Por lo tanto, está por encima de toda duda que el Israel de Efraím,
y en menor grado el Israel judío, se encuentra perfectamente a
salvo en nuestros días, como lo ha estado en cualquier otra
época, y está, sencillamente, siendo tamizado, sobre una base
individual hasta que Yahshúa los traiga de regreso al Israel del
Nuevo Pacto uno por uno. Lo que sucederá durante el milenio,
cuando ambas casas se encuentren juntas, está sucediendo,
como realidad parcial, al tomar Yahshúa a los que se encuentran
lejos o distanciados de Jerusalén, así como a los que están cerca,
haciendo de ambas casas un solo árbol de vida, por la preciosa
sangre del Mesías (Efesios 2:13-14 [13 Pero ahora ustedes, que
estaban muy lejos, han sido acercados por medio del
derramamiento de la sangre del Mashíaj. 14 Porque El mismo es
nuestro Shalom, El nos ha hecho a ambos pueblos uno y ha
derrumbado la mejitzah que nos dividía,]). Las dos casas, la que
está cercana y la que está lejos, han visto después de muchos
años la antigua muralla de partición ha sido derrumbada gracias a
Yahshúa, el Hijo. El proceso gradual y progresivo comenzó en el
Calvario el día en que murió Yahshúa y culminará cuando regrese
con el comienzo del Reinado de YAHWEH en la tierra. ¡Aleluya!
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