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servicios estatales de justicia, prevención y conciliación de conflictos.
Si se descarta definitivamente la vía de negociar reformas estructurales con las
guerrillas como precio de la paz, se abre la perspectiva de resolver los
conflictos sociales como resultado de la iniciativa del sistema político para
consolidar las ganancias en seguridad y recuperar la lealtad de la población
con el Estado. Este viraje también requiere cambiar la perspectiva de análisis
para volver a la idea de un Estado en construcción, en ocasiones cercano a la
definición de un Estado frágil o casi fallido, que no ha logrado imponer la ley
en el territorio.
En esta nueva perspectiva, ningún programa estatal tendría mayor impacto en
la distribución de las oportunidades de vida y la consolidación de la seguridad
que el reconocimiento de los derechos de propiedad del campesinado sobre
los territorios recuperados de los actores armados. Exigiría reordenar la
distribución de la población rural en mejores tierras, con oferta de bienes
públicos, titular la pequeña propiedad, estabilizar la frontera de colonización y
cerrar su expansión, reubicar dentro de la frontera a los cultivadores ilícitos,
proteger y sanear las reservas territoriales indígenas y negras, conservar las
tierras cuya vocación es la generación del agua y recuperar y restituir la tierra
usurpada a los desplazados.
Un nuevo modelo de desarrollo agrario que incluya la economía campesina
permite asociar capital y trabajo en la misma población regional, que está
interesada, más que cualquier inversionista, en conservar los recursos naturales
y en mejorar la infraestructura y los servicios estatales de la región.
La alternativa es la que tiende a imponerse de hecho si el gobierno no
formaliza y restituye los derechos territoriales de la población campesina: la
mayor seguridad estimula la confianza de inversionistas, quienes ofrecen
comprar posesiones o mejoras a bajo precio para englobar grandes extensiones
para monocultivos empresariales, y reproducen el ciclo migratorio de los
colonos, mientras generan poco trabajo asalariado. El resultado es menor
cohesión social y mayor conflictividad, como muestra claramente el modelo de
desarrollo de Urabá y parece ser el seguido en la Altillanura del Meta (Región
del Rio Meta).
Un programa de consolidación debe transformar la mayor seguridad
democrática en confianza inversionista de las comunidades regionales, para
que asuman el control de su desarrollo, y en mayor cohesión social, que
depende de la amplia distribución de oportunidades de progreso.
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La negociación de paz se transforma entonces en una negociación ampliada
del Estado con la población campesina en las regiones afectadas por la guerra,
que se concreta en un pacto social para reconocer los derechos que tienen
como ciudadanos, empezando por la propiedad sobre la tierra. El resultado es
la recuperación de la lealtad de la población con el Estado y el debilitamiento
definitivo del escaso apoyo popular a las guerrillas y otras organizaciones
armadas y la legalización del comportamiento económico, para debilitar
también la economía ilegal del narcotráfico.
Mano de obra campesina barata
Ante estos riesgos, denunciados por gremios del sector y amplios sectores
sociales, el gobierno propuso el paquete de ayudas contemplado en la ley
1133 de 2007, programa "Agro Ingreso Seguro". El propósito de la medida
era compensar la vulnerabilidad comercial de la producción nacional ante la
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competencia de productos extranjeros. Esta vulnerabilidad resulta de sus
elevados costos relativos ante una competencia que tampoco es
transparente, dados los elevados subsidios con los que los países centrales,
tanto Estados Unidos como Japón y Europa, protegen a sus productores de
manera selectiva.
Continua la piñata
Dentro de esta lógica, los recursos que podrían haber ayudado a disminuir
los costos de producción -como los contemplados en la ley 1133 de 2007-
acabaron asignándose con propósitos de lucro personal y como pagos por
apoyos políticos al gobierno de turno. Y como entre los actores de estas
prácticas políticas tradicionales figuran empresarios de distintos tipos,
cobijados por la vía para el crecimiento a toda costa, el gobierno arropó en
el mismo saco de subsidios a latifundistas de viejo y nuevo cuño,
narcotraficantes, paramilitares, grandes banqueros y multinacionales
asociadas con este conjunto variopinto.
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Lectura preparada para el Seminario de Politica Agraria de Unillanos.
Programa de Ingenieria Agronómica. EGG
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