SUMARIO
1. INTRODUCCIÓN
Hoy para dirigir un centro de enseñanza no es suficiente el "poder formal", con que cuenta un
directivo y que proviene del nombramiento que le ha conferido la institución. Todo directivo,
para ser eficaz, necesita poseer, además, el "poder fáctico", que emana de su capacidad de
liderazgo, y mediante el cual puede influir realmente en el comportamiento profesional del
profesorado.
Una empresa no es sólo un negocio. Una empresa educativa antepone siempre el valor
"servicio" al valor "rentabilidad". La empresa es, según el diccionario de La Real Academia
Española: "una acción ardua y dificultosa que valerosamente se comienza... ".
La rentabilidad de una empresa educativa no puede ser un fin en sí mismo. Es una condición
necesaria (aunque no suficiente) para poder funcionar eficazmente.
Los teóricos de la gestión empresarial afirman categóricamente que la empresa debe ser:
• Económicamente rentable.
• Socialmente justificable.
• Humanamente satisfactoria.
¿Y qué puede haber más justificable para satisfacer las necesidades de nuestra sociedad, y
más gratificante para un profesional de la enseñanza, que promover la educación y desarrollo
integral de la persona humana?
Dice un proverbio chino: "Si tus necesidades son para un año, siembra grano; si son para diez,
planta árboles; si son para cien años, forma hombres".
Es obvio que un centro de enseñanza, con profesionales mal retribuidos, insatisfechos con las
políticas y el estilo de dirección, y frustrados al no poder conseguir sus metas personales,
difícilmente puede ser pedagógicamente eficaz y económicamente viable. Pero no menos obvio
es, que si no contamos con suficientes recursos económicos, adecuadamente administrados,
no se podrían satisfacer muchas de las necesidades del personal ni disponer de los medios
adecuados para una enseñanza de calidad.
Los recursos humanos de una empresa educativa son el factor sinérgico y multiplicador que
toma los recursos didácticos, materiales, tecnológicos y financieros y los convierte en un bien o
un servicio a la sociedad: educación.
2. CONCEPTOS DE DIRECCION
La dirección de una organización educativa y la gestión de sus recursos humanos son las dos
grandes asignaturas pendientes de nuestras escuelas.
Como decía Quevedo: "ha sido preciso decir lo que fuimos para disculpar lo que somos y
encaminar !o que pretendemos ser".
Currie nos dice: "En inglés, dirección se dice "management" y las tres primeras letras, "man",
significan "hombre". Aunque etimológicamente, no es cierto, reconozcamos la importancia del
factor humano en la gestión empresarial.
John D. Rockefeller pone énfasis en la misión que todo directivo tiene de desarrollar a sus
colaboradores, al afirmar: "La buena dirección consiste en enseñar a personas de condición
media a hacer el traba¡o de personas superiores".
M. Appley, presidente que fue de AM.A (American Management Association), define así la
función directiva:
"Dirigir es tener en cuenta a las personas como son, con sus conocimientos, formación,
experiencia, antecedentes.oo, y transformar/as incrementando sus conocimientos, me¡orando
sus competencias profesionales, corrigiendo sus hábitos y modificando sus comportamientos
negativos. En esta tarea de desarrollo está la clave de todo éxito en la dirección ".
Buen directivo de una organización de enseñanza es aquel que contando con recursos
escasos, es capaz de lograr los objetivos del colegio, del departamento o del área de la que es
responsable, con eficacia y con eficiencia.
Quiero llamar la atención sobre el concepto eficiencia de esta definición. Ser eficaz significa
lograr los objetivos de mi colegio. Ser eficiente es conseguir esos objetivos al menor coste
posible (utilizando "económicamente" los recursos escasos con que cuento).
3. TRABAJO EFICAZ
TE=f (A, P, F, M)
El trabajo eficaz es función de aptitud (lo que una persona puede), personalidad (lo que es),
formación (lo que sabe) y motivación (lo que quiere). y como en toda función matemática,
cuando uno de estos factores se reduce a cero, el resultado final es cero.
Los recursos humanos son, sin duda, el activo más importante con que cuenta una empresa
educativa.
Las centros públicos, al contar con más recursos, no están sensibilizados hacia la eficiencia.
Administran, no "económicamente", sus recursos financieros, materiales y humanos, y se
contentan con ser meramente eficaces (a un alto coste, por supuesto).
La empresa educativa privada, para poder subsistir hoy, no tiene más remedio que aprender a
ser eficiente; esto solamente lo logrará mediante líderes, que sean capaces de dirigir
profesionalmente un centro de enseñanza, motivando, integrando y desarrollando al activo más
importante de un colegio: sus recursos humanos.
4. RASGOS DE UN LIDER
"El me¡or líder es el que apenas se hace nota no aquel al que la gente obedece,
sigue y aclama, ni al que todos desprecian o persiguen. El buen líder habla poco, y cuando ha
concluído su traba¡o y alcanzado sus ob¡etivos, sus colaboradores dirán: /o hicimos nosotros."
Lao Tse.
DIRECTIVO LIDER
• Administra • Innova
• Imita • Crea, es original
• Mantiene, conserva • Desarrolla
• Fiel al sistema • Leal a personas y a su organización
• Controla, fiscaliza • Delega
• Planifica a corto plazo • Planifica estratégicamente
• Se pregunta por el "cómo" y "cuándo" • Se pregunta el "qué" y el "por qué"
• Presentista • Futurista
• Acepta el "statu qua" • Desafía el "statu qua"
• Obediente • Independiente
• Todo según las normas (son un fin) • Hace lo adecuado (normas son medio)
• Impone • Propone
• Es autoritario • Es participativo
Los objetivos de una organización educativa/ al igual que los de una fábrica de tornillos (perdón
por la comparaciónr podríamos reducirlos a cuatro categorías: más cantidad, más calidad, al
menor coste posible, y con la mayor satisfacción de nuestros clientes (internos y externos:
profesores, empleados/ alumnos, padres, sociedad).
Hoy los temas de la calidad y la satisfacción del cliente, que obsesionan a la empresa para
adquirir ventaja competitiva, deberían ser también temas prioritarios en el ámbito de la gestión
educativa. "Un cliente satisfecho (dígase alumno/ padre de familia) me consigue otros cinco
clientes; un cliente insatisfecho me hace perder otros diez/l.
La calidad no debería ser considerada como un lujo sino como un imperativo de las empresas
modernas de enseñanza.
Cuentan de una empresa americana que encargó a otra japonesa la fabricación de 20.000
piezas. Queriendo poner énfasis en la necesidad de contar con un producto de alta calidad,
advirtieron a los japoneses que sólo aceptarían piezas defectuosas en un porcentaje no
superior al uno por mil. Cuando la empresa proveedora envió el pedido a su cliente americano,
adjuntó la siguiente nota: "Les enviamos las 20.000 piezas de calidad total solicitadas; en
paquete aparte van las 20 piezas defectuosas que ustedes nos han pedido. No sabemos para
qué las quieren/ pero... ". Sin duda los japoneses no entenderían el concepto ibérico de
l/chapuza organizativa", con el que dirigimos muchas de nuestras instituciones.
Los recursos humanos, hasta no hace mucho tiempo, ocupaban un lugar de segunda fila en el
ámbito empresarial, siendo considerados más como un coste que como una inversión.
- Siguió una fase paternalista, caracterizada por un estilo de dirección autoritario, disfrazado a
veces de humanismo/ dándose al trabajador a título de caridad lo que debiera habérsele dado
a título de justicia.
- Actualmente estamos viviendo una etapa caracterizada por un cambio de actitud en la gestión
de recursos humanos. Ahora se pone un mayor énfasis en el desarrollo de las competencias
individuales, en la comunicación interna, en la participación en la toma de decisiones, en la
integración de los objetivos personales con los empresariales, en la dirección participativa,en la
adecuación del personal al impacto de las nuevas tecnologías y del mercado único europeo.
Hoy los Departamentos de Recursos Humanos están desarrollando nuevas políticas de
personal: planificación estratégica de plantillas, retribución vinculada a la evaluación del
desempeño ("el resultado de no valorar 105 resultados es que no hay resultado"), el
aplanamiento de la pirámide jerárquica, la búsqueda de nuevos estilos de liderazgo para
resolver la crisis de autoridad y la proletarización del profesorado y de los directivos.
Kurt Lewin nos dice: "Nada hay más práctico que una buena teoría". En realidad yo creo que un
"práctico" de la dirección de un centro de enseñanza no es más que una persona que está
aplicando una teoría obsoleto.
Los errores de los directivos de la empresa educativa, han tenido que ver más con su falta de
formación para elliderazgo y la gestión de recursos humanos, que con su cualificación
pedagógica.
Tenemos que saber capitalizar nuestros errores a favor de nuestro desarrollo como directivos;
más podemos aprender de nuestros errores que de nuestros aciertos.
Según la Teoría General de los Sistemas, podríamos definir un sistema como "un coniunto de
elementos interdependientes (subsistemas) que forman un todo (empresa, colegio) para lograr
un fin común".
Mi cuerpo, que consta de cabeza, tronco y extremidades, podría ser considerado como un
sistema. Si mis órganos están en perfecto estado pero mi corazón padece una disfunción, el
estado de salud general resultará afectado. En un colegio, si contamos con excelentes
profesores pero la administración o el mantenimiento de las instalaciones fallan, la calidad en la
enseñanza disminuirá.
Ocurre como en una cadena de sonido: el resultado final nunca es superior al peor de los
componentes del sistema.
Siguiendo con el ejemplo de mi cuerpo, podemos observar que no todas las partes tienen igual
importancia. Si me amputan un miembro, me convertiré en un sistema incompleto; si me
amputan la cabeza, dejaré de ser un sistema y me convertiré en un cadáver.
Los resultados de un sistema no sólo dependen de la calidad de los subsistemas, sino, sobre
todo, de su integración, coordinación y eficaz dirección. De ahí la necesidad de contar con una
dirección excelente para lograr una organización educativa excelente.
Existen sistemas cerrados y abiertos. Sistema abierto es aquel que está interconectado con el
entorno, del cual recibe unos" inputs" (recursos financieros, materiales, tecnológicos, didácticos
y humanos), y al cual devuelve unos" outputs" (bienes, servicios, educación...).
Una organización educativa es un sistema abierto y necesita de estos intercambios para poder
subsistir.
Podemos afirmar categóricamente que un centro de enseñanza sólo puede funcionar para un
entorno (económico, político, social, cultural) mientras se lo permite el entorno y tal como se lo
permite el entorno.
Una organización educativa, como sistema social abierto que es, recibe una serie de
influencias externas y, a su vez, influye en el entorno.
Un directivo eficaz es el que tiene una actitud de apertura ante un entorno que está en
constante evolución. "Un cerebro (como un paracaídas) sólo funciona cuando está abierto".
Hay directivos, a los que yo llamaría "cañón", que padecen de rigidez empresarial. Apuntan a
un objetivo, pero si éste se mueve no logran dar en el blanco. El directivo" misil" apunta, y
aunque el objetivo cambie de posición, es capaz de adaptarse a la nueva trayectoria,
persiguiendo el blanco hasta alcanzado.
"Nada es permanente excepto el cambio" (nos decía Heráclito en el año 700 a. C). y hoy, Alwin
Toffler nos repite: "En la empresa actual, el único factor constante es la aceleración del
cambio".
Si expresamos con valor 1 los conocimientos tecnológicos del año 1 o de nuestra era,
descubrimos que tardaron en duplicarse (valor 2) 1 .700 años. Volvieron a duplicarse (valor 4)
150 años después. El último dato de esta investigación se refiere al año 1981, en el que los
conocimientos técnicocientíficos tardaron dos años en duplicarse, llegando al valor 128.
Desconozco la fiabilidad de estos datos, pero lo que sí parece evidente es que la aceleración
del cambio es exponencial, y supera muchas veces a la ciencia-ficción. Valga como ejemplo el
actual desarrollo de la informática y de las comunicaciones.
Hoy, los cambios son más frecuentes, son más rápidos, afectan a mayor número de personas,
son más numerosos, se producen en más campos, se notan más y se aceptan mejor.
También ha cambiado nuestra actitud frente al cambio. Hemos pasado de una postura reactiva
a otra proactiva, adaptándonos al cambio, anticipándonos al cambio, promoviendo el cambio,
planificando el cambio y gestionando el cambio.
Ya no ven su dedicación al trabajo solamente como un medio de vida sino como una forma de
vida. Buscan algo más que satisfacer sus necesidades económicas y de seguridad. Ansían el
reconocimiento por un trabajo bien hecho, la participación en la toma de decisiones, la
posibilidad de ser promovidos a puestos jerárquicos superiores en función de sus
competencias profesionales, la oportunidad de autodesarrollo y realización en el ejercicio de la
función docente.
Los nuevos valores sociales: más concertación y menos confrontación, más participación y
menos autoritarismo, más trabajo en equipo y menos individualismo, más pensamiento creativo
y menos pensamiento lógico, más énfasis en lo importante que en lo urgente, la implicación del
alumno y de los padres de familia en la gestión del centro son factores situacionales presentes
en la empresa educativa actual.
Podemos definir el liderazgo como "un coniunto de actividades desarrolladas por el líder, para
influir en el comportamiento de sus colaboradores, con el fin de alcanzar los obietivos de su
organización".
Líder (en el amplio sentido de este concepto) es toda aquella persona que tiene potencial de
influencia sobre los demás.
No es lo mismo ser un líder popular (el que obtiene votos) que ser líder eficaz (el que obtiene
resultados).
Cuando un líder es eficaz, yo creo que se ha ganado el derecho al respeto por parte de la
dirección de la empresa educativa, e incluso a ser contestatario o incómodo para aquella. Pero
si se contenta solamente con ser popular...
En algunas organizaciones existen líderes que sin tener" mandato oficial" (nombramiento) son
un auténtico" poder fáctico", con capacidad de influir (más que los que tienen el "espaldarazo
oficial") en muchas decisiones del centro educativo. Aquí valdría aplicar el dicho de que" no son
todos los que están ni están todos los que son"...
Cuentan los historiadores que cuando un virrey, en alguna de las colonias españolas en
América, recibía desde la metrópoli una orden del rey, adoptaba esta actitud ante la real
ordenanza: "se acata pero no se cumpie..." (La metrópoli estaba tan alejada de la realidad
americana... o la orden tardaba tanto tiempo en Ilegar...que era considerada como inviable).
¿No es verdad que, a veces, cuando un director de un centro de enseñanza toma una decisión
o da una orden a sus colaboradores, éstos la acatan (no les queda más remedio) pero después
hacen lo que les viene en gana? ¿Qué significa esto?: que el director ejerce simplemente de
"director", pero no es "líder".
"La fuerza de un directivo no es en realidad más que la fuerza de los que se deian dirigir por
él".
Las investigaciones realizadas por Paul Hersey y Ken Blanchard, de la Universidad del Estado
de Ohio, sobre la eficacia en la dirección de organizaciones, han dado origen a una nueva
concepción de la función directiva, denominada por dichos autores: "Liderazgo Situacional".
Ante esta cuestión se dan dos posiciones extremas: las de quienes como Blacke y Mouton, Mc
Gregor, y otros autores, sostienen que hay un estilo de liderazgo superior a los demás, y las de
quienes como Hersey y Blanchard, entre otros, sostienen que, en términos absolutos, no existe
un estilo ideal de dirección.
Los directivos que han triunfado en la vida empresarial y en las organizaciones han sido
aquellos que han sabido adaptar sus comportamientos a los distintos factores situacionales.
Estas dimensiones han sido etiquetadas con diferentes nombres, por distintos autores,
haciéndolas coincidir con estilos,tales como: "autocrático", "directivo", "negociador", "consultor",
"participativo", "delegador", "desertor", etc.
Vamos a intentar profundizar en los principios y técnicas del "management" moderno, siguiendo
las líneas maestras trazadas por Hersey y Blanchard.
La conducta de tarea, expresa el grado en el que el líder inicia una comunicación descendente
indicando a cada uno de sus colaboradores: qué tiene que hacer, cómo lo tiene que hacer,
cuándo, dónde y con qué tiene que realizar una determinada tarea. Supone, por tanto,
mantener una estrecho supervisión y control sobre el trabajo de sus colaboradores, cuidando
especialmente el cumplimiento de normas, procedimientos, estándares de calidad, logro de
metas y objetivos, etc.
"Pilla a tu colaborador haciendo algo bien.., reconócelo en caliente, y así lograrás que repita
ese comportamiento con el que ha obtenido éxito... "(Decía Blanchard, para resaltar la
importancia de este factor, como refuerzo de una determinada conducta)
Sin duda, el reconocimiento de un trabajo bien hecho es el mejor premio que podemos dar a un
profesional de la enseñanza.
El estilo de liderazgo que utilice un directivo de un centro de enseñanza tiene que ser
congruente con los factores situacionales que afectan al directivo, a sus colaboradores y al
centro de enseñanza.
Recuerdo a un director de colegio que se expresaba en estos términos: "Yo soy muy iusto
porque trato a todos mis colaboradores por igual... "
No hay duda de que no hay nada tan injusto como tratar de la misma manera a personas
diferentes...
Estas variables de madurez deben ser consideradas solamente en relación con la ejecución de
una tarea específica. El individuo no es maduro o inmaduro en un sentido total, sino que puede
comportarse con un alto grado de madurez en una determinada función de su puesto de
trabajo, mientras que en otro ti po de actividad estaría en su "nivel de incompetencia".
Por ejemplo, un profesor puede ser muy maduro en su actividad docente, mientras que en las
tareas burocrático- administrativas o en las de tutoría, se comporta de manera inmaduro.
Consecuentemente, el estilo más adecuado para dirigir a este profesor sería ofrecer poca
ayuda y no poner demasiado énfasis en el control de su función de enseñanza, y ,sin embargo,
ofrecer un alto nivel de dirección y estrecha supervisión en lo relativo a la actividad
administrativa o tutorial.
A medida que el nivel de madurez del empleado aumenta, en relación con el logro de un
objetivo específico o el desempeño de una función, el jefe debe ir reduciendo progresivamente
la conducta de tarea (manteniendo una supervisión menos estrecha) e ir aumentando
paulatinamente la conducta de relación (reconociendo el trabajo bien hecho y manteniendo una
comunicación frecuente), hasta que el colaborador alcance con más eficacia sus objetivos.
Las personas, que han llegado a un nivel alto de madurez, ven en la reducción de la
supervisión y en el aumento de la participación y delegación por parte de su jefe, una señal
positiva de reconocimiento de su trabajo bien hecho.
El estilo de dirección que utilice un líder debe ser congruente con el nivel de madurez de cada
colaborador y de cada equipo de trabajo.
Un directivo, para ser eficaz en la dirección y gestión de recursos humanos, debe hacer
siempre un diagnóstico previo del nivel de madurez de sus colaboradores, en relación con una
tarea específica, antes de aplicar un determinado estilo de dirección. Para tal fin puede utilizar
instrumentos de diagnóstico tales como: cuestionarios de diagnóstico motivacional, de
evaluación del desempeño, de valoración del potencial o de competencias.
La relación frecuente del jefe con su colaborador y la observación directa del profesor en el día
a día, teniendo en cuenta los principales indicadores de los niveles de madurez, puede ser
también un método adecuado de diagnóstico.
La teoría del Liderazgo Situacional considera la madurez bajo dos dimensiones: madurez
profesional y madurez psicológica.
Para entender mejor este concepto, expondré una anécdota, atribuida al famoso director de
orquesta Von Karajan. Disfrutando este eminente músico de unas cortas vacaciones en un
pueblecito de Baviera, el Alcalde del lugar pidió al maestro que les hiciera el honor de dirigir la
pequeña orquesta local, integrada solamente por "aficionados". Finalizada la interpretación, el
Alcalde preguntó a Von Karajan : "maestro, ¿qué le parecen los músicos de este pueblo?" La
respuesta fue contundente: "Excelentes... como personas; pésimos... como músicos". Sin duda
tenían más moral que el "Alcoyano"; eran maduros psicológicamente, pero este factor no era
suficiente como para considerarles maduros profesionalmente.
A continuación vamos a señalar los principales indicadores que el directivo debe evaluar para
hacer un diagnóstico de la madurez de un colaborador:
Madurez Profesional
• Aptitudes.
• Formación.
• Competencias.
• Experiencia.
• Capacidad de solución de
problemas. .
• Cumplimiento de plazos y
compromisos.
Madurez: Psicológica
• Voluntad para asumir
responsabilidades.
• Autonomía.
• Confianza en sí mismo.
• Interés.
• Constancia.
• Motivación de logro.
Resumiendo, podemos afirmar que: persona madura es aquella que tiene un adecuado nivel de
aptitud (puede),de personalidad (es),de formación (sabe) y de motivación (quiere) ; en suma :
que es eficaz.
Una vez que el directivo ha identificado el nivel de madurez de su colaborador, podrá
determinar el estilo más apropiado de liderazgo, trazando una línea vertical (ver gráfico de la
página 20) desde el punto del" continuum" de madurez, situado en la base del gráfico. El punto
de intersección de la línea vertical con la posición curvilínea, nos indicará el cuadrante que
corresponde al estilo de liderazgo más adecuado. Por ejemplo, si yo he diagnosticado en mi
colaborador un nivel de madurez baio (M 1), trazo desde este punto una línea vertical, cortando
la "campana de Gauss" en el primer cuadrante, que corresponde al estilo 1: "Dirigir" (alta tarea
y baja relación).
Aunque estas características, indicadas por la "National Association for Mental Health", de
Estados Unidos, como descriptores de una persona madura, no coinciden exactamente con las
señaladas por Paul Hersey, he considerado ilustrativo incorporados.
Vamos a analizar los comportamientos de un líder, que caracterizan a los cuatro estilos básicos
de dirección, teniendo en cuenta el mayor o menor énfasis que el líder debe poner en las dos
variables: "conducta de tarea" y "conducta de relación", para ser congruente con el nivel de
madurez del colaborador, que previamente ha debido de ser diagnosticado.
Porque:
a). El colaborador tiene un baio nivel de madurez psicológica: falta de voluntad para
asumir responsabilidades, gran dependencia de su jefe, poca confianza en sí mismo, escaso
interés por la tarea, inconstancia, motivación insuficiente...
b). El colaborador tiene un baio nivel de madurez profesional: escasas aptitudes para
realizar un determinado trabajo, formación insuficiente, falta de desarrollo de competencias
profesionales, poca experiencia laboral, baja capacidad para resolver problemas relacionados
con su trabajo, frecuente incumplimiento de plazos y compromisos...
Hay que señalar que el poco énfasis que el líder pone en la relación interpersonal con el
colaborador, no significa que sea inaccesible o poco amistoso con él, sino que al dedicar más
tiempo al control del trabajo que al apoyo socioemocional, intenta que el colaborador sea más
eficaz.
Tan pronto como el líder perciba que su colaborador progresa en los resultados, irá
aumentando la conducta de relación, al mismo tiempo que disminuye la de tarea.
Los distintos estilos de dirección, utilizados por el líder en cada situación y para cada tipo de
colaborador, deben ser interpretados solamente como una táctica o herramienta de gestión,
que intenta lograr resultados con la mayor eficacia posible.
Porque:
a). El colaborador tiene un moderado nivel de madurez psicológica: necesita más apoyo
para ir progresando y lograr metas más difíciles aunque alcanzables, el reconocimiento "en
caliente" del trabajo bien hecho aumenta su nivel de autoconcepto, el líder debe despertar su
interés por la calidad y aplicar una política de "puertas abiertas".
Este estilo de dirección es el más adecuado para dirigir a colaboradores con un nivel de
madurez moderado. El líder mantiene un buen nivel de relación, variando el comportamiento de
tarea. Se aprovecha la motivación para desarrollar las competencias profesionales y el logro.
Es un estilo "seguro", muy frecuente en los países industrializados, en los que la competencia y
madurez del mayor porcentaje de la población laboral se sitúa en un término medio
16.3. Estilo E.3: Hacer participar
Porque:
Esto conducto del líder suele ser altamente motivadora para los colo boradores maduros, yo
que supone el reconocimiento del "status" alcanzado, un aumento de su autoestima, y una
mayor integración en su empresa.
Esto es relativamente cierto, pero no es menos cierto que el dor participación en lo solución de
un problema empresarial importante, a colaboradores cuyo nivel de madurez es bajo, sería
cuando menos una conducta irresponsable del líder o un intento de manipulación o de
"demagogia populista".
a). El colaborador tiene muy alto nivel de madurez psicológica: gran confianza en sí
mismo, bajo nivel de dependencia del jefe, autonomía en su trabajo, creatividad,
responsabilidad, alta motivación de logro, autocontrol .
b). El colaborador tiene muy alto nivel de madurez profesional: gran competencia
profesional, mucha experiencia laboral, muy alto nivel de formación específica y general,
habilidad para las relaciones interpersonales, capacidad para la toma de decisiones.
Con este estilo de dirección, un líder obtiene éxito solamente si lo aplica a colaboradores muy
cualificados y responsables. Con colaboradores poco maduros sería un motivo para que estos
considerasen demasiado tolerante o incluso "pasota" a su jefe, y abusasen de la confianza que
les otorga.
Es verdad que algunos jefes, a los que podríamos calificar de "abdicadotes", confunden el
"dejar hacer con el dejar de hacer". Conceden el mismo grado de libertad tanto a los
colaboradores maduros como a los inmaduros, y delegan más por comodidad que por estar
convencidos de que este es el estilo más adecuado para ciertas situaciones.
En esta figura gráfica se representan los cuatro estilos básicos que puede utilizar un líde1; en
función de la madurez de cada colaborador o equipo de colaboradores.
Podríamos afirmar que ningún director ha cumplido su misión hasta que no haya preparado a
su colaborador para que pueda sustituirle.
Muchos directivos no quieren desarrollar suficientemente a sus colaboradores, tal vez, movidos
por un falso egoísmo (para que no les quiten "la silla") o para ser imprescindibles en su colegio.
"Si son irreemplazables, les será más difícil ser promovidos o un puesto superior. . . "
Este es un proceso de doble etapa: primero reducir la dirección (dar menos órdenes) y si se
produce un rendimiento adecuado, aumentar el apoyo socio-emocional, como refuerzo.Este
proceso debe continuar mientras el colaborador siga progresando en su trabajo.
El hecho de sentirse menos controlado y que el jefe le encomiende trabajos más completos,
permitiéndole actuar "a su manera", supone un excelente incentivo laboral.
El líder debe tener cierta precaución a la hora de incrementar el apoyo socioemocional con
excesiva rapidez. Este comportamiento podría ser interpretado por el colaborador como que su
jefe se está" ablandando" o que tolera una relación de "amiguetes".
Cuando un colaborador sufre una involución, baja su rendimiento, y se comporta con menos
madurez, por cualquier razón: crisis familiar, problemas con compañeros, cambio de
tecnología. etc., se hace necesario que el líder reajuste su conducta, volviendo atrás en la
curva y poniendo más énfasis en el comportamiento de tarea.
Consideremos el ejemplo de una excelente profesora, con una gran experiencia, muy
competente, responsable, motivada, con iniciativa y con un alto nivel de madurez psicológica y
profesional (M-4). Su directora le permite trabajar con gran autonomía, dirigiéndola con estilo
delegativo (E-4). Este estilo de liderazgo se ha mostrado, hasta el momento, como el más
eficaz.
Supongamos que es ascendida a jefa de estudios, función en la que no tiene experiencia y
carece, además, de la formación adecuada para la gestión de recursos humanos. Lo más
adecuado sería que la directora del centro, de la que depende jerárquicamente, la dirija ahora
con el estilo E-2 "persuadir" proporcionando primero apoyo socio-emocional y aumentando el
énfasis en la tarea, hasta que la profesora haya madurado más, desarrollando sus
competencias directivas.
Utilizar, ahora, el mismo estilo de liderazgo (E-4), que era efectivo cuando era simple profesora,
podría resultar ineficaz, porque es inapropiado para el nivel actual de madurez (M-2) de la jefa
de estudios, en este nuevo puesto de trabajo.
Este estilo E-2, (alta tarea/alta relación), que es el más pedagógico de los cuatro, debe
continuar hasta que la jefa de estudios sea capaz de asumir sus nuevas responsabilidades con
plenitud. A partir de este momento, la Directora deberá dirigirla, pasando del estilo E-2, al E-3,
y finalmente al E4, cuando haya adquirido más experiencia y haya llegado a un plena madurez
(M-4) y desarrollo profesional.
Podemos afirmar que líder eficaz es aquel dirige a sus colaboradores utilizando el estilo más
congruente con cada situación y con el nivel de madurez psicológica y profesional de cada
colaborador o de cada equipo de colaboradores, para una determinada, función o tarea.
Requiere que el líder tenga capacidad para influir y modificar el comportamiento de sus
colaboradores, a fin de que, consciente y voluntariamente, se comprometan con la
organización y se dirijan a la consecución de los objetivos de la misma, desarrollando, además,
sus competencias profesionales.
El poder se describe como "el potencial de influencia que el líder posee". Es el recurso por el
cual el líder consigue realmente que el colaborador cumpla con su trabajo.
Poder es la habilidad para conseguir que los colaboradores realicen su trabajo, voluntariamente
y bien, sin necesidad de recurrir a la posición jerárquica.
A veces confundimos poder con autoridad. El poder se basa en la fuerza que confiere el nivel
jerárquico (donde manda capitán, no manda marinero).
Dada esta relación integral entre liderazgo y poder, el líder no debe solamente elegir su estilo
de liderazgo en función del nivel de madurez de sus colaboradores. Para ser más eficaz,
debería ser consciente que la percepción, que sus colaboradores tengan de las bases de poder
que posee y de cómo las utiliza, puede afectar al estilo de dirección aplicado.
Aún en el caso de que el líder esté empleando el estilo de liderazgo congruente con el nivel de
madurez de su colaborador, quizá ese estilo no maximice la eficacia del líder, si no refleja la
base de poder más adecuada para cada situación.
Se basa en el temor. El líder es percibido por sus colaboradores, investido del poder suficiente
para reprender, sancionar, trasladar, asignar trabajos poco gratificantes, e incluso despedir.
Para poder utilizar eficazmente el estilo "E-1" (" dar órdenes"), con frecuencia se necesita
poseer poder coercitivo.
Para que los colaboradores, con un nivel bajo de madurez, sigan las directrices que su jefe les
da (estilo E-1), es necesario que sean conscientes de los problemas que pueden surgirles si no
aprenden a seguir las "reglas de juego".
Se basa en la vinculación que el líder tiene con autoridades o personas influyentes, dentro o
fuera de la organización.
El líder puede influir en sus colaboradores porque estos perciben que tiene poder para
relacionarse con personas de nivel jerárquico superior y para obtener favores o evitar
sanciones.
Aplicar los estilos de liderazgo E-1 ("dar órdenes") y E-2 ("persuadir") sería lo más adecuado,
cuando se posee esta base de poder, y el colaborador comienza a pasar del nivel de madurez
"M-1" al nivel "M-2".
Basado en la posibilidad que el líder tiene para ofrecer, a los colaboradores que siguen sus
directrices, incentivos, tales como: reconocimiento, promoción, traslado a otro puesto más
atractivo, horarios más adecuados, medios y recursos que faciliten su trabajo, incrementos
salariales, complementos retributivos de productividad, etc.
Este poder se basa en el nivel jerárquico del directivo, en la importancia del puesto que ocupa,
dentro o fuera de la organización.
El líder que posee esta base de poder puede influir mejor en los colaboradores que tienen un
nivel moderado de madurez (M-2 y M-3). Estos al ser conscientes que su director tiene el poder
suficiente para imponer su autoridad, procurarán no desobedecer y acatar sus órdenes. Un
"interino" o un "adjunto", sin una autoridad claramente definida, tendrá mayor dificultad para
influir en el comportamiento de sus colaboradores que un jefe con "mandato oficial" y bien
consolidado en el puesto.
Recuerdo una anécdota que puede ilustrar este hecho. Un ordenanza, funcionario de un
ministerio, cuando el ministro de turno le llamó la atención por un comportamiento inadecuado,
se expresó en estos términos ante sus compañeros:"¡qué se habrá creído este interino... !"(Sin
duda él, al ser un funcionario con plaza en propiedad, se consideraba más importante que el
ministro).
Se basa en la capacidad que tiene el líder para la comunicación y para establecer unas buenas
relaciones humanas con sus colaboradores.
Cuando éstos se encuentran en un nivel de madurez moderadamente alto (M-3), necesitan que
su jefe pongo menos énfasis en lo toreo y se preocupe, sobre todo, de prestorles apoyo
socioemocional (estilo E - 3). Es conveniente que les de más participación en lo tomo de
decisiones y en lo solución de problemas relevantes.
Con colaboradores que tienen un alto nivel de competencia profesional pero adolecen de cierto
inseguridad o indecisión, lo utilización de esto base de poder puede ser un buen medio paro
infundirles más confianza y utilizar el reconocimiento de un trabaio bien hecho, como un
refuerzo paro desarrollar su madurez psicológico.
Cuando el líder implico más o sus colaboradores ("en esta organización no hay "pasaieros" ;
todos somos "tripulantes"), fomentando lo "cogestión" , logrará uno mayor eficacia directivo.
Se basa en lo posesión o acceso del jefe, a una información "privilegiada" o importante, que es
percibido por el colaborador como útil y que le puede afectar en el desempeño de sus
funciones.
Sin dudo, podemos afirmar categóricamente, en este contexto de liderazgo, que "la información
es poder".
Lo utilización de esto base de poder se ha mostrado útil con colaboradores con un nivel de
madurez superior al promedio (M-3 y M-4), o los que se aplica los estilos de liderazgo E-3
(participar) y E-4 (delegar). Los personas maduros buscan en su jefe uno información relevante
paro poder lograr mejor sus objetivos o poder conocer con más profundidad los problemas
empresariales que puedan afectarles.
Lo transición del nivel de madurez moderado 01 nivel de madurez alto, puede verse facilitado si
el colaborador sobe que su jefe sigue uno política de "puertas abiertas'¡ paro obtener
explicaciones sobre un problema determinado o acceder o datos importantes¡ etc.
Esto base de poder se apoyo en lo competencia profesional del líder, en su autoridad científico,
en su cualificación técnica¡ en los conocimientos empresariales, directivos y pedagógicos que
posee, en su experiencia para tomar decisiones y resolver problemas complejos.
Los colaboradores con un nivel de madurez alto (M-4) responden mejor al estilo E-4 (delegar) y
a esta base de poder que su jefe posee.
Normalmente, no tienden a percibir el estilo delegador como si su jefe estuviese "abdicando" de
sus responsabilidades o confundiendo el "deiar hacer con el deiar de hacer".
El líder, que es admirado como experto por sus colaboradores, podrá influir más positivamente
es su comportamiento empresarial si utiliza adecuadamente esta base de poder, integrándolo
con el estilo E-4.
Por lo tanto, el líder debe procurar obtener información acerca del poder que los demás
perciben en él y comunicar a los demás el poder que realmente posee.
Esto lo debe hacer con delicadeza y sin presunción, para no generar rechazos en sus
colaboradores.
TABLA 2
Coercitivo
Información Legitimidad
Conexión
En esta figura se representan las siete bases de pode necesarias para influir en 105
colaboradores, y que deben ser utilizadas de acuerdo con 105 distintos niveles de madurez