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EL IMPERIO DEL CONOCIMIENTO

Alcira Argumedo

La revolución científico técnica impone el conocimiento como el nuevo recurso estratégico que define el papel
de los distintos países y regiones en el futuro, otorgando gran importancia a las universidades.
Desde comienzos de la década del 80, los sectores avanzados en ciencia y tecnología, permitieron la
consolidación de un nuevo modelo de producción y administración económica y social, que cierra el ciclo de la
revolución industrial, y transforma el concepto y características del trabajo, la dinámica del mercado mundial, el
empleo y organización de las sociedades.

Se pueden agrupar los impactos de la revolución científica técnica sobre el trabajo en 3 áreas ppales:

1) Las actuales tecnologías establecen un imperativo de incorporarlas como elementos esenciales para el
desarrollo económico y social. Las formas específicas de reconversión tecnológica y las modalidades de
inserción de los trabajadores varían de acuerdo a la función de las concepciones, valores políticos, culturales
predominantes de cada país, dando origen a diferentes modelos de sociedad y estado.

2) Las nuevas tecnologías tienden a cerrar la brecha entre trabajo manual e intelectual. En los sistemas
flexibles, todos los trabajadores tienen la necesidad de conocer la dinámica global de la actividad, como
condición de eficiencia para potenciar su actividad particular. En estos círculos de calidad, todos los estratos
laborales participan (ingenieros, diseñadores, trabajadores del taller) promoviendo una acción y un pensamiento
colectivo, capaz de enriquecer la creatividad, la imaginación y los aportes de cada uno de ellos con el fin de
hacer más eficiente el rendimiento. En cambio, los sistemas automatizados demandan capacitación polivalente,
cumpliendo un amplio marco de funciones, con buena formación de base, y que pueda ser reorientada ante la
velocidad de los cambios tecnológicos. También demandan ductilidad para integrarse al trabajo grupal y
disposición a cooperar para aumentar la solidaridad de equipo, donde el personalismo, la competencia
individualista o el afán por destacarse se vuelven cada vez más. De esta forma, en los esquemas industriales y
de servicios tienden a desaparecer el trabajo manual y el esfuerzo físico, para ser reemplazado por
trabajadores con preparación intelectual, formación integral para afrontar tareas no segmentadas y de equipo.

3) El mayor impacto de la revolución tecnológica es la disminución de los tiempos de trabajo y de la


participación del hombre en la composición del capital.
En la manera en que se resuelva esta disminución, dependerá la estructuración de las sociedades y sus
posibilidades de ingresar en los escenarios del siglo XXI. En términos polares, existen dos opciones: o se tiende
a un desplazamiento del 75% de los trabajadores, generando una desocupación y marginalidad sin retorno, o se
tiende a una recalificación de la mano de obra que permita reemplazar el tiempo por la calidad de trabajo, con
tendencia a una disminución de la jornada semanal.

Las alternativas hacia el futuro

1) Los modelos de democratización integral

La revolución científico técnica impone el conocimiento, como el nuevo recurso estratégico que define el papel
de los distintos países. En la actualidad, las ramas dinámicas del mercado mundial son las llamadas
conocimiento intensivas, que son las que incorporan una mayor cantidad de conocimientos en la producción, en
servicios o comercialización, como ser el conocimiento materializado en nuevos instrumentales, como el
conocimiento de quienes los manejan. El conocimiento es tomado como un recurso esencialmente
democratizante, si permite desarrollar sus potencialidades en el conjunto de la sociedad y no en una minoría.
Manifestándose en las fuentes de producción y reproducción, que obligan a garantizar procesos de
democratización económica, social y cultural, también tomado como requisitos técnico-económicos para
afrontar los nuevos paradigmas de producción y servicios.

Imponiéndose un sistema educativo primario y secundario, extendido a toda la población, deja de ser
considerado derecho social, transformándose en una condición técnica y económica. De allí que los montos
estatales destinados a los mismos dejan de ser gasto publico para convertirse en inversiones.

Otra fuente de producción del nuevo recurso estratégico es la recalificación en gran escala de la población
económicamente activa, con el objeto de permitirle un acceso directo o indirecto a las nuevas tecnologías.
Este acceso supone la conformación de grupos de trabajo, que tengan capacidad de utilizar las nuevas
tecnologías, sin necesidad de que todos sus miembros tengan la misma habilidad. Se trata de articular los
diferentes saberes, como un modo rápido de permitir su utilización por viejos y nuevos trabajadores. Esto debe
encararse como un proceso colectivo, donde los técnicos capaces de utilizar el instrumental con eficiencia,
cumplan el papel de trasmisores de esos conocimientos, gestándose una acción común sustentada en la
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cooperación y solidaridad.

En tercer lugar, la revolución de la inteligencia, impone un papel central a las universidades, en tanto
productoras del recurso conocimiento, y en los saberes científicos, técnicos, humanísticos, sociales y culturales.
Por lo tanto, la unión de las universidades y las masas son otro de los requisitos técnico económicos, son las
condiciones para garantizar eficiencia y creatividad en cada campo.

La cuarta fuente son los sistemas de desarrollo científico-tecnológico en conjunto con las universidades.
Permiten tomar e instrumentar decisiones en cuanto a incorporación, procesamiento, producción de ciencia,
técnica, información, capacidad de innovar, en función de orientar los procesos de reconversión de los sectores
productivos y de servicios, y reorganizar la dinámica política, social y cultural. Esta seria la solución para la
regresión económica y social que sufre América Latina.

Las cuatro fuentes se han convertido en una condición inexorable para el desarrollo socioeconómico y la
inserción de las distintas sociedades en el mercado mundial.

2) Los modelos del “fin de la historia”

El “espíritu de época” que acompaña el desarrollo de la revolución científico técnica desde sus principios, estará
signado por el predominio de las concepciones neoliberales, sustentadas en valores fundantes del lucro,
consumo, competencia, egoísmo individualista y critica a la solidaridad social.

Este “espíritu” comienza con el agresivo intento de recomposición del poder hegemónico de los Estados
Unidos. La ola de dictaduras militares de América Latina, forma parte también de esta restauración. La
tecnología de avanzada será el arma fundamental para llevar adelante esta estrategia.

En el contexto de promover un traslado de riquezas desde el sector publico y las capas sociales mayoritarias
hacia grupos oligopólicos cada vez mas concentrados, la globalización de la economía, finanzas, intercambio,
comunicaciones, información, están controlados por corporaciones gigantes y procesos de mega fusiones, que
se apropian de los esquemas productivos, el sistema bancario, deteriorando el poder de decisión autónoma de
los Estados nacionales y posibilidades de competir por parte de las economías mas débiles.

En América latina, la apertura indiscriminada de los mercados nacionales impone una competencia insostenible
y manda a la quiebra a los pequeños y medianos empresarios, mientras que las políticas de ajuste, la
privatización de las empresas publicas y las fusiones empresarias expulsan mano de obra, produciendo un
incremento de la desocupación, al tiempo que las estrategias de flexibilización laboral profundiza la precariedad
del mercado y el descenso de salarios. Por lo tanto, estas políticas, lo que hacen es crear un abismo entre las
naciones centrales y periféricas, y al interior de cada una de ellas, entre una minoría privilegiada y una masa de
población acosada por el empobrecimiento, la desocupación, el deterioro de sus condiciones de vida.

En la Argentina, las consecuencias de los planes de ajuste neoliberal son criticas, dado que la degradación de
los sistemas educativos, la desocupación y la precarizacion laboral, impiden abordar la recalificación de los
trabajadores, el acoso a las universidades, y desarticulación del sistema científico técnico, han creado
situaciones socioeconómicas drásticas y están aniquilando las fuentes de producción y reproducción del recurso
que permite entrar como país en el escenario mundial.

Estos modelos de “fin de la historia” tienden a dejar afuera de la historia grandes zonas y a casi ¾ partes de la
población del mundo, que en el contexto de globalización neoliberal y reconversión tecnológica, se transforman
en población excedente absoluta. Lo cual no es posible superarlo con políticas sociales paliativas, es preciso
impulsar un debate acerca de un nuevo modelo de sociedad y estado, y que las universidades tomen un papel
estratégico, ya que son las que cuentan con la masa critica de recursos de conocimiento, información y
capacidad innovativa, para diseñar un futuro distinto.

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