Debo reconocer que cargo sobre mis hombros una gran parte
del retraso de esta revista en esta ocasión (tampoco todo, pero si
una buena parte) pero espero que sepáis perdonarme, después
de todo lo bueno se hace esperar, ¿verdad? En este número el
material sigue aumentando, y hay novedades jugosas en cuanto
a una parte que poco a poco se está apoderando de la revista, la
música. Este número cuenta con un impresionante proyecto a
cargo de prácticamente todos los artistas musicales que
poseemos en el foro, cuya calidad no tiene nada que envidiar a
muchos de los circles doujin japoneses que, como ellos, están
empezando ahora. Espero con toda mi ilusión que este proyecto
siga adelante, ya que realmente son artistas prometedores, que
simplemente necesitan de la experiencia para convertirse en
arrangers tan buenos como los que hoy en día muchos de
nosotros escuchamos y admiramos.
Sin mucho más que decir, os dejo con la revista, que espero que
disfrutéis con la misma ilusión con la que yo la he preparado.
Contenido
Música
Mitternatchskonzert ImperialLeon
Witness of Death Malicent
Kazukun
Wildflame
Illusionary Frontier ImperialLeon
Volume I Msnshame
Alfynith
Malicent
Fanfiction
Gensokyo no Kuni no Shinichi S_Kite
The Sorrow of a World Reyolcan
The spiriting away of Gensokyo Loki
La oscuridad de mi último día Cuchu
Dragon Age Reitou Flame
Fanart
Kazukun
Patrasche
S_Kite
Windy_Sadie
Crazy_Spin
Touhou 13 Ten Desires
Review por Azrael Yvstyr
Mitternatchskonzert
Witness of Death
Estoy seguro de que muchos ya saben que una versión demo de Touhou 13, cuyo
nombre es Touhou Shinreibyou (Templo de los espíritus divinos), ha sido publicada
por ZUN en formato descargable entre el día 15 y 16 de abril. ¿Qué novedades nos
ha preparado ZUN en la decimonovena entrega de esta saga que tanto esperábamos?
Nuevos personajes
幽谷 響子 - Kasodani Kyouko
En las capturas que se pueden ver al inicio de la siguiente página, son apreciables los
efectos de Kyouko de reflejar las balas y Yoshika invocando espíritus que
posteriormente devorará (nótese que el jugador, con un poco de práctica, puede
impedir esto recogiendo los espíritus antes que Yoshika) para recuperar vida.
Nuevo sistema de juego - Espiritus
Estos espíritus existen en cuatro colores diferentes y cada uno de ellos cumple un
cometido distinto. Los espíritus rosas (1) rellenan un fragmento del medidor de vidas
(2). Se necesitan diez fragmentos para rellenar la primera vida, y a partir de ahí el
número de fragmentos para una nueva vida va aumentando de cinco en cinco. Los
espíritus verdes (3) rellenan un fragmento del medidor de bombas (4). Las bombas
siempre cuestan diez fragmentos. Los espíritus grises (5) rellenan el medidor de
trance (6) cuya función explicaremos luego. Todos los tipos de espíritus rellenan este
medidor, pero los grises se dedican exclusivamente a ello por lo que su efecto es
mayor y son importantes para rellenar el medidor rápidamente. Por último los
espíritus azules (7) son esenciales para aumentar la puntuación, pues recogerlos hará
que el valor de los ítems de puntos aumente (9). Por último, podemos observar los
clásicos indicadores de poder (8) y graze (10).
El sistema de poder es igual que el de la predecesora entrega de la serie, UFO. Los
ítems de poder te aumentarán 0.01 el valor, y a cada número entero conseguirás un
power up. Si mueres, perderás 1.00 y soltarás 7 ítems de poder. La función del graze
en esta entrega es meramente la de aumentar el valor de los ítems de puntuación,
complementando a los espíritus azules.
El trance es la nueva adición al sistema de juego, junto con los espíritus, y ambos
sistemas van ligados. El medidor de trance se rellena cuantos más espíritus absorbas,
y al completarse su carga puede ser activado, haciendo que el personaje entre en un
poderoso estado de trance espiritual durante el cual será invencible, sus disparos
tendrán un mayor poder, y la efectividad de los espíritus recogidos aumentará (x2
para los espíritus rosas y verdes y x10 para los azules, los grises no tendrán efecto
mientras dure el trance). El trance resultará activado automáticamente si tienes al
menos una de las tres barras cargadas (la función de deathbomb estará desactivada
entonces), y eres golpeado por una bala. Este trance tendrá una duración reducida si
no tienes la carga completa, y al finalizar perderás una vida. La estrategia de juego
para conseguir tanto puntuación como completar vidas y bombas es pues, rellenar el
medidor de trance lo más frecuentemente posible, y activar el trance en momentos
de la stage o boss battle en los que aparezcan espíritus rosas o verdes. Situarse debajo
de la jefa durante una pelea en modo trance, también proporcionará un importante
puntaje, ya que los espíritus se liberarán de ella con más velocidad y serán absorbidos
al instante por nuestro personaje.
Nueva musica
Este juego consta de 7 nuevas composiciones musicales por parte de ZUN. Se tratan
de canciones más melódicas y suaves que en otras entregas, más serias y oscuras, sin
la vivacidad de otros juegos anteriores. No obstante, pese a que no haya sido
confirmado de manera oficial, ZUN ha mostrado de nuevo su genialidad con la
música en Ten Desires. Cada canción del juego (ignorando la canción del título)
consta de dos versiones, una normal y otra que es alternada en la reproducción
cuando el jugador entra en trance, llamada “Spirit World version”. Ambas versiones
tienen la misma duración y, ¡sorpresa!, al combinarlas se puede obtener una versión
“completa” de la canción. Se especula que son estas las auténticas canciones de Ten
Desires, y que las versiones que se pueden escuchar en el juego son solo sus mitades
separadas e incompletas, claro que este hecho no ha sido confirmado por ZUN.
En definitiva, una demo que en lo personal me ha dejado con buen sabor de boca,
exceptuando un par de cosas que no me han terminado de agradar, y que me hace
esperar con ansias la versión completa que tendremos, con suerte, este verano.
Fanfiction – Indice –
Capitulo 6 – Soledad
Habían pasado ya una semana desde que Shinichi se había visto obligado a dejar la
Mansión, y lo único que hacia era dar un par de vueltas pero nunca abandonaba el
lago. Esos días le eran tediosos, el dormir le era difícil, y sentía mas hambre de lo
normal, cosa mala ya que llevaba comida limitada para su viaje. El empezó a armar
una especie de colchón con sus ropas y se recostó allí, mirando al cielo. "Es como si
fuese un mal sueño" se dijo a él mismo, el cielo se veía igual que ese día que había
pasado todo, Shinichi cerró sus ojos empezando a hundirse en sus recuerdos.
-La verdad es que es una pena- Decía Meiling mientras suspiraba, ella y Shinichi
estaban sentados en el portón de la mansión, el cual permanecía en silencio, sin un
alma cerca- ¿Pero te ha dicho el porque?
-Solo dijo que tenía que irme sin explicación alguna, encima, no tengo nada allí
fuera, y volver a mi casa es imposible.
-La verdad es feo...- Dijo Meiling con la mirada perdida- ...Porque siento como si no
fuera a verte nunca más a partir de mañana.
-Mi suerte es muy incierta allí afuera. No creo que dure en Gensokyo por lo que me
han contado ustedes.
-Bueno esto... Sos mas fuerte ahora, no deberías decir eso.
-Pero Remilia me venció así nomás- Exclamo ella intentando animarlo sin éxito -¡No
te deprimas así por favor!
-Lo que pasa es que ella es una persona muy fuerte- El no respondió, solo miraba al
cielo.
-Pero no tengo que hacerme drama- Dijo Shinichi lentamente y Meiling volteo a
mirarlo- Creo lo mejor ahora es disfrutar mi ultimo día con ustedes- Termino
diciendo con una sonrisa que contagio a Meiling después. Ella se acerco a Shinichi y
lo levanto con un solo brazo.
-¡Tenés razón!- Exclamo feliz -Es nuestro ultimo día juntos así que hay que
disfrutarlo a full.
-¡Tené cuidado china lenta!
-Viene a hablar de lentos el que recibió una golpiza de una mujer.
-Al menos no recibí un cuchillo en la cara
-¡Eso fue por tu culpa!- Dijo y habían empezado a discutir como siempre, algo que les
hizo olvidar que no se verían en largo tiempo o tal vez nunca.
Shinichi estaba sentado arriba de un árbol mirando para todos lados como una
criatura que estuviera siendo cazada, termino su vigilancia. "Porque me habré
acordado de la biblioteca en una situación de escape, maldita Patchouli, extrañare
molestarla, y pasar esos ratos graciosos con Koakuma, aunque, me hubiera gustado
que Flandre hubiera...... “Pensaba el hasta que empezó a sentir un extraño frío en el
ambiente, al darse vuelta pudo ver unos ojos color agua y al retroceder la vio.
-¿Pensabas que podrías escaparte así de fácil y engañarme?
-Esa era la idea- Término diciendo, sabiendo que esas palabras solo desatarían la furia
de la niña.
Estaban los dos parados frente a la puerta que llevaba al sótano, Shinichi no dejaba
de mirar la puerta, con intenciones de entrar.
-¿Es en serio lo que dijo? ¿Que no quería verme?
-Lo siento, pero me dijo que si te veía intentando entrar, te sacara, ella no tiene
muchas intenciones de verte.
-¿Aun siendo la ultima vez que me vea? Porque hablando en serio, veo poco
probable que pueda volver.
-Ella no tiene muchos amigos, y despedirse de uno no debe ser fácil para la señorita.-
Shinichi suspiro y se alejo de la puerta.
-Bueno, será alguien menos a quien despedir, Sakuya, ¿Quieres hacer algo juntos?
Me falta pasar un rato con vos, ya estuve con las maids pero me faltas vos- Sakuya
sonrío cuando el dijo eso.
-La verdad si hay algo que quiero hacer, te enseñare una ultima cosa, tu
entrenamiento nunca termino, pero antes de que te vayas quiero enseñarte algo más.
-Uh, los entrenamientos son como las tareas de las escuelas, son tediosas.
-No seas tonto, aunque en realidad solo te enseñare lo básico, después te mostrare
como hacer para que lo aprendas solo, ya que esto lleva mucho tiempo para
aprender.
-Bueno, si es lo que quieres hacer lo hacemos.
-Vamos donde siempre entrenamos- Dijo la jefa de la maid, quien fue seguida por un
no muy animado Shinichi.
La noche había caído sobre el lago, el bosque permanecía oscuro y misterioso. En el
borde del lago estaban sentadas dos personas llenas de tierra al rededor de una
fogata, aunque con la particularidad de que una estaba muy alejada del fuego.
La brisa acariciaba la superficie del lago y su costa, encima de una roca se veía un
muy pálido Shinichi con una caña de pescar, habían pasado ya tres días desde que su
comida se había terminado, y buscar comida por el mismo, le había costado, llevaba
todas sus tardes en esa roca intentando pescar peces que no venían. Cansado, tiro su
caña en el lago dejándola flotar en su superficie.
Buscaba entre los follajes y árboles haber si encontraba alguna clase de fruta pero
nunca lo conseguía. No se alejaba mucho de su campamento, pero si no lo hacia,
moriría de hambre. Cada día estaba más débil, y la soledad lo debilitaba aun mas,
aceptaría estar incluso con Cirno, ya no lo podía soportar. Se sentó a los pies de un
árbol, y empezó a pensar sobre sus sueños, casi siempre eran recuerdos sobre sus días
antes de caer en Gensokyo, entonces hizo el esfuerzo de recordar aquellos lejanos
días.
-Todo parece tan lejano y distante- pronuncio Shinichi levantándose con dificultad
de donde estaba, se sacudió y emprendió viaje de regreso. Ya empezaba a oscurecerse
y lo único que había encontrado era un par de manzanas pequeñas, podría pasar bien
con eso esa noche. Era primavera pero las noches se ponían frías así que tenía la
necesidad de preparar una fogata todas las noches. Shinichi no era de comer
manzanas, nunca le habían gustado, pero en ese momento las podía sentir como un
manjar. Se recostó sobre su intento de cama intentando conseguir el sueño. El único
lugar donde se podía sentir a gusto era dentro de su mente, dio media vuelta y quedo
mirando la luna- Sakuya...... no te puedo esperar para siempre- Murmuro y luego de
un instante se quedo dormido.
Al otro día, Shinichi ya estaba decidido, se marcharía del lago o terminaría muriendo
de hambre. Había empezado a juntar sus cosas de apoco, por suerte lo único que traía
era ropa y un par de cosas electrónicas. El estar en ayunas no le ayudaba, le costaría
llevar su bolso, pero aun así debía hacer el esfuerzo. Cuando se preparaba para irse
cuando sintió una brisa mas helada de lo normal, ya se imaginaba de quien podría
tratarse.
Cielo estaba teñido de rojo debido a la marcha del sol para dejar que la luna ocupara
su lugar con su brillo, en el portón de la mansión estaba Shinichi con su bolso que
había crecido un poco mas de su llegada allí. Por otro lado estaban Meiling, Sakuya y
Koakuma observando al muchacho caminar fuera del portón.
-Bueno Shinichi, unas últimas palabras- Dijo Meiling.
-Eso suena a una sentencia, no lo asustes así - Dijo Koakuma
-Además, le estas demostrando que se puede morir afuera- Agregó Sakuya.
-Saben, ya me están asustando mucho.
-Perdona, bueno, ojala nos veamos de vuelta.
-Ojala no te pase nada- Exclamo Meiling.
-Ojala tengas suerte- Dijo Sakuya
-Ojala....... las odio- Dijo Shinichi con una sonrisa algo triste y emprendió su
caminata, una que no sabia a donde lo llevaría. No conocía nada del lugar a donde se
aproximaba, era como lanzarse ciego. Este era otro mundo, pensó, aunque, debería
encontrar la manera de volver a su casa...
-¡Shinichi! - Grito Sakuya, y este dio media vuelta- ¡Hablare con mi Lady para que te
haga volver, intentare convencerla, así que quédate cerca por favor, haré todo lo
posible para que vuelvas! - Este quedo sorprendido con las palabras de la Maid, y
sonrío.
-Ojala puedas.
El sol irradiaba su luz con fuerza esa mañana, el verano se hacia mostrar con firmeza.
La estación de colectivos estaba repleta de personas preparadas para sus vacaciones
de verano, subiendo a sus respectivos colectivos para ir a otro lugar para
desestresarse de sus jornadas. Por otro lado de la Terminal, llegaba un colectivo, al
cual los cuatro chicos esperaban con ansias.
-¿Preparados? - Exclamo Tanaka
-¿Y las chicas?- Pregunto Teratani
-Onda que se van a quedar si no se apuran- Agrego Tetsuo preocupado.
-Ellas viajaban de otra manera, los llevaban los viejos, así que las encontramos allá.
-Que mierda, hubiera sido mejor ir todos juntos.
-Claro. Sus padres iban a aceptar que salgan de viaje así nomás con cuatro hombres.
Además es seguro que veremos a sus padres allá.
-Espera- Dijo Shinichi- Eso nos arruina un poco, no podremos hacer casi nada si hay
adultos.
-Shinichi ya pensaba lanzarse sobre una de las chicas- Exclamo Teratani.
-No, me refiero a que nos tendrán restringidos a todo.
-No se preocupen, que sus padres solo nos quieren conocer. Ósea ven que no somos
malos chicos y se van.
-Pero con Tetsuo no pasamos.
-Que buena persona que sos.
-No se hable mas, dejemos nuestros bolsos y subamos al colectivo, y vayamos a un
intrépido viaje de verano.
-Lo decís como un personaje sacado de algún manga- Suspiro Shinichi con una
sonrisa, subió al colectivo, se acomodo al lado de la ventana y sintió como el
colectivo empezó su marcha. "Cierto, no me había acordado que ese día todo
marchaba tan bien. Nunca antes había pensado que pasaría lo que pasaría. El
perderme en el bosque, en caer a otro mundo, en pasar meses en una mansión, tener
que dejarla y volver al lugar donde yo......" De pronto ese recuerdo se oscureció,
empezó a abrir sus ojos de vuelta y se percato que seguía tirado en el césped del
bosque. "... Terminaría así. Tirado en medio de un bosque, este será mi fin de
verdad, si es así, solo quiero dormir de vuelta, y perderme en ese sueño por favor"
volvió a cerrar sus ojos, cayendo poco a poco en un estado de inconciencia.
*Click* *Click*
Por un segundo el creyó escuchar ruidos de una cámara, ya estaba delirando.
*Click* *Click*
Pensar en alguien sacando fotos era totalmente irracional, no había cámaras en ese
lugar, y menos gente que supiera manejarlas.
-Vaya, esto es muy interesante, "Cadáver extraño aparece en medio del bosque" ese
podría ser un buen titulo- No podía ser, era la voz de una chica, acaso seria una
persona, ¿o un Youkai? ¿Verdaderamente el estaba en Gensokyo? ¿O tan solo había
tenido un largo sueño y el seguía en el bosque en el cual se había perdido? Ya no
entendía nada- Aunque lleva ropas muy raras, pero será mejor dejarlo acá mientras
tanto, después veré si le aviso a la Youkai de los limites- Podría ser una persona, era
seguro, no podía perder tal oportunidad. Intento levantarse pero no tenia fuerzas,
solo pudo emitir un gemido, el cual puso en alerta a la chica- ¡Epa! Parece ser que no
estas muerto- Shinichi apenas podía abrir los ojos y pudo ver la silueta de la chica
que lo miraba- Se ve que estas en las ultimas, aunque capaz que podes salvarte. Creo
que haré mi buena acción del día- Dijo ella y lo levanto del suelo- Ya se donde te
llevare, de por si, es el único lugar que esta cerca, disfruta tu viaje- Le dijo y Shinichi
termino completamente dormido.
Nunca antes había se había sentido tan perdido, a tal punto de no saber donde
verdaderamente estaba ¿Había entrado a otro mundo, o tan solo se habría golpeado
con algo y el haber soñado todo lo que el recuerda? Lentamente el fue abriendo los
ojos, y lo primero que vio fue un techo de madera. El se encontraba en un futon
“Puede que hallan pasado días, desde que quede inconciente en el bosque“, pensó.
Todo el lugar estaba hecho de madera, parecía ser un templo. Se levanto y empezó a
recorrer el lugar. Se dirigió a la puerta y salio despacio. Todo el lugar estaba rodeado
por el bosque, no podría estar muy lejos del lugar donde lo debieron encontrar.
Tenía razón, estaba en un templo. En la entrada de este pudo ver a una chica vestida
de miko, tenia el pelo largo y llevaba un moño grande y rojo en su cabeza, su vestido
de miko era rojo y blanco, con un pañuelo blanco en el pecho. Ella estaba tomando
te allí y al darse vuelta pudo observar a Shinichi, ella se levanto y lo fue a ver.
-Parece que estas de energías hoy- Dijo ella al muchacho.
-Puede ser...- Dijo este poco seguro- ¿Cuanto dormí exactamente?
-Un par de días, te trajeron en mal estado, tuve que salir a buscar muchas medicinas,
¿puedo saber tu nombre?
El pudo notar cierta seriedad en ella, así que decidió no hacer ironías ni nada por el
estilo y ser obediente.
-Shinichi Ibuki- Dijo el con firmeza.
-Bueno, Shinichi Ibuki, ya de por si me debes demasiado, salve tu vida,
verdaderamente no entiendo porque a alguien se le puede ocurrir ir a dar vueltas por
el bosque-El se había disgustado un poco por la reprimenda dada por un extraño- ¿Y
de donde sos? ¿De la aldea de los humanos?- Shinichi no pudo evitar el fruncir el
seño y le toco la cabeza a la miko como si esta estuviera enferma.
-¿Te suena un lugar llamado Tokio?
-¿Tokio?- El chico empezaba a frustrarse mas con la cara de confusión de la miko.
-¿Japón?- Ella solo lo miro como si mirara a un loco.- Por favor, no me veas como un
ser patético y triste.
-Y como quieres que te vea, estas preguntando cosas raras.
-Entonces todo esto concluye con......- se detuvo antes de decirlo, considerándolo
como algo horrible- ...que estamos en Gensokyo?
-Donde más piensas que podríamos estar.
Shinichi se alejo unos pasos de la miko y pego un gran grito de "NO" que retumbo
con un gran eco y dejo confundida a la pobre chica.
Prólogo
Una noche normal en el Inframundo. Youmu, que había terminado sus labores no
hace mucho caminaba con una bandeja en mano, en la que se podían ver algo de té y
algunos dulces. Se trataba de lo que su ama, Yuyuko Saigyouji, le había pedido nada
más entrar en la mansión.
Su pelo blanco se movía de acorde a sus pasos mientras se dirigía a la habitación
donde Yuyuko le había dicho que estaría. Nada más salir le echó un vistazo a la mesa
colocada en el centro de la habitación, pero allí no había nadie.
-¿Señorita Yuyuko? – dijo mientras colocaba la bandeja en la mesa.
Pero no había signos de que nadie estuviera allí, entonces la chica expandió su
búsqueda al jardín, pero algo extraño pasaba. No era la misma sensación que cuando
lo había dejado hacía escaso tiempo. Un aire oscuro se cernía sobre las flores y
plantas del lugar pero eso no fue lo que dejó a Youmu sin habla y atónita. Lo
verdaderamente impresionante en ese momento era ver al Saigyou Ayakashi, cerezo
más grande de todo Hakugyokurou el cual hacía años que no mostraba ninguna flor
y su ama había intentado hacer florecer fallidamente en el pasado, completamente
florecido. Aunque por si eso no fuera suficientemente insólito de por si, las flores
eran grisáceas y despedían una especie de oscura agonía.
-Esto no me gusta – hasta su mitad fantasma se había estremecido.
Preparándose para una posible lucha, siguió buscando a Yuyuko, en aquella
situación debía asegurarse de que se encontraba bien.
-¿Señorita Yuyuko? ¿Se encuentra aquí? – no podía evitar sentir como que algo la
atacaría en cualquier momento.
Entonces, mientras escudriñaba atentamente cada rincón del lugar una sombra
apareció detrás suya, notando peligro desenvainó rápidamente una de sus espadas y
la dirigió rápidamente a lo que había proyectado la sombra. Pero al final no pudo dar
el golpe, cuando vio quien se encontraba allí se paró en seco.
-¡Se…! – la jardinera no lograría decir más que eso…
Esa fría noche, en otra parte, mientras eso sucedía cierta sacerdotisa andaba
comprobando por quien sabe ya cuantas veces su caja de donaciones vacía.
-Uh, sigue vacía – se quejaba mientras volvía al templo –a pesar de que cada vez
viene más gente al templo… bueno, aunque no son precisamente el tipo de gente
que dejaría una donación.
Reimu suspira y entra al templo donde a pesar de que la temperatura era algo mayor
seguía haciendo frío.
-Ahora que lo pienso hace tiempo que no se pasa ninguno por aquí… aunque me
preocupa más este frío. ¡Se supone que ya acabó el invierno!
Mientras se dirigía a prepararse algo para comer no pudo evitar fijarse en los copos
de nieve que se veían caer por la ventana.
-¡¿Nieve?! Y eso es…
No pudo evitar salir rápidamente de nuevo, aunque esta vez la esperaba un escenario
diferente. No solo estaba nevando cuando no debía, había extraños espíritus por
todos lados y una niebla escarlata cubría el cielo.
-No puedo evitar sentir que todo esto me suena… - decía la sacerdotisa mientras
escudriñaba el cielo.
Pero no tuvo tiempo de pensar en motivos, ya que no tardó en sentir como algo
afilado le apuñalaba en la espalda sintiendo un intenso dolor. Cuando se giró solo
pudo ver una extraña energía de color gris que salía de su herida y la cara de la que
lo había hecho.
-¿Sa-ku…ya? – murmuró casi sin energías.
La chica desapareció de la vista tan pronto como había aparecido y Reimu cayó
desplomada al suelo. Los copos de nieve seguían cayendo incesantemente, algunos
tiñéndose de rojo al contacto con la sangre que estaba comenzando a salir.
La perpetradora del terrible acto se encontraba ahora mirando la luna, una luna casi
llena que se veía incluso a través de la neblina escarlata, parada en medio de un
claro. Sus ojos apagados y de color amarillo oscuro sólo mostraban un vacío y
mientras seguía contemplando el cielo dijo en voz baja:
-La sacerdotisa, la maga, la medio fantasma, la sirvienta… casi todas las personas que
podrían haberse entrometido ya no podrán hacerlo. Pronto este mundo sentirá
nuestro dolor, nuestra pena… pronto podremos resurgir y seguir con la vida que
perdimos. Sólo un poco más…
Mientras el viento zarandeaba sus plateados cabellos, volvió a echar una rápida
mirada al cielo donde varias nubes estaban empezando a reunirse y comenzaban a
tronar antes de proseguir su camino.
En la cocina del templo una mano aparecía repentinamente de una abertura violeta
de decoración extraña. La extraña mano atacó las reservas de comida cogiendo una
botella y metiéndose rápidamente por donde había salido.
No mucho después algo similar se abriría en otro lugar del templo, esta vez
apareciendo de ella una chica de largo pelo rubio con un vestido de colores púrpura
y rosa claro.
- Reimu ¿estás aquí? Llevo un tiempo notando algo raro en esta zona así que decidí
hacerte una visita. Ya me he invitado yo a algo así que no hace falta que me prepares
nada. – decía despreocupadamente mientras caminaba a paso lento por el templo.
___
- ¿Qué fue eso? – dijo la dueña de dichas orejas, una chica con el pelo liso y de color
violeta vestida con una corbata roja sobre una camisa blanca y una falda azul.
Volviendo a su habitación, de donde le pareció haber oído el ruido, se encontró con
una escena poco menos que sorprendente una vez miró a través de la puerta.
“¿Esa no es Reimu? ¿Qué hace en mi…?”
- Udonge, ¿por qué hay una sacerdotisa en tu cama? – estas palabras interrumpieron
los pensamientos de la chica.
- ¡Ah! ¡N-no es lo que parece! ¡Puedo explicarlo! Bueno… en realidad, no puedo –
respondió sobresaltada a la figura que había aparecido detrás suya.
La chica que acababa de llegar ignoró el nerviosismo de la coneja entrando en la
habitación.
- Creo que yo si puedo. ¿No es así, Yukari? – dijo dirigiendo su mirada a una zona
que no era visible desde la puerta. - ¿Qué haces aquí? – preguntó con un tono serio.
- ¿Qué puedo estar haciendo en la consulta de una doctora? – le respondió en un
tono burlón.
- Si lo que quieres es ayuda con alguna enfermedad deberías venir en horas de
consulta y pagar la cuota adecuada, además, incluso te has equivocado de habitación.
Pensaba que igual eras más lista.
- Eso fue desafortunado, nunca pensé que ese extraño vapor de la herida afectaría a
mis habilidades.
El rostro de la chica de pelo blanco cambió ligeramente al escuchar ese detalle.
- Pensé que igual te interesaría echarle un vistazo – continuó Yukari.
- ¿A qué se debe ese interés tuyo?
- Seguro que te has dado cuenta ¿no? Los cambios en el tiempo, la niebla escarlata, la
fuga de espíritus malignos… eventos que ya sucedieron en un pasado están
volviendo a repetirse.
- Y piensas que hay alguna relación ¿no? – la chica se acercó a la cama. La luz de la
luna proveniente de la ventana iluminó ligeramente su vestido, compuesto por una
mezcla de rojo y azul.
- A simple vista puedo decir que nunca había visto nada así. Me llevará un tiempo
sacar algo en claro – observó mientras examinaba la herida en la espalda de Reimu.
- Creo que no hacen falta mas explicaciones, tengo algo que comprobar – dijo
usando un tono más serio de lo que había hecho hasta ahora – dejo esto en tus
manos. Deberías darle alta prioridad. – la rubia abrió uno de sus bordes y entró en el
desapareciendo de la vista.
- ¿Qué vamos a hacer? – pudo decir finalmente Reisen, que había estado
contemplando todo sin habla.
- La verdad es que esto ha despertado mi curiosidad, supongo que le seguiré el juego
un rato. ¡Trae el equipo!
- ¡En seguida! – Reisen salió disparada en busca de lo que le habían ordenado.
- Esta herida… a pesar de que debería ser mortal parece que mantuviera su vida a
propósito, dañando sólo lo justo para que no pueda moverse. Interesante…
Pero, por alguna razón cada vez hace mas y mas calor… con cada segundo que pasa
el dulce movimiento que me tranquilizaba se convierte mas y mas en un viaje salvaje
que envés de menearme hacia arriba y hacia abajo ahora me sacude y me hace saltar
en el aire. De momentos el dolor agudo de mi cuerpo pasa a segundo plano
conforme me golpeo contra lo que sea que este detrás de mi. Esto… esto no es el
cielo… se parece mas al… al…
-¡¡Al infierno!!
- ¡Oh dios!... esto si que es nuevo…
Algo esta mal aquí. Mi cuerpo me duele pero lo puedo mover aunque torpemente.
Veo a mí alrededor preguntándome a mi mismo si aun sigo soñando o si de verdad
estoy muerto al ver lo que veo. A mi alrededor no hay mas que llamas y oscuridad…
el calor es tan seco y sofocante que mis pulmones comienzan a quemarme. Es una
imagen tan desoladora que el pensamiento de haber muerto parece cada vez mas una
realidad que una simple mala broma, ni siquiera la chica orejas de gato que esta
junto a mi parece distraerme de este triste panorama, es como si… un momento…
¿chica orejas de gato?. Ahí parada serenamente junto a mí, ostentando un curioso
vestido largo color verde oscuro, cabello rojizo del cual colgaban dos coletas atadas
con dos moños negros a cada lado. Fuera de eso de momento les estaría describiendo
cualquier chica normal que podrían ver por la calle de su ciudad en cualquier
momento, sin embargo había un detalle mas… sus orejas… no sus orejas normales
(que por cierto eran puntiagudas) si no las orejas que estaban sobre su cabeza, orejas
de gato rebosantes de un cabello pelaje tan negro como sus moños.
- Oye, los muertos se supone que no hablan… - me dice la extraña chica mientras
me observa cuidadosamente.
- Entonces eso significa que no lo estoy, ¿no lo crees? –Le digo enfadado pero
extrañamente confundido, ¿de que esta hablando?
- No puede ser... – dice la muchacha con una cara de confusión también, pero a
diferencia mía, en la suya no hay enfado, si no desilusión. – Que mala suerte, y tan
cerca que estábamos del infierno de las llamas ardientes. Apuesto que hubieras
ardido hermosamente.
- ¡Hey hey!, ¿que es lo que acabas de decir?
No puedo creer lo que acabo de escuchar. ¿Acaso dijo aventarme al fuego? No señor,
a mi nadie me cocina vivo. Mientras trato de levantarme para alejarme de la mujer
rara me doy cuenta que es sumamente difícil… en lo que estoy acostado hace difícil
que siquiera pueda colocar mis brazos para poder levantarme.
- ¿Que demonios?
- ¡Hey, no te sacudas o voltearas mi carro!
- ¿¿Tu carro?? ¿¡En serio te parezco un cuerpo sin vida que puedes tirar a una fosa
común!?
- Pues… hace unos momentos si… y no es a una fosa común, es a un horno, es muy
diferente.
-…
No se que esta ocurriendo aquí y la verdad, la sonrisa que me da esta muchacha mas
que darme tranquilidad solo me asusta mas. A pesar del gran (y misterioso) dolor
que siente mi cuerpo logro bajarme del carro. Me volteo para ver a esta persona y
ahora veo algo mas que no había podido notar por mí incomoda posición en ese
carrito… dos colas.
Una semana… ¿por qué me suena mucho eso? Espera un momento, ahora recuerdo.
Hubo un accidente y yo estaba ahí. Conforme hago memoria comienzo a recordar…
Íbamos por la carretera hacia unas aguas termales muy famosas y el día anterior
había llovido… un momento, ¿íbamos…? ¿Quiénes íbamos? No lo puedo recordar,
es tan frustrante, pero a lo mejor esta muchacha sabe algo. Conforme la observo más
y más no puedo evitar pensar más y más que esto no es más que un sueño. ¿Kasha
acaba de decir? ¿Esos gatos demonio que cargan los cadáveres? Sí, claro…
Cual no es mi sorpresa cuando veo que sus orejas y sus colas se comienzan a mover
al unísono y en direcciones opuestas al movimiento de su cuerpo. Al mismo tiempo
unas extrañas esferas azules aparecen de la oscuridad y comienzan a sobrevolarla y
dentro de estas bolas flameantes puedo ver lo que parecen ser cráneos.
- Que pasó humano, ¿te comió la lengua "el gato"? –me dice mientras una sonrisa se
dibuja en su rostro.
-Vaya, si no estas muerto entonces no tiene caso bajar… creo que volveré. – Dice la
muchacha poniendo uno de sus brazos detrás de su nuca mientras que con la otra
mantiene sostenido al carrito. Con paso firme y seguro a pesar de lo perpetua de la
oscuridad la muchacha comenzó a caminar lejos de mí. ¿Qué demonios?
- ¡H-hey, espera…!
- ¿Que pasó?
- ¿¡Acaso piensas dejarme aquí!?
- Umm… ¿sí, que no? No estás muerto, no tiene caso que te lleve al infierno.
- ¡Tú me trajiste aquí en primer lugar!
- Hehehe, ok, ok, sígueme entonces. –me dice la muchacha con una sonrisa que
simplemente ya no puedo diferencia como si maligna o sincera. – ¡Pero ya no te voy
a cargar en mi carro! Sólo llevo a los muertos aquí, ¿entendiste?
- Créeme… espero nunca mas volver a subirme a ese carro – le digo con completa
honestidad.
- Muy bien… a todo esto, soy Rin Kaenbyou pero llámame Orin, me disgustan los
nombres largos – Me dice la muchacha mientras se voltea hacia mí con una sonrisa
de “oreja a oreja”.
- ¿Eh...? E-este… soy Makoto. Makoto Ichiharu.
- ¡Oh, Maru entonces!
- ¿Maru?
- ¿Sep, no te lo dije? Detesto los nombres largos, hehe.
- ¿Llámame por mi nombre sí?
- ¿Qué paso Maru? ¿Dijiste algo?
- Dios santo… - *suspiro y facepalm*
Conforme caminaba con Orin, mis dudas se despejaban cada vez más y más. En
momentos las esferas de fuego estaban tan cerca que podía sentir su calor y su frío
fantasmagórico mientras estas mismas iluminaban nuestro camino como antorchas
deambulantes. En un momento o dos pude sentir como sus colas rozaban mis piernas
y que tan real se sentía el calor que estas emitían, como si fueran una extensión real
de su cuerpo. podía sentir el ardor de las los muros de piedra a mi alrededor cada vez
que me tenia que aferrar al muro debido a lo escarpado de la caverna y también
podía sentir un enorme peso en mis hombros cada vez que miraba hacia detrás
mío… como si me estuviera alejando de millares de espíritus malignos. En cierta
forma me sentía aliviado de volver por donde aparentemente venimos en primer
lugar.
- ¿Dónde estamos?
- ¿Vieja loca amante de los animales? Admito que amo a mis mascotas pero… ¿vieja
y loca? Me siento un poco ofendida para ser sincera.
Una voz resonó por detrás nuestro, una voz para nada familiar. Orin y yo nos
volteamos hacia donde la voz se escuchó, ella con un semblante relajado y yo, con
asombro en mis ojos. ¿Quien se encuentra ahí?
Cada vez que la voz resuena en el gran salón, mi confusión y mis preguntas se
incrementan cada vez más y más. Sin embargo a esta persona ni a Orin parece
preocuparles… en especial esta nueva persona. De las sombras de un pasillo frente a
nosotros se comenzaba a vislumbrar una figura.
Ostentando un largo un vestido azul claro con olanes rosas en las mangas y una falda
igual de rosa, con cabellos de un ligero color púrpura y pantuflas en sus pies, la
figura se revelo a si misma. Una mujer tan misteriosa o incluso mas que la que se
encontraba a mi lado, Orin. Poseía un aura de respeto y temor alrededor de ella,
como si por alguna razón supiera los secretos más oscuros de tu corazón… como si
ese extraño accesorio que llevaba en su hecho con forma de ojo el cual se unía con
hilos alrededor de su cuerpo pudiera ver a través de ti como si fueras agua cristalina.
Gensokyo… por alguna razón presiento que este nombre, que este lugar es un lugar
como ningún otro…
- Esas serian las palabras que yo, Satori Komeiji usaría para calmar tus
preocupaciones, como veras. Y así, se bienvenido al palacio de los espíritus
terrenales, Makoto Ichiharu.
No había duda alguna… no había nada que ella no pudiera saber de mi. Incluso en
cuanto lo pensaba ella ya lo me tenia leído. Ella llamaba su poder aterrador… sin
duda alguna era una habilidad digna de respeto y cautela, pero definitivamente una
habilidad interesante. Digo… ¿quién nunca ha deseado tener la habilidad de poder
leer la mente de otros? No podría ser tan malo. Eso si… el hecho de no poder
siquiera completar los enunciados en mi mente sin que antes Satori los haya
descifrado y completado en la suya propia y salieran de su boca envés de la mía era
algo que se estaba convirtiendo en algo desesperante y en cierta forma frustrante.
- Lo siento, a veces me dejo llevar. Como entenderás soy una satori youkai, por lo
que esta en mi naturaleza decir en voz alta los pensamientos de los demás. –
responde Satori, una vez mas leyendo mis pensamientos a pesar de lo claro que estos
fueron respecto a este tema.
- Ya veo... por ahí escuche que a los satori youkai les molesta mucho que uno les
ignore, ¿es cierto?
-…
-…
- ¿Qué te parece si yo hago como que tu nunca me llamaste vieja loca amante de los
animales y tu haces como que no te molesta que lea tu mente?
- Hecho…
No solo rápida para leer las mentes de otros si no también rápida con la boca.
Claramente estaba en un lugar completamente ajeno a cualquier cosa que conociera
como normal, no seria sabio hacerme de problemas, mucho menos con alguien
quien es capaz de leer mentes. Satori sonríe levemente por un segundo… puedo
apostar que sabe que es lo que estoy pensando justo en este momento, pero
desconozco el porque sonríe tan misteriosamente.
- Te seré sincera Makoto… no mucha gente viene por estos rumbos, ni siquiera los
Youkais que rondan por Gensokyo. Es poco común encontrar a alguien con quien
siquiera pueda entablar una conversación.
- Umm, disculpa… creo que tenemos diferentes opiniones de lo que es una
conversación.
- Hehehe… en efecto.
- Hahahaha.
Es raro… ella complementa todo lo que pienso y si alguien ajeno a nosotros nos
viera pensaría que solo Satori es la que se encuentra hablando. Pero, por alguna
razón se siente como si fuera una verdadera conversación entre ella y yo. A pesar de
nuestro obvio sarcasmo e ironías no se siente ninguna clase de hostilidad en su
hablar… aunque sí hay algo que mantengo, y es el hecho de que me completen mis
ideas antes de que pueda decirlas es sumamente enfadoso. Sin embargo me deja
pensando… honestamente que será una conversación para alguien como Satori?
Dejando de lado el sarcasmo y las bromas… ¿tendrá alguien como Satori una
verdadera conversación en el sentido de que pueda sentarse con alguien y tener un
buen rato platicando, sabiendo que ella puede leer mentes?
- No te preocupes por esos detalles. Como ves no hay muchas personas aquí pero no
es un problema para mí.
Ella me contesta con una pequeña sonrisa. Ambos sabemos a que me refiero en mi
mente pero aun así ella con sus propias palabras trata de ocultar la verdad, no
porque no sea obvia… si no porque es dolorosa.
- Dejemos de lado los pequeños detalles, ¿te parece? Creo que hay cosas mas
importantes de que hablar, como en dónde estas parado en estos momentos y
principalmente, como terminaste aquí…
- ¿Y Orin?, lleva un buen rato que no la veo, desde que nos sentamos a conversar.
- Oh, ella esta aquí con nosotros, de hecho nunca se fue.
- ¿Eh?
Era tan obvio pero sin embargo parecía que mi mente aun estaba en un estado de
negación parcial hacia lo que estaba ocurriendo a mi alrededor… ¿acaso era el
sentimiento de quererme aferrar a la normalidad lo que me impedía aceptar el
hecho de que estaba en un lugar en donde simplemente la normalidad a la que estoy
acostumbrado no aplica? Para mi sorpresa la gata se levanta de su cómoda posición
junto a Satori y brinca hacia mí. Trapa por mis hombros y se echa encima de mi
cabeza, mirando a Satori con sus grandes ojos gatunos y luego mirándome a mi.
Satori no puede evitar sino reírse ante la escena y yo no puedo evitar sacudir mi
cabeza en señal de protesta, a lo cual lo único que consigo es que Orin se aferre a mi
cabeza con sus uñas.
- ¡Ouch! ¡Hey!
- Hehehe… parece que le caes bien Makoto.
- Me cuesta creerlo…
- Por favor… ¿acaso quieres que diga lo que en verdad piensas? – Me dice con una
sonrisa malévola.
- No… - le contesto mientras me sonrojo ligeramente… insisto, leer la mente de
otros si que es enfadoso…
- Hehehe. Porque no pasamos a algo de mas interés… como el accidente que tuviste.
Mis ojos se agrandan al oír la palabra accidente. Si alguien debía saber algo acerca de
eso, ese debería ser yo, y si alguien debería saber que esta oculto dentro de mi
cabeza, esa debería ser Satori. Una vez mas mi enfado y desesperación se convierten
en interés y confusión…
La noche cae en Gensokyo… o por lo menos eso fue lo que me dijo Satori una vez
que terminamos de conversar. En estos momentos me es más fácil creer que youkais
existen a creer que ya es de noche debido a que de las ventanas sigue entrando una
gran cantidad de luz, y para ser francos… ¿¡que no nos encontramos en una
caverna!? ¿¡Acaso hace alguna diferencia el día de la noche!? Ah… aun estaba
consternado por lo que me había dicho Satori hace algunas horas…
“Ni siquiera yo lo recuerdo”… ¿cómo puede ser eso? Estoy seguro que algo paso y
que estuve conciente en aquel momento, pero Satori tiene razón en algo ahí. Los
recuerdos en mi mente están tan desordenados, tan mezclados que nada esta claro ni
siquiera para mi.
Eso me digo a mi mismo, pero la verdad es que da miedo… me da mas miedo cerrar
mis ojos y despertar en algún otro lugar extraño que tener mi mente leída por Satori
o incluso morir. La preocupación me carcome, la confusión me ciega… y el sueño y
el cansancio me vencen…
Murmure con una pequeña sonrisa en mis labios… sentía que debería de decirlo con
mis propia voz, agradecer con mi propia voz a esa youkai que no tenia necesidad de
oír la voz de otros.
Debieron haber pasado un par de horas desde que abandone la mansión de Satori y
me aventure por mi propia cuenta dentro de la oscura cueva. Según me comento
Satori mi siguiente destino seria la ciudad antigua y de ahí debería ser capaz de
encontrar algún túnel que me llevara a la superficie. A lo lejos para mi gusto
comencé a reconocer lo que parecían ser luces. Sin lugar a dudas esa debía ser la
ciudad antigua. Comencé a correr hacia las murallas exteriores de la ciudad, feliz de
por fin llegar a un nuevo lugar… en cierta forma sentía que con cada nuevo lugar al
que llegaba, nueva gente conocería la cual serian capaces de ayudarme y acercarme
más y más a la verdad detrás de mí estar en Gensokyo. Oh dios… que equivocado
estaba.
- Vaya… pero que tenemos aquí. – dice uno de ellos, rompiendo el silencio entre
nosotros.
- Un humano diría yo… aunque si que es una rara ocurrencia… - Agrega otro de
ellos, asintiendo con la cabeza.
- Hey… - Les digo, tratando de parecer lo menos extraño posible, pero supongo que
eso es imposible… a lo mejor los youkai tienen alguna forma de distinguir entre los
suyos y los humanos. No tiene caso hacerme pasar por algo que no soy, pero puedo
tratar de simular que soy alguien de donde ellos son… Gensokyo. – con su
permiso…
- ¿A donde crees que vas… humano? – Me detiene uno de ellos poniendo una
katana entre la ciudad y yo.
- ¿A la ciudad...? Tengo algo de prisa…
- ¿En serio? Me pregunto para qué. Hace años que no viven humanos en la Ciudad
Antigua, me pregunto que otra mentira tienes para nosotros.
- … - Atrapado. Supongo que mi conocimiento de Gensokyo puede ser considerado
nada viendo como ni siquiera puedo engañar a un demonio sobre los detalles mas
obvios y básicos de por aquí.
- Ya suficientemente malo es que un humano se atreva a bajar a nuestro territorio…
no conforme con esa osadía ahora nos miente… ¿luego qué? ¿Nos dirás que vienes
del palacio de los espíritus terrenales?
- Ehm… si – Les digo no teniendo caso en tratas de mentirles mas… claramente
hacerlo simplemente me estaba consiguiendo mas problemas de los que ya tenia en
este momento.
-…
Doy un paso hacia atrás cuando los oigo murmurar entre ellos… nunca creí que
Satori fuera tan temida… “la habilidad de poder leer mentes es un poder
escalofriante”, esas palabras volaron a mi mente con la velocidad del rayo. Ahora lo
comprendía… Satori era temida por los youkais que habitaban la ciudad antigua y
por eso vivía en soledad… Vivía en soledad para evitar el dolor de ser odiada, de leer
las mentes de personas que no harían más que pensar en amenazas de muerte, en
groserías y en maldiciones. Ahora también comprendía el pedido de Satori de
quedarme en la mansión. Que tonto soy…
- Nada personal humano… jejeje – Dijo el líder del grupo mientras levantaba su
espada en el aire – Bueno… en realidad si, me caen mal los humanos y cualquiera
que tenga algo que ver con el palacio de los espíritus terrenales… jajajajaja.
¿Así terminaba realmente esto? ¿Con una estupidez mía? No… no podía dejarlo así.
No tenía siquiera mis respuestas aun, pero más que nada, no podía permitir que
semejante odio fuera transmitido a Satori a trabes de mis acciones. Juntando todas
mis energías brinco hacia mi derecha y esquivo el letal ataque.
Claro… eso le decía yo, pero veamos. Uno… dos… tres… cada uno con una espada
y seguramente todos eran más fuertes y veloces que yo. ¿Quién estaba hablando alto
ahora? No puedo morir… no debo morir… no quiero morir… ¡no me dejare morir!
Me levanto y tomo una roca grande en mis brazos y observo a los 3 “hermanos” con
detenimiento y decisión.
Ambos brincamos de frente y corremos hacia el otro. Él con una espada, yo con una
roca… una roca tan dura y fuerte como mis deseos de vivir. Ya solo me encuentro a
unos cuantos metros de el antes de que uno de nosotros dos aseste el golpe mortal
que terminara con la batalla cuando de repente siento algo que no había sentido en
un buen rato… un calor intenso… no solo eso, el calor crecía mas y mas y ahora que
me fijaba bien… ¿desde cuando el lugar se ilumino tanto?
- ¡¡Deténganse ahí!!
Se oye un grito de repente por sobre nuestras cabezas. Alzo mi mirada y me detengo
en seco. ¿Alguna vez han visto un pequeño sol avanzar hacia ustedes a toda
velocidad? Si la respuesta es no, entonces simplemente no me quedan otras palabras
para describir la escena que estaba tomando lugar.
¡BOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOM!
Oigo de nuevo una voz sobre mi y volteo una vez mas y veo quien en cierta forma
estoy seguro es el culpable de que ocupe un nuevo cambio de ropa interior y de que
mi cabello le haga honor a los 70… mas rizado y quemado no puede estar. Sobre mi
se encuentra una muchacha con largos cabellos negros y dos alas tan oscuras como
este ultimo. Llevando una camisola blanca, una falda verde y una capa (¿una capa?
¿Qué demonios?), la muchacha nos observa detenidamente a mi y a los hermanos
youkai.
- Bueno, ahora… ¿como era quien me dijo ama Satori que tenía que proteger?
¿Dijo Satori? ¿Acaso la envió Satori? No puedo creer la suerte que tengo… una vez
mas le debo a Satori las gracias y en esta ocasión también, mi vida.
- Hey, tu… esas son ropas extrañas las que llevas. Por lo tanto… tú no debes de ser
quien Satori-sama me pidió proteger… ¡por lo tanto tu debes de ser el malo!
La extraña muchacha apunta hacia mí lo que parece ser un largo lápiz sin punta y…
oh, dios… ¿son mas mini-soles lo que están saliendo de él…? ¿Acaso esta
apuntándolo hacia mi…? ¿¡ACASO CREE QUE YO SOY EL MALO AQUÍ!?
Mientras tanto los 3 hermanos Youkai observaban perplejos y paralizados del miedo
como corría de un lado a otro. Viendo sus rostros podía sentir como que era un
milagro el simple hecho de que aun estuviera vivo.
Si había algo que Satori no me había explicado era algo referente a estas “spellcard”
pero no se necesitaba ser un genio para notar que cada vez que usaban la palabra
“Spellcard” algo malo estaba por ocurrir… algo muy, muy malo, por lo menos para
mi. Dicho y hecho, la mujer coloco su brazo a frente suyo y una gran cantidad de
energía y calor comenzó a conglomerarse en el extraño accesorio de su brazo. Para
mi sorpresa comencé a sentir como era jalado hacia ella con una gran fuerza, como si
el aire entre y alrededor de nosotros fuera succionado con gran potencia. En la
punta de su “arma” de nuevo apareció un pequeño sol pero esta vez a diferencia de
las veces anteriores no lo disparo hacia mí sino que comenzó a crecer cada vez más y
más. Lo que comenzó como una minúscula esfera luminosa en poco tiempo se
convirtió en un gran círculo de fuego. Ya no tenia duda alguna de que era eso… por
un buen rato los estuve llamando mini-soles pero ya no podía catalogarlos como
tales, ni siquiera de broma ya. Eso era claramente una estrella en expansión.
Conforme el pequeño astro crecía en tamaño la fuerza de empuje hacia esta era cada
vez mayor. Podía sentir como en cualquier momentos mis pues se despegarían del
suelo, saldría disparado hacia la estrella y moriría calcinado instantáneamente sin
siquiera dejar los huesos. Pequeños pedazos de roca del suelo ya comenzaban a volar
hacia el centro explosivo del mortal ataque y sabía que dentro de poco seguiría yo.
Frenético volteo a mis lados, tratando de ver una ruta de escape inmediata pero cual
no es mi sorpresa y decepción al ver que no hay nada como tal en las cercanías, sin
embargo si veo algo que me puede salvar la vida, ¡una estalagmita que se encuentra
en la hora y en el momento justo! Sin pensarlo dos veces me aferre de la maciza
estructura de roca y una vez mas comienzo a gritar para captar la atención de la
explosiva chica.
- ¡Detente por el amor de dios! ¡Yo soy Makoto Ichiharu, los sujetos peligrosos ya se
fueron!
- Heh, no me engañaras. Basta con verte para saber que no eres de por aquí. ¡De
seguro vienes con las mismas intenciones con las que vinieron esa Miko y esa bruja
hace tiempo!
- ¿De qué tanto hablas? ¡No entiendo nada de lo que ocurre aquí!
Mis palabras no logran tener ningún efecto conforme estas simplemente caen en
oídos sordos. Trato de vislumbrar otra salida… otra opción ante semejante situación
tan desalentadora y para ser honestos la cosa no se ve nada bien. De repente
comienzo a sentir como la estalagmita que me salva la vida se sacude violentamente
como si la golpearan con bastantes y pequeños martillos. Al asomarme mis
esperanzas de sobrevivir se achican aun más cuando veo que del centro de la ahora
más grande estrella emanan pequeñas esferas de luz que son las que golpean la
estalagmita con furia.
Esto es todo… hasta aquí llegué. Puedo sentir que este pedazo de roca no durara por
mucho más tiempo. El vació que crea la estrella y los pequeños pero violentos golpes
que recibe la estalagmita llegaran dentro de muy poco al punto critico y será
entonces cuando se acabara todo… ah, como desearía haber escuchado a Satori y no
haberme dejado llevar por mis preocupaciones. Supongo que esto solo muestra lo
estúpido y desesperado que… oh, genial… mi camisa se está comenzando a quemar.
De la nada una voz resonó en la distancia, una voz familiar y que en cierta forma
restauro mis esperanzas de sobrevivir. Era la primera voz que escuche desde que
recupere el conocimiento y me encontré a mi mismo en esta tierra de fantasía. Orin.
- ¡Satori-sama esta en problemas! ¡Ven! – grito Orin fuertemente para que Okuu,
como aparentemente se llamaba la muchacha, reaccionara a lo que ella le decía y
como su hubiera dicho las palabras mágicas o algo la estrella letal comenzó a
apagarse lentamente hasta el punto que era tan pequeña y se desvaneció en el aire.
Sin chistar ni perder tiempo Okuu brinco rápidamente hacia donde Orin estaba (en
dirección opuesta a mí) con una cara de preocupación.
*¡Splash!*
De un momento para otro Okuu paso de ser una “chica infernal” a “un pájaro
mojado” en cuestión de un segundo. El agua escurría a través de los negros cabellos y
plumaje de Okuu y se podía ver como el agua se convertía en vapor cuando tocaba
su brazo mecánico.
- ¿¡Por qué hiciste eso!? – Pregunta Okuu enojada mirando a Orin con ojos
desafiantes.
- Y todavía preguntas… ¡mira a tu alrededor! – Dice Orin devolviéndole la mirada a
Okuu.
- Ehm… ¿oops?
- ¡Nada de “Oops”! ¡Casi nos metes a todos en serios problemas con los habitantes de
la ciudad antigua, incluyendo a Satori sama!
- ¡Ah, Satori-sama! ¿Dónde se encuentra?
- Tonta… Satori-sama esta bien. ¡Solo te dije eso para captar tu atención!
- ¿Eh? ¿Entonces ella esta bien?
- ¡Por supuesto que ella esta bien! Ella me mando aquí en primer lugar.
Yo observaba de lejos la plática que parecía mas un regaño que una platica. Tal
escena era bastante curiosa debo admitir… un gato demonio regañando a… bueno,
un ave capaz de incinerar lo que sea que se le ponga enfrente, nomás faltaba un
youkai perro para terminar el cuadro, hehehe. Mientras brincaba a través de los
múltiples hoyos dejados atrás por la violenta y despistada Okuu podía escuchar a las
dos mascotas de Satori aun discutir acerca del desastre que apenas tubo lugar aquí.
Enserio… parece que efectivamente es un milagro que este vivo ya que ni siquiera
Orin esperaba verme con vida y para ser sinceros cuando volteo mi cabeza hacia
atrás y veo el caos dejado por Okuu realmente no puedo evitar pensar como
demonios le hice para no terminar como un bulto de cenizas.
Al principio no comprendo de que hablan con “ayudarme” pero cuando veo a Orin
transformarse en gato y a Okuu desplegar sus alas de nuevo siento por mi cuerpo un
horrible escalofrió. Sin aviso ni advertencia Okuu me toma del brazo con gran
fuerza y de un tirón siento como me jalan hacia el aire.
- ¡Oh dios mío!
- ¿Qué pasó Maru-kun? – me pregunta Okuu.
- ¡E-e-estamos volando!
- Por supuesto, ¿qué tiene de raro?
- ¡El simple hecho de volar es raro! – no se como no me había percatado antes que
Okuu volaba… quizás fue por la confusión la adrenalina de la batalla o quizás fue
porque en cuando la vi tuve que comenzar a correr por mi vida.
- ¿De que hablas? ¿No es volar de lo más común en la superficie?
- ¡Yo no soy de aquí! – Le digo a la despistada Okuu. ¿¡Que acaso Satori no le dijo
nada de mí a excepción de mi nombre!?
- Oh, ya veo, ya veo – me contesta con una expresión sabihonda. Definitivamente
Satori no le dijo nada fuera de mi nombre… - Maru-kun… te quiero pedir disculpas
por lo que paso hace unos momentos.
- N-no te preocupes… - le respondo recordando que necesitaba ropa interior nueva
por los sustos por los que me hizo pasar con su explosivo saludo.
- Si quieres enojarte con alguien que sea conmigo, no culpes a Satori-sama… - Me
dice con verdadero arrepentimiento. Cierro mis ojos en culpa preguntándome si
acaso soy tan obvio como para que se diera cuenta que culpaba a Satori de haber
enviado a tan torpe protector. – Soy un poco despistada y…
- ¿Un poco?
- Bueno, algo… el caso es que no lo hice con intención y…
- ¿No lo hiciste…? – La miro con ojos sarcásticos.
- Bueno, si…
- Te perdono, hehe. No te preocupes.
- Te juro que me reivindi… ¿eeh, en serio?
- Si, no te preocupes… emm…
- ¡Utsuho Reiuji! – Me contesta con una gran sonrisa. Podía notar que la felicidad se
desbordaba de ella cuando le dije que todo estaba bien – ¡Qué bien!
- ¡Dios, cuidado, cuidado! – Le grito conforme tengo que levantar mis piernas para
esquivar el suelo o las estalagmitas que se alzan del suelo cuando Okuu vuela bajo –
¡¡Sube, sube, sube!! ¡¡¡¡Baja, baja, baja!!!! – le grito desesperado. ¡Primero esquivando
el suelo, ahora resistiendo el vértigo y el miedo de volar alto!
- ¡Ahí vas, hahaha! – dice Okuu mientras me suelta en el aire conforme volaba hacia
arriba y me hace formar una mortal parábola en caída libre.
- ¡¡¡Okuuuuuuuuuuuuuuuuu!!!
- ¡Hahaha, estás bien, estás bien! No te preocupes, ¡soy una de las mejores volando
en el subterráneo! – Okuu me agarra de los brazos mientras caía en picada hacia el
suelo… no importa que diga que es la mejor volando en todo Gensokyo, ¡apuesto
que ni siquiera el mejor terapeuta del mundo podrá curarme este trauma ahora!
A diferencia de las horas que tarde caminando para llegar a la ciudad antigua, el
volar de vuelta nos tomo alrededor de 30 minutos. Era impresionante lo practico y
veloz que era volar y también era triste y vergonzoso lo mucho que deseaba nunca
mas volver a volar. Una vez mas me encontraba frente al palacio de los espíritus
terrenales pero esta vez volvía con la cola entre las patas. Una vez adentro volví a
contemplar los magníficos e imponentes vitrales, los altísimos pillares una vez mas
se imponían poderosamente frente a mi y a nivel del suelo, sentada en medio de la
sala principal en un pequeño sillón se encontraba la ama del palacio de los espíritus
terrenales… aquella Youkai que podía leer hasta lo mas profundo de tu mente.
Satori Komeiji.
- Ah, Makoto, es bueno verte sano y salvo.
- ¿Por qué siento un ligero tono de sarcasmo cuando todos dicen eso?
- Hehe, simples apariencias Makoto. Pero dime… ¿qué te pareció tu primer escape?
- Creía que Gensokyo era un lugar donde humanos y youkai podían vivir en
armonía, como dijiste…
- Armonía y paz son dos cosas totalmente diferentes Makoto además que no todos
los youkai de Gensokyo comparten nuestra misma ideología. Eso si, te aseguro que
Gensokyo es un paraíso para humanos y youkai si lo comparas de donde tú vienes…
¿no lo crees así?
Touché… haciendo memoria en la historia de Japón los youkai son vistos como seres
malignos que deben ser exterminados.
- Aunque no todos los humanos o youkai de Gensokyo se aceptan los unos a los
otros te puedo asegurar que no encontraras ningún otro lugar en el mundo donde
estos puedan vivir juntos en el mismo lugar. Justo como lo piensas… como podrían
youkai vivir en un mundo en donde incluso humanos se odian entre si, en donde
seres “fantásticos” como nosotros podrían ser considerados una amenaza natural
contra la humanidad. Aquí en Gensokyo Youkais y humanos pueden vivir sin miedo
mortal el uno del otro… claro, aun hoy ocurren incidentes entre ambos pero estos
conflictos no llegan al nivel que podrían llegar de donde tú vienes.
No pude contestar nada ante palabras tan ciertas y verdaderas. Me pregunto si Satori
podía ver en mi mente todas aquellas noticias que veía en la televisión acerca de
asesinatos, robos, guerras y demás crueles cosas de las que los humanos somos
capaces de hacernos los unos a los otros. Era horrible pensar en lo que seriamos
capaces de hacer si hubiera youkais viviendo abiertamente fuera de Gensokyo. Sin
embargo en este momento me cruzo por la mente un caso muy especial… ¿que
había de aquellos youkai que ni siquiera en Gensokyo eran aceptados…? youkais
como-
-Bien bien, lo que importa es que están de vuelta sano y salvo. Debes estar cansado
por todo lo que ocurrió Makoto, ¿por qué no descansas? Me gustaría hablar contigo
de nuevo una vez que estés descansado. Okuu, Orin, muchas gracias por su ayuda.
- No hay de que Satori-sama –dijeron las dos al unísono. Yo mientras simplemente
observaba a Satori con ojos melancólicos. Asentí con la cabeza al no tener ningún
derecho de rechazar su sugerencia… ya una vez la había ignorado y solo traje
problemas a todos con mi actitud.
Mientras regresaba al cuarto que se me había sido asignado una vez mas volví a
revisar mis pensamientos. Volví a pensar en aquellos que ni siquiera en Gensokyo
podían encontrar felicidad y aceptación, o que por lo menos tenían una gran
dificultad encontrándola, Youkais como Satori Komeiji… Ella mejor que nadie debía
de ser capaz de entender el dolor de ser diferente a los demás, de ser temida sin ser
malvada. No había comprendido nada de esto hasta que me encontré con aquellos
hermanos Youkai, simplemente el mencionar su nombre provocaba odio y miedo en
sus corazones… no era descabellado pensar que así como ellos tres pensaban igual lo
hacían muchos otros, humanos como Youkai.
Esa noche de nuevo volví a tener sueños relacionados con el accidente. Iba en un
automóvil platicando alegre de la vida. Podía escuchar las risas y voces lejanas de
otras personas mientras disfrutaba del paisaje de las montañas cuando entonces
pasó… el auto comenzó a derrapar por el camino, ¡izquierda… derecha! ¡No
podíamos controlarlo! ¡Oh no, nos acercamos al barranco!
- ¡¡Makoto-nii-san!!
- ¡No! ¡Kanon!... – grito fuertemente mientras abro mis ojos y extiendo mi brazo en
el aire como si tratara de alcanzar algo o a alguien. Jadeo fuertemente y puedo sentir
como si mi corazón estuviera a punto de salir brincando de mi boca. Me levanto de
la cama aun jadeando tratando de recuperar tanto mi aliento como mi calma y es
entonces cuando la veo a ella ay parada junto a la puerta de mi cuarto. Sus ojos serios
fijos en mi rápidamente delatan el porque se encuentra aquí.
- Satori...
- Buenos días Makoto.
- … buenos días.
- Vamos, tenemos que hablar.
- ¿Hablar?… te refieres a…
- Así es, tu sueño… tenemos que hablar de tu hermana…
- Escrito por Cuchu -
Veo a esas pequeñas monstruos escalar con la gente a cuestas el pequeño monte de
cuerpos, dejándolas en la cúspide mientras las terminan de matar. Puedo ver cómo
les arrancan el corazón, les cortan el cuello, le sacan los pulmones, las mutilan; la
sangre salta a borbotones mientras baña a las demonios cercanas, que cuando notan
que los cadáveres son más frescos dan saltos de jolgorio y tratan de arrebatar las
partes de los cuerpos a las recién llegadas, las que luchan desenfrenadamente por la
presa que ellas cazaron. Esto es un carnaval de sangre.
Comienzan los aullidos infernales, como si todos los demonios del infierno
comenzaran a cantar un himno diabólico que volvería loco a cualquiera que lo
escuche, comienzan todas a acercarse a nosotros. El primer humano en ser
descubierto se suelta de su captora, una señora con su zapato de tacón le revienta el
ojo a una demonio. Comienza una batalla tan macabra e inverosímil que, estoy
seguro, ni el mismo Dante hubiese imaginado. Mi captora, trata de sujetarme
firmemente para asestarme el golpe final, pero en el momento que fija su vista en
mi, le lanzo la tierra, que recogí momentos atrás, a los ojos. Soltando un chirrido
infernal, cubre sus ojos y trata de, instintivamente esconderse, para no ser atacada
nuevamente.
Trato de buscar algo con que defenderme, y encuentro una pierna que tomo con las
dos manos, en forma de espada comienzo a defenderme del ataque de los pequeños
demonios. El primer señor que se libero, no alcanzó a cubrirse con nada y se
abalanzaron sobre él 5 niñas, que lo desmembraron en el acto. La fuerza de estas
pequeñas niñas es fuera de lo común, es como si fuesen lobos salvajes, hambrientos,
llenos de rabia e impotencia por no encontrar alimento en varias semanas. Si caes
presa de sus fauces no saldrás con vida. Un par de jóvenes mas a mi izquierda tratan
de arrancar, al entrar al bosque desaparecen de mi vista, siento el barullo de las hojas
y ramas rotas, segundos más tarde aparecen muchas demonios con partes de lo que
parecen ser los jóvenes que trataron de escapar.
Se abalanza sobre mí un demonio, a la cual le pego con la pierna que uso de espada,
pero sólo alcanzo a cambiar un poco el rumbo de su embestida. No sirve de mucho
lo que uso para defenderme. Debo encontrar algo más contundente, sino de seguro
esta orgía de putrefacción será mi tumba y no quiero que mis últimos recuerdos sean
revolcándome con un ser desconocido en un charco de sangre putrefacta.
Tres tipos luchan a mano limpia con las demonios, espalda con espalda, enfrentan a
cada una dando puñetazos y patadas a cada ser que se acerque. Es tan ridículo que
me deja sin reaccionar unos segundos, ver como abaten a cada demonio que trata de
acercarse a tratar de hacerlos su presa. Comienzan a ser rodeados de a poco por
muchas niñas y comienzan a retroceder hasta dar con un gigantesco árbol que le
cubre las espaldas, pero en realidad están atrapados y es cosa de tiempo que sean
devorados. Uno es alcanzado por un demonio, ésta le muerde un brazo y lo tira al
suelo, y comienza a arrastrarlo hacia las demás demonios que esperan ansiosas.
Ella con una sonrisa que casi me da un infarto me dice: “Agárralo fuerte, ¿ok?” y en
un acto casi felino salta sobre el humano, se dirige hacia la demonio empuñando el
lápiz y se lo clava en un ojo. La niña comienza a dar saltos, gritos y golpes a ciegas,
golpeando a sus pares. Todas las demás demonios salen corriendo, y se apodera del
lugar un silencio que me dio la más horripilante sensación que había sentido hasta
ahora.
En un segundo, casi por arte de magia, el claro del bosque que estaba iluminado por
la luz de la luna se oscurece completamente. No puedo distinguir nada. No puedo
ver ni la punta de mi nariz, es algo completamente inaudito, el silencio y la
obscuridad son absolutos, solo puedo sentir la respiración de la gente que está cerca
de mío, nadie dice una sola palabra, la tensión es máxima porque estoy seguro que
todos sentimos la presencia de algo macabro, si las pequeñas demonios me hacían
erizar los pelos, ahora me siento completamente indefenso, la presencia es
aterradora, es diferente, ahora tengo la certeza de que moriré, estos son mis últimos
segundos. En un acto de terror absoluto, al mismo tiempo los cuatro humanos que
estamos en pie comenzamos a respirar más despacio, queriendo hacer desaparecer
completamente nuestra existencia.
Incomprensiblemente comienzo a sentir mucho frío, cuando casi por instinto me
cubro con mis manos la cara prediciendo que algo me golpeará con mucha fuerza.
Siento que algo golpea fuertemente carne humana, siento más golpes, me tiro al
suelo instintivamente, y siento que golpes pasan rozando mi cara mientras voy
cayendo.
Sin previo aviso, todo se ilumina nuevamente, el cambio es tan brusco que mis ojos
duelen un poco al abrirlos, me revuelco y me pongo de rodillas. Pestañeando,
rápidamente y poniendo mi brazo sobre mi frente comienzo a vislumbrar una figura
rodeada de una tenue oscuridad. Llevando un falda negra, una blusa blanca y sobre
la blusa, un chaleco negro. Sentada frente al cerro de cadáveres inmutable, como si
fuese lo más normal de mundo, comiendo algo que no logro reconocer debido al
dolor de mis ojos. Como dije anteriormente la rodea un aura, negra muy tenue,
como si la estuviesen consumiendo pequeñas llamas negras que resaltan de manera
muy llamativa el color dorado de sus cabellos que corona con un pequeño listón
rojo.
“¿Quién eres tú?” Pregunta con cara de inocente la pequeña niña. “Yo, mi nombre es
Vicente”. “JAJAJAJAJAJA que gracioso nombre, mi nombre es Rumia, nunca había
escuchado un nombre como el tuyo”. “Yo nunca había escuchado el nombre Rumia
en mi vida”. “¿Qué te parece mi nombre?”. “No sé, me suena a vaca”. “¿Qué es una
vaca?”. “Es una animal que da leche”. “Un animal que da cosas ¿Es eso cierto?”. Que
mierda de conversación, que ridiculez, que alguien me explique qué está pasando.
Esto no tiene el menor sentido. “Eres un ser muy interesante, Vicente”. “¿Por qué?”.
“Me gustas, tienes algo especial” dice la pequeña sonrojándose.
Al estar más relajado, pensando en que la niña no me hará daño por que le intereso,
me pongo de pie y sigo con la conversación. “De verdad piensas que soy especial”.
“Realmente no lo sé, sólo lo siento” dice cerrando los ojos y elevándose un metro por
sobre el nivel del suelo. Comienzo a sentir a su presencia se hace cada vez intensa, la
presión del aire comienza a crecer y mantenerme de pie me cuesta un poco más.
“Siento que debo...”. Esto se está poniendo raro la tenue oscuridad que la rodeaba se
comienza a hacer más intensa, las pequeñas llamas negras que la cubrían se hacen
más grandes y sus ojos se tornan un rojo más profundo.
Correr entre los árboles es muy molesto, debo encontrar un sendero para poder
avanzar sin tratar de esquivar lo que no veo. Pero escucho el barullo y el sonido de
que algo choca contra los árboles, ¿acaso ella no puede seguirme, ni pelear si me
encuentro en el bosque? La oscuridad va desapareciendo a medida que voy
avanzando, y diviso un pequeño camino por el cual escapar. Me dirijo raudo hacia
él.
Enfilando el rumbo para donde sea, sigo esta pequeña senda. Pero es el peor error
que pude cometer, la oscuridad me alcanza y siento a Rumia nuevamente en mis
talones. Cuando nuevamente no escucho nada ni puedo ver mis narices, veo un haz
de luz dorado que pasa al lado mío. “¿Por qué corres?”. “¿Tú me quieres comer?”.
“¿Es eso cierto?”. “¿Entonces por qué te emocionaste tanto?”. “No te quiero comer,
solo quiero tu corazón” dijo riéndose, mientras revoloteaba cerca de mí.
Sigo escuchando que Rumia choca contra los árboles del bosque, pero ya muy a lo
lejos. Mi primera victoria sobre una de estas cosas que me encuentro por acá. Pero al
seguir corriendo, y dar un salto para esquivar un tronco que yacía en el camino, me
doy cuenta que no aterrizo en nada y caigo al vacío cual roca que cae por un
despeñadero. Como dije anteriormente, correr por el bosque no es muy buena idea,
porque no existen caminos establecidos, puede ser que des un paso en falso y caigas a
un precipicio, a una zanja o te encuentres con el fin de la cara de un cerro. Es
exactamente lo que me ocurrió.
“¿Estás peredido?”. Dice una voz juguetona. “Nunca he estado en un lugar como este
y no sé a dónde ir. Puedes concluir que sí, estoy perdido”. “Hablas muy entraño
señor”. “Jaajajajajaajajajajajajaajajaj”. “¿De qué se ríe señor?”. “Me recuerdas a mi
sobrina”. “Huele muy feo señor”. “Jajajajajaajajajajaajajajaja”. “Usted es muy entraño
señor”. “Ese comentario me causa mucha gracia”. “¿Poru qué?”. “Por qué de donde
vengo, este lugar sería considerado extraño”. Abro mis ojos y allí esta ella, tan cerca
de mí que parece hasta ridículo. Tan ridículo como su apariencia, es prácticamente
una niña con orejas de conejo, su pelo negro ondulado cae hasta sus hombros y lo
que más me llama la atención es su extraño collar en forma de zanahoria. Lleva
puesto un vestido largo color rosa pálido, muy simple y suave a la vista. “Un hombre
miedo mueruto es muy entraño ¿Estás peredido?”. “Si estoy perdido y algo
confundido”. “Yo puero ayurarte”.
Sin su colaboración, el fic conocido como Dragon Age no sería lo que ahora es. Doy
verdaderamente las gracias por tan maravilloso trabajo en recrear la atmosfera y
haberme permitido ver a mis personajes vivos y con un estilo único. GATURRO, tu
trabajo es merecedor de reconocimiento, las molestias que pasaste por mis
peticiones algo ridículas y vergonzosas, además también por qué te encerré junto con
Flandre hasta que terminaras los bocetos (XD).
Sin más, este trabajo es Seinen así que ya se los advertí (XP)
Prologo
-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-
– Se puede decir que necesitas ayuda, debes de olvidar el pasado y centrarte en el futuro,
quedarte sin hacer nada es malo para tu “salud” mmmh ¿qué otra cosa te puedo
enumerar? Y no te quedes callado ¿Acaso no ves que da vergüenza afirmar una
obviedad? Exprésame tu opinión al respecto.
– ……
– Oh vamos, si me vienes con la filosofía del silencio menos te puedo aconsejar, sabes
que necesitas avivar esos „ánimos‟. El tiempo se acaba, y no dispondré del mío para
sacarte de tus ensoñaciones ¿Acaso esperas qué suplique tú contribución? Porque sabes
que no lo haré.
–…
– ¡Qué calor! ¡¡Dios ayúdame!! – En medio de una extensa arboleda, encima de una
colina y casi apretujándonos unos contra otros, me incomoda no saber de lo que se está
hablando, ¿Cuál fue el motivo por el cual me escape de la comodidad de mí hogar? Por
no decir país…… ha, ya me acordé. – ¿Qué fue lo que dijo?
– “El recinto ha estado abandonado por más de una centuria”, pon un poco más de
entusiasmo en aprender el idioma, no puedo simplemente trata de ser tu traductora
personal, jejeje, – no es que no me interese dominar la lengua japonesa, es que se me
hace difícil y tú lo sabes, ¿Por qué me haces sufrir? Me voy a poner a llorar, mira, las
lágrimas no paran de salir – por favor, no empieces… ahora nos están viendo como un
par de extraños, – yo no soy raro, ellos lo son, me sobaré la nariz y me taparé la boca con
las manos al estornudar, ¿lo intentó? – Sé que significa esa mirada tuya así que, no, no lo
hagas, ¡estarás insultando su cultura! – no me susurres, ¡háblame bien!
– ¡Ejem, ejem! – No lo puedo creer, una niña me está llamando la atención, pero bueno
no se puede divertir en un país tan serio y desprovisto de emociones fuertes, ¿verdad?
Estamos a la mitad de una excursión, si se le puede llamar así, protagonizada por una
Universidad japonesa, Todai, o algo así. Yo no entiendo esa clase de cosas, y menos
proviniendo de los japoneses, sin embargo mi novia, misma que es nacionalidad nipona
y también había sido estudiante de tan renombrada Universidad, deseaba ser partícipe
del proyecto estudiantil, aun si fuera solamente de invitada/turista.
–… El Shogunato estaba por encontrar su fin, fue entonces que había comenzado la
nueva era, Meiji, en el cual la autoridad que eran antes los Samurais sería abolida. Ante
lo que vendría muchos seguidores del Shogunato se levantarían en armas originando
una guerra civil conocida como Boshin Sensou. Sin embargo como ya estaba previsto,
Japón estaba en medio apogeo de la industrialización, la Corte Imperial logró vencer sin
ningún esfuerzo al ejército del shogunato, ya que este último solo contaba con samuráis
blandiendo espadas mientras que sus contrapartes portaban una sofisticada artillería que
constaba de cañones Armstrong, fusiles Minié y algunas ametralladoras Gatling, a lo
lejos se notaba la diferencia de poder y fue de ese modo que el bando del shogunato
perdía facciones que en un principio los apoyaban, mientras que el…
– ¿Hay alguna pregunta? – Esta es fácil, cada vez que un guía termina de recorrer la
historia de cualquier monumento, es el momento de las cuestiones, entonces… ¿qué
hago?...... Comenzaré con algo muy simple, ¡¡esto lo escuche en una caricatura de esas
que ve mi novia!!
– ¿Dios está… haciendo aquí? – Silencio,… luego un tosido,…. los murmullos se
acrecientan a un punto que parece una algarabía y después mi desesperación hace
acto… ¡MALDITA SEA, DIGAN ALGO ENTENDIBLE!
– Creo… que trató de decir si hay algún Dios que moré en el recinto, jeje – la vergüenza
ajena de mi novia es un incentivo motivador, indicándome que no dejará que me
atormente yo solo. Más el alborozo que se estaban dando estos chinos me estrujaba el
estomago y hacía quemar mi rostro de lo sonrojado que estaba. Como mal habito, trato
de imaginar que estoy en otro lugar, desconectando mi mente de la realidad.
– Ah~, mmmh, – me voy yendo – ¿¡¡A dónde vas!!? – A desahogarme, con un gesto de la
mano le doy poca importancia, en ello tiene razón, nunca me ha gustado darle tantas
vueltas por una cuestión, “a pesar que siempre lo hago”, además he tenido peores
momentos, ¡cómo cuando vomite en medio de un examen!...... ya me siento fatal
nuevamente, esa experiencia creí haberla borrado de mi memoria gracias a mi ingenio
regresaron los peores días de mi vida institucional…
Recorriendo la colina, observo a los estudiantes japoneses admirar el lugar, a los adultos
contemplar los cerezos, mientras tienen el decoro y cuidado de no alterar el medio que
lo rodea, algo de lo cual admiro y me da cierta envidia, no es que reproche a mi país de
tal modo de civilización, Canadá tiene un estilo de vida algo parecido, aunque y aun así
en cualquier lugar donde se voltee a ver, en donde quiera uno esconderse en un rincón,
siempre se hallará el miedo y la incertidumbre del mal, llamado ‟ser humano‟, podría
apostar que aun en Japón, por lo mínimo, la delincuencia domina una calle o dos.
– Disculpe, – una voz algo aguda para mi gusto perturba mi descanso, me levanto aun en
contra de mi voluntad sin embargo, no le pondría mala cara a una niña de escasos años,
– ¿no gustaría de acompañarnos a comer, Onii-chan? – Al verla mejor era la hija de
aquel señor, trato de entender lo que quiere comunicarme, más no localizo el mensaje,
un brazo extendido y una sonrisa en la cara eran todas las pistas que disponía a la mano.
– Estar… ¿perdida? Usted – creo que vuelvo al punto de partida, la vergüenza invade mi
ser, y es otra niña la que provoca mi angustia. Ella se ríe levemente, ocultando su boca
con las dos manos ¿esa es una costumbre aquí en Japón? Y ¿Qué significa? A pesar de
haber dispuesto de los “videos educativos” de mi novia, sobre las costumbres de los
estudiantes del sol naciente así como de los hábitos infantiles de los niños, no me queda
del todo claro lo que trata de indicarme esta infante son sus ademanes.
– Dice que si deseas acompañarla a comer, – una voz gélida, sin vida y algo ronca,
desprende emociones perturbantes en todo mi cuerpo, tanto como para obligarme a
tomar una posición defensiva, enfrente se hallaba la extraña mujer, ahora analizaba
incluso el tronco de un árbol. Se me queda mirando “con mil ojos”, detallando cada
esquina de mi cuerpo, logro notar un brillo en sus ojos que se va apagando a la misma
velocidad que se había mostrado, luego de mirarme durante una eternidad para mí, que
solo fueron dos segundos en la realidad, y desaparece de la escena.
– ¿Qué fue lo que sucedió? – Esa voz de mando, es raro que ella lo utilice en mí persona,
más ahora no estoy a gusto como para mostrarme sarcástico. Trato de voltear al lado
contrario de su mirada.
– Solo me asustó, nada más, no había tomado en cuenta que estaba detrás de mí. –
Cierro mis ojos tratando de imaginar que todo es una pesadilla, que todo es una broma
pesada, pero ¿de quién? No hay a nadie que pueda culpar, ni lo habrá.
– Te creo… pero debes disculparte con ella, – Dios no lo quiera, – deja de hacer esa
mueca, considera cuantos problemas le has causado por ese „susto‟, desde ahora la
aislarán del grupo, ten empatía, si alguien te ocasionara un problema por un
malentendido ¿Cómo te sentirías?
– Muy mal. – Pero también desearía pasar desapercibido, irónico ¿no? Antes trataba de
llevar una conversación con extraños, aunque solo lo hacía por la necesidad del ser
humano de estar en compañía. Siempre he sido un ser que gusta de estar en perfecta
comunión con su sombra, sin embargo desde que conocí a Kiku ni vida había cambiado.
– Entonces, adelante♪ – no puedo creer que yo tenga veintiséis años y actúe como un
infante, mientras mi novia que es dos años menor que yo, sea más madura y reflexiva
que un adulto de cuarenta años. A veces envidio su fortaleza, su carácter y positivismo.
Ahí estaba ella, sola, desarraigada de la comunidad, solo porque un idiota extranjero se
había desmayado de la impresión, no es que fuera un ser horripilante o algo que temer,
de hecho era muy hermosa a pesar de su edad, es solo que su presencia era demasiado
inquietante. No sé qué obsesión tendrá con las reliquias del pasado, aunque está más
concentrada en su “trabajo” que no le parece importar que la estén observando con
cautela y renuencia. Solo me separaba una distancia de cinco metros de donde se
encontraba parada en medio de lo que antes se consideraría un „Tori‟.
Ella me vio a los ojos, mantuvo la mirada durante solo un segundo para perder el
entusiasmo, volteando a ver de nueva cuenta el Tori, era como si esperara a que yo diera
inicio, que hablara primero. Di un paso, luego dos, para finalizar retirarme del lugar sin
mirar atrás, ¿estaba asustado? No, ¿era vergüenza? Ni cerca, entonces ¿Cuál fue la causa?
No lo sé, o mejor dicho “era la misma de siempre”.
……
– ¿Te disculpaste con ella? – Ya sabes la verdad, ¿lo tengo qué decir? Tengo la mirada
por los suelos, al igual que mi coraje, estoy perdido en mis pensamientos, en lo más
profundo de mi consciencia, con los ojos cerrados deseando desaparecer.
Es por eso que no siento la presencia de nadie a mi alrededor, sin embargo sé con
certeza que Kiku está sentada a mi lado, no necesito que me diga nada, no requiero de
un contacto físico, ella siempre ha estado cuando me deprimo y me pongo a llorar, como
ahora mismo estoy haciendo. Lloro desconsoladamente en su pecho, en búsqueda de un
refugio donde resguardarme de todos mis complejos, yo ya lo sabía mi aptitud es el
problema, mi carácter es una torpeza, mi vida se define como completo fracaso, siempre
evadiendo responsabilidades, de hecho nunca fui sociable, fue gracias a Kiku que mi
mundo fue expandiéndose, ella fue la primera en tomarme en cuenta y la primera en
hablarme de tu a tu.
¿Cómo es posible que una pequeña acción involucre a un gran tifón? El cumulo de las
participaciones que he dado en la vida, definen mi destino. Estoy haciendo el ridículo
llorando por no poder disculparme, me siento insignificante por no tomar el
compromiso de aceptar el error y diseminar la tergiversación. Lo peor, o extraño, es que
la señora no dio comentario alguno o reprochara mi falta de cooperación en el asunto
sino que se comprometió a resolver toda la confusión por su propia mano, “desearía que
me criticaran por haber existido”.
Dejando el dramatismo por la paz, suelo imitar lo que hacen esas caricaturas chinas,
recostarme en las piernas de mi novia, mientras ella acaricia mi cabellera con gran
entusiasmo, creando remolinos y rizos con mí cabello, debo decir que me relaja y
avergüenza. En medio de la entrada del templo, no puedo creer que me dejara llevar por
su petición, parecemos un par de tortolitos, no quiero alzar la mirada y comprobar que
somos el centro de atención.
– No te importó interrumpir a Ren-chan, – por favor no hables así y eso era diferente.
Kiku desde la primera vez que la conocí siempre me ha tratado de una forma un tanto
“especial”, más parece mi madre que mi novia… recordar a mi progenitora me da
escalofríos, – me haces cosquillas, eres un pervertido~ jeje, además no debemos de hacer
esto al aire libre♫ – la pervertida eres tú, solo deseo ahogarme en tu cuerpo… no, creo
que ya soy un depravado. ¿Tendré complejo de Edipo? A pesar que ella no esa mi madre,
me gusta que actúe como tal, solo hay algo que me incomoda, deseo saber una cosa.
– ¿Por qué eres mi novia? – La verdad iba a preguntar por qué me amaba, o mejor aún,
por qué la amo yo. Odio tener que acomplejar el asunto una vez más o tener que
preguntar idioteces que puedan malinterpretarse en nuestra relación, más la curiosidad
y la incertidumbre invaden mi alma.
– ¿Ya lo has olvidado, verdad? – Estaba colorado, me faltaba el aire, y el sonrojo hacía
que me asfixiara todavía más. No entiendo que es lo que trata de decirme, sin embargo
se acerca nuevamente a mi rostro, yo me cubro posando mi cabeza bocabajo – jeje, no lo
volveré a intentar, pero ¿no deseas saber la respuesta? – Descubro mi oído y espero a que
hable, –………– Fueron murmullos, susurros maravillosos, no podía creer que ella
tuviera tal concepto de mí, cuando yo mismo me repudio, cuando yo mismo detesto mi
vida. Ella me estaba redefiniendo, ¡no! Ella ya tenía ese concepto de mí, solo que yo no
lo tenía en cuenta, – ¿Por qué lloras? Si es la verdad~, si te dijera que en la Luna no hay
vida, ¿también llorarías? Vamos déjame ver esa cara roja jeje, no te preocupes por lo que
los demás piensan de ti, están demasiado ocupados preocupándose por lo que piensas tu
de ellos.
– Eres una otaku ¿lo sabías? – Tratando de sonar toda una entendida en el mundo de las
emociones humanas, cuando sus palabras las saca de esas caricaturas o películas chinas.
– Oh~, puedo apostar sin dudar que es la única palabra japonesa que sabes.
– También se que significa friki, – de nueva cuenta peleamos sin razón aparente o sin un
sentido aparente, como que friki no viene del japonés o que ella es la tutora de sus
palabras, en fin aunque siempre habrá momento que discutimos, ella no para de sonreír,
sea discretamente o no, he de decir que me gusta como ríe, demuestra que nada la tiene
atada en este mundo lleno de preocupaciones o miedos, que no importaría las
calamidades que afrontáramos, nosotros estaríamos siempre juntos.
– ¿Sucede algo Pye-kun? – Había alzado la cabeza levemente, por extraño que suene,
escuché la voz, o mejor dicho el canto, de alguien dentro del templo, podría ser mi
imaginación, ya que nos advirtieron que no entráramos por el estado en que se
encontraba, además de ser un patrimonio del estado, ignorando este hecho, trato de
levantarme y cuando me levanto de mi „almohada‟ preferida una gota cae sobre mí
rostro.
– Creo que tendremos que olvidarnos sobre ver las estrellas al aire libre, – ¡estaba
lloviendo! ¿Cómo es posible que se reunieran las nubes tan rápido, si hace media hora
estaba despejado? Rápidamente, la pequeña llovizna se estaba convirtiendo en un
monzón.
– ¿Entonces? – Que Kiku baje los hombros es signo que no estaba errado del todo, solo
somos seis personas, esperando en los adentros del templo Hakurei, muy hermoso por
cierto, dejando a un lado el moho, la insalubridad, el olor maloliente, los escombros en
el piso y las goteras infernales que no nos dejaba en paz, en serio es demasiado
alucinante como para ignorar este vestigio del tiempo.
– Sé en qué estás pensando, aun así deja de mirar al templo como si fuera algo que tú
harías mejor, – debe de tener un antepasado brujo, acierta en todo lo que pienso, como
si leyera mi mente – es que eres muy predecible, – ¡no lo soy! – ¿Ves?, tú cara muestra
las emociones que estás experimentando y aparte son muy precisas, no hay nada que se
me escape cuando de leer tus pensamientos se tratase – ¿no es porque eres sicóloga? – no
creo además porque solo funciona contigo.
Me voy a volver loco, estoy conversando con mi novia sin siquiera medir palabra
alguna, aunque esto es envidiable para muchos hombre, ¿verdad?... Al virar la cabeza en
todas direccione me doy cuenta que está la niña y su padre, además de esa señora
extraña, mi estomago nuevamente se retorcía, por la culpa o el miedo, quizás, tal vez,
más lo que me llamó la atención era que tenía cierto libro grueso entre sus manos como
si fuera un salvavidas en medio de una tormenta en el mar, al parecer siempre lo ha
llevado en todo el trayecto, hasta ahora es que me vengo enterando. Cuando se entera
que la estoy observando, voltea su rostro, aunque yo escondo el mío. Como un escape de
la realidad, me quedo mirando las gotas de lluvia caer al suelo, mismas que me
transportan al pasado distante cuando vivía con mi hermano mayor.
– ¡¡YA DEJALO!! – Kiku, una amiga que apenas y conocía, era muy extrovertida y no
gustaba de las disputas, más también era la primera vez que la notaba con una ira
irrisible, aunque la detuve antes que comenzara a golpear a Joseph, el seguiría siendo el
primogénito sin importar su comportamiento. Al acercarse comienza a llorar,
igualmente era la primera vez que la notaba triste e impotente.
– Será acaso hora u hora y media, no fue mucho, pero dejemos de hablar ¡el autobús nos
va dejar! – No creo que sea verdad, digo, ¿Japón no es un país solidario en donde la tasa
de delincuencia eran escazas? Se iría dejando a dos extranjeros en medio de la nada...
Pregunta tonta, en donde sea existe la maldad envenenando al mundo y se llama ser
humano, pero dejando el tema para otro día, sigo a Kiku en medio de la tormenta que
cada vez se estaba haciendo más fuerte. – ¡Ya falta poco! Apresura el paso, no deseo que
te dé pulmonía en esta época del año. – Preocúpate por ti misma, la verdad necesitas
tener algo de consideración a tu persona e ignorarme de vez en cuando.
Al llegar al lugar indicado por Kiku, lo que me encuentro en frente me deja estupefacto,
la verdad no me lo puedo creer, ¿será acaso una broma de mal gusto? Simplemente esto
es casi un insulto… no, es un ultraje.
– ¿Qué esperabas? Solo somos cinco personas, la Universidad tiene prestados todos y
cada uno de los ómnibus, fue una suerte que para el proyecto estuviera disponible uno y
uno no puede simplemente a esperar que el Campus te preste otro solo por cinco
personas. – Ya dentro, queja alguna no podía decir, sin embargo deseaba saber sobre la
incómoda situación.
– Entonces ¿por qué simplemente no regresaron por nosotros, una vez desocupado?
Digo, no es tanta la molestia ¿o sí?
– No sabría decirte, al parecer se quedó estancado a medio camino que venía a
recogernos, todo lo que pudimos hacer era pedir el coche de un maestro prestado.
– ¿Hay algún problema? – Esa voz grave me había asustado, habíamos ignorado al
conductor por mucho tiempo, se notaba como la sonrisa era forzada, antes de subir, el
coche se mostraba todo lodoso. Sé que no soy un experto en la lengua japonesa, sin
embargo incluso yo me enojaría si alguien se disgustara por la ayuda que estoy
ofreciendo a pesar del tiempo y las condiciones, y lo más importante, si es gratis.
– Muchas gracias – la lluvia se estaba haciendo más progresiva, era muy raro, ya que
estamos en otoño. Sin esperar más me acomodé lo más que pude en el asiento de atrás,
lo grandioso de ahora, es que la extraña mujer estaba en el asiento de adelante bien
dormida, ¿será acaso mi culpa?... no, debo de dejar de imputarme todos y cada uno de los
errores de las personas ajenas. Sin aviso ni advertencia, el conductor se encomienda a
dejarnos secos y salvos a nuestro destino… ¿no sé nos olvida algo? – ¡¡ESPERE, AUN
FALTA UNO!!
– ¿Disculpe? – Kiku me había dado un codazo por mi griterío, se lo voy a perdonar, por
esta vez, sin embargo a mí no me gustaría que me dejaran en un santuario todo
derruido.
– Pye-kun, ¿de qué hablas? Ya estamos todos adentro – se podría decir que la mayoría,
el joven padre y su hija en la esquina derecha y mi novia y yo, la señora mayor. Aun así.
– Mmm voy a preguntar de todos modos. Disculpe, ¿A cuántos tenía que recoger, según
el profesorado?
– Que recuerde, solo a ustedes cinco, pero la verdad es algo extraño, ya que un solo
autobús salió del Campus y ningún maestro tuvo que prestar su auto para transportar a
los restantes, es más, cuando se contaron a los alumnos e invitados, eran solo 35, había
cabida para cinco personas más.
– ¿Qué fue lo que dijo? – Nuevamente no entendí nada de la conversación, aunque debía
de ser serio, Kiku estaba algo molesta, más no debió de ser sobre el miembro faltante, ya
que el auto no se detuvo en ningún momento.
– Qué contaron mal los asientos y por eso nosotros estamos retrasados y todo mojados,
¡cuando ahora estaríamos en el apogeo de nuestra cita en el hotel! – El pobre hombre
estaba algo asustado por el tono de Kiku, la verdad no era para tanto, y la cita era solo
unas copas de soda y un plato de fideos o udon, no me acuerdo. Sobre el tema, entonces
¿quién era la persona que estaba con nosotros? ¿Un fantasma?... Creo que ahora sí me he
vuelto esquizofrénico, aunque, pensándolo mejor, la peculiar mujer estaba hablando con
él, entonces no había sido mi imaginación, probablemente era el que cuidaba el
santuario. Dejando a un lado mis cavilaciones me dedico a descansar, todos ya estaban
durmiendo, incluso mi novia estaba cabeceando, tan solo habíamos recorrido media
hora del trayecto y aún faltaba salir de las montañas. Sin tener sueño me dedico a ver el
paisaje, que la verdad era muy hermoso, la lluvia le daba esa sensación poética a las hojas
descoloridas del suelo, abrigando las raíces de los árboles… Dios, escúchame hablar, ¡¡ya
me creo un trovador!!
……
Han pasado ya una hora desde que salimos del santuario, la niña está igual o más
inquieta que mi persona, en serio es algo cansado estar apretados, así que no puedo
culparla. Al observar el cielo lo noto despejado,… debo de estar soñando. La luna se
mostraba realmente hermosa, muy grande y esplendorosa, además no sabía que hoy
había eclipse lunar, estaba extrañamente esbozada de escarlata, algo muy inquietante, a
pesar que no soy supersticioso.
– Uhh ¿qué pasa Kiku? – Ella estaba abrazándome tan fuerte que casi podía sentir como
mis costillas se estaban fracturando – Kiku… por..favor…… suelta…me – al soltarme,
pude ver con claridad, como tenía la cara pálida – Dios, ¡¡que sucede, ¿tienes escalofríos?
¿Le digo al chofer que se apresure en búsqueda d un hospital?!! – Ella solo hundió su
rostro en mi pecho, estaba temblando, aunque su piel no estaba para nada fría… ¿tenía
miedo? Y si es así ¿de qué?
– Vi un grotesco perro encima de un árbol… no, creo que ni perro era, – al ver por el
cristal trasero no pude ver nada, sin embargo casi al voltear y tomar mi lugar, algo pasó
volando muy rápido al lado de ventanilla derecha. – POR DIOS, ¿QUÉ FUE ESO?
– ¡¡Abrochen sus cinturones!! No sé qué fue eso, pero parece que desea volcarnos –
maldición ¿QUÉ DEMONIOS ESTÁ PASANDO? Todo este día fue un completo fracaso
y ¿va a terminar con nosotros en el barranco? ¡¡Maldita sea!!
– ¡¡Gubi se odavde, OVO JE UPOZORENJE!! – Ese canto, ¡Es casi el mismo que
escuché en el santuario!... y fue lo último que escuché de este “mundo”.
– ¡¡SUJÉTENSE DE ALGO!! – El auto había descarrilado, por el impacto de un enorme
lobo que se atravesó en el camino, el mismo que supongo nos ha estado siguiendo con la
mirada, ¿ya tenía planeado el matarnos? ¿Esto es un sueño, verdad? ¡¿Esto no puede
estar pasando?! ¡ESTO NO ES VERDAD!
El tiempo pasa, como medio minuto, y nuevamente siento la imperecedera emoción del
estrago espiritual, por tener los nervios de punta. Todos estaban sujetándose de sus
equipajes, menos el conductor que ya estaba llorando. La niña no entendía la situación y
se quejaba de que su padre la cubría con todo lo que podía.
Tenía curiosidad de mí… de nuestra muerte, así que evadiendo un poco el miedo, volteo
a ver a mi izquierda, en la ventanilla, para sorprenderme o esperanzarme, un camino
estaba guiaba al auto en medio del aire, ALGO EVITABA QUE CAYERA AL
PRECIPICIO. Fue en ese momento que me topé con la última cosa que vería del
“mundo real”, era las alas de un enorme „murciélago‟ en la espalda de un hombre ya
viejo, mirándome con desaprobación mientras negaba con la mirada, era como
indicándome que algo hice mal o que algo había funesto había dejado pasar, después
sentí que mi estómago se revolvía y que el mundo comenzaba a dar vueltas, para luego
sentir lo que al principio me había negado a experimentar. Estábamos cayendo al vacío.
Todo lo que recuerdo fue que despertamos en medio de un bosque, el conductor había
desaparecido y Kiku estaba gravemente mal, este era un mundo donde tendría que
aprender a cómo sobrevivir solo.
- Afterword -
¡Y así finaliza una nueva edición de Bunbunmaru EXTRA!, la
número 5 para ser precisos; y realmente la cifra a la que hemos
llegado hubiera parecido algo lejana en un principio. De todo
corazón espero que hayan disfrutado las obras aquí presentes,
aunque pocas dudas me quedan al respecto.