el asunto con ella. Telma, que
seguía sintiendo esa tenue y mórbida debilidad por mí, le expresó con una
leve inclinación de cabeza que tal vez estuviera llevando las cosas
demasiado lejos.
mí me da igual.
166
rato. Belarmino no está, así que si te parece puedes trabajar en el
ordenador de su despacho.
Montero censuró a su mujer con una mirada ruda, pero ya era demasiado
allí a Nazareth a través del chat, tal vez con la ayuda de alguna foto del
catálogo de modelos de Zara, y quedar con ella tan rápido como me fuera
ordenador para poder trabajar desde allí en cuanto regresara a la sede del
de la manera en que lo había hecho, lo cual me hizo pensar que tal vez lo de
167
familia. Lo normal. Sin embargo, yo sabía que si al panoli de Hugh Grant, con
de la edad y las drogas, alguien de la calaña de Rana tenía que guardar más
de uno y más de dos secretos. En ese momento recordé que existía una
capaz de colmar mis apetencias onanistas, con lo cual decidí un buen día
emular el ciclo de vida de las artes y volver la vista a los clásicos: Natalia
Estrada, Samantha Fox, Las Mama Ciccio, Carmen Russo, Sabrina, Ángela
hortera de Telecinco), por lo que no tenía nada de extraño que Rana pudiera
sino hasta veintidós carpetas ocultas, todas ellas protegidas con una clave de
acceso.
168
hacían saltar el mensaje de error y me obligaban a pensar una clave
por Belarmino Rana, de que aquel hombre fuera, después de todo, más listo
debajo del texto “por favor, introduzca contraseña”, y la mosca consiguió al fin
169
cautivó con la carpeta titulada Fakes de famosas. En ella, había infinidad de
de niña buena no del todo enemistada con el lado turbio de la vida, y ese
al hombre que fuma, y en la que hizo que casi se me saltarán los botones de
mosquita muerta!
170
medio de transporte que produjera vibraciones porque sabía que si lo hacía la
ellas, aquel que pensaba con la entrepierna y no con la cabeza, como debe
despacho de Rana, incluido el propio Rana, no hacía sino aportar una dosis
menos se suspira por ellos. No era que yo no me hiciera mis pajillas de vez
en cuando. María Teresa lo sabía muy bien, pero se trataba más de una
achacoso que de repente cae en las redes de una femme fatale cubana de
música salsa con Isabel Coixet, que era la persona de sexo femenino que
con ello me garantizaran que algún día volvería a sentir la catarata de placer
171
Eyaculé enseguida, con un chorro largo, espeso y caliente. Tuve que
morderme los labios y apretar los puños para no gritar. Apenas se me había
habitación.
respondí, al mismo tiempo que descubría con pánico que sobre el monitor, y
sobre parte de los documentos de Rana, había caído una densa lluvia de
Avísame en cuanto termines, y que sea rápido, tengo mucho trabajo que
hacer.
iba. Rana se volvió antes de que hubiera terminado de vaciar mis pulmones.
hacerlo hasta que viera con sus propios ojos que, efectivamente, hacía lo que
172
me había dicho. Introduje como pude mi pene, todavía erecto, dentro de la
puse en pie y abrí las ventanas. Belarmino sonrío, no sin cierta extrañeza en
empezaba a resecarse.
sexo o violencia, así que toda vez hube concluido con los dosieres, me
Hacía muchos años que no me había sentido tan feliz. Y el hecho de que
Forrest Gump, la vida era una carpeta oculta, dentro de un sistema operativo
pornográficos de todo tipo. Nunca sabías cual de ellos te podía tocar, sí, pero
podía negar que los expedientes equis del concejal habían cumplido un
173
14 DE MAYO
AGENTE DOBLE
de otras cuatro horas recopilando noticias para el alcalde, aunque esta vez,
Telma me hizo llamar y me dijo con una sonrisa cándida en los labios:
¿Estás preparado?
Me dio un recorte de papel con el lugar y la hora del evento, me deseó buena
suerte y me despidió con los mismos modos que una madre dejando a su hijo
174
El mitin estaba programado para las seis de la tarde en el centro sociocultural
con las fotos y las descripciones de todos los integrantes de las listas
electorales del Partido Beta. Debajo de cada uno de los individuos, había un
apreciaciones. Era un poco como el juego de naipes con las caras de los
que más de andar por casa y sin recompensa de por medio. Para el caso, a
con miembros del partido, como Roscoe o María, que pudieran ponerme en
la más adecuada. La acción se detuvo por un par de segundos para ver quién
acontecimiento tan importante, los escasos doce viejos que el partido Beta
175
Partido Alfa a fin de echarme el ojo. De todo ello se desprendía que lo de
grado tan supino que haría de King África cantando La Bomba en un velatorio
entre un anciano que olía igual que el local del Partido Alfa y un personaje
vestido de traje al que luego identificaría como el número seis de las listas.
ocasión. Me aburrí tanto que perdí el tiempo creando mentalmente una sopa
de letras con los nombres de las chicas con las que había mantenido
con cara de bulldog hubiera sido escogido por sus compañeros de partido
176
para concurrir a las elecciones en calidad de cabeza de lista, pero aun más
de que él mismo no se diera cuenta de que con su aspecto iba a ser muy
decantase por él. Luego pensé en Néstor Kichner, que se parecía a El Dioni y
aún así había logrado hacerse con el poder en Argentina, y concluí que el
electorado, después de todo, tal vez fuera menos superficial que yo. O
aplaudir como locos, de tal manera que su selecto y senecto auditorio, para
entre el gentío, como una aparición mariana, y estrechó la mano de todos los
asistentes uno por uno. Yo fui el último. Su mano estaba helada a pesar de
Juanjo Calasanz.
177
Un placer volvió a estrecharme la mano, que tal vez a causa de los
haberle defraudado.
los ángeles.
Aunque no cabía duda de que era la primera vez que había escuchado la
palabra perorar.
¡Ojalá todos los jóvenes fueran como usted! corroboró con sus palabras
con los políticos no fuera incluso mayor que mi desconfianza para con las
para bien o para mal, que los individuos regidos por la constelación del
178
carnero son unos trepas traicioneros de mucho cuidado. Y mi experiencia
Calasanz, por pardillo que fuese, llegara a unas cotas de idiocia tan elevadas
piedra, en mitad de un parque donde las monjitas solían llevar a los pacientes
con una sola mano, y lo arrojó a unos cuantos metros de mí. Luego me ayudó
179
Hay que andar con más cuidado dijo.
Yo qué sabía que… empecé a decir por pura inercia, aunque interrumpí
sólo que prefiero pensar que no iba dando la nota tanto como tú. Únicamente
ojos sobre los suyos con la esperanza de que un recurso tan evidente
espetarle.
cogió varios de los folletos propagandísticos que había entre sus páginas, y
Tal vez sepas entonces de qué escribes arrojó el cuaderno a mis pies.
no asfixiarme.
sus impuestos, separa las basuras y recoge la mierda de su perro con una
180
Nadie dice que no seas honrado, sólo que eres un espía…
¡Mi nombre es Juanjo Calasanz! Tengo treinta y dos años y trabajo en una
señal de desaprobación.
desalmados del Partido Alfa se están aprovechando de ti para que les hagas
el trabajo sucio.
cual él saldría ganando en calidad de ser uno y trino que todo lo sabe
mientras que yo, un mero discípulo pusilánime, quedaría a la altura del betún,
fuera éste de Judea o no. Tenía que aceptarlo: la charada acababa de llegar
a su fin.
Tantos, que no te podrías hacer una idea. La política, amigo mío me pasó
operativo por mucho tiempo más delante de aquel tipo. Me había pasado de
181
listo creyendo que corría más que el fracaso, pero al final, como de
No seas tan tremendista me tranquilizó con una voz cálida, amistosa,
pero aun así, no podía creérmelo del todo. Era demasiado bueno para ser
cierto.
Sabes perfectamente lo que quiero decir respondió él, trazando con sus
labios una sonrisa taimada. Quiero que trabajes también para nosotros.
Como espía del Partido Alfa, te encuentras en una posición inmejorable para
ello.
Eso puede que sea cierto reconocí, nunca he tenido una vida rica en
182
Si aceptas mi oferta eso puede cambiar hoy mismo sus pupilas
doble?
A primera vista parecía que aquel hombre no tenía muchas luces, pero con
cada una de sus intervenciones demostraba que, en el fondo, era de los que
yo de todo esto?
Esto como adelanto habló lapidario, luego, por cada día de trabajo, te
más que razonable por filtrar un poco de información diaria. Claro que ahora
183
un trabajo relacionado con, digamos, el sector. Eso si ganamos la elecciones,
claro.
duro, y superar con éxito unas cuantas pruebas de capacitación. Pero, pese a
en ella. Entre el viejo que había abordado a Amadeo al final del mitin y yo no
había, después de todo, tanta diferencia. Ambos éramos unos pobres diablos
otras palabras, la cosa estaba tan mal que en cuanto aparecía alguien seguro
que un tipo con más luces nos pastoreara. Yo, a diferencia del anciano
184
¿Habla en serio? pregunté, embriagado por mi propia imaginación, que
propiamente dicha, pero para ir practicando está bastante bien. Serías una
dejas, pero si la dejas, has de saber que no te resultará tan fácil como hasta
y a sus acólitos eso no les agrade, por lo que tampoco debería extrañarte que
te sustituyeran por otro, o incluso que te quedaras sin trabajo se detuvo por
Roscoe lo sabía, igual que sabía, o parecía saber, todo sobre mi vida, e igual
185
que sabía, a ciencia cierta esta vez, que no podía rechazar su oferta. Yo no
era hasta posible que mis planes de convertirme en el maestro titiritero de los
Alfa, del Partido Beta, del Partido Gamma o del Partido Omega, habría
sacado mucha más tajada del asunto que yo. A la hora de regatear, nunca he
de frontón. Ese don del que yo carezco, probablemente sea lo que algunos
cualquier caso, para mí sólo era una habilidad tan improbable como la de
que Roscoe ganó la partida. Acepté su oferta y sellamos el pacto con otro
apretón de manos.
186
Por supuesto, todo esto debe quedar entre nosotros dos apostilló como
mítines.
pantalón, recogí mis cosas, pedí disculpas a una de las monjitas por el
Rana, Telma y compañía después de haberles traicionado. Tanto era así que
mundo con gran afabilidad y ponerme a despotricar del mitin del Partido Beta
muy asqueado. Todos los presentes rieron a pleno pulmón ante mis
del candidato rival, en mi opinión, tan bajo como el del adoquinado del casco
Bigardo, sólo que no lo podía decir por razones obvias). Mi vida había sido
187
ocasiones, hasta llegaba a creerme mis propios embustes a causa de la
naturalidad con la que los dejaba caer. Me estaba convirtiendo poco a poco
era porque también gozaba de ellos cuando yo era la víctima. En tanto que
los giros de guión. Esos momentos de placer sádico o masoquista, según uno
eran la sal de la vida, lo que nos hacía humanos. Yo disfrutaba por igual en
embuste para sentirme mejor persona y justificar, de este modo, una nueva
decir con todo esto es que nunca antes había disfrutado tanto con un trabajo.
Engañar me ponía, y cuanto más profundo era el engaño, más sinceras las
sonrisas de los del Partido Alfa, y más cordiales sus actitudes, más me
tentaba el pensamiento casi suicida de revelarles la verdad para ver que cara
ponían.
188
El ordenador estaba libre. Tomé asiento en el escritorio, abrí el Word, y
ambas cosas con idéntica frialdad, como si me hubieran templado los nervios
jornadas que harían de Los tres días del cóndor vividos por Robert Redford
189
15 DE MAYO
acudí. Y eso que cuando entré en la iglesia de San Pancracio, donde iba a
que en apenas media hora se iba a liar la de San Quintín en el templo, que
íbamos a salir de allí por patas, y que los responsables del conflicto iban a
al altísimo con el mismo discurso del día anterior sólo que adaptado a la
problemática del nuevo barrio. Es decir, que si la víspera todo iba de culpar a
pensé, era precisamente eso, que todos los caminos conducían a Roma y no
190
había que exprimirse demasiado la sesera para cautivar al personal. Edelmiro
había otro mensaje en las soflamas de Perlasca más que ése. Simple,
orina en la tercera edad, tenían más dominio de los recursos narrativos para
era que, pese a todo, había logrado reunir a bastante gente en comparación
leyendo la prensa del día. Entonces eché un vistazo al paisanaje que había
repartido por los bancos del templo y me dije que ninguna agencia de
191
espectacular, (los buenos castings se caracterizan por su exhaustividad, los
demasiado la vida, los ancianos presentes tenían unos rostros tan agrestes, e
impostada. Aquella gente había venido por su propia voluntad, tal vez
movidos por un impulso inconsciente, pero estaban allí porque querían. Uno
vociferando por todos lados, ellos vivían constreñidos por las circunstancias
192
sacaron de dudas. El de mayor envergadura de todos los seguidores del
una iglesia!
viejo que antes había llamado la atención del revolucionario corría a grandes
militantes del Partido Beta luchaban por detenerlo, pero hasta que aquel
insultos, banderas, botellas, y boinas volaban por todos los lados. Los viejos,
una resistencia salvaje a la invasión. Vi cómo uno de ellos hundía los dedos
193
entrepierna de un manifestante enmascarado, y cómo una mujer de
litúrgicos del templo para sus ataques; así, el cáliz pasó volando junto a mi
que Pelayo y yo teníamos por costumbre iniciar por los bares de la ciudad
cuando nos aburríamos y que tenían como único objetivo ensalzar el sentido
hombros, le expliqué por lo bajini que entre mis prioridades no figuraba liarme
a tortas por motivos políticos y me acuclillé con las manos sobre la cabeza.
La cosa funciono durante un rato… hasta que unos brazos peludos y fornidos
194
tú… me arrojó contra la pared, donde reboté tal cual un fardo de grasa de
trataba de un tipo de más de cien kilos de peso, casi dos metros de altura,
complexión maciza y rasgos prominentes. Sus cejas eran tan peludas que no
había separación entre ellas. Tenía el pelo rapado al cero, ojos de loco, y
exactamente igual que la última vez que lo había visto, más de dos años
por aquel entonces con el mismo mimo que nuestra escapada a Finlandia
tenía ante mí, emergió de entre las sombras y, al grito de “¡putos imperialistas
de mierda!”, nos propinó sin más explicaciones una brutal paliza. Nunca
pero todos los indicios apuntaban a que nos había confundido por
había decidido ajusticiarnos por los crímenes cometidos por Estados Unidos
195
a lo largo de su historia. Desde aquel día, hacíamos como José María Aznar
Empecé a sudar con fuerza. Si aquel tipo me había apaleado por utilizar un
idioma diferente al vernáculo tanto tiempo atrás, era bastante probable que
ahora, con la pinta de niño bien que lucía por culpa de Juanjo Calasanz, y
sacaba de aquel apuro nunca jamás le faltarían las velas a sus pies.
Te voy a destrozar dijo el tipo al tiempo que escupía un salivazo contra el
suelo. ¿No es eso lo que os gusta? ¿La mano dura? alzó la cachiporra.
punto de decir.
El gigantón pareció sorprenderse, pero sólo por un par de segundos, tras los
Ya, claro ironizó. ¡Ni siquiera tienes huevos de defender las ideas en
196
¿El Partido Alfa? repitió al cabo de un rato, con sorna. ¡Otros que tal
bailan!
espeso y dulzón. Salí como pude de la iglesia, a gatas, y, una vez fuera, me
para poner fin a su insurrección. El Partido Beta había logrado, contra todo
limitaba a un simple moretón en los riñones y algún que otro rasguño. Eso, en
cabeza, y los ojos a la virulé, era casi un milagro. San Pancracio no me había
alegando que él era la verdadera víctima. Pensé que había algo de razón en
sus palabras, pues el viejo le había atizado bien, pero de todas formas, se
había merecido todo eso y más, por gañán. No se podía ir por la vida
Perlasca, cubierto de polvo, le decía justo esa frase a uno de los policías que
197
lo habían rescatado, me entró un escalofrío. Acababa de ser político. Tanto o
camisa por fuera del pantalón a modo de exorcismo. Mis casi cinco dioptrías
Perlasca. Echaba espuma por la boca, gruñía como un jabalí herido y tenía
los ojos inyectados en sangre. Si nadie hacía algo para evitarlo, el candidato
del Partido Beta iba a recibir unos cuantos golpes. Y como el policía más
que Kevin Costner vuela a cámara lenta para interponerse entre una bala
mollera con tal fuerza la idea de que convertirse en un héroe era lo más
propio cuerpo. En concreto, con mis riñones. Luego volví a pensar, pero el
suelo presa de un dolor indescriptible era que había actuado como un idiota.
198
El propio Amadeo Perlasca me ayudó a levantarme toda vez los agentes
Él me miró de cabo a rabo con sus ojillos hundidos, como si acabara de ver a
Creo que ya se lo dije ayer, pero ojalá todos los jóvenes se parecieran a
congelado de tal forma entre los labios que apenas pude contestar al
candidato.
tenía entre sus manos la vara de iridio y platino con la que Amadeo Perlasca
199
medía a su votante ideal: Juanjo Calasanz, una parodia en origen devenida
de pronto en modelo.
Si, como repetía una y otra vez Spiderman, todo gran poder conllevaba una
gran responsabilidad, era evidente que más tarde o más temprano alguien
iba a descubrir que bajo la piel del supuesto héroe habitaba en realidad un
200
16 DE MAYO
Llevaba tan sólo tres días ejerciendo de espía y ya comenzaba a tener serios
problemas para dirimir cuál de mis identidades era la verdadera y cuál no.
Por las mañanas, iba a la sede del Partido Alfa, compilaba datos sobre el
¿Quién era yo realmente? ¿Un traidor al Partido Alfa? ¿Un traidor al Partido
Partido Beta; luego, era el Partido Beta el que me resultaba más vomitivo, y
Había leído tiempo atrás, en la sección de noticias ridículas del periódico (ya
saben, “muere un policía tras jactarse de ser inmune a las balas”, “los
201
batalla de Waterloo habían descubierto en una vivienda cercana al campo de
tiempo.
Mi agenda para el día dieciséis de mayo incluía una nueva visita a un mitin.
Todavía me dolían los riñones del anterior, así que esta vez decidí ir armado
con un cúter por si las moscas. Se me ocurrió también que sería una buena
La idea parecía bastante buena sobre el papel, pero había un grave escollo
mitin de Amadeo Perlasca. Aquello era lo malo de que tus amigos, familiares
a los vendedores de humo, ¡con lo mucho que tenían que aprender de ellos!
travesti llamado Deborah Pollas que me debía un favor (no diré cuál), con
202
soborno con videojuegos de una manera harto heroica. Cuando ya apenas
novia, pero luego parece ser que la tarta no cuajó (como tampoco terminaba
invitación, a cambio, eso sí, de que luego me fuera a tomar unas cañas con
El mitin del Partido Beta estaba programado para las ocho y media de la
ciudad. Había que ir en coche. Quedé con Hernán por teléfono a fin de que
con su novia lo rezagó y no pudo venir finalmente hasta las nueve menos
cuarto. Entre el tráfico, que tenía una densidad bastante alta debido a que
liarse cada dos por tres con las rotondas, los cruces, y los desvíos, llegamos
la plaza. Todo era silencio y desolación salvo por el rumor de los pasquines
sin vida que revoloteaban por el suelo. En los quince minutos siguientes,
ante la mención del Partido Beta, se puso a cantar la internacional con voz
203
éxito. Entonces Hernán me recomendó que consultara más tarde los
idea, así que regresamos a mi casa, serví un par de cervezas, preparé algo
dijo:
para luego brindar con él por el inicio de una larga noche de alcohol,
trescientos doce.
204
17 DE MAYO
CIZAÑA
con Hernán por los antros más infectos de la ciudad. Mi habitación olía a
su textura terrosa. Tenía la piel áspera como piedra pómez, hasta el punto de
que necesité casi media pastilla de jabón de algas del mar muerto, y una
contacto con el agua me sentó bien, pero ni con esas logré que mi sentido del
a su vez por una cadena de nervios con flojera en absoluto leales a su amo.
Los músculos que revestían mi caja torácica me dolían tanto que tenía miedo
205
embargo, aquel cuerpecillo inestable y débil, tenía que transportarme en
algo convincente para explicarles a mis jefes los motivos por los cuales no
había redactado ningún informe sobre el mitin de sus rivales el día anterior o
Rana era el único jefazo presente, aunque parecía tener la cabeza en otra
que yo tenía que decirle. Por ello, cuando me preguntó si había escrito ya el
informe del mitin y yo le respondí que todavía no, pero que estaría listo en un
periquete, no dijo nada más que un seco “bien”. Siempre y cuando el cuerpo
no me diera la espalda, era posible que lograra salirme con la mía después
sobre la marcha las declaraciones de los miembros del Partido Beta, insultos
Así que el Partido Alfa tiene un gabinete de gobierno más inoperante que
sed, ¿eh? leyó Telma en voz alta parte de mi trabajo, este Amadeo esta
cada vez más ocurrente. Tendremos que responder con la artillería pesada.
206
Velasco… ¿Te encuentras bien?
en una verdulera, con todo el respeto para las verduleras, claro. Una
una respuesta!
En ese caso les aconsejo que ataquen por dos flancos dije para evitar
o de haber apoyado en el pasado el régimen franquista, por otro, tal vez les
responder.
discurso al alimón con su marido. El alcalde apareció poco más tarde, leyó mi
207
texto, y montó en cólera. Su enfado fue de tal calibre que la réplica
Asentí tímidamente, todavía sin creerme del todo mi propia suerte, y salí a la
calle. Me caí tres veces al suelo antes de llegar al bar más cercano. Allí pedí
marcaba tres euros con cincuenta cuando llegué a casa. Aquella cantidad,
llamé a la puerta de casa con los nudillos, y le pedí a mi padre que abonara el
importe. La cama me recibió con los brazos abiertos. En ellos me perdí por lo
208
18 DE MAYO
EL FACTOR LAPÓN
mi asistencia a los mítines del Partido Beta. De este modo, limité el trabajo
que no iban a ningún sitio, jugar a videojuegos, e ir al cine. Tan sólo de vez
en cuando tenía que interrumpir mi rutina para cumplir con mis obligaciones
como topo del Partido Beta, aunque a decir verdad, tampoco es que me
viviendo en España. Había entrado en contacto con los dirigentes del Partido
209
compañeros en la tediosa tarea de preparar correspondencia electoral para
su envío.
Desde el primer momento en que la vi supe que tenía que hablar con ella. Su
presencia en aquel piso no podía ser fortuita, sino que, por fuerza, tenía que
esta fe ciega en los hados fue que terminé mi trabajo de oficina mucho más
rápido que de costumbre. Con la excusa de que casi no había noticias que
evitarme el mal trago de tener que ejercer un trabajo por debajo de mis
grandilocuentes. Había un sitio libre justo al lado de Anuska, así que allí me
de medianoche, hasta cosas absurdas de las que ni ella misma tenía la más
remota idea, como el número de trofeos obtenidos por el atleta finés Paavo
210
a seguir en caso de quedarse atrapado por accidente en una sauna.
bien, que Finlandia no era el lugar idílico que nos pensábamos, que se
parecía más a las películas de estética feísta de Aki Kaurismäki que a las
ojos de los sobres, que se deslizaban entre nuestros dedos entristecidos con
renuencia. Pelayo incluso tuvo problemas para contener las lágrimas. Y creo
que fue precisamente ese detalle el que conmovió a Anuska hasta el punto
hija, Maya, que vive allí y os podrá aclarar cualquier duda in situ dijo
papel. Le caen muy bien los españoles, así que os recibirá sin problemas.
las rubias despampanantes que pululaban por las películas del destape y de
Creo que Anuska se dio cuenta de lo que estábamos pensando, por lo que
211
titubeó antes de darnos el papel, en medio de un silencio sepulcral. Nosotros
teníamos a su hija Maya para que respondiera con su dulce voz a todas
212
19 DE MAYO
DEUS EX MACHINA
carrillos sonrosados que allí nos aguardaba me impidió conciliar el sueño por
mismo atravesando en tren las zonas lacustres del país con música de
una sauna de uso individual al estilo de las que aparecían en los cómics de
mahonesa y salsa tártara, agarrándome una buena curda de vodka con los
fin, experiencias que en España sólo serían sueños inaprensibles. Allí nadie
213
empezar de cero. Si le echaba valor al asunto, también tendría la oportunidad
venderle los derechos sobre mi vida para que hiciera una de esas películas
Ardían las neuronas a causa del exceso de flujo sináptico. Los pensamientos
volví a la vida real, monopolizada por mis compromisos con el Partido Alfa.
Tras una ducha, un vaso de leche, una caminata más rápida que de
costumbre, y algún que otro traspié, llegué hasta la puerta del local electoral.
Todavía no había llegado ninguno de los jefes, de modo que todos los
bulto, pero yo insistí tanto que no le quedó más remedio que confesarme el
motivo de sus desvelos: una de las concejalas del Partido Alfa le había
cuestión se llamaba Marimar Riera, tenía cincuenta y dos años, dos hijos y
siquiera había visto nunca su foto en los periódicos, pero como me fiaba
214
bastante del gusto de mi amigo y, además sabía de buena tinta que era un
vicioso tamaño XXL, (significando las equis lo mismo que en los sex shops),
ochentero Nina Hartley, quién, a sus cuarenta y pico años de edad, seguía
morbo.
Tío, es que es muy golfa. Le entra a todo lo que se mueve. Incluso a Rana.
conmigo. Ayer me tocó el paquete, le dije que no, y a los cinco minutos me la
215
encuentro magreando con el Diego detrás de unos forillos. ¡Me hace sentir
Lo que te ocurre es que pretendes ser un romántico sin dejar de ser un
¡Ya lo sé, listo! Si te cuento esto es para que me des algún consejo, no
polla.
Viva la originalidad…
No, en serio, olvidas que aunque se trate de una golfa, esa tía es también
en el juego democrático. Sería una pena que a estas alturas te ocurriera algo
así…
tu virginidad política.
politizarme en caso de que haya fricción entre nosotros, ella también puede
favor.
216
Pelayo frunció el entrecejo y se rascó la perilla a fin de estimular al máximo
excelencia filosófica.
lo contrario, se descubriría.
Mi amigo irradió una sonrisa mastodóntica. Luego elevó una de sus manos y
que ella se pase por la piedra a todos los que pueda. Debes ser el último y
garantizarte nada.
comprensible dado lo mal que me había ido en la vida siguiendo mis propias
217
buenrollista. A veces me preguntaba dónde radicaba mi éxito, si en los
A fin de cuentas, sólo decía obviedades o frases lapidarias pero huecas del
estilo “si dudas de tu poder, le darás poder a tus dudas”. Lo que no se podía
negar en cualquier caso era que a Pelayo mis palabras le habían sentado
Picture Show, pues tan pronto como Nazareth abrió la puerta del local, subió
concejales, que tenían por costumbre retrasarse como mínimo media hora a
No había ni recolectado una sola noticia cuando noté que alguien me estaba
Su voz era menos fantasmagórica de lo esperado, pero aun así, aquel rostro
¿Y a qué viene eso ahora? le pregunté algo rudo, ya que, a decir verdad,
218
No sé, por hacer algo contestó encogiéndose de hombros.
Como tampoco tenía demasiada prisa, acepté. Ella se acercó hasta la mesa
sin que yo pudiera apreciar ningún tipo de movimiento bajo su falda, tomó mi
mano entre las suyas, que estaban gélidas, y al cabo de un rato dijo:
Has sido bendecido con un gran talento para la creación, pero eres muy
vago y dependiente, por lo que nunca llegarás a ganarte la vida con ello, sino
hizo una pausa para entrecerrar los ojos. Es posible que en algún
momento caigas en una fuerte depresión y tengas tus coqueteos con la idea
Soltó mi mano, que se desplomó sobre la mesa con un sonido sordo, enarcó
contrarreloj por etapas hacia la ruina total. Tuve que visitar una página web
relajarme.
minutos. Los saludé a todos afablemente y abrí la ventana del Word presto
para cortar y pegar noticias digitales. Rana se limitó a dedicarme una cara de
219
Telma y su marido me comentaron que, gracias a mis ideas, el discurso de
entonces, tenían los programas del corazón poblados por hordas de famosos
muy al día de lo que ocurría más allá de sus despachos, en esos sórdidos
deberían poseer, pero al fin y al cabo eran zombis sin voluntad, y, como tales,
no se les podía culpar de nada), así que recurrieron a mí, la voz de los
En los últimos años lo hemos intentado de todas las formas posibles, con
220
tenemos que decirles. En nuestra época eso no pasaba, la gente acudía a los
mítines sin que se les dijera nada, era una parte esencial de la vida
nuestras libertades! el flashback la dejó agotada, con una mueca entre
peste. Tú, que eres joven, ¿cómo crees que podemos solucionarlo?
así que adopté una actitud más circunspecta. No, en serio, si de verdad
quieren lavarles el coco a los jóvenes la expresión me salió del alma. Ni
siquiera me di cuenta de lo mal que había sonado, pero ellos la digirieron sin
mayor problema, sólo tienen una opción: fiesta con barra libre y pinchos sin
publicidad directa, sólo subliminal, y, a ser posible, que no cierre hasta las
siete de la mañana.
Habrá que ver lo que dice el alcalde dijo Montero. En cualquier caso,
221
¿Sin alcohol? protesté. Creía que lo que querían ustedes era captar al
alcohol le estaremos dando barra libre a Perlasca también para que nos
despelleje.
Partido Beta por donde más les duele: su falta de sintonía con la juventud.
acusarán el golpe.
Lo estudiaremos.
informe del mitin al que no había asistido el día anterior, me di cuenta de que
en una habilidad casi sobrehumana para catalizar todo cuanto tenía lugar, o
para el Partido Beta. Y lo más simpático del asunto era que, de entre todas
222
poco como a mí ambos partidos. Me había erigido en el rey de una patria que
realmente quería, ni mucho menos, por lo que había luchado tanto tiempo.
hacía sentir como un guiñapo repleto de goma dos. Por suerte para el
del erario público, a fin de prolongar mi agonía como creador frustrado hasta
respecta, me hubiera ahorrado bastante trabajo. Para bien o para mal, no fue
Por aquel tiempo aún desconocía el desenlace de la historia, pero algo, una
223
corazonada flatulenta muy, muy, dentro de mí, me sugería que, con
que, poco a poco, me había llevado a convertirme en lo que ahora era: una
224
20 DE MAYO
NOCHE DE FIESTA
Tantos días ausentándome de los mítines del Partido Beta terminaron por
adecuado para recibir con ardor los discursos de un partido con fama de
duda mis intereses como mercenario, pues hacía más fácil la tarea de pasar
interactuar con políticos después de los sucesos de los últimos días. Sólo
hice más que nada por educación, aunque en mi rostro tal vez se adivinaba
enardecido por el éxito, no se dio cuenta de ello, con lo que, tras abrazarme
con gran alegría, empezó a presentarme al resto de los miembros del partido,
expresión con una gran sonrisa, y todo lo que dijo a continuación para
225
introducirme en sociedad, mantuvo ese mismo tono laudatorio. El momento
exceso. Pasaron unos cuantos minutos antes de que me atreviera a decir que
Partido Alfa había organizado una cena para sus afiliados en el Palacio de
la publicidad no sería nada buena para ellos, habían optado por echar la casa
de que sería una buena oportunidad para manducar buenas viandas por la
unos minutos, pero, tal y como pintaban las cosas, con la plana mayor del
tomar unas copas, era probable que tardara bastante más tiempo en salir de
que tenía una importante cita romántica con una catequista polaca de buena
familia para lograr escabullirme finalmente. Pusieron, con todo, una condición
negro, con los cristales ahumados y tapicería de cuero, sin saber muy bien
qué destino indicarle al conductor. Decidí que lo mejor sería facilitarle una
226
por un asador castellano de alto copete, donde sólo iban los nuevos ricos, los
viejos ricos venidos a menos o los pobres que querían impresionar a sus
novias aun más pobres, a escaso medio kilómetro del sarao organizado por
el Partido Alfa. En cuanto salí del vehículo, hice como que entraba en el
también alguna que otra moto de esas de coleccionista (no olvidemos que la
aquello era una fiesta privada. Le respondí que aunque pudiera parecer un
227
Consúltelo con algún concejal, si no me cree dije.
Giró la cabeza hacia otro lado e hizo cómo si no hubiera escuchado nada en
absoluto.
puse de muy mal humor. Ya no era sólo que careciera de la importancia que
me había arrogado dentro del Partido Alfa, sino que tampoco valía para
pavonearme de ella sin tenerla, ¡con lo bien que se me habían dado hasta
Voy a echar una meada le dijo a uno de los custodios. ¡Que nadie me
moleste!
Pero, señor Rana, tiene usted servicios dentro del recinto se atrevió a
decirle.
228
desarrollan una aversión patológica a orinar en mingitorios de pared cuando
hay otros hombres delante. En ocasiones, según había leído en algún artículo
que al final me dejaron pasar. Si algo tenemos los españoles es que, con un
del planeta Tierra que, siempre y cuando tenga un buen repertorio de chistes
de leprosos o facilidad para proferir sandeces por vía oral, se le abren sin
chistes menos incorrectos como los del perro “Mistetas”, por ejemplo, lo cual,
mujer de aspecto pavisoso. Estuve a punto de decirle que saliera fuera sólo
para ver si aplicaba la misma sanción a su colega por orinar en la vía pública
tan habituales de la zona monumental. Como supuse que no, dejé correr el
enorme comedor. Había tanta gente que por un momento tuve miedo y pensé
229
entre la marabunta en más de cinco minutos de prospección. Comprendí, así,
que aquella gente sólo eran las bases del partido, los votantes, la masa
en todas las mesas del comedor. Para encontrarlos, aguardé en una esquina
a parir los unos a los otros en grupos de dos, apurando botellas de champán,
Caprio en Titanic cuando visita la cubierta de primera clase, aunque todo hay
que decirlo: el estómago me rugía con fuerza ante la mera visión de los
crustáceos.
230
Siguiendo un nuevo pasillo, todavía más largo que el anterior, llegué hasta
los fogones. No sabía por dónde continuar, así que le pregunté a una
camarera por mis compañeros. Ella puso de cara de pocos amigos y señaló
que deduje que se había vuelto a obsesionar con Marimar Riera, como más
de vino de mesa sin cuartel para impresionar a las chicas. Mari Pili no le
aquel jenízaro y se acercaba cada vez más a él, llegándolo a mirar con
devoción. Era un golpe demasiado duro para mi orgullo, de modo que tuve
Mari Pili, por otro, no tenía problema para introducir dos o tres en el mismo
minuto, con lo que ambos me distraían de mi cometido con tal fuerza que
231
acabé sufriendo un ataque de celos insoportable. Traté de refugiarme en la
comida, como tenía por costumbre siempre que me ponía nervioso, pero ya
vino bastó para darme cuenta de que tenía un importante poso peleón.
Aquello me hizo recordar la terrible resaca del día diecinueve, todavía muy
reciente, y decidí con acierto no transitar aquella noche por la senda del
chico de la mirada torva como su amigo me sacaban dos cabezas cada uno,
convenía ser precavido. La falta de alternativas, unido al miedo cada vez más
hora. Tiré de la cadena y al ver cómo mis heces desaparecían cañería abajo,
pensé que sería una buena idea emularlas y desaparecer también. Mari Pili lo
232
¿Qué coño haces? protesté mientras pugnaba por expulsar su lengua de
mi traquea.
supe qué me estaba dando más grima, si su lengua rasposa, sus dientes
amarillos, sus pechos con pelos en los pezones o el olor acre de sus axilas.
Traté de zafarme.
No seas tonto se resistió ella, retomando sus toqueteos. Sólo quiero
hacerte bien.
protesté yo.
quieto y en silencio.
Me incliné ligeramente, tratando de que los pechos y las mollas de Mari Pili
233
¡Joder si me pones! insistió Pelayo. ¡Me van a reventar los huevos!
¡No! ¡Todavía no! Hasta que me digas a quién vas a votar no dejaré que
me poseas.
que retozaba con Pelayo en el excusado contiguo era Marimar Riera, (y tenía
toda la pinta de que así era), Pelayo se encontraba en una situación muy
entrepierna. Eso, ponía en jaque mate el plan que habíamos diseñado el día
encantos.
Te votaría, nena… dijo con voz de actor porno recién salido de la fiesta
me va es el pucherazo…
agónico por parte de la edil. Me entró un ataque de risa tan grande que, esta
vez sí, Mari Pili perdió el equilibrio y se cayó de la taza. Pese a lo absurdo de
234
horteras. El corazón se me aceleró cuando los recién llegados entraron en el
¡Que más da! me susurró al oído antes de sorberme el pabellón auditivo
La dejé hacer. Si nos poníamos a discutir era posible que me quedará sin
conocer la identidad de los amantes. Además, tenía claro que, por mucho
como así ocurrió. Ése fue el instante que aproveché para subirme a la taza
torva, claro que yo había tenido varias asignaturas sobre percepción visual y
sabía cómo se las gastaba el cerebro para ver lo que quería (o no quería)
ver. Era imperativo contrastar la información, de modo que silbé. Cuando los
amantes elevaron la cabeza, sorprendidos, hicieron saltar por los aires toda
posible duda. Aparté a Mari Pili de un manotazo y salí del cuarto de baño a
enojado, dónde se había metido todo el mundo. Le dije que no tenía ni idea,
largo del arcén de la carretera. Estaba realmente abatido, tanto por la terrible
235
hecho la plana mayor de la formación durante la cena, como por el duro
carretera, pero, a pesar de los pesares, logré contener todas mis ansias,
comentar con toda la naturalidad del mundo que sus padres los llevaban de
toda mi vida lo más parecido a un mentor del lenocinio que pude encontrar
miraba, la desmadrada revista Gozo, me quedé con las ganas. Esas ganas,
236
con el tiempo, se convirtieron en temor y, en cuanto abrí la puerta del San
Pancracio y vi el percal, ese temor era ya canguelo del crónico. Parecía como
por su parte, no tenían nada que ver ni con las meretrices fellinianas ni con la
que los camioneros. No me arredré por nada de ello. Le dije al camarero que
quedé quieto a la espera de que alguna de ellas viniera hasta mí. Lo hizo una
mujer alta y desgarbada de aspecto ruso, con una media melena rubia que le
pregunté cuánto cobraba. Ella me dijo que sesenta euros la hora, pero que si
quería sexo anal la tarifa subiría setenta y cinco. Antes de asentir, revolví en
uno de ellos los dos billetes de cincuenta que Roscoe me había adelantado
muy estimulante la idea de irme de putas con el dinero del Partido Beta,
aunque no era tan iluso como para creer que me encontraba inaugurando
nada.
237
La chica me llevó a una especie de habitación donde había una cama con
desnuda a echarme una mano, en el sentido más literal del termino. No pude
años tenía y me dijo que dieciocho, pero algo me sugería que no estaba
siendo del todo sincera, tal vez su manera de eludirme la mirada. Las
comprendía las razones por las qué se me había ocurrido una idea tan
238
Déjalo musité acariciándole el pelo con ternura impostada, ya me voy.
239
21 DE MAYO
que lograra conservar mi puesto hasta ese bendito instante), y ya estaba más
que harto de tener que ganarme el pan con un trabajo tan absurdo y poco
los hilos que había tejido durante el ejercicio de mi trabajo, tirase de él, y
todos sus miembros se enfadaran mucho conmigo. Resistir no iba a ser tarea
volver a cogerlo con la boca sin que se me cayera al suelo, era de terminar
todo cuanto empezaba. Lo más inteligente, así las cosas, era pasar de todo,
Aquella mañana los dirigentes del Partido Alfa me lo pusieron fácil, ya que
apareció por allí, ya fuera por desidia, por resaca, o por chulería. Lo dejaron
240
despedía un olor a alcohol mezclado con tabaco bastante intenso pese a que
Pepe, que también tocado por las secuelas de la jarana, organizó como pudo
partido por las aldeas de los alrededores. El único que seguía por allí era
libre para hacer lo que me diera la real gana, sólo que no tenía ganas de
hacer nada en absoluto. Compilé los dosiers del día por pura rutina y redacté
el informe del mitin del día anterior, que nadie vino a recoger y
para ayudar a Germán en sus labores. Lo único que nos dijimos durante más
de tres horas fue “hola”, pero supe, tan pronto como me senté frente a él y
necesario que nos oliéramos el culo, al igual que los perros, para detectar
241
miradas y unas cuantas frases cargadas de subtexto. Esperé de todos modos
¿Es verdad que estás en las listas? le pregunté entonces, tratando de
Él retiro sus ojos de los sobres por un instante, los hendió en los míos,
Sí, es verdad.
A-ha…
nombre de todos los miembros del Partido Alfa concurrentes a las comicios.
número doce de la lista, claro que eso yo ya lo sabía desde hace tiempo.
Bueno, siempre podría pasarle algo a Rana dije sin mirarle directamente
242
imaginado que, en realidad, hubiera estado esperando desde hace tiempo la
pregunta, y, menos aun, que fuera a sincerarse tanto conmigo como lo hizo a
continuación.
No seas burdo me espetó. Existen otras formas más sutiles de hundir
a ese bastardo.
estaba embutido.
Observa bien.
¡Muy bueno, sí señor! exclamé entre carcajadas. ¿Las has hecho tú?
una impresora y un buen taco del mismo papel cutre que utilizan ellos
243
Comprendí de este modo que el cambiazo que acababa de presenciar
constituía tan sólo una parte infinitesimal del trabajo que el muy conspirador
había estado realizando toda la mañana y, casi con total probabilidad, buena
Él sonrió.
244
22 DE MAYO
HERALDOS DE LA MODERNIDAD
para ayudarle a ensobrar conseguí un golpe de efecto tan demoledor que los
gerifaltes del partido me recibieron, en cuanto entré por la puerta del local
atrapado en el despacho, según les dije, y prefería irme con Pepe a repartir
propaganda por las aldeas limítrofes, donde podría respirar aire fresco, estirar
las piernas y comulgar un rato con esa verde naturaleza de la que en realidad
nunca me había sentido parte. El día, con un sol radiante presidiendo el más
colmó todos mis deseos fue que ninguno de mis compañeros, a excepción de
las tropas en cuatro batallones por motivos logísticos: el primero, formado por
escenografía del último mitin, que el Partido Alfa había programado para el
245
donde militaban todas las chicas, estaba encargado de repartir una especie
por estar formado por un solo hombre, Germán, menos letal, tenía como
cometido preparar miles de votos para su envío inmediato por correo postal al
compuesto por el mismo periódico que las chicas difundían por la ciudad, un
bolígrafo, una pegatina, el sobre con el voto y el plato fuerte del surtido: un
bolígrafo, con indiferencia ante el sobre con el voto, pero con un pánico casi
principio me había parecido algo absurdo, pues era evidente que en aquellas
edad rondaba los setenta años y el aparato más sofisticado que conocían sus
246
pasó a parecerme de pronto una soberbia campaña de marketing agresivo. Si
había triunfado por todo lo alto: aquellas pobres gentes jamás olvidarían el
día en que dos tipos de la ciudad habían llegado al pueblo y les habían dado,
mismo modo que los protagonistas de la película Los dioses deben estar
locos, jamás olvidarían el día en que una botella de Coca Cola les había
llovido del cielo. Algunos nos lo hicieron saber velando la reliquia durante
manera nada metafórica, todo aquello quería decir que la distancia práctica
éste, habían crecido demasiado. Edelmiro Bigardo y los suyos buscaban ser
pensantes del Partido Alfa (y también las del Partido Beta, pues lo bueno de
247
deformación profesional, siendo fraternalmente iguales), habían sido unos
lado negativo de este lado positivo estaba en que siempre nos había costado
exclusivamente con citas latinas, incluso con Pepe, o que se nos diera por
jugar al zapatito inglés, sin mover las manos ni los pies, en mitad de un
campo de remolachas.
hacer esa vaca, no parecía una demanda demasiado exigente o una fórmula
248
solitaria abriéndose paso entre sus intestinos, contestarían, sin dudarlo, que
por compensación kármica por el amargo destino que solía aguardarles a las
age como ellos estaban capacitados para entender que, tanto las vacas como
todo por lo que merece la vida vivir, a través de contratos basura. Aquellos
¿Me estás hablando a mí, eh? ¿Me estás hablando a mí? le dije a la
todo ¿Me estás hablando a mí? Bien, yo soy el único que está aquí ahora
Por supuesto, la vaca ni se inmutó. Hasta ella sabía que a la gente como yo
249
22 DE MAYO
RELACIONES PÚBLICAS
campaña. Diego tenía que usar el ordenador para redactar el informe del
mitin al que había acudido la tarde anterior y, para agilizarlo todo un poco, le
de verme relegado a las labores de campo era que lo tenía bastante difícil
de sobres con votos a fin de que los repartiera por la ciudad, o lo que es lo
mismo, cierta independencia. Salí del local electoral con Pelayo, nos
llevamos a cabo ningún plan artero para aligerar peso o trabajo. Era
250
queríamos expulsar a Rana de su poltrona municipal, de modo que
extenuados, pero aún nos quedaba mucho trabajo, buena parte del mismo
físico. En primer lugar, Pepe nos encargó que vaciáramos el local de toda la
propaganda sobrante, con lo que nos pasamos las tres horas siguientes en
compañía del chico de la mirada torva, (más torva que nunca) y de Diego,
proceso que, lo que solía ser una vía de comunicación de doble carril, se
imprimir toda aquella basura que probablemente nadie leería y, sobre todo,
regocijo de todos sus fans. Recordé lo que solía decirme mi abuela durante
mi infancia acerca de que tirar el pan era pecado y tuve un ataque se sentido
jóvenes con barra libre de pinchos y alcohol que yo mismo le había sugerido
días atrás. Según parecía, al alcalde le había gustado la propuesta, así que el
251
partido se había rascado finalmente el bolsillo para alquilar la mayor
era del todo libre, sino que se necesitaba una invitación. A cada miembro del
cincuenta.
Tienes pinta de conocer bastante bien esta ciudad me dijo, repártelas
Cumplí con creces mi objetivo en menos de dos horas, sólo que de una
que estaban en contra de todos los partidos políticos, pero luego yo les
entre su clientela. Me dijo que sin problema, que él estaba de parte del
Partido Alfa. Miel sobre hojuelas. La fiesta podría resultar un fiasco o un éxito
252
rotundo. De lo que no tenía ni la más mínima duda era de que se llenaría, de
sede del partido. Pepe nos informó, una vez dentro, de que todavía quedaba
una última tarea por hacer antes de echar el cierre a la campaña: la pegada
número de carteles del candidato. El motivo de tanta prisa era que durante la
jornada de reflexión estaba prohibido hacer publicidad política, (por eso era
tanto, todos los partidos salían a la calle la víspera, armados con pósters y
cubos de pegamento de cola, para luchar con uñas y dientes por cada
esquina, cada muro y cada panel. A Pelayo, a Diego y a mí nos tocó defender
uno de los enclaves más céntricos de toda la ciudad, situado a las puertas de
pegada de carteles. Si veis que se puede montar algún lío, dejadlo correr. Al
fin y al cabo, cuatro carteles no van a darle el triunfo a nadie, pero por
supuesto, tampoco dejéis que os avasallen. ¡El pabellón del Partido Alfa debe
253
Hablaba como si aquello fuera una guerra, o al menos, una partida de Risk,
en lugar de una práctica ridícula de última hora. ¿Quién podría haber tan
cuadriculado como para tomarse aquello en serio? ¿Quién iba a excitarse por
una chorrada de tamaño calibre? Pues más gente de la que pensaba, como
había rastro de ningún partido rival por los alrededores, tan sólo viandantes
deseáramos con él. Diego propuso que dividiéramos el panel, de unos doce
buena idea, así que nos pusimos manos a la obra de inmediato, concluyendo
trabajábamos, habían llegado los del Partido Beta, que en absoluto parecían
gusto trabajar así, aunque, por otro lado, sentía algo de decepción dado que
254
decirle cuatro cosas al respecto. Y tanto Pelayo como Diego parecían pensar
exactamente lo mismo.
con el rodillo a modo de fusil, hasta plantarse justo frente a nosotros. Uno de
pegar carteles del Partido Delta (de importancia tan sólo un poco mayor que
de los nuestros a pesar de que todavía estaba libre más del setenta por
que estaba viendo. En parte, porque aquellos tipos parecían peligrosos, dado
arreó con el palo de su rodillo al que pegaba los carteles, mientras que con
255
¡Nos preocupamos por reservaros un espacio y nos pagáis tocándonos los
uno, así que tuve que intervenir para sujetar a uno de ellos. Con todo, se me
los trabajadores del Partido Beta para reducirlo. Pelayo y el otro energúmeno
que llovía sobre sus cabezas después de cada envite, reforzaba de manera
esos fachas de mierda también! señaló con su mano izquierda a los del
que los parió a todos? rugió Pelayo contraatacando con brío. ¡Yo sólo
impedírmelo!
¿Necesitas que te paguen para luchar por tus ideales? ironizó el barbudo
trabajado por esta campaña sin cobrar ni un duro! ¡Incluso he tenido que
256
el ataque Pelayo. ¡Lo que has hecho no está bien! ¡Ser un borrego
mormones qué majos son! ¡Ellos nunca pegarían sus carteles encima de los
míos!
replica. Los dos militantes del Partido Delta abandonaron las hostilidades, se
suelo, frustrado.
Al rato llegó un policía. Le contamos lo que había pasado, tomó nota de todo
cuidado y también desapareció. Pese a que ya eran más de las doce, Pelayo
pegó los carteles que nos habían sobrado por encima de los del Partido Delta
parecía que le hubieran extirpado un tumor de ocho kilos de tan aliviado que
supermercado barato.
Para muchos, la película había llegado a su fin, pero yo sabía que quedaban
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final. Sólo había que tener un poco más de paciencia, lo único que nos
258
24 DE MAYO
REFLEXIONANDO
teoría diseñado para que piense con detenimiento a qué partido votar. La
realidad, en cambio, estipula que si ese día existe es más bien para que los
políticos puedan descansar antes del gran día de los comicios, pues todo el
mundo sabe que los políticos se cansan con gran facilidad, y también que, si
votantes con respecto a legislatura anterior. Basta con haber tomado parte al
menos una vez en una discusión, para darse cuenta de que el ser humano
reflexión y el agua que rodeará su cuerpo siempre será misma. Por ello, a lo
259
tareas absurdas, era igual de vulgar, ramplón y anodino. Únicamente tenía
bien se percibía mucha reflexividad, (la gente no dejaba de pensar más que
última generación, pero al final, ¡hay que ver cómo son las cosas!,
personaje llamado “el arquitecto” eran más soporíferos que los de Amadeo
llegamos a terminar la película. Como patán que era y aún soy, me había
260
despropósitos retóricos. Era Nazareth, nuestra bat-señal. El Partido Alfa nos
Pelayo y yo salimos del cine a toda prisa, abucheados por la masa (que para
cuando se conocieron los resultados finales de las elecciones, dos días más
tarde, seguían poniendo cara de haber entendido algo a fin de evitar que sus
desconocida. Eran, junto a nosotros, los que iban a garantizar que la jornada
discurso ensayado mil veces el día anterior frente al espejo, (tal y como
indicaban los chistes de manual que soltaba cada dos párrafos y medio para
de que resultaba mucho más sencillo comprender por qué la mayor parte de
que por ahí les va a chorrear que todo aquello, de ahí que desconectáramos
261
como si hubiéramos quedado por Internet para comernos nuestros penes en
Si mañana os pasa cualquier cosa no quiero saber nada de vosotros dijo
advertencia ni nos afectó lo más mínimo ni nos hizo reflexionar más de lo que
la perfidia del resto de partidos lograra adulterar las elecciones. Eso era todo
lo que unos justicieros como nosotros, que habían visto todas las películas de
Charles Bronson, Steven Seagal, Chuck Norris y Jean Claude Van Damme
saber para impartir la ley, con lo que para hacer como que estábamos
262
25 DE MAYO
de los setenta euros que pagaba el Partido Alfa por trabajar como interventor
a sur servicio. Y más de uno. El primero de ellos era que había que
de las mesas electorales de nuestro barrio, de tal manera que todos nuestros
amigos, familiares y conocidos nos tomarían por seres políticos sin que
estábamos allí por gusto o fanatismo, sino por necesidad; y el tercero y tal
vez más grave de todos, que nadie en aquel lugar tenía el más mínimo
sentido del humor. El presidente, porque estaba que trinaba dado que le
habían fastidiado el fin de semana con la novia; los vocales, porque además
de que les habían fastidiado el fin de semana con sus respectivas parejas, ni
hastío durante toda la jornada; los interventores del resto de los partidos,
y lo único que quería era que la tercera edad dejara de preguntarle dónde se
votaba cuando tenían las urnas en frente de sus mismas narices; y los
que todos quienes les rodeaban podían ser en realidad enemigos políticos.
allí hasta las papeletas tenían los nervios a flor de piel. El ritual democrático
263
se había sacralizado tanto que, lejos de transmitir la idea de una celebración
elevado número de monjas que acudían a las urnas cada dos por tres, las
preguntar a qué partido debía votar (de hecho, cuándo me lo inquirió, todos
“échelo a cara cruz”, lo cual desató la ira del interventor del Partido Gamma,
una pareja de adolescentes, bajo los efectos de las drogas, casi con total
Alfa la noche anterior, entraran en el colegio electoral para leer en alto los
pies de foto de una revista pornográfica. Y eso que en todo el tiempo que
supuesto, de las que protagonizamos Pelayo y yo, tan sonadas que sería
casi seis años, circulan por la ciudad de boca en boca bajo la fórmula
inverosímiles.
264
La primera tuvo lugar más o menos a media mañana, cuando Amadeo
allí detrás con una enseña del Partido Alfa en la solapa. Todos los reporteros
candidato del Partido Beta se vio obligado a estrechar la mano de todos los
distancia. Era la única persona de todo el colegio, junto con Pelayo, que
en silencio como un mal bocadillo de tortilla. Finalmente, optó por esto último,
del Partido Alfa gesto de complicidad alguno. Le tenía reservado algo mejor
265
por unos segundos el conocimiento debido la falta de aire. De no ser porque
pasado nada.
electoral se puso en pie después de que las puertas del colegio se cerraran y
dijo:
en absoluto por ocultarlo, hasta que sólo quedamos nosotros dos por
pronunciarnos.
ajeno a que nuestros intereses no iban por ahí. Tuvimos que explicárselo.
Pelayo y yo nos miramos a los ojos. Ambos temíamos que existiera, algún
266
depositar un voto en la urna. Ni siquiera nos habíamos tomado la molestia de
consultarlo.
Eso ni lo sueñe dije con rotundidad a pesar del miedo que comenzaba a
nervioso, pues era evidente que él tampoco tenía ganas de líos. ¡Tenéis
En realidad no tienen por qué hacerlo habló el interventor del Partido
267
Que yo sepa vivimos en una democracia donde uno puede reservarse su
Los interventores de los dos partidos rivales suscribieron sus palabras con
asentimientos divertidos.
todos los medios de que nos sintiéramos unos hijos de perra desalmados por
bramó:
¡Ya está bien! ¡Si estos dos no quieren votar, que no voten! ¡Allá ellos con
De modo que, aunque nadie de los presentes tenía muy claro si aquello era
los miembros del Partido Alfa discurrió paralelo al orgullo que sentimos por la
268
firmeza inquebrantable de nuestros principios, algo de lo que no todos por allí
sus miradas cómo todas las piezas empezaban a encajar al fin para ellos: la
propaganda, la fiesta reventada esa misma noche por okupas, los informes
etc… Creían que nos estaban dando bien por atrás, pero en realidad, éramos
único que podían hacer era contar la historia a sus allegados para luego
volteado por completo, sino que había dos huevos podridos en ella. Nunca
proeza.
Ahora bien, el presidente estaba en lo cierto: aún quedaba mucho trabajo por
269
el segundo, el resultado cambió, pero tampoco hubo consenso, y en el
espectacular gracias a los votos de las monjas, (como eran las más
Partido Delta, el Partido Epsilon y las demás minorías. Ramón Taboada, con
con Pelayo a que los habían emitido la pareja de pornófilos drogados, pues
sólo alguien bajo los efectos de los estupefacientes podría gozar de una
garantía de futuro.
Con el cierre del recuento, concluyó de una vez por todas nuestro atribulado
reconocer que en el preciso momento en que los esfínteres del poder nos
270
otros mercenarios con solera como Conan el Bárbaro, el Equipo A, o el
271
EPÍLOGO
fue muy diferente del escrutinio global del municipio. Todo lo que habíamos
desplegada por la formación, sólo había servido para esquilmar un poco más
muertos, pues como entre los cuatro años que mediaban entre la legislatura
mejor vida tanta gente como en las anteriores, y la mayoría de los jóvenes
272
contrario, sí votaba, o, lo que es lo mismo, de una elite, en el sentido menos
exigente de la palabra.
Ésa era la coartada moralista mediante la cual todos aquellos que poseían
malestar, pero tampoco más que cuando un telediario se hacía eco de alguna
alucinante veleidad del sistema judicial. Por otro lado, el mero hecho de que
teorías sobre lo mal que funcionaba la democracia. Nos sentó bastante peor
273
maquinaría de su propio partido, mucho más poderosa que él, terminó por
Las malas lenguas dicen que entre venta y venta de kits de costura, planea
Edelmiro Bigardo, con el apoyo del Partido Gamma, fue reelegido alcalde de
corporación municipal, tuvieron más que ver con cambios de poltrona que de
personas, como si el alcalde hubiera llenado un bombo con una bola por
repartirlas entre los presentes. En aquel proceso con tantos puntos en común
menos. Se podía entrar en la terna sin haber leído un libro en la vida y acabar
los creadores de Pin y Pon hubieran dejado las granjas y las casitas para
Amadeo Perlasca, por su parte, no tuvo más remedio que retirarse de la vida
274
cómo “¿cúal es su comida favorita?”, o “¿qué es lo que le gusta más de la
tórtolas con horca, una tradición, todo hay que decirlo, que se perdería de no
ser por gente como él. Su compañero Roscoe, por el contrario, inició una
maquinación, lo convirtió enseguida en uno de esos tipos que cae bien a todo
como las habíamos planeado. En primer lugar, porque el país que teníamos
en mente no existía en realidad (tal y como nos había advertido Anuska, tenía
Kaurismäki, que con el edén), en segundo lugar, porque ni Maya tenía los
que habíamos acumulado tras tantos días de explotación no nos llegó ni para
nuestra competencia.
275
Lo único que no defraudó fue el sol de medianoche, pero lejos de ser algo
insomnes que iban dando tumbos por las horribles barriadas de estética
postcomunista de la ciudad.
La decepción general alcanzó unas cotas tan elevadas que al final acabamos
quedarnos sin nadie con quien hablar, aunque los tensos silencios, las
mes mucho más de lo que lo había hecho en los años anteriores, pasando de
los bares donde nos encontrábamos. Ninguno de los dos podía perdonarle al
otro que la mayor aventura de nuestras vidas hubiera sido una mera
concatenación de días en los que nunca pasaba nada, lo cual dolía, si cabe
más, al tener tan cerca una campaña electoral donde, sin que apenas nos
que con un viaje de más de un mes por Escandinavia. Frustrante a la par que
innegable: mientras que por Laponia adelante tan sólo había aprendido que a
y los suyos había aprendido tantas cosas que necesitaría un bolso como el
276
Ellos eran mi mili. Gracias a su providencial irrupción, había pasado de ser un
así a las puertas del triunfo, como Germán), sólo tiro basura por doquier, sin
separarla, y gasto cuantos más litros de agua mejor para acelerar el fin de los
días. Si en el ínterin que nos separa del apocalipsis, algún día me aburro
demasiado, tal vez forme un partido político en consonancia con estas ideas.
Blackwar sería un buen nombre, más que nada por fastidiar a Greenpeace,
que ya está bien de que siempre sean ellos los que den la lata. Y sí, lo sé,
entonces, creo que haré mejor retirándome del mundanal ruido. Aunque ya
para que al día siguiente lo convoquen por correo certificado como presidente
de mesa electoral, pues como dijo alguna vez algún sabio, “en un mundo
277
donde la política ni duerme ni deja dormir, ni siquiera quienes duermen con
278
ÍNDICE
Encrucijada ……………………………………………………………………85
Ascenso ……………………………………………………………………..123
Infiltrado ……………………………………………………………………..140
Cizaña ……………………………………………………………………..…212
279
Reflexionando ……………………………………………………………… 267
280