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TALLER EN EL CUADERNO

1. A partir del texto, elabore un mapa conceptual (teniendo en cuenta cada subtítulo)
2. Por cada subtítulo formule una pregunta y respóndala según el texto. (No según su criterio)
3. A partir del texto elabore un escrito donde fije su postura frente a la propuesta de Foucault en contraste con el
proceder de la “justicia” colombiana. (Mínimo una hoja)

¡Piense!

M. FOUCAULT
Una visión crítica de la civilización europea.
Protesta generalizada contra los suplicios. 2ª mitad del s. XVIII
Necesidad de Castigar sin Suplicios

http://www.mgar.net/docs/foucault.htm

Durante el siglo XVIII se produce la crítica a los modos de


castigo, por parte de juristas, filósofos, magistrados, etc. los
cuales buscan nuevas formas o modos de castigo que no
muestren la tiranía del poder ni la desesperación de las víctimas,
abandonadas a una sed de venganza por parte del poder
establecido. La condición "humana" de los delincuentes se ha de
hacer respetar con el abandono de métodos de castigo que
impliquen el suplicio símbolo de barbarie. La "humanidad" ha de
ser la "medida" que de pie al camino de la benignidad dentro del
aparato judicial. Desde fines del siglo XVIII se produce una
sensible disminución de los crímenes de sangre reemplazados
por un aumento de los delitos sobre la propiedad por parte de
una delincuencia más organizada e individualista, profesional, consecuencia de una
modificación de la economía, elevación del nivel de vida, crecimiento demográfico,
necesidad de seguridad como consecuencia, aumento del robo. Se desarrolla una
aparato policíaco que impida el desarrollo de una criminalidad organizada. Aunque
los suplicios aún son frecuentes, los reformadores ya atacan la justicia tradicional, su
irregularidad y el exceso y abuso de los castigos. Se produce la discusión sobre la
organización del poder judicial. Poder "desnaturalizado" por la venta de jueces, los
privilegios, la irregularidad en la justicia penal, la justicia en los diferentes conflictos
se ve interferida por los privilegios de los señores, de los tribunales soberanos,
muchas son las manos que pretenden la administración de la justicia incluso al
margen del procedimiento regular de la justicia, conflictos internos de competencias,
intereses particulares, etc. Los reformadores critican la mala distribución del poder
jurídico que lleva a sentenciar arbitrariedades, exceso de poder tanto de los jueces
como del soberano que puede suspender el curso de la justicia, distribuir, modificar
decisiones, etc. Un sobre poder monárquico que identifica el derecho de castigar con
el poder personal del rey, unos magistrados propietarios de sus cargos, indóciles
llevan a conflictos de poder y jurisdicción, unas veces indulgente e insegura, otras
precipitada y severa. El verdadero objetivo de la reforma no es tanto fundar un nuevo
derecho de castigar a partir de principios más equitativos, sino establecer una nueva
"economía" del poder de castigar, mejor distribución de este poder.
Ilegalismos en el Antiguo Régimen y reforma penal del
s.XVIII.

CONSTITUCIÓN DE UNA NUEVA ECONOMÍA Y


TECNOLOGÍA DEL PODER DE CASTIGAR
Los reformadores critican el exceso de castigar y su irregular
aplicación:

• Los oficios de juez se venden


• Confusión entre legisladores y el administrador de justicia
• Privilegios que vuelven desigual el ejercicio de la justicia
• Irregularidad en las instancias encargadas de su cumplimiento: - Hay una
justicia para los religiosos - Tribunales especiales para los poderosos - La
policía tiene funciones judiciales - El poder del rey

Esta multitud de instancias se estorban unas a otras a causa de conflictos internos


de competencia, intereses particulares, políticos, económicos. La acusación tiene
exceso de poder, el acusado está indefenso. Los hombres del rey tienen exceso de
poder, pueden suspender el curso de la justicia. El poder monárquico identifica el
derecho a castigar con el poder personal del soberano. Hay que descentralizar el
poder y no dividirlo entre unas instancias que se oponen unas a otras. La reforma ha
sido preparada en lo esencial desde el interior, por un gran número de magistrados. ·
El rey no puede ingerir en la justicia · Separación del poder legislativo y judicial ·
Castigar mejor, no menos. La reforma combate los ilegalismos que estaban
frecuentemente arraigados en la sociedad, excepto para los más desfavorecidos.
Estos tenían ciertas paradojas: "La reforma penal nació en la conjunción de la lucha
contra el sobrepoder del soberano y la lucha contra el infrapoder de los ilegalismos
conquistados". Las razones de la reforma son:

• Nuevas técnicas del castigo


• Nuevos principios reguladores
• Extender el arte del castigo universalmente
• Homogeneizar el ejercicio del castigo
• Disminuir el coste económico del castigo y aumento de la eficacia
• El criminal aparece como el que ha roto un pacto, volviéndose enemigo de la
justicia. La reorganización es tan fuerte, que se vuelve el castigo aún más
terrible; pronto se clama por parte de la sociedad el cese de tales
crueldades, se clama un trato más humano con el criminal, regularizando los
efectos del poder.
• El daño del criminal debe ser castigado, pues si no, puede volver a repetirse
• El castigo va en proporción al daño causado a la sociedad.
• La pena hay que calcularla no en función del crimen, sino de su repetición
posible.
• Hacer de modo que el malhechor no pueda tener ni el deseo de repetir, ni la
posibilidad de contar con imitadores.
• El castigo debe mirar el porvenir y una de sus funciones mayores el prevenir.

El castigo más que intenso debe de estar repartido por todas partes
homogéneamente, y de manera continua; ha de ser más regular, más eficaz y
constante, disminuyendo su costo económico y político. Esta reforma es iniciada
desde dentro del mismo aparato judicial por parte de algunos magistrados y juristas
que le delinearon en líneas o principios generales. Busca poder jugar sin la
intervención de la soberanía, independiente de las relaciones de propiedad, que no
dependa de los privilegios. Su objetivo es hacer del castigo y de la represión de los
ilegalismos una función regular, coexitiva a la sociedad, castigar mejor aunque con
una severidad atenuada, con más universalidad. Introducir el poder de castigar más
profundamente en el cuerpo social. Es una nueva política ante los ilegalismos del
Antiguo Régimen donde los diferentes estratos sociales tenían cada cual su margen
de ilegalidad tolerada, eran privilegios concedidos a individuos y comunidades. Hasta
las clases más desfavorecidas se beneficiaban de los márgenes concedidos por las
leyes dentro de un marco de tolerancia; la criminalidad se fundaba en un amplio
ilegalismo; el juego recíproco de los ilegalismos formaba parte de la vida política y
económica de la sociedad. Pero ya en el siglo XVIII el proceso tiende a invertirse,
con el aumento de riqueza y el empuje demográfico el blanco general del ilegalismo
popular, ya no son los "derechos" sino los bienes, el robo tiende a desplazar al
contrabando y la lucha armada contra los agentes del fisco. Ahora esas tolerancias
que el pueblo había conseguido les son negadas y perseguidas, se produce una
represión rigurosa del ilegalismo. Se hace necesario ante este clima de cambio de
actitudes, controlar y hacer entrar en el código todas las prácticas ilícitas, definir y
castigar las infracciones que en esa masa de irregularidades toleradas y sancionadas
de manera discontinua, determinando que es infracción intolerable y que castigo le
corresponde. La economía de los ilegalismos se ha reestructurado con el desarrollo
de la sociedad capitalista. Esto se traduce en una especialización de los circuitos
judiciales: para los ilegalismos de bienes (robos) los tribunales ordinarios y los
castigos, para los ilegalismos de derechos (fraudes) más jurisdicciones especiales
para la burguesía. Se precisa de una estrategia y técnicas de castigo que
reemplacen las antiguas; la reforma penal ha nacido entre la lucha del sobrepoder
soberano y la lucha contra el infrapoder de los ilegalismos conquistados y tolerados.
Dentro de esta reforma penal que critica los suplicios es la humanidad de las penas
la regla en que se basan los castigos fijando límites a unos y otros. La nueva
legislación criminal se caracteriza por un suavizamiento de las penas, una
codificación más clara, una disminución de la arbitrariedad y una coacción más
rigurosa para mantener su nueva ordenación. El fin es encontrar nuevas técnicas
para adecuar los castigos y adaptar los efectos, regulación de los castigos, disminuir
su costo económico y político aumentando su eficacia. El criminal es enemigo de la
sociedad y el delito ataca a la sociedad entera. La sociedad entera se halla presente
en su castigo del delito. El castigo penal es pues función generalizada. El derecho de
castigar ha sido trasladado de la venganza del soberano a la defensa de la sociedad.
Pero el castigo es más moderado, mas humano ya que la justicia anterior trataba de
manera inhumana al fuera de la ley. El castigo es para prevenir posibles delitos
similares y debe tener como objetivo las consecuencias del delito. La proporción
entre la pena y la calidad del delito está determinada por las influencias que tiene
sobre el orden social el pacto que viola. La pena se calcula en función no del crimen
sino de su posible repetición.

Reglas para la nueva técnica del castigo:


Técnica de los signos punitivos

"Prevenir" justifica el derecho a castigar y hay que castigar lo suficiente para


impedir la reaparición del delito. La técnica de los signos punitivos es para
los reformadores un instrumento económico y eficaz para reducir el campo
de los ilegalismos.

1. REGLA DE LA CANTIDAD MÍNIMA: El castigo debe ser superior al beneficio


del crimen, Se comete un crimen porque procura ventajas. Si se procura a la
idea del crimen la idea de una desventaja mayor, cesaría de ser deseable.
2. REGLA DE LA IDEALIDAD SUFICIENTE: El castigo se debe basar en la
desventaja que se le presenta al criminal a la hora de hacer un crimen, no en
el dolor físico del cuerpo. El castigo no tiene que emplear el cuerpo sino la
representación, el recuerdo de un dolor puede impedir la recaída, lo que
debe llevarse al máximo es la representación de la pena, no su realidad
corporal
3. REGLA DE LOS EFECTOS LATERALES: La pena debe actuar más
intensamente sobre los que no han cometido la falta. Si se pudiera tener la
certeza de que el culpable es incapaz de reincidir, bastaría con hacer creer a
los demás que ha sido castigado. Entre las penas y la manera de aplicarlas
en proporción a los delitos, hay que elegir los medios que hagan en el ánimo
del pueblo la impresión más eficaz y duradera y así como la menos cruel
sobre el cuerpo culpable.
4. REGLA DE LA CERTIDUMBRE ABSOLUTA: Es preciso que la acción
criminal vaya asociada a la idea de un castigo determinado. Esto determina
que las leyes sean claras y se publiquen, teniendo todo el mundo acceso a
ellas. Estas deben ser inexorables y los ejecutores inflexibles.
5. REGLA DE LA VERDAD COMÚN: (Inocente hasta que se demuestre lo
contrario) El antiguo sistema de pruebas legales, basado en la tortura y
confesión por la fuerza, las convertirá en semipruebas. Estas derivaran en
semiverdades y semiculpables. Una presunción llevaba aparejada un grado
de pena; la verificación del crimen debe obedecer a los criterios generales de
toda verdad. La verdad del delito no puede admitirse hasta que sea
enteramente probada y hasta la demostración final del delito, debe
considerarse inocente al inculpado.
6. REGLA DE ESPECIFICACIÓN ÓPTIMA: Calificación de todas las
infracciones clasificadas y reunidas en un código suficientemente preciso
para que cada tipo de infracción esté claramente presente en él. Un código
exhaustivo y explícito que defina los delitos y fije las penas. Pero también es
necesaria la individualización de las penas conforme a los caracteres
singulares de cada delincuente y elementos que permitan calificar el propio
acto. Variables como "circunstancias" o "intencionalidad" permiten calificar el
propio acto, así como el modo de vida, la forma de pensar, etc. Se trata de
que cada infracción particular y cada individuo punible puedan caer sin
arbitrariedad bajo el peso de la ley general. Los delitos se particularizan en la
más exacta gradación. El concepto de reincidencia aparece a fines del s.
XVIII, se les puede duplicar la pena, poner la máxima o la inmediata superior.
Poco a poco, la diferencia entre criminal primerizo y reincidente se hace más
importante. Aparecen el criminal pasional, irreflexivo, involuntario.

Se trata en suma de una serie de reglas que exigen la suavidad como una economía
calculada del poder de castigar. Se pide la no aplicación de ese poder al cuerpo, sino
que sea el espíritu el que reciba la representación del castigo.

Condiciones de las nuevas sanciones para el buen funcionamiento de éstas:

El arte de castigar debe apoyarse en una técnica de la representación. Encontrar el


castigo correcto a cada delito es encontrar la desventaja que impida al criminal el
deseo de delinquir. Es necesario estas condiciones:

• Ser lo menos arbitrario posible, para que la relación entre delito y castigo sea
directa Las penas deben ser naturales por institución: a quiénes abusen de la
libertad pública se les privará de la suya, la muerte castigará el asesinato,
etc.. Reformadores como Peletier, dice: "Son necesarias unas relaciones
exactas entre la naturaleza del delito y la del castigo". Las penas son crueles
y similares al Antiguo Régimen, pero el castigo deriva del crimen.
• Este juego de signos se basa en disminuir el deseo que hace atractivo el
delito, por temor al castigo. Así a los vagos no hay que encerrarlos, sino
obligarlos a trabajar. Al ladrón hay que enseñarle la maldad del delito que
comete al perder él mismo como castigo la libre disposición de sus bienes,
para que respete a los demás.
• Utilidad de una modulación temporal: La pena para ser útil debe ser temporal
y no permanente. Al ser temporal se puede reformar al condenado, si no
tuviera límite sería inútil. A aquéllos que no se puede reformar son a los
asesinos y traidores (el código de 1791 los condena a muerte). El resto de
penas deben tener un máximo de 20 años de prisión. Se prevé un
aligeramiento de la pena, conforme se va cumpliendo.
• El condenado tiene que ver en la pena, que perjudica a toda la sociedad y
por eso es condenado. Lo ideal es que el condenado fuera un esclavo al
servicio de todos, de ahí que los reformadores hayan propuesto siempre los
trabajos públicos como una de las mejores penas posibles.
• El castigo público debe ser entendible y el público sacar una lección de él.
Debe tener un ritual cuyo sentido ha de ser claro para todos. Cada elemento
de su ritual debe hablar, decir el crimen, recordar la ley, demostrar la
necesidad de castigo. Hay que hacer propaganda del castigo, no para
aterrorizar sino como lección para el pueblo. La pena aplicada en secreto es
pena perdida. Hay que llevar incluso a los niños para que aprendan.
• Esto invertirá el tradicional discurso del delito que reconoce al criminal un
cierto aire glorioso, contado en relatos populares. Con una buena ceremonia
de castigo, el crimen aparece como una desdicha y el malhechor como un
enemigo al que hay que reinsertar. La pena máxima será contra el parricida,
al cual se encierra sin ojos en una jaula colgada y alimentado a pan y agua
hasta el fin de sus días.

Incompatibilidad entre el concepto tradicional de


prisión y las nuevas técnicas de castigo:

La prisión de presenta como una pena más, no como la


forma general de castigo. Es el castigo específico de los
que atentan contra la libertad del individuo (rapto).
Deben cumplirse otras penas como el trabajo forzado.
La cárcel es criticada por los reformadores, porque es incapaz de responder a las
especificadas de los delitos; es también inútil y costosa a la sociedad: mantiene
ociosos a los criminales multiplicando sus vicios. La prisión es incompatible con esta
técnica pena - efecto. Actualmente la prisión ocupa entre la muerte y las multas casi
todo el campo de castigos posibles. Los trabajos forzados son una forma de cárcel .
Detención, reclusión, prisión correccional son nombres distintos de un mismo castigo,
una gran arquitectura cerrada y compleja, jerarquizada, que priva al delincuente de
su libertad. El teatro primitivo soñado en el siglo XVIII ha sido sustituido por el gran
aparato uniforme de las prisiones de toda Europa. Las penas se dividen en tres
formas de detención: el calabozo, donde la pena de encierro se agrava con diversas
medidas (soledad, falta de luz y alimentos, etc.) La Gêne donde estas medidas están
atenuadas y finalmente la prisión o encierro puro y simple. Todos los delitos son aquí
tratados de la misma manera y remedio modulada de acuerdo a su duración. La
prisión no es considerada una pena sino que es una garantía de que la persona
queda en prenda en persona y cuerpo, sólo es pena en casos como la sustitución de
la pena a galeras. Muchos critican la prisión como incompatible con una buena
justicia pero acaba imponiéndose como un caso que garantizase la pedagogía
universal del trabajo para aquellos que se muestran refractarios al mismo. Sus
ventajas son muchas desde el punto de vista económico para el estado que forma
así una multitud de obreros nuevos. Pronto una red de prisiones se extenderá por
toda Europa. Pronto todos los delitos son penados con la cárcel, en mayor o menor
grado y con penas adicionales. La transformación se produce al importarse el modelo
de prisión de América o Inglaterra. De las prisiones imaginadas por los reformadores,
se da paso a la realidad de la cárcel. · Duración de las penas en relación a la actitud
del preso · Trabajo obligatorio y común (la celda individual se utiliza como castigo) ·
Vigilancia contínua · Medidas para atraerlos al bien y apartarlos del mal · El modelo
inglés agrega el aislamiento, la promiscuidad en la prisión proporciona malos
ejemplos y posibilita la evasión, el chantaje y la complicidad en el futuro. · El
aislamiento hace recapacitar al condenado, apartándolo de las malas influencias. · La
prisión se convierte en un aparato para modificar a los individuos: Reformatorio

La prisión convertida en reformatorio:


El individuo, aislado de malas influencias reflexiona y encuentra en el trabajo solitario
un ejercicio tanto de conversión como de aprendizaje (moralidad). Se producirá una
transformación individual que devolverá al estado los individuos que había perdido.
El reformatorio es encarcelamiento con fines de transformación del alma y la
conducta, detención aislada, trabajo regular, influencia religiosa, todo ayuda al
individuo a corregirse y adquirir el hábito de trabajo. Este hecho tiene su retribución,
que además de ayudar a la prisión a autofinanciarse, ayuda al individuo por medio de
la retribución personal de los presos a reinsertarse moral y materialmente en la
sociedad y la economía. También se realiza un trabajo de modificación del espíritu
por parte de los inspectores que tratan de fortalecer en el individuo sus obligaciones
morales, haciéndoles ver la infracción que han cometido y el daño que han causado.
Lo animan a cumplir su deber con alegría y a conducirse decentemente, haciéndoles
esperar el acortamiento de la sentencia. Con su observación pueden solicitar el
perdón de aquellos que consideran reinsertables tras estas técnicas correctivas.
Estos principios generales se ponen en marcha en Inglaterra en 1779, cuando la
independencia de E.E.U.U. impide las deportaciones. Se proyectan dos
penitenciarías para aislar a los presos y someterlos a trabajos serviles. En Filadelfia
se abre una prisión (secta de los cuáqueros). La prisión se financia por el trabajo de
los presos, quiénes tenían su salario... El preso tenía un control estricto del tiempo y
estaba bajo una vigilancia ininterrumpida. La duración variaba según la conducta del
preso.La prisión americana recibe un informe de cada condenado. Es observado y
cada semana un inspector designa a quiénes se puede solicitar el perdón. La prisión
funcionará como un aparato de saber, que conoce a fondo a cada individuo. Puntos
de convergencia entre el aparato primitivo inglés y americano y todos los castigos
imaginados por los reformadores. Los reformatorios se atribuyen también la función
de evitar nuevos delitos, no la de borrar los hechos.

• Las penas estarán abiertas a las variables individuales


• Las diferencias están en el procedimiento de acceso al individuo
• Los reformadores hacen hincapié sobre las representaciones del castigo
• Las cárceles actúan sobre el cuerpo y el tiempo Los instrumentos utilizados
no son juegos de representación que se refuerzan y se hacen circular, sino
formas de coerción, esquemas de coacción aplicados y respetados. A finales
del s. XVIII encontramos tres maneras de organizar el poder de castigar:

• Funciona y se apoya en el derecho monárquico (la marca) Representa el


castigo como un ceremonial de soberanía - Venganza sobre el cuerpo del
condenado - El soberano aparece por encima de sus propias leyes
• Tiene una concepción preventiva y correctiva (el signo) Los juristas
reformadores utilizan el castigo para recalificar a los individuos. La institución
carcelaria utiliza el castigo como técnica de coerción, pone en acción
procedimientos de sometimiento del cuerpo, no signos.
• El aparato administrativo (el rastro)

Finalmente, Foucault se pregunta: ¿Cómo el modelo coercitivo, corporal, solitario,


secreto del poder de castigar ha sustituido al modelo representativo, escénico,
significante, público, colectivo?

Comentario de texto:
"Que las penas sean moderadas y proporcionadas a los delitos, que la
muerte no se pronuncie ya sino contra los culpables de asesinato, y que los
suplicios que indignan a la humanidad sean abolidos". La protesta contra los
suplicios se encuentra por doquier en la segunda mitad del siglo XVIII: entre
los filósofos y los teóricos del derecho; entre juristas, curiales y
parlamentarios; en los Cuadernos de quejas y en los legisladores de las
asambleas. Hay que castigar de otro modo: deshacer ese enfrentamiento
físico del soberano con el condenado; desenlazar ese cuerpo a cuerpo, que
se desarrolla entre la venganza del príncipe y la cólera contenida del pueblo,
por intermedio del ajusticiado y del verdugo. Muy pronto el suplicio se ha
hecho intolerable. Irritante, si se mira del lado del poder, del cual descubre la
tiranía, el exceso, la sed de desquite y el "cruel placer de castigar".
Vergonzoso, cuando se mira del lado de la víctima, a la que se reduce a la
desesperación y de la cual se quisiera que todavía bendijera "al cielo y a sus
jueces de los que parece abandonada". Peligroso de todos modos, por el
apoyo que en él encuentran una contra otra, la violencia del rey y la del
pueblo. (Foucault, M. Vigilar y castigar).

En el texto, Foucault viene a hacernos una crítica de la


civilización europea. Nos habla de una protesta
generalizada contra los suplicios y los modos de castigo
que se daban en la 2ª mitad del siglo XVIII. Se produce
una crítica, por parte de juristas, filósofos y magistrados,
sobre los métodos y las formas de castigo, y abogan por
nuevos métodos que no muestren la tiranía del poder, ni
la desesperación de las víctimas, abandonadas a una
sed de venganza por parte del poder establecido, donde la víctima no tiene opción a
defenderse ante la injusticia de los privilegios, y en busca de un castigo igualitario y
equitativo para los delincuentes de todas las clases sociales y acorde al delito
cometido. Los reformadores critican la mala distribución del poder jurídico que lleva a
sentencias arbitrarias, exceso de poder tanto de jueces como del propio soberano,
un sobrepoder monárquico que identifica el derecho de castigar con el poder
personal del rey. La reforma que pretenden los filósofos, y los teóricos del derecho se
basa en la constitución de una nueva economía y tecnología del poder de castigar.
Busca poder juzgar sin la intervención de la soberanía y que esta capacidad de
juzgar no dependa de los privilegios. Pretende hacer del castigo y de la represión de
los ilegalismos, una función regular, coexistiva a la sociedad. Es una nueva política
ante los ilegalismos del Antiguo Régimen, donde los diferentes estratos sociales
tenían cada cual su margen de ilegalidad tolerada, eran privilegios concedidos a
individuos y comunidades. La nueva reforma presentará al criminal como enemigo de
la sociedad, ya que el delito ataca a la sociedad entera. El derecho de castigar se
trasladará de la venganza del soberano a la defensa de la sociedad, los castigos
serán mas humanos, pues la justicia de la que nos habla el texto trata de manera
inhumana al " fuera de la ley ". El texto podemos encuadrarlo en los últimos años del
Antiguo Régimen, y lo que en realidad pretenden los reformadores es la supresión de
la sociedad estamental y la división de poderes (legislativo, ejecutivo y judicial) que
durante el Antiguo Régimen. eran ostentados por el Rey. Nos encontramos a las
puertas de la Revolución Francesa, (el texto nos habla de los Cuadernos de quejas,
que eran elaborados por los ciudadanos) que consiguió abolir la sociedad estamental
y la división de poderes. Foucault, filósofo contemporáneo, en su obra Vigilar y
castigar, nos hace una visión crítica de la sociedad europea desde el punto de vista
judicial.

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