Anda di halaman 1dari 5

ORIGINAL

Deterioro cognitivo leve:


características neuropsicológicas de los distintos subtipos
M.L. Migliacci a, D. Scharovsky b, S.E. Gonorazky a

DETERIORO COGNITIVO LEVE: CARACTERÍSTICAS NEUROPSICOLÓGICAS DE LOS DISTINTOS SUBTIPOS


Resumen. Objetivo. Evaluar, en nuestra población, la frecuencia de los subtipos de deterioro cognitivo leve (DCL) y sus ca-
racterísticas neuropsicológicas, y estimar la variación de esta frecuencia según la extensión de la evaluación. Pacientes y mé-
todos. Se incluyeron pacientes con diagnóstico de DCL entre el 1 de enero de 2003 y el 31 de diciembre de 2007. Los subtipos
de DCL se clasificaron como DCL amnésico (DCL-a), DCL monodominio no amnésico (DCL-mnoa) y DCL multidominio
(DCL-mult). Se consideró una prueba neuropsicológica afectada cuando el resultado correspondía a igual o menos de 1,5
desviaciones estándares ajustadas a la edad y nivel educacional. Se dividió la cohorte de pacientes en evaluación menor a la
básica (menos de 14 pruebas, del 2003 al 2005) y evaluación básica-ampliada (igual o más de 14 pruebas, del 2006 al 2007).
Resultados. Del total de 204 pacientes, 51 (26%) correspondieron a DCL-a, 11 (5,4%) a DCL-mnoa y 142 (69,6%) a DCL-mult.
Se observó una tendencia hacia una mayor proporción de DCL-mult a mayor nivel educativo. A mayor extensión de la evalua-
ción neuropsicológica, se halló una mayor proporción de DCL-mult y DCL-mnoa, a expensas de una disminución del número
de DCL-a, sin alcanzar una significancia estadística. Conclusiones. El subtipo más frecuente fue el DCL-mult. La extensión de
la evaluación redundaría en una mejor clasificación de los subtipos y, posiblemente, en un aumento del número de DCL-mult
y DCL-mnoa, a expensas de DCL-a. [REV NEUROL 2009; 48: 237-41]
Palabras clave. Demencia. Deterioro cognitivo leve. Memoria. Prevalencia. Pruebas neuropsicológicas. Subtipos.

INTRODUCCIÓN El patrón neuropsicológico de cada DCL, entendido como


Actualmente se cree que la transición desde un estado cognitivo aquellos dominios afectados o respetados, permite la subclasifi-
esperable para la edad a la demencia, principalmente por enfer- cación del DCL en subtipos. Esto último redundaría en una pre-
medad de Alzheimer, pasa a través de un estado transicional de- dicción más precisa del riesgo de evolución a demencia y al tipo
nominado deterioro cognitivo leve (DCL) [1,2]. Este último se de demencia [13]. Por ello, evaluamos la frecuencia de subtipos
caracteriza por un compromiso cognitivo, que generalmente in- de DCL en nuestro servicio de acuerdo con sus características
volucra la memoria, pero que no tiene la gravedad suficiente pa- neuropsicológicas. Además, analizamos el cambio en la frecuen-
ra satisfacer los criterios necesarios para el diagnóstico de de- cia en función de la extensión de la evaluación neuropsicológica.
mencia [3]. Gran parte de la bibliografía se centra en el déficit Los objetivos del trabajo fueron: evaluar la frecuencia de los
de memoria aislado en el DCL, a pesar de que varios estudios distintos subtipos de DCL en nuestro servicio, describir las ca-
evidencian afección de otros dominios cognitivos. Estudios po- racterísticas neuropsicológicas de los distintos subtipos de DCL
blacionales muestran que los DCL con afección aislada de la y examinar el cambio de frecuencia de los distintos subtipos de
memoria serían un grupo pequeño comparado con los DCL con DCL según la extensión de la evaluación neuropsicológica.
compromiso de varios dominios [4-6].
El seguimiento a largo plazo de estos pacientes ha evidencia-
PACIENTES Y MÉTODOS
do distintos subtipos de DCL de acuerdo con los patrones de
evolución a demencia [7,8]. Se reconocen actualmente tres sub- Se revisó la base de datos y las historias clínicas de todos los pacientes con
diagnóstico de DCL derivados al consultorio de memoria del servicio de
tipos: el DCL amnésico (DCL-a), caracterizado por un déficit
medicina preventiva del Hospital Privado de Comunidad de la ciudad de
aislado de la memoria; el DCL multidominio (DCL-mult), que Mar del Plata, en el período entre el 1 de enero de 2003 y el 31 de diciem-
implica un déficit leve de más de un dominio cognitivo (puede bre de 2007. Las derivaciones se realizaron por médicos generalistas y espe-
incluir la memoria), pero sin cumplir criterios para el diagnóstico cialistas (incluidos neurólogos) de nuestro hospital y de otros centros de
de demencia; el DCL monodominio no amnésico (DCL-mnoa), ciudades aledañas. Las evaluaciones estuvieron a cargo de un grupo confor-
que representa la afección de un solo dominio distinto de la me- mado por un geriatra, un psicólogo, un terapeuta ocupacional, un fonoau-
moria [9]. Este último constituiría el estado prodrómico de de- diólogo y un neurólogo, todos especializados en trastornos de memoria.
mencias no Alzheimer, tales como las frontotemporales, demen- Evaluación neuropsicológica
cia por cuerpos de Lewy o vascular, mientras que el DCL-a evo- La evaluación neuropsicológica básica (EB) incluyó los siguientes test: Cli-
luciona generalmente a enfermedad de Alzheimer [10-12]. nical Dementia Rating (CDR) [14], Global Deterioration Scale (GDS) [15],
índice de Barthel (IB) [16], escala de las actividades instrumentales de la vi-
da diaria de Lawton y Brody (LB) [17], praxias transitivas e intransitivas
Aceptado tras revisión externa: 21.10.08.
[18], test minimental de Folstein [19], test del reloj [20], Alzheimer’s Disea-
a
Servicio de Neurología. b Servicio de Medicina Preventiva. Hospital Pri- se Assesment Scale (ADAS) [21], fluencias semánticas y fonológicas [22],
vado de Comunidad. Mar del Plata, Buenos Aires, Argentina. test de dígitos [18], Frontal Assessment Battery [23] y escala de memoria,
Correspondencia: Dr. Marcelo Leonel Migliacci Marcelo Leonel. Servicio observación y concentración [24]. Debido a que antes del año 2006 no se in-
de Neurología. Hospital Privado de Comunidad. Córdoba, 4545. 7600 Mar cluían todos estos test en la batería básica, se denominó evaluación menor a
del Plata, Buenos Aires, Argentina. Fax: (0054) 0223-4990099. E-mail: la básica (EMB) si faltaba al menos uno de los test anteriormente menciona-
leonelmigliacci@gmail.com dos. La evaluación ampliada (EA) incluyó todos los test de EB más al menos
© 2009, REVISTA DE NEUROLOGÍA uno de los siguientes: Rivermead [25], Trail A y B [26], Mattis Dementia

REV NEUROL 2009; 48 (5): 237-241 237


M.L. MIGLIACCI, ET AL

Rating Scale [27], Rey Auditory Verbal Learning Test Tabla I. Características demográficas de los subtipos de deterioro cognitivo leve.
(RAVLT) [28], escala de inteligencia de Wechsler
(WAIS) [29], Stroop [30], test de Boston [31], Wiscon- DCL-a DCL-mnoa DCL-mult Total p
sin [32], figura compleja de Rey [33], trigrama [18] y
Signoret [34]. La EMB incluyó los pacientes recluta- n 51 11 142 204
dos desde 2003 a 2005 inclusive, y la EB y la EA, los Edad (media ± DE) 75,07 ± 6,96 69,63 ± 8,78 70,58 ± 10,8 a
pacientes reclutados desde 2006 a 2007, inclusive.
Se incluyeron los pacientes con CDR ≤ 0,5, GDS ≤ Sexo
3, IB ≥ 16 y LB ≥ 6. Los pacientes con CDR = 0 y GDS b
= 1 o 2 pueden considerarse sin afección cognitiva, pe- Masculino 15 (29,4%) 4 (36,4%) 38 (26,8%) 57
ro se incluyeron porque estos test no evalúan todos los Femenino 36 (70,6%) 7 (63,6%) 104 (73,2%) 147 b
dominios cognitivos. Se descartó el diagnóstico de de-
mencia siguiendo los criterios del National Institute of Educación
Neurologic, Communicative Disorders and Stroke Al-
zheimer Disease and Related Disorders Association. Analfabeto 2 0 3 5
El nivel educacional se separó en baja escolaridad Primaria incompleta 17 2 39 58
(analfabeto, primaria completa o incompleta, o hasta
un máximo de siete años de escolaridad) y alta escola- Primaria completa 19 2 42 63
ridad (secundaria incompleta o completa, terciaria,
universidad incompleta o completa, o más de siete Secundaria incompleta 9 2 12 23
años de escolaridad). Secundaria completa 2 2 22 26
Los dominios cognitivos y sus respectivos test de
evaluación no se encuentran estandarizados, por lo Terciaria 0 0 4 4
que se consensuó entre los autores los test que mejor
definían a cada dominio: Universidad incompleta 1 1 13 15
– Memoria: ADAS mnésico, RAVLT, Rey recuerdo Universidad completa 1 2 7 10
inmediato/diferido/reconocimiento, Signoret me-
moria inmediata/diferida, WAIS información y Educación baja 38 4 84 126
Mattis memoria.
– Función ejecutiva: dígitos, fluencia fonológica, Trail Educación alta 13 7 58 78 0,031 (χ2)
B, Stroop (color-palabra), trigrama, Wisconsin, WAIS DCL-a; deterioro cognitivo leve amnésico; DCL-mnoa: deterioro cognitivo leve monodominio no am-
analogías, Mattis conceptualización. nésico; DCL-mult: deterioro cognitivo leve multidominio. Valor p con Kruskal-Wallis. a p ≤ 0,05 entre
– Visuoespacial: reloj (punto de corte para la afec- DCL-a y DCL-mult; b Sin diferencias estadísticamente significativas.
ción visuoespacial < 7) [35,36], Rey dibujo copia,
Mattis construcción.
Tabla II. Características neuropsicológicas de los subtipos de deterioro cognitivo leve.
– Lenguaje: Boston, fluencia semántica, ADAS no-
minación, WAIS vocabulario.
DCL-a DCL-mnoa DCL-mult p
– Velocidad psicomotora: Trail A.
– Atención: Stroop palabra o color, Mattis atención, MMSE 25,46 (2,35) 41 26,55 (2,06) 9 25,81 (2,52) 122 d
Trail A.
d
Rivermead 6,28 (2,28) 7 – (–) 1 7,11 (2,30) 43
Cada test se clasificó como anormal si su resultado d
SMOCT 5,87 (4,06) 33 4,18 (2,27) 11 7,18 (4,41) 128
correspondía a ≤ 1,5 desviaciones estándares (DE)
ajustadas a edad y nivel educacional [37]. Reloj 9,08 (0,95) 34 7,95 (2,44) 11 7,71 (2,27) 121 b
Se utilizaron las siguientes definiciones:
d
– DCL: a) queja de pérdida de memoria, preferible- Praxias transitivas 17,4 (2,30) 5 – (–) 0 14,96 (3,76) 26
mente corroborada por un informante; b) activida- d
des de la vida diaria esencialmente preservadas; c) Praxias intransitivas 18,4 (0,54) 5 – (–) 0 17,84 (2,46) 26
función cognitiva general intacta; d) trastorno de ADAS nominación –0,088 (0,77) 51 –0,81 (0,95) 11 –0,43 (0,98) 140 a, b
memoria objetivado superior al normal para su
a, b, c
edad y educación; e) sin demencia. ADAS mnésico –2,76 (0,46) 51 –1,13 (0,86) 11 –2,3 (1) 140
– DCL amnésico: ≤ 1,5 DE en una o más pruebas a, b
neuropsicológicas del dominio memoria, sin afec- Fluencia semántica –0,14 (0,59) 34 –0,68 (0,84) 11 –0,95 (0,99) 123
ción de otros dominios. Fluencia fonológica 0,23 (0,79) 34 –0,18 (0,68) 11 –0,61 (0,99) 123 b
– DCL multidominio: ≤ 1,5 DE en una o más pruebas
b, c
neuropsicológicas al menos en dos dominios (in- Dígitos –0,27 (0,74) 36 –0,2 (0,34) 10 –0,83 (0,78) 126
cluido o no el dominio memoria). d
– DCL monodominio no amnésico: ≤ 1,5 DE en una FAB –2,62 (0,97) 35 –3 (0) 11 –2,59 (0,92) 128
o más pruebas neuropsicológicas en un solo domi- Trail A 0,75 (0,35) 2 – (–) 0 –0,72 (0,86) 29 b
nio distinto del dominio memoria.
z
Trail B –0,5 (0,7) 2 – (–) 0 –0,51 (1,17) 28
Análisis estadístico
d
Se utilizó el programa Arcus Quickstat Biomedical RAVLT –2,25 (1,06) 2 –0,83 (0,28) 3 –1,83 (0,92) 37
version 1.0 para todo análisis estadístico. Se estable-
ADAS: Alzheimer's Disease Assesment Scale; DCL-a; deterioro cognitivo leve amnésico; DCL-mnoa:
ció un nivel de significancia de α ≤ 0,05 para todo deterioro cognitivo leve monodominio no amnésico; DCL-mult: deterioro cognitivo leve multidominio;
análisis. La frecuencia de los subtipos de DCL se cal- FAB: Frontal Assessment Battery; MMSE: test minimental de Folstein; RAVLT: Rey Auditory Verbal
culó como porcentaje de prevalencia. Los resultados Learning Test; SMOCT: escala de memoria, observación y concentración. Los valores se expresan en
de cada prueba se expresaron según su DE respecto a medias (DE). Valor p con Kruskal-Wallis. En cursiva figura el total de pacientes que completaron la
prueba. a p ≤ 0,05 entre DCL-a y DCL-mnoa; b p ≤ 0,05 entre DCL-a y DCL-mult; c p ≤ 0,05 entre DCL-
lo esperado para edad y nivel educacional. Para la
mnoa y DCL-mult; d Sin diferencias estadísticamente significativas.
comparación entre los distintos subgrupos de DCL, se

238 REV NEUROL 2009; 48 (5): 237-241


DETERIORO COGNITIVO LEVE

la EMB. No se encontraron diferencias estadísticamen-


te significativas para ninguno de los subgrupos (Tabla IV
y Fig. 2).

DISCUSIÓN
En la mayoría de los estudios realizados en di-
ferentes países, se ha empleado una definición
distinta del concepto de DCL, lo que justifica
los resultados dispares en cuanto a prevalencia,
tasa de conversión a demencia y características
clínicas reflejadas en las publicaciones científi-
cas. Mientras que el criterio de DCL se acepta
universalmente, en principio, la operacionali-
zación de este criterio es poco clara [7,38,39].
El paso inicial en la operacionalización del
concepto de DCL radica en comprobar que la
Figura 1. Pruebas neuropsicológicas según el subtipo de deterioro cognitivo leve.
queja cognitiva del paciente, corroborada por
el familiar, se da en un contexto de una función
cognitiva general conservada y que no tiene
Tabla III. Dominios afectados en los distintos tipos de deterioro cognitivo leve. efecto en las actividades de su vida diaria, con-
diciones fundamentales para descartar el diag-
DCL-a DCL-mnoa DCL-mult p nóstico de demencia. El CDR y la GDS permi-
Función ejecutiva 0 0 0,88 (0,86) b, c ten una somera aproximación al estado cogniti-
vo general del paciente, mientras que las esca-
a, c
Memoria 1,05 (0,23) 0 1,35 (0,97) las de IB y LB examinan el grado de afección
Lenguaje 0 0,72 (0,46) 0,92 (0,8) a, b de las actividades de su vida diaria.
Otro inconveniente surge al definir, desde
a, b
Visuoespacial 0 0,27 (0,46) 0,36 (0,49) el punto de vista de la evaluación neuropsico-
Velocidad psicomotora 0 0 0 d lógica, a cada subtipo de DCL. La definición
de subtipo de DCL está basada en la mismas
b, c
Atención 0 0 0,50 (0,61) pruebas neuropsicológicas utilizadas en el aná-
DCL-a; deterioro cognitivo leve amnésico; DCL-mnoa: deterioro cognitivo leve monodominio no am- lisis; por lo tanto, cualquier estudio del perfil
nésico; DCL-mult: deterioro cognitivo leve multidominio. Los valores se expresan en medias (DE). neuropsicológico no es independiente de la
Valor p con Kruskal-Wallis. a p ≤ 0,05 entre DCL-a y DCL-mnoa; b p ≤ 0,05 entre DCL-a y DCL-mult; clasificación de subtipo de DCL. Existen estu-
c
p ≤ 0,05 entre DCL-mnoa y DCL-mult; No puede calcularse.
d
dios que evalúan la sensibilidad y especifici-
dad de los distintos puntos de corte para defi-
utilizó el test estadístico no paramétrico de Kruskal-Wallis. Para la compa- nir a un test como alterado [37]. El más aceptado es un resulta-
ración de nivel educacional y subtipos de DCL según el tipo de evaluación, do ≤ 1,5 DE de lo esperado para la edad y nivel educacional pa-
se utilizó la prueba de χ2. ra cada test. Tampoco hay consenso en cuáles y cuántas pruebas
deben afectarse para considerar que un determinado dominio
RESULTADOS
está comprometido. La batería de test no se encuentra estanda-
rizada [40]. Deberían incluirse pruebas psicométricas para exa-
De un total de 264 pacientes con diagnóstico de DCL, se excluyó a 20 por
tener CDR > 0,5 o GDS > 3; a 25 por tener una evaluación muy incomple-
minar dominios como memoria, funciones ejecutivas, lenguaje,
ta; y a 15 por no presentar alteración alguna en las pruebas realizadas. Las capacidad visuoespacial, velocidad psicomotora y atención. Se
variables demográficas de los restantes 204 pacientes se muestran en la ta- supone que mientras más amplia es la evaluación, más posibili-
bla I. Del total de pacientes incluidos en el análisis, 51 (26%) correspondie- dades de detectar trastornos en otros dominios distintos del do-
ron a DCL-a, 11 (5,4%) a DCL-mnoa y 142 (69,6%) a DCL-mult. Se obser- minio memoria, lo que mejoraría la definición de cada subtipo
vó una diferencia estadísticamente significativa en cuanto al nivel educati- y, probablemente, cambiaría la prevalencia de DCL-a. Sin em-
vo, con una tendencia hacia una mayor proporción de DCL-mnoa y DCL- bargo, un mayor número de pruebas incrementa el número de
mult a mayor nivel educativo, a expensas de un descenso del número de
DCL-a. Las características neuropsicológicas de los subtipos DCL se resu-
falsos positivos. Además, todo aumento en la sensibilidad de la
men en la tabla II y la figura 1. Se contó con escasos datos en los test de EA, evaluación va de la mano de un descenso en su especificidad.
por lo que no pudieron realizarse mayores comparaciones. La identificación de los distintos subtipos de DCL implicaría una
En el dominio memoria no hubo diferencia significativa entre el DCL-a y más precisa predicción del riesgo y patrón de evolución a demen-
DCL-mult. En el DCL-mnoa sólo se afectaron los dominios lenguaje y vi- cia. En nuestro estudio, el escaso número de pruebas realizadas
suoespacial, sin diferencias con respecto al DCL-mult. El número de pa- en la EA probablemente contribuyó a que la diferencia de fre-
cientes con evaluación de la velocidad psicomotora fue muy escaso como cuencia de DCL-a frente a DCL-mnoa y DCL-mult entre EMB
para realizar comparaciones (Tabla III).
En la comparación entre EMB y EB + EA, se observó una mayor propor-
y EB + EA no alcance un nivel de significación estadística.
ción de DCL-a en la EMB con respecto a la EB + EA (el 32,1 frente al Estudios poblacionales que sustentan la evaluación de los
20,3%). Se evidenció un mayor número de DCL-mnoa (el 3,7% frente al 6,5%) casos de DCL en pruebas psicométricas identifican una preva-
y de DCL-mult (el 64,2 frente al 73,2%) en la EB + EA en comparación con lencia de subtipo de DCL-a distinta a aquéllos basados en los

REV NEUROL 2009; 48 (5): 237-241 239


M.L. MIGLIACCI, ET AL

síntomas [10,41-43]. Nuestro análisis mostró una prevalencia


del DCL-a de aproximadamente un 25%, comparado con un
70% para el DCL-mult. Esta predominancia del DCL con afec-
ción de múltiples dominios sobre el déficit de memoria aislado
coincide con otros estudios poblacionales basados en la clasi-
ficación de DCL de acuerdo con su perfil neuropsicológico,
aunque la diferencia entre la frecuencia de estos dos subtipos
es mayor en nuestra población [9]. Esto podría deberse a dife-
rencias en la operacionalización de cada subtipo de DCL y a
un sesgo de selección de pacientes, ya que nuestros datos co-
rresponden a un centro de referencia de pacientes con trastor-
nos de memoria y no a una muestra poblacional. La elabora-
ción de una batería de test podría orientarse con los resultados
de trabajos similares a éste, es decir, basados en las caracterís-
ticas neuropsicológicas, destinando una mayor proporción de Figura 2. Proporción de deterioro cognitivo leve según evaluación menor
aquélla a los dominios distintos del dominio memoria, como el a la básica frente a evaluación básica + evaluación ampliada.
lenguaje, las funciones ejecutivas y las visuoespaciales, ya que
éstos permiten una clasificación más precisa del subtipo de Tabla IV. Evaluación menor a la básica frente a evaluación básica + eva-
luación ampliada.
DCL, sobre todo del DCL mnoa y DCL-mult. En general, las
pruebas de memoria episódica, lenguaje (nominación y fluen- DCL-a DCL-mnoa DCL-mult Total
cia verbal) y funciones ejecutivas son los mejores predictores
de conversión entre DCL y enfermedad de Alzheimer [44-46]. EMB 26 (32,1%) 3 (3,7%) 52 (64,2%) 81
Sin embargo, dado que no existe un patrón típico de déficit EB + EA 25 (20,3%) 8 (6,5%) 90 (73,2%) 123
cognitivo de la enfermedad de Alzheimer en su fase prodrómi-
ca, las probabilidades de confusión con otras causas de dete- DCL-a; deterioro cognitivo leve amnésico; DCL-mnoa: deterioro cognitivo leve
monodominio no amnésico; DCL-mult: deterioro cognitivo leve multidominio;
rioro cognitivo son altas. En el momento actual, la mayoría de EA: evaluación ampliada; EB: evaluación básica. EMB: evaluación menor a la
las pruebas diagnósticas muestra una buena sensibilidad y es- básica. p (χ2) = 0,13.
pecificidad en las fases moderadas de la enfermedad, pero no
en las fases iniciales.
Actualmente no existe un criterio uniforme acerca de si la cias entre las dos modalidades de evaluación se evidenciarían
edad, la educación o el sexo afectan a la prevalencia de DCL. mejor si fuesen contrastadas en una misma cohorte.
Por lo general, se ha encontrado una prevalencia mayor en indi- En conclusión, el diagnóstico del subtipo de DCL varía radi-
viduos con nivel educativo bajo [47], aunque no existe unanimi- calmente si se basa en criterios clínicos o neuropsicológicos. Es
dad al respecto, y no suelen hallarse diferencias entre los sexos necesaria una estandarización en los criterios diagnósticos, de-
[48-50]. Es difícil analizar la mayor proporción de DCL-mult bido a que cada subtipo se asocia a una evolución a distintos ti-
encontrada a mayor nivel educativo. Esto podría explicarse por pos de demencia y a un pronóstico diferente. Es necesario con-
un sesgo determinado, por un número bajo de pacientes o por sensuar la cantidad y tipos de test neuropsicológicos que deben
corresponder a una verdadera influencia de la educación en el incluirse en la evaluación de cualquier tipo de DCL, para permi-
rendimiento de cada test. Los resultados de cada test se ajusta- tir una mejor comparación y comprensión de la bibliografía ac-
ron de acuerdo con sus validaciones en nuestra población. tual. La aplicación de todos los test realizados en este trabajo a
Las limitaciones de este trabajo son propias de todo estudio un mayor número de pacientes permitiría elaborar una batería
retrospectivo. Vale mencionar, además, la falta de un grupo con- neuropsicológica validada para nuestra población, que incluya
trol y el sesgo de selección propio de estudios realizados en aquellas pruebas que diferencien con mayor precisión los subti-
centros de derivación. Cabe recordar que la EMB y la EB + EA pos de DCL. Para una mejor definición de la prevalencia de és-
se aplicaron a dos cohortes distintas de pacientes. Las diferen- tos en nuestra población, aún faltan estudios poblacionales.

BIBLIOGRAFÍA
1. Petersen RC, Morris JC. Clinical features. In Petersen RC, ed. Mild 7. Petersen RC, Smith GE, Waring SC, Ivnik RJ, Tangalos EG, Kokmen
cognitive impairment: aging to Alzheimer’s disease. New York: Oxford E. Mild cognitive impairment: clinical characterization and outcome.
University Press; 2003. p. 15-40. Arch Neurol 1999; 56: 303-8.
2. Morris JC, Storandt M, Miller JP, McKeel DW, Price JL, Rubin EH, et al. 8. Tierney MC, Szalai JP, Snow WG, Fisher RH, Nores A, Nadon G, et al.
Mild cognitive impairment represents early-stage Alzheimer disease. Prediction of probable Alzheimer’s disease in memory-impaired pa-
Arch Neurol 2001; 58: 397-405. tients: a prospective longitudinal study. Neurology 1996; 46: 661-5.
3. American Psychiatric Association. DSM-IV: Diagnostic and statistic 9. López OL, Jagust WJ, DeKosky ST, Becker JT, Fitzpatrick A, Dulberg
manual of mental disorders, 4 ed. Washington DC: APA; 1994. C, et al. Prevalence and classification of mild cognitive impairment in
4. Ganguli M, Dodge HH, Shen CT, DeKosky S. Mild cognitive impairment, the cardiovascular health study cognition study. Arch Neurol 2003; 60:
amnesic type: an epidemiologic study. Neurology 2004; 63: 115-21. 1385-9.
5. Coria F, Gómez de Caso JA, Mingues L, Rodríguez-Artalejo F, Clave- 10. Petersen RC, Doody R, Kurz A, Mohs RC, Morris JC, Rabins PV, et al.
ría LE. Prevalence of age-associated memory impairment and demen- Current concepts in mild cognitive impairment. Arch Neurol 2001; 58:
tia in a rural community. J Neurol Neurosurg Psychiatry 1993; 56: 973-6. 1985-92.
6. Koivisto K, Reinikainen KJ, Hanninen T, Vanhanen M, Helkala EL, 11. Busse A, Hensel A, Gujne U, Angermeyer MC, Riedel-Heller SG.
Mykkanen L, et al. Prevalence of age-associated memory impairment Mild cognitive impairment: long-term course of four clinical subtypes.
in a randomly selected population from eastern Finland. Neurology Neurology 2006; 67: 2176-85.
1995; 45: 741-7. 12. Fischer P, Jungwirth S, Zehetmayers, Weissgram S, Hoenigschnabl S,

240 REV NEUROL 2009; 48 (5): 237-241


DETERIORO COGNITIVO LEVE

Gelpi E. Conversion from subtypes of mild cognitive impairment to 33. Saxton JA, Becker JT, Wisniewski S. The ROCF and dementia. In
Alzheimer dementia. Neurology 2007; 68; 288-91. Knight JA, ed. The handbook of Rey-Osterrieth complex figure usage:
13. Lopez OL, Becker JT, Jagust W, Fitzpatrick A, Carlson MC, DeKosky clinical and research applications. Lutz, FL: Psychological Assessment
ST, et al. Neuropsychological characteristics of mild cognitive impair- Resources; 2003. p. 569-82.
ment subgroups. J Neurol Neurosurg Psychiatry 2006; 77: 159-65. 34. Signoret JL, Whiteley A. Memory Battery Scale. Int Neuropsychol Soc
14. Morris JC. The Clinical Dementia Rating (CDR): current version and Bull 1979; 2-26.
scoring rules. Neurology 1993; 43: 2412-4. 35. Powlishta KK, Von Dras DD, Stanford A, Carr DB, Tsering C, Miller
15. Reisberg B, Ferris SH, de León MJ, Crook T. The global deterioration JP, et al. The clock drawing test is a poor screen for very mild demen-
scale for assessment of primary degenerative dementia. Am J Psychia- tia. Neurology 2002; 59; 898-903.
try 1982; 139: 1136-9. 36. Sayaka Y, Nanaka M, Hiroyuki U, Yusuke S, Fujiko A, Hiroshi S, et al.
16. Mahoney FI, Barthel DW. Functional evaluation: the Barthel index. The Clock Drawing Test as a valid screening method for mild cognitive
Md State Med J 1965; 14: 61-5. impairment. Geriatr Cogn Disord 2004; 18: 172-9.
17. Lawton MP, Brody EM. Assessment of older people: self-maintaining 37. Loewenstein DA, Amarilis A, Raymond O, Joscelyn A, Warren W,
and instrumental activities of daily living. Gerontologist 1969; 9: 179-86. Richard I, et al. Different memory cutoffs to assess mild cognitive im-
18. Tamaroff L, Allegri RF. Sistemas de memoria. In Tamaroff L, Allegri pairment. Am J Geriatr Psychiatry 2006; 14: 11.
RF, eds. Introducción a la neuropsicología clínica. Buenos Aires: Ar- 38. Petersen RC. Mild cognitive impairment as a diagnostic entity. J Intern
gentum; 1995. p. 73-91. Med 2004; 256: 183-94.
19. Folstein MF, Folstein SE, McHugh PR. Mini-Mental State. A practical 39. Ritchie K, Artero S, Touchon J. Classification criteria for mild cogni-
method for grading the cognitive state of patients for the clinician. tive impairment. A population-based validation study. Neurology 2001;
J Psychiatr Res 1975; 12: 189-98. 56: 37-42.
20. Cacho J, García-García R, Arcaya J, Vicente JL, Lantada N. Una pro- 40. Petersen RC, Stevens JC, Ganguli M, Tangalos EG, Cummings JL, De-
puesta de aplicación y puntuación del test del reloj en la enfermedad de Kosky ST. Early detection of dementia: mild cognitive impairment (an
Alzheimer. Rev Neurol 1999; 28: 648-55. evidence-based review): report of the Quality Standards Subcommittee
21. Rosen GW, Mohs R, Davis JL. A new rating scale for Alzheimer’s dis- of the American Academy of Neurology. Neurology 2001; 56; 1133-42.
ease. Am J Psychiatry 1984; 141: 1356-60. 41. Unverzagt FW, Gao S, Baiyewu O, Ogunniyi AO, Gureje O, Perkins A,
22. Mickanin J, Grossman M, Onishi K, Auriacombe S, Clark C. Verbal et al. Prevalence of cognitive impairment: data from the Indianapolis
and nonverbal fluency in patients with probable Alzheimer’s disease. Study of Health and Aging. Neurology 2001; 57; 1655-62.
Neuropsychology 1994; 8: 385-94. 42. Das SK, Bose P, Biswas A, Dutt A, Banerjee TK, Hazra A, et al. An
23. Dubois B, Slachevsky A, Litvan I, Pillon B. The FAB: a frontal assess- epidemiologic study of mild cognitive impairment in Kolkata, India.
ment battery at bedside. Neurology 2000; 55: 1621-6. Neurology 2007; 68: 2019-26.
24. Katzman R, Bown T, Fuld P, Peck A, Schimmel H. Validation of a 43. Arnaiz E, Almkvis TO. Neuropsychological features of mild cognitive
short orientation-memory-concentration test of cognitive impairment. impairment and preclinical Alzheimer’s disease. Acta Neurol Scand
Am J Psychiatry 1983; 140: 734-9. 2003; 107: 34-41.
25. Adachi H, Ikeda M, Hokoishi K, Komori K, Fukuhara R, Hyoudo T, et 44. Smith GE, Petersen RC, Ivnik RJ, Malec JF, Tangalos EG. Subjective
al. The utility of Rivermead Behavioural Memory Test in diagnosis of memory complaints, psychological distress, and longitudinal change in
MCI or mild Alzheimer’s disease. Psychogeriatrics 2005; 5: 91-2. objective memory performance. Psychol Aging 1996; 11: 272-9.
26. Tombaugh TN. Trail making test A and B: normative data stratified by 45. Carrasco MM, Vilarrasa AB. Deterioro cognitivo ligero, ¿una entidad
age and education. Arch Clin Neuropsychol 2004; 19: 203-14. necesaria? Rev Colomb Psiquiat 2007; 36 (3).
27. Mattis S. Dementia Rating Scale. Odessa, FL: Psychological Assess- 46. Fleisher AS, Sowell BB, Taylor C, Gamst AC, Petersen RC, Thal LJ.
ment Resources; 1988. Clinical predictors of progression to Alzheimer disease in amnestic
28. Snyder KA, Harrison DW, Shenal BV. The Affective Auditory Verbal mild cognitive impairment. Neurology 2007; 68: 1588-95.
Learning Test: peripheral arousal correlates. Arch Clin Neuropsychol 47. Bischkopf J, Busse A, Angermeyer MC. Mild cognitive impairment:
1998; 13: 251-8. a review of prevalence, incidence and outcome according to current ap-
29. Wechsler D. Wechsler adult intelligence scale-revised. New York: Psy- proaches. Acta Psychiatr Scand 2002; 106: 403-14.
chological Corporation; 1981. 48. Ebly EM, Hogan DB, Parhad IM. Cognitive impairment in the nonde-
30. Trennery MR, Crosson B, DeBoe J, Leber WR. Stroop Neuropsycho- mented elderly. Results from the Canadian Study of Health and Aging.
logical Screening Test manual. Odessa, FL: Psychological Assessment Arch Neurol 1995; 52: 612-9.
Resources; 1988. 49. Larrieu S, Letenneur L, Orgogozo JM, Fabrigoule C, Amieva H, Le
31. Allegri RF, Mangore CA, Rymberg S, Fernández A, Taragano FE. Carret N, et al. Incidence and outcome of mild cognitive impairment in
Spanish version of the Boston naming test in Buenos Aires. Clin Neuro- a population-based prospective cohort. Neurology 2002; 59: 1594-9.
psychol 1997; 11: 416-20. 50. Dawe B, Procter A, Philpot M. Concepts of mild memory impairment
32. Heaton RK. The Wisconsin Card Sorting Test manual. Odessa, FL: Psy- in the elderly and their relationship to dementia –a review. Int J Geriatr
chological Assessment Resources; 1981. Psychiatry 1992; 7: 473-9.

MILD COGNITIVE IMPAIRMENT: THE NEUROPSYCHOLOGICAL


CHARACTERISTICS OF THE DIFFERENT SUBTYPES
Summary. Aim. To evaluate the frequency of mild cognitive impairment (MCI) subtypes and their neuropsychological
characteristics in our population, and estimate the change in this frequency according to the extension of the neuro-
psychological examination. Patients and methods. Patients with diagnostic of MCI were included from 01/01/2003 to 31/12/2007.
MCI was classified as MCI-amnestic type (MCI-AT), MCI-multiple domain type (MCI-MDT) and MCI-single domain non
amnestic (MCI-MNOA). A neuropsychological test was considered abnormal if its result was equal or less than 1.5 standard
deviations from what expected for age and educational level. The cohort was divided in short evaluation (less than 14 test, from
2003-2005) and basic-extended evaluation (equal or more than 14 test, from 2006-2007). Results. Out of 204 patients included,
51 (26%) were classified as MCI-AT, 11 (5,4%) as MCI-MNOA and 142 (69,9%) as MCI-MDT. A higher educational level was
associated with an increase in the number of MCI-MDT. The longer the evaluation, the greater was the proportion of MCI-MDT
and MCI-MNOA and the lower the proportion of MCI-AT, without statistical significance. Conclusions. The most frequent MCI
subtype was MCI-MDT. A more extended evaluation would allow a better classification of MCI subtypes and increase the
number of MCI-MDT and MCI-MNOA at the expense of MCI-AT. [REV NEUROL 2009; 48: 237-41]
Key words. Dementia. Memory. Mild cognitive impairment. Neuropsychological test. Prevalence. Subtypes.

REV NEUROL 2009; 48 (5): 237-241 241

Anda mungkin juga menyukai