Los Valores son el resultado de la interacción entre conceptos, sentimientos y acciones.
Actúan de filtro de esos mismos conceptos, impregnan las actitudes previas al
conocimiento, están en la base de la autoestima, de la identidad de las personas y de los
mecanismos que mueven al cambio conceptual y de los propios valores.
Debemos saber que los valores conforman las actitudes de cada persona según hayan sido
inculcados en el seno familiar, de hay que los profesionales apliquen los valores de distinta
forma que la sociedad en general.
De modo que el profesional sea comprometido con su trabajo, empresa, horarios y sobre
todo tome decisiones correctas ante las problemáticas que se presenten teniendo una visión
ética hacia sus compañeros y el medio ambiente.
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La formación de valores supone una relación entre la persona en tanto particular, con la
comunidad entendida como lo general, de lo interior con lo exterior, es decir, de la
interiorización de las normas con las regulaciones y valores comunitarios, de lo individual y
lo colectivo, o sea, del reconocimiento de sí mismo con el reconocimiento de valores y
normas compartidas y por tanto, legítimas.
· De los seis a los siete años, la aceptación de la norma parte de cierta uniformidad
percibida, la razón la tiene quien sostiene esta norma.
· De los diez a los once años, la norma es convencional pero reviste autoridad.
· De los doce a los trece años, si la regla es arbitraria es entonces cambiante y si es así, lo
que yo opino es lo mejor.
· De los catorce a los dieciséis años, la norma desempeña una función social en tanto hace
que el individuo sea o no parte de un grupo.
· De los diecisiete a los dieciocho años, Las normas se legitiman por su uso, no son más que
meras costumbres no cuestionadas.
· De los dieciocho a los veinticinco años, las normas facilitan la interacción social y son
resultado del consenso.
La formación de valores, un hecho importante que normalmente se pasa por alto debe de
ser considerado con la debida seriedad e importancia ya que si un alumno se educa dentro
de los valores sugeridos por su institución de educación superior, será un alumno mejor y
un profesionista educado con principios que le beneficiarán a él mismo y a la sociedad
dentro de la cual preste sus servicios y se desarrolle.
Los valores que se deben inculcar en los jóvenes dentro de una formación universitaria,
considero que deben ser los siguientes:
(n valor fundamental para el estudiante y profesionista del área del diseño es la honestidad.
Ya que es una forma de vivir congruente entre lo que se piensa y la conducta que se
observa hacia los demás. La honestidad es una cualidad que buscamos y exigimos en los
demás.
(na persona honesta se reconoce por ser siempre sincero en la manera de comportarse, en
lo que dice y en sus afectos. (na persona honesta cumple con sus compromisos y
obligaciones sin engaños ni trampas. (na persona honesta es fiel a sus promesas y habla
siempre con la verdad.
La integridad es rectitud, totalidad y plenitud. (na persona íntegra es una persona que obra
con rectitud.
El compromiso es una obligación contraída que espera cumplirse, una promesa que se
acuerda y para su realización se requiere de un espíritu de trabajo y colaboración
El respeto es la consideración debida hacia otra persona, hacia una idea. Es tener una
actitud dialogante y apertura a las opiniones ajenas.
Y la Eficiencia como valor posmoderno que se refiere a la capacidad de lograr los efectos
que se desean o esperan haciendo uso de los conocimientos, habilidades, destrezas y
valores adquiridos durante la formación profesional.
³El Amor es el significado ultimado de todo lo que nos rodea. No es un simple sentimiento,
es la verdad, es la alegría que está en el origen de toda creación´.
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La que es un conjunto de elementos que se relacionan entre sí, en la definición que se cita
estos elementos son denominados creencias, pero también podrían haberse llamado
conocimientos, expectativas o hipótesis.
Puede definirse una creencia como la ³adhesión a una idea, esto es persuasión de que es
una idea verdadera« la creencia aparecerá« como algo opuesto al saber y, en cierta
medida, a la opinión pero al mismo tiempo como algo que puede fundamentar
inmanentemente la aserción perteneciente a la naturaleza del saber mismo´.
La creencia puede aludir a la ³verdad´ o falsedad de un objeto o situación, a la valoración
del mismo como bueno o malo o a juzgar una posible acción en relación al objeto o
situación como apetecible o rechazable. Sea cual fuere el contenido de una creencia, la
misma constituye ³una predisposición a la acción y una actitud es un conjunto de
predisposiciones para la acción relacionadas entre sí y organizadas en torno a un objeto o
situación´.
a) en el objeto de la creencia, o
b) en otros objetos (individuos o grupos) que toman una posición positiva o negativa con
respecto al objeto de la creencia, o
Quizá sea oportuno aclarar que el término conducta se está utilizando en su más amplia
acepción, es decir, se entiende por conducta cualquier respuesta que un sujeto presenta ante
un estímulo, respuestas que pueden ser fisiológicas, motrices, mentales, o combinaciones
de ellas.
Otro aspecto que conviene precisar se relaciona con el componente afectivo de la creencia.
Este se pone de manifiesto solamente cuando la creencia es puesta a prueba por un objeto o
situación cuando la respuesta preferencial se ve bloqueada de alguna manera, el consenso
más o menos generalizado en relación a una creencia, es decir, cuando la misma no es
cuestionada, de alguna manera desdibuja el componente afectivo pero de ningún modo lo
hace desaparecer.
Es muy difícil establecer un límite temporal para decir que una predisposición constituye
una actitud o no llega a merecer tal denominación. Sin embargo, es necesario dejar claro
que aquellas predisposiciones que son momentáneas no son actitudes, es necesario que
presenten alguna estabilidad en el tiempo para que se las juzgue como tales.
Las actitudes que posee un sujeto no se presentan aisladas, una a una y ordenadamente.
Puede afirmarse que siempre por lo menos se presentan dos actitudes ante un objeto o
situación y en muchas oportunidades un número mayor.
Las dos actitudes que como mínimo se presentan se relacionan una con el objeto en sí y la
otra se vincula con el entorno en el que están insertos tanto el sujeto como el objeto, en
otros términos con la situación en la que se desarrolla el encuentro del sujeto con el objeto.
El comportamiento del sujeto es el resultado de la integración de las actitudes activadas por
el objeto y de las actitudes activadas por la situación.
¿Para qué sirven las actitudes? Entre los estudiosos del tema no hay acuerdo respecto a la
respuesta a este interrogante. Quizá puede contestarse diciendo que una actitud se puede
comparar a una teoría científica en miniatura; desempeña funciones parecidas y tiene
parecidos vicios y virtudes. (na actitud, como una teoría, es un cuadro de referencia, ahorra
tiempo, organiza el conocimiento, tiene consecuencias para el mundo real y está sujeto a los
cambios que le imponen los nuevos datos. (na teoría, como una actitud, es un juicio previo,
puede ser selectiva y parcial, tal vez contribuye al mantenimiento del status quo,
posiblemente apasiona cuando es puesta en duda y puede oponerse al cambio cuando los
nuevos datos la fuerzan a ello. En una palabra, una actitud puede, en mayor o menor grado,
actuar como una buena o mala teoría y dependiendo de la clase de teoría conforme a la cual
actúa, la actitud puede servir una función mejor que otra.
Aunque ciertos autores sostienen que existen algunas actitudes básicas innatas, por ejemplo
el miedo innato a lo extraño, es indiscutible que sea por sucesivas diferenciaciones de esas
actitudes básicas o sea por adquisición de actitudes no dependientes de ellas, está fuera de
discusión que los procesos que posibilitan el cambio y desarrollo de actitudes son procesos
de aprendizaje.
Como es conocido de todos, no existe ni una ni un número reducido de teorías del
aprendizaje, sino que por el contrario se presenta una cantidad muy alta de teorías que
intentan la explicación de estos procesos.
Las teorías del aprendizaje están comprendidas en dos familias principales: las de estímulo-
respuesta y las cognoscitivas; pero no todas pertenecen a estas dos familias.
Está formado por las percepciones y creencias hacia un objeto, así como por la información
que tenemos sobre un objeto. Los objetos no conocidos o sobre los que no se pose
información no pueden generar actitudes. La representación cognoscitiva puede ser vaga o
errónea, en el primer caso el afecto relacionado con el objeto tenderá a ser poco intenso;
cuando sea erronea no afectará para nada a la intensidad del afecto.
Las actitudes son determinantes sobre la conducta, ya que están ligadas a la percepción, a la
personalidad y a la motivación. (na actitud es un sentimiento o estado mental positivo o
negativo de buena disposición, conseguido y organizado a través de la experiencia, que
ejerce una influencia específica sobre la respuesta de la persona a los demás, a los objetos y
a las situaciones.
Las actitudes también definen nuestra predispocisión hacia determinado aspectos del
mundo.
Por otro lado, nos proporcionan las bases emocionales de nuestras relaciones
interpersonales y de identificación con los demás.
Por último, se organizan muy próximos al núcleo de la personalidad. Algunas actitudes son
persistentes y duraderas, otras, sin embargo, como es el caso de la variables psicológicas,
están sujetas a ciertos cambios.
Las actitudes son parte intrínseca de la personalidad del individuo. Algunas teorías sostiene
que las personas buscan la congruencia entre sus creencias y sus sentimientos hacia los
objetos, y que las modificaciones en las actitudes dependen de que cambien los
sentimientos o las creencias. Los individuos poseen actitudes estructuradas compuestas de
diversos elementos afectivos y cognoscitivos. (n cambio en uno de ellos precipita un
cambio en los demás. Cuando estos componentes son inconsistentes o exceden el nivel de
tolerancia de la persona aparece la inestabilidad. Esa inestabilidad puede corregirse
mediante:
3. La aceptación de la inconsistencia, de modo que se genere una nueva actitud. Esta teoría
propone que el afecto, la cognición y la conducta determinan las actitudes y que éstas
determinan, a su vez, el afecto, la cognición y la conducta.
La teoría de los componentes afectivos, cognoscitivos y de la conducta como determinantes
de las actitudes y del cambio de actitud tienen gran importancia para los directores de
empresas. Los jefes han de ser capaces de demostrar que los aspectos positivos de
contribución a la organización pesan más que los negativos, desarrollando en sus
empleados actitudes generales favorables hacia la organización y hacia el trabajo dentro de
la misma.
Las actitudes pueden tener distintos orígenes: la familia, los grupos de amigos o las
experiencias en empleos anteriores. Las experiencias primeras en la familia contribuyen a
formar las actitudes individuales.
Cuando aparece la inconsistencia en las actitudes, las personas pueden intentar resolver el
problema ya sea cognoscitivamente o bien de forma conductual.
Cambio de actitudes.
Los jefes pueden tener que enfrentarse a la tarea de cambiar las actitudes de sus empleados
para favorecer el buen fin del trabajo. Aunque son muchas las variables que afectan a los
cambios de actitud, todas pueden describirse en función de tres factores generales:
confianza en el emisor, en el propio mensaje y en la situación. Los empleados que no
confían en su jefe no aceptarán su mensaje ni modificarán sus actitudes, al igual que si el
mensaje no es convincente, ni invitará al cambio.
Cuanto mayor sea el prestigio del comunicador, más notorio será el cambio de actitudes.
Por tanto, los jefes deben ganarse el prestigio de sus empleados. Si tienen prestigio, lo
utilizarán para cambiar las actitudes; si no lo tienen, el cambio de actitudes puede resultar
prácticamente imposible.
El compromiso de un empleado con sus actitudes es muy importante. Las actitudes que se
han expresado públicamente son más difíciles de cambiar porque la persona se ha
comprometido y cambiar de actitud sería reconocer su error.
Actitudes y valores.
Los valores están ligados a las actitudes porque sirven como una forma de organizarlas. Los
valores se definen como ³la constelación de gustos, desagrado, puntos de vista,
condicionantes, inclinaciones subjetivas, juicios racionales e irracionales, prejuicios y
modelos asociativos que determinan la visión del mundo que tiene una persona´.
Los valores no sólo afectan las percepciones en los fines apropiados, sino también en los
medios adecuados para conseguirlos. Desde el diseño y desarrollo de las estructuras y
procesos organizativos hasta la utilización de un estilo particular de dirección y de
evaluación del rendimiento de los subordinados, los sistemas de valores son siempre
persuasivos.
El impacto de los valores es más pronunciado en las decisiones con poca información
objetiva y, en consecuencia, con mayor grado de subjetividad.
Actitudes y satisfacción en el trabajo.
La satisfacción en el trabajo es una actitud que los individuos mantienen con respecto a sus
funciones laborales. Es el resultado de sus percepciones sobre el trabajo, basadas en
factores relativos al ambiente en que se desarrolla el mismo, como el estilo de dirección, las
políticas y procedimientos, la afiliación de los grupos de trabajo, las condiciones laborales
y el margen de beneficios.
Paga,
Trabajo (tareas interesantes, de responsabilidad, etc.)
Oportunidades de ascenso,
Xefe,
Colaboradores (compañerismo, competencia).
La mayoría de los estudios no han establecido una clara relación entre satisfacción y
productividad. De hecho, hay empleados insatisfechos que tienen una productividad muy
elevada, y, también se da el caso contrario, de empleados satisfechos con escasa
productividad.
No obstante, desde un punto de vista práctico, casi todos los jefes desean tener trabajadores
satisfechos y productivos (un objetivo que requiere gran esfuerzo y prudencia en sus
decisiones). Algunos teóricos e investigadores sugieren que el rendimiento tiene un
significado más amplio que las simples unidades de producción o su calidad.
Algunos estudios han observado una moderada correlación entre satisfacción y
permanencia en la organización, así como entre satisfacción y ausentismo. También hay
pruebas que relacionan satisfacción y actividad sindical.