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 primera parte

De Indochina a Vietnam

Indochina era una de las partes más ricas del inmenso imperio colonial francés. Su conquista
había comenzado en 1859 y concluyó en 1888. Representaba un seis por ciento del territorio colonial,
 pero sus 24 millones englobaba a un tercio de sus habitantes. Antes de la Segunda Guerra Mundial
figuraba entre los principales exportadoras mundiales de arroz
Indochina se dividía en cinco territorios. Vietnam estaba configurado por la colonia de Cochinchina
al sur, la semicolonia de Tonkin al norte y el protectorado de Annam en el medio. Camboya y Laos
también eran protectorados que completaban Indochina. Los annamitas (vietnamitas) constituían la
mayoría de la población. La colonia era fundamentalmente campesina, si bien una incipiente clase
obrera se va a ir desarrollando especialmente en el sur, la Cochinchina. En las primeras décadas del
siglo XX, entre el campesinado y los sectores populares, se va desarrollar un amplio movimiento
anticolonial, vinculado a la lucha por la posesión de la tierra. La insurrección más destacada fue la
rebelión de Yen-Bay, encabezada por los comunistas en 1930. El poder colonial estaba compuesto por
unos 8.000 funcionarios y una élite de terratenientes colaboracionistas, que aplicaron una tremenda
política represiva a través de su temida policía política, la Sûreté.
Las libertades democráticas quedaban restringidas a 5.000 funcionarios y 8.000 colonos blancos.
No hubo nunca ningún atisbo de apertura o autogobierno, por lo que por fuerza la oposición se
mantenía en la clandestinidad. La oposición se va expresar minoritariamente en un partido nacionalista
burgués, el Partido Nacional de Vietnam, y mayoritariamente en torno al Partido Comunista de
Indochina.
Desde sus inicios la lucha contra la dominación colonial tuvo un marcado carácter de clase. No era
extraño. Desde 1900 el imperialismo francés insertó la economía de su colonia en el mercado mundial
sobre la base de la explotación brutal de los indochinos. Se apropió de gran parte de las tierras para
entregárselas a los empresarios franceses para el desarrollo de minas y plantaciones. Con el objetivo
de obtener mano de obra para la incipiente industria, la administración colonial multiplicó los impuestos
sobre la cosecha del campesinado, forzándoles a abandonar una tierra que hasta entonces les
garantizaba la subsistencia. Para garantizar el poder colonial en aldeas y pueblos se utilizó a los
terratenientes autóctonos que vieron reforzado su poder a la vez que crecía la desigualdad social y el
odio del campesino hacia ellos.
Esta minoría terrateniente, francesa y vietnamita, acaparaba cada vez más tierras. En los años
treinta, 6.200 propietarios controlaban el 45% de los arrozales en el sur. En el norte, el 2% poseía el
40% de la tierra. Los herederos de esta clase de terratenientes se convirtieron en los funcionarios de la
administración colonial.
En este contexto, la lucha por la liberación del yugo francés tenía que estar inevitablemente unida
a la lucha contra la débil y corrupta burguesía vietnamita.


El comunismo indochino

No es de extrañar por las razones anteriormente señaladas que el Partido Comunista Indochino se
desarrollase como una fuerza de masas. La revolución de 1917 iluminó a los oprimidos de todo el
mundo, incluso ante una minoría de hijos de terratenientes y mandarines su efecto fue claro. En un
país con un 80% de analfabetos, el acceso a las ideas revolucionarias sólo podía ser cosa de capas
privilegiadas. Algunos de ellos sensibles a la pobreza de su pueblo y al desprecio racista francés
giraron hacia la izquierda y abrazaron el marxismo. Tal fue el caso de Nguyen Ai Quoc, más conocido
por su pseudónimo de Ho Chi Minh (aquel que ilumina). Hijo de un médico anticolonialista, emigró a
Francia donde se afilió al Partido Socialista, del que pasó en 1920 al recién creado Partido Comunista
Francés. Viajó a Moscú y pasó a trabajar para la Internacional Comunista (IC). Participó en la
revolución china de 1925, donde organizó a los primeros cuadros del comunismo vietnamita. Tras la
derrota en China pasará a la URSS y seguirá trabajando para la Internacional Comunista en Tailandia.
Sus seguidores permanecieron en el sur de China y en mayo de 1929 formarían el Partido Comunista
Indochino.
Sin embargo, este Partido Comunista Indochino nació lastrado por el progresivo proceso de
degeneración burocrática que padeció el Estado soviético y el conjunto de la Internacional después de
la muerte de Lenin. La Internacional Comunista creada como herramienta para la extensión de la
revolución socialista en el mundo, lo que a su vez suponía la única garantía para el avance del
socialismo en la URSS, se había ido convirtiendo en un mero instrumento de la política exterior de la
burocracia estalinista. El fracaso de la revolución en occidente, especialmente en Alemania en 1918 y
1923 había agudizado el aislamiento del joven Estado obrero soviético, atenazado también por la
catástrofe económica después de tres años de guerra contra la contrarrevolución y la atomización del
proletariado soviético. En esas condiciones objetivas la democracia obrera fue eliminada
sistemáticamente dentro del Partido Bolchevique y en el conjunto de los órganos de poder soviéticos,
los sóviets. La burocracia estalinista consolido su posición después de expropiar el poder político a la
clase obrera y eliminar físicamente a miles de comunistas, incluidos todos los camaradas de armas de
Lenin en 1917, que se opusieron a este rumbo termidoriano. Las purgas no se limitaron a la URSS, se
extendieron al conjunto de la Internacional y las secciones comunistas nacionales. En ese proceso los
teóricos de la burocracia crearon un nuevo programa para justificar la defensa de sus posiciones. Con
la teoría del socialismo en un solo país se abandonó la política leninista de la revolución internacional
sometiendo al conjunto del movimiento comunista de todo el mundo a los intereses que la burocracia
de Moscú tenía en cada momento determinado. Los múltiples errores de Stalin llevaron al desastre al
comunismo chino en 1926/1927, aislando aún más a la URSS y paradójicamente fortaleciendo a la
propia burocracia. El error fundamental de la burocracia estalinista en China fue abandonar todas las
enseñanzas de Lenin respecto a la posición de los comunistas en la revolución colonial, y sustituirlas
por el gastado programa menchevique de colaboración de clases. Desde Moscú se impuso a los
comunistas chinos una alianza política con la supuesta burguesía progresista china, representada en
el Kuomintang de Chiang Kai-shek. De esta manera se reproducía el viejo esquema reformista que
consideraba una quimera la lucha por la revolución socialista en los países atrasados, de manera que
el papel del proletariado y de sus organizaciones debería limitarse a prestar apoyo a la burguesía
nacional para garantizar el desarrollo de la "democracia capitalista" posponiendo la lucha por el
socialismo a un horizonte incierto. Estas tesis fueron refutadas por Lenin y Trotsky precisamente con el
triunfo de la revolución socialista en octubre de 1917, pero ahora volvían a ser desempolvadas por los
epígonos estalinistas.
Después de que el Partido Comunista Chino se disolviese en el Kuomintang, éste les pagó con la
represión y el exterminio. Lejos de sacar conclusiones, la IC profundizó en esta política y los partidos
comunistas de los países coloniales incorporaron a sus programas las alianzas con una supuesta
burguesía nacional progresista como estrategia para la "liberación nacional". Así, abandonando el
programa leninista de vincular la liberación nacional a la social se abrazaba la teoría etapista de
alcanzar primero la liberación nacional de la mano de la burguesía y aplazar la lucha por el socialismo.
La idea de la existencia de una clase capitalista progresista era tan equivocada en Indochina como
en China. Como ya hemos explicado, salvo una pequeña minoría, el grueso de los capitalistas eran los
sostenedores del orden colonial y aunque hubiesen preferido librarse de Francia, el miedo a las
reivindicaciones sociales de obreros y campesinos les echaban en brazos de la metrópoli. Sin
embargo ni Ho Chi Minh, ni el resto de la dirección se movería un ápice de las directrices marcadas
desde Moscú.
La línea de colaboración con la burguesía no era patrimonio de los partidos comunistas en los
países coloniales. También en Europa se desarrolló la estrategia del frente populismo, alianzas con
partidos burgueses en nombre de la lucha contra el fascismo. En la metrópoli el frente popular llega el
poder en 1936. La formación de este gobierno con participación del Partido Comunista francés
animaría la lucha de clases en las colonias. Sin embargo, la alianza con la burguesía va a ser una
mordaza. Al igual que en España, los socialistas y comunistas franceses aceptaron la existencia de las
colonias, claves para el mantenimiento del capitalismo francés. El ministro de las colonias francesas,
miembro del Partido Socialista lo señaló claramente: "el orden francés debe reinar en Indochina y en
todas partes". De hecho los sindicatos siguieron prohibidos en la colonia y dirigentes comunistas como
Nguyen Van Tao se pudrían en prisión .
Esta vergonzosa traición no fue contestada por el Partido Comunista Indochino. Supeditándose a
Stalin (en esos momentos aliado con el capitalismo francés e inglés) abandono las consignas "abajo el
imperialismo" o "confiscación de tierras".
La nefasta política de la IC bajo control de la burocracia estalinista y del PCI provocó el desarrollo
de una importante oposición que pronto se unió a Trotsky en su lucha internacional por recuperar las
genuinas ideas de Marx y Lenin. Esta oposición registró un importante crecimiento, especialmente
entre la clase obrera del sur, ganando al grupo comunista organizado en torno al periódico La Lutte (La
Lucha). Llegaron a ganar algunas elecciones locales y jugaron un papel crucial en la huelga general de
1938. El avance trotskista fue tan serio que Ho tuvo que llegar a acuerdos con ellos. Incluso en las
elecciones al Consejo Colonial Cochinchino (organismo con escasos poderes elegido con sufragio
restringido) tres candidatos trotskistas fueron elegidos con un 80% del voto, derrotando a los
candidatos del Partido Comunista Indochino y de la burguesía. Especialmente carismático y querido
será su dirigente Ta Thu Thau. La militancia trotskista llegará a varios miles, ganando a importantes
sectores del Partido Comunista. Este proceso será cortado con el estallido de la Segunda Guerra
Mundial que afectará decisivamente al futuro de Indochina.


La Segunda Guerra Mundial y la revolución de 1945

En 1940 el imperialismo japonés invade Indochina. Los comunistas, diezmados por la represión
francesa anterior, no tenían fuerzas para oponerse a la maquinaria militar japonesa. Las tropas y
funcionarios coloniales van a colaborar con Japón mientras en la Francia ocupada se instala el
gobierno fascista de Petain. La represión contra el Partido Comunista Indochino y los trotskistas será
implacable. Sus dirigentes irán directamente al campo de concentración de Poulo Cóndor.
Ho Chi Minh regresará a Vietnam en 1941 para reorganizar la lucha contra Japón y por la
independencia. En mayo, formará la Liga por la Independencia de Vietnam (Vietminh), una
organización frentepopulista, dirigida por un núcleo duro de unos 3.000 comunistas, que pretende
agrupar a obreros, campesinos, capitalistas y terratenientes contra el dominio colonial.
Todo cambia en 1945. Los aliados ocupan Francia y De Gaulle, en alianza con el Partido
Comunista Francés, toma el poder. La posibilidad de acabar con el capitalismo en Francia se vuelve a
aplazar a consecuencia de la política frentepopulista del PCF, dictada en este caso tras los acuerdos
de Stalin con EEUU y Gran Bretaña sellados en Yalta. Las autoridades coloniales francesas por su
parte, establecen conversaciones secretas con el Vietminh para buscar un acuerdo que garantice la
preponderancia francesa en la región, pero Japón reacciona virulentamente y el 9 de marzo de 1945
toma el control directo de la colonia tras encarcelar a las autoridades y colonos franceses.
Ante este escenario, el Vietminh se integrará en el bloque de los aliados, al lado de Estados
Unidos, la URSS, China y Francia, y se desarrolla rápidamente, especialmente al norte, en Tonkin.
Para estimular este proceso, Francia anuncia el 24 de marzo un nuevo estatuto para Indochina cuando
sea liberada: cada uno de los países (Vietnam, Laos, Camboya) será autónomo y Francia ejercerá de
árbitro. De Gaulle, miope ante el movimiento de liberación nacional que se desarrollaba, esperaba ser
acogido como liberador cuando Japón fuese derrotado. Pero estas reformas llegan tarde y son
insuficientes. Incluso Bao-Dai el emperador títere del protectorado de Annam, reflejando la presión
popular, reclama la independencia al igual que el rey de Camboya, Sihanouk. En estos meses se va a
producir un hecho terrible. El delta del río Mekong, en el sur, constituía la reserva de arroz de Vietnam.
La utilización de todas las vías de transporte por parte del ejército japonés cerró la llegada de arroz al
norte. De los diez millones de habitantes murió un millón durante la hambruna de 1945.
El Vietminh salió enormemente fortalecido de la lucha contra la hambruna: orientando a los
campesinos contra el pago de impuestos (en 1943 suponían el equivalente a cuatro veces más de
trabajo que 1935) y el asalto de almacenes, se ganaron su confianza. Así, se dotaron de una amplia
base de masas. Desde entonces el Vietminh siempre iba a ser más fuerte en el norte.
La utilización de las armas atómicas en Hiroshima y Nagasaki aceleró la rendición de Japón. En
Indochina se produce un vacío de poder. Los únicos con capacidad para llenarlo son los comunistas.
Como ocurrió en tantas ocasiones, la guerra trajo de la mano la revolución. Las unidades del
Vietminh avanzaron hacia Hanoi y pronto, el 19 de agosto, 200.000 personas encabezadas por Ho Chi
Minh toman el palacio, el ayuntamiento, los barracones de la policía..., toman el poder.
El proceso no se dio sólo en el Norte. En el Sur, especialmente en Saigón, se extienden los
comités del pueblo (organismos similares a los sóviets), los campesinos toman las tierras y los obreros
las fábricas. La posibilidad de avanzar hacia un genuino régimen de democracia obrera está abierta,
sólo hace falta unificar los comités en un poder obrero único. En Hanoi, el 2 de septiembre, ante medio
millón de personas, Ho Chi Minh proclama la independencia. Nace la República Democrática de
Vietnam (RDVN).


La revolución derrotada. El lastre del estalinismo

Desgraciadamente, el Partido Comunista Indochino y Moscú tenían otros planes. Siguiendo sus
tesis etapistas, la dirección comunista ingresa en una coalición de partidos, el Frente Nacional Unido,
junto a partidos nacionalistas burgueses. El gobierno de la recién nacida república democrática de
Vietnam cuenta con participación del partido derechista Quoc Dan Dang y el emperador Bao-Dai es
nombrado ¡asesor político supremo!
Rápidamente la acción del gobierno se orientará a calmar la situación en el Sur. Nguyen Van Tao,
dirigente del PCI lo dice alto y claro. "Aquellos que inciten a los campesinos a tomar el control serán
severamente castigados... nuestro gobierno, repito, es un gobierno democrático y de clase media, a
pesar de que haya comunistas ahora en el poder".
En Saigón el movimiento desconfía, en agosto se celebran manifestaciones de masas. Los
trabajadores y campesinos del sur no se fían de que haya que permanecer de brazos cruzados
esperando que el Vietminh negocie la independencia con los franceses. Los trotskistas participan con
pancartas que rezan: "armas para el pueblo", "formación de comités populares", "fábricas bajo control
obrero", "tierra para los campesinos". Ngo Van Xuyet, dirigente trotskista, describe la situación: "de
este primer despertar de las masas, que habían estado siempre ‘atadas y amordazadas’, emanaba
una tensión eléctrica en medio de una calma inusual, la calma que precede a la tormenta. (...) Pero
Roosevelt, Churchill y Stalin habían decidido nuestro destino en Yalta y Postdam. No iban a lanzar
nuestros cuerpos y nuestras almas a un futuro en el que no había mañana. Ante la inminente llegada
de las tropas británicas, y ante la amenaza del retorno del viejo régimen colonial (el general Cedile,
enviado especial de la ‘nueva Francia’ ya estaba en el palacio de Saigón de gobernador general),
todos decidimos buscar y conseguir armas; todos vivíamos en la misma atmósfera eléctrica" (Jonathan
Neale, La otra historia de la guerra de Vietnam, pág. 37)*.
Efectivamente la clase obrera creó milicias para defender la revolución. En Saigón se formó la
guardia obrera dirigida por los trotskistas. La respuesta del PCI fue clara y amenazante: "aquellos que
inciten al pueblo a tomar las armas serán considerados provocadores y saboteadores, enemigos de la
independencia nacional (...) nuestras libertades democráticas están garantizadas por nuestros aliados
democráticos". Pero ¿quiénes eran estos supuestos aliados democráticos? La ceguera política de la
dirección del Vietminh se convierte en un obstáculo decisivo para el avance de la revolución. Pensar
que Estados Unidos o Gran Bretaña iban a ayudarles en su lucha contra Francia era tanto como no
entender nada.
Evidentemente, en 1945 Francia era más importante que Vietnam para Estados Unidos. De Gaulle
planteó al embajador americano: "¿A dónde queréis llegar? ¿Queréis que nos convirtamos, por
ejemplo, en uno de los Estados federados bajo la égida rusa? Los rusos están avanzando deprisa,
como bien sabéis. Cuando caiga Alemania, estarán sobre nosotros. Si la gente de aquí se da cuenta
de que estáis en contra de nosotros en Indochina, la decepción será mayúscula, y nadie sabe qué
consecuencias puede tener" (Ibíd., pág. 135).
Para poner la guinda al pastel, Stalin estaba de acuerdo en que Indochina siguiera siendo
francesa. Meses antes, el mundo ya había sido dividido entre la burocracia soviética y el imperialismo.
Como Francia no tenía tropas ni recursos, se habían puesto de acuerdo en que tropas inglesas
tomarían el sur a los japoneses y China jugaría el mismo papel en el norte de Vietnam.
La dirección del PCI, bajo la presión de Moscú, aceptó estos planes. Así pues, cuando el 12 de
septiembre comenzaron a llegar las tropas británicas (en su mayoría gurkas nepalíes) bajo el mando
del general Gracey, el Vietminh organizó la recepción cediendo sus locales al ejército imperialista
británico con la consigna "bienvenidos los aliados". Por cierto, un ejército enviado, no por el
conservador Churchill, sino por el nuevo gobierno laborista.
En esta atmósfera de confraternización con las tropas imperialistas, los comités del pueblo
aumentan sus recelos y denuncian esta colaboración. El 14 de septiembre, el jefe de la policía del
Vietminh, simpatizante del Partido Comunista de Indochina reprime la reunión donde se celebraba la
asamblea de comités y detiene a sus dirigentes. ¡La política de colaboración con la burguesía nacional
había dado paso a la colaboración con la burguesía imperialista!
Pese a todo, Saigón se levanta contra los ocupantes. El día 22 las tropas británicas habían
ocupado los edificios principales, entre ellos la cárcel, donde liberan a los franceses y declaran la ley
marcial. Inmediatamente detienen al gobierno vietnamita y arrestan a sus líderes. Cínicamente el
general Gracey señala: "a mi llegada, el Vietminh me dio la bienvenida, rápidamente le di una patada".
Muchos comunistas, descontentos con su dirección, se unen a los trotskistas y controlan los suburbios
obreros durante varios días. Los británicos tienen que recurrir a los soldados japoneses prisioneros
para sofocar la sublevación. El ambiente es tremendo: muchos soldados rasos japoneses se niegan a
intervenir y se pasan a los sublevados. Las tropas británicas, mayoritariamente indios y nepalíes
podrían haber sido contagiadas. Sin embargo, la dirección Vietminh negocia un alto el fuego en
octubre. En un nuevo ejemplo de ceguera política, dan orden de no atacar a británicos y japoneses,
sólo a los franceses. Finalmente la insurrección es aplastada, y también el sueño de independencia
que apenas había durado un mes. La represión es brutal, oficialmente 2.700 muertos vietnamitas, en la
realidad muchos más.
El Vietminh se retira hacia sus posiciones fuertes en el norte. También los trotskistas de La Lutte
se preparan para continuar la acción militar contra los franceses. Una nueva página negra del
estalinismo se va a escribir. La experiencia de Saigón convence a los líderes del PCI, hostigados por la
burocracia de Moscú, de la necesidad de eliminar a la oposición trotskista. Ho Chi Minh crea las
llamadas "brigadas honorables", cuya labor será asesinar a los dirigentes trotskistas, muchos de ellos
recién liberados del campo de concentración japonés de Poulo Cóndor. Entre los asesinados se
encuentran Tran Van Thach y Ta Thu Thau. Éste se hallaba en el norte. Fue juzgado tres veces por los
comités del pueblo. Su popularidad era tan grande que en las tres ocasiones fue liberado. El jefe del
Vietminh en el sur, Tran Van Giau, da finalmente orden de asesinarle. La vileza de éstos crímenes
continuó hasta años después. En 1946, Ho Chi Minh, ante las preguntas de Daniel Guerin en París,
responderá cínicamente: "Thau fue un gran patriota y debemos llorarle... todos los que no sigan la
línea que he trazado serán descartados"*.


De la derrota de la revolución a la guerrilla

Una vez que las tropas francesas restablecieron el orden colonial sobre Cochinchina, el sur de
Laos, y el sur de Annam, el Vietminh se lanzó a la lucha guerrillera. En el norte, las tropas chinas
mantenían una convivencia forzada con el Vietminh, a la espera de poder sustituir a Ho Chi Minh por
dirigentes burgueses prochinos. En este período un nuevo giro nacionalista y hacia la derecha se
produce en la dirección estalinista. El 11 de noviembre de 1945 en el órgano de expresión del
Vietminh, el diario La República de Hanoi, se podía leer: "Queriendo demostrar que los comunistas, en
su condición de militantes de vanguardia de la raza, son siempre capaces de sufrir los mayores
sacrificios por la liberación nacional, y están dispuestos a poner los intereses de la patria por encima
de los de su clase y a sacrificar los intereses de su partido para servir a los de su raza; (...) a fin de
eliminar cualquier malentendido en el interior y en el exterior que pueda poner trabas a la liberación de
nuestro país; el comité ejecutivo central del Partido Comunista Indochino, reunido en sesión el 11 de
noviembre de 1945 ha decidido la voluntaria disolución del Partido Comunista Indochino" (Jean
Lacouture, Los comunistas en el mundo asiático. En Historia General del Socialismo; de 1945 a
nuestros días, Tomo 1, pág. 201).
Mientras, Francia animada por sus éxitos militares trataba de hacer algunas maniobras tramposas
que consolidasen su dominio. En enero de 1946, concede la autonomía a la Camboya del rey
Shihanouk y da un nuevo estatuto político a Cochinchina, la zona económica decisiva por su caucho,
arroz y comercio. También, con el objetivo de volver al norte, controlado por los chinos y el Vietminh,
Francia alcanza en febrero un acuerdo con la China de Chiang Kai-shek para sustituir sus tropas por
soldados franceses. Increíblemente Ho Chi Minh acepta todas estas maniobras de los imperialistas
galos. Harto de los abusos chinos en el norte considera que lo mejor es negociar con los franceses
para librarse de ellos. El 6 de marzo de 1946 se llega al acuerdo con el general Leclerc. A cambio de la
entrada de tropas francesas en el norte se reconocía la República de Vietnam como "estado libre" que
formaba parte de la Federación Indochina y por supuesto de la Unión Francesa.
Sobre el destino para el nuevo estatuto de Cochinchina, Francia se comprometía a hacer un
referéndum sobre su futura unidad o no con el "Estado libre". En realidad era un triunfo diplomático
francés, alejaba a los chinos del norte y aunque, no proclamada solemnemente, su autoridad se
aceptaba en toda Indochina.
¿Como era posible que Ho Chi Minh y el Vietminh aceptasen semejante claudicación? La
respuesta sólo podía venir de fuera de Vietnam. Efectivamente, Moscú había dado el visto bueno a las
negociaciones. Fiel a sus compromisos para el reparto del mundo los partidos comunistas bajo su
influencia no debían suponer ningún obstáculo en los acuerdos geoestratégicos de la burocracia
estalinista. Para empezar en la propia Europa occidental. En Francia había un gobierno de
concentración nacional apoyado por el PCF con ministros comunistas. Ministros que en aras de la
estabilidad capitalista aceptaban el colonialismo y daban el plácet a los acuerdos que mantenían a
Francia como potencia imperialista. Un informe del Partido Comunista Francés aconsejaba a los
comunistas vietnamitas que se asegurasen que su lucha "cumplía con los requisitos de la política
soviética" advirtiendo que aventuras prematuras "podrían no estar en la línea de las perspectivas
soviéticas". El viceprimer ministro francés y dirigente del PCF, Thorez, resaltó: "El PCF, en ninguna
circunstancia deseaba que se le considerase el liquidador final de la posición francesa en Indochina y
deseaba ardientemente ver la bandera francesa en todos los rincones de la Unión Francesa" (Jim
Hesman, Vietnam 1945, la revolución descarrilada). Lo mismo ocurrió en Italia cuando el PCI,
siguiendo directrices de Moscú, renunció a tomar el poder.
Sin embargo, a pesar de la tremenda degeneración política de sus direcciones estalinistas, estos
partidos representaban a la clase obrera y este tipo de componendas contra natura estaban llamadas
a romperse. En primer lugar en Vietnam, donde los acuerdos de marzo de 1946 fueron duramente
contestados. Ho Chi Minh fue acusado incluso por los nacionalistas de derechas de "vender la patria a
sus camaradas comunistas franceses". En una reunión de masas en Hanoi, Ho Chi Minh tuvo que
declarar: "juro que no os hemos vendido a los franceses". A pesar de los esfuerzos de Ho, que en
septiembre ratificó y desarrolló el acuerdo de marzo, este no tardó en saltar por los aires.
En 1945 y 1946 los parlamentarios del PCF votaron a favor de los presupuestos con una partida
especial para las tropas en Vietnam. Además de la oposición interna en el Vietminh, un sector
importante entre los franceses de Indochina veía con desconfianza los acuerdos. La burguesía colonial
y local era consciente de que por muy moderados que fuesen los dirigentes del Vietminh podían ser
desbordados por sus seguidores. Además, parecía evidente que de celebrarse un referéndum en
Cochinchina, sería ganado mayoritariamente por los partidarios de unir todo Vietnam. Entre tensiones
continuas, los franceses violaron el acuerdo después de no lograr dividir al gobierno Vietminh. En
noviembre de 1946 las tropas francesas bombardearon el puerto de Haiphong asesinando a 6.000
personas según cifras oficiales. Mientras Ho Chi Minh solicita patéticamente la ayuda de las potencias
aliadas y del Papa, el PCF en Francia felicita al ejército francés por los bombardeos. Tres semanas
después, el 19 de diciembre, el Vietminh contraatacará en Hanoi intentando expulsar a las tropas
francesas.

Siete años de guerra. Sentando las bases para la derrota francesa

El imperialismo francés expulsará al gobierno vietminh de Hanoi. Quedan por delante siete años
de guerra de guerrillas. El Vietminh, reducido en un primer momento a un gobierno fantasma, vagando
por las regiones altas y medias del país, va a ir ensanchando sus apoyos con cada vez más
guerrilleros bajo su control y a partir de 1950 contando con importantes unidades de combate. En
enero de ese año el ejército popular chino de Mao, tras derrotar a Chiang Kai-shek, alcanzaba la
frontera con Vietnam. La guerra contra los franceses iba a cambiar de rumbo.
Hacia 1947 el ejército francés integrado por 75.000 hombres controlaba las grandes ciudades de
Annam y Tonkin. Mientras trataba de machacar a los guerrilleros, Francia buscaba un interlocutor con
el que montar un gobierne títere vietnamita que combatiese a los comunistas. Socialistas y comunistas
franceses recelaban de las implicaciones de esa vía y preferían volver a negociar con Ho Chi Minh.
Finalmente la burguesía francesa impuso la línea dura, rechazando todos los llamados de Ho Chi Minh
a negociar y consiguió en el viejo emperador de Annam, Bao-Dai, el títere que buscaba, ¡Sí, el mismo
individuo que Ho había nombrado como su asesor político en 1945!
Cercados por la lógica imperialista, Ho y el Vietminh van a sacar conclusiones de la nueva
situación. Se trata de resistir, continuar la guerra para desgastar al gobierno francés en el interior de la
metrópoli. Tras varios meses de negociaciones entre Bao-Dai y Francia, aquel accedió finalmente a la
farsa propuesta. En junio de 1948 se firmó un primer acuerdo que se cerró definitivamente en abril de
1949. Se reconocía la unidad de Cochinchina, Annam y Tonkin en un solo Vietnam. Se creaba la
República de Vietnam, gobernada por el emperador Bao-Dai (sin duda una curiosa república, a cuyo
frente se situó el monarca), como un Estado títere del imperialismo francés cuyo único objetivo era
tratar de dotar de una base autóctona a la lucha contra el comunismo, la verdadera preocupación del
imperialismo francés y norteamericano. Cuando se crea este falso Vietnam independiente la gran
preocupación para las potencias occidentales se llama Mao. Shangai había caído en abril y Chiang
Kai-shek se ha refugiado en Taiwán. El objetivo es evitar que el avance comunista se propague en
Vietnam y que el Vietminh pueda recibir apoyo chino.
La nueva República de Vietnam, al igual que los Estados asociados de Camboya y Laos se
enmarcaban dentro de la Unión francesa bajo el concepto de soberanía limitada. Todos los intentos de
Bao-Dai y el ejército francés, apoyados desde junio de 1950 por Estados Unidos, de estabilizar la
situación política en el país se estrellaron contra la voluntad de resistencia del pueblo vietnamita.
El gobierno de la República Democrática de Vietnam controlado por el Vietminh, fue consolidando
los territorios bajo su control. Las circunstancias habían empujado a Ho hacia la izquierda. Los hechos,
siempre tercos, habían demostrado lo absurdo de tener como aliados a los terratenientes y la
burguesía "patriótica". Esta no había dudado en pasarse a Francia ante el miedo al comunismo. La
base de masas del Vietminh y del recién formado Lao Dang (Partido del Trabajo Vietnamita), a
diferencia de épocas anteriores cuando eran mayoritarias las capas medias y los intelectuales, está
cada vez más formada por campesinos sin tierra y trabajadores. El Vietminh aplicará la reforma agraria
en las zonas que controla. Así, posiblemente sin ser plenamente consciente de ello, estaban sentando
bases firmes para derrotar al imperialismo occidental. El partido organizaba a los campesinos sin tierra
para llevar a los terratenientes ante reuniones del pueblo, humillarles y hacerles pedir perdón y por
supuesto confiscarles las tierras. El poder del viejo orden en las zonas rurales se había roto
definitivamente en el norte. Se había solidificado de forma definitiva la alianza entre los oprimidos, el
Vietminh y Ho Chi Minh.
A principios de los 50, el gobierno de la RDVN controlaba la Alta Región de Tonkin, el Than Hoa al
norte, amplias zonas en el centro del país e incluso zonas de la Cochinchina en el extremo sur.
Además, el 16 de enero de 1950 recibió el reconocimiento de la China comunista y el 30 el de la URSS
y los países de Europa del Este. A estas alturas el PCF también muestra su apoyo. De Gaulle, tras
utilizar a los comunistas para estabilizar la nueva Francia capitalista que surgió tras la Segunda Guerra
Mundial, les agradeció sus servicios con una patada en el culo, expulsándoles del gobierno.
Desde 1950, el Vietminh, que hasta entonces había estado a la defensiva, va a pasar a la ofensiva
contra el ejército colonial. En las zonas que controla va a conseguir, en siete años, la erradicación casi
plena del analfabetismo; consigue que el 50% de las tierras cultivadas produzcan en régimen de
cooperativas y se inicia un cierto proceso de industrialización. Una parte de las armas ligeras utilizadas
por los guerrilleros serán producidas en sus fábricas.
A principios de 1954, el mítico general comunista Giap cuenta con 6 divisiones y 40 batallones
dotados de eficaz y moderno armamento. Además, el Vietminh desarrolla una importante política hacia
el exterior que le dota de la simpatía de buena parte del movimiento obrero mundial.


Dien-Bien-Phu, ganando la guerra...

El poder colonial francés cada vez lo tenía peor. Contaba con 120.000 soldados europeos y
africanos y con unas pocas decenas de miles de soldados vietnamitas. Trataba de formar un ejército
con estos últimos, pero era incapaz de resolver una pequeña contradicción. ¿Qué vietnamita iba a
querer morir por los intereses franceses? El germen de un nacionalismo anticomunista, pero cada vez
más antifrancés se incubaba en la propia administración de Bao-Dai. Estos sectores pronto van a mirar
hacia EEUU, que a estas alturas está sufragando el 80% del esfuerzo bélico francés.
En cualquier caso, el otro quebradero de cabeza del colonialismo estaba en el interior de la
metrópoli. La opinión pública francesa cada vez encontraba menos sentido a esta guerra. Cuando la
propia Federación Indochina, símbolo del viejo imperio, había sido formalmente desmantelada en
octubre de 1950, nadie entendía ya para qué ir a combatir a 10.000 kilómetros a defender un régimen
impopular. El gobierno Bao-Dai era percibido como lo que era, un gobierno corrupto, que ni siquiera
había convocado unas elecciones, y donde cualquier mínima reivindicación democrática era
duramente reprimida. Los propios nacionalistas vietnamitas de derechas querían acabar con Bao-Dai,
convencidos de que su gobierno era ineficaz y un obstáculo para derrotar al Vietminh.
El gobierno francés, sabedor de esta coyuntura y temeroso de que el triunfo de estos sectores
llevase aparejado la pérdida de su dominio en beneficio de EEUU, comenzó a pensar en negociar una
paz honrosa y quitarse de encima la patata caliente. Estos planes se aceleran desde que en 1952 su
ejército va de retroceso en retroceso frente al empuje guerrillero.
De hecho ya se había visto obligado a conceder la independencia a Camboya a finales de 1953.
Sin embargo, como siempre ocurre en la tradición militar de las potencias imperialistas, la clase
dominante francesa pensó que una paz digna debía venir de una posición fuerte en el tablero militar.
En éste, las cosas iban mal y fueron peor. Incluso en Laos había progresado el Vietminh. En algunas
zonas se había implantado un régimen similar al suyo, el Pathet Lao.
Francia no quería negociar directamente con Ho Chi Min. Quería el marco de una conferencia
internacional donde Moscú pudiera moderar a éste. Confiaba en que a cambio de concesiones
económicas, China y la URSS convencieran a Ho para llegar a un acuerdo con Bao-Dai.
A la vez que renunciaba a un encuentro bilateral, el ejército francés organizó una operación militar
con el objetivo de cerrar Laos a las tropas Vietminh. Esperaban dar una lección a las tropas del
entonces ministro de Defensa de la RDVN, el general Giap. Los franceses atrincheraron 18.000
hombres en el campamento montañoso de Dien-Bien-Phu. El plan era sencillo; atraer al enemigo,
derrotarlo y cortar definitivamente su expansión a Laos. Pero el gato se convirtió en ratón. Giap movió
astutamente 33 batallones de infantería, 6 regimientos de artillería y uno de ingenieros. Sin darse
cuenta los franceses estaban rodeados por 50.000 guerrilleros, además de otros 20.000 repartidos a lo
largo de las líneas de comunicación. El 13 de marzo de 1954 comenzó el asalto. Los franceses
aguantaron durante dos meses, pero el 7 de mayo se consumaba el desastre; rendición incondicional.
Un testigo presencial de la batalla lo describió así: "Salían correctamente formados, hombres con la
mejor disciplina de Saint-Cyr. Incluso sus botas relucían al brillo del Sol, como indican las ordenanzas.
No se alteraban sus formaciones con la marcha. Las armas automáticas respondían al catálogo de
última hora en el mercado. Parecía un ejército al que había de pasar revista un general recién llegado.
Después, se hicieron cargo de la plaza los vencedores: eran hombres desarrapados. Casi desnudos.
Sucios, por supuesto. La suciedad era su único signo de uniformidad. Hombres famélicos, con armas
inconcebibles. Nadie podía imaginar que estos, y no los perfectamente disciplinados hombres de
Francia, eran los vencedores" (Pablo J. de Irazazábal, USA: El síndrome de Vietnam, pág. 10).
La historia cambiaba definitivamente. Un ejército de campesinos en alpargatas derrotaba a una de
las primeras potencias occidentales, representada por algunas de las brigadas más laureadas durante
la segunda guerra mundial. El sacrificio heroico del pueblo vietnamita y su tenacidad en la lucha se
convirtió en una fuerza imparable. 20 años después se repetirían las mismas escenas.


... Ginebra. Perdiendo la paz

Las negociaciones para la paz habían comenzado en Ginebra en abril de 1954. Además de
Francia y los tres Estados indochinos (Laos, Camboya y Vietnam, éste con delegaciones de Bao-Dai y
el Vietminh) participaron EEUU, la URSS, China y Gran Bretaña. Las noticias que llegaron de Dien-
Bien-Phu aceleraron todo el proceso. El resultado de esta batalla reforzaba seriamente la posición del
Vietminh en la mesa negociadora. El único punto de apoyo que le quedaba a Francia y Bao-Dai era
agitar con el espectro de una intervención militar norteamericana. Los acontecimientos previos a Dien-
Bien-Phu habían desatado la fiebre intervencionista en Washington. El almirante Radford, jefe de la
Junta de Jefes del Estado Mayor, propuso el envío de aviones para tirar bombas atómicas contra el
Vietminh. Ante la requisición de que esto podría provocar la respuesta china, el mismo almirante
contestó que se haría lo mismo sobre Pekín. Fue en esas fechas cuando el secretario de Estado, John
Foster Dulles, creó la llamada teoría del dominó, que el presidente Eisenhower hizo suya el 7 de abril:
"Si cae Indochina, caerán Birmania, Tailandia, Malasia e Indonesia; la India será sitiada por el
comunismo y amenazadas Australia, Japón, Nueva Zelanda, Filipinas y Formosa (Taiwán)". Nixon, su
vicepresidente, le ratificó: "si los franceses se retiran de Indochina, EEUU se verá obligado a enviar
tropas" (Íbid., pág. 8).
China y la URSS no querían más problemas con el imperialismo norteamericano. La antileninista
teoría de la "coexistencia pacífica" empezaba a perfilarse. Era la enésima teorización para justificar el
abandono de la extensión de la revolución socialista y se podría resumir como "tú no te metas en mi
casa y yo no me meteré en la tuya". EEUU, la URSS y China acababan de llegar a un acuerdo para la
partición de Corea tras tres años de guerra y no querían que el asunto vietnamita lo entorpeciera. Así
pues, presionaron al Vietminh para que llegase a un acuerdo con Francia.
Como ocurrió en 1945, la política de los dirigentes estalinistas chinos y soviéticos estaba
induciendo al Vietminh a perder una oportunidad histórica. Tras Dien-Bien-Phu era el momento de
pasar a la ofensiva y alcanzar la independencia a través de la liquidación del capitalismo en todo
Vietnam estableciendo el poder de los obreros y campesinos. Francia estaba en crisis, el desastre
militar había provocado la caída del gobierno Laniel y elecciones anticipadas. En la colonia la
desmoralización aumentaba. El Vietminh contaba con 60.000 activistas en el Sur. En realidad, ya nadie
ponía en duda que Vietnam sería independiente, el debate era si sería o no comunista. El propio
Eisenhower reconocería más tarde "jamás he hablado ni me he carteado con nadie con un mínimo de
conocimiento de los temas indochinos que no creyera que si las elecciones se hubieran celebrado
durante los combates, posiblemente el 80% de la población hubiera votado a Ho Chi Minh" (Jonathan
Neale, Op. Cit., pág. 43).
Finalmente, el 21 de julio se acordó el cese de las hostilidades en todos los frentes: las fuerzas de
la RDVN evacuarían Laos y Camboya y en Vietnam las tropas de la RDVN y de la Unión Francesa se
reagruparían a ambos lados del paralelo 17. En el plano político se proclamaba por primera vez a
escala internacional la unidad e independencia de Vietnam. El paralelo 17 no se constituía
formalmente como frontera, aunque el mando de la zona norte quedaba en manos de la RDVN y el de
la zona sur en manos de la Unión Francesa. Ambas zonas harían consultas a partir de 1955 para que
antes de julio de 1956 hubiese elecciones generales de las que saliera un gobierno para todo Vietnam.
EEUU no se adhirió a estos acuerdos si bien señaló cínicamente que no los entorpecería.
Posteriormente se supo que el 29 de septiembre, Francia y EEUU firmaron en Washington un
acuerdo secreto por el que se comprometían a apoyar un gobierno fuerte anticomunista en el Sur. En
la práctica dos cosas quedaban claras pese a lo firmado: una era la definitiva salida de Francia de
Vietnam; la otra, la división fraudulenta de Vietnam en dos países distintos para mantener la influencia
imperialista. Una estrategia que los imperialistas franceses y británicos habían adoptado
recurrentemente en Asia Central, China, Oriente Medio y África ante el avance de la lucha de
liberación nacional en sus colonias.
En octubre de 1954, tras siete años de lucha en la selva, el gobierno de Ho Chi Minh volvía a
instalarse en Hanoi. La dirección estalinista del Vietminh, a pesar de los errores ya analizados, había
ganado la guerra, pero sin embargo había perdido la paz. Después de nueve años de guerra y un
millón de muertos se volvía casi al punto de partida de 1945. El imperialismo seguía presente, el
sufrimiento del pueblo vietnamita no había terminado. Es cierto que los franceses habían sido
expulsados, pero como había señalado el presidente Nixon, era la hora de los norteamericanos.


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EEUU humillado. Una derrota para la historia

La política imperialista dividió el cuerpo vivo de Vietnam. Estaban naciendo dos países
irreconciliables, al sur del paralelo 17 una dictadura capitalista baluarte de los intereses imperialistas
en la zona. Al norte, un régimen que había roto con el capitalismo, con una economía planificada, que
a pesar de haberse creado a imagen y semejanza de los regímenes burocráticos imperantes en la
URSS y China, se había ganado el derecho de ser un referente para los trabajadores y campesinos del
sur y del conjunto de la zona. Esta contradicción entre los dos sistemas, difícilmente soluble, tardaría
veinte años en ser definitivamente resuelta.


El nuevo gobierno Diem

Tras los acuerdos de Ginebra, conforme a lo previsto, el ejército Vietminh se retiró de Camboya y
en Vietnam y Laos cada parte se reagrupó en las zonas asignadas.
En el Sur, Bao-Dai era un títere quemado. La inutilidad y corrupción de su gobierno le había
enfrentado con su propia base social. El influjo francés también estaba finiquitado. Un sector de la
burguesía y terratenientes consideraban Ginebra una claudicación ante los comunistas y confiaban
sólo en los EEUU para volver a poner las cosas en su sitio. Por otra parte los imperialistas de EEUU
buscaban un hombre de su entera confianza para manejar el país, y lo encontraron en la figura del
primer ministro Diem. En octubre Washington decidió concederle ayuda directa, pasando por encima
de Francia.
El ejército survietnamita, amenazado con el corte de créditos si no apoyaba a Diem, decidió
abandonar a Bao-Dai y la línea profrancesa. Finalmente la propia Francia enfrentada a la insurrección
argelina decidió retirar las tropas que le quedaban en el Sur. De esta manera, los norteamericanos se
hacían con el control total del Sur. Francia y Bao-Dai no eran eficaces en la lucha anticomunista. La
lucha la debían protagonizar ellos y el Sudeste Asiático les pertenecía: en septiembre de 1954 los
norteamericanos impulsan la creación de la Organización del Tratado del Sudeste Asiático, un
equivalente regional de la OTAN, al que se adhirieron Australia, Nueva Zelanda, Tailandia, Filipinas y
Pakistán, cuyo objetivo era apuntalar la dominación capitalista amenazada por el avance de la
revolución.
El supuestamente nacionalista antifrancés Diem se convirtió rápidamente en un títere de la gran
superpotencia. Este hecho ponía en evidencia una vez más que no hay liberación nacional real sobre
bases capitalistas. La burguesía nacional de los países ex coloniales es una clase débil y dependiente,
totalmente subordinada al imperialismo. Plantear cualquier alianza política con ellos es una postura
antimarxista condenada de antemano al fracaso.
Apoyado por los americanos, Diem consolidó su poder. Se hizo una base social entre los
empresarios urbanos (mayoritariamente chinos) y, sobre todo, los 900.000 refugiados que procedentes
del Norte habían llegado al Sur tras los acuerdos de Ginebra. En su mayoría eran católicos como
Diem, gentes que habían colaborado con la administración colonial.
En octubre de 1955 Diem organizó un referéndum de dudosa limpieza para expulsar al emperador
Bao-Dai. El 26 de octubre se proclamaba la nueva república que inmediatamente fue reconocida por
Washington, París y Londres. Animado por esto convocó elecciones a una Asamblea Nacional que
ganó sin mucha oposición y con evidente manipulación. La primera decisión de dicha Asamblea fue
repudiar los acuerdos de Ginebra sobre elecciones libres que debían realizarse en julio de 1956 en las
dos zonas de Vietnam. Evidentemente sabían que esas elecciones las ganaría Ho Chi Minh.


Vietnam del Norte

En el Norte, la aceleración de la reforma agraria en 1955 fue un fracaso. Inspirada en el modelo

chino, se trató de incrementar la colectivización de la tierra, pero la falta de medios y recursos llevó a
abusos sobre muchos campesinos que se sublevaron en Nghe Thim, la provincia revolucionaria por
excelencia. Pudieron contarse millares de víctimas, muchas de las cuales habían participado 25 años
antes en los sóviets rurales. Ho Chi Minh cambió el rumbo, se dejó a un lado la colectivización
acelerada que, sin los medios adecuados, le enajenaba el apoyo de muchos campesinos y la
economía norvietnamita empezó a desarrollarse. Pero esta crisis en el Norte sirvió para animar al
régimen survietnamita que en este momento se permitía hablar de que iba a liberar el norte de la
dictadura comunista. Concentrado en sus problemas internos, el Vietminh sí cumplió con Ginebra. De
los 60.000 activistas políticos que tenían en el Sur, 45.000 fueron trasladados al Norte. De los 100.000
soldados, todos menos 10.000 regresaron, llevándose el armamento más moderno. Esos 10.000 se
escondieron en la selva. "Estas unidades vivían en la selva profunda, escondiéndose de la gente como
si fueran tigres. (...) No tenían ni bases ni campamentos (...) se trasladaban continuamente, evitando el
contacto con todo el mundo" (Jonathan Neale, Op. Cit., pág. 45).
Realmente los dirigentes del Norte nunca pensaron que se llegarían a celebrar elecciones tal
como establecía el acuerdo de Ginebra. Si lo hubieran creído no hubieran retirado a sus militares. Un
desertor dijo a sus interrogadores "tenían la certeza de que las elecciones nunca se celebrarían, pero
este tema nunca se discutía en los niveles más bajos para no diezmar la moral y para no contradecir
las afirmaciones públicas del Partido de que los Acuerdos de Ginebra habían supuesto una gran
victoria para el Partido" (Ibíd., pág. 45).
En el fondo, dejar las cosas como estaban entraba en la lógica de la coexistencia pacífica que ya
Jrushchov empezaba a teorizar.
Sin embargo una cosa eran los acuerdos y estrategias por arriba y otra muy distinta lo que
acontecía sobre el terreno. El gobierno del Sur era una dictadura policial y Diem tenía sus razones
para actuar brutalmente. La guerra estaba muy reciente, y dejar actuar a los comunistas en el Sur, con
un referente estabilizado en el Norte, era un riesgo que el imperialismo y sus cipayos no podían correr.
Si Diem no acababa con ellos hubiesen avanzado hasta hacer peligrar su régimen.


Represión capitalista y respuesta popular

Como en toda dictadura que se precie, en las elecciones de marzo de 1956 sólo se podían
presentar partidos anticomunistas. Aún así seis parlamentarios de izquierdas fueron elegidos. Uno se
titulaba representante de la oposición. Tomó posesión de su escaño pero rápidamente fue
encarcelado. Los americanos confiaban que con su ayuda económica, reorganizando un fuerte ejército
y una poderosa policía podrían estabilizar a Diem como a Syngman Rhee en Corea del Sur.
Sin embargo algo fallaba en la ecuación. Los campesinos y trabajadores survietnamitas odiaban al
nuevo régimen. No habían combatido siete años contra los franceses para que el viejo dominio de los
terratenientes volviese. Durante la guerra en las zonas del Sur controladas por el Vietminh si bien no
se había procedido a una reforma agraria integral, sí se habían suavizado los impuestos y de las
tierras comunales se habían alquilado muchas más hectáreas a los campesinos pobres que a los
terratenientes.
Con el gobierno de Diem se volvió a la vieja explotación. Es verdad que los asesores americanos
le recomendaron realizar una reforma agraria para aliviar la tensión social, una estrategia aplicada con
cierto éxito en Japón, Corea y Filipinas. Sin embargo en Vietnam del Sur los vietnamitas que apoyaban
al gobierno basaban su riqueza en la tierra. La burguesía industrial solía ser francesa o china y en todo
caso la de base vietnamita era al mismo tiempo terrateniente y no estaba dispuesta a perder sus
tierras. Hubo siete planes de reforma agraria y todos fueron una farsa. Los propios servicios de
información americanos lo reconocían: "Diem, en vez de redistribuir la tierra a los pobres ha revertido a
favor de los terratenientes. El 15% de la población posee un 75% del suelo". Además, el trigo en pocos
años perdió un 30% de su valor.
La represión anticomunista se hizo asfixiante. Todos aquellos que se movilizaron exigiendo las
elecciones previstas en Ginebra fueron encarcelados. Se calcula en unos 100.000 los detenidos y en
unos 12.000 los ejecutados. Por ejemplo en la provincia de Tay Ninh el 90% de las células comunistas
habían sido aniquiladas para finales de 1956.
Los comunistas de los pueblos del sur empezaron a presionar a sus dirigentes para reanudar la
lucha, pero la respuesta era siempre negativa. La línea estratégica general venía marcada por la
coexistencia pacífica. Pero Diem les ofrecía cárcel y muerte, no pacifismo. La paciencia se estaba
acabando, también la sumisión a la línea oficial de Hanoi.
Ho Chi Minh intentó repetidas veces que la situación no estallase, y en 1958 ofreció por dos veces
conversaciones a Saigón para normalizar relaciones entre los dos Estados.
Finalmente la situación se hizo insostenible en el Sur. Le Van Chan, cuadro comunista del Sur
describe muy bien cual era el panorama: "...a finales de 1959, cuando si no tenías una pistola no
podías mantener la cabeza sobre los hombros (...) los miembros del Partido no podían encontrar
resguardo y seguridad en ningún lugar. Casi todos fueron encarcelados o asesinados (...) los comités
de algunos pueblos, que habían tenido entre 400 y 500 miembros durante la resistencia antifrancesa y
100 o 200 en 1954, se quedaron con 10, e incluso esos 10 tuvieron que irse a la selva para sobrevivir.
Ante tal actividad del gobierno Diem, la demanda de actividad armada por parte de los miembros del
Partido crecía cada día (...) los miembros del Partido sentían que ya no era posible hablar de lucha
política mientras se enfrentaban a las balas del gobierno. Y sin embargo, a pesar de la amargura que
había en el partido y de la rabia hacia el Comité Central, el Comité Regional, el Comité de Zona y el
Comité Local, los miembros del Partido no fueron capaces de romper con la organización que los
estaba asesinando. (...) No obstante, algunos individuos (jóvenes que se acababan de alistar) se
enfadaron tanto que cogieron las armas que el Partido había escondido y salieron de la selva para
matar a los funcionarios que les estaban haciendo la vida imposible a ellos o a sus familias (...)
Algunos de esos individuos sentían tanta rabia que se dejaban capturar sólo para mostrarle al partido
su resentimiento" (Ibíd., pág. 50).
La presión hacia el partido en el Norte cada vez va a ser mayor. El asesinato de los agentes
gubernamentales de Diem fue aumentando mes a mes, como señala el mismo Van Chan: "El Comité
Central seguía defendiendo la lucha política. Si la hubieran mantenido ¿dónde hubieran encontrado los
cuadros para llevarla adelante?".


Al fin, el cambio de estrategia

Desde marzo de 1958 los antiguos guerrilleros que no se habían trasladado al Norte después de
Ginebra empezaron a reagruparse y organizar algunos núcleos de combate.
El III Congreso del Lao Dong (Partido del Trabajo) se reunió en Hanoi en septiembre de 1959. Le
Duan, uno de sus dirigentes, había estado de gira por el Sur. A su regreso solicitó al Congreso ayuda
para los guerrilleros de Cochinchina. El Congreso se clausuró con la decisión de hacer de la
"liberación del Sur" una tarea tan importante como la "construcción del socialismo en el Norte". Le
Duan, el abogado defensor de los guerrilleros del Sur, fue elegido Secretario General. Con seis años
de retraso, el cambio de estrategia estaba decidido.
Durante las celebraciones del año nuevo vietnamita en enero de 1960, los guerrilleros lanzaron
una ofensiva en toda regla para aniquilar a la policía secreta y a los jefes locales. En el delta del
Mekong, en la provincia de Ben Tre, se organizó un genuino levantamiento popular a modo de prueba.
El historiador Gabriel Koldo señala: "Masas prácticamente desarmadas tomaron en poco tiempo gran
parte de la provincia; la tierra fue distribuida durante la revuelta. La fórmula funcionó en todas partes, y
pronto dio al Partido una amplia presencia y poder a pesar de la capacidad del ARVN (el ejército de la
República de Diem) de recuperar rápidamente los edificios públicos. En pocos meses el poder cambió
de manos en Vietnam".
El ejemplo de Ben Tre se extendió como la pólvora. El campesino pobre volvía a tener un
referente en quien confiar. La fase definitiva de la guerra por la liberación nacional y social había
comenzado.
La preocupación aumentaba en Saigón y Washington. La efervescencia política crecía en el Sur.
Un sector de la burguesía pidió la liberalización y democratización del régimen: se daban cuenta de
que la represión radicalizaba la insurrección. El 11 de noviembre de 1960, una semana después de la
elección de Kennedy, estos sectores organizaron un golpe de estado fallido. Diem empezaba a ser una
pieza molesta y prescindible para el imperialismo norteamericano.
Además de la inestabilidad en Vietnam del Sur, en Laos se complicaba la situación. Desde
Ginebra gobernaba en el país una coalición de la derecha con el ejército del Vietminh en aquel país, el
Pathet Lao (Frente Patriótico). La derecha tomó el poder y quiso liquidar al Pathet. Estos reanudaron la
lucha armada. Un nuevo foco de preocupación para Washington. Tras golpes y contragolpes, la guerra
civil era un hecho en Laos.
El 20 de diciembre de 1960 en la selva de V. Minh, extremo sur de la zona sur, se creó el Frente
Nacional de Liberación de Vietnam del Sur (FNL). Su programa abogaba por sustituir a Diem por un
régimen democrático que llevase una política de independencia y no alineamiento y que tendiese a
reunificar la patria. Un programa moderado que no contemplaba el socialismo. Una semana después
Ho Chi Minh daba la orden de crear una vía a través de cordilleras y selvas para abastecer al Sur. El
Vietminh pasa a llamarse VietCong, ya que Cong tenía un significado ambiguo, se utilizaba para hablar
tanto de comunidad, en general, como de comunismo en particular.
A pesar de su programa moderado y etapista, que parecía un calco del de Ho en los años 40, la
realidad obligaba al FNL a aplicar una política revolucionaria en las zonas que controlaba. La fusión de
la lucha por la unidad nacional con la lucha anticapitalista se convertiría en una fuerza que nadie
podría detener.
Un analista del gobierno de EEUU, Douglas Pike, en su libro VietCong, señalaba lo siguiente: "En
los 2.561 pueblos de Vietnam del Sur, el Frente Nacional de Liberación creó una multitud de
organizaciones sociopolíticas de nivel nacional en un país donde las organizaciones de masas eran
casi inexistentes. Aparte del FNL, nunca había existido un partido político de masas en Vietnam del
Sur (...) Lo que más me llamó la atención del FNL fue su sentido integral: primero como revolución
social, y luego como guerra. El objetivo de este vasto esfuerzo de organización era reestructurar el
orden social de las aldeas e instruirlas para controlarse a sí mismas" (citado en Howard Zinn, La otra
historia de los EEUU, pág. 425).
En los tres primeros meses de 1961, Kennedy mandó hacer un examen del régimen de Diem. Lo
que el informe señalaba era muy significativo: en 1960 los comunistas habían destruido 284 puentes,
4.000 oficiales survietnamitas habían muerto en combate, los terroristas (curiosa coincidencia con el
lenguaje de nuestros días cuando se habla de la resistencia iraquí) atacaban Saigón con impunidad,
era imposible reclutar nuevos soldados; los funcionarios de Diem habían encarcelado en un solo
pueblo a 1.500 personas, de las cuales 1.200 no presentaban evidencia de delito alguno. Las fuerzas
del Vietcong en Vietnam del Sur se habían duplicado y alcanzaban ya los 9.000 hombres de plena
dedicación guerrillera. El control comunista sobre el delta del Mekong era absoluto.


Kennedy, la implicación militar norteamericana

Con Kennedy recién elegido presidente de los EEUU (20 de enero de 1961), en la primavera el
Vietcong lanzó una nueva ofensiva. Kennedy temía implicarse más en Vietnam sin haber estabilizado
antes Laos. Sin embargo, su estrepitoso fracaso en la invasión de Cuba, con la derrota a manos del
pueblo cubano en Bahía Cochinos, le convenció: ya no se podía retroceder en ninguna parte del
mundo.
Kennedy envió a Vietnam a su vicepresidente Lyndon B. Johnson para cerciorarse de la situación.
El informe que éste redactó a su vuelta era claro: enviar más ayuda militar, dar un lavado de cara al
régimen de Diem, cada día más impopular, y realizar una reforma agraria que minara el apoyo
campesino al Vietcong.
En junio Kennedy y Jrushchov llegaron a un acuerdo sobre Laos por el que se constituyó un nuevo
gobierno de Unidad Nacional.
Pero la situación en Vietnam tenía su propia dinámica. Los consejos americanos sentaron mal a
Diem y el periódico gubernamental Dan Viet se despachaba sin miramientos: "La democracia de los
EEUU nos arrojará en manos del comunismo. No puedo delegar funciones por la sencilla razón de que
no confío en nadie". Diem empezaba a sentar las bases de su fin.
En cualquier caso Kennedy empezó a enviar cada vez más militares. Ya en mayo de 1961 mandó
400 miembros de las fuerzas especiales, violando claramente los acuerdos de Ginebra. En enero de
1962 ya eran 2.646 militares y 11.300 a finales de ese mismo año. Sorprendentemente, hoy algunos
repiten el mito de que Kennedy estaba tratando de salir de Vietnam y por eso lo asesinaron. Ningún
dato objetivo corrobora dicha tesis, más bien al contrario. Con él se inició la presencia militar masiva
estadounidense, si bien siempre engañó a su pueblo, ocultando estos envíos y camuflándolos como
consejeros o asesores.
A pesar de los apoyos americanos, el Vietcong aumentaba su influencia. En 1962 los efectivos del
FNL se calculaban entre 250.000 y 300.000. Diem trató de aislar las fuerzas guerrilleras de la
población campesina, lanzando la llamada guerra especial. Se idearon aldeas estratégicas donde
concentrar a la población, unas 700 con cerca de 8 millones de habitantes, donde los campesinos
acabaron sintiéndose prisioneros en su propio pueblo. Nada se logró, salvo deteriorar aún más la
imagen de Diem que en abril de 1961 había vuelto a arrasar en unas elecciones a todas luces
fraudulentas. La histórica ruta de aprovisionamiento del Norte al Sur aprobada por Ho y que llevaría su
nombre, ruta Ho Chi Minh, estaba dando sus frutos.
Incluso en este momento la dirección del FNL seguía manteniendo un programa etapista y
moderado. Aprovechando los acuerdos sobre Laos, plantearon una solución similar para Vietnam, es
decir un gobierno de Unidad Nacional, entre la derecha y ellos. Nadie atendió esta propuesta. La
burguesía sabía, quizá mejor que la propia dirección del FNL, que sus bases estaban luchando contra
el capitalismo. Un gobierno de ese tipo no hubiese podido frenarles, así que ¿para qué darles cancha
en el gobierno con el riesgo de facilitarles la tarea? La única salvación para la oligarquía vietnamita y
los imperialistas era aplastarles.
Así pues, la intervención militar norteamericana fue en aumento: en 1963 eran ya 23.300 los
"consejeros" norteamericanos desplazados en Vietnam. El presidente Kennedy ahora presentado
como poco menos que pacifista lo tenía muy claro tan pronto como en 1956: "Vietnam representa la
piedra angular del mundo libre en el Sureste Asiático. Es nuestra prole. No podemos abandonarlo, no
podemos ignorar sus necesidades" (Discurso ante el Senado).


La caída de Diem

El rechazo a Diem iba en aumento. En febrero de 1962 se había producido otra intentona golpista
fracasada contra él. En mayo los budistas se manifestaron contra el dominio católico en el gobierno y
la represión a su culto. El 11 de junio un bonzo de más de 70 años se abrasó vivo en una calle de
Saigón. Las imágenes conmocionaron a medio mundo. Varios siguieron su ejemplo en los siguientes
meses. Como consecuencia los militares budistas serían a partir de ese momento un riesgo para el
presidente. Mientras, en la Embajada norteamericana cundía el nerviosismo, entendían que estos
enfrentamientos sólo beneficiaban a los comunistas.
El nuevo embajador de EEUU lo tenía claro: Diem era un obstáculo para derrotar al comunismo y
había que deshacerse de él. Además, como ocurriera en ocasiones anteriores, el antiguo títere del
imperialismo, harto de la ingerencia y chulería americana, desarrolló algunos puntos de vista
independientes y se enfrentó a la llegada de más tropas norteamericanas. Diem quería dinero y armas,
no soldados. En su desafío a los norteamericanos, llegó a enviar a su hermano Nhu para contactar con
Hanoi y sondear la posibilidad de abrir negociaciones para una posible unificación del país.
Finalmente el embajador norteamericano organizó un golpe de Estado el 1 de noviembre de 1963.
Diem y su hermano huyeron pero un pelotón de soldados los reconoció y los ametralló.
Las discrepancias en el corazón del imperialismo también se pusieron de manifiesto tras la caída
de Diem. El Pentágono no había visto con buenos ojos el golpe cocido entre la camarilla de Kennedy y
la CIA. El general Harkins, en Saigón, habló claro: "en resumidas cuentas, para bien o para mal hemos
apoyado a Diem durante ocho años largos y duros. Me parece incongruente derribarlo ahora, patearlo
y deshacernos de él". A finales de ese mes, Kennedy fue asesinado y Johnson es nombrado
presidente. La situación se complicaba aún más.
El general que sucedió a Diem al frente del país, Duong Van Minh, estaba muy vinculado a los
budistas y se orientó hacia la formación de un gobierno que abriera negociaciones con el Norte. Pero
estos planes contaban con el rechazo del Pentágono, que en esta ocasión interviene con rapidez para
organizar un nuevo golpe de Estado el 30 de enero de 1964 y sustituir a Van Minh por el general
Khanh.
Sin embargo la historia volverá a repetirse. El apoyo al Vietcong no hace más que crecer, y el
propio general Khanh llega a la conclusión de que la única salida viable es un gobierno de Unidad
Nacional con el FNL. Se produce un intercambio de mensajes y en uno de ellos Huynh Tan Phat,
miembro del Comité Central del FNL responde de manera significativa: "Apruebo de corazón tu
resuelta declaración en contra de la intervención americana y te felicito por haberla hecho. Has
afirmado muy claramente que EEUU debe dejar que los survietnamitas solucionen los problemas de
Vietnam del Sur. En tu reciente conferencia de prensa tu actitud fue igual de clara (...) El camino que
has decidido es difícil (...) en la consecución de este objetivo, puedes estar seguro de que cuentas
también con nuestro apoyo. Enero 1965" (Jonathan Neale, Op. Cit., pág. 75).
Los americanos al tener conocimiento de esta correspondencia orquestaron un mes después otro
golpe que tumbó a Khanh. Con la sabiduría de analizar las cosas una vez sucedidas, algunos
comentaristas "democráticos" han señalado el error que supuso que EEUU no apostase por la vía de
un acuerdo. En realidad no existe tal error. Un gobierno de unidad nacional, por mucho que Hanoi,
Moscú, Pekín y la dirección del FNL se hubiera empeñado, hubiese sufrido las presiones de los
trabajadores y los campesinos que vinculaban, correctamente, la unidad de Vietnam a mejorar sus
niveles de vida. Un gobierno así hubiese tenido que ir a elecciones que sin lugar a dudas hubiesen
ganado los comunistas. Un gobierno así habría tenido que atender las demandas de sus bases y se
hubiera visto obligado a romper con el capitalismo. Llegados a este punto, los EEUU estaban en un
callejón con sólo dos salidas posibles: aplastar el peligro comunista o perder la guerra, no había
término medio posible, menos aún teniendo en cuenta el contexto internacional y en particular en el
Sureste Asiático. Al hecho de que un régimen como el cubano se había consolidado a escasos
kilómetros de Florida, se sumaba que, en el Sudeste Asiático, Washington veía peligrar Indonesia.
Baste recordar que a finales de 1965 un golpe orquestado por la CIA aniquiló al Partido Comunista de
Indonesia. La CIA calculó entre 250.000 y 500.000 los comunistas indonesios asesinados. Como dijo
Einsenhower: "¿Qué creéis que provocó el derrocamiento del presidente Sukarno en Indonesia? (...)
Bien os puedo decir una cosa: la presencia de 450.000 soldados de EEUU en Vietnam del Sur (...)
tuvo muchísimo que ver con ello" (Ibíd., pág 83).

Hacia la guerra total. Incidente en el golfo de Tonkin

En todo caso el derrocamiento de Khan ocurría en junio de 1965 y ya un año antes, los EEUU
habían optado decididamente por involucrarse totalmente con el objetivo de derrotar por las armas a
Hanoi.
El Secretario de Defensa, McNamara, había volado a Vietnam en diciembre de 1963 y a su
regreso su informe no dejaba lugar a la duda: "Los progresos realizados por el Vietcong han sido
grandes durante el tiempo trascurridos desde el golpe de estado (se refiere al que derrocó a Diem en
noviembre de 1963), y me atrevo a afirmar que, desde junio, la situación ha ido en realidad
empeorando en las zonas rurales en un grado mucho mayor del que suponemos, pues, por desgracia,
dependemos exclusivamente de informes vietnamitas muy distorsionados...La situación es muy
inquietante. Si no pueden modificarse las tendencias actuales, dentro de los dos o tres meses
próximos la situación desembocará, en el mejor de los casos, en una neutralización, y, más
probablemente, en un Estado dominado por los comunistas" (Pablo J. de Irazazábal, pág. 26).
Esta información acabó por decidir el siguiente paso en la guerra, el ataque directo a Vietnam del
Norte. Desde el 1 de febrero de 1964 comenzaron las operaciones encubiertas en Vietnam del Norte,
bajo el nombre operación Plan 34-A, igualmente ocultadas al pueblo americano. El punto de inflexión
se produjo en los cuatro primeros días de agosto, en plena campaña electoral norteamericana.
Johnson y McNamara informaron a la opinión pública que se había producido un ataque de torpederos
norvietnamitas contra destructores americanos: "mientras estaban llevando a cabo una misión rutinaria
en aguas internacionales, el destructor estadounidense Maddox sufrió un ataque no provocado".
Posteriormente quedó demostrado que el gobierno había mentido. Si es que en algún momento se
llegó a producir dicho ataque lo que era evidente es que el destructor no estaba haciendo una misión
rutinaria, sino que su actuación se enmarcaba dentro de la operación Plan 34-A, en concreto de
espionaje electrónico no en aguas internacionales sino en aguas norvietnamitas.
Era la excusa necesitada ante la opinión pública americana para justificar una implicación masiva.
Mentiras, mentiras y más mentiras, nada nuevo en la historia de las guerras, exactamente igual que la
excusa de las armas de destrucción masiva en Iraq, esgrimida por el Sr. Bush para justificar la
intervención imperialista contra Iraq.
Una resolución, preparada meses antes, fue aprobada casi unánimemente en la cámara. Daba a
Johnson el poder para tomar las medidas militares que considerase convenientes. Ni siquiera hubo
una declaración de guerra como exigía la Constitución. Las medidas tomadas por Johnson no dejaban
lugar a la duda: bombardeos masivos sobre Vietnam del Norte y envío progresivo de soldados a
Vietnam del Sur, hasta llegar al punto álgido en febrero de 1969 de 543.054 hombres.


El horror

A pesar de que en campaña Johnson se había mostrado contrario al envío de tropas, tras el
incidente de Tonkin organizado desde el Pentágono y su victoria electoral el 2 de noviembre de 1964
cambió de opinión.
Los bombardeos sobre Vietnam del Norte comenzaron en marzo de 1965, y se extendieron a
Vietnam del Sur, Laos y Camboya hasta el final de la guerra. La operación Trueno Rodante se puso en
marcha el día 3. Los temibles B-52 empezaron a descargar su mortífera carga sobre todo en Vietnam
del Norte. La estrategia militar norteamericana era clara: frenar la guerra en el Sur destrozando el
Norte, poner de rodillas al régimen de Hanoi para que este frenase al FNL.
Los generales americanos estaban convencidos que sería cosa de unas pocas semanas, pero
nada más lejos de la realidad: en los tres primeros años serán arrojadas sobre Vietnam del Norte
634.000 toneladas de bombas, más que las caídas en Europa durante toda la Segunda Guerra
Mundial. Durante los ocho años de intervención norteamericana se lanzaron más de ocho millones de
toneladas con una fuerza explosiva 640 veces superior a la bomba atómica de Hiroshima. Con la
misma cínica tranquilidad que en nuestros días, los imperialistas norteamericanos aseguraban que
sólo bombardeaban objetivos militares, industrias e infraestructuras. La realidad por supuesto fue muy
distinta.
Los norvietnamitas no se rindieron en las tres semanas previstas. Recibieron ayuda militar china y
soviética y cavaron una inmensa red de refugios donde reconstruir parte de la industria, así que los
objetivos de los bombardeos pasaron a ser todo bicho viviente. Se trataba, como recientemente en
Yugoslavia, de sembrar el terror y la desmoralización entre la población civil para romper su capacidad
de resistencia y que presionasen a sus dirigentes. Evidentemente nada de eso ocurrió. El asesinato
indiscriminado de miles de civiles tuvo el efecto contrario, unir a la población en la lucha contra el
agresor imperialista. Muchos son los testimonios que dan fe de la brutalidad de los ataques aéreos. La
práctica normal era la siguiente: vuelo de reconocimiento, bombas y ametrallamiento desde el aire por
si quedaba alguien vivo. En el Norte los bombardeos no respetaron ni hospitales, ni escuelas ni
iglesias. En 1967, habían sido destruidas 391 escuelas, 95 instituciones sanitarias, 8 iglesias y 30
pagodas. Al fin y al cabo con la cantidad de bombas lanzadas, los objetivos militares fueron destruidos
enseguida.
La resistencia a los bombardeos tuvo un calado popular. Además de las defensas antiaéreas
suministradas por Moscú, toda la población se implicó. Un piloto de un bombardero F-105 describía la
situación: "Si bajaba, me iba a enfrentar al intenso fuego de las pequeñas armas, de las automáticas y
hasta de los revólveres; y ni se te ocurra pensar que un revólver no puede tumbar a un gran pájaro si
se le da en el lugar adecuado. Cuando suena la trompeta y miles de personas se tumban sobre sus
espaldas y disparan sus armas personales de bajo calibre hacia el aire, pobre del que tenga la mala
fortuna de pasar por ahí" (Jonathan Neale, Op. Cit., pág. 90). Un informe de la CIA señaló que la
operación Trueno Rodante fue la más ruinosa de la historia. De hecho, EEUU perdió durante toda la
guerra 3.719 aviones y 4.869 helicópteros, de ellos 4.320 sólo en el delta del Mekong.
Cuando toda la brutalidad convencional no fue suficiente se generalizó el uso de napalm, Agente
Naranja y otros herbicidas y defoliantes para destruir los refugios guerrilleros en el Sur. También las
bombas de fragmentación. Se devastó un tercio del total de bosques y selvas del país. También
32.000 soldados norteamericanos fueron infectados y muchos de ellos acabaron demandando a su
ejército ante los tribunales.


La implicación masiva

A mediados de 1965 parecía claro que Vietnam del Norte no se iba a rendir. Como hemos visto,
EEUU organizó un golpe contra el general Khann por el temor a que negociase por su cuenta. Tras
este golpe sus sustitutos fueron lo más degenerado de las élites vietnamitas. El general Nguyen Van
Thieu se proclamó presidente y el mariscal Nguyen Cao Ky vicepresidente. Ambos eran una pareja de
elementos corruptos involucrados en el tráfico de heroína, pero apoyaban acríticamente los
bombardeos en el Norte y el envío masivo de tropas al Sur.
Si en enero de 1965 eran 23.000 los soldados norteamericanos desplazados, en diciembre la cifra
alcanzaba los 180.000. En su inmensa mayoría soldados de reemplazo, hijos de trabajadores, carne
de cañón al servicio del capital. El 80% de los que entraron en combate durante la guerra procedían de
la clase obrera, un 20% eran hijos de trabajadores de cuello blanco. Al frente de ellos se situó un
auténtico troglodita, el general William Westmoreland. Muchos llegaron a Vietnam pensando que les
iban a recibir como libertadores, como en la Europa de la Segunda Guerra Mundial. Al fin y al cabo era
lo que les enseñaban en los campos de entrenamiento y lo que repetía metódicamente el Estado
norteamericano, sus instituciones y los medios de comunicación. El choque con la realidad era brutal.
Nadie los quería allí. Aunque sólo iban durante un año para evitar problemas en el interior de los
EEUU, tanta rotación se convirtió en un problema desde el punto de vista militar.
Las primeras operaciones tenían como objetivo cortar las relaciones del FNL con el Norte. Se
dieron duras batallas en los accesos a la ruta Ho Chi Minh, los marines entran por primera vez en
acción el 18 de agosto de 1965. Pronto se hizo evidente para todos que el Vietcong tenía un
importante apoyo popular. Así pues se trataba de aplicar la misma lógica que en los bombardeos en el
Norte. En enero de 1966 Westmoreland lanza la operación El Machacador (hasta Johnson le pide que
suavice el nombre de cara a la opinión pública) .
Esta operación es una auténtica guerra de exterminio, daba igual que el objetivo fuera civil o
guerrillero. McNamara está convencido de que el FNL no podría soportar un ritmo brutal de bajas. Se
trataba de crear el terror masivo e indiscriminado. Los reclutas serán entrenados para ello: "La primera
vez que patrullamos fuimos donde unos marines habían hecho una emboscada a un grupo de
vietcongs (...) Después tenía que darle patadas a un muerto en un lado de la cabeza hasta que parte
de su cerebro empezara a salirse por el otro. Yo le dije (...) ¿qué me estás diciendo? Entonces no
entendía la lógica. Lo entendí más tarde (...) Eran hombres serios y dedicados a lo que hacían. Me
estaban enseñando a no romperme en pedazos. Yo vi cómo les pasó a otros. Vi a tíos que se
suicidaban (...). Ellos querían enseñarle a un novato exactamente lo que se iba a encontrar" (Ibíd.,
pág. 99).
La brutalidad como método. McNamara exigía cifras, no había olvidado su puesto de contable en
la Ford y trasmitía todo lo aprendido allí a la guerra. Lo principal tras cada combate era el cómputo de
los muertos, si no se cazaba guerrilleros, valían igual los civiles que al fin y al cabo los apoyaban. La
presión sobre los oficiales era muy fuerte. Muchos comprendían que la única forma de promoción era
dar parte con buenas cifras de muertos. Los soldados veían enemigos por todas partes. En este
contexto, los elementos más psicópatas florecían en cada compañía convirtiéndose poco a poco en el
modelo a seguir. Las salvajadas, violaciones, asesinatos de campesinos indefensos no eran excesos
individuales. Al igual que hoy con las torturas en Abu Ghraib, estos métodos salvajes eran tolerados,
impulsados y premiados por el mando. El teniente de marines Caputo llegó a Danang en 1965, su
testimonio es esclarecedor: "La estrategia de desgaste del general Westmoreland afectó a nuestra
actitud. Nuestra misión no era la de ganar terreno o conquistar posiciones, sino sencillamente matar:
matar a comunistas y matar al máximo posible (...). La victoria era un cómputo alto; la derrota, un
porcentaje bajo; y la guerra era un tema de aritmética (...) esto llevó a prácticas como el cómputo de
civiles como si fueran del Vietcong (...) Así no es sorprendente que algunos hombres acabaran
despreciando la vida humana y disfrutando de quitársela a otros"(Ibíd., pág. 105).
Finalmente este horror suministró una visión distorsionada de la evolución de la guerra al alto
mando. Muchos oficiales hinchaban las cifras reales para complacer a sus superiores. Las cuentas no
le salían a McNamara. Al final se puso de moda cortar las orejas de los muertos para evitar
falsificaciones. 


Centenares de miles de héroes

Todo este salvajismo era impotente: las redes de la guerrilla en aldeas y ciudades, reflejando su
apoyo social, la convertían en un enemigo difícilmente abatible. Durante la guerra el ejército
norteamericano y su aliado survietnamita realizaron dos millones de operaciones de búsqueda y
destrucción. Sólo en el 1% de los casos llegaron a tomar contacto con el enemigo. Además la ruta Ho
Chi Minh seguía funcionando. Durante 1965, 100.000 combatientes pasaron del Norte al Sur. En 1967
el Vietcong podía oponer 250.000 soldados a los 450.000 norteamericanos y al millón survietnamita.
Durante la lucha contra Francia se cavaron cientos de kilómetros de túneles que comunicaban las
aldeas unas con otras. Los guerrilleros vivían en esos túneles, pasadizos con un ancho máximo de 150
cm de diámetro. Entre pasadizos se construían habitaciones más amplias para dormir, cocinar,
almacenar armas...Incluso se hacían representaciones teatrales con actores llegados del Norte, para
subir la moral de la tropa. Algunas representaciones se hacían en los tremendos cráteres generados
por los bombardeos de los B-52. Las condiciones de vida eran inhumanas, la resistencia
sobrehumana. El 100% de los vietcongs capturados tenían parásitos o gusanos intestinales, el 50%
convivía con la malaria.
La capacidad de inventiva para hacer frente a un enemigo muy superior en tecnología y armas no
tenía límites. Las latas de Coca-Cola abandonadas por los marines se convertían en granadas. Los
morteros y cohetes USA que no estallaban eran reconvertidos en minas. Trampas que pronto
carcomieron la moral del enemigo. Según las fuentes se calcula entre un 10% y un 25% de las bajas
norteamericanas las causadas por este tipo de armamento artesanal, que provocaron más de 10.000
amputados.
Las bajas norteamericanas cada vez se hacían más insostenibles. En enero de 1967 se lanzó la
operación Cedar Falls a cien kilómetros de Saigón. Las imágenes brutales de la destrucción de un
pueblo llegaron a Occidente conmoviendo a millones de personas. Los movimientos de protesta en
EEUU empiezan a cobrar fuerza.
La presión aumenta sobre Westmoreland. Había prometido una guerra corta y estaba metido en
un avispero. En estas circunstancias, los mandos militares norteamericanos preparan la mayor
operación de toda la guerra, la operación Junction City. El objetivo es el cuartel general vietcong, cerca
de Camboya al final de la ruta Ho Chi Minh. Tras cuatro meses de duro cuerpo a cuerpo, de febrero a
mayo de 1967, el saldo final es de 2.800 guerrilleros y 280 soldados norteamericanos muertos. Un
fracaso rotundo para los militares norteamericanos pues el mando vietcong no es capturado. Se ha
replegado a Camboya.
Cada día más bajas, cada día más presión en EE.UU. En noviembre, en un solo combate en la
colina 875 en Taicto mueren 280 soldados, los mismos que en cuatro meses. La cosa va de mal en
peor. Los norteamericanos tienen que utilizar tropas de sus aliados de Corea, Filipinas, Australia y
Tailandia.
Se recrudece la estrategia de bombardeos indiscriminados. En 1967 se lanzan el doble de bombas
en el Sur que en el Norte de Vietnam. La utilización masiva de napalm para arrasar la selva en la que
se esconde el Vietcong se convierte en su contrario. Una eficaz arma de propaganda norvietnamita
para desenmascarar a la bestia imperialista y sus crímenes entre la clase obrera occidental. Truong
Nhu Tang era dirigente del FNL, recordaba así los bombardeos de los B-52: "Una experiencia de terror
psicológico en estado puro, en la que nos hundimos día sí y día no durante años (...) desde un
kilómetro, la onda expansiva dejaba a sus víctimas sin sentido. Un golpe a medio kilómetro hacía caer
las paredes de cualquier búnker no reforzado, enterrando vivos a los que se habían refugiado en su
interior (...) Volvíamos horas más tarde para encontrar, como ocurrió muchas veces, que no había
quedado nada (...) No era sólo que las cosas quedaran destruidas, de alguna forma increíble habían
dejado de existir (...) El terror era total. Uno perdía el control de las funciones corporales mientras la
mente gritaba órdenes de escapar incomprensibles".
La magnitud de la destrucción amenazaba con hacer mella en la moral guerrillera. Para evitarlo, el
general Giap se va a jugar una carta arriesgada.


La ofensiva del Tet

El Tet era el primer día del año nuevo vietnamita y durante la mayoría de los años de guerra lo
habitual era que la guerrilla suspendiese las actividades. Parecía que en 1968 sucedería lo mismo,
pero en esta ocasión no fue así. El ejército norvietnamita organizó un acto de distracción masiva en
Khe Shan, en la zona desmilitarizada entre el Norte y el Sur. Los norteamericanos concentraron su
atención allí.
Para desconcierto de los mandos militares norteamericanos, decenas de miles de vietcongs se
lanzaron al asalto de 36 capitales de provincia, Saigón, Hue, Pleiku, Dalat... Tomaban el control de
varias y ajusticiaban a 3.000 colaboracionistas. Giap se la jugaba, el desgaste de las bombas y
represión americana estaba pesando en la moral de los guerrilleros. Había que sacarlos de los túneles.
Era la hora de la insurrección urbana, el asalto final. 100.000 hombres entraron en acción. Un grupo
especial asaltó la Embajada americana en Saigón, tomaron el control de una parte, Hue fue tomada en
su totalidad, Ben Tre también.
En EEUU nadie salía de su asombro. Johnson había despedido 1967 afirmando ante sus
conciudadanos que el final estaba cerca. Lo que veían en sus pantallas los norteamericanos no
cuadraba muy bien con esta idea. Además, la férrea censura informativa a duras penas se mantenía.
Cientos de fotógrafos y periodistas que llevaban siguiendo el conflicto durante años estaban hartos de
mentiras. La oposición a la guerra que ya se extendía por todo EEUU les estaba contagiando.
Escenas brutales dieron la vuelta al mundo, la famosa escena del jefe policial survietnamita
metiendo un tiro en la sien a un guerrillero proviene de esos días en Saigón. Los periódicos publicaban
las declaraciones de un oficial americano en la reconquista de Ben Tre: "era necesario destruir la
ciudad para salvarla".
Las embajadas de Filipinas y Corea fueron asaltadas. El aeropuerto de Saigón y el cuartel general
del ejército del Sur también. Sin embargo, el esperado levantamiento popular en la ciudad no terminó
de cuajar. Eso hizo imposible la victoria. La superioridad en tanques y blindados permitió al ejército
americano frenar la ofensiva. Las 36 ciudades tomadas fueron recuperadas al cabo de unos días.
La defensa vietcong de Hue fue heroica. En esta ciudad se sitúa la parte final de la magnífica
película de Kubrick La chaqueta metálica. No fue recuperada hasta principios de marzo. Allí, en la vieja
ciudadela imperial, resistía el alto mando vietcong. Cada metro cuadrado recuperado por el ejército
norteamericano le costó un muerto. La aviación usó napalm contra una zona urbana. La ciudad tenía
17.000 casas, 10.000 fueron destruidas.
Desde el punto de vista militar la ofensiva fue un desastre. El Vietcong fue despedazado. 45.000
muertos, 6.000 prisioneros. Además, el Tet, provocó 800.000 desplazados que perdieron su hogar.
Sin embargo, esta indiscutible derrota se había convertido en una incuestionable victoria política.
Norteamérica se sentía más vulnerable, el asalto a su Embajada era un símbolo y todo un shock para
millones de norteamericanos que aún confiaban en las mentiras de su presidente. Hablaremos más
adelante del movimiento contra la guerra, pero un hecho casi increíble se produjo en Washington,
aparecieron banderas vietcongs en manifestaciones en sus calles.
¿Por qué fracasó la insurrección urbana con la que contaba Giap cuando lanzó la ofensiva?
Algunos testimonios de la época ofrecen respuestas. Tran Baah Dong era responsable de los
comunistas clandestinos en Saigón y afirmó que la organización del FNL allí había sido "un éxito
maravilloso con los intelectuales, los estudiantes, los budistas, todos, excepto entre los trabajadores
entre los que la organización se encontraba en una situación peor que mala" (Jonathan Neale, Op.
Cit., pág. 120). Tras estas declaraciones hechas en 1974 fue destituido y humillado en público por la
dirección del partido
Ya hemos señalado que el FNL, a semejanza del Vietminh anteriormente, tenía una concepción
etapista y frentepopulista. A pesar de que la realidad era tozuda insistían en agrupar a todas las clases
sociales en la lucha por la unión del país, lo que incluía a la llamada "burguesía progresista". Así pues
a cambio del apoyo puntual de algunos empresarios (evidentemente, por las razones ya explicadas, la
débil burguesía vietnamita era un mero títere del imperialismo) los dirigentes del Vietcong no hicieron
esfuerzos sistemáticos para organizar a los trabajadores del Sur. Buena parte de los sindicatos y
huelgas en el Sur no fueron dirigidas por ellos. El apoyo entre los campesinos del Sur al Vietcong
estaba garantizado, entre otras cosas, por la reforma agraria impulsada en el Norte que actuaba como
un poderoso imán. Pero la orientación del Vietcong no fue basarse en la clase obrera organizada, ni
estimular sus organizaciones clasistas. Al fin y al cabo, la contradicción evidente entre capital y trabajo
se hubiera extendido al interior del FNL, rompiendo así su línea frentepopulista Su modelo era muy
similar al empleado por Mao en la guerra campesina que libró contra Chiang Kai-shek. Este factor
explica la debilidad del Vietcong entre los trabajadores urbanos.
Si se hubiesen logrado manifestaciones de cientos de miles en Saigón, el ejército norteamericano
difícilmente hubiese podido reprimirlas, menos con el ambiente existente en sus filas del que nos
ocuparemos más adelante.
En la concepción de la dirección del FNL esta posibilidad no estaba presente. Sus cuadros
estaban educados en una dura y larga lucha militar. Por tanto, la insurrección para ellos era una acción
militar más, en el que la gente apoyaría al ejército guerrillero. Por tanto, no es casual que la ofensiva
se hiciera fuerte en ciudades más pequeñas y vinculadas al campo, como Hue o Ben Tre.


 La guerra se traslada a Norteamérica

La ofensiva del Tet convenció a un sector de la administración americana que la victoria en la

guerra era inalcanzable. Westmoreland reclamó 200.000 soldados más, pero la respuesta del nuevo
secretario de Defensa, Clifford, fue negativa y, como McNamara en Defensa, Westmoreland acabó
siendo sustituido.
Johnson, en pleno año electoral, anunció el 31 de marzo que no se presentaría y que daría orden
de cesar los bombardeos sobre la mitad de Vietnam del Norte. El 3 de abril, Ho Chi Minh aceptaba
negociar, decisión tomada sin consultar a Moscú y Pekín. Aunque en el terreno los combates
continuaban encarnizados, algo estaba cambiando, ¿por qué?
En sus memorias, Henry Kissinger, el secretario de Estado que Nixon colocó tras su victoria
electoral en 1969, da algunas de las claves: "Cuando asumimos nuestras funciones, más de medio
millón de norteamericanos luchaban en una guerra a 16.000 kilómetros de la patria. Su número todavía
seguía aumentando según un programa establecido por nuestros predecesores. Nos encontrábamos
sin ningún plan para la retirada. 31.000 ya habían muerto. Cualesquiera que fueran nuestros objetivos
originales en esa guerra, para 1969 nuestra credibilidad en el exterior, la confianza en nuestros
compromisos y nuestra cohesión interna se hallaban en peligro a causa de una guerra que se libraba
tan lejos de Norteamérica como lo permite nuestro planeta. Nuestra participación había empezado
abiertamente, con el apoyo casi unánime del Congreso, del público y de los medios. Pero para 1969
nuestro país estaba escindido por la protesta y la zozobra, que a veces tomaba formas violentas y
feroces. La tolerancia cívica en la que debe vivir una sociedad democrática se había perdido. Ningún
gobierno puede funcionar sin un mínimo de confianza popular. Todo esto se disipaba ante la severidad
de nuestras alternativas y el encono creciente de nuestra controversia doméstica.
"En el último año de la administración Johnson, los comunistas lanzaron una ofensiva en todo el
territorio. Pocos estudiosos del tema cuestionan hoy que la misma fue derrotada de forma masiva.
Pero su magnitud y el sacrificio que demandó la convirtieron en una victoria psicológica. Bajo el
impacto de la ofensiva del Tet, primero limitamos y después cesamos nuestros bombardeos en
Vietnam del Norte a cambio de nada, excepto la iniciación de negociaciones que nuestro adversario
obstaculizó de inmediato. Declinaba el apoyo del público a una guerra que no solamente parecía
imposible ganar, sino también terminar.
"Y en nuestro país, la oposición crecía. La misma se componía de muchos ramales: pacifistas
sinceros que detestaban ver a su país involucrado en matanzas a miles de kilómetros de distancia;
pragmáticos que no lograban vislumbrar ninguna salida razonable; aislacionistas que deseaban poner
fin a las intervenciones de Norteamérica en ultramar; idealistas que consideraban incompatibles
nuestros valores morales con los horrores de una guerra llevada por primera vez a sus hogares por la
televisión. Y esos grupos eran incitados por una pequeña minoría que expresaba el rencor incipiente
de los años 70 con tácticas de choque obscenas y violentas y manifestaban su aversión a
Norteamérica, su sistema y su maldad.
"Todos esos grupos se habían combinado para provocar el más áspero caos en la Convención
Demócrata de 1968, la violencia en las universidades y la confusión y desmoralización de los grupos
dirigentes que habían animado a las grandes iniciativas norteamericanas de posguerra en política
exterior" (Pablo J. de Irazazábal, pág 29).
Aquí están condensadas las claves del proceso. Desde el punto de vista militar era muy difícil que
un ejército de campesinos mucho peor armado derrotase a la maquinaria bélica más impresionante de
la historia. Sin embargo sus heroicos sacrificios, su capacidad de resistencia y su audacia estaban
conmoviendo a los trabajadores del mundo entero y también de EEUU. En pleno corazón del
imperialismo un movimiento de oposición a la guerra estaba creciendo imparable, poniendo en peligro
no ya la continuidad de la guerra, sino como señala Kissinger "la cohesión interna", es decir, las
propias bases de la dominación capitalista.
No era la primera vez en la historia que esto sucedía (recordemos el temor de la burguesía inglesa
a que se crease un sóviet en Londres si continuaba la agresión al naciente Estado soviético en
1918/1919), ni será la última, ya veremos como se desarrolla el conflicto en Iraq. La guerra es, en
muchas ocasiones, la partera de la revolución.


El movimiento contra la guerra
 El movimiento contra la guerra se había ido conformando con los años. Había comenzado como
un movimiento pequeño vinculado a la lucha por los derechos civiles que también marcaron esa
década. Desde 1965 en varias universidades se empezaron a celebrar reuniones al final de las clases
entre profesores y estudiantes para oponerse a la guerra.
En abril los Estudiantes por una Sociedad Democrática convocaron una manifestación en la capital
que dejó a todo el mundo sorprendido por la asistencia: más de 25.000 personas.
Nadie lo esperaba; doce años atrás las brutalidades en la guerra de Corea habían pasado sin
apenas oposición interna. Aquellos eran los 50, los años de la cruzada anticomunista, cuando haber
salido a la calle contra la guerra hubiese conllevado tener problemas en los estudios o el trabajo. Doce
años después algo estaba cambiando. En octubre del mismo año 100.000 personas marchaban por
todo el país. Un profundo cambio en la actitud y la conciencia de cientos de miles de jóvenes,
trabajadores y ciudadanos norteamericanos se estaba gestando. Los soldados eran enviados a
Vietnam sólo durante un año para evitar protestas, pero como el número de bajas crecía mes tras mes,
el descontento se generalizó. Como en toda guerra, los hijos de los ricos se libraban del reclutamiento.
El 80% de los muertos eran hijos de obreros. Además predominaban los negros, que constituían un
tercio de la infantería que entraba en combate cuando sólo eran el 10% de la población. No era de
extrañar que la lucha contra la guerra conectase con la de los negros por sus derechos democráticos.
Figuras de esa comunidad como el boxeador Casius Clay (Mohamed Alí), se negaron a ser reclutadas.
Martín Luther King, quien no quería aparecer claramente opuesto a la guerra, pues confiaba en ganar
a un sector de liberales para que le financiasen y poder cambiar el rumbo del Partido Demócrata, se
vio forzado por sus bases a posicionarse claramente en contra, lo que tuvo un tremendo impacto:
"Esta locura debe cesar de alguna manera. Debemos parar ahora. Hablo como un hijo del Señor y
hermano de los pobres que sufren en Vietnam (...) hablo por los pobres de América que están
pagando el doble precio de las esperanzas destruidas en casa y la muerte y la corrupción en Vietnam
(...) La gran iniciativa de esta guerra es nuestra. La iniciativa para detenerla debe ser nuestra (...) Los
negros están muriendo en porcentajes extraordinariamente altos en comparación al resto de la
población (...) para garantizar libertades en el Sudeste Asiático que no han encontrado en el Sudeste
de Georgia ni en Harlem Este" (abril de 1967, Howard Zinn, pág. 435).
Para evitar más tensiones en casa los oficiales fueron sacando progresivamente a los negros del
combate. En 1965 el 25% de los muertos en combate eran negros, en 1968 el 13% y en 1972 el 7,6%.
Aunque el movimiento contra la guerra estuvo dirigido por capas medias, intelectuales,
estudiantes, el sentimiento contra la guerra era mayoritario entre la clase obrera. La desgracia fue que
los que le dieron el tono nunca conectaron con la clase. Los prejuicios sobre una clase obrera
aburguesada, con el coco comido por los medios tras la cruzada anticomunista de los 50 estaban
demasiado presentes. Así el movimiento nunca llegó a lo que hubiese hecho caer a un gobierno
americano, un movimiento huelguístico que hubiese podido desembocar en una huelga general.
Jonathan Neale, profesor participante de aquellos movimientos, lo describe así en su libro La otra
historia de la guerra de Vietnam: "En una pequeña concentración estudiantil en Knoxville, en 1969, un
refugiado que había participado en la revuelta de los trabajadores húngaros de 1956 tomó la palabra.
Sugirió que fuéramos a las fábricas de Oak Bridge y distribuyéramos panfletos contra la guerra entre
los obreros. Lo miramos como si estuviera loco. La idea de distribuir panfletos nos asustaba.
Estábamos seguros —y nos equivocábamos— de que los trabajadores estaban a favor de la guerra.
Cuando ese trabajador sugirió que compráramos en los comercios locales para apoyar a los pequeños
comerciantes, eso ya estuvo más en nuestra onda.
"Evidentemente no todos los estudiantes despreciaban a los trabajadores (...) el problema era
político. El anticomunismo había conseguido fracturar el socialismo entre la clase trabajadora
sindicada (...) muchas personas (...) pensaban: "Yo soy un revolucionario". Pero no pensaban que esto
supusiera trabajar en los sindicatos o que los trabajadores estadounidenses pudieran cambiar el
mundo" (Jonathan Neale, Op. Cit., pág. 160).
Un estudio de la Universidad de Michigan acababa con el mito de que sólo jóvenes y estudiantes
estaban contra la guerra. En junio de 1966, el 27% de las personas con educación universitaria
estaban a favor de una retirada inmediata de Vietnam por un 41% entre la gente sin estudios
universitarios. En 1970 los porcentajes eran 47% y 61% respectivamente.
La marea avanzaba en una sola dirección. En agosto de 1965, el 61% de la población pensaba
que la intervención en Vietnam era acertada, en mayo de 1971 era justo al revés, el 61% lo
consideraban erróneo.
El 15 de abril de 1967, 300.000 personas toman Nueva York. En octubre otra manifestación de
masas tomó Washington con el objetivo de llegar hasta el Pentágono. Y en este contexto de protesta
abierta tuvo lugar la ofensiva del Tet. Unos meses antes, Johnson había expresado ante un grupo de
colaboradores que le querían convencer de un plan para bombardear Hanoi y Haiphong la
contradicción que el imperialismo no podía resolver: "Tengo otro problema para vuestro ordenador.
¿Podéis introducirle cuanto tardarían 500.000 americanos furiosos en trepar al muro de la Casa Blanca
de ahí fuera y linchar al presidente si hiciera algo así?".


La elección de Nixon

En marzo de 1968, Johnson anunció que no se presentaría. La cuestión de la guerra marcaba

toda la vida política americana. Había sido derrotado en las primarias demócratas del estado de
Wisconsin. Quien aparecía como figura emergente de estos era Robert Francis Kennedy, que años
atrás había declarado en Saigón que los norteamericanos no se irían de allí sin la victoria. Ahora,
reflejando el ambiente social y la ofensiva del Tet, declaraba el 8 de febrero: "Es hora de que EEUU
descarte sus ilusiones sobre Vietnam y renuncie a la idea de que la guerra en esa región responde a
sus intereses nacionales, y que anticipe un arreglo que dé al Vietcong la oportunidad de participar en
la vida política de su país". El 7 de marzo decía "la intención de EEUU en Vietnam es inmoral e
intolerable" (Pablo J. de Irazazábal, pág. 28).
Robert Kennedy se estaba presentando como el candidato de la paz y ganando las primarias del
Partido Demócrata. Fue asesinado en junio, dos meses después del asesinato de Luther King. El
Congreso Demócrata de Chicago en agosto estuvo centrado en la cuestión de Vietnam. Miles de
manifestantes lo cercaron a pesar de la fuerte represión policial. Sin embargo, el candidato elegido fue
Hubert Humphrey, partidario de la guerra. Así que las elecciones las ganó el republicano Nixon, que se
había presentado prometiendo un plan secreto para resolver el conflicto. Era el mismo que siendo
vicepresidente de Eisenhower había asegurado que si los franceses se iban de Indochina los
norteamericanos les sustituirían.
Al poco de llegar a la Casa Blanca, una nueva brutalidad conmocionó al mundo. Se filtraron las
noticias y fotos de lo sucedido un año antes en una remota aldea vietnamita, Mai Lay. Era marzo de
1968, la compañía Charlie tenía orden de tomar la aldea. El capitán Medina reunió a sus hombres y les
ordenó matar a todos los habitantes. Un fusilero de la compañía recordó después: "¿Te das cuenta de
lo que suponía asesinar a 500 personas en cuestión de horas? Es igual que la cámara de gas (...) Y
así es como fue (...) los juntábamos yo y dos tíos más, poníamos los M-16 en automático, y los
abatíamos".
La visión de aquella matanza, aderezada con los detalles que hablaban de violaciones en grupo,
del frío asesinato de 500 mujeres, niños y ancianos, empujaron a más gente a la lucha contra la
guerra.
El hecho de que fuese una masacre ordenada por los oficiales y tapada durante un año por el alto
mando indignó más a la gente. Sólo un militar, el teniente Calley, fue condenado y estuvo en la cárcel
¡4 meses y medio!.
La sociedad norteamericana aprendía algo nuevo cada día sobre el tipo de gentes que la dirigían.
Cada día entendían mejor el tipo de guerra por la democracia y la libertad que sus soldados libraban
en un lugar que pocos podrían señalar en un mapa. Entendían lo que un coronel americano dijo a la
prensa al comienzo de 1971: "Cada unidad del tamaño de una brigada tiene sus Mai Lay ocultos en
alguna parte".
Así pues el movimiento contra la guerra seguía creciendo. En noviembre de 1969, 500.000
personas se manifestaron en Washington. Algunos hablaron de la mayor manifestación de la historia
de EEUU.


Las negociaciones de París. La operación ‘Fénix’ y Camboya

El 13 de mayo de 1968 se iniciaron las negociaciones para la paz en París. Tras varios tiras y
aflojas el 18 de enero de 1969 se abrió la conferencia cuatripartita con representación de EEUU, el
gobierno survietnamita, el gobierno de Hanoi y el FNL.
Rápidamente se llegó a un dialogo de sordos. Nixon había tenido mucho que ver en ello. En los
mítines de la campaña electoral daba su total y patriótico apoyo al gobierno de Johnson para que
negociase lo que quisiera, y sin embargo por detrás, negociaba en secreto con el régimen de Thieu
instándole a no llegar a ningún acuerdo. Al fin y al cabo los norteamericanos querían irse de Vietnam
pero no salir derrotados. Una contradicción de difícil solución. El 8 de junio el FNL se transformó en
gobierno revolucionario provisional de Vietnam del Sur. Rápidamente fue reconocido por China y la
URSS. Ante el fracaso de la conferencia cuatripartita, Nixon propuso a Hanoi una negociación secreta
entre Kissinger y Le Duc Tho. Ho Chi Minh había muerto el 3 de septiembre de 1969 pero su sucesor
Le Duan no cambió el curso de la negociación. En diciembre los americanos informaron a Hanoi que
retirarían lentamente sus tropas. Este iba a ser el plan de Nixon: vietnamizar la guerra, dando apoyo
material y económico al sur, pero no más tropas. Lo que se guardó de señalar a Hanoi fue otra parte
de su estrategia: la operación Fénix, que trataba de debilitar al Vietcong antes de llegar a una retirada
total, para que el gobierno de Vietnam del Sur se pudiera mantener.
Fénix fue un programa secreto organizado por William Colby, jefe de posición de la CIA en Saigón
y posteriormente director de toda la CIA.
Se trataba de asesinar a cualquier sospechoso de colaborar con el Vietcong. Como eso era difícil
de saber, los asesinatos fueron cada vez más indiscriminados. Fue también una oportunidad para la
venganza de los terratenientes escondidos en las ciudades. Los soldados del ejército de EEUU
también colaboraron con los agentes de la CIA y la policía survietnamita. Iban a un pueblo y reunían a
los sospechosos, los agentes de la CIA se los llevaban y los asesinaban o internaban en campos de
tortura. Se calcula entre más de 30.000 y 40.000 los asesinados de esta manera. Lógicamente,
muchos eran dirigentes o militantes del Vietcong, pero otros muchos no. El resultado fue aumentar el
odio al ocupante y al régimen títere de Thieu. Es verdad que tras el Tet el FNL pasó verdaderas
dificultades. Cuando en 1975 se ganó la guerra en muchos pueblos no se pudo ni formar un comité
comunista.
La otra forma de debilitar al Vietcong fue atacar Camboya. Allí en la frontera, tenían su santuario
los dirigentes comunistas. La guerra de Vietnam se extendía a toda Indochina.
Camboya se había mantenido relativamente neutral, desde la Conferencia de Ginebra en 1954,
con el príncipe Sihanouk como jefe de Estado. En mayo de 1965 Camboya rompió relaciones con
EEUU y reconoció al FNL. Sin embargo, con el inicio de las negociaciones de paz en Paris, temeroso
de una victoria comunista, el régimen camboyano había tratado de reestablecer relaciones con
Washington haciendo la vista gorda ante los bombardeos que la aviación americana había iniciado en
su territorio contra el Vietcong.
La derecha se hizo de nuevo con el gobierno en Phnom Penh, con el primer ministro general Lon
Nol. Recelosos de Shihanouk y con el apoyo norteamericano le derrocaron en marzo de 1970; Lon Nol
inmediatamente prohibió a los vietnamitas usar su territorio y Shihanouk se refugió en Pekín.
El Khmer Rojo, la guerrilla maoísta, estaba enfrentado a Shihanouk desde 1962, pero ahora
montaron con él un gobierno de Unión Nacional en el exilio, amparado por Pekín. Las guerrillas
camboyana y vietnamita se extendieron por Camboya. El intento de echar al Vietcong de Camboya se
convirtió en otro extraordinario fracaso norteamericano. Mao llamó a todos los pueblos del mundo a
unirse a Camboya contra el imperialismo.
EEUU y sus aliados survietnamitas invadieron Camboya. Si Nixon había mantenido en secreto los
bombardeos, la invasión la tuvo que anunciar por televisión. El ambiente de oposición en EEUU volvió
a crecer. Nixon había vuelto a mentir. Además, las operaciones para cortar la ruta Ho Chi Minh, como
las realizadas anteriormente en Laos, fueron un fracaso.
Ante las noticias de la extensión de la guerra a Camboya, las huelgas y ocupación en las
universidades se extendieron. Dos días después del anuncio de Nixon, 2.000 personas incendiaron el
edificio del Cuerpo de Entrenamiento de los Oficiales de reserva en Kent (Ohio). Al día siguiente los
estudiantes tomaron el campus. La Guardia Nacional entró sin miramientos reprimiendo la ocupación:
cuatro jóvenes fueron asesinados y nueve heridos. La gente respondió indignada: se calcula en más
de cuatro millones de estudiantes los que salieron a las calles y ocuparon 1.350 universidades. En 536
se declaró la huelga. Los estudiantes de 400 colegios se declararon en huelga en señal de protesta.
Fue la mayor huelga general estudiantil en la historia de EEUU. Durante aquel curso escolar de
1969/1970, el FBI contabilizó 1.785 manifestaciones estudiantiles. Ronald Reagan, gobernador de
California, cerró todo el sistema universitario. El sindicato de los funcionarios estatales, de condado y
municipales se declaró contra la guerra.
Nixon sintió pánico. Anunció que las tropas norteamericanas estarían fuera de Camboya antes de
junio. Pero los acontecimientos de Kent estaban radicalizando el movimiento. Muchos ya no pensaban
que el sistema se podía reformar porque era básicamente válido. Y lo más peligroso, ese ambiente se
estaba trasladando a las tropas.
 

Los soldados se movilizan

La imagen de veteranos de guerra en las manifestaciones contra la intervención en Vietnam nos

es habitual a todos. El cine las ha reproducido en numerosas ocasiones. Algunas de forma fiel y
reflejando experiencias reales, como la del sargento Ron Kovic en Nacido el 4 de julio de Oliver Stone.
Efectivamente estos veteranos tuvieron mucho impacto en la sociedad americana. Su participación
rompía con las calumnias del gobierno que acusaba a los manifestantes de facilitar la muerte de sus
compatriotas en Vietnam. Muchos volvían a casa y empezaban a entender muchas cosas. Veían el
abandono del gobierno, la falta de ayudas y el desprecio. La buena infraestructura de transporte y
evacuación minimizó el número de muertos. Los 58.000 que al final sufrió el ejército norteamericano
hubiesen sido 200.000 en cualquier guerra anterior. Pero multiplicó el número de lisiados que a su
vuelta eran una acusación permanente contra la guerra. Se formó una combativa asociación,
Veteranos de Vietnam Contra la Guerra, que jugó un papel significativo en el movimiento.
Pero lo que es más desconocido y más importante es la importante revuelta interna que sufrió el
ejército norteamericano desde 1968.
Pronto empezaron a aparecer publicaciones de soldados, distribuidas en los cuarteles, que se
oponían a la guerra. Algunos pertenecían a partidos de la izquierda que, correctamente, hacían trabajo
político en el ejército en vez de llamar a la deserción. Pero la mayoría se fueron extendiendo
espontáneamente. Llegó a haber unas 300 durante toda la guerra. Junto a la oposición a la guerra
expresaban un claro resentimiento hacia el salvajismo de la vida militar. Estos periódicos se extendían
por las bases americanas en todo el mundo.
Los brutales campos de entrenamiento tan bien reflejados por Kubrick en La chaqueta metálica,
fueron suavizándose progresivamente. Era el efecto de las masivas deserciones que se estaban
produciendo: entre 1968 y 1975, 93.000 soldados desertaron. La tasa de deserción triplicó las de la
guerra de Corea. En 1971 representaban 73 por mil en el ejército y 65 por mil en los marines. 206.000
personas fueron denunciadas por negarse a ser reclutadas.
Pero también en el propio Vietnam la revuelta se extendía. El periódico francés Le Monde informó:
"Una imagen común es la del soldado negro con el puño izquierdo cerrado en desafío a una guerra
que nunca ha considerado propia" (Howard Zinn, pág. 444).
El nacionalismo negro se había contagiado al ejército. En 1966, dos tercios de los soldados negros
volvían a alistarse al acabar el servicio. Era una buena salida profesional para una sociedad racista. En
1970 el porcentaje había caído al 13%.
En total 563.000 soldados fueron licenciados "sin honores", lo cual indicaba que esos soldados no
habían mostrado una obediencia sumisa hacia los mandos.
Hasta ahora habíamos repasado las muestras de brutalidad del ejército americano en Vietnam.
Sin embargo, el desarrollo de la guerra y del movimiento contra ella fue provocando una reacción.
Unos buscaron evadirse. Al principio los mandos fomentaron el uso de marihuana porque
tranquilizaba a los hombres, pero después se pasó a la heroína. El tráfico era organizado por los
propios ministros survietnamitas. Según informes del Pentágono un tercio de los soldados la había
probado en Vietnam. Su aparición como fenómeno social en EEUU se explica por estas cifras: 100.000
toxicómanos fueron el saldo de la guerra.
Otros, además de evadirse, expresaron su protesta de una curiosa manera: matando oficiales con
una granada de fragmentación, práctica que recibió el nombre de fragging —literalmente, fragmentar—
. Aquellos oficiales que se empeñaban en misiones arriesgadas o trataban mal a los soldados
empezaron a ser eliminados por sus hombres. Hubo mil intentos de fragging según cifras oficiales, cien
con éxito. Pero estos datos minimizan la realidad, pues sólo están contabilizados los atentados con
explosivos y no con pistolas.
Había recompensas por la cabeza de los oficiales más odiados. Por el responsable de la acción
conocida como la colina de la hamburguesa (bautizada así porque los soldados quedaron como carne
picada y llevada al cine por John Irvin) se ofrecían 500 dólares...
Esto era un cáncer para el ejército. Como dijo el capitán Steimberg "Una vez que un oficial es
intimidado por la amenaza del fragging deja de serle útil al ejército porque ya no puede llevar a cabo
las órdenes" (Jonathan Neale, pág. 188).
En las negociaciones de París el FNL había hecho público que no dispararían a unidades que no
les atacasen. Muchos soldados norteamericanos empezaron a llevar brazaletes rojos para señalar al
Frente que no tenían intención de disparar. Aunque el ejército empezó a retirarse desde 1971, los
fraggings aumentaron. Nadie quería ser el último en morir por los intereses del capitalismo americano.
Incluso entre los oficiales empezó a calar el ambiente antiguerra. En navidades de 1972 se produjeron
bombardeos salvajes contra Hanoi, para debilitar al gobierno norvietnamita en las negociaciones. Eran
bombardeos con el único objetivo de matar civiles. Muchos pilotos de B-52 se plantaron y se negaron a
llevar a cabo semejantes misiones.
Los hechos eran gravísimos. En junio de 1971 el coronel Robert Henil lo describía así: "Según
todos los indicadores concebibles, la parte del ejército que aún está en Vietnam se encuentra en un
estado cercano al colapso, las unidades evitan o se han negado a entrar en combate, están
asesinando a sus oficiales y suboficiales, están drogados y desanimados cuando no cerca del
amotinamiento. En el resto de lugares la situación es igual de grave....
"Todos los hechos anteriores (...) indican que las condiciones generales entre las fuerzas
americanas en Vietnam sólo han sido superadas en este siglo por los motines de Nievlle del ejército
francés y el colapso de los ejércitos zaristas en 1916 y 1917" (Jonathan Neale, pág. 191).
La burguesía norteamericana sacó las lecciones de todo esto. El ejército se convirtió en
profesional tras Vietnam. Nunca más debía haber conexión entre un ejército y su pueblo.


Hacia el final. La baza china

Las negociaciones se desarrollaron durante años sin avances y sobre el terreno las operaciones
militares norteamericanas fracasaban. En marzo y abril de 1971 una nueva ofensiva para cortar la ruta
Ho Chi Minh en el centro de Laos había servido de muy poco. La presión para la vuelta de las tropas
era asfixiante. Así pues, Washington se jugó una baza sorpresa. La baza china. En julio de 1971
Kissinger voló a Pekín y llegó a una alianza de hecho con Mao. EEUU se convertiría en su aliado
contra la URSS a cambio de que Pekín presionase a Hanoi para llegar a un acuerdo.
¿A qué respondía semejante traición del régimen maoísta? Hemos visto como desde 1950 el
apoyo chino había sido fundamental para la resistencia vietnamita. Sin embargo, el régimen de Mao,
era sustancialmente un régimen calcado al de la URSS. Un régimen estalinista, donde la democracia
obrera no existía, y donde su política exterior poco tenía que ver con el genuino internacionalismo
leninista. Pronto, los intereses de la casta burocrática que dominaba en Pekín colisionaron con los de
la burocracia soviética. Procesos similares se habían producido en otros países, como en Yugoslavia,
cuando Tito harto de la injerencia de la burocracia rusa había roto con Moscú en 1948.
En lugar de impulsar una Federación chino-soviética que hubiese supuesto un avance sin
precedentes en el desarrollo mundial, desde 1960 se enfrentaron permanentemente, hasta el punto de
llegar a escaramuzas militares fronterizas. Este enfrentamiento pronto se trasladó al conjunto del
movimiento comunista. Algunos quisieron ver en China un verdadero espíritu leninista internacionalista
frente a los manejos de la URSS. Curiosamente esta lucha llevó a una carrera por la hegemonía en los
movimientos internacionales que durante años benefició enormemente a Hanoi. Ho Chi Minh se
presentó durante muchos años como el abanderado de la unidad en el campo comunista. El prestigio
de cada burocracia estaba en juego lo que, unido al riesgo de una victoria americana en la frontera
china, llevó a que tanto chinos como soviéticos apoyaran el esfuerzo bélico de Vietnam del Norte y el
Vietcong. Pero estos apoyos siempre fueron motivos de disputas. K.S. Karol, describe la situación de
las siguiente forma: "Ya en marzo de 1965, Juslov y Ponomarev anunciaron triunfalmente a la
delegación del Partido Comunista Italiano una información de sus militares referente al bloqueo por
parte de los chinos de los convoyes destinados a Vietnam. Aquella campaña susurrada provocó, poco
después, puntualizaciones enérgicas de Pekín; en ellas acusaba a Moscú de no haber utilizado
deliberadamente los trenes especiales colocados a su disposición. Fueran cuales fuesen las razones,
el caso era que la mayor parte del material soviético se llevaba hasta Haiphong por vía marítima, con
lo que rodeaba el territorio chino (...) durante la primavera (1966) los chinos se declararon convencidos
de que la URSS utilizaba su ayuda para presionar a los vietnamitas, para obligarles a hacer
concesiones, y de hecho a capitular" (K. S. Karol, La segunda revolución china, págs. 444-445).
Como vemos, las recriminaciones eran recíprocas, los dirigentes chinos y soviéticos peleaban por
una cuestión de prestigio. La traición de Mao en 1971, al llegar a un acuerdo con Kissinger, eliminaba
de un golpe las ilusiones de aquellos que veían en Pekín un referente frente a la decadente burocracia
soviética. Esta disputa benefició a Hanoi, que pudo oscilar entre uno y otro y tener una voz propia.
Cuando China les abandonó, contaron con más material y apoyo soviético. La baza china, que luego
se repitió vergonzosamente en Angola y Mozambique, tampoco les había servido de nada a Nixon y
Kissinger.


El acuerdo de París

Con los chinos mirando a otra parte, Nixon reinició los bombardeos indiscriminados contra
Vietnam del Norte en 1972. Quería arrancar a cualquier precio un acuerdo a Hanoi. Fue entonces
cuando los pilotos empezaron a rebelarse en un número preocupante.
Hanoi también se la jugó. Para acelerar las negociaciones y tener una posición de fuerza lanzó
una importante ofensiva en mayo de 1972. Era su respuesta a las presiones chinas tras el acuerdo
Mao-Kissinger. La ofensiva de Pascua fracasó. Los blindados norvietnamitas llegaron a cien kilómetros
de Saigón y se libró una dura batalla en Queng Tri cerca de la frontera. Sin embargo, el Vietcong
apenas pudo intervenir; nunca había llegado a recuperarse de la ofensiva del Tet, y la operación Fénix
estaba pasando una dura factura.
En esta situación, sin que ningún bando pudiera avanzar definitivamente, y con el imperialismo
cada vez más desgastado en casa, se acercaba la firma de la paz.. En julio la paz parecía al alcance
de la mano. Pero el gobierno de Thieu se negó. No quería reconocer al FNL como parte igual.
Desesperado (ya sólo quedaban 40.000 soldados americanos en Vietnam del Sur), Nixon volvió a
ordenar bombardeos indiscriminados de Hanoi y Haiphong. Tras éstos se llegó al acuerdo. Era el 27
de enero de 1973.
Se acordó la retirada en 60 días de las tropas americanas que todavía permanecían en el Sur y la
liberación de los soldados presos. Se abrían negociaciones entre el gobierno de Saigón y el Vietcong
para organizar un Consejo de Concordia y Reconciliación que prepararía una consulta electoral. Todo
bajo supervisión internacional. A cambio de comprometerse de no derribar al gobierno del Sur, el
gobierno del Norte recibiría 5.000 millones de dólares de EEUU.
Los soldados americanos salieron en el plazo previsto. Era la mayor derrota de su historia. Las
negociaciones acordadas entre el FNL y el gobierno de Thieu empezaron en marzo. La paz se
mantuvo durante unos meses pero, al igual que en 1954, los acuerdos eran inaplicables sobre el
terreno.
El gobierno del Sur logró mantenerse dos años. Realmente no tenía por qué ser así. Cualquiera se
daba cuenta de que había habido unos ganadores, Hanoi y el Vietcong, y unos perdedores, el
imperialismo y sus títeres en Saigón. Si se mantuvo dos años fue porque Hanoi se empeñó en
mantener el acuerdo. Posiblemente desconfiaba de sus propias fuerzas tras tantos sacrificios, también
temía la reacción china o la posible vuelta a los bombardeos si lo rompía.
Una vez más, no había salida intermedia. El gobierno de Thieu y el Vietcong representaban dos
modelos sociales irreconciliables. Thieu lo entendió pronto. A los pocos días de los acuerdos declaró:
"Si los comunistas entran en vuestros pueblos deberíais dispararles inmediatamente en la cabeza".
Los americanos continuaron financiando a la policía survietnamita. La prensa norteamericana
reconoció la existencia de 20.000 "consejeros civiles" después de la retirada de las tropas, y que la
operación Fénix, rebautizada como Programa F-6, estaba todavía en pleno apogeo.


Al fin Saigón

El recuerdo de los acuerdos de Ginebra estaba muy presente entre los militantes del Vietcong y no
iban a permitir que, después de haber expulsado a los americanos, Thieu los masacrase como había
hecho Diem. Así pues continuaron la lucha. En mayo de 1974 tras la conquista de nuevas posiciones
militares por parte del FNL, Saigón suspendió las negociaciones. A Hanoi nunca llegaron los 5.000
millones prometidos. Igual que los acuerdos de Ginebra, los de París eran inaplicables.
Si en Laos se constituyó en abril de 1974 un nuevo gobierno de coalición, en Camboya los khmers
rojos, muy fortalecidos, se negaron a algo similar y continuaron la lucha. A pesar de los miopes
cálculos americanos, que creían que Thieu "había quitado la iniciativa a los comunistas", todo
empujaba hacia el reinicio de la guerra abierta. El 10 de marzo de 1975, el ejército norvietnamita lanzó
la ofensiva en el puente de Ban Me Thuot, al noroeste de Hue. Se pudo comprobar lo que era el
gobierno de Vietnam del Sur sin los soldados americanos. El régimen se desmoronó. El ejército
survietnamita desertó en masa. Era un ejército de quintas que no le veía sentido a morir por un
gobierno corrupto y dictatorial. Hue cayó rápidamente. La estampida se generalizó. Todos aquellos
que habían participado en la represión anticomunista huyeron hacia los faldones americanos.
No hubo resistencia. El gobierno había tratado de agrupar a la población amenazando con un
supuesto baño de sangre a manos de los comunistas Esto no ocurrió, la guerrilla vietcong controló las
aldeas y confraternizó con sus habitantes. Los tanques del Norte enfilaron hacia Saigón. Thieu dimitió
el 21 de abril. Su sucesor firmó la rendición incondicional. Era el 30 de abril de 1975.


Una victoria ejemplar, una lucha heroica

Han pasado 30 años de la derrota más humillante del imperialismo norteamericano, el aniversario
ha pasado prácticamente desapercibido en Occidente. Apenas un par de minutos en los telediarios y
un par de páginas en algún periódico. ¿Olvido, casualidad...? Nada de eso. Incluso en un alarde de
cinismo algunos cuestionan el resultado final: "Hoy sabemos, en cambio, que había mucho más de
nacionalismo puro y duro que de marxismo en aquella contienda (...). En el tránsito de 1975 a 2005,
cabe preguntarse si, de verdad, Washington perdió la guerra vietnamita" (editorial de El País, 3 de
mayo de 2005). La burguesía se siente fuerte y cree que el peligro comunista es un recuerdo de la
historia. Aprovechan la caída del estalinismo para reinventar el pasado, que en manos de los
historiadores y comentaristas burgueses se ha vuelto impredecible. Ha sido un silencio consciente. El
imperialismo no conmemora derrotas.
Más allá de tonterías como la de El País, Vietnam y sus efectos han tenido un largo recorrido en la
historia. "El yanqui necesita jarabe vietnamita" se sigue oyendo en muchas manifestaciones. Desde
entonces las intervenciones terrestres norteamericanas han sido pocas. Han utilizado otros medios:
financiación de mercenarios (Nicaragua), guerra aérea (Yugoslavia)... Ningún gobierno quería pasar
por lo que pasaron Johnson y Nixon, una guerra prolongada, con un fuerte desgaste en bajas propias y
la un fuerte movimiento de oposición en casa. Tuvo que acontecer el 11-S para que la burguesía
norteamericana empezara a cambiar la psicología de su población, contraria a implicarse en
intervenciones militares en suelo extranjero con soldados de tierra. Luego han venido Afganistán e
Iraq. A pesar de todo, la sombra de Vietnam es alargada. La oposición masiva en todo el mundo,
incluido en EEUU, a la guerra de Iraq fue incluso antes de su comienzo, una diferencia con lo que
aconteció en Vietnam durante el primer período de la intervención imperialista. De hecho, la
movilización de millones de trabajadores y jóvenes contra el imperialismo norteamericano ha supuesto
un cambio formidable en toda la situación política mundial.
El pueblo vietnamita obtuvo una magnífica victoria. La economía planificada se extendió a todo el
país. Rompieron con el capitalismo y consiguieron su liberación nacional. Cualquier persona
consciente debe apoyar incondicionalmente estas conquistas, que sentaron las bases para poder
recuperar un país arrasado por la destrucción sembrada por millones de bombas imperialistas, un país
en el que murieron por la guerra entre dos y cinco millones, según las fuentes.
Los acontecimientos posteriores también han demostrado los límites de un Estado obrero como el
vietnamita, dónde estaba ausente la democracia obrera y las deformaciones burocráticas, a imagen y
semejanza de la URSS, impedían el avance hacia el socialismo. Desgraciadamente, los límites de una
economía planificada sin la participación consciente de los trabajadores, sin una democracia obrera
genuina, volvieron a quedar de manifiesto. Vietnam no ha sido ajeno a lo acontecido en el mundo
desde 1989 tras el colapso de la URSS y de los otros Estados obreros deformados de Europa del
Este. Hoy es desde las filas del propio PCV desde donde se abandera una progresiva vuelta al
mercado como en China o la URSS. Pero en el caso de Vietnam, como en los países anteriormente
mencionados, la restauración del capitalismo supondrá una pesadilla para las masas. El control
burocrático fue un freno, primero en Camboya, donde la toma del poder por la guerrilla del Khmer Rojo
dio origen a uno de los regímenes más despreciables de la historia, que suministró "argumentos" a
todos aquellos reaccionarios que utilizan el estalinismo y sus derivados para manchar las ideas del
genuino comunismo. Si Pol Pot —el líder del Khmer Rojo— se mantuvo fue porque los
enfrentamientos entre la URSS y China continuaron en el tiempo. Vietnam se convirtió en aliado de la
URSS y Camboya de China. Finalmente Vietnam invadió Camboya y expulsó a Pol Pot en 1979. China
respondió invadiendo Vietnam y fue derrotada. No es objeto de este artículo analizar estas luchas.
Simplemente las mencionamos como reflejo del límite del estalinismo, de lo lejos que puede llegar la
 antimarxista teoría del socialismo en un solo país.
Pero nosotros no nos quedamos con eso. Nos quedamos con la valentía, abnegación y sacrificio
de millones de oprimidos que lo dieron todo por cambiar su situación y con ello el mundo. Su ejemplo
inspirará a generaciones de revolucionarios durante siglos. La guerra de Vietnam fue una de las más
claras demostraciones de la barbarie imperialista, pero también una de las más bellas gestas que la
humanidad haya protagonizado en el siglo XX.
En el siglo que comienza el imperialismo vuelve a estar cuestionado a escala planetaria. EEUU no
tiene contrapeso en el mundo. Lo único que le puede hacer frente es la lucha de los oprimidos.
Pensaron que Iraq era pan comido. Volvieron a equivocarse. Llevan dos años empantanados en una
nueva guerra. Sí, en una genuina guerra por la liberación nacional del pueblo iraquí. La victoria
vietnamita se gestó porque mientras luchaban por expulsar al imperialismo, luchaban por una vida
mejor, por la tierra y contra el capitalismo. La historia es terca: no hay genuina liberación nacional sin
liberación social. El que el Vietcong, a pesar de muchos errores en la política de su dirección, fuese
claramente identificado con la revolución y el socialismo ayudó a ganar la simpatía internacional del
movimiento obrero y a acelerar la acción contra la guerra en todo el mundo. Esa es la tarea que la
resistencia iraquí tiene por delante: dotarse de un programa socialista, la mejor garantía para la
victoria.

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/DSpUGLGDGH$UDELD6DXGtVHUtDXQJROSHSDUD((88FRQORFXDOpVWH\DVHHVWi
SUHSDUDQGR/DWURSDVQRUWHDPHULFDQDVHQVXHORVDXGtVHUiQXWLOL]DGDVHQHOFDVRGHTXHHO
UpJLPHQDPLJRVHDGHUURFDGR6LHVWRSDVDUDHVREYLRTXHHOHMpUFLWRHVWDGRXQLGHQVHRFXSDUtD
ORVFDPSRVSHWUROHURVVLWXDGRVPD\RULWDULDPHQWHHQXQDHVWUHFKDIUDQMDFRVWHUDGHMDQGRHQ
PDQRViUDEHVODDUHQDGHOGHVLHUWR
3RUHVR,UDTHVWDQLPSRUWDQWH(VWHSDtVFXHQWDFRQODVVHJXQGDVUHVHUYDVSHWUROHUDVGHOPXQGR
GHVSXpVGH$UDELD6DXGt/DSRVHVLyQGHHVWDVYDOLRVDVUHVHUYDVVHUtDHVHQFLDOSDUD((88
$GHPiVFXDOTXLHULQYDVLyQGH$UDELD6DXGtWHQGUtDTXHVHULQLFLDGDGHVGH,UDT3RUORWDQWRHO
HVWDEOHFLPLHQWRGHEDVHVHVWDGRXQLGHQVHVHQHVHSDtVHVXQDQHFHVLGDGHVWUDWpJLFD
3HURFRQODLQYDVLyQORTXHKDQFRQVHJXLGRHVDXPHQWDUODVFRQWUDGLFFLRQHVHQWRGR2ULHQWH
0HGLR\HVSHFLDOPHQWHHQ$UDELD6DXGt&RQVROGDGRVHVWDFLRQDGRVHQ,UDT\FRQRWURV
LPSOLFDGRVHQRSHUDFLRQHVUHODFLRQDGDVFRQODLQYDVLyQHQRWUDVSDUWHVGHODUHJLyQXQ
EDUULOGHSyOYRUDHVWiDSXQWRGHH[SORWDU

&XDQGRODJXHUUDHVWDOOD
+HPRVYLVWRFRPRFXDQGRODJXHUUDHVWDOOyODVPDVDVIXHURQVRPHWLGDVDORVREMHWLYRV
FDSLWDOLVWDVGHODJXHUUDFRQHPEDXFDGRUDVPHORGtDVGHODVFODVHVGRPLQDQWHV+HPRVYLVWR
FRPRODVEULOODQWHVEXUEXMDVGHODGHPDJRJLDKDQH[SORWDGRFRPRORVWRQWRVVXHxRVGHDJRVWRVH
GHVYDQHFLHURQFyPRHQOXJDUGHIHOLFLGDGFD\HURQVREUHHOSXHEORHOVXIULPLHQWR\ODPLVHULD
FyPRODVOiJULPDVGHODVYLXGDV\ORVKXpUIDQRVGHODJXHUUDVHKLQFKDURQKDVWDIRUPDUJUDQGHV
WRUUHQWHVFRPRHOPDQWHQLPLHQWRGHVJUDFLDGRGHODVWUHVFODVHVODFDQRQL]DFLyQLQPLVHULFRUGH
GHODUHJODGHODVFXDWURYHUGDGHV²VHPLDEVROXWLVPRJRELHUQRGHORVMXQNHUV>QREOHV@
PLOLWDULVPR\GHVSRWLVPRSROLFLDO²VHHULJLHURQFRPRODDPDUJDYHUGDG.DUO/LHENQHFKW(O
HQHPLJRSULQFLSDOHVWiHQFDVDRFWDYLOODGHPD\RGH
((88VDOWySRUHQFLPDGHOD218TXHIUDFDVyHVWUHSLWRVDPHQWHHQHVWDJXHUUD/RV
PDU[LVWDVKHPRVH[SOLFDGRTXHHVWHRUJDQLVPRQRHVPiVTXHXQDKRMDGHSDUUDSDUDHVFRQGHU
FRQULEHWHVGHPRFUiWLFRVORVLQWHUHVHVUHDOHVGHODVSRWHQFLDVLPSHULDOLVWDV
(OKRUURUVLQILQGHOFDSLWDOLVPRTXHGyPRVWUDGRHQODVSDQWDOODVGHODVWHOHYLVLRQHVGHWRGR
HOPXQGR/RVDYLRQHVDPHULFDQRVHLQJOHVHVWLUDEDQERPEDVLQWHOLJHQWHVTXHSDUWtDQSRUOD
PLWDGORVFXHUSRVGHKRPEUHVPXMHUHV\QLxRVFX\R~QLFRGHOLWRHUDVHUFLXGDGDQRVLUDTXtHV
3HURODFDtGDGH6DGDPHQFXHVWLyQGHVHPDQDVUHIOHMyORSXWUHIDFWRGHVXUpJLPHQEDVDGRHQOD
RSUHVLyQ\UHSUHVLyQEUXWDOGHOSXHEORLUDTXt0X\SRFRVHVWXYLHURQGLVSXHVWRVDGDUVXVDQJUH
SRUXQWLUDQRTXHVHODKDEtDUREDGRHQRWUDVPXFKDVRFDVLRQHV,QFOXVRDOJXQRVGHORVVHFWRUHV
PiVFHUFDQRVD6DGDPSHUVRQDMHVTXHKDEtDQSDUWLFLSDGRDELHUWDPHQWHHQODUHSUHVLyQGHO
UpJLPHQVHHVFRQGLHURQFRPRUDWDVGHWUiVGHORVIDOGRQHVGHOLPSHULDOLVPRYHQGLHQGRDVX
DQWLJXRVHUYLGRU((88VHFUHtDTXHODRFXSDFLyQLEDDVHULJXDOTXHORVGtDVGHODJXHUUD&RPR
(QJHOVH[SOLFyUHILULpQGRVHD%LVPDUFNODSROtWLFDGHKLHUUR\VDQJUHKDEtDGHWHQHUp[LWR
WHPSUDQRSDUDTXHGHEDKXQGLUVHSRUILQ
/RVTXHQRHVWDEDQGLVSXHVWRVDGHIHQGHUD6DGDPHVSHUDEDQTXHORVLPSHULDOLVWDVVHIXHUDQ
XQDYH]FXPSOLGRVVXVVXSXHVWRVREMHWLYRVDFDEDUFRQHOUpJLPHQWRWDOLWDULR3HUROHMRVGHLUVH
ORVQRUWHDPHULFDQRVVHTXHGDURQSDUDUHDOL]DUVXVYHUGDGHURVREMHWLYRVVRMX]JDUDXQSXHEOR
SDUDDSURSLDUVHGHVXVULTXH]DVQDWXUDOHVFRQODPLVPDIXHU]DEUXWDFRQODTXHKDEtDQDWHUUL]DGR
HQHOSDtV/RTXH((88QRLPDJLQDEDHVTXHVXLQYDVLyQLEDDGHVSHUWDUXQDOXFKDGH
OLEHUDFLyQQDFLRQDOWDQSRGHURVDTXHQRVyORQRKDQVLGRFDSDFHVGHDSDFLJXDUVLQRTXHFDGDGtD
DUGHFRQPiVIXHU]D

\HPSLH]DODUHVLVWHQFLD
8QDOXFKDFRPRpVWDQROHLQWHUHVDDQLQJ~QJRELHUQRRFFLGHQWDO'HKHFKRWRGRVDTXHOORV
SDtVHVRJRELHUQRVTXHVHRSXVLHURQDODJXHUUDSRUPRWLYRVKXPDQLWDULRVSRUVHUXQDJXHUUD
LOHJDOHLQPRUDOFRPR)UDQFLD\$OHPDQLDKR\SUHILHUHQTXHODVWURSDVH[WUDQMHUDVSHUPDQH]FDQ
KDVWDTXHKD\DXQDVLWXDFLyQHVWDEOH
/DRSRVLFLyQDODJXHUUDHQFDEH]DGDSRU)UDQFLDXQDSRWHQFLDLPSHULDOLVWDHQGHFDGHQFLD
TXHSUHWHQGHFRQWUDUUHVWDUHODSODVWDQWHGRPLQLRGHOLPSHULDOLVPRQRUWHDPHULFDQR\GHIHQGHUVXV
iUHDVGHLQIOXHQFLDHLQWHUHVHVHFRQyPLFRVHQHOPHUFDGRPXQGLDOQRSXHGHHQJDxDUDQDGLH(O
SDFLILVPRGHOVHxRU&KLUDF\GHODFODVHGRPLQDQWHIUDQFHVDVHKDGHPRVWUDGRHQQXPHURVDV
RFDVLRQHVHQVXVDQWLJXDVFRORQLDV$UJHOLD,QGRFKLQDÈIULFD\PXFKRVRWURVFDVRVGRQGHORV
FDSLWDOLVWDVIUDQFHVHV\VXVPLOLWDUHVQRKDQGXGDGRHQPDVDFUDUDSXHEORVHQWHURVVLFRQHOOR
GHIHQGtDQVXVSULYLOHJLRV\EHQHILFLRV$OHPDQLDQRWXYRSUREOHPDVHQFDXVDUODSULPHUDJXHUUD
HXURSHDHQORV%DOFDQHVGHVSXpVGHODVHJXQGDJXHUUDPXQGLDOSURYRFDQGRXQDJXHUUDWUDVRWUD
GHYDVWDFLyQHFRQyPLFD\KXPDQLWDULDTXHWRGDYtDVXIUHQKR\PLOORQHVGHERVQLRVVHUELRV
NRVRYDUHVHWF
3RUHVRGHVGHORVPHGLRVGHFRPXQLFDFLyQEXUJXHVHVGHWRGRHOPXQGRLQFOXLGRVORV
DOHPDQHVIUDQFHVHV\HVSDxROHVQRVGLEXMDQDODUHVLVWHQFLDFRPRWHUURULVWDVVDQJXLQDULRV
SRUTXHVHJ~QHOORVXQDFRVDHVHVWDUHQFRQWUDGHODRFXSDFLyQ\RWUDGLVSDUDUFRQWUDORV
RFXSDQWHV$OILQ\DOFDERORTXHOHSLGHQDODSREODFLyQLUDTXtHVDOJRWDQSLDGRVRFRPR
SRQHUODRWUDPHMLOODFXDQGRWHHVWiQPDVDFUDQGRFRQLPSXQLGDG
8QUHFLHQWHLQIRUPHGHOD&RPLVLyQGH1DFLRQHV8QLGDVSDUDORV'HUHFKRV+XPDQRV
FRQFOX\HTXHORVQLxRVLUDTXtHVYLYtDQPHMRUEDMR6DGDP&RQ6DGDPFHUFDGHOGHQLxRV
PHQRUHVGHDxRVSDVDEDQKDPEUHDILQDOHVGHODFLIUDVHGREODEDDO(VFXULRVROHHU
HVWRGHXQDFRPLVLyQGHODSURSLD218ODPLVPDTXHOOHYyDFDERXQEORTXHRJHQRFLGDFRQWUD
HOSXHEORLUDTXt'HVSXpVGHODLQYDVLyQGHODFDQWLGDGGHQLxRVPHQRUHVGHDxRVTXH
PXULHURQVHPXOWLSOLFySRUVHLV3DUDPHGLRPLOOyQGHQLxRVKDEtDQIDOOHFLGRFRPR
FRQVHFXHQFLDGHOEORTXHRFRQHOTXHVXSXHVWDPHQWHHOLPSHULDOLVPRLEDDD\XGDUDORVLUDTXtHV
(QXQDUWtFXORGH7HUU\-RQHVHQHOSHULyGLFR7KH*XDUGLDQVHH[SOLFDTXHFXDQGRXQSHULRGLVWD
GHWHOHYLVLyQVHxDOyD0DGHOHLQH$OEULJKWTXHKDEtDQPXHUWRPiVQLxRVHQ,UDTSRUODVVDQFLRQHV
TXHORVTXHPXULHURQHQ+LURVKLPDpVWDUHVSRQGLySHQVDPRVTXHHOSUHFLRYDOHODSHQD6LDVt
VHH[SUHVDXQDDOWDUHVSRQVDEOHGHODDQWHULRUDGPLQLVWUDFLyQGHPyFUDWDTXpQRFDEtDHVSHUDUGH
ORVUHSXEOLFDQRV
6HJ~Q$VVRFLDWHG3UHVVOD,QVWLWXFLyQ%URRNLQJVKDHODERUDGRXQLQIRUPHHQHOTXH
HVWDEOHFHTXHHQWUH\LUDTXtHVPXHUHQDOPHVFRPRFRQVHFXHQFLDGHODJXHUUD/DV
HQIHUPHGDGHVVHKDQH[WHQGLGR(Q%DJGDGVHKDQGHWHFWDGREURWHVGHKHSDWLWLVGHELGRDOQXOR
FRQWUROGHODVDJXDVUHVLGXDOHV1RKD\YDFXQDVFRQODVTXHHYLWDUODSURSDJDFLyQGHOD
HQIHUPHGDG(OGHODJXDSRWDEOHHQ%DJGDGVHSLHUGHHQODUHGGHGLVWULEXFLyQKHFKDWUL]DV
SRUORVLQYDVRUHV(OtQGLFHGHGHVHPSOHRDOFDQ]DHO8QRGHFDGDFXDWURLUDTXtHVVREUHYLYH
JUDFLDVDODVUDFLRQHVGHDOLPHQWRVTXHVRQGLVWULEXLGDVSRUHO0LQLVWHULRGH&RPHUFLRPLHQWUDV
TXHPLOORQHVVRQWDQSREUHVTXHWLHQHQTXHUHYHQGHUSDUWHGHODVUDFLRQHVSDUDFRPSUDURWURV
SURGXFWRVEiVLFRVFRPRPHGLFLQDV((88KDEtDSURPHWLGRPLOORQHVGHGyODUHVSDUD
SUR\HFWRVGHUHFRQVWUXFFLyQSHURDSHQDVVHKDQUHFLELGR$VtTXHHOJRELHUQRLUDTXt
FRODERUDFLRQLVWDKDDQXQFLDGRXQSODQSDUDDFDEDUFRQODVUDFLRQHVGHDOLPHQWRV3ULPHURKDQ
PDWDGRDODSREODFLyQDERPEDV\DKRUDODTXLHUHQPDWDUGHKDPEUH\VHGPXFKRVQREHEHQ
DJXDSRWDEOHGXUDQWHGtDV(QHOVHJXQGRSDtVFRQPiVSHWUyOHRGHOPXQGRHVGLItFLOKDFHUVH
FRQXQOLWURGHJDVROLQD0XFKRVVyORWLHQHQHOHFWULFLGDGGXUDQWHFXDWURKRUDVDOGtD0LHQWUDV
WDQWRHQXQLQIRUPHGHHQHURGHUHDOL]DGRSRUHO,QVSHFWRU*HQHUDOHVWDGRXQLGHQVHSDUDOD
5HFRQVWUXFFLyQVHDILUPDTXHHOJRELHUQRKDSHUGLGRPLOORQHVGHGyODUHV
$ORVREUHURVLQGXVWULDOHVQROHVYDPHMRU8QGHVSLDGDGRGLULJHQWHGHOSDUWLGRGH6DGDPHO
SDUWLGR%DD]DKRUDVHJXLGRUGHORVLQYDVRUHV\GLUHFWRUGHXQDHPSUHVDSHWUROHUDUHYHOyDXQ
SHULRGLVWDTXHIRUPDEDSDUWHGHXQDGHOHJDFLyQGHO0RYLPLHQWR2EUHURGH((88FRQWUDOD
JXHUUDODYLVLyQTXHWLHQHQORVQXHYRVJREHUQDQWHVHQWUHHOORVpO/HH[SOLFDEDTXHOD
SULYDWL]DFLyQHVEXHQDSRUTXHDWHPRUL]DDORVWUDEDMDGRUHV+DFHTXHORVWUDEDMDGRUHVWHQJDQ
PLHGRDSHUGHUVXHPSOHR$KRUDWRGRWUDEDMDGRUVDEHTXH\RFRQWURORVXYLGD\ODGHVX
IDPLOLD8QDOH\GHORVWLHPSRVGH6DGDPTXHSURKLEtDODVKXHOJDVVHKDPDQWHQLGRSRUSDUWHGH
ORVRFXSDQWHV6DGDP\%XVKWLHQHQXQDPLVPDLGHDGHFyPRKD\TXHWUDWDUDODFODVHREUHUD(Q
QRYLHPEUHGHHOVHFUHWDULRJHQHUDOGHO6LQGLFDWRGH3DUDGRV88,4DVLP+DGL\RWURGH
VXVGLULJHQWHV$GLO6DOLKIXHURQDUUHVWDGRVSRUHQFDEH]DUXQDPDQLIHVWDFLyQGHGHVHPSOHDGRV
(OGHMXOLRGHORVVROGDGRVHVWDGRXQLGHQVHVGHWXYLHURQDGLULJHQWHVGHOD88,SRU
DFDPSDUIUHQWHDOHMpUFLWRGHRFXSDFLyQ\H[LJLUHPSOHRV(VWiQGHVWUX\HQGRORFDOHVVLQGLFDOHV
+DQDELHUWRIXHJRFRQWUDPDQLIHVWDQWHVWDQWRODVWURSDVGH((88FRPRODVEULWiQLFDV\ODV
XFUDQLDQDVPDWDQGRDGHFHQDVGHVLQGLFDOLVWDV
8QDVLWXDFLyQFRPRpVWDGHUHJUHVLyQWRWDOGHODVFRQGLFLRQHVGHYLGD\GHUHSUHVLyQDWRGR
XQSXHEORDYLYDODOXFKD(QODPHGLGDHQTXHODVWURSDVHVWDGRXQLGHQVHVVHVLHQWHQURGHDGDV
DLVODGDVGHODVPDVDVVLQDSR\RXWLOL]DQD~QPiVODUHSUHVLyQEUXWDOSDUDPDQWHQHUVXGRPLQLR
/DDJUHVLYLGDG\HOVDOYDMLVPRVHFHEDQHQWUHODSREODFLyQ(OFDVRTXHPiVKDWUDVFHQGLGRKD
VLGRHOGHODVWRUWXUDVHQODFiUFHOGH$EX*KUDLEFHUFDGH%DJGDG3HURHVHYLGHQWHTXH
SRGHPRVDILUPDUTXHGHORVGHWHQLGRVHQWRGDVODVFiUFHOHVGH,UDTHOKDQVXIULGR
DOJ~QWLSRGHWRUWXUDV0X\SRFDLQIRUPDFLyQLQGHSHQGLHQWHQRVOOHJDSHURHVODVXILFLHQWHFRPR
SDUDVDEHUTXHODVWRUWXUDVOOHJDQKDVWDODPXHUWHHQPXFKRVFDVRV(VWDEDUEDULHQRHVH[FOXVLYD
GH,UDTQLGH*XDQWiQDPR7RGDJXHUUDLPSHULDOLVWDWRGRUpJLPHQRSUHVRUXWLOL]DVXVKRPEUHV
DUPDGRVSDUDGHUULEDUDORSULPLGRPHGLDQWHWRGDVODVWpFQLFDVTXHOHVLUYDQSDUDVXILQ3RUHVR
HVQHFHVDULRTXHORVUHYROXFLRQDULRVDFDEHPRVFRQHVWHVLVWHPDFRPROD~QLFDIRUPDGHSRQHUILQ
DHVWDSHVDGLOOD$ODVHVSHOX]QDQWHVFiUFHOHVLUDTXtHVKD\TXHVXPDUODVTXHHO3HQWiJRQRKD
GDGRQRPEUHFRPRLQVWDODFLRQHVWUDQVLWRULDVHQODVTXHVHFUHHTXHKD\XQRV
SULVLRQHURV1DGLHSXHGHHQWUDUHQHOODVSDUDH[DPLQDUODV<QRGHMDQHQWUDUDQDGLHSRUTXHVRQ
FDPSRVGHH[WHUPLQLRFRPRORIXHURQODVSULVLRQHVVHFUHWDVGH3LQRFKHW/DWRUWXUDHVXQPHGLR
GHKXPLOODFLyQTXHSUHWHQGHURPSHUODPRUDO\ODYROXQWDGGHXQVHUKXPDQRGHVWUR]DUVX
VLVWHPDQHUYLRVRVXFRQILDQ]D$SHVDUGHHVWHKRUURUFRQWUDORVSULVLRQHURVQLQJ~QRILFLDOQL
UHVSRQVDEOHGHODVWRUWXUDVHQ$EX*KUDLEKDVLGRMX]JDGR\FRQGHQDGRDORPiVTXHVHKD
OOHJDGRKDVLGRDUHOHYDUGHDOJXQDVIXQFLRQHVDDOJXQRVGHORVLPSOLFDGRV
(OSUHWH[WRGHOLPSHULDOLVPRGHOLEHUDUDODSREODFLyQGHODWLUDQtDHVXQDEURPDGHXQ
JXVWRUHSXJQDQWH(OHMpUFLWRRFXSDQWH\VXVFRODERUDGRUHVLUDTXtHVLUUXPSHQSRUODVQRFKHVHQ
ODVFDVDVGHODSREODFLyQEXVFDQGRDPLHPEURVGHODUHVLVWHQFLD/DVXQLGDGHVHVWDGRXQLGHQVHV
QRGLVSRQHQGHWUDGXFWRUHVVXILFLHQWHVDVtTXHFXDQGROOHJDQDXQDFDVDQRFRPSUHQGHQDORV
FLYLOHVLUDTXtHV\DODLQYHUVD6LORVLUDTXtHVQRVLJXHQH[DFWDPHQWHODVyUGHQHVGHORV
DPHULFDQRVVHFRQYLHUWHQHQVRVSHFKRVRV$VtHVFRPRKDQDVHVLQDGR\DUUHVWDGRDXQDJUDQ
FDQWLGDGGHFLYLOHVTXHQRWHQtDQQDGDTXHYHUFRQODUHVLVWHQFLD$KRUDELHQGHVGHHOPRPHQWR
TXHXQDPDGUHXQDKHUPDQDRXQDFRPSDxHUDYHFyPRVHOOHYDQDVXVKRPEUHVGHFDVDHOODV
IRUPDUiQSDUWHGHORVPLOHVGHPLOLWDQWHVRVLPSDWL]DQWHVGLVSXHVWRVDSUHVWDUD\XGDRDIRUPDU
SDUWHGHODUHVLVWHQFLD
/DLGHRORJtDLPSHULDOLVWDSDUWHGHODQRFLyQGHODVXSHULRULGDGQDFLRQDO\UDFLDO&RQVLGHUDQ
LQIHULRUHVDORVLUDTXtHV3RUHVRQRWLHQHQHVFU~SXORVHQXVDUORVFRPRHVFXGRVKXPDQRV$KRUD
KDQGHFLGLGRVHFXHVWUDUDPXMHUHVSDUDREOLJDUDORVKRPEUHVGHODUHVLVWHQFLDDHQWUHJDUVH

/DYLROHQFLDGHOWLUDQR
0XFKRVGHORVDVHVLQDWRV\WRUWXUDVPiVGHVSLDGDGRVKDQVLGROOHYDGRVDFDERSRU
PHUFHQDULRVFRQWUDWDGRVSRUHPSUHVDVQRUWHDPHULFDQDV%XVKDFRPSDxDGRSRUORVPHMRUHV
KLSyFULWDVGHOPXQGRVHODPHQWDEDDOYHUYDULRVFXHUSRVKXPDQRVGHH[WUDQMHURVVXSXHVWDPHQWH
WUDEDMDGRUHVFROJDGRVRTXHPDGRVHQODVFDOOHVGH%DJGDG(QHQHURGHHVWHDxRXQDERPED
PDWy\PXWLOyDGRVGHHVWRVVXSXHVWRVWUDEDMDGRUHV2WURWHUFHURFD\yPXHUWRHQDEULO(O
SULPHURVHOODPDED6WU\GRPHOVHJXQGR*RXZV\HOWHUFHUR*UD\%UDQILHOG/RVGRVSULPHURV
IXHURQUHFOXWDGRVSRUODHPSUHVD,QWHUQDWLRQDO(ULQ\VFRPRJXDUGDHVSDOGDVGHXQJHQHUDO
QRUWHDPHULFDQR6WU\GRPWUDEDMyHQODGpFDGDGHORVSDUD.RRYRHWXQDODXOWUDYLROHQWDGHO
HMpUFLWRVXUDIULFDQRORVFXDOHVSDJDEDQPX\ELHQSRUFDGDFXHUSRDVHVLQDGRGHXQDFWLYLVWD
QHJURTXHSXGLHUDQHQWUHJDU*RXZVSRURWURODGROOHJyDDGPLWLUDQWHOD&RPLVLyQ6XUDIULFDQD
GHOD9HUGDG\OD5HFRQFLOLDFLyQTXHpOSHUVRQDOPHQWHKDEtDLQFHQGLDGRODVFDVDVGH
DFWLYLVWDVDQWLDSDUWKHLGDVHVLQyD3LHW1WXOLDFWLYLVWDGHO&RQJUHVR1DFLRQDO$IULFDQR$1&\
ODQ]yXQDERPEDFRQWUDODFDVDGH)DELDQ5LELHURDVHVLQDQGRDDFWLYLVWDV*UD\%UDQILHOGHO
WHUFHUDVHVLQDGRWUDEDMDEDSDUDXQDHPSUHVDHQ,UDTOODPDGD*UXSR+DUW)XHUHFOXWDGRSRUHO
HMpUFLWRVXUDIULFDQRHQORV&RPRSDUWHGHO3UR\HFWR%DUQDFOHD\XGyDODFDSWXUD\DVHVLQDWR
GHORVSULQFLSDOHVOtGHUHVGHOPRYLPLHQWRDQWLDSDUWKHLGHQ6XUiIULFD²LQFOXLGR-RH*TDEL
UHSUHVHQWDQWHGHOD$1&HQ=LPEDEXH²'XUDQWHXQDRSHUDFLyQVHFUHWDHQ=LPEDEXHVHFXHVWUy
DXQRILFLDOGHSROLFtDDWyH[SORVLYRVDVXFXHUSR\WRPyDVXIDPLOLDFRPRUHKpQSDUDDVHJXUDU
ODOLEHUDFLyQGHXQFRPDQGRVXUDIULFDQRFDSWXUDGR7DPELpQSDUWLFLSyHQXQSODQGHDWDTXHHQ
XQORFDOGHOD$1&GH%RWVZDQDHQHOTXHSHUVRQDVLQFOX\HQGRXQQLxRIXHURQDVHVLQDGRV
PLHQWUDVGRUPtDQ/DEUXWDOLGDGGHORVVROGDGRVGHODpSRFDGHODSDUWKHLGHVWiPX\GHPDQGDGD
HQ,UDT6XUiIULFDHVHOWHUFHUSDtVFRQPiVPHUFHQDULRVHQ,UDTGHVSXpVGH((88\*UDQ
%UHWDxD3HURIDVFLVWDVGHPXFKDVQDFLRQDOLGDGHVKDQDWHUUL]DGRHQ,UDTFKLOHQRVDOHPDQHV
LWDOLDQRVHWF
(VWRVDVHVLQRVDVXHOGRFREUDQPiVGHGyODUHVDOGtDPLHQWUDVODSREODFLyQQR
HQFXHQWUDGyQGHFRPHU/RPiVFtQLFRGHWRGRHVWRHVTXHHVWRVVXMHWRVHVWiQFREUDQGRGHO
GLQHURTXHUREDQDORVLUDTXtHV/DVHPSUHVDVGHVHJXULGDGVRQODVTXHPiVHVWiQJDQDGRFRQOD
RFXSDFLyQ'HORVVROGDGRVHVWDGRXQLGHQVHVEULWiQLFRV\GHOUHVWRGHOD
FRDOLFLyQVHHVWLPDTXHVRQH[SHUWRVHQVHJXULGDG6RQODVHJXQGDIXHU]DPLOLWDUHQ,UDT
6LHQGXUDQWHOD*XHUUDGHO*ROIRKDEtDXQPHUFHQDULRSRUFDGDVROGDGRVDKRUDHV
XQRGHFDGDFLQFR/DVHPSUHVDVFRPR%HFKWHO\+DOOLEXUWRQDOTXLODQHMpUFLWRVSULYDGRVSDUD
SURWHJHUVXVLQYHUVLRQHV(VWRVGHEHQVRIRFDUFXDOTXLHULQWHQWRGHOHYDQWDPLHQWRHQODVFLXGDGHV
3HURWDPELpQHQODVHPSUHVDV(VWRVDVHVLQRVHVWiQVLUYLHQGRSDUDDPHGUHQWDUDORVWUDEDMDGRUHV
TXHVHHVWiQRUJDQL]DQGRVLQGLFDOPHQWH
3RUWRGRVHVWRVPRWLYRVODSREODFLyQVHDOHJUDFXDQGRODUHVLVWHQFLDVXSULPHDXQWRUWXUDGRU
(VH\DQRSRGUiPDWDUDQDGLHPiVSLHQVDQ3HURHQ2FFLGHQWHVyORQRVHQVHxDQORVFXHUSRV
FROJDQGRGHVHUHVKXPDQRV\EiUEDURVLUDTXtHVIHVWHMDQGRODPXHUWH
(VWHWHUULEOHVLVWHPDGHRSUHVLyQTXHVHOODPDFDSLWDOLVPRVHHVWiFHEDQGRHVSHFLDOPHQWH
FRQWUDDOJXQRVSDtVHV8QRGHHOORVHV,UDT/DFXOSDHVVHUXQSDtVULFRHQPDWHULDVSULPDV(O
LPSHULDOLVPRQRSXHGHVREUHYLYLUVLQDFWXDUFUXHOPHQWH/DYLROHQFLDHVLQQDWDDHVWHSRGULGR
VLVWHPDGHSHQGHGHHOODSDUDJREHUQDU3HURHVDYLROHQFLDWDPELpQFUHDVXUHDFFLyQRSXHVWDOD
OXFKDFRQWUDODVXPLVLyQDOGRORU\DODUHSUHVLyQODOXFKDSRUODHPDQFLSDFLyQQDFLRQDO(VRHV
ORTXHKDHPSH]DGRHQ,UDT
&XDQGRVHGHPRQL]DDODUHVLVWHQFLDHQORVVXSXHVWRVPHGLRVPiVSURJUHVLVWDVVHKDFH
SURSRUFLRQDQGRLQIRUPDFLRQHVVHVJDGDV1RVTXLHUHQKDFHUFUHHUTXHODUHVLVWHQFLDHVWiPDWDQGR
IXQGDPHQWDOPHQWHDSREODFLyQFLYLO3HURHVRWDPSRFRHVYHUGDG6HJ~QHO&HQWURGH(VWXGLRV
(VWUDWpJLFRV,QWHUQDFLRQDOHVGH:DVKLQJWRQHOGHORVDWDTXHVVRQFRQWUDODVWURSDV
RFXSDQWHVXQVRQFRQWUDODVIXHU]DVFRODERUDFLRQLVWDVSROLFtDVLUDTXtHVFRODERUDGRUHVGHO
HMpUFLWR6yORXQGHORVDWDTXHVHVFRQWUDEODQFRVFLYLOHV(QFDPELRHOHMpUFLWR
QRUWHDPHULFDQRQRWLHQHWDQWRVPLUDPLHQWRV(Q)DOX\DSRUHMHPSORSXVLHURQFRPRH[FXVDSDUD
HOERPEDUGHR\HODWDTXHTXHHVWDFLXGDGHUDXQDJXDULGDGHODUHVLVWHQFLD3HURHOHMpUFLWRVDEtD
SHUIHFWDPHQWHTXHQRTXHGDEDQPLHPEURVGHODUHVLVWHQFLDSXHVpVWRVDOVDEHUGtDVDQWHVTXHOD
FLXGDGVHUtDDVHGLDGDVDOLHURQGHHOOD$SHVDUGHHVR((88ERPEDUGHyODFLXGDG/DVHVFHQDV
QRVGHYROYLHURQDODPHQWHHOUHFXHUGRGHORVERPEDUGHRVGHODVWURSDVKLWOHULDQDVDODFLXGDGGH
*HUQLNDGXUDQWHODJXHUUDFLYLOHVSDxROD6HFUHHTXHORVHVWDGRXQLGHQVHVDVHVLQDURQDPiVGH
FLYLOHV
0XFKDVVRQODVPHQWLUDVTXHQRVGLFHQ\PXFKDVODVYHUGDGHVTXHQRVRFXOWDQ'HVGHHOILQDO
GHODJXHUUDQRVHKDSDUDGRGHERPEDUGHDUFLXGDGHVEDUULRV\SREODFLRQHV1RVyORKDKDELGR
ERPEDUGHRVFRQWUD)DOX\DFRQWUD1D\DI1DVLUL\DK\RWUDVFLXGDGHVTXHIXHURQDVHGLDGDV
GXUDQWHVHPDQDV'LDULDPHQWHORVDYLRQHVGHFRPEDWHDPHULFDQRVHVWiQVREUHYRODQGREDUULRV\
FLXGDGHVODVERPEDUGHDQVDTXHDQODVFDVDVDUUDVDQORVKRVSLWDOHVGHVWUX\HQVXFXOWXUDH
KLVWRULDTXHPDQGR\GHYDVWDQGRVXVPXVHRVHVFXHODVXQLYHUVLGDGHV
1RVUHFXHUGDQFXiQWRVVROGDGRVDPHULFDQRVOOHYDQPXHUWRVDSUR[LPDGDPHQWHSHUR
QRGLFHQQDGDGHORVFHUFDGHLUDTXtHVTXHVHFUHHQKDQSHUHFLGRSRUODVEDODVGLUHFWDV
GHORFXSDQWHRSRUODIDOWDGHDJXDFRPLGDRPHGLFDPHQWRVDODTXHHVWiQVRPHWLHQGRDHVWD
VXIULGDSREODFLyQ(VWiQODQ]DQGRXQPHQVDMHDWRGDODSREODFLyQVLUHVLVWtVHVWHVHUiHOFDVWLJR
TXHWHQGUpLV
(VGHHVWDIRUPDFRPR((88\*UDQ%UHWDxDHVWiQKDFLHQGRHOWUDEDMRGHDOLVWDPLHQWRGH
PLOHVGHMyYHQHVDODUHVLVWHQFLD(QHQHURGHHOMHIHGHLQWHOLJHQFLDGH$OODZL0RKDPHG
$EGXOODK6KDKZDQLGHFODUyD)UHQFK1HZV$JHQF\TXHTXL]iKDEtDXQRVLQVXUJHQWHV
LQFOXLGRVDTXHOORVTXHSURSRUFLRQDQORJtVWLFD\UHIXJLRDORVFRPEDWLHQWHVVXSHUDQGRHQ
Q~PHURDODVWURSDVQRUWHDPHULFDQDVSUHVHQWHVHQ,UDT

¢4XLpQIRUPDUHDOPHQWHODUHVLVWHQFLD"
'HVGHORVPHGLRVFRQWURODGRVSRUHOLPSHULDOLVPRVHLQWHQWDSUHVHQWDUDODUHVLVWHQFLDFRPR
WHUURULVPRSHURORVDWDTXHVGHWHUURULVWDVQRUHSUHVHQWDQQLHO(OSHULRGLVWDLQGHSHQGLHQWH
'DKU-DPDLOTXHKDHVWDGRHQYDULDVRFDVLRQHVHQ,UDTVHxDODEDTXHDOHQWUHYLVWDUDYDULRV
FRPEDWLHQWHVHVWRVUHSHWtDQXQDPLVPDLGHD/DUHVLVWHQFLDOOHYDDFDERXQDJXHUUDGHJXHUULOODV
\WLHQHREMHWLYRVPLOLWDUHV(QFDPELRORVWHUURULVWDVKDFHQPXFKDVYtFWLPDVFLYLOHVFRQVXV
FRFKHVERPED/DVKRUULEOHVGHFDSLWDFLRQHV\ORVVHFXHVWURVHVWiQHQODPLVPDOtQHD(QHOFDVR
GHORVVHFXHVWURVKD\TXHSUHJXQWDUVHDTXLpQEHQHILFLDQ6HFXHVWUDQGRDSHUVRQDVTXHD\XGDQD
ORVLUDTXtHVODUHVLVWHQFLDSHUGHUtDXQJUDQDSR\RHQWUHHOSXHEOR/RV~QLFRVTXHVHEHQHILFLDQGH
ORVVHFXHVWURVVRQORVRFXSDQWHV\DTXHpVWRVOHVSURSRUFLRQDQODRFDVLyQGHMXVWLILFDUVX
SUHVHQFLDHQ,UDT/DVLWXDFLyQVRFLDOTXHORVDPHULFDQRVKDQFUHDGRFRQODLQYDVLyQHOSDURHO
KDPEUHHVXQEXHQHVFHQDULRSDUDTXHVHQXWUDQODVRUJDQL]DFLRQHVGHOLQFXHQWHV\JDQVWHULOHV
(VWDVSXHGHQHVWDUXWLOL]DQGRORVVHFXHVWURVSDUDFRQVHJXLUGLQHUR3HURHOFDVRGHODSHULRGLVWD
LWDOLDQD*LXODQD6JUHQD\WRGRORTXHKDURGHDGRDVXVHFXHVWUR\DOWLURWHRHQVXOLEHUDFLyQOOHYD
DWHQHUVHULDVGXGDVVREUHVL((88SXGLHUDHVWDUGHWUiVGHHVWHWLSRGHDFWRVRORVFRQVLQWLHUD
SDUDGHVSUHVWLJLDUDODUHVLVWHQFLD
6HJ~Q$EX<XVHIUHSUHVHQWDQWHGHOD&RUULHQWH3DWULyWLFDGHOD)XHU]DV$UPDGDV,UDTXtHV
GLVXHOWDVLQWHJUDGDVHQODUHVLVWHQFLD\HQWUHYLVWDGRSRUPLHPEURVGHOD&(26,&DPSDxD
(VWDWDOFRQWUDOD2FXSDFLyQ\SRUOD6REHUDQtD,UDTXt/RVRFXSDQWHVORVWUDLGRUHV\
FRODERUDFLRQLVWDV>VRQREMHWLYRVOHJtWLPRVGHODDFWLYLGDGDUPDGD@6RQREMHWLYRVGHOD
UHVLVWHQFLDLJXDOPHQWHODSROLFtDLUDTXt\OD*XDUGLD1DFLRQDOPLOLFLDVFUHDGDVSRUORVRFXSDQWHV
SDUDSURWHJHUVHGHODUHVLVWHQFLD\TXHVRQXWLOL]DGRVHQODDFWXDOLGDGFRPRYDQJXDUGLDGHODV
IXHU]DVGHRFXSDFLyQ>HQODVRSHUDFLRQHVFRQWUDLQVXUJHQWHV@6LQHPEDUJR$EX<XVHIHVWDMDQWH
DOVHxDODUTXHODUHVLVWHQFLDQXQFDUHFXUUHDFRFKHVERPEDQLSHUSHWUDDWDTXHVLQGLVFULPLQDGRV
TXHFXHVWHQODYLGDDFLYLOHVLUDTXtHV/DUHVLVWHQFLD²DxDGH²UHFXUUHDDWDTXHVFRQERPEDHQ
ORVDUFHQHV>FRQWUDFRQYR\HVGHODVIXHU]DVGHRFXSDFLyQ@ERPEDUGHRFRQPLVLOHV\SUR\HFWLOHV
GHPRUWHURODQ]DJUDQDGDV\DUPDPHQWROLJHUR$EX<XVHIFRQFOX\HTXHORVWHUURULVWDVHVWiQ
GHVYLQFXODGRVGHODUHVLVWHQFLD
/RVHMpUFLWRVGHRFXSDFLyQVHHVWiQHQIUHQWDQGRDXQDLQVXUUHFFLyQGHPDVDVGHODSREODFLyQ
LUDTXt&RPRHOSURSLR$EX<XVHIGHFODUDEDORLPSRUWDQWHQRHVHOQ~PHURGHFRPEDWLHQWHV
VLQRHOQ~PHURGHFLYLOHVTXHOHVDSR\DQ
6HJ~QODPD\RUtDGHODVIXHQWHVHOGHODSREODFLyQHVWiFRQWUDODRFXSDFLyQ\DSR\DDOD
UHVLVWHQFLD8QDSR\RFRPRHVWHVLJQLILFDODGHUURWDWDUGHRWHPSUDQRSDUDORVLQYDVRUHV/D
UHVLVWHQFLDVHHVWiFRQYLUWLHQGRHQXQDSHVDGLOODSDUDODVWURSDVGHRFXSDFLyQ/DWiFWLFD
JXHUULOOHUDGHDWDFDU\OXHJRGLVROYHUVHHQXQDPELHQWHTXHJDUDQWL]DVXVHJXULGDG\HVFRQGLWH
HQORTXHFHDORVRFXSDQWHV/RVVROGDGRVUHVSRQGHQPDWDQGRDGHFHQDVGHFLYLOHVSDUDHQFRQWUDU
DXQRRGRVLQVXUJHQWHVORTXHKDFHDXPHQWDUODUDELDGHODSREODFLyQ1LQJXQDSHUVRQDTXHVDOH
GHVXVFDVDVSDUDLUDEXVFDUFRPLGDRWUDEDMRVDEHVLYROYHUi/RVKRPEUHVODVPXMHUHVORV
QLxRVVRQFDFKHDGRVHQVXVSURSLDVFDOOHVSRUVROGDGRVPXHUWRVGHPLHGR+DQSURKLELGRDORV
FLYLOHVDFHUFDUVHDPHQRVGHPHWURVGHORVWDQTXHV\FDPLRQHVPLOLWDUHV/RVDWDTXHVHQ
OXJDUGHUHPLWLUGHVSXpVGHODVIDOVDVHOHFFLRQHVGHOGHHQHURKDQDXPHQWDGRVREUHWRGRHQ
FDOLGDG/DPHGLDVRQDWDTXHVGLDULRV6HJ~QHOGLDULRLWDOLDQR,O&RUULHUHGHOD6HUDHQVyOR
PHVHVGHOGHMXQLRGHDOGHPDU]RGHKDQVLGRORVDWDTXHVFRQWUDODV
IXHU]DVGHRFXSDFLyQ(OGHDEULOGHFLHQJXHUULOOHURVELHQRUJDQL]DGRVFRQVLJXLHURQ
OLEHUDUDSUHVRVGHODFiUFHOGH$EX*KUDLE((88WLHQHODLQWHQFLyQGHLUUHFOX\HQGRDVXV
WURSDVDOUHGHGRUGHODVEDVHVGHVSOHJDGDVSRUWRGR,UDT\VLWXDGDVHVWUDWpJLFDPHQWH'HHVWD
IRUPDLQWHQWDGHMDUORVIRFRVPiVFDOLHQWHVODVFDOOHVGHODVFLXGDGHVDORVSROLFtDVLUDTXtHVSDUD
TXHVHDQHVWRVTXLHQVHODVYHDQFRQODUHVLVWHQFLD3HURORTXHKDQHPSH]DGRDKDFHUORV
JXHUULOOHURVHVDWDFDUHVWDVEDVHVHVWUDWpJLFDV(VHYLGHQWHTXHODJXHUULOODHVWiOOHYDQGROD
LQLFLDWLYD\D((88VyOROHTXHGDGHIHQGHUVH
/RVDWDTXHVDODLQGXVWULDSHWUROHUDHVWiQVLUYLHQGRSDUDERLFRWHDUORVREMHWLYRV
QRUWHDPHULFDQRVGHSURGXFFLyQ\URERGHOSHWUyOHR$GHPiVHVWRVDFWRVVLUYHQSDUDPHGLUHO
SRGHUGHODUHVLVWHQFLD(VWRHVWiDIHFWDQGRDODLQGXVWULDHOpFWULFDVLQSHWUyOHRQRKD\
HOHFWULFLGDG\VLQHOHFWULFLGDGQRVHSXHGHERPEHDUQLUHILQDUHOSHWUyOHR((88QHFHVLWDFXDQWR
DQWHVXQDXPHQWRGHODSURGXFFLyQGHSHWUyOHRSDUDDOLPHQWDUVXSURSLDHFRQRPtDDIHFWDGDPX\
VHULDPHQWHSRUODVDQJUtDHFRQyPLFDTXHVXSRQHODJXHUUD(VWiQUHIRU]DQGRFRQPiVPLOLWDUHV
ODVLQIUDHVWUXFWXUDVSHWUROHUDVSHURHVLQVXILFLHQWH
7RGRHVWRQRTXLHUHGHFLUTXHODUHVLVWHQFLDVHDDEVROXWDPHQWHKRPRJpQHD&RPRH[SOLFD
$ODQ:RRGVHQFXDOTXLHUPRYLPLHQWRGHOLEHUDFLyQQDFLRQDOKD\WRGRWLSRGHWHQGHQFLDV
GLIHUHQWHVHLQFOXVRFRQWUDGLFWRULDVWDQWRUHDFFLRQDULDVFRPRSURJUHVLVWDV1RVHSXHGHQHJDU
TXHKD\UHDFFLRQDULRVIXQGDPHQWDOLVWDVLVOiPLFRVOXFKDQGRFRQWUDORVHVWDGRXQLGHQVHDVtFRPR
YHUGDGHURVOXFKDGRUHVSRUODOLEHUWDGLUDTXt'HODPLVPDIRUPDHQODUHVLVWHQFLDFRQWUDOD
RFXSDFLyQDOHPDQDHQ(XURSDKDEtDWDQWRPRQiUTXLFRVUHDFFLRQDULRVFRPRFRPXQLVWDV(VWH
KHFKRGHQLQJXQDPDQHUDSXHGHSRQHUHQGXGDHOFDUiFWHUSURJUHVLVWDGHOPRYLPLHQWRGH
OLEHUDFLyQQDFLRQDO(QFXDOTXLHUFDVRHVXQGHUHFKRLQDOLHQDEOHGHODSREODFLyQGH,UDTGHFLGLU
EDMRTXpWLSRGHJRELHUQRTXLHUHYLYLU(VDGHFLVLyQQRODSXHGHQWRPDUSRUHOORVORV
µGHPyFUDWDV¶LPSHULDOLVWDVHQ:DVKLQJWRQ\/RQGUHV/DSREODFLyQLUDTXtVHUiFDSD]GHGHFLGLU
VXSURSLRIXWXURVyORFXDQGRDHVWRVµDPLJRV¶H[WUDQMHURVVHOHVHQVHxHODSXHUWD$ODQ:RRGV
(OHFFLRQHVHQ,UDTXQHQJDxRFtQLFRHQHUR
$ODYH]TXHHOPRYLPLHQWRHVWDQKHWHURJpQHRWDPELpQHVFLHUWRTXHODH[SHULHQFLDGHOD
SREODFLyQYDVHOHFFLRQDQGRDORVVHFWRUHVTXHGHEHQHVWDUDODFDEH]DGHODUHVLVWHQFLD(Q
2FFLGHQWHQRVDVHJXUDQTXHODUHVLVWHQFLDHVSXUDPHQWHLVOiPLFD3HURDOJXQDVLQIRUPDFLRQHV
TXHKDQOOHJDGRJUDFLDVDJUXSRVLQGHSHQGLHQWHVFRPROD&(26,QRVWUDHQRWURVPHQVDMHV(QOD
PLVPDHQWUHYLVWDD$EX<XVHIpVWHH[SOLFDFRPRORVGLVWLQWRVFRPSRQHQWHVGHODUHVLVWHQFLD
FRPSDUWHQHOREMHWLYRFRP~QGHH[SXOVDUDORVRFXSDQWHV\UHFKD]DQODKHJHPRQtDLGHROyJLFDGH
XQDFRUULHQWHVREUHODVUHVWDQWHVSHURDxDGHTXHODUHVLVWHQFLDDUPDGDWLHQHTXHHVWDU>@
DOHMDGDGHOIDQDWLVPRUHOLJLRVRRGHFXDOTXLHULGHQWLILFDFLyQpWQLFDRFRQIHVLRQDO
$OFRQWUDULROD&,$MXQWRDVXVFRODERUDGRUHVHVWiQLQWHQWDQGRXWLOL]DUDRUJDQL]DFLRQHV
LVODPLVWDVSDUDFUHDUHVFXDGURQHVGHODPXHUWHFRQWUDHOPRYLPLHQWRLQVXUJHQWH'XUDQWHOD
HQWUHYLVWDGHOD&(26,D<XVHIpVWHOHPRVWUyXQDOLVWDFRQXQPLOODUGHQRPEUHV\GDWRVGH
SHUVRQDVVXSXHVWDPHQWHFRQWUDULDVDODRFXSDFLyQ\TXHGHEHUiQVHUDVHVLQDGDV/DOLVWDTXHKD
VLGRILOWUDGDSRUIXQFLRQDULRVGHOPLQLVWHULRLUDTXtGHO,QWHULRUDODUHVLVWHQFLDKDVLGRHODERUDGD
FRQMXQWDPHQWHSRUODVPLOLFLDVGHO&RQJUHVR6XSUHPRGHOD5HYROXFLyQ,VOiPLFDHQ,UDT
&65,,ODRUJDQL]DFLyQ%DGU\ODVPLOLFLDVGH$KPDG&KDODELWtWHUHGH((88
$EX<XVHIMXQWRDRWURVQDFLRQDOLVWDVVHKDQRUJDQL]DGRSROtWLFDPHQWHHQXQDIRUPDFLyQ
GHQRPLQDGD0RYLPLHQWRGH2ILFLDOHV/LEUHV02/(VHOPLVPRQRPEUHTXHXWLOL]DURQHO
JUXSRGHRILFLDOHVQDVVHULVWDVHQODUHYROXFLyQGHHQODTXHXQJROSHGH(VWDGRGHpVWRV
GHUULEyDODUHDFFLRQDULDPRQDUTXtD
-XQWRDO02/VHKDQDJUXSDGRRWUDVRUJDQL]DFLRQHVOD8QLyQGHO3XHEORHVFLVLyQGHO
3DUWLGR&RPXQLVWD,UDTXtTXHFRODERUDHQHOJRELHUQRFRQORV((88HO3DUWLGR%DD]\OD
$OLDQ]D3DWULyWLFD,UDTXt(VWDVRUJDQL]DFLRQHV\PXFKDVPiVHVWiQSDUWLFLSDQGRHQHOGHEDWH
SDUDODFUHDFLyQGHOGHQRPLQDGR)UHQWHGH/LEHUDFLyQ1DFLRQDOTXHTXLHUHSUHVHQWDUVHFRPROD
UDPDSROtWLFDGHODUHVLVWHQFLDPLOLWDU
/DH[SORVLyQGHRUJDQL]DFLyQHQWUHODSREODFLyQTXHOXFKDFRQWUDODRFXSDFLyQVHHVWiGDQGR
HQWRGRVORVWHUUHQRVHGXFDWLYRVLQGLFDOPXMHUHVGHUHFKRVKXPDQRVHWF8QGHQRPLQDGRU
FRP~QSDUHFHVHUHVHOUHFKD]RDODOyJLFDFRQIHVLRQDO\VHFWDULDGHODVQXHYDVLQVWLWXFLRQHV
6HJ~QOD&(26,SDUDHOFRQJUHVRIXQGDFLRQDOGHO)/1KD\DOPHQRVGRVERUUDGRUHVGH
GRFXPHQWRVXQRDxDGHDOQRPEUH)/1HOGH,VOiPLFR\ODRWUDQR(OKHFKRGHTXHKD\DXQD
GLVFXVLyQVREUHHVWHWHPDUHIOHMDFyPRODVWUDGLFLRQHVODLFDVGHHVWHSDtVHVWiQJUDEDGDVHQOD
FRQFLHQFLDGHPXFKRVOXFKDGRUHV'HKHFKRKDVLGRODSREUH]D\FRQHOODHODYDQFHGHO
DQDOIDEHWLVPR\ODGHVHVWUXFWXUDFLyQVRFLDOODUHVSRQVDEOHGHODXPHQWRGHWHQGHQFLDV
FRQIHVLRQDOHV\VHFWDULDV'HDKtODLPSRUWDQFLDGHHVWHGHEDWH

(OSDSHOGHODFODVHREUHUD\ORVYHUGDGHURVFRPXQLVWDV
(OPRYLPLHQWRFRQWUDODRFXSDFLyQQRVyORVHGDHQODVFDOOHVWDPELpQHQODLQGXVWULD/D
OXFKDGHFODVHVSRUSDUWHGHWUDEDMDGRUHV\SDUDGRVHVWiFRPHQ]DQGR/RVDWDTXHVDODV
FRQGLFLRQHVODERUDOHVSRUSDUWHGHORVLPSHULDOLVWDV\VXVPXOWLQDFLRQDOHV\DHVWiVLHQGR
FRQWHVWDGDHQYDULDVFLXGDGHV(Q%DVRUD\HQ%DJGDGVRQYDULDVODVKXHOJDVJHQHUDOHVHQOD
LQGXVWULDSHWUROHUDFRQWUDODSULYDWL]DFLyQ\HOUHFRUWHVDODULDO
1DKUDZDKQFHUFDGH%DJGDGHVXQFRPSOHMRGHIiEULFDVTXHHPSOHDQD
WUDEDMDGRUHVTXHFDGDGtDIDEULFDQPLOHVGHODGULOORV+RPEUHVPXMHUHV\QLxRVWUDEDMDQDOOt
GXUDQWHFDWRUFHKRUDVGLDULDVSRUGyODUHVFHQWDYRVSDUDORVQLxRV1RWLHQHQVHJXUR
PpGLFRSDJDGHYDFDFLRQHVQRUPDVGHVHJXULGDGQLDVLVWHQFLDPpGLFDSDUDODVKHULGDV(OGH
RFWXEUHGHHOGHORVWUDEDMDGRUHVGHFLGLHURQLUDODKXHOJD8QRVWUDEDMDGRUHVVH
GLULJLHURQDODVRILFLQDVGHOGXHxR\H[LJLHURQVHJXULGDGVRFLDOMXELODFLyQDVLVWHQFLDPpGLFD
FRQWUDWRV\DXPHQWRVVDODULDOHV(OGXHxRQRVDEtDTXHVHDFDEDEDGHIRUPDUXQVLQGLFDWR\OHV
DPHQD]yFRQHOGHVSLGR/RVWUDEDMDGRUHVUHVSRQGLHURQ\pQGRVHDVXVFDVDVYROYLHQGRFRQVXV
DUPDV\HVSRQWiQHDPHQWHIRUPDURQXQSLTXHWHIUHQWHDODIiEULFDGHIHQGLHQGRODKXHOJDH
LPSLGLHQGRODHQWUDGDGHHVTXLUROHV(OGXHxRWHUPLQyFRQFHGLHQGRXQDXPHQWRVDODULDOGH
GLQDUHVFHQWDYRV\DFHSWyQHJRFLDUORVEHQHILFLRVVRFLDOHV\VDQLWDULRV
/RVVDODULRVGHORVHVWLEDGRUHVLUDTXtHVGH8P4DVUIXHURQUHGXFLGRVFXDQGRFRPHQ]yOD
RFXSDFLyQKDVWDTXHORVWUDEDMDGRUHVVHKDUWDURQ\RUJDQL]DURQXQVLQGLFDWR(OGtDTXHORV
HVWLEDGRUHVIXHURQDHOHJLUDVXVQXHYRVUHSUHVHQWDQWHVVLQGLFDOHVHOGLUHFWRUGHOSXHUWROHVGLMR
TXHVHKDEtDQFDQFHODGRODVHOHFFLRQHVUHFXUULHQGRDXQDSURKLELFLyQGH\GHVSLGLyDWUHV
WUDEDMDGRUHVTXHDSHVDUGHODSURKLELFLyQLQWHQWDURQRUJDQL]DUHOVLQGLFDWR/DVSURYRFDFLRQHV
GHODHPSUHVDFRQWLQXDURQ\HOFRQIOLFWRVHUDGLFDOL]yRUJDQL]iQGRVHKDVWDXQDPDQLIHVWDFLyQTXH
WHUPLQyFXDQGRORVVROGDGRVLQWHUYLQLHURQ/DVQRWLFLDVGHORTXHHVWDEDRFXUULHQGRHQ8P4DVU
OOHJDURQDORVHVWLEDGRUHVQRUWHDPHULFDQRV$OFRQRFHUHOGHVSLGRGHORVHVWLEDGRUHVGH8P4DVU
HOVLQGLFDWRGHHVWLEDGRUHVGH6DQ)UDQFLVFR,QWHUQDWLRQDO/RQJVKRUHDQG:DUHKRXVH/RFDO
LQPHGLDWDPHQWHFRQGHQyODUHSUHVLyQ\ORVVLQGLFDWRVGHHVWLEDGRUHVGHODFRVWDRFFLGHQWDO
RUJDQL]DURQHOGHPDU]RGHXQGtDGHKXHOJDHQVROLGDULGDGFRQORVWUDEDMDGRUHV
LUDTXtHVFRLQFLGLHQGRFRQODVPDQLIHVWDFLRQHVHQWRGRHOPXQGRFRQPRWLYRGHODQLYHUVDULRGHOD
LQYDVLyQGH,UDT
.%5XQDHPSUHVDGHVLJQDGDDGHGRSDUDODUHFRQVWUXFFLyQOOHYyDODUHILQHUtDSHWUROHUDGH
%HUJHVHH\DFHUFDGH%DVRUDDXQDHPSUHVDGHODFRQVWUXFFLyQNXZDLWtXQDVXEFRQWUDWDTXH
XWLOL]DWUDEDMDGRUHVLQGLRV\SDNLVWDQtHVPiVEDUDWRV3DUDSURWHJHUVXVHPSOHRVORVWUDEDMDGRUHV
LUDTXtHVIXHURQDODKXHOJD(QOD(PSUHVDGH3HWUyOHRGHO6XU62&ORVWUDEDMDGRUHV
RUJDQL]DURQXQVLQGLFDWR\FRQVLJXLHURQTXHQRVHFRQWUDWDUDPDQRGHREUDH[WUDQMHUD'HVSXpV
ORVWUDEDMDGRUHVGH62&H[LJLHURQVDODULRVPiVDOWRVDPHQD]DQGRFRQODKXHOJD\FRQSDUDUOD
SURGXFFLyQGHSHWUyOHR$GHPiVGLMHURQTXHVHXQLUtDQDODUHVLVWHQFLDDUPDGDVLODVWURSDVGH
RFXSDFLyQUHSULPtDQVXSURWHVWD/DVLWXDFLyQOOHJyDVHUWDQWHQVDTXHHOPLQLVWURGHOSHWUyOHR
IXHD%DVRUD\DFHSWyUHHVWDEOHFHUDORVVDODULRVTXHKDEtDDQWHV(OVDODULRHVWDEOHFLGRHQ62&
ILQDOPHQWHVHDGRSWyHQODPD\RUtDGHORVFHQWURVGHWUDEDMRGHOVHFWRUSHWUROHUR/DOXFKDVH
H[WHQGLyDODLQGXVWULDHQHUJpWLFDGRQGHDPHQD]DURQFRQSDUDUHOVXPLQLVWURHQHUJpWLFR/RV
WUDEDMDGRUHVGHHVWDLQGXVWULDVRQSRWHQFLDOPHQWHPX\SRGHURVRVSRUTXHVXVDFFLRQHVSXHGHQ
SDUDOL]DUWRGDODHFRQRPtDLUDTXt
/RV((88XWLOL]DQODVHVWUXFWXUDVVLQGLFDOHVTXHFUHy6DGDP+XVVHLQSDUDHYLWDUXQD
RUJDQL]DFLyQLQGHSHQGLHQWHGHODFODVHREUHUD3HURORVWUDEDMDGRUHVVHHVWiQRUJDQL]DQGRHQ
QXHYRVVLQGLFDWRV(OPiVJUDQGHHVOD)HGHUDFLyQ,UDTXtGH6LQGLFDWRVGH7UDEDMDGRUHV²OD
,)78²TXHIXHFUHDGRSRUDFWLYLVWDVGHO0RYLPLHQWR6LQGLFDO'HPRFUiWLFRGH7UDEDMDGRUHV
XQDRUJDQL]DFLyQREUHUDFODQGHVWLQDEDMR6DGDP\GLULJLGDSRUHO3DUWLGR&RPXQLVWD6LQ
HPEDUJRVXGLUHFFLyQWLHQHYtQFXORVFRQHODFWXDOJRELHUQRLQWHULQR(ORWURVLQGLFDWRHVOD
)HGHUDFLyQGH&RQVHMRV\6LQGLFDWRVGH7UDEDMDGRUHVGH,UDT):&8,)XHIRUPDGRHOGH
GLFLHPEUHGHSRUUHSUHVHQWDQWHVGHORVWUDEDMDGRUHVGHWRGRHOSDtV\HVWiEDMRODGLUHFFLyQ
GHO3DUWLGR&RPXQLVWDGHORV7UDEDMDGRUHV(OWHUFHUVLQGLFDWRHVHO6LQGLFDWRGH3DUDGRVGH,UDT
88,VHFUHyHQPD\R\HVWiDILOLDGRDO):&8,(O88,HVWiKDFLHQGRFDPSDxDSRUSXHVWRV
GHWUDEDMRSDUDWRGRVORVWUDEDMDGRUHVRVXEVLGLRVRFLDOGHGyODUHVPHQVXDOHVSDUDORV
SDUDGRVODYLHMDUHLYLQGLFDFLyQGHOPRYLPLHQWRREUHURLQWHUQDFLRQDOWUDEDMRRVDODULR
FRPSOHWR
(VWDVRUJDQL]DFLRQHVMXJDUiQXQSDSHOFODYHHQORVIXWXURVDFRQWHFLPLHQWRVGH,UDT6X
H[LVWHQFLDGHPXHVWUDTXHLQFOXVRHQODVFRQGLFLRQHVPiVGLItFLOHV\EiUEDUDVHOPRYLPLHQWR
REUHURHVWiYLYR'HVJUDFLDGDPHQWHODGLUHFFLyQGHHVWDVRUJDQL]DFLRQHVVHQLHJDQDSDUWLFLSDU
HQODUHVLVWHQFLDDUPDGD(VWRVLJQLILFDTXHODGLUHFFLyQGHODUHVLVWHQFLDUHFDHVREUHHOHPHQWRV
DMHQRVDODFODVHREUHUD
(QODUHYROXFLyQGHODSROtWLFDGHFRODERUDFLyQGHFODVHVGHO3DUWLGR&RPXQLVWDGH,UDT
3&,OOHYyDWUDVSDVDUODGLUHFFLyQGHOPRYLPLHQWRDORVRILFLDOHVQDVVHULVWDVeVWRVDXQTXH
OOHYDURQDFDERUHIRUPDVSRVLWLYDVHQHOWHUUHQRVRFLDO\QDFLRQDOL]DFLRQHVGHHPSUHVDV
DFHUFiQGRVHDODHVIHUDGHLQIOXHQFLDGHOD8566QRGHMDEDQGHVHUGHIHQVRUHVGHOFDSLWDOLVPR
$GHPiVXQDYH]HQHOSRGHUODD\XGDSUHVWDGDSRUODVRUJDQL]DFLRQHVREUHUDVDORVRILFLDOHVIXH
GHYXHOWDFRQUHSUHVLyQ(O3&,SDVyDVHUXQDRUJDQL]DFLyQFODQGHVWLQD
(QODDFWXDOLGDGORVHOHPHQWRVPiVFRQVFLHQWHVGHORVWUDEDMDGRUHVUHYROXFLRQDULRV
FRPXQLVWDVGHEHQSDUWLFLSDUGHQWURGHOPRYLPLHQWRGHUHVLVWHQFLDGHO)UHQWHGH/LEHUDFLyQ
1DFLRQDOFRQVXSURSLRSURJUDPD(O)/1YDDDJOXWLQDUDORVVHFWRUHVTXHHVWiQFRQWUDOD
RFXSDFLyQ+D\TXHDSURYHFKDUHVWRSDUDWUDEDMDUGHQWURSRUXQSURJUDPDVRFLDOLVWDDODYH]TXH
VHOXFKDHQODVIiEULFDVRUJDQL]DQGRORVVLQGLFDWRVFRQXQDSROtWLFDHQGHIHQVDGHORVVDODULRVODV
FRQGLFLRQHVODERUDOHV\ORVGHUHFKRVGHPRFUiWLFRVGHORVWUDEDMDGRUHV7RGRHVWRGHEHUtDWHQHU
FRPRREMHWLYRFRQVWUXLUXQSDUWLGRREUHURPDU[LVWDFDSD]GHGLVSXWDUPDxDQDHOSRGHUDORV
HOHPHQWRVFDSLWDOLVWDVH[WUDQMHURVRQDFLRQDOHV/D~QLFDIRUPDGHDFDEDUFRQHVWDRFXSDFLyQR
FRQIXWXUDVLQYDVLRQHVHVDFDEDQGRFRQTXLHQUHDOPHQWHODVFDXVDTXHHVHOFDSLWDOLVPR/DFODVH
REUHUDHQFRQWUDUiHQHVDOXFKDDPXFKRVDOLDGRVORVFDPSHVLQRVTXHODRFXSDFLyQOHVHVWi
TXLWDQGRVXVWLHUUDV\KDVWDOHVREOLJDDSODQWDUVyORODVVHPLOODVTXH86$H[SRUWDD,UDTORV
HVWXGLDQWHVODVPXMHUHVODVQDFLRQDOLGDGHVRSULPLGDVHWF

((88LQWHQWDGLYLGLUDODUHVLVWHQFLD
(QHOVHJXQGRDQLYHUVDULRGHODFDtGDGH%DJGDGSHUVRQDVGLULJLGDVSRUHOFOpULJR
0RTWDGD$O6DGUEDMRHOOHPD1RDORV((88QRDODRFXSDFLyQVDOLHURQHQPDQLIHVWDFLyQSRU
ODVFDOOHVGH%DJGDGSDUDREOLJDUDOQXHYRJRELHUQRDODUHWLUDGDLQPHGLDWDGHODVWURSDV
H[WUDQMHUDVFDOLILFDQGRD%XVK\%ODLUFRPRWHUURULVWDV$XQTXHODPDQLIHVWDFLyQKDEtDVLGR
FRQYRFDGDSRUORVFKLtHVORVOtGHUHVUHOLJLRVRVVXQQtHVGLHURQHODSR\RDODPDUFKDKDFLHQGRTXH
XQJUDQQ~PHURGHVXQQtHVSDUWLFLSDUDQHQHOOD
(VWRUHYHODODVSUHVLRQHVHQRUPHVTXHHVWiQUHFLELHQGRORVOtGHUHVUHOLJLRVRVGHVGHVXVEDVHV
\SRQHHQGXGDDFRUWRSOD]RODSUHYLVLEOHJXHUUDFLYLOTXHWDQWRVHGHMDFDHUHQORVPHGLRV
RFFLGHQWDOHV1XHYDPHQWHHOSHULRGLVWD'DKU-DPDLOUHFRJHDOJXQRVWHVWLPRQLRVGHORV
UHVLVWHQWHV'LFHTXHDOHQWUHYLVWDUDODJHQWH\SUHJXQWDUOHVVLHUDQVXQQtHVRFKLtHVODUHVSXHVWD
PiVIUHFXHQWHFRQODTXHVHHQFRQWUyIXH6R\PXVXOPiQVR\LUDTXt
/RTXHHVWiHQFXHVWLyQ\HQHVRFRLQFLGHQPXFKRVNXUGRVFKLtHV\VXQQtHVHVTXH
FRPSDUWHQXQPLVPRVHQWLPLHQWRGHGLJQLGDGQDFLRQDOODVREHUDQtDUHDOGHVXSDtV$XQTXH
SDUHFHVHUTXHODPD\RUtDGHORVUHVLVWHQWHVVRQVXQQtHVHVRFDPELDUiUiSLGDPHQWH7DPELpQORV
FKLtHVVHKDQOHYDQWDGRYDULDVYHFHVFRPRHQ1DMDI6DGU&LW\\.HUEDOD/RVVXQQtHV\ORV
FKLtHVVHDSR\DQPXWXDPHQWHFRPRVHGHPRVWUyHQDEULOGHFXDQGRORVRFXSDQWHVDVHGLDURQ
1DMDI\ORVFRPEDWLHQWHVVXQQtHVGLHURQDUPDV\HQWUHQDURQDODUHVLVWHQFLDFKLt
/RVLPSHULDOLVWDVHVWDGRXQLGHQVHVKDQMXJDGRGHVGHHOSULQFLSLRODFDUWDGHODVGLIHUHQFLDV
UHOLJLRVDV\QDFLRQDOHV+DQLQWHQWDGREDVDUVHHQORVNXUGRV\FKLtHVFRQWUDORVVXQQtHVTXH
IXHURQODSULQFLSDOEDVHGHDSR\RGH6DGDP+XVVHLQ(VYHUGDGTXHORVNXUGRV\ORVFKLtHV
IXHURQEUXWDOPHQWHUHSULPLGRVSRU6DGDP+XVVHLQSHURHVRQRVLJQLILFDTXHORVLPSHULDOLVWDV
VHDQVXVDPLJRV/RVJRELHUQRVGH:DVKLQJWRQ\/RQGUHVHQHOSDVDGRIXHURQWRWDOPHQWH
LQGLIHUHQWHVDORVVXIULPLHQWRVGHORVNXUGRV\FKLtHVGH,UDT$KRUDORVXWLOL]DQFRPRSDUD
GLYLGLUHOPRYLPLHQWRGHOLEHUDFLyQQDFLRQDO\SDUDSRGHUFRQWURODUOR&XDQGR6DGDP+XVVHLQ
XWLOL]yJDVSDUDERPEDUGHDUDORVNXUGRV:DVKLQJWRQJXDUGyVLOHQFLR6HJXtDQYHQGLHQGRDUPDV
TXtPLFDVD6DGDP+XVVHLQHQVXJXHUUDFRQWUD,UiQ'XUDQWHODDQWHULRU*XHUUDGHO*ROIRORV
QRUWHDPHULFDQRVLQFLWDURQDODSREODFLyQFKLtGHOVXUGH,UDTSDUDTXHVHOHYDQWDUDQFRQWUD6DGDP
+XVVHLQGHVSXpVFUX]DURQORVEUD]RV\PLUDURQFRPROHVDSODVWDEDQ
/RVPDU[LVWDVQRVRSRQHPRVLPSODFDEOHPHQWHDOGHVPHPEUDPLHQWRGH,UDTSRUTXHHVR
GHJHQHUDUtDHQFRQIOLFWRVVHFWDULRV\pWQLFRVFRQFRQVHFXHQFLDVHVSDQWRVDVSDUDWRGDODSREODFLyQ
GH,UDT/DSREODFLyQNXUGDGHEHHQWHQGHUTXHDOLDUVHFRQHOLPSHULDOLVPRVyOROHVDFDUUHDUi
SUREOHPDV1RDOLDUVHFRQ((88HQDEVROXWRVLJQLILFDTXHODOXFKDKLVWyULFDGHHVWHSXHEORSRU
VXVGHUHFKRVGHPRFUiWLFRVIODTXHH0iVELHQDOFRQWUDULRDOLDGRVDOFDSLWDOXQSXHEORRSULPLGR
MDPiVFRQVHJXLUiVXVGHUHFKRV3DUDORVPDU[LVWDVODOXFKDSRUFRQVHJXLUORVGHUHFKRV
GHPRFUiWLFRVKR\HQ,UDTSDVDSRUOXFKDUMXQWRDVXVKHUPDQRVGHOUHVWRGHOSDtVSRUH[SXOVDUD
ODVWURSDVH[WUDQMHUDV1RKDEUiDXWRQRPtDUHDOQLGHUHFKRVFXOWXUDOHVOLQJtVWLFRVQDFLRQDOHV
FRQODERWDPLOLWDUHQFLPDGHXQSDtVHQWHUR6yORHOVRFLDOLVPRSRGUtDFUHDUODVEDVHVSDUDXQD
YHUGDGHUDDXWRGHWHUPLQDFLyQGHORVSXHEORVKLVWyULFDPHQWHRSULPLGRV(OUHVSRQVDEOHGHOD
VLWXDFLyQGHOSXHEORNXUGRLJXDOTXHODGHOSXHEORSDOHVWLQRNRVRYDUFKHFKHQLRHWFHVHO
VLVWHPDDOTXHVLUYH%XVKHOSRGULGRFDSLWDOLVPR(OVRFLDOLVPRVLJQLILFDUtDODPD\RUH[SORVLyQ
GHFXOWXUD\OLEHUWDGTXHORVNXUGRVMDPiVKD\DQVRxDGR3HURSDUDFRQVWUXLUHVDVRFLHGDG
QHFHVLWDPRVHVWDUXQLGRVMXQWRDWRGDODFODVHREUHUD\FDPSHVLQRVLUDTXtHV((88YDDXWLOL]DU
ODDXWRQRPtDNXUGDSDUDGLYLGLU\HQIUHQWDUDOSXHEORGH,UDTGHOPLVPRPRGRTXHXWLOL]yHQ
.RVRYRDODVRUJDQL]DFLRQHVTXHHQXQSULPHUPRPHQWRKDEtDQVLGRFUHDGDVSRUORVNRVRYDUHV
SDUDOXFKDUFRQWUDODRSUHVLyQGHOUpJLPHQGH0LOyVHYLF\TXHOXHJRVHFRQYLUWLHURQHQVXV
PDULRQHWDV(VHIXHHOFDVRGHO(/.WUDQVIRUPDGDHQXQDRUJDQL]DFLyQUHDFFLRQDULD\VHFWDULD
ILQDQFLDGDSRUORVLPSHULDOLVWDVTXHPiVWDUGHDWHQWDUtDFRQWUDFLYLOHVVHUELRVLQRFHQWHV/RV
NXUGRVQRSXHGHQGHMDUVHHQJDxDU\GHEHQXQLUVHDODUHVLVWHQFLDFRQWUDODRFXSDFLyQ
LPSHULDOLVWD
'LYLGLU,UDTLUtDHQFRQWUDGHORVLQWHUHVHVGHWRGDODSREODFLyQLUDTXt'HELOLWDUtDVHULDPHQWH
ODOXFKDGHOLEHUDFLyQQDFLRQDOFRQWUDHOLPSHULDOLVPR$IRUWXQDGDPHQWHGHVSXpVGH
JHQHUDFLRQHVGHOXFKDFRQWUDHOLPSHULDOLVPRVHKDIRUMDGRXQDFRQFLHQFLDQDFLRQDOLUDTXtTXH
QRVHGHVWUXLUiIiFLOPHQWH/DPD\RUtDGHORVLUDTXtHVVHVLHQWHQLUDTXtHVLQGHSHQGLHQWHPHQWHGH
ODVGLIHUHQFLDVUHOLJLRVDVOLQJtVWLFDV\FXOWXUDOHV(VWRVHSXGRYHUHQODODUJDJXHUUDHQWUH,UiQH
,UDTGRQGHPX\SRFRVLUDTXtHVFKLtHVDSR\DURQD,UiQGRQGHORVFKLtHVLUDQtHVFRQVWLWX\HQOD
DSODVWDQWHPD\RUtD$SHVDUGHWRGRVORVHVIXHU]RVGHORVLPSHULDOLVWDVGHVHPEUDUGLYLVLyQHQODV
ILODVGHOPRYLPLHQWRGHOLEHUDFLyQQDFLRQDOWDQWRFKLtHVFRPRVXQQtHVKDQSDUWLFLSDGRHQOD
LQVXUUHFFLyQFRQWUDHOLQYDVRUH[WUDQMHUR
/D~QLFDDOWHUQDWLYDSDUDJDUDQWL]DUHOSOHQRGHUHFKRDODDXWRGHWHUPLQDFLyQGHODV
QDFLRQDOLGDGHVTXHFRPSRQHQ,UDT\DODPLVPRWLHPSRDVHJXUDUXQDH[LVWHQFLDIUDWHUQDO\
XQLGDGHOSXHEORLUDTXtOLEUHGHODH[SORWDFLyQ\ODEDUEDULHFDSLWDOLVWDHVXQ,UDTVRFLDOLVWD

/DVHOHFFLRQHVIDUVD
/DYHUGDGHUDUD]yQSRUODTXHORVLQVXUJHQWHVVHRSXVLHURQDODVHOHFFLRQHVIXHSRUTXH
VXSRQtDQXQDPHQWLUD\XQHQJDxRDOSXHEORLUDTXt\ODRSLQLyQS~EOLFDPXQGLDO/DVHOHFFLRQHV
QRSUHWHQGtDQLQWURGXFLUXQDYHUGDGHUDGHPRFUDFLD¢&yPRSXHGHQLQJXQDSHUVRQDVHUOLEUHFRQ
XQDERWDH[WUDQMHUDHQHOFXHOOR"(OREMHWLYRUHDOGHODVHOHFFLRQHVHUDEDVWDQWHFODUROHJLWLPDUOD
LQYDVLyQGH,UDTHQFDEH]DGDSRU((88\GLVIUD]DUODFUXHOUHDOLGDGGHODRFXSDFLyQH[WUDQMHUD
EDMRODIDFKDGDGHXQDDGPLQLVWUDFLyQWtWHUH
$TXHOORVLUDTXtHVTXHIXHURQDORVFROHJLRVHOHFWRUDOHVWHQtDQPX\SRFDLGHDGHDTXLpQ
HVWDEDQHOLJLHQGRSDUDORVHVFDxRVGHODDVDPEOHDQDFLRQDO\ODVDVDPEOHDVSURYLQFLDOHV
&RPRODPD\RUtDGHORVSDUWLGRVTXHVHSUHVHQWDURQDODVHOHFFLRQHVKDQWHQLGRTXH
PDQWHQHUHQVHFUHWRORVQRPEUHVGHWRGRVVXVFDQGLGDWRVH[FHSWRORVPiVYHWHUDQRVODJHQWHQR
VDEtDSRUTXLHQLEDDYRWDU
/DFXHVWLyQSULQFLSDOHVTXHODVHOHFFLRQHVHQ,UDTKDQVLGRXQIUDXGHJLJDQWHVFR\FUXHO
$TXHOORVLUDTXtHVTXHYRWDURQORKDFtDQSRUODSD]HOHPSOHR\ODYLYLHQGD9RWDURQSRUOD
DXWRGHWHUPLQDFLyQ\SDUDHFKDUDORVRGLDGRVRFXSDQWHVH[WUDQMHURV3HURFRQHODFWXDOJRELHUQR
QRFRQVHJXLUiQQLQJXQDGHHVWDVFRVDV
((88KDEODGHGHPRFUDFLD3HURGHPRFUDFLDVLJQLILFDTXHODVSHUVRQDVSXHGHQGHFLGLU
OLEUHPHQWHTXLpQOHVJRELHUQD\GHWHUPLQDUVXSURSLRGHVWLQR
(OHMpUFLWR\ODSROLFtDVRQGRVDSR\RVIXQGDPHQWDOHVSDUDFXDOTXLHUJRELHUQREXUJXpV
¢&yPRSXHGHXQJRELHUQRGHFLUTXHHVOLEUHVLQRWLHQHXQDIXHU]DSURSLDSDUDGHIHQGHUOHR
SRQHUHQSUiFWLFDVXVGHFLVLRQHV"/RVHVWDGRXQLGHQVHVVHDVHJXUDUiQTXHPDQWLHQHQILUPHPHQWH
HQVXVPDQRVHOFRQWUROGHODVHJXULGDG(VWRVLJQLILFDTXH:DVKLQJWRQVHUiTXLHQPDQWHQJDHO
SRGHUHVWDWDOQRHOJRELHUQRGH%DJGDG
8QHMHPSORORKHPRVWHQLGRFXDQGRHOQXHYRSUHVLGHQWHLUDTXtHONXUGR-DODO7DOLEDQL
DQXQFLyHQHOPHVGHDEULOGHXQDDPQLVWtDSDUDORVSUHVRV6HJ~Q7DOLEDQLVyORTXHGDUtDQ
H[FOXLGRVGHODDPQLVWtDORVLPSOLFDGRVHQPDWDQ]DGHFLYLOHV,QPHGLDWDPHQWH((88VHKD
RSXHVWR\DTXHHOORVTXLHUHQTXHWDPELpQTXHGHQIXHUDORVLQWHJUDQWHVGHODJXHUULOODTXHKDQ
DWDFDGRDVXVVROGDGRV
6HJ~QHOSHULRGLVWD'DKU-DPDLOHOHMpUFLWRHVWDGRXQLGHQVHPDQGDWDQWRDOD*XDUGLD
1DFLRQDO,UDTXtFRPRDODSROLFtD6LHOHMpUFLWRHQWUDHQXQDFRPLVDUtD\SURQXQFLDODVSDODEUDV
PiJLFDV7RPDPRVHOPDQGRODSROLFtDQRSXHGHKDFHUQDGDKDVWDTXHVHPDUFKHQ
((88QRKDOOHJDGRD,UDTSDUDGDUOHHOSRGHUDXQJRELHUQRWtWHUHTXHYDDHVWDUVRPHWLGRD
XQDVSUHVLRQHVSRUSDUWHGHODSREODFLyQTXHGLItFLOPHQWHVRSRUWDUi3RUHVRHOHMpUFLWR
HVWDGRXQLGHQVHGHVGHHOSXQWRGHYLVWDGHORVLQWHUHVHVGHODEXUJXHVtDQRUWHDPHULFDQDQRSXHGH
LUVHGH,UDT6yORVDOGUiGHOSDtVVLHVGHUURWDGR<HVDGHUURWDQRVHGDUiDWUDYpVGHHOHFFLRQHV
VLQRGHXQDOXFKDDELHUWDHQODVFDOOHVGHODVSULQFLSDOHVFLXGDGHV\HQODVLQVWDODFLRQHV
LQGXVWULDOHVGHOSDtV

'HVPRUDOL]DFLyQHQWUHORVVROGDGRVRFXSDQWHV
/DEUXWDOLGDGGHODJXHUUD\VREUHWRGRODDFWLWXGGHUHFKD]RGHODSREODFLyQKDFLDXQRV
VROGDGRVTXHVHFUH\HURQTXHOHVUHFLELUtDQFRQORVEUD]RVDELHUWRVHVWiSURYRFDQGR
GHVPRUDOL]DFLyQHQWUHORVVROGDGRV(O3HQWiJRQRKDUHFRQRFLGRODGHVHUFLyQGHVROGDGRV
HVWDGRXQLGHQVHVHQ,UDTKDVWDDEULOGH7DPELpQKD\GHVHUFLRQHVHQHOHMpUFLWREULWiQLFR
8QWHUFLRGHODVWURSDVHVWDGRXQLGHQVHVHQ,UDTVRQUHVHUYLVWDV\JXDUGLDVQDFLRQDOHV(O
GLDULR6DQ)UDQFLVFR&KURQLFOHSXEOLFyORVUHVXOWDGRVGHXQDHQFXHVWDHOGHPDU]RSDVDGR(Q
HOODVHGHFtDTXHHOGHORVHQFXHVWDGRVFDUDFWHUL]DEDQODPRUDOGHORVVROGDGRVFRPRµEDMD
RPX\EDMD¶/RVSUREOHPDVVRQPiVSURQXQFLDGRVHQWUHORVVROGDGRVUDVRV\ORVUHVHUYLVWDV
&DVLHOGHORVVROGDGRVGLMHURQTXHODGLUHFFLyQGHVXEDWDOOyQHUDSREUHRPRVWUDEDXQD
DXVHQFLDGHSUHRFXSDFLyQSRUORVVROGDGRV(OHVWXGLRIXHLQLFLDGRSRUHOHMpUFLWRGHVSXpVGH
YDULRVVXLFLGLRVTXHFUHDURQSUHRFXSDFLyQSRUODVDOXGPHQWDOGHORVVROGDGRVHQ,UDT(O
3HQWiJRQRHVWiPX\SUHRFXSDGRSRUTXHORVPiVTXHIUHFXHQWHV\ODUJRVYLDMHVGHFRPEDWH
LQFLWHQDPiVVROGDGRVDVDOLUGHOHMpUFLWRTXHDUHDOLVWDUVHHVSHFLDOPHQWHVLODPLVLyQHVHQ,UDT
R$IJDQLVWiQ
0XFKRVLOHJDOHVHQ((88VHHQURODEDQHQHOHMpUFLWRFRPRXQDIRUPDGHORJUDUOD
QDFLRQDOLGDG\VHFDOFXODTXHXQRVGHORVVROGDGRVGH((88HQ,UDTWLHQHQHVWDV
FDUDFWHUtVWLFDV'HORVPiVGHVROGDGRVGH((88PXHUWRVQRHUDQWRGDYtDFLXGDGDQRV
HVWDGRXQLGHQVHV$KRUDHOQ~PHURGHHVWRVH[WUDQMHURVTXHVHHQURODQHQHOHMpUFLWRHVWi
GLVPLQX\HQGR3RUHMHPSOROD,QLFLDWLYD0H[LFDQDFRQWUDOD*XHUUDKL]RXQOODPDPLHQWRDOD
GHVHUFLyQGHORVKLVSDQRVTXHLQWHJUDQHOHMpUFLWRHVWDGRXQLGHQVH'HPRPHQWRVHKDORJUDGRXQ
GHVFHQVRGHXQGHUHFOXWDVPH[LFDQRVHQHODxRHQFRPSDUDFLyQFRQHODxRDQWHULRU
&LHQWRVGHVROGDGRVHVWDGRXQLGHQVHVKDQSHUGLGRODYLGDPLOHVHVWiQPXWLODGRV\
DJRQL]DQGRRFXOWRVHQKRVSLWDOHVPLOLWDUHVHQ$OHPDQLD\RWUDVSDUWHV/RVROHRGXFWRVVRQ
VDERWHDGRVORVFRQYR\HVDWDFDGRV
/DDXVHQFLDGHEDVHVVRFLDOHVSDUDODVIXHU]DVRFXSDQWHVVHUHIOHMDHQVXIUDFDVRDODKRUDGH
RUJDQL]DUXQDIXHU]DPLOLWDULUDTXtILDEOHSDUDWUDEDMDUDOODGRGHODVWURSDVEULWiQLFDV\
HVWDGRXQLGHQVHV/DDGPLQLVWUDFLyQQRUWHDPHULFDQDGLFHTXHKDUHFOXWDGRDLUDTXtHVSDUD
HVWHSURSyVLWR3HURPXFKRVLQIRUPHVVREUHHOWHUUHQRGLFHQTXHODFLIUDUHDOHVWiSUy[LPDDORV
$GHPiVVyORXQDIUDFFLyQGHHVWHQ~PHURKDFRPSOHWDGRXQHQWUHQDPLHQWRVHULR
3UREDEOHPHQWHQRPiVGHVROGDGRVLUDTXtHVSURFRDOLFLyQSRGUtDQVHUFRQVLGHUDGRVHQHO
PRPHQWRDFWXDOXQDIXHU]DGHFRPEDWH

µ7RGRHOSHUVRQDOPLOLWDUGHEHUtDQHJDUVHDOXFKDU¶
/DVGHVHUFLRQHVDXPHQWDUiQFRPRSDVyHQ9LHWQDP6WHYH0RUVHGHO*,5LJKWV+RWOLQH
/tQHDGHDWHQFLyQDORVGHUHFKRVGHVROGDGRVDILUPDTXHHOQ~PHURGHOODPDGDVTXHKDQ
UHFLELGRKDSDVDGRGHHQDPiVGHHQ$SUR[LPDGDPHQWHHO
FRUUHVSRQGHQDVROGDGRVTXHKDQGHVHUWDGRRHVWiQSHQVDQGRHQGHVHUWDU
(OVROGDGRHVWDGRXQLGHQVHYHWHUDQRGHDxRV&DUO:HEETXHGHVHUWyFRPHQWD(VWDHV
XQDJXHUUDSRUHOSHWUyOHR\ORVEHQHILFLRV&UHRTXHHVWDJXHUUDQRHVSDUDOLEHUDUDOSXHEOR
>LUDTXt@VLQRSDUDRSULPLUOR&XDQGRHQDJRVWRVXXQLGDGGHOD*XDUGLD1DFLRQDOOHDQXQFLyTXH
HPSH]DEDODLQVWUXFFLyQ:HEEQRDFXGLy/RPLVPRKL]RFXDQGRVXXQLGDGSDUWLyD,UDTHQ
HQHUR$KRUDHVXQIXJLWLYR$XQTXHHOJRELHUQR>GH((88@QRDFWXDUDGHIRUPDLOHJDODO
XWLOL]DUDORVUHVHUYLVWDVDOD*XDUGLD1DFLRQDO\DORVMXELODGRVFRPRHVWiKDFLHQGR\RVHJXLUtD
RSRQLpQGRPHDODJXHUUD&UHRTXHWRGRHOSHUVRQDOPLOLWDUGHEHUtDQHJDUVHDOXFKDUHQHVWD
JXHUUDGHOLPSHULDOLVPR
2WURVROGDGRTXHKDVLGRPX\FRQRFLGRSRUVXRSRVLFLyQDODJXHUUDKDVLGRHOVDUJHQWRGH
DxRV&DPLOR0HMtDTXHIXHSXHVWRHQOLEHUWDGHOGHIHEUHURGHGHVSXpVGHVHU
FRQGHQDGRDXQDxRGHSULVLyQPLOLWDUSRUQHJDUVHDYROYHUD,UDT/DMXVWLILFDFLyQGHHVWD
JXHUUDHVHOGLQHUR\QLQJ~QVROGDGRGHEHUtDLUD,UDT\GDUVXYLGDSRUSHWUyOHR8QRGH
QXHVWURVVDUJHQWRVGLVSDUyDXQQLxRTXHOOHYDEDXQULIOH$./RVRWURVGRVQLxRVTXHLEDQ
FRQpOVDOLHURQFRUULHQGRFXDQGRHOQLxRKHULGRHPSH]yDDUUDVWUDUVHWUDWDQGRGHVDOYDUODYLGD
8QVHJXQGRGLVSDURORGHWXYRDXQTXHVHJXtDFRQYLGD&XDQGRXQLUDTXtWUDWyGHOOHYDUORDXQ
KRVSLWDOFLYLOXQRVPpGLFRVDUPDGRVGHQXHVWUDXQLGDGOHLQWHUFHSWDURQHLQVLVWLHURQHQOOHYDUDO
FKLFRDXQFRPSOHMRPLOLWDU$OOtVHOHQHJyDVLVWHQFLDPpGLFDSRUTXHVHVXSRQtDTXHXQDXQLGDG
GLIHUHQWHLEDDWUDWDUDORVKHULGRVGHQXHVWUDXQLGDG(OFKLFRPXULyGHVSXpVGHTXHRWUDXQLGDG
VHQHJDUDDWUDWDUOR
(OHMpUFLWRQRHVWiDLVODGRGHODVRFLHGDGDOFRQWUDULRHVXQUHIOHMRGHHOOD+HPRVYLVWRXQD
SHTXHxDPLQRUtDGHDVHVLQRV\SVLFySDWDVHQ$EX*KUDLETXHQRVRQPiVTXHFDUQHGHFDxyQGH
ORVPDQGRVUHDFFLRQDULRV(QHORWURH[WUHPRKD\VROGDGRVKRQHVWRV\FRQODPHQWHDELHUWDD
SRVWXUDVGHL]TXLHUGDVLQFOXVRUHYROXFLRQDULDVFRPRYLPRVHQ9LHWQDP*UDFLDVDXQRGHHVWRV
VDOLHURQDODOX]ODVIRWRVGHODVWRUWXUDVDSHVDUGHOSHOLJURTXHSRGtDVXSRQHUSDUDpO(QPHGLR
GHDPERVVHFWRUHVHVWiODJUDQSDUWHGHOHMpUFLWR(ODPELHQWHHQWUHpVWRVVHSXHGHPROGHDUVHJ~Q
ODVFLUFXQVWDQFLDV8QDGHODVSUHVLRQHVPiVIXHUWHVTXHYDQDUHFLELUDGHPiVGHOSURSLRRGLRGHO
SXHEORLUDTXtHVODUDGLFDOL]DFLyQFRQWUDODJXHUUDHQ(VWDGRV8QLGRV/DVHQFXHVWDV\DKDEODQ
GHXQDPD\RUtDHQFRQWUDGHODJXHUUD\DIDYRUGHODVDOLGDGHODVWURSDV(VWRYDDFRQHFWDUFRQ
ODPD\RUtDGHVROGDGRVTXHYLYHQHQFRQGLFLRQHVGHH[WUHPDWHQVLyQ9HWHUDQRVGH,UDT&RQWUDOD
*XHUUDKL]RS~EOLFDODGHQXQFLDGHORVIDPLOLDUHVGHVROGDGRVTXHKDEtDQVLGRGHWHQLGRVSRU
QHJDUVHDFXPSOLUXQDPLVLyQVXLFLGD'LFKDPLVLyQWUDWDEDGHWUDQVSRUWDUFDPLRQHVFLVWHUQDHQ
PDOHVWDGRFDUJDGRVGHFRPEXVWLEOHSRUXQDGHODVFDUUHWHUDVPiVSHOLJURVDVTXHURGHDQ%DJGDG
(VWDHVODVHJXULGDGTXHSURSRUFLRQDQDVXVSURSLRVVROGDGRV

3URWHVWDVDQWHVTXHHQ9LHWQDP
$XQTXHWRGDYtDQRKD\WDQWRVGHVHUWRUHV\VROGDGRVFRPRHQHOPRPHQWRGHPiVIXHU]DGHO
PRYLPLHQWRHVWDGRXQLGHQVHFRQWUDODJXHUUDGH9LHWQDPDSULQFLSLRVGHORVVHWHQWDORVVROGDGRV
\VXVIDPLOLDVVHHVWiQRUJDQL]DQGRHQFRQWUDGHODLQWHUYHQFLyQHQ,UDTPXFKRDQWHVGHTXHOR
KLFLHUDQVXVKRPyORJRVKDFHFDVLFXDUHQWDDxRV(QMXOLRGHVyORXQDxR\PHGLRGHVSXpV
GHTXHHPSH]DUDODJXHUUDVHIXQGy9HWHUDQRVGH,UDT&RQWUDGHOD*XHUUD3RUHOFRQWUDULR
9HWHUDQRVGH9LHWQDP&RQWUDOD*XHUUDVHIXQGyHQDEULOGHXQRVFLQFRDxRVGHVSXpVGH
TXHHPSH]DUDRILFLDOPHQWHHOFRQIOLFWR<DGLIHUHQFLDGHORTXHRFXUULyGXUDQWHOD*XHUUDGH
9LHWQDPODVIDPLOLDVGHORVVROGDGRVKDQHVWDGRHQODSULPHUDOtQHDGHODVPDQLIHVWDFLRQHVHQ
FRQWUDGHODLQYDVLyQGH,UDT0iVGHSHUWHQHFHQ\DD0LOLWDU\)DPLOLHV6SHDN2XW
)DPLOLDUHVGHORV6ROGDGRV+DEODQ&ODURTXHVHIRUPyHQQRYLHPEUHGHFXDWURPHVHV
DQWHVGHTXH((88LQYDGLHUD,UDT$OJRKLVWyULFR
6LHVWRVXFHGLyHQ((88DQWHV\GXUDQWHODJXHUUDHQHOUHVWRGHOPXQGRORTXHKXERIXH
XQDH[SORVLyQFRQWUDODLQWHUYHQFLyQLPSHULDOLVWD\ODRFXSDFLyQSRVWHULRU3RGHPRVGHFLUVLQ
WHPRUDHTXLYRFDUQRVTXHODVPRYLOL]DFLRQHVGHOViEDGRGHIHEUHURGHIXHURQHO
PRYLPLHQWRDQWLLPSHULDOLVWDPiVJUDQGHTXHODKLVWRULDKD\DYLYLGR'HFHQDVGHPLOORQHVGH
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UHFLHQWHVFHOHEUDFLRQHVDFRPSDxDGDVSRUWRGDXQDVHULHGHGRFXPHQWDOHVGHWHOHYLVLyQKDQUHDYLYDGRODV
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/DVFHOHEUDFLRQHVRILFLDOHVGHO'tD'IXHURQFRPRXQDHODERUDGDSLH]DWHDWUDO&RPRHQHOWHDWURWRGRHVWXYR
FXLGDGRVDPHQWHHQVD\DGR\RUTXHVWDGR(VWHDxRHOSDSHOGHHPSUHVDULRORMXJyKDELOLGRVDPHQWH-DFTXHV&KLUDF
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6tFRQPRYHGRUSHURWDPELpQXQSRFRVRUSUHQGHQWH'HVSXpVGHWRGRVHWUDWDEDGHOVHVHQWDDQLYHUVDULR(QHO
FLQFXHQWDDQLYHUVDULRTXHHVXQDIHFKDPiVOyJLFDSDUDODVFHOHEUDFLRQHVHOHVFHQDULRIXHEDVWDQWHGLIHUHQWH/DV
FHOHEUDFLRQHVHQWRQFHVIXHURQDXQDHVFDODPXFKRPHQRU/DVFHOHEUDFLRQHVRILFLDOHVSUiFWLFDPHQWHVHOLPLWDURQ
DXQSXxDGRGHGLJQDWDULRV0XFKRVGHHOORVIXHURQDFRUGRQDGRVSDUDVHSDUDUOHVGHOS~EOLFR
¢&XiOHVODGLIHUHQFLDHQHVWDRFDVLyQ"&ODUDPHQWHHVWiPiVHQMXHJRTXHODPHPRULDKLVWyULFD7LHQHPiVTXH
YHUFRQQXHVWURVSURSLRVWLHPSRV\HOKHFKRGHTXHGHVSXpVGHOHQIUHQWDPLHQWRHQWUH(XURSD\((88FRQ
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0ROHVWRSRUODVFUtWLFDVQRUWHDPHULFDQDVGHLQJUDWLWXGHOJRELHUQRIUDQFpVHVWiLQWHQWDQGRGHPRVWUDUVX
FRPSURPLVRVLQFHURFRQOD$OLDQ]DGHO$WOiQWLFR1RUWH(ODQLYHUVDULRGHO'tD'IXHODH[FXVDSHUIHFWD
0XFKRVDQWLJXRVVROGDGRVHVWDGRXQLGHQVHVTXHYLVLWDURQ)UDQFLDGXUDQWHODV~OWLPDVVHPDQDVVLQGXGD
TXHGDURQVLQFHUDPHQWHFRQPRYLGRVDQWHODELHQYHQLGDTXHUHFLELHURQGHODSREODFLyQIUDQFHVDQRUPDOTXHDVX
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/DLQYDVLyQDWUDYpVGHO&DQDOHQHOYHUDQRGHIXHVLQGXGDXQDKD]DxDLQPHQVDGHSODQLILFDFLyQPLOLWDU
TXHQHFHVLWyGHXQRVUHFXUVRV\PDQRGHREUDFRORVDOHV/RVDOHPDQHVKDEtDQIRUWLILFDGRODOtQHDFRVWHUDFRQ
E~QNHUHV\DUWLOOHUtDXQHQRUPHVLVWHPDGHIHQVLYRFRQRFLGRFRPR0XUR$WOiQWLFR$SHVDUGHORVGXURV
ERPEDUGHRVODVIXHU]DVDOHPDQDVPDQWHQtDQXQDIXHU]DFRQVLGHUDEOH0HVRUSUHQGLyYHUTXHLQFOXVRKR\YDULRV
E~QNHUHVDOHPDQHVFRQDOJXQDVDUPDVGHQWURD~QVHPDQWLHQHQHQSLHGHVDILDQGRHOWLHPSRFRPRVLIXHUDQ
JURWHVFRVFDVWLOORVDUUXLQDGRVURGHDGRVGHORVFUiWHUHVSURYRFDGRVSRUODVERPEDV
3HURODKLVWRULDGHODJXHUUDGHPXHVWUDTXHODVPXUDOODV\ORVE~QNHUHVVRQSRFR~WLOHVVLQRKD\IXHU]DVVHULDV
SDUDGHIHQGHUORV(Q)UDQFLDVHVHQWtDVHJXUDGHWUiVGHODVGHIHQVDVVXSXHVWDPHQWHLQTXHEUDQWDEOHVGHOD
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TXHVHGHEtDDWDFDUGXUDPHQWHDORVLQYDVRUHVPLHQWUDVTXHpVWRVD~QHVWDEDQHQODVSOD\DV\HPSXMDUORVDOPDU
(VWRUHTXHUtDEOLQGDGRVPyYLOHV\QRXQDVGHIHQVDVHVWiWLFDV'HVJUDFLDGDPHQWH5XQGVWHGWVDEtDTXHVXVIXHU]DV
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9RONVGHXWVFKHJSURFHGHQWHGH(XURSDGHO(VWH,QFOXVRKDEtDSULVLRQHURVGHJXHUUDVRYLpWLFRVDUPHQLRV
JHRUJLDQRVFRVDFRV\RWURVJUXSRVTXHRGLDEDQDORVUXVRV\TXHUtDQYHUOLEUHVXSDWULDGHFRPXQLVPR(O
DUPDPHQWRGHODVGLYLVLRQHVFRVWHUDVHUDWDPELpQGHVHJXQGDILODODPD\RUtDIDEULFDGRHQHOH[WUDQMHUR\
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$ODUPDGRDQWHODSHUVSHFWLYDGHXQDLQYDVLyQDOLDGDGH)UDQFLD+LWOHUHQYLyDVXJHQHUDOPiVIDPRVRHO
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WDPELpQHVSHUDEDTXHVXSUHVHQFLDFDOPDUtDDODRSLQLyQS~EOLFDDOHPDQD\SUHRFXSDUtDDORVDOLDGRV3HUR
5RPPHOVHTXHGyFRQPRFLRQDGRDOYHUODUHODWLYDGHELOLGDGGHODVGHIHQVDVDOHPDQDV\SDUWLFXODUPHQWHSRUOD
DXVHQFLDGHIXHU]DVHIHFWLYDVGHOXFKD
5RPPHOVHTXHGyFRQVWHUQDGRDQWHORTXHHQFRQWUy4XHGyFRQPRFLRQDGRSRUODDXVHQFLDGHXQSODQ
HVWUDWpJLFRJOREDO$OSULQFLSLRGHVFDUWyODLGHDGHOD0XUDOOD$WOiQWLFDFDWDORJiQGRODGHSURGXFWRGHOD
LPDJLQDFLyQGH+LWOHUODOODPy%DELD:RONHQNXFNVKHLP,QVSHFFLRQyODVWURSDV\YLRTXHDSHQDVHUDQODV
DGHFXDGDV'HVHFKyDOD$UPDGD\ODIXHU]DDpUHDSRUVHUFDVLLQ~WLOHVOD/XIWZDIIHSRGUtDUHXQLUDQRPiVGH
DYLRQHVGHFRPEDWH~WLOHVIUHQWHDORVPLOHVGHDYLRQHVEULWiQLFRV\HVWDGRXQLGHQVHVTXHVHHVSHUDEDVXUFDUDQORV
FLHORVFXDQGRHPSH]DUDODLQYDVLyQGHODVSOD\DVOD$UPDGDVyORWHQtDXQSXxDGRGHEDUFRV
'DGDODPDQLILHVWDGHELOLGDGGHODVIXHU]DVDOHPDQDV5RPPHOQRHQFRQWUyRWUDDOWHUQDWLYDTXHFHQWUDUODV
IXHU]DVHQGHWHQHUDORVLQYDVRUHVDOERUGHGHODJXD3RUVXH[SHULHQFLDHQHOQRUWHGHÈIULFDHVWDEDFRQYHQFLGR
GHTXHORVDYLRQHVGHFRPEDWH\ERPEDUGHURVDOLDGRVGHVFDUWDUtDQFXDOTXLHUPRYLPLHQWRDJUDQHVFDODGHODV
WURSDVDOHPDQDV\DTXHHVSHUDUtDQFRQWUDDWDFDUFRQWUDXQDFDEH]DGHSOD\DHVWDEOHFLGD,EtGSiJ
/D~QLFDSRVLELOLGDGSDUDORVDOHPDQHVHUDGHWHQHUODLQYDVLyQHQODVSOD\DV&RPRGHPXHVWUDQODVOtQHDV
DQWHULRUHVHVWDWiFWLFDHVWDEDGHWHUPLQDGDSRUODGHELOLGDG\QRSRUODIRUWDOH]D/RVDOHPDQHVFRQFHQWUDURQVXV
PHMRUHVIXHU]DVSDUDHVWHSURSyVLWRFRQUHVXOWDGRVOHWDOHV&HUFDGH6DLQW/DXUHQWWRGDYtDVHSXHGHYHUGHQWURGH
XQE~QNHUXQSRGHURVRFDxyQDQWLWDQTXHGHPLOtPHWURV'HVGHHVWDSRVLFLyQHVWUDWpJLFDFRQXQDOFDQFHTXH
DEDUFDEDWRGDODSOD\DGH2PDKDHVIiFLOLPDJLQDUHOHIHFWRGHYDVWDGRUGHHVWDVDUPDVFRPELQDGRFRQHOIXHJR
LQFHVDQWHGHODVDPHWUDOODGRUDVDSXQWDQGRKDFLDODRULOODGHVWUX\HQGRORVWDQTXHV\PDWDQGRDXQPRQWyQGH
VROGDGRV
(UDWDOODLQWHQVLGDGGHOIXHJRDOHPiQTXHXQFRPDQGDQWHQDYDOGHVHPEDUFySUHPDWXUDPHQWHWDQTXHV
6KHUPDQVXSXHVWDPHQWHDQILELRVGHPDVLDGROHMRVGHODVDJXDVHQFDOPD\FHUFDGHODSOD\DGHHVWRVWDQTXHV
IXHURQGLUHFWDPHQWHDOIRQGRGHOPDUFRQWRGDVVXVWULSXODFLRQHV(VWRGHMyDORVKRPEUHVGHO5HJLPLHQWRVLQ
ORVWDQTXHVYLWDOHVSDUDFXEULUOHVFXDQGRHVWXYLHUDQHQODSOD\D6yORHOSULPHUGtDPXULHURQGHVDSDUHFLHURQR
FD\HURQKHULGRVPiVGHVROGDGRVHVWDGRXQLGHQVHV\EULWiQLFRV
$SHVDUGHODVHQRUPHVSpUGLGDVVXIULGDVHQODVSOD\DVGH1RUPDQGtDXQDYH]GHVHPEDUFDURQODVIXHU]DV
EULWiQLFDV\HVWDGRXQLGHQVHVHOUHVXOWDGRHUDXQDFRQFOXVLyQLQHYLWDEOH/DVIXHU]DVDOHPDQDVHUDQGHPDVLDGR
GpELOHVSDUDRIUHFHUXQDUHVLVWHQFLDHIHFWLYD/DUD]yQGHHVWDODPHQWDEOHVLWXDFLyQHVWiFODUD+LWOHUKDEtDHVWDGR
DJRWDQGRODVUHVHUYDVHVWDFLRQDGDVHQ)UDQFLDSDUDKDFHUIUHQWHDODVHQRUPHSpUGLGDVTXHKDEtDWHQLGRHQHO
IUHQWHUXVR

,QWULJDVLPSHULDOLVWDV
(OGHVHPEDUFRGH1RUPDQGtDIXHXQDRSHUDFLyQPLOLWDULPSUHVLRQDQWH\FRVWRVDSHURQRVHSXHGHFRPSDUDU
FRQODHVFDODGHODRIHQVLYDGHO(MpUFLWR5RMRHQHO(VWH(VWRHUDDOJRREYLRSDUDFXDOTXLHUDTXHWXYLHUDHOPiV
PtQLPRFRQRFLPLHQWRGHOGHVDUUROORGHODJXHUUDLQFOXLGRVORVFRPDQGDQWHVDOLDGRV\ORVJRELHUQRVDORVTXH
UHSUHVHQWDEDQ(QDJRVWRGHHO(VWDGR0D\RU&RQMXQWRGH((88HODERUyXQGRFXPHQWRTXHGHFtDOR
VLJXLHQWH
(QOD,,*XHUUD0XQGLDO5XVLDRFXSDXQDSRVLFLyQGRPLQDQWH\HVHOIDFWRUGHFLVLYRVLVHEXVFDODGHUURWDGHO
(MHHQ(XURSD0LHQWUDVTXHHQ6LFLOLDODVIXHU]DVGH*UDQ%UHWDxD\((88VHHVWiQHQIUHQWDQGRDGRVGLYLVLRQHV
DOHPDQDVHOIUHQWHUXVRHVWiUHFLELHQGRODDWHQFLyQGHDSUR[LPDGDPHQWHGLYLVLRQHVDOHPDQDV&DGDYH]TXH
ORVDOLDGRVDEUDQXQVHJXQGRIUHQWHHQHOFRQWLQHQWHpVWHVHUiXQIUHQWHVHFXQGDULRSRUTXH5XVLDFRQWLQXDUi
FHQWUDQGRWRGDVODVIXHU]DV6LQ5XVLDHQODJXHUUDHO(MHQRSXHGHVHUGHUURWDGRHQ(XURSD\ODSRVLFLyQGHODV
1DFLRQHV8QLGDVVHKDYXHOWRSUHFDULD&LWDGRHQ96LSROV7KH5RDGWR*UHDW9LFWRU\S
(VWDVSDODEUDVH[SUHVDQFRQFHUWH]DODYHUGDGHUDVLWXDFLyQTXHH[LVWtDHQHOPRPHQWRGHOGHVHPEDUFRGHO'tD
'3HURXQDYHUVLyQFRPSOHWDPHQWHGLIHUHQWHGHODJXHUUD\IDOVDHVODTXHQRUPDOPHQWHVHKDQHQFDUJDGRGH
FXOWLYDUFRQWLQXDPHQWHORVPHGLRVGHFRPXQLFDFLyQ/DUHDOLGDGHVTXHODJXHUUDFRQWUD+LWOHUHQ(XURSDIXH
XQDOXFKDSULQFLSDOPHQWHHQFDEH]DGDSRUOD8566\HO(MpUFLWR5RMR'XUDQWHODPD\RUSDUWHGHODJXHUUDORV
EULWiQLFRV\ORVHVWDGRXQLGHQVHVSHUPDQHFLHURQFRPRVLPSOHVHVSHFWDGRUHV'HVSXpVGHODLQYDVLyQGHOD8QLyQ
6RYLpWLFDHQHOYHUDQRGH0RVF~SLGLyUHLWHUDGDPHQWHODDSHUWXUDGHXQVHJXQGRIUHQWHFRQWUD$OHPDQLD
3HUR&KXUFKLOOQRVHDSUHVXUyHQFRPSODFHUOH/DUD]yQQRHUDWDQWRPLOLWDUFRPRSROtWLFD
/DSROtWLFD\ODWiFWLFDGHODFODVHGRPLQDQWHEULWiQLFD\HVWDGRXQLGHQVHHQOD6HJXQGD*XHUUD0XQGLDOQR
HVWDEDQHQDEVROXWRGLFWDGDVSRUHODPRUDODGHPRFUDFLD\HORGLRDOIDVFLVPRFRPRODSURSDJDQGDRILFLDOTXLHUH
KDFHUQRVFUHHUVLQRTXHHVWDEDQGLFWDGDVSRUVXVLQWHUHVHVGHFODVH&XDQGR+LWOHULQYDGLyOD8566HQOD
FODVHGRPLQDQWHEULWiQLFDFDOFXODEDTXH$OHPDQLDGHUURWDUtDDOD8QLyQ6RYLpWLFDTXHHQHVWHSURFHVR$OHPDQLD
TXHGDUtDWDQGHELOLWDGDTXHSHUPLWLUtDPDWDUGRVSiMDURVGHXQWLUR(VSUREDEOHTXHORVHVWUDWHJDVGH:DVKLQJWRQ
SHQVDUDQGHXQDIRUPDPiVRPHQRVVLPLODU
 3HURORVSODQHVWDQWRGHORVFtUFXORVGRPLQDQWHVEULWiQLFRVFRPRHVWDGRXQLGHQVHVUHVXOWDURQVHUWRWDOPHQWH
GHIHFWXRVRV(QOXJDUGHVHUGHUURWDGDSRUOD$OHPDQLDQD]LOD8QLyQ6RYLpWLFDOXFKyHLQIOLJLyXQDGHUURWD
GHFLVLYDDORVHMpUFLWRVGH+LWOHU/DFDXVDGHHVWDH[WUDRUGLQDULDYLFWRULDQRSRGUiVHUDGPLWLGDQXQFDSRUORV
GHIHQVRUHVGHOFDSLWDOLVPRSHURHVXQDUHDOLGDGSDWHQWH/DH[LVWHQFLDGHXQDHFRQRPtDQDFLRQDOL]DGD\
SODQLILFDGDGLRDOD8566XQDHQRUPHYHQWDMDHQODJXHUUD$SHVDUGHODSROtWLFDFULPLQDOGH6WDOLQTXHDOLQLFLR
GHODJXHUUDFDVLOOHYDDOD8566DOFRODSVROD8QLyQ6RYLpWLFDIXHFDSD]GHUHFXSHUDUVH\UHFRQVWUXLUVX
FDSDFLGDGLQGXVWULDO\PLOLWDU
6yORHQOD8566IDEULFySLH]DVGHDUWLOOHUtDWDQTXHVDUPDVDXWRSURSXOVDGDV\
DYLRQHVGHFRPEDWH/RVQD]LVFRQWRGRVORVLQJHQWHVUHFXUVRVGH(XURSDWUDVHOORVWDPELpQDXPHQWDURQOD
SURGXFFLyQIDEULFDURQSLH]DVGHDUWLOOHUtDWDQTXHV\DUPDVGHDVDOWR\DYLRQHVGHFRPEDWH
YHU96LSROV,EtGSiJ(VWDVFLIUDVKDEODQSRUVtVRODV/D8566PRYLOL]DQGRHOLQPHQVRSRGHUGHXQD
HFRQRPtDSODQLILFDGDFRQVLJXLySURGXFLUPiVTXHODSRGHURVD:HKUPDFKW(VHHVHOVHFUHWRGHVXp[LWR
+DEtDRWUDUD]yQSDUDODIRUPLGDEOHFDSDFLGDGGHOXFKDGHO(MpUFLWR5RMR+DFHPXFKRWLHPSR1DSROHyQ
LQVLVWtDHQODLPSRUWDQFLDGHFLVLYDGHODPRUDOHQODJXHUUD/DFODVHREUHUDVRYLpWLFDHVWDEDOXFKDQGRSDUD
GHIHQGHUORTXHTXHGDEDGHODVFRQTXLVWDVGHOD5HYROXFLyQGH2FWXEUH$SHVDUGHORVPRQVWUXRVRVFUtPHQHVGH
6WDOLQ\ODEXURFUDFLDODHFRQRPtDQDFLRQDOL]DGDUHSUHVHQWDEDXQDFRQTXLVWDKLVWyULFDHQRUPHFRPSDUDGDFRQOD
EDUEDULHGHOIDVFLVPRODHVHQFLDGHVWLODGDGHOLPSHULDOLVPR\HOFDSLWDOPRQRSROLVWDpVWDHUDXQDFRQTXLVWDSRUOD
TXHPHUHFtDODSHQDOXFKDU\PRULU/DFODVHREUHUDGHOD8566KL]RHVWRDXQDHVFDODHVSDQWRVD
(OYHUGDGHURSXQWRGHLQIOH[LyQGHODJXHUUDIXHODFRQWUDRIHQVLYDVRYLpWLFDGHFXOPLQDQGRHQODEDWDOOD
GH6WDOLQJUDGR\PiVWDUGHHQODD~QPiVGHFLVLYDEDWDOODGH.XUVN'HVSXpVGHXQDIHUR]EDWDOODTXHGXUyXQD
VHPDQDODUHVLVWHQFLDDOHPDQDFRODSVy3DUDIXULDGH+LWOHUTXHKDEtDRUGHQDGRDO6H[WR(MpUFLWROXFKDUKDVWDOD
PXHUWHHOJHQHUDO3DXOXVVHULQGLyDQWHHOHMpUFLWRVRYLpWLFR,QFOXVR&KXUFKLOOHOUDELRVRDQWLFRPXQLVWDWXYR
TXHDGPLWLUTXHHO(MpUFLWR5RMRKDEtDGHVJDUUDGRORVLQWHVWLQRVGHOHMpUFLWRDOHPiQHQ6WDOLQJUDGR
(VWHIXHXQJROSHGHYDVWDGRUSDUDHOHMpUFLWRDOHPiQ$XQTXHQRHVWiQGLVSRQLEOHVODVFLIUDVH[DFWDVSDUHFH
TXHODPLWDGGHORVKRPEUHVGHO6H[WR(MpUFLWRPXULHURQHQFRPEDWHRGHIUtRKDPEUHRHQIHUPHGDG
8QRVFRQVLJXLHURQVDOYDUVHSHURGHORVTXHVHULQGLHURQDSHQDVUHJUHVDURQD$OHPDQLD/D
YLFWRULDUXVDOHVFRVWyPXHUWRVKHULGRVRGHVDSDUHFLGRV(OFXDGURDFXPXODWLYRIXHLQFOXVRPiVQHJUR
(QVyORVHLVPHVHVGHOXFKDGHVGHPHGLDGRVGHQRYLHPEUHGHOD:HKUPDFKWKDEtDSHUGLGR
KRPEUHVDYLRQHVWDQTXHV\SLH]DVGHDUWLOOHUtD0iVGHFLHQGLYLVLRQHVIXHURQGHVWUXLGDVR
GHMDURQGHH[LVWLUFRPRXQLGDGHVHIHFWLYDVGHOXFKD
0DUWtQ*LOEHUWHVFULEHORVLJXLHQWH(QODVSULPHUDVVHPDQDVGHHOUHQDFLGR(MpUFLWR5RMRSDUHFtDHVWDUDO
DWDTXHVHQWRGDVSDUWHV/DRSHUDFLyQ(VWUHOODIXHXQPDVLYRDYDQFHVRYLpWLFRKDFLDHORHVWHGHOUtR'RQ(OGH
IHEUHURORVUXVRVFDSWXUDURQ-DUNRY\PiVDOVXUVHHVWDEDQDSUR[LPDQGRKDFLDHOUtR'QLHSHU0*LOEHUW
6HFRQG:RUOG:DU0XFKRPiVTXHHOGHVHPEDUFRGH1RUPDQGtDODEDWDOODGH.XUVNHQMXOLRGHIXHOD
EDWDOODPiVGHFLVLYDGHOD6HJXQGD*XHUUD0XQGLDO(OHMpUFLWRDOHPiQSHUGLyPiVGHWDQTXHVHQHVWDOXFKD
pSLFD
'HVSXpVGHHVWHJROSHGHYDVWDGRUORVHMpUFLWRVUXVRVFRPHQ]DURQDHPSXMDUKDFLDDWUiVDORVDOHPDQHVGH
QXHYRKDFLDHOIUHQWHRFFLGHQWDO)XHODPD\RURIHQVLYDPLOLWDUGHWRGDODKLVWRULD,QPHGLDWDPHQWHHQFHQGLyODV
OXFHVGHDODUPDHQ/RQGUHV\:DVKLQJWRQ/DYHUGDGHUDUD]yQGHOGHVHPEDUFRGH1RUPDQGtDIXHTXHVLORV
EULWiQLFRV\HVWDGRXQLGHQVHVQRDEUtDQLQPHGLDWDPHQWHXQVHJXQGRIUHQWHHQ)UDQFLDVHKDEUtDQHQFRQWUDGRFRQHO
(MpUFLWR5RMRHQHO&DQDO

/DUD]yQGHOFRQIOLFWR&KXUFKLOO5RRVHYHOW
<DHQHVHPRPHQWRORVFtUFXORVGRPLQDQWHVGH*UDQ%UHWDxD\((88HVWDEDQSUHSDUiQGRVHSDUDHOLQPLQHQWH
FRQIOLFWRHQWUH2FFLGHQWH\OD8566/DYHUGDGHUDUD]yQSRUODTXHVHGLHURQSULVDHQDEULUHOVHJXQGRIUHQWHHQ
IXHGHWHQHUHODYDQFHGHO(MpUFLWR5RMR*HRUJH0DUVKDOOH[SUHVyODHVSHUDQ]DGHTXH$OHPDQLDIDFLOLWDUtD
QXHVWUDHQWUDGDHQHOSDtVSDUDUHSHOHUDORVUXVRV,EtGSiJ
/DVGLIHUHQFLDVHQWUH&KXUFKLOO\5RRVHYHOWVREUHODFXHVWLyQGHO'tD'WHQtDQXQFDUiFWHUSROtWLFR\QRPLOLWDU
&KXUFKLOOTXHUtDFRQILQDUODJXHUUDGHORVDOLDGRVHQHO0HGLWHUUiQHRHQSDUWHFRQXQRMRHQHO&DQDOGH6XH]\OD
UXWDKDFLDOD,QGLDEULWiQLFD\HQSDUWHWDPELpQSRUTXHFRQWHPSODEDODSRVLELOLGDGGHLQYDGLUORV%DOFDQHVSDUD
EORTXHDUDOOtHODYDQFHGHO(MpUFLWR5RMR(QRWUDVSDODEUDVVXVFiOFXORVVHEDVDEDQH[FOXVLYDPHQWHHQORV
LQWHUHVHVHVWUDWpJLFRVGHOLPSHULDOLVPREULWiQLFR\ODQHFHVLGDGGHGHIHQGHUHO,PSHULR%ULWiQLFR$GHPiV
&KXUFKLOOD~QWHQtDODHVSHUDQ]DGHTXH5XVLD\$OHPDQLDTXHGDUDQH[KDXVWRV\TXHHOIUHQWHRULHQWDODFDEDUDHQ
WDEODV
/RVLQWHUHVHVGHORVLPSHULDOLVWDVHVWDGRXQLGHQVHV\EULWiQLFRVHQHVWHDVSHFWRHUDQWRWDOPHQWHFRQWUDGLFWRULRV
:DVKLQJWRQDODYH]TXHHUDIRUPDOPHQWHXQDOLDGRGH/RQGUHVWHQtDHQWRGRPRPHQWRHOREMHWLYRGHXWLOL]DUOD
JXHUUDSDUDGHELOLWDUODSRVLFLyQEULWiQLFDHQHOPXQGR\SDUWLFXODUPHQWHURPSHUVXGRPLQLRFRPSOHWRGH,QGLD\
ÈIULFD$OPLVPRWLHPSRHVWDEDSUHRFXSDGRSRUGHWHQHUHODYDQFHGHO(MpUFLWR5RMR\FRQVHJXLUHOFRQWUROGHOD
GHELOLWDGD(XURSDGHVSXpVGHODJXHUUD(VRH[SOLFDODSULVDGHORVHVWDGRXQLGHQVHVSDUDDEULUXQVHJXQGRIUHQWH
HQ(XURSD\ODIDOWDGHHQWXVLDVPRGH&KXUFKLOOHQHOOR+DUU\.RSNLQNVHOSULQFLSDOUHSUHVHQWDQWHGLSORPiWLFR
GH&KXUFKLOOVHTXHMyGHTXHODVWiFWLFDVGLODWRULDVGH&KXUFKLOOKDEtDQDODUJDGRHOFURQRPHWUDMHGHODJXHUUD
(QDJRVWRGH&KXUFKLOO\5RRVHYHOWVHUHXQLHURQHQ4XpEHFHQPHGLRGHXQDSRGHURVDRIHQVLYDVRYLpWLFD
/DVYLFWRULDVVRYLpWLFDVHQ6WDOLQJUDGR\.XUVNREOLJDURQDORVEULWiQLFRV\QRUWHDPHULFDQRVDDFWXDU(O
LQH[RUDEOHDYDQFHVRYLpWLFRREOLJyD&KXUFKLOODUHFRQVLGHUDUVXSRVLFLyQ'HPDODJDQD&KXUFKLOOFHGLyDQWHODV
LQVLVWHQWHVGHPDQGDVGHOSUHVLGHQWHHVWDGRXQLGHQVH,QFOXVRDVtODDSHUWXUDGHOVHJXQGRIUHQWHVHUHWUDVyKDVWDOD
SULPDYHUDGH
'XUDQWHWRGDODJXHUUDODFRQGXFWDGHORVLPSHULDOLVWDVEULWiQLFRV\HVWDGRXQLGHQVHVHVWXYRGLFWDGDQRSRUOD
QHFHVLGDGGHGHUURWDUDOIDVFLVPR\GHIHQGHUODGHPRFUDFLDVLQRSRUODVFRQVLGHUDFLRQHVFtQLFDVGHODSROtWLFDGH
ODVJUDQGHVSRWHQFLDV/DVGLYLVLRQHVHQWUH/RQGUHV\:DVKLQJWRQVXUJLHURQSRUTXHORVLQWHUHVHVGHOLPSHULDOLVPR
EULWiQLFR\QRUWHDPHULFDQRHUDQGLIHUHQWHVHLQFOXVRDQWDJyQLFRV(OLPSHULDOLVPRQRUWHDPHULFDQRQRTXHUtDTXH
+LWOHUYHQFLHUDSRUTXHHVRKDEUtDFUHDGRXQSRGHURVRULYDOSDUD((88HQ(XURSD3RURWURODGR((88WHQtD
LQWHUpVHQGHELOLWDUDOLPSHULDOLVPREULWiQLFR\DVXLPSHULRSRUTXHTXHUtDVXVWLWXLUD*UDQ%UHWDxDFRPRSULPHUD
SRWHQFLDPXQGLDOGHVSXpVGHODGHUURWDGH$OHPDQLD\-DSyQ
/DGHFLVLyQGHDEULUXQVHJXQGRIUHQWHHQ,WDOLDHVWDEDGLFWDGDSULQFLSDOPHQWHSRUHOWHPRUDTXHGHVSXpVGHO
GHUURFDPLHQWRGH0XVVROLQLHQORVFRPXQLVWDVLWDOLDQRVOOHJDUDQDOSRGHU$VtTXHFXDQGRHO(MpUFLWR5RMR
DUURMyWRGRVXSHVRVREUHOD:HKUPDFKWHQODEDWDOODGH.XUVNORVEULWiQLFRV\HVWDGRXQLGHQVHVHVWDEDQFUX]DQGR
ODVSOD\DVGH6LFLOLD(QYDQR0XVVROLQLSLGLyD+LWOHUTXHOHHQYLDUDUHIXHU]RV\DTXHWRGDODDWHQFLyQGHpVWH
~OWLPRHVWDEDHQHOIUHQWHUXVR
/DDWHQFLyQGH&KXUFKLOOVHFHQWUDEDHQHO0HGLWHUUiQHR(VWDGHFLVLyQHVWDEDGHWHUPLQDGDSRUFRQVLGHUDFLRQHV
HLQWHUHVHVHVWUDWpJLFRVGHOLPSHULDOLVPREULWiQLFR\VXLPSHULR6LQHPEDUJRGHVGHILQDOHVGHTXHGyFODUR
SDUDORVHVWDGRXQLGHQVHVTXHOD8566HVWDEDJDQDQGRODJXHUUDHQHOIUHQWHRULHQWDO\VLQRKDFtDQDOJRHO
(MpUFLWR5RMRGRPLQDUtD(XURSD3RUHVR5RRVHYHOWLQVLVWLyHQODDSHUWXUDGHOVHJXQGRIUHQWHHQ)UDQFLD3RURWUR
ODGR&KXUFKLOOORUHWUDVDEDFRQVWDQWHPHQWH(VWRSURYRFyVHULDVIULFFLRQHVHQWUH/RQGUHV\:DVKLQJWRQ8Q
DUWtFXORSXEOLFDGRUHFLHQWHPHQWHWUDWDHVWDFXHVWLyQ
(OGHVHPEDUFRGH1RUPDQGtDHVWXYRSUHFHGLGRGHXQDFDQWLGDGFRQVLGHUDEOHGHPDQLREUDVSROtWLFDVHQWUHORV
DOLDGRV+XERPXFKRVGHVHQFXHQWURVDQWHODFXHVWLyQGHOPRPHQWRGHOOHYDUORDFDERORVQRPEUDPLHQWRVGHORV
PDQGRV\GyQGHVHWHQGUtDQTXHSURGXFLUH[DFWDPHQWHORVGHVHPEDUFRV/DDSHUWXUDGHOVHJXQGRIUHQWHVH
SRVSXVRXQODUJRSHUtRGRGHWLHPSRLQLFLDOPHQWHHVWDEDSUHYLVWRSDUD\IXHXQDSDUWLFXODUIXHQWHGH
WHQVLyQHQWUHORVDOLDGRV6WDOLQHQSUHVLRQyDORVDOLDGRVRFFLGHQWDOHVSDUDTXHLQLFLDUDQHOµVHJXQGRIUHQWH¶
&KXUFKLOOGHIHQGtDVXUHWUDVRKDVWDSRGHUJDUDQWL]DUODYLFWRULDSUHIHUtDDWDFDUSULPHUR,WDOLD\HOQRUWHGHÈIULFD
KWWSHQF\FORSHGLDWKHIUHHGLFWLRQDU\FRP%DWWOHRI1RUPDQG\
/DVSUHRFXSDFLRQHVGHORVLPSHULDOLVWDVVHH[SUHVDURQDELHUWDPHQWHHQXQDUHXQLyQGHORV(VWDGRV0D\RUHV
&RQMXQWRVEULWiQLFR\QRUWHDPHULFDQRTXHVHFHOHEUyHQ(O&DLURHOGHQRYLHPEUHGH'LMHURQTXHOD
FDPSDxDUXVDKDEtDWULXQIDGRDSHVDUGHWRGDVODVHVSHUDQ]DV\H[SHFWDWLYDV>HVGHFLUODVHVSHUDQ]DVGHORVUXVRV
\ODVH[SHFWDWLYDVGHVXVDOLDGRV@\VXDYDQFHYLFWRULRVRFRQWLQ~D3HUR&KXUFKLOOFRQWLQXDEDGHIHQGLHQGR
SRVSRQHUODRSHUDFLyQ2YHUORUG

&RQIOLFWRVFRQ6WDOLQ
6HGHFLGLyTXHODIHFKDGHODLQYDVLyQVHUtDHOGHPD\RSHURXQDDQRWDFLyQLQFOXLGDHQODVDFWDVGHODUHXQLyQ
GHFtD1RGHEHPRVFRQVLGHUDUVLQHPEDUJR2YHUORUGFRPRXQDIHFKDILMD\DTXHHOHMHGHWRGDQXHVWUD
HVWUDWHJLDSXHGHWDPELpQFDPELDU(QUHDOLGDGODIXHU]DDOHPDQDHQ)UDQFLDGXUDQWHODSUy[LPDSULPDYHUDSRGUtD
FRPRREMHWLYRDJUDQHVFDODVHUDOJRTXHKDJDFRPSOHWDPHQWHLPSRVLEOH2YHUORUG6HUtDLQHYLWDEOHSDUDOL]DUOD
DFFLyQHQRWURVHVFHQDULRV3XEOLF5HFRUG2IILFH3UHP9ROSiJV
¢$TXpRWURVHVFHQDULRVKDFHUHIHUHQFLDDTXt"/DUHVSXHVWDVHHQFXHQWUDHQRWUDDQRWDFLyQWLWXODGD(QWUDGDHQ
ODJXHUUDGH7XUTXtD(QHOODVHGHFtDTXHVL7XUTXtDGHFODUDEDODJXHUUDD$OHPDQLDHVRLQLFLDUtDODVKRVWLOLGDGHV
HQORV%DOFDQHVHLPSOLFDUtDHODSOD]DPLHQWRGH2YHUORUGKDVWDXQDIHFKDTXHSRGUtDVHUHOGHMXOLR,EtG
SiJV(QRWUDVSDODEUDV&KXUFKLOOWRGDYtDHVWDEDFRQFHQWUiQGRVHHQHO0HGLWHUUiQHR\ORV%DOFDQHV$O
UHIHULUVHDHVWR*HRUJH0DUVKDOOGLMRDO(VWDGR0D\RUHVWDGRXQLGHQVHTXHORVEULWiQLFRVSRGUtDQGHVFDUWDU
2YHUORGSDUDHQWUDUHQORV%DOFDQHV-RKQ(KUPDQ*UDQG6WUDWHJ\9RO9DJRVWRVHSWLHPEUHSiJ

/DGLVFXVLyQVREUHHOVHJXQGRIUHQWHFRQWLQXyHQ7HKHUiQGRQGH6WDOLQVHUHXQLyFRQ&KXUFKLOO\5RRVHYHOWHO
GHQRYLHPEUHGH$OGtDVLJXLHQWHWXYROXJDUHOVLJXLHQWHLQWHUFDPELRHQWUH6WDOLQ\&KXUFKLOO
6WDOLQ6LIXHUDSRVLEOHVHUtDEXHQRHPSUHQGHUODRSHUDFLyQ2YHUORUGGXUDQWHHOPHVGHPD\RHOR
&KXUFKLOO1RSXHGRFRPSURPHWHUPHDHVR
6WDOLQ6L2YHUORUGVHHPSUHQGLHUDHQDJRVWRFRPRGLMR&KXUFKLOOD\HUHVDRSHUDFLyQQROOHYDUtDDQDGDD
FDXVDGHOPDOWLHPSRTXHKDFHHQHVDpSRFD$EULO\PD\RVRQORVPHVHVPiVDGHFXDGRVSDUD2YHUORUG
&KXUFKLOO>@1RFUHRTXHVHGHEDQDEDQGRQDU\FRQVLGHUDULQVXILFLHQWHVODPD\RUtDGHODVSRVLEOHV
RSHUDFLRQHVHQHO0HGLWHUUiQHRVLPSOHPHQWHSRUHYLWDUXQUHWUDVRGH2YHUORUGGHGRVRWUHVPHVHV
6WDOLQ/DVRSHUDFLRQHVHQHO0HGLWHUUiQHRGHODVTXHKDEOD&KXUFKLOOHQUHDOLGDGVRQVyORGLVWUDFFLRQHV7KH
7HKHUDQ&RQIHUHQFHSiJ
(VRHUDDEVROXWDPHQWHFRUUHFWR/DVRSHUDFLRQHVHQHO0HGLWHUUiQHRHUDQXQDQLPLHGDGFRPSDUDGDVFRQODV
EDWDOODVGHOIUHQWHRULHQWDO3DUDHPSHRUDUODVFRVDVODVIXHU]DVEULWiQLFDV\HVWDGRXQLGHQVHVHQ,WDOLDDXQTXH
WHQtDQXQDVXSHULRULGDGFRQVLGHUDEOHVREUHHOHMpUFLWRDOHPiQDYDQ]DEDQOHQWDPHQWHSHUPLWLHQGRDOD:HKUPDFKW
PRYHUVXVIXHU]DVGHVGH,WDOLDDOIUHQWHUXVR(OGHQRYLHPEUHGH0RORWRYWXYRTXHVHxDODUTXHOD8QLyQ
6RYLpWLFDHVWDEDGLVJXVWDGDSRUHOKHFKRGHTXHODVRSHUDFLRQHVHQ,WDOLDVHKDEtDQVXVSHQGLGRSHUPLWLHQGRFRQ
HVWRODWUDQVIHUHQFLDGHWURSDVDOIUHQWHRULHQWDO(VYHUGDGTXHQXHVWUDVIXHU]DVHVWiQJDQDQGRWHUUHQRSHUROR
HVWiQKDFLHQGRDFRVWDGHPXFKDVSpUGLGDV&LWDGRSRU6LSROVSiJ
/DOHQWLWXGGHODYDQFHDOLDGRHQ,WDOLDQRHUDXQDFDVXDOLGDG(VGHFRQRFLPLHQWRFRP~QTXHODVIXHU]DV
EULWiQLFDV\QRUWHDPHULFDQDVSRGtDQKDEHUWRPDGR5RPDVLQEDWDOODDOJXQDGHVSXpVGHPHVHVHQ0RQWHFDVVLQR
2UJDQL]DURQXQGHVHPEDUFRHQ$Q]LRPiVDOOiGHODFRVWDGH0RQWHFDVVLQR\VLKXELHUDQDYDQ]DGRUiSLGDPHQWH
KDFLD5RPDSRGUtDQKDEHUFHUFDGRDODVWURSDVDOHPDQDVTXHVHHQFRQWUDEDQDWULQFKHUDGDVHQOD$EDGtDGH
0RQWHFDVVLQR(QFDPELRPDOJDVWDURQXQWLHPSRSUHFLRVRHQFRQVWUXLUVXFDEH]DGHSXHQWHVREUHODSOD\D(VWR
SHUPLWLyUHDJUXSDUVHDOHMpUFLWRDOHPiQ\FRQVWUXLUXQDOtQHDGHIHQVLYDTXHEiVLFDPHQWHFRQWXYRDODVWURSDV
DOLDGDVHQODSOD\DGH$Q]LR8QDYH]RFXUULGRHVWRQROHVTXHGyRWUDDOWHUQDWLYDTXHOXFKDUDVXPDQHUDDWUDYpV
GHODVIRUPLGDEOHVOtQHDVGHGHIHQVDDOHPDQDVHQ0RQWHFDVVLQR/RVDOLDGRVSHUGLHURQXQJUDQQ~PHURGH
VROGDGRV\VHTXHGDURQHPSDQWDQDGRVGXUDQWHPHVHV
(VHYLGHQWHTXHORVEULWiQLFRV\HVWDGRXQLGHQVHVHVWDEDQSUHRFXSDGRVSRUTXHORVSDUWLVDQRVOOHJDUDQDOSRGHU
DQWHVGHODOOHJDGDGHODVWURSDVDOLDGDV3HQVDEDQTXHHUDPHMRUGHMDUDORVQD]LVOXFKDUFRQWUDORVSDUWLVDQRV\GH
HVWHPRGRGHELOLWDUODVIXHU]DVGHODUHVLVWHQFLD$VtTXHPLHQWUDVORVDOLDGRVOXFKDEDQFRQWUDORVDOHPDQHVHQ
,WDOLDKDEtDXQDFXHUGRWiFLWRQRGHFODUDGRHQWUHODVGRVSDUWHVSDUDGHWHQHUDOHQHPLJRGHFODVHFRP~QHQHVWH
FDVRODFODVHREUHUDLWDOLDQD
6LQHPEDUJRUHJUHVDQGRDODFXHVWLyQGHOVHJXQGRIUHQWHHVWDEDFODURTXH5RRVHYHOWGHIHQGtDXQDSRVLFLyQ
GLIHUHQWHDODGH&KXUFKLOO/RVQRUWHDPHULFDQRVWHQtDQVXVSURSLDVUD]RQHVSDUDTXHUHUVDWLVIDFHUODGHPDQGDGH
OD8566GHDEULUHOVHJXQGRIUHQWHHQ(XURSD(OORVHVWDEDQLPSOLFDGRVHQXQDJXHUUDVDQJULHQWDFRQ-DSyQHQHO
3DFtILFRGRQGHVXVWURSDVKDEtDQFDSWXUDGRXQDSRUXQDODVLVODVWDQGXUDPHQWHGHIHQGLGDV6HGLHURQFXHQWDGH
TXHGHVDILDUDORVSRGHURVRVHMpUFLWRVGHWLHUUDGH-DSyQHQ$VLDVHUtDXQDWDUHDIRUPLGDEOHDPHQRVTXHHO
(MpUFLWR5RMRODQ]DUDXQDRIHQVLYDFRQWUDORVMDSRQHVHVHQ&KLQD0DQFKXULD\&RUHD6WDOLQGHMyFODURTXHHO
(MpUFLWR5RMRDWDFDUtDDORVMDSRQHVHVVyORGHVSXpVGHTXHHOHMpUFLWRDOHPiQIXHUDGHUURWDGR(VWDHUDXQDUD]yQ
GHSHVRSDUDTXH5RRVHYHOWHVWXYLHUDGHDFXHUGRFRQODH[LJHQFLDUXVDGHLQLFLDU2YHUORUG\KDFHUFDVRRPLVRGH
ODVREMHFLRQHVEULWiQLFDV

/RVWHPRUHVGH/RQGUHV\:DVKLQJWRQ
(OUiSLGRDYDQFHGHO(MpUFLWR5RMRHQ(XURSDDOILQDOREOLJyD&KXUFKLOODFDPELDUGHLGHDFRQUHODFLyQD
2YHUORUG'HXQDSRVLFLyQGHLQDFWLYLGDGVXSLQDHQ(XURSDORVDOLDGRVVHGLHURQSULVDSDUDHQWUDUHQDFFLyQ(O
WHPRUDQWHHODYDQFHVRYLpWLFRHUDDKRUDHOSULQFLSDOIDFWRUHQODVHFXDFLRQHVWDQWRGH/RQGUHVFRPRGH
:DVKLQJWRQ7DQSUHRFXSDGRVHVWDEDQORVLPSHULDOLVWDVTXHHODERUDURQXQQXHYRSODQODRSHUDFLyQ5DQNLQTXH
LPSOLFDEDXQGHVHPEDUFRGHXUJHQFLDHQ$OHPDQLDVLpVWDFRODSVDEDRVHUHQGtD(VWDEDQGHFLGLGRVDOOHJDUD
%HUOtQDQWHVTXHHO(MpUFLWR5RMR'HEHUtDPRVOOHJDUKDVWD%HUOtQ>@5RRVHYHOWVHGLULJLyDORVMHIHVGHO(VWDGR
0D\RUHQ(O&DLURHQORVVLJXLHQWHVWpUPLQRV/RVVRYLpWLFRVSRGUtDQHQWRQFHVWRPDUHOWHUULWRULRKDVWDHOHVWH\
(VWDGRV8QLGRVWHQGUtD%HUOtQ)5867KH&RQIHUHQFHVDW&DLURDQG7HKHUDQSiJ
$SHVDUGHORVp[LWRVGHO(MpUFLWR5RMR+LWOHUWRGDYtDWHQtDDVXGLVSRVLFLyQXQDVIXHU]DVFRQVLGHUDEOHV/D
:HKUPDFKWVHJXtDVLHQGRXQDIRUPLGDEOHPDTXLQDULDGHOXFKDFRQPiVGHGLH]PLOORQHVGHKRPEUHVPiVGHVHLV
PLOORQHV\PHGLRGHORVFXDOHVHVWDEDQHQHOFDPSRGHEDWDOOD3HURORTXHQXQFDHVWXYRFODURHQ2FFLGHQWHHV
TXHGRVWHUFLRVGHpVWRVVHFRQFHQWUDEDQHQHOIUHQWHUXVR/D~QLFDFRQWULEXFLyQGHORVEULWiQLFRV\
HVWDGRXQLGHQVHVIXHURQODVFDPSDxDVGHERPEDUGHRVTXHGHYDVWDURQFLXGDGHVDOHPDQDVFRPR+DPEXUJR
DVHVLQDQGRDXQJUDQQ~PHURGHFLYLOHVSHURTXHIUDFDVDURQFRPSOHWDPHQWHHQGHVWUXLUHOHVStULWXGHOXFKD
DOHPiQRGHWHQHUODSURGXFFLyQEpOLFD
/DVIXHU]DVDOHPDQDVGHOIUHQWHRULHQWDOWHQtDQDUPDV\PRUWHURVPiVGHWDQTXHV\DUPDVGH
DVDOWR\DYLRQHVGHFRPEDWH$SHVDUGHORVERPEDUGHRVDOLDGRVODVLQGXVWULDVEpOLFDVGH+LWOHUDXPHQWDURQ
VXSURGXFFLyQHQ)DEULFDURQDUPDVIUHQWHDGH/DSURGXFFLyQGHWDQTXHV\DUPDVGH
DVDOWRSDVyGHD\ORVDYLRQHVGHFRPEDWHGHD
(O(MpUFLWR5RMRODQ]yXQDDPSOLDRIHQVLYDDILQDOHVGHGLFLHPEUHGHTXHDUUDVWUyWRGRDVXSDVR'HVSXpV
GHOLEHUDU8FUDQLDKLFLHURQUHWURFHGHUDODVIXHU]DVDOHPDQDVDWUDYpVGH(XURSD2ULHQWDO(OKHFKRHVTXHWDQWR
5RRVHYHOWFRPR&KXUFKLOOSRUQRPHQFLRQDUD+LWOHUKDEtDQVXEHVWLPDGRDOD8QLyQ6RYLpWLFD/RVDOLDGRVVH
HQFRQWUDUDQDO(MpUFLWR5RMRDODVSXHUWDVGH$OHPDQLD\VLQRKXELHUDQODQ]DGR2YHUORUGFXDQGRORKLFLHURQVH
KDEUtDQHQFRQWUDGRFRQODVWURSDVVRYLpWLFDVHQHO&DQDOGHOD0DQFKD3RUHVRHOGHVHPEDUFRGHO'tD'VHUHDOL]y
HVHGtD
3HURLQFOXVRGHVSXpVGHOGHVHPEDUFRGH1RUPDQGtDGHMXQLRGHHOIUHQWHRULHQWDOVLJXLyVLHQGRHOIUHQWH
GHJXHUUDPiVLPSRUWDQWHHQ(XURSD/RVHMpUFLWRVEULWiQLFR\HVWDGRXQLGHQVHOOHJDURQDODVIURQWHUDVGH
$OHPDQLDSHURVHGHWXYLHURQDOOt3RURWURODGRHODYDQFHGHO(MpUFLWR5RMRIXHHOPiVHVSHFWDFXODUGHWRGDOD
KLVWRULDEpOLFD(QGLFLHPEUHGHHO$OWR0DQGRDOHPiQGHFLGLyODQ]DUXQDFRQWUDRIHQVLYDHQODV$UGHQDVOD
EDWDOODGH%XOJHFRQHOREMHWLYRGHDLVODUDODVWURSDVHVWDGRXQLGHQVHV\EULWiQLFDVHQ%pOJLFD\+RODQGDGHODV
SULQFLSDOHVIXHU]DVDOLDGDV(OREMHWLYRGHHVWDRIHQVLYDHUDPiVSROtWLFRTXHPLOLWDU+LWOHUHVSHUDEDREOLJDUDORV
EULWiQLFRV\HVWDGRXQLGHQVHVDILUPDUXQDSD]SRUVHSDUDGR3HURODVIXHU]DVDOHPDQDVHQHOIUHQWHRFFLGHQWDOHUDQ
GHPDVLDGRGpELOHVSDUDLQIOLJLUXQJROSHGHFLVLYRSRUTXHODPD\RUtDHVWDEDFRQFHQWUDGDHQHOSULQFLSDOWHDWURGH
RSHUDFLRQHVHQHO(VWH/D:HKUPDFKWDYDQ]yXQRVQRYHQWDNLOyPHWURVDQWHVGHVHUGHWHQLGD
&KXUFKLOOHVFULELyD6WDOLQHOGHHQHURGH
/DEDWDOODHQ2FFLGHQWHHVPX\GXUD\HQFXDOTXLHUPRPHQWRHOPDQGRVXSUHPRSRGUtDWRPDUGHFLVLRQHV
LPSRUWDQWHV8VWHGVDEHSRUVXSURSLDH[SHULHQFLDORGLItFLOTXHHVODVLWXDFLyQFXDQGRKD\TXHGHIHQGHUXQIUHQWH
PX\DPSOLRGHVSXpVGHSHUGHUWHPSRUDOPHQWHODLQLFLDWLYD(VHOJUDQGHVHRGHOJHQHUDO(LVHQKRZHU\QHFHVLWD
VDEHUDJUDQGHVUDVJRVFXiOHVVXSODQ\DTXHREYLDPHQWHDIHFWDDODVGHFLVLRQHVPiVLPSRUWDQWHVWDQWRVX\DV
FRPRQXHVWUDV>@/HDJUDGHFHUtDTXHPHGLMHUDVLSRGHPRVFRQWDUFRQXQDLPSRUWDQWHRIHQVLYDUXVDHQHOIUHQWH
GHO9tVWXODRHQFXDOTXLHURWUDSDUWHGXUDQWHHOPHVGHHQHUR>@&RQVLGHURODFXHVWLyQXUJHQWH&RUUHVSRQGHQFH
EHWZHHQWKH&KDLUPDQRIWKH&RXQFLORI0LQLVWHUVRIWKH8665DQGWKH3UHVLGHQWVRIWKH8QLWHG6WDWHVDQGWKH
3ULPH0LQLVWHUVRI*UHDW%ULWDLQGXULQJWKH*UHDW3DWULRWLF:DURI9RO0RVF~SiJ
/DVIXHU]DVVRYLpWLFDVDYDQ]DURQHOGHHQHURKDFLHQGRUHWURFHGHUDOHMpUFLWRDOHPiQKDVWDXQIUHQWHPiV
DPSOLR/RVLPSHULDOLVWDVEULWiQLFRV\HVWDGRXQLGHQVHVVHHQFRQWUDEDQHQXQDVLWXDFLyQGLItFLO3RUXQODGRFRPR
GHPXHVWUDODFDUWDGH&KXUFKLOOGHSHQGtDQGHODIXHU]DPLOLWDUGHOD8566SDUDGHUURWDUD+LWOHU3RURWURODGR
HVWDEDQDWHUURUL]DGRVGHODUHYROXFLyQHQ(XURSDGHO(VWH\HOUiSLGRDYDQFHGHO(MpUFLWR5RMR\HOSRGHUGHOD
8566
'HWUiVGHODVOtQHDVDOHPDQDVHQHOIUHQWHRULHQWDOPXFKRVPLOHVGHWUDEDMDGRUHV\FDPSHVLQRVVRYLpWLFRV
HVWDEDQUHDOL]DQGRXQDJXHUUDGHJXHUULOODVKHURLFD\GHVHVSHUDGD/DQRFKHGHOGHMXQLRGHPiVGHGLH]
PLOFDUJDVGHGHPROLFLyQFRORFDGDVSRUORVJXHUULOOHURVVRYLpWLFRVGDxDURQVLQSRVLELOLGDGGHUHSDUDFLyQ
LQPHGLDWDWRGDODUHGIHUURYLDULDDOHPDQDDORHVWHGH0LQVN/DVGRVQRFKHVVLJXLHQWHVHVWDOODURQRWUDVFXDUHQWD
PLOFDUJDVHQODVOtQHDVIHUURYLDULDVHQWUH9LWHEVN\2UVKD\3RORWVN\0RORGHFKQR/tQHDVHVHQFLDOHVSDUDORV
UHIXHU]RVDOHPDQHVODVTXHXQtDQ%UHVW/LWRYVN\3LQVNWDPELpQIXHURQDWDFDGDVPLHQWUDVTXH
JXHUULOOHURVVRYLpWLFRVDORHVWHGH9LWHEVN\DOVXUGH3RORWVNDWDFDEDQODVIRUPDFLRQHVPLOLWDUHVDOHPDQDV
0DUWLQ*LOEHUWHVFULEHORVLJXLHQWH7RGRHVWRVLQHPEDUJRVyORHUDHOSUHOXGLRGHODPDxDQDGHOGHMXQLR
FXDQGRHO(MpUFLWR5RMRDEULyVXRIHQVLYDGHYHUDQR&RQHOQRPEUHFRGLILFDGRGHRSHUDFLyQ%DJUDWLRQSRUHO
JHQHUDO]DULVWDFRPHQ]yHQHOWHUFHUDQLYHUVDULRGHODLQYDVLyQGH+LWOHUGH5XVLDFRQXQDIXHU]DPiVJUDQGHTXH
ODGH+LWOHUHQ(QWRWDOSDUWLFLSDURQVROGDGRVVRYLpWLFRVDSR\DGRVSRUWDQTXHV
DUPDVDXWRSURSXOVDGDVSLH]DVGHDUWLOOHUtD\ODQ]DFRKHWHVDSR\DGRVSRUHODLUHFRQDYLRQHV\
SRUWLHUUDFRQFDPLRQHVDGHPiVGHFLHQWUHQHVGHVXPLQLVWURVGLDULRV(QXQDVHPDQDURPSLHURQGRVPLO
PLOODVGHOIUHQWHDOHPiQ\pVWRVWXYLHURQTXHUHWURFHGHUKDFLD%REUXLVN6WROEWV\0LQVN\*URGQRVXSRVLFLyQHQ
5XVLD2FFLGHQWDOTXHGyURWDSDUDVLHPSUH(QXQDVHPDQDPXULHURQVROGDGRVDOHPDQHV\IXHURQ
WRPDGRVSULVLRQHURV/RVDOHPDQHVWDPELpQSHUGLHURQGRVPLOWDQTXHVGLH]PLODUPDVSHVDGDV\
YHKtFXORV(O*UXSR0LOLWDU$OHPiQGHO1RUWHGHOTXHGHSHQGtDFDVLWRGRIXHURWRHQGRVVHJPHQWRVXQRVH
UHWLUyKDFLDORV(VWDGRV%iOWLFRV\HORWURKDFLD3UXVLDRULHQWDO0*LOEHUW6HFRQG:RUOG:DUSiJ
/DVRSHUDFLRQHVRIHQVLYDVHQHOIUHQWHRFFLGHQWDOVHUHDQXGDURQHQIHEUHUR(QUHDOLGDGODVIXHU]DVEULWiQLFDV\
HVWDGRXQLGHQVHVVHHQFRQWUDURQFRQSRFDUHVLVWHQFLDVHULDSRUTXHODJUDQPD\RUtDGHODVIXHU]DVHIHFWLYDVGHOXFKD
GH+LWOHUHVWDEDQHQHOIUHQWHRULHQWDO(VWRSHUPLWLyDODVIXHU]DVEULWiQLFDV\QRUWHDPHULFDQDVDYDQ]DUDORODUJR
GHO5KLQ(LVHQKRZHUHOFRPDQGDQWHVXSUHPRGHOD)XHU]D([SHGLFLRQDULD$OLDGDHQ(XURSDDGPLWLyTXHQRVH
HQFRQWUDURQFRQXQDRSRVLFLyQVHULD/DVGRVGLYLVLRQHVHVWDGRXQLGHQVHVTXHKLFLHURQHODVDOWRVXIULHURQVyORXQ
WHUFLRGHEDMDV'ZLJKW'(LVHQKRZHU&UXVDGHLQ(XURSH1XHYD<RUNSiJ(OVXEUD\DGRHV
QXHVWUR
(OHVStULWXGHOXFKDGHOHMpUFLWRDOHPiQTXHGyURWR8QDPHGLDGHVROGDGRVDOHPDQHVVHUHQGtD
GLDULDPHQWHDORVEULWiQLFRV\HVWDGRXQLGHQVHV3HURHQHOIUHQWHRULHQWDOFRQWLQXDEDQOXFKDQGR
GHVHVSHUDGDPHQWH/DUD]yQKD\TXHEXVFDUODHQODSROtWLFDGH6WDOLQ&RQ/HQLQ\7URWVN\ORVEROFKHYLTXHV
OOHYDURQDFDERXQDSROtWLFDLQWHUQDFLRQDOLVWD'XUDQWHODVDQJULHQWDJXHUUDFLYLOTXHVLJXLyDOD5HYROXFLyQGH
2FWXEUHOD5XVLDVRYLpWLFDIXHLQYDGLGDSRUYHLQWL~QHMpUFLWRVGHLQWHUYHQFLyQH[WUDQMHURV(QGHWHUPLQDGR
PRPHQWRHOSRGHUVRYLpWLFRTXHGyUHGXFLGRDOD]RQDTXHURGHD0RVF~\3HWURJUDGRSRFRPiVTXHHOWHUULWRULR
GHODQWLJXR0XVFRY\3HURODUHYROXFLyQFRQVLJXLyGHUURWDUDORVLPSHULDOLVWDV/DUD]yQHVTXHORVEROFKHYLTXHV
KLFLHURQSURSDJDQGDLQWHUQDFLRQDOLVWDHQWUHODVWURSDVLPSHULDOLVWDV
(OUHVXOWDGRIXHURQPRWLQHVHQFDGDXQRGHORVHMpUFLWRVLQWHUYHQFLRQLVWDV(OSULPHUPLQLVWUREULWiQLFR/OR\G
*HRUJHGLMRTXHORVVROGDGRVEULWiQLFRVWHQtDQTXHUHWLUDUVHGH0XUPDQVNSRUTXHHVWDEDQLQIHFWDGRVFRQOD
SURSDJDQGDEROFKHYLTXH(QFRQWUDVWH6WDOLQDSOLFDEDXQDSROtWLFDQDFLRQDOLVWD1RLQWHQWyJDQDUDORVVROGDGRV
DOHPDQHVQRUPDOHVSDUDTXHVHYROYLHUDQFRQWUDODV66QD]L(QUHDOLGDGODSROtWLFDGH6WDOLQHUDHO~QLFR
DOHPiQEXHQRHVHODOHPiQPXHUWR(VWRJDUDQWL]yTXHHOHMpUFLWRDOHPiQHQHOIUHQWHRULHQWDOOXFKDUDKDVWDODV
~OWLPDVFRQVHFXHQFLDVSURYRFDQGRXQDVWHUULEOHVEDMDVDOHMpUFLWRVRYLpWLFR
(OSUREOHPDGH/RQGUHV\:DVKLQJWRQHUDTXHHO(MpUFLWR5RMRHVWDEDH[WHQGLpQGRVHSRU(XURSDFRPRXQDROD
LUUHVLVWLEOH(QVyORGRFHGtDVODVWURSDVVRYLpWLFDVDYDQ]DURQNLOyPHWURVHVGHFLUNLOyPHWURVGLDULRV
(OHMpUFLWRDOHPiQSHUGLyKRPEUHV\IXHURQKHFKRVSULVLRQHURV(QHOPRPHQWRHQTXHODV
IXHU]DVEULWiQLFDV\QRUWHDPHULFDQDVVHKDEtDQUHFXSHUDGRGHODEDWDOODGH%XOJH\UHLQLFLDURQVXDYDQFHHOGH
IHEUHURHO(MpUFLWR5RMRHVWDEDVyORDNLOyPHWURVGH%HUOtQPLHQWUDVTXHORVEULWiQLFRV\ORVHVWDGRXQLGHQVHV
HVWDEDQD~QDNLOyPHWURVGHGLVWDQFLD$SULQFLSLRVGHDEULOODVIXHU]DVQD]LVIXHURQH[SXOVDGDVGH3RORQLD(O
GHDEULOODVIXHU]DVVRYLpWLFDVHQWUDURQHQ9LHQD/RVGLULJHQWHVQD]LVVDEtDQTXHKDEtDQSHUGLGRODJXHUUDSHUR
XQVHFWRUGHHOORVHVSHUDEDXQDUXSWXUDGHODDOLDQ]DHQWUHOD8566ORVEULWiQLFRV\HVWDGRXQLGHQVHV/DLGHDHUD
HQWUHJDU2FFLGHQWH\PDQWHQHUODOXFKDFRQORVUXVRVHQHO(VWH(VWRQRHUDDOJRWDQLPSRVLEOHFRPRSXHGH
SDUHFHU(PSH]DURQODVQHJRFLDFLRQHVHQ6XL]DHQWUHODLQWHOLJHQFLDQRUWHDPHULFDQDHQ(XURSDUHSUHVHQWDGDSRU
$OOHQ'XOOHV\HOUHSUHVHQWDQWHGHO(VWDGR0D\RUDOHPiQHQ,WDOLDHOJHQHUDOGHODV66:ROIISDUDWUDWDUOD
UHQGLFLyQDOHPDQDHQ,WDOLD
$OWHQHUFRQRFLPLHQWRGHHVWDVQHJRFLDFLRQHVORVUXVRVLQVLVWLHURQHQVXGHUHFKRDHVWDUSUHVHQWHVHQFXDOTXLHU
QHJRFLDFLyQ(VWDEDQSUHRFXSDGRVFRQUD]yQSRUTXHVRVSHFKDEDQTXHHOREMHWLYRGHHVWDUHQGLFLyQVHUtDWUDQVIHULU
ODVWURSDVDOHPDQDVGH,WDOLDDOIUHQWHRULHQWDOSDUDIUHQDUHODYDQFHGHO(MpUFLWR5RMRGHHVWHPRGRSHUPLWLUtDD
ODVIXHU]DVEULWiQLFDV\HVWDGRXQLGHQVHVDYDQ]DUPiVKDFLDHO(VWH
&KXUFKLOOHVFULELyD6WDOLQFRQXQDLUHGHODVWLPRVDLQRFHQFLDPLHQWUDV5RRVHYHOWDVHJXUDEDD6WDOLQVX
VLQFHULGDG\YHUDFLGDG&RUUHVSRQGHQFLD9ROSiJ\9ROSiJV/RVUHSUHVHQWDQWHV
HVWDGRXQLGHQVHVGLMHURQTXHORV~QLFRVFRQWDFWRVTXHKDEtDQHVWDEOHFLGRFRQORVDOHPDQHVHUDQSDUDGLVFXWLUOD
DSHUWXUDGHQHJRFLDFLRQHV(VWRHUDPHQWLUD/RVLQIRUPHVQRUWHDPHULFDQRVUHYHODQTXHODVQHJRFLDFLRQHV\DVH
KDEtDQLQLFLDGRHQ%HUQD'HHVWRVHGHVSUHQGHTXHHOREMHWLYRGHORVQD]LVHQUHDOLGDGHUDGHWHQHUODOXFKDHQ
,WDOLDSDUDWUDQVIHULUODVWURSDVDOIUHQWHRULHQWDOYHU%UDGOH\)6PLWK\(OHQD$JDURVVL2SHUDWLRQ6XQULVH7KH
6HFUHW6XUUHQGHU%DVLF%RRNV1XHYD<RUN
$PHGLDGRVGHDEULOHO(MpUFLWR5RMRDVHVWyXQJROSHFRQWXQGHQWHDODVIXHU]DVDOHPDQDVTXHGHIHQGtDQ%HUOtQ
7HQtDQPLOORQHVGHVROGDGRVDUPDV\PRUWHURVWDQTXHV\DUPDVDXWRSURSXOVDGDV\
DYLRQHVGHFRPEDWH&HUFDURQ%HUOtQHOGHDEULO$OPLVPRWLHPSRODVIXHU]DVVRYLpWLFDV\HVWDGRXQLGHQVHVVH
XQLHURQHQ7RUJDXHQHO(OEDGLYLGLHQGR$OHPDQLDSRUODPLWDG
6LQHPEDUJRWRGRHVWRQRVLJQLILFDEDTXHORVLPSHULDOLVWDVEULWiQLFRV\QRUWHDPHULFDQRVQRFRQVLGHUDUDQHQ
VHULRODSRVLELOLGDGGHXQDJXHUUDFRQWUDOD8566(QUHDOLGDGORVFtUFXORVGRPLQDQWHVWDQWRGH/RQGUHVFRPRGH
:DVKLQJWRQKDEtDQFRQVLGHUDGRHVDSRVLELOLGDGSHURVHGLHURQFXHQWDGHTXHHUDLPSRVLEOH'HVSXpVGHXQD
JXHUUDVDQJULHQWDTXHVXSXHVWDPHQWHWHQtDHOREMHWLYRGHOXFKDUFRQWUDHOIDVFLVPRORVVROGDGRVEULWiQLFRV\
HVWDGRXQLGHQVHVQRKDEUtDQHVWDGRGLVSXHVWRVDOXFKDUFRQWUDOD8QLyQ6RYLpWLFD/RVWHPRUHVDQWHORVp[LWRV
HFRQyPLFRV\PLOLWDUHVGHOD8566VHH[SUHVDURQHQPHPRUDQGRVLQWHUQRVSXEOLFDGRVDxRVGHVSXpV(O
'HSDUWDPHQWRGH(VWDGRQRUWHDPHULFDQRSXEOLFyXQGRFXPHQWRHVSHFLDOTXHGHFtDORVLJXLHQWH
(OKHFKRH[FHSFLRQDODGHVWDFDUHVHOUHFLHQWHIHQyPHQRHQRWURWLHPSRODWHQWHGHODIXHU]DPLOLWDU\
HFRQyPLFDUXVDXQDFRQWHFLPLHQWRTXHPDUFDUipSRFDHQODVIXWXUDVUHODFLRQHVSROtWLFRPLOLWDUHVLQWHUQDFLRQDOHV
\TXHWRGDYtDWLHQHTXHDOFDQ]DUVXSOHQLWXGFRQORVUHFXUVRVUXVRV)5867KH&RQIHUHQFHVDW0DOWDDQG<DOWD
SiJV
(VWDVOtQHDVUHYHODQORVYHUGDGHURVFiOFXORVGHORVLPSHULDOLVWDV(QHOSXQWRiOJLGRGHODJXHUUDORVFtUFXORV
JREHUQDQWHVEULWiQLFRV\QRUWHDPHULFDQRVHVWDEDQYDORUDQGRODVLWXDFLyQHQ(XURSD\SUHSDUiQGRVHSDUDOXFKDU
FRQWUDVXVDOLDGRVUXVRV/RVHVWDGRXQLGHQVHVFRQVLGHUDURQODSRVLELOLGDGGHXQDJXHUUDFRQWUDOD8QLyQ6RYLpWLFD
LQFOXVRDQWHVTXH+LWOHUIXHUDGHUURWDGRORGHVFDUWDURQVyORSRUTXHFRUUHFWDPHQWHSHQVDEDQTXHQRSRGtDQ
JDQDU
(OLQIRUPHFLWDGRGLFHTXHODIXHU]DPLOLWDUHLQGXVWULDOGHOD8566HUD\DPiVJUDQGHTXHODGH*UDQ%UHWDxD
,QFOXVRVL((88KXELHUDXQLGRVXVIXHU]DVFRQ*UDQ%UHWDxDHQFRQWUDGHOD8566HOLQIRUPHFRQFOXtDFRQXQD
DVRPEURVDIUDQTXH]DTXHHQODVFRQGLFLRQHVDFWXDOHVQRSRGUtDPRVGHUURWDUD5XVLD(O'HSDUWDPHQWRGH
(VWDGRFRQFOXtDTXHHQHVHFRQIOLFWR((88VHHQFRQWUDUtDHQPHGLRGHXQDJXHUUDTXHQRSRGUtDJDQDU,EtG
HOVXEUD\DGRHVQXHVWUR

 &RODSVRGHOUpJLPHQQD]L
/DEXUJXHVtDDOHPDQDSDJyXQGXURSUHFLRSRUHQWUHJDUHOSRGHUD+LWOHU\VXVJiQJVWHUHVIDVFLVWDV8QDYH]HQ
HOSRGHUODFODVHGRPLQDQWHQRIXHFDSD]GHFRQWURODUDODEXURFUDFLDQD]LeVWDWHQtDVXVSURSLRVLQWHUHVHVTXHQR
QHFHVDULDPHQWHFRLQFLGtDQFRQORVGHODEXUJXHVtD(QODPHGLGDHQTXH+LWOHUOHVSURWHJtDFRQWUDHOEROFKHYLVPR
ORVFDSLWDOLVWDVDOHPDQHVOHDSR\DEDQJXVWRVDPHQWH0LHQWUDVORVHMpUFLWRVGH+LWOHUDYDQ]DEDQVHXQtDQDORV
DSODXVRV\VDOXGRVIDVFLVWDV3HURFXDQGRYLHURQTXHORVDOHPDQHVHVWDEDQSHUGLHQGRODJXHUUDVXDFWLWXGFDPELy
,QFOXVRDQWHVGHHVRODEXUJXHVtDKDEUtDHVWDGRGLVSXHVWDDWHUPLQDUODJXHUUD\OOHJDUDXQDFXHUGRFRQORV
EULWiQLFRV\HVWDGRXQLGHQVHV'HVJUDFLDGDPHQWHSDUDORVEDQTXHURVHLQGXVWULDOHVDOHPDQHVQRHUDSRVLEOHLQIOXLU
HQ+LWOHURGHVWLWXLUOHSRUPpWRGRVFRQVWLWXFLRQDOHV3RUORWDQWRWXYLHURQTXHUHFXUULUDODVFRQVSLUDFLRQHVFRQXQ
VHFWRUGHO(VWDGR0D\RU(QMXOLRGHKXERXQLQWHQWRGHDVHVLQDUD+LWOHUTXHIUDFDVy\VXSXVRXQDSXUJD
VDOYDMHHQODTXHPXULHURQ\IXHURQDUUHVWDGDVPLOHVGHSHUVRQDV(OFRURQHO*UDI.ODXVYRQ6WDXIIHQEHUJHO
SULQFLSDOFRQVSLUDGRUIXHHMHFXWDGR5RPPHOHOKpURHGHODFDPSDxDDIULFDQDWDPELpQHVWDEDLPSOLFDGR\VHOH
REOLJyDWRPDUYHQHQR2WURVRILFLDOHVQRWXYLHURQWDQWDVXHUWH2FKRGHHOORVIXHURQDKRUFDGRVFRQODFXHUGDGH
XQSLDQRXQPHQVDMHFODURGHOD*HVWDSRSDUDFXDOTXLHURWURRILFLDOTXHGXGDUDGHO)KUHU'HVSXpVGHOLTXLGDUD
ODRSRVLFLyQEXUJXHVD\DWHUURUL]DUDO(VWDGR0D\RU+LWOHU\VXFDPDULOODHVWDEDQGHFLGLGRVDOXFKDUKDVWDHO
ILQDOLQGHSHQGLHQWHPHQWHGHODVFRQVHFXHQFLDVSDUD$OHPDQLD\ODEXUJXHVtD
(OUpJLPHQQD]LHVWDEDDKRUDHQXQDVLWXDFLyQGHGHVLQWHJUDFLyQWRWDO$OJXQRVGHORVGLULJHQWHVQD]LVWRGDYtD
HVSHUDEDQXQDGLYLVLyQHQWUHOD8566ORVEULWiQLFRV\ORVHVWDGRXQLGHQVHV,QWHQWDURQDJXDQWDUKDVWDHO~OWLPR
PLQXWRSDUDDFRUGDUORVWpUPLQRVGHODUHQGLFLyQ+LPPOHUKL]RXQLQWHQWRDWUDYpVGHOJRELHUQRVXHFRSHURQR
OOHJyDQDGD&XDQGR+LWOHUVHHQWHUyVHSXVRIXULRVR6HJ~QWHVWLJRVSUHVHQFLDOHVSDUHFtDXQORFRVXFDUDVH
YROYLyURMD\SUiFWLFDPHQWHLUUHFRQRFLEOH
/RUG$FWRQHVFULEHORVLJXLHQWH(OSRGHUWLHQGHDFRUURPSHU(OSRGHUDEVROXWRFRUURPSHDEVROXWDPHQWH
+LWOHUKDEtDSHUGLGRWRWDOPHQWHHOFRQWDFWRFRQODUHDOLGDG\HVWDEDGHVTXLFLDGR$OILQDOVHYROYLyORFR2UGHQyOD
WRWDOGHVWUXFFLyQGHO5XKUHOFRUD]yQLQGXVWULDOGH$OHPDQLDSDUDTXHQRFD\HUDHQPDQRVHQHPLJDV2UGHQyOD
GHVWUXFFLyQGHWRGDVODVLQVWDODFLRQHVLQGXVWULDOHV\VXPLQLVWURGHFRPLGDGHQWURGHO5HLFKTXHSXGLHUDQVHU
XWLOL]DGDVSRUHOHQHPLJRHQXQIXWXURLQPHGLDWRROHMDQRSDUDFRQWLQXDUVXOXFKD0LOWRQ6KXOPDQ'HIHDWLQWKH
:HVWSiJ
(VSHUHQKDVWDHOILQDORUGHQy+LWOHU3HURHQHVWDRFDVLyQHOFRQWUROGH+LWOHUGHVX(VWDGR\HMpUFLWRHVWDED
\DHQGHFDGHQFLD(O5XKUQRIXHGHVWUXLGR(OJHQHUDO)ULHGULFK.RHFKOLQHOFRPDQGDQWHGHO&RUSVHVFULELy
PiVWDUGH&RQWLQXDUUHVLVWLHQGRHQHO5XKUHUDXQFULPHQ,EtGSiJ(OGHDEULOVROGDGRV
DOHPDQHVVHHQWUHJDURQDORVDOLDGRV'RVGtDVGHVSXpVVROGDGRVLQFOXLGRVWUHLQWDJHQHUDOHVVDOLHURQGH
VXVDJXMHURVSDUDUHQGLUVH
&DVLDOILQDO+LWOHUFRQWLQXDEDGDQGRyUGHQHVDWURSDVLQH[LVWHQWHV\PRYLHQGRDYLRQHV\GLYLVLRQHV
LPDJLQDULDV3HURHOFUHS~VFXORGHORVGLRVHVKDEtDOOHJDGR6HVXLFLGyHOGHDEULO\VXFXHUSRIXHHPSDSDGR\
TXHPDGRFRQSHWUyOHRXQILQDODSURSLDGRSDUDXQPRQVWUXRIDVFLVWD&XDQGRVXFXHUSRDUGtDHOVRQLGRGHODV
DUPDVUXVDVVHRtDHQHOFRUD]yQGH%HUOtQ(OGHPD\RODEDQGHUDVRYLpWLFDRQGHDEDVREUHHO5HLFKVWDJ$OGtD
VLJXLHQWHODVIXHU]DVVRYLpWLFDVWHQtDQHOFRQWUROWRWDOGHODFDSLWDODOHPDQD
8QDYH]PiVTXHGyFODURTXHHUDLPSRVLEOHXQDFXHUGRFRQ*UDQ%UHWDxD\((88ODYROXQWDGGHOXFKDUTXH
TXHGDEDD~QDORVOtGHUHVQD]LVFRODSVy&LQFRGtDVGHVSXpV$OHPDQLDVHULQGLy

3ROtWLFDFRQWUDUUHYROXFLRQDULD
(QFXDQWRTXHGyFODURTXHOD8QLyQ6RYLpWLFDHPHUJHUtDFRPRODIXHU]DGRPLQDQWHHQ(XURSDGHVSXpVGHOD
JXHUUDODVWHQGHQFLDVUHDFFLRQDULDVGH&KXUFKLOOTXHVHKDEtDYLVWRREOLJDGRDGLVLPXODUVDOLHURQDODVXSHUILFLH
3DUDHVWHJiQJVWHUFRQWUDUUHYROXFLRQDULRHOHQHPLJRSULQFLSDO\DQRHUDOD$OHPDQLDQD]L(UDOD8QLyQ6RYLpWLFD
(O(MpUFLWR5RMRKDEtDDSODVWDGRDORVHMpUFLWRVGH+LWOHUHQ3UXVLDRULHQWDO\HVWDEDDSXQWRGHHQWUDUHQ%HUOtQ
&KXUFKLOOHVFULELyDOJRELHUQRVRYLpWLFRTXHODVFRQTXLVWDVGHO(MpUFLWR5RMRPHUHFtDQQRHVFDWLPDUDSODXVRV\
ODVIXWXUDVJHQHUDFLRQHVGHEtDQFRQRFHUVXGHXGDFRQHOORVVLQUHVHUYDVFRPRORVTXHKHPRVYLYLGRSDUD
SUHVHQFLDUHVWDVVREHUELDVFRQTXLVWDV&RUUHVSRQGHQFHYROSiJV
3HURHVWDVSDODEUDVGHVWLODEDQKLSRFUHVtD(QUHDOLGDG&KXUFKLOOQRHVWDEDHQDEVROXWRFRQWHQWRFRQHODYDQFH
UXVR(OJHQHUDOHVWDGRXQLGHQVH(LVHQKRZHUSODQHDEDURGHDU\GHVWUXLUDODVIXHU]DVDOHPDQDVTXHGHIHQGtDQHO
5XKUHLQFOXVRGLYLGLUODVIXHU]DVHQHPLJDVXQLpQGRVHFRQHOHMpUFLWRVRYLpWLFR&KXUFKLOOVHRSXVRHQpUJLFDPHQWH
DHVWHSODQTXHUtDPDQWHQHUDWRGDFRVWDDORVUXVRVIXHUDGH%HUOtQ4XHUtDTXHORVEULWiQLFRV\ORV
HVWDGRXQLGHQVHVWRPDUDQ%HUOtQ\QRHO(MpUFLWR5RMR(QYLyXQFDEOHD5RRVHYHOWHOGHDEULOHQHOTXHGHFtDOR
VLJXLHQWH&RQVLGHURSRUORWDQWRTXHGHVGHXQSXQWRGHYLVWDSROtWLFRGHEHUtDPRVPDUFKDUWDQOHMRVDOHVWHGH
$OHPDQLDFRPRIXHUDSRVLEOH\TXHGHEHUtDPRVWRPDU%HUOtQ5RRVHYHOWDQG&KXUFKLOO7KHLU6HFUHW:DUWLPH
&RUUHVSRQGHQFHSiJ
(OSULPHUPLQLVWUREULWiQLFRHVFULELyHQVXVPHPRULDVTXHODGHVWUXFFLyQGHOSRGHUPLOLWDUDOHPiQKDEtDWUDtGR
FRQVLJRXQFDPELRIXQGDPHQWDOHQODVUHODFLRQHVHQWUHOD5XVLDFRPXQLVWD\ODVGHPRFUDFLDVRFFLGHQWDOHV+DEtDQ
SHUGLGRXQHQHPLJRFRP~QTXHHUDFDVLHO~QLFRQH[RGHXQLyQ3HUILODQGRVXHVWUDWHJLD&KXUFKLOOGHIHQGtDOD
FUHDFLyQGHXQIUHQWHSDUDGHWHQHUHODYDQFHGHO(MpUFLWR5RMR(VWHIUHQWHWHQtDTXHOOHJDUWDQDOHVWHFRPRIXHUD
SRVLEOH%HUOtQHUDHOSULQFLSDOREMHWLYR/RVHVWDGRXQLGHQVHVGHEHUtDQHQWUDUHQ3UDJD\RFXSDU&KHFRVORYDTXLD
6HGHEtDOOHJDUDXQDFXHUGRHQODVSULQFLSDOHVFXHVWLRQHVHQWUH(XURSDRFFLGHQWDO\RULHQWDODQWHVGHTXHORV
EULWiQLFRV\HVWDGRXQLGHQVHVFHGLHUDQFXDOTXLHUSDUWHGHORVWHUULWRULRVDOHPDQHVTXHKDEtDQFRQTXLVWDGR
:LQVWRQ&KXUFKLOO7KH6HFRQG:RUOG:DU9RO9,SiJ
'XUDQWHWRGDODJXHUUDORVLQWHUHVHVUHDOHVGHORVSXHEORVGHOD(XURSDRFXSDGDQRIXHURQODSULQFLSDOIXHU]D
PRWUL]GHORVFtUFXORVGRPLQDQWHVGH/RQGUHV\:DVKLQJWRQ7RGDVVXVDFFLRQHVHUDQVLPSOHPHQWHXQDH[SUHVLyQ
GHODSROtWLFDPiVFUXGDGHODVJUDQGHVSRWHQFLDV(OWHPRUDODUHYROXFLyQQXQFDGHVDSDUHFLy3RUHVDUD]yQVH
GHFLGLyHOGHVDUPHGH$OHPDQLDDXQTXHSRGUtDUHWHQHUODVIXHU]DVQHFHVDULDVSDUDHOPDQWHQLPLHQWRGHORUGHQ
S~EOLFR(VWRVFDEDOOHURVUHFRUGDEDQPX\ELHQODROHDGDUHYROXFLRQDULDTXHUHFRUULy$OHPDQLDGHVSXpVGHOD
3ULPHUD*XHUUD0XQGLDO
&KXUFKLOOWHPtDXQDUHYROXFLyQHQ$OHPDQLDGHVSXpVGHOFRODSVRGHOUpJLPHQQD]L0iVWDUGHDGPLWLyTXHD
ILQDOHVGHDEULOKDEtDGDGRLQVWUXFFLRQHVDOPDULVFDO0RQWJRPHU\SDUDTXHIXHUDFXLGDGRVRHQODUHFRJLGDGH
DUPDVDOHPDQDVJXDUGiQGRODVGHWDOIRUPDTXHIXHUDIiFLOSDUDORVVROGDGRVDOHPDQHVXWLOL]DUODVGHQXHYRVL
/RQGUHVSHQVDEDTXHHUDQHFHVDULRYHU7KH'DLO\+HUDOG(UDH[DFWDPHQWHODPLVPDSROtWLFD
DSOLFDGDSRUORVEULWiQLFRVDILQDOHVGHOD3ULPHUD*XHUUD0XQGLDOFXDQGRSHUPLWLHURQDOHMpUFLWRDOHPiQ
PDQWHQHUPLOHVGHDPHWUDOODGRUDVYLRODQGRHO7UDWDGRGH9HUVDOOHVSDUDVRIRFDUODUHYROXFLyQDOHPDQD
,QFOXVRFXDQGRWRGDYtDQRKDEtDWHUPLQDGRODJXHUUDFRQWUDOD$OHPDQLDQD]LORVDOLDGRVHVWDEDQSUHSDUDQGRHO
DSODVWDPLHQWRGHODVLQVXUUHFFLRQHVGHODVPDVDV\HODSR\RGHUHJtPHQHVGHGHUHFKDFRPRHOUpJLPHQGH
%DGRJOLRHQ,WDOLD(OKLVWRULDGRUHVWDGRXQLGHQVH'))OHPLQJGLFHORVLJXLHQWH%XVFiEDPRVSUHVHUYDUHOSRGHU
GHOHVWUDWRVRFLDOVXSHULRUTXHGHVGHKDFtDWLHPSRKDEtDJREHUQDGRHVWRVSDtVHV'))OHPLQJ7KH&ROG:DU
DQGLWV2ULJLQV9ROSiJ
(QHQHURGHHO'HSDUWDPHQWRGH(VWDGRQRUWHDPHULFDQRSURSXVRODFUHDFLyQGHXQ&RQVHMRGH6HJXULGDG
3URYLVLRQDOSDUD(XURSDRXQ$OWR&RPLVLRQDGRGH8UJHQFLDSDUDFRQVHJXLUODXQLGDGGHODSROtWLFD\ODDFFLyQ
FRQMXQWDHQ(XURSD(OREMHWLYRGHHVWHRUJDQLVPRHUDSRQHUJRELHUQRVSURYLVLRQDOHVHQ(XURSDGHVSXpVGHOD
GHUURWDGHORVQD]LV\HOPDQWHQLPLHQWRGHORUGHQHVGHFLUODVXSUHVLyQGHODVUHYROXFLRQHV/RVDXWRUHVGHO
GRFXPHQWRLQVLVWtDQHQTXHVHGHEHUtDKDFHUWRGRHVIXHU]RSRVLEOHSDUDLQGXFLUDOJRELHUQRVRYLpWLFRDDFHSWDU
HODFXHUGR
/RVLPSHULDOLVWDVHVWDEDQDWHUURUL]DGRVDQWHODHQWUDGDGHO(MpUFLWR5RMRHQ(XURSDGHO(VWH\DQWHOD
SRVLELOLGDGGHTXHHOGHUURFDPLHQWRGHORVUHJtPHQHVWtWHUHVQD]LVVLUYLHUDGHVHxDOSDUDODUHEHOLyQ(VWRVWHPRUHV
HVWDEDQELHQIXQGDGRV(OHVSHFWDFXODUDYDQFHGHO(MpUFLWR5RMR\HOFRODSVRGHORVUHJtPHQHVQD]LVHQ(XURSDGHO
(VWHSURYRFDURQXQDROHDGDUHYROXFLRQDULDWDQWRHQ(XURSDRULHQWDOFRPRRFFLGHQWDO6LQHPEDUJR
FRQWUDULDPHQWHDODFUHHQFLDGH&KXUFKLOO6WDOLQQRWHQtDLQWHUpVHQYHUUHYROXFLRQHVREUHUDVHQ(XURSDGHELGRDO
HIHFWRTXHSRGUtDWHQHUVREUHORVWUDEDMDGRUHVGHOD8566
&RPRXQDSUXHEDGHVXVEXHQDVLQWHQFLRQHV6WDOLQRUGHQyODGLVROXFLyQGHOD,QWHUQDFLRQDO&RPXQLVWD
&RPLQWHUQTXHKDEtDVLGRFUHDGDSRU/HQLQ\7URWVN\HQSDUDDYDQ]DUHQODFDXVDGHODUHYROXFLyQ
PXQGLDO/D&RPLQWHUQIXHGLVXHOWDLJQRPLQLRVDPHQWHVLQQLVLTXLHUDFRQYRFDUXQFRQJUHVRHOGHPD\RGH
(VWDIXHODVHxDOGH6WDOLQDORVLPSHULDOLVWDVEULWiQLFRV\HVWDGRXQLGHQVHVSDUDTXHFRPSUHQGLHUDQTXHQR
GHEtDQWHQHUPLHGRGHpODOPHQRVHQORTXHVHUHIHUtDDODUHYROXFLyQPXQGLDO
8QDXWRUHVWDOLQLVWDHVFULEHORVLJXLHQWH5HVSRQGLHQGRHOGHPD\RDODFXHVWLyQGH+DUROG.LQJHO
FRUUHVSRQVDOHQ0RVF~GH5HXWHUVDQWHHOHIHFWRTXHWHQGUtDODGLVROXFLyQGHOD&RPLQWHUQHQHOIXWXURGHODV
UHODFLRQHVLQWHUQDFLRQDOHV6WDOLQHVFULELyTXHODGLVROXFLyQGHOD,QWHUQDFLRQDO&RPXQLVWDIDFLOLWDEDOD
RUJDQL]DFLyQGHXQDWDTXHFRP~QGHODV1DFLRQHV8QLGDVFRQWUDHOHQHPLJRFRP~Q/DGLVROXFLyQGHOD
&RPLQWHUQGHMDEDDOGHVFXELHUWRODPHQWLUDQD]LGHTXHµ0RVF~¶WHQtDODLQWHQFLyQGHLQWHUYHQLUHQORVDVXQWRVGH
RWUDVQDFLRQHV\µEROFKHYL]DUODV96LSROVSiJ
(QORVLPSHULDOLVWDVEULWiQLFRVLQWHUYLQLHURQPLOLWDUPHQWHHQ*UHFLDSDUDDSODVWDUDORVSDUWLVDQRVTXH
HVWDEDQGLULJLGRVSRUHO3DUWLGR&RPXQLVWD(VWRIXHHOUHVXOWDGRGLUHFWRGHODSROtWLFDGH6WDOLQTXHKDEtDOOHJDGR
DXQDFXHUGRFRQ&KXUFKLOOSDUDGLYLGLUORV%DOFDQHV\(XURSDGHO(VWHHQHVIHUDVGHLQIOXHQFLDVUXVD\EULWiQLFD
(VWHQRHVHOOXJDUSDUDRFXSDUQRVGHODVPDQLREUDVGLSORPiWLFDVHQWUH5XVLD((88\*UDQ%UHWDxDGXUDQWHOD
JXHUUDSHURHVWiEDVWDQWHFODURTXHODVWUHVSRWHQFLDVHVWDEDQPDQLREUDQGRSDUDFRQVHJXLUSRVLFLRQHVGHVSXpVGH
ODGHUURWDGHOD$OHPDQLDQD]L6WDOLQKDEtDLQWHQWDGRHQFRQWUDUXQVLWLRHQWUHODVSRWHQFLDVLPSHULDOLVWDVHQWUH
\HQODVWUHVJUDQGHVFRQIHUHQFLDVGH7HKHUiQ0RVF~<DOWD\HQ3RVWGDP&KXUFKLOODQRWyVX
FRQYHUVDFLyQFRQ6WDOLQHQRFWXEUHGH
(OPRPHQWRHUDDGHFXDGRSDUDORVQHJRFLRVDVtTXHGLMHµ7UDWHPRVQXHVWURVDVXQWRVHQORV%DOFDQHV6XV
HMpUFLWRVHVWiQHQ5XPDQLD\%XOJDULD1RVRWURVWHQHPRVLQWHUHVHVPLVLRQHV\DJHQWHVDOOt1RGHEHPRV
GHVYLDUQRVHQSHTXHxDVFRVDV(QFXDQWRD*UDQ%UHWDxD\5XVLDVHUHILHUH¢FyPRSRGUtDRIUHFHUOHWHQHUHO
SRUFLHQWRGHOFRQWUROGH5XPDQLD\SDUDQRVRWURVHOSRUFLHQWRGH*UHFLD\<XJRVODYLDDXQSRU
FLHQWR"¶0LHQWUDVOHWUDGXFtDQ\RHVFULEtDHQXQDSHTXHxDKRMDGHSDSHO
5XPDQLD5XVLDHOSRUFLHQWRORVRWURVHOSRUFLHQWR
*UHFLD*UDQ%UHWDxDGHDFXHUGRFRQ((88HOSRUFLHQWR5XVLDHOSRUFLHQWR
+XQJUtDSRUFLHQWR
%XOJDULD5XVLDHOSRUFLHQWRORVRWURVHOSRUFLHQWR
6HORSDVpD6WDOLQTXHKDEtDHVFXFKDGRODWUDGXFFLyQ+XERXQDOHYHSDXVD'HVSXpVWRPyVXOiSL]D]XOHKL]R
XQJUDQJDUDEDWRHQpOQRVORGHYROYLy7RGRVHGHFLGLyHQPHQRVWLHPSRGHORTXHVHWDUGyHQHVFULELU'HVSXpV
GHHVWRKXERXQODUJRVLOHQFLR(OSDSHOJDUDEDWHDGRHVWDEDHQHOFHQWURGHODPHVD)LQDOPHQWHGLMHµ¢SRGUtD
SDUHFHUEDVWDQWHFtQLFRVLYLHUDQTXHKHPRVGHFLGLGRHVWDVFXHVWLRQHVTXHDIHFWDQDOGHVWLQRGHPLOORQHVGH
SHUVRQDVGHXQDIRUPDWDQLPSURYLVDGD"'HEHPRVTXHPDUHOSDSHO¶µ1RJXiUGHOR¶GLMR6WDOLQ:&KXUFKLOO
7ULXPSKDQG7UDJHG\SiJ
/DVDFFLRQHVGH6WDOLQGLHURQOX]YHUGHD&KXUFKLOOSDUDDSODVWDUODUHYROXFLyQHQ*UHFLD$TXtHOHMpUFLWR
EULWiQLFRDSODVWyDORVSDUWLVDQRVGHO($0TXHKDEtDQGLULJLGRODOXFKDFRQWUDODRFXSDFLyQQD]LHQWUHJDQGRHO
SRGHUDOUH\\VXFDPDULOODUHDFFLRQDULD(VWROOHYyDXQDJXHUUDFLYLOVDQJULHQWD\DXQJRELHUQRUHDFFLRQDULRHQ
*UHFLDTXHGXUyGpFDGDV

&RQWUDUUHYROXFLyQHQIRUPDGHPRFUiWLFD
/RVSODQHVSDUDGLYLGLUOD(XURSDGHODSRVJXHUUDFRPHQ]DURQDQWHVGHODLQYDVLyQGH)UDQFLD(OHMpUFLWR
QRUWHDPHULFDQRVHVXSRQtDTXHRFXSDUtD$OHPDQLDGHVGHODIURQWHUDVXL]DKDVWD'VVHOGRUIPLHQWUDVTXHORV
EULWiQLFRVRFXSDUtDQHOWHUULWRULRTXHYDGHVGH/XHEHFNKDVWDHO5XKU/RVHVWDGRXQLGHQVHVWHQtDQODLQWHQFLyQGH
FRQWURODU)UDQFLD\%pOJLFD\ORVEULWiQLFRVFRQWURODU+RODQGD'LQDPDUFD\1RUXHJD/DVLWXDFLyQHQ(XURSDGHO
(VWHHUDPiVGLItFLOGHELGRDODSUHVHQFLDGHO(MpUFLWR5RMR3HURDTXt&KXUFKLOOHVWDEDPDQLREUDQGRFRQORV
OODPDGRVJRELHUQRVHQHOH[LOLR
<DHQHO)RUHLJQ2IILFHEULWiQLFRKDEtDFRPHQ]DGRDHODERUDUSODQHVSDUDVRIRFDUORVPRYLPLHQWRV
UHYROXFLRQDULRVHQOD(XURSDOLEHUDGD/DLQWHQFLyQGHORVEULWiQLFRV\HVWDGRXQLGHQVHVHUDLPSRQHUDODV
SREODFLRQHVOLEHUDGDVGH(XURSDHOGRPLQLRGHORVOODPDGRVJRELHUQRVHQHOH[LOLR\TXHHQUHDOLGDGHUDQVyOR
FDPDULOODVEXUJXHVDVGHGHUHFKDVVLQQLQJXQDEDVHTXHGXUDQWHODJXHUUDKDEtDQHVWDGRHQ/RQGUHVFRPRHO
JRELHUQRHQHOH[LOLRGH&KDUOHVGH*DXOOH/DOODPDGDUHVLVWHQFLDJDXOOLVWDQRHUDWDQVLJQLILFDWLYDFRPR
SUHWHQGHQKDFHUFUHHUORVKLVWRULDGRUHVEXUJXHVHVIUDQFHVHV1RVHSRGtDFRPSDUDUFRQODYHUGDGHUDUHVLVWHQFLD
IUDQFHVDTXHFRPRHQWRGRVORVGHPiVSDtVHVHVWDEDGLULJLGDSRUORVFRPXQLVWDV(VWRV~OWLPRVIXHURQUHDOPHQWH
ORVUHVSRQVDEOHVGHODOLEHUDFLyQGH3DUtV/RVEULWiQLFRVOOHYDURQDGH*DXOOHGHYXHOWDD)UDQFLD\OHHQYLDURQD
KDFHUSRPSRVRVGLVFXUVRVHQ%D\HX[\RWUDVFLXGDGHVOLEHUDGDVDXQTXHVXSDSHOUHDOHQODOXFKDFRPRVXEDVH
GHPDVDVGHDSR\RHQ)UDQFLDHUDLQH[LVWHQWH
(OGHDJRVWRHVWDOOyXQDKXHOJDJHQHUDO/RVWUDEDMDGRUHVRFXSDURQODVIiEULFDV(OODSROLFtDLQLFLyXQD
KXHOJD\WRPyHOFRQWUROGHOD3UHIHFWXUD%DMRODGLUHFFLyQGHOFRURQHO5RO7DQJX\DQWLJXRGLULJHQWHGHO
VLQGLFDWRPHWDO~UJLFR&*7ODUHVLVWHQFLDFRPXQLVWDLQLFLyXQDRIHQVLYDWRWDO(OPRYLPLHQWRHQHOTXHGHVGHHO
SULQFLSLRSDUWLFLSDURQLQVXUJHQWHVDOFDQ]yWDOQLYHOTXHORVDOHPDQHVQRSXGLHURQKDFHUQDGD6H
FRQVLGHUyODSRVLELOLGDGGHODQ]DUXQDFRQWUDRIHQVLYDSHURGHVSXpVVHGHVFDUWyHVDSRVLELOLGDG(OFRPDQGDQWH
DOHPiQHOJHQHUDOYRQ&KROWLW]LQLFLyFRQYHUVDFLRQHVVHFUHWDVFRQODUHVLVWHQFLDSRUPHGLRGHODOHJDFLyQVXHFD
6HDFRUGyXQDWUHJXDHQODTXH]RQDVLPSRUWDQWHVGH3DUtVHVWDEDQFRQWURODGDVSRUODUHVLVWHQFLD\ORVDOHPDQHV
DFHSWDURQWUDWDUDORVJXHUULOOHURVPDTXLVFRPRVROGDGRV3HURHODOWRHOIXHJRGXUyPX\SRFRHLQPHGLDWDPHQWH
VHUHLQLFLDURQODVOXFKDVFDOOHMHUDV6HOHYDQWDURQEDUULFDGDVSRUWRGR3DUtV)XHXQDWRWDOLQVXUUHFFLyQ/DV
IXHU]DVDOHPDQDVGHVPRUDOL]DGDVVyORSUHVHQWDURQXQDWtPLGDUHVLVWHQFLD/RVRILFLDOHVVHDWULQFKHUDURQHQORV
KRWHOHV\ORVEDUUDFRQHVSDUDUHVJXDUGDUVH\HVSHUDURQDTXHORVDOLDGRVOHVVDOYDUDQGHODVHQFROHUL]DGDVPDVDV
'HVSXpVGHFLQFRGtDVGHOXFKD3DUtVKDEtDFDtGRDQWHXQDLQVXUUHFFLyQUHYROXFLRQDULD
'H*DXOOHSHUVRQDOPHQWHODVWURSDVEULWiQLFDV\HVWDGRXQLGHQVHVQRMXJDURQQLQJ~QSDSHOHQODOLEHUDFLyQGH
3DUtV2ULJLQDOPHQWHORVHMpUFLWRVDOLDGRVHVWDEDQHQHOLQWHULRUGH1RUPDQGtD\QRWHQtDQQLVLTXLHUDODLQWHQFLyQ
GHHQWUDUHQ3DUtVVLQRURGHDUODSDUDOOHJDUDOVXU6yORODSUHVLyQGHGH*DXOOHOHVKL]RFDPELDUGHSODQHV(VWDED
DQVLRVRSRUHQWUDUHQ3DUtVORDQWHVSRVLEOHQRSRUTXHOHSUHRFXSDVHQORVVXIULPLHQWRVGHODSREODFLyQSDULVLQD
VLQRSDUDLPSHGLUXQDUHSHWLFLyQGHOD&RPXQDGH3DUtVGHSHURDKRUDEDMRXQDVFRQGLFLRQHVLQILQLWDPHQWH
PiVIDYRUDEOHVGHVGHXQSXQWRGHYLVWDUHYROXFLRQDULR
(OGtDTXHHVWDOOyODLQVXUUHFFLyQGLULJLGDSRUORVFRPXQLVWDVOD6HJXQGD'LYLVLyQ$FRUD]DGDEDMRPDQGR
JDXOOLVWDHVWDEDWRGDYtDDGRVFLHQWRVNLOyPHWURVGH3DUtV8QSHTXHxRQ~PHURGHWDQTXHVVHGLULJLyDODFDSLWDO
SDUDTXHODVIXHU]DVJDXOOLVWDVSXGLHUDQGHFLUTXHDOPHQRVKDEtDQIRUPDGRSDUWHGHODLQVXUUHFFLyQSHURQR
OOHJDURQKDVWDHOGtDFXDQGRODVIXHU]DVDOHPDQDV\DKDEtDQVLGRGHUURWDGDV&XDQGRGH*DXOOHILQDOPHQWH
HQWUyHQ3DUtVHOGtDVHTXHGyKRUURUL]DGRDOGHVFXEULUTXH5RO7DQJX\KDEtDDFHSWDGR\ILUPDGRHOGtD
DQWHULRUODUHQGLFLyQRILFLDOGHOJHQHUDOYRQ&KROWLW]
8QDROHDGDUHYROXFLRQDULDUHFRUULy)UDQFLD\WRGD(XURSD3HURIXHWUDLFLRQDGDSRUORVHVIXHU]RVFRQMXQWRVGH
ORVGLULJHQWHVGHODVRFLDOGHPRFUDFLD\HOHVWDOLQLVPR(Q,WDOLD\*UHFLDFRPRHQ)UDQFLDODUHVLVWHQFLDHVWDED
FRQWURODGDSRUORVSDUWLGRVFRPXQLVWDV3RGUtDQKDEHUWRPDGRHOSRGHUGHVSXpVGHODJXHUUDSHUR6WDOLQVHOR
LPSLGLySRUTXHWHPtDDODUHYROXFLyQFRPRVLIXHUDXQDSODJD(QVXOXJDUGLRLQVWUXFFLRQHVDORVFRPXQLVWDV
IUDQFHVHVHLWDOLDQRVSDUDTXHHQWUDUDQHQORVJRELHUQRVGHIUHQWHSRSXODUGHORVTXHPiVWDUGHOHVHFKDURQ(O
UHVXOWDGRIXHTXHHQ(XURSDRFFLGHQWDOWXYLPRVXQDFRQWUDUUHYROXFLyQFRQXQDIDFKDGDGHPRFUiWLFD
&XDQGR0XVVROLQLIXHGHUURFDGRHQMXQLRGHORVDOLDGRVUiSLGDPHQWHUHFRQRFLHURQDOJRELHUQRGHO
PDULVFDOIDVFLVWD%DGRJOLRTXHFDPELyGHEDQGRHLQFOXVRGHFODUyODJXHUUDD$OHPDQLD3HURHQUHDOLGDGHO
JRELHUQRGH%DGRJOLRHVWDEDVXVSHQGLGRHQHODLUH(OSRGHUHVWDEDHQPDQRVGHORVWUDEDMDGRUHV\SDUWLVDQRV
LWDOLDQRVTXHHVWDEDQGLULJLGRVSRUHO3DUWLGR&RPXQLVWD(OORVFDSWXUDURQ\HMHFXWDURQDORGLDGRGLFWDGRUIDVFLVWD
0XVVROLQLTXHWHUPLQyVXVGtDVGHELGDPHQWHDKRUFDGRGHXQVXUWLGRUGHJDVROLQDMXQWRDVXDPDQWH1RIXH
FDVXDOLGDGTXHODSULPHUDDFFLyQGHOD5$)IXHUDERPEDUGHDUODVFLXGDGHVGHOQRUWHSDUDDWHUURUL]DUDODVPDVDV\
FRPRXQDDGYHUWHQFLDDORVSDUWLVDQRV
/RVSDUWLVDQRVFRPXQLVWDVOLEHUDURQ0LOiQHOGHDEULOORPLVPRTXHKDEtDQOLEHUDGRDQWHV3DUtV/RV
WUDEDMDGRUHVWRPDURQODVIiEULFDV(Q,WDOLDVHKDEtDDELHUWRHOFDPLQRSDUDODUHYROXFLyQVRFLDOLVWD3HUR7RJOLDWWL
\ORVRWURVGLULJHQWHVGHO3&,VLJXLHQGRyUGHQHVGH0RVF~LPSLGLHURQTXHORVWUDEDMDGRUHVWRPDUDQHOSRGHU(Q
VXOXJDUGHIHQGLHURQODHQWUDGDHQXQDFRDOLFLyQFRQORVFULVWLDQRGHPyFUDWDV/DSROtWLFDGHORVHVWDOLQLVWDV
GHVFDUULOyODUHYROXFLyQ\GHYROYLyHOSRGHUDORVFtUFXORVUHDFFLRQDULRVDSR\DGRVSRU/RQGUHV\:DVKLQJWRQ
/DSROtWLFDFRQWUDUUHYROXFLRQDULDGHODVOODPDGDVGHPRFUDFLDVRFFLGHQWDOHVHVWDEDHQFRQQLYHQFLDFRQORV
QD]LV\RWUDVIXHU]DVGHUHFKLVWDVGH(XURSD3HURHQHVWDRFDVLyQVXREMHWLYRSULQFLSDOHUDFRPEDWLUHO
FRPXQLVPR&KXUFKLOOHUDODSULQFLSDOIXHU]DPRWUL]GHHVWDDFWLYLGDGFRQWUDUUHYROXFLRQDULDSHURFRQWDEDFRQHO
DSR\RDXQTXHPiVFDXWHORVDPHQWHGH:DVKLQJWRQ3DUDHYLWDUODUHYROXFLyQ&KXUFKLOODSR\yDORVPRQiUTXLFRV
HQ,WDOLDFRPRXQEDOXDUWHGHODUHDFFLyQ(VELHQFRQRFLGRTXHORVEULWiQLFRV\ORVHVWDGRXQLGHQVHVD\XGDURQD
PXFKRVFULPLQDOHVGHJXHUUDQD]LVDHVFDSDUGH,WDOLDKDFLD$PpULFDGHO6XUFRQODD\XGDHQWXVLDVWDGHO9DWLFDQR
2WURVVHIXHURQD(VWDGRV8QLGRVGRQGHMXJDURQXQSDSHODFWLYRD\XGDQGRDOD&,$GXUDQWHOD*XHUUD)UtD
/DVLWXDFLyQHQ(XURSDGHO(VWHHUDPX\GLIHUHQWH&RQHODYDQFHGHO(MpUFLWR5RMRHOYLHMRSRGHUHVWDWDO
FRODSVy/DFODVHGRPLQDQWHKDEtDFRODERUDGRFRQORVQD]LV\KXLGRDQWHVGHODYDQFHGHODVIXHU]DVVRYLpWLFDV
8QDYH]PiVODFODVHREUHUDSRGUtDKDEHUWRPDGRHOSRGHUSHURORVHVWDOLQLVWDVODKLFLHURQUHWURFHGHUVLJXLHQGR
ODVyUGHQHVGH0RVF~6HIRUPDURQJRELHUQRVGHFRDOLFLyQGRQGHORVFRPXQLVWDVHVWDEDQHQPLQRUtDSHUR
VLHPSUHWHQtDQGRVPLQLVWHULRV'HIHQVDH,QWHULRUHOHMpUFLWR\ODSROLFtD$GHPiVHO(MpUFLWR5RMRHVWDED
SUHVHQWHFRPRXQDSyOL]DGHVHJXURV
7URWVN\GLMRHQXQDRFDVLyQTXHSDUDPDWDUDXQWLJUHVHQHFHVLWDEDXQDUPDGHIXHJRSHURTXHSDUDDFDEDUFRQ
XQDSXOJDEDVWDEDFRQHOSXOJDU/RVHVWDOLQLVWDVOLTXLGDURQHOFDSLWDOLVPRHQ(XURSDGHO(VWHSHURQRLQWURGXMHURQ
HOVRFLDOLVPR(VWRVUHJtPHQHVFRPHQ]DURQGRQGHWHUPLQyOD5HYROXFLyQ5XVDHQ(VWDGRVREUHURV
EXURFUiWLFDPHQWHGHIRUPDGRV/DH[SURSLDFLyQGHORVFDSLWDOLVWDV\WHUUDWHQLHQWHVVLQGXGDIXHXQDWDUHD
SURJUHVLVWDSHURVHKL]RGHXQDIRUPDEXURFUiWLFDGHVGHDUULEDVLQODSDUWLFLSDFLyQGHPRFUiWLFD\HOFRQWUROGHOD
FODVHREUHUD
/RVUHJtPHQHVTXHVXUJLHURQGHHVWRHUDQXQDFDULFDWXUDEXURFUiWLFD\WRWDOLWDULDGHOVRFLDOLVPR$GLIHUHQFLD
GHO(VWDGRREUHURUXVRHVWDEOHFLGRSRUORVEROFKHYLTXHVHQHOORVQRVHFRQYLUWLHURQHQXQSRORGHDWUDFFLyQ
SDUDORVWUDEDMDGRUHVGH(XURSD2FFLGHQWDO&RQODH[FHSFLyQGH&KHFRVORYDTXLDODEXUJXHVtDGH(XURSDGHO(VWH
DQWHVGHODJXHUUDHUDGHPDVLDGRGpELO/RVLPSHULDOLVWDVHVWDGRXQLGHQVHVLQWHQWDURQIRUWDOHFHUDORVHOHPHQWRV
EXUJXHVHV\FRQVHJXLUHOFRQWUROGH(XURSDGHO(VWHRIUHFLHQGRHO3ODQ0DUVKDOO6WDOLQFRPSUHQGLyODPDQLREUD\
GLRODRUGHQ/RVHVWDOLQLVWDVWRPDURQHOSRGHUH[SXOVDQGRDORVHOHPHQWRVEXUJXHVHVGHODVFRDOLFLRQHV\
QDFLRQDOL]DQGRORVPHGLRVGHSURGXFFLyQ

/RVRUtJHQHVGHOD*XHUUD)UtD
(OSUHVLGHQWH5RRVHYHOWPXULyHOGHDEULOGH\IXHVXVWLWXLGRSRUVXYLFHSUHVLGHQWH7UXPDQ0XFKDV
SHUVRQDVKDQDVXPLGRTXH5RRVHYHOWHUDPHQRVDQWLFRPXQLVWDTXHVXVXFHVRU3HURQRHVDVt/DUD]yQSRUODTXH
5RRVHYHOWHYLWyXQHQIUHQWDPLHQWRLQPHGLDWRFRQ0RVF~HUDTXHQRFRQYHQtDDORVLQWHUHVHVGHOLPSHULDOLVPR
QRUWHDPHULFDQRURPSHUFRQ0RVF~HQHVHPRPHQWR$GHPiVGHODVFRQVLGHUDFLRQHV\DPHQFLRQDGDVORV
HVWDGRXQLGHQVHVWHQtDQRWUDUD]yQSDUDQRFRPSDUWLUHOHQWXVLDVPRGH&KXUFKLOOSRUXQDFUX]DGDFRQWUDHO
EROFKHYLVPRRDOPHQRVHQHVHPRPHQWR/DSULQFLSDOSUHRFXSDFLyQHVWDGRXQLGHQVHHUDODJXHUUDHQHO3DFtILFR
GRQGHOLEUDEDQXQDOXFKDDYLGDRPXHUWHFRQHOLPSHULDOLVPRMDSRQpV
(OSUREOHPDHUDTXHOD8566WHQtDXQLQPHQVRHMpUFLWRHQHOFRUD]yQGH(XURSD6yORODSRVHVLyQGHDUPDV
QXFOHDUHVGLRD((88XQDYHQWDMDSRWHQFLDOSRUTXHOD8566WRGDYtDQRWHQtDODERPEDDWyPLFD3HURODERPED
WRGDYtDQRVHKDEtDSUREDGR\QRKDEtDJDUDQWtDGHVXIXQFLRQDPLHQWR/RVHVWDGRXQLGHQVHVSUREDURQVXSULPHUD
ERPEDDWyPLFDHOGHMXQLRGHHQHOPLVPRPRPHQWRHQTXHORVDOLDGRVGHJXHUUDHVWDEDQUHXQLpQGRVHHQ
%HUOtQSDUDGLVFXWLUODVLWXDFLyQGHODSRVJXHUUD7UXPDQ\&KXUFKLOOIXHURQLQIRUPDGRVGHTXHODSUXHEDKDEtD
VLGRXQp[LWR\QRSHUGLHURQWLHPSRHQKDFpUVHORVDEHUD6WDOLQ(VSHUDEDQXWLOL]DUODDPHQD]DGHGHYDVWDFLyQ
QXFOHDUSDUDLQFOLQDUODVQHJRFLDFLRQHVDVXIDYRU
$OJXQRVKDQPDQWHQLGRTXHOD*XHUUD)UtDQRHPSH]yKDVWDSHURHQUHDOLGDGFRPHQ]yQDGDPiVUHQGLUVH
-DSyQ\VHSUHSDUyLQFOXVRDQWHV'))OHPLQJGLFHORVLJXLHQWH(OSUHVLGHQWH7UXPDQHVWDEDGLVSXHVWRD
FRPHQ]DUODDQWHVGHOOHYDUGRVVHPDQDVHQVXSXHVWR'))OHPLQJ7KH&ROG:DUDQGLWV2ULJLQV
9RO,SiJ/DSRVHVLyQGHODERPEDDWyPLFDGLRD7UXPDQXQVHQWLGRGHVXSHULRULGDGTXHOHOOHYyDVHQWLU
ODQHFHVLGDGGHQRWHQHUTXHRFXOWDUOR-DPHV)%XUQVGLUHFWRUGHOGHSDUWDPHQWRGHPRYLOL]DFLyQGHJXHUUDGH
((88JDUDQWL]yD7UXPDQTXHODSRVHVLyQGHODERPEDDWyPLFDSRQGUtDD((88HQXQDSRVLFLyQGHGLFWDUVXV
SURSLRVWpUPLQRVDOILQDOGHODJXHUUD+DUU\67UXPDQ0HPRLUV9RO,<HDURI'HVWLQ\1XHYD<RUNSiJ
&RPRHVKDELWXDO&KXUFKLOOIXHHOSULPHURHQIRPHQWDUODFUX]DGDDQWLFRPXQLVWD(VWHUDELRVRUHDFFLRQDULR\
EHOLFLVWDKL]RWRGRORTXHSXGRSDUDTXHORVHVWDGRXQLGHQVHVHQWUDUDQHQFRQIOLFWRFRQ5XVLD'HVFULELHQGRVX
FRPSRUWDPLHQWRHQHVWDpSRFDHOJHQHUDO$OOHQ%URRNHHOMHIHGHO(VWDGR0D\RU,PSHULDO%ULWiQLFRDQRWyHQVX
GLDULRTXHVLHPSUHHVWDEDYLpQGRVHFDSD]GHHOLPLQDUWRGRVORVFHQWURVUXVRVGHLQGXVWULD\SREODFLyQ>@
$UWKXU%U\DQW7ULXPSKLQWKH:HVW/RQGUHVSiJ3HURODFODVHREUHUDEULWiQLFD\DKDEtD
WHQLGRGHPDVLDGR&KXUFKLOO+DEtDWHQLGR\DGHPDVLDGDJXHUUD\FLHUWDPHQWHQRGHVHDEDRWUDPHQRVD~QFRQWUD
OD8QLyQ6RYLpWLFD(QODVHOHFFLRQHVJHQHUDOHVHFKDURQD&KXUFKLOO\DORVFRQVHUYDGRUHVGHOSRGHU
GiQGRVHXQYRWRPDVLYRSRUXQJRELHUQRODERULVWD
(QFXDOTXLHUFDVR*UDQ%UHWDxD\DVHKDEtDTXHGDGRUHGXFLGDDOSDSHOGHXQDSRWHQFLDVHFXQGDULDXQVLPSOH
VDWpOLWHGH((88XQSDSHOTXHFRQWLQ~DKDVWDHOGtDGHKR\/RVHVWDGRXQLGHQVHVQRSUHVWDEDQGHPDVLDGD
DWHQFLyQDOUDELRVR&KXUFKLOOSRUTXHD~QWHQtDQDVXQWRVVLQWHUPLQDUHQHO3DFtILFR1HFHVLWDEDQODD\XGDGHOD
8QLyQ6RYLpWLFDSDUDGHUURWDUD-DSyQ\SRUORWDQWRQRWHQtDQSULVDSRUXQDFRQIURQWDFLyQSUHPDWXUDFRQORV
UXVRVHQ(XURSD3RGtDQHVSHUDUKDVWDTXH-DSyQVHULQGLHVH

/DGHUURWDGH-DSyQ
/RVMDSRQHVHVWHQtDQXQSRGHURVRHMpUFLWRWHUUHVWUHHQ0DQFKXULDHOHMpUFLWR.ZDQWXQJ6XIXHU]DWRWDOHVWDED
IRUPDGDSRUXQPLOOyQGHKRPEUHV7HQtDWDQTXHVDUPDV\PRUWHURV\DYLRQHVGHFRPEDWH
(VWDIRUPLGDEOHIXHU]DGHFRPEDWHVHHQIUHQWDEDDVROGDGRVVRYLpWLFRVHVWDFLRQDGRVHQHO/HMDQR
2ULHQWHVRYLpWLFR'HVSXpVGHODUHQGLFLyQDOHPDQDUHFLELHURQUHIXHU]RVGHIXHU]DVDGLFLRQDOHV\FXDQGROD
RIHQVLYDFRPHQ]yHOGHDJRVWRKDEtDHQWRWDOVROGDGRVWDQTXHV\DUPDVDXWRSURSXOVDGDV
DUPDV\PRUWHURV\DYLRQHVGHFRPEDWH(QXQDFDPSDxDTXHGXUyVHLVGtDVHO(MpUFLWR5RMR
DSODVWyDODVIXHU]DVMDSRQHVDV\DYDQ]yDWUDYpVGH0DQFKXULDFRQXQDYHORFLGDGDVRPEURVD/DVIXHU]DV
VRYLpWLFDVHQWUDURQHQ&RUHDHQ6DMDOLQGHO6XU\HQODV,VODV.XULOHVDSRFDGLVWDQFLDGH-DSyQ
(OGHDJRVWRORVHVWDGRXQLGHQVHVODQ]DURQXQDERPEDDWyPLFDVREUH+LURVKLPD7UHVGtDVGHVSXpVHOPLVPR
GtDTXHHOHMpUFLWRVRYLpWLFRLQLFLDEDVXRIHQVLYDODQ]DURQXQDVHJXQGDERPEDDWyPLFDVREUH1DJDVDNL7RGRHVWR
DSHVDUGHTXHORVPXHUWRVHUDQFLYLOHV\QRELHQHVPLOLWDUHV\TXHORVMDSRQHVHVHVWDEDQ\DGHUURWDGRV\SLGLHQGR
ODSD](VWDVERPEDVDWyPLFDVWHQtDQODLQWHQFLyQGHODQ]DUXQDDGYHUWHQFLDDOD8566SDUDTXHHO(MpUFLWR5RMR
QRFRQWLQXDUDVXDYDQFHSRUTXHVLQRKDEUtDRFXSDGR-DSyQ(OXVRGHODERPEDDWyPLFDIXHXQDFWRSROtWLFR
7HQtDODLQWHQFLyQGHGHPRVWUDUD6WDOLQTXH((88DKRUDWHQtDHQVXSRVHVLyQXQWHUULEOHDUVHQDOGHDUPDVGH
GHVWUXFFLyQPDVLYD\HVWDEDQGLVSXHVWRVDXWLOL]DUORFRQWUDSREODFLRQHVFLYLOHV+DEtDXQDDPHQD]DLPSOtFLWDOR
TXHKHPRVKHFKRHQ+LURVKLPD\1DJDVDNLORSRGHPRVKDFHUHQ0RVF~\/HQLQJUDGR
1DGDPiVUHQGLUVH-DSyQODDFWLWXGGH:DVKLQJWRQKDFLD0RVF~FDPELyLQPHGLDWDPHQWH$KRUDHVWDED\D
DFDEDGDODIRUPDTXHDGRSWDUtDHOPXQGRGHODSRVJXHUUD(OPXQGRHVWDUtDGRPLQDGRSRUGRVJUDQGHVJLJDQWHV
HOSRGHURVRLPSHULDOLVPRHVWDGRXQLGHQVHSRUXQODGR\HOSRGHURVRHVWDOLQLVPRUXVRSRUHORWUR5HSUHVHQWDEDQ
GRVVLVWHPDVVRFLRHFRQyPLFRVIXQGDPHQWDOPHQWHDQWDJyQLFRVFRQLQWHUHVHVRSXHVWRV(UDLQHYLWDEOHXQDOXFKD
WLWiQLFDHQWUHORVGRV
/RVLPSHULDOLVWDVQRUWHDPHULFDQRVDKRUDVHVHQWtDQORVDPRVGHOPXQGR+DEtDQVXIULGRUHODWLYDPHQWHSRFRHQ
ODJXHUUD6XEDVHSURGXFWLYDHVWDEDLQWDFWDPLHQWUDVTXHODLQGXVWULDGH(XURSDHVWDEDHQUXLQDV'RVWHUFLRVGHO
RURGLVSRQLEOHHQHOPXQGRVHHQFRQWUDEDQHQ)RUW.QR[((88WHQtDXQLQPHQVRHMpUFLWR\HOPRQRSROLRGHODV
DUPDVQXFOHDUHV3RGtDQLPSRQHUVXVFRQGLFLRQHVDOUHVWRGHOPXQGR6yOROD8QLyQ6RYLpWLFDVHLQWHUSRQtDHQVX
FDPLQR/DDUURJDQFLDGHOSRGHUHVWDGRXQLGHQVHIXHH[SUHVDGDHQSDODEUDVSRUHOGLUHFWRUGHO7KH1HZ<RUN
7LPHV1HLO0DF1HLOFXDQGRHVFULELyORVLJXLHQWH7DQWR((88FRPRHOPXQGRQHFHVLWDEDQODSD]EDVDGDHQ
ORVSULQFLSLRVQRUWHDPHULFDQRVOD3D]$PHULFDQD>@'HEHUtDPRVDFHSWDUODSD]QRUWHDPHULFDQD1RGHEHUtDPRV
DFHSWDUQDGDPiV1HLO0DF1HLO$Q$PHULFDQ3HDFH1XHYD<RUNSiJ

3RVGDWDHOILQDOGHXQPLWR
/DVFHOHEUDFLRQHVGHOPHVSDVDGRFRQPRWLYRGHOžDQLYHUVDULRGHO'tD'HVWDEDQGHVWLQDGDVDSHUSHWXDUXQ
PLWR(OGHVHPEDUFRGH1RUPDQGtDQRDFDEyFRQOD6HJXQGD*XHUUD0XQGLDOHQ(XURSDTXHVHOXFKy\JDQyHQ
HOIUHQWHRULHQWDO
&RQHVWRQRTXHUHPRVTXLWDUPpULWRDOFRUDMHGHORVVROGDGRVEULWiQLFRV\HVWDGRXQLGHQVHV/RVVROGDGRVGHO
GHVHPEDUFRGH1RUPDQGtDIXHURQHQYLDGRVDOLQILHUQR6HJ~QODVFLIUDVSXEOLFDGDVSRUORV&XDUWHOHV*HQHUDOHV
ODVEDMDVDOLDGDVHQORVSULPHURVTXLQFHGtDVGHEDWDOODDVFHQGLHURQD/RVEULWiQLFRVSHUGLHURQ
KRPEUHVFD\HURQKHULGRV\GHVDSDUHFLHURQ/RVHVWDGRXQLGHQVHVSHUGLHURQVROGDGRV
FD\HURQKHULGRV\GHVDSDUHFLHURQ/RVFDQDGLHQVHVSHUGLHURQDIXHURQKHULGRV\
GHVDSDUHFLHURQ(VWRIXHPX\GXURSHURQRVHSXHGHFRPSDUDUFRQODVLQPHQVDVSpUGLGDVHQHOIUHQWHRULHQWDO
YHU0DUWLQ*LOEHUW6HFRQG:RUOG:DUSiJ
7RGRVORVSXHEORVSDJDURQXQSUHFLRWHUULEOHSRUODJXHUUD/DVEDMDVEULWiQLFDVDVFHQGLHURQDODV
HVWDGRXQLGHQVHVD3HUROD8QLyQ6RYLpWLFDSHUGLyPLOORQHVPiVGHODPLWDGGHODVEDMDVGHOD
6HJXQGD*XHUUD0XQGLDO6HJ~QORVFiOFXORVLQFOXVRDQWHVGHOGHVHPEDUFRGH1RUPDQGtDHOSRUFLHQWRGH
WRGRVORVKRPEUHVMyYHQHVHQWUH\DxRVGHHGDGHQOD8QLyQ6RYLpWLFD\DKDEtDQFDtGRPXHUWRV(VWDVFLIUDV
H[SUHVDQODYHUGDGHUDVLWXDFLyQ'HPXHVWUDQTXHODSREODFLyQGHOD8QLyQ6RYLpWLFDVXIULyXQQ~PHUR
GHVSURSRUFLRQDGRGHEDMDVSRUTXHHOSULQFLSDOIUHQWHHXURSHRIXHHORULHQWDO
$GHPiVGHODWHUULEOHSpUGLGDGHYLGDVODEDVHSURGXFWLYDGHOD8QLyQ6RYLpWLFDTXHGyVHULDPHQWHGDxDGDSRU
ODVKRUGDVGHSUHGDGRUDVGH+LWOHUTXHERPEDUGHDURQTXHPDURQ\VDTXHDURQSURYRFDQGRXQDGHVWUXFFLyQ
PDVLYDGHODLQGXVWULDHQORVWHUULWRULRVRFXSDGRVGHOD85663HURGHVSXpVGHODJXHUUDOD8566UHFRQVWUX\yVX
HFRQRPtDHQXQSHUtRGRFRUWRGHWLHPSR/DVXSHULRULGDGGHODHFRQRPtDQDFLRQDOL]DGDSODQLILFDGDTXHVH
GHPRVWUy\DHQODSURSLDJXHUUDTXHGyFRQILUPDGDHQHOSHUtRGRGHUHFRQVWUXFFLyQGHODSRVJXHUUDFXDQGR
FRQVLJXLyXQDWDVDUHJXODUGHFUHFLPLHQWRGHOSRUFLHQWRDQXDO
/RVKLVWRULDGRUHVRFFLGHQWDOHVPRWLYDGRVPiVSRUFRQVLGHUDFLRQHVSROtWLFDVTXHSRUODYHUGDGKLVWyULFDKDQ
PLQLPL]DGRVLVWHPiWLFDPHQWHHOSDSHOGHOD8QLyQ6RYLpWLFDGXUDQWHOD6HJXQGD*XHUUD0XQGLDO(VWDFDPSDxD
VLVWHPiWLFDGHGLVWRUVLyQVHLQWHQVLILFyFRQODFDtGDGHO0XURGH%HUOtQ/RVGHIHQVRUHVGHOFDSLWDOLVPRQRHVWiQ
GLVSXHVWRVDUHFRQRFHUODVFRQTXLVWDVGHODHFRQRPtDQDFLRQDOL]DGD\SODQLILFDGDHQOD85661RSXHGHQDGPLWLU
TXHODHVSHFWDFXODUYLFWRULDPLOLWDUVREUHOD$OHPDQLDGH+LWOHUVHGHELySUHFLVDPHQWHDHVWR
3DUDPLQLPL]DUHOSDSHOGHOD8566HQODJXHUUDH[DJHUDQODLPSRUWDQFLDGHFRVDVFRPRODD\XGD
HVWDGRXQLGHQVHDOD8QLyQ6RYLpWLFD(VWDIDOVLILFDFLyQHVIiFLOGHUHVSRQGHU/DUHDOLGDGHVTXHHO(MpUFLWR5RMR
KDEtDIUHQDGRHODYDQFHDOHPiQ\FRPHQ]DGRXQFRQWUDDWDTXHDILQDOHVGHHQODEDWDOODGH0RVF~DQWHVGH
TXHFXDOTXLHUVXPLQLVWURSURFHGHQWHGH((88*UDQ%UHWDxDR&DQDGiOOHJDVHDOD8566
(VWRVVXPLQLVWURVOOHJDURQSULQFLSDOPHQWHHQHOSHUtRGRGHHVGHFLUHQHOSHUtRGRHQTXHOD8QLyQ
6RYLpWLFD\DHVWDEDIDEULFDQGRPiVWHFQRORJtDPLOLWDUTXHODPDTXLQDULDEpOLFDDOHPDQD(OORVVyORDSRUWDURQXQD
IUDFFLyQGHODSURGXFFLyQGHJXHUUDVRYLpWLFDHOGRVSRUFLHQWRGHODDUWLOOHUtDHOGLH]SRUFLHQWRGHORVWDQTXHV\
HOGRFHSRUFLHQWRGHODDYLDFLyQ(QQLQJ~QVHQWLGRHVWRVHSXHGHFRQVLGHUDUFRPRDOJRGHFLVLYRHQHOHVIXHU]R
EpOLFRVRYLpWLFRHQVXFRQMXQWR6XLPSRUWDQFLDIXHPDUJLQDO
/DVYHUGDGHUDVUD]RQHVSDUDODVPDUDYLOORVDVFRQTXLVWDVGHOD8QLyQ6RYLpWLFDHQOD6HJXQGD*XHUUD0XQGLDO
IXHDOJRTXHORVKLVWRULDGRUHVRFFLGHQWDOHVQRHVWiQGLVSXHVWRVDDGPLWLUMDPiVHQSULPHUOXJDUODVXSHULRULGDG
GHXQDHFRQRPtDQDFLRQDOL]DGD\FRQXQDSODQLILFDFLyQFHQWUDO\HQVHJXQGROXJDUODGHWHUPLQDFLyQGHODFODVH
REUHUDVRYLpWLFDSDUDGHIHQGHUORTXHTXHGDEDGHODVFRQTXLVWDVGHOD5HYROXFLyQGH2FWXEUHFRQWUDHOIDVFLVPR
\HOLPSHULDOLVPR
1RIXHJUDFLDVD6WDOLQ\ODEXURFUDFLDTXHKDEtDQFRORFDGRDOD8566HQXQSHOLJURH[WUHPRSRUVXSROtWLFD
FULPLQDOHLUUHVSRQVDEOHDQWHVGHODJXHUUDVLQRDSHVDUGHHOORV/RVWUDEDMDGRUHVVRYLpWLFRVDSHVDUGHWRGRVORV
FUtPHQHVGH6WDOLQ\ODEXURFUDFLDGHIHQGLHURQDOD8566\OXFKDURQFRPRWLJUHV(VWRIXHORTXHHQ~OWLPD
LQVWDQFLDJDUDQWL]yODYLFWRULD
(QUHDOLGDGORVUHJtPHQHVFDSLWDOLVWDVGH*UDQ%UHWDxD\((88GHXQDIRUPDLQGLUHFWDDGPLWLHURQOD
VXSHULRULGDGGHODSODQLILFDFLyQFHQWUDOVREUHODDQDUTXtDGHPHUFDGRGXUDQWHODJXHUUD&XDQGRODVFRVDVVH
YROYLHURQUHDOPHQWHVHULDV\VHHQFRQWUDEDQIUHQWHDODSDUHG¢&yPRUHDFFLRQDURQ"¢&yPRKR\HQGtDGLFLHQGR
TXHWRGRGHEHUtDHVWDUHQPDQRVSULYDGDV"¢(QWRQDURQKLPQRVDODVJORULDVGHODHFRQRPtD\HPSUHVDSULYDGDV"
£1RORKLFLHURQ
,QWURGXMHURQXQDOHJLVODFLyQGHXUJHQFLDSDUDFHQWUDOL]DUODSURGXFFLyQHVSHFLDOPHQWHODVLQGXVWULDVGHJXHUUD
,QWURGXMHURQPHGLGDVGHSODQLILFDFLyQGLUHFFLyQGHOWUDEDMRUDFLRQDPLHQWR\RWUDVFRVDVSRUHOHVWLOR¢3RUTXpOR
KLFLHURQ"3RUXQDEXHQDUD]yQSRUTXHHVWRVPpWRGRVGDEDQPHMRUHVUHVXOWDGRV£7DQWDDUJXPHQWDFLyQVREUHOD
VXSXHVWDVXSHULRULGDGGHODHFRQRPtDGHOLEUHPHUFDGR
3RUVXSXHVWRTXHQRHUDHOVRFLDOLVPR/DVSDODQFDVEiVLFDVGHODHFRQRPtDVHJXtDQHQPDQRVGHORV
FDSLWDOLVWDVSULYDGRV/DSODQLILFDFLyQUHDOQRHVSRVLEOHEDMRHOFDSLWDOLVPR/DVLQGXVWULDVQDFLRQDOL]DGDVHVWDEDQ
GLULJLGDVSRUEXUyFUDWDV3HURDSHVDUGHHVWDVOLPLWDFLRQHVLQFOXVRHVWRVHOHPHQWRVGHHFRQRPtDSODQLILFDGD
FRQVLJXLHURQGXUDQWHXQWLHPSRUHVXOWDGRVVHULRV/RVHOHPHQWRVGHSODQLILFDFLyQLQFOXVRVREUHEDVHVFDSLWDOLVWDV
GLHURQPHMRUHVUHVXOWDGRVTXHODHFRQRPtDGHOLEUHPHUFDGR6yORKDFHIDOWDLPDJLQDUORVUHVXOWDGRVTXHVH
 SRGUtDQFRQVHJXLUHQXQDYHUGDGHUDHFRQRPtDVRFLDOLVWDSODQLILFDGDGRQGHORVEHQHILFLRVGHXQSODQFHQWUDOVH
FRPELQDUDQFRQODDGPLQLVWUDFLyQ\FRQWUROGHPRFUiWLFRVGHORVSURSLRVWUDEDMDGRUHV
'HVSXpVGHVHFUHDURQODV1DFLRQHV8QLGDVVXSXHVWDPHQWHSDUDJDUDQWL]DUODSD]PXQGLDO3HURKR\VHLV
GpFDGDVGHVSXpVGHO'tD'HOPXQGRHVFXDOTXLHUFRVDPHQRVXQOXJDUSDFtILFR8QDJXHUUDVXFHGHDRWUDHQXQ
SDtVWUDVRWURHQXQFRQWLQHQWHWUDVRWUR(QODpSRFDPRGHUQDODVJXHUUDVVRQODH[SUHVLyQGHODVLQVRSRUWDEOHV
FRQWUDGLFFLRQHVTXHIOX\HQGHOSURSLRVLVWHPDFDSLWDOLVWD7RGRHOPXQGRHVWiGRPLQDGRSRUXQSXxDGRGH
QDFLRQHVULFDVTXHDVXYH]HVWiQGRPLQDGDVSRUXQSXxDGRGHEDQFRV\HPSUHVDVSRGHURVDV6XVDFFLRQHVHVWiQ
GHWHUPLQDGDVFRPRVLHPSUHORHVWXYLHURQSRUODFRQFXSLVFHQFLDGHODUHQWDHOLQWHUpV\HOEHQHILFLRSRUORV
PHUFDGRVODVPDWHULDVSULPDV\ODVHVIHUDVGHLQIOXHQFLD
(QOD6HJXQGD*XHUUD0XQGLDOPXULHURQFLQFXHQWD\FLQFRPLOORQHVGHKRPEUHVPXMHUHV\QLxRV0LOORQHV
PiVPXULHURQHQORVDxRV\GpFDGDVVLJXLHQWHVQRVyORHQJXHUUDV\RWURVFRQIOLFWRVPLOLWDUHVVLQRWDPELpQSRUHO
KDPEUH\HSLGHPLDVFRPRODPDODULDHOVLGDRHQIHUPHGDGHVVHQFLOODVSURYRFDGDVSRUODDXVHQFLDGHDJXD
SRWDEOH
/RSHRUGHWRGRHVWRHVTXHHVDOJRREMHWLYDPHQWHLQQHFHVDULR(QODSULPHUDGpFDGDGHOVLJOR;;,FXDQGROD
FLHQFLD\ODWHFQRORJtDKDQDOFDQ]DGRQLYHOHVLQLPDJLQDEOHVDQWHVODPD\RUtDGHODUD]DKXPDQDVHHQIUHQWDDXQD
GHPROHGRUDOXFKDSRUODVXSHUYLYHQFLD/DGLVWDQFLDHQWUHULFRV\SREUHVVHKDSURIXQGL]DGRKDVWDFRQYHUWLUVHHQ
XQDELVPR\DOPLVPRWLHPSRODEUHFKDHQWUHODVQDFLRQHVULFDV\ODVSREUHVQXQFDKDVLGRWDQJUDQGH
(VWRVVRQORVKHFKRVTXHHVWiQGHWUiVGHODVWHQVLRQHV\DQWDJRQLVPRVTXHFUHDQODVJXHUUDVODOXFKDpWQLFDHO
WHUURULVPR\WRGRVORVGHPiVKRUURUHVTXHDIOLJHQDQXHVWURSODQHWDWRUWXUDGR\WXUEXOHQWR(QODPHGLGDTXHHVWDV
FRQWUDGLFFLRQHVFHQWUDOHVQRVHUHVXHOYDQODVJXHUUDV\RWURVFRQIOLFWRVYLROHQWRVFRQWLQXDUiQVHPEUDQGRPXHUWH
\GHVWUXFFLyQ(VLQ~WLOODPHQWDUORVUHVXOWDGRVGHODJXHUUDFRPRKDFHQORVSDFLILVWDV\ORVPRUDOLVWDV/RTXH
KDFHIDOWDHVGLDJQRVWLFDUODIXHQWHGHODHQIHUPHGDG\UHFHWDUXQDFXUD
(OHQRUPHSRWHQFLDOGHXQDHFRQRPtDSODQLILFDGDTXHGyGHPRVWUDGRHQOD8QLyQ6RYLpWLFDDQWHVGXUDQWH\HQ
ORVSULPHURVYHLQWLFLQFRDxRVGHVSXpVGHOD6HJXQGD*XHUUD0XQGLDO$SHVDUGHWRGRVORVHVIXHU]RVGHOD
EXUJXHVtD\VXVSOXPtIHURVDVXHOGRHQQHJDUORODUHDOLGDGHVTXHOD8566\PiVWDUGH&KLQDGHPRVWUyTXHHV
SRVLEOHJHVWLRQDUODHFRQRPtDVLQFDSLWDOLVWDVSULYDGRVEDQTXHURVHVSHFXODGRUHV\WHUUDWHQLHQWHV\TXHWDO
HFRQRPtDSXHGHREWHQHUUHVXOWDGRVHVSHFWDFXODUHV
£$K3HUROD8QLyQ6RYLpWLFDFRODSVy6tOD8QLyQ6RYLpWLFDFRODSVyGHVSXpVGHGpFDGDVGHJRELHUQR
EXURFUiWLFR\WRWDOLWDULRTXHQHJyFRPSOHWDPHQWHHOUpJLPHQGHGHPRFUDFLDREUHUDHVWDEOHFLGRHQ<DHQ
/HyQ7URWVN\SURQRVWLFyTXHODEXURFUDFLDHVWDOLQLVWDTXHXVXUSyHOSRGHUGHVSXpVGHODPXHUWHGH/HQLQQR
VHTXHGDUtDVDWLVIHFKDFRQVXVSULYLOHJLRVOHJDOHVHLOHJDOHVSHURTXHLQHYLWDEOHPHQWHOXFKDUtDSRUVXVWLWXLUOD
HFRQRPtDSODQLILFDGDQDFLRQDOL]DGDSRUPRQRSROLRVGHSURSLHGDGSULYDGD
/DFRQWUDUUHYROXFLyQFDSLWDOLVWDHQ5XVLDQRHVXQDVDOLGDSDUDORVSXHEORVGHODDQWLJXD8566+DLGR
DFRPSDxDGDGHXQKRUULEOHFRODSVRGHODHFRQRPtDUXVDGHORVQLYHOHVGHYLGD\ODFXOWXUDFRPRSURQRVWLFy
7URWVN\6LH[LVWHXQSDtVHQHOPXQGRGRQGHHOFDSLWDOLVPRHVWiFRQGHQDGRHVHSDtVHV5XVLD
/DSURORQJDFLyQGHOFDSLWDOLVPRVHQLODPHQD]DHOIXWXURGHODFXOWXUDKXPDQDODFLYLOL]DFLyQODGHPRFUDFLD
TXL]iLQFOXVRODVXSHUYLYHQFLDGHODSURSLDKXPDQLGDG(OPXQGRSLGHDJULWRVXQDWUDQVIRUPDFLyQVRFLDO\
HFRQyPLFDIXQGDPHQWDO/D~QLFDHVSHUDQ]DSDUDODKXPDQLGDGHVODDEROLFLyQUDGLFDOGHOFDSLWDOLVPR\HO
HVWDEOHFLPLHQWRGHXQVLVWHPDDUPyQLFRGHSURGXFFLyQ\GLVWULEXFLyQEDVDGRHQODSURSLHGDGFRP~QGHORV
PHGLRVGHSURGXFFLyQEDMRHOFRQWURO\ODDGPLQLVWUDFLyQGHPRFUiWLFDVGHORVWUDEDMDGRUHV
/DIXWXUDHFRQRPtDVRFLDOLVWDSODQLILFDGDQRVHEDVDUiHQHOSDVDGRFRPRIXHHOUpJLPHQHVWDEOHFLGRSRUHO
3DUWLGR%ROFKHYLTXHGH/HQLQ\7URWVN\HQQRYLHPEUHGH6XUJLUiGHDYDQFHVFRORVDOHVGHODLQGXVWULDOD
FLHQFLD\ODWHFQRORJtDTXHVHFRQYHUWLUiQHQVLUYLHQWHVGHODVQHFHVLGDGHVKXPDQDV\QREiOVDPRVGHOEHQHILFLR
6REUHODVEDVHVPRGHUQDVXQDHFRQRPtDWHFQROyJLFDPHQWHDYDQ]DGDODSODQLILFDFLyQUDFLRQDOHVWLPXODUiOD
SURGXFFLyQKDVWDXQQLYHOVLQSUHFHGHQWHV6HUiSRVLEOHHQXQSHUtRGRGHWLHPSRUHODWLYDPHQWHFRUWRDEROLUHO
KDPEUHODIDOWDGHYLYLHQGDODPLVHULD\HODQDOIDEHWLVPR\WRGRVORVGHPiVHOHPHQWRVGHEDUEDULHTXHKDFHQGH
ODYLGDXQLQILHUQRVREUHODWLHUUDSDUDPLOORQHVGHSHUVRQDV(QOXJDUGHODYLHMDOXFKD\ULYDOLGDGHQWUHODV
QDFLRQHVVHUiSRVLEOHXQLUODVIXHU]DVSURGXFWLYDVGHWRGRHOSODQHWDHQXQDFRPXQLGDGVRFLDOLVWDGRQGHODV
JXHUUDVVHDQFRVDGHOSDVDGRMXQWRFRQODHVFODYLWXGHOIHXGDOLVPR\HOFDQLEDOLVPRTXHGDUiQUHOHJDGDVDO
PXVHRGHUHOLTXLDVEiUEDUDVGHOSDVDGR
GHMXOLRGH
 
 (OSURJUDPDPLOLWDUGHODUHYROXFLyQSUROHWDULD


)XQGDFLyQ)HGHULFR(QJHOV
 0DU[LVPR+R\Qž
 -XOLR

(OPDU[LVPR\ODJXHUUD
$DxRVGHODGHUURWDLPSHULDOLVWD*XHUUD\UHYROXFLyQHQ9LHWQDP
 


(OSURJUDPDPLOLWDUGHODUHYROXFLyQSUROHWDULD
9,/HQLQ
 


(Q+RODQGD(VFDQGLQDYD\6XL]DHQWUHORVVRFLDOGHPyFUDWDVUHYROXFLRQDULRVTXHOXFKDQ
FRQWUDHVDPHQWLUDVRFLDOFKRYLQLVWDGHODGHIHQVDGHODSDWULDHQODDFWXDOJXHUUDLPSHULDOLVWD
VXHQDQYRFHVHQIDYRUGHODVXVWLWXFLyQGHODQWLJXRSXQWRGHOSURJUDPDPLQLPRVRFLDOGHPyFUDWD
PLOLFLDRDUPDPHQWRGHOSXHEORSRUXQRQXHYRGHVDUPH-XJHQG,QWHUQDWLRQDOHKDDELHUWR
XQDGLVFXVLyQVREUHHVWHSUREOHPD\HQVXQXPHURKDSXEOLFDGRXQHGLWRULDOHQIDYRUGHO
GHVDUPH(QODV~OWLPDVWHVLVGH5*ULPDHQFRQWUDPRVWDPELpQSRUGHVJUDFLDFRQFHVLRQHVD
ODLGHDGHOGHVDUPH6HKDDELHUWRXQDGLVFXVLyQHQODVUHYLVWDV1HXHV/HEHQ\9RUERWH>(O
3UHFXUVRU@([DPLQHPRVODSRVLFLyQGHORVGHIHQVRUHVGHOGHVDUPH
,
&RPRDUJXPHQWRIXQGDPHQWDOVHDGXFHTXHODUHLYLQGLFDFLyQGHOGHVDUPHHVODH[SUHVLyQ
PiVIUDQFDGHFLGLGD\FRQVHFXHQWHGHODOXFKDFRQWUDWRGRPLOLWDULVPR\FRQWUDWRGDJXHUUD
3HURSUHFLVDPHQWHHQHVWHDUJXPHQWRIXQGDPHQWDOUHVLGHODHTXLYRFDFLyQIXQGDPHQWDOGHORV
SDUWLGDULRVGHOGHVDUPH
/RVVRFLDOLVWDVVLQRGHMDQGHVHUORQRSXHGHQHVWDUFRQWUDWRGDJXHUUD
(QSULPHUOXJDUORVVRFLDOLVWDVQXQFDKDQVLGRQLSRGUiQVHUHQHPLJRVGHODVJXHUUDV
UHYROXFLRQDULDV/DEXUJXHVtDGHODVJUDQGHVSRWHQFLDVLPSHULDOLVWDVHVKR\UHDFFLRQDULDGHSLHV
DFDEH]D\QRVRWURVUHFRQRFHPRVTXHODJXHUUDTXHDKRUDKDFHHVDEXUJXHVtDHVXQDJXHUUD
 UHDFFLRQDULDHVFODYLVWD\FULPLQDO3HUR¢TXpSRGUtDGHFLUVHGHXQDJXHUUDFRQWUDHVDEXUJXHVtD
GHXQDJXHUUDSRUHMHPSORGHORVSXHEORVTXHHVDEXUJXHVtDRSULPH\TXHGHHOODGHSHQGHQR
GHORVSXHEORVFRORQLDOHVSRUVXOLEHUDFLyQ"(QHOSXQWR¦GHODVWHVLVGHOJUXSR/D
LQWHUQDFLRQDOOHHPRV(QODpSRFDGHHVWHLPSHULDOLVPRGHVHQIUHQDGR\DQRSXHGHKDEHU
JXHUUDVQDFLRQDOHVGHQLQJXQDFODVHHVWRHVHYLGHQWHPHQWHHUUyQHR
/DKLVWRULDGHOVLJOR;;VLJORGHOLPSHULDOLVPRGHVHQIUHQDGRHVWiOOHQDGHJXHUUDV
FRORQLDOHV3HURORTXHQRVRWURVORVHXURSHRVRSUHVRUHVLPSHULDOLVWDVGHODPD\RUtDGHORV
SXHEORVGHOPXQGRFRQHOUHSXJQDQWHFKRYLQLVPRHXURSHRTXHQRVHVSHFXOLDUOODPDPRV
JXHUUDVFRORQLDOHVVRQDPHQXGRJXHUUDVQDFLRQDOHVRLQVXUUHFFLRQHVQDFLRQDOHVGHHVRV
SXHEORVRSULPLGRV8QDGHODVFDUDFWHUtVWLFDVHVHQFLDOHVGHOLPSHULDOLVPRFRQVLVWHSUHFLVDPHQWH
HQTXHDFHOHUDHOGHVDUUROORGHOFDSLWDOLVPRHQORVSDtVHVPiVDWUDVDGRVDPSOLDQGR\
UHFUXGHFLHQGRDVtODOXFKDFRQWUDODRSUHVLyQQDFLRQDO(VWRHVXQKHFKR<GHpOVHGHGXFH
LQHYLWDEOHPHQWHTXHHQPXFKRVFDVRVHOLPSHULDOLVPRWLHQHTXHHQJHQGUDUJXHUUDVQDFLRQDOHV
-XQLXVTXHHQXQIROOHWRVX\RGHILHQGHODVWHVLVDUULEDPHQFLRQDGDVGLFHTXHHQODpSRFD
LPSHULDOLVWDWRGDJXHUUDQDFLRQDOFRQWUDXQDGHODVJUDQGHVSRWHQFLDVLPSHULDOLVWDVFRQGXFHDOD
LQWHUYHQFLyQGHRWUDJUDQSRWHQFLDWDPELpQLPSHULDOLVWDTXHFRPSLWHFRQODSULPHUD\TXHGH
HVWHPRGRWRGDJXHUUDQDFLRQDOVHFRQYLHUWHHQJXHUUDLPSHULDOLVWD0DVWDPELpQHVWHDUJXPHQWR
HVIDOVR(VRSXHGHVXFHGHUSHURQRVLHPSUHVXFHGHDVt0XFKDVJXHUUDVFRORQLDOHVHQWUH\
QRVLJXLHURQHVWHFDPLQR<VHUtDVHQFLOODPHQWHULGtFXORGHFLUTXHSRUHMHPSORGHVSXpV
GHODJXHUUDDFWXDOVLWHUPLQDSRUXQDJRWDPLHQWRH[WUHPRGHORVSDtVHVEHOLJHUDQWHVQRSXHGH
KDEHUQLQJXQDJXHUUDQDFLRQDOSURJUHVLYDUHYROXFLRQDULDSRUSDUWHGH&KLQDSRQJDPRVSRU
FDVRHQXQLyQGHOD,QGLD3HUVLD6LDPHWFFRQWUDODVJUDQGHVSRWHQFLDV
1HJDUWRGDSRVLELOLGDGGHJXHUUDVQDFLRQDOHVEDMRHOLPSHULDOLVPRHVWHyULFDPHQWHIDOVR
HUUyQHRDWRGDVOXFHVGHVGHHOSXQWRGHYLVWDKLVWyULFR\HTXLYDOHQWHHQODSUiFWLFDDO
FKRYLQLVPRHXURSHR£1RVRWURVTXHSHUWHQHFHPRVDQDFLRQHVTXHRSULPHQDFHQWHQDUHVGH
PLOORQHVGHSHUVRQDVHQ(XURSDHQÈIULFDHQ$VLDHWFWHQHPRVTXHGHFLUDORVSXHEORV
RSULPLGRVTXHVXJXHUUDFRQWUDQXHVWUDVQDFLRQHVHVLPSRVLEOH
(QVHJXQGROXJDUODVJXHUUDVFLYLOHVWDPELpQVRQJXHUUDV4XLHQDGPLWDODOXFKDGHFODVHVQR
SXHGHPHQRVGHDGPLWLUODVJXHUUDVFLYLOHVTXHHQWRGDVRFLHGDGGHFODVHVUHSUHVHQWDQOD
FRQWLQXDFLyQHOGHVDUUROOR\HOUHFUXGHFLPLHQWR²QDWXUDOHV\HQGHWHUPLQDGDVFLUFXQVWDQFLDV
LQHYLWDEOHV²GHODOXFKDGHFODVHV7RGDVODVJUDQGHVUHYROXFLRQHVORFRQILUPDQ1HJDUODV
JXHUUDVFLYLOHVXROYLGDUODVVHUtDFDHUHQXQRSRUWXQLVPRH[WUHPR\UHQHJDUGHODUHYROXFLyQ
VRFLDOLVWD
(QWHUFHUOXJDUHOVRFLDOLVPRWULXQIDQWHHQXQSDtVQRH[FOX\HHQPRGRDOJXQRGHJROSH
WRGDVODVJXHUUDVHQJHQHUDO$OFRQWUDULRODVSUHVXSRQH(OGHVDUUROORGHOFDSLWDOLVPRVLJXHXQ
FXUVRH[WUDRUGLQDULDPHQWHGHVLJXDOHQORVGLYHUVRVSDtVHV'HRWURPRGRQRSXHGHVHUEDMRHO
UpJLPHQGHSURGXFFLyQGHPHUFDQFtDV'HDTXtODFRQFOXVLyQLQGLVFXWLEOHGHTXHHOVRFLDOLVPRQR
SXHGHWULXQIDUVLPXOWiQHDPHQWHHQWRGRVORVSDtVHV7ULXQIDUiHQXQRRHQYDULRVSDtVHVPLHQWUDV
ORVGHPiVVHJXLUiQVLHQGRGXUDQWHDOJ~QWLHPSRSDtVHVEXUJXHVHVRSUHEXUJXHVHV(VWRQRVyOR
KDEUiGHSURYRFDUUR]DPLHQWRVVLQRLQFOXVRODWHQGHQFLDGLUHFWDGHODEXUJXHVtDGHORVGHPiV
SDtVHVDDSODVWDUDOSUROHWDULDGRWULXQIDQWHGHO(VWDGRVRFLDOLVWD(QWDOHVFDVRVODJXHUUDVHUtDGH
QXHVWUDSDUWHXQDJXHUUDOHJtWLPD\MXVWD6HUtDXQDJXHUUDSRUHOVRFLDOLVPRSRUOLEHUDUGHOD
EXUJXHVtDDORVRWURVSXHEORV(QJHOVWHQtDFRPSOHWDUD]yQFXDQGRHQVXFDUWDD.DXWVN\GHO
GHVHSWLHPEUHGHUHFRQRFtDGLUHFWDPHQWHODSRVLELOLGDGGHJXHUUDVGHIHQVLYDVGHO
VRFLDOLVPR\DWULXQIDQWH6HUHIHUtDSUHFLVDPHQWHDODGHIHQVDGHOSUROHWDULDGRWULXQIDQWHFRQWUDOD
EXUJXHVtDGHORVGHPiVSDtVHV
6yORFXDQGRKD\DPRVGHUULEDGRFXDQGRKD\DPRVYHQFLGR\H[SURSLDGRGHILQLWLYDPHQWHDOD
EXUJXHVtDHQWRGRHOPXQGR\QRVyORHQXQSDtVVHUiQLPSRVLEOHVODVJXHUUDV<GHVGHXQSXQWR
GHYLVWDFLHQWtILFRVHUtDFRPSOHWDPHQWHHUUyQHR\DQWLUUHYROXFLRQDULRSDVDUSRUDOWRRGLVLPXODU
ORTXHWLHQHSUHFLVDPHQWHPiVLPSRUWDQFLDHODSODVWDPLHQWRGHODUHVLVWHQFLDGHODEXUJXHVtD
TXHHVORPiVGLItFLOORTXHPiVOXFKDH[LJHGXUDQWHHOSDVRDOVRFLDOLVPR/RVSRSHVVRFLDOHV
\ORVRSRUWXQLVWDVHVWiQVLHPSUHGLVSXHVWRVDVRxDUFRQXQIXWXURVRFLDOLVPRSDFtILFRSHURVH
GLVWLQJXHQGHORVVRFLDOGHPyFUDWDVUHYROXFLRQDULRVSUHFLVDPHQWHHQTXHQRTXLHUHQSHQVDUQL
UHIOH[LRQDUHQODHQFDUQL]DGDOXFKDGHFODVHV\HQODVJXHUUDVGHFODVHVSDUDDOFDQ]DUHVHEHOOR
SRUYHQLU
1RGHEHPRVFRQVHQWLUTXHVHQRVHQJDxHFRQSDODEUDV3RUHMHPSORDPXFKRVOHVHVRGLRVD
ODLGHDGHODGHIHQVDGHODSDWULDSRUTXHORVRSRUWXQLVWDVIUDQFRV\ORVNDXWVNLDQRVHQFXEUHQ\
YHODQFRQHOODODVPHQWLUDVGHODEXUJXHVtDHQODDFWXDOJXHUUDGHUDSLxD(VWRHVXQKHFKR3HUR
GHpOQRVHGHGXFHTXHGHEDPRVROYLGDUHQHOVHQWLGRGHODVFRQVLJQDVSROtWLFDV$FHSWDUOD
GHIHQVDGHODSDWULDHQODJXHUUDDFWXDOHTXLYDOGUtDDFRQVLGHUDUODMXVWDDGHFXDGDDORV
LQWHUHVHVGHOSUROHWDULDGR\QDGDPiVDEVROXWDPHQWHQDGDPiVSRUTXHODLQYDVLyQQRHVWi
GHVFDUWDGDHQQLQJXQDJXHUUD6HUtDVHQFLOODPHQWHXQDQHFHGDGQHJDUODGHIHQVDGHODSDWULD
SRUSDUWHGHORVSXHEORVRSULPLGRVHQVXJXHUUDFRQWUDODVJUDQGHVSRWHQFLDVLPSHULDOLVWDVRSRU
SDUWHGHOSUROHWDULDGRYLFWRULRVRHQVXJXHUUDFRQWUDFXDOTXLHU*DOOLIIHWGHXQ(VWDGREXUJXpV
'HVGHHOSXQWRGHYLVWDWHyULFRVHUtDWRWDOPHQWHHUUyQHRROYLGDUTXHWRGDJXHUUDQRHVPiV
TXHODFRQWLQXDFLyQGHODSROtWLFDSRURWURVPHGLRV/DDFWXDOJXHUUDLPSHULDOLVWDHVOD
FRQWLQXDFLyQGHODSROtWLFDLPSHULDOLVWDGHGRVJUXSRVGHJUDQGHVSRWHQFLDV\HVDSROtWLFDHV
RULJLQDGD\QXWULGDSRUHOFRQMXQWRGHODVUHODFLRQHVGHODpSRFDLPSHULDOLVWD3HURHVWDPLVPD
pSRFDKDGHRULJLQDU\QXWULUWDPELpQLQHYLWDEOHPHQWHODSROtWLFDGHOXFKDFRQWUDODRSUHVLyQ
QDFLRQDO\GHOXFKDGHOSUROHWDULDGRFRQWUDODEXUJXHVtD\SRUHOORPLVPRODSRVLELOLGDG\OD
LQHYLWDELOLGDGHQSULPHUOXJDUGHODVLQVXUUHFFLRQHV\JXHUUDVQDFLRQDOHVUHYROXFLRQDULDVHQ
VHJXQGROXJDUGHODVJXHUUDVHLQVXUUHFFLRQHVGHOSUROHWDULDGRFRQWUDODEXUJXHVtDHQWHUFHU
OXJDUGHODIXVLyQGHORVGRVWLSRVGHJXHUUDVUHYROXFLRQDULDVHWF

,,
$ORGLFKRKD\TXHDxDGLUODVLJXLHQWHFRQVLGHUDFLyQJHQHUDO8QDFODVHRSULPLGDTXHQR
DVSLUDVHDDSUHQGHUHOPDQHMRGHODVDUPDVDWHQHUDUPDVHVDFODVHRSULPLGDVyORPHUHFHUtDTXH
VHODWUDWDUDFRPRDORVHVFODYRV1RVRWURVVLQRTXHUHPRVFRQYHUWLUQRVHQSDFLILVWDVEXUJXHVHVR
HQRSRUWXQLVWDVQRSRGHPRVROYLGDUTXHYLYLPRVHQXQDVRFLHGDGGHFODVHVGHODTXHQRKD\QL
SXHGHKDEHURWUDVDOLGDTXHODOXFKDGHFODVHV(QWRGDVRFLHGDGGHFODVHV²\DVHIXQGHHQOD
HVFODYLWXGHQODVHUYLGXPEUHRFRPRDKRUDHQHOWUDEDMRDVDODULDGR²ODFODVHRSUHVRUDHVWi
DUPDGD1RVyORHOHMpUFLWRUHJXODUPRGHUQRVLQRWDPELpQODPLOLFLDDFWXDO²LQFOXVRHQODV
UHS~EOLFDVEXUJXHVDVPiVGHPRFUiWLFDVFRPRSRUHMHPSORHQ6XL]D²UHSUHVHQWDQHO
DUPDPHQWRGHODEXUJXHVtDFRQWUDHOSUROHWDULDGR(VWDHVXQDYHUGDGWDQHOHPHQWDOTXHDSHQDV
VLKD\QHFHVLGDGGHGHWHQHUVHHVSHFLDOPHQWHHQHOOD%DVWDUiUHFRUGDUHOHPSOHRGHOHMpUFLWR
FRQWUDORVKXHOJXLVWDVHQWRGRVORVSDtVHVFDSLWDOLVWDV
(ODUPDPHQWRGHODEXUJXHVtDFRQWUDHOSUROHWDULDGRHVXQRGHORVKHFKRVPiVFRQVLGHUDEOHV
IXQGDPHQWDOHVHLPSRUWDQWHVGHODDFWXDOVRFLHGDGFDSLWDOLVWD£<DQWHVHPHMDQWHKHFKRVH
SURSRQHDORVVRFLDOGHPyFUDWDVUHYROXFLRQDULRVTXHSODQWHHQODUHLYLQGLFDFLyQGHOGHVDUPH
(VWRHTXLYDOHDUHQXQFLDUSRUFRPSOHWRDOSXQWRGHYLVWDGHODOXFKDGHFODVHVDUHQHJDUGHWRGD
LGHDGHUHYROXFLyQ1XHVWUDFRQVLJQDGHEHVHUDUPDUDOSUROHWDULDGRSDUDYHQFHUH[SURSLDU\
GHVDUPDUDODEXUJXHVtD(VWDHVOD~QLFDWiFWLFDSRVLEOHSDUDXQDFODVHUHYROXFLRQDULDWiFWLFDTXH
VHGHVSUHQGHGHWRGRHOGHVDUUROORREMHWLYRGHOPLOLWDULVPRFDSLWDOLVWD\TXHHVSUHVFULWDSRUHVWH
GHVDUUROOR6yORGHVSXpVGHKDEHUGHVDUPDGRDODEXUJXHVtDSRGUiHOSUROHWDULDGRVLQWUDLFLRQDU
VXPLVLyQKLVWyULFDXQLYHUVDOFRQYHUWLUHQFKDWDUUDWRGDFODVHGHDUPDVHQJHQHUDO\DVtORKDUi
LQGXGDEOHPHQWHHOSUROHWDULDGRSHURVyORHQWRQFHVGHQLQJ~QPRGRDQWHV
6LODJXHUUDDFWXDOGHVSLHUWDHQWUHORVUHDFFLRQDULRVVRFLDOLVWDVFULVWLDQRV\HQWUHORVMHUHPtDV
SHTXHxREXUJXHVHVVyORVXVWR\KRUURUVyORUHSXJQDQFLDKDFLDWRGRHPSOHRGHODVDUPDVKDFLDOD
VDQJUHODPXHUWHHWFQRVRWURVHQFDPELRGHEHPRVGHFLUODVRFLHGDGFDSLWDOLVWDKDVLGR\HV
VLHPSUHXQKRUURUVLQILQ<VLDKRUDODJXHUUDDFWXDOODPiVUHDFFLRQDULDGHWRGDVODVJXHUUDV
SUHSDUDDHVDVRFLHGDGXQILQFRQKRUURUQRWHQHPRVQLQJ~QPRWLYRSDUDHQWUHJDUQRVDOD
GHVHVSHUDFLyQ<HQXQDpSRFDHQTXHDODYLVWDGHWRGRHOPXQGRVHHVWDSUHSDUDQGRSRUOD
PLVPDEXUJXHVtDOD~QLFDJXHUUDOHJtWLPD\UHYROXFLRQDULDDVDEHUODJXHUUDFLYLOFRQWUDOD
EXUJXHVtDLPSHULDOLVWDODUHLYLQGLFDFLyQGHOGHVDUPHRPHMRUGLFKRODLOXVLyQGHOGHVDUPHHV
~QLFD\H[FOXVLYDPHQWHSRUVXVLJQLILFDGRREMHWLYRXQDSUXHEDGHGHVHVSHUDFLyQ
$OTXHGLJDTXHHVWRHVXQDWHRUtDDOPDUJHQGHODYLGDOHUHFRUGDUHPRVGRVKHFKRVGH
FDUiFWHUKLVWyULFRXQLYHUVDOHOSDSHOGHORVWUXVWV\GHOWUDEDMRGHODVPXMHUHVHQODVIiEULFDVSRU
XQODGR\OD&RPXQDGH\ODLQVXUUHFFLyQGHGLFLHPEUHGHHQ5XVLDSRUHORWUR
(OSURSyVLWRGHODEXUJXHVtDHVGHVDUUROODUWUXVWVHPSXMDUDQLxRV\PXMHUHVDODVIiEULFDV
GRQGHORVWRUWXUDORVSHUYLHUWH\ORVFRQGHQDDODH[WUHPDPLVHULD1RVRWURVQRH[LJLPRV
VHPHMDQWHGHVDUUROORQRORDSR\DPRVOXFKDPRVFRQWUDpO3HUR¢FRPROXFKDPRV"6DEHPRV
TXHORVWUXVWV\HOWUDEDMRGHODVPXMHUHVHQODVIiEULFDVVRQSURJUHVLVWDV1RTXHUHPRVYROYHU
DWUiVDORVRILFLRVDUWHVDQRVDOFDSLWDOLVPRSUHPRQRSROLVWDDOWUDEDMRGRPpVWLFRGHODPXMHU
£$GHODQWHDWUDYpVGHORVWUXVWVHWF\PiVDOOiGHHOORVKDFLDHOVRFLDOLVPR
(VWHUD]RQDPLHQWRFRQODVFRUUHVSRQGLHQWHVPRGLILFDFLRQHVHVWDPELpQDSOLFDEOHDODDFWXDO
PLOLWDUL]DFLyQGHOSXHEOR+R\ODEXUJXHVtDLPSHULDOLVWDQRVyORPLOLWDUL]DDWRGRHOSXHEORVLQR
WDPELpQDODMXYHQWXG0DxDQDWDOYH]HPSLHFHDPLOLWDUL]DUDODVPXMHUHV1RVRWURVGHEHPRV
GHFLUDQWHHVWR£WDQWRPHMRU£$GHODQWHUiSLGDPHQWH&XDQWRPiVUiSLGDPHQWHWDQWRPiVFHUFD
VHHVWDUiGHODLQVXUUHFFLyQDUPDGDFRQWUDHOFDSLWDOLVPR¢&yPRSXHGHQORVVRFLDOGHPyFUDWDV
GHMDUVHLQWLPLGDUSRUODPLOLWDUL]DFLyQGHODMXYHQWXGHWFVLQRROYLGDQHOHMHPSORGHOD
&RPXQD"(VRQRHVXQDWHRUtDDOPDUJHQGHODYLGDQRHVXQDLOXVLyQVLQRXQKHFKR<VHUtD
HQYHUGDGJUDYtVLPRTXHORVVRFLDOGHPyFUDWDVSHVHDWRGRVORVKHFKRVHFRQyPLFRV\SROtWLFRV
FRPHQ]DUDQDGXGDUGHTXHODpSRFDLPSHULDOLVWD\ODVJXHUUDVLPSHULDOLVWDVGHEHQFRQGXFLU
LQHYLWDEOHPHQWHDODUHSHWLFLyQGHWDOHVKHFKRV
&LHUWRREVHUYDGRUEXUJXpVGHOD&RPXQDHVFULEtDHQPD\RGHHQXQSHULyGLFRLQJOpV
£6LODQDFLyQIUDQFHVDHVWXYLHUDIRUPDGDVyORSRUPXMHUHVTXpQDFLyQWDQKRUULEOHVHUtD
0XMHUHV\QLxRVKDVWDGHWUHFHDxRVOXFKDURQHQORVGtDVGHOD&RPXQDDOODGRGHORVKRPEUHV<
QRSRGUiVXFHGHUGHRWURPRGRHQODVIXWXUDVEDWDOODVSRUHOGHUURFDPLHQWRGHODEXUJXHVtD/DV
PXMHUHVSUROHWDULDVQRFRQWHPSODUiQSDVLYDPHQWHFyPRODEXUJXHVtDELHQDUPDGDDPHWUDOODD
ORVREUHURVPDODUPDGRVRLQHUPHV7RPDUiQODVDUPDVFRPRHQ\GHODVDVXVWDGDV
QDFLRQHVGHDKRUDRPHMRUGLFKRGHODFWXDOPRYLPLHQWRREUHURGHVRUJDQL]DGRPiVSRUORV
RSRUWXQLVWDVTXHSRUORVJRELHUQRVVXUJLUiLQGXGDEOHPHQWHWDUGHRWHPSUDQRSHURGHXQPRGR
DEVROXWDPHQWHLQGXGDEOHODXQLyQLQWHUQDFLRQDOGHODVKRUULEOHVQDFLRQHVGHOSUROHWDULDGR
UHYROXFLRQDULR
/DPLOLWDUL]DFLyQSHQHWUDDKRUDWRGDODYLGDVRFLDO(OLPSHULDOLVPRHVXQDOXFKDHQFDUQL]DGD
GHODVJUDQGHVSRWHQFLDVSRUHOUHSDUWR\ODUHGLVWULEXFLyQGHOPXQGR\SRUHOORWLHQHTXH
FRQFOXLULQHYLWDEOHPHQWHDXQUHIRU]DPLHQWRGHODPLOLWDUL]DFLyQHQWRGRVORVSDtVHVLQFOXVRHQ
ORVQHXWUDOHV\SHTXHxRV¢&RQTXpKDUiQIUHQWHDHVWRODVPXMHUHVSUROHWDULDV"¢6HOLPLWDUiQD
PDOGHFLUWRGDJXHUUD\WRGRORPLOLWDUVHOLPLWDUiQDH[LJLUHOGHVDUPH"1XQFDVHFRQIRUPDUiQ
FRQSDSHOWDQYHUJRQ]RVRODVPXMHUHVGHXQDFODVHRSULPLGDTXHVHDYHUGDGHUDPHQWH
UHYROXFLRQDULD/HVGLUiQDVXVKLMRV3URQWRVHUiVJUDQGH7HGDUiQXQIXVLO7yPDOR\DSUHQGH
ELHQDPDQHMDUODVDUPDV(VXQDFLHQFLDLPSUHVFLQGLEOHSDUDORVSUROHWDULRV\QRSDUDGLVSDUDU
FRQWUDWXVKHUPDQRVORVREUHURVGHRWURVSDtVHVFRPRVXFHGHHQODJXHUUDDFWXDO\FRPRWH
DFRQVHMDQTXHORKDJDVORVWUDLGRUHVDOVRFLDOLVPRVLQRSDUDOXFKDUFRQWUDODEXUJXHVtDGHWX
SURSLRSDtVSDUDSRQHUILQDODH[SORWDFLyQDODPLVHULD\DODVJXHUUDVQRFRQEXHQRVGHVHRV
VLQRYHQFLHQGRDODEXUJXHVtD\GHVDUPiQGROD
'HUHQXQFLDUDHVWDSURSDJDQGDSUHFLVDPHQWHDHVWDSURSDJDQGDHQUHODFLyQFRQODJXHUUD
DFWXDOPHMRUHVQRGHFLUPiVSDODEUDVVROHPQHVVREUHODVRFLDOGHPRFUDFLDUHYROXFLRQDULD
LQWHUQDFLRQDOVREUHODUHYROXFLyQVRFLDOLVWDVREUHODJXHUUDFRQWUDODJXHUUD

,,,
/RVSDUWLGDULRVGHOGHVDUPHVHSURQXQFLDQFRQWUDHOSXQWRGHOSURJUDPDUHIHUHQWHDO
DUPDPHQWRGHOSXHEORHQWUHRWUDVUD]RQHVSRUTXHVHJ~QGLFHQHVWDUHLYLQGLFDFLyQFRQGXFH
PiVIiFLOPHQWHDODVFRQFHVLRQHVDORSRUWXQLVPR<DKHPRVH[DPLQDGRPiVDUULEDORPiV
LPSRUWDQWHODUHODFLyQHQWUHHOGHVDUPH\ODOXFKDGHFODVHV\ODUHYROXFLyQVRFLDO
([DPLQDUHPRVDKRUDTXpUHODFLyQJXDUGDODUHLYLQGLFDFLyQGHOGHVDUPHFRQHORSRUWXQLVPR8QD
GHODVUD]RQHVPiVLPSRUWDQWHVGHTXHHVWDUHLYLQGLFDFLyQVHDLQDGPLVLEOHFRQVLVWHSUHFLVDPHQWH
HQTXHHOOD\ODVLOXVLRQHVDTXHGDRULJHQGHELOLWDQ\HQHUYDQLQHYLWDEOHPHQWHQXHVWUDOXFKD
FRQWUDHORSRUWXQLVPR
1RFDEHGXGDGHTXHHVWDOXFKDHVHOSULQFLSDOSUREOHPDLQPHGLDWRGHOD,QWHUQDFLRQDO8QD
OXFKDFRQWUDHOLPSHULDOLVPRTXHQRHVWpLQGLVROXEOHPHQWHOLJDGDDODOXFKDFRQWUDHO
RSRUWXQLVPRHVXQDIUDVHYDFtDRXQHQJDxR8QRGHORVSULQFLSDOHVGHIHFWRVGH=LPPHUZDOG\
GH.LHQWKDOXQDGHODVSULQFLSDOHVFDXVDVGHOSRVLEOHIUDFDVRGHHVWRVJpUPHQHVGHOD7HUFHUD
,QWHUQDFLRQDOFRQVLVWHSUHFLVDPHQWHHQTXHQLVLTXLHUDVHKDSODQWHDGRIUDQFDPHQWHHOSUREOHPD
GHODOXFKDFRQWUDHORSRUWXQLVPRVLQKDEODU\DGHXQDVROXFLyQGHHVWHSUREOHPDTXHVHxDOHOD
QHFHVLGDGGHURPSHUFRQORVRSRUWXQLVWDV(ORSRUWXQLVPRWULXQIyWHPSRUDOPHQWHHQHOVHQRGHO
PRYLPLHQWRREUHURHXURSHR(QWRGRVORVSDtVHVPiVLPSRUWDQWHVKDQDSDUHFLGRGRVPDWLFHV
IXQGDPHQWDOHVGHORSRUWXQLVPRSULPHURHOVRFLDOLPSHULDOLVPRIUDQFRFtQLFR\SRUHOORPHQRV
SHOLJURVRGHORV3OHMiQRYORV6FKHLGHPDQQORV/HJLHQORV$OEHUW7KRPDV\ORV6HPEDWORV
9DQGHUYHOGHORV+\QGPDQORV+HQGHUVRQHWFVHJXQGRHOHQFXELHUWRNDXWVNLDQR.DXWVN\
+DDVH\HO*UXSR6RFLDOGHPyFUDWDGHO7UDEDMRHQ$OHPDQLD/RQJXHW3UHVVHPDQH0D\HUDV
HWFHQ)UDQFLD5DPVD\0F'RQDOG\RWURVMHIHVGHO3DUWLGR/DERULVWD,QGHSHQGLHQWHHQ
,QJODWHUUD0iUWRY&KMHLG]HHWFHQ5XVLD7UHYHV\RWURVUHIRUPLVWDVOODPDGRVGHL]TXLHUGDHQ
,WDOLD
(ORSRUWXQLVPRIUDQFRHVWDGLUHFWD\DELHUWDPHQWHFRQWUDODUHYROXFLyQ\FRQWUDORV
PRYLPLHQWRV\H[SORVLRQHVUHYROXFLRQDULDVTXHVHHVWiQLQLFLDQGR\KDHVWDEOHFLGRXQDDOLDQ]D
GLUHFWDFRQORVJRELHUQRVSRUPX\GLYHUVDVTXHVHDQODVIRUPDVGHHVWDDOLDQ]DGHVGHOD
SDUWLFLSDFLyQHQORVPLQLVWHULRVKDVWDODSDUWLFLSDFLyQHQORVFRPLWpVGHODLQGXVWULDDUPDPHQWLVWD
HQ5XVLD/RVRSRUWXQLVWDVHQFXELHUWRVORVNDXWVNLDQRVVRQPXFKRPiVQRFLYRV\SHOLJURVRV
SDUDHOPRYLPLHQWRREUHURSRUTXHODGHIHQVDTXHKDFHQGHODDOLDQ]DFRQORVSULPHURVOD
HQFXEUHQFRQSDODEUHMDVPDU[LVWDV\FRQVLJQDVSDFLILVWDVTXHVXHQDQSODXVLEOHPHQWH/DOXFKD
FRQWUDHVWDVGRVIRUPDVGHORSRUWXQLVPRGRPLQDQWHGHEHVHUGHVDUUROODGDHQWRGRVORVWHUUHQRVGH
ODSROtWLFDSUROHWDULDSDUODPHQWRVLQGLFDWRVKXHOJDVHQODFXHVWLyQPLOLWDUHWF/D
SDUWLFXODULGDGSULQFLSDOTXHGLVWLQJXHDHVWDVGRVIRUPDVGHORSRUWXQLVPRGRPLQDQWHFRQVLVWHHQ
TXHHOSUREOHPDFRQFUHWRGHODUHODFLyQHQWUHODJXHUUDDFWXDO\ODUHYROXFLyQ\RWURVSUREOHPDV
FRQFUHWRVGHODUHYROXFLyQVHVLOHQFLDQ\VHHQFXEUHQRVHWUDWDQFRQODPLUDGDSXHVWDHQODV
SURKLELFLRQHVSROLFtDFDV<HVRDSHVDUGHTXHDQWHVGHODJXHUUDVHKDEtDVHxDODGRLQILQLGDGGH
YHFHVWDQWRHQIRUPDQRRILFLDOFRPRFRQFDUiFWHURILFLDOHQHO0DQLILHVWRGH%DVLOHDODUHODFLyQ
TXHJXDUGDEDSUHFLVDPHQWHHVDJXHUUDLQPLQHQWHFRQODUHYROXFLyQSUROHWDULD0DVHOGHIHFWR
SULQFLSDOGHODUHLYLQGLFDFLyQGHOGHVDUPHFRQVLVWHSUHFLVDPHQWHHQTXHVHSDVDQSRUDOWRWRGRV
ORVSUREOHPDVFRQFUHWRVGHODUHYROXFLyQ¢2HVTXHORVSDUWLGDULRVGHOGHVDUPHHVWiQDIDYRUGH
XQWLSRFRPSOHWDPHQWHQXHYRGHUHYROXFLyQVLQDUPDV"
3URVLJDPRV(QPRGRDOJXQRHVWDPRVFRQWUDODOXFKDSRUODVUHIRUPDV1RTXHUHPRV
GHVFRQRFHUODWULVWHSRVLELOLGDGGHTXHODKXPDQLGDG²HQHOSHRUGHORVFDVRV²SDVHWRGDYtDSRU
XQDVHJXQGDJXHUUDLPSHULDOLVWDVLODUHYROXFLyQQRVXUJHGHODJXHUUDDFWXDODSHVDUGHODV
QXPHURVDVH[SORVLRQHVGHHIHUYHVFHQFLD\GHVFRQWHQWRGHODVPDVDV\DSHVDUGHQXHVWURV
HVIXHU]RV1RVRWURVVRPRVSDUWLGDULRVGHXQSURJUDPDGHUHIRUPDVTXHWDPELpQGHEHVHUGLULJLGR
FRQWUDORVRSRUWXQLVWDV/RVRSRUWXQLVWDVQRKDUtDQVLQRDOHJUDUVHHQHOFDVRGHTXHOHVGHMiVHPRV
SRUHQWHURODOXFKDSRUODVUHIRUPDV\QRVHOHYiUDPRVDODVQXEHVGHXQYDJRGHVDUPHSDUD
KXLUGHXQDUHDOLGDGODPHQWDEOH(OGHVDUPHHVSUHFLVDPHQWHODKXLGDIUHQWHDXQDUHDOLGDG
GHWHVWDEOH\HQPRGRDOJXQRODOXFKDFRQWUDHOOD
(QVHPHMDQWHSURJUDPDQRVRWURVGLUtDPRVDSUR[LPDGDPHQWH/DFRQVLJQD\HO
UHFRQRFLPLHQWRGHODGHIHQVDGHODSDWULDHQODJXHUUDLPSHULDOLVWDGHQRVLUYHQPiV
TXHSDUDFRUURPSHUHOPRYLPLHQWRREUHURFRQPHQWLUDVEXUJXHVDV(VDUHVSXHVWDFRQFUHWDD
FXHVWLRQHVFRQFUHWDVVHUtDWHyULFDPHQWHPiVMXVWDPXFKRPiV~WLOSDUDHOSUROHWDULDGR\PiV
LQVRSRUWDEOHSDUDORVRSRUWXQLVWDVTXHODUHLYLQGLFDFLyQGHOGHVDUPH\ODUHQXQFLDDWRGD
GHIHQVDGHODSDWULD<SRGUtDPRVDxDGLU/DEXUJXHVtDGHWRGDVODVJUDQGHVSRWHQFLDV
LPSHULDOLVWDVGH,QJODWHUUD)UDQFLD$OHPDQLD$XVWULD5XVLD,WDOLDHO-DSyQ\ORV(VWDGRV
8QLGRVHVKR\KDVWDWDOSXQWRUHDFFLRQDULD\HVWiWDQSHQHWUDGDGHODWHQGHQFLDDODGRPLQDFLyQ
PXQGLDOTXHWRGDJXHUUDSRUSDUWHGHODEXUJXHVtDGHHVWRVSDtVHVQRSXHGHVHUPiVTXH
UHDFFLRQDULD(OSUROHWDULDGRQRVyORGHEHRSRQHUVHDWRGDJXHUUDGHHVWHWLSRVLQRTXHGHEH
GHVHDUODGHUURWDGHµVX¶JRELHUQRHQWDOHVJXHUUDV\XWLOL]DUHVDGHUURWDSDUDXQDLQVXUUHFFLyQ
UHYROXFLRQDULDVLIUDFDVDODLQVXUUHFFLyQGHVWLQDGDDLPSHGLUODJXHUUD
(QORTXHVHUHILHUHDODPLOLFLDGHEHUtDPRVGHFLUQRVRPRVSDUWLGDULRVGHODPLOLFLD
EXUJXHVDVLQR~QLFDPHQWHGHXQDPLOLFLDSUROHWDULD3RUHVRQLXQFpQWLPRQLXQKRPEUHQR
VyORSDUDHOHMpUFLWRUHJXODUVLQRWDPSRFRSDUDODPLOLFLDEXUJXHVDLQFOXVRHQSDtVHVFRPRORV
(VWDGRV8QLGRVR6XL]D1RUXHJDHWF7DQWRPiVFXDQWRTXHHQORVSDtVHVUHSXEOLFDQRVPiV
OLEUHVSRUHMHPSORHQ6XL]DREVHUYDPRVXQDSUXVLILFDFLyQFDGDYH]PD\RUGHODPLOLFLDVREUH
WRGRHQ\\TXHVHODSURVWLWX\HPRYLOL]iQGRODFRQWUDORVKXHOJXLVWDV1RVRWURV
SRGHPRVH[LJLUTXHORVRILFLDOHVVHDQHOHJLGRVSRUHOSXHEORTXHVHDDEROLGDWRGDMXVWLFLD
PLOLWDUTXHORVREUHURVH[WUDQMHURVWHQJDQORVPLVPRVGHUHFKRVTXHORVREUHURVQDFLRQDOHV
SXQWRGHHVSHFLDOLPSRUWDQFLDSDUDORV(VWDGRVLPSHULDOLVWDVTXHFRPR6XL]DH[SORWDQFDGDYH]
HQPD\RUQ~PHUR\FDGDYH]FRQPD\RUGHVFDURDREUHURVH[WUDQMHURVVLQRWRUJDUOHVGHUHFKRV
<DGHPiVTXHFDGDFLHQKDELWDQWHVGHXQSDtVSRUHMHPSORWHQJDQGHUHFKRDIRUPDU
DVRFLDFLRQHVOLEUHVSDUDDSUHQGHUHOPDQHMRGHODVDUPDVHOLJLHQGROLEUHPHQWHLQVWUXFWRUHV
UHWULEXLGRVSRUHO(VWDGRHWF6yORHQWDOHVFRQGLFLRQHVSRGUtDHOSUROHWDULDGRDSUHQGHUHOPDQHMR
GHODVDUPDVHIHFWLYDPHQWHSDUDVt\QRSDUDVXVHVFODYL]DGRUHV\ORVLQWHUHVHVGHOSUROHWDULDGR
H[LJHQDEVROXWDPHQWHHVHDSUHQGL]DMH/DUHYROXFLyQUXVDKDGHPRVWUDGRTXHWRGRp[LWRLQFOXVR
XQp[LWRSDUFLDOGHOPRYLPLHQWRUHYROXFLRQDULR²SRUHMHPSORODFRQTXLVWDGHXQDFLXGDGXQ
SREODGRIDEULOXQDSDUWHGHOHMpUFLWR²REOLJDUiLQHYLWDEOHPHQWHDOSUROHWDULDGRYHQFHGRUDSRQHU
HQSUiFWLFDSUHFLVDPHQWHHVHSURJUDPD
3RU~OWLPRFRQWUDHORSRUWXQLVPRQRVHSXHGHOXFKDUQDWXUDOPHQWHVyORFRQSURJUDPDV
VLQRYLJLODQGRVLQGHVFDQVRSDUDTXHVHORVSRQJDHQSUiFWLFDGHXQDPDQHUDHIHFWLYD(OPD\RU
HUURUHOHUURUIDWDOGHODIUDFDVDGD,,,QWHUQDFLRQDOFRQVLVWLyHQTXHVXVSDODEUDVQR
FRUUHVSRQGtDQDVXVKHFKRVHQTXHVHLQFXOFDEDODFRVWXPEUHGHUHFXUULUDODKLSRFUHVtD\DXQD
GHVYHUJRQ]DGDIUDVHRORJtDUHYROXFLRQDULDYpDVHODDFWLWXGGHKR\GH.DXWVN\\&tDDQWHHO
0DQLILHVWRGH%DVLOHD(OGHVDUPHFRPRLGHDVRFLDO²HVGHFLUFRPRLGHDHQJHQGUDGDSRU
GHWHUPLQDGRDPELHQWHVRFLDOFRPRLGHDFDSD]GHDFWXDUVREUHGHWHUPLQDGRPHGLRVRFLDO\QR
FRPRVLPSOHH[WUDYDJDQFLDGHXQLQGLYLGXR²WLHQHVXRULJHQHYLGHQWHPHQWHHQODVFRQGLFLRQHV
SDUWLFXODUHVGHYLGDWUDQTXLODVH[FHSFLRQDOPHQWHGHDOJXQRV(VWDGRVSHTXHxRVTXHGXUDQWH
XQSHUtRGREDVWDQWHODUJRKDQHVWDGRDOPDUJHQGHOVDQJULHQWRFDPLQRPXQGLDOGHODVJXHUUDV\
TXHFRQItDQSRGHUVHJXLUDSDUWDGRVGHpO3DUDFRQYHQFHUVHGHHOOREDVWDUHIOH[LRQDUSRU
HMHPSORHQORVDUJXPHQWRVGHORVSDUWLGDULRVGHOGHVDUPHHQ1RUXHJD6RPRVXQSDtVSHTXHxR
QXHVWURHMpUFLWRHVSHTXHxRQDGDSRGHPRVKDFHUFRQWUDODVJUDQGHVSRWHQFLDV\SRUHOORQDGD
SXHGHQKDFHUWDPSRFRVLVHOHVLPSRQHSRUODIXHU]DXQDDOLDQ]DLPSHULDOLVWDFRQXQRXRWUR
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SURVHJXLUQXHVWUDSROtWLFDSXHEOHULQDH[LJLUHOGHVDUPHWULEXQDOHVGHDUELWUDMHREOLJDWRULRVXQD
QHXWUDOLGDGSHUPDQHQWHHWF¢SHUPDQHQWHFRPRODGH%pOJLFD"
/DPH]TXLQDDVSLUDFLyQGHORVSHTXHxRV(VWDGRVDTXHGDUVHDOPDUJHQHOGHVHR
SHTXHxREXUJXpVGHHVWDUORPiVOHMRVSRVLEOHGHODVJUDQGHVEDWDOODVGHODKLVWRULDPXQGLDOGH
DSURYHFKDUVXVLWXDFLyQUHODWLYDPHQWHPRQRSROLVWDSDUDVHJXLUHQXQDSDVLYLGDGDFRUFKDGDWDOHV
ODVLWXDFLyQVRFLDOREMHWLYDTXHSXHGHDVHJXUDUFLHUWRp[LWR\FLHUWDGLIXVLyQDODLGHDGHOGHVDUPH
HQDOJXQRVSHTXHxRV(VWDGRV&ODURTXHVHPHMDQWHDVSLUDFLyQHVUHDFFLRQDULD\GHVFDQVDWRGD
HOODHQLOXVLRQHVSXHVHOLPSHULDOLVPRGHXQRXRWURPRGRDUUDVWUDDORVSHTXHxRV(VWDGRVDOD
YRUiJLQHGHODHFRQRPtDPXQGLDO\GHODSROtWLFDPXQGLDO
(Q6XL]DSRUHMHPSORVXVLWXDFLyQLPSHULDOLVWDSUHVFULEHREMHWLYDPHQWHGRVOtQHDVGHO
PRYLPLHQWRREUHURORVRSRUWXQLVWDVHQDOLDQ]DFRQODEXUJXHVtDDVSLUDQDKDFHUGH6XL]DXQD
XQLyQPRQRSROLVWDUHSXEOLFDQRGHPRFUiWLFDDILQGHREWHQHUJDQDQFLDVFRQORVWXULVWDVGHOD
EXUJXHVtDLPSHULDOLVWD\GHDSURYHFKDUGHOPRGRPiVOXFUDWLYR\PiVWUDQTXLORSRVLEOHHVWD
WUDQTXLODVLWXDFLyQPRQRSROLVWD
/RVYHUGDGHURVVRFLDOGHPyFUDWDVGH6XL]DDVSLUDQDXWLOL]DUODUHODWLYDOLEHUWDGGHOSDtV\VX
VLWXDFLyQLQWHUQDFLRQDOSDUDD\XGDUDODHVWUHFKDDOLDQ]DGHORVHOHPHQWRVUHYROXFLRQDULRVGH
ORVSDUWLGRVREUHURVHXURSHRVDDOFDQ]DUODYLFWRULD(Q6XL]DQRVHKDEODJUDFLDVD'LRVXQ
LGLRPDSURSLRVLQRWUHVLGLRPDVXQLYHUVDOHVORVWUHVSUHFLVDPHQWHTXHVHKDEODQHQORVSDtVHV
EHOLJHUDQWHVTXHOLPLWDQFRQHOOD
6LORVPLHPEURVGHOSDUWLGRVXL]RFRQWULEX\HUDQVHPDQDOPHQWHFRQGRVFpQWLPRV
FRPRLPSXHVWRH[WUDRUGLQDULRGHJXHUUDREWHQGUtDPRVDODxRIUDQFRVFDQWLGDGPiV
TXHVXILFLHQWHSDUDLPSULPLUSHULyGLFDPHQWH\GLIXQGLUHQWUHVLGLRPDVHQWUHORVREUHURV\
VROGDGRVGHORVSDtVHVEHOLJHUDQWHVDSHVDUGHODVSURKLELFLRQHVGHORV(VWDGRV0D\RUHV
*HQHUDOHVWRGRFXDQWRGLJDODYHUGDGVREUHODLQGLJQDFLyQTXHFRPLHQ]DDFXQGLUHQWUHORV
REUHURVVREUHVXIUDWHUQL]DFLyQHQODVWULQFKHUDVVREUHVXVHVSHUDQ]DVGHXWLOL]DU
UHYROXFLRQDULDPHQWHODVDUPDVFRQWUDODEXUJXHVtDLPSHULDOLVWDGHVXVSURSLRVSDtVHVHWF
1DGDGHHVWRHVQXHYR3UHFLVDPHQWHHVORTXHKDFHQORVPHMRUHVSHULyGLFRVFRPR/D
6HQWLQHOOH9RONVUHFKW\%HUQHU7DJZDFKWSHURSRUGHVJUDFLDHQPHGLGDLQVXILFLHQWH6yOR
VHPHMDQWHDFWLYLGDGSXHGHKDFHUGHODPDJQtILFDUHVROXFLyQGHO&RQJUHVRGH$DUDXDOJRPiVTXH
XQDPHUDUHVROXFLyQPDJQtILFD
/DFXHVWLyQTXHDKRUDQRVLQWHUHVDVHSODQWHDHQODIRUPDVLJXLHQWHFRUUHVSRQGHOD
UHLYLQGLFDFLyQGHOGHVDUPHDODWHQGHQFLDUHYROXFLRQDULDHQWUHORVVRFLDOGHPyFUDWDVVXL]RV"(V
HYLGHQWHTXHQR(OGHVDUPHHVREMHWLYDPHQWHHOSURJUDPDPiVQDFLRQDOHOPiV
HVSHFtILFDPHQWHQDFLRQDOGHORVSHTXHxRV(VWDGRVSHURHQPDQHUDDOJXQDHOSURJUDPD
LQWHUQDFLRQDOGHODVRFLDOGHPRFUDFLDUHYROXFLRQDULDLQWHUQDFLRQDO



1RWDV

(OSURJUDPDPLOLWDUGHODUHYROXFLyQSUROHWDULDIXHHVFULWRHQDOHPiQHQVHSWLHPEUHGHSDUDODSUHQVDGHORV
VRFLDOGHPyFUDWDVHVFDQGLQDYRVGHL]TXLHUGDTXHGXUDQWHOD3ULPHUD*XHUUD0XQGLDOVHPDQLIHVWDURQHQFRQWUD
GHOSXQWRGHOSURJUDPDVRFLDOGHPyFUDWDUHODWLYRDODUPDPHQWRGHOSXHEOR\ODQ]DURQODHUUyQHDFRQVLJQDGHO
GHVDUPH(QGLFLHPEUHGHHODUWtFXORUHGDFWDGRGHQXHYRIXHSXEOLFDGRHQOD5HFRSLODFLyQGHO
6RFLDOGHPyFUDWD7,,FRQHOWtWXORGH/DFRQVLJQDGHOGHVDUPH(QDEULOGHSRFRDQWHVGHVDOLUSDUD
5XVLD/HQLQHQWUHJyHOWH[WRGHODUWtFXORHQDOHPiQDODUHGDFFLyQGHODUHYLVWD-XJHQG,QWHUQDWLRQDOH)XH
SXEOLFDGRHOPLVPRDxRHQVXVQ~PV\
-XJHQG,QWHUQDWLRQDOHHUDHOyUJDQRGHOD/LJD,QWHUQDFLRQDOGHODV2UJDQL]DFLRQHV6RFLDOLVWDVGHOD-XYHQWXG
DGKHULGDDODL]TXLHUGDGH=LPPHUZDOGVHSXEOLFyGHVGHVHSWLHPEUHGHKDVWDPD\RGHHQ=XULFK
/HQLQHPLWHVXMXLFLRDFHUFDGHHVWDUHYLVWDHQODQRWD/D,QWHUQDFLRQDOGHOD-XYHQWXGYpDVH2EUDV&RPSOHWDV7
;;,,,
6HDOXGHDODVWHVLVVREUHODFXHVWLyQPLOLWDUHVFULWDVSRU5*ULPPXQRGHORVOLGHUHVGHO3DUWLGR6RFLDOGHPyFUDWD
GH6XL]DHQHOYHUDQRGHFRQPRWLYRGHODSUHSDUDFLyQGHO&RQJUHVR([WUDRUGLQDULRGHOPLVPR3DUWLGR
(VWH&RQJUHVRFX\DFHOHEUDFLyQKDEtDVLGRVHxDODGDSDUDIHEUHURGHWHQtDTXHUHVROYHUODFXHVWLyQGHOD
DFWLWXGGHORVVRFLDOLVWDVVXL]RVDQWHODJXHUUD
1HXHV/HEHQ9LGD1XHYDyUJDQRGHO3DUWLGR6RFLDOGHPyFUDWDGH6XL]DVHSXEOLFyHQ%HUQDGHVGHHQHURGH
KDVWDGLFLHPEUHGH
6HDOXGHDODVFRQIHUHQFLDVVRFLDOLVWDVFHOHEUDGDVHQORVSXHEORVGH=LPPHUZDOG\.LHQWKDO6XL]D/D
&RQIHUHQFLDGH=LPPHUZDOGR,&RQIHUHQFLD6RFLDOLVWD,QWHUQDFLRQDOVHFHOHEUyGHODOGHVHSWLHPEUHGH
/D&RQIHUHQFLDGH.LHQWKDOR,,&RQIHUHQFLD6RFLDOLVWD,QWHUQDFLRQDOVHFHOHEUyHQGHODOGH
VHSWLHPEUHGH$PEDVFRQWULEX\HURQDDJUXSDUVREUHODEDVHLGHROyJLFDGHOPDU[LVPRDORVHOHPHQWRVGH
L]TXLHUGDGHODVRFLDOGHPRFUDFLDHXURSHDTXHPiVWDUGHMXJDURQXQSDSHOGHFLVLYRHQODOXFKDSRUODFUHDFLyQGH
SDUWLGRVFRPXQLVWDV\ODSURSLD7HUFHUD,QWHUQDFLRQDO
/RVFRPLWpVGHODLQGXVWULDDUPDPHQWLVWDIXHURQFUHDGRVHQHQ5XVLDSRUODJUDQEXUJXHVtDLPSHULDOLVWD
7UDWDQGRGHVRPHWHUDORVREUHURVDVXLQIOXHQFLD\GHLQFXOFDUOHVLGHDVGHIHQVLVWDVODEXUJXHVtDLGHyOD
RUJDQL]DFLyQGHJUXSRVREUHURVDQHMRVDHVRVFRPLWpV$ODEXUJXHVtDOHFRQYHQtDTXHHQHVRVJUXSRVKXELHVH
UHSUHVHQWDQWHVGHORVREUHURVHQFDUJDGRVGHKDFHUSURSDJDQGDHQWUHODVPDVDVREUHUDVHQIDYRUGHXQDPD\RU
SURGXFWLYLGDGGHOWUDEDMRHQODVIiEULFDVGHPDWHULDOHVPLOLWDUHV/RVPHQFKHYLTXHVSDUWLFLSDURQDFWLYDPHQWHHQ
HVWDHPSUHVDVHXGRSDWULyWLFDGHODEXUJXHVtD/RVEROFKHYLTXHVGHFODUDURQHOERLFRWDORVFRPLWpVGHODLQGXVWULD
DUPDPHQWLVWD\ORDSOLFDURQHILFD]PHQWHFRQHODSR\RGHODPD\RUtDGHORVREUHURV
/D6HQWLQHOOHyUJDQRGHODRUJDQL]DFLyQVRFLDOGHPyFUDWDVXL]DGHOFDQWyQGH1HXFKDWHO6XL]DIUDQFHVDIXQGDGR
HQ&KDX[GH)RQGVHQ(QORVSULPHURVDxRVGHOD3ULPHUD*XHUUD0XQGLDOHOSHULyGLFRPDQWXYRXQD
SRVLFLyQLQWHUQDFLRQDOLVWD(OGHQRYLHPEUHGHHQHOQ~PHURGHOSHULyGLFRIXHSXEOLFDGRHQIRUPD
DEUHYLDGDHO0DQLILHVWRGHO&&GHO326'5/DJXHUUD\ODVRFLDOGHPRFUDFLDGH5XVLD
 9RONVUHFKW(O'HUHFKRGHO3XHEORyUJDQRGHO3DUWLGR6RFLDOGHPyFUDWDGH6XL]D\GHODRUJDQL]DFLyQ
VRFLDOGHPyFUDWDGHOFDQWyQGH=XULFK6HSXEOLFDHQ=XULFKGHVGH'XUDQWHOD3ULPHUD*XHUUD0XQGLDOHO
SHULyGLFRSUHVHQWyDUWtFXORVGHORV]LPPHUZDOGLDQRVGHL]TXLHUGD(QpODSDUHFLHURQWDPELpQDUWtFXORVGH/HQLQ
FRPRSRUHMHPSOR'RFHEUHYHVWHVLVVREUHODGHIHQVDKHFKDSRU**UHXOLFKGHODGHIHQVDGHODSDWULD6REUHODV
WDUHDVGHO326'5HQODUHYROXFLyQUXVD/DVPDQLREUDVGHORVFKRYLQLVWDVUHSXEOLFDQRV0iVWDUGHHOSHULyGLFR
DGRSWyXQDSRVLFLyQDQWLFRPXQLVWD\DQWLGHPRFUiWLFD
%HUQHU7DJZDFKW(O&HQWLQHODGH%HUQDyUJDQRGHO3DUWLGR6RFLDOGHPyFUDWDGH6XL]DSXEOLFDGRGHVGHHQ
%HUQD$OFRPLHQ]RGHOD3ULPHUD*XHUUD0XQGLDOHOSHULyGLFRLQVHUWyDUWtFXORVGH./LHENQHFKWGH)0HKULQJ
\GHRWURVVRFLDOGHPyFUDWDVGHL]TXLHUGD$SDUWLUGHDSR\yDELHUWDPHQWHDORVVRFLDOFKRYLQLVWDV\PiVWDUGH
DGRSWyXQDSRVLFLyQDQWLFRPXQLVWD\DQWLGHPRFUiWLFD

 
 3DFLILVPREXUJXpV\SDFLILVPRVRFLDOLVWD


)XQGDFLyQ)HGHULFR(QJHOV

0DU[LVPR+R\Qž
 -XOLR

(OPDU[LVPR\ODJXHUUD
$DxRVGHODGHUURWDLPSHULDOLVWD*XHUUD\UHYROXFLyQHQ9LHWQDP
 


3DFLILVPREXUJXpV\SDFLILVPRVRFLDOLVWD
9,/HQLQ


,9LUDMHHQODSROtWLFDPXQGLDO

+D\LQGLFLRVGHTXHWDOYLUDMHVHRSHUyRVHHVWiRSHUDQGRHVGHFLUXQYLUDMHGHODJXHUUD
LPSHULDOLVWDKDFLDODSD]LPSHULDOLVWD
8QSURIXQGRHLQGXGDEOHDJRWDPLHQWRGHDPEDVFRDOLFLRQHVLPSHULDOLVWDVODGLILFXOWDGGH
FRQWLQXDUODJXHUUDODGLILFXOWDGTXHWLHQHQORVFDSLWDOLVWDVHQJHQHUDO\HOFDSLWDOILQDQFLHURHQ
SDUWLFXODUGHDUUDQFDUDORVSXHEORVDOJRPiVIXHUDGHWRGRORTXHOHKDQELUODGRHQIRUPDGH
HVFDQGDORVDVJDQDQFLDVGHJXHUUDODVDFLHGDGGHOFDSLWDOILQDQFLHURGHORVSDtVHVQHXWUDOHV
(VWDGRV8QLGRV+RODQGD6XL]D\RWURVTXHVHDFUHFHQWyJLJDQWHVFDPHQWHHQODJXHUUD\DOFXDO
QROHHVIiFLOSURVHJXLUHQHVDYHQWDMRVDHFRQRPtDSRUODHVFDVH]GHODVPDWHULDVSULPDV\GH
ODVUHVHUYDVDOLPHQWLFLDVORVLQWHQWRVUHQRYDGRVGH$OHPDQLDSDUDVHSDUDUXQRXRWURDOLDGRGH
 VXSULQFLSDOULYDOLPSHULDOLVWD,QJODWHUUDODVGHFODUDFLRQHVSDFLILVWDVGHOJRELHUQRDOHPiQ\FRQ
pOODVGHXQDVHULHGHJRELHUQRVGHORVSDtVHVQHXWUDOHVKHDKtORVLQGLFLRVSULQFLSDOHV
¢([LVWHQSUREDELOLGDGHVGHXQDSURQWDWHUPLQDFLyQGHODJXHUUDRQR"
(VPX\GLItFLOFRQWHVWDUDHVDSUHJXQWDFRQXQDDVHUFLyQ'RVSRVLELOLGDGHVVHSHUILODQD
QXHVWURSDUHFHUFRQEDVWDQWHQLWLGH]
/DSULPHUDHVTXHVHFRQFOX\DXQDSD]SRUVHSDUDGRHQWUH$OHPDQLD\5XVLDDXQTXHQRVHD
HQODIRUPDFRUULHQWHGHXQWUDWDGRIRUPDOHVFULWR/DVHJXQGDHVGHTXHWDOSD]QRVHFRQFOX\D
,QJODWHUUD\VXVDOLDGRVWRGDYtDWLHQHQIXHU]DVSDUDVRVWHQHUVHXQDxRGRVHWF(QHOSULPHU
VXSXHVWRODJXHUUDFHVDUtDLQHOXFWDEOHPHQWHGHQRVHUDKRUDHQXQIXWXURSUy[LPR\QRVH
SXHGHQHVSHUDUVHULDVYDULDQWHVHQVXFXUVR(QHOVHJXQGRSRGUtDFRQWLQXDULQGHILQLGDPHQWH
'HWHQJiPRQRVHQHOSULPHUFDVR
4XHODSD]SRUVHSDUDGRHQWUH$OHPDQLD\5XVLDVHHVWXYRQHJRFLDQGRUHFLHQWHPHQWHTXHHO
PLVPR1LFROiV,,RODLQIOX\HQWHFDPDULOODFRUWHVDQDHVSDUWLGDULDGHXQDSD]VHPHMDQWHTXHHQ
ODSROtWLFDPXQGLDO\DVHGHOLQHyXQYLUDMHGHDOLDQ]DLPSHULDOLVWDHQWUH5XVLDH,QJODWHUUDFRQWUD
$OHPDQLDKDFLDXQDDOLDQ]DQRPHQRVLPSHULDOLVWDHQWUH5XVLD\$OHPDQLDFRQWUD,QJODWHUUD
WRGRHVWRHVWiIXHUDGHGXGD
/DVXVWLWXFLyQGH6WXUPHUSRU7UpSRYODGHFODUDFLyQS~EOLFDGHO]DULVPRGHTXHHOGHUHFKR
GH5XVLDVREUH&RQVWDQWLQRSODHVWiUHFRQRFLGRSRUWRGRVORVDOLDGRVODFUHDFLyQSRU$OHPDQLDGH
XQ(VWDGRSRODFRVHSDUDGRVRQLQGLFLRVTXHSDUHFLHUDQVHxDODUHOKHFKRGHTXHODVQHJRFLDFLRQHV
VREUHXQDSD]SRUVHSDUDGRIUDFDVDURQ¢4XL]iVHO]DULVPRKD\DKHFKRQHJRFLDFLRQHVVRODPHQWH
SDUDH[WRUVLRQDUD,QJODWHUUDSDUDREWHQHUGHHOODXQUHFRQRFLPLHQWRIRUPDOHLQHTXtYRFRGHORV
GHUHFKRVGH1LFROiVHO6DQJULHQWRVREUH&RQVWDQWLQRSOD\GHWDOHVRFXDOHVJDUDQWtDVVHULDV
GHHVHGHUHFKR"
'DGRTXHHOFRQWHQLGRSULQFLSDOIXQGDPHQWDOGHODJXHUUDLPSHULDOLVWDHQFXHVWLyQHVHO
UHSDUWRGHOERWtQHQWUHORVWUHVSULQFLSDOHVULYDOHVLPSHULDOLVWDVHQWUHORVWUHVEDQGLGRV5XVLD
$OHPDQLDH,QJODWHUUDQDGDWLHQHGHLPSUREDEOHWDOVXSRVLFLyQ
3RURWUDSDUWHFXDQWRPiVVHSHUILODSDUDHO]DULVPRODLPSRVLELOLGDGSUiFWLFD\PLOLWDUGH
UHFXSHUDU3RORQLDGHFRQTXLVWDU&RQVWDQWLQRSODGHTXHEUDUHOIpUUHRIUHQWHDOHPiQTXH
$OHPDQLDDMXVWDDFRUWD\IRUWLILFDPDJQtILFDPHQWHFRQVXV~OWLPDVYLFWRULDVHQ5XPDQLDWDQWR
PiVVHYHREOLJDGRHO]DULVPRDFRQFOXLUXQDSD]SRUVHSDUDGRFRQ$OHPDQLDHVWRHVDSDVDUGH
VXDOLDQ]DLPSHULDOLVWDFRQ,QJODWHUUDFRQWUD$OHPDQLDDXQDDOLDQ]DLPSHULDOLVWDFRQ$OHPDQLD
FRQWUD,QJODWHUUD¢3RUTXpQR"¢1RHVWXYR5XVLDDFDVRDXQSDVRGHODJXHUUDFRQ,QJODWHUUDSRU
ODFRPSHWHQFLDLPSHULDOLVWDGHDPEDVSRWHQFLDVHQHOUHSDUWRGHOERWtQHQ$VLD&HQWUDO"¢1RVH
UHDOL]DURQDFDVRQHJRFLDFLRQHVHQWUH,QJODWHUUD\$OHPDQLDVREUHXQDDOLDQ]DFRQWUD5XVLDHQ
KDELpQGRVHFRPSURPHWLGRVHFUHWDPHQWHHQWRQFHV,QJODWHUUD\$OHPDQLDDUHSDUWLUVHHQWUH
VtODVFRORQLDVGH3RUWXJDOHQODHYHQWXDOLGDGGHTXHpVWDQRFXPSOLHUDVXVREOLJDFLRQHV
ILQDQFLHUDV"
/DPDUFDGDWHQGHQFLDGHORVFtUFXORVLPSHULDOLVWDVGLULJHQWHVGH$OHPDQLDKDFLDXQDDOLDQ]D
FRQ5XVLDFRQWUD,QJODWHUUDVHGHILQLy\DDOJXQRVPHVHVDWUiV/DEDVHGHODDOLDQ]DVHUi
HYLGHQWHPHQWHHOUHSDUWRGH*DOLW]LDSDUDHO]DULVPRHVGHODPD\RULPSRUWDQFLDDKRJDUHO
FHQWURGHDJLWDFLyQ\GHOLEHUWDGXFUDQLDQDVGH$UPHQLD£\TXL]iGH5XPDQLD£6HGHVOL]yHQXQ
GLDULRDOHPiQODLQVLQXDFLyQGHTXHVHSRGUtDGLYLGLUD5XPDQLDHQWUH$XVWULD%XOJDULD\
5XVLD$OHPDQLDSRGUtDDFRUGDUDOJXQDVPHQXGDVFRQFHVLRQHVPiVDO]DULVPRFRQWDOGH
FRQFHUWDUXQDDOLDQ]DFRQ5XVLD\WDPELpQTXL]iFRQ-DSyQFRQWUD,QJODWHUUD
/DSD]SRUVHSDUDGRSXGRKDEHUVLGRFRQFOXLGDHQWUH1LFROiV,,\*XLOOHUPR,,HQVHFUHWR(Q
ODKLVWRULDGHODGLSORPDFLDH[LVWHQHMHPSORVGHWUDWDGRVVHFUHWRVTXHQDGLHFRQRFtDQLVLTXLHUD
ORVPLQLVWURVDH[FHSFLyQGHGRVRWUHVSHUVRQDV(QODKLVWRULDGHODGLSORPDFLDH[LVWHQ
HMHPSORVGHFyPRODVJUDQGHVSRWHQFLDVFRQFXUUtDQDXQFRQJUHVRSDQHXURSHRKDELHQGR
QHJRFLDGRSUHYLDPHQWHORSULQFLSDOHQVHFUHWRHQWUHORVJUDQGHVULYDOHVSRUHMHPSORHODFXHUGR
VHFUHWRHQWUH5XVLDH,QJODWHUUDVREUHHOVDTXHRGH7XUTXtDDQWHVGHO&RQJUHVRGH%HUOtQGH
£1DGDKDEUtDGHDVRPEURVRHQHOKHFKRGHTXHHO]DULVPRUHFKD]DUDXQDSD]IRUPDOSRU
VHSDUDGRHQWUHJRELHUQRVFRQVLGHUDQGRHQWUHRWUDVFRVDVTXHHQODVLWXDFLyQDFWXDOGH5XVLDVX
JRELHUQRSRGUtDHQFRQWUDUVHHQPDQRVGH0LO\XNRY\*XFKNRYRGH0LO\XNRY\.HUHQVN\\
TXHDOPLVPRWLHPSRFRQFOX\HUDXQWUDWDGRVHFUHWRQRIRUPDOSHURQRPHQRVILUPHFRQ
$OHPDQLDHQHOTXHVHHVWDEOHFLHUDTXHDPEDVDOWDVSDUWHVFRQWUDWDQWHVPDQWHQGUtDQMXQWDVXQD
GHWHUPLQDGDOtQHDHQHOIXWXURFRQJUHVRGHODSD]
1RVHSXHGHVDEHUVLHVWDFRQMHWXUDHVFRUUHFWDRQR'HWRGRVPRGRVHVWiPLOYHFHVPiV
FHUFDGHODYHUGDGHVXQDGHVFULSFLyQPXFKRPHMRUGHOUHDOHVWDGRGHFRVDVTXHODVSLDGRVDV
IUDVHVVREUHODSD]TXHLQWHUFDPELDQORVJRELHUQRVDFWXDOHVRORVJRELHUQRVEXUJXHVHVHQJHQHUDO
EDVDGDVHQHOUHFKD]RGHODVDQH[LRQHVHWF(VDVIUDVHVVRQRELHQLQJHQXRVDQKHORVRELHQ
KLSRFUHVtD\PHQWLUDTXHVLUYHQSDUDRFXOWDUODYHUGDG/DYHUGDGGHODVLWXDFLyQDFWXDOGHOD
JXHUUDDFWXDOGHOPRPHQWRDFWXDOHQTXHVHKDFHQWHQWDWLYDVSDUDFRQFOXLUODSD]FRQVLVWHHQHO
UHSDUWRGHOERWtQLPSHULDOLVWD$OOtHVWiORHVHQFLDO\FRPSUHQGHUHVDYHUGDGH[SUHVDUOD
HQXQFLDUDTXHOORTXHUHDOPHQWHHVWDOHVODWDUHDIXQGDPHQWDOGHODSROtWLFDVRFLDOLVWDD
GLIHUHQFLDGHODEXUJXHVDSDUDODFXDOORSULQFLSDOHVWiHQRFXOWDUHQHVIXPDUHVDYHUGDG
$PEDVFRDOLFLRQHVLPSHULDOLVWDVVDTXHDURQXQDGHWHUPLQDGDFDQWLGDGGHERWtQKDELHQGRVLGR
SUHFLVDPHQWH$OHPDQLDH,QJODWHUUDORVGRVEXLWUHVSULQFLSDOHV\PiVIXHUWHVORVTXHPiV
VDTXHDURQ,QJODWHUUDQRSHUGLyXQSDOPRGHVXWLHUUDQLGHVXVFRORQLDVDGTXLULHQGRODV
FRORQLDVDOHPDQDV\SDUWHGH7XUTXtD0HVRSRWDPLD$OHPDQLDSHUGLyFDVLWRGDVVXVFRORQLDV
SHURDGTXLULyWHUULWRULRVLQPHQVDPHQWHPiVYDOLRVRVHQ(XURSDDODSRGHUDUVHGH%pOJLFD6HUYLD
5XPDQLDSDUWHGH)UDQFLDSDUWHGH5XVLDHWF6HWUDWDGHGLYLGLUHVHERWtQGHELHQGRHO
FDEHFLOODGHFDGDEDQGDGHDVDOWDQWHVHVGHFLUWDQWR,QJODWHUUDFRPR$OHPDQLDUHFRPSHQVDU
HQXQDXRWUDPHGLGDDVXVDOLDGRVORVFXDOHVDH[FHSFLyQGH%XOJDULD\HQPHQRUHVFDODGH
,WDOLDVXIULHURQSpUGLGDVPX\JUDQGHV/RVDOLDGRVPiVGpELOHVVRQORVTXHPiVSHUGLHURQHQOD
FRDOLFLyQLQJOHVDIXHURQDSODVWDGRV%pOJLFD6HUYLD0RQWHQHJUR5XPDQLDHQODDOHPDQD
7XUTXtDSHUGLyD$UPHQLD\SDUWHGH0HVRSRWDPLD
+DVWDDKRUDHOERWtQGH$OHPDQLDHVVLQGXGDFRQVLGHUDEOHPHQWHPD\RUTXHHOGH,QJODWHUUD
+DVWDDKRUDWULXQIy$OHPDQLDTXHGDQGRLQPHQVDPHQWHPiVIXHUWHGHORTXHQDGLHKXELHUD
SRGLGRVXSRQHUDQWHVGHODJXHUUD6HHQWLHQGHSRUORWDQWRTXHVHUtDFRQYHQLHQWHSDUD$OHPDQLD
FRQFOXLUODSD]FXDQWRDQWHVSXHVVXULYDOD~QSRGUtDHQODRSRUWXQLGDGPiVYHQWDMRVD
LPDJLQDEOHSDUDpOVLELHQSRFRSUREDEOHSRQHUHQMXHJRXQDPiVQXPHURVDUHVHUYDGHUHFOXWDV
HWF
7DOHVODVLWXDFLyQREMHWLYD7DOHVHOPRPHQWRDFWXDOGHODOXFKDSRUHOUHSDUWRGHOERWtQ
LPSHULDOLVWD(VFRPSOHWDPHQWHQDWXUDOTXHHVWHPRPHQWRKD\DHQJHQGUDGRDVSLUDFLRQHV
GHFODUDFLRQHV\PDQLIHVWDFLRQHVSDFLILVWDVSUHIHUHQWHPHQWHHQWUHODEXUJXHVtD\ORVJRELHUQRVGH
ODFRDOLFLyQDOHPDQD\OXHJRGHORVSDtVHVQHXWUDOHV(VLJXDOPHQWHQDWXUDOTXHODEXUJXHVtD\VXV
JRELHUQRVHVWpQREOLJDGRVDHPSOHDUWRGDVVXVIXHU]DVSDUDEXUODUDORVSXHEORVHQFXEULHQGROD
UHSXJQDQWHGHVQXGH]GHODSD]LPSHULDOLVWDHOUHSDUWRGHORVDTXHDGRSRUPHGLRGHIUDVHVIUDVHV
HQWHUDPHQWHIDOVDVDFHUFDGHXQDSD]GHPRFUiWLFDDFHUFDGHODOLEHUWDGGHORVSXHEORVSHTXHxRV
DFHUFDGHODUHGXFFLyQGHORVDUPDPHQWRVHWF
3HURVLHVQDWXUDOHQODEXUJXHVtDTXHWUDWHGHEXUODUDORVSXHEORV¢GHTXpPDQHUDFXPSOHQ
VXGHEHUORVVRFLDOLVWDV"'HHVWRVHWUDWDUiHQHODUWtFXORRFDStWXORVLJXLHQWH

,,(OSDFLILVPRGH.DXWVN\\GH7XUDWL
.DXWVN\HVHOWHyULFRGHPD\RUDXWRULGDGGHOD,,,QWHUQDFLRQDOHOMHIHPiVGHVWDFDGRGHO
OODPDGRFHQWURPDU[LVWDHQ$OHPDQLDHOUHSUHVHQWDQWHGHODRSRVLFLyQTXHKDFUHDGRHQHO
5HLFKVWDJXQDIUDFFLyQDSDUWHHO*UXSR6RFLDOGHPyFUDWDGHO7UDEDMR+DDVH/HGHERXU\
RWURV(QXQDVHULHGHSHULyGLFRVVRFLDOGHPyFUDWDVGH$OHPDQLDVHSXEOLFDQDKRUDDUWtFXORVGH
.DXWVN\VREUHODVFRQGLFLRQHVGHSD]SDUDIUDVHDQGRODGHFODUDFLyQRILFLDOGHO*UXSR
6RFLDOGHPyFUDWDGHO7UDEDMRTXHpVWHSUHVHQWyFRQPRWLYRGHODFRQRFLGDQRWDGHOJRELHUQR
DOHPiQHQODTXHVHSURSRQtDQQHJRFLDFLRQHVVREUHODSD]$OH[LJLUTXHHOJRELHUQRSURSRQJD
FRQGLFLRQHVGHWHUPLQDGDVGHSD]HVDGHFODUDFLyQFRQWLHQHHQWUHRWUDVFRVDVODVLJXLHQWHIUDVH
FDUDFWHUtVWLFD
3DUDTXHGLFKDQRWDGHOJRELHUQRDOHPiQFRQGX]FDKDFLDODSD]HVQHFHVDULRTXHHQWRGRV
ORVSDtVHVVHUHFKDFHLQHTXtYRFDPHQWHODLGHDGHDQH[DU]RQDVDMHQDVGHVRPHWHUSROtWLFD
HFRQyPLFDRPLOLWDUPHQWHFXDOTXLHUSXHEORTXHVHDDRWUR3RGHUHVWDWDO
3DUDIUDVHDQGR\FRQFUHWDQGRHVDSURSRVLFLyQ.DXWVN\GHPXHVWUDFLUFXQVWDQFLDGDPHQWHHQ
VXVDUWtFXORVTXH&RQVWDQWLQRSODQROHGHEHWRFDUD5XVLD\TXH7XUTXtDQRGHEHVHUXQ(VWDGR
YDVDOORGHQDGLH
([DPLQHPRVPiVDWHQWDPHQWHHVDVFRQVLJQDV\HVRVDUJXPHQWRVSROtWLFRVGH.DXWVN\\GH
VXVFRUUHOLJLRQDULRV
&XDQGRVHWUDWDGH5XVLDRVHDGHOULYDOLPSHULDOLVWDGH$OHPDQLDHQWRQFHV.DXWVN\\DQR
SODQWHDXQDH[LJHQFLDDEVWUDFWDJHQHUDOVLQRXQDFRPSOHWDPHQWHFRQFUHWDSUHFLVD\
GHWHUPLQDGD&RQVWDQWLQRSODQRGHEHWRFDUOHD5XVLD&RQHVRPLVPRpOGHVHQPDVFDUDODV
YHUGDGHUDVLQWHQFLRQHVLPSHULDOLVWDVGH5XVLD&XDQGRVHWUDWDGH$OHPDQLDHVGHFLU
SUHFLVDPHQWHGHDTXHOSDtVDFX\RJRELHUQR\DFX\DEXUJXHVtDODPD\RUtDGHOSDUWLGRTXH
FXHQWDD.DXWVN\HQWUHVXVPLHPEURV\TXHQRPEUyD.DXWVN\UHGDFWRUGHVXyUJDQRSULQFLSDO
WHyULFRGLUHFWLYR1HXH=HLWD\XGDDKDFHUODJXHUUDLPSHULDOLVWDHQWRQFHV.DXWVN\QR
GHVHQPDVFDUDODVLQWHQFLRQHVLPSHULDOLVWDVFRQFUHWDVGHVXSURSLRJRELHUQRVLQRTXHVHOLPLWDD
H[SUHVDUXQGHVHRRXQDSURSRVLFLyQJHQHUDO££7XUTXtDQRGHEHVHUXQ(VWDGRYDVDOORGH
QDGLH
¢(QTXpVHGLVWLQJXHSXHVODSROtWLFDGH.DXWVN\SRUVXFRQWHQLGRHIHFWLYRGHODSROtWLFDGH
ORVFRPEDWLYRVSRUDVtGHFLUORVRFLDOFKRYLQLVWDVHVGHFLUVRFLDOLVWDVGHSDODEUD\FKRYLQLVWDVGH
KHFKRGH)UDQFLDH,QJODWHUUDTXHGHVHQPDVFDUDQORVDFWRVLPSHULDOLVWDVFRQFUHWRVGH
$OHPDQLDSHURFXDQGRVHWUDWDGHSDtVHV\GHSXHEORVFRQTXLVWDGRVSRU,QJODWHUUDRSRU5XVLDVH
HVFDEXOOHQH[SUHVDQGRGHVHRVRSURSRVLFLRQHVJHQHUDOHV"*ULWDQFXDQGRVHWUDWDGHOD
RFXSDFLyQGH%pOJLFDGH6HUYLDSHURFDOODQVREUHODRFXSDFLyQGH*DOLW]LDGH$UPHQLD\GHODV
FRORQLDVHQÈIULFD
'HKHFKRODSROtWLFDGH.DXWVN\\GH6HPEDW+HQGHUVRQD\XGDLQGLVWLQWDPHQWHDVXSURSLR
JRELHUQRLPSHULDOLVWDDWUD\HQGRSULQFLSDOPHQWHODDWHQFLyQVREUHODPDOLJQLGDGGHOULYDO\GHO
HQHPLJR\DUURMDQGRXQYHORGHIUDVHVQHEXORVDVJHQHUDOHV\GHERQGDGRVRVGHVHRVVREUHORV
DFWRVLJXDOPHQWHLPSHULDOLVWDVGHVXSURSLDEXUJXHVtD<QRVRWURVGHMDUtDPRVGHVHUPDU[LVWDV
GHMDUtDPRVHQJHQHUDOGHVHUVRFLDOLVWDVVLQRVFRQWHQWiUDPRVFRQODFRQWHPSODFLyQFULVWLDQDSRU
DVtGHFLUORGHODERQGDGGHODVERQGDGRVDVIUDVHVJHQHUDOHVVLQSRQHUDOGHVFXELHUWRVX
VLJQLILFDGRSROtWLFRUHDO¢$FDVRQRYHPRVFRQWLQXDPHQWHTXHODGLSORPDFLDGHWRGDVODV
SRWHQFLDVLPSHULDOLVWDVKDFHDODUGHGHYLUWXRVtVLPDVIUDVHVJHQHUDOHV\GHVXVGHFODUDFLRQHV
GHPRFUiWLFDVHQFXEULHQGRFRQHOODVHOVDTXHRODYLRODFLyQ\HOHVWUDQJXODPLHQWRGHORV
SXHEORVSHTXHxRV"
7XUTXtDQRGHEHVHUXQ(VWDGRYDVDOORGHQDGLH6LGLJRVRODPHQWHHVRSXHGHSDUHFHUTXH
\RVR\SDUWLGDULRGHODSOHQDOLEHUWDGGH7XUTXtD3HURHQUHDOLGDGQRKDJRPiVTXHUHSHWLUXQD
IUDVHSURQXQFLDGDFRP~QPHQWHSRUORVGLSORPiWLFRVDOHPDQHVTXHDWRGDVOXFHVPLHQWHQ\GDQ
SUXHEDVGHKLSRFUHVtDHQFXEULHQGRFRQGLFKDIUDVHHOKHFKRGHTXH$OHPDQLDKD\D
WUDQVIRUPDGRDKRUDD7XUTXtDHQVXYDVDOORWDQWRHQHOVHQWLGRILQDQFLHURFRPRHQHOPLOLWDU<
VL\RVR\XQVRFLDOLVWDDOHPiQPLVIUDVHVJHQHUDOHVVyORUHVXOWDQEHQHILFLRVDVSDUDOD
GLSORPDFLDDOHPDQDSRUTXHVXVLJQLILFDGRUHDOUHVLGHHQTXHVLUYHQSDUDDGRUQDUDOLPSHULDOLVPR
DOHPiQ
(QWRGRVORVSDtVHVGHEHUHSXGLDUVHODLGHDGHODVDQH[LRQHVGHOVRPHWLPLHQWRHFRQyPLFR
GHFXDOTXLHUSXHEORTXHVHD£4XpDODUGHGHYLUWXG/RVLPSHULDOLVWDVPLOHVGHYHFHVUHSXGLDQ
ODLGHDGHODVDQH[LRQHV\GHOHVWUDQJXODPLHQWRILQDQFLHURGHORVSXHEORVGpELOHVSHUR¢QR
FRQYHQGUtDFRQIURQWDUHVRFRQORVKHFKRVTXHGHPXHVWUDQTXHFXDOTXLHUEDQFRJUDQGHGH
$OHPDQLD,QJODWHUUD)UDQFLDR(VWDGRV8QLGRVWLHQHVRPHWLGRVDORVSXHEORVSHTXHxRV"
¢3XHGHDFDVRHQODSUiFWLFDXQJRELHUQREXUJXpVDFWXDOGHXQSDtVULFRUHFKD]DUODVDQH[LRQHV\
ODVXERUGLQDFLyQHFRQyPLFDGHORVSXHEORVH[WUDxRVFXDQGRVHKDQLQYHUWLGRPLOHV\PLOHVGH
PLOORQHVHQORVIHUURFDUULOHV\HQRWUDVHPSUHVDVGHORVSXHEORVGpELOHV"
¢4XLpQHVHOTXHOXFKDUHDOPHQWHFRQWUDODVDQH[LRQHVHWF"¢$TXHOTXHODQ]DKHUPRVDV
IUDVHVFX\RYDORUREMHWLYRHTXLYDOHH[DFWDPHQWHDOGHODJXDEHQGLWDFULVWLDQDFRQODFXDOVHURFtD
DORVEDQGLGRVFRURQDGRV\FDSLWDOLVWDVRDTXHOTXHH[SOLFDDORVREUHURVTXHVLQGHUURFDUOD
EXUJXHVtDLPSHULDOLVWD\VXVJRELHUQRVHVLPSRVLEOHSRQHUILQDODVDQH[LRQHV\DO
HVWUDQJXODPLHQWRILQDQFLHUR"
 +HDTXtXQDLOXVWUDFLyQLWDOLDQDGHOSDFLILVPRTXHSUHGLFD.DXWVN\
(QHOyUJDQRFHQWUDOGHO3DUWLGR6RFLDOLVWD,WDOLDQR$YDQWLGHOGHGLFLHPEUHGHHO
FRQRFLGRUHIRUPLVWD)LOLSSR7XUDWLSXEOLFyXQDUWtFXORWLWXODGRµ$EUDFDGDEUD¶(OGH
QRYLHPEUHGH²HVFULEHpO²HOJUXSRVRFLDOLVWDSDUODPHQWDULRGH,WDOLDSURSXVRHQHO
SDUODPHQWRXQDPRFLyQVREUHODSD](QHVDPRFLyQFRPSUREyODFRQFRUGDQFLDGHORVSULQFLSLRV
SURFODPDGRVSRUORVUHSUHVHQWDQWHVGH,QJODWHUUD\GH$OHPDQLDSULQFLSLRVTXHGHEHQFLPHQWDU
XQDSD]SRVLEOHHLQYLWyDOJRELHUQRDLQLFLDUODVQHJRFLDFLRQHVGHSD]FRQODPHGLDFLyQGHORV
(VWDGRV8QLGRV\GHRWURVSDtVHVQHXWUDOHV$VtH[SRQHHOFRQWHQLGRGHODPRFLyQVRFLDOLVWDHO
PLVPR7XUDWL
(OGHGLFLHPEUHGHODFiPDUDHQWLHUUDODPRFLyQVRFLDOLVWDSRVWHUJDQGRVX
GLVFXVLyQ(OGHGLFLHPEUHHOFDQFLOOHUDOHPiQSURSRQHHQVXSURSLRQRPEUHHQHO5HLFKVWDJ
ORTXHTXHUtDQORVVRFLDOLVWDVLWDOLDQRV(OGHGLFLHPEUHLQWHUYLHQHFRQVX1RWD:LOVRQ
SDUDIUDVHDQGR\UHSLWLHQGR²VHJ~QODH[SUHVLyQGH)7XUDWL²ODVLGHDV\ORVDUJXPHQWRVGHOD
PRFLyQVRFLDOLVWD(OGHGLFLHPEUHRWURV(VWDGRVQHXWUDOHVDSDUHFHQHQHVFHQDSDUDIUDVHDQGR
OD1RWDGH:LOVRQ
1RVDFXVDQGHKDEHUQRVYHQGLGRD$OHPDQLDH[FODPD7XUDWL¢1RVHKDQYHQGLGRD
$OHPDQLDWDPELpQ:LOVRQ\ORV(VWDGRVQHXWUDOHV"
(OGHGLFLHPEUH7XUDWLSURQXQFLyHQHOSDUODPHQWRXQGLVFXUVRXQRGHFX\RVSDVDMHV
SURYRFyXQDH[WUDRUGLQDULD\PHUHFLGDVHQVDFLyQ+HDTXtHVHSDVDMHVHJ~QODLQIRUPDFLyQGH
$YDQWL
6XSRQJDPRVTXHHQXQDGLVFXVLyQGHOWLSRTXHQRVSURSRQH$OHPDQLDVHDSRVLEOHUHVROYHUD
JUDQGHVWUD]RVFXHVWLRQHVWDOHVFRPRODHYDFXDFLyQGH%pOJLFD)UDQFLDODUHFRQVWLWXFLyQGH
5XPDQLD6HUYLD\VLTXHUpLVGH0RQWHQHJURRVDJUHJRODUHFWLILFDFLyQGHODVIURQWHUDVLWDOLDQDV
HQORTXHVHUHILHUHDORLQGLVFXWLEOHPHQWHLWDOLDQR\TXHUHVSRQGHDJDUDQWtDVGHXQFDUiFWHU
HVWUDWpJLFR(QHVHSDVDMHODFiPDUDFKRYLQLVWD\EXUJXHVDLQWHUUXPSHD7XUDWLGHWRGDVSDUWHV
VHR\HQH[FODPDFLRQHV£0DJQtILFR£4XLHUHGHFLUTXHXVWHGWDPELpQTXLHUHWRGRHVR£9LYD
7XUDWL£9LYD7XUDWL
7XUDWLDOGDUVHFXHQWDSRUORYLVWRGHTXHDOJRDQGDPDOHQHVHHQWXVLDVPREXUJXpVWUDWDGH
FRUUHJLUVHRGHH[SOLFDUVH
6HxRUHV²GLFHpO²QRHVWDPRVSDUDEURPDVLQRSRUWXQDV8QDFRVDHVDGPLWLUOD
FRQYHQLHQFLD\HOGHUHFKRGHODXQLGDGQDFLRQDOVLHPSUHUHFRQRFLGDSRUQRVRWURVRWUDFRVDHV
SURYRFDURMXVWLILFDUODJXHUUDSRUHVHPRWLYR
1LHVDH[SOLFDFLyQGH7XUDWLQLORVDUWtFXORVGH$YDQWLSXEOLFDGRVHQVXGHIHQVDQLOD
FDUWDGH7XUDWLGHOGHGLFLHPEUHQLHODUWtFXORGHFLHUWREEDSDUHFLGRHQHO9RONVUHFKWGH
=XULFKDUUHJODQHQDEVROXWRODVLWXDFLyQ£QLVXSULPHQHOKHFKRGHTXH7XUDWLVHKD\D
WUDLFLRQDGR0iVSUHFLVDPHQWHQRIXH7XUDWLHOTXHVHKDWUDLFLRQDGRVLQRWRGRHOSDFLILVPR
VRFLDOLVWDUHSUHVHQWDGRSRU.DXWVN\\FRPRYHUHPRVPiVDGHODQWHSRUORVNDXWVNLDQRV
IUDQFHVHV/DSUHQVDEXUJXHVDGH,WDOLDWXYRUD]yQFXDQGRUHFRJLyHVHSDVDMHHQHOGLVFXUVRGH
7XUDWLUHJRFLMiQGRVHDOUHVSHFWR
(OPHQFLRQDGREELQWHQWDGHIHQGHUD7XUDWLGLFLHQGRTXHDTXpOVyORVHUHIHUtDDOGHUHFKR
GHDXWRGHWHUPLQDFLyQGHODVQDFLRQHV
£0DODGHIHQVD¢4XpWLHQHTXHYHUHOGHUHFKRGHDXWRGHWHUPLQDFLyQGHODVQDFLRQHVTXH
FRPRWRGRVVDEHQHVWiHQHOSURJUDPDGHORVPDU[LVWDV\KDHVWDGRVLHPSUHHQHOSURJUDPDGH
ODGHPRFUDFLDLQWHUQDFLRQDOFRQODGHIHQVDGHORVSXHEORVRSULPLGRV"¢4XpWLHQHTXHYHUFRQOD
JXHUUDLPSHULDOLVWDHVGHFLUFRQODJXHUUDSRUHOUHSDUWRGHODVFRORQLDVSRUODRSUHVLyQGHORV
SDtVHVH[WUDxRVFRQODJXHUUDHQWUHSRWHQFLDVRSUHVRUDV\GHVDTXHRSRUYHUTXLpQSXHGHRSULPLU
PiVSXHEORVH[WUDxRV"
,QYRFDUODDXWRGHWHUPLQDFLyQGHODVQDFLRQHVSDUDMXVWLILFDUXQDJXHUUDLPSHULDOLVWDQRXQD
JXHUUDQDFLRQDO¢HQTXpVHGLVWLQJXHHVRGHORVGLVFXUVRVGH$OH[LQVNL+HUYp+\QGPDQ
TXLHQHVLQYRFDQODUHS~EOLFDHQ)UDQFLDHQFRQWUDSRVLFLyQDODPRQDUTXtDHQ$OHPDQLDDXQTXH
WRGRVVDEHQTXHODJXHUUDHQFXHVWLyQQRVHGHEHHQDEVROXWRDOFKRTXHGHOVLVWHPDUHSXEOLFDQR
FRQHOSULQFLSLRPRQiUTXLFRVLQRDOUHSDUWRGHODVFRORQLDV\GHPiVHQWUHGRVFRDOLFLRQHV
LPSHULDOLVWDV"
7XUDWLVHH[SOLFDED\VHGHIHQGtDGLFLHQGRTXHGHQLQJ~QPRGRMXVWLILFDEDODJXHUUD
&UHDPRVDOUHIRUPLVWD7XUDWLD7XUDWLHOSDUWLGDULRGH.DXWVN\TXHQRIXHVXLQWHQFLyQ
MXVWLILFDUODJXHUUD¢3HURTXLpQLJQRUDTXHHQODSROtWLFDQRVHWRPDQHQFXHQWDODVLQWHQFLRQHV
VLQRORVDFWRVQRORVEXHQRVGHVHRVVLQRORVKHFKRVQRORLPDJLQDGRVLQRORUHDO"
$GPLWDPRVTXH7XUDWLQRKD\DTXHULGRMXVWLILFDUODJXHUUDTXH.DXWVN\QRKD\DTXHULGR
MXVWLILFDUHOTXH$OHPDQLDHVWDEOH]FDUHODFLRQHVGHYDVDOODMHGH7XUTXtDUHVSHFWRGHO
LPSHULDOLVPRDOHPiQ3HURHQODSUiFWLFDUHVXOWyTXHHVRVGRVWLHUQRVSDFLILVWDV£MXVWLILFDURQ
SUHFLVDPHQWHODJXHUUD+HDTXtHOIRQGRGHODVXQWR6L.DXWVN\KXELHUDSURQXQFLDGRDOJR
VHPHMDQWHD&RQVWDQWLQRSODQRGHEHWRFDUOHD5XVLD7XUTXtDQRGHEHVHUXQ(VWDGRYDVDOORGH
QDGLHQRHQXQDUHYLVWDWDQDEXUULGDTXHQDGLHOHHVLQRGHVGHODWULEXQDGHOSDUODPHQWRDQWH
XQS~EOLFREXUJXpVYLYRLPSUHVLRQDEOHGHWHPSHUDPHQWRPHULGLRQDOQDGDKDEUtDGHDVRPEURVR
HQTXHORVLQJHQLRVRVEXUJXHVHVH[FODPDUDQ£0DJQtILFR£0X\ELHQ£9LYD.DXWVN\
7XUDWLDGRSWDEDGHKHFKR²LQGHSHQGLHQWHPHQWHGHVLORTXHUtDRQRGHVLWHQtDFRQFLHQFLD
GHHOOR²HOSXQWRGHYLVWDGHXQLQWHUPHGLDULREXUJXpVTXHSURSRQtDXQDUUHJORDPLVWRVRHQWUH
ORVEXLWUHVLPSHULDOLVWDV/LEHUDUODVWLHUUDVLWDOLDQDVSHUWHQHFLHQWHVD$XVWULDVHUtDHQFXEULUHQ
ORVKHFKRVODUHFRPSHQVDTXHVHRWRUJDDODEXUJXHVtDLWDOLDQDSRUVXSDUWLFLSDFLyQHQODJXHUUD
LPSHULDOLVWDGHXQDFRDOLFLyQLPSHULDOLVWDJLJDQWHVFDVHUtDXQVXSOHPHQWRVLQLPSRUWDQFLDDO
UHSDUWRGHODVFRORQLDVHQÈIULFD\GHODVHVIHUDVGHLQIOXHQFLDHQ'DOPDFLD\HQ$OEDQLD(V
QDWXUDOTXL]iTXHHOUHIRUPLVWD7XUDWLDGRSWHXQSXQWRGHYLVWDEXUJXpVSHUR.DXWVN\GHKHFKR
QRVHGLVWLQJXHDEVROXWDPHQWHHQQDGDGH7XUDWL
3DUDQRDGHUH]DUODJXHUUDLPSHULDOLVWDSDUDQRD\XGDUDODEXUJXHVtDDKDFHUSDVDUHVD
JXHUUDSRUQDFLRQDOSRUXQDJXHUUDOLEHUDGRUDGHORVSXHEORVSDUDQRHQFRQWUDUVHHQODSRVLFLyQ
GHXQUHIRUPLVPREXUJXpVKD\TXHKDEODUQRFRPRORKDFHQ.DXWVN\\7XUDWLVLQRFRPROR
KDFtD.DUO/LHENQHFKWKD\TXHGHFLUOHDODSURSLDEXUJXHVtDTXHHVKLSyFULWDFXDQGRKDEODGH
OLEHUDFLyQQDFLRQDOTXHODSD]GHPRFUiWLFDHVLPSRVLEOHHQUHODFLyQFRQODJXHUUDDFWXDODQRVHU
TXHHOSUROHWDULDGRYXHOYDODVDUPDVFRQWUDVXVSURSLRVJRELHUQRV
(VDGHEHUtDVHU\VyORHVDODSRVLFLyQGHXQYHUGDGHURPDU[LVWDGHXQYHUGDGHURVRFLDOLVWD\
QRGHXQUHIRUPLVWDEXUJXpV1RWUDEDMDUHDOPHQWHHQEHQHILFLRGHODSD]GHPRFUiWLFDHOTXH
UHSLWHORVEXHQRV\JHQHUDOHVGHVHRVGHOSDFLILVPRTXHQDGDGLFHQ\DQDGDREOLJDQVLQRHOTXH
GHVHQPDVFDUDHOFDUiFWHULPSHULDOLVWDWDQWRGHODJXHUUDDFWXDOFRPRGHODSD]LPSHULDOLVWDTXH
HOODHVWiSUHSDUDQGRHOTXHOODPDDORVSXHEORVDODUHYROXFLyQFRQWUDORVJRELHUQRVFULPLQDOHV
$OJXQRVWUDWDQDYHFHVGHGHIHQGHUD.DXWVN\\D7XUDWLGLFLHQGRTXHOHJDOPHQWHQRVHSRGtD
LUPiVDOOiGHXQDDOXVLyQHQFRQWUDGHOJRELHUQR\WDODOXVLyQH[LVWHHQORVSDFLILVWDVGHHVD
FODVH3HURDHVWRKD\TXHFRQWHVWDUSULPHURTXHHOKHFKRGHTXHVHDLPSRVLEOHGHFLUOHJDOPHQWH
ODYHUGDGHVXQDUJXPHQWRTXHQRYDHQIDYRUGHOHQFXEULPLHQWRGHODYHUGDGVLQRDIDYRUGHOD
QHFHVLGDGGHHVWDEOHFHUXQDRUJDQL]DFLyQ\XQDSUHQVDLOHJDOHVGHFLUOLEUHGHODSROLFtD\GHOD
FHQVXUDVHJXQGRTXHH[LVWHQPRPHQWRVKLVWyULFRVHQTXHDOVRFLDOLVWDVHOHH[LJHXQDUXSWXUD
FRQFXDOTXLHUOHJDOLGDGWHUFHURTXHDXQHQOD5XVLDIHXGDO'REURO\XERY\&KHUQLVKHYVNL
VDEtDQGHFLUODYHUGDGVHDSDVDQGRHQVLOHQFLRHOPDQLILHVWRGHOGHIHEUHURGHVHD
EXUOiQGRVHGHORVOLEHUDOHVGHHQWRQFHVTXHGHFtDQGLVFXUVRVLGpQWLFRVDORVGH7XUDWL\GH
.DXWVN\VHDULGLFXOL]iQGRORV
(QHODUWtFXORVLJXLHQWHSDVDUHPRVDOSDFLILVPRIUDQFpVTXHHQFRQWUyVXH[SUHVLyQHQODV
UHVROXFLRQHVGHGRVFRQJUHVRVGHRUJDQL]DFLRQHVREUHUDV\VRFLDOLVWDVGH)UDQFLDUHFLHQWHPHQWH
FHOHEUDGRV
 
,,,(OSDFLILVPRGHORVVRFLDOLVWDVVLQGLFDOLVWDVIUDQFHVHV
$FDEDQGHFODXVXUDUVHORVFRQJUHVRVGHOD&*7IUDQFHVD&RQIpGpUDWLRQ*pQpUDOHGX
7UDYDLO\GHO3DUWLGR6RFLDOLVWD)UDQFpV$TXtVHGHOLQHyFRQSDUWLFXODUQLWLGH]HOVLJQLILFDGR\HO
SDSHODXWpQWLFRVTXHGHVHPSHxDHQHOPRPHQWRDFWXDOHOSDFLILVPRVRFLDOLVWD
+HDTXtODUHVROXFLyQGHOFRQJUHVRVLQGLFDODGRSWDGDXQiQLPHPHQWHWDQWRSRUODPD\RUtDGH
ORVFKRYLQLVWDVIXULRVRVFRQHOWULVWHPHQWHIDPRVR-RXKDX[DODFDEH]DFRPRSRUHODQDUTXLVWD
%URXWHFKRX[\HO]LPPHUZDOGLVWD0HUUKHLP
/DFRQIHUHQFLDGHODVIHGHUDFLRQHVJUHPLDOHVQDFLRQDOHVGHODVXQLRQHVGHORVVLQGLFDWRVGH
ODVEROVDVGHWUDEDMRKDELpQGRVHQRWLILFDGRGHODQRWDGHOSUHVLGHQWHGH(VWDGRV8QLGRVTXH
µLQYLWDDWRGDVODVQDFLRQHVTXHVHHQFXHQWUDQDFWXDOPHQWHHQJXHUUDDH[SRQHUS~EOLFDPHQWHVXV
SXQWRVGHYLVWDVREUHODVFRQGLFLRQHVHQODVTXHVHOHSRGUtDSRQHUILQ¶VROLFLWDGHOJRELHUQR
IUDQFpVTXHRWRUJXHVXFRQIRUPLGDGDGLFKDSURSXHVWDLQYLWDDOJRELHUQRDDVXPLUODLQLFLDWLYD
GHLQWHUYHQLUDQWHVXVDOLDGRVSDUDDSUHVXUDUODKRUDGHODSD]GHFODUDTXHODIHGHUDFLyQGH
QDFLRQHVTXHHVXQDGHODVJDUDQWtDVGHODSD]GHILQLWLYDSXHGHVHUDVHJXUDGDVyORDFRQGLFLyQ
GHTXHWRGDVODVQDFLRQHVWDQWRSHTXHxDVFRPRJUDQGHVVHDQLQGHSHQGLHQWHVWHUULWRULDOPHQWH
LQYLRODEOHV\SROtWLFD\HFRQyPLFDPHQWHOLEUHV
/DVRUJDQL]DFLRQHVUHSUHVHQWDGDVHQODFRQIHUHQFLDDVXPHQODREOLJDFLyQGHDSR\DU\
GLIXQGLUHVDLGHDHQWUHODVPDVDVREUHUDVSDUDTXHFHVHODVLWXDFLyQLQGHILQLGDDPELJXDTXHVyOR
EHQHILFLDDODGLSORPDFLDVHFUHWDFRQWUDODFXDOVLHPSUHVHUHEHOyODFODVHREUHUD
+HDTXtXQHMHPSORGHXQSDFLILVPRSXURPX\DOHVWLORGH.DXWVN\GHXQSDFLILVPR
DSUREDGRSRUXQDRUJDQL]DFLyQRILFLDOGHREUHURVTXHQDGDWLHQHGHFRP~QFRQHOPDU[LVPR\
TXHHVWiIRUPDGDHQVXPD\RUtDSRUFKRYLQLVWDV7HQHPRVDQWHQRVRWURVXQGRFXPHQWR
GHVFROODQWH\TXHPHUHFHODPiVVHULDDWHQFLyQHOGRFXPHQWRGHODXQLILFDFLyQSROtWLFDGHORV
FKRYLQLVWDV\GHORVNDXWVNLDQRVEDVDGRHQXQDKXHUDIUDVHRORJtDSDFLILVWD6LHQHODUWtFXOR
SUHFHGHQWHKHPRVLQWHQWDGRPRVWUDUHQTXpFRQVLVWHODEDVHWHyULFDGHODXQLGDGGHRSLQLRQHVGH
FKRYLQLVWDV\GHSDFLILVWDVGHEXUJXHVHV\GHUHIRUPLVWDVVRFLDOLVWDVYHPRVDKRUDHVDXQLGDG
UHDOL]DGDHQODSUiFWLFDHQRWURSDtVLPSHULDOLVWD
(QOD&RQIHUHQFLDGH=LPPHUZDOGGHODOGHVHSWLHPEUHGH0HUUKHLPGHFODUy/H
SDUWLOHV-RXKDX[OHJRXYHUQHPHQWFHQHVRQWTXHWURLVWHWHVVRXVXQERQQHW(OSDUWLGRORV
VHxRUHV-RXKDX[HOJRELHUQRQRVRQVLQRWUHVFDEH]DVEDMRXQPLVPRERQHWHHVGHFLUVRQXQD
PLVPDFRVD(QOD&RQIHUHQFLDGHOD&*,GHOGHGLFLHPEUHGH0HUUKHLPYRWDMXQWRFRQ
-RXKDX[ODUHVROXFLyQSDFLILVWD(OGHGLFLHPEUHGHXQRGHORVyUJDQRVPiVIUDQFRV\
H[WUHPRVGHORVVRFLDOLPSHULDOLVWDVDOHPDQHVHOSHULyGLFRGH&KHPQLW]9RONVVWLPPHLQVHUWDHO
DUWtFXORHGLWRULDO'HVFRPSRVLFLyQGHORVSDUWLGRVEXUJXHVHV\UHVWDEOHFLPLHQWRGHODXQLGDG
VRFLDOGHPyFUDWD(QHVHDUWtFXORVHDODEDQDWXUDOPHQWHHOHVStULWXGHSD]GH6XGHNXP/HJLHQ
6FKHLGHPDQQ\&tDGHWRGDODPD\RUtDGHO3DUWLGR6RFLDOGHPyFUDWD$OHPiQFRPRWDPELpQGHO
JRELHUQRDOHPiQ\VHSURFODPDTXHHOSULPHUFRQJUHVRGHO3DUWLGRFRQYRFDGRGHVSXpVGHOD
JXHUUDGHEHUHVWDEOHFHUVXXQLGDGH[FHSFLyQKHFKDGHORVSRFRQXPHURVRVIDQiWLFRVTXHUHK~VDQ
SDJDUODVFXRWDVGHO3DUWLGR£HVGHFLUGHORVDGLFWRVD.DUO/LHENQHFKWUHVWDEOHFHUODXQLGDG
GHO3DUWLGRVREUHODEDVHGHODSROtWLFDGHODGLUHFFLyQGHOSDUWLGRGHODIUDFFLyQVRFLDOGHPyFUDWD
GHO5HLFKVWDJ\GHORVVLQGLFDWRV
&RQXQDFODULGDGPHULGLDQDVHH[SUHVDDTXtODLGHD\VHSURFODPDODSROtWLFDGHODXQLGDG
HQWUHORVVRFLDOFKRYLQLVWDVDELHUWRVGH$OHPDQLDFRQ.DXWVN\\&tD\HO*UXSR
6RFLDOGHPyFUDWDGHO7UDEDMR²XQLGDGEDVDGDHQIUDVHVSDFLILVWDV²£XQLGDGFRPROD
UHDOL]DGDHQ)UDQFLDHOGHGLFLHPEUHGHHQWUH-RXKDX[\0HUUKHLP
(OyUJDQRFHQWUDOGHO3DUWLGR6RFLDOLVWD,WDOLDQR$YDQWLHVFULEHHQVXQRWDHGLWRULDOGHOGH
GLFLHPEUHGH
6LELHQ%LVVRODWL\6XGHNXP%RQRPL\6FKHLGHPDQQ6HPEDW\'DYLG-RXKDX[\/HJLHQ
SDVDURQDOFDPSRGHOQDFLRQDOLVPREXUJXpV\WUDLFLRQDURQKDQQRWUDGLWRODXQLGDGLGHROyJLFD
GHORVLQWHUQDFLRQDOLVWDVDODFXDOSURPHWLHURQVHUYLUHQFXHUSR\DOPDQRVRWURVQRVTXHGDUHPRV
MXQWRDQXHVWURVFDPDUDGDVDOHPDQHVWDOHVFRPR/LHENQHFKW/HGHERXU+RIIPDQ0H\HUD
QXHVWURVFDPDUDGDVIUDQFHVHVWDOHVFRPR0HUUKHLP%ODQF%UL]RQ5DIILQ'XJHQVTXLHQHVQR
FDPELDURQQLYDFLODURQ
9HGTXpFRQIXVLyQVHSURGXFH
%LVVRODWL\%RQRPLIXHURQH[SXOVDGRVSRUUHIRUPLVWDV\FKRYLQLVWDVGHO3DUWLGR6RFLDOLVWD
,WDOLDQRD~QDQWHVGHODJXHUUD$YDQWLORVFRORFDHQHOPLVPRQLYHOTXHD6XGHNXP\D/HJLHQ
\FRQWRGDUD]yQSRUFLHUWRSHUR6XGHNXP'DYLG\/HJLHQHVWiQDODFDEH]DGHOSUHWHQGLGR
SDUWLGRVRFLDOGHPyFUDWDGH$OHPDQLDVRFLDOFKRYLQLVWDGHKHFKR\HOPLVPR$YDQWLVHUHEHOD
FRQWUDVXH[SXOVLyQFRQWUDODUXSWXUDFRQHOORVFRQWUDODIRUPDFLyQGHOD7HUFHUD,QWHUQDFLRQDO
$YDQWLDQXQFLD\FRQMXVWDUD]yQTXH/HJLHQ\-RXKDX[VHKDQSDVDGRDOFDPSRGHO
QDFLRQDOLVPREXUJXpVRSRQLpQGRORVD/LHENQHFKW\D/HGHERXUD0HUUKHLP\D%UL]RQ3HUR
QRVRWURVYHPRVTXH0HUUKHLPYRWDMXQWRFRQ-RXKDX[\TXH/HJLHQPDQLILHVWDSRUERFDGH
9RONVVWLPPHGH&KHPQLW]VXFHUWLGXPEUHHQHOUHVWDEOHFLPLHQWRGHODXQLGDGGHO3DUWLGRFRQOD
~QLFDH[FHSFLyQGHORVFRUUHOLJLRQDULRVGH/LHENQHFKWHVWRHV££XQLGDGMXQWRFRQHO*UXSR
6RFLDOGHPyFUDWDGHO7UDEDMR.DXWVN\LQFOXVLYHDOFXDOSHUWHQHFH/HGHERXU
(VDFRQIXVLyQHVRULJLQDGDSRUHOKHFKRGHTXH$YDQWLFRQIXQGHHOSDFLILVPREXUJXpVFRQHO
LQWHUQDFLRQDOLVPRVRFLDOGHPyFUDWDUHYROXFLRQDULRPLHQWUDVTXHSROLWLTXHURVWDQH[SHULPHQWDGRV
FRPR/HJLHQ\-RXKDX[KDQFRPSUHQGLGRPDJQtILFDPHQWHODLGHQWLGDGGHOSDFLILVPRVRFLDOLVWD\
ODGHOSDFLILVPREXUJXpV
£&yPRQRKDQGHUHJRFLMDUVHHOVHxRU-RXKDX[\VXSHULyGLFRFKRYLQLVWD/D%DWDLOOHFRQ
PRWLYRGHODXQDQLPLGDGGH-RXKDX[\GH0HUUKHLPFXDQGRHQODUHVROXFLyQDGRSWDGD
XQiQLPHPHQWH\FLWDGDSRUQRVRWURVtQWHJUDPHQWHQRKD\GHKHFKRDEVROXWDPHQWHQDGDVDOYR
IUDVHVSDFLILVWDVEXUJXHVDVQRKD\QLVRPEUDGHFRQFLHQFLDUHYROXFLRQDULDQLXQDVRODLGHD
VRFLDOLVWD
¢1RHVULGtFXORDFDVRKDEODUGHOLEHUWDGHFRQyPLFDGHWRGDVODVQDFLRQHVWDQWRSHTXHxDV
FRPRJUDQGHVSDVDQGRHQVLOHQFLRDTXHOORGHTXHPLHQWUDVQRVHGHUURTXHQORVJRELHUQRV
EXUJXHVHV\QRVHH[SURSLHDODEXUJXHVtDHVDOLEHUWDGHFRQyPLFDHVXQHQJDxRGHOSXHEORGHO
PLVPRPRGRTXHODVIUDVHVUHIHUHQWHVDODOLEHUWDGHFRQyPLFDGHORVFLXGDGDQRVHQJHQHUDOGH
ORVSHTXHxRVFDPSHVLQRV\GHORVULFRVGHORVREUHURV\GHORVFDSLWDOLVWDVHQODVRFLHGDG
FRQWHPSRUiQHD"
/DUHVROXFLyQSRUODFXDOYRWDURQXQiQLPHPHQWH-RXKDX[\0HUUKHLPHVWiWRWDOPHQWH
LPSUHJQDGDSRUODVLGHDVGHOQDFLRQDOLVPREXUJXpVTXH$YDQWLGHVWDFDDFHUWDGDPHQWHHQ
-RXKDX[SHURTXH$YDQWLH[WUDxDPHQWHQRYHHQ0HQKHLP
/RVQDFLRQDOLVWDVEXUJXHVHVKDQKHFKRDODUGHVLHPSUH\HQWRGDVSDUWHVGHIUDVHV
JHQHUDOHVVREUHXQDIHGHUDFLyQGHQDFLRQHVHQJHQHUDOVREUHODOLEHUWDGHFRQyPLFDGHWRGDV
ODVQDFLRQHVJUDQGHV\SHTXHxDV/RVVRFLDOLVWDVDGLIHUHQFLDGHORVQDFLRQDOLVWDVEXUJXHVHV
GHFtDQ\GLFHQSHURUDUDFHUFDGHODOLEHUWDGHFRQyPLFDGHODVQDFLRQHVJUDQGHV\SHTXHxDVHV
XQDKLSRFUHVtDUHSXJQDQWHHQWDQWRTXHXQDVQDFLRQHVSRUHMHPSOR,QJODWHUUD\)UDQFLD
FRORTXHQHQHOH[WUDQMHURHVGHFLUFRQFHGDQSUpVWDPRVFRQLQWHUHVHVXVXUDULRVDODVQDFLRQHV
SHTXHxDV\DWUDVDGDVPLOHV\PLOHVGHPLOORQHVGHIUDQFRVGHFDSLWDO\ODVQDFLRQHVSHTXHxDV\
GpELOHVVHHQFXHQWUHQEDMRVX\XJR
/RVVRFLDOLVWDVQRSRGUtDQGHMDUVLQXQDSURWHVWDGHFLGLGDXQDVRODIUDVHGHDTXHOOD
UHVROXFLyQSRUODFXDOYRWDURQXQiQLPHPHQWH-RXKDX[\0HUUKHLP/RVVRFLDOLVWDVKXELHUDQ
GHFODUDGRHQFRQWUDSRVLFLyQDELHUWDDGLFKDUHVROXFLyQTXHHOGLVFXUVRGH:LOVRQHVXQD
HYLGHQWHPHQWLUDHKLSRFUHVtDSXHV:LOVRQHVXQUHSUHVHQWDQWHGHODEXUJXHVtDTXHKDJDQDGR
PLOHVGHPLOORQHVHQODJXHUUDHVHOMHIHGHXQJRELHUQRTXHOOHYyKDVWDODORFXUDODDFFLyQ
DUPDPHQWLVWDGHORV(VWDGRV8QLGRVFRQILQHVPDQLILHVWRVGHXQDVHJXQGDJUDQJXHUUD
LPSHULDOLVWDTXHHOJRELHUQREXUJXpVIUDQFpVDWDGRGHSLHV\PDQRVSRUHOFDSLWDOILQDQFLHURGHO
FXDOHVHVFODYR\SRUORVWUDWDGRVLPSHULDOLVWDVVHFUHWRVHQWHUDPHQWHUDSDFHV\UHDFFLRQDULRVFRQ
,QJODWHUUD5XVLDHWFQRHVWiHQFRQGLFLRQHVGHGHFLUQLGHKDFHURWUDFRVDTXHODQ]DUODV
PLVPDVPHQWLUDVVREUHODFXHVWLyQGHXQDSD]GHPRFUiWLFD\MXVWDTXHODOXFKDSRUXQDSD]
VHPHMDQWHFRQVLVWHQRHQODUHSHWLFLyQGHIUDVHVSDFLILVWDVJHQHUDOHVHVWpULOHVLQVXVWDQFLDOHV
ERQGDGRVDV\PHOLIOXDVTXHDQDGDREOLJDQ\TXHVyORHPEHOOHFHQHQODSUiFWLFDODUXLQGDG
LPSHULDOLVWDVLQRHQGHFODUDUDORVSXHEORVODYHUGDGSUHFLVDPHQWHHQGHFODUiUVHODDORVSXHEORV
SDUDREWHQHUXQDSD]MXVWD\GHPRFUiWLFDHVSUHFLVRGHUURFDUDORVJRELHUQRVEXUJXHVHVGHWRGRV
ORVSDtVHVEHOLJHUDQWHV\DSURYHFKDUSDUDHOORHOKHFKRGHTXHPLOORQHVGHREUHURVHVWiQDUPDGRV
FRPRWDPELpQODH[DVSHUDFLyQJHQHUDOGHODVPDVDVGHODSREODFLyQSURYRFDGDSRUODFDUHVWtDGH
ODYLGD\SRUORVKRUURUHVGHODJXHUUDLPSHULDOLVWD
(VRHVORTXHGHEHUtDQKDEHUGLFKRORVVRFLDOLVWDVHQOXJDUGHODUHVROXFLyQGH-RXKDX[\GH
0HUUKHLP
££(O3DUWLGR6RFLDOLVWD)UDQFpVHQVXFRQJUHVRTXHVHUHDOL]yHQ3DUtVVLPXOWiQHDPHQWHFRQ
HOGHOD&*7QRVyORQRGLMRHVRVLQRTXHDGRSWyXQDUHVROXFLyQD~QSHRUSRUYRWRV
FRQWUD\DEVWHQFLRQHVHVGHFLUFRQHOEORTXHGHORVVRFLDOFKRYLQLVWDV5HQDXGHO\&tD
ORVDVtOODPDGRVPDMRULWDLUHVORVSDUWLGDULRVGHODPD\RUtD\GHORVORQJXHWLVWDVSDUWLGDULRVGH
/RQJXHWNDXWVNLDQRVIUDQFHVHV££$OPLVPRWLHPSRYRWDURQSRUHVDUHVROXFLyQHO
]LPPHUZDOGLVWD%RXUGHURQ\HONLHQWKDOLVWD5DIILQ'XJHQV
1RFLWDUHPRVHOWH[WRGHHVDUHVROXFLyQSXHVHVH[FHVLYDPHQWHODUJD\FDUHFHHQDEVROXWRGH
LQWHUpVHQHOODILJXUDQDODSDUODVIUDVHVERQGDGRVDV\PHOLIOXDVDFHUFDGHODSD]\ODGHFODUDFLyQ
GHHVWDUGLVSXHVWRVDVHJXLUDSR\DQGRODDVtOODPDGDGHIHQVDGHODSDWULDHQ)UDQFLDHVGHFLU
GHVHJXLUDSR\DQGRODJXHUUDLPSHULDOLVWDHQODTXH)UDQFLDHVWiDOLDGDFRQEDQGLGRVD~QPiV
IXHUWHV\PiVJUDQGHVWDOHVFRPR,QJODWHUUD\5XVLD
/DXQLILFDFLyQGHORVVRFLDOFKRYLQLVWDVFRQORVSDFLILVWDVRNDXWVNLDQRVHQ)UDQFLD\FRQ
SDUWHGHORV]LPPHUZDOGLVWDVVHFRQYLUWLySRUFRQVLJXLHQWHHQXQKHFKRQRVyORHQOD&*7VLQR
WDPELpQHQHO3DUWLGR6RFLDOLVWD

,9=LPPHUZDOGHQODHQFUXFLMDGD
(OGHGLFLHPEUHOOHJDURQD%HUQDORVSHULyGLFRVIUDQFHVHVFRQHOLQIRUPHUHIHUHQWHDO
&RQJUHVRGHOD&*7\HOGHGLFLHPEUHDSDUHFLyHQORVSHULyGLFRVVRFLDOLVWDVGH%HUQD\GH
=XULFKXQQXHYROODPDPLHQWRGHOD,6.GH%HUQD,QWHUQDWLRQDOH6R]LDOLVWLVFKH.RPPLVVLRQ
&RPLVLyQ6RFLDOLVWD,QWHUQDFLRQDOyUJDQRHMHFXWLYRGHODXQLyQ]LPPHUZDOGLDQD(QHVH
OODPDPLHQWRIHFKDGRDILQHVGHGLFLHPEUHGHVHKDEODGHODSURSXHVWDGHSD]SRUSDUWHGH
$OHPDQLDFRPRWDPELpQGH:LOVRQ\GHRWURVSDtVHVQHXWUDOHV$HVWDVPDQLIHVWDFLRQHV
JXEHUQDPHQWDOHVODVOODPDQ\FRQMXVWDUD]yQFRPHGLDGHODSD]MXHJRSDUDEXUODUDORV
SURSLRVSXHEORVJHVWLFXODFLRQHVSDFLILVWDVHKLSyFULWDVGHORVGLSORPiWLFRV
$HVWDFRPHGLD\DHVWDPHQWLUDVHOHVFRQWUDSRQHFRPR~QLFDIXHU]DFDSD]GHORJUDUOD
SD]HWFODILUPHYROXQWDGGHOSUROHWDULDGRLQWHUQDFLRQDOGHGLULJLUODVDUPDVQRFRQWUDVXV
KHUPDQRVVLQRFRQWUDHOHQHPLJRTXHHVWiHQVXSURSLRSDtV
/DVFLWDVPHQFLRQDGDVQRVPXHVWUDQPDQLILHVWDPHQWHGRVSROtWLFDVGLIHUHQWHVHQVXUDt]TXH
KDVWDHOSUHVHQWHSDUHFtDQOOHYDUVHGHDFXHUGRGHQWURGHODXQLyQ]LPPHUZDOGLDQD\TXHDKRUDVH
KDQVHSDUDGRGHILQLWLYDPHQWH
3RUXQDSDUWH7XUDWLGLFHGHILQLGDPHQWH\FRQWRGDMXVWLFLDTXHODSURSXHVWDGH$OHPDQLD
GH:LOVRQHWFVyORHVODSDUiIUDVLVGHOSDFLILVPRVRFLDOLVWDLWDOLDQR/DGHFODUDFLyQGHORV
VRFLDOFKRYLQLVWDVDOHPDQHV\ODYRWDFLyQGHORVIUDQFHVHVGHPXHVWUDQTXHWDQWRXQRVFRPRRWURV
KDQDSUHFLDGRSHUIHFWDPHQWHODXWLOLGDGGHOHQFXEULPLHQWRSDFLILVWDGHVXSROtWLFD
3RURWUDSDUWHHOOODPDPLHQWRGHOD&RPLVLyQ6RFLDOLVWD,QWHUQDFLRQDOGDHOQRPEUHGH
FRPHGLD\GHKLSRFUHVtDDOSDFLILVPRGHWRGRVORVJRELHUQRVQHXWUDOHV\EHOLJHUDQWHV
3RUXQDSDUWH-RXKDX[VHXQHFRQ0HUUKHLP%RXUGHURQ/RQJXHW\5DIILQ'XJHQVFRQ
5HQDXGHO6HPEDW\7KRPDV\ORVVRFLDOFKRYLQLVWDVDOHPDQHV6XGHNXP'DYLG6FKHLGHPDQQ
SURFODPDQHOSUy[LPRUHVWDEOHFLPLHQWRGHODXQLGDGVRFLDOGHPyFUDWDFRQ.DXWVN\\FRQHO
*UXSR6RFLDOGHPyFUDWDGHO7UDEDMR
3RURWUDSDUWHHOOODPDPLHQWRGHOD&RPLVLyQ6RFLDOLVWD,QWHUQDFLRQDOLQYLWDDODVPLQRUtDV
VRFLDOLVWDVDOXFKDUHQpUJLFDPHQWHFRQWUDVXVJRELHUQRV\FRQWUDVXVVRFLDOSDWULRWDV
PHUFHQDULRV6|OGOLQJH
2HVWRRDTXHOOR
¢'HVHQPDVFDUDUWRGRORLQVXVWDQFLDOORDEVXUGRORKLSyFULWDGHOSDFLILVPREXUJXpVRELHQ
SDUDIUDVHDUVXSDFLILVPRVRFLDOLVWD"¢/XFKDUFRQWUDORV-RXKDX[\ORV5HQDXGHOFRQWUDORV
/HJLHQ\ORV'DYLGFRPRPHUFHQDULRVGHORVJRELHUQRVRELHQXQLUVHFRQHOORVVREUHODEDVHGH
ODVGHFODPDFLRQHVSDFLILVWDV\YDFtDVGHPROGHIUDQFpVRDOHPiQ"
(VWDHVODOtQHDGLYLVRULDVHJ~QODFXDOVHSURGXFHODVHSDUDFLyQHQWUHODGHUHFKDGH
=LPPHUZDOGTXHVHUHEHOyVLHPSUH\FRQWRGDVVXVIXHU]DVFRQWUDXQDHVFLVLyQFRQORV
VRFLDOFKRYLQLVWDV\VXL]TXLHUGDTXH\DHQ=LPPHUZDOGPLVPRQRHQYDQRWXYREXHQFXLGDGR
GHPDUFDUDELHUWDPHQWHXQOtPLWHFRQODGHUHFKDGHLQWHUYHQLUHQODFRQIHUHQFLD\GHVSXpVGH
HOODHQODSUHQVDFRQXQDSODWDIRUPDGLVWLQWD/DSUR[LPLGDGGHODSD]RDXQTXHVHDOD
GLVFXVLyQLQWHQVLYDGHOSUREOHPDGHODSD]SRUDOJXQRVHOHPHQWRVEXUJXHVHVRULJLQyQRSRU
PHUDFDVXDOLGDGVLQRLQHYLWDEOHPHQWHXQDVHSDUDFLyQSDUWLFXODUPHQWHPDQLILHVWDHQWUHXQD
SROtWLFD\ODRWUD3RUTXHDORVSDFLILVWDVEXUJXHVHV\DVXVLPLWDGRUHVRUHPHGDGRUHVVRFLDOLVWDV
ODSD]VHOHVILJXUDED\ILJXUDFRPRDOJRHQSULQFLSLRGLVWLQWRHQHOVHQWLGRGHTXHODLGHDOD
JXHUUDHVODFRQWLQXDFLyQGHODSROtWLFDGHSD]ODSD]HVODFRQWLQXDFLyQGHODSROtWLFDGHJXHUUD
QXQFDIXHFRPSUHQGLGDSRUORVSDFLILVWDVGHDPERVPDWLFHV4XHODJXHUUDLPSHULDOLVWDGHORV
DxRVHVODFRQWLQXDFLyQGHODSROtWLFDLPSHULDOLVWDGHORVDxRVVLQRORHV
WDPELpQGHXQSHUtRGRDQWHULRUQRTXLVLHURQQLTXLHUHQYHUORORVEXUJXHVHVQLORV
VRFLDOFKRYLQLVWDV4XHODSD]SXHGHVHUDKRUDDQRVHUTXHVHGHUURTXHQUHYROXFLRQDULDPHQWHORV
JRELHUQRVEXUJXHVHVVyORXQDSD]LPSHULDOLVWDTXHSURORQJXHODJXHUUDLPSHULDOLVWDHVRQROR
YHQORVSDFLILVWDVVHDQpVWRVEXUJXHVHVRVRFLDOLVWDV
$VtFRPRSDUDHPLWLUXQDDSUHFLDFLyQGHODJXHUUDDFWXDOVHKDQHPSOHDGRIUDVHVHVWUHFKDV
YXOJDUHV\VLQVHQWLGRVREUHODDJUHVLyQRODGHIHQVDHQJHQHUDODVtWDPELpQUHVSHFWRGHODSD]VH
HPSOHDQOXJDUHVFRPXQHVGHILOLVWHRVROYLGDQGRODVLWXDFLyQKLVWyULFDFRQFUHWDODUHDOLGDG
FRQFUHWDGHODOXFKDHQWUHODVSRWHQFLDVLPSHULDOLVWDV<HUDQDWXUDOTXHORVVRFLDOFKRYLQLVWDV
HVRVDJHQWHVGHORVJRELHUQRV\GHODEXUJXHVtDGHQWURGHORVSDUWLGRVREUHURVDSURYHFKDUDQOD
SUR[LPLGDGGHODSD]LQFOXVRODVFRQYHUVDFLRQHVVREUHODSD]SDUDHVIXPDUODSURIXQGLGDGGHVX
UHIRUPLVPR\GHVXRSRUWXQLVPRSXHVWDGHPDQLILHVWRSRUODJXHUUDSDUDUHVWDEOHFHUVX
TXHEUDQWDGDLQIOXHQFLDVREUHODVPDVDV'HDKtTXHORVVRFLDOFKRYLQLVWDVFRPR\DORKHPRV
YLVWRWDQWRHQ$OHPDQLDFRPRHQ)UDQFLDWUDWHQFRQUHQRYDGRVHVIXHU]RVGHXQLUVHFRQOD
SDUWHSDFLILVWDYDFLODQWH\VLQSULQFLSLRVGHODRSRVLFLyQ
7DPELpQGHQWURGHODXQLyQ]LPPHUZDOGLDQDVHKDUiQSUREDEOHPHQWHWHQWDWLYDVSDUD
HVIXPDUODGLYLVLyQGHGRVOtQHDVSROtWLFDVLUUHFRQFLOLDEOHV6HSXHGHQSUHYHUGRVWLSRVGH
WHQWDWLYDV/DFRQFLOLDFLyQSUiFWLFDFRQVLVWLUiVLPSOHPHQWHHQPH]FODUPHFiQLFDPHQWHODV
VRQRUDVIUDVHVUHYROXFLRQDULDVWDOHVFRPRSRUHMHPSORODVFRQWHQLGDVHQHOOODPDPLHQWRGHOD
&RPLVLyQ6RFLDOLVWD,QWHUQDFLRQDOFRQODVSUiFWLFDVSDFLILVWD\RSRUWXQLVWD$VtVXFHGLyHQOD,,
,QWHUQDFLRQDO/DVIUDVHVDUFKLUUHYROXFLRQDULDVFRQWHQLGDVHQORVOODPDPLHQWRVGH+X\VPDQV\
9DQGHUYHOGH\HQDOJXQDVUHVROXFLRQHVGHORVFRQJUHVRVVyORHQFXEUtDQODSUiFWLFD
DUFKLRSRUWXQLVWDGHODPD\RUtDGHORVSDUWLGRVHXURSHRVVLQWUDQVIRUPDUODVLQVRFDYDUODVLQ
OXFKDUFRQWUDHOOD(VGXGRVRTXHGHQWURGHODXQLyQ]LPPHUZDOGLDQDHVDWiFWLFDSXHGDORJUDU
XQQXHYRp[LWR
 /RVFRQFLOLDGRUHVGHSULQFLSLRVLQWHQWDUiQRIUHFHUXQDIDOVLILFDFLyQGHOPDU[LVPREDMROD
IRUPDGHXQDUHIOH[LyQWDOFRPRSRUHMHPSORTXHODVUHIRUPDVQRH[FOX\HQODUHYROXFLyQTXHOD
SD]LPSHULDOLVWDFRQGHWHUPLQDGDVPHMRUDVGHODVIURQWHUDVHQWUHODVQDFLRQDOLGDGHVRGHO
GHUHFKRLQWHUQDFLRQDORGHOSUHVXSXHVWRSDUDORVDUPDPHQWRVHWFHVSRVLEOHDODSDUGHXQ
PRYLPLHQWRUHYROXFLRQDULRFRPRXQRGHORVDVSHFWRVGHOGHVDUUROORGHHVWHPRYLPLHQWR\DVt
VXFHVLYDPHQWH\HWF
(VRVHUtDIDOVLILFDFLyQGHOPDU[LVPR3RUFLHUWRODVUHIRUPDVQRH[FOX\HQODUHYROXFLyQ6LQ
HPEDUJRQRVHWUDWDDKRUDGHHVRVLQRGHTXHORVUHYROXFLRQDULRVQRVHH[FOX\DQDVtPLVPRV
IUHQWHDORVUHIRUPLVWDVHVGHFLUGHTXHORVVRFLDOLVWDVQRVXVWLWX\DQVXODERUUHYROXFLRQDULDSRU
ODUHIRUPLVWD(XURSDSDVDSRUXQDVLWXDFLyQUHYROXFLRQDULD/DJXHUUD\ODFDUHVWtDODDJX]DQ/D
WUDQVLFLyQGHODJXHUUDDODSD]QRODVXSULPHQHFHVDULDPHQWHSRUTXHGHQLQJ~QODGRGHULYDTXH
ORVPLOORQHVGHREUHURVTXHWLHQHQHQVXSRGHUXQDUPDPHQWRH[FHOHQWHSHUPLWDQLQGLVSHQVDEOH
HLQFRQGLFLRQDOPHQWHTXHODEXUJXHVtDORVGHVDUPHHQIRUPDSDFtILFDHQOXJDUGHVHJXLUHO
FRQVHMRGH/LHENQHFKWHVWRHVHQOXJDUGHGLULJLUODVDUPDVFRQWUDVXSURSLDEXUJXHVtD
/DFXHVWLyQQRHVFRPRODSODQWHDQORVSDFLILVWDVORVNDXWVNLDQRVRELHQODFDPSDxDSROtWLFD
UHIRUPLVWDRELHQHOUHFKD]RGHODVUHIRUPDV(VRHVXQDPDQHUDEXUJXHVDGHSODQWHDUHODVXQWR
'HKHFKRHOSUREOHPDHVWiSODQWHDGRDVtRELHQODOXFKDUHYROXFLRQDULDFX\RSURGXFWRFRODWHUDO
HQFDVRGHXQp[LWRLQFRPSOHWRVXHOHQVHUODVUHIRUPDVHVRORGHPRVWUyODKLVWRULDGHODV
UHYROXFLRQHVHQWRGRHOPXQGRRELHQQDGDPiVTXHFRQYHUVDFLRQHVDFHUFDGHODVUHIRUPDV\GH
ODVSURPHVDVGHUHIRUPDV
(OUHIRUPLVPRGH.DXWVN\GH7XUDWLGH%RXUGHURQTXHVHSUHVHQWDDKRUDHQIRUPDGH
SDFLILVPRQRVyORGHMDGHODGRODFXHVWLyQGHODUHYROXFLyQHVWR\DHVWUDLFLRQDUDOVRFLDOLVPR
QRVyORUHQXQFLDHQODSUiFWLFDDWRGDODERUUHYROXFLRQDULDVLVWHPiWLFD\VRVWHQLGDVLQRTXHOOHJD
DGHFODUDUTXHODVPDQLIHVWDFLRQHVFDOOHMHUDVVRQXQDDYHQWXUD.DXWVN\HQ1HXH=HLWHOGH
QRYLHPEUHGHOOHJDKDVWDHOSXQWRGHGHIHQGHU\UHDOL]DUODXQLGDGFRQORVDGYHUVDULRV
IUDQFRV\GHFLGLGRVGHODOXFKDUHYROXFLRQDULDORV6XGHNXPORV/HJLHQORV5HQDXGHOORV
7KRPDVHWF\HWF
(VHUHIRUPLVPRHVDEVROXWDPHQWHLQFRPSDWLEOHFRQHOPDU[LVPRUHYROXFLRQDULRTXHHVWi
REOLJDGRDDSURYHFKDUHQWRGRVVXVDVSHFWRVODSUHVHQWHVLWXDFLyQUHYROXFLRQDULDHQ(XURSDSDUD
KDFHUXQDSUpGLFDGLUHFWDGHODUHYROXFLyQGHOGHUURFDPLHQWRGHORVJRELHUQRVEXUJXHVHVGHOD
FRQTXLVWDGHO3RGHUSRUHOSUROHWDULDGRDUPDGRVLQUHQXQFLDUQLQHJDUVHDXWLOL]DUODVUHIRUPDV
SDUDHOGHVDUUROORGHODOXFKDSRUODUHYROXFLyQ\HQHOFXUVRGHODPLVPD
9HUHPRVHQXQIXWXURSUy[LPRFyPRVHGHVHQYROYHUiHQJHQHUDOHOSURFHVRGHORV
DFRQWHFLPLHQWRVHQ(XURSDODOXFKDGHOUHIRUPLVPRSDFLILVPRFRQHOPDU[LVPRUHYROXFLRQDULR
HQSDUWLFXODU\GHQWURGHpVWDODOXFKDHQWUHORVGRVVHFWRUHVGHODXQLyQ]LPPHUZDOGLDQD



1RWDV

(VFULWRHQ/HQLQSUR\HFWDEDSXEOLFDUHVWHDUWtFXORHQHOSHULyGLFR1RYL0LU0XQGR1XHYRTXHHUD

HGLWDGRHQ1XHYD<RUNSRUORVVRFLDOLVWDVUXVRVHPLJUDGRV3HURHODUWtFXORQRDSDUHFLyDOOt/RVGRVSULPHURV
FDStWXORVGHOPLVPRDSDUHFLHURQOXHJRGHVXUHHODERUDFLyQHQHO~OWLPRQ~PHURGH6RWVLDO'HPRNUDWFRQHO
WtWXOR8QYLUDMHHQODSROtWLFDPXQGLDO

 
 (OYRWRFRQWUDORVFUpGLWRVGHJXHUUD

)XQGDFLyQ)HGHULFR(QJHOV

0DU[LVPR+R\Qž
 -XOLR

(OPDU[LVPR\ODJXHUUD
$DxRVGHODGHUURWDLPSHULDOLVWD*XHUUD\UHYROXFLyQHQ9LHWQDP
 
(OYRWRFRQWUDORVFUpGLWRVGHJXHUUD
 .DUO/LHENQHFKW

(QODVHJXQGDVHVLyQGHJXHUUDGHO5HLFKVWDJGHOGHGLFLHPEUHGH.DUO/LHENQHFKW
QRVyORYRWyFRQWUDHOSUHVXSXHVWRGHJXHUUDVLHQGRHO~QLFRTXHORKL]RHQHO5HLFKVWDJ
VLQRTXHWDPELpQHOHYyXQGRFXPHQWRFRQODH[SOLFDFLyQGHVXYRWRFX\DOHFWXUDQRIXH
 SHUPLWLGDSRUHOSUHVLGHQWHGHO5HLFKVWDJ\WDPSRFRIXHLPSUHVRHQHOLQIRUPHGHVHVLRQHV
GHO3DUODPHQWR(OGRFXPHQWRIXHSRVWHULRUPHQWHHQYLDGRSRU/LHENQHFKWDODSUHQVD
DOHPDQDSHURQLQJ~QSHULyGLFRORSXEOLFy



0LYRWRFRQWUDHOSUR\HFWRGH/H\GH&UpGLWRVGH*XHUUDGHOGtDGHKR\VHEDVDHQODV
VLJXLHQWHVFRQVLGHUDFLRQHV(VWDJXHUUDGHVHDGDSRUQLQJXQRGHORVSXHEORVLQYROXFUDGRVQRKD
HVWDOODGRSDUDIDYRUHFHUHOELHQHVWDUGHOSXHEORDOHPiQQLGHQLQJ~QRWUR(VXQDJXHUUD
LPSHULDOLVWDXQDJXHUUDSRUHOUHSDUWRGHLPSRUWDQWHVWHUULWRULRVGHH[SORWDFLyQSDUDFDSLWDOLVWDV\
ILQDQFLHURV'HVGHHOSXQWRGHYLVWDGHODULYDOLGDGDUPDPHQWtVWLFDHVXQDJXHUUDSURYRFDGD
FRQMXQWDPHQWHSRUORVSDUWLGRVDOHPDQHV\DXVWULDFRVSDUWLGDULRVGHODJXHUUDHQODRVFXULGDGGHO
VHPLIHXGDOLVPR\GHODGLSORPDFLDVHFUHWDSDUDREWHQHUYHQWDMDVVREUHVXVRSRQHQWHV$OPLVPR
WLHPSRODJXHUUDHVXQHVIXHU]RERQDSDUWLVWDSRUGHVRUJDQL]DU\HVFLQGLUHOFUHFLHQWHPRYLPLHQWR
GHODFODVHWUDEDMDGRUD
(OJULWRDOHPiQ£&RQWUDHO]DULVPRIXHLQYHQWDGRSDUDODRFDVLyQ²GHODPLVPDIRUPDTXH
IXHURQLQYHQWDGDVODVDFWXDOHVFRQVLJQDVLQJOHVDV\IUDQFHVDV²SDUDH[SORWDUODVPiVQREOHV
 LQFOLQDFLRQHV\ODVWUDGLFLRQHVHLGHDOHVUHYROXFLRQDULRVGHOSXHEORHQEHQHILFLRGHDJLWDUHORGLR
KDFLDRWURVSXHEORV
$OHPDQLDODFyPSOLFHGHO]DULVPRHOPRGHORGHODUHDFFLyQKDVWDHVWHPLVPRGtDQRWLHQH
QLQJXQDDXWRULGDGSDUDHUJXLUVHHQOLEHUDGRUDGHORVSXHEORV/DOLEHUDFLyQWDQWRGHOSXHEORUXVR
FRPRDOHPiQGHEHVHUREUDGHVXVSURSLDVPDQRV
/DJXHUUDQRHVWDPSRFRXQDJXHUUDHQGHIHQVDGH$OHPDQLD6XVEDVHVKLVWyULFDV\VXFXUVR
GHVGHHOFRPLHQ]RKDFHQLQDFHSWDEOHVODVSUHWHQVLRQHVGHOJRELHUQRFDSLWDOLVWDGHTXHHO
SURSyVLWRSRUHOFXDOGHPDQGDFUpGLWRVHVODGHIHQVDGHOD3DWULD
8QDSURQWDSD]XQDSD]VLQDQH[LRQHVHVWRHVORTXHGHEHPRVH[LJLU7RGRHVIXHU]RHQHVWD
GLUHFFLyQGHEHVHUDSR\DGR6yORIRUWDOHFLHQGRHQIRUPDFRQMXQWD\FRQWLQXDODVFRUULHQWHVGH
WRGRVORVSDtVHVEHOLJHUDQWHVTXHWLHQHQWDOSD]FRPRVXREMHWLYRSXHGHHVWDVDQJULHQWDFDUQLFHUtD
VHUOOHYDGDDVXILQVyORXQDSD]EDVDGDVREUHODVROLGDULGDGLQWHUQDFLRQDOGHODFODVHREUHUD\
VREUHODOLEHUWDGGHWRGRVORVSXHEORVSXHGHVHUXQDSD]GXUDGHUD3RUORWDQWRHVHOGHEHUGHORV
SUROHWDULDGRVGHWRGRVORVSDtVHVOOHYDUDGHODQWHGXUDQWHODJXHUUDXQDODERUVRFLDOLVWDFRP~QD
IDYRUGHODSD]
 <RDSR\RORVFUpGLWRVGHD\XGDDODVYtFWLPDVFRQODVVLJXLHQWHVUHVHUYDVYRWRJXVWRVDPHQWH
SRUWRGRORTXHSXHGDOOHYDUXQDOLYLRDQXHVWURVKHUPDQRVHQHOFDPSRGHEDWDOODDVtFRPRDORV
KHULGRV\HQIHUPRVSRUORVFXDOHVVLHQWRODPiVSURIXQGDFRPSDVLyQ3HURFRPRSURWHVWDFRQWUD
ODJXHUUDFRQWUDDTXHOORVTXHVRQUHVSRQVDEOHVSRUHOOD\TXHODKDQFDXVDGRFRQWUDDTXHOORVTXH
ODGLULJHQFRQWUDORVSURSyVLWRVFDSLWDOLVWDVSDUDORVFXDOHVHVWiVLHQGRXVDGDFRQWUDORVSODQHV
GHDQH[LyQFRQWUDHODEDQGRQR\HOROYLGRWRWDOGHORVGHEHUHVVRFLDOHV\SROtWLFRVSRUORVFXDOHV
HOJRELHUQR\ODVFODVHVVRQWRGDYtDFXOSDEOHVYRWRFRQWUDODJXHUUD\ORVFUpGLWRVGHJXHUUD
VROLFLWDGRV
%HUOtQGHGLFLHPEUHGH
 
 
 (OHQHPLJRSULQFLSDOHVWiHQFDVD


)XQGDFLyQ)HGHULFR(QJHOV

0DU[LVPR+R\Qž
 -XOLR

(OPDU[LVPR\ODJXHUUD
$DxRVGHODGHUURWDLPSHULDOLVWD*XHUUD\UHYROXFLyQHQ9LHWQDP
 


(OHQHPLJRSULQFLSDOHVWiHQFDVD
.DUO/LHENQHFKW


/RTXHVHHVSHUDEDGtDWUDVGtDGXUDQWHORV~OWLPRVGLH]PHVHVGHVGHODLQYDVLyQDXVWULDFDD
6HUELDKDVXFHGLGR&RPHQ]yODJXHUUDFRQWUD,WDOLD
/DVPDVDVGHORVSDtVHVHQJXHUUDKDQFRPHQ]DGRDOLEHUDUVHGHODVWHODUDxDVRILFLDOHVGH
PHQWLUDV(OSXHEORDOHPiQWDPELpQKDDGTXLULGRXQDSHUFHSFLyQGHODVFDXVDV\REMHWLYRVGHOD
JXHUUDPXQGLDOVREUHTXLpQHVGLUHFWDPHQWHUHVSRQVDEOHGHVXHVWDOOLGR/RVORFRVGHVYDUtRV
VREUHODVVDJUDGDVDUPDVGHODJXHUUDKDQSHUGLGRFDGDYH]PiVVXtPSHWXHOHQWXVLDVPRSRUOD
JXHUUDVHKDGHELOLWDGRHOGHVHRGHXQDSURQWDSD]KDFUHFLGRSRGHURVDPHQWHSRUWRGDVSDUWHV
£LQFOXVRHQHOHMpUFLWR
(VWRIXHXQSUREOHPDHQJRUURVRSDUDORVLPSHULDOLVWDVDOHPDQHV\DXVWULDFRVTXHHVWDEDQ
EXVFDQGRHQYDQRXQDVDOYDFLyQ$KRUDSDUHFHTXHODKDQHQFRQWUDGR/DLQWHUYHQFLyQGH,WDOLD
 HQODJXHUUDGHEHUtDRIUHFHUOHVXQDRSRUWXQLGDGPX\ELHQYHQLGDSDUDDJLWDUQXHYRVIUHQHVtHVGH
RGLRQDFLRQDOLVWDSDUDPDORJUDUHOGHVHRSRUODSD]\SDUDGHVGLEXMDUODVKXHOODVGHVXSURSLD
FXOSD(VWiQDSRVWDQGRDODIUDJLOLGDGGHPHPRULDGHOSXHEORDOHPiQGHVDILDQGRVX
FRQGHVFHQGHQFLDTXHKDVLGRSXHVWDDSUXHEDGHPDVLDGDVYHFHV
6LHVWHSODQWLHQHp[LWRHOEDODQFHGHGLH]PHVHVGHVDQJULHQWDH[SHULHQFLDVHUiHQYDQR\HO
SUROHWDULDGRLQWHUQDFLRQDOVHUiXQDYH]PiVGHVDUPDGR\GHVFDUWDGRFRPSOHWDPHQWHFRPRIDFWRU
SROtWLFRLQGHSHQGLHQWH
(VWHSODQGHEHVHUGHVWUXLGR\ORVHUiVLHPSUHTXHODSRUFLyQGHOSUROHWDULDGRDOHPiQTXHKD
SHUPDQHFLGRILHODOVRFLDOLVPRLQWHUQDFLRQDOVLJDVLHQGRFRQVFLHQWH\PHUHFHGRUDGHVXPLVLyQ
KLVWyULFDHQHVWRVWLHPSRVPRQVWUXRVRV
/RVHQHPLJRVGHOSXHEORHVWiQFRQWDQGRFRQHOROYLGRGHODVPDVDVQRVRWURVFRPEDWLPRV
HVWRFRQHOVLJXLHQWHUHFXUVR
£$YHULJHQWRGRQRVHROYLGHQGHQDGD
 £1RSHUGRQHQQDGD
+HPRVYLVWRFRPRFXDQGRODJXHUUDHVWDOOyODVPDVDVIXHURQVRPHWLGDVDORVREMHWLYRV
FDSLWDOLVWDVGHODJXHUUDFRQHPEDXFDGRUDVPHORGtDVGHODVFODVHVGRPLQDQWHV+HPRVYLVWR
FRPRODVEULOODQWHVEXUEXMDVGHODGHPDJRJLDKDQH[SORWDGRFRPRORVWRQWRVVXHxRVGHDJRVWRVH
GHVYDQHFLHURQFyPRHQFDPELRGHIHOLFLGDGFD\HURQVREUHHOSXHEORHOVXIULPLHQWR\OD
PLVHULDFyPRODVOiJULPDVGHODVYLXGDV\ORVKXpUIDQRVGHODJXHUUDVHKLQFKDURQKDVWDIRUPDU
JUDQGHVWRUUHQWHVFRPRHOPDQWHQLPLHQWRGHVJUDFLDGRGHODVWUHVFODVHVODFDQRQL]DFLyQ
LQPLVHULFRUGHGHODUHJODGHODVFXDWURYHUGDGHV²VHPLDEVROXWLVPRJRELHUQRGHORVMXQNHUV
>QREOHV@PLOLWDULVPR\GHVSRWLVPRSROLFLDO²VHHULJLHURQFRPRODDPDUJDYHUGDG
$WUDYpVGHHVWDH[SHULHQFLDKHPRVVLGRDGYHUWLGRV£VHSiPRVORWRGRQRQRVROYLGHPRVGH
QDGD
2IHQVLYRVVRQORVGLVFXUVRVFRQORVFXDOHVHOLPSHULDOLVPRLWDOLDQRVHUHJRGHDKDEODQGRGH
VXVSLOODMHVRIHQVLYDVVRQHVDVHVFHQDVGHWUDJLFRPHGLDURPiQWLFDHQODVFXDOHVVHSUHVHQWDOD
PiVFDUD\DFRQRFLGDGHORVDPLJRVGHOSXHEORODWUHJXDFLYLO3HURPiVRIHQVLYRWRGDYtDHV
TXHHQWRGRHVWRSRGHPRVUHFRQRFHUFRPRUHIOHMDGRVHQXQHVSHMRORVPpWRGRVDOHPDQHV\
DXVWULDFRVGHMXOLR\DJRVWRGH
/RVLQVWLJDGRUHVLWDOLDQRVGHODJXHUUDVHPHUHFHQWRGDVODVGHQXQFLDV3HURHOORVQRVRQVLQR
FRSLDVGHORVLQVWLJDGRUHVDOHPDQHV\DXVWULDFRVTXHVRQORVSULQFLSDOHVUHVSRQVDEOHVSRUHO
HVWDOOLGRGHODJXHUUD£3iMDURVGHOPLVPRSOXPDMHYXHODQMXQWRV>'LFKRLQJOpVTXH
FRUUHVSRQGHUtDDO'LRVORVFUtD\HOORVVHMXQWDQGHOFDVWHOODQR17@
¢$TXLpQHVSXHGHQDJUDGHFHUOHORVDOHPDQHVSRUHVWDQXHYDGHVJUDFLD"
¢$TXLpQHVSXHGHQH[LJLUOHVXQDH[SOLFDFLyQSRUODVQXHYDVSLODVGHFDGiYHUHVTXHVHYDQD
DPRQWRQDU"
7RGDYtDHVWRHVFLHUWRHOXOWLPiWXPDXVWULDFRD6HUELDGHOGHMXOLRGHIXHODFKLVSD
TXHSUHQGLyIXHJRDOPXQGRDXQTXHHVWHIXHJRVHKD\DSURSDJDGRPiVWDUGHD,WDOLD
7RGDYtDHVWRHVFLHUWR(VWHXOWLPiWXPIXHODVHxDOSDUDODUHGLVWULEXFLyQGHOPXQGR\
QHFHVDULDPHQWHFRQYRFyDWRGRVORVHVWDGRVFDSLWDOLVWDVEDQGROHURVDTXHSDUWLFLSDUDQHQHOSODQ
GHVDTXHR
7RGDYtDHVWRHVFLHUWR(VWHXOWLPiWXPFRQWHQtDHQVtODFXHVWLyQGHODGRPLQDFLyQVREUHORV
%DOFDQHV$VLD0HQRU\WRGRHO0HGLWHUUiQHR\SRUORWDQWRFRQWHQtDWRGRVORVDQWDJRQLVPRV
HQWUH$XVWULD$OHPDQLDH,WDOLDHQXQVRORWUD]R
6LORVLPSHULDOLVWDVDOHPDQHV\DXVWULDFRVWUDWDQDKRUDGHRFXOWDUVHGHWUiVGHOHVFHQDULRGH
SLOODMHGHORVLWDOLDQRV\HOODWLJXLOORGHODGHVOHDOWDGLWDOLDQDDXWRDGMXGLFiQGRVHODWRJDGHOD
LQGLJQDFLyQPRUDO\ODLQRFHQFLDDJUDYLDGD²PLHQWUDVTXHHQ5RPDQRKDQHQFRQWUDGRVLQRVXV
LJXDOHV²HQWRQFHVPHUHFHQHOPiVFUXHOGHORVVDUFDVPRV
/DQRUPD£1RROYLGDUQRSHUGRQDUQDGDVHDSOLFDDFyPRHOSXHEORDOHPiQIXH
VLPSOHPHQWHPDQLSXODGRHQODFXHVWLyQLWDOLDQDSRUORVPX\KRQRUDEOHVSDWULRWDVDOHPDQHV
(O7UDWDGRGHOD7ULSOH$OLDQ]DFRQ,WDOLDQRKDVLGRQXQFDPiVTXHXQDIDUVD£WRGRV8GV
KDQVLGRHQJDxDGRVFRQpO
/RVH[SHUWRVVLHPSUHKDQVDELGRTXHHQFDVRGHJXHUUD,WDOLDVHUtDXQRSRQHQWHVHJXURGH
$OHPDQLD\GH$XVWULD£\8GVIXHURQOOHYDGRVDFUHHUTXHVHUtDXQDOLDGRVHJXUR
8QDEXHQDSDUWHGHOGHVWLQRGH$OHPDQLDHQODSROtWLFDPXQGLDOVHGHFLGLyHQHO7UDWDGRGHOD
7ULSOH$OLDQ]DTXHIXHILUPDGR\UHQRYDGRVLQFRQVXOWDUORVD8GV£KDVWDHOGtDGHKR\QLXQD
VRODOHWUDGHHVHWUDWDGRKDVLGRFRPSDUWLGDFRQ8GV
(OXOWLPiWXPDXVWULDFRD6HUELDFRQHOFXDOXQDSHTXHxDFDPDULOODWRPyDWRGDODKXPDQLGDG
SRUVRUSUHVDURPSLyHOWUDWDGRHQWUH$XVWULDH,WDOLD£1DGLHOHVGLMRD8GVQDGDGHHVWR
(VWHXOWLPiWXPIXHODQ]DGRFRQODH[SUHVDFRQGHQDGH,WDOLD(VWRVHPDQWXYRHQVHFUHWR
SDUDTXH8GVQRORVXSLHUDQ
 (OGHPD\RGHHVWHDxR,WDOLDGLVROYLyVXDOLDQ]DFRQ$XVWULD\KDVWDHOGHPD\RHVWH
KHFKRFUXFLDOVHPDQWXYRRFXOWRGHOFRQRFLPLHQWRGHOSXHEORDOHPiQ\DXVWUtDFRVt\DSHVDUGH
TXHHVWRHUDYHUGDGIXHGLUHFWDPHQWHQHJDGRSRUORVIXQFLRQDULRVXQDUHSHWLFLyQGHODEXUODDO
SXHEORDOHPiQ\DO5HLFKVWDJ>3DUODPHQWR)HGHUDO@VREUHHOXOWLPiWXPD%pOJLFDSRUSDUWHGH
$OHPDQLDHOGHDJRVWRGH
1DGLHOHVGLRD8GVODPiVPtQLPDLQIOXHQFLDVREUHODVQHJRFLDFLRQHVHQWUH$OHPDQLD\
$XVWULDFRQ,WDOLDGHODVFXDOHVGHSHQGtDODLQWHUYHQFLyQGH,WDOLD8GVIXHURQWUDWDGRVFRPR
RYHMDVHQHVWDFXHVWLyQYLWDOPLHQWUDVTXHHOSDUWLGRGHODJXHUUDODGLSORPDFLDVHFUHWDXQ
SXxDGRGHJHQWHHQ%HUOtQ\9LHQDWLUDEDQORVGDGRVVREUHHOGHVWLQRGH$OHPDQLD
(OWRUSHGHRGHO/XVLWDQLDQRVyORFRQVROLGyHOSRGHUGHORVSDUWLGRVGHODJXHUUDHQ
,QJODWHUUD)UDQFLD\5XVLDLQYLWyDXQJUDYHFRQIOLFWRFRQORV((88\SXVRDWRGRVORVSDtVHV
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