INTRODUCCIÓN
LA ESPALDA
En contraste con los cuadrúpedos, en los que la columna vertebral soporta cada
estructura corporal cual cables de un puente de suspensión, el ser humano permanece
por lo general en una posición erguida, en la que las vértebras descansan unas sobre las
otras separadas por discos fibrocartilaginosos que hacen las veces de estructuras
amortiguantes. La ventaja de tal postura - el amplio y libre uso de brazos y manos- está
acompañada de una gran desventaja: El constante sometimiento de los antes
mencionados discos intervertebrales a grandes fuerzas compresivas, aún cuando
permanecemos sencillamente parados, caminando o sentados. Estas fuerzas aumentan
considerablemente cuando levantamos algún peso en posición erguida. Cuando
permanecemos en esta posición los esfuerzos hechos con la parte superior de nuestro
cuerpo son transmitidos a través de la espalda y las piernas hacia el suelo. En adición,
los músculos de la espalda baja poseen una gran desventaja biomecánica y deben
generar fuerzas mucho mayores que el verdadero peso levantado. Por esta razón la
espalda baja es una zona particularmente vulnerable a las lesiones.
Estas cifras no son de sorprender debido a las tremendísimas fuerzas compresivas a que
está sometida esta zona.
Cuando el diafragma y los músculos internos del torso se contraen se genera una
presión tóraco-abdominal. El tórax y el abdomen son cavidades compuestas
principalmente de fluidos, el tórax contiene gases que son virtualmente incompresibles
y el fluido abdominal aumenta la presión debido a la acción de la musculatura, por esto
algunos autores han denominado este fenómeno "bola de fluidos", por su ayuda al
soporte de la columna vertebral durante grandes esfuerzos, los cuales generan
compresión lateral de discos intervertebrales, evitando gran cantidad de lesiones. La
columna en este caso se recuesta literalmente en la bola de fluidos, tal como si fuera una
pelota inflable.
Muchos atletas que se identifican con grandes esfuerzos con pesos; en sentadillas
pesadas por ejemplo, utilizan en este sentido la conocida maniobra Valsalva,
descubierta e implementada en el siglo XVIII por el médico español Antonio Valsalva.
La glotis se mantiene cerrada durante el esfuerzo para no dejar escapar el aire de los
pulmones, la parrilla costal y los músculos abdominales se mantienen contraídos
creando así un compartimiento de fluido a presión en la cavidad abdominal y de aire en
la región torácica. Una ventaja de está maniobra es que incrementa la rigidez del tronco
completo haciendo más fácil el soporte de pesos grandes.
El diafragma y los músculos abdominales pueden contraerse sin cerrar la glotis, creando
así la llamada bola de fluidos sin elevar la presión intratorácica. Esta vía es la más
conveniente para asegurar la protección de la columna vertebral sin riesgo de estados
sincopales., por lo tanto debe ser el método recomendado a la hora de la preparación
con pesos y específicamente en el manejo de grandes cargas axiales sobre la columna
vertebral y/o los hombros.
Sólo los atletas experimentados en el manejo de grandes cargas, los cuales sepan
reconocer el umbral desde el cual el uso de la maniobra de Valsalva produce blackout,
deben utilizarla, aceptando sus riesgos y bajo su responsabilidad.
LOS HOMBROS
Los hombros son particularmente propensos a lesionarse durante los entrenamientos con
pesos, debido a dos factores importantes e interrelacionados: sus estructuras anatómicas
y las fuerzas a que están sujetos durante los levantamientos. Igual que las caderas,
(articulación coxofemoral) los hombros poseen tres grados de libertad de movimiento,
siendo capaces de permitir amplios movimientos de rotación y giros en todos los planos
y ejes. Ambas son articulaciones clasificadas como enartrósicas triaxiales o de perfecto
encaje, sin embargo la cadera se diferencia -pudiera decirse- "sustancialmente" del
hombro desde el punto de vista kinesiológico. Mientras que la cadera es una
articulación de perfecto acople cabeza-cavidad, el hombro tiene una desventaja
mecánica. Entre la cabeza del húmero y la cavidad glenoidea no se establece una
verdadera conexión física, más bien la conexión es garantizada por otros factores, que a
pesar de todo permiten el más alto rango de movimientos del cuerpo humano. Detrás de
esa ventaja se esconde una desventaja que puede ser un factor de alto riesgo. Sólo una
pequeña porción de la cabeza humeral se relaciona directamente con la cavidad
glenoidea, la interrelación se establece gracias a la existencia de una estructura
fibrocartilaginosa llamada lábrum, la cual rodea los extremos superiores de la glenoides
para profundizarla en algunas direcciones y así poder establecer una conexión más
amplia entre los extremos articulares.
Unido a esto la cápsula articular que rodea la articulación es un importante factor de
soporte, el cual junto al líquido sinovial ejercen una fuerza que atrae constantemente al
húmero sobre la cavidad. Entre los antes mencionados factores y la acción de los
ligamentos se garantiza la posición del húmero respecto a la glenoides, se le suma la
acción postural que ejercen los músculos del manguito rotador (supraespinoso,
infraespinoso, subescapular, y redondo menor) y los pectorales. La desventaja consiste
en que como todas las estructuras que soportan la articulación son tan vulnerables a los
amplísimos movimientos a los que está sometido nuestro hombro la posibilidad de
lesión está siempre tocando nuestras puertas.
Por una parte, los movimientos amplios y violentos pueden desencadenar desgarros
músculo- tendinosos de los antes mencionados músculos y/o sus respectivos tendones,
arrastrando tras sí toda una amplia sintomatología. Por otra parte, el uso indiscriminado
de un incorrecto programa de entrenamiento con pesos puede desencadenar problemas
mecánico-posturales en la articulación, pudiéndose asociar a bursitis compresiva y/o
tendinitis del supraespinoso o del tendón bicipital.
Lo recomendado al hombro en estos casos es lo siguiente:
LAS RODILLAS
La propensión a lesiones que posee la articulación de la rodilla se debe en primer lugar a
su localización entre las dos palancas más largas de nuestro cuerpo (el fémur y la tibia).
En segundo lugar, la presentación estructural de la articulación de la rodilla, que la pone
en desventaja frente a su gran responsabilidad motriz. La rodilla articulación diartrósica
tróclear; posee fundamentalmente un grado de libertad de movimiento, en el eje
transversal, esto le permite los movimientos de flexión extensión. Muchos autores
coinciden en que la rodilla es capaz de realizar rotaciones internas y externas desde una
flexión de noventa grados. Ese grado está aún en discusión, no obstante, no tiene
ninguna importancia en ningún movimiento o técnica deportiva, por lo tanto queda
descartado su análisis.
Lo más importante por discutir respecto a la más compleja articulación del cuerpo
humano es lo relacionado con su propensión de causas físico-anatómicas a sufrir una
amplia gama de lesiones diversas. Las estructuras limitantes que posee la rodilla, para
reducir su acción a un grado de libertad de movimientos (flexión-extensión), son
prácticamente los ligamentos por si solos. Los colaterales, que evitan inflexiones en el
plano frontal y los cruzados que evitan las posibles torceduras en cualquier dirección,
además, la masa corporal recae directamente sobre los meniscos que son estructuras
fibrocartilaginosas de amortiguación, los que deben soportar en ocasiones el peso de
todo nuestro cuerpo multiplicado varias veces: en aterrizajes después de saltos de
voleibol o baloncesto por ejemplo. De este pequeño análisis podemos imaginar el
extremo peligro a que están sometidas nuestras rodillas.
Todo el peso desde las rodillas hacia arriba y las fuerzas externas relacionadas a él en su
efecto dinámico recaen directamente sobre las estructuras que se expusieron
anteriormente, sobre todo las fuerzas rotacionales generadas en la mayoría de los
complejos movimientos deportivos.
Estas fuerzas no van a estresar otra área más contundentemente que la relacionada al
soporte de la articulación de las rodillas, en otras palabras: los ligamentos y estructuras
de sostén de las rodillas están constantemente expuestos a grandes cargas estresantes.
Desde el punto de vista mecánico la rótula o patela ocupa un lugar y cumple una
función muy importante dentro de los movimientos de la rodilla. Debido a la gran
desventaja mecánica que poseen nuestras rodillas desde el punto de vista anatómico, en
lo relacionado con el punto de inserción del tendón de la rótula (punto de aplicación de
la fuerza) en la tibia (palanca de la fuerza), el cual está muy cerca del eje de la palanca,
la rótula tiene la función de alejar un tanto más el tendón de dicho eje, suavizando así
el trabajo y ganando de algún modo un poco de ventaja mecánica en los movimientos de
extensión. Cada desventaja mecánica que posee la conformación de nuestro sistema
esquelético posee de algún modo una compensa, pero esto conlleva pagar en ocasiones
precios demasiado elevados, cuando nos sometemos a situaciones extremas como son
las situaciones deportivas. En el caso específico de la rótula, como compensa de la
desventaja de inserción del tendón rotuliano en la tibia, debemos pagar con la elevada
propensión a las lesiones de la zona, como son las tendinitis, rupturas tendinosas o
desincersiones y en los casos más delicados, rupturas de la propia rótula, lo cual
podemos sufrir en los levantamientos muy pesados.
USO DE RODILLERAS O BANDAS PROTECTORAS DE RODILLA
Es frecuente encontrar muchos atletas usando bandas elásticas de cualquier tipo en las
rodillas, mientras se entrenan con pesos en sus sesiones de ejercicios para las piernas.
Son tan diversas estás bandas como comunes o populares son los lugares donde pueden
ser adquiridas. Desde farmacias hasta tiendas especializadas en artículos deportivos.
Muchísimas investigaciones han dirigido sus metodologías a investigar la eficacia de
dichos medios de protección, pero todavía no se concluye con confiables datos que
determinen la validez o no de los mismos. Lo cierto es que muchos atletas sienten
protegidas sus rodillas con el uso de bandas mientras que un número determinado de
entendidos profesionales del entrenamiento deportivo han reportado en sus informes la
aparición de algunos efectos colaterales al uso de dichas bandas, tales como daños
diversos en la piel de la zona, hasta condromalacia patelar o degeneración del cartílago
de recubrimiento de la cara interior de la rótula.
Debido a la falta de evidencia científica de si el uso de las bandas en las rodillas protege
o no, o si tal uso puede mejorar el desempeño atlético de quien las lleva, es preciso
minimizar su uso o ser cuidadosos al hacerlo. Esta recomendación se debe a algunos
resultados que han arrojado investigaciones al respecto, en tal sentido es importante
dejarle un voto a la duda.
CONCLUSIONES
En este espacio se darán algunas recomendaciones para un correcto trabajo con pesos y
la reducción de la posibilidad de lesionarse en la incursión de los mismos.
• Realice una o más series de calentamiento con pocos pesos, particularmente para
aquellos ejercicios que incorporen generalmente a los hombros y/o las rodillas.
Esto estimulará la circulación sanguínea local hacía los músculos implicados,
incrementando su temperatura y la elasticidad de los ligamentos, tendones y
otras estructuras. El masaje de calentamiento puede proveer muy buenos
beneficios como complemento.
• Realice ejercicios básicos con amplio recorrido articular, realice los ejercicios
suplementarios especializados con rangos limitados de movimientos.
• Use relativos pesos ligeros cuando realice ejercicios nuevos o haya dejado de
entrenarse con los conocidos por más de dos semanas.
• No ignore jamás el dolor alrededor de las articulaciones. El trabajo con dolor
puede desencadenar lesión crónica. En estos casos no se debe abandonar el
entrenamiento. Primeramente se deben probar pesos más ligeros, si el dolor
persiste deben intentarse otros ejercicios y si aún persiste deben suspenderse los
ejercicios que causen el dolor y complementar el entrenamiento con los
ejercicios indiferentes al mismo.
• Nunca intente máximos levantamientos sin estar suficientemente preparados, lo
cual incluye instrucción técnica adecuada y un mínimo de entrenamiento de
adaptación a las técnicas de cada ejercicio por algunas semanas.
• Después del trabajo de pesos máximos el uso de hielo alrededor de las
articulaciones implicadas puede evitar lesiones y recuperar la zona.
• Es preciso emplear ejercicios suplementarios en el entrenamiento, esto
promueve la estabilización articular y el balance de los grupos musculares. Por
ejemplo, Las sentadillas o cuclillas pesadas pueden complementarse con
extensiones en banco para cuadriceps y flexiones para los flexores del muslo. La
pérdida del balance muscular entre los grupos musculares antagonistas es una de
las causas más frecuentes de lesiones deportivas.
• Evite los rebotes en el fondo de las sentadillas o cuclillas. Las fuerzas
excéntricas en esta fase pueden generar grandes lesiones.
• Tome cuidado el incorporar trabajos pliométricos en el entrenamiento. Los
atletas que incorporen trabajo pliométrico para las piernas deben estar
suficientemente fuertes de antemano en las cuclillas o sentadillas. Además, el
trabajo pliométrico no debe realizarse durante todo el año.
• Durante las sentadillas o cuclillas la desviación de las rodillas en el plano
vertical puede potencialmente generar torques innecesarios y peligrosos que
deben evitarse.
• Use con cuidado las bandas elásticas para rodillas y codos, limítelo si puede a
los levantamientos más pesados. Recuerde siempre que las bandas fuertes o muy
apretadas causan lesiones serias, si las usa quíteselas inmediatamente después de
cada levantamiento.
• Realice un gran número de variantes de cada ejercicio o combinaciones de cada
movimiento, esto resultará en un desarrollo más armónico de la musculatura.
• No realice ejercicios explosivos tales como arranques, fuerza de envión o
semienvión sin previa instrucción calificada, cualquier desliz en la técnica de
estos acarreará lesiones muy serias.
• Consulte en todo caso a un especialista calificado para la realización de
ejercicios con pesos o cualquier otro ejercicio físico.
Variables Biomecánicas
Luis D. Antoniazzi1.
Para no llegar a esta última instancia, es importante conocer que existen otras
alternativas que también posibilitan aumentar o disminuir la intensidad de un estímulo,
sin la necesidad de recurrir a la sobrecarga o a la velocidad. Me refiero a una serie de
variables enfocadas desde una perspectiva eminentemente biomecánica.
INTRODUCCION
Los entrenadores tienen que entender la estructura biomecánica de los jugadores, como
funcionan en conjunto todos los segmentos corporales y las características básicas de su
estructura: masa corporal, talla, centro de gravedad y momento de inercia, así como
también funciones biomecánicas adicionales de los jugadores tales como las fuerzas que
actúan sobre ellos y sobre el ambiente; el peso o la fuerza gravitacional, las fuerzas de
reacción, la fricción, la producción de fuerza muscular, las fuerzas elásticas y la
resistencia al aire. Además el entrenador puede sacar ventaja, si es capaz de evaluar o
medir la estructura básica y las funciones de sus jugadores.
Para tener una carrera económica en el fútbol es importante tener en cuenta los siguiente
factores:
• Distancia horizontal del centro de gravedad, ya que el punto de contacto del pie
durante el impacto debería ser lo mas corto posible.
• El ángulo de la zancada en relación al nivel del piso durante el impacto debería
ser de aproximadamente 90º.
• Contacto con la punta de los pies en lugar de contacto con el talón
• La oscilación del centro de gravedad debería ser pequeña
• La acción de recuperación de la pierna en la fase de impacto debería ser
acelerada
• Durante la fase de impacto debería haber un empuje activo de la articulación del
tobillo
• La cooperación de las piernas y los brazos debería ser armoniosa.
RESUMEN
El propósito del presente estudio fue valorar las presiones en el compartimento tibial
anterior antes, durante y después del ejercicio en corredores de larga distancia
asintomáticos (5000 m) y en atletas recreacionales. Cuarenta y ocho participantes (n =
48, 24 mujeres y 24 hombres) llevaron a cabo los procedimientos experimentales. Los
participantes fueron asignados a 4 grupos de 12 voluntarios. Las mediciones de la
presión intracompartimental fueron registradas un minuto antes, al primer minuto luego
del comienzo del ejercicio y por último a los 5 minutos luego de la finalización del
ejercicio en cinta ergométrica. La técnica de catéter con mecha (wick catheter
technique) fue el método de elección para medir los valores de la presión
intracompartimental. Los análisis post hoc de la interacción entre grupos y mediciones
indicó que todas las comparaciones apareadas de las medidas pre test (1 minuto antes
del ejercicio), intra test (1er minuto de ejercicio) y post test (5 min después del
ejercicio) fueron estadísticamente significativas para los hombres del grupo control
(p<0.001), para los hombres atletas (p<0.001), para las mujeres del grupo control
(p<0.001) y para las mujeres atletas (p<0.001). Los resultados confirman la existencia
de una relación entre la participación en carreras de larga distancia y el incrementado
riesgo de desarrollar el síndrome compartimental crónico de esfuerzo (CECS).
INTRODUCCION
METODOS
La técnica del catéter con mecha (Barnes, 1997) fue el método de elección para todos
los procedimientos de evaluación. De la mecha de nylon del catéter, con un diámetro
externo de 1 mm y un diámetro interno de 0.6 mm, sobresalen fibras de sutura Dexon.
Antes de insertar el catéter, el mismo fue llenado con solución salina estéril
heparinizada [se hicieron circular 0.3 cm3 de solución salina normal (0.9%) a través del
catéter] realizando la calibración a cerco con fluido hidrostático. El catéter fue
conectado, a través de una válvula de 3 vías, a un transductor y a un grabador de cinta
magnética, y fue introducido en el compartimento tibial anterior de los participantes
utilizando una aguja calibre 16. El transductor de presión fue recubierto con una
almohadilla de goma espuma para evitar el impacto y se aseguró a la pierna al nivel en
que se insertó el catéter. Todas las mediciones de la presión fueron llevadas a cabo con
los participantes en posición supina, con los pies en el mismo plano horizontal (Brennan
and Kane, 2003). Los tobillos y los pies se mantuvieron en posición neutral (90º). Todos
los participantes utilizaron el mismo tipo de calzado deportivo.
Para definir la intensidad de ejercicio, se llevaron a cabo dos tests preliminares para
determinar: (a) la relación entre el consumo de oxígeno y la velocidad de carrera y (b) el
consumo máximo de oxígeno (VO2máx). El test para la determinación del consumo de
oxígeno tuvo una duración de 16 minutos con los sujetos corriendo en forma continua a
una intensidad submáxima. La velocidad inicial fue de entre 2.5 y 3.5 m/s, dependiendo
del nivel de entrenamiento de cada sujeto, y la misma se incrementó cada cuatro
minutos en 0.4-0.5 m/s también dependiendo del nivel de aptitud física de cada sujeto.
La frecuencia cardíaca fue monitoreada a lo largo de todo el test. Se obtuvo una
ecuación de regresión que relacionaba el consumo de oxígeno con la velocidad de
carrera y para la estimación de la velocidad de carrera que provocaría el 80% del
VO2máx. Para la determinación del consumo máximo de oxígeno (VO2máx) se utilizó
un test progresivo máximo hasta el agotamiento en cinta ergométrica con inclinación
(Baumgartl, 1990). La velocidad fue mantenida constante a través de todo el test,
mientras que la inclinación de la cinta se incremento en 2.5% cada tres minutos desde
una inclinación inicial del 3.0%. A través de todo el test se recolectaron muestras de aire
espirado. Durante este test, se estimuló verbalmente a los sujetos. El valor pico de VO 2
en un minuto fue considerado como el valor del VO2máx del sujeto.
En base a los hallazgos de los tests preliminares, la intensidad de ejercicio para las
pruebas experimentales fue establecida al 80% del VO2máx en forma individual para
cada participante, quienes corrieron a esta intensidad durante 16 minutos. La inclinación
de la cinta fue del 3% durante todo el test. Entre los tests preliminares y la prueba
experimental se estableció un período de siete (7) días para evitar los efectos residuales
del ejercicio previo. En los días de evaluación, los participantes no realizaron ninguna
otra actividad deportiva antes de realizar los procedimientos experimentales. Los datos
somatométricos de los sujetos y los valores del VO2máx se presentan en la Tabla 1.
Tabla 1. Valores del VO2máx y características somatométricas de los participantes. Los valores son
medias (± DE). *p<0.05 en comparación con los atletas.
RESULTADOS
El nivel de significancia fue establecido a 0.05 para todos los análisis estadísticos y se
realizaron comparaciones post hoc utilizando el test de Scheffe. Estos datos se presentan
en la Tabla 2.
Tabla 2. Valores medios (desviaciones estándar) de las presiones intracompartimentales (mmHg) para
los atletas y los grupos de control. Los superíndices indican diferencias significativas (p<0.05) entre las
ocasiones. *Indica p<0.5 entre los controles y los atletas, # indica p<0.05 entre los hombres y las
mujeres. Los números indican los diferentes períodos del estudio.
El análisis de varianza indicó efectos principales significativos para los grupos (F3,44=
25.33, p < 0.001), las mediciones (F2,88 = 561.61, p < 0.0001) e interacciones
significativas entre grupos y mediciones (F6,88 = 8.99, p < 0.001). Las comparaciones
post hoc con el test de Scheffe respecto del efecto principal para los grupos indició que:
(a) los hombres del grupo control (M = 16.42, DE = 1.37) tuvieron presiones
intracompartimentales menores que los hombres atletas (M = 18.91, DE = 1.37) y
mayores que las registradas en las mujeres del grupo control (M = 14.13, DE = 0.88),
(b) que los hombres atletas tuvieron una mayor presión intracompartimental que los
controles y que las mujeres atletas y (c) que las mujeres del grupo control tuvieron una
presión intracompartimental menor que las mujeres atletas.
Las comparaciones post hoc (test de Scheffe) respecto de los efectos principales para las
mediciones revelaron que la presión comparimental total difirió significativamente entre
las mediciones. Todos los participantes tuvieron una menor presión intracompartimental
un minuto antes de comenzar con el ejercicio (M = 8.30, DE = 2.11) y exhibieron el
mayor valor al primer minuto de iniciado el ejercicio (M = 23.36, DE = 4.73), volviendo
a disminuir (M = 17.39, DE = 1.47) luego de transcurridos cinco minutos de la
finalización del ejercicio.
DISCUSION
Los médicos de familia y los profesionales médicos en general que atienen a personas y
atletas sanos deberían conocer este síndrome de manera los sujetos que presenten este
potencial problema sean referidos a una evaluación ortopédica y no se retrase el
tratamiento definitivo.
CONCLUSIONES
Puntos Clave
REFERENCIAS
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