El factor tal vez más importante para explicar la realidad social del
XIX es la Revolución Industrial, iniciada con la invención de la
máquina de vapor por James Watts. Comienzan a proliferar fábricas
organizadas mediante la división del trabajo y se desarrolla el
ferrocarril. En consecuencia, el comercio cobra gran expansión. La
sociedad industrial se estructura en clases diferenciadas: la
aristocracia, dedicada a sus tierras y negocios financieros, la
burguesía, fruto del desarrollo del comercio y de la división del
trabajo en la industria, y el proletariado, que vive en condiciones de
miseria y explotación laboral. En el ámbito cultural surge el
romanticismo, movimiento burgués que valora el sentimiento por
encima de la racionalidad. Entre los poetas románticos ingleses
destacan Byron, Keats y Shelley y en la narrativa Walter Scott. En
Alemania Goethe, a quien Marx admiraba, Schiller y Hölderlin. En
pintura son célebres los paisajistas ingleses Constable y Turner y
Caspar D. Friedrich en Alemania. La gran figura de la música
romántica es Beethoven, junto autores como Mendelsshon, Chopin o
Berlioz.