Sociedad de la información?
Alfons Cornella
ESADE Barcelona
cornella@esade.es
Marzo 1998
Resumen
Tres son los hechos que demuestran que estamos entrando en una sociedad
de la información (Moore 1997): las organizaciones dependen cada vez más
del uso inteligente de la información y de las tecnologías de la información
para ser competitivas, y se van convirtiendo en organizaciones intensivas en
información; los ciudadanos se informacionalizan, puesto que utilizan las
tecnologías de la información en muchos actos de su vida diaria, y consumen
grandes cantidades de información en el ocio y en el negocio; y, finalmente,
está emergiendo un sector de la información, hoy disimulado dentro de la
diversidad del sector servicios, pero con un entidad suficiente para convertirse
en uno (quizás el mayor) de los grandes hipersectores de la economía (junto
con el sector primario, el manufacturero, construcción y servicios).
Acceso a la información
Industria informática
Figura 1. Aumento del número de Figura 2. Descenso del coste por bit de
transistores por chip, 1970-2002 memoria, 1971-1994
(Primera Ley de Moore) (Ley de Grosch)
1
Véase Business Week 31/03/97 p50.
2
Alternativamente, el número de instrucciones por segundo que puede desarrollar un ordenador
personal es proporcional a 2n MIPS (millones de instrucciones por segundo), donde n es el año en curso
menos 1986. Así, en 1987, la capacidad de proceso era de 21 MIPS, mientras que en 1997 es de 211, es
decir 2048 MIPS (Tapscott 1996).
3
Véase Business Week (12/01/98, P12) sobre los estudios del economista L. Douglas Lee al respecto.
4
Véase Business Week (19/05/97), accesible enhttp://www.businessweek.com/1997/20/b35271.htm o
Wall Street Journal Europe(22/05/97 p1)
Por otro lado, las cifras incluidas en el Informe Económico del Presidente de
1994 (Committee of Economic Advisors 1994) muestran como algunos
servicios intensivos en información “exportan” más que algunos productos
agrícolas o industriales tradicionalmente considerados críticos para la
economía norteamericana (Fig 4). O, por ejemplo, resulta muy ilustrativo saber
que cuatro de cada diez nuevos puestos de trabajo creados en 1996 en la
zona de San Francisco estuvieron relacionados directamente con el
crecimiento del uso de Internet.5
5
Según un estudio de la consultoraCollaborative Economics.
6
Véase Wall Street Journal Europe(22/01/97 p1)
Como consecuencia de esas dificultades, han sido más bien escasos los
intentos de medida del sector información realizados hasta ahora. No extraña,
por tanto, que en este punto se cite sistemáticamente (religiosamente, cabría
decir) los estudios sobre el sector información en los Estados Unidos llevados
a cabo por Machlup en los sesenta y por Porat en los setenta. Según Machlup,
el 34,5% del PIB norteamericano se debía al sector información (que, por
7
Véase BusinessWeek (07/11/94).
8
Véase Business Week (29/12/97), y también http://www.naics.com/.
9
El INE (Instituto Nacional de Estadística) sigue utilizando la tradicional clasificación basada en las
cuatro grandes categorías: agricultura, industria, contrucción, y servicios. Véase al efecto, la página web
http://www.ine.es/htdocs/espa96/trab.pdf).
10
Una tesina de licenciatura elaborada por Xavier Claret en ESADE, con el títuloHacia la definicion del
sector informacion en España, dirigida por el autor de este artículo (resumen accesible en
http://dsi1.esade.es/cornella/tclaret.htm).
11
Que el autor ha denominadoecuación fundamental de la sociedad de la informaciónen su revista
digital Extra!-Net (http://www.extra-net.net).
Existen muchos rankings que ordenan los países de acuerdo con distintos
criterios, generalmente económicos, aunque los hay también que consideran
otros factores de índole mas social o cultural (como el índice de desarrollo
humano de la ONU).12 Así, por ejemplo, los rankings del World
12
Accesible en parte en http://www.undp.org:81/undp/hdro/97.htm.
13
Una parte del texto esta disponible enhttp://www.imd.ch/wcy/brochure.html.
14
Una iniciativa de la consultora norteamericana IDC junto a World Times Inc.
¿Políticas de información?
Es obvio que algunas de estas acciones son imprescindibles para que existan
las bases sobre las que pueda surgir una sociedad de la información. Otras
son, sin embargo, más discutibles. En cualquier caso, esta clasificación de
actividades bajo el gran “paraguas” de las políticas de información ilustra que
es preciso tener una visión integradora de las mismas. Así, por ejemplo, ¿qué
sentido puede tener que un gobierno apueste por conectar a todas las
escuelas a Internet si el sistema educativo sigue sin enseñar a aprender, sino
que sólo transmite conocimientos empaquetados?
Sean cuales sean las acciones de las administraciones públicas, éstas no son,
sin embargo, garantía suficiente de que como consecuencia de ellas el país va
a desarrollar una sociedad de la información. Este objetivo puede que dependa
más de hasta que punto exista o no, previamente, una cultura de la información
suficientemente desarrollada en la sociedad en cuestión.
En este sentido, hay que recordar que Hayek (1982) ya señala que el
desarrollo de una sociedad no se debe sólo al orden construido (made order, o
taxis), el que construye y mantiene el Estado a través de sus organismos (con
sus ramas Ejecutiva, Legislativa y Judicial) sino también al orden espontáneo
(grown order, o kosmos), la cultura, historia, educación, hábitos de cada
sociedad, resultado de siglos de evolución lenta pero continua, que tiene un
efecto en el desarrollo de la sociedad tanto o más importante que el orden
diseñado (quizás lo que Adam Smith llamó la mano invisible) (Hayek 1982,
Libro I p37).
Conclusiones
Es obvio que algunas de las afirmaciones aquí vertidas son, hoy por hoy,
simplemente una especulación. De hecho, ya se ha sugerido a lo largo del
texto que se abren nuevas e interesantes líneas de investigación. Estas
deberán demostrar en el futuro si lo que se ha denominado aquí cultura de la
información tiene un efecto o no en el desarrollo de una sociedad de la
información.
Es importante destacar, sin embargo, que los gobiernos tienen una gran
responsabilidad en este punto. Porque la gente no es, por lo general,
suficientemente consciente de la importancia que va a tener disponer de una
cultura informacional en el futuro. Ocurre aquí algo parecido a lo que ocurre
con la educación: puesto que la gente no percibe la importancia, tanto para sí
misma como para la sociedad, de la educación generalizada, es preciso
establecerla como obligatoria. Así, puede que sea preciso que el Estado actué
generando información, o estimulando -incluso financiando- la producción de
un substrato suficiente de información de origen nacional, tanto para el ocio
como para el negocio, con el fin de que esa infoestructura permita sacar un
mayor rendimiento, y conseguir una mayor impacto en la economía y la
sociedad, de las infraestructuras que sin duda deberán establecerse.
15
Tal cultura de la informaciónno debe confundirse con elculto a la información, concepto propuesto
por Roszak (1986) para desenmascarar a quiénes proclaman que el mundo es de los datos frente a
quienes definden que el mundo es del pensamiento.
Bibliografía
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