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1 PRESENCIA DE SANDINO José Santos Rivera

El nombre de Sandino es sinónimo de heroísmo, de justicia y libertad. Pero,

para sus adversarios ese nombre es un latigazo de oprobio y de vergüenza. En

Nicaragua, por largos cincuenta y dos años, pronunciar el nombre de Sandino

era un delito que se penaba con la muerte.

Se pronunciaba en voz baja: San. ..di.. .no; el pueblo lo llamaba y lo llama "el

general de verdad". Todavía, en algunos gorilatos de América es el

innombrable. En Nicaragua era un nombre tabú y fue para muchas

generaciones un desconocido, "un bandolero", un iluso, que con su "pequeño

ejército loco", de soldados hambrientos, desnudos y descalzos, por siete largos

años, en las montañas segovianas, opuso resistencia invencible al poderío

norteamericano.

El nombre de Sandino circulaba clandestinamente en los corrillos, en los

semanarios estudiantiles y obreros. Su gesta era exaltada en los mítines

secretos, en las conmemoraciones bajo techo, en el Día del Trabajo y a veces

nos llegaba en alguna revista extranjera, introducida al país sigilosamente.

En 1961, Carlos Fonseca, devoto del Héroe, recoge la bandera de lucha del

General de Hombres Libres, funda el Frente Sandinista de Liberación Nacional


(FSLN) y después de 18 años de lucha encarnizada y sin tregua, triunfa la

insurrección, triunfa el pueblo nicaragüense, vanguardizado por el Frente

Sandinista que enarbola la bandera rojinegra y el lema de "Patria Libre o

Morir".

Creo que la revolución es una gran escuela, para forjar el patriotismo de los

nicaragüenses. Considero un deber divulgar el nombre de Sandino, darlo a

conocer a las juventudes y a nuestros pueblos, para forjar una clara conciencia

de lo que fue su lucha, su ideal y su bandera.

Inculcar el sandinismo como base indispensable en la formación de las nuevas

generaciones, es una de las tareas primordiales de nuestra revolución.

No olvidemos jamás que la victoria sandinista fue recibida con el aplauso

jubiloso del mundo; que esa victoria del pueblo nicaragüense, ha servido de

inspiración a la Humanidad, y es tenida hoy como signo de fe en el triunfo de

las batallas que aún se libran en el mundo en pro de la paz y de la libertad de

los pueblos.

Estos "Retratos del General Sandino", tomados de algunas de las obras que

exaltan su gesta y su figura; retratos literarios de quienes le conocieron y


trataron, queremos que sirvan para divulgar su estampa forjada en heroísmo,

a través de su pensamiento de patriota, de sus acciones de guerrero, del

sacrificio que hizo de su vida el símbolo de un pueblo.

Sandino vive. Su lucha continúa, mientras haya pueblos que liberar, mientras

haya cadenas que romper. El triunfo de la insurrección popular vanguardizada

por el Frente Sandinista de Liberación Nacional, F.S.L.N., es el triunfo de

Sandino, que hoy es bandera de Libertad y Justicia, para todos los pueblos

explotados de la tierra.

La bandera rojinegra flota altiva en los más altos picachos de América Latina.

El nombre de Sandino es nombre de dignidad, de rebeldía, de heroísmo y de

triunfo.

Managua, 21 de Febrero de 1881

2 SANDINO AUTORRETRATO

Nada diferente tengo de cualquier otro soldado raso de los ejércitos del

mundo. Ni mi voz es altanera, ni mi presencia infunde terror, como muchos

podrían imaginarse, y, sin embargo, hemos tenido el placer, cumpliendo un

deber ciudadano, de mirar bajo nuestras plantas, humillados, a numerosos

altos jefes y oficiales del altanero ejército de los Estados Unidos de


Norteamérica; pretendiendo aniquilarnos han sido aniquilados. Probamos ya

hasta donde ha sido posible, que la fuerza del derecho —esgrimida con fuerza,

eso sí— puede más que el derecho de la fuerza bruta. Mi conciencia está

tranquila y gozo con la satisfacción del deber cumplido. Aun en sueño soy

feliz, pues duermo con la dulzura de un niño sano.

Mi actitud es muy clara. Cualquiera puede seguirme los pasos, uno por uno.

Nunca sabrán que Sandino ha tomado lo que no le pertenece por derecho

propio, que ha faltado a una promesa, que ha marchado de alguna parte

debiendo algo. Mis padres eran dueños de tierras. Cuando aún era un niño,

manejé de 15 a 20 mil dólares y nunca toqué un sólo centavo que no fuera

mío. He trabajado honestamente para vivir en muchos lugares, en Bluefields,

en Honduras, en Guatemala, en México, en las minas de San Albino y en

algunas ocasiones en puestos de responsabilidad.

Soy nicaragüense y me siento orgulloso de que en mis venas circule más que

cualquiera, la sangre india americana, que por atavismo encierra el misterio

de ser patriota, leal y sincero.

Mi honra es surgir del seno de los oprimidos, que son el alma y el nervio de la

raza.
Los grandes dirán que soy muy pequeño para la obra que tengo emprendida,

pero mi insignificancia está sobrepujada por la altivez de mi corazón de

patriota; y así, juro ante la Patria y ante la historia, que mi espada defenderá

el decoro nacional, procurando la redención de los oprimidos. Nicaragua no

debe ser el patrimonio de imperialistas y traidores y por su libertad lucharé

mientras palpite mi corazón.

Quiero convencer a los nicaragüenses fríos, a los centroamericanos

indiferentes y a la raza indohispana, que en una estribación de la cordillera

andina hay un grupo de patriotas que sabrán luchar y morir como hombres.

No era posible que yo fuera indiferente a la conducta asumida por un traidor.

Recordé las frases hirientes con que nos regalaban a los nicaragüenses en el

exterior. Así pasé tres días en el cerro del Común, abatido, triste, sin saber

qué actitud tomaría; no sabía si entregar las armas que tenía o defender el

país. No quise que mis soldados me vieran llorar y busqué la soledad.... Solo,

sintiendo el peso de ese silencio que caía del cielo, oí una voz extraña:

"¡vende patria!"... No pensé más y me decidí a luchar. Ya no importaba el

sacrificio de mi vida. Y me lancé a la lucha contra el invasor y contra los

traidores...
Si cada uno cumple con su destino, tengo la convicción de que mis soldados y

yo, cumplimos con el que se nos ha señalado. Aquí nos ha reunido esa voluntad

suprema para conseguir la libertad de Nicaragua.

Mientras Nicaragua tenga hijos que la amen, Nicaragua será libre.

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