Para efectos del presente análisis de sensibilidad biológica, se definió como áreas sensibles
aquellas áreas naturales o seminaturales que por sus características biológicas particulares,
tienen especial interés para su mantenimiento o conservación (presencia de especies
protegidas, elevada diversidad específica, presencia de endemismos, área potencial de
refugio). Además, estas áreas presentan menor intervención humana, tienen un mayor grado
de amenaza (existen áreas que están sujetas a mayor presión de uso o transformación de sus
ambientes naturales por lo tanto a mayor presión mayor sensibilidad) y frente a intervenciones
del proyecto pueden presentar una menor capacidad de recuperación debida a su menor
resistencia, resiliencia o elasticidad (por dificultades en la propagación natural de las especies,
riesgo de modificación de su biota, etc.). El criterio transformación del paisaje está referido a
los procesos de transformación en la distribución espacial de los hábitats. Entre éstos, la
perforación, disección y fragmentación corresponden a las etapas tempranas de intervención.
Se asume que la perforación y la fragmentación (la disección consiste en una forma particular
de fragmentación) tienen efectos más importantes en los primeros estadios de cambio de
paisaje, mientras que procesos como la reducción o desaparición de hábitats tienen poca
importancia relativa al inicio de la intervención en el mosaico, aumentando su importancia
conforme avanza el proceso por lo que estos últimos se asocian con una mayor sensibilidad.
Para la delimitación de las áreas más sensibles biológicamente, se empleó las unidades
definidas en los mapas de vegetación y de uso actual de la tierra, eligiendo sólo aquellas
unidades consideradas como ecosistemas naturales, de acuerdo a la clasificación de Forman y
Gordón (1986)1 (ver cuadro 4.2-1).
Unidades Características
Ecosistemas Manejados Aquellos en que se manejan y cosechan las especies nativas (pastoreo, p.e.)
Aquellos en los que predominan las actividades agropecuarias con reemplazo
Ecosistemas Cultivados de las especies nativas. Se presentan generalmente en mosaico con
aglomeraciones de viviendas y parches de paisajes manejados.
Áreas compuestas por un mosaico de parches heterogéneos de áreas urbanas,
Ecosistemas suburbanos
cultivos, vegetación semi-natural manejada y vegetación natural.
Las unidades elegidas se evaluaron con criterios adaptados del Estudio Nacional de la
Diversidad Biológica elaborado por INRENA2. Para cada criterio se establecieron
indicadores, a los que se les asignó un puntaje. En el cuadro 4.2-2 se detalla los criterios, los
indicadores y sus puntajes.
1
FORMAN, R. (1986). Land Mosaics. The ecology of Landscape and Regions. Universidad de Cambridge (USA). 650 p.
2
Perú. INRENA (1997). Estudio Nacional de la Diversidad Biológica. Vol. III. Lima, INRENA. Anexo 4
Determinación de prioridades de financiamiento para las áreas naturales protegidas del SINAPE. p. 103-110
Puesto que no todos los criterios tienen el mismo peso, considerando su importancia y grado
de influencia; se determinó su puntaje relativo empleando la técnica de DELFI3. Esta técnica
consiste en la asignación de puntajes por parte de un grupo de expertos, sobre la base de la
comparación entre criterios de decisión. El cuadro 4.2-3 muestra la ponderación de los
criterios elegidos.
3
Riqueza: número de especies de un área.
4
Diversidad: variedad de especies y abundancia relativa de las mismas.
5
Resistencia: Posibilidad de resistir un desplazamiento desde su estado inicial después de una alteración
6
Resiliencia: Posibilidad de recuperar el estado inicial después de una alteración
7
Elasticidad: Rapidez de retorno al estado inicial después de una perturbación
En base a los puntajes del cuadro 4.2-2 y los resultados de la ponderación realizada para los
criterios (cuadro 4.2-3), se obtuvo un puntaje total para cada uno de las unidades elegidas en
el análisis de sensibilidad. El puntaje total se obtuvo multiplicando la ponderación y el
puntaje de cada criterio. Los resultados se presentan en el cuadro 4.2-4
Los gramadales salinos han sido calificados con sensibilidad media, que corresponde a la
mayor sensibilidad del área de estudio debido a la particularidad del hábitat que ocupa, el cual
depende de la presencia de agua freática. La calificación de sensibilidad tiene que ver con su
importancia como hábitat para la fauna tanto de vertebrados como de invertebrados, ya que en
una zona donde predomina el desierto, estos gramadales al distribuirse como pequeños
parches de vegetación, constituyen corredores naturales para migraciones locales, refugio,
fuente de alimento y sitios de reproducción para muchas especies.
La alteración del hábitat de gramadales podría afectar seriamente a las poblaciones del
“pampero peruano”, ave endémica del Perú y que se considera en una prioridad alta de
investigación. El corredor natural que conforman los parches de vegetación de grama es vital
para la normal distribución de animales como la “lagartija de gramadales” (Microlophus
thoracicus), que puede desplazarse relativas grandes distancias entre estas islas de vegetación,
por tanto, es prioritario conservar su integridad. Para los mamíferos terrestres pequeños un
afloramiento puede ser mayor que el rango vital de un individuo lo que podría ocasionar la
disminución de una población. Para los mamíferos de mayor tamaño, como los zorros
costeños o gato montés, varios afloramientos pueden ser parte de un solo territorio
permitiéndoles el desplazamiento a otras zonas en busca de alimento y refugio.
Rango de Sensibilidad
100,0 a 166,7 BAJA
166,8 a 233,3 MEDIA
233,4 a 300,0 ALTA
En las zonas cultivadas se considera que la sensibilidad es baja, ya que a pesar de que
constituyen hábitats artificiales con buena oferta de alimento para la fauna, cuentan con
presencia humana y perturbación del hábitat natural. El ducto atraviesa numerosas zonas de
cultivos cercanas a ríos, el posible cambio en el cauce de estos o el ruido por la construcción
podría afectar este hábitat, donde se han registrado especies de distribución restringida mas no
en peligro o amenazadas.
Finalmente, los desiertos sin vegetación presentan la sensibilidad más baja al ser espacios
donde la diversidad biológica posible de encontrarse es mínima, constituida principalmente
por los reptiles adaptados a las condiciones de estrés hídrico, entre ellas la lagartija de
arenales M. theresiae y la cabezona C. Aspersa. Debido a su estrecho rango de distribución en
la costa central, y su preferencia por los hábitats desérticos, estos reptiles son especialmente
sensibles a alguna alteración de su hábitat. Ellos utilizan las piedras como refugios y lugares
de observación y termoregulación, siendo este uno de los factores limitantes de su presencia
en un determinado lugar.
En conclusión tenemos que el 97,34% de las áreas de estudio comprende hábitats con
sensibilidad baja mientras que el 2,28% del área presenta sensibilidad biológica media. No se
han identificado áreas con sensibilidad biológica alta. (ver cuadro 4.2-5).
Con respecto a la fauna, se resume de manera sintética los principales resultados encontrados:
Una especie de roedor importante es Phillotys amicus, especie endémica de la costa peruana
que prefiere zonas muy áridas y rocosas. Cuatro especies de quirópteros son endémicas a la
costa y las vertientes occidentales y potencialmente habitan el área de estudio en las zonas
periféricas a lomas, los cerros y valles: Platalina genovensium, Amorphochillus schnablii,
Tomopeas ravus y Mormopterus kalinowski por lo que demandan especial atención en la
preservación de su hábitat. Todas ellas se encuentran en situación vulnerable en la lista de
especies de UICN.
Se registró un total de seis especies de reptiles, todas lagartijas comprendidas en tres familias
y cuatro géneros: Phyllodactylus gerrhopygus, Dicrodon heterolepis, Ctenoblepharis
adspersa, Microlophus peruvianus, Microlophus theresiae y Microlophus thoracicus.
La “lagartija de cabeza roja” (D. heterolepis) sufre una inusual presión de caza debido a que
son exportadas como mascotas, esta lagartija está incluida en la lista de Fauna Silvestre
Protegida del Instituto de Recursos Naturales (INRENA), dentro de la categoría de Especies
en Situación Indeterminada las cuales están prohibidas de ser cazadas, comercializadas y
exportadas.
En cuanto a la hidrobiología la evaluación incluye el río Pisco a la altura del Paso Bernales.
Este río presenta caudal permanente durante todo el año y forma un importante valle agrícola.
En fitoplancton se identificaron 20 especies presentando una baja diversidad, característica de
los ríos de la costa. En cuanto al zooplancton se han determinado 5 especies de rotíferos,
siendo la especie más abundante Lepadella patella con 29,8%. La diversidad en bentos es
muy baja con 6 especies, 86,1% de los individuos estuvo constituida por especies de la
familia chironomidae relacionados al aumento de la carga orgánica del río Pisco. La
diversidad de peces es baja en el río Pisco. Se reportó la presencia de 3 especies de peces,
distribuidas en 3 familias y 3 órdenes. De estas especies, 2 forman parte de la ictiofauna
nativa de los ríos de la costa del Perú: el “bagre” o “life” (Trichomycterus punctulatus) y la
“mojarra” (Aequidens rivulatus). Una especie es introducida de Centroamérica con fines
ornamentales: el “guppy” (Poecilia reticulata).