Resumen
El presente trabajo es una propuesta teórica sobre la producción de conocimiento en el feminismo desde
la mediación teórica como herramienta política para la acción. Una propuesta ambiciosa y abierta en
una coyuntura histórica actual que propicia planteos radicales contra el ejercicio de las representacio-
nes, e interpela los modos de producción y gestión del conocimiento para elaborar epistemologías desde
la colectiva mujer. En síntesis, la mediación teórica feminista como una actividad directa y necesaria,
es decir, como un proceso activo en que las protagonistas de la mediación, son parte de aquello que
es mediado.
Palabras claves: mediación, feminismo, mujeres, conocimiento, dialógica.
Abstract
This article proposes a theoretical view on feminist knowledge production, from the point of view of
theoretical mediation as a political tool for action. It’s an open and ambitious proposal in the present
historical juncture, that fosters propitious and radical set ups against representational exercises, and
quizzes both the production and the management of knowledge, in order to devise epistemologies from
the collective of women. In synthesis, the feminist theoretical mediation as a necessary and direct
activity, that is to say, like an active process in which the protagonists of the mediation are part of what
being is mediated.
Keywords: mediation, feminism, women, knowledge, dialogic.
Résumé
Ce travail représente une proposition théorique sur la connaissance du féminisme depuis la médiation
théorique comme instrument politique pour l’action. Une proposition ambitieuse et ouverte dans le
contexte historique actuel qui propose des bases radicales contre l’exercice de ces représentations et
interpelle les moyens de production et de gestion de la connaissance afin d’élaborer des épistémologies
á travers le collectif féminin. En synthèse, la médiation théorique féministe comme activité indirecte et
nécessaire c’est á dire comme un processus actif entre les protagonistes de la médiation fait partie de
cette même médiation.
Mots clés: médiation, féminisme, femmes, connaissance, dialogique.
* Laboratorio de Biotecnología, Centro de Investigaciones Agronómicas, Universidad de Costa Rica / Centro Nacional de
Investigaciones Agropecuarias de Argentina.
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que si bien las mujeres no han sido completamente La mediación teórica dialógica
excluidas de lo público, su incorporación ha sido
diferente a la de los hombres. Así, el feminismo Dado el marco de referencia anterior y a
de mediados del siglo XX, condujo la moviliza- los efectos de este trabajo, se considera –en prin-
ción contra la opresión y a favor de la igualdad cipio-, el concepto de “mediaciones”, según el sig-
del hombre y la mujer y elaboró su crítica, aunque nificado que le ha atribuido Raymond Williams,
para entonces, no se pensaba en la diversidad de crítico de la Escuela de Birmingham. Williams
culturas. (1983: 1980) explica que mediación no significa
Luego, y con el transcurrir de la historia, –como algunos autores sostienen–, un acto de
la producción de conocimiento feminista se fue intercesión, como algo que está o se coloca en el
ampliando hasta llegar a diferenciarse por culturas, medio entre dos elementos extraños u opuestos,
sociedades, clase sociales, raza, ubicación geográ- reconciliándolos. Ésta es una noción idealista de
fica, etc., pero siempre bajo un mismo postulado: mediación. Antes bien, para Williams, mediación
denunciar, explicar, aclarar o modificar las con- es algo intrínseco a un proceso o a determinadas
diciones sociopolíticas de las mujeres. Lo cierto propiedades, no separable y que se halla en el
es que, en los últimos decenios, esta producción propio objeto.
de teorías se ha diversificado y, postulados como Sumado a lo anterior y desde una pers-
los del feminismo marxista, liberal o radical entre pectiva comunicacional, se apoya la posición de
otros, han sido retomados o resignificados en estos Barbero (1987: 207), para quien mediación es la
nuevos viejos tiempos modernos. Entonces, hoy zona de articulación entre la producción de sen-
el feminismo parece ser un colector amplio y de tidos de los sectores dominantes, y la producción
relaciones transversales, que amalgama distintas de sentidos de los sectores dominados. Puesto
corrientes presentes en el debate filosófico con- que, el campo de las mediaciones se halla consti-
temporáneo. tuido por los dispositivos a través de los cuales la
Así, como Simone de Beauvoir, durante hegemonía transforma desde dentro el sentido del
un largo periodo histórico quienes produjeron mundo y de la vida cotidiana.
Por lo tanto, la producción de conocimien-
conocimiento feminista eran mujeres occidentales,
to feminista se encuadra perfectamente dentro de
de clase media, con acceso privilegiado a ciertos
la ampliación del concepto de mediación como
espacios, y sus aportes aún continúan siendo guías
un proceso comunicacional que posibilita su
válidas e importantes, aunque hayan sido criticadas
aplicación en otros ámbitos, más ambicioso y que
desde otros grupos y clases sociales, tanto como
no se restringe a solución de conflictos. Es decir,
desde una perspectiva geográfica, cultural, etc.
entendiendo a la mediación como un proceso de
La teoría feminista ‘explicaba’ a la mujer como si la rea- comunicación y como método válido para todos
lidad de las mujeres occidentales de clase media se apli- los actores sociales y no sólo como técnica.
cara a las mujeres de toda clase, raza y región del mundo. Basado entonces en la escucha, la aceptación, la
(Parpart, 1996: 332). comprensión y el respeto, por los miembros de un
sistema, donde la diversidad, lo otro, tiene cabida
Anexada a ésta crítica, se encuentra la y aceptación.
posición de las teóricas feministas posmodernas, Por fin, se propone entonces una mediación
quienes por su parte son cuestionadas por con- teórica feminista dialógica, con heterogeneidad de
siderar que sus aportes son “paralizantes” para registros, que puede ser también contradicción y,
la acción. Además, como sostienen Callinicos por lo mismo tensionalidad. Un enfoque que prio-
(1989) y Palmer (1990) citadas por Parpart (1996: riza la formación participativa, el compromiso
325), “algunas estudiosas occidentales, en espe- social y el protagonismo ciudadano, que dialoga,
cial marxistas, rechazan al postmodernismo por entre muchas otras. Claro que, entendido el diá-
peligroso y políticamente ingenuo”, entre otros logo como factor instituyente de una democracia
argumentos. legítima, tanto en las relaciones intersubjetivas
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como en las políticas; como instancia racional y aporte teórico de las mujeres, puesto que ser mujer
afectiva de comunicación horizontal en la que se llevaba implícito lo irracional. Como sostiene
crea y re-crea la dimensión humana de mujeres Gatens (2002: 134):
y hombres. Además, mediación, como meca-
nismo lingüístico para el entendimiento sobre …la razón no es algo de lo que las mujeres simplemente
contenidos y entre sujetos. Mediación, como el hayan quedado excluidas. Más bien la racionalidad misma
se ha definido en contra de lo femenino y de las funciones
proceso de socialización de las formas de registro tradicionales de la mujer. (1992: 33-34).
simbólico.
Mediación teórica dialógica como el hacer Por su parte, Hartsock (1992) asegura que:
del decir, que no puede disolverse en la linea-
lidad que va del “conocimiento” a la “acción”, … la creación filosófica e histórica de un “Otro” devaluado,
de lo discursivo a lo práctico operativo. Como fue la precondición necesaria para la creación del sujeto
racional trascendental fuera del tiempo y el espacio, el suje-
si ese tránsito entre saber y comunidad, entre la to que es el hablante de la filosofía del Iluminismo.
intelectualidad y otros actores sociales, no pasara
por zonas de experiencia, regulaciones de terri- En un permanente juego perverso de exclu-
torio y construcciones de discurso que obedecen sión e inclusión –exclusión del espacio público
a lógicas muy disímiles, y a veces opuestas, en e inclusión como mandato incuestionable a lo
sus respectivos modos de entender la palabra privado-, las mujeres han sido y son percibidas
transformación. Transformación, que es el fin desde un conjunto de categorías que construyen
último del feminismo como movimiento social y y pretenden constituir sus identidades, sobre
político. Porque, aunque la mediación teórica se todo, por una construcción externa, masculina.
concentren en lo “textual”, se inserta en el cora- Y esto no significa, que el logro en el dominio
zón de la tensión entre lo crítico-intelectual y lo público signifique ser condescendiente con los
político-social. valores, actividades e instituciones masculinas
que imperan en dicho dominio (Hartsock, 1985:
Para ver a las mujeres, leerlas 1298-1301).
o escucharlas, hay que empezar La polaridad puede volverse radical cuan-
por reconocerlas… do los bordes se achican casi hasta la asfixia del
propio cuerpo. Cabe aclarar que aunque en el
Cabe recordar que, en la historia del pensa- presente trabajo no se profundizará sobre este
miento, se liga la filosofía –clásica, racionalista o punto, pero sí se dirá que el cuerpo de las mujeres
iluminista-, con la verdad y no siempre se concibe no puede ser tomado como un lugar de definición
como una obra sesgada por cierta visión andro- de su identidad. Porque en la internalización del
céntrica, masculina, falocéntrica o patriarcal. discurso externo y cuando se acepta el discurso
Sin embargo, con historias como las de Platón, del poder masculino, se localiza la exclusión
Aristóteles o Descartes por nombrar sólo algunos, en ese “otro” mujer del que no se es parte. Así,
no se aprende sólo cómo pensaron en esa época, Larraín (1996) asegura que para definir lo que se
sino que se habita un mundo, un modo de escribir. considera propio –en este caso lo masculino–, se
Un mundo donde las mujeres estaban excluidas, exageran las diferencias con los que están afuera.
subvalorada y definidas deficientemente, entre Es decir que la definición del sí mismo cultural
muchos otros calificativos negativos. masculino implica además una distinción que
Así, Descartes habló de la razón y el surge de la comparación con el “otro” mujer,
razonar, del cogito, del pensar y, descartaba todo donde los mecanismos de oposición a ese “otro”
lo sensible –asociado directamente a “lo femeni- juegan un rol fundamental y permite la emergen-
no”–, por atentar contra sus postulados. Con su cia de la idea de un “nosotros” opuesto a “ellas”,
necesario “distanciamiento” de todo lo sensorio a las “otras”.
estereotipadamente femenino a la hora de pensar, Como “otras”, las mujeres tienen una forma
se cortó de plano con cualquier reconocimiento de particular física o de mirar el mundo, sino de
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habitarlo y expresarse sobre él. Claro que, como marginadas, oprimidas y estigmatizadas, fueron
sostiene Hartsock (1992: 34): las “otras”, de ahí la importancia de las bases
epistemológicas que surjan de circunstancias
…las mujeres no son un grupo unitario, ni las mujeres materiales distintas, de las circunstancias mate-
blancas occidentales tienen la misma experiencia que las
riales de las mujeres.
mujeres o los varones de color o de los pueblos coloniza-
dos… (p. 34).
…las personas que estamos marginalizadas entramos en
la discusión desde una posición semejante a la que tiene el
Pero, lo que “agrupa” es, precisamente, individuo colonizado respecto al colonizador. (Hartsock,
el rechazo radical a la existencia de una forma 1992, 33).
imperante de mirar el mundo. Hartsock (1992:
34) sostiene al respecto que: Un poder de dominio que subyace al inte-
rior de la discusión. Por su parte, Rich (1996, 114-
…una forma de mirar el mundo que es característica de la 115) ha expresado respecto al poder, que está aso-
ciado directamente a la identidad y personalidad
clase dirigente eurocéntrica, masculina, blanca, una forma
de dividir el mundo que pone un sujeto omnipotente en el
centro y construye otros marginales, como grupos de cuali- del hombre, que dependen de él desde los tiempos
dades negativas. más remotos y –haciendo un paralelismo-, rescata
la misma relación que plantea Hartsock:
Por lo tanto, y desde la perspectiva de
María-Xosé Agra Romero (en Pateman, 1995), se Los conquistadores definen a cada uno de los pueblos que
podría decir que las mujeres deben producir otro colonizan como débiles, femenino, incapaces de autogober-
narse, ignorantes, incultos, decadentes, irracionales y nece-
conocimiento: sitados de civilización. (…) Decir que ven al conquistado de
esa manera, no significa que verdaderamente lo hayan visto.
en tanto que individuos concretos, corpóreos, dotados de (Rich, 1996: 114-115).
una capacidad diferente… y no como individuos abstractos,
descorporeizados, masculinos, pues en realidad [allí], se
ocultan las relaciones de poder y la subordinación de las Hartsock (1985: 146-179) por su parte
mujeres. (p. XV) plantea que, la concepción prevaleciente de poder
que hasta ahora ha articulado las sociedades y los
Así, la propuesta de mediación teórica estados occidentales, ha sido la del patriarcado,
feminista dialógica, puede designarse como la según la cual, las relaciones de poder son siem-
asunción de una actitud problematizadora perma- pre, y en última instancia, relaciones de domi-
nente, no definitiva; un pensamiento vital en con- nación (violencia, hostilidad, coerción, subyuga-
tinuo movimiento y evolución, con una perspec- ción, explotación, humillación, violación, etc.).
tiva holística. Una visión totalizante pero abierta, Relaciones de poder que han repercutido a la vez,
que por su misma naturaleza no puede dar lugar en la ontología y las epistemologías occidentales,
a dogmatismos ni menos derivar en fundamenta- para las cuales, la realidad y el conocimiento se
lismos, puesto que la teoría se ve continuamente organizan en polaridades, una de las cuales a de
modificada en forma interactiva por la práctica y dominar a la otra, potenciando así la desigualdad
la experiencia cotidiana. y la injusticia.
En una actitud permanente de “repensar Desde Marx, las dominaciones adquirie-
su práctica”, admitiendo críticas y autocríticas, la ron jerarquías –cuando sostuvo que el capitalis-
praxis recorre el camino que va de la opresión a mo lograba estructurar un modelo de dominación
la esperanza y desde la concienciación a la auto- que intervenía sobre todos los niveles de la vida–,
nomía, en el que nunca se pierde la concepción de sobre lo que Saltzman (1992: 36-37) agregará
alteridad. Y si las multiparadigmáticas ciencias que la sociedad estratificada compleja, perpe-
sociales, entregan en cada época herramientas túa las desventajas femeninas. Así, respecto a
para comprenderse a sí misma, ellas, las ciencias la producción de conocimiento, históricamente
sociales, se han fundado en historias de control desde la Academia se han legitimado y legitiman
epistémico masculinista, donde las mujeres fueron saberes y teóricos jerarquizados que las culturas
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suprimen, y por otra parte, hay saberes y teóricas mientras, los opresores, son autores y actores del
que nacen de las culturas y que no siempre son proceso. Young (2000) sostiene que cuando los
considerados como tal por la Academia: de allí rasgos dominantes de la sociedad vuelven invisi-
que, las mujeres pelearon y pelean por “la voz y el ble la perspectiva particular de las mujeres como
voto” para co-definir la orientación del saber. grupo, al tiempo que los estereotipan y lo señalan
Entonces, los paradigmas de las especiali- como el “otro”, se experimenta el imperialismo
dades, impuesto por las instituciones académicas cultural.
que legitimaban ciertos temas en detrimentos de
otros, no escaparon ni escapan a la crítica femi- El imperialismo cultural conlleva la universalización de la
nista. Uno de los objetivos era y es, denunciar la experiencia y la cultura de un grupo dominante, y su impo-
perpetuación de una noción de saber en términos sición como norma. (Young, 2000: 103).
masculinos universalizantes, y lo femenino al
margen. Ahora bien, si todas las personas somos
capaces de lenguaje y acción, pero las actuaciones Construir y apropiarse de la
son diferentes según el contexto histórico, bajo performatividad del lenguaje feminista
éste marco ¿cómo interactúan hoy las teorías femi-
nistas con las teorías sociopolíticas dominantes? Para cualquier ser humano que haga teoría,
La epistemología masculina distorsiona la entregarse al “espectáculo” del pensamiento, no
construcción de las relaciones de dominación. es un show sino un vértigo. Es un espacio exqui-
Epistemología que dio una lente particular a la sito en que la condición humana encuentra un
teoría social. Si los límites históricos y epistemo- alto punto. Pensar/conocer. Pensar parece ser una
lógicos, han estado y están profundamente vincu- experiencia y una actividad, mientras que conocer
lados con las sociedades e inmersos en ella, hoy, parece tener menos que ver con los sujetos y más
paradójicamente, la concepción arrogante de la con la verdad. Pensar, se piensa con “otras”…
ciencia sostenida por los hombres de la moderni- En la avidez de pensar, se piensa en estruc-
dad -basada en el dominio de la naturaleza que es turas y no sólo en los contenidos ni en las formas
mujer, donde el conocimiento es la fuente de poder de concebir el mundo o las ideologías. El presen-
que nos permite ser los amos de nuestro destino-, te, parece ser un momento propicio para producir
pretende no desencajar ni perder vigencia en estos conocimiento feminista desde los desencuentros.
tiempos de modernidad tardía o inacabada. Concebir y codificar una pluralidad de mundos
El discurso opresor masculinista y falo- de mujeres -como coexistencia de diferentes
céntrico, hace uso de la antidialoguicidad para espacios híbridos- y pasados múltiples, que cues-
mantener su status quo, a través de la ideología en tionan la versión totalizadora de la modernidad.
principio y también de diversos medios; buscaría No parece posible ya aplicar categorías históricas
evitar así la unión dialógica feminista o como no-propias, que no sean de mujeres, pero es nece-
sostiene Hartsock (1992, 37), funciona para man- sario corregir ese pensamiento homogeneizador
tener el orden. Entre sus actividades principales de la historia, para no celebrar una síntesis o
estará el debilitar, a través de la alienación, con limitarse a ver un conflicto reducido.
la idea de dividir y así mantener las cosas esta- En América Latina, se visualiza un amplio
bles. Ante la sociedad, el discurso opresor de un campo de prácticas y producciones intelectuales
sistema sexo/género de dominio masculino, apa- feministas. Desde distintos espacios públicos, la
rece como el único que puede crear la armonía producción de estudios y trabajos de investigación,
necesaria para vivir, sin embargo éste sirve para tanto como otros tipos de prácticas con carácter
dividir; si algún sujeto decide emprender una reflexivo, se relaciona con diversos movimientos
lucha liberadora, es desacreditado, evitando de sociales y el feminismo es uno de ellos que parece
esta manera la realización, antecedente obligato- no caber, desbordar, del marco de las disciplinas
rio para la “liberación”. tradicionales. El hecho de aceptar, que existe pro-
Otra característica de la antidialoguicidad, ducción de conocimiento feminista, suele colocar-
es la invasión cultural de que son objeto las opri- lo en posición subordinada frente a las reglas de
midas, quedando reducidas sólo a eso: objetos constitución y legitimación académicas que fijan
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Considerar a la mediación como una acti- cuestionar esa creencia de que sólo los circuitos
vidad directa y necesaria entre la producción de instituidos pueden transformar las palabras en
conocimiento feminista, las teorías sociológicas hechos. Propongo entonces la mediación teórica
dominantes, los distintos tipos de actividades y feminista dialógica y preformativa, como herra-
las sociedades, es considerarla positiva y en cierto mienta política para la acción. Una propuesta
sentido autónoma, es decir, con sus propias for- ambiciosa y abierta, tan abierta que se puede
mas. Por ello, de lo que se trata es de comprender “llenar” como ya se ha dicho y sostuvieron Fraser
la relación entre varias fuerzas, no sólo entre dos, y Nicholson, citadas por Parpart (1996, 336)–,
como un proceso activo en que las protagonistas con la situación de las mujeres “monótonamente
de la mediación, son parte de aquello que es similar e infinitamente variada.”
mediado. Reconocer el trabajo de las resignificadas
Tal vez, sólo desde la igualdad de las dife- intelectuales orgánicas de la teoría feminista que,
rencias teóricas y discursivas es posible un diálo- como sujetos de conocimiento, refuerzan el plan-
go real. Desde la igualdad de las diferencias de teamiento de correrse del lugar de objetos-muje-
todas las mujeres que comparten un mismo espa- res desde lo epistemológico. Legitimar el lugar,
cio, una misma cultura, una misma sociedad… Se y sobre todo el trabajo necesario de las teóricas
trata, por lo tanto, de sentar las bases para crear feministas, para llevar a cabo acciones que pro-
condiciones para el diálogo y el consenso entre vean de recursos a quienes desconocen sus dere-
las mujeres en particular y la sociedad en general. chos y no están en capacidad de luchar por ellos,
Porque, si el programa capitalista ha triunfado y
porque, hoy más que nunca, se vuelve imperativo
la subsunción efectiva de la sociedad en el capital
reconocer y denunciar los términos neutrales uti-
ha generalizado efectivamente sus leyes y sus
lizados formalmente para referirse a los derechos
formas de explotación, también delimitó tiránica-
de las mujeres, expuestas a una vulnerabilidad
mente las fronteras del saber y la producción de
múltiple esencialmente negada. Al mismo tiem-
conocimientos.
po, ellas denuncian el androcentrismo de las
Hacia fines de los años 70, un número
investigaciones que las subsumen bajo la norma
significativo de intelectuales, profesionales, aca-
démicos, etc., influidos por el modelo americano, masculina “el hombre”, tomada como parámetro
han exaltado la figura del experto responsa- de lo universal, origen de la desigualdad social y
ble o del tecnócrata gestor, contra la imagen culturalmente construida entre los sexos.
hasta entonces dominante del intelectual críti- Si bien se considera que hay saberes múl-
co. Entonces, las discusiones confrontativas se tiples, aquí cabría la diferencia entre saberes
convirtieron en papers; el discurso político en legitimados y no legitimados. Apelando a la
datos estadísticos y en tasas; los activistas en multiplicidad de saberes y disciplinas, la media-
escribas de fundaciones y las calles en capillas ción teórica dialógica y preformativa sería una
de claustros, generando un hiato insalvable entre propuesta casi de síntesis, por no decir dialéctica.
el activismo y el pensamiento. Pero, la coyuntura Desde una mirada comprometida y crítica, el
histórica actual, propicia planteos radicales con- saber puede orientarse a la producción de cono-
tra el ejercicio de la representación y no solamen- cimiento apropiable y aprensible, considerando
te en la política en su más amplio espectro, sino que no es posible salirse de las estructuras donde,
que también interpela los modos de producción y antes que resistirlas, hay que transformarlas.
gestión del conocimiento. Trabajar desde la pluridisciplinariedad y
Desde la producción teórica feminista, las transdisiciplinariedad, un saber híbrido, tan
estamos ante un momento adecuado para empe- híbrido y transcultural como las mujeres que
zar a generar nuevos recursos de pensamiento, viven en las sociedades reconfiguradas de estos
pero desde los propios espacios de conflictos y nuevos viejos tiempos modernos: pensar en las
desde las propias prácticas sociales y políticas relaciones entre el poder metropolitano occi-
para desplazar el regenteo de esos expertos. No dental y las formaciones discursivas periféricas;
se está sosteniendo nada nuevo pero, es hora de reflexionar sobre lo global y lo local, pero sobre
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una vez reconocidas, generan posturas, es decir, Nº4 (Nov. de 1985), p.1298-1301
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