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Pornografía y educación sexual

¿Que hay detrás de la pornografía? ¿Depravación, desviación, vicio, violencia,


delincuencia, o quizá erotismo, diversión, variantes sexuales e incluso educación
sexual? Lo único que podemos afirmar sin temor a equivocarnos es que hay ganancias
millonarias, exorbitantes 1 y que su consumo alcanza proporciones muy considerables 2 .
Creo que esto nos deja clara una cuestión muchas veces obviada y para muchos
desagradable: la pornografía es un fenómeno social de gran magnitud y como tal digno
de atención desde las ciencias sociales, aún cuando sea difícil de admitir para algunos,
el problema más engorroso empieza a la hora de tomar posiciones y actuar, de alguna
manera, al respecto.

Teniendo en cuenta que en nuestro país la pornografía está penada por a ley, que
toda actividad relacionada con ella, ya sea consumo o producción, se realiza en un plano
clandestino, que el consumo está además limitado por el bastante poco acceso a los
medios de comunicación extranjeros, y que, en parte por esto y por otras razones quizá
de corte ideológico y moral el fenómeno no ha tenido un seguimiento público ni ha sido
un tema de debate para las ciencias sociales, se nos hace muy difícil calcular sus
dimensiones reales dentro de la sociedad cubana. Sin embargo dudo que sea un
fenómeno desconocido para la mayoría de nosotros, sobre todo si somos de sexo
masculino, por lo menos algún contacto directo debemos de haber tenido con la
pornografía, ya sea a través de revistas impresas, video casetes o materiales en formato
digital, pues la pornografía parece tener una propiedad especial para propagarse de
mano en mano y estar disponibles sin mucho trabajo, para quien la quiera adquirir.

Quizá sea importante ahora tratar de responder la siguiente pregunta ¿qué es la


pornografía? Salvo casos excepcionales todos podemos identificar una manifestación
pornográfica, pero posiblemente no nos sea fácil definirla teóricamente. La palabra
pornografía, etimológicamente está formada por los términos porne ‘ramera’ y grapho
‘yo describo’ y se refiere a los dibujos y escritos sobre prostitutas, por supuesto la
significación o las significaciones actuales difieren mucho de su origen etimológico.
Obviaré las diferentes definiciones de los autores que la han tratado, sobre todo por un
problema de espacio, me limitaré a decir que son muchas y muy variadas y que buena
parte de ellas nos son casi inservibles pues están formuladas desde la decencia y ésta
suele ser muy militante y, en consecuencia, poco objetiva, solo daré algunos elementos
claves que sirvan para definirla sin tratar de agotar el tema:

1
Los ingresos de la industria de la pornografía a nivel mundial fueron de 97 mil millones de dólares en
2006, con China a la cabeza, seguida por Corea del Sur, Japón y Estados Unidos, de acuerdo con un
informe del grupo de investigación TopTenReviews.
2
Cada segundo se gastan poco más de tres mil dólares en pornografía en todo el planeta, y también cada
segundo 28.258 internautas ven material pornográfico en la red. Igualmente, cada segundo 372
internautas buscan ese material a través de palabras clave en los grandes buscadores de Internet.
-La pornografía tiene como fin provocar la excitación sexual, ya sea a través de
documentos gráficos, literarios, audiovisuales, etc.
-La pornografía, entre otras cosas, es una industria multimillonaria 3 , que vende
precisamente excitación sexual
-La pornografía es además un fenómeno en buena medida underground, tanto
desde el plano jurídico, pues es una industria en la cual una parte importante de la
actividad es realizada de forma ilegal, como desde los planos público, de las ciencias
sociales, familiar, etc., pues es un tema tabú, escasamente abordado y debatido.

En líneas generales y repito, sin tratar de agotar el tema, con los elementos
anteriores podríamos hacer una definición operacional y provisional de pornografía para
poder retomar la pregunta esbozada anteriormente ¿Qué posición debemos asumir ante
la pornografía?. Y para responder esto, que vendría siendo como el problema
fundamental de este trabajo, en mi opinión debemos empezar por preguntarnos: ¿Qué
motiva en las personas el consumo de pornografía?¿Acaso cumple alguna función social
importante además de enriquecer a un grupo de productores?. Mi respuesta tentativa es
si.

Si nos preguntamos las razones por las que consume pornografía un adulto,
quizá éstas estén ligadas principalmente 1) al enriquecimiento de las actividades
sexuales individuales (onanismo), 2) incluso de las mismas relaciones sexuales de
pareja.

Durante mucho tiempo, la moral cristiana, partió de que las relaciones sexuales
debían tener como función única la concepción, mientras que todo deseo carnal era
pecado. Siguiendo esta línea se llegó a penar con la hoguera la sodomía (aún dentro de
relaciones heterosexuales y matrimoniales), se asumió que las mujeres decentes y pías
no debían enseñar su cuerpo ni siquiera durante el acto sexual (para tal propósito se
concibieron ropas interiores para la ocasión que cubrían todo el cuerpo con un pequeño
orificio a la altura de los genitales) entre otras cosas y, lógicamente, el onanismo fue
catalogado de vicio. En la actualidad, existe consenso en que la actividad sexual tiene la
función de satisfacer las necesidades de placer sexual y que dichas necesidades no sólo
son legítimas, sino que su satisfacción influye en la estabilidad psicológica del
individuo, y teniendo en cuenta que en muchos casos y por diversas causas las
necesidades sexuales no pueden ser satisfechas en el marco de una relación entre dos
personas, el onanismo, como acto sexual individual, se vuelve legítimo, no sólo como
sucedáneo del acto sexual en pareja, sino también como variante que puede coexistir
con éste sin siquiera causarle perjuicio. La pornografía, que anteriormente dijimos que
proporcionaba excitación sexual, es un complemento lógico del onanismo,

Sin embargo es imposible pretender que la pornografía es un fenómeno


exclusivamente adulto, como lo hacen categorías como: revistas para adultos o AV
(adults videos). Una buena parte del consumo de ésta es realizado por menores de edad.
Sin duda, el desarrollo sexual (específicamente el deseo sexual), visto tanto desde un
punto de vista tanto psico- biológico como social, se alcanza en edades muy inferiores a

3
Según un informe de la Top ten review, en el 2006, sus ingresos fueron de 97 mil millones de dólares,
contando solo los 20 países mas industrializados, actualmente, ganancias superiores a las de todas las
grandes compañías de tecnología juntas, como Microsoft, Google, Amazon, eBay, Yahoo!, Apple, Netflix
y Earthlink3
lo que suele estar establecido (con diferencias según las culturas) como mayoría de
edad. Entonces, si admitimos que los menores de edad tienen necesidades sexuales a
satisfacer, hemos de pensar en cómo han de satisfacerlas, por supuesto, en caso de que
consideremos legítima su satisfacción. Si no nos adscribimos a la idea de que la
sexualidad tiene como único fin la reproducción, la represión de la satisfacción de los
deseos sexuales en la adolescencia e incluso en la niñez, sólo puede estar basada en
prejuicios culturales que tienden a relegar la sexualidad legítima a un único lugar: la
alcoba de los padres 4 .

Es necesario tener en cuenta que en estas edades la sexualidad y específicamente el


acto sexual requieren de ser aprendidos y aquí tenemos que remitirnos necesariamente a
la problemática de la educación sexual. Este tipo de educación, incorporada a sus
funciones de manera relativamente reciente por las instituciones mayoritariamente
encargadas de la educación en general como lo son la familia y el sistema escolar (en
los lugares en que ha sido incorporada) y que es todavía tema de discusión y de crítica
desde posiciones conservadoras, tiende a obviar las necesidades sexuales y formas de
satisfacción de éstas de los menores de edad y se concentra en descripciones académicas
del sexo en su aspecto biológico y en alguna medida social pero sobre todo enfocado a
la prevención de males sociales como enfermedades de transmisión sexual y embarazos
prematuros. Sin embargo, estas acciones educativas no contienen enseñanzas
relacionadas con el placer en el acto sexual, tanto desde un punto teórico como práctico;
no es extraño entonces que el aprendizaje relacionado con el placer sexual, las formas
de satisfacer las necesidades sexuales y las formas culturales del acto sexual, con sus
códigos, simbologías etc., sean aprendidos, un tanto de forma autodidacta, fuera del
marco de la educación sexual y, por consiguiente, del radio de acción de las
instituciones que la tienen como función. La pornografía, en cuanto asume la parte
carente de la enseñanza sexual realizada por las instituciones legítimamente encargadas
de ésta, adquiere un peso fundamental en la formación sexual del menor de edad.

Sin dudas decir que esto es legítimo puede parecer alarmante; pornografía es un
término demasiado desagradable para ser relacionado con la infancia, símbolo de
pureza, en un mundo que en buena medida sigue considerando el sexo como impuro y a
la pornografía como su más mezquino exponente. Sin embargo, a este presupuesto
cultural (o tabú) se suma otro mucho más objetivo: si la pornografía se ocupa de buena
parte de la educación sexual, esto significa que en buena medida ésta es realizada por un
mercado, semi legal y escasamente atendido por las ciencias sociales y la esfera pública,
o sea, una institución socialmente irresponsable por excelencia. En la consecución de
los objetivos de mercado, se echa mano de cualquier resorte psicológico para aumentar
el placer sexual ofrecido y no es extraño que estos sean violentos o lacerantes para una
de las partes.

La masculinidad en la pornografía

Aquí hay que introducir otra característica del fenómeno que tratamos y es,
específicamente, que su consumo es mayoritariamente masculino. Esto significa que en
sentido general, la socialización de la sexualidad masculina y la femenina son realizadas
por instituciones diferentes, con objetivos, metodologías y contenidos diferentes.

4
Michel focault Historia de la sexualidad pág 1
El hecho de que una institución irresponsable socialice la sexualidad, pero
además, que lo haga en un solo sexo, puede traer graves consecuencias a la hora de
poner en práctica dicha sexualidad, la incompatibilidad de códigos, simbologías y
concepciones generales sobre el acto sexual pueden dificultar gravemente la
comunicación dentro de una pareja heterosexual. Se nos impone, entonces, analizar el
tema desde una perspectiva de género; ¿qué masculinidad(es) y que femineidad(es) se
transmiten a través de los materiales pornográficos? es una pregunta que necesita
respuesta si pretendemos calcular sus efectos en la realidad.

La pornografía, como toda representación cultural, reproduce elementos de la


realidad cultural; no sería extraño que, tratando de las relaciones sexuales, reprodujera
la forma en que se dan las relaciones de género en la vida cotidiana.

El primer elemento que pone de manifiesto el tipo de relaciones de género que


se transmiten es la reproducción de la mujer como objeto de la relación sexual. Esto
deriva de manera natural del hecho de ser los hombres a quienes está dirigida la
producción pornográfica. El hecho de que el sujeto sea masculino significa que los
valores sexuales que se reproducen solamente responden a los intereses masculinos (que
como sabemos suelen ser patriarcales y estar en conflicto con los femeninos), y los
sujetos que se educan con el consumo de estos materiales pueden llegar a creerse únicos
sujetos de todo acto sexual que lleven a cabo. El llamado Main Stream 5 de la
pornografía, sobre la base de lo anteriormente dicho, reproduce una masculinidad
hegemónica desde la esfera de las relaciones sexuales íntimas y establece normas
relacionadas, por ejemplo, con la agresividad, la falta de manifestaciones de afecto, la
fortaleza física e incluso con actos de denigración de la mujer, mientras representa una
femineidad fruto de los deseos y la imaginación de ésta, con características como: la
pasividad, la belleza física, cierto gusto por el maltrato y sobre todo, una comunión total
con los deseos, formas de excitación y voluntad masculinas. Los individuos de sexo
masculino socializados y educados sexualmente de esta forma, despliegan una
sexualidad que, si bien no siempre es perjudicial para la mujer, por lo menos nunca la
tiene en cuenta en sus aspiraciones sexuales; si a esto le sumamos que la mujer no tiene
ninguna vía de adquisición de conocimiento y valores sexuales homóloga a la
pornografía para el sexo masculino, podemos suponer que parte importante de estos los
adquiere a través de los hombres (de hecho de quienes se espera sean expertos, guíen y
eduquen a la mujer).

La pornografía Bizarre

Sin embargo, la pornografía no es más que un fenómeno que funciona sobre la


base de relaciones mercantiles, específicamente vendiendo excitación sexual, y la
sexualidad es una práctica sumamente compleja y muchas veces en pugna con la moral
y la cultura dominantes. La pornografía, como cuya función principal no es transmitir
valores, adquiere entonces cierta independencia de las normas sociales referentes al
sexo y las relaciones de género; en la búsqueda de placer, se accionan resortes que no
responden a las concepciones dominantes y que son incluso catalogadas de antisociales.
Es así que, una vez fuera de las fronteras del Main Stream, seguir patrones de
masculinidad dominante se vuelve más complicado. El “Bizarre” término que agrupa las
manifestaciones más fuertes de la pornografía, como sadomasoquismo(S/M), orgías,

5
Literalmente “corriente principal”. Se refiere a la pornografía heterosexual estándar
gang-bang 6 , fist-fucking 7 , coprofilia 8 y en general, todo producto enfocado a públicos
parafílicos, suele no reproducir muchos de los códigos machistas que reproduce el Main
Stream. Aquí la excitación se consigue a espaldas de muchas normas, entre ellas las del
patriarcado.

El S/M, una temática bastante difundida en la actualidad, persigue la excitación


a través del dolor y la humillación, y el sujeto masculino los experimenta de la mano de
una mujer; los valores transmitidos son profundamente anti patriarcales.

Las propias orgías (cuando son entre varios hombres y una mujer) y las gang-
bang, aunque han sido identificadas como manifestaciones de violencia masculina,
también pueden entenderse como anti machistas; no solemos identificar como una
práctica patriarcal a la poliandria o a la candalagnia 9 y sin embargo tienen muchos
elementos en común con estas manifestaciones; de hecho, las situaciones perfectamente
contrarias (orgias entre un hombre y varias mujeres) son vistas como manifestaciones de
machismo.

A modo de conclusiones

Qué hacer entonces ante la pornografía se vuelve una cuestión complicada. Si


admitimos que cumple funciones importantes y de forma eficiente en la satisfacción de
las necesidades sexuales y en la educación sexual, reprimirla (en el caso hipotético de
que esto fuera posible) puede ser contraproducente. Específicamente en el caso de la
educación sexual de menores de edad equivaldría a negar la legitimidad del aprendizaje
relacionado con el placer sexual previo al comienzo de las relaciones sexuales coitales.
Si en cambio, logramos separarnos de los tabúes que envuelven el tema, podremos
discriminar qué exactamente es nocivo en la pornografía con el fin de darle un
tratamiento responsable a un fenómeno que, debido a su naturaleza, difícilmente
podremos combatir. Las ciencias sociales deben asumir este reto imposible para la
legislación, la sola inclusión del tema en su agenda de discusiones contribuiría a rescatar
de un mercado irresponsable socialmente a una parte importante de la educación y
práctica sexuales, para poder ir construyendo una cultura sexual justa que contemple,
entre otras cosas, la equidad de género.

6
“Follada en pandilla” encuentro entre una mujer y varios hombres, de cuatro en adelante, habitualmente
de ocho a diez.
7
“follar con el puño”. Consiste en introducir el puño por la vagina o el ano. Es una de las variantes más
duras dentro de la pornografía
8
Práctica poco común que consiste en la manipulación de heces en el acto sexual
9
Excitación producida por ver a la pareja copulando con otro individuo

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