Ponencia
Título:
RESUMEN/ABSTRACT _____________________________________________________________ 1
INTRODUCCIÓN_____________________________________________________________________ 2
a. Pobreza ____________________________________________________________________ 12
b. Infraestructura ______________________________________________________________ 12
CONCLUSIÓN _______________________________________________________________________ 26
BIBLIOGRAFÍA _____________________________________________________________________ 27
Resumen/Abstract
1
Introduccióni
Anónimo
i
El Lector notará que esta introducción no se ajusta al de un trabajo jurídico tradicional.
Hemos querido utilizar algunas páginas para plantear nuestra forma de sentir lo jurídico,
para después escribir sobre el objeto del trabajo en sentido estricto.
ii
Esta expresión se utiliza para aquellos casos en que se lleva cabo algo “de una manera
redundante extremadamente compleja, que real o aparentemente podría ser hecho de
una manera simple”. El origen del vocablo se remonta a EEUU, alrededor de 1930,
cuando el dibujante Rube Goldberg publicó una serie de ilustraciones de "absurdas
máquinas conectadas" . Desde entonces, el significado de la expresión se ha ampliado
para denotar cualquier forma de sistema excesivamente confuso o complicado.
(Wikipedia). Esta analogía es utilizada por Gustavo Arballo en su artículo “Variaciones de
los Procesos Goldberg” (Arballo, 2008). También podríamos encontrar una gran relación
con la idea de proceso kafkiano, aquel en el que el proceso para ser un fin en sí mismo y
que se caracteriza por generar en el que lo sufre una profunda sensación de
inaccesibilidad a la justicia y a la ley (Wikipedia). Esta última palabra se encuentra incluso
consagrada en el diccionario de la Real Academia Española como atribuible a una
situación “absurda, angustiosa” (RAE).
iii
.Morello también insta a la paciencia y la reflexión de largo plazo: “Pronto queremos todo
y reclamamos resultados rapidísimos sin aguardar el debido (necesario) "proceso de
maduración", sin cuyo cómputo no llegan los resultados, porque el tiempo —al ser
violado por apresuramiento— luego se venga, impiadosamente.” (Morello, El Proceso
Justo - Segunda Edición, 2005)
iv
Al respecto resulta de máximo interés, por la cantidad de información que contiene y
por la franqueza de su prosa, el libro “Las venas abiertas de América Latina”. “”Para los
que conciben la historia como una competencia, el atraso y la miseria de América Latina
no son otra cosa que el resultado de su fracaso. Perdimos; otros ganaron. Pero ocurre
que quienes ganaron, ganaron gracias a que nosotros perdimos: la historia del
subdesarrollo de América Latina integra, como se ha dicho, la historia del desarrollo del
capitalismo mundial” (Galeano, 1998).
v
“Aquí se encuentra la causa principal de que la mayoría de los hombres tope con el
fracaso, debido a su falta de perseverancia en la creación de nuevos planes para sustituir
los que no funcionan. (…). Un fracaso indica sólo que los planes no eran buenos. Haga
otros. Vuelva a empezar de nuevo” (Hill, 1991)
4
Título I – Principios y finalidades del Sistema
Procesal Civil
6
imposible para los sectores sociales desfavorecidos poder
solventarlaxiv.
Ha de tener una duración razonable. El poder iniciar un proceso,
es tan sólo el inicio del acceso a la justicia. Debemos recordar que el
objetivo de tal instituto es el poder hacer valer los derechos del
justiciable y para ello es necesaria la resolución oportuna, sin
demoraxv. La razonabilidad está dada en la necesaria proporción que
ha de haber entre el plazo y la complejidad de los asuntos a resolver.
Pero, como se ha dicho, para que la justicia sea injusta no hace falta
que se equivoque; basta que no juzgue cuando debe juzgar
(Kemelmajer de Carlucci, 1993).
III. Integraciónxvi
La Integración regional “constituye un imperativo histórico del
mundo actual, casi una necesidad para la supervivencia” (IIDP, 2008).
Se trata de procesos progresivos tendientes a la cooperación y
desarrollo conjunto, teniendo en cuenta que “la organización jurídica
es una condición necesaria para la seguridad y la paz y que la paz se
funda en la justicia y el orden moral y, por lo tanto en la protección y el
reconocimiento internacionales de los derechos y libertades de la
persona humana, en el bienestar indispensable de los pueblos y en la
efectividad de la democracia, para la realización de la justicia y la
seguridad” (Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca, 1947).
Dentro de esta perspectiva es que se persigue “la reunión de los
principios fundamentales y reglas generales inherentes a la
jurisdicción transnacional que, con las adaptaciones necesarias a cada
Estado, sean pasibles de aplicación en todos los sistemas jurídicos
que consagren un Estado de Derecho” (Código modelo de
cooperación interjurisdiccional para Iberoamérica, Exposición de
motivos, 2008).
vi
Es decir, consideramos que son operativos y obligan al Estado. Es lo establecido por el
art. 75 inc. 23 de la Constitución Nacional Argentina (Argentina, 2008). De allí surge la
noción de Inconstitucionalidad por omisión (Bidart Campos, 2003). También es lo
sostenido por el caso “Capurro Daniel R. y otros”. – 11/12/1986 – citado en el prefacio de
“El Proceso Justo” (Morello, El Proceso Justo - Segunda Edición, 2005). En lo referente a
la obligación del Estado de suministrar al juez los medios para desempeñar sus tareas
encontramos el art. 14 del Estatuto Universal del Juez, así como la responsabilidad estatal
en caso de incumplimiento está expresamente contemplada en el art. 7 del Estatuto
Iberoamericano del Juez. Graña y Bielsa dedican un apartado a este tema y en él llegan a
igual conclusión: el Estado asume la obligación de brindar justicia y, siguiendo lo
establecido por la Corte Suprema en “Ferrocarril Oeste”, “quien contrae la obligación de
prestar un servicio es responsable por los perjuicios que causare su incumplimiento o su
irregular ejecución” (Bielsa & Graña, 1995). “Afirmar ciertos derechos, que por su
naturaleza son inviolables y no poner a disposición del justiciable un proceso realmente
preventivo, es lo mismo que apenas proclamar estos derechos, con un objetivo
meramente demagógico y mistificador.” (Marinoni L. G.)
vii
Eric Weil, citado en “La ciencia política” (Prélot, 2006).
viii
Se ha discutido sobre si se trata de un derecho o una garantía. Seguimos a Morello
quien se inclina por esta segunda opción y cita así a Fix Zamudio: “Son numerosos los
constitucionalistas que consideran que la verdadera garantía de los derechos de la
persona humana consiste precisamente en su protección procesal (…)”, en la nota
menciona que tal postura se encuentra apoyada por Hitters, Sagües, Pérez González, etc.
(Morello, El Proceso Justo - Segunda Edición, 2005). En igual sentido se pronuncia Salas
Céspedes, magistrado del supremo tribunal panameño (Salas Céspedes).
“Resultados útiles, eficaces (…) no se han de lograr si se hacen prevalecer los medios
(los trámites) sobre los fines (la sustancia) (…)” (Morello, El Proceso Justo - Segunda
Edición, 2005). De igual manera y como norma de interpretación de la ley procesal el art.
14 del Código General del Proceso Uruguayo.
ix
Esta es una de las nociones básicas del estudio del derecho procesal civil y caracteriza
a la función jurisdiccional en sentido estricto. El maestro Palacio lo marca así: “La
disciplina que tradicionalmente se conoce bajo la denominación de derecho procesal,
8
estudia por un lado el conjunto de actividades que tienen lugar cuando se somete a la
decisión de un órgano judicial o arbitral la solución de cierta categoría de conflictos
jurídicos suscitados entre dos o más personas (partes), o cuando se requiere la
intervención de un órgano judicial para que constituya, integre o acuerde eficacia a
determinada relación o situación jurídica” (Palacio, 2008). Creemos, sin embargo, que de
las dos actividades mencionadas, sólo la primera es exclusiva del Poder Judicial, mientras
que la segunda es un actividad general del Estado que se atribuye al Poder Judicial o a
los otros de acuerdo al supuesto de hecho y por razones de conveniencia.
x
(Morello, El Proceso Justo - Segunda Edición, 2005); el objetivo es que “sirva para la
gente, para el que concurre a los tribunales con la esperanza de lograr una solución a sus
conflictos (…)” (Arazi). El centro de consideración ha de ponerse en el fin social, es decir,
en el “efectivo acceso a la justicia, que hoy se reclama insistentemente…” (Marín Boscán,
2006). La función de abogados y jueces no es tramitar expedientes sino solucionar
conflictos, aquellos que “se suscitan real y cotidianamente en el seno de la sociedad”
(Bielsa & Graña, 1995) .Muñoz, citado en “El Proceso Justo”, en lo que a este cambio de
óptica respecta dice: “No es difícil constatar que cuando se destapa el tema del llamado
'acceso a la justicia' y se intenta develar sus variables económicas, son los
planteamientos dogmáticos de la legitimación los que no pocas veces se destacan por
su mayor resistencia a facilitar respuestas operativas” (Morello, El Proceso Justo -
Segunda Edición, 2005). Se suma finalmente la voz de Falcón quien prioriza la
simplificación del sistema en miras “al común de la gente”, para lograr justicia real y
paz social y que los ciudadanos puedan disponer de tiempo “para sus actividades
creadoras y de satisfacción personal y no estar absorbidos por batallas permanentes”
(Falcón, 2006).
xi
El derecho a la jurisdicción “es el de peticionar de una forma procesalmente articulada”
(Bidart Campos, 2003). En las diferentes constituciones aparece de la siguiente forma:
Argentina –art. 14. De la misma forma: La Declaración Americana de los Derechos y
Deberes del Hombre - Art. XVIII; Art. XXV. Declaración Universal de Derechos Humanos
- arts. 8 y 10, ya que recepta la plena igualdad en el derecho de recurrir ante los tribunales
(en el primero) y de ser oído ante la justicia (en el segundo).
xii
El incapie está no en la existencia formal, si no en “ la capacidad de las personas de
hacer uso de mecanismos que les permitan mediar, y solicitar reparación en materia de
controversias legales” (Cole, 2002).
xiii
En igual sentido: Constitución Nacional Argentina - art. 14 hace referencia a que han de
gozar los derechos constitucionales (entre ellos peticionar a las autoridades) “todos los
habitantes de la Nación”, a idea de igualdad vuelve a aparecer en el art. 16 al desechar
los fueros personales; Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos - Arts. 2 y 3;
Convención Internacional sobre la Eliminación de todas las Formas de Discriminación
Racial – 5 Inc. A (“el derecho a la igualdad de tratamiento en los tribunales y todos los
demás órganos que administran justicia”); Convención sobre Discriminación de la Mujer -
Arts. 2 Inc. C y 15 Inc. 2. La Convención de los Derechos del Niño, recepta implícitamente
su no discriminación, al disponer en el Art. 12 Inc. 2 que ellos deben ser oídos en todo
proceso judicial que los afecte.
xiv
En este sentido se expresó la Corte Interamericana de Derechos Humanos en O.C. 11
del 10 de agosto de 1990. También la exposición de motivos del Código modelo de
cooperación interjurisdiccional para Iberoamérica. Es indudable que lo que busca el
justiciable es una solución a su conflicto, y no un problema mayor lo cual se da con la
magnificación onerosa de las causas, originada en los gastos de la administración de
justicia.
xv
Lo representa perfectamente la frase de Marcel Schawb: “Sé justo en el momento
preciso. Toda justicia que tarda es injusticia”. También puede observarse el caso “Rolón
Zappa, Víctor F”. – 25/08/1988. En él, la palabra que usa la corte es “rápida” decisión
judicial, pero nosotros la reemplazamos, por entender de mayor precisión la terminología,
por “plazo razonable”. Esto de conformidad con el Estatuto Internacional Del Juez (arts. 1
y 6), la Constitución Española (art. 24.2), Convenio para la protección de los Derechos
Humanos y Libertades Políticas (art. 6.1) y Convención Americana sobre Derechos
humanos (arts. 7, 8.1 y 25). Igual termino utiliza Bidart Campos al explicar el art. 18 de
nuestra carta magna (Bidart Campos, 2003)
El Tribunal Constitucional de España tiene una prolífica jurisprudencia sobre la cuestión
del plazo razonable. Por la extensión que pretende tener este trabajo nos limitamos a
resaltar que se trata de un concepto abierto que debe ser determinado de acuerdo a la
naturaleza del caso y tomando en cuenta (especialmente) los siguientes factores:
complejidad y carácter del asunto, consecuencias del retraso, comportamiento de los
litigantes y conducta de las autoridades (Revenga Sánchez, 1992).
xvi
Cabe destacar la importancia del Instituto Iberoamericano de Derecho Procesal cuya
labor se efectiviza en la redacción de los códigos modelos. Es una de las asociaciones
que brega por la llamada integración jurídica. Fue la primera en nuclear a los
9
procesalistas de Iberoamérica. Fue creado en las "Primeras Jornadas Latino Americanas
de Derecho Procesal", celebradas en Montevideo en 1957, a la memoria del Prof.
Eduardo J. Couture al cumplirse el primer aniversario de su fallecimiento.
xvii
A pesar de considerar que se trata de una cuestión ya superada en doctrina, los
autores manifiestan su adhesión a la tesis que sostiene que las garantías que se
establecen para el proceso penal en los diferentes ordenamientos tienen idéntico valor
para el civil, siendo siempre aplicables mutatis mutandi. Esta idea sustenta la obra “El
Proceso Justo” (Morello, El Proceso Justo - Segunda Edición, 2005), es también la pauta
marcada por el Tribunal Constitucional español (Revenga Sánchez, 1992), el tribunal
europeo de derechos humanos (caso König), el Supremo tribunal de panamá (Salas
Céspedes), Estatuto universal del juez art. 1 y Pacto Internacional de Derechos Civiles y
Políticos Art. 14 Inc. 1. La CIDH, en su informe “El acceso a la justicia como garantía de
los derechos económicos, sociales y culturales. Estudio de los estándares fijados por el
Sistema Interamericano de Derechos Humanos” incluso establece la necesidad de
extender las garantías del debido proceso a lo administrativo. (CIDH: Nuevo Informe
sobre acceso a la justicia, 2007)
xviii
Hernandez Terán. “El debido proceso en la Doctrina” (en www.Dlh.lahora.com.ec).
Esta cita ha sido extraida de un trabajo publicado por la Escuela Nacional de la Judicatura
de República Dominicana (Las Garantías del Derecho de Defensa en el Proceso Civil),
donde se realiza un análisis pormenorizado del tema. También resulta de interés el
trabajo: “El derecho de defensa en juicio como Derecho Humano Fundamental”
(Martínez). Este derecho se encuentra consagrado en diversos tratados internacionales,
como ser: Declaración. Universal de los Derechos Humanos – Art. 11.1; Pacto
Internacional de Derechos Civiles y Políticos – 14.3 ap. b y d; Convención Americana
sobre Derechos Humanos – art. 37.d y 40.b. (Font, 2007)
xix
Esta última idea está íntimamente a la de publicidad de los actos procesales. En tal
sentido se expidió la Dra. Garros Martinez, jueza de la Suprema Corte de Justicia de la
Provincia de Salta dijo: “Una vez dictada la sentencia, no debe hacer falta explicarla. Se
debe utilizar un lenguaje sencillo. Antes era muy común utilizar el latín. Hay muchas
frases en latín que la universidad nos enseña y que se ponían en los fallos. Pero entiendo
que tienen que ser de lectura accesible para los abogados, para las partes y también para
el resto de la comunidad” ("Los jueces no deben seguir hablando por sus sentencias",
2010).
xx
Claro que existen excepciones. Así, por ejemplo cuando las audiencias se refieran a un
divorcio, nulidad de matrimonio y las demás en que, a juicio del tribunal convenga que
sean secretas (Rigalt).
xxi
Tomamos aquí las palabras de Guillermo Cartasso, profesor de Derecho Civil de la
UCA, al referirse a que igualdad es dar a cada uno lo suyo, mientras que igualitarismo es
dar a todos lo mismo sin diferenciar las características o situaciones personales. Nos
parece claro que no puede darse igual tratamiento a personas en situaciones fácticas
diferentes. Fuente: Clase Magistral del día jueves 06 de Mayo dentro del Curso de
Formación de Lideres Sociales, dictado en la UCASAL (Cartasso, 2010).
xxii
Volviendo a tomar las palabras del Dr. Cartasso, recordamos que unidad es “comunión
en lo esencial” y es claramente diferenciable de uniformidad, que se refiere a las cosas
iguales en todos sus aspectos.
10
Título II – Estado Actual de la Cuestión
I. Problemas de la administración
Hablar de igualdad de acceso a la jurisdicción es hoy una idea
que nos escapa, debido a que existen distintas barreras que limitan el
acceso a la justicia para la población, en particular para los grupos
más vulnerables. En efecto, podemos mencionar:
a) Barreras culturales y lingüísticas: 1-Externas: desconfianza del
sistema judicial, la discriminación étnica y cultural que afecta a los
Pueblos Originarios; 2-Internas: resistencia al cambio en los
operadores, indiferencia hacia las nuevas tecnologías.
b) Barreras económicas: el costo que entrañan los procesos
para personas que viven en situación de vulnerabilidad y la ausencia o
déficit en muchos países de defensores públicos o asistencia legal
gratuita, sumado a la carencia de juzgados que atienda casos de
menor entidad.
11
III. Factores económicos
a. Pobreza
Es innegable que un amplio sector de la población no puede
acudir a la justicia por falta de recursos económicos. El nivel de
pobreza en América Latina pasó del 42.5% de la población total en el
año 2000 al 44.2% en el año 2003, lo que equivale a decir que hoy en
día hay mas de 224 millones de personas que viven en América Latina
y el Caribe con menos de dos dólares al día (umbral de pobreza). De
éstas, unos 98 millones de personas (19,4% de la población) se
encuentran en situación de pobreza extrema o indigencia, es decir,
viven con menos de un dólar al día. (PNUD C. I., 2003).
“El pobre, caracterizado como quien tiene sus necesidades
básicas insatisfechas o como quien se encuentra por debajo de la
línea de pobreza, concreta en sí mismo toda la privación: es el
emblema de los derechos fundamentales mancillados.” (Cappelletti &
Garth, 1996)
El mayor de los obstáculos del ejercicio del derecho a la justicia
es el relativo al asesoramiento jurídico de aquellas personas que
carecen de recursos económicos para conseguir la orientación y la
asesoría de un abogado particular. Sin duda el principal costo en un
procedimiento judicial son los honorarios del abogado. Es asimismo
una constatación sociológica que “en las economías de mercado… es
indudable el hecho de que sin una compensación adecuada, los
servicios jurídicos a los pobres suelen ser de mala calidad. Pocos
abogados prestan dichos servicios y quienes lo hacen suelen hacerlo
por debajo de su nivel” (Cappelletti & Garth, 1996)
b. Infraestructura
Surge como una realidad indiscutible la falta de capacidad y de
recursos por parte de los poderes Judiciales latinoamericanos, para
resolver todos los conflictos que se les presentan. La función
jurisdiccional se ve gravemente afectada por la falta de medios
económicos y humanos adecuados y proporcionados para la solución
de cada caso. Teniendo en cuenta la importancia del asunto, denota la
falta de inversión estatal en capacitación, tecnologías e
infraestructuras para quienes han de ejercer la función
jurisdiccionalxxvi.
VI. Introducción
Una vez analizados los problemas que afectan la administración
de la justicia en general, se procederá a hacer una breve mención de
las características del proceso civil en particular.
El proceso, como ya se ha planteado, está constituido por una
serie de actos; los modos de realización de éstos constituyen las
formas procesales.
Las dos formas tradicionales del proceso son la palabra hablada
y la escrita. La forma oral se ha generalizado en el proceso penal y la
escrita predomina en el proceso civil, pero indudablemente ningún
proceso puede ser absolutamente oral ni exclusivamente escrito,
combinándose casi siempre ambas formas. La denominación de
escrita u oral está en dependencia del predominio de una u otra forma.
13
En el procedimiento escrito las partes no se dirigen verbalmente
al juez sino por medios de escritos y diligencias, también escritas, y
todo debe constar detalladamente en el expediente.
En Latinoamérica, la mayoría de los códigos procesales de los
distintos países prevén un proceso civil predominantemente escritoxxx.
Todas y cada una de las fases del enjuiciamiento están gobernadas
por la forma escrita. La gran mayoría de los actos y actuaciones
procesales se traducen en sendos escritos o documentos que van
dando forma al expediente, posibilitando que la escritura genere aún
más escritura. El juez de la causa dicta la sentencia basándose en los
actos realizados por escrito.xxxi
De este sistema de procesos escritos derivan determinadas
consecuencias, algunas son positivas, otras negativas. Las más
importantes son:
14
judicial, sino que también influyen la desconcentración de los
actos que integran el proceso y la lentitud que esto genera.
Esto es así porque aquél juez que en un determinado proceso
ha prescindido de intermediarios y se ha tomado el trabajo de
asistir y presenciar la práctica de la prueba seguramente
habrá debido fallar, entre el momento de la prueba y el de la
sentencia, otros casos de variada complejidad, razón por la
cual la mayoría de las veces se habrá olvidado de lo que ha
presenciado y escuchado en persona, quedando constreñido
a la constancia escrita que figura en las actas.
Falta de concentración
La forma escrita lleva necesariamente a la dispersión en el
tiempo de los actos procesales. Cada acto procesal es
independiente y, generalmente, la realización de uno se produce
mucho tiempo después que el anterior. La dispersión implica,
fomenta y reproduce la lentitud, como se sabe, uno de los mayores
problemas de la justicia civil.
Falta de celeridad:
La lentitud que caracteriza al proceso civil actual reconoce
varias causas. Además de la ya mencionada desconcentración de
los actos procesales, se puede citar el tiempo que exige la
reducción a escritos de todos los actos procesales y su lectura, y la
pesada substanciación de cada uno de ellos, debido al continuo
traslado de escritos de las partes al tribunal y de aquéllas entre sí,
para respetar el principio de contradicción.
Estos factores, entre otros, naturalmente hacen de éste tipo
de procesos un trayecto lento y cansador, atentando contra las
exigencias propias de una tutela judicial realmente efectiva, que
exige un plazo razonable en la solución de los conflictos.
Excesivo formalismo
La escritura puede en algunos casos llegar a darle mucha
importancia a las formas de los actos procesales, en menoscabo de
la averiguación de la verdad real y la solución justa de los
conflictos. Se produce un excesivo apego a las formas por las
formas mismas, una especie de “sacralización” del expediente,
afirmándose que lo que no consta por escrito en él es totalmente
irrelevante y no debe ser tenido en cuenta por el juez, haciéndose
efectivo el principio romano “quod non est in actis non est in
mundo”.
xxiii
Se ha puesto énfasis en la necesidad de que los Estados inicien procesos de reforma
de los sistemas judiciales en los que se analicen y solucionen los obstáculos de acceso a
la justicia que afectan a los ciudadanos de cada región. Asimismo, conviene señalar que
en los últimos años, diversos organismos multilaterales como el Banco Mundial, el Banco
Interamericano de Desarrollo, la CEPAL, el Programa de Naciones Unidas para el
Desarrollo, instituciones especializadas en la materia como el CEJA, así como las
15
Defensorías del Pueblo o Comisiones de Derechos Humanos, numerosas redes y
alianzas de organizaciones no gubernamentales y en el ámbito de la propia organización
de los Estados Americanos, propugnan un cambio dirigido a acercar la Justicia a la
sociedad en su conjunto.
xxiv
El importante peso de la justicia civil respecto del total de causas que procesan los
sistemas judiciales se explica en buena medida debido a que generalmente ella ha sido
instituida como competencia residual. En los países de la región, su peso respecto del
total de causas ingresadas, oscila entre el 9% y el 54%. En 2005, los países que
reportaron un mayor peso fueron Puerto Rico (54%), Argentina (47%), Ecuador (47%) y
Chile (47%). Aquellos que reportaron un menor peso fueron El Salvador (9%), Guatemala
(9%) y Costa Rica (13%) (CEJA).
xxv
El acceso a la justicia no se limita a la “actividad judicial”, debiendo considerarse las
profundas desigualdades económicas, sociales y culturales. Se presentaron una serie de
diez principios con el objetivo de orientar la forma en que el CIJ debería abordar el tema
del acceso a la justicia. Entre estos diez principios, se tocan distintos temas importantes,
como el carácter de derecho social del derecho de acceso a la justicia, la independencia
judicial, la cultura jurídica, la ética judicial, políticas públicas, etc. Sin embargo, en este
punto queremos resaltar el quinto principio: “la democratización del sistema judicial no se
contrae al acceso igualitario. Implica, además, una mayor participación social en su
manejo. El monopolio de la justicia legítima por parte del Estado no es incompatible con
formas de autocomposición social o comunitaria” (Castillo Castellanos, 2008).
xxvi
Sin embargo, Falcone ha dicho que “Más preocupante que la falta de jueces es la falta
de jueces con compromisos.” (Komarovsky, 2010)
xxvii
“Percepción pública sobre los sistemas de justicia para las Américas”. (Galindo); el
relevamiento efectuado acerca del nivel de confianza en la Justicia en Latinoamérica
exhibe que un 71% de la población la percibe como mala o ineficaz, contra un 25% que
opina lo contrario.
xxviii
En Québec, Canadá, se llevó a cabo una campaña denominada “Minuto jurídico”.
Fueron elaborados cien textos de un minuto dirigidos al público medio y preparados por
especialistas; se difundieron durante un año, los más populares fueron presentados 36
semanas por populares artistas de televisión. Finalmente fueron distribuidos gratuitamente
cerca de 500.000 textos (Ferreira da Silva, 1980).
xxix
“Debe existir disponibilidad institucional del estado para todos y todas, no importa cuál
sea su condición social, económica, de género o étnica y cultural y en qué lugar se
encuentren dentro del territorio de un estado”, cita de Villarán, Susana (Lovatón, 2007)
xxx
Creemos correcto el análisis que respecto de que en el derecho procesal
latinoamericano hay múltiples institutos que, más que a criterios de oportunidad o utilidad
responden simplemente a vestigios históricos (principalmente de la ley de enjuiciamiento
española) (Palomo Vélez, 2004).
xxxi
Como excepción podemos encontrar el caso de Uruguay, en el cual la reforma de 1989
implico el pasaje de un régimen de procesos escritos a un sistema de procesos por
audiencias.
xxxii
Estas son las palabras utilizadas en “Hacia el Procedimiento Civil Oral” (Barrientos
Sotomayor).
16
Título III – Oralidad
Facilita la comunicación
La palabra hablada es la manifestación natural y originaria del
pensamiento humano (Vélez Mariconde, 1986).
Garantiza la inmediación
El sistema por audiencias permite el contacto directo del magistrado
con las partes y el material fáctico-probatorio del proceso, porque
exige la intervención personal del juez en los actos esenciales del
proceso. De esta manera, cada asunto puede ser mejor conocido por
desde su inicio, cuestión especialmente relevante en lo que se vincula
con la práctica y valoración de la prueba. Además, se genera la idea
de un juez activo y comprometido con el proceso que domina con
mayor vigor y eficacia el pleito, en contraste con la concepción del juez
distante y alejado que se tiene en la actualidad. El hecho de que las
personas vean al juez cara a cara trae también como consecuencia
que las mismas se sientan atendidas de forma personal, abriéndose
así a una mayor comprensión de lo que sucede en el proceso. En
resumen, “el contacto con las partes y testigos, humaniza el proceso y
permite una mejor evaluación de los valores en juego” (Sagüés)
17
El sistema de procesos por audiencias promueve la celeridad en
la realización de cada uno de los actos procesales, porque los plazos
establecidos en la actualidad para la substanciación de dichos actos
son absorbidos en la misma audiencia. Una parte puede realizar
determinado acto procesal, la otra puede formular las objeciones que
considere pertinentes y el juez puede resolver inmediatamentexxxvii. La
consecuencia lógica de esta rapidez en la producción de cada acto es
la reducción de la duración general del proceso a un plazo razonable,
lo que permite una tutela judicial realmente efectiva.
Facilita la concentración
Como consecuencia de la celeridad en la realización de los actos
procesales, este sistema permite la acumulación de la mayoría de
dichos actos en la menor cantidad de audienciasxxxviii. La principal
ventaja de la concentración radica en el poco período de tiempo que
transcurre entre la producción de la prueba y el dictado de la
sentencia, porque de esta manera el juez puede tener más presentes
los elementos probatorios que han de formar su convicción.
Evita el exagerado formalismo
En el sistema de procesos por audiencias los actos procesales se
producen verbalmente. Esto libera a las partes de tener que sujetarse
a determinadas solemnidades en el momento de realizar dichos actos,
de manera que se evita el peligro de darle mayor importancia a las
formas que al contenido esencial de determinado acto procesal.
xxxiii
"(los principios) están cruzados por un factor de necesariedad que exige, no propone
ni sugiere, que la construcción del proceso civil se realice a partir de determinados
fundamentos que sirven de punto de partida esencial al diseño procesal civil consecuente.
Pues bien, esta necesariedad no está presente, por mucha importancia que se les asigne
por la doctrina, cuando de la oralidad o la escrituración hablamos. (...) Se trata entonces
de simples reglas procesales, que pueden o no estar presentes en la concreta
19
configuración que se haga de un determinado proceso civil." (Palomo Vélez, 2004)El autor
realiza un exhaustivo análisis del tema entre los parágrafos 46 a 59 de su trabajo.
xxxiv
Las definiciones de la RAE dicen: “Oral”: “Que se manifiesta o produce con la boca o
mediante la palabra hablada” y Audiencia “1.Acto de oír las personas de alta jerarquía u
otras autoridades, previa concesión, a quienes exponen, reclaman o solicitan algo./ 2.
Ocasión para aducir razones o pruebas que se ofrece a un interesado en juicio o en
expediente.” (RAE)
xxxv
El Dr. Eduardo Oteiza, profesor de Derecho Procesal en la Universidad de La Plata
(Argentina), recuerda al eminente maestro MAURO CAPELLETTI en una ponencia
realizada con ocasión del VIII Congreso Internacional de Derecho Comparado (Pescara
del 29 de Agosto al 5 de Septiembre de 1970), donde éste último explica el concepto de la
IDEA SIMBOLO DE LA ORALIDAD como un concepto que excede en gran cuantía el
estudio sobre las proporciones de actuaciones orales o escritas de cada ordenamiento ya
que ese ideal se refiere mas bien a la forma de concebir el proceso y la relación entre el
juez y las partes; de allí que Oteiza haciendo una interpretación extensiva de éste
concepto concluye que “la idea símbolo de la escritura convive mejor con el absolutismo o
con sus formas modernas de autocracia que un proceso tributario de la idea símbolo de la
oralidad”.
xxxvi
Marín Boscán prefiere este término al de oral por entender que marca más claramente
su tesitura mixta, incorporando elementos escritos y orales. El autor, además, afirma que
todo proceso será necesariamente mixto y cita a Chiovenda, Vescovi y Couture en apoyo.
(Marín Boscán, 2006)
xxxvii
La oralidad exige que las resoluciones interlocutorias que se dictan en el transcurso
del pleito sean inapelables. (…) “Esto es que el fallo del incidente no sea recurrible
separadamente del fondo” (…) (Palomo Vélez, 2004).
xxxviii
Cumpliendo así con el principio de economía procesal, que resulta ser comprensivo
de todas aquellas previsiones que tienden a la abreviación y simplificación del proceso
(Palacio, 2008).
xxxix
La actual formación universitaria crea en el alumnado una mentalidad adversarial que
resulta perjudicial para el funcionamiento armónico del sistema, con la excusa de
prepararnos para el cruel ejercicio de “nuestra profesión”. Lo cierto es que no se logra ni
lo uno ni lo otro ya que por tendencia innata nos orientamos al choque o la confrontación
incluso, a veces inventando pruebas de donde no las hay para demostrar en un magnífico
escrito “nuestra verdad”, lo cual sería un tanto más difícil si en vez de pensar
calculadamente esos hechos inexistentes, con el consecuente tiempo que ello insume,
debiéramos preocuparnos por decir la verdad por miedo a que el juzgador pudiera
descubrir en nosotros un ápice de falsedad. Falta además una formación en los recursos
y métodos propios de la Oralidad, así como en la explotación de las posibilidades que
genera (uso de infografías, por ejemplo) (Flammá, Penna, & Bovino, 2009).
xl
El proceso oral requiere para su correcta implementación, una capacitación adecuada,
no solo inicial, sino también continua, que abarque a todos los partícipes del
procedimiento judicial.
20
Título IV - La Justicia de Proximidad como
medio para implementar el Proceso Civil por
Audiencias.
21
doctrina procesalista internacional. Sobre ambos temas hay
innumerables proyectos tanto en la Argentina como en el resto de los
países del mundo. A raíz de la investigación realizada por los autores,
se halló una conexión entre ambos institutos, y la utilidad en que
deriva el hecho de instrumentar los Juzgados Proximidad como la
primera etapa de un plan de reforma integral del sistema que nos
permita llevar la Oralidad al Proceso Civil.
Se cree que un renacer de la justicia de proximidad puede ser
fundamental en tal sentido, dadas las peculiaridades de este sistema,
que analizaremos a continuaciónxliii. Antes de comenzar, es de gran
relevancia comprender qué consideramos por justicia de proximidad,
la misma consiste en una opción para el justiciable para la resolución
de controversias cotidianas de poca cuantía, a través de un
procedimiento sencillo, poco formal, de bajo costo y con cercanía
geográfica.
23
legisladores y doctrinarios, que estarían más preparados para el
estudio del desarrollo del plan.
En esta progresión será necesario eventualmente instrumentar
un cambio global, que habrá de incluir la modificación de la
infraestructura del poder judicial, un cambio esencial en la legislación y
además la reestructuración del capital humano creando nuevos cargos
de jueces y reduciendo la cantidad de operarios que dependen de él,
entre muchos otros aspectoslii. Evidentemente la complejidad será
creciente en cada etapa. Pero todo esto tiene carácter secundario, ya
que, lo importante es dar seguros el primer paso.
xli
En palabras de Couture, el nuestro es un proceso “desesperadamente escrito”, que
insume un tiempo desmesurado. Las formas se han transformado en un fin en sí mismas
y no son ya un instrumento al servicio de los derechos sustanciales. Debemos mirar la
realidad con consciencia y advertiremos que el expediente es hoy más importante que el
propio objeto del litigio.
xlii
(Morello, La justicia, de frente a la realidad, 2002). También el art. 8 de la Convención
Americana de Derechos Humanos utiliza este término.
xliii
Utilizamos esta palabra por entender que la misma se identifica con lo que hace no
mucho tiempo se denominaba “”justicia de paz”, si bien con un cierto aggiornamiento
producto de la evolución doctrinaria y el devenir histórico. Sobre ambos temas existe una
gran cantidad de escritos. Evitaremos entrar en la caracterización puntual y reglamentaria
del tema, limitándonos a indicar aquellos puntos que muestran cómo estos pueden
funcionar como primer paso en el avance de la oralidad.
xliv
(Falcón, 2006). Brasil tiene una experiencia positiva en tal sentido. En contra: Hazard y
Taruffo al analizar el sistema en los Estados Unidos observan que “ideal perseguido por el
procedimiento para los small claims no se ha realizado nunca”. Los motivos que
encuentran para esto tienen fuertes connotaciones culturales, especialmente en cuanto a
que los ciudadanos comunes huyen al conflicto directo para defender de sus derechos.
(Hazzard, Taruffo, & Inchausti, 2006). Sin embargo, el factor que ellos encuentran
preponderante en este resultado está en ciertos rasgos socio-culturales que son
diferentes en nuestro país: Argentina sí tiene instituciones tradicionales afianzadas (y
mucho) en la sociedad.
xlv
Creemos conveniente la asistencia letrada por las siguientes ventajas: 1)Mayor control
de la actividad judicial puesto que sólo quien conoce el derecho es capaz de asegurar el
imperio de la legalidad y la efectividad de la garantía del debido proceso (Hazzard,
Taruffo, & Inchausti, 2006)Evidentemente si le damos mayores facultades a los jueces es
necesario que instrumentemos un mayor control de ese activismo judicial. 2) Las partes
normalmente desconocen el encuadre jurídico, lenguaje técnico y muchos otros aspectos
del proceso. Las problemáticas de este resulta incomprensible para un ciudadano común,
lo cual tiende a generar en ellos una sensación de insatisfacción.
xlvi
Tal como se instrumentó en Europa, Brasil y en Argentina se halla vigente para el
procedimiento de defensa del consumidor.
xlvii
“Los procesos judiciales están pensados para las grandes causas” - Ricardo Luís
Lorenzetti, actual presidente de nuestra Corte Suprema viene impulsando desde hace
tiempo una reforma integral del Sistema Judicial Argentino. En éste punto sobre Justicia
de Proximidad ha dejado sentado el criterio de que es necesaria la actuación conjunta de
los tres poderes del estado en aras de lograr el tan ansiado objetivo de que los jueces
resuelvan más rápidamente las cuestiones sencillas y que el justiciable no deba esperar
años para obtener una respuesta a su pretensión.
xlviii
Esto se aplica tanto al abogado litigante como al que busca realizar una carrera dentro
del Poder Judicial. Así, la magistratura en juzgados de proximidad sería el punto de
entrada.
xlix
En Europa se utilizan las videoconferencias y se implementó el envió por e-mails en el
proyecto de Juzgados de Escasa Cuantía (Silvosa Tallón) y (Reglamento CE 861/2007)
En Brasil los Juzgados Especiales Federales funcionan íntegramente por medios
electrónicos, dispensando al máximo el uso de papel; es más la justicia brasileña creó y
desarrolló un sistema específico, llamado “e-proc” para explotar al máximo los tiempos
del tribunal. Este proceso electrónico permite anexar archivos digitales de MP3 (formato
de audio) y también de MP4 (audio y video). Las audiencias pueden ser totalmente
gravadas en este formato digital, permitiéndose a las partes y a los jueces de segunda
instancia ver los que ocurrió en la primera etapa (Marinoni L. G.). Si bien los fines son
diferentes, al igual que las realidades sociales y económicas, creemos necesario tener
especial atención a las posibilidades que brindan las nuevas tecnologías.
24
l
Queremos resaltar con esto la necesidad de que las reformas no sean simple producto
de la iniciativa de un sector social o poder del Estado. Creemos que el proceso entre la
planificación y sanción de una reforma es tan importante como el que se produce desde
esta última hacia el futuro. El caso de Uruguay marca con claridad la necesidad de lograr
consenso entre la triada de poderes del Estado para la implementación de este tipo de
reformas, así como la necesidad de planearlas cuidadosamente (Por ej.: en este país se
creó la Escuela Judicial dos años antes de implementar la reforma, con el objetivo de
capacitar a los operadores). La provincia de Rio Negro tuvo también una experiencia
valiosa en este sentido (Lutz). En cambio, el intento de reforma en la provincia de
Corrientes, fracasó justamente debido a la falta de consenso de los operadores, en
particular de los abogados litigantes, lo cual llevó a la suspensión de la misma por decreto
24/2000 (de los Santos, 2007)
li
En efecto, debemos considerar el éxito obtenido por nuestra hermana República Oriental
del Uruguay como el mejor ejemplo a seguir en materia de estrategia para la concreción
de un Reforma Integral del Sistema de Justicia, ya que la situación del proceso civil
uruguayo antes de su reforma no era muy distinta a la que actualmente existe en la
mayoría de los países latinoamericanos. Hasta la entrada en vigor del Código General del
Proceso en 1989, el proceso civil en Uruguay padeció de todos los males del proceso
heredado de la época colonial.
La trascendencia de la reforma uruguaya se debe a su vez a que, en éste país, rige casi
sin modificaciones el modelo propuesto por el Instituto Iberoamericano de Derecho
Procesal, lo que nos permite conocer cómo ha venido funcionando en la realidad esta
propuesta. Esta conclusión la extraemos de las palabras de Santiago Pereira Campos ya
que en realidad “no se trata de un modelo “uruguayo”, sino de la implantación en Uruguay
de un modelo construido aprobado por la más destacada doctrina procesal internacional,
al que se le respetaron todos sus principios y estructuras fundamentales, incorporándole
tan solo algunos cambios para adaptarlo a la realidad nacional”.
lii
Indudablemente, los magistrados han de recibir para el funcionamiento de un sistema
oral y de proximidad una formación diferente a la que reciben en la actualidad. Habrá que
valorar los conocimientos que tenga el juez de la comunidad en qué se inserta, sus
habilidades comunicacionales y enfáticas, su conocimiento de lenguaje corporal,
implementación de métodos de solución alternativa de conflictos. También creemos que
se debería analizar la capacidad de liderazgo y otorgar a los jueces herramientas y
personal especializado para la solución y optimización de los recursos materiales y
humanos (Lic. en Recursos humanos, comunicólogos, etc.). Las Escuelas Judiciales han
demostrado ser muy útiles en este sentido, colaborando con la formación y
perfeccionamiento de funcionarios, empleados y aspirantes. Uruguay tiene una
experiencia muy positiva y en igual sentido se han expedido los miembros de la Unión de
las Naciones Sudamericanas (UNASUR).
25
Conclusión
26
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