Concurso de
Preguntas y
Respuestas
sobre el 25 de
Mayo de 1810
Autor: Profesor Jorge Acuñ a
2
Historia de la Revolución de Mayo de 1810
ÍNDICE GENERAL
Sábado 19 de mayo................................................................................................................ 18
Domingo 20 de mayo............................................................................................................. 18
Lunes 21 de mayo.................................................................................................................. 19
Martes 22 de mayo................................................................................................................ 20
Miércoles 23 de mayo............................................................................................................ 22
Jueves 24 de mayo................................................................................................................. 22
Viernes 25 de mayo................................................................................................................ 23
La Primera Junta..................................................................................................................... 24
Circular a los cabildos de las provincias.................................................................................. 24
La Junta envió una circular el 27 de mayo solicitando la elección de los diputados :..............25
Adhesión de Corrientes a la Revolución de Mayo: ................................................................ 25
El Reglamento del 25 de mayo:.............................................................................................. 26
Circular del 27 de mayo:......................................................................................................... 26
El reglamento del 28 de mayo:............................................................................................... 26
Las reacciones contra la Junta:............................................................................................... 26
Obra de la Primera Junta de Gobierno:.................................................................................. 27
Política, social y administrativa:......................................................................................... 27
Cultural:.............................................................................................................................. 27
Económicas:....................................................................................................................... 27
Militar:................................................................................................................................ 27
Diplomática: 27
Napoleón en España:
Tras las abdicaciones de Bayona el 5 de mayo de 1808, los derechos sobre la Corona
Española recayeron sobre el emperador, quien el 6 de junio publicó el decreto de
nombramiento de su hermano mayor como Rey de España.
Su Obra de Gobierno:
La Junta de Sevilla
La Junta Suprema Central, también llamada la Junta Suprema o Junta Central Suprema
y, oficialmente, Junta Suprema Central y Gubernativa del Reino fue el órgano que
acumuló los poderes ejecutivo y legislativo españoles durante la ocupación napoleónica
de España. Se constituyó el 25 de septiembre de 1808 tras la victoria en la batalla de
Bailén y después de que el Consejo de Castilla declarase nulas las abdicaciones de
Bayona. Estuvo vigente hasta el 30 de enero de 1810.
Fue formada inicialmente por los representantes de las Juntas Provinciales, tuvo su sede
en Aranjuez y estuvo presidida por el Conde de Floridablanca, con 35 miembros en
total. En pocas palabras, la misión de la Junta fue la de asumir el poder del Estado
durante la ausencia del rey, Fernando VII.
Luego de la caída de Madrid recuperada por Napoleón, la Junta central se trasladó a
Sevilla y de allí a la isla de León2.
Al disolverse la Junta, fue creado el Consejo de Regencia de España e Indias, a partir
del cual, tras la recuperación casi completa del territorio peninsular durante la Guerra de
Independencia española, se forman las Cortes de Cádiz, que acabaron redactando la
Constitución española de 1812, inspirada en la Constitución francesa de 1791. Se
estableció en ella la división de poderes, el ejecutivo: el Rey; el legislativo: las Cortes y
el judicial, además se estableció el régimen monárquico hereditario, con atribuciones
limitadas, se proclamó que la soberanía de la nación residía en el pueblo y no en la
persona del Rey. Es decir aquí se notó la influencia del pensamiento filosófico de
Jacques Rousseau, con su obra “El Contrato Social” y a Charles Louis de Secondat,
Barón de Montesquieu con su obra “El Espíritu de las Leyes”.
Esta Constitución dividió a los españoles en dos grandes grupos, los absolutistas y los
liberales.
Las Cortes y los funcionarios acataron obediencia a José I, pero el pueblo español se
levantó en armas, en Madrid el 2 de Mayo de 1808, el pueblo invadió el palacio real
bajo el grito de ¡Traición! ¡Mueran los franceses!, el Mariscal Murat ordenó a sus
soldados reprimir a balazos a la multitud, la lucha duró hasta el anochecer, y murieron
muchos civiles.
Esto avivó más el odio español hacia los franceses. Las ciudades de Oviedo y Gijón
iniciaron la rebelión, que se extendió a todo el reino. El territorio se transformó en un
campo de guerrillas, el General Pedro Dupont que tenía la misión de ocupar la región
central de España, se vio acorralado por el español Javier Castellanos y obligado a
capitular en el desfiladero de Bailén3, al pié de la Sierra Morena el 19 de julio de 1808,
José I y sus tropas abandonaron Madrid.
Los franceses sitiaron dos veces la ciudad de Zaragoza, defendida heroicamente por
José de Palafox.
Mientras tanto los ejércitos imperiales que ocupaban Portugal fueron derrotados en
Cintra el 30 de agosto de 1808 por el inglés Arturo Wellesley4 al mando de las tropas
anglo - portuguesas.
Estos acontecimientos hicieron que Napoleón se traslade a España, y al frente de un
poderoso ejército reconquistó Madrid reponiendo a su hermano José de vuelta en el
trono.
Pero debió abandonar pronto España en enero de 1809, ya que en París su ministro de
Estado, Talleyrand y el jefe de policía Fouché estaban conspirando en su contra para
tomar el poder. Además los austríacos avanzaban sobre Francia, pues habían formado la
Quinta Coalición.
Causa Externa
Causas locales:
a) Económicas:
Debido a la imprevisión política de España que dejaron abandonado a su
propia suerte, sus dominios en América. Su política de comercio
monopolista. Que produjo en los hombres progresistas americanos la
reacción revolucionaria para defender el libre comercio.
b) Políticas:
Los cargos políticos eran ocupados en casi su totalidad por españoles,
que en muchos casos eran incapaces, pero la ventaja o privilegio era el de
haber nacido en España.
Para España los territorios se consideraban propiedad personal del rey y
no de la Nación.
Cuando se produjo la prisión del monarca, el gobierno recayó en la Junta
Central, por lo que se interpretó que al tener dueño estas tierras,
quedaban libres de ataduras con la metrópolis.
Fue un grupo revolucionario que actuó en Buenos Aires en el año 1810 y que organizó
la remoción del virrey Baltasar Hidalgo de Cisneros en la Revolución de Mayo.
En la sociedad del Virreinato del Río de la Plata era habitual que los criollos, los
nacidos en el continente americano, se vieran relegados a un segundo plano respecto de
los españoles provenientes de Europa en la toma de decisiones o las disputas de poder.
Esto cambió tras las Invasiones Inglesas, durante las cuales se formaron milicias criollas
que defendieron exitosamente la ciudad de dos ataques de Gran Bretaña, sin contar con
ningún auxilio de su metrópoli española. En consecuencia, surgían entre los criollos
nuevos intereses de involucrarse en el gobierno y quebrar la autoridad absoluta de
España.
Aun así, manifestar abiertamente tales posturas durante el virreinato exponía a ser
condenado como traidor a la corona. En consecuencia, la sociedad de los siete se reunía
en secreto en la jabonería de Hipólito Vieytes y en la casa de Nicolás Rodríguez Peña.
Aunque en sus reuniones coordinaban sus reacciones ante los acontecimientos en la
forma más conveniente para alcanzar el fin de quebrar la hegemonía española,
públicamente no se revelaban como un grupo cohesionado.
Cornelio Saavedra
Manuel Belgrano
Juan José Castelli
Juan Martín de Pueyrredón
Mariano Moreno
Hipólito Vieytes
Nicolás Rodríguez Peña
Primera invasión
El 14 de abril de 1806 partió desde la ciudad del Cabo una fuerza comandada por
Beresford. Hizo escala en Santa Elena donde se reforzó. La fuerza que llego al Río de la
Plata consistía de 1600 hombres en 10 barcos de guerra. El 25 de junio de 1806 los
ingleses desembarcaron en Quilmes, y llegaron a tomar el fuerte de Buenos Aires el día
28 de junio. El virrey Sobremonte huyo con el tesoro de la ciudad hacia Córdoba, para
organizar allí la resistencia, pero el tesoro fue interceptado por los ingleses gracias a la
información que proveyeron comerciantes temerosos de que los ingleses al no tener el
tesoro robaran sus propiedades. Para ganarse el favor de la gente de Buenos Aires una
de las primeras medidas de los invasores fue decretar el libre comercio. Esto provocó
que muchos comerciantes que se beneficiaban con el monopolio español financiaran la
resistencia a los ingleses, que comenzó a organizarse en forma secreta con el fin de
retomar la ciudad. A su vez en Montevideo Liniers organizo una fuerza con el objetivo
de marchar sobre Buenos Aires y liberarla. También Pueyrredón con la ayuda de
Alzaga, organizo una milicia en los alrededores de la ciudad con vistas a la liberación de
la misma la cual fue derrotada por los ingleses el 1 de agosto. El 4 de agosto Liniers
desembarco al norte de la ciudad en Las Conchas con su fuerza. A medida que avanzaba
se fueron uniendo más hombres a su fuerza. Finalmente llego a Buenos Aires donde
convergieron en el ataque a los ingleses todas las fuerzas de la resistencia. Luego de 2
días de lucha los ingleses fueron expulsados el 12 de agosto. El 14 de agosto el Cabildo
le confirió a Liniers el mando militar. Estos acontecimientos junto con la reconquista
constituyeron dos importantes antecedentes de autodeterminación que influirían luego
en la Revolución de mayo.
Periodo intermedio
Luego de la invasión se hizo evidente que era necesario contar con mayores fuerzas
militares en el Virreinato del Río de la Plata. España en ese momento se hallaba en
estado de virtual aislamiento con respecto a sus colonias, ya que su flota había sido
derrotada en Trafalgar y los ingleses habían ganado el control del mar, por lo tanto
recibir refuerzos de la metrópoli era bastante improbable. Se organizaron entonces
fuerzas militares en el virreinato mismo, la mayor parte de ellas integradas por criollos.
Se formaron entre otras fuerzas los patricios, Arribeños, Húsares, Pardos y Morenos y
más. Esto sentó las bases para el futuro ejército argentino que combatió en las guerras
por la independencia y le resto poder a la elite española.
Segunda invasión
afirman que era agua hirviendo ya que el aceite en esa época era un articulo muy caro).
Los ingleses no pudieron tomar la ciudad y sufrieron una gran cantidad de bajas. Liniers
le ofreció a Whitelocke la rendición la cual el comandante británico acepto. Las tropas
británicas debieron retirarse del Río de la Plata y devolver al Virreinato del Río de la
Plata las ciudades tomadas.
Virreinato de Liniers:
En mayo de 1808 llegó una real cédula de Carlos IV en la que se conformaba Liniers
como virrey interino del Río de la Plata, Liniers11.
Durante su gobierno se produjeron los siguientes sucesos de importancia:
Ante la invasión de España, y la puesta en prisión del rey y la renuncia de los Borbones
al trono a favor de José Napoleón, habiéndose enterados en Río de Janeiro, la princesa
Carlota Joaquina reclamó sus aspiraciones al trono de España, sosteniendo sus derechos
a gobernar toda la América hispana como regente, y defenderla de la probable invasión
francesa. Pero todas las tratativas de coronarla reina fracasaron, el regente de Portugal,
su esposo Juan VI, va a oponerse a la idea que era apoyada por Lord Strangford,
embajador de Inglaterra en Río de Janeiro, y no permite a Carlota Joaquina a su viaje al
Río de la Plata.
En el virreinato del Río de la Plata, las autoridades porteñas y Liniers rechazaban de
plano las pretensiones portuguesas.
El Marqués de Sassenay:
secretas, lo dejó en prisión casi diez meses, luego fue liberado en un cambio de
prisioneros, para llegar a Francia con su misión fracasada, lo que hizo que no fuera
atendido por Napoleón, quién no aceptaba los fracasos por “mala estrella”, terminando a
su vida mediocre de noble provinciano.
Después de las invasiones inglesas, el cabildo adquirió un gran prestigio, esto motivó a
que actuaran sobre la figura de virrey, de quien dudaban de su fidelidad hacia España
por su condición de ciudadano francés.
Se organizó un movimiento en su contra, los integrantes del grupo bajo la dirección del
rico comerciante español Martín de Álzaga.
El Cabildo de Buenos Aires guiado por Álzaga envió un memorial a España solicitando
el reemplazo de Liniers, y prepararon un movimiento para deponerlo, fijaron la fecha
para el día 1º de enero de 1809, fecha en que el Cabildo elegía anualmente a sus
miembros integrantes. Y según rumores existente, Liniers iba a nombrar a candidatos
que favorecieran a su persona. Por lo que era necesario impedir esta maniobra.
El 1º de enero en horas de la mañana los conjurados irrumpieron en la Plaza Mayor a
los gritos de “¡Junta como en España!” “¡Abajo el francés Liniers!”. De inmediato se
convocó a una Cabildo abierto en dónde se nombró una Junta Suprema compuesta
exclusivamente por españoles, aunque sus secretarios eran dos criollos, Mariano
Moreno y Julián de Leiva.
Los miembros de la Junta se trasladaron al Fuerte para comunicar al virrey su
destitución, pero cuando éste se disponía a acatarla, los jefes militares a las órdenes de
Cornelio Saavedra lograron desbaratar la conspiración.
Liniers destruyó el acta de su renuncia y Álzaga y cuatro de los principales cabecillas
miembros del cabildo fueron condenados al destierro y embarcados a Carmen de
Patagones, pero Elío envió una nave que los rescató y los llevó a Montevideo.
El Virrey Cisneros:
Álzaga y sus amigos desde Montevideo enviar cartas a la Junta central de Sevilla con
graves acusaciones a Liniers, en especial pesaba su nacionalidad francesa, y la Junta
decidió destituirlo y colocar en su reemplazo a don Baltasar Hidalgo de Cisneros12.
Cisneros se embarcó en Cádiz rumbo a Montevideo, lo acompañaba Vicente Nieto
quien reemplazaría al gobernador Elío, y Elío recibió en Montevideo el apoyo total de
los jefes criollos, lo que hizo que Cisneros dejara a Elío en su cargo y disponiendo que
nieto se dirigiera a Buenos Aires en el cargo de inspector general de armas.
Cisneros depuso a la Junta de Buenos Aires. Liniers viajó a la Colonia y volvió a
Buenos Aires en compañía del nuevo virrey, sin que se produzcan ningún acto de
hostilidad. Cisneros en Buenos Aires adoptó una actitud conciliadora.
Movimientos Revolucionarios en el Alto Perú:
El régimen empleado por los corregidores para tratar a los indios originó diversas
rebeliones.
En el sur del Perú la zona más afectada por los abusos eran los distritos de Tinta y
Cayanta.
Tupac Amaru: José Gabriel Codorcanqui, descendiente del cacique Tupac Amaru y
llamado con el mismo nombre, educado por los jesuitas en el Cuzco, culto e inteligente
reconocido como cacique de Tungasuca (Tinta). Trató de mejorar la condición de sus
hermanos, pero no fue escuchado en sus reclamos por las autoridades españolas.
En noviembre de 1780, apresó al corregidor de Tinta, don Antonio Arriaga y lo hizo
ejecutar en la Plaza del Pueblo de Tungasuca, a partir de ese momento comenzó la
sublevación general de los indígenas, que obtuvieron unos éxitos parciales, pero no
pudieron ocupar el Cuzco. Estos levantamientos alarmaron a los españoles, y los
virreyes del Perú y del Río de la Plata enviaron a los generales del Valle y Flores,
respectivamente. Del Valle derrotó a los insurrectos en la batalla de Combapata, en
marzo de 1781 y Tupac Amaru traicionado por una parte de sus hombres fue entregado
a los españoles con toda su familia y parientes.
Fueron condenados a los más crueles suplicios. A Tupac Amaru le cortaron la lengua y
sus extremidades fueron atadas a cuatro caballos que tiraron en distintas direcciones
para destrozarlo, pero como no lo consiguieron, lo decapitaron y despedazaron, y su
cuerpo en pedazos fue expuesto al público en muchas poblaciones.
En Chuquisaca:
En la Paz:
Desde Buenos Aires llegan las noticias de lo sucedido en Bayona lo que produjo en la
ciudad, acusaciones en contra de Tomás Rodríguez de Palma y de Pedro Murillo, de
tramar una revolución al intendente Burgunyo, los dos querían establecer “una
confederación de república municipales independientes”. Palma fue desterrado y
Murillo absuelto por negar estar en el movimiento revolucionario.
Los dos revolucionarios eran jefes mestizos por lo que pretendían, según testigos la
“rehabilitación de la raza”.
Otro movimiento se produjo un jueves santo 30 de marzo de 1809, encabezado por Juan
Pedro de Indaburu y Manuel Vicente García Lanza, este movimiento fue sofocado.
A Zabala lo sucede como gobernador de Buenos Aires el General Pedro Ceballos, que
se definió inmediatamente a favor del partido de los jesuitas, favoreciendo más a la
Orden de Loyola, designó para gobernar a Corrientes a Bernardo López Luján.
Este nuevo gobernante era un hombre inescrupuloso y arbitrario, cuando Ceballos
recibió la orden de tomar la ciudad de Colonia en la Banda Oriental, en momentos de la
guerra de España con Portugal, López Luján envió una guarnición de 200 hombres que
debían unirse con los indios de los misioneros, y estos se negaron a combatir con los
catecúmenos, desertando todos, Ceballos insistió reclutando otros 200 hombres
colocando bajo el mando de José de Barrenechea, volvieron a sublevarse apresando a
Barrenechea y lo envían a colonia par que sea juzgado por las autoridades de Colonia.
Ceballos decidió cambiar de Teniente Gobernador y suplantó López Luján por Manuel
de Ribera y Miranda, dándole amplias facultades.
Este en Corrientes ampliamente favoreció a los jesuitas y mandó fortificar su casa con
guardias y centinelas, colocó cepos, y una horca para ajusticiar a los comuneros
rebeldes, y mandó apresar Diego Fernández, Pedro Casajús, Sebastián de Casajús, al
cura de Saladas José de Casajús y a otros ciudadanos notables que no cometieron delito
alguno, sólo que coincidían con las ideas del Común.
Estos excesos provocaron la revuelta de las milicias correntinas que tomaron preso a
Ribera y Miranda, y colocaron en el gobierno a Pedro de Nolasco Pabón como Teniente
Gobernador.
En 1776 Ceballos envió al irlandés al servicio de España, el Teniente Coronel Carlos
Morphy, con un ejército para establecer orden en Corrientes, lo tenía que acompañar el
auditor de guerra Juan Manuel de Labardén, que debería informar detalladamente los
acontecimientos y de las personas que participaron en las revueltas.
Morphy cometió excesos confiscando bienes y torturando a los ciudadanos con falsos
testimonios, en especial a los de condición humilde.
Ceballos va a ser reemplazado como Gobernador de Buenos Aires, por Francisco de
Paula Buccarelli y Ursúa, quien va a hacer justicia en Corrientes, libertando a los
vecinos apresados y restituir los bienes confiscados, actos de justicia en los que tomó
parte Labardén a favor de la causa de los comuneros.
Estos acontecimientos calan hondo en los criollos, gemina el poderío de los jesuitas en
América, y nacía el patriciado en el campo político con las siguientes denominaciones,
“mancebos de la tierra”, “comuneros”, y “partido criollo”, quienes luego van a ser
protagonistas en la Revolución de Mayo y en la Libertad de América.
Semana de Mayo:
en la isla de León en Cádiz. La Junta era uno de los últimos bastiones del poder de la
corona española, y había caído ante el imperio napoleónico, que ya había alejado con
anterioridad al rey Fernando VII mediante las Abdicaciones de Bayona. El día 17 se
conocieron en Buenos Aires las noticias coincidentes llegadas a Montevideo el día 13
en la fragata británica HMS John Paris, agregándose que los diputados de la Junta de
Sevilla habían sido rechazados estableciéndose una Junta en Cádiz. Se había constituido
un Consejo de Regencia de España e Indias, pero ninguno de los dos barcos transmitió
esa noticia. Cisneros intentó ocultar las noticias estableciendo una rigurosa vigilancia en
torno a las naves de guerra británicas e incautando todos los periódicos que
desembarcaron de los barcos, pero uno de ellos llegó a manos de Manuel Belgrano y de
Juan José Castelli. Éstos se encargaron de difundir la noticia, que ponía en entredicho la
legitimidad del virrey, nombrado por la Junta caída.
También se puso al tanto de las noticias a Cornelio Saavedra, jefe del regimiento de
Patricios, que en ocasiones anteriores había desaconsejado tomar medidas contra el
virrey. Saavedra consideraba que, desde un punto de vista estratégico, el momento ideal
para proceder con los planes revolucionarios sería el momento en el cual las fuerzas
napoleónicas lograran una ventaja decisiva en su guerra contra España. Al conocer las
noticias de la caída de la Junta de Sevilla, Saavedra consideró que el momento idóneo
para llevar a cabo acciones contra Cisneros había llegado. El grupo encabezado por
Castelli se inclinaba por la realización de un cabildo abierto, mientras los militares
criollos proponían deponer al virrey por la fuerza.
Viernes 18 de mayo
Sábado 19 de mayo
Tras pasar la noche tratando el tema, durante la mañana (sin dormir) Saavedra y
Belgrano se reunieron con el alcalde de primer voto Juan José de Lezica y Castelli con
el síndico procurador, Julián de Leiva, pidiendo el apoyo del Cabildo para gestionar
ante el virrey un cabildo abierto, expresando que de no concederse, lo haría por sí solo
el pueblo o moriría en el intento.
Domingo 20 de mayo
Lezica transmitió a Cisneros la petición que había recibido, y éste consultó a Leyva,
quien se mostró favorable a la realización de un cabildo abierto. Antes de tomar una
decisión el virrey citó a los jefes militares para que se presenten a las siete horas de la
tarde en el fuerte. Según cuenta Cisneros en sus Memorias, les recordó: las reiteradas
protestas y juramentos de fidelidad con que me habían ofrecido defender la autoridad y
sostener el orden público y les exhorté a poner en ejercicio su fidelidad al servicio de
S.M. y de la patria. Como Cisneros reclamó una respuesta a su petición de apoyo, el
coronel criollo Cornelio Saavedra, jefe del Regimiento de Patricios e integrante de la
Sociedad de los Siete, respondió a nombre de todos los criollos diciendo:
Señor, son muy diversas las épocas del 1º de enero de 1809 y la de mayo de 1810, en
que nos hallamos. En aquella existía la España, aunque ya invadida por Napoleón; en
ésta, toda ella, todas sus provincias y plazas están subyugadas por aquel conquistador,
excepto solo Cádiz y la isla de León, como nos aseguran las gacetas que acaban de venir
y V.E. en su proclama de ayer. ¿Y qué, señor? ¿Cádiz y la isla de León son España?
¿Los derechos de la Corona de Castilla a que se incorporaron las Américas, han recaído
en Cádiz y la isla de León, que son una parte de las provincias de Andalucía? No señor,
no queremos seguir la suerte de la España, ni ser dominados por los franceses, hemos
resuelto reasumir nuestros derechos y conservarnos por nosotros mismos. El que a V.E.
dio autoridad para mandarnos ya no existe; de consiguiente usted tampoco la tiene ya,
así que no cuente con las fuerzas de mi mando para sostenerse en ella.
Al anochecer se produjo una nueva reunión en casa de Rodríguez Peña, en donde los
jefes militares comunicaron lo ocurrido. Se decidió enviar inmediatamente a Castelli y a
Martín Rodríguez a entrevistarse con Cisneros en el fuerte, facilitando su ingreso el
comandante Terrada de los granaderos provinciales que se hallaban de guarnición ese
día. El virrey se hallaba jugando a los naipes con el brigadier Quintana, el fiscal Caspe y
el edecán Coicolea cuando los comisionados irrumpieron. Martín Rodríguez en sus
Memorias relató cómo fue la entrevista, en donde Castelli se dirigió a Cisneros así:
Excelentísimo señor: tenemos el sentimiento de venir en comisión por el pueblo y el
ejército, que están en armas, a intimar a V.E. la cesación en el mando del virreinato.
Cisneros respondió:
Señor: cinco minutos es el plazo que se nos ha dado para volver con la contestación, vea
V.E. lo que hace.
Señores, cuanto siento los males que van a venir sobre este pueblo de resultas de este
paso; pero puesto que el pueblo no me quiere y el ejército me abandona, hagan ustedes
lo que quieran.
Entre regir al mundo o ser esclavos ¡Elegid, vencedores de la tierra! ¡Glorias de Roma,
majestad herida! ¡De tu sepulcro al pie, patria, despierta! César, Murena, Lúculo,
escuchadme: ¡Roma exige un caudillo en sus querellas! Guardemos la igualdad para
otros tiempos: ¡El Galo ya está en Roma! ¡Vuestra empresa del gran Camilo necesita el
hierro! ¡Un dictador, un vengador, un brazo! ¡Designad al más digno y yo lo sigo!
Lunes 21 de mayo
A las 3, el Cabildo inició sus trabajos de rutina, pero se vieron interrumpidos por 600
hombres armados, agrupados bajo el nombre de "Legión Infernal", que ocuparon la
Plaza de la Victoria, hoy Plaza de Mayo, y exigieron a gritos que se convocase a un
Cabildo Abierto y se destituyese al virrey Cisneros. Llevaban un retrato de Fernando
VII y en el ojal de sus chaquetas una cinta blanca que simbolizaba la unidad criollo-
española. Entre los agitadores se destacaron Domingo French y Antonio Beruti. Estos
desconfiaban de Cisneros y no creían que fuera a cumplir su palabra de permitir la
celebración del cabildo abierto del día siguiente. El síndico Leiva no tuvo éxito en
calmar a la multitud al asegurar que el mismo se celebraría como estaba previsto. La
gente se tranquilizó y dispersó gracias a la intervención de Cornelio Saavedra, jefe del
Regimiento de Patricios, que aseguró que los reclamos de la Legión Infernal contaban
con su apoyo militar.
El 21 de mayo se repartieron 450 invitaciones entre los principales vecinos y
autoridades de la capital. La lista de invitados fue elaborada por el Cabildo teniendo en
Martes 22 de mayo
De los 450 invitados al cabildo abierto solamente participaron unos 251. French y
Beruti, al mando de 600 hombres armados con cuchillos, trabucos y fusiles, controlaron
el acceso a la plaza, con la finalidad de asegurar que el cabildo abierto fuera copado por
criollos.
El cabildo abierto se prolongó desde la mañana hasta la medianoche, contando con
diversos momentos, entre ellos la lectura de la proclama del Cabildo, el debate, "que
hacía de suma duración el acto", como se escribió en el documento o acta, y la votación,
individual y pública, escrita por cada asistente y pasada al acta de la sesión.
El debate en el cabildo tuvo como tema principal la legitimidad o no del gobierno y de
la autoridad del virrey. El principio de la retroversión de la soberanía planteaba que,
desaparecido el monarca legítimo, el poder volvía al pueblo; y que éste tenía derecho a
formar un nuevo gobierno.
Hubo dos posiciones principales enfrentadas: los que sostenían que la situación debía
mantenerse sin cambios, respaldando a Cisneros en su cargo de virrey, y los que
sostenían que debía formarse una junta de gobierno en su reemplazo, al igual que en
España. No reconocían la autoridad del Consejo de Regencia argumentando que las
colonias en América no habían sido consultadas para su formación. El debate abarcó
también, de manera tangencial, la rivalidad entre criollos y españoles peninsulares, ya
que quienes proponían mantener al virrey consideraban que la voluntad de los españoles
debía primar por sobre la de los criollos.
Uno de los oradores de la primera postura fue el obispo de Buenos Aires, Benito Lué y
Riega, líder de la iglesia local. Lué y Riega sostenía lo siguiente:
No solamente no hay por qué hacer novedad con el virrey, sino que aún cuando no
quedase parte alguna de la España que no estuviese sojuzgada, los españoles que se
encontrasen en la América deben tomar y reasumir el mando de ellas y que éste sólo
podría venir a manos de los hijos del país cuando ya no hubiese un español en él.
Aunque hubiese quedado un solo vocal de la Junta Central de Sevilla y arribase a
nuestras playas, lo deberíamos recibir como al Soberano.
Juan José Castelli habló a continuación, sostenía que los pueblos americanos debían
asumir la dirección de sus destinos hasta que cesara el impedimento de Fernando VII de
regresar al trono.
Desde la salida del Infante don Antonio, de Madrid, había caducado el Gobierno
Soberano de España, que ahora con mayor razón debía considerarse haber expirado con
la disolución de la Junta Central, porque, además de haber sido acusada de infidencia
por el pueblo de Sevilla, no tenía facultades para el establecimiento del Supremo
Gobierno de Regencia; ya porque los poderes de sus vocales eran personalísimos para el
gobierno, y no podrían delegarse, ya por la falta de concurrencia de los Diputados de
América en la elección y establecimiento de aquel gobierno, deduciendo de aquí su
ilegitimidad, la reversión de los derechos de la Soberanía al pueblo de Buenos Aires y
Hecha la regulación con el más prolijo examen resulta de ella que el Excmo. Señor
Virrey debe cesar en el mando y recae éste provisoriamente en el Excmo. Cabildo hasta
la erección de una Junta que ha de formar el mismo Excmo. Cabildo, en la manera que
estime conveniente.
Miércoles 23 de mayo
Jueves 24 de mayo
El día 24 el Cabildo, a propuesta del síndico Leyva, conformó la nueva Junta, que debía
mantenerse hasta la llegada de los diputados del resto del Virreinato. Estaba formada
por:
Dicha fórmula respondía a la propuesta del obispo Lué y Riega de mantener al virrey en
el poder con algunos asociados o adjuntos, a pesar de que en el Cabildo abierto la
misma hubiera sido derrotada en las elecciones. Los cabildantes consideraban que de
esta forma se contendrían las amenazas de revolución que tenían lugar en la sociedad.
[
28] Asimismo, se incluyó un reglamento constitucional de 13 artículos, redactado por
Leyva, que regiría el accionar de la Junta. Entre los principios incluidos, se preveía que
la Junta no ejercería el poder judicial, que sería ejercido por la Audiencia; que Cisneros
no podría actuar sin el respaldo de los otros integrantes de la Junta; que el cabildo
podría deponer a los miembros de la Junta que faltasen a sus deberes y debía aprobar las
propuestas de nuevos impuestos; que se sancionaría una amnistía general respecto a las
opiniones emitidas en el cabildo abierto del 22; y que se pediría a los cabildos del
interior que enviaran diputados. Los comandantes de los cuerpos armados dieron su
conformidad, incluyendo a Saavedra y Pedro Andrés García.
Cuando la noticia fue dada a conocer, tanto el pueblo como las milicias volvieron a
agitarse, y la plaza fue invadida por una multitud comandada por French y Beruti. La
permanencia de Cisneros en el poder, aunque fuera con un cargo diferente al de virrey,
era vista como una burla a la voluntad del Cabildo Abierto. El coronel Martín
Rodríguez lo explicaba así:
Si nosotros nos comprometemos a sostener esa combinación que mantiene en el
gobierno a Cisneros, en muy pocas horas tendríamos que abrir fuego contra nuestro
pueblo, nuestros mismos soldados nos abandonarían; todos sin excepción reclaman la
separación de Cisneros.
Hubo una discusión en la casa de Rodríguez Peña, en donde se llegó a dudar de la
lealtad de Saavedra. Castelli se comprometió a intervenir para que el pueblo fuera
consultado nuevamente, y entre Mariano Moreno, Matías Irigoyen y Feliciano Chiclana
se calmó a los militares y a la juventud de la plaza.
Por la noche, una delegación encabezada por Castelli y Saavedra se presentó en la
residencia de Cisneros informando el estado de agitación popular y sublevación de las
tropas, y demandando su renuncia. Lograron conseguir en forma verbal su dimisión.
Una delegación de los patriotas reclamó en la casa del síndico Leyva que se convocase
nuevamente al pueblo, y pese a sus resistencias primeras, finalmente accedió a hacerlo.
Viernes 25 de mayo
Durante la mañana del 25 de mayo, una gran multitud comenzó a reunirse en la Plaza
Mayor, actual Plaza de Mayo, liderados por los milicianos de Domingo French y
Antonio Beruti. Se reclamaba la anulación de la resolución del día anterior, la renuncia
definitiva del virrey Cisneros y la formación de una Junta de gobierno. El historiador
Bartolomé Mitre afirmó que French y Beruti repartían escarapelas celestes y blancas
entre los concurrentes; historiadores posteriores ponen en duda dicha afirmación pero sí
consideran factible que se repartieran distintivos entre los revolucionarios. Ante las
demoras en emitirse una resolución, la gente comenzó a agitarse, reclamando:
retirado a sus casas; que se tocase la campana de Cabildo, y que el pueblo se congregase
en aquel lugar para satisfacción del Ayuntamiento; y que si por falta del badajo no se
hacía uso de la campana, mandarían ellos tocar generala, y que se abriesen los cuarteles,
en cuyo caso sufriría la ciudad lo que hasta entonces se había procurado evitar.
Cabe señalar que el badajo de la campana del cabildo había sido mandado retirar por el
virrey Santiago de Liniers tras la Asonada de Álzaga de 1809. Ante la perspectiva de
violencias mayores, el petitorio fue leído en voz alta y ratificado por los asistentes. El
reglamento que regiría a la Junta fue, a grandes rasgos, el mismo que se había propuesto
para la Junta del 24, añadiendo que el Cabildo controlaría la actividad de los vocales y
que la Junta nombraría reemplazantes en caso de producirse vacantes.
La Primera Junta
Presidente
Cornelio Saavedra
Vocales
Secretarios
En el acta del cabildo de Buenos Aires del 25 de mayo, se indicaba a la Junta que
enviara una circular a los cabildos de las provincias para que envíen diputados a la
capital:
Apartado X: que los referidos SS. Despachen sin pérdida de tiempo ordenes circulares a
los Jefes de lo interior y demás a quienes corresponde, encargándoles muy
estrechamente bajo de responsabilidad, hagan que los respectivos Cabildos de cada uno
convoquen por medio de esquelas a la parte principal y más sana del vecindario, para
que formando un congreso de solos los que en aquella forma hubiesen sido llamados
elijan sus representantes y estos hayan de reunirse á la mayor brevedad en esta Capital.
Para preservar la tranquilidad y la unión en el virreinato, la junta envió una circular a las
autoridades del interior, comunicándoles que se había hecho cargo del poder, y que
debían elegir a sus representantes par que vayan incorporándose a la junta por orden de
llegada.
La Junta tuvo que soportar la oposición de la Audiencia, del Cabildo y del ex virrey,
también del obispo Benito Lué (español), quien trató de todas formas trabar su acción
de gobierno.
Toda esta oposición terminó con la expulsión de los oidores de la audiencia y del virrey,
embarcados todos, con rumbo a las Islas Canarias. Y en reemplazo fueron nombrados
Nuevos oidores.
El Cabildo ante estas medidas tomadas por la Junta, los intima a que en el lapso de antes
de seis meses no se reunían los representantes del interior, nombraría a una nueva Junta.
Esa intromisión que no le correspondía fue rechazada por la Junta. Pero el Cabildo no
cesó de oponerse a la Junta y motivó que ésta destituyera a los cabildantes a mediados
de octubre, designando a nuevos cabildantes en remplazo de los destituidos.
Cultural:
Económicas:
Militar:
Diplomática:
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La Isla de León se refiere a la porción de tierra situada entre Cádiz y la Península, en la que se asienta la localidad de San Fernando (Cádiz). La
separación se produce por un brazo de mar (agua salada) llamado Caño de Sancti Petri. La comunicación entre la Isla y el continente se realizaba desde
tiempos históricos por un puente construido en época romana, a cuyo amparo y afluencia se edificó un asentamiento urbano que daría lugar a la Villa de la
Isla de León, actual San Fernando, que tuvo su auge durante el asedio del ejército francés en la Guerra de la Independencia, en que albergó a las Cortes
Generales de España, entre 1810 y 1811. En esa época, la población obtuvo el nombre de Real Villa de la Isla de León.
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José de San Martín peleó en la batalla de Bailén y por su heroísmo fue ascendido el 111 de agosto de 1808 al grado de teniente coronel.
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Quién más tarde será nombrado duque de Wellington.
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Escribió Brevísima relación de la destrucción de las Indias, lo que le valió ser considerado uno de los fundadores del derecho internacional moderno, su
obra constituye el primer informe moderno de derechos humanos. En él describe las atrocidades a las que fueron sometidos los indígenas de las Américas
por los conquistadores españoles. Un párrafo puede dar una idea de los hechos que narra este libro: "Otra vez, este mesmo tirano fue a cierto pueblo que se
llamaba Cota, y tomó muchos indios he hizo despedazar a los perros quince o veinte señores y principales, y cortó mucha cantidad de manos de mujeres y
hombres, y las ató en unas cuerdas, y las puso colgadas de un palo a la luenga, porque viesen los otros indios lo que habían hecho a aquellos, en que habría
setenta pares de manos; y cortó muchas narices a mujeres y a niños".
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Teólogo y jurista español. Religioso de la Orden de los Dominicos. Se preocupó por los derechos de los indios. Su obra De indis recoge las relecciones en
las que expresa su postura ante el conocimiento de diversos excesos cometidos en las tierras conquistadas en América. En ella afirma que los indios no son
seres inferiores, sino que poseen los mismos derechos que cualquier ser humano y son dueños de sus tierras y bienes. Este es el inicio del Derecho de
Gentes.
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Teólogo y religioso de la Orden de la Compañía de Jesús (jesuita). En su gran obra jurídica Tractatus de legibus ac Deo legislatore, muy fecunda para la
doctrina iusnaturalista y el derecho internacional, se encuentra ya la idea del pacto social, y realiza un análisis más avanzado que sus precursores del
concepto de soberanía: el poder es dado por Dios a toda la comunidad política y no solamente a determinadas personas, con lo que esboza el principio de la
democracia contra cesaristas, legistas, maquiavelistas y luteranistas. Distingue entre ley eterna, ley natural, derecho de gentes, ley positiva humana
(derecho civil y derecho canónico) y ley positiva divina (la del Antiguo y Nuevo Testamento).
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Jurista español, el más destacado publicista del derecho indiano. Autor de la famosa “Política Indiana” en la que sostiene la igualdad entre criollos y
peninsulares.
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Fue un general venezolano conocido como «El Primer Venezolano Universal», «El Americano más Universal» y con el nombre abreviado de Francisco
de Miranda, fue el creador de la idea de Colombia como nación y fundador de la “Gran Reunión Americana”, conocida comúnmente como “La Logia
Lautaro” combatiente destacado en tres continentes: África, Europa y América. Viajó durante gran parte de su vida participando en conflictos armados al
servicio de diversos países, entre los que destacan tres guerras a favor de la democracia: la Independencia de los Estados Unidos, la Revolución francesa,
acontecimiento del que fue protagonista destacado, por lo que le fue otorgado el título de Héroe de la Revolución, y las Guerras de Independencia
Hispanoamericana. Aunque fracasó a la hora de poner en práctica sus proyectos, su ideal político perduró en el tiempo y sirvió de base para la fundación de
la Gran Colombia y sus ideas independentistas influyeron en destacados líderes de la Emancipación como Simón Bolívar y Bernardo O'Higgins . Su
nombre está grabado en el Arco del Triunfo en París. Su retrato forma parte de la Galería de los Personajes en el Palacio de Versalles; su estatua se
encuentra frente a la del General Kellerman en el Campo de Valmy, Francia.
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Otro de los precursores de la emancipación americana del Imperio español, nacido en Bogotá fue uno de los líderes militares y políticos más
comprometidos con la insurrección y la independencia en Colombia, entonces conocida como Virreinato de Nueva Granada. Su actividad a favor de la
causa de la emancipación le ocasionó el destierro y la cárcel. Fue el primero en traducir al castellano, en la América Hispana, los Derechos del Hombre y
del Ciudadano. También es conocido como 'El padre del periodismo político en Colombia. Tradujo el texto de la “Declaración de los Derechos del
Hombre” de los revolucionarios franceses y los publicó en castellano con el título de “Decálogo de la sociedad regenerada”.
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Santiago de Liniers y Bremond, Caballero de la Orden de San Juan, caballero de la Orden de Montesa, capitán de navío de la Real Armada, Comandante
General de Armas de Buenos Aires y virrey del Río de la Plata, era hijo de Jacques de Liniers, oficial de la marina francesa. Se vio beneficiado por el tercer
Pacto de Familia (1761), que permitió a los franceses participar en las empresas militares españolas en igualdad de derechos y obligaciones que los
españoles. Ingresó en la escuela militar de la Orden de Malta, donde después de tres años egresó, en 1768, con la cruz de Caballero.
En Francia llegó a subteniente de caballería en el regimiento de Royal-Piémont. En 1774 solicitó la baja y se alistó como voluntario en una de las cruzadas
contra los moros argelinos. Al concluirla, rindió examen de guardiamarina en Cádiz, para así prestar servicios como voluntario para la corona española. En
1775 recibió el grado de alférez de fragata.
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Baltasar Hidalgo de Cisneros, nació en la población española de Cartagena en 1755 y falleció en la misma ciudad en 1829. En la historia de la
América Colonial es recordado por ser el último virrey del Virreinato del Río de la Plata. Fue un notable marino y militar que participó en episodios
históricos decisivos tanto en la historia de España como en la de la incipiente nación Argentina.
A los quince años inició la carrera naval y sirvió en diferentes naves en importantes misiones de rescate en Argel y Melilla. En 1790, un año después del
estallido revolucionario en Francia tomó parte activa en la guerra contra el país galo hasta el año 1795.
En el año 1805 fue un protagonista destacado en la Batalla de Trafalgar, en la que se enfrentaron el Reino de España aliado con el Imperio Francés frente
al Reino Unido, y donde Cisneros fue hecho prisionero. Destacando en este episodio como general y jefe de escuadra estuvo a bordo del navío Santísima
Trinidad donde fue partícipe del conflicto en primera línea de fuego. Se comenta que como consecuencia de esta batalla desarrollo un importante grado de
sordera por haber estado muy cerca de un cañón al producirse el disparo.
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El Dr. Cossio obtuvo 23 votos, Martínez y Sires, 6, el Dr. Casajús, 2, el Dr. Castro y Careaga, 1 y el Dr. Cabral 1.
Bibliografía:
Rosas, José María, Historia Argentina, Tomo II, Editorial Oriente, edición 1981.
José Cosmelli Ibáñez, Historia 2 “Desde los tiempos modernos hasta el nacimiento de la Nación
Argentina”, Editorial Troquel, edición 1980.