La sensibilidad química múltiple (SQM) es una enfermedad sistémica que, aunque aún no
se conoce con precisión, provoca respuestas fisiológicas anómalas (broncoespasmo y dolor
pectoral, dermatitis, arritmias, problemas gastrointestinales, intolerancias alimenticias,
dolor muscular y articular, fatiga extrema -astenia-, dificultad respiratoria, disnea, disfagia,
cefaleas y migrañas, irritación y picor ocular, visión borrosa, dificultad en el acoplamiento
-enfoque-, intolerancia al sonido, problemas neuro-cognitivos ...) y alteraciones orgánicas
afectando a hígado, metabolismo de las porfirinas, sistema inmune, sistema nervioso
(cerebro, periférico y autónomo) entre otras, frente a numerosos agentes químicos
sintéticos, incluso a niveles muy bajos de exposición a tóxicos normalmente tolerados por
la población.
Reconocida oficialmente por países como Alemania, Japón, Suecia o Austria, se le han
dado muchos nombres alternativos para describir esta patología: enfermedad ambiental,
enfermedad del siglo XX, síndrome de respuesta a las sustancias químicas, síndrome de
alergia total, perdida de tolerancia inducida por químicos, hipersensibilidad química y
electromagnética.