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La Universidad Nacional de Salta: Proyecto y Realidad.

Campo universitario y lógica de tribus disciplinarias.


eje temático: gobierno y poder en la universidad
Autores: Juan Pascual; Alejandro Ruidrejo
Universidad Nacional de Salta; CIUNSa; Argentina
aruidre@unsa.edu.ar
Palabras claves: Universidad- Tribus- Campo- Proyecto

Las tribus en el momento fundacional

Entre mayo de 1971 y mayo de 1973 se crean por ley en nuestro país, dieciséis universidades nacionales. La Universidad Nacional
de Salta fue una de ellas, creándose por Ley Nº 19633 del 11 de mayo de 1972. El ideólogo de esta política de expansión de las
universidades nacionales, fue el Dr. Alberto Taquíni, quien formaba parte de un grupo de asesores del Ministro de Educación de
Onganía, José Mariano Astigueta. Entre estos, se encontraba el Dr. Emilio F. Mignone, quien formó parte posteriormente de la
Comisión Redactora del Estudio de Factibilidad de la UNSa. 1

Los objetivos de ese plan, consistían en regionalizar el sistema universitario, adaptándolo a las necesidades del interior del país para
brindar mayores posibilidades de desarrollo, y simultáneamente, lograr la desconcentración de las grandes masas de estudiantes en
las principales universidades nacionales. Las críticas a este plan, apuntan a señalar que este último objetivo sería el verdadero,
realizado por razones ideológicas para despolitizar y desmovilizar al estudiantado universitario. En cuanto al primer objetivo, se
afirma que la improvisación, la falta de dirigentes, docentes y técnicos, conducirían a un expansionismo improvisado, irrealista,
donde las nuevas universidades descuidarían la calidad de la enseñanza y no conseguirían los objetivos propuestos. Sin
pronunciarnos sobre la política general de descentralización universitaria y la posible desconcentración estudiantil (por cuanto no es
objeto del presente trabajo), nos referiremos al resultado de la creación de la UNSa. En este sentido, creemos que la UNSa,
consiguió en gran medida, y en primera instancia los objetivos planteados, pues sin descuidar el nivel académico, logró mediante la
creación de nuevas carreras y el afianzamiento de las existentes, ampliar las oportunidades de estudios superiores a un gran número
de estudiantes, como lo prueba el importante incremento de la matrícula experimentada desde entonces. Asimismo, logró ampliar
rápidamente su inserción en el medio, mediante la creación de Institutos y la firma de Convenios con organismos públicos y privados
de la región, como estaba previsto en sus planes de creación.

Ahora bien, esto no es producto de la casualidad, sino del hecho de que la fundación de la UNSa., no se hizo de la nada, sino que se
basó en el aglutinamiento de las dependencias universitarias que la Universidad Nacional de Tucumán tenía en la Provincia de Salta,
con una larga trayectoria académica, vigorosa y en pleno desarrollo (la Facultad de Ciencias Naturales se creó en Salta el 16 de
diciembre de 1952). Estas dependencias eran: la Facultad de Ciencias Naturales, el Departamento de Ciencias Económicas y el
Instituto de Endocrinología. De las “Bases de la Universidad Nacional de Salta”(1971), y el Estudio de Factibilidad para su creación
(1972) extraemos los datos para la confección del siguiente cuadro, con las dependencias de la U.N.T. en Salta, las carreras que se
dictaban y los diferentes grupos disciplinarios existentes en el momento de su creación.

Facultad de Ciencias CARRERAS Grupo Doc. Puntos Ptos./Doc.


Naturales (Factibilidad p.107) disciplinario

Dto. Ciencias Básica Prof. en Matemática y Matemática 11 6.947 631


Física

Física 11 2.564 233

Profesor en Química Química 14 5.631 402

Dto. Ingeniría Química Ingeniero Químico Ing. Química 29 27.116 968

Dto. Geología Lic. y Dr. En Geología Geología 22 12.509 569

Dto. Biología Prof. en Ciencias Nat. Biología 6 1.936 322

Rec. Nat. Renovables Grupo de Trabajo Recursos Nat. 0 0 0


Dto. Human. Y Cs. Ed. Profesor en Historia Historia 7 1.311 187

Profesor en Filosofía Filosofía 5 2.619 523

Profesor en Letras Letras 7 1.252 179

Profesor en Pedagogía Cs. de la Educ. 8 4.373 546

Instituto de Psicología 0 0 0

Museo de Cs.Naturales 0 0 0

Dto. Cs. Económicas Contador Público Nac. Cs. Económic. 34 9.310 274

Inst de Endocrinología Cs. de la Salud 0 0 0

TOTALES 154 75.568 490

En el cuadro anterior, hemos identificado los grupos disciplinarios que existían en el momento de la creación de la UNSa., y que
siguiendo a Becher, llamaremos, tribus disciplinarias. 2 Ahora bien, Becher llama tribus a los grupos de acción académica, es decir
aquellos para los cuales su constitución y su accionar se realiza en relación a la producción, validación y circulación del conocimiento
propio de sus disciplinas. En nuestro caso, vamos a estudiar a las tribus disciplinarias de la UNSa., tomadas como “unidad de acción
política”, es decir, como organización protagonista del campo universitario 3 , que comparte el mismo con las demás tribus
disciplinarias. En este sentido, es oportuno citar a F. G. Bailey, que desde un punto de vista antropológico representa a la
universidad como una “cultura de una comunidad” en la que cohabitan diferentes tribus:

“Cada tribu tiene un nombre y un territorio, arregla sus propios asuntos, entabla guerras con las otras, tiene un lenguaje o, cuando
menos, un dialecto distintivo y una variedad de formas simbólicas para demostrar que está separada de las demás. Sin embargo,
todo el grupo de tribus posee una cultura común: sus formas de interpretar el mundo y la gente que vive en él son lo
suficientemente semejantes para que puedan entender, en mayor o menor grado la cultura de los demás y aun, en caso necesario,
comunicarse con los miembros de otras tribus. Las universidades poseen una sola cultura que dirige las interacciones entre muchos
grupos distintivos, que muchas veces sienten una hostilidad mutua.” 4

Volviendo al cuadro anterior, podemos ver que las tres tribus disciplinarias que tienen mayor número de docentes y puntos-
docentes, son: Ingeniería Química, Geología y Ciencias económicas. Entre las tres tribus sumaban el 78,50% del total de docentes,
con el 68,50% de los puntos-docentes. Vamos a identificar a estas tres tribus como fuertes, no solo porque tenían el mayor capital
docente, sino también porque las dos primeras tenían también el mayor capital científico, y la tercera el capital político acumulado
por su fuerte corporativismo, que le permitió contar con una importante cuota de poder desde entonces. Vemos así, que existían en
la UNSa., desde su fundación, tres tribus disciplinarias fuertes, que incidirán notablemente en toda su historia.

Hacia un proyecto de universidad

Como decimos en la presentación del trabajo, para llevar a cabo un proyecto de universidad es necesario contar con cuadros
dirigentes consustanciados con el mismo, con el consenso de la comunidad universitaria y los medios y el tiempo necesarios para su
ejecución. Contando con la decisión del gobierno para su fundación y financiamiento, en esos momentos, parecían estar dadas todas
las condiciones para poder hacer de la UNSa. una universidad moderna y pujante. El proyecto a realizar quedó condensado en el
Estatuto de la Universidad Nacional de Salta, aprobado por el Decreto Nº 2572 del 3 de abril de 1973, aunque su explicitación
completa quedó reflejada en las treinta y seis páginas del capítulo “Fines, objetivos y funciones de la Institución a crearse”, del Tomo
3 del Estudio de Factibilidad. 5

La fuerte influencia que sobre dicho proyecto tuvo el gobierno nacional a través del grupo de asesores mencionados anteriormente,
queda reflejada por las opiniones del Dr. Mignone en su trabajo Finalidades y Estructura, que figura como Documento de Trabajo Nº
1 en el Tomo 12 del Estudio de Factibilidad, alguno de cuyos párrafos fueron transcriptos en su totalidad en el capítulo mencionado,
como por ejemplo: “La futura Universidad no puede ser la mera yuxtaposición de las unidades existentes. Es decir de las
dependencias de la Universidad Nacional de Tucumán existentes en Salta y tal vez de los institutos privados, provinciales, y aún
nacionales instalados en la ciudad. Tal operación sería excesivamente simple, pero al mismo tiempo infecunda y peligrosísima.
Consistiría en agrupar dichas reparticiones, con su presupuesto, edificios, personal docente y alumnos, bajo la dirección de un
Rector, dotándolos de los órganos de conducción tradicionales y cortando el cordón umbilical con Tucumán. Ello sería simple, pero
nefasto. Satisfaría tal vez un cierto localismo y podría a lo mejor, aumentar en alguna medida la eficiencia administrativa de la
institución. Pero traería consigo la consolidación de orientaciones, estructuras formales, objetivos, contenidos y métodos
anacrónicos, nacidos sin plan, bajo la presión de intereses inmediatos y sectoriales.” 6

En realidad, el proyecto de universidad nunca fue totalmente compartido por la comunidad universitaria salteña, sobre todo la
estructura departamental, que era fundamental para poder llevarlo a cabo. Como veremos, este punto fue resistido fuertemente,
hasta que finalmente, en 1983 sus detractores lograron imponer el cambio por Facultades, que en los hechos, ya venía ocurriendo
desde el gobierno de Villada.

El encargado de poner en marcha la nueva universidad, fue el Ing. Roberto Germán Ovejero, quien se desempeñó como Delegado
Organizador, entre el 16 de agosto de 1972 y el 30 de abril de 1973. En su corta gestión, se dedicó fundamentalmente a organizar el
traspaso de las dependencias de la U.N.T. a la nueva universidad, y a la construcción, en Castañares, de la infraestructura necesaria
para que pudiera funcionar correctamente allí desde el inicio de las actividades de 1973. No obstante, su gestión no estuvo exenta
de problemas con las tribus, especialmente en lo tocante a la estructura departamental, como se puede apreciar en su opúsculo
“Testigo Involucrado”, 1997, UNSa. 7

A todo esto, en el país se habían realizado elecciones presidenciales, ganando el peronismo con Héctor José Cámpora, quien asume
el 25 de mayo de 1973. Con Cámpora en el poder, la izquierda peronista se apodera del Ministerio de Educación, con Jorge Taiana
como Ministro, e inicia un período de “reconstrucción universitaria”. Esta política tenía, como dice Augusto Pérez Lindo, como
objetivos declarados, “servir a la reconstrucción nacional, combatir la dependencia, llevar la universidad al pueblo”, y como objetivos
implícitos, “peronizar la Universidad, ponerla al servicio de una política nacional y popular, hegemonizar el gobierno universitario en
función de los objetivos de diferentes sectores del peronismo”. 8

En la UNSa., asume Holver Martinez Borelli, quien provenía de la Democracia Cristiana, Partido aliado al peronismo, y que compartía
las ideas de la izquierda peronista. 9 La situación de Martinez Borelli parecía ideal para poder llevar a cabo el proyecto peronista en la
UNSa., pues disponía de una universidad nueva y pujante, con un proyecto moderno y lo suficientemente flexible como para poder
adecuarlo a sus fines, un presupuesto generoso, y un poder omnímodo para disponer de él. Sin embargo, no contaba con el
consenso universitario, sobre todo en el tema de la estructura departamental, ni con los suficientes dirigentes consustanciados con
sus ideas. Para subsanar esto, incorporó a la UNSa. un importante número de docentes de otras universidades nacionales (idóneos y
no tanto), colocándolos en puestos de relevancia, para poder avanzar en su proyecto. En aquellos lugares donde no consiguió
“importar” dirigentes, colocó a docentes locales disidentes de los grupos dominantes con el objeto de neutralizarlos. Esta estrategia
no le dio resultado, pues siguió sin obtener el consenso universitario, con el agravante de que muchos docentes locales se sintieron
injustamente postergados, y las tribus fuertes se opusieron tenazmente. En efecto, en Ciencias Económicas existía un grupo
importante de docentes pertenecientes al peronismo de derecha, al que trató de neutralizar con la creación en ese Departamento de
la carrera de Antropología, y la incorporación de un importante grupo de profesores de esa disciplina. En Geología, ocurría otro
tanto, en relación a la existencia de un fuerte grupo peronista de derecha, con el agravante de que el mismo, fuertemente
cientificista, luchó siempre en contra de la estructura departamental. Finalmente, la tribu de Ingeniería Química, también
cientificista, como ya dijimos, se opuso siempre a la estructura departamental, y a toda iniciativa del Rector, enfrentándosele
ostensiblemente. 10

Martinez Borelli fue un propulsor de la estructura departamental para la UNSa.. Ello puede haberse debido a que dicha forma de
gobierno sea mas fácil de manejar políticamente, o por su sesgo ideológico anti-cientificista, o quizás simplemente porque creyera
que era la mejor estructura para una universidad moderna. El hecho es que entre las pautas generales que acompaña al
anteproyecto de Estatuto de la universidad para su discusión, la primera de ellas se refiere a este tema: “1- Consolidación y
redefinición de la estructura departamental de la UNSa. con insistencia en el concepto de Departamento como una unidad de tareas
(investigación, docencia, transferencia y servicio al estudio y solución de los problemas de la comunidad).” 11

El triunfo de la lógica de las Tribus. La derechización del peronismo

Con la muerte de Perón, asume la presidencia María Estela Martínez de Perón, y con ella la derecha peronista, que inauguró un
período de represión en nuestro país. 12 El Ministro Taiana es obligado a renunciar y asume el Ministerio de Educación Oscar
Ivanissevich que había sido Ministro de Perón casi treinta años atrás, y que intentó implantar una concepción jerárquica, autoritaria
y ultraconservadora en las universidades. Siguiendo nuevamente a Pérez Lindo, podemos decir que la política universitaria consistió
en la “restauración del orden”, siendo sus objetivos declarados “restablecer el orden y respetar la ley”, y sus objetivos implícitos,
“depurar las universidades de los elementos de izquierda, cooperar con la lucha antisubversiva, imponer una filosofía autoritaria.” 13
En la UNSa., asume como Interventor el Contador Público Nacional Francisco Villada, el 9 de diciembre de 1974, quien interviene los
Departamentos y nombra nuevos Interventores, como así también renueva todos los cargos directivos de la universidad. Con fecha
20 de diciembre, mediante las Resoluciones Nº 1002 a 1006, rescinde los contratos de cinco docentes de altas categorías nombrados
por Martínez Borelli (Serra, Droz, Santos, López de Medina, y Andrade). 14 Con fecha 26 de diciembre y mediante la Resolución Nº
1010, ordena a los Directores de Departamentos elevar antes del 28 de diciembre la nómina del personal docente para el período
lectivo de 1975, con lo que cualquier docente que no se encontrara en ella se debía dar por despedido. 15

Una vez que la depuración de la Universidad se llevó a cabo, hubo que enfrentar el desafío de la gobernabilidad, y fue ese el
momento oportuno para que se estableciera una poderosa alianza entre los intereses de la intervención y los anhelos postergados de
las tribus dominantes, que no tardarían en fortalecerse a partir del logro de una nueva configuración de los poderes y los territorios,
que, entre otras cosas, implicará la reestructuración organizativa de la universidad.

Departamento – Facultad

El debate acerca de la estructura universitaria, en cuanto a la opción departamento-facultad, no es nuevo en Latinoamérica ni en


nuestro país. En efecto, ya en las décadas del cincuenta y sesenta, surgía la necesidad de modernizar las instituciones universitarias
a los efectos de adaptarlas a las políticas del desarrollismo que surge al finalizar la segunda guerra mundial, y que coincide con el
pasaje de la universidad de elite a la universidad de masas. En nuestro país, como en toda Latinoamérica, las estructuras
universitarias estaban basadas en el sistema de facultades, heredadas del modelo europeo, o napoleónico, y las reformas
propuestas, tendían a adoptar el modelo anglo-sajón (fundamentalmente el norteamericano), basado en el sistema departamental. 16
Un claro antecedente de esto, lo tenemos en la creación de la Universidad Nacional del Sur, en 1956, en base al sistema de
departamentos. No es de extrañar entonces, que a fines de la década del sesenta, el Ministerio de Educación, con el equipo de
asesores anteriormente mencionados 17, promoviera decididamente la adopción del sistema departamental para las nuevas
universidades, como sucedió con la UNSa. Ahora bien, como dice Krotsch 18, este sistema encontró fuertes resistencias en las
estructuras consolidadas sobre la base del sistema organizado por facultades del que provenía casi la totalidad de los docentes
argentinos.

Como vimos anteriormente, la UNSa. se creó en base a un sistema departamental, adoptado por la Comisión Redactora del Estudio
de Factibilidad, con la participación de muy pocos docentes locales y una mayoría de integrantes del Ministerio de Educación y otras
representaciones. Este procedimiento autocrático evitó que el proyecto fuera consensuado con la comunidad universitaria salteña, lo
que a la postre trajo aparejado su rechazo, el que, como veremos, se manifestó más abiertamente por parte de las tribus fuertes.

El primer rechazo a la estructura departamental, se produce, como vimos, por parte de la Tribu de Ingeniería Química, representada
por el Ing. Rolando Poppi, durante la gestión del Delegado Organizador, Ing. Roberto Ovejero. A continuación durante la gestión de
Martinez Borelli, como ya hemos señalado, éste promovió, en el anteproyecto del nuevo Estatuto, el mantenimiento del sistema
departamental.

Con la llegada del peronismo de derecha, el Interventor Francisco Villada, crea una nueva Comisión Redactora del anteproyecto de
Estatuto para la UNSa., la que se expide el 4 de septiembre de 1975, recomendando adoptar el sistema de Facultades para la UNSa.

Con la llegada de la dictadura militar, autodenominada Proceso de Reorganización Nacional, la UNSa. sufre la intervención por un
breve período de cinco meses, de un par de Capitanes, asumiendo posteriormente la intervención, el 16 de agosto de 1976, el C.P.N.
Hugo R. Ibarra, hasta el 3 de abril de 1979. En este período, durante el cual podríamos denominar a la UNSa., como “la Universidad
de los Contadores”, 19 se hace un nuevo intento de cambio de estructura. Efectivamente, en 1978 se eleva al Ministerio un cambio de
estructura para la UNSa., el que es rechazado, por el Subsecretario de Asuntos Universitarios, mediante una nota en donde
refiriéndose a la capacidad potencial de la UNSa., dice: “Para que esta capacidad se hiciera realidad es necesaria una estructura
académica de carácter dinámico, tal como la que posee la Universidad en el presente.” 20.

Más adelante, y a pesar de estos rechazos por parte del Ministerio, el Rector Interventor de entonces, el Dr. Agustín González del
Pino, por Resolución Nº 308/80 del 4 de julio de 1980, crea una Comisión redactora para un nuevo Estatuto, formada por dos
representantes de cada Departamento, con la coordinación de la Secretaria Académica. Esta Comisión aprueba prácticamente a libro
cerrado en su primer reunión el Régimen Jurídico, y los Fines y Funciones de la Universidad. De esta manera, la UNSa. propone para
su Estatuto, un sistema de Facultades, el que se aprueba por Decreto del Poder Ejecutivo Nacional el 23 de marzo de 1983 21.
En resumen, podemos afirmar que la opción departamento-facultad, no es una cuestión ideológica como algunos la presentan 22,
pues en la UNSa. ambos sistemas fueron defendidos y atacados por docentes y autoridades de muy diferentes filiaciones políticas.
Asimismo, no puede decirse que el tema es meramente tecnocrático, pues si así fuera no despertaría tantas pasiones encontradas.
Es un tema netamente político universitario, de gran importancia para las tribus disciplinarias, pues se trata nada menos que definir
el poder y los territorios correspondientes, en sus luchas por la reproducción .

Ahora bien, fue al ritmo de las pugnas más o menos corporativas de las distintas tribus disciplinarias, que se constituyó un tipo de
subjetividad universitaria individualista concordante con un proyecto gubernamental neoliberal, que se impuso fácilmente en el plano
universitario durante la década del ‘90, debido en gran parte a las características disociadoras de la “lógica de las tribus”, que
impidieron pensar y poner en acción cualquier tipo de resistencia al modelo impuesto.

Hacia algunas conclusiones

El presente análisis no pretende contar la historia de la Universidad Nacional de Salta, como si sólo consistiera en un caso aislado
lleno de infortunios y frustraciones, que contrastaría con lo que verdaderamente ha sido la historia de la universidad argentina en
general. Por el contrario, ya advertencias presentadas por quienes pensaron el primer proyecto de la U.N.Sa. demuestran que la
lógica de las tribus antecede con mucho al nacimiento de las jóvenes universidades argentinas. Esta precedencia nos lleva a pensar
en qué medida es posible escapar a los vicios y malformaciones, que amenazan con su insistencia todo tipo de transformación real
de la educación universitaria.

Parecería que sólo quienes han podido ponerse fuera de esa lógica, por los beneficios propios del momento fundacional, han sido
capaces de pensar un proyecto de universidad. Pero ese distanciamiento ha sido pagado duramente, pues una vez que la maquinaria
comenzó a funcionar, la dinámica tradicional borró las buenas intenciones que sólo quedaron en el papel.

Pero ahora bien, qué hacer ante tanto fracaso, o más bien, dónde ha radicado la fuente del fracaso. Sin desmedro de otras causas,
creemos posible sostener que el intento de cambiar el habitus del docente universitario a partir de una voluntad determinada por
fuerzas externas a la propia universidad, nació muerto. Y en este sentido, si es posible y deseable un proyecto de universidad 23, es
necesario repensar las formas de autonomía en las que ha querido cobijarse el mundo universitario. Para lo cual, creemos necesario
historizar las prácticas que definen al sujeto universitario y utilizar la historia como desenmascaradora de las injusticias y de las
violencias que han sido constitutivas del campo universitario, para dar lugar a nuevas formas de crítica y de resistencia política.

Notas

1 “Astigueta se rodeó de un grupo de especialistas formado por Alfredo Van Gelderen, Jorge Luis Zanotti, Gustavo Cirigliano, Antonio
Salonia, Emilio Fermín Mignone y Alberto Taquíni”. “Que pasó en la Educación Argentina”, Adriana Puiggros, Galerna, 2003, pag.
158.

2 Tony Becher, “Tribus y Territorios Académicos”, Gedisa, 2001.

3 En este punto seguimos a Bourdieu, para entender el campo como una estructura de distribución del tipo específico de capital
eficiente en él, estructurado en un sistema de diferencias de posiciones y relaciones entre las posiciones, es decir, “una configuración
relacional dotada de gravedad específica, capaz de imponerse a todos los objetos y agentes que penetran en ella”.

4 Tony Becher, “ Las Disciplinas y la Identidad de los Académicos”, Pensamiento Universitario Nº 1, 1994 p. 56

5 A continuación transcribimos algunos párrafos representativos del mencionado capítulo, que reflejan las orientación del mismo:
“De su marco geográfico, debe nacer su vocación regional y latinoamericana”; “Dela problemática socio-económica y cultural de la
sociedad regional, la exigencia de desempeñar un papel protagónico en la política de cambio que su desarrollo integral plantea como
una demanda perentoria.”; “la creación de la nueva Universidad tiene que ser el producto de un gran esfuerzo creativo y original.
Nunca imitativo de instituciones ya existentes, desde que una de las finalidades primordiales es la de ser auténtica con una realidad
provincial y regional que tiene características estructurales y proyecciones futuras particulares y propias. La Universidad que
propiciamos no pude ser la mera yuxtaposición de las unidades universitarias ya existentes, porque esto traería la consolidación de
orientaciones, estructuras y contenidos que no se adecuarían a la nueva concepción.”; “La raíz profunda del subdesarrollo de la
Región, define categóricamente su operatividad, es decir su capacidad crítica, reflexiva y creadora frente a los problemas políticos,
institucionales, sociales, económicos, tecnológicos, científicos y culturales que el medio demanda para su etapa de transformación.
De ninguna manera debe repetir uno de los errores substanciales que justifican la crisis actual de las Universidades
argentinas.”Estudio de Factibilidad de la UNSa., Tomo 3, “Fines, Objetivos y Zona de Influencia”, 1972, ps. 12-16.

6 Emilio Fermín Mignone, “Finalidad y Estructura. Documento de Trabajo Nº 1, Estudio de Factibilidad, Tomo 12, p. 9. Asimismo,
otro de los asesores mencionados en la nota Nº 1, el Sr. Gustavo Cirigliano, fue contratado por el Ing. Ovejero durante su etapa de
Delegado Organizador.

7 “Al subsiguiente día – el 17 era feriado – comenzaron las consultas con los Directores de Departamentos, para preparar los
proyectos. El Ing. Poppi, Director de Departamento de Ingeniería Química, como primera medida, propuso pedir una ampliación en el
plazo, a lo cual me opuse firmemente, pues él quería debatir de nuevo la estructura departamental que se había propuesto en el
Estudio de Factibilidad, y consideraba que ello requería mayor tiempo”. Pag. 12. “El frente interno se me había derrumbado. El
cuerpo docente de la Universidad me había retirado su apoyo porque como decía en mi nota de renuncia, ya había tenido que negar
algún pedido a prácticamente la totalidad del mismo, y aunque uno haya dicho nueve veces que sí, si la décima dice que no, ya se
pone en contra a quien le haya dado la negativa.” Pag. 19.

8 “Universidad, Política y Sociedad”, Augusto Pérez Lindo, EUDEBA, 1985, pag. 163.

9 Martínez Borelli pertenecía al Departamento de Ciencias Económicas, y revistaba en esos momentos como Profesor Titular con
Semi Dedicación, cargo en el que había sido promocionado y aumentado su dedicación, (como la mayor parte de sus colegas de
Ciencias Económicas), durante el traspaso de la U:N:T a la UNSa. Ver Bases y Estudio de Factibilidad.

10 La oposición de las tribus fuertes al sistema departamental, se vio reflejada en el saboteo sistemático de la Comisión Curricular
(organismo fundamental del régimen departamental), haciendo fracasar cualquier intento de compatibilización de materias comunes
a varios departamentos

11 Nota a los miembros de la Comunidad Universitaria acompañando el anteproyecto de Estatuto. Subrayado en el original.
Rectorado, UNSa., 1973.

12 “La triple A y otros grupos parapoliciales y paramilitares comenzaron acciones que resultaron precursoras de la represión que
desataría poco después la dictadura autodenominada Proceso de Reorganización Nacional.” Que pasó en la Educación Argentina,
Adriana Puiggros, Galerna, 2002, pag.166

13 Universidad, Política y Sociedad, Augusto Pérez Lindo, EUDEBA, 1985, pag. 163.

14 Georgina G. Droz, posteriormente fue asesinada el 06 de julio de 1976, en lo que se ha llamado “La Masacre de Palomitas”.

15 Los Interventores de Ciencias Tecnológicas y Ciencias Exactas, nombrados el 17 y 18 de diciembre de 1974, respectivamente,
renuncian simultáneamente el 31 de enero de 1975, con lo que se puede decir que su brevísima gestión consistió únicamente en
despedir gente.

16 “En este país, las reformas que se proponían fundamentalmente sobre la base del modelo académico norteamericano, como el
acortamiento de carreras, desarrollo del posgrado, promoción de la investigación y mejoramiento de la gestión, comenzaron a
introducirse lentamente en las universidades tradicionales existentes. Sin embargo, la introducción de reformas encontrará
resistencia en las estructuras que se habían consolidado históricamente sobre la base del modelo napoleónico”. Pedro Krotsch,
“Educación Superior y Reformas Comparadas”, U.N. de Quilmes, 2001, p.137.

17 Cfr. supra nota 1

18 Cfr. supra nota 15

19 El Rector, el Secretario Académico y el Secretario Administrativo eran Contadores, se tomaron varios asesores Contadores, era
Contador el Interventor de Ciencias Económicas, y el Interventor de Ciencias Exactas provenía del antiguo Departamento de Ciencias
Económicas.

20 Expte Nº 59.831/78 M.C.E. Nota del 12 de febrero de 1979, Subsecretario de Asuntos Universitario, Fj.32.

21 Cfr. Actas de reuniones de la Comisión redactora del Estatuto de la Universidad Nacional de Salta, expediente Nº 443/80 Anexo I.

22 Por ejemplo, en el documento de trabajo presentado por Ciencias Económicas en 1980, para defender el régimen de Facultades,
uno de los apartados se titula, “La subversión ideológica”. Ver Anexo II de la Resolución Nº 308/80 Fl. 7.

23 Frente al gesto fundacional de corte político administrativo que da origen al proyecto de una universidad, creemos necesario
plantear una alternativa que asuma la lucha que se lleva a cabo mediante las prácticas históricas y concretas donde se juega
permanentemente el sentido de la universidad, donde se define qué es o al servicio de quién está la universidad. Ni los grandes
gestos fundadores, ni las pequeñas y duraderas luchas cotidianas de las tribus, permiten tener un sentido integrador y concreto de la
Universidad. En este punto creemos oportuno reivindicar un lugar preferencial para la reflexión filosófica sobre el sentido de la
universidad, al modo en que la desarrolló una tradición de pensamiento que se extiende desde Kant a Derrida.

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