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VII Congreso Internacional del CLAD sobre la Reforma del Estado y de la Administración Pública, Lisboa, Portugal, 8-11 Oct.

2002

Panel sobre la Gobernabilidad,gobernanza y reforma política.

Gobernabilidad, sistema político y gestión pública:


una evaluación del proceso político en Chile post-transicional

Patricio Gajardo Lagomarsino


Profesor de Ciencia Política, Política Comparada
y Estudios Internacionales
Decano de la Facultad de Ciencias Políticas
y Administración Pública
Universidad Central de Chile

Hacer una evaluación del proceso político chileno postransicional para muchos resulta una
osadía,porque lo cierto es, que todavía la transición en nuestro país sigue siendo una discusión abierta,
que genera debates y pasiones, y es probable que la discusión siga siendo válida, porque todavía está
presente en la contingencia y sigue siendo uno de los pocos factores que permiten delimitar con
claridad las distintas y difusas tendencias políticas que se expresan en el país.

Sin embargo, lo cierto es que aparte de evaluar los niveles de avances en el proceso
transicional, nos interesa analizar como el funcionamiento del sistema político, y en particular su “
buen” funcionamiento resulta ser una variable clave a la hora de hacer comparaciones sobre los niveles
de gobernabilidad de Chile con respecto al resto de los países de la región. Al margen de la discusión
que pueda generar los niveles de legitimidad del cambio político,éste logró junto con transitar desde un
régimen militar hacia un sistema democrático, hacerlo, manteniendo un crecimiento económico
sostenido por más de una década, superior al 7%, y a pesar que desde 1998, hemos estado enfrentando
una crisis económica que se ha traducido en altos niveles de desempleo y disminución del crecimiento
de manera ostensible, lo cierto es que el país ha logrado mantener sus niveles de gobernabilidad lejos
de las realidades de países como Argentina, Colombia, Venezuela y Perú. Analizar que factores
institucionales, políticos y sociales han permitido generar esta realidad y de que manera podemos
establecer un enfoque prospectivo sobre el tema, es la intención de esta ponencia.
Samuel Huntington define las instituciones de una manera integral cuando nos advierte que son pautas
de comportamiento estables , valoradas y recurrentes1y Douglas North complementa la funcionalidad
de las mismas, al advertirnos, que son estructuras de incentivos en la sociedad y como tal la modelan,
es decir perfilan la forma como éstas evolucionan.2 Lo cierto , es que sin profundizar demasiado en el
análisis resulta ser “ un lugar común “ definir que la crisis de varias democracias latinoamericanas
son “ esencialmente institucionales “. Argentina es el ejemplo más evidente, al enfrentarse la clase
política con una profunda crisis de representatividad3 Las razones para que este fenómeno se haya dado

1
Samuel Huntington. Desarrollo político y deterioro político en “Modernización, desarrollo político y cambio social”
Madrid, Alianza Universidad, 1992; Pág. 177;
2
Douglas North. “Políticas, economía e inversiones” Revista Archivos Presente, Fundación Foro del Sur, Buenos Aires,
Argentina 1998 Pág. 16.
3
Crisis de representación: Es el cuestionamiento profundo del carácter representativo de las instituciones políticas, como de
los líderes y dirigentes de organizaciones políticas y sociales. La crisis que esto conlleva lleva a plantearnos su origen, y la
literatura clásica toma como antecedente el hecho que la legitimación es uno de los fenómenos más claro para evaluar si
existe o no crisis de representación. Para esto debemos considerar la legitimidad de origen, es decir si las instituciones y
liderazgo se han generado por medio de los procedimientos legales constitucionales legalmente establecidos y la legitimidad
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pueden ser diversas, pero lo cierto es que todo lleva a concluir que en el sistema político chileno, la
eficacia aparece como un requisito más importante que la legitimitad, para definir la estabilidad y
valoración de las instituciones.

Guy Peters4 señala que la gobernabilidad en democracia supone el traslado del mandato electoral a
políticas concretas y con unos resultados determinados, o como refuerza Dieter Nohlen5 esta condición
se expresa en la capacidad de lograr la interacción entre gobernantes y gobernados, entre capacidades
de gobierno y la posibilidad de dar respuestas a las demandas políticas del mismo.

La duda que nos apremia, y que intentaremos resolver,¿Es hasta que punto los niveles de valoración
institucional en el caso chileno se evidencia fundamentalmente a nivel de elites, pero no resulta tan
evidente para ciudadanía en general?. Situación que se ha ido expresando por la generación de
demandas no resueltas por el sistema político. De todas formas, de ser cierto esta comprobación
reiteraría el hecho que el factor de eficacia pasa a ser un requisito, mucho más sustantivo que la
legitimidad al momento de definir la gobernabilidad de un sistema político. Como lo advierte Juan
Linz, al señalar los requisitos para la consolidación democrática, este aprecia tres requisitos que colocan
el acento en este punto: la vigencia de un Estado de derecho,la existencia de una estructura burocrática
eficiente y de una economía institucionalizada. Pero además agrega dos, que intentan resolver el
problema de la legitimidad, dejando abierto el debate que estamos planteando, sobre la exigencia de
construir un sistema político pluralista y competitivo y la necesidad de generar una sólida sociedad
civil6.

Gobernabilidad y consensos.

El Viernes 16 de octubre de 1998 el General Augusto Pinochet fue detenido en Londres, el


impacto en la sociedad chilena fue evidente, al menos esa fue sin duda la percepción que se vivió en el
país. Una sensación de incertidumbre que llevó a muchos sectores políticos y al ciudadano común a
preguntarse si los miembros de la clase política7 y los grupos que ostentan poder; los actores
estratégicos, de acuerdo a la terminología de Michael Coppedge8, iban a ser capaces de mantener lo

de ejercicio cuando el ejercicio de ese poder es visto al menos por la mayoría de la ciudadanía como respetando y
favoreciendo sus intereses, aspiraciones y valores. A esto dos tipos de legitimidades hay que agregar lo que nos señala
Claus Offe, en el sentido no reposa en sí misma, sino en las consecuencias o resultados de su aplicación. En definitiva la
percepción que se tenga de como los gobiernos democráticos contribuyen o no al bienestar individual y a la satisfacción de
sus valores, lo que determinará la legitimidad de ese régimen político. Raúl Urzúa y Claus Offe. “Fracturas de la
Gobernabilidad Democrática, Raúl Urzúa y Felipe Agüero, Santiago de Chile Universidad de Chile, Noviembre de 1998;
Pág. 144 - 146 Claus Offe “Contradicciones en el Estado Bienestar, Edición de Jon Keane :México, Alianza Editorial,
1990, Capítulo 4 “legitimidad versus eficacia”.
4
Extraído de Manuel Alcántara Sáez. “Gobernabilidad crisis y cambio, México, Fondo de Cultura Económica, 1995, Pág.
14.
5
. Extraído de Manuel Alcántara Saez, Revista América Latina hoy “Gobernabilidad y democracia” N° 8 junio de 1994;
Pág. 11 .
6
En Guillermo O’Donnell “Otra institucionalización”. Revista La política, Segundo Semestre de 1996, Editorial Paidós
Barcelona, Págs. 11,
7
Clase Política: se refiere a un grupo fácilmente identificables, a los individuos que viven de la política que poseen
intereses y perspectivas peculiares como consecuencia de las posiciones que ocupan y de los papeles que desempeñan en la
vida social. Borchert Jens y Lutz Golsch “Die Politische Klasse in Westlichen Demokatien: Rekutierung,
Karriereinteressen un institutioneller Wandel. Polistische Verteljaresschift, 1995, Pág,4,5; extraído de Dieter Nohlen y
Mario Fernández “ el presidencialismo renovado” Caracas, Ediitorial Nueva Sociedad, 1998.

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que parecía ser un frágil equilibrio, al menos en término de imagen, del que supuestamente había
dependido el proceso de cambio político en Chile.

La democracia en nuestro país fue pactada,9 si asumimos el supuesto básico que participaron en
el proceso de disolución del régimen autoritario, miembros del gobierno militar y a pesar que se rigió
por lo establecido en la Constitución de 1980, la base de sustentación del cambio del régimen político
fue el acuerdo político que permitió las negociaciones entre partidarios y opositores lo que llevó a
plebiscitar las reformas constitucionales aprobadas en 1989.Estas negociaciones zanjaron el debate al
menos en el período inicial de la transición, desde el cuestionamiento de las reglas del juego que
regularían el funcionamiento del futuro sistema, para trasladarlo en dilucidar quien sería elegido
Presidente en 1989.

Patricio Aylwin alcanzó el triunfo de manera predecible con el apoyo de la Concertación de


Partidos por la Democracia, una coalición de centro izquierda que ha gobernado en las tres
administraciones democráticas10 dentro de los márgenes de dicha Constitución. El proceso de cambio
de régimen político fue exitoso en término de lograr los cambios de la estructura institucional del país,
permitiendo dar inicio a un gobierno que contaba con legitimidad democrática y al mismo tiempo
mantener la estabilidad en el campo económico, donde existían niveles de incertidumbre significativos
acerca de las políticas que iba a aplicar la nueva coalición de gobierno, suscitados por las críticas, al
menos en el discurso político, que concitaba el modelo económico instaurado autoritariamente por el
régimen militar, y que habían sido planteadas con fuerza por los grupos que ascendían al poder al
comienzo del proceso de liberalización11 que antecedió al plebiscito de 1988 .
8
Actores Estratégicos: Es un grupo capaz de utilizar ciertos recursos políticos para su propio beneficio. La lista de recursos
incluye 1) Cargos públicos; 2) Ideas e información; 3) Factores de producción (trabajo tecnología, materias primas junto
con el capital) fuerza violenta; 4) Grupos de activistas y 5) Autoridad moral. Cada recurso tiene un grupo prototipo
asociado a él: el gobierno y la burocracia con los altos cargos públicos, los tecnócratas y los medios de comunicación con
las ideas y la información, las empresas con los factores de producción, el ejército y la policía con la fuerza violenta, los
partidos políticos con los activistas, y la autoridad moral con la Iglesia. Cualquier grupo que controle uno o más de estos
recursos es potencialmente un actor estratégico. Michael Coppedge. En “Instituciones y gobernabilidad democrática en
América Latina” Revista Síntesis N°22, Julio-Diciembre de 1994, Madrid, España, Págs. 63
9
Transición pactada : Término utilizado por Colemer para definir todas las transiciones en las que han cumplido un rol
activo los miembros de los anteriores aparatos autoritarios y supone al menos tres condiciones:1) Ausencia de actores
maximalistas que pudieran llegar a polarizar la situación.2) Se establece una preferencia entre los actores gradualistas
favorables a la cooperación y al compromiso frente a los que promocionan la confrontación.3) los principales actores del
acuerdo no deben tener una posición continua ( Se pueden modificar los temas de agenda) en una clasificación por orden de
preferencias para que se puedan crear interacciones que acarreen varias posibilidades de negociación. Josep Colomer
“Benefits and Cost of Voting” Electoral Studies;,10:4,pág 313-325, citado por Manuel Alcántara en “Gobernabilidad, Crisis
y Cambio” México , Fondo de Cultura Económica, 1995 ,pág 213.
10
Patricio Aylwin Azocar -1990-1994;Eduardo Frei Ruiz Tagle 1994-2000;Ricardo Lagos 2000-2006
11
Liberalización: Es el proceso de redefinir y ampliar los derechos. Guillermo O ‘Donnell, Philippe Schmitter.
“Transiciones desde un gobierno autoritario. Conclusiones tentativas sobre las democracias inciertas” Buenos Aires,
Editorial Paidós, 1986, Págs. 18 y 20..
Liberalización: Utilizando la terminología de O‘Donnell consiste en una serie de medidas, que aún suponiendo una
significativa apertura del régimen autoritario (como la protección judicial efectiva de algunos derechos individuales, o la
introducción de formas parlamentarias no basadas en la libre competencia electoral) no llegan a constituirse en lo que
podríamos definir una democracia política. Este tipo de proceso revelan fisuras del régimen. Las decisiones de liberalizar un
régimen combina elementos inspirados desde arriba y desde abajo. Por lo tanto es probable que las divisiones en el seno del
régimen autoritario, se hacen visibles mucho antes de que se produzca ninguna movilización popular. La movilización
popular marca el ritmo de la transformación, puesto que obliga al régimen a optar entre la represión, la integración o la
transferencia del poder. Sin embargo, al margen de que las liberalizaciones duren años, meses, días, el régimen y la
oposición se enfrentan con la misma secuencia de alternativas. El proyecto de los liberalizadores se propone mitigar las
tensiones sociales y reforzar su posición dentro del bloque en el poder a través de un ampliación de la bases social del

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Lograr estabilidad y cambio político es un mérito más que suficientes si consideramos que fue el único
proceso de transición en América Latina, que no se hizo dentro de un contexto de crisis económica y
social, por lo tanto si bien es cierto, no se daban las tensiones de una crisis económica, si existía una
demanda mayor hacia las nuevas autoridades de que revelaran rápidamente una capacidad de
gobernabilidad, si se pretendía que dicho crecimiento económico no se viera afectado.

A esto hay que sumar el hecho que el ex gobernante del régimen militar que asumía la
Comandancia en Jefe del Ejército, era quien había dirigido el país durante 17 años y además había
obtenido en el plebiscito de 1988 más de un 43 por ciento de respaldo12. Por lo tanto, la dictadura que
se desmantelaba aparecía con un respaldo popular que era significativo, aunque no fuera mayoritario, y
le permitiría a Pinochet tener una capacidad de maniobra política más amplia, de lo que la propia
constitución establecía dado las nuevas funciones que comenzaba a detentar.

La detención en la London Clinic13 se produjo cuando Pinochet había entregado su alto cargo
militar, a su sucesor Ricardo Izurieta, e iniciaba su última etapa como autoridad político en calidad de
Senador Vitalicio, tal como lo establece la Constitución. En el breve paso en el Congreso generó
revuelo desde el día de su juramento por las manifestaciones en su contra de parlamentarios de
gobierno, como por sus acciones imprevistas como el respaldo que le dio al presidente del Senado
don Andrés Zaldivar para las presidenciales de 199914, y gestionó iniciativas como la eliminación del
feriado del 11 de Septiembre; fecha del golpe militar de 1973, que resultaba emblemática para muchos
los sectores que apoyaron al régimen militar, y en especial para las Fuerzas Armadas.

Todos los medios de comunicación centraron sus análisis y comentarios en el acontecimiento, y


la pregunta que se hacía una y otra vez, era ¿ Cuál era el impacto que produciría un hecho de este tipo
en las Fuerzas Armadas?. Más aún considerando que en situaciones de menos importancia habían
utilizado formas para expresar su descontento y ejercer presión al gobierno y al país15. Resultaba
lógico entonces concluir, y así fue inicialmente asumido por la sociedad chilena, que si se había
detenido al hombre que había presidido el régimen militar y que además luego de la entrega del poder
político había mantenido un protagonismo político indiscutible, lo más probable era pensar que se
iniciaba un período tumultuoso e impredecible y que existían altas posibilidades de que se reprodujeran
divisiones que habían sido recurrentes en la sociedad chilena, las que habían afectado profundamente la
gobernabilidad del sistema político.

régimen, permitiendo un cierto grado de organización autónoma de la sociedad civil e integrando a los nuevos grupos en las
instituciones autoritarias. En definitiva la liberalización es la ampliación de la base social del régimen sin modificar su
estructura. Adam Przeworski. “Democracia y mercado”, Cambridge University Press 1995, Pág. 97.
12
La opción No a la elección del General Pinochet como Presidente Constitucional obtuvo un 55% de respaldo, lo que
significó de acuerdo al itinerario de Constitución de 1980 llevar a cabo elecciones competitivas en Diciembre de 1989
13
Clínica de Londres donde fue detenido el General Augusto Pinochet el 16 de Octubre de 1998 a solicitud de una demanda
de extradición presentada por el Juez español Baltazar Garzón
14
Antes de su detención en Londres, porque luego dio indirectamente muestra de apoyo a la candidatura de Arturo Frei
Bolivar, desestimando la opción de la centro derecha que respaldó a Joaquín Lavín.
15
Ejemplo de esto son el Ejercicio de Enlace y el Boinazo: el ejercicio de enlace se definió a una maniobra de presión del
Ejército en Septiembre de 1990, que se expresó en un acuartelamiento en grado uno de esa rama de las FFAA para impedir
una investigación sobre una operación financiera presuntamente ilícita. El “boinazo” por su parte fue una acción de presión
hacia al Gobierno de Aylwin en Mayo de 1993, que motivó un acuartelamiento por la posibilidad que se reabriera el mismo
caso que había provocado el hecho anterior y que afectaba a uno de los hijos del General Pinochet y como una forma de
lograr una definición del gobierno frente al tema de los derechos humanos. La detención de Manuel Contreras también
reveló esta voluntad de ejercer presión, no tan sólo de parte del Ejército sino también del resto de las FFAA, los que
ayudaron a dilatar la concreción de la decisión legal que determinaba el arresto del General Manuel Contreras por su
participación en el homicidio de Orlando Letelier.

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Si a esto le sumamos el hecho que la mayoría de la derecha, incluyendo a sectores de


Renovación Nacional que habían intentado hasta luego de la derrota de Andrés Allamand en las
elecciones parlamentarias de 1997 y de su exilio voluntario en Estados Unidos, construir una derecha
liberal y centrista, aparecían haciendo declaraciones que confirmaban estas predicciones negativas,
destacando las terribles consecuencias para la transición, si el General Pinochet no era liberado de
manera inmediata, y se le permitía volver a Chile. Por tanto la incertidumbre terminaba siendo avalada
por sectores que habían tenido un rol protagónico en el cambio político , que se habían caracterizado
por propiciar decisiones políticas equilibradas y por una activa participación desde la oposición, en la
reconstrucción del sistema democrático por medio de la búsqueda de consensos.

La izquierda concertacionista16 por su parte también tuvo grandes dificultades para establecer un
equilibrio entre la satisfacción que el acontecimiento generaba en su sector y la responsabilidad que
tenía de dar su respaldar al gobierno. Y esto resultaba prioritario resolverlo, si consideramos que
afectaba la agenda de la gestión del último año de la administración Frei. Período más que complejo, si
sumamos a este hecho la crisis económica, energética, el desempleo y por cierto la división que
provocaba los deseos de ciertos sectores del gobierno de ver a Pinochet detenido y en lo posible
extraditado, con lo que lo que el resultado era una difícil ecuación para el primer mandatario y sus
ministros. El dilema pasaba, los primeros día de la detención, entre gobernabilidad y apoyo, tener que
tomar decisiones efectivas sin divorciarse de sus bases y manteniendo un respaldo a nivel nacional que
en los últimos cinco años de gobierno , siempre había sido mayoritario.

Por otro lado, como lo destaca Sartori en su libro Homo Viddens 17, la televisión y los
extremos se atraen por lo tanto las declaraciones más grandilocuentes eran las que recibían mayor
cobertura, a pesar que los dirigentes que las hacían revelaban muy poca capacidad de movilizar a
sectores significativos de la población, por lo que se observaba un divorcio entre las imágenes de la
televisión, los altos niveles de agresividad de quienes se movilizaban a favor o en contra, y lo poco
relevante que eran en términos numéricos, con lo se ayudaba a alimentar la sensación de
incertidumbre general sobre lo que iba a pasar en el país si Pinochet no regresaba. Como vemos tanto la
clases política como los medios tendían a reforzar la idea de que el sistema político era frágil y no
existía certeza sobre la capacidad que tendría para enfrentar una crisis de este tipo.
Tampoco podemos desconocer eso sí, que la figura de Pinochet representa la división de dos
mundos, el eje del sí y del no del plebiscito de 1988 y quien había delimitado la política chilena en
término de coaliciones políticas luego del paso del termino del régimen militar 18 . Por otro lado, para
las FFAA siempre éste había sido percibido como quien daba garantías a las Fuerzas Armadas que su
régimen nunca iba a ser juzgado, y por lo tanto los límites a las investigaciones que se pudieran hacer
sobre el tema de los derechos humanos se podían delimitar de manera que no afectaran a las
instituciones armadas. Sin considerar además que éste ejercía un liderazgo al interior de las FFAA
que debemos reconocer ayudó a pesar de algunas manifestaciones de presión , como las que hemos
descrito, a impedir aventuras individuales de regresión autoritarias, como en otros países de América
Latina.

Este rol protagónico del General Pinochet era consistente con las características del régimen
militar, que es una variable que a considerar cuando se estudian este tipo de procesos, como lo señala

16
El partido socialista en particular.
17
-Sartori Giovanni. Homo Videns Buenos Aires, Santillana Taurus,1998.
18
Las alianzas políticas en Chile han tendido a reagruparse a partir de 1990 entre los que fueron partidarios o contrarios al
régimen militar, muchas veces de manera independiente de las variables ideológicas que pudieran estar presentes.

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acertadamente Manuel Alcántara19. Carlos Huneeus nos afirma al respecto, que el sistema autoritario
chileno se distinguía de otros de la región, por integrar eficazmente una baja institucionalización, que
tuvo la presencia de los militares en el gobierno, especialmente el ejército, su columna vertebral, con
una alta personalización del poder en el General Augusto Pinochet quien cumplió funciones de Jefe de
Estado, de Gobierno y Comandante en Jefe del Ejército, con lo que lograba un control central decisivo
y determinante en los procesos decisorios del sistema político.

El sistema autoritario chileno marcó un modelo distinto al resto de los autoritarismos de la


región como Argentina, Brasil y Uruguay los que representaban junto al sistema chileno los ejemplos
más claros de sistemas burocráticos autoritarios20, y esa diferencia se expresa por un marcado
personalismo que en el resto de los casos no estuvo presente. No así, en la propuesta modernizadora
tanta económico como institucional que era un proyecto sustentado por todos estos autoritarismos. Por
lo tanto, los éxitos y los fracasos del régimen militar chileno son imputable más que en otros países de
la región, al mismo general detenido en Londres, y lo que resulta además, un factor generador de
conflicto es que el cambio político, económico y social que se propició y llevó a cabo durante la
dictadura, fue radical y le cambio el rostro al país.

Por otro lado, si los partidos políticos delimitaron en lo noventa una política de acuerdos y
consensos, entendiendo que se propiciaba el entendimiento por sobre el conflicto para fortalecer la
democracia, la figura de Pinochet desde la Comandancia en Jefe del Ejército marcó los límites a las
demandas, obligando a la clase política a seguir el único camino posible: el marco institucional que el
propio régimen había consolidado.

Por lo tanto, sin intentar hacer en este análisis una evaluación contingente de los efectos de la
detención de Pinochet, si consideramos válidos reflexionar sobre los efectos de este hecho en el
proceso transición y la consolidación democrática en el país, porque al margen del desenlace del
mismo, existen efecto que debieran tender a profundizarse en el tiempo. Lo primero, que tenemos que
evaluar, es que a pesar del protagonismo político del personaje, el hecho no generó los niveles de
movilización que se podrían haberse pensado, por lo tanto a pesar de lo que mostraban los medios de
comunicación, lo cierto es que el país seguía funcionando, incluso enfrentando una situación económica
difícil, y no se advertía un efecto desestabilizador de la democracia, a partir de este acontecimiento.

Por otro lado, esta figura ya no era intocable y no sólo así, estaba siendo juzgada y detenida
contra su voluntad en un país extranjero, situación que genera fuerte presión al interior de las Fuerzas
Armadas. La explicación simple, que al menos se puede manejar en el discurso, es que esta situación
es un atentado a un país pequeño por razones políticas, sin embargo una análisis más profundo lleva a
asumir al alto mando, que aunque existieran situaciones de política interna de Gran Bretaña, que
19
Alcántara señala que se deben considerar cinco elementos en el estudio de toda transición ya que dependiendo de estas
condiciones se conformará el abanico de elementos que incidirá en la gobernabilidad del nuevo sistema.1)Las
características del régimen político anterior,2) el colapso del mismo,3) la estrategia del cambio,4) las características del
nuevo régimen5) y el escenario internacional. Por consiguiente, el estudio de la nueva estructura del sistema político, tanto
en sus aspectos formales como en su lógica operativa, a la hora de su funcionamiento, y por ende la evaluación de su grado
de gobernabilidad, necesita tener en cuenta los citados elementos. Manuel Alcántara “ Gobernabilidad, crisis y cambio”
,México, Fondo de Cultura Económica, 1995 pág 216.
20
Nos referimos a un tipo de autoritarismo caracterizado por una aproximación declaradamente tecnocrática, burocrática y
no personalista en la elaboración de políticas y la solución de problemas. David Collier. ”El nuevo autoritarismo en
América Latina, México, Fondo de Cultura Económica, 1979 Pág. 401. 997.

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favorecieron la detención ,el mundo está modificando su concepto de soberanía, lo que tarde o
temprano va a tender a generar un efecto en el rol que ejercen nuestras instituciones, más aún en un país
que constitucionalmente tienen una fuerte presencia en la vida política nacional.

Este efecto en las FFAA, tendrá a su vez su impacto en la derecha y en la izquierda, quienes
muchas veces asumieron durante la década como eje central de sus acción perfilarse en función de la
relación que habían sostenido con el régimen militar, ya sea de apoyo o rechazo, por lo tanto todo la
exclusión del General Pinochet por razones de su juicio hace presagiar que los temas de negociación en
los próximo años, serán muchos más amplios y perfilados de lo que se caracterizó el proceso de cambio
político en los noventa.

La institucionalización de los consensos fácticos.

La gobernabilidad de la democracia tiene directa relación con las circunstancias económicas y


sociales en las que funcionan y se ejerce la autoridad política, particularmente en países como los
nuestros, con grandes desigualdades sociales, sino basta ver las regresiones autoritarios que vivió
Perú con el autogolpe de Fujimori en 1992 o las amenazas al sistema democrático en Paraguay con la
crisis provocada por Lino Oviedo, los intentos golpistas en Venezuela o la salida del poder de Abdalá
Bucaram en Ecuador. Procesos todos cuáles tuvieron como condicionante una crisis económica con la
consiguiente generación de efervescencia social.
Lo cierto eso sí, es que a pesar de la importancia de este aspecto, no podemos caer en un determinismo
político por factores económicos, porque muchos países han logrado sortear problemas de este tipo
muy profundos, sin tener necesariamente una crisis de sus sistemas democráticos, por lo tanto cuando
hablamos de evaluar la estabilidad democrática, particularmente en un contexto de cambio, político
debemos reconocer como lo señalábamos con anterioridad, de ciertas condiciones fundamentales como
las características del régimen autoritario, la forma y condiciones como se produjo el cambio, los tipos
de liderazgos que se ejercen y los acuerdos que se alcanzan porque nos permitirá sacar conclusiones
del futuro de dicho sistema.

En el caso chileno más que en ninguna otra parte, esto pasaba por la capacidad que demostraran
los nuevos protagonistas del poder político, tanto de construir condiciones nuevas como de preservar
logros, en particular en materia económica, disminuyendo así la incertidumbre que significa todo paso
de un régimen político a otro, lo que fue resuelto por medio de un pacto institucional, que se sancionó
en el plebiscito que aprobó las 54 reformas constitucionales en Julio de 1989.

La transición al margen del debate que podamos abrir sobre el tema, la entenderemos
instrumentalmente, como el cambio del régimen político, es decir supone desde la perspectiva de O’
Donnell21 la disolución de un régimen autoritario y el establecimiento de alguna forma de democracia.
Lo cierto, es que este tipo de cambio se produce a nivel de las instituciones que regulan el
comportamiento político, por lo tanto generan un efecto en la percepción ciudadana sobre la
previsibilidad política; sobre el margen de incertidumbre aceptable de parte de los miembros de una
sociedad sobre los patrones de conducta que tendrán los actores políticos en el futuro. La
preocupación propia de toda transición es evaluar si las reglas del juego democrático que se están

21
Transición: las podemos entender como el intervalo que se extiende entre un régimen político y otro. Las transiciones
están delimitadas, de un lado, por el inicio del proceso de disolución del régimen autoritario, y del otro, por el
establecimiento de alguna forma de democracia. Guillermo O’Donnell, Philippe Schmitter. ”Transiciones desde un
gobierno autoritario. Conclusiones tentativas sobre las democracias inciertas”. Buenos Aires, Paidós, 1986, Pág. 19.

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construyendo, van a ser capaces de reemplazar el uso de la coerción de la que dispone el régimen
autoritario. No olvidemos que el desafío de construir una democracia es básicamente revelar que la
dirigencia política es capaz, como también lo son los miembros de la sociedad de institucionalizar el
conflicto, como nos advierte Weffort22.

En definitiva es necesario transformar las diferencias, que se dan naturalmente en la sociedad


en un elemento constructivo del sistema político, de manera que las instituciones nutran a quienes
toman las decisiones, otorgándoles legitimidad a las mismas, por medio de la canalización de esas
diferencias por medio del reconocimiento de las reglas institucionales del juego democrático. Toda
transición a la democracia involucra una poliarquización de la sociedad23, la construcción de
mecanismos institucionales mínimos para que la democracia se exprese como una acción política real.

La búsqueda de este pacto institucional constituyó el principal desafío que se debía resolver en
el período de transición, porque era necesario estabilizar el régimen democrático24; que adviniera en
definitiva , y que al mismo tiempo se consolidaran las bases para que se pudieran mantener los niveles
de crecimiento económicos del país , que se reconocía por todos los sectores como la única forma de
generar desarrollo25. Si estas condiciones no se hubieran dado, es probable que los sectores opositores
22
Francisco Weffort ”New democracy, Which democracy” Working Paper 198, the Wodrow Wilson Center, Latin
American Program, Washington, D.C. 1992
23
Poliarquía: Es una serie de instituciones políticas indispensable para la democracia en gran escala. Se distingue por dos
características: la ciudadanía es extendida a una proporción comparativamente alta de adultos y entre los derechos de la
ciudadanía se incluye el de oponerse a los altos funcionarios de gobierno y hacerlos abandonar su cargo mediante el voto y
supone la presencia de siete instituciones para que podamos definir a un gobierno como poliárquico: 1) Funcionarios
electos: el control de las decisiones de política pública corresponde según la constitución del país a funcionarios electos; 2)
Elecciones libres e imparciales: dichos funcionarios son elegidos mediante sufragio; 3) Sufragio inclusivo: la mayoría de
las personas adultas tienen derecho a voto; 4) Derecho a ocupar cargos públicos: prácticamente todos los adultos tienen
derecho a ocupar cargos públicos, aunque la edad mínima para ello puede ser más alta para votar; 5) Libertad de
expresión: los ciudadanos tienen derecho a expresarse sin temor a sanción; variedad de fuentes de información; 6) Variedad
de fuentes de información: Las diversas fuentes de información no sólo existen sino que están protegida por ley; 7)
Autonomía asociativa: los ciudadanos en busca de sus derechos o intereses pueden constituir organizaciones relativamente
independientes entre ellas partidos políticos y grupos de interés. Robert Dahl. ”La democracia y sus críticos”. Buenos
Aires Editorial Paidós. 1991, Pág. 264, 266..
Poliarquía (su existencia): Para O’Donnell la existencia de una poliarquía se alcanza cuando las elecciones están
institucionalizadas, aparte de los requisitos descritos en la cita anterior cuando existe la expectativa de que los comicios se
mantendrán en un futuro indefinido, de manera limpia, competitiva y de manera regular y que esta expectativa es
compartida por la mayoría de los actores políticos. Como vemos para este autor es fundamental el rol de los procesos
eleccionarios, y su vigencia para asumir que una democracia política existe realmente en una determinada sociedad.
Guillermo O‘Donnell. “Otra institucionalización. Revista La Política, segundo semestre de 1996, Editorial Paidós,
Barcelona, Pág. 11,.
Poliarquía (su funcionamiento o mecánica institucional): Todas las poliarquías en especial las nuevas contienen dos
instituciones extremadamente importantes. Una institución que es altamente formalizada pero intermitente y no siempre se
materializa en organizaciones formales en continuo funcionamiento: las elecciones. Otra institución es informal permanente
e ubicua: el particularismo (o clientelismo en el sentido amplio), es decir diversos tipos de relaciones no universalistas,
desde transacciones particularistas jerárquicas, patronazgos, nepotismos, favores, hasta acciones que según las reglas
formales del complejo institucional de la poliarquía serían consideradas corruptas, coexisten actualmente en incómoda
tensión con y dentro de las instituciones y reglas formales que denominaré el complejo institucional de la poliarquía.
Guillermo 0’Donnell. “Otra institucionalización”. Revista la Política 2, Editorial Paidós, Barcelona 1996 Págs. 6 y 126,
598.
24
Régimen Democrático: Es un conjunto de reglas procesales para la toma decisiones colectivas en el que ésta prevista y
propiciada la más amplia participación posible de los interesados. Norberto Bobbio. En el Futuro de la democracia,
Fondo de Cultura Económica, México 1986
25
Desarrollo: Crecimiento sostenido de la economía y modernización de la sociedad. Oscar Contardo. ”La caza del
tesoro” Suplemento Artes y Letras del Mercurio de Santiago de Chile, página E 10, 498.

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al gobierno militar se hubieran jugado la carta de someter desde el comienzo de la democracia a un


cuestionamiento profundo de la Constitución de 1980.

Como no era posible pensar que instituciones que no habían funcionado durante 17 años, y que
eran fuertemente discutida por la oposición se institucionalizaran26 en los primeros años de la
transición, ese peso debieron cargarlo necesariamente los actores políticos, que habían optado por darle
valor a dicho marco institucional, para llevar a cabo el cambio político.

Por eso al margen de la evaluación que hagamos del proceso de transición que se inició en 1988,
lo cierto éste alcanzó el fin que pretendía, y uno de los factores que permitieron acceder a ese logro fue
justamente el hecho que las condiciones ambientales27 del sistema político eran diferente en 1988, o a
las que rigieron en 1973, cuando el sistema democrático hizo crisis. Es decir las circunstancias y las
opciones de los distintos sectores políticos, aunque lo hayamos olvidado en estos momentos, apuntaban
a privilegiar no solamente la constitución de una democracia, sino básicamente se pretendía crear un
sistema político estable, como una prioridad fundamental, que otorgara las condiciones para que los
logros que se habían obtenido en materia económica, se mantuvieran en el tiempo y permitieran alejar
los fantasmas que habían generado las condiciones para la crisis de 1973.

Resulta evidente que las negociaciones que permitieron alcanzar este fin, estuvieron sustentado
por temores que estaban presente por todos los sectores, y los pasos que se dieron fueron los
necesarios en ese momento para alcanzar un fin particularmente valorado por la sociedad en su
conjunto: avanzar a la democracia sin producir un quiebre institucional.

El temor a la inestabilidad política ha sido ciertamente en los últimos treinta años un elemento
recurrente en la sociedad chilena. Y ese factor era sentido y rescatado por quienes participaron del
proceso de negociación que permitió la reforma constitucional de 1989, que representa un hito clave
para delimitar el conflicto latente en la sociedad chilena.

Al respecto, era evidente que se habían producido cambios desde la década de los sesenta y
setenta, cuando las propuestas y prioridades las establecían los enfoques ideológico, donde se intentaba
imponer un programa que representaba un camino hacia un proyecto globalizante28 de sociedad, sin
preocuparse de los niveles de negociación alcanzados y menos el consenso logrado. El solo hecho de
haber alcanzado el poder otorgaba la facultad suficiente al gobierno de turno para imponer su proyecto
político sin ninguna concesión. Ejemplo de esta actitud fueron claramente los gobiernos del presidente
Eduardo Frei Montalva , de Salvador Allende y la Unidad Popular.

El plebiscito del 5 de Octubre marcó el fin de una etapa, porque demostró que una fórmula

26
Las instituciones se institucionalizan cuando adquieren valor social cuando se comprueba que su funcionamiento responde
a los objetivos para las cuales fueron creadas y las personas hacen uso de las mismas y la estabilidad va a estar dado por su
permanencia en el tiempo y por la percepción de la gente que se rige por ella, independientemente de las reformas o
modificaciones que estas sufran, que les permite reconocer un escenario futuro predecible en lo fundamental..
27
Definimos condiciones ambientales como las prioridades que le asisten a los actores políticos en sus objetivos,
entendiendo la política como toda acción de persona o grupo que pretenda generar decisiones que afectan los valores de una
comunidad.
28
es decir se establece una meta que se supone es capaz de dar satisfacción integral a todas las demandas humanas y a
todos los sectores, los anhelos individuales y sociales se resuelven integralmente a partir de la constitución de un
determinado tipo de sociedad .

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moderada, negociada e institucionalizada, constituía una base sólida para iniciar un proceso de
transición. Debemos considerar que los partidos opositores se vieron en la necesidad práctica de
incorporarse al sistema, a pesar de no otorgarle a la Constitución de 1980 la legitimidad suficiente para
normar el cambio político en el país. Sin embargo, el hecho que las personas se comenzaron a inscribir
en los registros electorales, como la evaluación de la conveniencia de insertarse en el proceso para
participar en el desarrollo y control de la consulta, llevaron a la oposición al gobierno militar a
otorgarle una legitimidad de hecho a la Carta Fundamental.

A su vez , el gobierno militar otorgó las garantías suficientes para que el acto plebiscitario se
desarrollara en buena forma, concediendo en los hechos también , legitimidad a la oposición , de
manera tal, que le resultaba imposible no reconocer la derrota, lo que efectivamente sucedió aquél 5 de
octubre de 1988.

A pesar de este acuerdo, en el desarrollo de los acontecimientos, el discurso tanto del gobierno
como el de la oposición eran altamente polarizados. El primero advertía que un triunfo negativo
resultaría nefasto para el país, y a su vez se iniciaría un caos político de impredecibles consecuencias.
La oposición vaticinaba la casi segura posibilidad de un fraude , dando por descontado que el gobierno
no reconocería nunca una posible derrota. Situación que también implicaría llevar la país al desorden
político y económico.

Por lo que vemos, tanto la oposición como el gobierno fueron logrando un consenso
involuntario, en la medida que alcanzaron un acuerdo en los hechos. De manera que a pesar del
discurso de ambos reconocían los peligros que implicaban no someterse a un proceso electoral
transparente.

Esto permitió que el resultado del 5 de octubre de 1988 fuera reconocido por el gobierno y la
oposición por su parte, asumió el triunfo con responsabilidad. Es decir tanto el gobierno como la
oposición habían alcanzado lo que podemos denominar un consenso fáctico. Regulando el sistema
político por medio del comportamiento de la clase política, disminuyendo así los niveles de conflicto y
reconociendo en los hechos las reglas del juego político. Es necesario reiterar que para que esta
situación se produjera debemos tener en cuenta la importancia de un marco económico ordenado, que
reflejaba bajos índices de inflación, con disminución del desempleo y crecimiento económico
sostenido, en la medida que resulta evidente afirmar que una situación económica distinta habría
dificultado el logro de un acuerdo de esta naturaleza.

También debemos considerar, como un elemento determinante, la disminución de la distancia


ideológica entre los distintos sectores político del país. Proceso que fue parte en ese momento de una
evaluación de los actores políticos e intelectuales sobre la situación que había vivido el país, tanto en la
generación del régimen autoritario como en el desarrollo del mismo, como de un profundo procesos
de renovación de los sectores políticos, en particular de la izquierda que comienza su etapa de
evaluación luego de la crisis de la Unidad Popular, surgiendo una propuesta renovada que se va a ver
fortalecida por los cambios en el sistema internacional, como resultado del término de la Guerra Fría,
sumadas a las crisis terminales de los regímenes socialistas europeos y de la ex Unión Soviética.

Este consenso fáctico fue necesario, útil e indispensable para lograr el paso desde el
autoritarismo a la democracia, pero lo cierto eso sí, es que se debíamos avanzar en los noventa a un
tipo de acuerdo asumido de manera consciente, que permitiera asegurar que este acuerdo en las reglas

10
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del juego no sólo constituye un proceso resultado de consideraciones tácticas o porque no existen otras
alternativas, sino que realmente se lograra por medio de la demostración de una voluntad racional de
los dirigentes políticos por alcanzar este propósito, con el consiguiente respaldo ciudadano que permita
zanjar la transición como tema.

La pregunta entonces que debemos responder es ¿Lo hicimos, fuimos capaces de dar ese paso?
¿De que manera el caso Pinochet nos demuestra que hemos logrado consolidar nuestro sistema
democrático o por el contrario que todavía seguimos dependiendo de acuerdos fácticos? No olvidemos
que esta sigue siendo la sensación de una parte importante de los chilenos, es decir, que a pesar que el
cambio político se canalizó por vías constitucionales, nuestra estabilidad política parecía no depender
de ello, sino de la voluntad de determinados actores, y en particular de la figura decisiva del General
Pinochet. No olvidemos que un factor clave para evaluar si estamos frente a una realidad
postransicional, es evidenciar si los factores que regulan el juego democrático son efectivamente las
instituciones; condición que no sólo debe ser sino también parecer.

Es cierto también que se hace cada vez más evidente que existe una relación entre la
dimensión institucional y el progreso de una sociedad, entendiendo institución como un patrón
regularizado de interacción que es reconocido y aceptado y por lo tanto cuando se produce la validación
social de esos patrones se puede generar un sistema democrático estable y echar las bases del
crecimiento económico29 que es uno de sus resultantes30. Y esta situación se expresa en la necesidad
que tienen los agentes económicos y sociales de que exista un patrón regularizado de interacción que
es conocido practicado y aceptado (si bien no necesariamente aprobado) por actores que tienen las
expectativas de seguir interactuando bajo las reglas sancionadas y sostenidas por ese patrón.

Las instituciones “están allí” regulan expectativas y comportamiento que no cuestionan su


existencia socialmente31. Sin embargo en Chile, ante de la detención de Pinochet el discurso de los
dirigentes políticos, lo que se trasmitían y destacaban por los medios de comunicación era la sensación
de que de ellos, y casi de manera exclusiva dependía la estabilidad política del país, si no lograban los
acuerdos necesarios para dar tranquilidad al país, podíamos volver a revivir los dramáticos últimos
treinta años .

Por lo tanto a pesar, que es evidente que los primeros años de la transición se alcanzó consenso entre
las fuerzas políticas y la relación entre ellas se fue institucionalizando, las elites dirigentes tanto de
gobierno como de oposición, las FFAA y el propio General Pinochet nos hacían sentir, y con cierta
evidencias de que esto no era así , que la estabilidad política del país dependía básicamente de estos
poderes fácticos como de sus políticos y de sus acuerdos. La sensación que ellos tenían el poder era un
factor central para seguir intentando usar una capacidad de presión que efectivamente habían perdido
hace ya tiempo.

Por lo tanto se fijaban límites a los debates y a las investigaciones de todo tipo. El consenso
fáctico de los primeros años de la transición se institucionalizó durante la década, por las imágenes que
29
es la expansión sostenida en el tiempo de la acción y los resultados de los agentes económicos.
30
Guillermo O’Donnell. ( “Otra institucionalización” Revista La Política, Segundo Semestre de 1996, Editorial Paidós,
Barcelona, Pág. 10,

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se trasmitían y por la presiones que se ejercían.

Esta es una de las razones que nos explican que fuera inaceptable para un sector del país, la
iniciativa del Canciller Insulza de haber requerido la extradición de parte de nuestro país, como una
forma de conseguir el regreso de Pinochet. Esto suponía efectivamente dar pruebas concretas de
estaban dispuesto a someter a juicio la conducta de un ex presidente del país, con las consiguientes
tensiones internas que esto significa, pero lo que es peor para esos mismo poderes fácticos es que su
poder quedaba efectivamente disminuido frente a las instituciones democráticas.

No olvidemos que el Estado de derecho se define como el imperio de la ley y éste se mide
cuando el gobierno, las autoridades están sometidas a efectivamente a la vigencia real de las leyes32 y
eso, en el caso chileno, en el que se ha manejado el proceso de cambio político como el resultado de
una concesión de los que tienen el poder, resultaba ciertamente muy difícil de aceptar.

Por lo tanto una conclusión cierta que podemos extraer en términos del efecto de la detención de
Pinochet en Londres es que permitió medir hasta que punto los actores políticos eran capaces o
estaban obligados a someterse a los mecanismos institucionales de resolución de conflicto, en
particular cuando se encuentran en una situación límite , como era este caso, para la Fuerzas
Armadas, y en especial para el ejército dado el liderazgo que ejerce Pinochet.

En este aspecto la evaluación que hace Przeworski 33 sobre las condiciones que debe tener un
sistema democrático para que lo consideremos consolidado resulta revelador al indicarnos, que éste se
expresa cuando se produce la aceptación de todos los actores políticos de los mecanismos
institucionales democráticos, para resolver sus conflictos lo que se comprueba en el hecho de que
ninguno de ellos puede regular de manera determinante y decisiva los resultados inciertos de toda
negociación política en democracia, y al final todos ellos son reconocidos por las fuerzas políticas
significativas. Esta aceptación no tiene porque ser producto de una convicción profunda, sino por el
simple hecho de que no existen alternativas para usar otro tipo de mecanismos.

La importancia del factor institucional para el desarrollo político radica fundamentalmente en que en
los procesos de transición a la democracia, como en la discusión sobre su consolidación, radica en dos
puntos claves: por un lado, el paso decisivo que señala que se ha producido un tránsito a un régimen
democrático porque se ha producido una transmisión del poder político, desde las manos de un grupo
de personas a un conjunto de normas y reglas institucionalizadas. Son dichas normas e instituciones
las que van a decidir en adelante sobre la distribución de poder y recursos tanto políticos como
económicos en esa sociedad.

Por otro lado, las instituciones, desempeñan un papel clave en la consolidación democrática ya
que ellas se establecen antes de que se reestructuren y transformen otros factores que también van a
influir en la consolidación de la democracia a largo plazo- tales como la cultura política y la
articulación de organizaciones que representan los diferentes intereses sociales y políticos - por lo
32
Juan Linz y Alfred Stepan. “Hacia la consolidación democrática” Revista La Política 2 Editorial Paidós, Barcelona,
1996 Pág. 32.
33
Consolidación democrática: La democracia está consolidada cuando la mayor parte de los conflictos de dirimen por
medio de las instituciones democráticas, cuando nadie puede controlar los resultados, ni antes ni después y éstos se dan
dentro de ciertos límites predecibles, a pesar de ser inciertos, y son acatados por las fuerzas políticas significativas. Adam
Przewoski. “Democracia y Mercado” ,Cambridge University Press, 1995, Pág. 86.

12
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tanto, las instituciones afectarán desde los inicios democráticos el desarrollo de estos otros factores.34

La detención de Pinochet pasó desde generar una sensación inicial de incertidumbre a


transformarse en un hecho jurídico político, con momentos de impactos que a la larga se han ido
rutinizando, transformándose en un hecho distante para un importante porcentaje de chilenos.

Una clara lección que se extrae de este hecho es que en Chile la democracia ya no dependía de
los consensos de la clase política y de los actores estratégicos, y los chilenos no tenían conciencia de
eso. Sin darnos cuenta el país había sido capaz de pasar desde una institucionalidad política logrado
luego de negociaciones y de acuerdos a un proceso social que ya no depende de la voluntad, ni de los
acuerdos de nadie. El poder político del gobierno, las FFAA, empresarios, la izquierda se desvaneció
frente a un mundo globalizado, en la que ninguno de ellos puede por sí sólo lograr el resultado buscado.
Las presiones , los viajes a Londres tenían un claro efecto comunicacional pero no producían ningún
resultado concreto efecto concreto, a pesar de las grandilocuentes declaraciones que veíamos a diario
por televisión a fines de 1998.

El país había vivido profundos cambios en materia de consenso y estos fueron los contenedores
de los impulsos de los sectores más extremos. Como los señalan desde perspectivas distintas Oscar
Godoy y Enrique Correa. Por una parte el primero explica que el consenso se generó a partir de un
acuerdo producido en todos los niveles en relación a la democracia representativa. La dirigencia
política, económica, los sindicatos etc. y también permea a la sociedad civil. Un consenso también
evidente frente al sistema económico fortalecido por un período largo de crecimiento económico
sostenido desde 1984 y una creciente atomización de la sociedad civil35 que les a permitido
independizarse del poder político. “ lo que llevaría al Estado a dejar de ejercer la función integradora y
arquitectónica de la Polis que ha sido una función tradicional del Estado chileno”. 36

Como nos dirá Correa ha surgido una coalición societal que no es un pacto social escrito, sino
que es la percepción de beneficios compartidos con el modelo en curso. O dicho de una manera
negativa, es la convicción social de que los perjuicios catastróficos que le podría acarrear a los actores
el fin o la transformación del modelo imperante, cualquiera que este sea. Esto tiene una importancia
significativa en la valorización del rol de la participación para alcanzar la gobernabilidad, porque ésta
no se puede basar de manera exclusiva en el entendimiento político de las fuerzas sustantivas, en torno
a políticas del Estado societal que se ha transformado en un sustento de la democracia, y los actores
estratégicos han tenido que reconocer que no tienen la capacidad de acción que suponían37.

34
Sofía Monsalve y Susana Sottoli Ingeniería Constitucional versus Institucionalismo Histórico Empírico : enfoques sobre la
génesis y la reforma de las instituciones políticas. Dieter Nohlen y Mario Fernández el presidencialismo renovado, Caracas,
Editorial Nueva Sociedad 1998 pá41.
35
Sociedad Civil: Es el espacio de la vida social organizada que es voluntariamente autogenerada, (altamente)
independiente, autónoma del Estado y limitada por un orden legal o juego de reglas compartidas. Es distinta la “sociedad en
general” porque involucra a ciudadanos actuando colectivamente en una esfera pública para expresar sus intereses, pasiones,
ideas, intercambiar información, alcanzar objetivos comunes, realizar demandas al Estado. Larry Diamond. En “Repensar
la sociedad civil”. Revista Metapolítica, Vol. 1, N° 2, Abril-Junio de 1997, Centro de Estudios de Política Comparada,
Universidad Autónoma de Puebla, México, Pág. 186.
36
Oscar Godoy Arcaya. “Los actores políticos y el proceso de democratización en Chile” en Manuel Mora y Araujo,
Buenos Aires Ciedla 1997 Pág. 117.
37
Enrique Correa. “Participación ciudadana y gobernabilidad”. En ” Nociones de ciudadanía que crece”, Santiago Flacso
Editores 1998, Pág. 84;

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La detención de Pinochet en Londres demostró que en Chile esta coalición era mucho más
fuerte, que la transición, aunque se intente revelar como incierta, no lo es, porque la consolidación de
la democracia como fenómeno social se ha hecho patente,y que este logro ha sido el resultado de la
búsqueda de consensos de los actores políticos y de sus dirgentes,de los resultados de las acciones
gubernamentales y de la institucionalización del sistema político, postergando para la actual
administración la discusión de la legitimidad del régimen político y del fin de la transición.

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BIOGRAFIA
Patricio Gajardo Lagomarsino.
Cientista Político, Historiador y Magister en Estudios Internacionales.
Decano de la Facultad de Ciencias Políticas y Adminstración Pública de la Universidad Central de
Chile.
Profesor de Ciencia Política, Política Comparada y Estudios Internacionales de las Universidades
Central, Diego Portales y Universidad de Chile.

Autor de Varios Artículos de su especialidad

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