1
CLASES, OBREROS, CIUDADANOS, SUJETOS POLÍTICOS
Mi amigo Pepe, mantiene una polémica en ‘Red Verde’, de la que me presta alguna
opinión, que por su interés voy a reproducir, relacionada con el problema de las
clases y que viene en alguna de sus parcelas a colación de unos comentarios que
realizó mi colega Jesús de Bargas La Sagra hace pocos días, respecto a conceptos
como los de trabajador, u obrero. La polémica también tiene vínculos con lugares
como el de Javier Caso. Dice José M. Roca:
‘’Lo asumo, Sr. A: soy conservador, quizá a mi edad ya no pueda ser otra cosa en
ciertos asuntos que considero importantes, por ejemplo, en lo relativo a la lucha de
clases, término que tiene mala prensa: parece viejo, porque da la impresión de que,
en una sociedad de clases medias (ojo con el término), no hay clases ni lucha.
2º) porque han pasado a primer plano otro tipo de luchas, culturales o identitarias,
que expresan otros desequilibrios sociales, otras desigualdades, a veces
magnificando pequeñas diferencias para establecer una identidad, en una era en
que se busca la identidad de manera compulsiva y donde la victimización y la
pertenencia a un grupo minoritario sirven muy bien a ese objetivo. No hay nada
mejor que declarar la pertenencia a una minoría, real o presuntamente oprimida,
para recibir apoyos de gente solidaria y, desde luego, para creer que se poseen la
verdad y la razón sin más discusión. No digo que todos, pero sí muchos de estos
discursos identitarios son discursos blindados.
3º) porque, para amplias capas de la población trabajadora, y sobre todo para las
clases subalternas, el ejercicio de la profesión (el oficio) ha perdido importancia en
la vida de los individuos. Antes, ser minero, metalúrgico, tipógrafo o ferroviario,
profesiones que pasaban de padres a hijos, eran afirmaciones de identidad, casi
títulos nobiliarios en el mundo del trabajo por todo lo que tenían detrás, producto,
naturalmente, de la lucha de clases. Hoy eso es impensable no sólo porque los
puestos de trabajo no se conservan tanto tiempo, sino porque la producción se ha
transformado (las cambios técnicos son muy rápidos) o simplemente ha
2
desaparecido (seguramente habrá metalúrgicos o trabajadores de astilleros en
China, pero no en Avilés o en Sestao).
Así, muchos viven durante bastante tiempo de las presuntas ayudas a la formación
y ejercen de becarios en un sitio y otro, y a otros les ocurre lo mismo contrato
tras contrato (basura, of course), pero becario y precario no son profesiones
aunque sí estadios de la vida cada vez más largos. O parado (de larga duración,
¡vaya!). En el otro extremo, los que quieren definirse por la profesión y rentabilizar
la cualificación académica, los más preparados y afortunados se ven sometidos a un
reciclaje permanente a base de máster, cursos, seminarios e idiomas, para
mantenerse en la onda de los salarios altos, o medianamente altos, y los empleos
estables.
Pero con todo ello, las desigualdades sociales, las diferencias de renta y de lugar
en la jerarquía social (no sólo en el campo productivo) permanecen por debajo de
las profesiones o de la carencia de ellas. Desde los años setenta hacia acá, en las
sociedades avanzadas (EE.UU. Europa…), sociedades de clases medias, es donde las
clases medias han perdido importancia social y poder adquisitivo; se han acentuado
las diferencias entre los que tienen más y los que tienen menos y la polarización
económica ha debilitado los estratos medio y bajo de las clases medias, caso
notable en los EE.UU. La revolución conservadora y la aplicación práctica de las
doctrinas neoliberales tenían ese objetivo. Y las medidas para salir de la recesión
van a acentuar aún más las diferencias sociales. Lo cual no es casual. ’’
La lucha de clases
Vamos con ‘la lucha’. Dos no luchan si uno no quiere...y se deja pegar; lo cual no
quiere decir que el que quiere luchar renuncie a obtener lo que desea, pero sin
lucha. Si pide y se lo entregan sin resistencia, o con una resistencia testimonial,
3
pues, estupendo. Eso es lo que ha estado ocurriendo en el mundo durante los
últimos 30 años, no sólo en el tercer mundo, también en el primero. Eso no es lucha
de clases, claro; es rapiña de clase, con argucias ideológicas y poca resistencia de
los que se han dejado expoliar.
Lo anterior no quiere decir que no haya oposiciones de clase, grupos sociales con
intereses no coincidentes, o aún antagónicos, sino que hay unos muy listos que se
las han arreglado muy bien para que los otros, la amplia mayoría de la población
laboral, haya ido renunciando, a partir de los años 80, a las mejoras obtenidas
desde el fin de la II guerra mundial (la llamada crisis del Estado del bienestar y su
corrección, que ha sido su merma) para satisfacer las ilimitadas expectativas de
los más afortunados. Los pobres tienen demasiado y los ricos demasiado poco,
decían Ronald Reagan, que expresaba muy bien el insaciable apetito de dinero de la
burguesía norteamericana más rapaz, representada entonces por el Partido
Republicano.
Vicens Navarro señala en uno de sus escritos que la clase burguesa más poderosa
de la historia (la norteamericana) es una clase invisible, no porque haya renunciado
a perseguir sus intereses, sino porque lo consigue sin que se perciban sus
intenciones. Chomsky indica que esta clase ha logrado presentar sus particulares
intereses como los intereses generales de todo el país y hacer ver los intereses de
todos los demás (trabajadores, parados, emigrantes, enfermos, jubilados, etc.,)
como intereses particulares y, por tanto, contrarios al interés general, nacional,
cuya patriótica representación esa clase se arroga en exclusiva. Cosas de la
hegemonía, que diría Gramsci.
Esta clase, esta burguesía americana, junto con las de otros países, no ha cejado en
perseguir sus intereses y ha utilizado todas las instituciones nacionales e
internacionales para conseguirlo. Esta clase, que niega la lucha de clases, no ha
dejado de luchar como clase contra otros estratos sociales para conseguir lo que
desea.
4
como carlista y tradicional), por viejo e inútil. De lo cual no deduzcas que afirmo
que todo lo que lleve el marchamo de marxista tiene plena vigencia.
La clase que es la gran beneficiaria de este orden social está muy interesada en
negar tal situación y elimina del campo académico, cultural y periodístico los
conceptos que puedan describir su privilegiada posición y ponerla en peligro (la
ignorancia siempre ha sido un arma de los dominadores). Pero no estamos en una
sociedad igualitaria, ni en una democracia plena y representativa, ni las rentas son
semejantes, ni se reparte el excedente social de forma equitativa, ni, por tanto,
pertenecemos todos a una gran clase media, tal como señalan los émulos de la
sociología norteamericana, donde las diferencias de renta se deban sólo a los
méritos personales; al mayor o menor interés, tesón o capacidad de los individuos
para moverse en la escala social, sin que existan obstáculos estructurales (de
clase) que lo impidan.
Preguntas si hay que cambiar las personas o las ideas. Pues no sé; lo que sí sé es
que, en política, hay que conservar las ideas que sean útiles a las clases
subalternas, no las ideas útiles a la burguesía, a las burguesías. No hay que dejarse
llevar por la idea de cambiar constantemente; de que hay que renovarse, de que
hay que modernizarse, que debe tanto al estúpido mundo (submundo) de la moda y
5
de la publicidad, como del periodismo, para el cual el valor dominante es lo nuevo,
pero en política lo nuevo no es necesariamente lo mejor, ni lo más útil.
Esa idea afortunada salió del informe que Michel Crozier y Samuel Huntington
prepararon en 1975 para la Comisión Trilateral (recién fundada por Rockefeller en
1973), como un anticipo de lo que había de venir, que era la revolución conservadora
(de nuevo me remito al libro, para no repetir); la gran reacción de la derecha,
primero americana y luego mundial, a las conquistas de la izquierda y del tercer
mundo en los años sesenta. Fue una especie de Congreso de Viena con sede en
Washington para quitarse de encima el susto del 68, como los convocados por
Metternich en 1815 quisieron acabar con el ejemplo de la Revolución francesa y
volver a colocar las cosas en su (injusto y regio) sitio.
Fue la rebelión de los ricos contra los pobres y los estratos bajos de las clases
medias, capitaneada por Reagan y Margaret Thatcher, mientras sus voceros
proclamaban que no existía la lucha de clases…y algunos en la izquierda se lo
creyeron.
José M. Roca
En poco tiempo han coincidido en el mismo tema varios lugares y personas, ahora ha
sido el Sr. M. desde su ‘Ciudadano público’ y Javier Caso y Miguel Álvarez de Moral
y Política y Pedro de 'la suerte sonríe a los audaces' los que enriquecen la como de
costumbre buena y audaz presentación del Sr. M.
La polémica se desarrolla alrededor del tema de las clases sociales y para mayor
precisión, las diferencias se sitúan en torno a la conveniencia de mantener el
concepto proletariado, (obrero), como sujeto político, o sustituirlo por el concepto
de ciudadano, todo ello por supuesto en el mundo de las izquierdas. A veces detrás
6
del concepto se esconden políticas diferentes y en ocasiones no. Mis apreciaciones
sobre el tema son:
1) El proletariado como sujeto político, hace años no tiene mucho uso y nadie, (me
refiero a grupo político de peso), se lo da en Occidente, al menos desde hace 50
años. Tiene sentido definir expresamente un nuevo sujeto político, sobre todo en
determinados ambientes izquierdistas, porque apostar por un sujeto u otro
modifica las pautas de actuación políticas, que insisto, ya estaban modificadas de
facto.
7
6) El pleno empleo no solo es un objetivo económico, nunca fue solamente eso,
también fue un objetivo político, para desarrollar un elemento de integración
social, sin el cual, en el pasado, podía peligrar la estabilidad de un país o región que
impidiera o dificultara la acumulación de riqueza y la vida de los más pudientes y
poderosos, las capas altas de la burguesía.
11) Sin entrar a discutir demasiado sobre conceptos como los de obrero,
trabajador, etc. a escala planetaria el número de trabajadores, entendido como
personas que trabajan sin ser propietarios, ni tener control sobre sus medios de
producción y procesos de trabajo, no ha hecho más que aumentar hasta hoy,
mirando el medio y largo plazo. A corto, hoy, están disminuyendo por la crisis (a
sumar a los 200 millones de parados mundiales) unos 30 millones más de personas
respecto a hace 5 años. (La mitad de ellos generados en EEUU y España).
8
13) Hace muchos años que algunos dejamos de mirar directamente los métodos de
la Organización Científica del Trabajo, taylorismo, fordismo, etc. que eran
utilizados en fábricas españolas, (en el mundo occidental) pero creo que siguen
practicándose iguales o similares métodos aquí y en las fábricas del mundo. Ítem
mas, en sectores de servicios se practican métodos similares adaptados a los
diferentes trabajos del sector, como parcelación de tareas, estudio de tiempos, de
atención a clientes, de objetivos numéricos por tiempos, movimientos tiempos y
respuestas estudiados en puestos de trabajo de grandes cadenas comerciales,
bancos y seguros, call center, etc.
19) Durante toda la historia de la humanidad han coincidido la escoba con los chips,
en sus equivalentes, siempre convive lo nuevo con lo viejo, aunque sea lo nuevo lo
que capta mayor atención y entra mas por los ojos, y lo que marca pautas de futuro.
9
20) Producir prescindiendo de mano de obra humana no deja de ser un futurible,
porque la existencia de medios de producción, máquinas con capacidad de producir,
fueron construidos y serán mantenidos con trabajo humano. Un robot no deja de
ser trabajo humano condensado.
21) En otros momentos de la historia la lucha entre el hombre y la máquina que los
desplazaba ya se produjo, para convivir a continuación en nuevas fases ambas,
máquinas y fuerza de trabajo humanas.
Sigue escribiendo José M. Roca en relación con las clases. Y supongo que no habrá
que insistir demasiado en que son sus opiniones, no las mías, algunas de las cuales
son coincidentes y otras no, pero eso sí abren puntos de vista sobre el tema.
Las clases sociales no han desaparecido, pero se han transformado. Por lo que a
España respecta, el numeroso proletariado industrial, al que aludes, resultado
inevitable del desarrollo de los años sesenta, se ha transformado, en gran parte, en
el extenso colectivo de los trabajadores de servicios. Lo anticuado es dirigir a
estos trabajadores dispersos el mensaje con los mismos objetivos que a los
trabajadores concentrados en fábricas, cuyas condiciones de trabajo son muy
diferentes, pero ¿es que los trabajadores de servicios son propietarios de las
empresas donde trabajan? Evidentemente, no. Y están afectados, igual que los
obreros industriales, por el marco jurídico general que prescribe las relaciones
entre el capital y el trabajo y por las decisiones de sus patronos referidas a las
condiciones laborales de empleo, salarios, contratos, horario, paro, etc.
10
los procedimientos demoscópicos utilizados. En la mayoría de las encuestas no se
suele preguntar al encuestado si se considera trabajador por cuenta ajena (nunca
proletario), empresario, profesional liberal, autónomo o rentista, sino si pertenece
a la clase alta, media o baja, y la respuesta de la mayoría de los trabajadores es
que pertenecen a la clase media.
11
revolucionarios, y en base a qué atributos, experiencias, o prácticas actuales
pueden ser considerados así.
b) Pero de mayor importancia sería conocer quiénes serán los individuos que
dictaminen ese carácter de liderazgo y superioridad de unos sobre los demás,
quienes son los que pueden a elegir a los buenos y los malos.
d) Lo anterior, mas derechos para unos que para otros, era una de las
consecuencias de la dictadura del proletariado, ¿queremos eso? cuantos lo quieren?
Mayoría o minorías, y el resto de la sociedad se va a dejar, lo van a permitir, o
lucharán por impedirlo. Si luchan si se oponen, que hacemos?
e) Supongamos que ganan en esa lucha los que no están de acuerdo con la dictadura
del proletariado, que hace el supuesto sujeto político revolucionario, el
proletariado? sacar las armas hasta conseguir derrotar a la mayoría, quedarse de
brazos cruzados, o aceptar una situación de equilibrio de derechos.
Hoy publico un cuadro elaborado por mí, en la línea de otros que he publicado en
ocasiones anteriores, se trata de una actualización a fecha de 2008, con datos
recogidos del Instituto Nacional de Estadística (INE) y fundamentalmente de la
Encuesta de Población Activa (EPA).
La polémica sobre las clases parece que nos da alas y mejor es disponer de datos
concretos. En el cuadro que no pretendo analizar ahora, aparecen datos de parados
y ocupados, además de inactivos. Aparecen datos globales de la población española
en grupos de edad y sexo, trabajadores y empresarios, por sectores productivos y
12
por sectores económicos, privado y público.
Enlazar algunas cifras ha resultado complicado porque las series han variado en el
INE, sus criterios cambian de vez en cuando, además por los redondeos a veces no
cuadran sumas, y también puede que exista algún error mío. En cualquier caso dan
una visión amplia de la complejidad de la sociedad española y los cambios
producidos en 30 años.
b) Las estadísticas, están manipuladas y son mentira. Afirmación que tendría que
demostrar quien la mantenga, porque en el fondo quiere decir que solo es verdad lo
que él diga, porque sí, sin pruebas. El que las estadísticas sean diferentes en unos
casos y en otros, que un sondeo realizado sobre intención de votos, sea diferente a
un recuento de sujetos, que las técnicas y profesionalidad de los realizadores en la
elección de muestras, de datos a buscar, en su estudio y preparación del trabajo,
puedan ser mejores o peores, que contengan errores, que sean interpretables y un
largo etc. no las invalida como método para utilizar en los análisis.
13
Población, activa, inactiva, ocupada, sectores productivos
DATOS DE POBLACION: TOTAL, ACTIVA E INACTIVA, OCUPADA Y PARADA Y SECTORES PRODUCTIVOS ( 1997, ( 2003 - 2008 ) . ETAPA DE GOBIERNO PSOE-ZAPATERO
Elaboración propia a partir de los datos publicados por :I.N.E., E.P.A. 1.997 2.003 2008
M
H Total Mujeres Hombres Total Mujeres Hombres Total
POBLACION TOTAL (1+10) 39.761.000 21.220,800 20.532,200 41.753,000 22.917,100 22.411,600 45.328,700
1 POBLACION D 16 Y + AÑOS (2+7) 32.422.000 18.040,800 17.174,600 35.215,400 19.455,700 18.752,100 38.207,800
2 POBLACION ACTIVA (3+4) 16.731.000 7.908,900 11.629,200 19.538,100 9.816,500 13.031,700 22.848,200
Datos, datos y más datos. Cada cifra del cuadro no es un simple número, es un
dato, un conjunto de información condensada en poco espacio, que si además lo
ponemos en relación con otros datos, la información suministrada aumenta
considerablemente. Veamos unos ejemplos:
14
2) Si las tareas del trabajo doméstico entonces las desarrollaban 7.218.700
personas, fundamentalmente mujeres y hoy lo hacen 4.743.200 personas, querrá
decir que casi 3 millones de mujeres se han incorporado a las relaciones laborales,
por tanto salen de casa y se relacionan socialmente de otra manera, aumentando su
autonomía.
Son alguno de los ejemplos que pueden ponerse para demostrar que tras un dato
podemos encontrar mucha información para conocer la sociedad en la que vivimos y
lógicamente con mayor información será sencillo comprender los problemas y
alternativas posibles. No digo que con información se consiga, pero afirmo
rotundamente que sin ella es imposible. Así que será condición necesaria, aunque no
suficiente.
Mas madera, decía sin palabras Buster Keaton para echar a la caldera de la
máquina, y la prota le daba una astillita. Me voy a apoyar en un texto de José M.
Roca en el que define el concepto de ciudadanos, que ya ampliaremos en otros
momentos.
Seguiremos con el tema, porque me parece que se confunden los conceptos para
definir colectivos, con las políticas concretas realizadas por los gobiernos, amén de
considerar la pertenencia de clase basada en el dinero que se gana, lo cual al
margen de que sea o no erróneo, nos conduciría a situaciones cuanto menos un poco
pintorescas de cara a continuar analizando la sociedad basados exclusivamente en
esos conceptos.
Los obreros industriales salarialmente están por encima de muchos otros sectores,
así que serían no se sabe qué, comparados con los millones de mileuristas
trabajadores en el sector servicios, camareros, repartidores, reponedores, o con
15
los parados de larga duración o con las cientos de miles de personas que realizan
trabajo doméstico, con el personal sanitario y con muchos autónomos, o con los
miles de trabajadores situados en la economía sumergida, con la mayoría de los
jubilados y viudas, o con los dependientes, muchos emigrantes legales,
trabajadores de limpieza, etc. Escribe Roca:
Por eso creo que el papel o la función de los ciudadanos no sólo no se ha perdido,
sino peor: había que construirla -las dictaduras no educan en eso- y no se ha hecho;
o se ha hecho mal, a ratos, creyendo que eso caía del cielo, como un anexo del
régimen democrático.
16
mejor, hemos retrocedido: la llamada desafección de los votantes tiene que ver con
eso (y en cómo se ha conducido la llamada clase política).
Otra vertiente tiene que ver con la izquierda, en particular con la izquierda más
radical o revolucionaria, pues señala una contradicción que expreso en pocas
palabras (con el riesgo que conlleva). La izquierda revolucionaria lo es porque es
muy crítica con el orden presente, que aspira a transformar de manera drástica y
urgente y a implantar otro. Está volcada al futuro, no se ata al presente, que le
asquea, porque piensa en un orden social mejor (a veces perfecto e inmutable). Vive
de cara al futuro o ya en el futuro (el caso de los abertzales es paradigmático), por
lo tanto el presente no es más que una plataforma, que, como en las rampas de
lanzamiento, sirve para despegar pero luego se destruye porque lo que importa es
la trayectoria del cohete.
El problema que nos afecta a todos es el de la actuación política, las medidas que
toma o debe tomar el gobierno de turno, las propuestas de acciones de los
partidos, y sobre quienes recaerán, así el tema del sujeto político o las clases tiene
valor en cuanto nos permita influir mejor en la realidad social, tanto para
comprenderla como para actuar sobre ella.
La defensa del proletariado como sujeto político, conlleva, como indicaba días
atrás, la defensa de políticas prioritarias para él y restrictivas de derechos para
otras clases y sectores sociales, ese era el sentido clásico de la utilidad del
concepto, dado que representaba a la mayoría de la población (junto con el
campesinado que era más numeroso en muchas ocasiones) pero el proletariado tenía
capacidades transformadoras, decía la teoría.
17
Así un concepto pensado para la segunda mitad del siglo XIX utilizado ahora de la
misma forma que antaño puede no solo resultarnos inútil, sino además ‘erróneo e
inadecuado políticamente’, y por el contrario requiramos de otros conceptos que
resulten de mayor utilidad. Este es el asunto que pretendo demostrar, la utilidad
del concepto ciudadano como sujeto político y no el de obrero, trabajador o
proletario, para la acción política actual, sin poner en discusión la conveniencia o no
de utilizar conceptos de clase, para otros análisis.
Decía en post anteriores que con los conceptos de clase se pierden muchos
aspectos y sectores sociales, que no encajan en dichos conceptos. ‘Polémica, clases,
sujetos, sin perdón’
De acuerdo con los datos del cuadro publicado podemos apreciar que existen
5.207.000 jubilados, más otros 1.726.000 pensionistas, y más de 1 millón de
incapacitados, difícilmente encuadrables en una rúbrica de clase, resulta, al menos,
inadecuado plantearse políticas de clase que pudieran proyectarse hacia esos 8
millones de personas.
Del mismo cuadro destacamos que existen algo más de 7 millones de niños y
jóvenes menores de 16 años, en su mayoría estudiantes, y otros 2.225.000
estudiantes mayores de 16 años. Además destacamos 4.743.200 personas
dedicadas a trabajo doméstico. Alguien es capaz de afirmar que se pueda hacer
una política de clase sobre estos 14 millones de personas sin atentar contra unos
mínimos de libertad.
En la rúbrica de los ‘no asalariados’, unos 3.564.100, entre los cuales estarán
empresarios grandes y medianos, desde luego, pero encontraremos también más de
18
2 millones y medio de autónomos, cooperativistas y trabajadores de ayuda familiar
y 2.281.700 en servicios que pueden comprender algunas grandes empresas, pero
muchas pequeñas, por ejemplo, bares, alimentación, tiendas ropa, de mercancías de
todo tipo.
Este era el fondo de la discusión y debate de estos días, el sujeto político que
algunos izquierdistas siguen manteniendo en el proletariado es un error, que poca
gente y menos grupos políticos mantienen, porque las propuestas de gobierno y
acción política deben dirigirse a un nuevo sujeto político, el ciudadano, por
‘a) su carácter más global, caben en él todos los colores de una sociedad compleja y
diversa; b) menos excluyente, a nadie se le recortan leyes por razón de clase,
ideología, tarea, extracción o posición social: y c) más integrador, de todos los
grupos de población.’
Lo anterior sucede en general, pero no es óbice para que las rémoras del pasado
ataquen el presente de vez en cuando. En España desde hace tiempo tenemos una
precariedad y un paro juvenil ESPELUZNANTES, en algunos tramos de edad está
por encima del 60%, por favor que nadie defienda políticas de clase sin antes
actuar a fondo en este asunto. Y sí, los sindicatos se han relajado con este tema
por aplicar una política de clase. Tenían más en cuenta a los trabajadores que a los
19
parados, mas a los fijos que a los precarios. (Problema sindical y político 26 de
febrero de 2010)
Empiezo con el final del post anterior sobre el tema de las clases, y sujetos
políticos, en el cual se aceptaban como necesarias políticas de progreso en el
terreno de la igualdad de sexos, feminismo, y de igualdad de opciones sexuales,
gais y lesbianas, políticas que poco tenían que ver con opciones de clase, pero sí de
progreso.
Con los datos estadísticos del cuadro y los comentarios al mismo queda claro que
las personas que no encajan en el concepto de clase obrera, son una mayoría social
en la España actual, pero al mismo tiempo, de ese grupo son mayoría los que en
general tienen iguales o peores condiciones de vida que ellos.
Lo importante, son las cosas que hay que hacer, las políticas a impulsar, y gran
parte de las necesarias, no veo que puedan etiquetarse como políticas de clase,
pero son progresistas para beneficiar a los menos favorecidos y a los ciudadanos
en su conjunto, consiguiendo una sociedad más libre, justa e igualitaria.
20
3) Hay que priorizar economías productivas competitivas, por encima de las de
casino y suprimir privilegios a grandes empresas, como las energéticas y
constructoras…
4) Hay que terminar con las profesiones de números clausus, con clientes cautivos
de sus privilegios, notarios, jueces, registradores, controladores aéreos, pilotos…
miles de nuevos puestos de trabajo esperarían a jóvenes preparados y lograríamos
mayor eficacia y competitividad social.
9) Hay que comprometer a todas las fuerzas sociales en un gran plan urgente para
el empleo, suficientemente distante de la reforma laboral, para que sea efectivo.
10) Hay que rediseñar una política fiscal, que haga efectiva la realidad de la
Constitución y un estado moderno.
11) Definir un modelo energético para largo plazo, sostenible, menos dependiente y
barato y aceptado por la mayoría.
12) Hay que lograr una sociedad segura, luchar contra el delito, de propiedad,
ecológico, contra la corrupción, contra las mafias que se instalan aquí, contra el
crimen.
13) Conseguir una sociedad más laica, donde todos quepamos en condiciones
similares. Pederastas a la cárcel, ningún privilegio a las iglesias y religiones. Fuera
la X de la declaración de la renta, todos debemos pagar impuestos al Estado y sus
autoridades elegidas por todos distribuirlos.
21
14) Defender lo público, lo de todos, por eficacia, rentabilidad y sostenibilidad,
permitir reglas de juego similares para todos, menos privilegiados mamando de las
ubres del estado.
16) Contra la enfermedad, por la salud, contra la ignorancia, por la educación, por la
asistencia a los impedidos. Nadie desamparado socialmente.
Como podemos apreciar la lista puede agrandarse todo lo que se quiera, (falta la
cuestión nacional) y hacerse más precisa en sus actuaciones y ninguna de ellas es
una política de clase, pero sí son progresistas, favorecen a los ciudadanos por
encima de los privilegiados de turno que acechan en cada rincón de los citados.
Resulta difícil aceptar que las políticas que pongan como sujeto principal a la clase
obrera, consigan agrupar fuerzas para ser realizadas, pero sobre todo, no es
sencillo aceptar que sean más progresistas, justas y necesarias, que las acciones
políticas que favorezcan a la ciudadanía en su conjunto. Como ejemplo y ejercicio
teórico pueden proponerse, en positivo y no a la contra, acciones a desarrollar en
los siguientes terrenos: Sanidad y Salud; Educación y Formación, I+D+i; Seguridad;
Dependencia; Pensiones; Transportes, comunicaciones y obras públicas;
Equipamientos sociales; Gobernanza, instituciones, democracia y representación
ciudadana; Administración pública, Justicia, Igualdad de sexos, credos, razas, etc.
etc.
22