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LA DOCTRINA DEL HOMBRE

INTRODUCCION

Hace tres mil años, el salmista le pregunta asombrado a Dios: “¿Qué es el hombre,
para que tengas de él memoria?” (Sal. 8:4). Después de todo el tiempo que ha
trascurrido, el hombre todavía sigue haciéndose la misma pregunta. Precisamente
por esta interrogante ha surgido la antropología.

La palabra antropología, se deriva de la palabra griega “αντροποσ”, que significa


“hombre” y la palabra griega “λογοσ”, que significa “tratado” o “estudio”. La
antropología es entonces, el estudio sistematizado del ser humano. El reto de la
antropología es llegar a conocer la esencia fundamental del ser humano.

El tema de la antropología es de una importancia trascendente, pues como lo ha


dicho el profesor Anthony Hoekema, “lo que uno piensa sobre los seres humanos
tiene un significado determinante para su programa de acción”. El teólogo James
Montgomery Boyce nos da 3 razones de por que es imprescindible el estudio del
hombre:

1- Una razón general: El hombre nos revela algo acerca de Dios. Aunque el
hombre y la mujer no adoren ni sirvan a Dios, lo que la naturaleza nos revela sobre
Dios aflora para confundir y condenar al hombre.
2- Una razón especifica: El hombre ha sido creado a imagen de Dios. La
humanidad nos revela aspectos sobre el ser divino que no podemos apreciar en
ninguna otra parte del orden creado, pero que deben ser considerados si hemos de
entender a Dios.
3- Una razón teológica: No es posible tener un conocimiento genuino sobre Dios
si este conocimiento no viene acompañado de un correspondiente conocimiento de
nosotros mismos. Como Calvino dice, existe una dependencia mutua entre nuestro
conocimiento de nosotros mismos y nuestro conocimiento de Dios. Tan pronto
como adquiero un conocimiento de mí como yo, tomo conciencia de que no soy
Dios; soy una criatura.

Las diversas soluciones antropológicas propuestas, desde que los pensadores


griegos trataron de dar respuesta a esta pregunta, configuran un amplio abanico
que va desde el más puro materialismo hasta el mas puro idealismo, cada una de
las cuales con implicaciones de mucho alcance para el pensamiento y la vida. Es
pertinente, sin embargo, revisar las últimas manifestaciones que se han venido
sucediendo desde la aparición de la filosofía existencialista hasta el momento
presente.
ANTROPOLOGIAS DEL SIGLO XX

Resulta difícil y arriesgado sintetizar en unas pocas líneas todo el complejo e


intrincado mundo de las antropologías actuales. No obstante, ante la necesidad de
ofrecer una visión en conjunto, se ha optado por resaltar las concepciones acerca
del ser humano que defienden las seis ideologías siguientes:

• Existencialismo
• Estructuralismo
• Neomarxismo
• Reduccionismo biologista
• Antropología cibernética

1- Antropología existencialista. Esta filosofía surgió en Europa en la primera


mitad del siglo XX. Su principal proponente fue Martín Heidegger. Este resaltó la
singularidad del hombre, es decir, el hombre “no solo es, sino que sabe que es, que
está allí”. El ser humano es un ser distinto a los animales porque es un ser
histórico. Es decir, un ente capaz de recordar el pasado y anticipar el futuro para
vivir en un presente razonado y con propósito

Esta antropología procura dejar muy en claro la oposición que existe entre sujeto y
objeto, entre hombre y cosa. Dice que la criatura humana es una realidad
consciente capaz de asumir la tarea de escudriñar el mundo que le rodea. Esta
considera la muerte como un problema, ya que se le da un enfoque especial a la
existencia humana, para ellos desde que se nace, ya se es suficientemente viejo
para morir. Heidegger propone correr hacia el encuentro de la muerte en vez de
huir constantemente de ella. El sentido último de la existencia es que el hombre
podría vencer el miedo al fin de sus días aprendiendo a “gustar” de la muerte
El existencialismo inicial que pretendía llevar el sujeto humano por encima de
todos los demás seres, acaba haciendo del hombre un individuo devaluado, del que
la nada constituye la esencia de su mismo ser.

2- Antropología estructuralista. Las ideologías estructuralistas parten de la base


de que solo existe un tipo de saber y un tipo de verdad, la que proporcionan las
ciencias experimentales. La única manera de adquirir conocimiento verdadero,
seria mediante la aplicación del método científico propio de las ciencias exactas.
Solo hay un tipo de realidad, aquella a la que tiene acceso las ciencias de la
naturaleza, o sea lo único verdadero seria lo que se puede medir, pesar, ponderar y
verificar.

La antropología estructural se opone a la existencialista y afirma que el ser


humano es únicamente una realidad objetiva, es decir, que el sujeto como ser
trascendente no existiría. El estructuralismo proclama la inexistencia del sujeto
humano: el hombre carece de alma, conciencia y espiritualidad.

Durante el siglo XIX, algunos filósofos pretendieron proclamar la muerte de Dios.


Al eliminar a Dios, también se eliminaría la criatura que es a su misma imagen. La
muerte del hombre equivale a su reducción a la pura animalidad. Ya no existirían
ni el bien ni el mal sino, solo estructuras que podrían funcionar mejor o peor.

La antropología que propone el estructuralismo es mas bien una desintegración del


concepto de persona humana, un autentico anti humanismo. Debería llamarse
“antropología”… de la palabra entropía significa aumento del grado de desorden,
porque con la muerte de Dios y la del hombre, la realidad entera se degradaría y
desintegraría.

3- Antropología Neomarxista. Es un regreso al humanismo porque concibe al


individuo humano como persona. Ve al hombre como un producto de la vida
social, dependiente de ella. Para esta filosofía, el hombre es una criatura y el
creador de la sociedad. Alfa y omega, su origen y su punto final.

El filósofo alemán Ernst Bloch, hace de la ideología marxista una religión que
salva al hombre. Piensa en el ser humano como Dios en potencia. Utiliza muchos
conceptos prestados de la Biblia y del Evangelio, pero no reconoce la existencia de
Dios, sino que se centra en el ser humano como única.

4- Antropología biologista. El hombre es reducido a un animal que ha tenido


éxito en la lucha por la existencia. Su inteligencia así como su capacidad para el
raciocinio, la abstracción o la palabra hablada, no son más que el producto de la
acumulación neuronal en el órgano del cerebro.

En esta filosofía, el hombre vuelve a ser considerado como cosa en vez de cómo
un sujeto. Quiere reducir lo humano a lo puramente zoológico, y lo biológico a lo
inorgánico.

5- Antropología conductista. Considera la conducta como el único objeto de la


psicología, mientras que la conciencia y sus procesos quedan excluidos de su
ámbito de estudio. Esta afirma que en el hombre no hay una realidad llamada
mente, ni tampoco procesos mentales que pudieran ser investigados, sino un
mecanismo de estimulo-respuesta. Skinner afirmó que lo mejor sería olvidar la
antigua creencia de que el hombre es un ser libre y responsable, ya que las
responsabilidades están determinadas por el ambiente.
6- Antropología cibernética. Los últimos intentos de la explicación de la realidad
humana, provienen de la nueva ciencia de los ordenadores. La mente equivale al
cerebro, la equiparación entre el hombre y la computadora. Algún día cualquier
conducta humana tendrá una explicación mecánica, por tanto, será imitada y
reproducida por ordenadores. No hay diferencias entre el hombre y una maquina.
El ser humano no es más que una fase en el proceso evolutivo hacia la aparición
de las máquinas pensantes o las futuras personas artificiales.

ANTROPOLOGIA CRISTIANA

La mayor parte de las antropologías anteriores, conducen a las mismas


conclusiones:

• La realidad humana no difiere cualitativamente del resto de la materia.


• Los conceptos de persona y libertad no significan nada.
• El hombre no es un fin en si mismo sino que es un medio para alcanzar otros
fines.
• El hombre es un simple valor relativo que puede ser utilizado según las
circunstancias para cualquier finalidad que se considere necesaria.
• El comportamiento humano y la propia historia no son más que el resultado de
las leyes biológicas y fisicoquímicas combinadas con el azar.

Pero ¿Qué enseña la Biblia sobre el ser humano?

1- La Biblia enseña que el hombre se es cualitativamente diferente y superior


al resto de la creación. Mientras muchos consideran al hombre como un
pequeño dios, otros lo consideran como un animal sofisticado. Pero la Biblia
tiene otra cosa que decirnos. Es cierto que el hombre tiene muchas cosas en común
con los animales: fue creado en los seis primeros días de la creación, fue formado
del polvo de la tierra, se alimentaba de hierbas verdes, se multiplica según su
especie, etc. En este sentido, la Biblia ve al hombre como un animal o criatura.
Pero por otro lado, La Biblia ve al hombre como superior a un animal. Esto queda
evidenciado por varias consideraciones:

- El hombre es la última de las creaciones, o su punto máximo.


- Dios manifiesta un interés especial en la creación del hombre. Cuando Dios crea
lo demás dice sencillamente: “sea”. Sin embargo, cuando forma al hombre dice
algo diferente: “Hagamos al hombre”.
- Génesis agrega un capitulo mas o suplementario para hablar sobre la creación del
hombre.
- Dios personalmente anima o da vida al cuerpo del hombre con su soplo de vida,
o cual no lo hace con los animales.
- Solo el hombre es creado a imagen y semejanza de Dios.
El relato creacional de Génesis se refiere claramente al ser humano como “imagen
de Dios”: “Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza”
(Gn. 1:26). Por ser imagen de Dios, el ser humano es una criatura singular y única,
dotada de un valor intrínseco y no relativo. El hombre trasciende al resto de la
creación porque fue hecho: “poco menor que los ángeles, Y lo coronaste de gloria
y de honra. Le hiciste señorear sobre las obras de tus manos; todo lo pusiste
debajo de sus pies” (Sal. 8:5-6).

2- La Biblia enseña que el hombre no es solo materia, sino también alma o


espíritu. La parte inmaterial del hombre es mencionada por Jesús en Mateo 10:28:
“Y no temáis a los que matan el cuerpo, mas el alma no pueden matar; temed
más bien a aquel que puede destruir el alma y el cuerpo en el infierno”. Es esa
parte espiritual la que distingue al hombre del resto de las criaturas y lo capacita
para reflexionar en su Creador, amarle, adorarle, servirle y entrar en un pacto con
El. Estas fueron las palabras de Maria en Lucas 1:46-47: “Entonces María dijo:
Engrandece mi alma al Señor; Y mi espíritu se regocija en Dios mi Salvador”.

3- La Biblia enseña que el hombre es tanto criatura como persona. Las


criaturas se caracterizan porque dependen por completo de Dios: “Tú solo eres
Jehová; tú hiciste los cielos, y los cielos de los cielos, con todo su ejército, la
tierra y todo lo que está en ella, los mares y todo lo que hay en ellos; y tú
vivificas todas estas cosas, y los ejércitos de los cielos te adoran” (Neh. 9:6). Los
seres humanos, dado que son criaturas de Dios, también dependen de El para
seguir existiendo: “Ni es honrado por manos de hombres, como si necesitase de
algo; pues él es quien da a todos vida y aliento y todas las cosas. Y de una sangre
ha hecho todo el linaje de los hombres, para que habiten sobre toda la faz de la
tierra; y les ha prefijado el orden de los tiempos, y los límites de su habitación;
para que busquen a Dios, si en alguna manera, palpando, puedan hallarle,
aunque ciertamente no está lejos de cada uno de nosotros. Porque en él vivimos,
y nos movemos, y somos; como algunos de vuestros propios poetas también han
dicho: Porque linaje suyo somos” (Hch. 17:25-28).

Por otro lado, el hombre también es persona. Ser persona significa tener una
especie de independencia, no absoluta sino relativa. Como diría Anthony
Hoekema, ser persona significa ser “una criatura de opciones”: “Escogeos hoy a
quién sirváis; si a los dioses a quienes sirvieron vuestros padres, cuando
estuvieron al otro lado del río, o a los dioses de los amorreos en cuya tierra
habitáis; pero yo y mi casa serviremos a Jehová” (Jos. 24:15). Vemos entonces
una especia de paradoja: el hombre como criatura depende totalmente de Dios y,
por otro lado, como persona es independiente, aunque de una manera relativa. A
esto Hoekema le ha llamado el misterio central del hombre. Negar cualquiera de
las dos partes seria un irrespeto a lo que la Biblia enseña, pues ella enseña tanto la
condición de criatura como la condición de persona.
Lo que sucede con las antropologías humanistas es que estas niegan uno de los dos
aspectos, específicamente el de la condición de criatura, por lo que ofrecen una
idea distorsionada del mismo, pues no lo ve como relacionado fundamentalmente
con Dios y como responsable ante El. Por otro lado, las antropologías
deterministas se olvidan del hombre como persona, por lo que lo ve como un robot
o marioneta.

El hecho entonces de que el hombre sea una persona creada tiene implicaciones
para otros aspectos de la teología. El hombre pudo caer en pecado precisamente
porque era una persona, capaz de escoger, incluso de escoger algo que seria
contrario a la voluntad de Dios. Pero aun cuando el hombre ha pecado y esta
destituido de la gloria de Dios, sigue dependiendo de Dios para su existencia.

El concepto del hombre como persona creada arroja luz también sobre la forma en
que Dios redime al hombre. Dado que el hombre ha caído en pecado, solo puede
ser redimido del mismo por la intervención soberana de Dios. Pero, el hecho de
que el hombre sea una persona implica que tiene una parte importante que
desempeñar en el proceso de ser redimido. Estos deben escoger con libertad, con
la fortaleza del Espíritu Santo, arrepentirse del pecado y creer en el Señor
Jesucristo.

Dado que el hombre es una criatura, debe entonces ser regenerado; por otro lado,
dado que es persona, también debe creer. Dios debe regenerar y el hombre debe
creer.

4- La Biblia enseña que el hombre es un fin en si mismo y nunca deberá


considerarse como medio. El hombre es un representante del Creador cuya
responsabilidad consistirá en señorear y gobernar la creación: “Y los bendijo Dios,
y les dijo: Fructificad y multiplicaos; llenad la tierra, y sojuzgadla, y señoread
en los peces del mar, en las aves de los cielos, y en todas las bestias que se
mueven sobre la tierra” (Gn. 1:28). Ahora bien, el hecho de que el hombre sea un
fin y no un medio, esto no significa que es el fin ultimo o principal del universo.
El fin principal de la existencia de todo el universo, incluida la vida humana, es la
glorificación del Creador: “Todos los llamados de mi nombre; para gloria mía los
he creado, los formé y los hice” (Isa. 43:7). Esto no quiere decir que Dios necesita
recibir gloria de sus criaturas, sino que la propia existencia de estas hace
manifiesta y destaca la gloria del poder y la sabiduría de Dios.

Así que, existe una relación estrecha entre el ser humano y su Creador. El hombre
fue creado para glorificar a Dios disfrutando de El para siempre. El tratar entonces
de separar la antropología de la teología trae como resultado confusión. La razón
por la cual, el hombre natural no ha podido dar en el blanco en cuanto a la
respuesta a la pregunta original de que es el hombre, es porque ha creado una
ruptura entre la antropología y la teología. Cuando la historia del hombre se
considera separada de la de Dios, entonces la respuesta a la pregunta nunca será
encontrada.
UNIDAD 1: LA CREACION DEL HOMBRE

1.1 LA CREACIÓN INICIAL DE ADÁN Y EVA

Una de las premisas básicas del concepto cristiano del hombre es la fe en Dios
como Creador, lo cual conduce a la idea de que la persona humana no existe en
forma autónoma o independiente, sino como criatura de Dios. : “y Dios creó al ser
humano” (Gn. 1:27).

1. Características generales de la creación inicial del hombre

a) El hombre es creado por un acto voluntario de Dios (v. 26). La parte más
llamativa es el verbo “hagamos”. En el original hebreo, la construcción gramatical
de ese verbo implica una obra voluntaria o deliberada; no se trata de un accidente
ni de un acto obligado o necesario en el Ser Divino. No se trata entonces de que El
nos necesitaba o se sentía solo.

¿Para que entonces no creó? Isaías 43:7 dice: “para gloria mía los he creado, los
formé y los hice”. A pesar de que El no nos necesitaba, sin embargo, nos hizo para
su gloria. Así dice uno de nuestros antiguos catecismos: ¿Cuál es el fin principal
del hombre? La respuesta dice: Glorificar a Dios disfrutando de El para siempre.
El hecho entonces de que la creación del hombre glorifica a Dios garantiza, como
lo ha señalado el teólogo Wayne Grudem, que nuestras vidas tienen un significado
real y son importantes para Dios.

b) El hombre es creado por un acto directo de Dios. Génesis nos dice que Dios
estuvo involucrado en toda la creación. Sobre todo, la participación de Dios es
enfatizada en la creación del hombre. Dios no ordenó el curso de la naturaleza de
modo que se produjera el hombre (evolucionismo), sino que El mismo creó al
hombre a su imagen y a su semejanza (2:7). Dios formó al hombre del polvo de la
tierra y sopló aliento de vida en sus narices. Dios no es un observador distante,
sino que íntimamente está involucrado en el proceso de la creación.

c) El hombre fue creado como un acto exclusivo de Dios. Cuando decimos que
la creación del hombre es un acto exclusivo de Dios, lo que queremos decir es que
solo Dios creó al hombre. Algunos dicen que cuando Dios dijo “hagamos al
hombre” está hablando a los ángeles y que estos tuvieron parte en la creación del
ser humano. Pero esta idea es improbable por tres razones:

1- No se mencionan los ángeles en todo el contexto de Génesis 1.


2- La Biblia no enseña por ningún sitio que el hombre haya sido hecho a imagen
de ángeles. El hombre es hecho solamente a imagen y semejanza de Dios.
3- La Biblia dice que la creación es acto exclusivo de Dios. Cualquier explicación
que ignora, niega o minimiza la actividad creativa de Dios, debe ser rechazada por
nosotros.

1.2 DESCRIPCIÓN DETALLADA DE LA CREACIÓN INICIAL DEL


HOMBRE

Génesis relata la creación desde dos puntos de vista. En el capítulo 1, verso 1,


hasta el capítulo 2, verso 3, se nos da una descripción de la creación general. Sin
embargo, desde el verso 4 del capitulo 2, se dos da un relato específicamente de lo
que pasó el sexto día de la creación, cuando fue hecho el hombre.

a. Dios crea al hombre

Génesis 2 comienza con una descripción del hombre y hace alusión al propósito
para el cual fue creado. La tierra se presentaba como algo incompleto en los versos
2 y 3, pues se necesitaba quien la trabajase. La frase clave esta en el verso 5: “No
había quien labrase la tierra”. Este verso expresa una necesidad. Vemos en esta
expresión cierto paralelismo con Génesis 1:2. En ambos casos se describe un
estado de necesidad, donde se requiere orden. En Génesis 1:2 Dios mismo pone el
orden, mientras que en Génesis 2 Dios crea al hombre para que complete su obra.
Dios usa entonces medios para acabar su creación (Gen. 1:28). Hemos sido
creados para completar la obra que Dios comenzó en la creación. El hecho de que
todo era bueno en gran manera no quita que los planes de Dios eran que la tierra
fuera aun mejor. El trabajo de Adán era hacer del Edén un mejor lugar. Es
consolador saber que Dios creó al hombre y le confió la obra de embellecer más la
creación; pero el hombre falló en esto. Dios quería que hiciéramos del mundo algo
mejor, pero lo hemos convertido un infierno sobre la tierra. Solo la obra de Cristo
puede llevar el mundo al propósito inicial para el cual fue hecho.

Dios formó al hombre del polvo de la tierra y sopló aliento de vida en sus narices.
La primera parte tiene que ver con el acto formativo de Dios. Así como los
animales, el hombre fue formado del polvo de la tierra. Por esta razón, el hombre
comparte ciertas características con los animales. De hecho, la ciencia ha
demostrado que la sustancia de nuestros cuerpos comparte los mismos elementos
del suelo. El nombre hebreo “Adam” (hombre) es semejante a “Adama” (suelo).
Cuando la Biblia dice que el hombre fue un ser viviente, usa la misma expresión
que se utiliza para los animales en Gn. 1:21, 24, 30. Esto nos muestra que no
somos pequeños dioses, sino criaturas.
La segunda parte tiene que ver con el acto de animación de Dios. La tercera
parte nos dice el resultado de esa animación: “El hombre fue un ser viviente”. Sólo
del hombre se dice que Dios sopló aliento de vida en sus narices. Esta expresión
resalta un interés especial de Dios por el hombre que no tenía con el resto de la
creación. Entonces el hombre es una criatura, pero una criatura especial.

b. Dios crea la mujer

La creación de la mujer comienza algo parecido a la creación del hombre: en un


estado incompleto (Génesis 1:18). Así como la tierra estaba incompleta sin un
hombre que la labrase, el hombre esta incompleto sin una mujer como ayuda
idónea: “Y dijo Jehová Dios: No es bueno que el hombre esté solo; le haré ayuda
idónea para él” (Gen. 2:18). Dios quiso hacer una compañera que encajara con las
necesidades del hombre. Para esto Dios hizo caer a Adán en un sueño profundo, le
extrajo una costilla y de la misma formó a la mujer.

El hecho de que Dios proveyera ayuda idónea para Adán nos muestra, al menos,
tres cosas importantes:

1- El hecho de que la mujer fue hecha como ayuda idónea para el hombre
implica que era el plan de Dios desde el principio que el hombre fuese
la cabeza de la mujer. Algunos son de la opinión de que la sumisión de
la mujer a su marido como cabeza es resultado de la caída. Pero la
realidad es que este fue el diseño de Dios desde el principio. El hecho de
que el hombre no fue creado por causa de la mujer, sino que la mujer
fue creada por causa del hombre (1 Cor. 11:9), nos muestra que en
cuanto al orden de autoridad, el hombre esta por encima. A esto se
refiere Pablo también en 1 Tim. 2:12-13 cuando dice: “Porque no
permito a la mujer enseñar, ni ejercer dominio sobre el hombre, sino
estar en silencio. Porque Adán fue formado primero, después Eva”.
Notemos que la sumisión de la mujer al marido no se basa en la caída ni
en algo cultural, sino en el orden de la creación.
2- El hecho de que la mujer fue creada como ayuda idónea para el hombre
implica que hay una igualdad de esencia, personalidad e importancia.
Que el hombre este por encima de la mujer en relación a la autoridad no
significa, sin embargo, que este por encima en relación a la esencia o
naturaleza. Como ella es formada del hombre, también es una
continuación de la creación y parte de la creación especial de Dios.
Ambos son entonces creación especial de Dios; ambos son según
Génesis 1, imagen de Dios.
3- El hecho de que la mujer fue creada como ayuda idónea para el hombre
implica que ella tiene diferencias con el hombre. El hombre fue creado
de la tierra para labrar la tierra, mientras que ella fue hecha del hombre
para ayudar al hombre. Ella posee cualidades que el hombre no posee
para complementar al hombre y viceversa. En este sentido, el hombre y
la mujer son, como diría John Mcarthur, “distintos por diseño”. Esta es
una base sólida para la diferencia de roles.

B. La Procreación Subsiguiente de la Raza Humana

Dios hace referencia a esta procreación en Génesis 1, cuando dice “fructificaos y


multiplicad”. Esta reproducción sucede, según nos enseña Génesis, por medio de
la interacción sexual (Gn. 4:1; 4:25; 5). Estos hijos, a su vez procrearon más hijos
generación por generación (Génesis 4:17-22; 5:5-22). Este argumento debe quitar
todo tipo de racismo. La idea de cierta superioridad de una raza sobre otra podría
hallar apoyo en la teoría de la evolución, pero no en la de la creación.

Como personas procreadas, ¿podemos hablar de nosotros como personas creadas


por Dios? Si. Esto se resalta en Génesis 4:1. Eva reconoció que su hijo Caín
provino de Dios. La Biblia enseña que Dios es el creador aun cuando hablamos de
procreación (Gn 6:6,7; Gen. 9:6; Job 33:4; Sal. 8:5; sal 100:3; Eclesiastés 12:1).
La Biblia enseña que Dios es el superintendente, por lo que controla la concepción
(Génesis 18:10-14; Jueces 13:3; 1 Samuel 1:9-10). Dios controla el proceso
prenatal (Job 10:9-11; Salmos 139:13-16). Dios determina también el día del
nacimiento (Isaías 66:9).

La Biblia enseña que “creador” implica Señor, por lo que el llamado a obedecer y
a adorar a Dios se basa en que El es el creador (Sal. 100:5). Dios no solo tenía el
derecho de esperar obediencia de Adán y Eva, sino también de todos sus
descendientes. Toda criatura racional le debe adoración a Dios. Eso fue lo que
Pablo dijo a los de Listra y Atenas (Hechos 14:15; 17:24-25).

1.3 LA ANTIGÜEDAD DE LA RAZA HUMANA

a) El Cuestionamiento Moderno de la Cronología Bíblica

La Biblia nos da cierta información cronológica que nos permite tener una idea del
tiempo de la raza humana. Por medio de las cronologías, se puede calcular el
tiempo aproximado de la creación del hombre.

La cronología Bíblica se basa en los siguientes pasos: Según 1 Reyes 6:1. el


templo de Salomón fue construido 480 años después del Éxodo, mientras que la
deportación de Israel a Babilonia tuvo lugar en el 406 años después de la
construcción del templo, es decir, 886 años después del Éxodo. Desde la entrada
de Jacob a Egipto hasta el Éxodo pasaron 430 años. Desde Abraham hasta que
Jacob entró a Egipto pasaron 290 años. Desde el diluvio hasta Abraham
concurrieron 1172 años. Finalmente, desde la creación al diluvio concurrieron
1656 años aproximadamente. En el siguiente cuadro tenemos una comparación de
la cronología usada con la cronología de Ussher:

Cronología González Cronología de Ussher


Evento año Fecha año Fecha
Templo de Salomón 966 a.C. 1012 a.C.
Éxodo de Egipto 480 años 1446 a.C. 479 años 1491 a.C.
Jacob entra a Egipto 430 años 1876 a.C. 215 años 1706 a.C.
Jacob a Abraham 290 años 2166 a.C. 289 años 1995 a.C.
Abraham a Diluvio 1172 años 3338 a.C. 358 años 2353 a.C.
Diluvio a creación 1656 años 4994 a.C. 1651 años 4004 a.C.

Podemos estimar la historia desde Adán en unos 6000-8000 años


Nota: Ussher usó el texto masorético como referencia.

El cuestionamiento es este: ¿Es la evidencia provista por la cronología Bíblica


exacta o aproximada?

B. Un Enfoque Sensible a la Cronología Bíblica

Dos consideraciones introductorias:


a) No hay evidencia Bíblica ni científica para creer que el mundo tiene millones de
años.
b) La cronología Bíblica es útil para darnos un estimado de la edad de la creación.

1. Las cronologías de Génesis 5 & 11 son cronológicas en carácter.


Las genealogías de Génesis 5 y 11 son muy diferentes que las demás, pues
incluyen la edad del padre cuando tuvo al hijo y el total de años que vivió. ¿Por
qué el autor de Génesis incluiría el total exacto de años de cada persona? El
propósito de las genealogías también es cronológico.

2. No hay evidencia de omisiones intencionales en las cronologías de Génesis 5


& 11.

• Cuando comparamos estas genealogías con otras de las Escrituras


encontraremos una sola omisión (Cainan, el hijo de Arfasat), mencionado
en Lucas. Este personaje no es mencionado en Génesis 11:12. Pero cuando
consideramos en texto en la Septuaginta, el nombre si esta incluido.
Aparentemente, Lucas se guió de la Septuaginta o si no, por lo menos del
texto hebreo de donde salio la Septuaginta. Esta es la única omisión y al
parecer es un error de escriba.
• Además, las genealogías esta uniendo padre con hijo, no al padre con sus
descendientes. La construcción hebrea favorece una relación padre-hijo. La
palabra que traducimos como “engendro” representa que el acto de
engendrar ocurre en el momento mencionado. Cuando la genealogía dice X
engendra a Y, la implicación de la construcción hebrea es que Y es
engendrado por X. Otro argumento es que la genealogía agrega que la
persona engendro hijos e hijas.
• Génesis nos dice que Adán engendro a Set cuando tenia 130 años.
• Si vamos al final de la genealogía, vemos que Lamec engendro un hijo y lo
llamo Noé. Noé fue un hijo directo, el cual fue nombrado por su propio
padre.
• Según Judas, Enoc fue el séptimo desde Adán. Cuando contamos los
nombres en Génesis 5, Enoc es exactamente el séptimo.

3. Aun cuando las variantes textuales genuinas no nos permiten un cálculo


preciso, sin embargo, estas no descartan la posibilidad de un estimado
aproximado. Cuando comparamos el TEXTO MASORETICO con el
PENTATEUCO SAMARITANO y la SEPTUAGINTA GRIEGA, descubrimos
variaciones significativas en la edad de cada individuo:

Genealogía de Génesis 5

Nombres TM PS LXX
1. Adán 130 130 230
2. Set 105 105 205
3. Enos 90 90 190
4. Cainan 70 70 170
5. Mahalaleel 65 65 165
6. Jared 162 62 162
7. Enoc 65 65 165
8. Matusalén 187 67 167
9. Lamec 182 53 188
10. Noe 500 500 500
11. Diluvio 100 100 100
Total 1656 1307 2242

Nota: Noe tenía 600 años cuando comenzó el diluvio


Genealogía de Génesis 11

Nombres TM PS LXX
Sem 2 2 2
Arfaxard 35 135 135
Cainan 130 130 130
Sala 30 130 130
Heber 34 134 134
Peleg 30 130 130
Reu 32 132 132
Serug 30 130 130
Nacor 29 79 179
Taré 70 70 70
Llamado de Abram 75 75 75
Total 367 1017 1247

4. No parece posible poder armonizar la cronología bíblica con un millón de


años de historia humana.

2.4 APLICACIONES DE CONCLUSIÓN

1- Una vez más, no debemos permitir que la ciencia humana sea la autoridad final
para interpretar la Biblia.

2- Debemos ser cuidadosos que nuestra interpretación de las Escrituras no esté


motivada principalmente por un deseo de agradar a los hombres sino por un deseo
por agradar a Dios. (Marcos 1:15) (1 Tesalonicenses 2:4)
UNIDAD 2: EL HOMBRE CREADO A IMAGEN DE DIOS

Resulta claro que, según las Escrituras, el hombre fue creado a imagen de Dios.
También se ve con claridad que, a diferencia de otras criaturas, el hombre ha sido
hecho a imagen de Dios. Lo que no esta tan claro, sin embargo, es la respuesta a la
pregunta ¿en que consiste la imagen de Dios? De hecho, esta pregunta nos lleva,
como lo ha expresado Antonhy Hoekema, a tres preguntas mas: ¿Qué efecto tuvo
la caída en la imagen de Dios en e hombre? ¿Cómo afecta a la imagen de Dios la
renovación moral y espiritual del hombre en el proceso de redención? ¿Cuál es el
destino final de la imagen de Dios en el hombre para la vida venidera?

Para dar respuesta a la pregunta inicial de la definición Bíblica de la imagen de


Dios en el hombre, son muchas las respuestas que se han sugerido a lo largo de la
historia de la iglesia cristiana. En general, casi todas las opiniones al respecto
entran en uno de tres grupos, los cuales han de ser descritos en el siguiente punto.

2.1. LA IDENTIDAD DEL HOMBRE COMO LA “IMAGEN DE DIOS”

A. Un Sondeo de los Puntos de Vista Comunes

3 puntos de vista:

1. El punto de vista constitutivo

Según este punto de vista, la imagen de Dios en el hombre debe ser definida en
relación a lo que el hombre es. En otras palabras, la imagen de Dios en el hombre
se refiere a cualidades de Dios dentro del hombre, las cuales lo diferencian de los
animales, aunque no se estaba seguro de lo que lo diferenciaba. Los padres de la
iglesia hacían una distinción entre imagen y semejanza. Ellos entienden que
“imagen” hace referencia al raciocinio y libre voluntad. Por otro lado, ellos
entienden que cuando se habla de
“semejanza”, se refiere a semejanza de inocencia con Dios. Pero cuando el hombre
cayo, perdió la semejanza de Dios.

Los teólogos medievales continuaron con esta distinción, aunque algunos como
Tomas de Aquino comenzaron a definir la razón como una esencia real de lo que
es ser creado a imagen de Dios y que esta, no se vio afectada por la caída. El
problema de su definición de la imagen de Dios radica en que limita la imagen de
Dios a la capacidad intelectual del hombre, echando a un lado las facultades de los
afectos y la voluntad.
Los reformadores como Lutero y Calvino rechazaron esta distinción. Ellos más
bien enfatizaban el aspecto espiritual y moral de la imagen de Dios en el hombre.
Mientras Lutero identificaba la imagen y semejanza de Dios con la justicia
original que fue perdida en la caída, Calvino la identificaba con cualidades
espirituales y morales. Pero la opinión de Lutero parece sugerir que el hombre
perdió la imagen de Dios, pues el la identifica con la justicia original. Por otro
lado, Calvino no incluye las relaciones del hombre y su rol como mayordomo de
la creación dentro de esta imagen, aspectos que si parecen estar incluidos según
Génesis 1.

2. El punto de vista relacional

Diferente al punto de vista constitutivo, este punto de vista define la imagen de


Dios según lo que el hombre hace y no según lo que el hombre es, por lo que
imagen y semejanza son tratadas mas como verbos que como sustantivos. Según
este punto, se trata de la capacidad de tener relación con Dios (Kart Barth). Ellos
usan Génesis 1:27. Ser creado a imagen de Dios es crear para ser un ser social o
relacional. Otra base que usan son los dos grandes mandamientos: Amar a Dios
sobre todas las cosas y amar al prójimo como a uno mismo.

El problema con este punto de vista es que plantea que el hombre no necesita un
cambio de corazón, sino que necesita relacionarse más con los demás. Otra
problema que tiene este punto de vista cuando analizamos las implicaciones de la
misma es que no importa tanto lo que creamos acerca de Dios, sino de lo que
hagamos.

3. El punto de vista funcional

Según este punto de vista, la imagen de Dios se refiere al rol o función del hombre
en el mundo. Esta también considera que la imagen de Dios en el hombre tiene
que ver mas con lo que el hombre hace más bien que con lo que el hombre es.
Estos apelan a Génesis 1:28 para probar su punto, cuando allí se afirma que el
hombre fue mandado a señorear sobre la creación. Los proponentes de esta verdad
señalan también la literatura del medio oriente, la cual habla frecuentemente de
ciertos gobernadores que se consideraban como imagen de ciertas divinidades. La
idea es que gobernar o reinar es la esencia de la imagen. La imagen de Dios se
relaciona entonces con nuestra función en el mundo. Pero este punto de vista
limita a Dios a algo particular, y por si solo, este punto de vista no nos dice todo lo
que implica ser hechos a imagen y semejanza de Dios.

B. Hacia una Doctrina Bíblica de la Imagen de Dios


Cuando analizamos el concepto Bíblico de la imagen de Dios en el hombre,
notaremos que esta abarca al hombre en la totalidad de su ser, en la totalidad de
sus relaciones y en la totalidad de sus funciones como una replica visible y
representante de Dios en la tierra.

1. Los términos “imagen” y “semejanza” como son utilizados en la Biblia

a) Imagen: El termino “Imagen” en la Biblia es la traducción de la palabra hebrea


“tselem”. La palabra griega en el Nuevo testamento es “eikon”. El Antiguo
testamento usa el termino “tselem” para referirse a:

- Ídolos (Números 33:52)


- Imágenes (1 Samuel 6:5,11)
- Grandes estatuas (Daniel 3)
- Imagen pintada de 2 dimensiones (Ezequiel 23:14)

En el Nuevo Testamento se usa la palabra “eikon” para referirse a:

- Imagen esculpida en una moneda (Mateo 22:20)


- Ídolos (Romanos 1:23)
- Representación visible de la bestia (Apocalipsis 13).

La idea implicada en estas palabras es la de una imagen física en vez de una


imagen abstracta o imaginaria.

b) Semejanza: El termino “semejanza” es la traducción de la palabra hebrea


“demut”. En el Nuevo Testamento es la palabra “homoiosis”. El Antiguo
Testamento usa la palabra “demut” para referirse a:

- Semblanza o parecido físico y psicológico de un hijo con su padre (Génesis 5:3).


- Planos de construcción (2 reyes 16:10).
- Idea abstracta de parecido (Ezequiel 1).

En Nuevo Testamento usa el termino “homoiosis” una sola vez:

- Santiago 3:9 donde se afirma que el hombre fue hecho a semejanza de Dios.

Si la palabra imagen se refiere a una representación física, la palabra semejanza


tiende a referirse a cierto parecido. La definición seria una replica visible que
representa o tiene parecido a un original.

2- Los usos de estos términos en relación al hombre.


a) Los términos imagen y semejanza, cuando se aplican al hombre, se refieren a
una realidad y no a dos. Básicamente son sinónimos (Génesis 1:26; Génesis 5:3).
En estos textos, estas palabras son usadas de modo intercambiable. Por otro lado,
Santiago 3:9 dice que el hombre es hecho a semejanza de Dios como una palabra
genérica que cubre todo el significado.

b) La Biblia presenta al hombre como una imagen viva de Dios a diferencia de una
imagen muerta o inanimada. Génesis 2:7 nos habla de imágenes vivas, en
contraste a las imágenes presentadas en Salmo 115:3-7. Solo una imagen viva
puede representar la calidad de vida de Dios. Por esta razón es que Dios prohíbe
imágenes muertas, pues ellas no pueden representar la vida de Dios.

c) Los términos imagen y semejanza de Dios parecen referirse mas a lo que le


hombre es que a lo que el hombre porta. En otras palabras, no es que el hombre
posee la imagen de Dios, sino que el hombre es la imagen de Dios.

Argumentos que apoyan esta idea:

- Pablo habla del hombre como imagen de Dios (1 Cor. 11:7).


- Los escritores del Nuevo Testamento se refieren a Cristo como imagen del Dios
invisible y como la imagen o representación exacta de la substancia o naturaleza
de Dios (Colosenses 1:14; Hebreos 1:3). Ya que Cristo es el segundo Adán, es
correcto esperar un paralelo entre ambos.
- Si ser imagen de Dios es algo externo al hombre y el hombre ha sido creado para
que se relacione a esa imagen, entonces debemos preguntarnos si esa imagen es
masculina o femenina. Si es masculina, entonces no podemos decir que la mujer es
imagen de Dios.
- Dado que el concepto de imagen casi siempre tiene una connotación
tridimensional y de materia física, entonces sugerir que la imagen es algo externo
al hombre, es decir que hay algo material antes de la creación y esto no es
consistente con la doctrina de la espiritualidad de Dios. El hombre es la verdadera
imagen de Dios, no una mera copia de la verdadera imagen.

d) La imagen de Dios no puede ser limitada a un mero aspecto del hombre, sino
que se refiere a todo el hombre en términos de lo que es y lo que hace; en otras
palabras, la imagen de Dios incluye tanto aspectos estructurales como funcionales.
Como lo diría el teólogo Wayne Grudem, los términos originales para “imagen y
“semejanza” parecen sugerir que la imagen de Dios es el hombre tiene que ver con
todas las maneras en que el hombre es como Dios.

e) Los términos imagen y semejanza son características intrínsecas a la naturaleza


del hombre, así que podemos aplicarlas aun al hombre caído (Génesis 9:6; 1
Corintios 11:7; Santiago 3:9). Dios no puso condiciones para que el hombre fuese
su imagen. El creó al hombre a su imagen por diseño. Es decir, si dejamos de ser
imagen de Dios, dejamos de ser humanos. Génesis 9 expresa que la razón por la
cual es prohibido el asesinato es porque el hombre caído sigue siendo imagen de
Dios. Además, tanto Pablo como Santiago, en sus escritos, regulan la conducta
cristiana basados en que el hombre es imagen de Dios. El hecho de que el hombre
caído todavía es imagen de Dios, esto intensifica la depravación total, pues la
imagen de Dios ha sido distorsionada por nuestro pecado.

3- Maneras en las que el hombre si es imagen de Dios.

Se ha dicho que la imagen de Dios en el hombre tiene que ver con todas las
maneras en que el hombre es como Dios. La pregunta es entonces, ¿En que
maneras el hombre es como Dios o representa a Dios?

a) Toda la humanidad es como Dios en relación a su constitución. Esto se


refiere a lo que el hombre es o de lo que esta hecho. Hay muchas maneras en las
que el representa a Dios:

- El hombre, al igual que Dios, es un ser viviente, en contraste con ídolos muertos
(Sal, 115:3-8).
- El hombre, como Dios, es un ser personal (Conciencia propia, comunicación).
- El hombre, al igual que Dios, tiene capacidad intelectual, emocional y de
voluntad (facultades).
- El hombre, al igual que Dios, tiene capacidad estética.
- El hombre, al igual que Dios, tiene habilidad moral. El puede distinguir entre el
bien y el mal.

¿Como es el cuerpo del hombre imagen de Dios cuando Dios mismo es Espíritu?
Muchos por esta razón, no afirman que la imagen de Dios se refiere al cuerpo. Así
es como se limita la imagen de Dios al alma. Sin embargo, hay dos buenas razones
para ver que el cuerpo físico del hombre es parte de la imagen de Dios:

- Es el cuerpo del hombre lo que hace su representación de Dios algo concreto y


visible. El hombre es la imagen de Dios porque El es una replica tridimensional.
Por esta razón los ángeles no son imagen de Dios, sino seres espirituales.
- Las habilidades físicas y las acciones del cuerpo del hombre son análogas a las
acciones del cuerpo. Dios ve, habla, oye, piensa, siente, etc. Algunos teólogos
argumentan que los antropomorfismos reflejan sus limitaciones para representar lo
que Dios hace. Pero el hombre es una replica de Dios.
En estos sentidos, el cuerpo es intrínseco a la idea de la imagen de Dios. No hay
manera de representar la imagen espiritual de Dios a menos que no tengamos un
cuerpo.
b) Toda la humanidad es como Dios con respecto a sus relaciones a sus
semejantes (Génesis 1:27; Génesis 5:1-2). Al igual que su Creador, el ser humano
es un ser relacional. Génesis 1:27 dice: “Y creó Dios al hombre a su imagen, a
imagen de Dios lo creó; macho y hembra los creó”. Nótese que el hecho de que
Dios hiciese al hombre varón y hembra esta en intima conexión con el hecho de
ser creado a imagen de Dios. Así como los miembros de la Trinidad se
relacionaban eternamente entre Si, así Dios ha querido que el hombre sea un ser
relacional.

El profesor Anthony Hoekema, en su libro “creados a imagen de Dios”, ha


señalado basado en las Escrituras que Dios ha colocado al ser humano en una
relación triple: entre Dios y el hombre, entre el hombre y su prójimo, y entre el
hombre y la naturaleza.

1- Ser un ser humano es estar orientados hacia Dios. El hombre debe su existencia
a Dios, depende de Dios y es responsable ante el mismo. Esta es la primera y más
importante relación del hombre. Ser un ser humano en el sentido más verdadero,
significa amar a Dios por encima de todo, confiar en El y obedecerle. Agustín de
Hipona lo planteó así: “Tu (Dios) nos has creado para Ti, y nuestros corazones
están inquietos hasta que no encuentran descanso en Ti”.

2- Ser un ser humano es estar orientados hacia el prójimo. En el versículo 27 de


Génesis 1, se nos dice que Dios creó al hombre, “hombre y mujer los creó”. Aquí
hay algo más que una diferencia sexual. La persona humana no es un ser aislado
que es completo en si mismo, sino que es un ser que necesita la asociación con
otros.

a) El hombre esta incompleto sin la mujer y viceversa. Dios creo al hombre en una
relación varón y hembra. Estos pasajes parecen relacionar el concepto de imagen
de Dios con la relación hombre-mujer. ¿En cuales sentidos el matrimonio refleja a
Dios?

• Cuando un hombre y una mujer se unen en matrimonio, hay tanto


pluralidad como unidad. Son dos, pero a la vez son uno. Esto es lo que
vemos cuando Eva fue traída a Adán, ambos son llamados Adán (Gn. 5:2).
Esta unidad en la pluralidad en el matrimonio es un reflejo de la Trinidad
de la Deidad. Así como en el matrimonio son dos en uno, en la deidad
tenemos tres en uno. Son tres personas, pero una sola esencia divina.

Los padres de la iglesia interpretaban el “hagamos al hombre a nuestra imagen y a


nuestra semejanza” de Génesis 1:26 como una referencia a la Trinidad. Teólogos
modernos han objetado tal idea con el argumento de que esto es un reflejo del
politeísmo de los inicios en la historia de los hebreos. Pero esto es absurdo, pues el
mismo que escribió que Jehová es uno fue quien escribió el relato de la creación.
Otros opinan que se trata de ángeles. Esto es también defectuoso, pues no se
mencionan ángeles en el contexto. El hombre no es hecho a la imagen de ángeles
sino de Dios, a quien se le atribuye la creación de forma exclusiva.

Otros afirman que el término en plural hace referencia a la majestad de Dios. El


termino “Elohim” cuando se refiere a Dios va acompañado de un sustantivo
singular. Los hebreos utilizaban sustantivos en plural para referirse a asuntos muy
extensos. Pero hay un problema con esto: no existe un plural de majestad para los
verbos y los pronombres en hebreo.

Los padres de la iglesia no estaban muy lejos de la realidad. El término hace


referencia a la pluralidad en la unidad de Dios. No ha habido tiempo cuando Dios
ha estado solo, pues siempre ha existido una relación de unidad en Dios. Este
aspecto social del creador se refleja en su replica o imagen que El mismo creó.

• La unión matrimonial representa también la unión entre Dios y su pueblo,


tanto así, que en toda la historia de la redención, tanto en el Antiguo como
en el Nuevo Testamento, el pueblo de Dios es identificado y presentado
como la esposa de Cristo.

• Por otro lado, el hombre y la mujer también reflejan la imagen de Dios en


su relación como padres. La habilidad de Dios en crear a su propia imagen
se refleja en la habilidad de procrear (Hechos 17:28,29). La relación de
Dios se refleja también en la familia, la cual es la célula fundamental de la
sociedad.

b) El hombre no solo es incompleto sin la mujer y la mujer sin el hombre; el


hombre también es incompleto sin otros hombres y la mujer sin otras mujeres. El
ser humano necesita la asociación y estimulación de otros. Como lo ha expresado
Hoekema, “apartado del contacto y asociación con otros seres humanos, la persona
no puede desarrollar su condición de hombre o mujer normales”. Solo por medio
de contactos con otros, llegamos a saber quienes somos y cuales son nuestras
fortalezas y debilidades.

3- Ser un ser humano es estar orientados hacia la naturaleza. Génesis 1:26-28 no


solo describe al hombre como un ser que se relaciona con otras personas, sino
también como un ser que se relaciona con la naturaleza, teniendo dominio sobre
ella y sobre todo lo que en ella hay. Este concepto será más desarrollado en el
apartado c.
c) La humanidad es como Dios con respecto a su función y a los roles en el
mundo. Dios ha puesto al hombre como mayordomo o administrador de su
creación. Su deber es que en su gobierno refleje a Dios (Génesis 1:26). La
construcción hebrea sugiere una relación consecuencial entre “imagen de Dios” y
el señorear sobre la creación. Esta idea es luego enfatizada en el verso 28 de
Génesis 1. En este pasaje se utilizan dos palabras para describir la relación del
hombre con la naturaleza: “sojuzgar” y “señorear”. El Salmo 8:3-8 también es
importante en este aspecto funcional, pues identifica al hombre como virrey de la
creación.

¿Cómo el hombre logra cumplir con esta función de dominio? Esto no significa
que somos los jefes de los animales, pues según Génesis 1:28 incluye llenar y
sojuzgar la tierra por medio de la vocación. El termino sojuzgar es atraer al
gobierno de uno para servir. Dios señaló dos roles distintos para llevar a cabo en la
humanidad.

Roles del hombre en representación de Dios:

Aunque el hombre y la mujer tienen el mismo valor en esencia, Dios los creó
distintos para llevar diferentes roles: El hombre es el líder y la mujer es la ayuda.
La Biblia expresa que Dios hizo al hombre para labrar la tierra; por otro lado, Dios
hizo la mujer de la costilla del hombre para ser su ayuda. Esta distinción se refleja
en las funciones. Dios creó primero al hombre y le dio instrucciones sobre el edén
y sobre el árbol del conocimiento del bien y el mal. Luego creó la mujer y la trajo
al hombre. Este orden histórico de la creación es la base que usa Pablo en 1
Corintios y 1 Timoteo. Pablo habla del hombre como un líder y la mujer como una
ayudante que aprende.

El hombre nombra a los animales para demostrar su autoridad sobre ellos.


Lo mismo sucedió con la mujer, fue Adán mismo quien lo hizo. Lo mismo
hacemos con nuestros hijos. La mujer fue llamado primero varona, pues fue
tomada del varón. Luego se le llama Eva, por ser la madre de los seres vivientes.
El hombre y la mujer tienen entonces igualdad de importancia en cuando a su
esencia como imagen de Dios; pero a la vez, en otro aspecto, el hombre y la mujer
tienen funciones diferentes, complementándose el uno a otro. El hombre fue
puesto por Dios como representante siendo líder o cabeza. La mujer ha de
representar a Dios en su capacidad de ayuda. “Ayuda idónea” es la palabra hebrea
“etser”, la cual implica a una persona que ayuda a otra en una necesidad en
particular. Muchas veces este termino se usa para referirse a Dios (Salmos 10:14;
30:10; 54:4). Ayudador no significa inferioridad. Es un llamado digno para la
mujer.
¿Cómo es que la mujer siendo subordinada al hombre ella representa la imagen de
Dios? Filipenses 2:5-8 muestra claramente que subordinación no implica
inferioridad de esencia. El Padre, el Hijo y el Espíritu Santo son tres personas
distintas y separadas, las cuales desempeñan funciones diferentes. El Hijo fue
engendrado del Padre desde la eternidad y estaba subordinado al mismo. Sin
embargo, en esencia son Dios.

Es la función principal de la mujer representar esta subordinación. El feminismo


no es una mejoría social, sino una muestra adicional de la depravación y de los
efectos de la caída del hombre. Cuando una mujer toma la posición de no ser
ayuda idónea esta mal representando la imagen de Dios en ella.

2.2. LA IMAGEN ORIGINAL

Para entender la imagen de Dios en todo su contenido Bíblico, debemos verla a la


luz de la creación, de la caída y de la redención. Al principio, el ser humano
reflejaba a Dios sin pecado y en obediencia. Ellos actuaban sin pecado en relación
a Dios, al prójimo y a la creación.

Sin embargo, aunque la primera pareja al principio estaba libre de pecado, “el
estado de integridad” todavía no había llegado a su consumación. Todavía Adán y
Eva no se habían desarrollado en forma plena como portadores de la imagen de
Dios; deberían haber progresado hasta una fase más elevada donde su condición
sin pecado no se habría podido perder. Esta condición mas elevada de
inmutabilidad moral hubiese sido el resultado si Adán hubiese permanecido fiel al
pacto.

Es claro entonces que la integridad en la que Adán y Eva vivían antes de la caída
no era un estado de perfección consumada e inmutable. El ser humano necesitaba
crecer y ser puesto a prueba. Por esta razón Dios dio a Adán un mandato de
prueba. Si Adán y Eva hubiesen cumplido este mandato, la historia del hombre
hubiese sido diferente. Pero desobedecieron y se hundieron en un estado
pecaminoso.

2.3. LA IMAGEN DISTORSIONADA

Después de la caída, la imagen de Dios no quedó destruida sino pervertida o


distorsionada. La imagen en su sentido estructural siguió estando ahí, pero a partir
de ahora el hombre comenzó a utilizar dichos dones en formas contrarias a la
voluntad de Dios.

La caída afectó a todas las maneras en que el hombre es como Dios. En cuanto a
su constitución, la caída afectó todas las facultades del ser humano: su mente, sus
afectos y su voluntad. Algunos creen que algunas partes y no todas han sido
afectadas por la caída (depravación parcial). Pero la realidad es que la caída ha
afectado toda la constitución humana (Isaías 1:5; Efesios 2:1). El hombre aun tiene
la habilidad de comunicarse, pero su lengua es ahora pervertida; el hombre tiene
emociones y voluntad, pero la Biblia enseña que todas estas cosas han sido
afectadas por el pecado de tal manera, que ahora son usadas contra Dios. La
depravación total no es que el hombre es lo peor que pueda ser, sino que todas sus
facultades han sido afectadas por el pecado y fuera de la intervención de
Dios no tiene la capacidad de hacer bien.

En cuanto a sus relaciones, la caída también distorsionó la imagen de Dios en el


hombre. ¿En que grado la caída ha afectado este aspecto de la imagen de Dios? En
cuanto a su relación con Dios, ahora el hombre usa sus facultades para rendir culto
a ídolos. Todos los hombres, sin excepción, son adoradores. Debido a la
depravación total, el hombre ahora usa sus facultades para idolatrar otras cosas
antes que a Dios.

En cuanto a su relación con el prójimo, en lugar de usar su capacidad de asociarse


con el fin de enriquecer las vidas de los otros, el hombre caído usa ahora este don
para manipular a otros como instrumentos para sus fines egoístas. Utiliza el don
del habla para mentir para perjudicar a otros en lugar de usarlo para ayudar. Los
divorcios, adulterios, homosexualidad, abortos, paternidad irresponsable, injusticia
social, opresión, machismo, feminismo, entre otros, son un ejemplo de cómo el
hombre es una representación distorsionada de Dios. Otra manera de cómo mal
representamos a Dios en cuanto a nuestras relaciones con el prójimo es
aislándonos como monjes. Nuestras relaciones deberían representar de manera
adecuada lo que es la relación ínter trinitaria. Por esta razón no es Bíblico
apartarse como los monjes, pues la voluntad de Dios es que nos relacionemos unos
con otros (Mateo 5:16).

En cuanto a su relación con la naturaleza, en lugar de el hombre dominar la tierra


en obediencia a Dios, ahora utiliza la tierra y sus recursos para sus propios fines
egoístas. El hombre ejerce su dominio sobre la creación de forma pecaminosa.
Explota los recursos naturales sin respeto por el futuro: tala bosques sin
reforestación, desarrolla cultivo sin rotaciones, no toma medidas para prevenir la
erosión del suelo, contamina el ambiente, maltrata los animales, entre otras cosas.

2.4. LA IMAGEN RENOVADA

Dado que la imagen de Dios en e hombre se ha pervertido, necesita renovarse.


Esto obviamente no significa que se restituye una imagen que se perdió total y
radicalmente, sino que dicha imagen, la cual se había pervertido, se corrige o
rectifica de una forma gradual. Esto sucede en el proceso redentor. El hombre,
quien estaba utilizando sus poderes recibidos de Dios en formas equivocadas,
ahora, en el proceso redentivo, vuelve a estar en condiciones de utilizar estos
poderes en forma correcta.
Esta restauración comienza con la regeneración o nuevo nacimiento. La
regeneración es el acto del Espíritu Santo por medio del es quitado el corazón de
piedra y es implantado un corazón nuevo o una nueva naturaleza, la cual me hace
capaz de responder eficazmente a la predicación del evangelio. Esta renovación
tiene entonces continuidad en la que la Biblia denomina como santificación, el
cual es el proceso por medio del cual, el Espíritu Santo, aplicando los medios de
gracia, quita del creyente todo lo que no se parece a Cristo y nos hace mas y mas
como El.

Es importante notar de las definiciones dadas en el párrafo anterior, que la


renovación de la imagen de Dios en el hombre es principalmente la obra del
Espíritu Santo. Es el Espíritu Santo quien posibilita al hombre para usar los dones
que reflejan a Dios de una forma que glorifiquen a Dios. La santificación debería
entenderse entonces como la renovación progresiva del hombre a imagen de Dios.

El proceso de santificación afecta todos los aspectos de la vida: la relación del


hombre con Dios, con el prójimo y con la naturaleza; se trata de una reorientación
de toda la vida.

La renovación de la imagen de Dios se describe de varias formas en el Nuevo


Testamento: “despojarse” del viejo yo y “revestirse” de uno nuevo; ser
transformados mediante la renovación de la mente (Rom. 12:2); vivir por el
Espíritu y producir los frutos del Espíritu (Gal. 5:16,22); vivir una vida de amor
(Ef. 5:2); caminar en la verdad (2 Jn. 4); vivir no para uno mismo sino para Cristo
(2 Cor. 5:15); ser trasformados de gloria en gloria en su misma imagen,
contemplando su gloria. Ser renovados a la imagen de Dios significa que nos
volvemos cada vez más como Dios, que Dios se vuelve cada vez más visible en
nuestras palabras y acciones. Pero es importante entender que la renovación de la
imagen de Dios no se completa en esta vida presente. Es un proceso que prosigue
mientras una persona vive. Esto significa que no vemos todavía la imagen de Dios
en el sentido más pleno antes de la resurrección final. Solo en la vida venidera se
hará visible por fin la total riqueza de la imagen.

2.5. LA IMAGEN PERFECCIONADA

No es sino hasta el tiempo de la glorificación final del hombre que se completará


la renovación de la imagen de Dios. Esta perfección final de la imagen será la
culminación del plan de Dios para su pueblo redimido. Romanos 8:29 nos dice:
“Porque a los que antes conoció, también los predestinó a ser transformados
según la imagen de su Hijo”.
Cristo por medio de su obra redentora nos coloca mas alto que lo que estuvo Adán
antes de al caída. Adán todavía podía perder su impecabilidad y bendición, pero
los santos glorificados ya no podrán hacerlo. Adán, en su condición original, fue
“capaz de no pecar ni morir. Pero la condición del estado perfeccionado no se
puede perder. La Escritura nos enseña con claridad que el hombre redimido no
podrá morir: “Dios devorará a la muerte para siempre” (Isa. 25:8); se concederá a
los creyentes resucitados un cuerpo que es incorruptible; la muerte será devorada
por la victoria (1 Cor. 15:54).

Otros pasajes de la Biblia enseñan que los santos glorificados serán impecables en
la vida venidera. Efe. 5:27 dice que “a fin de presentársela a sí mismo, una
iglesia gloriosa, que no tuviese mancha ni arruga ni cosa semejante, sino que
fuese santa y sin mancha”. Por otro lado, el autor de los hebreos lo dice de la
siguiente manera: “a la congregación de los primogénitos que están inscritos en
los cielos, a Dios el Juez de todos, a los espíritus de los justos hechos perfectos”
(Heb. 12:23).

La perfección de la imagen de Dios en el hombre esta íntimamente relacionada


con la glorificación de Cristo. Dado que Cristo y su pueblo son uno, su pueblo
también comparte su glorificación. Es por esto que 1 Cor. 15:49 nos dice que en
la vida venidera “llevaremos también la imagen del hombre celestial”. Seremos
entonces como el Cristo glorificado. “aún no se ha manifestado lo que hemos de
ser; pero sabemos que cuando él se manifieste, seremos semejantes a él, porque
le veremos tal como él es” (1 Jn. 3:2).

Esta perfección tendrá repercusión en nuestra relación con Dios. El hombre estará
totalmente orientado hacia Dios. Adoraremos sin ninguna imperfección. La
alabanza y adoración a nuestro Dios será tan natural y constante como lo es ahora
el respirar. El libro de Apocalipsis sugiere como serán algunas de esas alabanzas:

• Apoc. 15:3: “Y cantan el cántico de Moisés siervo de Dios, y el cántico del


Cordero, diciendo: Grandes y maravillosas son tus obras, Señor Dios
Todopoderoso; justos y verdaderos son tus caminos, Rey de los santos”.
• Apoc. 19:6-7: “Y oí como la voz de una gran multitud, como el estruendo
de muchas aguas, y como la voz de grandes truenos, que decía: ¡Aleluya,
porque el Señor nuestro Dios Todopoderoso reina! Gocémonos y
alegrémonos y démosle gloria; porque han llegado las bodas del Cordero,
y su esposa se ha preparado”.

La perfección de la imagen de Dios tendrá también repercusión en nuestra relación


con el prójimo. El hombre amará y servirá a su prójimo de manera perfecta; habrá
una relación perfecta en una sociedad perfecta. Habrá una sola iglesia, de la que
Cristo será la cabeza. Habrá una sola nación formada de personas de toda lengua
tribu y nación y de la que Cristo y solo Cristo será Rey. En medio de esta unidad,
los creyentes no serán todos iguales. Conservarán sus propios talentos y dones
únicos, ahora purificados de toda imperfección y usados perfectamente para la
gloria de Dios y el gozo de la grey.

La perfección de la imagen de Dios tendrá repercusión en nuestra relación con la


naturaleza. Una de las promesas dada a los creyentes, es que un día, reinarán con
Cristo por los siglos de los siglos en una nueva creación. Por primera vez, el
hombre dominará y cuidará de la naturaleza en la forma que Dios siempre quiso.
Serán administradores, no explotadores.

En la vida venidera, por lo tanto, la triple relación para la que fue creado el ser
humano se mantendrá, profundizará y enriquecerá de manera infinita.

APLICACIONES PRÁCTICAS

1- La doctrina Bíblica del hombre como imagen de Dios, establece la verdadera


dignidad de la raza humana (Génesis 1:26-27; 5:1-2; 9:6). El hombre no es un
producto de cosas al azar como enseñan los evolucionistas. Si eso fuese verdad, el
hombre no tuviese dignidad. Si esto fuera verdad, no importara el asesinato, la
opresión, el racismo, etc. La Biblia enseña que el hombre es una creación especial
de Dios, por lo que tiene dignidad y sentido en la vida.

2- La doctrina del hombre como imagen de Dios, establece la verdadera dignidad


de cada individuo como ser humano (Génesis 1:26-27; 5:1-2; 9:6; 1 Corintios
11:7; Santiago 3:9).

3- La doctrina del hombre como imagen de Dios, establece la verdadera dignidad


de la relación matrimonial y el rol complementario del hombre y la mujer. Todo
tipo de inmoralidad distorsiona la imagen de Dios. Cuando como hombres no
tomamos la función de líderes y cabezas en nuestros hogares, estamos mal
representando la imagen de Dios.

4- La doctrina Bíblica del hombre como imagen de Dios subraya la total


depravación del hombre caído. El hombre caído ha venido a mal representar a su
Creador. El pecado del hombre continua siendo una rebelión en contra de la
majestad, poder y benevolencia de Dios.

5- La doctrina Bíblica del hombre como imagen de Dios provee un patrón para la
santificación. Nuestra obligación a crecer en santidad esta fundamentada en
nuestra relación con Dios como hechos a su imagen (Levítico 19; Mateo 5:48). Ser
santo es ser lo mas preciso posible como Dios.
6- La doctrina Biblia del hombre como imagen de Dios identifica la meta de la
salvación en Cristo. La meta de la salvación es: restaurarnos a la antigua condición
de perfecta imagen de Dios y ser transformados a la imagen de Cristo (1 Corintios
4:4; Colosenses 1:15; Hebreos 1:3). Es una gran motivación para nosotros saber
que un día, por su gracia, seremos una fiel imagen de aquel que nos creo y salvo (1
Juan 3:1-3; Génesis 5:3). En estos textos, estas palabras son usadas de modo
intercambiable. En santiago solo se dice que el hombre es hecho a semejanza de
Dios como una palabra genérica que cubre todo el significado.
UNIDAD 3: LA CONSTITUCION DEL HOMBRE

La Biblia nos dice que Dios formó al hombre del polvo de la tierra. Pero es obvio
que el hombre es algo más que polvo. ¿Cómo definir la sustancia de nuestra
humanidad?

3.1 Un sondeo de las mayores visiones de nuestra humanidad

1-La visión tricotomista. El termino tricotomista viene del griego


“trichatemnein”, que significa literalmente “cortado en tres partes”. Este término
se aplica en la teología para referirse al punto de vista que divide la naturaleza
humana en tres partes: Alma, cuerpo y espitita.

Esta posición haya sus raíces en la filosofía griega, la cual planteaba que la mente
y la materia son incompatibles, pues la mente es esencialmente buena y el cuerpo
material es esencialmente malo. Como estas dos eran incompatibles, se necesitaba
otra sustancia que fuera el mediador entre ambas. Ellos enseñaban que el alma y el
cuerpo debían ser unidos por el espíritu.

Es posible que algunos padres (Ireneo, Orígenes y Gregorio), influenciados por la


filosofía griega y creyendo encontrar apoyo en Hebreos 4:14 y 1 Tesalónica 5:23,
sostuvieran este concepto. Usando estos pasajes, los tricotomistas dicen que el
espíritu es lo que realmente distingue al hombre de los animales, pues aun los
animales tienen alma viviente. Ellos dicen que el espíritu es la facultad de conocer
a Dios, la cual queda regenerada con la conversión.

2-La visión dicotomista. El termino dicotomía viene del griego “dichatemnein”,


que significa literalmente “cortado en dos partes”. Este término se aplica en la
teología para referirse al punto de vista que divide la naturaleza humana en dos
partes: El cuerpo y el alma o espíritu.

Quienes sostienen esta posición, argumentan que el alma y el espíritu son usados
de manera intercambiable en la Biblia. Afirman que una interpretación propia de
los pasajes citados anteriormente no apoya la posición tricotomista.

Debe resaltarse que aunque algunos filósofos griegos como Platón plantearon que
el hombre consistía en dos partes, hay una gran diferencia entre su concepto y el
concepto dicotomista adoptado por las iglesias cristianas ortodoxas. Según Platón,
el cuerpo era de materia perecedera, pero que el alma existía en el mundo celestial
en una forma pura o idea antes de su encarnación en el cuerpo humano. Este
obviamente no es el concepto cristiano, el cual enseña que el alma, al igual que el
cuerpo, tuvo un principio.
Aunque algunos dicotomistas llegan a decir que la persona es el alma y que el
cuerpo es la casa del alma, aunque la mayoría de ellos sostienen que hay una
unidad entre el alma y el cuerpo (Luis Berkhoff). Este ha sido probablemente el
punto de vista más común en la historia de la iglesia.

3-Visión monotomista: Estos no dividen al hombre. Ellos argumentan que el


hombre es indivisible. Afirman que cuando la Biblia habla de alma y cuerpo esta
describiendo al hombre desde diferentes perspectivas. Este punto enfatiza sobre
todo la parte física. Esta es apoyada por Testigos de Jehová y adventistas.

3.2 Una visión bíblica de la constitución humana.

3.2.1- El hombre como cuerpo y alma.

a) El hombre visto desde una perspectiva física.

El hombre, como parte importante de su constitución, esta formado por una parte
física a la que se llama cuerpo.

1- Términos para referirse al elemento material del hombre en el Antiguo


Testamento. La palabra primaria en el AT para describir el aspecto material del
hombre es la palabra “basar” y se traduce generalmente como “carne” (Génesis
2:21; Éxodo 28:42). La palabra basar en el Antiguo Testamento puede referirse a:

• De manera simbólica, debilidad humana (Salmos 56:4; Isaías 40:6).


• Puede ser usada para referirse a sensibilidad.

2- Términos para referirse al elemento material del hombre en el Nuevo


Testamento. En el Nuevo Testamento, las palabras mas comunes para referirse al
aspecto material del hombre son: “sarx” y “soma”. Sarx puede referirse a:

• Tejido tierno del cuerpo (Lc. 24:39; Jn 6:61-66; 1 Cor. 15:39).


• El cuerpo completo (2 Cor. 4:11; 7:1 Gal 4:14; Efe. 5:29).
• Debilidad (Mateo 26:11).
• Debilidad ética (Romanos 7:18,25; 8:3-7, 12-14; Gal. 5:16).

La palabra soma es la más común en el Nuevo Testamento para referirse a la parte


material del hombre y puede referirse a:

• Cuerpo completo (Mateo 5:29-30; 10:28; Rom. 1:24).


• De una manera figurada para referirse a la iglesia (Rom. 12:4-5; 1 Cor. 12:12-
25).
Aunque estas palabras pueden referirse de forma figurada, cuando se refieren al
hombre, tiene que ver con su cuerpo físico, por lo que el hombre es físico en su
constitución.

b) El hombre visto de una perspectiva espiritual.

El hombre, como parte importante de su constitución, esta formado también por


una parte espiritual a la que se llama alma o espíritu. Mateo 10:28 nos muestra
claramente este elemento espiritual como distinto del cuerpo.

1- Términos para referirse al elemento espiritual del hombre en el Antiguo


Testamento. Los principales términos hebreos en el Antiguo Testamento son
“ruach”, “leb” y “nefesh”.

“ruach” es traducido como “espíritu” y a veces se refiere al “aliento de vida”.


Cuando se habla del hombre se refiere a su fuerza de vida o principio animal (Gen
7:15; 45:27; Job 27:3; sal 114:29; 135:17.

El término “leb” es traducido como “corazón” y se usa para:

• El órgano que bombea sangre. En esos casos se traduce como corazón (2


Reyes 9:24).
• Al asiento de las facultades del hombre; es decir, mente, afectos y voluntad
(Génesis 6:5; 1 Reyes 3:12; Eclesiastés 2:1; Deuteronomio. 2:20; Eclesiastés
8:11; Job 27:6; Salmo 32:11; 1 Samuel 13:14).

El término “nefesh” se refiere a:

• En la mayoría de los casos, a la persona por completo.


• A veces es usado para referirse al cuerpo de una persona en la tumba
(Levítico 1:11; Hageo 2:13).

2- Términos para referirse al elemento espiritual del hombre en el Nuevo


Testamento. En el Nuevo Testamento las palabras claves para la parte inmaterial
del hombre son “psuche”, “pneuma”, “kardia”.

“Psuche” puede referirse a:

• La parte inmaterial independiente del cuerpo (Mateo 11:29; Filipenses 1:27;


Marcos 14:34).
• A veces se usa para referirse al hombre como una entidad viva aparte de su
cuerpo (Mateo 10:28; Apocalipsis 6:9).
“Pneuma” se refiere a:

• Las disposiciones internas del hombre (Efesios 4:23; 1 Pedro 3:4).


• Al asiento de las facultades del hombre (Marcos 2:8; Lucas 1:47; Hechos
17:17).
• En contraste con la palabra soma, para distinguir la parte no física (2
Corintios 7:1; Santiago 2:26).
• Una parte que puede existir independiente del cuerpo (Hechos 7:59;
Hebreos 12:23).

“kardia” se traduce como “corazón” y se refiere al asiento de las facultades del


hombre (Marcos 12:30; Lucas 21:14; Hechos 2:26; Romanos 2:15; 2 Corintios
4:6; Efesios1:18).

¿Son los términos “alma” y “espíritu” dos términos que hacen referencia a la
misma realidad? ¿Son dos sustancias distintas? El dicotomismo afirma que tanto la
palabra “alma” como la palabra “espíritu” hacen referencia a la misma realidad
espiritual. El argumento básico es que las palabras hebreas y griegas para referirse
tanto al alma como al espíritu a menudo se utilizan de forma intercambiable.

• En la Biblia se describe al hombre como alguien que es cuerpo y alma


(Mat. 10:28) y también como alguien que es cuerpo y espíritu (Ecl. 12:7; 1
Cor. 5:3-5).
• La amargura o tristeza es asociada tanto al alma como al espíritu. En 1
Samuel 1:10 vemos a Ana clamando con “amargura de alma”. Por otro
lado, Isaías 54:6 nos habla del Señor llamando a Israel como a mujer “triste
de espíritu”. En Juan 12:27 vemos a Jesús “turbado en su alma”; lo mismo
sucedió a Pablo mientras esperaba en Atenas, “le dolió en el alma” (Hch.
17:16). Pedro nos dice como el justo Lot “afligía cada día su alma por las
obras inicuas que veía cada día en Sodoma y Gomorra (2 Ped. 2:8).
• Alabar y amar a Dios se atribuye tanto al alma como al espíritu: “Entonces
María dijo: Engrandece mi alma al Señor; Y mi espíritu se regocija en
Dios mi Salvador” (Lc. 1:46-47).
• La salvación se asocia tanto al alma como al espíritu: “Por lo cual,
desechando toda inmundicia y abundancia de malicia, recibid con
mansedumbre la palabra implantada, la cual puede salvar vuestras almas”
(Stgo. 1:21); “el tal sea entregado a Satanás para destrucción de la carne,
a fin de que el espíritu sea salvo en el día del Señor Jesús” (1 Cor. 5:5).
• Se describe la muerte ya sea como una partida del alma como del espíritu:
“Y aconteció que al salírsele el alma (pues murió), llamó su nombre
Benoni; mas su padre lo llamó Benjamín” (Gn. 35:18); “Y se tendió sobre
el niño tres veces, y clamó a Jehová y dijo: Jehová Dios mío, te ruego que
hagas volver el alma de este niño a él” (1 Rey. 17:21); “Mas Jesús,
habiendo otra vez clamado a gran voz, entregó el espíritu” (Mat. 27:50);
“Entonces su espíritu volvió, e inmediatamente se levantó; y él mandó que
se le diese de comer” (Lc. 8:55).
• Los muertos sin cuerpo reciben tanto el nombre de almas como espíritus:
“Cuando abrió el quinto sello, vi bajo el altar las almas de los que habían
sido muertos por causa de la palabra de Dios y por el testimonio que
tenían” (Apoc. 6:9); “a la congregación de los primogénitos que están
inscritos en los cielos, a Dios el Juez de todos, a los espíritus de los justos
hechos perfectos” (Heb. 12:23).

¿Que de aquellos pasajes que parecen separar el espíritu del alma?

a) Hebreos 4:12. El autor parece separar el alma del espíritu. Pero al ver el
contexto vemos que el escritor no trata de hacer una distinción entre ambas. El
autor no trata de describir una diferencia entre “tuétano y coyunturas”; tampoco
trata de diferenciar entre “pensamiento e intención”. Lo que el autor trata de
resaltar es el termino “penetra”. Lo que se quiere decir es que no hay algo tan duro
o tan profundamente escondido que la eficacia de la palabra no pueda alcanzar.

b) 1Tesalonica 5:23. Aquí Pablo esta uniendo tres palabras para enfatizar la
totalidad del hombre. Lo hace también en el primer versículo cuando dice “Os
santifique por completo”. Este es también es el punto de Jesús en Marcos 12:30. El
énfasis de Jesús es sobre la totalidad del hombre. Debemos entregar la totalidad de
nuestro ser en sacrificio a Dios.

c) El hombre como unidad físico-espiritual.

El énfasis principal del hombre en la Biblia es el hombre como una entidad.


La Biblia no habla del hombre como a veces material y a veces espiritual, pues
normalmente están conectadas. Existe una unidad orgánica sin desarmonía
formada por estas dos partes. Esto es definido como una unidad psico-somática
(unidad de cuerpo y alma).

4 Razones Bíblicas:

1- El término “nefesh” es casi siempre usado para describir al hombre como una
unidad. Isa. 53:10 expresa que Dios entregó la nefesh de su Hijo; no solo su alma,
sino también todo su ser. Se trata de todo su ser, incluyendo su cuerpo. A veces el
escritor divino identifica su “nefesh” en el sentido de un pronombre personal
(Génesis 34:3; Números 23:10; Jueces 16:30; Job 30:25).
2- La Biblia muchas veces usa parte del hombre para referirse al hombre completo
(sinécdoque). A veces la palabra carne es usada para referirse al hombre completo.
Jn. 1:14 dice que Jesús se hizo carne, no solo el cuerpo de Cristo, sino la totalidad
de su humanidad. Cuando Moisés manda a los Israelitas a amar a Dios con todo el
corazón, alma y mente, trata de usar parte del hombre para describir al hombre
completo. Proverbios 6:16-18 es otro ejemplo de esto. El pasaje identifica el alma
de Dios con El mismo. La misma idea es encontrada en Rom. 12:2, donde se usa
la palabra “cuerpo” para referirse a todo el ser.
3- La Biblia enfatiza la unidad del hombre cuando identifica a una persona con su
cuerpo aun después de muerto (Mateo 28:6; Juan 5:28-29).
4- La Biblia nos habla de la resurrección como inmortalidad (Fil. 3:21). Cuando
Pablo habla de inmortalidad se refiere a la resurrección (1 cor. 15:54).

¿Quiere esto decir que debemos adoptar la visión monotomista?

No. Las personas que adoptan esta posición ven al hombre como una unidad
indivisible. Pero Cristo mismo dividió al hombre en cuerpo y alma (Mateo 10.28).
En la autoridad de Cristo, debemos dividir al hombre en cuerpo y alma. Quienes
adoptan la visión monotomista, por lo general, niegan la existencia del alma
después de la muerte. Pero Pablo esta en desacuerdo con esto (1 Cor. 5.8; Fil.
1:23). Jesús dijo al ladrón en la cruz que estaría ese día con El en el paraíso (Lucas
23:43). Apocalipsis también nos da seguridad de que estar ausente del cuerpo es
estar presente de Señor (Apocalipsis 6:9-10). Las personas descritas en el texto,
son personas que habían muerto. Vemos que estas personas no gozan de la
redención en su totalidad (estado intermedio). Vemos también que ellos están
completamente conscientes en su estado intermedio, aun separados del cuerpo.

Conclusiones

1- La enseñanza Bíblica sobre la constitución del hombre debe hacernos recelosos


de cualquier forma del así llamado evangelio que solo procure mejorar las
cualidades terrenales del hombre (Evangelio de la prosperidad).

2- La enseñanza bíblica de la constitución del hombre nos ayudaría a cuidarnos de


las visiones anti- bíblicas de la regeneración y la santificación. Algunos
tricotomistas enseñan que el hombre no tiene un espíritu depravado, sino dormido.
Pero esta presentación de la regeneración y santificación no tiene apoyo en la
Biblia. La Biblia presenta al alma y el espíritu como vulnerables al pecado
(Deuteronomio 2:30; Salmo 78:8; Proverbios 16:18; Eclesiastés 7:8; 2 Corintios 1
Pedro. 1:22; Apocalipsis18:14). Ambas son objeto de la santificación (Proverbios
16:32; 1 cor 7:34; 1 Tesalonicenses 5:23).

3- Nos estimula a mostrar respeto por el cuerpo aun después de la muerte, pues es
parte fundamental del hombre (Dieta apropiada, ejercicio, descanso, etc.).
Debemos ser buenos administradores del cuerpo (Éxodo 20:23 Proverbios 23:1-2;
Efesios 5:28-29 1 Timoteo 4:8; 5:23; 3 Juan 2). Como la Biblia identifica el
cuerpo muerto con la persona misma, entonces el proveer un entierro apropiado
por los muertos, debe ser un asunto de preocupación bíblica (Génesis 23:4-20;
47:29-30; 49:29; Mateo 26:12; Marcos14:8; Juan 12.7; 19:40)

4- Nos recuerda que la salvación del hombre es incompleta sin la resurrección del
cuerpo. Aunque estar del cuerpo es estar presentes con Cristo, lo cual es mejor que
estar en la tierra, pero esa no era la esperanza final de pablo (Rom. 8:23). La
Biblia presenta a la resurrección del cuerpo como la esperanza final.
UNIDAD 4: EL ORIGEN DEL ALMA

Cada persona que nace en el mundo tiene un alma. ¿Cuál es el origen de la


misma? La filosofía griega dio mucha importancia al tema del alma y de hecho,
dejo sentir su influencia en los círculos cristianos.

El punto de vista cristiano sobre el origen del alma ha estado dividido a través de
la historia. La escuela Alejandrina, por ejemplo, adoptó el punto de vista de la
preexistencia, es decir, que las almas de los hombres existían en un estado previo.
Su mayor exponente fue Orígenes de Alejandría. Por otro lado, la escuela de
Oriente se inclinó más a favor del creacionismo, es decir, que el alma es creada
por Dios en un acto directo y espontáneo. Jerónimo e Hilario favorecieron esta
teoría. En la escuela de occidente, la teoría del traducianismo cobró mucha
popularidad, aquella que plantea que el alma se hereda de los padres. Tertuliano
fue el primero en afirmar esta teoría.

En la edad media, tanto los escolásticos como los reformadores expresaron sus
dudas al respecto. No obstante, Lutero adopto la posición del traducianismo, por lo
que esta, predomina en los círculos luteranos. Calvino, por su lado, favoreció la
teoría creacionismo, por lo que, esta predomina en los círculos reformados, con
sus excepciones claro, pues Jonathan Edwards y Hopkins, quienes eran
reformados, favorecieron el traducianismo.

Otros grandes teólogos mantuvieron sus reservas en cuanto es este tema, debido a
que muchas veces se torna más en una discusión filosófica que en una discusión
teológica. En cuanto a las distintas posiciones sobre el origen del alma, como se
ha mencionado, hay 3: Preexistencia, Traducianismo y Creacionismo.

1- La doctrina de la preexistencia. Esta plantea que las almas de los hombres


existían en un estado previo, y que ciertos acontecimientos en aquel primer estado
son la causa de la condición en que aquellas almas se encuentran ahora. Orígenes,
uno de sus máximos exponentes, decía que la existencia material presente del
hombre, con todas sus desigualdades e irregularidades físicas y morales, es un
castigo por los pecados cometidos en una existencia anterior. Esta teoría fue dada
para proveer la explicación más natural al hecho de que todos los hombres nacen
pecadores. Según Mueller, la razón por la que cada persona que nace en este
mundo es culpable es porque peco voluntariamente en ese estado anterior
incorpóreo.
Algunas de las objeciones que esta enfrenta son:

• Esta desprovista totalmente de base escritural.


• Esta fundamentada sobre el dualismo de la materia y el espíritu, aquella que
plantea que el alma es eterna y que nunca tuvo un inicio. Pero las Escrituras
dejan claro que el alma humana si tuvo un inicio.
• Hace que el cuerpo sea verdaderamente algo accidental o malo, cuando la
realidad es que el cuerpo fue creado por Dios y era bueno en gran manera.

2- La doctrina del traducianismo. Esta plantea que las almas de los hombres son
propagadas junto con los cuerpos mediante la generación ordinaria, y por tanto son
transmitidas de los padres a los hijos. Entre aquellos que sostuvieron esta teoría
tenemos a Tertuliano, Rufino, Apolinar y Gregorio Nisa, Lutero, H.B. Smith,
Shedd, Edwards y Strong.

Entre los argumentos a favor de esta teoría tenemos:

• La obra creadora ex nihilo de Dios cesó después que hizo al hombre (Gen.
2:2).
• Dios solamente sopló una vez en las narices del hombre el aliento de vida,
y luego dejo al hombre la propagación de su especie (Gn. 1:27; 2:7).
• La Biblia no dice nada acerca de la creación del alma de Eva, sino que se
dice que ella “es del hombre” (Gen. 2:23; 1 Cor. 11:8).
• La Biblia dice que los descendientes están en los lomos de sus padres
(identidad seminal). Al comparar Gen. 46:26 con Heb. 7:9,10, notaremos
algo interesante: cuando Abraham pagaba el diezmo a Melquisedec,
también lo hizo Leví, pues este estaba en sus lomos. Según los exponentes
de esta teoría, esto explica la herencia de las peculiaridades mentales y
tendencias familiares que son a menudo tan notables como los caracteres
físicos.

Algunas objeciones a esta teoría son:

• El alma parece considerarse como algo material, pues se describe como si


esta pudiese dividirse, lo que es contrario a la simplicidad del alma. La
propagación del alma implicaría que el alma de un niño de alguna manera
se separa del alma de los padres.
• Es difícil determinar entonces si el alma viene el padre o de la madre. Por
otro lado, si viene de los dos, entonces resulta un compuesto.
• El traducianismo da por hecho que la labor creativa de Dios cesó luego de
los 6 primeros días de la creación. Sin embargo, Edwards, quien parece
favorecer esta posición, creía en una continua creación de Dios.
• La teoría parece ser un poco deísta. El hecho de que Dios creó al hombre y
de ahí en adelante el hombre comienza a trasmitir su alma a los
descendientes, parece desligar a Dios de la existencia de los seres humanos,
haciendo a los hombres en cierta manera como los creadores del alma de
sus hijos, lo que parece estar contrario a la enseñanza de algunos pasajes
como Sal. 139:13; Isa. 64:8.
• Hay una gran dificultad con la persona de Cristo si su alma se derivó del
hombre. La implicación de esta teoría es que la naturaleza humana de
Cristo era pecaminosa y culpable, puesto que había pecado en Adán.

3- La doctrina creacionista. Esta afirma que el alma de cada individuo es la


creación inmediata de Dios, debiendo su origen a un acto creativo directo, del
cual, el tiempo no se puede determinar precisamente. Algunos opinan que es en el
estado temprano del desarrollo del feto; otros dicen que es mas adelante, cuando el
niño esta ya formado; otros son de la opinión de que cuando nace el niño, el alma
se introduce a el. Según esta visión, el alma es creada pura, pero llega a ser
pecaminosa aun antes del nacimiento, al entrar en aquella complejidad del pecado.

Entre los argumentos a favor de esta teoría tenemos:

• Es más consistente con las presentaciones dominantes de la Escritura que el


traducianismo. El relato original de la creación nos dice que el cuerpo fue
formado del polvo de la tierra, mientras que el alma fue dada directamente
por Dios, lo que nos señala que son dos cosas diferentes.
• La Biblia presenta al cuerpo y al alma como teniendo diferentes orígenes
(Ecl. 12:7; Isa. 42:5; Zac. 12:1; He. 12:9).
• Algunos pasajes parecen señalar que el hombre completo es obra directa de
Dios, sin mediación alguna de los padres (Sal. 139:13; Isa. 64:8).
• Evita los tropiezos del traducianismo en Cristología.

Algunas objeciones a esta teoría son:

• Hace a Dios el autor directo del mal moral al afirmar que Dios crea almas
pecadoras.
• Considera a los padres terrenales como los que engendran únicamente el
cuerpo, lo que no explica las reapariciones de las tendencias mentales y
morales de los padres en los hijos.
• No esta en armonía con la relación actual de Dios con el mundo y con su
manera de trabajar en el, puesto que enseña una actitud creativa directa de
Dios, y de este modo, ignora el hecho de que Dios actualmente obra por
medio de causas secundarias y que suspendió el trabajo creativo.
En conclusión a todo lo expuesto, hemos de tener en cuenta dos cosas, como lo ha
señalado el teólogo Luís Berkhof:

1- Hemos de mostrar prudencia al hablar sobre este asunto, pues domo se ha dicho
anteriormente, es una discusión más filosófica que teológica. A esto agregamos
que grandes teólogos han adoptado tanto el traducianismo como el creacionismo.

2- Alguna forma de creacionismo merece la preferencia debido a razones ya


expuestas.
UNIDAD 7: ORIGEN Y NATURALEZA DEL PECADO

INTRODUCCIÓN

La realidad mas reconocida en el mundo después de la muerte es el pecado.


Casi todas las religiones, filosofías y sociedades reconocen que hay al menos un
tipo de defecto en el hombre. Este defecto se percibe no solo en las cárceles, sino
también en los juegos de los niños. Este defecto se llama pecado (Romanos 3:23).
¿Cual es el origen del pecado? El origen del pecado no puede ser determinado por
la ciencia o la filosofía, sino que debemos ir a la revelación divina.

El origen del pecado constituye sin duda alguna uno de los más grandes misterios
de la teología. Se podría decir que la posibilidad de pecar estaba presente en
nuestros primeros padres. El enigma comienza al considerar como una persona
que había sido creada en un estado de rectitud, en un estado de ausencia de
pecado, pudo comenzar a pecar. Alguien podría decir que la causa del pecado fue
la voluntad pecaminosa, pero ¿Cuál fue el origen de esa voluntad? ¿Cómo una
voluntad sin pecado comienza a pecar voluntariamente? La verdad es que al
considerar estas cosas deberíamos concluir como Agustín: “Que nadie una causa
eficiente de la mala voluntad; porque no es eficiente sino deficiente…tratar de
encontrar la causa eficiente es como tratar de ver la oscuridad o escuchar el
silencio”. Como ha dicho Anthony Hoekema, “El pecado es sencillamente
inexplicable y tenemos que dejarlo así”.

Sigue siendo verdad, sin embargo, que la caída en pecado de nuestros primeros
padres no se dio fuera del permiso providencial de Dios; Dios no causó la caída,
simplemente la permitió. El pecado se da contra la voluntad de Dios, pero nunca
fuera de la voluntad de Dios.

7.1 EL ORIGEN DEL PECADO

7.1.1 Conceptos históricos sobre el origen del pecado en el hombre

El problema del origen del pecado es un problema que nos forza de manera
necesaria a dirigir nuestra atención y continua confundiendo a muchos que aun no
están satisfechos con el recuento bíblico del mismo. Algunos de los más antiguos
teólogos, como Orígenes de Alejandría, simplemente empujaron el problema hacia
más atrás, diciendo que las almas de los hombres pecaron en una especie de
existencia previa, y consecuentemente todos los hombres nacen ahora pecadores.

El gran filósofo, Enmanuel Kant, reorganizó la existencia del mal radical en el


hombre, pero se quedó corto al tratar de explicar su origen. Los evolucionistas
encuentran el origen del mal en las tendencias, impulsos y pasiones, que ellos
entienden, heredamos de las bestias. La Biblia, de todas maneras, dirige nuestra
atención a la caída del hombre. Ella enseña que la raíz del mal moral en el mundo
se encuentra en e l primer pecado de Adán, quien fue la cabeza natural y
representativa de la raza humana. Los padres de la iglesia primitiva, aunque no
hablaron de forma clara sobre este asunto, sin embargo, prevaleció entre ellos la
idea de Ireneo de que el origen del mal en la raza humana está en estrecha relación
con la trasgresión de Adán. No obstante, sobre este asunto han existido diferencias
en la iglesia a lo largo de los siglos. Los Pelagianos, por ejemplo, niegan
totalmente una relación entre el pecado de Adán y sus descendientes. En oposición
a esto, esta el punto de vista agustiniano, el cual afirma que la culpa y la
corrupción de la raza humana se debe a la primera trasgresión de Adán. Mas
adelante apareció el punto semi-pelagiano, el cual afirma que si hay una relación,
pero no de culpa sino de corrupción.

7.1.2 Datos Escriturales sobre el origen del pecado.

El teólogo Luís Berkhof ha señalado 3 cosas que la Biblia enseña sobre el origen
del pecado:

a) Dios no puede ser considerado como el autor del pecado. Ciertamente el pecado
entró al mundo porque Dios en su decreto permitió su entrada. De otra manera, el
pecado hubiese frustrado el propósito de Dios, lo que es imposible. Pero como ha
dicho Berkhof, eso no debe interpretarse como que Dios es la causa activa del
pecado. La idea de que Dios es la causa del pecado esta excluida de las Escrituras,
la cual enseña que en Dios no puede haber iniquidad (Job 34:10), pues El es Santo
(Isa. 6:3) y no hay en El ninguna injusticia (Dt. 32:4; Sal. 92:16). Por otro lado, La
Biblia enseña que Dios no puede ser tentado por el mal ni El tienta a nadie (Stgo.
1:13). Dios odia el pecado (Dt. 25:16; Sal. 5:4; 11:5; Zac. 8:17; Luc. 16:15) y
proveyó en Cristo la libertad para ser librados del mismo.

b) El pecado tuvo su origen en el mundo espiritual. El intento de hallar el origen


del pecado va más allá de la caída del hombre descrita en génesis 3. El origen del
pecado per se se encuentra en el mundo de los ángeles. Cuando Dios creó a los
ángeles, estos eran buenos, pero en algún momento, entre su creación y la caída
del hombre, muchos de ellos, encabezados por Satanás, se rebelaron contra Dios y
“perdieron su dignidad” (Jud. 6). Es por esta razón que a Satanás se le llama en
Juan 8:44 “homicida desde el principio” y Juan dice en 1 Juan 3:8 que Satanás
“peca desde el principio”. Sobre el pecado de estos ángeles, con toda probabilidad
fue el orgullo, el querer ser como Dios y no estar contentos con la posición que les
fue dada. Pablo dice a Timoteo “para que no se hinche y caiga en la condenación
del diablo” (1 Tim. 3:6).
c) El pecado en la raza humana tiene su origen en la primera trasgresión de Adán
que la Biblia nos enseña en Génesis 3. Dios creo al hombre a su imagen y
semejanza (Gn. 1:26-27) en justicia y santidad, capacitado para cumplir el fin
principal para el cual fue creado: glorificar a Dios disfrutando de El para siempre.

Satanás, bajo la figura de una serpiente (Apoc. 12:9), engañó a Eva, sembrando en
ella la semilla de la desconfianza y la incredulidad. Ante tal tentación, Adán y Eva
sucumbieron y comieron del fruto prohibido de una manera libre y voluntaria: "Y
vio la mujer que el árbol era bueno para comer, y que era agradable a los ojos, y
árbol codiciable para alcanzar la sabiduría; y tomó de su fruto, y comió; y dio
también a su marido, el cual comió así como ella" (Gn. 3:6,17). Como resultado
de su rebelión, cayeron de su estado de gracia, convirtiéndose en pecadores. Pero
esta trasgresión no solo tuvo repercusiones sobre Adán y Eva, sino también sobre
toda su descendencia. Adán pecó no sólo como padre de la raza humana, sino
también como cabeza federal o representativa de todos sus descendientes; y por lo
tanto, la culpa y las consecuencias de su pecado también pasa a sus descendientes,
de manera que todos son hijos de ira y merecen ser castigados. Esta es la
enseñanza clara de Pablo en Romanos 5:

Rom 5:18-19: “Así pues, tal como por una trasgresión resultó la condenación de
todos los hombres, así también por un acto de justicia resultó la justificación de
vida para todos los hombres. Porque así como por la desobediencia de un
hombre los muchos fueron constituidos pecadores, así también por la obediencia
de uno los muchos serán constituidos justos”. Notemos que por causa de Adán, la
raza humana es declarada culpable (condenación) y por esto todos mueren. Esto es
lo que afirma el verso 12: “Por tanto, tal como el pecado entró en el mundo por un
hombre, y la muerte por el pecado, así también la muerte se extendió a todos los
hombres, porque todos pecaron”. La razón por la que todos mueren es porque
todos pecaron en Adán. Pero no solo la culpa pasa a los descendientes, sino
también la corrupción. Esto es lo que se expresa en el verso 19 cuando dice:
“muchos fueron constituidos pecadores”.

7.2 LA NATURALEZA ESENCIAL DEL PECADO

7.2.1 Falsas teorías sobre la naturaleza esencial del pecado

7.2.1.1 Teorías filosóficas sobre la naturaleza del pecado

a) La teoría dualista. Esta tiene su origen en la filosofía griega. Esta presupone el


principio de la eternidad del mal y sostiene que en el hombre, el espíritu representa
el principio del bien y el cuerpo el principio del mal. Esta teoría adolece de serios
problemas: Solo Dios es eterno; esta teoría despoja al pecado de su carácter ético
y lo hace algo físico, independiente de la voluntad humana; desecha la
responsabilidad del hombre representando al pecado como una necesidad física.

b) La teoría del pecado como una necesidad. Según esta teoría, las limitaciones del
ser humano hacen al pecado algo inevitable o necesario, por lo que no se necesita
una causa eficiente. El problema de esta teoría es que en su intención de desligar a
Dios del pecado, hace a Dios el autor de la limitación del hombre que lo lleva a
pecar. Además, esta teoría abroga el sentido de responsabilidad del hombre frente
a su mal moral.

c) La teoría del pecado como una ilusión. Para esta teoría, el pecado es
simplemente un defecto o limitación de la que el hombre es conciente debido a un
inadecuado conocimiento del hombre, el cual falla al ver las cosas en unidad con
la esencia eterna e infinita de Dios. Según esta, si el hombre tuviera un adecuado
conocimiento sobre Dios, no tendría la idea del pecado; simplemente no existiera
para el. Pero esta teoría falla al tratar de explicar los efectos universales del
pecado. Si el pecado es solo consecuencia de un conocimiento inadecuado sobre
Dios, ¿Cómo explicar sus terribles efectos en el mundo? Además de esto, va en
contra a la experiencia de la humanidad de que los más grandes intelectos son
frecuentemente los más grandes pecadores, siendo Satanás el más grande de ellos.

d) La teoría del pecado como una falta de conocimiento de Dios debido a la


sensibilidad del hombre. Según esta, el conocimiento del hombre acerca del
pecado depende del conocimiento del hombre sobre Dios. Cuando el sentido de
Dios despierta en el hombre, inmediatamente este se da cuenta de que su baja
naturaleza se opone a ese conocimiento, oposición que nace de la intima
constitución de su ser, de su naturaleza sensible, de la relación que hay entre su
cuerpo y su alma. El pecado entonces no es algo objetivo, sino que existe solo en
el intelecto del hombre.

e) La teoría del pecado como falta de confianza en Dios y oposición a su reino,


debido a la ignorancia. Según esta teoría, el conocimiento de pecado esta
íntimamente relacionado al conocimiento cristiano. Aquellos que están fuera del
ambiente cristiano y los que son todavía extraños a la experiencia de la redención
no tienen conocimiento de pecado. Bajo la influencia d la obra redentora de Cristo
el hombre se hace conciente de su falta de confianza en Dios y de su oposición al
reino de Dios como supremo bien. La oposición al propósito de Dios es establecer
su reino es la esencia misma del pecado; pero debido a que esta oposición es en
ignorancia, es perdonable. El problema básico de esta teoría es que no define el
pecado como la Biblia lo define: “trasgresión a la ley de Dios”, lo que hace al
hombre culpable ante su creador.
f) La teoría del pecado como egoísmo. Esta posición afirma que el pecado no es
más que la preferencia del yo más bien que de Dios como el supremo bien de
nuestras almas. Obviamente, esta parece ser, como afirma Berkhof, la mejor de las
teorías presentadas. Sin embargo, esta teoría no llena todas las expectativas.
Aunque el egoísmo es pecado y hay un elemento de este en todo pecado, no
podemos, sin embargo, decir que el egoísmo es la esencia del pecado. Existe una
gran cantidad de pecados de los cuales, el egoísmo no es el principio gobernante.
Ej. El padre que al ver a su esposa e hijos pasando hambre y en su desesperación
recurre al robo. Parece mas bíblico afirmar que el principio gobernante en todo
pecado es la incredulidad mas que el egoísmo.

g) La teoría del pecado como la oposición de las bajas tendencias de la naturaleza


humana a un desarrollo gradual del conocimiento moral. Como ya se indicó en la
introducción, esta teoría afirma que el pecado es en esencia los impulsos naturales
y cualidades heredadas de las bestias, lo que se convierte en pecado cuando las
criaturas en evolución van despertando gradualmente a un sentido de lo que es
moral. El problema principal de esta teoría es que no considera el pecado como
oposición a Dios o transgresión a su ley.

7.2.2 El concepto Bíblico del pecado

La cultura contemporánea ha perdido el concepto del pecado, llamándolo de una


manera diferente, como si se tratara de algo genético. Por esta razón es necesario
tener un concepto correcto del pecado.

1- Definición del pecado. A través de la historia los teólogos han ofrecido


diferentes definiciones sobre lo que es el pecado. Muchos han definido el pecado
de una manera herética; otros lo han definido de una manera más cercana, como lo
hizo Agustín, quien definió el pecado como la perdida del bien. Pero en realidad es
más que eso. Se trata de un mal positivo, es decir, la presencia del mal.

a) El pecado como violación de la ley de Dios. El pecado puede ser ilustrado como
un arquero que dispara una flecha y no da en el blanco. La definición Bíblica mas
sencilla para el pecado es “errar el blanco”. En este caso, el blanco o la norma es
la ley de Dios. La ley de Dios expresa su propia justicia y es el estándar supremo
para nuestro comportamiento. Cuando no damos en el blanco de ese estándar,
pecamos. El pecado puede definirse como “el no conformarse o el transgredir
cualquier ley de Dios, otorgada como la norma para las criaturas racionales”. Esta
definición abarca tres dimensiones:

• El pecado es la no conformidad o el no poder cumplir plenamente la ley de


Dios. Un pecado de omisión es el fracaso de hacer lo que Dios ordena. A
este se refiere Santiago cuando dice: “y al que sabe hacer lo bueno, y no lo
hace, le es pecado” (Stgo. 4:17).
• El pecado es definido como transgredir la ley de Dios. En este caso
hablamos de un pecado por comisión, es decir, cuando cometemos acciones
prohibidas. El pasaje clave es 1 Juan 3:4. La frase “infracción de la ley”
transmite la idea de una persona que vive sin tomar en cuenta la ley. Es
claro que Pablo no se refiere ni a la ley de los romanos ni a la ley de los
fariseos. Pablo se refiere a la ley moral de Dios (Romanos 8:7). Notemos
que Pablo citó el décimo mandamiento de la ley moral para identificar un
pecado. No hay conducta moral que sea pecado y que no caiga dentro de los
10 mandamientos, pues ellos se aplican a todas las esferas. Una implicación
de esto es que si el pecado es la violación a la ley de Dios, entonces
debemos predicar sobre la ley, pues ella expone o saca a la luz el pecado
(Romanos 3:20; 7:7). No se trata de predicar la ley para salvación, sino para
traer convicción de pecado y preparar el corazón para recibir el evangelio.
• El pecado es una acción realizada por criaturas racionales. Pecamos
siempre que sabiendo que algo esta mal, aun así, elegimos desobedecer.
Como ha dicho el pastor John Piper en su libro 50 razones, “He oído decir
que Cristo no murió por las ranas, resaltando con esta frase el valor del ser
humano. Sin embargo, esto altera el significado de la gracia. Somos peores
que las ranas. Las ranas no han pecado ni se han rebelado ni han tratado a
su Creador con desprecio. Dios no tuvo que morir por las ranas”.

b) El pecado como una mala representación del carácter de Dios. La ley moral de
Dios no es una regla arbitraria que se le ocurrió a Dios. Ella es un reflejo del
carácter santo de Dios mismo (Levítico 19:2). Jesús habló de este mismo principio
en Mateo 5:20-47, donde enfatizó que debemos ser perfectos como el Padre que
esta en el cielo. Esto está en perfecta armonía con la idea del hombre como imagen
de Dios o replica visible. Pero el hombre cayó y la imagen de Dios se ha
distorsionado o fracturado. El hombre es ahora una representación difamadora de
lo que Dios es. Conformarse a la ley de Dios es reflejar el carácter santo de Dios,
mientras que no conformarse a la ley de Dios seria una mala representación del
carácter de Dios (Romanos 3:23). La importancia práctica de ver el pecado de esta
manera es que el pecado es mucho mas que violar las reglas éticas, es una afrenta
personal a su carácter Santo.

c) El pecado como rechazo del bien mayor para el hombre. “El fin principal del
hombre es glorificar a Dios y disfrutar de El para siempre”. Esta afirmación del
catecismo parece referirse a dos cosas diferentes, pero la realidad es que se refiere
a una sola realidad. EL FIN principal del hombre es glorificar a Dios disfrutando
de El para siempre. Las Escrituras nos mandan a disfrutar de Dios y deleitarnos en
El (Salmo 27:4; Salmo 34:8; Salmo 37:4; Salmo 73:25, 26; Salmo 100:1-2). El
punto es que mientras mas lo disfrutamos como nuestro sumo bien y tesoro, El es
más glorificado. Como lo diría el pastor John Piper: “Dios es mas glorificado en
nosotros mientras mas satisfechos estamos en El”. La esencia del pecado es
entonces rechazar a Dios como la fuente de nuestra satisfacción y buscarla en las
cosas creadas. En Romanos 1:18-32, Pablo nos dice que la razón por la cual Dios
ha manifestado su ira desde el cielo es porque los hombres le ha dado la espalda a
la gloria de Dios, buscando su satisfacción personal en las criaturas. Por otro lado,
en Jeremías 2:11-13, vemos a Dios llamando a los cielos como testigos para ver el
gran mal que hizo su pueblo: “me dejaron a mí, fuente de agua viva, y cavaron
para sí cisternas, cisternas rotas que no retienen agua”. Si los cielos preguntasen
a Dios donde esta el problema, Dios respondería: mi pueblo ha trocado su gloria
por lo que no aprovecha”. Dios juzgará a todo aquel que no le disfruta
(Deuteronomio 28:47-48), pues el disfrute de Dios como nuestro mayor bien es el
medio por el cual le damos mayor gloria. Pecado es entonces poner los deleites de
este mundo por encima de los deleites de Dios. La relevancia práctica de esta
definición es que resalta la estupidez del pecado. Es una necedad porque se
rechaza un placer superior por la basura del mundo.

A la luz de las definiciones dadas acerca del pecado, se hace necesario resaltar
algunos aspectos que se derivan de estas definiciones:

• El Pecado es un tipo específico de mal. Muchas son las personas que


tienden a definir el pecado como el mal. La realidad es que aunque todo
pecado es malo, no todo mal es pecado. La enfermedad, por ejemplo, puede
catalogarse como “mal”, pero no como pecado. Así que, el pecado es un
tipo específico de mal, un mal moral, del que el hombre es directamente
responsable y por el cual debe ser condenado.
• El pecado esta siempre relacionado a Dios y a su voluntad. La teología
moderna insiste en interpretar el pecado en términos sociales, es decir, con
referencia al prójimo. Pero, como hemos visto, el pecado es un concepto
teológico, no meramente un concepto social. No pudiéramos hablar de
pecado si Dios no esta en actuación. Por esto es que todos los intentos
modernos de definir el pecado fracasan. Cuando José fue seducido por la
mujer de Potifar, José expresó que su pecado era una ofensa contra Dios.
Es la misma perspectiva de David en el Salmo 51:4 cuando dice: “Contra
Ti he pecado y hecho lo malo delante de Tus ojos”.
• El pecado incluye tanto la culpa como la corrupción. El pecado incluye ante
todo culpa, es decir, una trasgresión a la ley de Dios, que hace a los
hombres dignos de castigo (Mat. 6:12; Rom. 3:19; 5:18; Ef. 5:2). El pecado
incluye también corrupción, una corrupción inherente a la cual esta sujeto
todo pecador. La corrupción del pecado es ensenada claramente en las
Escrituras (Job 14:4; Jer. 17:9; Mat. 7:15-20; Rom. 8:5-8; Ef. 4:17-19).
• El pecado no consiste solo en actos exteriores. La Biblia enseña que el
pecado no es solo actos exteriores aislados, sino que también incluye
hábitos pecaminosos y condiciones pecaminosas del corazón, donde la
condición pecaminosa del corazón es la base de la corrupción y la
corrupción produce actos pecaminosos. El punto aquí es que la Biblia
enseña que también los malos pensamientos, sentimientos e intenciones del
corazón también han de ser vistos como pecado (Mat. 5:22-28; Rom. 7:7;
Gal. 5:17,24).

2- Universalidad del pecado. La Biblia nos habla de la universalidad del pecado


en términos de no dar en el blanco de la gloria de Dios: “por cuanto todos
pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios” (Rom. 2:23). En el mismo
capítulo dice el apóstol Pablo, haciendo eco de las Escrituras: “Como está escrito:
No hay justo, ni aun uno; No hay quien entienda. No hay quien busque a Dios.
Todos se desviaron, a una se hicieron inútiles; No hay quien haga lo bueno, no
hay ni siquiera uno” (Rom. 3:10-12). El apóstol Juan lo dice así en su primera
epístola: “Si decimos que no hemos pecado, le hacemos a él mentiroso, y su
palabra no está en nosotros” (1 Jn. 1:10). A excepción de Cristo, ninguna otra
persona que haya vivido sobre la tierra ha estado libre de pecado. Cuando Pablo
trata de probar que el pecado es universal en la humanidad, apela a la ley de Dios,
sea a la ley escrita dada al judío (Rom. 2:17-19), o a la ley no escrita que opera en
la conciencia de los gentiles quienes, por su conducta, muestran que llevan escrito
en su corazón lo que la ley exige (Rom. 2:15).

3- Los grados de pecado. ¿Enseña la Biblia que hay grados de pecados? Si. Jesús
reprendió a los fariseos por haber omitido cumplir lo mas importante de la ley, y
reconvino a las ciudades de Corazón y Betsaida, diciéndoles que su pecado era
peor que el de Sodoma y Gomorra (Mat. 11:20-24). Cuando Jesús habló con Pilato
afirmó que los que le habían entregado cometieron peor pecado (Juan 19:11). A la
luz de las palabras de Jesús debemos reconocer que hay gados de pecados. Sin
embargo, debemos cuidarnos de no hacer conclusiones que no son Bíblicas.

a) La distinción católico Romana entre pecados “veniales” y pecados “mortales”.


Algunos teólogos como Agustín comenzaron a hacer distinción de pecados. La
diferencia se basó en las pecados mortales y los veniales. Según un diccionario
católico, un pecado venial es una ofensa contra Dios que no es tan seria como para
provocar que se caiga de la gracia (ejemplo: robar 10 centavos o una mentira
blanca). El pecado mortal seria una trasgresión grave de la ley, de la cual se ha
hecho una completa advertencia y un consentimiento completo del que lo comete;
se llama mortal porque corta al que lo comete de la gracia de Dios. Un pasaje que
frecuentemente usan para probar esto es Gálatas 5:19-21. El texto cita 17 pecados
de los cuales se dice al final que quienes practican tales cosas no heredarán el
Reino de Dios. Según la teología católica, si cometes un pecado venial y no te
confiesas, no estas en peligro de ir al infierno. Sin embargo, si cometes un pecado
mortal y no te confiesas, estas en peligro de ir al infierno. El efecto de esta
creencia es que la persona viva en una preocupación constante. Pero en otros tiene
un efecto diferente. Muchos no se preocupan o toman en serio el pecado.

b) Lo que la Biblia enseña sobre grados de pecado.

1- Todos los pecados son serios. Todos los pecados son dignos de condenación
(Deuteronomio 27:26; Gálatas 3:10). Según el apóstol, quebrantar un solo
mandamiento es equivalente a estar maldito y ser culpable de violar la ley. ¿Cuál
fue el pecado de Adán que le llevo a la muerte? Fue simplemente tomar y comer
del fruto prohibido. Todos los pecados contra Dios son serios y por esta razón
debemos rechazar la teoría de separar los pecados veniales y mortales.

2- Algunos pecados son más serios que otros. El hecho de que todos los pecados
son serios ante Dios, no quita de que algunos pecados sean peores que otros. El
mismo Jesús comparó pecados y dijo que algunos pecados son mayores que otros.
Pasajes Bíblicos parecen mostrar la misma idea (Mateo 11:24).

¿Por qué Dios trata algunos pecados peores que otros? Esto depende de dos cosas:

a) Eso dependerá del grado de luz que tenga el pecador (Lucas 12:47-48). Sodoma
y Gomorra tenían menos luz que los contemporáneos de Jesús, por lo que su
castigo seria menor. Cuando Jesús hablo con Pilato, Jesús se refirió a alguien que
tenía más luz que Pilato y por lo tanto, su pecado era mayor.
b) Eso dependerá de la intención que tenia la persona cuando lo cometió (Números
15:27-30; Jeremías 7:20-26). Todos aquellos pecados que tienen la intención de
desafiar a Dios son caracterizados en Isaías.
3- Hay un pecado imperdonable: la blasfemia contra el Espíritu Santo. Ha habido
varios intentos de identificar este crimen específico que es imperdonable. Algunos
lo han atribuido al homicidio y al adulterio. Sin embargo, aunque estos pecados
son serios ante Dios, la Biblia deja bien claro que pueden ser perdonados. David,
por ejemplo, fue culpable de ambos, pero fue restaurado a la gracia. Para poder
entender mejor la naturaleza de dicho pecado, es necesario ver los detalles dados
por lo pasajes que lo describen:

“Por tanto os digo: Todo pecado y blasfemia será perdonado a los hombres; mas
la blasfemia contra el Espíritu no les será perdonada. A cualquiera que dijere
alguna palabra contra el Hijo del Hombre, le será perdonado; pero al que hable
contra el Espíritu Santo, no le será perdonado, ni en este siglo ni en el venidero”
(Mat. 12:31-32).

“De cierto os digo que todos los pecados serán perdonados a los hijos de los
hombres, y las blasfemias cualesquiera que sean; pero cualquiera que blasfeme
contra el Espíritu Santo, no tiene jamás perdón, sino que es reo de juicio eterno”
(Mr. 3:28-29).

Lo primero que debemos resaltar es el contexto. En el contexto de ambos pasajes


tenemos a Jesús sacando demonios. Este acto era evidente para todos. Nadie podía
negar los milagros de nuestro Salvador. Ante tal muestra de poder, autoridad y
compasión, los escribas y fariseos, quienes tenían el corazón endurecido, se
rehusaron a recibir a Jesús como Mesías, en cambio, le acusaron de echar fuera los
demonios por el poder de Belcebú. La respuesta de Jesús es doble para ellos:

a) Era un argumento tonto, pues eso implicaría que Satanás estaría dividido
contra si mismo.
b) Debido al contexto y como se introduce el tema de la blasfemia contra el
Espíritu Santo, Jesús afirma que ellos habían cometido este pecado. En el
verso 30 de Mateo 12 se confirma dicha acción. El verbo en el griego da a
entender que no era la primera vez que lo hacían.

Algunos detalles sobre este pecado pueden ser observados en los pasajes:

a) Este pecado involucra palabras. Mientras que el pasaje de Marcos dice


“blasfeme”, el pasaje de Mateo agrega “a cualquiera que diga”. Como diría
el profesor Sproul: “La blasfemia contra el Espíritu Santo es algo que se
hace con los labios o con la pluma”.
b) Este pecado involucra palabras contra el Espíritu Santo. Jesús dice claro
que las palabras contra el Hijo del hombre serán perdonadas, pero las
palabras contra el Espíritu no serán perdonadas nunca (ni en este siglo, ni
en el venidero).
c) Este pecado no se comete en ignorancia. Esto lo sacamos del hecho de que
era evidente para todos que Jesús sacaba demonios y que era por el poder
del Espíritu. Nadie podía negar este hecho.
d) Este pecado involucra un corazón endurecido. Los escribas y fariseos
vieron claramente como Jesús sacaba demonios por el poder del Espíritu
Santo. Sin embargo, su corazón estaba tan endurecido que lo atribuyeron al
poder del maligno.

Cuando tomamos todos estos detalles en cuenta, este pecado, como la señalado
Alexander Ross, parece describir mas bien un estado permanente de pecado, en el
que la persona pueda llegar hasta a llamar a lo malo bueno y a lo bueno malo.
Parece describir un estado en el que una persona, después de haber tenido
conocimiento de la verdad, o como dice el autor al libro a los Hebreos, después
que “fueron iluminados y gustaron del don celestial, y fueron hechos partícipes
del Espíritu Santo”, recae, expresando repudio y difamación conciente, malicioso
y voluntario a la gracia de Dios y a todo testimonio del Espíritu Santo, entrando a
un estado de endurecimiento tan grande, que se les hace imposible volver a la
verdad.

¿Por qué es que Dios no perdonara este pecado? El problema no es que la sangre
de Cristo no puede cubrir este pecado. Lo imperdonable de este pecado es que el
pecador llega a un punto tal de dureza de corazón, que no hay vuelta atrás
(Hebreos 6:4-6). A esto es a lo que se refiere la expresión “crucificar de nuevo”.
En Hebreos 10, el autor habla del mismo pecado y nos dice que si una persona que
conoce del evangelio se aparta con soberbia, ya no habrá mas expiación por el
pecado (Hebreos 10:26). Pedro también habla de estos individuos, los cuales
fueron sacados de la suciedad del mundo y luego apostatan a tal punto, que su
postrer estado viene a ser peor que el primero (2 Pedro 2:20-21). Mejor les hubiese
sido a estas personas no haber nacido. A este pecado es al que se refiere Juan y
que le llama pecado de muerte (1 Juan 5:16).

4- El castigo por el pecado. Aunque el castigo divino sirve como advertencia para
que los hombres no sigan pecado, sin embargo, este no es propósito principal por
el que Dios castiga el pecado. La razón principal es que la justicia de Dios lo
exige, para que El sea glorificado en el universo. Esta es la enseñanza de Pablo en
Romanos 3:25, donde se dice textualmente que la razón por la que el Padre mato
al Hijo en la cruz fue para mostrar a todo el universo la gloria de su justicia.
Anteriormente, en su paciencia, Dios había pasado por alto los pecados. Si Cristo
no hubiese venido a ser castigado por esos pecados, Dios no hubiese mostrado su
justicia. Debido a que Dios había pasado por alto los pecados pasados, la gente
podría acusar a Dios con razón de injusticia, presuponiendo que un Dios que n
castiga el pecado es injusto. Por consiguiente, cuando Dios envía a su Hijo para
que muriera y pagara la pena por nuestros pecados, demostró que El podía ser
justo y justificar al impío.

La cruz es entonces una clara demostración de que Dios castiga el pecado. Si El no


castigara el pecado no seria justo, y entonces no habría justicia suprema en el
universo.
UNIDAD 8: LA CAIDA

INTRODUCCION

Esto nos lleva a Génesis 3:3-7, donde se nos relata el primer pecado.

8.1 LA HISTORICIDAD DE LA CAIDA

Algunos consideran toda la narración de Génesis 3 como una alegoría que


representa, por medio de una figura, la depravación propia del hombre y su
cambio gradual. Hombres como Kart Bath y Emil Bruner consideran que el relato
es un mito. Para estos, la historia de Génesis únicamente nos enseña que, aunque
el hombre ahora es incapaz de hacer algún bien y esta sujeto a la ley de muerte,
esto no necesariamente es así. Por otro lado, hay otros teólogos que aunque no
niegan la historicidad del hecho, sostienen que la serpiente no debe interpretarse al
pie de la letra cono animal, sino como el nombre o el símbolo de la codicia, del
deseo sexual, de la razón equivocada o de Satanás.

Sin embargo, que el relato de Génesis sobre la caída es un hecho histórico, es


evidente por varias razones, como lo ha señalado Charles Hodge:

1- Un examen interno del relato Bíblico y una comparación del mismo con los
relatos mitológicos de otras culturas acerca del origen del mundo y del pecado nos
muestra que el mismo no presenta mitos ni relatos exagerados, sino que nos
presenta un relato sencillo e inteligible (claro).
2- La caída de Adán es presentada como parte integral del libro de Génesis, el cual
es confesionalmente histórico. Los pasajes precedentes y subsecuentes a Gen 3:1-7
tienen la intención de de una sencilla narración histórica.
3- El relato de la caída de Génesis 3 no solo es parte integral del libro de Génesis,
sino también de toda la historia de la Escritura como un todo, la cual trata sobre el
origen, la apostasía y el desarrollo de la raza humana en conexión con el plan de
redención. Muchas referencias Bíblicas importantes son prueba de esto (Job 31:33;
Ecl. 7:29; Isa. 43:27; Ose. 6:7; Rom. 5:12,18 y 19; 1 Cor. 5:21; 2 Cor. 11:3; 1
Tim. 2:14).
4- Encontramos que tanto en el Antiguo como en el Nuevo Testamento los hechos
tratados en Génesis hacen referencia a hechos históricos.
5- Estos hechos están detrás del sistema doctrinal revelado en las Escrituras.
Nuestro Señor y sus apóstoles se refirieron a este hecho histórico no solo como
verdad, sino también como el fundamento para las revelaciones y dispensaciones
subsecuentes. En el Nuevo Testamento se encuentran varias referencias sobre este
hecho histórico (Rom. 5:12-21; 1 Cor. 15:22; 2 Cor. 11:3; 1 Tim. 2:13). Es claro a
la luz de estos pasajes que los escritores del Nuevo testamento interpretaron este
hecho literalmente y basaron su teología en él. Para Pablo Adán fue tan real como
Cristo, y la caída tan real como la redención.

¿Qué de la serpiente? ¿Es algo literal o es un mero símbolo para referirse a una
realidad espiritual? Como lo ha señalado Hodge, todo en el relato de Génesis 3
indica que no se trata de un símbolo para referirse a Satanás, ni es que Satanás
tomo forma de serpiente. Que una serpiente real fue el agente de la tentación es
claro por el hecho de lo que se dice sobre las características naturales de la
serpiente en el primer versículo de esa sección, por la maldición que se pronuncia
sobre la misma y por la enemistad que es proclamada entre la simiente de la mujer
y la serpiente. Pero es obvio que Satanás fue el real autor de la tentación y quien
usó la serpiente simplemente como un instrumento para la misma; esto por dos
razones: la naturaleza de la transacción. Lo que se le atribuye a la serpiente
trasciende al poder de un mero animal. Por otro lado, el Nuevo Testamento
identifica a Satanás como la serpiente antigua (Apoc. 12:9).

8.2 CONTEXTO DE LA CAIDA EN EDEN

La caída del hombre se da en el Edén, llamado en el libro de Apocalipsis como el


Paraíso. Dos características importantes sobre el hombre en el Edén:

8.2.1 La condición original de la humanidad.

Esta condición se puede ver bajo 3 subpuntos:

1- La integridad moral. La Biblia nos expresa que Dios vio que todo cuanto había
hecho era bueno en gran manera, por lo que no había allí mal moral (Gn. 1:31; Gn.
2:25). En Eclesiastés 7:9, Salomón dice que Dios hizo al hombre “recto”. La
palabra “recto” implica en hebreo integridad moral. Por esta integridad o justicia
original queremos decir que el hombre estaba perfectamente adaptado para el fin
principal para el cual fue creado: “glorificar a Dios disfrutando de El para
siempre”.

La teología Católico Romana niega que esta justicia haya sido parte esencial de la
naturaleza del hombre cuando este fue creado. Su posición es que el hombre fue
dotado de este don sobrenatural, el cual le ayudaría a vencer sus tendencias o
impulsos carnales. Cuando el hombre cayó, perdió este don. Por otro lado, los
Pelagianos y otros grupos son de la opinión de que el hombre fue creado en un
estado de moralidad neutra y que este alcanzaría la justicia o santidad usando la
libre voluntad con la que fue dotado para luchar contra el mal.
2- Inmadurez moral. No se esta negando con esto que el hombre era recto.
Tampoco queremos decir que el hombre haya sido creado sin conciencia ni sin
conocimiento moral, pues Adán no era ignorante sobre lo bueno y lo malo.
Cuando decimos que el hombre era inmaduro, queremos decir que Dios lo creó
con la habilidad de crecer en madurez moral (sabiduría). En hecho de que el
hombre estaba en un estado de justicia y santidad no implica que ya hubiera
alcanzado el más alto estado de excelencia de que era susceptible. Se considera
que el hombre estaba destinado a un nivel más alto de perfección en el camino de
la obediencia. Si Adán hubiese obedecido perfectamente el mandato, hubiese
llevado a la humanidad a ese estado. Esto será tratado de manera mas completa
cuando tratemos el pacto Adámico.

3- Inmortalidad. El hombre, tal como fue creado por Dios, no llevaba en El las
semillas de la muerte y no hubiera tenido necesariamente que morir en virtud de la
constitución original de su naturaleza. Aunque la posibilidad de que muerte no
estaba excluida, el hombre no quedaba sujeto a la muerte en tanto que no pecara.
Debe resaltarse, que la inmortalidad que gozaba la raza humana en su estado
original no era algo puramente negativo y físico, sino que también era positivo y
espiritual. La inmortalidad de la que hablamos significa vida en comunión con
Dios y goce del favor del Altísimo.

4- Mutabilidad moral. Adán fue creado con la capacidad de mantener un estado de


integridad o cambiar a un estado que era esencialmente malo. El hecho de que
Dios hizo al hombre recto y que el mismo cayó de ese estado, nos hace entender
que el hombre fue creado con la capacidad de mutar. El más alto nivel de justicia
al que hubiese sido llevado el hombre si Adán no hubiese pecado incluía la
incapacidad de mutar.

8.2.2 El pacto original para la humanidad.

Dios creó al hombre e hizo un pacto o arreglo legal con el mismo. Este es llamado
el “pacto de obras”. Algunos teólogos han sugerido otros nombres: “Pacto de la
creación”, “Pacto adámico”, entre otros.

Dos preguntas:

1- ¿Es apropiado llamarle a esta condición un pacto? Debe admitirse que la


palabra “pacto” no aparece en los primeros tres capítulos de Génesis. Sin embargo,
podemos hablar de un pacto de Dios con Adán por dos razones:

• Todos los elementos de un pacto están involucrados: Se nombran dos


partes contratantes (Dios y Adán); se da una promesa de vida, la cual seria
el resultado del cumplimiento de una condición. La violación de dicha
condición estaba acompañada de una advertencia de muerte. Algunos han
objetado que en ningún momento vemos a Dios y a Adán llegando a un
acuerdo. La realidad es que cuando Dios entra en una relación de pacto con
alguien, nunca le pide su aprobación. Dios es el iniciador de los pactos y El
pone las condiciones. Tal fue el caso de Noe y Abraham.

• Un estudio sistemático del tema de los pactos a lo largo de toda la Biblia


nos muestra que hay pasajes de las Escrituras que parecen sugerir que si
hubo tal pacto: “Mas ellos, cual Adán, traspasaron el pacto; allí
prevaricaron contra mí” (Oseas 6:7). Por otro lado, el paralelismo entre
Adán y Cristo trazado por Pablo en Romanos 5 en relación a la
justificación, puede explicarse únicamente sobre la suposición de que Adán
como Cristo, fue la cabeza de un pacto.

2- ¿Es apropiado el nombre Pacto de obras? Se han sugerido diversos nombres


para este pacto, como ya se indicó anteriormente. La razón por la cual algunos
llaman a este pacto “pacto de las obras” es debido a que la promesa involucrada en
dicho pacto dependía de una perfecta obediencia al mandato de Dios. Por otro
lado, se le ha dado este nombre para distinguirlo del nuevo pacto, donde la fe es la
condición para adquirir las promesas de dicho pacto. Independientemente de si el
nombre es indebido, el concepto que se quiere expresar es totalmente correcto.

¿Cuáles fueron los elementos del pacto con Adán?

1- Las partes contratantes. Por un lado tenemos al Dios Trino y por el otro, a Adán
como su criatura dependiente. Dios toma la iniciativa y hace un pacto con Adán,
donde El mismo impuso de manera soberana esta condición sobre el hombre. No
hubo un diálogo entre las dos partes para llegar a una conclusión. Como Señor y
dueño de Adán, Dios tenía todo el derecho de poner las condiciones del mismo.

Debe resaltarse en este punto, que al igual que en todos los pactos de Dios con un
siervo justo, el pacto no solo incluía a Adán, sino también que involucraba a toda
su posteridad. Por lo tanto, como lo ha expresado Charles Hodge, “Adán no actuó
en su capacidad individual sino como la cabeza y representante de su posteridad”.

2- Una provisión de gracia. Según el texto, Dios puso al hombre en un lugar de


mucha felicidad. Dios preparó el jardín del Edén, donde la presencia especial de
Dios estaba. Allí estarían las necesidades del hombre satisfechas; por eso se le
llama paraíso. La generosidad de Dios puede ser percibida en el verso 16, donde se
expresa una libertad sin límites: “Y ordenó el SEÑOR Dios al hombre, diciendo:
De todo árbol del huerto podrás comer”.
3- Una prohibición especial. Dios dio a Adán un mandamiento adicional a la ley
escrita en su corazón. El no debía comer del árbol del conocimiento del bien y el
mal (v.17). Esta era especial en su naturaleza; es decir, no era moral en su esencia,
sino que era positiva. No había nada inmoral en comer del árbol. Adán tenía que
recibir la sabiduría según la manera que Dios había establecido y en el tiempo de
Dios. Mientras tanto, Adán debía refrenarse, no porque era malo, sino
simplemente porque Dios lo había prohibido. Un mandamiento positivo es aquel
que no viene por la conciencia, sino por la revelación directa de Dios (bautismo,
Santa cena).

¿Por que Dios dio un mandamiento así?

a) Dios quería probar la lealtad de Adán. La lealtad y la obediencia brillan cuando


nosotros obedecemos a Dios simplemente por su persona y porque El lo dice. Este
es el tipo de obediencia que Abraham dio a Dios; es el tipo de obediencia que
Jesús dio a su Padre cuando dijo: “no se haga mi voluntad, sino la tuya” y es el
tipo de obediencia que Dios pidió a Adán.

b) El nombre del árbol implica la meta ética de esta prohibición. Según la Biblia,
la ciencia del bien y el mal se refiere a una madurez ética (Deuteronomio 1:39). El
punto del pasaje es que los niños son inmaduros en cuanto al conocimiento del
bien y el mal. La misma idea la vemos en 1 Reyes 3:9, donde Salomón no está
confesando ignorancia en cuanto a lo bueno o malo, sino que lo que el está
pidiendo es madurez ética. El resto de la Biblia llama a esta madurez espiritual
“jokmah” o “sabiduría”. Al llamarle al árbol como le llamó, Dios esta diciendo
que a través del árbol el hombre podía obtener sabiduría, pero en el tiempo de
Dios y en la manera que El había establecido.

El Nuevo Testamento habla de otro árbol que puede ser usado como instrumento
para obtener sabiduría: “El árbol del calvario” (Hebreos 5:8-9). Fue a través del
sufrimiento que Cristo, como hombre, obtuvo la meta que Adán no pudo alcanzar,
obtuvo el conocimiento del bien y el mal.

También existe la falsificación de la sabiduría. La verdadera viene del cielo y esta


basada en el temor a Dios (Prov. 1:7). En 1 cor 1:20-21 Pablo habla de esta
sabiduría. El tipo de sabiduría que Adán alcanzaría dependería de su obediencia.
Según la conducta de Adán, el obtendría la sabiduría espiritual o la sabiduría del
mundo. Génesis 3:22 deja claro que el árbol seria el instrumento de esta, sea que
se obedeciera o no. Si obedecía obtendría la espiritual y si no obedecía obtendría
la del mundo.

4- Una advertencia solemne. Dios advirtió a Adán que este moriría el día que
comiera de este árbol. La muerte que se menciona en esta advertencia es la muerte
en el sentido más inclusivo de la palabra, que abarca desde la muerte física hasta la
vida espiritual. La idea fundamental de la muerte en la Escritura no es la extinción
o aniquilación del ser, sino el quedar separado de la fuente de vida, con la
resultante disolución, o miseria y dolor. Esta sentencia de muerte era para que
Adán no despreciara todo lo que Dios le había dado.

5- Una promesa implicada. Las palabras de Dios a Adán no eran una simple
advertencia, pues también había una promesa implicada. Si Adán obedecía y se
abstenían de comer del árbol, ellos también hubieran alcanzado un nivel de vida y
de comunión con Dios que no se podía perder. Dado que Adán actuó como cabeza
y representante de su posteridad, el nivel de vida que este hubiese alcanzado
hubiese sido disfrutado por la misma.

¿Hay algún soporte bíblico para apoyar que la advertencia a Adán tenia una
promesa implícita? Si

• En la Biblia, muchas amenazas implican o incluyen promesas positivas


(Jonás 3:4). Ante la advertencia de Jonás, los habitantes de Nínive infirieron que
había una promesa: si ellos hacían caso a la advertencia, serian perdonados. De
igual manera, la amenaza del castigo a Adán, implica la promesa de que si
obedecían el mandato, obtendrían un nivel de vida superior al que poseían; una
vida de santidad en la presencia de Dios y de una forma inmutable.

• La cercanía física entre el árbol de la vida y el árbol de la ciencia del bien o el


mal sugiere una relación. Si Adán se hubiese refrenado de comer del árbol,
hubiese tenido acceso al árbol de la vida. El árbol de la vida es un símbolo de una
vida mas allá de la que Adán hubiese alcanzado si hubiese obedecido.
Aparentemente Adán y Eva no habían tenido acceso al mismo (Génesis 3:22). El
adverbio “también” se usa en el verso 6, donde se nos dice que Adán no había
comido todavía del Árbol. ¿Por qué no habían comido Adán y Eva del árbol de la
vida? Tal vez la cercanía entre ambos árboles los relaciona: uno era la recompensa
del otro. Un argumento a favor de esto es que en otros lugares de la Biblia se
presenta el árbol de la vida como recompensa al creyente. En proverbios, el árbol
de la vida es usado como metáfora para referirse a recompensas. En Apocalipsis,
es usado como símbolo de inmortalidad o vida eterna para aquellos que perseveran
(Apocalipsis 2:7; 22:2,14).

• La promesa de obtener en Cristo aquello que Adán estaba supuesto a obtener. La


Biblia nos relata que existe una relación entre Adán y Cristo, quien es el segundo
Adán. El asunto importante aquí es que lo que vemos es un pacto, aunque no se
use el nombre explicito, pues todos los elementos de un pacto están ahí; además,
Dios usa su nombre del pacto (Jehová). Oseas 6:7 también nos da una evidencia
contundente, pues nos expresa que Israel trasgredió el pacto, así como Adán lo
hizo. ¿Qué tal con el nombre pacto de obras? Esa frase puede ser mal interpretada,
pues podría oscurecer la gracia de Dios. Es preferible llamarle el pacto de la vida.

8.3 EL RELATO BÍBLICO DE LA CAÍDA

Cuando Dios terminó la creación, vio que todo cuanto había hecho era bueno en
gran manera; es decir, el mal no había entrado todavía. Es probable que Satanás no
hubiera pecado hasta este momento. Al tomar Génesis 2, notamos que también
termina con una declaración similar. Pero al llegar al capitulo 3, notamos que el
escenario cambia. Aparece en este momento Satanás, quien uso la serpiente. Es
claro que Satanás uso la serpiente, pues en el contexto se compara la serpiente con
otros animales. Además, Dios dicta una sentencia sobre ella al final.

El verso 1 del capitulo 3 nos dice que la serpiente era mas astuta que los demás
animales. La palabra “astuta” se usa manera positiva y negativa en las Escrituras.
Desde que la serpiente comienza hablar, vemos que sus intenciones eran malas.
Posiblemente Satanás cayó alrededor de ese momento; es decir, cuando el
comenzó a tentar a Adán. Una de las razones que nos hace pensar esto es que Dios
condena a Satanás en base a este acto.

A) La tentación de Satanás. La caída del hombre fue ocasionada por la tentación


de la serpiente, quien sembró en las mentes del hombre la semilla de duda e
incredulidad. La intención del tentador era hacer caer a Adán como cabeza del
pacto, sin embargo, se acerca a Eva. Según Luís Berkhof, esto posiblemente se
debe a:

1- Ella no era la cabeza del pacto, por lo que no tenía la misma responsabilidad
que Adán.
2- Ella no había recibido el mandato de parte de Dios directamente sino de forma
indirecta, por lo que, subsecuentemente seria mas susceptible al argumento y a la
duda.
3- Era el agente más efectivo para llegar al corazón de Adán.

El procedimiento seguido por el tentador es claro:

1- Una mal representación de Dios, donde lo hace ver injusto.


2- La serpiente quiere resaltar que Dios no es lógico en lo que pide. Esto se ve con
la expresión: “Con que Dios…”. Eva responde la pregunta con una corrección,
haciendo resaltar que Dios les había permitido comer de todos, excepto de ese.
Aparentemente Eva había intensificado el mandato cuando dijo que no debía
tocarse. Hasta este punto Eva no ha pecado. Es posible que Eva estuviera haciendo
lo correcto en este momento, pues ella apelo a la palabra de Dios. Por esta razón,
Satanás viene con un segundo ataque, donde le hace pensar que ella no moriría y
que podía ser como Dios. Es interesante ver que esta declaración tenía algo de
verdad:
- Dios sabía lo que pasaría si ellos comían: ellos conocerían el bien el mal como
Dios (vs.7, 22).
- Ellos no iban a morir. Pero hay también una gran mentira en su declaración, y es
que el hombre alcanzaría autonomía (sabiduría y conocimiento) sin la ayuda de
Dios.

B) La trasgresión de Adán. Eva no respondió a la tentación de la serpiente acorde


con el mandato de Dios. Ella respondió a la tentación usando su propio juicio y sus
deseos, concluyendo que era bueno para ella. Decidió tomar el fruto y comer. Pero
la historia no termina ahí. Hay otra persona que se involucra en el acto. Los versos
4 y 5 del capitulo 3 muestran que la tentación fue dirigida a más de una persona.
Se infiere del pasaje que Adán estuvo a su lado todo el tiempo. Ellos cometieron el
mal casi de manera simultánea (v.7). Adán sabía lo que estaba pasando y sin
embargo, no tomo el liderazgo espiritual, sino que siguió a su esposa en su pecado.
Aun cuando el presenciaba la respuesta de su esposa, cae. Es por esta razón que
Pablo afirma que Eva fue engañada y Adán no. Con esto Pablo no quiere decir que
Eva no tiene culpa, sino que quiere resaltar el hecho de que Adán era más
culpable, pues desobedeció libre y voluntariamente el mandato de Dios de no
comer del fruto, escogiendo seguir a su esposa en su acto de desobediencia, en
plena consciencia de lo que hacían (Gn. 3:17). Ambos rechazaron la palabra de
Dios y decidieron ellos mismos que hacer.

Así que, la incredulidad fue la causa de su caída. Ellos estaban perfectamente


concientes, sin embargo, usaron sus facultades para responder a las demandas de
una criatura en desafío del creador. Luís Berkhof destaca que en este primer
pecado, todas las facultades de Adán participaron:

- En el intelecto: Se reveló a sí mismo como incredulidad y orgullo (Gn. 3:17).


- En la voluntad: El deseo de ser como Dios (Gn. 3:5).
- Los afectos: Sintió satisfacción impía de comer del fruto prohibido (Gn. 3:6).

Esto encaja muy bien con la definición que 1 Juan 3:4 nos da sobre el pecado:
“infracción de la ley de Dios”. En el griego, esto significa literalmente “sin ley”; lo
que equivale a “rebelión”.

Se puede apreciar una ironía. El hombre fue creado a imagen de Dios, y sin
embargo, aunque era como Dios conociendo el bien y el mal, era ahora una
imagen distorsionada del mismo.
¿Dónde estaba Dios cuando esto sucedía?

C) La providencia de Dios. Dios mismo ordenó esta tentación original, así como
llevó a Jesús al desierto para ser tentado. Aunque era una tentación de parte de
Satanás, en el diseño de Dios era una prueba para probar su lealtad. La caída del
hombre en pecado fue parte del decreto de Dios. Aunque Dios no tienta a nadie, El
permite que suceda. El permitió la caída de ellos con el propósito de engrandecer
su gloria a lo máximo (Romanos 11:34-36; Efesios 1:11). Dios es mas glorificado
a través del segundo Adán, que es Cristo (Romanos 5:14).

8.4 LOS EFECTOS INMEDIATOS DE LA CAÍDA

A) El hombre perdió su inocencia original.

1- El hombre se convierte en un pecador culpable. Al violar la ley de Dios


merecían un castigo y por eso se esconde del Creador.
2- El hombre se convierte en un pecador corrupto. Ellos vinieron a ser maduros en
un sentido negativo.

B) La imagen visible de Dios se estropea. Después de la caída, la imagen de Dios


no quedó destruida sino pervertida o distorsionada. La imagen en su sentido
estructural siguió estando ahí, pero a partir de ahora el hombre comenzó a utilizar
dichos dones en formas contrarias a la voluntad de Dios.

La caída afectó a todas las maneras en que el hombre es como Dios. En cuanto a
su constitución, la caída afectó todas las facultades del ser humano: su mente, sus
afectos y su voluntad. Algunos creen que algunas partes y no todas han sido
afectadas por la caída (depravación parcial). Pero la realidad es que la caída ha
afectado toda la constitución humana (Isaías 1:5; Efesios 2:1). El hombre aun tiene
la habilidad de comunicarse, pero su lengua es ahora pervertida; el hombre tiene
emociones y voluntad, pero la Biblia enseña que todas estas cosas han sido
afectadas por el pecado de tal manera, que ahora son usadas contra Dios. La
depravación total no es que el hombre es lo peor que pueda ser, sino que todas sus
facultades han sido afectadas por el pecado y fuera de la intervención de
Dios no tiene la capacidad de hacer bien.

En cuanto a sus relaciones, la caída también distorsionó la imagen de Dios en el


hombre. ¿En que grado la caída ha afectado este aspecto de la imagen de Dios?

1- Arruina su relación consigo mismo. El peso del pecado se hace sentir en el


corazón, por lo que no solo eran culpables ante los ojos de Dios, sino también ante
sus propios ojos. Su sentido de vergüenza fue entonces la respuesta inmediata de
una conciencia culpable. Ante esta realidad, tratan de ocultar esta vergüenza
cosiendo hojas para cubrirse y escondiéndose entre los árboles.

2- Arruina su relación con Dios. La voz de Dios se paseaba por le huerto en el


“aire del día” y estos se pretenden esconderse de Dios. La palabra hebrea que se
traduce como “aire del día” tiene origen acadio y significa literalmente
“tormenta”. La expresión debería decir que la voz del Dios habló a Adán y Eva a
través del aire de una tormenta, así como Dios habló a los Israelitas. Sea como sea
que Dios viniese, fue una teofanía de juicio. Al violar la ley de Dios merecían un
castigo.

Ahora el hombre usa sus facultades para rendir culto a ídolos. Todos los hombres,
sin excepción, son adoradores. Debido a la depravación total, el hombre ahora usa
sus facultades para idolatrar otras cosas antes que a Dios.

3- Arruina su relación con el prójimo. Una muerta clara de cómo el pecado afecto
las relaciones es la evasión de la responsabilidad una vez Dios les pide cuentas.
Adán transfiere la culpa a su mujer y ella transfiere la culpa a la serpiente. Al fin y
al cabo, ambos culpaban a Dios.

Ahora, en lugar de usar su capacidad de asociarse con el fin de enriquecer las


vidas de los otros, el hombre caído usa ahora este don para manipular a otros como
instrumentos para sus fines egoístas. Utiliza el don del habla para mentir para
perjudicar a otros en lugar de usarlo para ayudar. Los divorcios, adulterios,
homosexualidad, abortos, paternidad irresponsable, injusticia social, opresión,
machismo, feminismo, entre otros, son un ejemplo de cómo el hombre es una
representación distorsionada de Dios. Otra manera de cómo mal representamos a
Dios en cuanto a nuestras relaciones con el prójimo es aislándonos como monjes.
Nuestras relaciones deberían representar de manera adecuada lo que es la relación
ínter trinitaria. Por esta razón no es Bíblico apartarse como los monjes, pues la
voluntad de Dios es que nos relacionemos unos con otros (Mateo 5:16).
d) Arruina su relación con la naturaleza. En cuanto a su relación con la naturaleza,
en lugar de el hombre dominar la tierra en obediencia a Dios, ahora utiliza la tierra
y sus recursos para sus propios fines egoístas. El hombre ejerce su dominio sobre
la creación de forma pecaminosa. Explota los recursos naturales sin respeto por el
futuro: tala bosques sin reforestación, desarrolla cultivo sin rotaciones, no toma
medidas para prevenir la erosión del suelo, contamina el ambiente, maltrata los
animales, entre otras cosas.

C) La presencia especial de Dios es quitada. Como resultado del primer pecado, el


hombre no tenia acceso libre a la presencia de Dios. Ellos se alejaron tanto de la
presencia de Dios, que cuando Dios se acerca a ellos después de pecar, ellos se
sienten mal. Sus iniquidades causaron separación entre ellos y Dios.
D) La maldición judicial de Dios es ejecutada. Génesis 3 nos enseña que Dios
dictó sentencia sobre las tres partes involucradas (La serpiente, la mujer y el
hombre). Debido a que la serpiente contribuyó a la caída del hombre, recae sobre
ella una maldición. Dios maldijo a la serpiente por encima de todos los animales
domésticos y salvajes: “Te arrastraras sobre tu vientre, y comerás polvo todos los
días de tu vida” (v. 14). Obviamente, las palabras de este texto nos conducen más
allá de la serpiente, nos conducen hasta el poder maligno que estaba detrás de ella:
Satanás.

El juicio de Dios sobre la mujer se encuentra en el verso 16. Una de las


consecuencias del pecado para la mujer es sufrir al dar a luz. Tener hijos es una
bendición, pero el dolor y desasosiego involucrados en dar a luz es una
consecuencia de la caída. Hay además una segunda parte en el juicio sobre la
mujer: “Desearas a tu marido y el te dominará”. Esto no significa que el hombre
comenzó a ser cabeza de la mujer debido a la caída. Hay evidencias claras de que
desde el principio el hombre era la cabeza. El punto es el siguiente, debido a la
distorsión en las relaciones que produjo la caída, en lugar de lugar de la relación
correcta en la que, aunque el marido es la cabeza de su mujer y ocupa el lugar de
liderazgo en el matrimonio, su mujer sigue estando al lado de el en una posición
de igualdad como “ayuda idónea”, ahora el dominio del marido sobre la mujer
tendera a volverse tiránico y opresor.

El juicio de Dios sobre el hombre se encuentra en los versículos 17 al 19. Es


interesante notar que todos los elementos de este juicio también afectan a la mujer.
Primero, Dios maldice el ambiente donde vivían (Gn. 3:17, 18). A esto hace
referencia Pablo en Romanos 8 cuando dice que también la creación anhela ser
libertada de la corrupción a la cual fue sujeta. La Escritura describe la
consecuencia de esta maldición sobre la tierra en tres formas diferentes:

1- “Con trabajos penosos comerás de ella”. La expresión “trabajos penosos”


es aquí la misma palabra hebrea que se usa anteriormente para referirse al
dolor. Mientras que el trabajo de Adán en Edén era muy placentero antes de
la caída, ahora se torna en algo desagradable, acompañado de esfuerzo y
problemas.
2- “La tierra te producirá cardos y espinas”. Ahora comenzaran a crecer
clases indeseables de plantas y se multiplicaran las malas hierbas, lo cual
hará que el trabajo resulte más difícil. Según la opinión de algunos
estudiosos como Anthony Hoekema, esta maldición incluye otros aspectos
como desastres naturales, enfermedades, virus, bacterias e insectos que
transmiten enfermedades.
3- “Te ganarás el pan con el sudor de tu frente”. El trabajo será algo fatigoso.
La vida no será fácil. Notemos que el trabajo no es la maldición, sino la
fatiga al trabajar.
Una parte importante del juicio sobre el hombre es la muerte. La advertencia de
Dios en el pacto Adámico era esta: “el día que de el comieres, ciertamente
morirás”. Pablo hace eco de esta realidad en Romanos 5 al decir que por la
trasgresión de uno entró el pecado al mundo y por el pecado la muerte. La muerte
aquí incluye tanto la muerte física como la espiritual. La muerte física es
mencionada en la frase “polvo eres y al polvo volverás”. La muerte espiritual
tiene lugar cuando la presencia especial de Dios es quitada de allí, pues la muerte
en su sentido más pleno es la separación del alma y su Creador.

E) El pecado de Adán es transmitido. Dado a que el pacto con Adán lo incluía a el


y a sus descendientes, su pecado no solo lo afectó a el, sino también a toda su
posteridad. Sobre esto comenta Calvino: “Con su alejamiento (Adán) arruinó a
toda su posteridad, pues con ello pervirtió el orden de la naturaleza en el cielo y en
la tierra (Rom. 8:20-22). Esta es la corrupción que nos viene por herencia, llamada
también "pecado original" y por ella somos todos culpables o "hijos de ira" (Ef.
2:3)”.

F) El plan de la redención de Dios es prometido. La caída del hombre no sólo


precipitó el juicio de Dios, también motivó la misericordia y la gracia de Dios.
Dios estaba determinado a no perder la obra de sus manos. En medio de la hora
mas oscura del hombre, Dios incluye la promesa de la redención (Génesis 3:15).

8.5 LA RELEVANCIA PRÁCTICA DEL ORIGEN DEL PECADO

1- Se nos recuerda que la condición pecadora de la raza humana es anormal


(Eclesiastés 7:29). Según la doctrina de la evolución, el pecado es parte de la
naturaleza, heredado de las bestias. Pero las Escrituras nos enseñan que Dios hizo
al hombre recto. En Edén no había pecado.

2- Se nos recuerda que solo el hombre es culpable por su condición de pecado


(Eclesiastés 7:29). Dios no creo al hombre con una tendencia natural a pecar; por
lo tanto, El hombre no puede culpar a Dios por su pecado. El hombre tampoco
puede culpar al diablo, pues la tentación no fue la causa del pecado, sino la
ocasión del mismo. El decreto soberano de Dios tampoco puede ser culpado. Dios
no provoco el pecado, pero tampoco lo detuvo. Esto fue una permisibilidad
controlada.

3- Se nos recuerda que hay ciertos misterios conectados con la caída del hombre
en pecado. Hay tres problemas que no pueden ser resueltos:

• Un problema ontológico: ¿Cómo puede ser bueno y permitir que el pecado entre
al mundo.
• Un problema dispensacional: ¿Por qué Dios escogió permitir la caída para ser
más glorificado?
• Un problema psicogenético: ¿Cómo Adán y Eva escogieron hacer el mal cuando
fueron creados con un buen corazón? En realidad Dios no nos ha dado la respuesta
a estas preguntas. Pero sabemos que su voluntad es buena, agradable y perfecta.
Debemos hacer aquí lo que Adán y Eva no hicieron: Escuchar y obedecer la
palabra de Dios.

4- Se nos recuerda las artimañas de Satanás y lo aparentemente razonable de sus


tentaciones. Satanás se presenta generalmente como ángel de luz. Sus tentaciones
generalmente no causan una sensación de fealdad; al contrario, parecen hermosas
al principio. Muchas veces puede usar cosas que no son legítimamente malas. El
peligro esta en que muchas veces no es el tiempo ni las circunstancias de Dios.

5- El éxito de vencer las tentaciones requiere de consciente y constante entrega de


nuestra mayor lealtad a Dios. La voluntad de Dios debe reinar sobre toda voluntad,
aun sobre la de nuestros cónyuges (Mateo 10:37)

6- Noten el contraste entre el ambiente de la caída de Adán en pecado y el


ambiente de la victoria de Cristo sobre la tentación (Mateo 4:1; Marcos 1:12-13;
Lucas 4:1-2). La tentación de Jesús fue en el desierto, mientras que la de Adán fue
en el paraíso. Adán y Eva comieron del fruto prohibido, mientras Jesús rehusó
cambian la piedra en pan aun cuando tenia 40 días sin comer. Esto nos enseña dos
cosas:

• Un ambiente agradable no nos garantiza la victoria. Adán con un buen corazón


en el paraíso no pudo vencer la tentación. No pongamos nuestra confianza en las
circunstancias. Nuestra confianza debe estar en la gracia de Dios.
• Con la gracia de Dios, pudiéramos estar en la peor situación, sin embargo salir
victoriosos (1 Corintios 10:11-13; Hebreos 12:1-4).

7- La redención no solo será la restauración de lo perdido, sino también alcanzar


lo que nunca fue logrado. Cristo vino para alcanzar y lograr para su pueblo un
nivel de vida que Adán nunca conoció.
UNIDAD 9: EL PECADO ORIGINAL

En la presente sociedad es común escuchar la aseveración de que “la gente es


básicamente buena”. Aunque se admite en cierto grado que nadie es perfecto, se
minimiza, sin embargo, la malicia humana. El punto es el siguiente, si las personas
son básicamente buenas, ¿Por qué el pecado es tan universal?

Suele decirse que todo el mundo peca debido a la influencia negativa de la


sociedad. El problema queda encuadrado dentro del entorno social y no dentro de
nuestra propia naturaleza. Pero la realidad es que esta explicación sobre la
universalidad del pecado no contesta otra pregunta clave: ¿Cómo fue entonces que
la sociedad se torna tan corrupta? Si las personas son básicamente buenas e
inocentes cuando nacen, cabría esperar que al menos un porcentaje de ellas
permaneciesen buenas y sin pecado. Debería ser posible, en este caso, encontrar
sociedades no corruptas, donde el entorno haya sido condicionado por la no
pecaminosidad en lugar de la pecaminosidad. Sin embargo, hasta las comunidades
mas comprometidas con la justicia han tenido que tomar provisiones para tratar
con la culpa del pecado.

Como diría el profesor R.C. Sproul, “como la fruta esta universalmente corrupta,
buscamos la raíz del problema en el árbol”. La Biblia enseña con total claridad que
nuestros padres originales, Adán y Eva, cayeron en el pecado y que este pecado no
solo tuvo efectos sobre ellos mismos, sino también sobre todos sus descendientes,
con excepción de Cristo, claro está. El capitulo 4 de Génesis es un ejemplo vivo de
cómo el pecado se va transmitiendo. Allí vemos a Caín cometiendo el primer
asesinato. Luego, en el capitulo 6, la tierra esta tan llena de maldad que Dios
decide destruirla, a excepción de 8 personas: Noé y su familia. A través de ellos, el
pecado de Adán ha continuado siendo transmitido a toda la raza humana, pues Noé
y su familia también eran descendientes de Adán.

9.1 EL HECHO DE QUE EL PECADO ES HEREDADO.

Basados en el hecho de que Adán pecó en el principio, el pecado se ha transmitido


a los hombres. Es aquí donde entra el concepto del “pecado original”.

“Pecado original” no es una expresión que se encuentra en la Biblia, sino que es


un término teológico, el cual, no se refiere primariamente al primer pecado de
Adán, sino a los resultados o efectos de ese primer pecado sobre el y su
posteridad. Es precisamente por esta razón y para evitar confusiones que muchos
prefieren la frase “pecado heredado”, pues no solo hemos heredado los aspectos
humanos de Adán, sino también su condición pecaminosa como resultado de su
caída.
Se le ha llamado pecado original por 3 razones:

1- Para distinguir este estado pecaminoso de los pecados actuales.


2- Para identificar la transmisión de este pecado a su origen, a través del cual
provienen los demás pecados.
3- Para resaltar que el origen de todos los pecados puede ser rastreado en el primer
pecado cometido.

El pecado original podría ser definido como la condición pecaminosa en que


vivimos que fluye del pecado de Adán. Algunos teólogos pasados y presentes han
negado esta doctrina. Por ejemplo, a principio del siglo 5, un monje llamado
Pelagio, negó que existiera una conexión entre la condición pecaminosa nuestra y
el pecado de Adán. Este también afirmaba que el hombre nació en una condición
moral neutra y que peca solo por imitación. Desafortunadamente, hoy día, la
doctrina de Pelagio ha vuelto a resurgir. Estos afirman que ningún hombre entra al
mundo como pecador, sino que viene a ser pecador si voluntariamente decide
cometer pecado.

Ahora bien, la pregunta clave en este respecto es la siguiente: ¿Qué es lo que


heredamos de Adán? ¿Cuál es la condición que el hombre natural hereda en virtud
del primer pecado de Adán? Un concepto Bíblico y claro sobre la naturaleza caída
del hombre es expuesto en la confesión de fe de Londres de 1689, Capítulo 9,
párrafo número 3:

"El hombre, debido a su caída a un estado de pecado, ha perdido completamente la


capacidad para querer algún bien espiritual que acompañe la salvación; así es que
como hombre natural que está opuesto al bien y muerto en el pecado, no puede,
por sus propias fuerzas, convertirse o prepararse para ello".

En virtud de su relación con Adán, todos los hombres, después de la caída, nacen
en un estado y condición de pecado. Berkhof comenta que este estado o condición
de pecado, llamado por los teólogos el "pecado original", contiene dos elementos:
la culpa original y la corrupción original.

1- La culpa original. La palabra “culpa” se refiere a la imputación a alguien de


una determinada acción como consecuencia de su conducta. Por “culpa heredada”
entendemos el castigo que cada uno de nosotros merece por el pecado de Adán.
Como Adán actuó como representante de pacto de toda la raza humana, la culpa
de su trasgresión es arrastrada por toda la raza humana, por lo que, todo ser
humano es por naturaleza hijo de ira (Ef. 2:3).

Evidencia bíblica:
• 1 Corintios 15. Aquí Pablo hace un contraste entre Adán y Cristo. Pablo le
llama a Adán la fuente de la muerte y a Jesús la fuente de la resurrección de
la vida. El contraste entre Adán y Cristo asume una base para comparar
similitudes y diferencias. Pablo ve a Adán y a Jesús como representantes de
la raza humana. Tanto uno como otro son bendición o maldición a cada uno
de los representados.
• Romanos 5: 12-21. Aquí Pablo muestra que la fuente del pecado y de sus
efectos se debe a la trasgresión de Adán. En los siguientes versos Pablo
explica como el pecado de Adán ha afectado toda la raza y como lo
contrasta con Cristo.

3 cosas importante del pasaje:

- Pablo traza el paralelismo entre Adán y Cristo como representantes oficiales de


la división humana respectivamente. Adán es la cabeza de la humanidad caída y
Cristo de la humanidad redimida. Por eso es que en el verso 14 Pablo habla de
Adán como un tipo del que habría de venir. La palabra “tipo” es “tupos”, la cual
denota un patrón. Adán era un patrón de aquel que habría de venir.
- Pablo hace ver que las acciones de Adán y Cristo tenían ramificaciones que
afectarían a otros.
- Aquello que es transmitido de uno a muchos es tanto un estado legal como
también las consecuencias merecidas por ese pecado. Tomemos en cuenta las
palabras legales que usa Pablo: Ley (vs.13, 20); Inculpa (v.13); juicio (v.16);
condenación (vs.16-18); justificación (vs.16-18). Todas estas palabras son
términos legales, los cuales hablan de las consecuencias legales de la acción. Aun
la acción de obediencia de Cristo tiene una connotación legal; es decir, la
obediencia de Cristo se aplica a todos aquellos que están en El (vs. 18.19). Todas
las personas que han vivido desde el principio de la historia están enganchadas de
Cristo o de Adán. Todos los que están enganchados de Adán, Dios los trata como
culpables. Cada persona que esta unida a Cristo, Dios lo ve como justo.

Algunos consideran que es injusto que Dios nos trate como culpables por la
trasgresión de Adán. Esto parece contradecir los pasajes que enseñan que Dios no
culpa a una persona por el pecado de otro (Deuteronomio 24:16; 2 Crónicas 25:4;
Jeremías 31:30; Ezequiel 18:4,20).

Algunas respuestas a esta objeción:

1- Cualquier persona que presente esta objeción ya ha cometido suficiente pecado


como para ser considerado culpable. Su creencia no cambiara la condición de su
alma.
2- Esta doctrina no contradice el hecho de que cada persona será juzgada por sus
actos. Los pecados de mis abuelos no determinan mi estado legal, sino el primer
pecado de Adán. Esto es porque Adán fue un representante de la raza humana.
3- Dios el creador tiene el derecho de tratar con la humanidad como El quiere. El
es el alfarero y nosotros el barro. Si Dios decidió establecer a Adán como
representante de la raza humana, tiene todo el derecho.
4. La objeción es una espada de dos filos que puede cortar para ambos lados, pues
si es injusto imputar la culpa de Adán a la humanidad, es también injusto imputar
la justicia de Cristo a otros.

¿Qué de los infantes? ¿Son ellos culpables antes de cometer pecados reales? Los
pasajes que hemos examinado con respecto a la culpa heredada muestran que
también los niños son culpables ante la justicia divina y por lo tanto, hijos de ira.
Esta es la clara enseñanza de Romanos 5.

En el verso 19 se dice que por la transgresión de Adán, todos son condenados, es


decir, declarados culpables; y esto, sin duda alguna incluye a los infantes. El verso
12 nos dice que la muerte es consecuencia del pecado. La razón por la cual
morimos es porque somos culpables de la transgresión de Adán ante Dios. Todos
mueren porque son culpables. ¿Mueren los niños? Si. Eso significa que son
culpables. A esto se refiere Pablo en el verso 14, donde se nos dice que la muerte
(paga de pecado), reinó desde Adán hasta Moisés. Lo que caracterizó este periodo
es que no había ley escrita en tablas de piedra, aunque si estaba en la conciencia de
los hombres. Aun así, los hombres eran culpables y morían, aun en aquellos que
no pecaron a la manera de Adán. ¿Cómo peco Adán? Como ya vimos, el pecado
de Adán fue un acto de rebelión contra la ley dada por su Creador. Los niños no
pecan a la manera de Adán y sin embargo, mueren, lo que demuestra que también
son culpables.

¿Cómo pueden ser salvos los infantes que mueren?

2- La corrupción original. Los descendientes de Adán no sólo nacen en un estado


legal de culpabilidad, sino que también heredan de él su corrupción moral. Ellos
no sólo están privados de la justicia original, sino que también tienen una
disposición inherente y positiva hacia el pecado. Esta corrupción contiene dos
aspectos: La depravación total y la inhabilidad total.

a) La depravación total: El hombre natural "ha perdido completamente la


capacidad para querer algún bien espiritual que acompañe la salvación; así es que
como hombre natural que está opuesto al bien y muerto en el pecado".
1- Lo que no significa la depravación total:
- No significa que el hombre es tan malo como pudiera llegar a ser.
- No significa que todos los hombres sean igual de malos.
- No significa que el pecador no tenga un conocimiento inherente de la voluntad
de Dios, ni una consciencia que discierna entre el bien y el mal.
- No significa que los pecadores den rienda suelta a cualquier clase de pecado.
- No significa que no exista persona alguna sin virtud. (Mat. 7:9).

2- Lo que significa la depravación total:


- Significa que esta corrupción es total; es decir, se extiende a cada parte de la
naturaleza. Algunos dicen que esta corrupción solo se relaciona con los sentidos,
pero no con el alma; sin embargo, Jesús nos enseña que hay que nacer de nuevo.
Es imposible hablar de una depravación parcial, pues si una gota de tinta cae en un
vaso de agua potable, toda el agua se corrompe. Cuando se dice que el hombre es
totalmente depravado, significa que la entrada del pecado en la constitución
humana ha afectado y depravado todas las partes y facultades del ser humano:
pensamientos, palabras y hechos, dejándolo totalmente inhabilitado para hacer
cualquier cosa buena.

El capítulo 6, párrafo número 2 de la confesión de fe de Londres de 1689 expone


lo siguiente:

"Por este pecado, nuestros primeros padres cayeron de su justicia original y de su


comunión con Dios, y nosotros en ellos, por lo que la muerte sobrevino a todos;
viniendo a estar todos los hombres muertos en pecado, y totalmente corrompidos
en todas las facultades y partes del alma y cuerpo".

La Biblia enseña que la depravación humana haya su asiento en el corazón, debido


a que el pecado es un principio que haya su asiento en el centro de la vida interna
del hombre, contaminando por ello todo el círculo de sus acciones (Mat. 15:19, 20;
Mat. 12:34; Prov. 23:7; Jer. 17:9). Es por esta razón que Alexander Archibald
Hodge dice en su comentario sobre el capítulo 6 párrafo 2 de la confesión de fe de
Westminister, que la muerte en el corazón produce la muerte en todos los demás
miembros.

Según el diccionario teológico de Everett Harrison, el corazón es el centro o foco


de la vida personal interior del hombre. Es la fuente o manantial de las
motivaciones (Mat. 15:19, 20), el asiento de las pasiones (Mat. 5:28; 2 Ped. 2:14),
el centro de los procesos de pensamiento (Mat. 9:4; Heb. 4:12) , el resorte de la
consciencia (Hch.2:37; 1 Jn. 3:20), el asiento de la voluntad (Rom. 6:17; Col.
3:15) . No en balde dice proverbios 4:23 que del corazón "brotan los manantiales
de la vida" (LBLA). Es por esta razón que la depravación humana es total, pues
esta radica en el corazón y el corazón es el asiento de todas las facultades
humanas: La mente o entendimiento, el corazón o afectos y la voluntad.

Que el entendimiento del hombre en relación ha Dios ha sido corrompido es


evidente en los siguientes pasajes:

Rom. 8:7: "Porque la mente natural es enemistad contra Dios". La Reina Valera
textual traduce la expresión de la siguiente manera: "La manera de pensar de la
carne"; y la Biblia de las Américas dice: "la mente puesta en la carne".

En este verso se pueden ver dos asuntos:

1) De quien se habla: "la mente natural". La palabra "natural", que en otras


versiones es traducida como "carne", hace referencia a la naturaleza corrupta y
viciada del hombre, la cual se opone a la voluntad de Dios (Rom. 8:1; Rom. 8:7)

2) Lo que se afirma de la mente natural: "es enemistad contra Dios". El pasaje


mostrado nos dice que la mente natural es "enemistad" contra Dios. No se trata de
un adjetivo, sino de un nombre. Esta declaración no nos acusa de una simple
aversión al dominio, ley o doctrina de Jehová, sino que nos acusa de "enemistad"
contra la esencia, existencia y persona de Dios. Esta declaración es universal; no
habla de una persona en específico, sino de "la carne". Todo ser no regenerado o
dominado por su naturaleza está en enemistad contra Dios.
Por ser una declaración absoluta, afecta a todas las personas; ni siquiera los niños
quedan exentos de esta maldición. Los hombres no tienen que llegar a la edad de
responsabilidad moral para constituirse pecadores, pues son apostatas desde el
principio (Sal. 58:3; 51:5). La inclinación de su corazón es mala desde su juventud
(Gn. 8:21; Gen. 6:5). Las obras pecaminosas son, por tanto, la expresión del
corazón natural, el cual es engañoso y perverso (Jer. 17:9). Es por esta razón que
los hombres siempre se inclinan hacia lo malo: por su naturaleza. Así como los
santos ángeles son controlados por una naturaleza totalmente inclinada a la
rectitud, de la misma manera la naturaleza de los hombres caídos es de tal modo
que no puede realizar una obra que proceda de motivos rectos hacia Dios. Un lobo,
aunque se quiera domesticar y este oiga la voz de un pastor, su naturaleza se lo
impide y por lo tanto no puede. La razón por la cual el hombre no puede venir a
Cristo es porque su naturaleza está tan corrompida que no tiene ni el querer ni el
poder para venir a Cristo.

3) El por qué de la declaración: "pues no se sujeta a la ley de Dios, porque


tampoco puede". Claramente el texto nos dice donde reside la depravación de la
mente natural: no quiere someterse a Dios y tampoco puede.
1 Cor. 2:14: "Mas el hombre animal no percibe las cosas que son del Espíritu de
Dios, porque le son locura: y no las puede entender, porque se han de examinar
espiritualmente"(R.V. 1909).

El pasaje nos dice:

1) De quien se habla: "el hombre animal (natural o carnal". Se trata del hombre
que no es guiado por el Espíritu, sino que es guiado por su corazón depravado y
viciado en pecados.

2) Lo que se dice del hombre natural:

- "No percibe las cosas que son del Espíritu". "Percibir" según el diccionario de la
lengua española es sinónimo de "recibir" o "aceptar". La Biblia de las Américas
traduce la expresión: "no acepta". La razón por la cual no las acepta es "porque
para él son locura". La mente natura está tan depravada que la voluntad de Dios le
parece ilógica (1 Cor. 1:18). La cruz de Cristo no atrae al pecador y no puede ver
sus bellezas, porque para él son locura.

- "y no las puede entender". El hombre natural o animal no puede tener una idea
clara, mucho menos conocer las cosas que son del Espíritu. La razón por la cual no
entiende estas cosas es porque no tiene el Espíritu Santo, y estas cosas han de
discernirse espiritualmente.

Salmos 10:4: "El malo, por la altivez de su rostro, no busca a Dios: No hay Dios
en todos sus pensamientos".

El pasaje nos dice:

1) De quien se habla: "el malo". Quien es el malo? Se refiere al hombre en su


estado natural (Mat. 7:9; Gen. 8:21). El hombre natural, debido a su total
depravación es malo.

2) Lo que se dice del malo: "no busca a Dios". La razón de esto es "por la altivez
de su rostro". El hombre natural debido a su soberbia y orgullo quiere
independizarse de Dios y hacer lo que le place.

3) La consecuencia de esto: "no hay Dios en todos sus pensamientos". El hombre


natural se ha corrompido de tal manera que ha excluido a Dios no solo de sus
obras, aún de sus pensamientos.
Génesis 6:5: "Y vio Jehová que la malicia de los hombres era mucha en la tierra, y
que todo designio de los pensamientos del corazón de ellos era de continuo
solamente el mal" (R.V. 1909)

El pasaje nos dice:

1) De quien se habla: "La malicia de los hombres...". La palabra “malicia” hace


alusión a malas intenciones. Es por eso que el escritor divino explica de lo que
estamos hablando: “los designios o intenciones que nacían en el corazón de ellos”.

2) Lo que se dice de la malicia o del designio de sus pensamientos: "era mucha


sobre la tierra… era de continuo solamente el mal”. Aun los designios o
intenciones de los pensamientos del corazón del hombre natural son siempre
malos.

Proverbios 23:7: "porque cuales son sus pensamientos íntimos, tal es él". La
versión King James agrega: "tal es él en su corazón".

Si leemos el verso 6 nos damos cuenta que se nos está hablando del hombre avaro.
Independientemente de quien se nos habla, el pasaje nos dice claramente que los
pensamientos son afectados por lo que hay en el corazón. La mente controlada por
un corazón corrupto ha de ser corrupta, por lo que “todo designio de los
pensamientos del corazón de ellos era de continuo solamente el mal”.
Pero no solo la mente del hombre fue contaminada por el pecado, también sus
afectos. "Afecto" es sinónimo de "pasión" o "deseo", y se refiere a las
inclinaciones del corazón. Dado que el corazón natural está corrompido, el hombre
siempre desea hacer lo malo.

Varios versículos nos muestran esta realidad:

Juan 8:44 "Vosotros sois de vuestro padre el diablo, y los deseos de vuestro padre
queréis hacer". El hombre natural, por ser esclavo de Satanás quiere hacer las
obras de su padre.

Ef. 2:3: "entre los cuales también todos nosotros vivimos en otro tiempo en los
deseos de nuestra carne, haciendo la voluntad de la carne y de los pensamientos,
y éramos por naturaleza hijos de ira, lo mismo que los demás". Pablo les hacer
recordar a los hermanos en Efeso, que antes de convertirse a Jesucristo ellos
deseaban hacer las obras de la carne.

2 Ped. 2:14: "Tienen los ojos llenos de adulterio, no se sacian de pecar, seducen a
las almas inconstantes, tienen el corazón habituado a la codicia, y son hijos de
maldición". Pedro está hablando aquí de los falsos maestros, los cuales tienen su
corazón habituado a la codicia (deseos ilegítimos y desenfrenados).

Juan 3:19: "Y esta es la condenación: que la luz vino al mundo, y los hombres
amaron más las tinieblas que la luz, porque sus obras eran". Claramente Jesús nos
dice la condenación consiste básicamente no en que el mundo ignoró la luz, sino
en que Él (la luz) vino al mundo, pero el mundo amó mas las tinieblas que la luz.
¿Por qué? Jesús agrega: “porque sus obras son malas”.

Hasta ahora hemos dicho que la mente y los afectos del hombre fueron afectados
de tal modo por el pecado que este no puede entender ni desear las realidades del
reino de Dios. Pero hay un tercer aspecto: la voluntad.

El diccionario de la lengua española define la voluntad como la facultad de


escoger, la causa inmediata de toda acción. En todo acto de voluntad hay una
preferencia: El desear una cosa más que otra.

Ambrosio, en su libro "de la vocación de los gentiles", queriendo explicar que la


facultad de escoger o decidir hacer cosas no relacionadas al reino de Dios se le
atribuyen al consejo y elección de los hombres, distingue tres clases de voluntades
humanas: La sensitiva, la animal y la espiritual. Las dos primeras, según él, están
bajo el dominio del hombre y tienen que ver con los instintos humanos. La
voluntad espiritual tiene que ver con su relación con Dios y los asuntos de su
reino.
Independientemente de si esto es verdad o no, la realidad es que la voluntad
espiritual del hombre, aquella que se relaciona con los asuntos divinos, ha sido
afectada significativamente por el pecado. La Biblia enseña que la voluntad
espiritual del hombre caído está bajo el dominio de:

a) Un corazón corrompido en pecados. La palabra de Dios declara que el centro


dominante de nuestro ser es el corazón (Prov. 4:23); y este es engañoso más que
todas las cosas (Jer. 17:9). Es por esta razón que pecador nace con una voluntad
que no está en equilibrio moral, porque hay en él un corazón engañoso.

Sobre este mismo aspecto nos habla el apóstol en Ef. 2:3 cuando dice: "entre los
cuales también todos nosotros vivimos en otro tiempo en los deseos de nuestra
carne, haciendo la voluntad de la carne y de los pensamientos, y éramos por
naturaleza hijos de ira, lo mismo que los demás". Pablo está hablando de la vida
pasada pecaminosa de los creyentes, que por la gracia de Dios habían llegado al
conocimiento de la verdad y se habían convertido. Antes de ser alcanzados por
Cristo, ellos deseaban las cosas de nuestra naturaleza viciada y corrompida. El
fruto de desear las cosas pecaminosas y corrompidas es ejecutar o hacer tales
cosas.
Isaías 53:6: "Todos nosotros nos descarriamos como ovejas, cada cual se apartó
por su camino". Isaías nos dice que el seguir nuestros propios caminos es
sinónimo de descarrío, pues nuestra voluntad natural siempre se inclina a nuestra
naturaleza viciada y corrompida.

Mateo 15:19: "Porque del corazón salen los malos pensamientos, los homicidios,
los adulterios, las fornicaciones, los hurtos, los falsos testimonios, las blasfemias".
Jesús nos dice claramente que como consecuencia de un corazón corrompido
saldrán malas acciones.

b) De Satanás

Hch. 26:18: "para que abras sus ojos, para que se conviertan de las tinieblas a la
luz, y de la potestad de Satanás a Dios; para que reciban, por la fe que es en mí,
perdón de pecados y herencia entre los santificados". El hombre natural o no
convertido es puesto aquí como un siervo o esclavo de Satanás.

Efe. 2:2-3: "en los cuales anduvisteis en otro tiempo, siguiendo la corriente de
este mundo, conforme al príncipe de la potestad del aire, el espíritu que ahora
opera en los hijos de desobediencia". Pablo les dice a los hermanos convertidos,
que antes de ellos ser alcanzados por Cristo, no solo eran guiados por su malvado
corazón, sino que también andaban “conforme al príncipe de la potestad del aire".

2 Tim. 2:26: "y escapen del lazo del diablo, en que están cautivos a voluntad de
él". Según el verso 25, Pablo está hablando de los que se oponen a Dios y dice que
están bajo el "lazo" o esclavitud del maligno.

c) Del pecado

Juan 8:34: "Jesús les respondió: De cierto, de cierto os digo, que todo aquel que
hace pecado, esclavo es del pecado".

Juan Calvino comenta sobre este versículo en su libro "Institución de la religión


cristiana", en el libro II, capítulo 2 de la siguiente manera: "Todos somos por
naturaleza pecadores; luego se sigue que estamos bajo el yugo del pecado. Y si
todo hombre está sometido al pecado, por necesidad su voluntad, sede principal
del pecado, tiene que estar estrechamente ligada”.

- Significa que debido a la corrupción de todas las facultades del hombre, todo lo
que el hombre hace es pecar. El hombre se ha corrompido de tal manera que es
movido por principios pecaminosos y es inclinado por su propia naturaleza a hacer
el mal. No hay algo que un pecador pueda hacer que le recomiende a Dios, sino
únicamente pecar (Gn. 6:5; Sal. 10:4; Sal. 14:3; Ecl. 7:20; Jer. 17:9; Rom. 3:10-
12). ¿Qué entonces de las buenas obras de un no regenerado? El hombre no
regenerado puede, debido a la gracia común, hacer cosas buenas, tales como amar
a sus familiares y ser buen ciudadano; pero si sus obras no tienen el fin de
glorificar a Dios no son aceptables espiritualmente. Es por esta razón que las
Escrituras nos dicen que "sin fe es imposible agradar a Dios". Las buenas obras de
los hombres no son pecaminosas en sí mismas, sino por defecto, pues carecen del
principio que solo puede hacerlas justas a los ojos de Dios: La fe (Rom. 14:23).
Estas obras son buenas solo desde el punto de vista humano, pues ante Dios son
como trapos de inmundicia (Isaías 64:5; Lc. 16:14). El hombre puede hacer cosas
buenas, pero no puede hacer algo que le recomiende a Dios. El problema está en
que "siendo malo" no tiene capacidad de hacer algo "espiritualmente bueno"(Mat.
12:33-34).

b) La inhabilidad total: Es común hablar de la depravación total y la inhabilidad


total como una misma cosa. Esto se debe según el teólogo reformado Samuel
Waldrom a que la doctrina de la depravación total, definida correcta e
históricamente, implica realmente la incapacidad total. Pero, en esencia, estos
términos no son la misma cosa y deben ser diferenciados.

1- Lo que no significa esta doctrina:

- No radica en un defecto físico ni en una deficiencia mental. Es una inhabilidad


que radica en lo más profundo de su naturaleza: el corazón.

- Como ya se dijo anteriormente, esto no significa que es imposible para el hombre


hacer lo bueno en algún sentido de la palabra. (Mat. 7:9). En su libro "teología
sistemática", en la segunda parte, sección 2, capítulo 3 Luís Berkhof coincide con
muchos reformadores al afirmar que el hombre es capaz de cumplir el bien natural,
el bien civil y el bien religioso externo.

2- Lo que significa esta doctrina:

La confesión de fe de Londres de 1689 es bien concisa para dar su descripción


sobre la inhabilidad total del hombre: "no puede, por sus propias fuerzas,
convertirse o prepararse para ello".

Luís Berkhof define la inhabilidad total de la siguiente manera:

1) Significa que el pecador irregenerado no puede hacer algún acto, por


insignificante que sea, que logre fundamentalmente la aprobación de Dios y
responda a las demandas de la ley santa de Dios.
2) Que el pecador no puede cambiar su preferencia fundamental hacia el pecado y
su yo, en amor hacia Dios, ni lograr ni siquiera una aproximación a semejante
cambio. En una palabra, es incapaz de querer o hacer cualquier cosa
espiritualmente buena (Juan 1:13; 3:5; 6:44; 8:34; 15: 4-5; Rom. 7:18-24; 8:7-8; 1
Cor. 2:14; 2 Cor. 3:5; Ef. 2:1; Heb. 11:6).

El teólogo Sam Waldrom nos define Bíblicamente 5 evidencias en defensa de esta


doctrina.

1) La Escritura afirma que los hombres en su condición natural están:

a) Esclavizados

Rom. 6:16-20: "¿No sabéis que si os sometéis a alguien como esclavos para
obedecerle, sois esclavos de aquel a quien obedecéis, sea del pecado para muerte,
o sea de la obediencia para justicia? Pero gracias a Dios, que aunque erais
esclavos del pecado, habéis obedecido de corazón a aquella forma de doctrina a
la cual fuisteis entregados; y libertados del pecado, vinisteis a ser siervos de la
justicia. Hablo como humano, por vuestra humana debilidad; que así como para
iniquidad presentasteis vuestros miembros para servir a la inmundicia y a la
iniquidad, así ahora para santificación presentad vuestros miembros para servir a
la justicia. Porque cuando erais esclavos del pecado, erais libres acerca de la
justicia".

Juan 8:31-34: "Dijo entonces Jesús a los judíos que habían creído en él: Si
vosotros permaneciereis en mi palabra, seréis verdaderamente mis discípulos; y
conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres. Le respondieron: Linaje de
Abraham somos, y jamás hemos sido esclavos de nadie. ¿Cómo dices tú: Seréis
libres? Jesús les respondió: De cierto, de cierto os digo, que todo aquel que hace
pecado, esclavo es del pecado".

Las Escrituras enseñan que el hombre natural es esclavo voluntario la corrupción


de su corazón y totalmente incapaz de escapar de su esclavitud y corrupción. Está
bajo "libertad de esclavitud". El individuo es libre, pero solo para hacer la
voluntad de su amo.

b) Muertos

Ef. 2:1: "Y él os dio vida a vosotros, cuando estabais muertos en vuestros delitos y
pecados".

Pablo recalca que cada corazón humano natural se encuentra muerto en delitos y
pecados, alejados de Dios y sin esperanza. El estar muerto en pecados es evidencia
clara y positiva de que no hay habilidad ni poder para realizar alguna obra
espiritual. Un cadáver no puede actuar de manera alguna. La muerte espiritual ha
dejado al hombre en un estado totalmente carnal en su corazón e imposibilitado
para llegar a Dios. Su corazón es totalmente carnal. Carnal significa opuesto a
Dios. Es lo que Pablo nos enseña cuando dice: "los designios de la carne son
enemistad contra Dios"; otra versión dice:"La mentalidad de la carne es enemistad
contra Dios"(Rom. 8:7).

c) ciegos

2 Cor. 4:3-4: "Pero si nuestro evangelio está aún encubierto, entre los que se
pierden está encubierto; en los cuales el dios de este siglo cegó el entendimiento
de los incrédulos, para que no les resplandezca la luz del evangelio de la gloria de
Cristo, el cual es la imagen de Dios".

Jesús enseñó esta misma verdad cuando dijo a los fariseos que ellos no podían
escuchar la palabra de Cristo, porque eran de Satanás (Jn. 8:43-44). Los fariseos
no podían entender, ni aún oír sus palabras de manera espiritual. Para ellos era
solo locura. Solo sus discípulos podían conocer la verdad (v.v. 31-31).

Jn. 3:3: "Respondió Jesús y le dijo: De cierto, de cierto te digo, que el que no
naciere de nuevo, no puede ver el reino de Dios".

La inhabilidad total surge no meramente de una naturaleza moral perversa, sino


también a causa de la ignorancia acerca de la verdad de Dios. El hombre en su
estado natural no puede ni aún ver el reino de Dios, mucho menos entrar en él.

2) La Escritura afirma clara y explícitamente que el hombre ha perdido la


capacidad de agradar a Dios, hacer su voluntad o percibir y recibir las cosas
espirituales.

Romanos 7:18: "Y yo sé que en mí, esto es, en mi carne, no mora el bien; porque
el querer el bien está en mí, pero no el hacerlo".

Juan 3:3-5: "Respondió Jesús y le dijo: De cierto, de cierto te digo, que el que no
naciere de nuevo, no puede ver el reino de Dios. Nicodemo le dijo: ¿Cómo puede
un hombre nacer siendo viejo? ¿Puede acaso entrar por segunda vez en el vientre
de su madre, y nacer? Respondió Jesús: De cierto, de cierto te digo, que el que no
naciere de agua y del Espíritu, no puede entrar en el reino de Dios".

La ruina del hombre se debe principalmente a su propia voluntad perversa. Pablo


dice que los designios de la carne son enemistad contra Dios (Rom. 8:7). El
hombre no puede generar el amor de Dios en su corazón. Así como un ave con un
ala quebrada es "libre" de volar, pero incapaz de hacerlo, así también el hombre
natural es libre de venir a Dios, pero incapaz de hacerlo.

1 Cor. 2:14: "el hombre natural no puede percibir las cosas que son del Espíritu
de Dios, porque para él son locura".

El hombre caído no puede discernir las cosas espirituales. Su razón o


entendimiento está cegado. En Hch. 26:18 se nos dice que Pablo fue enviado a los
gentiles "para abrir sus ojos y para que se convirtieran de las tinieblas a la luz, y
de la potestad de Satanás a Dios". La mente natural ha sido tan afectada, que aún
la consciencia del hombre también ha caído y ha sido subyugada. El hecho de que
muchos hombres tengan la consciencia cauterizada es muestra de esto.

Mateo 7:17-18: "Así, todo buen árbol da buenos frutos, pero el árbol malo da
frutos malos. No puede el buen árbol dar malos frutos, ni el árbol malo dar frutos
buenos".

Mateo 12:33-37: "O haced el árbol bueno, y su fruto bueno, o haced el árbol
malo, y su fruto malo; porque por el fruto se conoce el árbol. ¡Generación de
víboras! ¿Cómo podéis hablar lo bueno, siendo malos? Porque de la abundancia
del corazón habla la boca. El hombre bueno, del buen tesoro del corazón saca
buenas cosas; y el hombre malo, del mal tesoro saca malas cosas. Más yo os digo
que de toda palabra ociosa que hablen los hombres, de ella darán cuenta en el día
del juicio. Porque por tus palabras serás justificado, y por tus palabras serás
condenado".

Lucas 6: 43-45: "No es buen árbol el que da malos frutos, ni árbol malo el que da
buen fruto. Porque cada árbol se conoce por su fruto; pues no se cosechan higos
de los espinos, ni de las zarzas se vendimian uvas".

Jeremías 13:23: "¿Mudará el etíope su piel, y el leopardo sus manchas? Así


también, ¿podréis vosotros hacer bien, estando habituados a hacer mal?".

Jesús enseñó que un árbol bueno no puede producir malos frutos, ni viceversa.
Esto significa que unos hombres son gobernados por unos principios mientras
otros son gobernados por principios distintos. El hombre es gobernado por uno o
por otro; no puede existir en el hombre el poder de actuar de ambas maneras, por
la sencilla razón de que la virtud y el vicio no pueden surgir de una misma
condición moral. Mientras nuestro corazón permanezca en la esclavitud del
pecado, dará como fruto malas obras.

Ciertamente la Biblia enseña que "el que quiera venga", pero esto no significa que
el hombre tiene poder en sí mismo para venir a Cristo. El hombre no es libre para
hacer cualquier cosa buena hacia Dios, pues es esclavo del pecado. El hombre
natural tiene el poder de rechazar a Cristo, pero no para recibirlo. Esto debido a
que su mente "es enemistad contra Dios" (Rom. 8:7) y tiene un corazón que le
aborrece (Jn. 15:18). Siempre escoge libre y voluntariamente lo que es conforme a
su naturaleza. Antes de que escoja lo que es divino y espiritual necesita una nueva
naturaleza.

La voluntad humana está inclinada contra Dios de forma permanente, y de manera


instintiva y voluntaria se torna hacia el mal. Su inhabilidad no consiste en que la
incapacidad de ejercer su voluntad libremente, sino en la inhabilidad de querer
ejercer voliciones santas. Fue este hecho lo que llevó a Martín Lutero a decir que
el "libre albedrío" es un término hueco, cuya realidad se ha perdido. Una libertad
perdida no es libertad. El hombre no regenerado no posee la libertad de escoger
entre el bien y el mal, sino entre un mal menor y un mal mayor, lo que en realidad
no es libre albedrío.

El pecador es libre no porque sea libre para elegir lo bueno o lo malo, sino porque
el mal que hace lo hace de manera voluntaria y no por coacción o porque sea
forzado desde afuera. El pecador nunca es forzado a pecar, sino que por su
malvado corazón es inclinado libre y voluntariamente al pecado. Esto se puede
ilustrar con el ejemplo de un libro en la mano. Si el libro se suelta siempre va
hacia abajo y cae, porque por gravedad, su propio peso le hace caer. Para que el
libro suba necesita una fuerza externa que lo levante. Así también la voluntad
humana. Mientras el poder divino lo sustente, es preservado de sumergirse más en
el pecado; pero si el poder sustentador es retirado, cae. Su propio peso (el pecado)
lo precipita hacia abajo. El pecador es libre en una sola dirección: hacia abajo.

Juan 6:44: "Ninguno puede venir a mí, si el Padre que me envió no le trajere; y yo
le resucitaré en el día postrero".

Jesús nos enseña que "nadie conoce al Hijo, sino el Padre, ni al Padre conoce
alguno, sino el Hijo, y aquel a quien el Hijo lo quiera revelar (Mat. 11:27). Se dice
claramente que el hombre en su naturaleza no regenerada y entenebrecida no
conoce a Dios como tal, y que el Hijo es soberano al escoger los que han de
alcanzar este conocimiento salvador de Dios (Dt. 29:2-4; Sal. 119:18). Vemos
entonces claramente que la sabiduría y la revelación de la voluntad de Dios es un
don que procede de El mismo.

3) Nadie quiere jamás recibir a Cristo o ir a Dios si El no le trae.

Juan 5:40: "y no queréis venir a mí para que tengáis vida".


Según el diccionario expositivo Vine, la palabra griega que se traduce aquí como
"querer" es la palabra griega "thelos", que significa "desear", implicando volición
y propósito; con frecuencia una determinación. Jesús enseña claramente que la
mente no regenerada no desea venir a Cristo. Esto no por imposición o fuerza
externa, sino porque deliberadamente decide hacer lo contrario.

Juan 6: 44,65: "Ninguno puede venir a mí, si el Padre que me envió no le trajere;
y yo le resucitaré en el día postrero"; 65: "Y dijo: Por eso os he dicho que
ninguno puede venir a mí, si no le fuere dado del Padre".

"Venir a Cristo" es una frase muy común en la Biblia, y se usa para explicar el
abandono a nuestra propia justicia y pecados y corremos a Cristo en busca de
auxilio. El venir a Cristo es el primer efecto de la regeneración. Tan pronto como
el alma es vivificada, descubre su condición perdida, se horroriza ante su pecado y
busca refugio. Donde no hay ese "venir a Cristo", tampoco ha habido una nueva
vida; y donde no hay nueva vida, el alma está muerta en delitos y pecados, y como
está muerta no puede entrar en el reino de Dios. El venir a Cristo es algo imposible
para el hombre, a menos que "el Padre le trajere".

Romanos 3:10-12: "Como está escrito: No hay justo, ni aun uno; No hay quien
entienda, No hay quien busque a Dios. Todos se desviaron, a una se hicieron
inútiles; No hay quien haga lo bueno, no hay ni siquiera uno".
Pablo deja claro que no hay ni un justo ni que entienda; por consiguiente, no hay
quien busque a Dios.

4) La voluntad del hombre no es la fuente o el factor determinante en la aplicación


de la salvación.

Santiago 1:18: " El, de su voluntad, nos hizo nacer por la palabra de verdad, para
que seamos primicias de sus criaturas".

A la luz del contexto, así como toda dádiva y todo don perfecto procede de lo alto,
así, en particular, el que hayamos nacido de nuevo, y todas sus consecuencias son
un regalo de Dios.

Romanos 9:16-18: "Así que no depende del que quiere, ni del que corre, sino de
Dios que tiene misericordia. Porque la Escritura dice a Faraón: Para esto mismo
te he levantado, para mostrar en ti mi poder, y para que mi nombre sea anunciado
por toda la tierra. De manera que de quien quiere, tiene misericordia, y al que
quiere endurecer, endurece".

En el verso 15 Pablo nos muestra que la salvación no tiene que ver con justicia,
sino con misericordia, y Dios tiene misericordia de quien El quiere.
Juan 1:12-13: "Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre,
les dio potestad de ser hechos hijos de Dios; los cuales no son engendrados de
sangre, ni de voluntad de carne, ni de voluntad de varón, sino de Dios".
Jesús dice en el verso 11 que la luz vino al mundo y que el mundo no le recibió.
Pero los que le recibieron, lo hicieron porque fueron engendrados por la voluntad
de Dios. A menos que Dios cambie la naturaleza corrupta de un hombre, ese
hombre jamás podrá percibir ni gustar las cosas divinas.

5) El arrepentimiento y la fe, esos deberes cruciales impuestos al pecador en el


evangelio, son dones de Dios.

Hechos 5:31: "A éste, Dios ha exaltado con su diestra por Príncipe y Salvador,
para dar a Israel arrepentimiento y perdón de pecados".

Hechos 11:18: "Entonces, oídas estas cosas, callaron, y glorificaron a Dios,


diciendo: ¡De manera que también a los gentiles ha dado Dios arrepentimiento
para vida!".

2 Timoteo 2:25-26: "que con mansedumbre corrija a los que se oponen, por si
quizá Dios les conceda que se arrepientan para conocer la verdad, y escapen del
lazo del diablo, en que están cautivos a voluntad de él".

La palabra "arrepentimiento" del griego "metanoia" significa "cambio de parecer o


pensar. Dado que el hombre natural no percibe las cosas que son del Espíritu y su
mente es enemistad contra Dios, es Dios mismo quien realiza este cambio de
mente.

Filipenses 1:29: "Porque a vosotros os es concedido a causa de Cristo, no sólo


que creáis en él, sino también que padezcáis por él".

Pablo deja bien claro que el "creer", es decir, "estar persuadido de" o "apoyarse en
Cristo" no es ganado, sino "dado".

Efesios 2:8-9: "Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de
vosotros, pues es don de Dios".

La salvación a través de la fe no es algo que nace en nosotros. Si naciera en


nosotros entonces la gracia ya no seria gracia. Se trata de un don que viene de
Dios. La palabra don significa “dadiva” o “regalo”, lo que significa que El es
quien lo da porque así le place y lo hace gratuitamente.

9.2 EL MODO DEL PECADO HEREDADO


¿Cómo es que esta culpa y corrupción es traspasada a los descendientes?
Hay 4 teorías al respecto:

a) Pelagianismo. Pelagio afirmaba que el hombre simplemente decide imitar a


Adán en su pecado. Este enseñaba que ni la culpa ni la corrupción son heredadas
de Adán. El enseñaba que el pecado de Adán influencia la humanidad dando un
mal ejemplo. Este, de manera implícita enseña que el hombre no necesita ser
regenerado. Pero esto contradice la enseñanza de las Escrituras y nuestra propia
experiencia.

b) Realismo. Dice que estábamos realmente presentes cuando Adán peco. En


otras palabras, Adán peco con una raza de individuos. Este punto de vista tiene dos
problemas: No puede explicar por que nosotros no somos culpables de los demás
pecados que Adán cometió y de los pecados de todos mis ancestros. El segundo
problema de este punto de vista es que nos puede llevar a ciertos errores en cuanto
a nuestra obediencia a Cristo. Esto implicaría que somos también participantes de
manera orgánica de la justicia de Cristo. Pero nuestra relación con Cristo no se
basa en genética.

c) Imputación mediada. Dice que heredamos la corrupción de Adán, y como


resultado de la generación ordinaria venimos a ser culpables. En otras palabras,
heredamos el estado legal de Adán como culpables por el hecho de que heredamos
su corazón pecaminoso primero. El asunto que esta detrás de esta teoría es tratar
de evitar la “aparente injusticia” de que Dios nos castiga por el pecado de otro
(Adán). La culpa de Adán que recibimos seria mediada por esa condición que
heredamos. Esta teoría tiene ciertos problemas: en primer lugar, aunque parece
resolver el problema de trasmitir la culpa al hombre del pecado de Adán, no
resuelve el dilema de que también la corrupción es heredada. Además, como la del
realismo, tiene la dificultad del paralelismo entre Adán y Cristo. El creyente seria
considerado justo no porque Cristo nos imputo su condición legal, sino su
naturaleza. Hay otro problema: ¿Qué dice esto sobre nuestro pecado siendo
imputado a Cristo? La implicación seria que para que nuestro pecado sea imputado
a Cristo para perdón, debemos imputarle primero nuestra naturaleza.

d) Imputación inmediata. Enseña que heredamos la culpa y corrupción de Adán


por representación legal o de pacto. Como alguien lo ha expresado: “Dios, como
guardián y para los mejores intereses de la raza humana, probó bajo las más
favorables circunstancias a todos sus miembros en la persona de Adán, poniendo
en este las gracias y dones que quiso dar al género humano, constituyéndose así en
representante (padre) y sustituto personal de cada uno de sus descendientes
naturales”.
Según esta posición, tanto Adán como Cristo actuaron como representantes legales
de la raza humana. Cuando Adán pecó, estaba actuando en capacidad de nuestro
representante. Como consecuencia de esto, tanto el estado legal como la naturaleza
moral de Adán pasan simultáneamente a sus descendientes. De la misma manera,
la justicia de Cristo es imputada al creyente.

A esto se refiere la Biblia cuando afirma que "por la desobediencia de un hombre


los muchos fueron constituidos pecadores" (Rom. 5:19); "El pecado entró al
mundo por un hombre, y por el pecado la muerte, así la muerte pasó a todos los
hombres, por cuanto todos pecaron" (Rom. 5:12); "Por la trasgresión de uno vino
la condenación a todos los hombres" (Rom. 5:18). Por otro lado y de igual
manera, la justicia de Cristo es imputada aquellos que creen en El (Rom. 5:15, 18).
Cristo es el representante de su pueblo y en base a este hecho, los pecados de los
escogidos le son imputados a El y a la justicia de El le es imputada a ellos. Las
ofrendas expiatorias en el A.T. y el gran sacrificio de la nueva dispensación
descansan en la idea de transferencia de la culpa o el castigo vicario. Cristo llevó
nuestros pecados; El fue hecho maldición por nosotros; El sufrió la pena de la ley
en nuestro lugar.

9.3 APLICACIONES PRÁCTICAS

¿Por qué es la doctrina del pecado original tan importante?

1- Si todo lo que se ha dicho es cierto, y lo es, entonces la salvación no es por


méritos, sino por PURA GRACIA. ¿Cómo podemos merecer algo que odiamos?
Dios es libre de no salvar a nadie porque todos merecemos el infierno. La
salvación no está basada en el mérito de la criatura, por tanto, depende de Dios.
Como lo expresó Jonathan Edwards en su famoso sermón, "Pecadores en manos
de un Dios airado": "La razón por la cual no todos los hombres están en el infierno
es por causa del amor de Dios".

La razón de salvar a algunos se haya en su buena voluntad, y no en los muertos.


Puesto que todos los hombres merecen igualmente la ira, La salvación no tiene
nada que ver con justicia, pues si de justicia se tratase todos merecemos el
infierno; la salvación tiene que ver con misericordia y Dios "tiene misericordia de
quien El quiere tener misericordia".Es precisamente por esto que la elección de
algunos es la más estupenda exhibición de favor inmerecido y amor personal que
el universo haya presenciado.

2- Asume que la caída de Adán en pecado fue verdadera historia. No es una


parábola o fábula. La historicidad de Adán es asumida de la doctrina del pecado
original.
3- Nos concede explicar en que consiste el problema real del hombre. No se trata
de algo genético, sino de algo moral. Esto nos hace ver la necesidad de un cambio
de naturaleza. Si no somos regenerados por el Espíritu Santo no podemos ver, ni
mucho menos entrar en el reino de Dios. Un enemigo puede convertirse en amigo,
pero nunca la enemistad puede tornarse en amistad. Dios obra soberanamente al
salvar a algunos y dejar a otros sufrir la justa recompensa de sus pecados. Los
pecadores, debido a su completa inhabilidad, son comparados a muertos y a
huesos secos. En esto son todos iguales.

3- Nos prepara para el evangelio de Jesucristo. Hasta que el hombre no entienda su


condición perdida no entenderá la urgencia del nuevo nacimiento. Cuando el
hombre vea su condición heredada del primer Adán, estará preparado para recibir
el segundo Adán.

9.4 OBJECIONES A ESTA DOCTRINA

a) Que la doctrina de la depravación total y la inhabilidad total hacen del hombre


un "robot" o "títere", despojándolo de su "libre albedrío", pues como no puede
hacer lo bueno, peca por necesidad, por lo que ya el pecado no sería pecado.

Los padres de la iglesia definen el "libre albedrío" como la facultad de la mente y


la voluntad por la cual, con la gracia de Dios se escoge el bien, y sin ella, el mal.
Las cosas relacionadas al reino de Dios se le atribuyen a la gracia especial de Dios,
mientras que las cosas indiferentes al reino de Dios de le atribuyen al hombre.

Charles Spurgheon dijo que muchos cristianos no sabían pronunciar la palabra


"gracia". Empiezan con la "G", pero prosiguen con la "L", hasta que antes de
haber terminado, todo sonaba muy parecido a "libre albedrío". La idea popular que
prevalece en nuestros círculos cristianos, es que el hombre tiene "libre albedrío", y
que la salvación viene al pecador por la cooperación entre su voluntad y el Espíritu
Santo. Negar que el hombre tiene "libre albedrío" para aceptar a Cristo significa
desacreditarse en seguida. Pero la Escritura dice enfáticamente que no depende del
que quiere ni del que corre, sino de Dios, que tiene misericordia de quien El quiere
tener misericordia (Rom. 9:16).
Hay dos tendencias en cuanto al libre albedrío de la raza humana:

* Los que piensan que el hombre no tiene libertad: Esta peligra porque el hombre
puede alejarse de su responsabilidad.

* Los que piensan que el hombre tiene indicios de libertad: Esta peligra porque
atribuye méritos al hombre y despoja a Dios de su honor y gloria.

Antes de la caída, la voluntad era libre en Adán: libre para hacer el bien o el mal.
Pero por causa de la caída, para el pecador, las cosas son diferentes. La Biblia
enseña que la voluntad del hombre no es libre, sino esclava de su corrupción. Por
esta razón el hombre no es libre de elegir entre la salvación y la condenación, sino
que es libre en el sentido de que no es forzado a pecar; el hombre prefiere hacer lo
malo y lo hace libremente impulsado por su corrupta naturaleza (Jn. 5:40). El
hombre caído está tan moralmente ciego, que de manera uniforme prefiere y
escoge el mal en vez del bien. El hombre natural peca libremente y se complace en
ello. Su disposición y sus deseos están inclinados hacia el mal, y peca de manera
voluntaria, siendo movido espontáneamente por su corazón.

¿Cómo puede un hombre tornarse a Dios por su propio libre albedrío si su mente
es enemistad contra El? Jesús dijo claramente que "la luz vino al mundo, pero el
mundo amó más las tinieblas que la luz"(Jn. 3:19).

b) Que si el hombre no puede hacer o elegir lo que es bueno ante Dios, de nada
sirven las reprensiones o amonestaciones, pues de todas maneras el pecador no
tendrá el poder por sí mismo para obedecer.

Cristo dice en Juan 15:5 que sin El nada podemos hacer, y por eso no deja de
castigar a los que obran mal. Las exhortaciones tienen doble utilidad:

* Dejar al impío sin excusa el día del juicio.


* En los fieles, en los cuales, aunque el Señor obre todas las cosas por su Espíritu,
no deja de usar la palabra como instrumento para traer a los que El, en su soberana
voluntad escogió desde la fundación del mundo.
El Señor manda muchas veces en su palabra que nos convirtamos a El, pero a la
vez el profeta dice:"conviérteme y seré convertido"(Jer. 31:18,19). Dios nos exige
un nuevo corazón, pero al mismo tiempo afirma que El mismo es quien lo renueva
(Ezq. 36:26). Lo que Dios nos promete el hombre no lo hace por su libre albedrío,
ni por su propia naturaleza, sino que El lo hace por PURA GRACIA.

9.5 CONCLUSIÓN

A modo de conclusión puede decirse que la caída del hombre da lugar a la más
obstinada ceguera, insensibilidad y oposición a las cosas de Dios. Su voluntad está
bajo el control de un entendimiento entenebrecido. En cuanto a sus relaciones con
Dios, desea solamente lo malo, aunque lo desea libremente.

El arminiano dice que los hombres pueden salvarse si quieren, pero esto
significaría que el hombre natural pueda hacer algo que es contrario a su
naturaleza pecaminosa. Una persona que está ajena a la vida de Dios (Ef. 4:18) y
muerto en delitos y pecados (Ef. 2:1) no puede darse vida a sí mismo y sacarse de
su tumba espiritual. Si pretenden que el hombre natural puede convertirse a sí
mismo, tienen en su contra toda la escritura, quien nos dice que es necesario la
gracia de Dios para la conversión. Afirmamos entonces que nadie puede venir a
Cristo, a menos que sea traído.

Por ser tan grande la corrupción del hombre, está más allá de su poder el
purificarse a sí mismo. Así como es absurdo tratar de sacar el agua en un bote
agrietado sin primero reparar las grietas, así es de absurdo esperar que aquel que
está habituado a hacer lo malo enderece su camino. Ese cambio de muerte
espiritual a vida la Escritura lo llama "regeneración". Otros términos Bíblicos son:
"dar vida", "de las tinieblas a la luz", "vivificar", "renovar", "quitar el corazón de
piedra por uno de carne" y lo presenta como una obra exclusiva del espíritu santo.
Esa regeneración trae como fruto la obediencia. Hasta que dicho cambio no suceda
en el corazón, el individuo no podrá convencerse de la verdad del evangelio. El
primer paso es dejar la rebelión y arrepentirse de sus pecados, tornarse a Dios y
pedir perdón y reconciliación por medio del Salvador. Esto, sin embargo, solo
puede efectuarse por medio del Espíritu Santo. Su única esperanza yace en un
cambio de corazón, el cual solo puede efectuar el poder soberano del Espíritu
Santo, obrando cuando, donde y como le place. Esto es solo otra manera de decir:
"ninguno puede venir a mi si el Padre no le trajere"(Jn. 6:44) y es Dios quien
produce "el querer como el hacer por su buena voluntad"(Fil. 2:13). Si Dios a
través de su Espíritu Santo no nos hubiese traído, nunca hubiésemos llegado a El.
UNIDAD 10: LA GRACIA COMUN

INTRODUCCION

Si las descripciones escriturales acerca del hombre son verdaderas, parecería que
la vida sobre la tierra hoy debería ser imposible. Debido a la caída, todo ser
humano básicamente vive centrado en si mismo y con egoísmo, con odio a Dios,
al prójimo y explotando la naturaleza. Si esto es así, parecería que hoy día tenemos
sobre la tierra nada mejor que un infierno.

El hombre caído es en realidad básicamente egocéntrico. Por tanto, hombres y


mujeres necesitan ser regenerados, experimentar un cambio básico de compromiso
y un nuevo centro de lealtad antes de que vayan a poder vivir la vida generosa a la
que Dios nos llama.

Pero ahora enfrentamos un problema. En nuestra vida en la tierra, no parece que


experimentemos de manera constante la clase de maldad y depravación humanas
descritas antes. Con frecuencia nos encontramos con personas no cristianas que
parecen ser amables, serviciales y desinteresadas. ¿Cómo explicar este suceso?

Agustín tenía una respuesta a esta pregunta. Llamó a estas virtudes “vicios
esplendidos”, ya que no las practican para la gloria de Dios, sino por amor a si
mismos y por lograr que los alabaran. Calvino, aunque en lo fundamental estuvo
de acuerdo con Agustín, no estuvo satisfecho por completo con su respuesta. La
opinión de Calvino es que no podemos atribuir estas cosas a la capacidad
congénita al ser humano, ya que no puede hacer nada bueno por sus propios
medios. Para Calvino, debemos atribuir estas cosas buenas a la gracia de Dios, una
gracia que debe ser diferenciada de la gracia salvífica, pero que frena el pecado en
el género humano caído aunque no elimina la pecaminosidad del hombre. Es a este
aspecto de la gracia de Dios que se le ha llamado en la teología la gracia común.

10.1 DOCTRINA DE LA GRACIA COMÚN

La primera persona en desarrollar esta doctrina fue Juan Calvino. Aunque no


desarrolló una doctrina completa de la gracia común, si enseñó que en medio de
esta corrupción de la naturaleza, queda algún lugar para la gracia de Dios; no
como una gracia para purificarla, sino para frenarla internamente…Así Dios, en su
providencia, frena la perversidad de la naturaleza, a fin de que no se convierta en
acción, aunque no purifica las intenciones.
Uno de los últimos teólogos reformados más prominentes que ha contribuido de
manera significativa a la doctrina de la gracia común es Herman Bavinck. Sobre
esto, cito sus palabras:
“De esta gracia común proviene todo lo que es bueno en el hombre caído…Esto se
debe a que seguirán subsistiendo en el hombre ciertas huellas de la imagen de
Dios: este sigue teniendo una sensibilidad e impronta de la divinidad, una semilla
religiosa”.

Por otro lado, Abraham Kuyper añade: “Este bien común en el hombre, ni se niega
ni se puede negar; por otro lado, la totalidad de la corrupción no puede
disminuirse. Solo hay una solución: que la gracia este actuando incluso en el
hombre caído”.

10.2 BASE BIBLICA PARA LA DOCTRINA DE LA GRACIA COMUN

Génesis 20 nos relata la historia de cuando Abraham estaba en el país de los


filisteos. Para protegerse personalmente, debido a que Sara su mujer era hermosa,
dijo que ella era su hermana. Como consecuencia, Abimelec, rey de los filisteos,
tomó a Sara como parte de su harén. Pero una noche, Dios le dijo a Abimelec en
sueños que si tocaba a Sara moriría. Abimelec argumenta que no sabía nada del
caso, por lo cual Dios le dice que precisamente por eso le advirtió y no permitió
que este la tocara. Abimelec no era creyente, pero Dios lo frenó de mal que haría.
Este freno al pecado fue tanto un acto libre como gratuito de parte de Dios.

En Romanos 1 Pablo describe lo que sucede a aquellos que conocen la verdad,


pero que aun así no glorifican a Dios:

Rom 1:24-28: “Por lo cual también Dios los entregó a la inmundicia, en las
concupiscencias de sus corazones, de modo que deshonraron entre sí sus propios
cuerpos, ya que cambiaron la verdad de Dios por la mentira, honrando y dando
culto a las criaturas antes que al Creador, el cual es bendito por los siglos.
Amén. Por esto Dios los entregó a pasiones vergonzosas; pues aun sus mujeres
cambiaron el uso natural por el que es contra naturaleza, y de igual modo
también los hombres, dejando el uso natural de la mujer, se encendieron en su
lascivia unos con otros, cometiendo hechos vergonzosos hombres con hombres, y
recibiendo en sí mismos la retribución debida a su extravío. Y como ellos no
aprobaron tener en cuenta a Dios, Dios los entregó a una mente reprobada, para
hacer cosas que no convienen”.

El verso 18 dice de manera clara que la ira de Dios se ha revelado desde el cielo
contra la impiedad de los hombres, porque todos los hombres, de una o de otra
manera, tienen algo de la verdad de Dios, pues Dios les ha revelado su eterno
poder y deidad. Pero muchos han sofocado este conocimiento debido a la
injusticia que hay en ellos. Como consecuencia, Dios los entregó a la impureza
sexual. Pablo dice que Dios los “entregó” o “abandonó” a sus propios pecados.
Esto implica claramente que, antes de “entregarlos”, Dios estuvo frenando la
manifestación del pecado en sus vidas y debido a que decidieron sofocar la verdad
acerca de Dios que ellos poseían, Dios retiró el freno y los entregó al dominio del
pecado.

En 2 Tesalonicenses 2, Pablo nos habla de un personaje enigmático llamado “el


hombre de pecado”. El apóstol nos dice que la segunda venida no se producirá sin
que primero se manifieste este impostor. Pablo habla de un poder que de momento
esta deteniendo la aparición de dicho personaje:

“Y ahora vosotros sabéis lo que lo detiene, a fin de que a su debido tiempo se


manifieste. Porque ya está en acción el misterio de la iniquidad; sólo que hay
quien al presente lo detiene, hasta que él a su vez sea quitado de en medio” (2
Tes. 2:6-7).

Pablo no nos dice quien o que esta deteniendo la manifestación del hombre de
pecado, pero es impresionante observar como Pablo habla de este freno tanto en
términos impersonales como personales: “hay algo que detiene” (v.6); “el que
ahora lo detiene” (v.7). Hay un poder o persona deteniéndolo. Detener esta
encarnación del mal equivale a frenar el pecado. A la luz e esto, Hoekema
comenta que “el misericordioso control de Dios esta detrás de este freno que casi
no hace falta mencionarlo”.

10.3 LOS MEDIOS DE LA GRACIA COMUN

Ya se ha dicho que es “el misericordioso control de Dios” quien frena el pecado


para que este no llegue a su máxima expresión para que así, la tierra sea un lugar
habitable, sobre todo, por amor a sus escogidos.

El asunto aquí es, ¿De que medios se sirve Dios para refrenar el pecado?

1- La revelación general. Como ya se ha indicado anteriormente, Dios ha dado


algo de Luz a todos los hombres. La expresión en Romanos 1 “que detienen con
injusticia la verdad”, nos está diciendo que los hombres están resistiendo o
sofocando la verdad, lo cual implica que hay algo de verdad que todos los
hombres conocen. Algo de esta verdad ha sido revelado a los hombres de forma
interna. Pablo dice de forma textual en Romanos 2, que todos los hombres tienen
conciencia y un sentido de responsabilidad por sus hechos delante de Dios y una
conciencia de castigo merecido:
“Porque cuando los gentiles que no tienen ley, hacen por naturaleza lo que es de
la ley, éstos, aunque no tengan ley, son ley para sí mismos, mostrando la obra
de la ley escrita en sus corazones, dando testimonio su conciencia, y acusándoles
o defendiéndoles sus razonamientos” (Rom. 2:14-15).
Según el pasaje, los gentiles, quienes no tienen la ley, hacen por naturaleza cosas
que la ley exige, lo que muestra que la ley moral de Dios ha sido escrita en todo
corazón humano. Esto no significa que el conocimiento de la ley en el corazón de
los no evangelizados sea perfecto, pues aun nuestra conciencia fue afectada por el
pecado. Pero al menos, todos los hombres poseen un parámetro de lo que es
correcto y lo que no. Uno de los efectos que la ley produce es que hace reconocer
a los hombre ciertas clases de conducta externa como buenas y otras como malas.
No solo esto, debido a la conciencia los hombres saben también que lo malo se
castiga, tanto en esta vida como en la venidera y que lo bueno se recompensa. Es
el temor al castigo lo que Dios usa muchas veces para refrenar el pecado en la
sociedad. Un ejemplo de esto es el hombre adultero. Su conciencia le dice, sea
creyente o no, que el adulterio es en contra de la ley moral de Dios. El temor a
obtener una enfermedad como el sida, por ejemplo, podría ser un freno para que
cometiese dicho pecado.

2- El gobierno humano. Dios ha puesto a las autoridades civiles como sus


representantes para el bien del pueblo. El gobierno civil tiene el permiso divino
para instituir leyes y códigos de conducta para mantener el orden civil; pero
también tiene el permiso de instituir medidas correctivas con las que se hacen
cumplir dichas leyes: multas, condenas en la cárcel e incluso, si es necesario, pena
de muerte. Como ha señalado Pablo:

“Porque los magistrados no están para infundir temor al que hace el bien, sino al
malo. ¿Quieres, pues, no temer la autoridad? Haz lo bueno, y tendrás alabanza
de ella; porque es servidor de Dios para tu bien. Pero si haces lo malo, teme;
porque no en vano lleva la espada, pues es servidor de Dios, vengador para
castigar al que hace lo malo” (Rom. 13:3-4).

Según este pasaje, todas las autoridades civiles son en un aspecto siervos de Dios,
pues son la espada utilizada por Dios para castigar el mal en la sociedad. Los
malhechores deben temer, pues ellos son responsables ante Dios de promover la
justicia social e individual. De esta manera Dios también frena el pecado.

3- Un sentido de solidaridad. Hay un sentido de solidaridad que Dios ha puesto en


el corazón del hombre, pues este no existe para estar aislado. A este se refería
Jesús cuando dice: “Pues si vosotros, siendo malos, sabéis dar buenas dádivas a
vuestros hijos” (Mat. 7:11). Dado que el ser humano no existe en forma aislada, su
pecado se refrena por medio de esta solidaridad. Por ejemplo, a menudo nos
abstenemos de hacer el mal que quizás sentimos la inclinación de realizar porque
estamos casados con alguien que se sentiría ofendido ante tal acción; tal vez
porque la mala acción haría sufrir a nuestros hijos o deshonraría a nuestros padres
y a nuestra familia.

10.4 LA IMPORTANCIA DE LA DOCRINA DE LA GRACIA COMUN

Como cualquier otra doctrina Bíblica, esta puede ser mal usada. Muchos pudieran
utilizarla como excusa a un comportamiento cuestionable o mundano. La doctrina
de la gracia común también puede conducir a debilitar la enseñanza Bíblica acerca
de la depravación del ser humano y de la necesidad absoluta de la regeneración.

Sin embargo, a pesar de los abusos que se puedan cometer contra dicha doctrina,
esta tiene gran importancia práctica en nuestras vidas y en nuestra sociedad.

1- Pone de relieve el poder destructor del pecado.


2- Reconoce los dones que vemos en los seres humanos no regenerados como
dones de Dios.
3- Nos ayuda a explicar la posibilidad de civilización y cultura en esta tierra a
pesar de la condición caída del ser humano.
4- Alimenta nuestra esperanza de que un día, el freno al pecado será total.

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