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TEJIDO OSEO

Dentro de las variedades del TC denso, el tejido óseo por su composición es el que
tiene mayor resistencia y rigidez, pero pese a su aspecto aparentemente estático, el
hueso es un tejido marcadamente lábil y dinámico durante toda la vida.
Función: Soporte de partes blandas
Protección de órganos vitales (sistema nervioso central)
Aloja la médula ósea
Apoya a músculos esqueléticos
Sistema de palancas
Depósito de calcio, fósforo y otros iones (metabolismo)
Funcionalmente el hueso puede ser dividido en un componente cortical (compacto) y
un componente trabecular (esponjoso).

La estabilidad estructural es
proporcionada por el hueso cortical o
compacto (comprende
aproximadamente el 80% del
esqueleto). En su interior transcurren
los conductos de Havers a través de
los cuales pasan los vasos sanguíneos
longitudinales y los canales
transversales de Volkmann que alojan
ramificaciones vasculares. Alrededor
de cada conducto de Havers se
disponen láminas colágenas
mineralizadas y concéntricas que
constituyen el osteón u osteona que representa la unidad remodeladora del hueso
cortical.

El hueso esponjoso o trabecular consiste en una red


de trabéculas o espículas orientadas en la dirección de
las líneas de fuerza, que alojan la médula ósea. El área
de superficie del hueso trabecular es mayor que la del
hueso compacto y por consiguiente su papel principal
es metabólico más que estructural.

Las cuatro actividades morfológicamente diferenciables del hueso son:


Crecimiento, modelación, remodelación y reparación.
El crecimiento (aumento de masa) y la modelación (características esculturales y
orientación espacial de los huesos) tienen lugar antes del cierre del disco epifisario y
ambos son responsables del desarrollo de los huesos fetales que tienen idéntica forma
en los adultos. Si bien ambos mecanismos se asocian son independientes entre sí.
La remodelación se produce durante toda la vida y está relacionada con la
homeostasis mineral. Consiste en la unión de procesos de reabsorción y formación
ósea.
La reparación involucra tanto a micro como macrofracturas.

Para lograr una mejor comprensión del tejido óseo analizamos en primer término su
composición:
Vimos que el TC denso se caracteriza por poseer mayor cantidad de SIC o MEC que
células.

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La SIC del hueso se llama matriz ósea y la misma tiene un componente orgánico
constituido por fibras colágenas (tipo I) y mucopolisacáridos sulfatados y
glucoproteínas y un componente mineral: fosfato de calcio.
Las células que lo constituyen son:
Células osteógenas u osteoprogenitoras que se diferencian en osteoblastos que
forman la matriz ósea y cuando quedan atrapados en la misma se transforman en
osteocitos necesarios para la estabilidad del hueso y finalmente los osteoclastos
responsables de la resorción ósea.

TEJIDO OSEO

MATRIZ CELULAS

SIC O OSEA

ORGANICA INORGANICA OSTEOGENAS

fibras fosfato de calcio OSTEOBLASTOS


colágenas bicarbonato
mucopolisac. magnesio OSTEOCITOS
sulfatados potasio
glucoproteínas sodio OSTEOCLASTOS

HISTOLOGIA
La arquitectura del hueso guarda cierta analogía con el cartílago en el sentido de que
ambos poseen principalmente MEC y que sus células se hallan alojadas en cavidades
llamadas lagunas, además ambos están cubiertos por una membrana de TC denso
llamada periostio y pericondrio respectivamente.
La diferencia radica que su MEC se halla calcificada lo que le confiere rigidez y
resistencia para llevar a cabo su función.
Estructuralmente todos los huesos están revestidos en sus superficies internas y
externas por tejido conjuntivo que tiene células osteogénicas: el endostio y el
periostio, respectivamente.

Periostio: es esencial para la mantención del tejido óseo ya que en los puntos donde
se pierde aparecen zonas de resorción ósea. Formado por TC denso, fibroso en su
capa más externa y más rico en células y vasos en su capa interna lindante al hueso.
Algunas fibras colágenas del tejido óseo se continúan con las del periostio
constituyendo las fibras de Sharpey.
Aloja las células osteógenas que son semejantes a los fibroblastos y se transforman
en osteoblastos desempeñando un importante papel en el crecimiento y en la
reparación de fracturas.
Sus vasos se ramifican y penetran en los huesos a través de los conductos de la
matriz ósea.
Endostio: formado por células osteogénicas aplanadas, reviste las cavidades del
hueso esponjoso, el conducto medular y los conductos de Havers y de Volkmann.

MEC O SIC: se denomina matriz ósea y se halla compuesta por sustancia orgánica e
inorgánica.
La sustancia orgánica constituye el 23-24% del total de la matriz ósea y está
constituida en un 88-89% por fibras colágenas de tipo I, elaboradas y secretadas por

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los osteoblastos por el mismo mecanismo que los fibroblastos; además contiene
mucopolisacáridos sulfatados y glucoproteínas. Las sales de calcio se precipitan en la
misma, proceso que se denomina calcificación.
El componente inorgánico de la matriz ósea constituye el 76-77% restante y se halla
compuesto por fosfato de calcio que forma cristales de hidroxiapatita en forma de
agujas o tabletas alargadas dispuestas entre las fibrillas de colágeno y la sustancia
amorfa (resistencia) mas otras sales como bicarbonato, magnesio, potasio sodio,
citratos.

Células:
Osteoblastos: son células redondas o irregulares con núcleos excéntricos que al igual
que el citoplasma son basófilos. La basofilia del citoplasma se debe a su alto
contenido en RER y pilas de AG porque son
células secretoras. Se disponen en la
superficie de las trabéculas uno al lado del
otro con prolongaciones citoplasmáticas que
los unen entre sí; dichas prolongaciones son
las responsables de la futura formación de
conductillos. Su función consiste en formar
fibras colágenas de tipo I, proteoglucanos,
glucoproteínas y la concentración del fosfato
cálcico con la consecuente mineralización
del hueso.
Los osteoblastos activos tienen forma
cuboide con citoplasma basófilo mientras
que los inactivos son aplanados
disminuyendo la basofilia.
A medida que producen la matriz se van aislando y se constituyen en osteocitos. La
matriz depositada alrededor del cuerpo celular forma la laguna mientras que la que lo
hace alrededor de las prolongaciones citoplasmáticas forma la pared de los
conductillos.
La matriz recién formada y no calcificada se denomina matriz o sustancia osteoide.
Menos del 30% de los osteoblastos se transforman en osteocitos (en
aproximadamente 3 días), un 6% se mantienen en hileras sobre la superficie de las
trabéculas y el resto muere por apoptosis. Los osteoblastos periféricos se mantienen
unidos por prolongaciones con los osteocitos incorporados en la matriz.
Osteocitos: Constituyen el grupo más numeroso de las células del hueso (95%) y
ocupan las cavidades o lagunas de la
matriz ósea, en las preparaciones
comunes solo se ven sus núcleos. Son
células planas en forma de almendra con
núcleos densos, pequeño RER y AG, con
prolongaciones citoplasmáticas con
uniones comunicantes (gaps) que
permiten el flujo de hormonas y de iones
entre sí. En el espacio que queda entre las
prolongaciones citoplasmáticas y la pared
de los conductillos y las lagunas circula
líquido tisular que transporta sustancias
nutrientes y metabolitos. En el hueso nuevo los osteocitos y las lagunas son más
grandes lo que sugiere que durante un breve período añaden SIC a las paredes de
sus lagunas. Los osteocitos actúan a través del sistema lacuno-canalicular como
sensores de las fuerzas mecánicas a través de integrinas de sus membranas que
reconocen los cambios de presión del líquido que circula por los mismos, convirtiendo

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esa señal física en señal bioquímica que actuaría sobre la actividad de las células
efectoras osteoblastos y osteoclastos en la remodelación ósea.
Tienen una vida media de 25 años y el número de osteocitos muertos aumenta con la
edad, desde el 1% al nacer a más del 75% en la senectud.

Mecanismo de calcificación del hueso: los osteoblastos y los osteocitos son


esenciales para la calcificación del hueso. El calcio que se deposita en el hueso llega a
través del torrente circulatorio y pasa desde los capilares al líquido tisular. Vimos que
en el tejido cartilaginoso cuando los condrocitos secretan FA la MEC que los rodea se
calcifica, pues bien, en el hueso sucede algo similar: los osteoblastos secretan FA en
abundancia. En condiciones normales hay iones suficientes de calcio y fosfato en la
sangre y en el líquido tisular de manera que si se añaden mas iones de calcio y fosfato
estos precipitan en forma de fosfato de calcio, requiriendo además un medio alcalino.
La FA liberaría los fosfatos de complejos orgánicos preexistentes (hexosafosfatos y
glicerofosfatos) en el lugar elevando la concentración de los mismos que precipitarían
con el calcio en la matriz que rodea las células. La precipitación se hace en forma de
cristales de hidroxiapatita que en forma de agujas, bastones o túbulos se distribuyen
de manera lineal a lo largo de las fibrillas de colágena o incluso dentro de las mismas.
Es probable que el lugar destinado al mineral en la sustancia orgánica deba estar
relacionado con el agua del mucopolisacárido sulfatado, cuya cantidad disminuye
después de la calcificación y que le forma una capa de hidratación que facilita el
intercambio de iones entre el cristal y el líquido intersticial.

Osteoclastos: son células móviles, grandes, multinucleadas, en general con 6-12


núcleos (hasta 50) semejantes entre sí y que en las células jóvenes son ovoides con
membranas nucleares
lisas, cromatina regular
en gránulos finos y 1 o 2
nucléolos.
En los osteoclastos viejos
las membranas nucleares
aparecen contraídas, los
núcleos son oscuros e
incluso picnóticos. El
citoplasma de los mas
jóvenes puede ser
basófilo pero en general
es eosinófilo, en algunos
de aspecto espumoso.
Ocupan pequeños huecos
en la superficie del hueso
denominados lagunas de
Howship. Poseen un
borde estriado o en
cepillo en la superficie expuesta al hueso que al ME corresponde a numerosas
salientes de tipo velloso que se doblan y entremezclan entre sí de manera irregular y
en cuya base se observan invaginaciones tubulares de la membrana celular que se
extienden hasta la periferia del citoplasma y que en los cortes forman vesículas o
invaginaciones abiertas. El borde estriado carece de organelas pero entre el mismo y
el núcleo hay abundantes mitocondrias lo que indica que el osteoclasto es una célula
muy activa. Hay poco RER y abundante AG del cual se organizan tres tipos de
vesículas:
a- gránulos oscuros o lisosomas
b- vesículas más grandes y más pálidas y
c- vesículas cubiertas.

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Los gránulos oscuros contienen FA y las vesículas contendrían enzimas hidrolíticas.
La actividad de los osteoclastos está relacionada con la resorción (destrucción) del
hueso. Ellos secretan ácidos, colagenasa y otras enzimas que atacan la matriz ósea
liberando el calcio y fagocitan los restos de la misma.
La resorción del hueso incluye tanto la eliminación de la sustancia mineral como de la
sustancia orgánica constituida en su mayor parte por colágena. Los osteoclastos
producirían un ambiente local lo suficientemente ácido en la superficie del borde
fruncido para hacer que las sales óseas actúen como amortiguadores resultando una
sal de fosfato cálcico mucho más soluble que antes. Las enzimas proteolíticas de las
vesículas afectarían a los mucopolisacáridos de la matriz orgánica.
Los osteoclastos son células que no se dividen y corresponden a fusión de otras.
Tendrían doble origen por un lado a partir de células osteoprogenitoras u osteógenas y
por otro por fusión de macrófagos provenientes de la sangre o de la médula ósea.

Células osteógenas u osteoprogenitoras: se encuentran en la capa profunda del


periostio y durante el período de crecimiento darán origen a los osteoblastos que
añaden hueso a la superficie (anchura), mientras que las que se encuentran en el
endostio serán las precursoras de los osteoclastos que erosionan la superficie interna
de la diáfisis y aumentan la cavidad medular.
Las células osteógenas en la superficie del hueso en reposo son aplanadas y cuando
ocurre crecimiento se observan mitosis que indican proliferación de las mismas que se
diferencian en osteoblastos. Las células osteoprogenitoras que se encuentran en un
ambiente vascular se diferencian en osteoblastos, mientras que las alejadas de los
vasos se diferencian en condroblastos.
La glándula paratiroides produce una hormona paratiroidea que actúa sobre las
células que revisten o recubren las superficies óseas estimulando la formación de
osteoclastos que resorben hueso de manera activa aumentando la concentración de
calcio en la sangre e impide la diferenciación en osteoblastos por lo tanto no se forma
hueso nuevo.
La calcitonina producida por las células parafoliculares de la glándula tiroides es
secretada cuando aumenta la concentración sanguínea de calcio por encima de su
valor normal y su acción se ejerce por un lado estimulando la actividad osteoblástica
que forma nuevo hueso que absorberá el calcio de la sangre y disminuirá los
procesos de resorción del hueso.

De acuerdo a la disposición de la MEC y de las células, el hueso se clasifica en:

Hueso compacto, denso o cortical: sin cavidades visibles. Rodea las epífisis y forma
prácticamente toda la diáfisis (excepto
alrededor del conducto medular) Forma
las tablas interna y externa de los
huesos planos (diploe). Constituye la
osteona u ostión, unidad remodeladora
del hueso formada por los conductos de
Havers rodeados de láminas
concéntricas de hueso calcificado y
comunicados entre sí por los canales de
Wolkman.
En la imagen se observa un conducto
central rodeado de láminas concéntricas
de hueso calcificado, se ven las lagunas
con los osteocitos y los conductos que
rodean sus prolongaciones.

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Hueso esponjoso: forma las epífisis y centro de los huesos cortos y planos y
presenta cavidades que contienen la médula ósea (roja y amarilla). Las trabéculas

forman redes y en su superficie


se disponen los osteoblastos
mientras que en las lagunas se
hallan los osteocitos, todos
comunicados entre sí a través
de los canales que rodean sus
prolongaciones.
En la imagen las trabéculas
están teñidas de rosa y las
puntas de flecha señalan las
lagunas con osteocitos y las
flechas señalan los
osteoblastos dispuestos en la
periferia de la trabécula. El
espacio que queda entre las
trabéculas corresponde a
médula ósea adiposa en la que
también se ven vasos sanguíneos.

Hueso primario o inmaduro: carece de disposición laminar y contiene menor


cantidad de minerales. Presenta fibras colágenas dispuestas en distintas direcciones;
es el primero que se forma.
Hueso secundario o maduro o laminar: organizado, con sistemas haversianos
desarrollados, hueso adulto.

EMBRIOLOGIA
El tejido óseo se forma en el embrión a partir del mesénquima y utiliza un molde de
cartílago desarrollado en sus comienzos desde las células mesenquimatosas de las
somitas (esclerotoma) y de membranas.
Al término de la 4ª semana del desarrollo se forman los esbozos, yemas o primordios
de las extremidades que aparecen como apéndices o evaginaciones de la pared
ventrolateral del cuerpo, constituidas por un núcleo central de mesénquima derivado
del mesodermo el que formará hueso, cartílago y tejidos conectivos de la extremidad,
cubierta a esta altura de un ectodermo cúbico que dará origen a la piel.
Las células del mesénquima se condensan, se hacen muy numerosas y en su parte
central se van separando cada vez mas entre sí porque comienzan a producir SIC y
finalmente se convierten en condrocitos (6ª semana); como resultado de la
diferenciación continua de las células mesenquimatosas se forman los moldes
cartilaginosos en los que se formará el futuro hueso.
El mesénquima que rodea los moldes dará origen al pericondrio con dos capas, una
externa fibrosa que formará colágeno y una interna celular con células potencialmente
formadoras de cartílago. El molde aumenta de longitud por crecimiento intersticial y en
anchura por mecanismo de aposición (repasar crecimiento de cartílago). En los
extremos del hueso lo hace por crecimiento intersticial. En la parte central del molde
los condrocitos crecen, se hipertrofian, disminuye la SIC entre ellos y producen
fosfatasa alcalina (FA) y se calcifica la SIC y los condrocitos mueren porque no reciben

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suficiente nutrición. La SIC comienza a desintegrarse dejando cavidades dentro de la
misma.
Al mismo tiempo el sistema vascular se va desarrollando e invade el pericondrio y el
aporte de 02 hace que las células de su capa interna empiecen a diferenciarse en
células óseas: osteoblastos y osteocitos formando una capa delgada de hueso (como
una cáscara) alrededor de la diáfisis (tallo) del modelo cartilaginoso y el pericondrio
vascularizado se transforma en periostio.

En los lugares donde el cartílago calcificado comienza a desintegrarse los capilares


se movilizan desde el periostio acompañados de células osteogénicas y osteoblastos
constituyendo lo que se llama yema perióstica. Cuando estas yemas alcanzan el
interior del modelo cartilaginoso constituyen un centro de osificación, que significa
que a partir de este lugar comenzará a formarse hueso que sustituirá al modelo
cartilaginoso. El primer hueso que se forma se deposita sobre los residuos
cartilaginosos.
Por otro lado, a cada lado del modelo el cartílago joven continua creciendo por el
mecanismo intersticial y así aumenta la longitud del modelo pero las células
cartilaginosas que están cerca del hueso en formación van madurando, produciendo
FA, la SIC se calcifica y los condrocitos mueren. La SIC calcificada se desintegra y las
cavidades que dejan son rápidamente invadidas por brotes de capilares con células
osteoprogenitoras y osteoblastos que migran desde el centro de osificación y forman
hueso en los residuos cartilaginosos que quedan. Así el cartílago es destruido en el
frente de osificación con la misma velocidad que crece por crecimiento intersticial en el
extremo del modelo.
El aumento de la osificación en la parte media del hueso da por resultado la formación
de la cavidad medular. Las células osteogénicas siguen añadiendo hueso a los lados
del modelo que crece en anchura y se vuelve así mas fuerte mientras que en el centro
se vuelve poroso porque se resorbe y deja una cavidad llamada cavidad medular que
pronto se llena de tejido mieloide (médula ósea).
El centro de osificación desarrollado en la parte media constituye el centro diafisario
de osificación que dará origen a la diáfisis del hueso.
En los huesos más largos del cuerpo se desarrollan otros centros en los extremos de
los modelos cartilaginosos llamados centros epifisarios de osificiación (epífisis = en
la punta) que originarán mas tarde las epífisis óseas. El desarrollo de los centros
comienza cuando los condrocitos maduran, la SIC se calcifica y los capilares junto a
las células osteogénicas invaden las cavidades, de modo que la osificación se
extiende en todas las direcciones hasta detenerse cuando sustituye todo el cartílago
epifisario quedando solo una delgada capa que forma el cartílago articular y otra en
forma de disco o placa transversa que se extiende de un lado al otro del hueso hasta
que ha terminado el crecimiento longitudinal post-natal de los mismos denominado
disco o placa epifisaria.
El disco epifisario y la parte de la diáfisis adyacente al mismo constituyen los que se
llama zona de crecimiento del hueso largo que en los niños es un sitio de gran
actividad celular en el que se consideran simultáneamente diversos procesos:
crecimiento intersticial, maduración, calcificación y muerte de los condrocitos,
desintegración del cartílago, formación, calcificación y destrucción del hueso.

Constitución de la placa epifisaria: desde la epífisis hasta la diáfisis.


1- Zona de cartílago en reposo, adyacente a la epífisis.
2- Zona de cartílago proliferativo.
3- Zona de cartílago en maduración.
4- Zona de cartílago calcificado.

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1- No participa en el crecimiento de la
placa epifisaria y sirve para fijarla al
hueso de la epífisis. Tiene
1 condrocitos de moderado tamaño
dispersos irregularmente en la SIC,
2 la que difunde las sustancias que
alimentan a las células de las otras
zonas.
3 2- Células cartilaginosas jóvenes en
proliferación constituyen columnas
como pilas de moneda, pueden
4 verse mitosis. La función es sustituir
las células que mueren en la
superficie diafisaria.
3- Las células maduran y aumentan su
tamaño, ocupan más espacio, por lo
tanto agrandan el disco epifisario en
sentido longitudinal y producen FA.
4- Descansa directamente sobre el hueso de la diáfisis, de espesor irregular con SIC
calcificada y células muertas. El cartílago comienza a descomponerse y desintegrarse
y deja cavidades que son invadidas por capilares y células osteógenas que
depositarán hueso. Esta es una zona de osteogénesis activa.
Al estar calcificados los huesos tienen que remodelarse para crecer y formar tejido
óseo nuevo, para lo cual se reabsorbe parcialmente el tejido ya formado.

Crecimiento del hueso como un todo:


El crecimiento longitudinal del hueso depende del crecimiento intersticial del cartílago
epifisario sobre el cual se forma hueso por aposición al mismo ritmo.
Las falanges (huesos cortos) no desarrollan centros de osificación, dependen del
crecimiento intersticial del cartílago en sus extremos, siendo reemplazado a partir del
centro diafisario y cuando termina el crecimiento el cartílago queda reducido a la
superficie articular.
En los huesos largos el crecimiento intersticial del cartílago del disco epifisario permite
el crecimiento longitudinal de la diáfisis.
En estos huesos los centros de osificación epifisarios permiten el crecimiento del
tamaño de las epífisis tanto en anchura como en altura.
Las diáfisis de los huesos largos hacen un embudo a medida que se acercan a las
epífisis de modo que muchos de ellos tienen un diámetro mayor en la metáfisis (zona
intermedia entre diáfisis y epífisis) que en su parte media.
En tanto el hueso crece longitudinalmente el diámetro ensanchado de la diáfisis se
mantiene porque se resorbe de manera continua en su superficie interna. En la zona
del cartílago en maduración, los condrocitos se disponen en filas longitudinales
separadas entre sí por SIC. Las células están contenidas en túneles longitudinales
cuyas paredes están constituidas por la SIC; cuando las células mueren esta sustancia
se desintegra y se forman túneles más grandes que son invadidos por capilares, células
osteógenas y osteoblastos. Los osteoblastos tapizan las paredes de los túneles
depositando hueso en los mismos mientras los capilares ocupan el interior de los
túneles.
En la periferia del disco epifisario se depositan capas sucesivas de hueso dentro de
túneles más grandes formados por fusión de otros más pequeños lo que estrecha las
luces de los túneles más grandes y las diversas capas de hueso que se forman en
ellos les da un aspecto laminar a sus paredes engrosadas.

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Las células osteógenas del túnel proliferan por mitosis, algunas se diferencian en
osteoblastos y luego en osteocitos que se rodean de SIC. Esto da por resultado una
capa laminar de huesos depositada dentro del túnel.
Las células osteógenas que quedan para revestir el túnel repiten el procedimiento de
manera que se
deposita una nueva
capa de hueso y así
sucesivamente varias
capas hasta que el
túnel se reduce a un
conducto estrecho
que contienen un vaso
sanguíneo y algunos
osteoblastos o células
osteógenas. Esta
distribución de un
canal rodeado de
capas concéntricas de
hueso se llama
sistema de Havers u
osteón que son
unidades de
estructura del hueso
compacto o denso.
Cada conducto contiene uno o dos vasos que son los encargados de nutrir a los
osteocitos de las láminas o capas circundantes.
“Un sistema de Havers se desarrolla por medio de llenado de un túnel desde su
interior con capas concéntricas de hueso”.
El hueso largo crece en anchura depositándose nuevas capas de hueso en la parte
externa de la diáfisis, al mismo tiempo que se reabsorbe en su cara interna. El
crecimiento es por aposición a partir del periostio. La superficie de la diáfisis no es
uniforme sino que presenta una serie de pliegues longitudinales con surcos entre ellos
cubiertos por células osteógenas y osteoblastos del periostio que se extienden hasta el
fondo de los mismos. Los osteoblastos que cubren los pliegues proliferan y algunos
depositan hueso de modo que los bordes se va extendiendo gradualmente y se
acercan hasta
ponerse en
contacto
formando un
túnel. Como el
surco estaba
revestido
también por
periostio con
sus vasos y
células ahora
tiene un
revestimiento
de
osteoblastos y
un vaso
sanguíneo en
su interior y
por ende se
convertirá en

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sistema de Havers. De esta manera se añaden nuevos sistemas de Havers a la
periferia de la diáfisis por debajo del periostio. Cuando disminuye en intensidad el
crecimiento óseo en anchura la superficie de la diáfisis se hace mas lisa y el
crecimiento por aposición se hace por capas óseas uniformes y lisas llamadas
laminillas circunsferenciales que tienden a rodear toda la diáfisis.
El crecimiento del hueso por depósito en la parte externa se acompaña
simultáneamente por resorción en la parte interna de modo que a medida que se van
añadiendo nuevos sistemas de Havers los ya formados quedan en situación profunda,
los vasos periósticos que constituyen los conductos haversianos ocupan los conductos
de Volkmann que reúnen los sistemas haversianos en ángulo recto. Los osteoblastos
que recubren las superficies externas e internas del hueso, una vez que éste alcanza
su anchura total, proliferan añadiendo laminillas circunsferenciales externas e internas
para alisarlas.
Los huesos planos crecen por formación de tejido óseo desde el periostio de las
suturas y cara externa del hueso. En la cara interna se produce la reabsorción.

Osificación: significa formación de hueso.


Puede ser endocondral o intramembranosa.
La primera utiliza un molde de cartílago y corresponde a la descripta en embriología,
por la cual se forman los huesos, crecen en altura y en anchura, se forma el esqueleto
y se reparan las fracturas
Consta fundamentalmente de dos procesos: 1º el cartílago hialino se modifica
produciendo la hipertrofia de los condrocitos con reducción de la matriz cartilaginosa a
finos tabiques, su mineralización y muerte de los condrocitos y 2º la invasión de las
cavidades por capilares y células osteógenas y osteoblastos que producen matriz ósea
sobre los tabiques del cartílago calcificados que le sirven de puntos de apoyo.
La osificación intramembranosa se observa en los huesos del cráneo y se realiza a
partir del mesénquima, generalmente en dos centros para cada uno de los huesos de
la bóveda craneal. Un grupo de células se transforma es osteoblastos que producirán
matriz ósea y se transformarán en osteocitos mientras que otros se constituirán en
células madre (osteogénicas) que se mantienen por sí mismas para abastecer nuevos
osteoblastos a la región.
Las células osteógenas y osteoblastos se mantienen unidos a los bordes del hueso ya
formado y la matriz ósea que forman constituye una red de trabéculas o espículas que
forman hueso esponjoso, en cuya superficie se observan los osteoblastos y en su
interior tienen lagunas que contienen osteocitos; esta disposición en trabéculas finas
les permite a los osteocitos su nutrición ya que la misma llega a través de los
canalículos. La palpación del cráneo del recién nacido descubre zonas blandas o
fontanales en las que las membranas conjuntivas no están todavía osificadas.

FRACTURA
En el lugar de la fractura ocurren los siguientes acontecimientos:
1º- hemorragia por destrucción de huesos y vasos
2º- reabsorción del coágulo y restos de tejido por macrófagos
3º- desde el periostio y el endostio migran células osteogénicas que proliferan y
forman un collar alrededor de los cabos o extremos de la fractura manteniéndolos
unidos
4º en el mismo aparecen focos de formación de cartílago (zonas alejadas de los
vasos) donde se producirá osificación endocondral y focos de osificación
intramembranosa (regiones mejor irrigadas) constituyendo el callo óseo que en un
principio consiste en hueso primario o inmaduro, desordenado. Cuando se vuelve a la
actividad las tracciones y presiones producen la remodelación del hueso así formado.

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El esqueleto tiene el 99% del calcio del organismo constituyendo la principal fuente de
reserva y almacenamiento.
El calcio en la sangre (calcemia) interviene en múltiples sistemas enzimáticos con
relación a la contracción muscular y a la transmisión del impulso nervioso.
En el medio extracelular interviene en proceso de coagulación, adhesión celular y en la
respuesta del músculo liso al estímulo nervioso.
Existe un intercambio continuo entre el calcio de los huesos y la sangre manteniendo
su valor constante en el plasma.
Durante el crecimiento es necesario el aporte de proteínas con cuyos AA las células
formarán colágeno; aporte de calcio; aporte de vitamina B estimula la absorción del
calcio en el intestino delgado y aporte de vitamina D que actúa en el ámbito de ADN
de las células del revestimiento del intestino delgado que induce a la producción de
ARN mensajero que codifica la proteína transportadora de calcio a través de la
membrana celular.
La falta de calcio produce raquitismo en el niño donde la matriz ósea no se calcifica
normalmente alternado el crecimiento y produciendo deformidades óseas.
En el adulto produce osteomalacia, calcificación deficiente de la matriz neoformada
con fragilidad ósea.
La osteoporosis es la disminución de la matriz ósea.
La vitamina A se relaciona con la actividad y distribución de los osteoblastos y
osteoclastos.
El déficit de vitamina C disminuye la síntesis de colágeno.
La hormona del crecimiento (hipófisis) actúa sobre el disco epifisario, su disminución
produce el enanismo y su aumento antes del cierre del cartílago, produce gigantismo y
en el adulto acromegalia.
El hígado también interviene a través de las somatomedinas sobre el disco epifisario y
las hormonas sexuales son estimuladoras de la formación de hueso.

BIBLIOGRAFIA:
Tratados de Histología de Ham y Junquiera
Atlas de Histología de FCS UNER

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