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AFORO DE SÓLIDOS. GENERALIDADES.

EQUIPOS UTILIZADOS.

1. OBJETIVOS

El objetivo consiste en realizar aforos de líquidos, sólidos en suspensión y


sólidos en disolución en estaciones situadas en diferentes puntos de la red fluvial
española.

2. METODOLOGÍA DE LOS AFOROS

La carga de sólidos transportada por los ríos está constituida por sólidos en
disolución, sólidos en suspensión y arrastres de fondo. Para estimar los dos primeros
componentes de la carga se utiliza una técnica común en la toma de muestras en el
cauce, diferenciándose únicamente en los análisis de laboratorio. Estando relacionada
la carga de sólidos transportados con los caudales líquidos circulantes, resulta
imprescindible la medida de estos últimos para poder obtener el valor de los primeros.

2.1. Aforo directo de caudales líquidos

Se llama aforo directo al conjunto de operaciones realizadas en una sección


transversal del río, para calcular el caudal circulante por la misma en un momento
determinado.

Se procurará, si las condiciones de la estación de aforo lo permiten, registrar la


altura de la lámina de agua en el cauce.

Se obtienen así, pares de valores ("h", "Q") de niveles y caudales


correspondientes que, obtenidos para los distintos regímenes estacionales del río a lo
largo del año, definen la "curva de gasto" o de correspondencia entre niveles y
caudales de la sección de aforo. Cabe reseñar que en general estas curvas no son
únicas para cada estación y dependen de las características tanto del flujo como del
material transportado.

Para realizar el aforo se recurre al empleo de un molinete, que es un aparato


de precisión, con el que se mide la velocidad del agua en una serie de puntos de una
sección transversal de un cauce. Consta de un cuerpo principal portador de una hélice
y de un contador electrónico de revoluciones. Puede introducirse en el agua sujeto a
una barra graduada, o por medio de un cable lastrado que se suelta con un torno
desde un puente o pasarela.

Los molinetes se taran en canales que contienen agua sin circulación,


avanzando sujetos a un carro que se mueve con velocidad uniforme, pudiéndose
variar la misma a voluntad. La ecuación que gobierna el movimiento es lineal del tipo:

V = an + b

donde:

v = Velocidad de avance del molinete en m.s-1

n = Número de revoluciones por segundo

a, b = Coeficientes numéricos obtenidos experimentalmente en el canal


de tarado.

En un cauce natural la velocidad se mide dejando el molinete fijo en un punto


durante T segundos y registrando las revoluciones N de la hélice mediante el contador.
La velocidad del flujo se obtiene mediante la expresión:

+b

El error de un molinete bien calibrado debe ser inferior al 2%.

Dado que la corriente presenta continuas variaciones debido tanto a las


irregularidades del fondo como de las orillas se procura medir la velocidad en varias
verticales y en varios puntos de cada vertical.

La distancia entre verticales se mide con cinta métrica y la profundidad con


barra graduada o con torno.

2.2. Aforo de sólidos en suspensión

La medida de los sólidos en suspensión ha de realizarse con el apoyo de una


estación de aforo de caudales líquidos, si se quiere estimar el transporte de los
mismos de manera continua y siempre que exista una correlación aceptable entre el
caudal líquido y la concentración o carga de sólidos.

Para establecer la correspondencia entre la carga de sólidos en suspensión y


el caudal líquido Qs = f (Ql) de una estación de aforos, hay que determinar de la
manera indicada en el punto anterior el caudal líquido, y a partir de la muestra
obtenida con la turbisonda la concentración de sólidos para distintos valores de los
niveles alcanzados en el cauce.

Los muestreadores de sedimentos recomendados por el F.I.A.S.P., son cinco


modelos para sedimentos en suspensión (tres integradores en profundidad y dos
puntuales)

El muestreador integrador en profundidad recoge y acumula la muestra a


medida que se baja hacia el fondo del río y cuando es elevado hacia la superficie.
Durante el recorrido debe moverse a velocidad uniforme en cada sentido, pero no es
necesario que sea la misma en ambos.E muestreador consta de una pieza de aluminio
fundido, aerodinámica, que encierra parcialmente el recipiente recolector de la
muestra. Este último se ajusta contra una junta estanca, situada en la cavidad
delantera del muestreador, mediante un tirador o tensor regulado por un muelle que
está ensamblado en el extremo o cola del muestreador. La muestra se recoge a través
de la boquilla de entrada y se almacena dentro de la botella. El aire desplazado de
ésta, es expelido corriente abajo a través de la salida de aire emplazada en el costado
del cabezal del muestreador. Este último, incluido el recipiente recolector, pesa 2 kg.
Para suspenderlo se utiliza una varilla de vadeo normalizada de las empleadas para
aforar corrientes fluviales, u otro dispositivo manual adecuado, que se enrosca en la
parte superior del muestreador.

Cuando las corrientes fluviales no pueden vadearse pero


tienen una profundidad moderada (menor de 5 m) y la
velocidad del flujo no supera los 2,4 m/s, se utiliza un
muestreador integrador en profundidad manejado con la
ayuda de un cable y torno.
Si la profundidad del río o la velocidad del flujo son superiores a los
indicados anteriormente, se deben utilizar muestreadores similares a este último
pero con mayores contrapesos.

Las verticales elegidas en cada sección transversal donde se efectúe el aforo


deben situarse equidistantes unas de otras.

El número de verticales requerido para hacer un aforo de sólidos depende del


caudal líquido, de las características de los materiales transportados y de la exactitud
que se desee en los resultados. Para determinar dicho número se requiere emplear
tanto procedimientos estadísticos como el tener gran experiencia de campo. En la
práctica se eligen las mismas verticales que las utilizadas en el aforo de los caudales
líquidos.

Para el muestreo de los sólidos en suspensión se requiere obtener en cada


vertical un volumen de muestra proporcional al caudal. Esto se consigue mediante el
empleo de boquillas debidamente calibradas.

La velocidad del flujo en la boquilla de entrada de la turbisonda debe ser similar


a la de la corriente en las inmediaciones, con un error admisible entre el 3 y el 5%.

Existen tres tamaños de boquilla eligiéndose el más indicado en cada caso en


función de la velocidad del agua en la sección de aforo.

Para cada aforo es necesario mantener el tamaño de la boquilla en el


muestreador.

2.3 Trabajos de laboratorio


La muestra contenida en la botella situada en la turbisonda, pasa en el
laboratorio por las siguientes operaciones para determinar la concentración de sólidos
en suspensión:

1.- Se pesa la botella vacía.

2.- Se pesa el conjunto formado por la botella y la muestra en ella


contenida.

3.- Se separan los sólidos en suspensión contenidos en la muestra de la


botella por medio de un filtro de 14 micras, utilizando en el proceso una
bomba de vacío para agilizar el trabajo. Previamente los filtros han sido
desecados y pesados.

Cuando la concentración de la muestra es muy elevada las partículas pueden


llegar a colmatar el filtro teniendo que separarse los sólidos por el sistema de
evaporación. Esta operación se realiza aportando calor por medio de lámparas y
°
posteriormente introduciendo la cápsula en estufa a 105 C hasta peso constante.

°
4.- El resultado del filtrado se deseca en estufa a 105 C durante un mínimo
de 8 horas.

5.- La cápsula con los sólidos se enfría en desecador.

6.- Se pesa la muestra seca.

Conocido el volumen de la muestra y el peso de los sólidos en ella contenidos


se determina la concentración, C=P/V, en g/L, que representa la concentración media
en la vertical donde se tomó la muestra.
Normalmente, las muestras
utilizadas para determinar los
sólidos en disolución son las
sobrantes de la muestra total,
recogida en la botella de la
turbisonda, después de efectuado
el proceso de filtrado (filtro de 14
micras).

El método que se sigue para


obtener los sólidos que se
encuentran en disolución es el de
evaporación.

El residuo seco está


formado generalmente por sales
minerales, pudiendo también
contener pequeñas cantidades de
materia orgánica.

El equipamiento del laboratorio imprescindible para la determinación de la


concentración de los sólidos disueltos constará de:

a) Cápsulas de porcelana

b) Baño maría

c) Estufa de desecación

El procedimiento empleado para el cálculo es el siguiente:

1.- Se tara la cápsula de porcelana vacía. Previamente se seca a 110ºC


hasta peso constante.

2.- Se evapora en "baño maría", un volumen de agua (muestra)


exactamente medido y contenido en la cápsula, hasta sequedad.

3.- Se introduce la cápsula en la estufa y se mantiene a 110ºC durante un


mínimo de cuatro horas.
4.- Se deja enfriar en desecador.

5.- Se pesa el conjunto seco (cápsula + residuo).

La concentración viene dada por:

siendo:

P' = Peso de la cápsula + residuo seco en mg

P = Peso de la cápsula vacía en mg

V = Volumen de agua evaporada en mL

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