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SISTEMA RESPIRATORIO

Asma
El asma es una enfermedad crónica del sistema respiratorio caracterizada por vías aéreas
hiperreactivas (es decir, un incremento en la respuesta broncoconstrictora del árbol bronquial).1
Las vías aéreas más finas disminuyen ocasional y reversiblemente por contraerse su musculatura
lisa o por ensanchamiento de su mucosa al inflamarse y producir mucosidad,2 por lo general en
respuesta a uno o más factores desencadenantes3 como la exposición a un medio ambiente
inadecuado (frío, húmedo o alergénico), el ejercicio o esfuerzo en pacientes hiper-reactivos, o el
estrés emocional. En los niños los desencadenantes más frecuentes son las enfermedades
comunes como aquellas que causan el resfriado común.

Ese estrechamiento causa obstrucción y por lo tanto dificultad para pasar el aire que es en gran
parte reversible, a diferencia de la bronquitis crónica donde hay escasa reversibilidad. Cuando
los síntomas del asma empeoran, se produce una crisis de asma. Por lo general son crisis
respiratorias de corta duración, aunque puede haber períodos con ataques asmáticos diarios que
pueden persistir por varias semanas. En una crisis severa, las vías respiratorias pueden cerrarse
tanto que los órganos vitales no reciben suficiente oxígeno. En esos casos, la crisis asmática
puede provocar la muerte.4

El asma provoca síntomas tales como respiración sibilante, falta de aire (polipnea y taquipnea),
opresión en el pecho y tos improductiva durante la noche o temprano en la mañana.5 Entre las
exacerbaciones se intercalan períodos asintomáticos donde la mayoría de los pacientes se sienten
bien, pero pueden tener síntomas leves, como permanecer sin aliento -después de hacer ejercicio-
durante períodos más largos de tiempo que un individuo no afectado, que se recupera antes.

Bronquitis
La bronquitis,1 es una inflamación de las vías aéreas bajas. Sucede cuando los bronquios,
situados entre los pulmones, se inflaman a causa de una infección o por alguna otra causa. Según
su duración y etiología, se distingue entre bronquitis aguda, de corta duración, y bronquitis
crónica, de larga duración y con recidivas frecuentes.

Los síntomas incluyen:2

• Tos con mucosidad, a veces sanguinolenta. Si el moco de la bronquitis es verde


amarillento y va acompañada de fiebre, lo más probable es que haya infección bacteriana.
• Inflamación de los bronquios (ramificaciones de las vías aéreas entre la tráquea y los
pulmones)
• Inflamación (edema) de las paredes bronquiales.
• Obstrucción de los alveolos.
• Pitidos o sibilancias.
• Burbujeo (referido al efecto sonoro que se aprecia cuando se ausculta al paciente con un
estetoscopio)
• Dificultad respiratoria.
• Malestar general

En la bronquitis crónica, también pueden presentarse los siguientes síntomas

• Inflamación de tobillos, pies y piernas.


• Coloración azulada de los labios provocado por los bajos niveles de oxígeno en la sangre.
• Propensión a sufrir infecciones respiratorias —como resfriados,gripe y fiebre —.

NEUMONIA

La neumonía, pneumonía o pulmonía es una enfermedad infecciosa e


inflamatoria que consiste en la infección de los espacios alveolares de los
pulmones.1 La neumonía puede afectar a un lóbulo pulmonar completo (neumonía
lobular), a un segmento de lóbulo, a los alvéolos próximos a los bronquios
(bronconeumonía) o al tejido intersticial (neumonía intersticial). La neumonía hace
que el tejido que forma los pulmones se vea enrojecido, hinchado y se torne
doloroso.

Los enfermos de neumonía infecciosa a menudo presentan una tos que produce un esputo
verdoso o amarillo, o flema y una fiebre alta que puede ir acompañada de escalofríos febriles. La
disnea también es habitual, al igual que un dolor torácico pleurítico, un dolor agudo o punzante,
que aparece o empeora cuando se respira hondo. Los enfermos de neumonía pueden toser sangre,
sufrir dolores de cabeza o presentar una piel sudorosa y húmeda. Otros síntomas posibles son
falta de apetito, cansancio, cianosis, náuseas, vómitos, cambios de humor y dolores articulares o
musculares. Las formas menos comunes de neumonía pueden causar otros síntomas, por
ejemplo, la neumonía causada por Legionella puede causar dolores abdominales y diarrea,
mientras que la neumonía provocada por tuberculosis o Pneumocystis puede causar únicamente
pérdida de peso y sudores nocturnos. En las personas mayores, la manifestación de la neumonía
puede no ser típica. Pueden desarrollar una confusión nueva o más grave, o experimentar
desequilibrios, provocando caídas. Los niños con neumonía pueden presentar muchos de los
síntomas mencionados, pero en muchos casos simplemente están adormecidos o pierden el
apetito.

Los siguientes síntomas pueden estar relacionados con la enfermedad:

• Generalmente, es precedida por una enfermedad como la gripe o el catarro común.


• Fiebre prolongada por más de tres días, en particular si es elevada.
• La frecuencia respiratoria aumentada: recién nacidos hasta menos de 3 meses >60 por
minuto, lactantes >50 por minuto, preescolares y escolares >40 por minuto, adultos >20
por minuto.
• Se produce un hundimiento o retracción de las costillas con la respiración que se puede
observar fácilmente con el pecho descubierto.
• Las fosas nasales se abren y se cierran como un aleteo rápido con la respiración.
(principalmente se da en niños).
• Quejido en el pecho como asmático al respirar.
• Las personas afectas de neumonía a menudo tienen tos que puede producir una
expectoración de tipo muco-purulento (amarillenta), fiebre alta que puede estar
acompañada de escalofríos. Limitación respiratoria también es frecuente así como dolor
torácico de características pleuríticas (aumenta con la respiración profunda y con la tos).
También pueden tener hemoptisis (expectoración de sangre por la boca durante episodios
de tos) y disnea. Suele acompañarse de compromiso del estado general (anorexia, astenia
y adinamia).
• Al examen físico general es probable encontrar taquicardia, taquipnea y baja presión
arterial, ya sea sistólica o diastólica.
• Al examen físico segmentario, el síndrome de condensación pulmonar es a menudo claro;
a la palpación: disminución de la expansión y de la elasticidad torácica y aumento de las
vibraciones vocales. A la percusión: matidez. A la auscultación: disminución del
murmullo pulmonar, crepitaciones y/o soplo tubario.
• El paciente infantil tiene la piel fría, tose intensamente, parece decaído, apenas puede
llorar y puede tener convulsiones, se pone morado cuando tose, no quiere comer (afagia),
apenas reacciona a los estímulos. El cuadro clínico es similar en el paciente adulto.
• En adultos sobre 65 años es probable una manifestación sintomática muchísimo más sutil
que la encontrada en personas jóvenes.

Bronconeumonía

La bronconeumonía es un proceso inflamatorio, casi siempre infeccioso, que afecta al aparato


respiratorio, en concreto a la zona más distal de las vías aéreas (los bronquios), y a los pulmones.

La bronconeumonía es una lesión secundaria que aparece generalmente como complicación de


una enfermedad. A diferencia de la neumonía, no posee fases evolutivas y el exudado no
contiene fibrina o tiene muy poca. Exudado fibrinoso se encuentra en la bronconeumonía
neumocócica, alrededor de focos supurados y en focos tuberculosos antes de la clasificación. Las
lesiones bronconeumónicas consisten en focos de condensación pequeños, a veces, confluentes,
en la superficie de corte solevantados, gris rojizos, secos, finamente granulosos. Frecuentemente,
sin embargo, son poco notorios macroscópicamente y se manifiestan como zonas ligeramente
solevantadas, hiperémicas, que se descubren mejor por palpación que por inspección. Estos focos
pueden pasar inadvertidos microscópicamente, no así en el examen del pulmón fijado
previamente. Los focos bronconeumónicos se encuentran frecuentemente en las regiones dorso-
basales y laterales de los lóbulos inferiores. En el centro del pulmón los focos son mayores que
en la periferia, donde tienden a ser más densos. A menudo alcanzan la pleura, donde se
desarrolla entonces una pleuritis fibrinosa o purulenta.

Tos ferina (también conocida como tos convulsiva o coqueluche o tosferina)


es una enfermedad altamente contagiosa aguda de las vías respiratorias altas,
causada por cocobacilos de la especie Bordetella pertussis. Se caracteriza por
inflamación traqueobronquial y accesos típicos de tos violenta, espasmódica con
sensación de asfixia, que terminan con un ruido estridente (tos convulsiva o
convulsa) durante la inspiración.

La tos ferina comienza como una infección leve de las vías respiratorias superiores. Al principio,
los síntomas son similares a los de un resfriado común: estornudos, rinorrea, fiebre baja y tos
leve. En el plazo de dos semanas, la tos se vuelve más intensa y se caracteriza por muchos
episodios de tos rápida seguidos de un chillido agudo (tos pertusoide). Es posible que haya
secreción mucosa clara y espesa. Estos episodios pueden repetirse durante uno a dos meses, y
son más frecuentes durante la noche. Las personas de edad avanzada y los niños parcialmente
inmunizados generalmente presentan síntomas más leves.

La tos se produce por contracción espasmódica repentina y a veces repetitiva de la cavidad


torácica que da como resultado una liberación violenta del aire de los pulmones, lo que produce
un sonido característico.

La tos se produce por la estimulación inflamatoria, mecánica, química o térmica de los


receptores de la tos. La estimulación inflamatoria se inicia por el edema y la hiperemia de las
mucosas respiratorias, como ocurre en la bronquitis bacteriana o vírica, el resfriado común, y el
consumo excesivo de tabaco. También puede ser causada por la irritación producida por procesos
exudativos, como el goteo nasal posterior y el reflujo gástrico con aspiración. Dichos estímulos
pueden surgir bien en las vías respiratorias (como ocurre en la laringitis, traqueítis, bronquitis y
bronquiolitis) o bien en los alveolos (como ocurre en la neumonitis y en los abscesos
pulmonares). Los estímulos mecánicos se producen por la inhalación de partículas tales como las
de polvo, y por la compresión de las vías respiratorias o el ejercicio o presión sobre estas
estructuras. Las lesiones que se asocian con la compresión de las vías respiratorias pueden ser
extra o intramurales. Entre estas últimas figuran los aneurismas de la aorta, granuloma,
neoplasias pulmonares y tumores del mediastino; las lesiones intramurales comprenden los
carcinomas broncógenos, adenomas bronquiales, cuerpos extraños, afectación granulomatosa del
interior de los bronquios, y la contracción de los músculos lisos de las vías respiratorias (asma
bronquial). La presión o tensión sobre las vías respiratorias se produce, por lo general, por
lesiones que se asocian con un descenso en la eslasticidad pulmonar. Ejemplos de causas
específicas son las fibrosisintersticiales agudas y crónicas, el edema pulmonar y las atelectasias.
Los estímulos químicos pueden producirse a partir de la inhalación de gases irritantes, entre los
que figuran el humo del tabaco y los vapores químicos. Muchos otros fármacos pueden ejercer
efectos adversos sobre el aparato respiratorio y a través de ellos causar tos. sin embargo, la tos
per se es el efecto secundario principal de los inhibidores de la enzima convertidora de
angiotesina. Por último, los estímulos térmicos pueden deberse a la inhalación de aire, muy
caliente o muy frío.

Se le denomina gastritis a la inflamación de la mucosa gástrica, que en la


gastroscopía se ve enrojecida, presentándose en diversas formas de imágenes
rojizas en flama o como hemorragias subepitelial1 s. Sin embargo, el diagnóstico de
certezaexploración endoscopica. Es posible que sólo una parte del estómago esté
afectada o que lo esté toda la esfera gástrica. Son varias las causas, como los malos
hábitos alimenticios, el estrés, el abuso en el consumo de analgésicos (aspirina,
piroxicam, indometacina, etc.) o la infección por Helicobacter pylori

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