También reconocido por su libro "Para leer al Pato Donald" - escrito junto a
Ariel Dorfman-, Mattelart cuenta con una vasta trayectoria en investigación,
reflejada en sus obras: "La mundialización de la comunicación" (1998), "Historia
de las teorías de la comunicación" (1997) y la más reciente "Historia de la
sociedad de la información" (2002). Además, en 1983 realizó un importante
trabajo junto al investigador y docente de la UNC, Héctor Schmucler,
denominado "América Latina en la encrucijada telemática".
Nuevos actores
En este sentido, el autor de "Para leer al Pato Donald" resaltó los aportes que
están realizando las organizaciones de la sociedad civil, especialmente con
miras a la Cumbre Mundial sobre la Sociedad de la Información que se
celebrará en el 2005 en Túnez. Si bien, desde su experiencia en la
organización Attac France, reconoció que "no es fácil ir más allá del análisis e
incorporar en un proyecto político toda la crítica de la sociedad", consideró esta
instancia como un punto importante para la elaboración de propuestas. "Creo
que la parte más interesante de la declaración de la sociedad civil organizada
es la que se refiere a la diversidad, no en términos de tener medios alternativos
comunitarios sino de pensar el sistema comunicativo a partir de la noción de
servicio público", sintetizó.
"Si nos peleamos para crear un instrumento jurídico que proteja la diversidad
cultural es porque tenemos en las manos una filosofía de los bienes públicos
comunes", sostuvo.
Para diferenciarse de las prerrogativas del Banco Mundial con respecto a este
último concepto, se refirió a la definición que ofrece el movimiento social: "Los
bienes públicos mundiales son cosas a las cuales los pueblos tienen derecho.
Son producidas y repartidas en las condiciones de equidad y libertad,
cualquiera sea el estatuto de las empresas que desarrollan esta misión. Los
derechos universales humanos y ecológicos son su regla; la democracia, la
exigencia permanente; y el movimiento social, la fuente".
Finalmente, recordó que los principios que defienden las organizaciones civiles
están consignados desde 1948 en la Declaración Universal de los Derechos
Humanos y en la Convención Internacional sobre los Derechos Cívicos y
Políticos que fue adoptada en 1967 y que han ratificado alrededor de 150
países. "Esto quiere decir que nada es nuevo, muchas veces hay
acumulaciones que se olvidan. La vuelta a la historia, es también el respeto por
todos quienes lucharon en su momento por más democracia", concluyó.