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Judith Farberman, Silvia Ratto (coord.).

Historias Mestizas en el Tucumán colonial y las


Pampas (siglos XVII-XIX), Buenos Aires, Biblos, 2009, 222 pp. ISBN: 978-950-786-729-3

Por Florencia Carlón*

¿Qué implica el término mestizaje? Seguramente la primera imagen que se nos presente sea
aquella vinculada a un fenómeno violento, cuyo resultado directo fue la procreación de hijos
mestizos engendrados por la fuerza así como la pérdida de identidad y de derechos. Sin
embargo, y sin negar su connotación más negativa, el mestizaje también implicó encuentro,
creación de prácticas culturales comunes e identidades nuevas. Historias Mestizas en el
Tucumán colonial y las Pampas aborda la problemática del mestizaje teniendo en cuenta
ambos significados que, aunque contrapuestos, formaron parte de un mismo fenómeno.
La lectura del libro nos introduce en una temática tan apasionante como desconocida, ya
que, “el mestizaje” como problema de investigación cuenta con cierta tradición académica en
otros países latinoamericanos pero no ha logrado consolidarse aún entre la historiografía
argentina. Los estudios presentes en esta compilación, que cuenta con una introducción de las
historiadoras Judith Farberman y Silvia Ratto como coordinadoras, se abocan a dos espacios
específicos: el Tucumán colonial y las Pampas. Estos integraron –hasta las reformas
borbónicas de fines del siglo XVIII-, dos de las principales circunscripciones administrativas
pertenecientes al Virreynato del Perú: la gobernación del Tucumán y la del Río de la Plata. El
desarrollo del centro minero potosino incorporó a estos vastos territorios bajo su órbita como
economías satélites, conformando el conjunto regional al que Assadourian (1983) denominó
espacio económico peruano.
En ese sentido, y porque la problemática del mestizaje no se comprende si prescindimos de
contextos temporales y espaciales concretos, los análisis de cada uno de estos espacios
adquieren connotaciones diversas. Estela Noli, Judith Farberman y Roxana Boixados, indagan
en problemáticas mestizas propias de ámbitos que por entonces estaban bajo control del
Estado colonial: las identidades indomestizas surgidas en Tucumán durante el siglo XVII
(Noli) y las taxonomías socio-étnicas en los Llanos riojanos –también pertenecientes a la
gobernación del Tucumán-, durante el siglo XVIII (Boixados y Farberman). En el caso de Los
Llanos riojanos, las autoras, además de innovar en la temática, indagan en una variedad de
fuentes que les permite superar la mirada ingenua que muchas veces se obtiene del
tratamiento de los datos censales, a los que complementan con el análisis de pleitos judiciales
y trayectorias personales mestizas. Este abordaje les permite concluir que en el carácter socio-
étnico de los Llanos del siglo XVIII, incidió, en buena medida, el prisma con el cual
catalogaba el censista de turno, así como también las relaciones y estrategias personales
desplegadas por sujetos que, por la ambigüedad que revestía la condición mestiza, pudieron
moverse y modificar su condición en la escala socio-étnica.
Estela Noli, por su parte, indaga en los efectos del trabajo en la creación de nuevas
identidades en el seno del espacio colonial. La autora sostiene que los oficios sirvieron de
puente entre las identidades étnicas para incorporar a las personas o grupos a nuevos
colectivos sociales. Así, la especialización en ciertos trabajos ubicó a algunos indígenas en
posiciones relativamente ventajosas. Tal es el caso de los ‘indios vaqueros’ de las estancias
tucumanas, los ‘carpinteros’ de Marapa y, en menor medida, las ‘chinas’ de servicio en San
miguel del Tucumán, quienes desde el mundo doméstico tuvieron mayor capacidad para
trasmitir la cultura indígena a los hispano-criollos, además de engendrar hijos mestizos.
Los trabajos de María Bjerg, Silvia Ratto, Melina Yangilevich y Geraldine Davies se
abocan a las Pampas. Éstas integraban el extremo sur de la gobernación y luego virreynato del
Río de la Plata y mantuvieron el carácter de “frontera” aún entrado el siglo XIX, en tanto no
había un dominio concreto sobre dicho espacio por parte de hispano-criollos o indígenas.
Guillaume Boccara (2001) menciona que los espacios fronterizos se caracterizaron por la
multiculturalidad, pudiendo detectarse prácticas mestizas que recogen elementos culturales de
muy diverso origen. Los estudios sobre Pampa indagan en una variada gama de prácticas que
cotidianamente mantuvieron hispano-criollos e indígenas tales como las relaciones jurídicas
(Ratto, Yangilevich), los vínculos comerciales y laborales (Davies) y el parentesco (Bjerg).
Pero el planteo de Boccara y Galindo (2000) respecto a la existencia de una lógica mestiza se
encuentra presente en todos los estudios de esta compilación. Dicho concepto, tomado de
Amselle (1998) privilegia las relaciones entre sociedades y conceptualiza la identidad a partir
de la mezcla y la relación permanente con la alteridad. Así, las culturas hispano-criollas e
indígenas en contacto se habrían adaptado a nuevas formas y situaciones de vida a través de la
mezcla, incorporando al otro como pariente, compadre, aliado, empleado, así como creando y
reforzando vínculos.
Algunos de los trabajos aquí presentes parten de la idea de un midle ground (White, 1991)
o espacio de ‘mediación cultural’ entre hispano-criollos e indígenas. Bajo esta noción, la
conflictividad interétnica existente habría llevado a que se apelara permanentemente a la otra
cultura, buscando diferentes maneras de solucionar los conflictos y así poder coexistir. La
variedad de formas de resolver los pleitos judiciales interétnicos que Silvia Ratto encuentra en
la campaña bonaerense durante la primera mitad del siglo XIX es ejemplo de ello. De la
misma manera, Geraldine Davies analiza las diferentes formas adquiridas por los rescates y
compras de indígenas en Carmen de Patagones.
En el plano metodológico, todos los estudios comparten una perspectiva común e
innovadora respecto el abordaje de la problemática mestiza. Se trata de indagar en los
individuos como punto de partida (en este caso los sujetos mestizos), los lazos
interindividuales que han desarrollado y, a partir de ellos, reconstruir las redes sociales que
vinculaban a los actores entre sí para determinar las configuraciones en las cuales estaban
insertos y las posiciones sociales relativas que pueden deducirse de las relaciones establecidas
(Poloni Simard, 2000).
Las diferentes historias mestizas que se presentan aquí reconstruyen trayectorias
individuales de quienes, por su condición de mestizos, oficiaron de ‘mediadores’ entre
culturas diversas. Esos sujetos, que han sido definidos para otros espacios como cultural
brokers (Szasz, 1994) o intermediarios culturales (Ares y Gruzinski, 1997), son divisados en
el Tucumán colonial a través de los indígenas que ocuparon determinados oficios: los indios
vaqueros, carpinteros y chinas de servicio (Noli), así como en los mestizos de los Llanos
riojanos que, aún con diversas ocupaciones, pudieron jugar con su condición socio-étnica
(Farberman y Boixados). En Pampa, este rol es divisado en las mujeres indias que
convivieron con los hispano-criollos y engendraron hijos mestizos (Bjerg). También, los
caciques tuvieron este lugar (Davies, Ratto), por ser interlocutores entre su comunidad y los
hispano-criollos. Asimismo, los indígenas asentados en las cercanías de los fuertes y pueblos
fronterizos, vincularon cotidianamente ambos mundos ya que eran éstos quienes se
empleaban en los establecimientos productivos, eran convocados a conformar las milicias y
compartían espacios de sociabilidad con los hispano-criollos (Yangilevich).
En síntesis, todos y cada uno de estos estudios expresan el lugar preponderante que ocupó el
mestizaje en América desde la Colonia. Una problemática que continúa presente hasta hoy día
en nuestras sociedades y no puede comprenderse sino no se la aborda como fenómeno
cultural, además de biológico. En Historias Mestizas, entonces, podemos adentrarnos al
conocimiento de esta problemática desde un abordaje histórico-antropológico, una perspectiva
innovadora y actualizada sobre el tema y una variedad de fuentes que no hacen, sino
enriquecer la mirada sobre dicho proceso.

* Lic. en Historia, Becaria de posgrado tipo I (CONICET), Doctoranda en Ciencias Sociales y Humanas y
miembro del Centro de Estudios e Investigaciones (CEI), Universidad Nacional de Quilmes (UNQ).
florcarlon@hotmail.com

Bibliografía:

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1998. Mestizo logics. Anthropology of Identity in Africa and Elsewhere. Stanford:


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BOCCARA, Guillaume.

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