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Segundo Informe de Lectura: “Capitalismo Histórico”1

Economía y Sociedad
Valentina Saavedra Quilodrán

A continuación se presenta un informe de lectura, donde se abordarán los


aspectos que fueron considerados más relevantes del análisis que presenta el
autor acerca de las lógicas de comportamiento del sistema capitalista.
Cabe señalar que el autor toma el sistema mundo capitalista como unidad
de análisis que permite el estudio de lo social, entendiendo aquello como, el
comportamiento de las sociedades. Y a su vez, dicho abordamiento puede ser
analizado desde una doble interrogante: Lo macro y lo micro, intentando orientar
su análisis a determinar cuánto de lo micro se pudiese explicar en función de las
transformaciones que sufre de la estructura del sistema mundo capitalista.
Dichas transformaciones darán cuenta del carácter histórico de los sistemas,
aquellos emergen, se consolidan y desaparecen, por tanto se hace necesario
abordar los procesos de transición de dichas etapas.
Por todo lo anterior, la combinación de la especialidad – temporalidad
conforman un sistema mundo histórico que ejemplifica el cómo se enfrentó el
estudio de una sociedad en particular. Tanto a nivel de fenómeno, comunidad,
región, país, continente, mundo. Podemos decir entonces que para comprender
un fenómeno particular hay que necesariamente ampliar el análisis a la estructura
que rige dicho fenómeno.
Para comprender el capitalismo histórico debemos caracterizarlo como
sistema único, con características particulares que lo diferencian del resto de los
sistemas económicos y sociales que han estado presentes en la historia de la
humanidad. Es por ello que considero relevante abordar el texto de Wallerstein
desde las características particulares del sistema mundo capitalista.
La primera de ellas dice relación con el fundamento principal del sistema
capitalista, este dice relación con la incesante acumulación de capital. Es decir, el
sistema capitalista no es particular porque exista simplemente la acumulación,
sino que lo particular como fenómeno es que la acumulación será un elemento
que permita la obtención de más bienes acumulables, por tanto, la acumulación
por la acumulación se vuelve el principio fundamental de este sistema y será, a si
vez, la lógica con la que se dinamiza la sociedad capitalista.
Otro elemento importante, es la división del trabajo, en tanto, centro y
periferia, lo que finalmente dará como resultado, el intercambio desigual entre
aquella división geopolítica (centro-periferia). En su configuración, el capitalismo
reconoce una periferia, donde el mecanismo de acumulación es menos acelerado,
y por ello se produce el intercambio desigual. Por tanto, el sistema capitalista
necesita de la existencia estructural de la periferia. Esto quiere decir que, no
pudiera existir el sistema capitalista sin periferia, el mismo sistema tiende
siempre a generar más zonas periféricas. Por ello, el sistema sólo puede

1
IMMANUEL MAURICE WALLERSTEIN, “EL CAPITALISMO HITORICO”, SIGLO XXI EDITORES,
CIUDAD DE MÉXICO, 1988
reproducirse gracias a la existencia de esta diferencia; diferencia a su vez
estructural.
Un tercer elemento constitutivo del sistema capitalista es la relación
continua que existe entre la mano de obra no asalariada y otra salariada. Ya que,
las economías domésticas descansan en una fuerza de trabajo familiar
(vinculación parental) que controlan un recurso que se transforma en producto
usado para satisfacer sus necesidades, muchas veces dicha producción genera
excedente que es intercambiado. Si esto no fuera así, estos individuos sólo tienen
la posibilidad de vender su fuerza de trabajo. En la medida que el sistema
capitalista iba tornandose modelo imperante, dichas unidades productivas
domésticas tendían a desaparecer, pero sin embargo la transición de mano de
obra no asalariada a mano de obra salarida, era aquel modelo que le convendría
al sistema capitalista, es decir la mano de obra semi proletaria, ya que ella logra
bajar el salario requerido, sirviendo a su vez como medio de presión para la
fuerza de trabajo del centro. Wallertein sostendrá que la tendencia a la
proletarización será una lucha que librarán los mismos individuos en pos de
conseguir mayores oportunidades ofrecidas por el sistema.
Un tercer elemento, que personalmente a mi me causó mayor sorpresa, es
la correspondencia que existe entre los límites de la economía mundo y un
sistema instrumental de salarios. Y en este punto inevitablemente se tiene que
abordar el papel que cumple el Estado como entre regulador de las relaciones que
se generan en esta economía mundo. Su papel no es menor dado que él aporta
con el disciplinamiento de las fuerzas de trabajo, poniendo límites, también, a la
circulación de la mano de obra. Por tanto, cuando se señala que en el sistema
capitalista el Estado como agente mediador y reglamentador de las relaciones
sociales, pierde relevancia, es meramente una cuestión de carácter ideológico. La
conformación del modelo del Estado de bienestar será una forma de consolidar el
sistema capitalista, podemos señalar como ejemplo a las reformas agrarias, por
tanto en esa fase del sistema el surgimiento de un Estado de bienestar es
meramente instrumental, es decir, al servicio de la consolidación del mismo
sistema. Hoy, en cambio, el sistema capitalista arremete contra el Estado de
bienestar, conformándose en la actualidad un Estado con claros rasgos clasistas.
Se debe hacer referencia también a la importancia de entender a este
sistema como histórico, y como todo proceso histórico es de construcción
humana, es ahí donde se abre la puerta a la transformación. Esta lógica escapará
de la noción que naturaliza el proceso del sistema capitalista y deja manos atadas
al ser humano que tienda a construir utopía que tiendan la transformación de la
realidad. Los límites temporales que establece Wallerstein para el capitalismo son
desde el siglo XVI, hasta nuestros días. Iniciándose este sistema en una región
particular del mundo (Europa) pero extendiéndose por todo el mundo a partir de
expansiones sucesivas, por tanto, podemos decir que es un sistema que de forma
progresiva coordina al mundo en su dinámica. Puede ser violenta, convivir con
otras formas, o fusionar formas preexistentes para su propia continuación,
podemos señalar como ejemplo de ello, a las economías campesinas.
Otro elemento importante de abordar es la existencia, dentro de las
economías mundo capitalistas, de Estados hegemónicos, es decir que el sistema
gira en torno a un Estado central. La hegemonía interesa particularmente como
estilo de vida, la hegemonía no puede ser entendida como meramente política,
sino que es también cultural, controlando también las formas en que entendemos
el mundo, dichas formas se caracterizan por ser totales, pero breves. Así como
también se vuelve total el carácter no primordial que tiene el Estado, la familia,
los grupos étnicos. Siendo estas invenciones ad hoc que pone el sistema para su
desarrollo, estando todos los elementos a disposición del fundamento de este
sistema, acumulación que logre la obtención de más acumulación.
Los últimos dos elemento que serán abordados es la importancia del
racismo y del sexismo para la consecutiva reproducción del sistema y el
surgimiento de movimientos antisistémicos. El primero de estos elementos, nos
lleva a definir al ingreso como un conjunto de bienes y servicios que permiten la
reproducción de una unidad, donde los distintos miembros del grupo participan.
La familia y los grupos domésticos fueron privados de los medios de producción
obligándolos a convertirse en fuerza de trabajo. Es aquí donde se produce y
reproduce una diferencia entre el trabajo masculino productivo y el trabajo
femenino doméstico improductivo. En cuanto al factor racista, su sentido radica
en destruir la unidad de los proletarios como contenedor de las demandas de los
sujetos, y así como también la atribución de habilidades productivas
diferenciadas.
En cuanto a los movimientos antisistémicos ellos tiene un doble y
contradictorio impacto en las lógicas sistémicas, ya que lo debilitan y refuerzan
simultáneamente el capital. Logrando atacarlo en ciertos niveles, pero la reacción
del sistema posibilita que este se refuerse. No hay que entender su
funcionamiento solo a nivel estructural, sino también político, son las historias de
las derrotas, sin embargo el sistema capitalista nunca será el mismo tras la
derrota de algún movimiento antisistémico. Serán el patrón de tendencias
seculares y ciclos donde se hacen visibles las contradicciones que irán
transformando el sistema y que finalmente lo llevarán a la destrucción.

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