Apoyado por la opinión pública, el gobierno ordenó la detención de varios dirigentes obreros
y políticos. En el juicio que se celebró a continuación, ocho anarquistas fueron considerados
culpables de asesinato. Cuatro de ellos fueron ejecutados (ahorcados) el 11 de noviembre de
1887. El día anterior otro de los acusados se había suicidado y otros dos habían conseguido la
conmutación de la pena a prisión perpetua. El juicio de Haymarket ha sido considerado por
los especialistas como una de las peores injusticias de la historia norteamericana, ya que, a
pesar de haber sido festejado por la mayoría de la opinión pública, prevalecieron los
prejuicios ideológicos por sobre el análisis de la evidencia, dado que nunca se había probado
que la bomba había sido arrojada por ninguno de ellos. Las ejecuciones transformaron a los
anarquistas en los “Mártires de Chicago”.
Por lo tanto, «el Primero de Mayo decretado Día del Trabajador se declara feriado y de remuneración
obligatoria para los trabajadores en general, incluyendo los que efectúen sus labores en la agricultura
y en la cría. Durante esta fecha no podrán efectuarse trabajos en las empresas o establecimientos
sometidos a la Ley del Trabajo y al Reglamento del Trabajo en la agricultura y cría. Quedan
exceptuadas aquellas labores señaladas especialmente por dichos estatutos legales»