Anda di halaman 1dari 2

A lo largo de los años he sido testigo como un Juez o una Jueza, durante una audiencia judicial

por alimentos invocaba al padre (demandado) para que cumpla con su obligación de acudir a
sus hijos, sin aceptar el argumento de que no tenía trabajo, señalándole que si él (demandado)
había desayunado ese día e iba a almorzar y cenar luego de la audiencia, entonces sus hijos
también debían hacerlo.

Entonces, habría que preguntarnos, por qué estos criterios no se aplican muchas veces en la
práctica y en el inconciente popular, a la madre; a pesar que la ley si lo establece; más si se
trata de una madre que cuenta con los medios, profesión, oficio o arte para prestar alimentos a
sus menores hijos, que en muchos casos puede hasta superar con creces a las posibilidades del
padre.

Veamos, según el Artículo 92 del Código de los Niños y Adolescentes "se considera alimentos lo
necesario para el sustento, habitación, vestido, educación, instrucción y capacitación para el
trabajo, asistencia médica y recreación del niño o del adolescentes". A continuación el Artículo
93 del mismo Código dice que "es obligación de los padres prestar alimentos a sus hijos". Sin
perjuicio de estas dos normas citadas, también podemos citar sin temor el Artículo 235 del
Código Civil que dice "los padres están obligados a proveer al sostenimiento, protección,
educación y formación de sus hijos menores" según su situación y posibilidades. La
obligación de los padres de "alimentar a sus hijos" es independiente del hecho, si están o no
casados civilmente. No es una obligación que permanece y es exigible solamente a los padres
casados. La jurisprudencia nacional contempla el caso en que los padres casados civilmente,
aún viviendo juntos, por estar en medio de un conflicto de pareja, puedan solicitar se determine
una pensión de alimentos a favor de los hijos (Exp.597-93-Lima, Normas Legales N°232,p.11).

Pero por interpretaciones cotidianas, la gran mayoría de los peruanos cree firmemente que la
obligación de mantener a los hijos, estando casados, convivientes o divorciados; es y siempre
será de cargo del padre al 100%. Y porqué no creerlo así, si existe jurisprudencia (sentencias
anteriores) que así lo expresan al señalar que "Carece de objeto señalar una pensión alimenticia
cuando los alimentistas (para nuestro caso nos referimos a los hijos) se encuentran bajo el
amparo del progenitor" (entiéndase el padre) (Exp.865-86-Lima, Normas Legales N°167, p.309).
Entonces según esta sentencia, si los hijos viven con el padre, en consecuencia no existiría
motivo para demandar que la madre cumpla con aportar en alguna proporción a los alimentos
de los hijos.

En el mismo sentido, cuando una madre injustamente desamparada por el padre de su hijo(a),
se enfrenta a esta contingencia, es muy probable que encuentre en su camino a un asesor en
estos temas que le indique que ella tiene derecho a la mitad de todo lo que el padre percibe e
incluso hasta el 60% de todo, lo cual no necesariamente es así, pues de ser verdad esa
afirmación, entonces la mujer que concibió un hijo con un hombre que percibe mensualmente
USD$100,000.00; en principio tendría derecho a la mitad por ese hijo, lo cual no es exacto pues
las pensiones son establecidas por un Juez o Jueza aplicando su criterio en función a los ingresos
del que pagará la pensión de alimentos y las necesidades reales del o los menores que recibirán
la pensión. No hacerlo así, concebir un hijo(a) con una pareja pudiente, se convertiría en un
negocio muy rentable, pues prácticamente se concedería la alternativa de obtener una pensión
de jubilación adelantada pero prescribible a la mayoría de edad del o los hijos.

En este escenario de cosas, sumado a ancestrales costumbres machistas arraigadas en el


inconciente popular, arribamos al estado de cosas en que una madre pudiente y sobretodo
trabajadora, pretende que su ex esposo y padre de sus hijos continúe asumiendo el 100% de los
gastos de los hijos de ambos. Esto termina siendo una discusión entre abogados que ciñéndose
a la realidad de los hechos y lo estricto de una interpretación literal de las normas, pretenden
desconocer acuerdos, leyes y sobretodo, criterios reales de equidad y sensatez.

Una última consideración a tener en cuenta es que si una persona se divorcia y como parte del
acuerdo de divorcio queda en la propiedad absoluta de un inmueble (se le transfiere la
propiedad) cuyo valor sobrepasa algunos cientos de miles de dólares, el mismo que con su
patrimonio o ingresos no hubiera podido adquirir; dicho inmueble es su propiedad sin lugar a
discusión. Pero vayamos más allá. Supongamos que en esta propiedad que el o la beneficiaria,
recibió como parte de un acuerdo de divorcio, hoy en día, viven los hijos de ambos (ex esposos)
y él o ella misma, es decir; la pregunta sería: Es racional insinuar que si no fuera por él o ella
(quien obtuvo la propiedad de la casa por el acuerdo de divorcio), los niños no tendrían casa? y
que en todo caso, de no ser por él o ella, los niños no tendrían donde vivir?. Las preguntas no las
formulo en un marco de interpretación estrictamente legal, sino dentro de una racionalidad,
sensatez y coherencia que debe influir la aplicación de dicho marco legal y que debería intentar
aproximarse al espíritu de la conciliación de intereses, más si consideramos que se trata de un
tema de derechos de familia y que por si mismo, contribuye a incrementar el perjuicio que los
niños ya sufrieron por la separación de sus padres, olvidándonos del interés superior del niño?.

Anda mungkin juga menyukai