Su padre se llamaba
Nicómaco al igual que uno de sus hijos. Nicómaco padre era médico personal del rey de
Macedonia Amintas III quien era a su vez padre del rey de Macedonia Filipo quien era a
su vez padre de Alejandro Magno. La madre de Aristóteles se llamaba Festis procedente
de Calcis donde luego muere Aristóteles exiliado. Tuvo dos mujeres, una hija con una y
un hijo con la otra. A los 17 años (367/6 a.C.) se traslada a Atenas y estudia en la
Academia de Platón, que estaba en Sicilia y Eudoxo lo reemplazaba. Continúa
estudiando allí durante 20 años hasta la muerte de su maestro en 347 a.C. Él iba a ser el
sucesor de Platón en la Academia pero Platón se la deja a un sobrino llamado Espeusipo
quien luego es sucedido por Jenócrates. Algunos conjeturan que esto generó una
desilusión en Aristóteles. La Academia cierra en el siglo V d.C.
A los 49 años Aristóteles vuelve a Atenas y abre el Liceo (o Perípato). Era un gimnasio
o santuario cercano al templo de Apolo Licio, que recibía subsidios de Macedonia. El
término perípathos en griego significa “lugar de paseo” lo cual tiene que ver con la
manera en que se impartían las enseñanzas. Se hacían andando, caminando. Por eso se
les dice los peripatéticos, los “paseantes”. Ésta escuela que funda Aristóteles pasa a ser
rival de la escuela de Isócrates que es un orador. El Liceo tiene carácter enciclopédico,
es un centro de investigación. Tenía alumnos como Teofrasto a quienes les encargaba
historiar el saber previo: historia de la matemática, de la biología. A Teofrasto le
encargó la historia de los físicos y él escribe Opiniones de los físicos el cual es una gran
fuente bibliográfica de los presocráticos. Él mismo es sucesor de Aristóteles en el Liceo,
cuando muere Aristóteles.
En 323 a.C. muere Alejandro Magno y resurge en Atenas un partido anti-macedónico
nacional ateniense con Demóstenes a la cabeza. Cuando este partido gana, Aristóteles se
convierte en un sospechoso porque a) es extranjero b) tenía grandes vínculos con
Macedonia. Entonces, en el 322 a.C. Aristóteles abandona Atenas y se refugia en Calcis
a los 62 años de edad, donde muere ese mismo año. Dijo que no quería que los
atenienses cometieran un segundo crimen contra la filosofía. El primero era Sócrates.
Jaeger piensa la formación intelectual de Aristóteles en 3 etapas: a) academia b) viajes y
c) madurez.
Contrariamente a Platón, las obras que tenemos de Aristóteles son las de circulación
esotérica o acroamática, para iniciados y de enseñanza oral. Pueden ser sus clases
preparadas tanto como apuntes de sus alumnos en el Liceo; luego fueron reunidas bajo
un título común como Política, Física, Metafísica, Ética Nicomaquea. Quien reunió
esas notas fue Andrónico de Rodas, S I a.C., el décimo sucesor de Aristóteles en el
Liceo. Esta ordenación artificial explica la aridez estilística propia de Aristóteles. Estos
tratados pueden ser ordenados según varios grupos: a) lógica b) ciencia o filosofía
natural c) metafísica d) filosofía práctica y e) retórica y poética. Aristóteles se ubica en
el período sistemático, puesto que su interés en las áreas del conocimiento es amplio.
c) Metafísica.
d) De filosofía práctica tenemos por ejemplo: Ética a Nicómaco, Ética Eudemia, Gran
Moral, Política, Constitución de los atenienses.
e) Poética.
El Método Diaporemático es un principio metodológico con vistas a lo que Aristóteles
llama “la ciencia que estamos buscando”. El texto central para su análisis es Metafísica
III-1. Este método se anuncia en la Metafísica pero no se limita a ella, sino que se puede
hacer extensivo al conjunto de las ciencias. El método consiste en tres momentos: a)
aporía b) diaporía y c) euporía. Comienza por enunciar que toda investigación tiene
que comenzar por hacerse cargo de las aporías con las que va a enfrentarse.
Aporía es una palabra griega que significa sin salida. Póros es camino o recurso. Aporía
también se puede traducir como duda, falta, carencia, dificultad, problema, cuestión.
Las aporías que suscita cualquier tema son las razones contrapuestas sobre el tema que
se investiga. El primer momento consiste en la identificación de las aporías sobre el
tema que se está investigando, la indecisión entre varias tesis posibles. El término aporía
puede pensarse en 2 sentidos:
a) Aporía como medio: según este sentido la aporía es un medio para desembarazarse de
dificultades perjudiciales. En este caso, la preocupación es de índole metodológica.
b) Aporía como una situación por naturaleza insostenible, es decir, una situación
aporética del sujeto. Quien está en aporía es comparable a un hombre encadenado, que
no puede avanzar. Si la aporía es paralizante, no sería conveniente que el filósofo
recomiende tal estado, es raro, puesto que no es un principio de búsqueda sino que es
inmóvil. Aubenque sostiene que es posible explicar tal situación acudiendo al sentido
socrático de aporía que designa el entorpecimiento del alma tras la refutación que
Sócrates realiza a las creencias de sus interlocutores además de la turbación del propio
Sócrates. “Estar en aporía y asombrarse es reconocer la propia ignorancia” (Aristóteles
en Met. 982b17). Siguiendo con Aubenque, no es correcto interpretar la aporía como
“igualdad de razonamientos contrarios” sino como el estado del alma resultante de la
toma de conciencia de una igualdad de razonamientos contrarios. En este sentido la
noción de aporía se aleja del primer sentido. Cabe destacar que la aporía como situación
no es sólo causada por las opiniones sino también por la cosa misma. Aubenque incluso
sostiene que en ambos casos, tanto en el que Aristóteles sea el primero en pronunciarse
sobre el tema como en el caso en que ya alguno antes haya dicho algo al respecto, la
problemática es de la cosa misma.
Algunos autores como J. Tricot sostienen que el concepto de aporía es simplemente un
mecanismo dogmático en el que el filósofo sabe de antemano cuál será la solución por
lo que el proceso de discusión aristotélico es simplemente una exposición ordenada-
pedagógica de una respuesta que se sabe de antemano. Sin embargo, como sostiene
Aubenque, en Met. IV Aristóteles distingue a los adversarios que hablan “por el placer
de hablar” (logou jarin) de aquellos que de buena fe llegan a concepciones erróneas
“como consecuencia de una dificultad real” (ek tou aporesai).
La palabra euporía supone el verbo euporeîn que significa “encontrar un buen camino”,
encontrar la salida, una buena salida. Entonces la euporía es la solución de la aporía. Se
puede entender en 4 sentidos:
b) Euporía como hipótesis probable o solución débil, una solución modesta, como es el
caso de la astronomía dado que los fenómenos visibles se encuentran muy alejados y se
vuelve difícil la observación.
c) Las opiniones contrarias tienen una fundamentación razonable, en tanto que hay que
aceptar más de una como plausible. Aristóteles también habla de “contradicción
razonable” en Ética Eudemia: los contrarios subsisten en tanto que zanjar tal
contradicción entre tesis sería erróneo ya que “la aporía del discurso revela
adecuadamente una pluralidad de aspectos en la cosa misma: para captar la cosa, en la
medida en que sea posible, en su totalidad, es menester entonces evitar resolver el
conflicto entre las tesis en juego y reconocer que cada una de ellas comporta una parte
de verdad” Aubenque en Sobre la noción aristotélica de aporía.
d) Euporía como una nueva aporía. En este sentido no se llega a una solución final, y se
requiere una indagación constante como es el caso del ser o de lo que es. Este último
sentido da lugar a una nueva pregunta que no es igual a la primera pero sigue siendo
aporética. Esta pregunta renovada echa luz sobre el asunto, una nueva perspectiva, una
elaboración más clara del problema. Vuelve a plantear el problema en un mejor estado
respecto de como se lo encontró.
Las críticas a la teoría platónica de las Ideas.
Tanto el Parménides como Sobre las Ideas son presentaciones de una posición crítica
en torno a las Ideas que se habían vuelto clásicos en el contexto de la Academia. En lo
que refiere a las críticas de Aristóteles, hay acuerdo en que son críticas internas. Fine
sostiene que Aristóteles sostiene que los argumentos a favor de la existencia de Ideas
sólo prueban la existencia de universales, ya que o prueban más de lo que pretenden
probar o prueban menos de lo que pretenden probar. No resulta probada la existencia
separada de entidades inteligibles. Aristóteles señala la contradicción que existe entre la
doctrina de las Ideas y la doctrina de los principios.
Diferencias entre Ideas y universales. Ambos son entidades distintas de los particulares,
constituyen los objetos básicos del conocimiento y se caracterizan por ser
imperceptibles y eternos. Sin embargo, las Ideas son también modelos perfectos y están
separadas de los particulares corruptibles. El universal, en cambio, sólo puede
concebirse como el predicado que se atribuye a entidades particulares y no subsiste sin
éstas. Aristóteles interpreta las Ideas como “particulares perfectos” en lugar de
propiedades.
Para explicar las disidencias de Aristóteles con Platón hay diversas posturas; algunos
autores como Cherniss sostienen que Aristóteles lee malintencionadamente a Platón
para refutarlo. Otros, que se basa en las doctrinas no escritas de Platón. Es posible
también que estas críticas se dirijan hacia los platónicos en general, no a Platón mismo.
Por último, Mársico propone que Aristóteles se hace cargo de las objeciones que se
realizan a la teoría platónica de las Ideas. Algunos argumentos de los que Aristóteles
postula en el Perì Ideôn pueden ser considerados altamente erísticos, puesto que
resultan de tomar al pie de la letra la teoría platónica de las formas. La teoría de las
formas dejaría la puerta abierta para una serie de críticas con errores categoriales de
mezcla entre el plano ontológico, lingüístico y gnoseológico que no son deseables.
Parece ser que los fundamentos de la teoría no están bien claros, no están los
argumentos fundamentales de la teoría que cierran el sistema. Aristóteles quiere mostrar
que los argumentos para postular Ideas son flojos, porque los primeros 3 que propone
no tienen gran maestría, son más bien simples y erísticos.
Aristóteles y Platón acuerdan en el punto de partida respecto de buscar lo que es por sí.
Sin embargo, Platón las pone en el plano eidético y Aristóteles en la ousía primera. Otro
punto en común es que esas entidades independientes son la piedra de toque de la
epistéme. Además, el requisito básico del conocimiento tiene que ver con la dimensión
causal.
No le parece útil a Aristóteles postular una nueva ousía para explicar una ousía ya dada.
El problema es que Platón no les otorga el status ontológico de ousía a los individuos.
En cambio, dado que Aristóteles sí lo hace, no acuerda en tal duplicación porque una
cosa nunca puede estar explicada por otra que esté en su mismo rango ontológico; la
causa tiene que estar por encima de aquello que está bajo su dependencia. La razón de
esta interdicción es que si se postula como causa algo que está en el mismo nivel que lo
que se quiere explicar hay un hueco epistemológico que impide alcanzar una genuina
explicación porque obliga a dar una nueva causa que dé razón de ella, y así ad infinitum.
Vale destacar que para Platón, las Ideas son causa de que las cosas sensibles posean X
propiedad, esto genera tangencialmente que se piense a la inversa: si hay una cosa
sensible, entonces hay una Idea causa de ella. Según la propuesta de Mársico,
Aristóteles se hace cargo de las críticas a la teoría de las Ideas, mostrando positivamente
cuáles son los problemas y cómo hay que resolverlos. Al final, propone que es mejor
reducir el status ontológico de la Idea a la noción de universal.
Sobre las Ideas es un tratado del cual han llegado sólo fragmentos, puesto que es una de
las obras exotéricas de Aristóteles. Estos fragmentos han sido reconstruidos
parcialmente sobre la base de las evidencias que se poseen. La principal fuente es
Alejandro de Afrodisia quien transcribe una serie de pasajes al comentar el capítulo 9
del libro I de Metafísica. El tratado existió y circuló durante el período helenístico, que
Alejandro atribuye a Aristóteles.
Sobre las Ideas contenía dos libros y eran anteriores a Metafísica A9 porque allí
Aristóteles resume algunos argumentos del Sobre las Ideas. En general hay acuerdo en
que es anterior a los últimos diálogos de Platón: Timeo, Sofista, Político y Filebo. La
obra es un escrito temprano del período académico de Aristóteles, posterior al
Parménides y anterior a la muerte de Platón; la fecha sería entre el 360 y 357 a.C.,
momento en el que se sitúa el debate sobre las Ideas en el seno de la Academia. Leszl y
Fine argumentan que la obra de la que dispone Alejandro al comentar A9 es
efectivamente Sobre las Ideas, sin embargo no puede determinarse el límite entre el
fragmento original y la paráfrasis de Alejandro. Wilpert sostiene que Alejandro es
confiable porque es un intérprete cauteloso (?). Alejandro extracta del Sobre las Ideas
sólo lo relevante en relación a su comentario de A9 donde a veces se mencionan
argumentos sin explicación que lo llevan a recurrir a Sobre las Ideas.
Primer argumento: La ciencia tiene por objeto algo uno e idéntico. Ambas propiedades
son inaplicables a las cosas sensibles. Por lo tanto, para cada ciencia existe algo
diferente de las cosas sensibles aparte de ellas, una realidad eterna que funciona como
modelo de lo sensible y ésta es la Idea.
Críticas
Primer crítica: Los argumentos basados en las ciencias sólo prueban la existencia de
predicados comunes, universales, pero no de Ideas puesto que la perfección y existencia
separada del objeto de la ciencia no se deduce de las premisas.
Apología de Platón
Lo que se predica en común de múltiples cosas es algo uno, y esto uno es la Idea, que
existe separada y eternamente. Las premisas del argumento son: 1) Supuesto de no-
identidad: El predicado no puede ser idéntico a cada uno de los múltiples individuos de
los que se predica. 2) El predicado se predica de la misma manera respecto de cada
individuo.
Críticas
El argumento prueba muy poco: sólo que hay universales, un predicado común de un
conjunto de particulares. Por otro lado, el argumento prueba demasiado: que hay idea de
negación, una y la misma, que cumple las premisas del argumento; puesto que las
negaciones son diferentes de cada uno de los particulares y se predican con el mismo
sentido a cada uno de ellos, como es el caso de no-hombre. Las ideas de negaciones
también resultan problemáticas porque no muestran un género genuino de unificación
en cuanto a las propiedades de algo sino que allí se encuentra todo lo que no tiene una
propiedad. Además, no puede haber una única idea de a) cosas pertenecientes a géneros
diferentes, de b) entidades indeterminadas, ni c) de realidades de las cuales una sea
anterior y otra posterior (un ejemplo de la última es animal y hombre).
Apología de Platón
El pensamiento tiene siempre un objeto determinado. Esta cualidad de ser objeto del
pensamiento no se modifica por el hecho de que tal o cual objeto se destruya
efectivamente en la realidad. Por lo tanto, el objeto de pensamiento no son los
individuos corruptibles sino algo separado de ellos, objetivamente existente e
incorruptible que es la Idea.
Críticas
Este argumento prueba demasiado. De ser válido probaría que hay ideas de particulares
corruptibles como Sócrates o Platón y de entidades ficticias como Quimera o Centauro.
Sin embargo Platón postula Ideas para algunos términos generales y no para estos
particulares, por lo que no los aceptaría y entraría en contradicción. Mársico quiere
poner en cuestión que lo que Aristóteles quiere criticar es que no está tan claro que se
pueda establecer la diferencia entre por ejemplo la Idea de fuego y la idea de Sócrates.
¿Qué nos habilita a sostener dos lógicas diferentes en el caso de cosas destruidas?
Además, Aristóteles juega con el sentido de “imagen” diciendo que “conservamos una
imagen aun cuando ya no existan”; lo cual pretende implicar una Idea detrás.
Otra crítica en la recensio altera postula que le argumento es inválido para la existencia
de Ideas pero válido para la de universales; si un sujeto piensa en hombre piensa en algo
que existe y que no es un particular, por lo que tiene que ser un universal.
Apología de Platón
Estos últimos tres argumentos se basan en una noción semántica de la teoría de las
Ideas. Pensar que necesitamos algún tipo de garantía eidética para todo lo que hay
nombres termina generando este tipo de problemas.
IV) Argumentos “Más rigurosos” Estos argumentos se llaman así, siguiendo esta línea
interpretativa, porque el argumento de los relativos prueba la existencia de universales
que son también paradigmas y el ATH es válido para postular universales separados.
Entonces, se trataría de que estos argumentos son válidos para la postulación de Ideas
en su sentido propio. Esto explica por qué no se critica que prueben de menos o demás,
como los últimos 3.
Segunda formulación: Las cosas sensibles son semejantes entre sí por participar de algo
que es en sentido estricto lo que ellas son en sentido derivativo, y esto es la Idea. Así, el
predicado “hombre” se predica en sentido propio sólo de la Idea, ya que ésta es siempre
hombre y es sólo hombre mientras que las cosas sensibles están sujetas a cambio y los
hombres no son sólo hombres sino que tienen otras determinaciones contingentes. Por
lo tanto, los hombres particulares no son tales en sentido propio, son unos entre tantos.
3) Versión de Políxeno:
Este argumento sostiene que el particular no puede participar de la Idea, esto es raro. En
la misma línea megárica, Estilpón sostiene que hay una fuerte diferencia ontológica
entre lo sensible y la Idea, por lo que no puede haber relación alguna. Mársico supone
que hay una relación entre la explicación de Estilpón y Políxeno.
Apología de Platón
Las premisas generan tales consecuencias de manera válida. Una posible salida es que la
premisa de no-identidad funcione sólo para lo sensible. Entonces, la Idea no necesita de
ninguna causa. Para Platón, sólo las cosas imperfectas necesitan ser explicadas en
términos de algo distinto; pero la Idea es perfecta y principio causal, entonces no es
necesario postular otra Idea que sea causa de ella. De este modo, la Idea de hombre es
hombre en virtud de sí misma. Utilizando el supuesto de autopredicación, se deduce que
sujeto y predicado son idénticos. Entonces, tanto Idea como particular serían del mismo
status ontológico, lo cual Platón no acepta. Sin embargo, como sucede en el
Parménides, se llega a la absoluta heterogeneidad entre Formas y sensibles, lo cual
representa el verdadero objetivo de Aristóteles.
Grados de saber en Metafísica I-1
En Metafísica I-1, Aristóteles comienza afirmando que “Todos los hombres desean por
naturaleza saber”. Esta afirmación teleológica es típica en él, puesto que otros tratados
como Política y Ética también comienzan con este tipo de afirmaciones. En Ética
Nicomaquea afirma que lo propio de cada uno por naturaleza es lo mejor y lo más
agradable para cada uno. Para el hombre, es la vida conforme al intelecto si es que en
verdad un hombre es primariamente su intelecto. De hecho, luego afirma finalmente que
un hombre es principalmente su intelecto. El que desarrolla al máximo la capacidad
intelectual es el sabio, que se contrapone al político. La felicidad más perfecta es la del
sabio. Esto es el saber como télos.
Entre las sensaciones, la más importante es la vista porque es amada por sí misma, es la
que más hace conocer y muestra múltiples diferencias. Hay dos subniveles en la
sensación: sensación sin capacidad de recordar, y con capacidad de recordar. Los
animales más inteligentes son los que pueden recordar. Aristóteles diferencia la
memoria de la reminiscencia: la reminiscencia es propia del hombre, ya que es un tipo
de inferencia.
Este nivel supone el uso del lenguaje, la reflexión, la ordenación de los datos de los
sentidos. La experiencia se genera por el recuerdo de sensaciones semejantes. Para pasar
a este nivel de la experiencia, propiamente humano, se presupone la phantasía: la
facultad de representar imágenes. La sensación produce en el alma una impresión, un
phántasma; la phantasía es la facultad de representar esas impresiones para generar una
experiencia. La experiencia es una multitud de recuerdos del mismo asunto. Aristóteles
dice que hay experiencia donde hay posibilidad de razonamiento, en este caos de
ordenar y articular los datos de los sentidos. Es un tipo de autoconciencia, que no se da
en los meros animales. En este nivel, Aristóteles pone un ejemplo en que tener la idea
de que a Calias tal remedio le vino bien cuando tenía tal enfermedad, al igual que a
Sócrates, al igual que a muchos, es algo propio de la experiencia. El saber de lo
particular es la experiencia. En cambio, el médico tiene el arte.
En este capítulo arte y ciencia son sinónimos. El arte se genera cuando a partir de
múltiples percepciones de la experiencia resulta una única idea general acerca de casos
semejantes. En este caso sí se hace referencia a la conceptualización de particulares,
también. El científico, a partir de la percepción de casos semejantes, extrae un universal.
Es un proceso inductivo. Como explicamos, el médico tiene el arte. Tiene el
conocimiento del por qué, el conocimiento de las causas. A efectos prácticos, la
experiencia no difiere del arte. Aquí hay relación estrecha con la distinción que Platón
hace entre opinión verdadera y conocimiento.
El que tiene el saber sin la experiencia, se equivoca muchas veces puesto que de lo que
se trata es del individuo, aunque se tenga conocimiento del universal es necesario tener
conocimiento del individuo también. Ser capaz de enseñar es una señal distintiva del
que sabe frente al que no sabe.
Aristóteles no parece creer que todas las verdades puedan derivarse de un conjunto
limitado de axiomas, incluso estando seguro de la coherencia del conjunto del campo
del saber. Se muestra sensible al hecho de que los distintos científicos razonan y
justifican sus conclusiones a partir de principios propios de sus ciencias, diferentes entre
sí. Sin embargo, no concibe las ciencias como si no hubiese ningún vínculo entre ellas.
Más bien define su relación como una analogía: “Las causas y los principios de cosas
diferentes son diferentes en cierto sentido, pero en otro, si se habla de manera universal
y por analogía, son idénticas” (Metafísica A, 4 1070a 31-33). El criterio que Aristóteles
utiliza para clasificar las ciencias es el objeto. Quien descubrió cualquier arte debió ser
admirado por la humanidad dada su sabiduría; luego, entre las distintas artes, siempre
fueron considerados más sabios los sabios respecto de cómo pasarlo bien que los sabios
respecto de las necesidades ya que el saber de los primeros no se orienta a la utilidad.
Luego, se inventaron las ciencias que no se orientan ni al placer ni a la necesidad: en
principio, en aquellos lugares donde los hombres gozaban de ocio, por eso las
matemáticas se constituyen por primera vez en Egipto porque la casta de sus sacerdotes
gozaba de ocio.
Ciencias teóricas
Este es el dominio de la epistéme. La epistéme se relaciona con el saber del por qué, de
las causas, de la enseñabilidad, el universal. Vale aclarar que en este sentido, en el
contexto del pasaje de Metafísica I-1, téchne se iguala a epistéme en el sentido
jerárquico. Pero la téchne en sentido estricto es un saber-para-algo aunque eso no
implique que deje de ser un conocimiento de reglas generales. En cambio, la epistéme
de las ciencias teóricas es el saber por el saber mismo, sin mediación de fines externos
como sí es el caso de la poiesis. Presentan verdades universales deducibles según una
necesidad lógica de principios evidentes por sí mismos. Tienen carácter formal y su
objetivo es conocer. Aristóteles divide las ciencias teóricas a partir de los objetos de que
se ocupan: móviles o inmóviles y separados de la materia o no. De aquí surgen tres
combinaciones, y se excluye la cuarta: los seres móviles y separados de la materia. Pero
estos seres no existen, ya que es imposible concebir un ser en movimiento que no
implique una materia; materialización es para Aristóteles coextensivo a movimiento.
b) La física es la ciencia de los seres móviles y no separados, que tiene por objeto la
substancia natural definida por su capacidad interior de cambio y su existencia
individual. Por ejemplo: la cara, el ojo, la nariz; ya que ninguna de estas puede ser
definida sin el movimiento y siempre está en una materia. Sin embargo, el objeto
propiamente dicho de la física es estudiar la substancia formal en tanto esté
comprometida con la materia. La psicología pertenece a la física, ya que el alma no
existe en forma independiente de la materia. También la botánica, zoología,
meteorología y la química.
Ciencias prácticas
Tienen por meta definir los medios de que dispone la acción humana sobre el curso de
los acontecimientos. Las ciencias prácticas se ocupan de un saber para la acción, están
orientadas al placer y la calidad de vida. Valen para la mayor parte de los casos ya que
sólo admiten el grado de certeza que permite el objeto de tales ciencias: la acción
humana. Toman su nombre de la praxis, actividad humana que tiene su fin en sí misma.
Aquí lo que se genera no es exterior al agente, porque se trata de la acción propia. La
acción comienza y termina en el sujeto mismo, y eso es el compromiso ético. La ética es
ciencia práctica en el sentido individual de la acción; mientras que la política es ciencia
práctica en el sentido colectivo de la acción. Un ejemplo paradigmático es el caso de
Pericles, que tiene una sabiduría práctica: la prudencia.
Ciencias productivas
Este es el dominio de la téchne. Las téchne se relacionan con el saber del por qué, de las
causas, de la enseñabilidad, con el universal. Vale aclarar que en este sentido, en el
contexto del pasaje de Metafísica I-1, téchne se iguala a epistéme en el sentido
jerárquico. Pero la téchne en sentido estricto es un saber-para-algo aunque eso no
implique que deje de ser un conocimiento de reglas generales. Son las ciencias que
tienen su fin fuera de sí: tratan de la póiesis. Son ciencias orientadas a la satisfacción de
necesidades, es un saber para la póiesis. Su fin es el objeto producido. Éste es el caso de
la poética, cuyo fin se encuentra en la poesía. La medicina produce salud en un cuerpo
enfermo, es una téchne. Así la arquitectura, la retórica. El poeta tiene que conocer
ciertas reglas generales para la composición de una tragedia o una épica; el retórico
tiene que conocer las reglas generales de cómo armar un discurso para persuadir al
auditorio.
Ousía
Las cosas que son ousía para Aristóteles son en principio los individuos. Éstos son en
sentido pleno, de manera privilegiada. Sócrates es ousía, este hombre, este caballo.
Respecto de los elementos es ambiguo, en ciertos contextos Aristóteles afina la noción
de ousía y sugiere que los elementos carecen de ciertas características que son propias
de la ousía. La ousía no es una abstracción, y todo lo demás que no es ousía, sólo es en
la medida en que tiene algún tipo de relación con ella. Todo lo que hay o es ousía o se
relaciona con ella.
Las dos expresiones utilizadas para ousía son “X es ousía” cuya pregunta implícita es
qué cosas son ousía, donde ousía puede entenderse como entidad; “ousía de X” cuya
pregunta implícita es qué cosa hace que la cosa sea, donde ousía puede entenderse como
esencia.
Respecto de la interpretación del término ousía, Reale señala dos supuestos que hay que
evitar para no empobrecerla. El primero a evitar es suponer que la ousía es el compuesto
de materia y forma; más bien le da prioridad a la forma en cuanto a la confección de la
perfección que es propia del individuo y lo hace ser lo que es. También el individuo es
sensible, pero se otorga prioridad a la forma. El segundo a evitar es suponer que
Aristóteles siempre se está oponiendo a Platón. Según Reale, en Metafísica VII
Aristóteles está preocupado por que no se lo identifique con su maestro. Owens utiliza
el término de “significado focal” para referirse al significado unificador de ousía de los
múltiples significados de ser.
Categorías
El texto integra las llamadas obras lógicas, el órganon. Se han hecho numerosos
comentarios al respecto de esta obra, el más antiguo debido a Porfirio, un neoplatónico.
La perspectiva lógica, ontológica y gramatical se ligan en Aristóteles. Owens sostiene
que tal conexión es un logro de su obra, aunque hubo grandes discusiones al respecto.
Además, da una buena respuesta acerca de la relación entre la concepción de ousía en
Categorías y Metafísica: En la lógica aristotélica el individuo concreto es la sustancia
primera, es el sujeto básico de predicación, es el ser primario (ousía). Lo cual no
implica que el individuo concreto sea la sustancia primera en el orden real. En la
Metafísica, la forma es la sustancia en sentido primario. El individuo concreto y la
materia son sólo secundariamente instancias de la sustancia en el mundo real.
Homonimia-equivocidad:
Es una relación entre dos cosas cuyo nombre es lo único que tienen en común es el
nombre: “vivo” dicho del hombre y dicho del retrato. Además, el correspondiente
enunciado de cada entidad es distinto: si alguien quisiera explicar en qué consiste para
cada una de esas cosas el ser vivas, daría un enunciado distinto para cada una. En
Metafísica IV Aristóteles presenta que la palabra “ser” no presenta homonimia a pesar
de que se dice en muchos sentidos, porque se dice en relación con una sola cosa y una
sola naturaleza.
Sinonimia-univocidad:
Es una relación entre cosas cuyo nombre es común y cuyo correspondiente enunciado
de la entidad es el mismo: “vivo” dicho del hombre y dicho del buey. Aquí se utiliza
“enunciado” en el sentido de lógos, que puede ser traducido como “definición”. Aunque
hay diferencias entre el hombre y el buey, no las hay en el uso de la palabra “vivo”
respecto de ellos porque ambos pertenecen al género animal. Al respecto de estas dos
últimas caracterizaciones, Owens sostiene que se refieren primariamente a las cosas y
sólo de manera secundaria a las expresiones conceptuales y las palabras (en La doctrina
del ser en la metafísica aristotélica).
Parónimos:
Se llaman así las cosas que reciben su denominación a partir de algo con una diferencia
en la inflexión: el gramático a partir de la gramática, el valiente a partir de la valentía.
Hay intérpretes que se han basado en esta referencia a los parónimos para encontrar una
perspectiva no solo lógica y ontológica sino también gramatical en el contexto de
Categorías. También hubo ensayos de explicación de este tratado según los cuales la
célebre doctrina aristotélica de las Categorías tendría un origen en distinciones
gramaticales.
II
De las cosas que se dicen, unas se dicen en combinación (un hombre corre) y otras sin
combinar (hombre, corre). Según Marcos, Aristóteles toma esto de Platón quien
explicita esta distinción en el Sofista, entre nombres y enunciados siendo estos últimos
compuestos de un nombre y un verbo y poseen valor de verdad. La distinción central es
esa misma: el nombre no tiene valor de verdad y el enunciado sí.
1) De las cosas que existen, unas se dicen de un sujeto sin estar en sujeto alguno:
“hombre” se dice del hombre individual, pero no está en él. Lo que resta del capítulo
está articulado en torno a estas dos nociones: “decirse de” (plano lingüístico) y “estar
en” (plano ontológico). Lo característico del universal es, entonces, decirse de otra cosa
sin estar en ella.
2) Otras están en un sujeto sin que se digan de ningún sujeto: es el caso del
conocimiento gramatical concreto que está en el alma como en un sujeto, pero no se
dice de sujeto alguno. Sucede lo mismo con el color blanco concreto que está en el
cuerpo como en un sujeto pero no se dice de ningún sujeto. Aquí Aristóteles se refiere al
accidente individuado, es decir, al accidente concreto que se encuentra en tal o cual
cosa, no ya al accidente en su sentido general de clases de accidentes como lo es el caso
de las categorías.
3) Otras se dicen de un sujeto y están en un sujeto: es el caso del conocimiento que está
en el alma como en un sujeto, y se dice del saber leer y escribir como de un sujeto. Aquí
ya no se habla de un conocimiento de algún tipo especial, como era el conocimiento
gramatical en el caso anterior sino del conocimiento en general. Entonces, siendo el
saber leer y escribir un conocimiento, se dice del sujeto “saber leer y escribir” que eso
es conocimiento y está en el sujeto “alma” el conocimiento.
Cabe destacar en relación a los tres casos que aquello que se dice de un sujeto y está en
un sujeto no se refiere siempre al mismo sujeto, tal cosa no es necesaria. El objetivo de
tal distinción es mostrar las formas en que las cosas se dicen o están en otra cosa, pero
no es un paralelo entre “decir de” y “estar en” sino más bien una valoración en que una
misma palabra actúa de diferentes modos y de qué manera la cosa que expresa la
palabra está en algo en el sentido ontológico o sólo llega a decirse de algo, siguiendo lo
analizado en el capítulo anterior. Aquí “algo” es algo en general, no importa realmente
si el sujeto del que algo “se dice” o algo “está” es el mismo. Esta es una buena prueba
de la dificultad de describir el planteo de Categorías como estrictamente lingüístico,
lógico u ontológico.
III
Cuando una cosa se predica de otra como de un sujeto, lo que se dice del predicado se
dice también del sujeto: hombre se predica del hombre individual y animal se predica de
“hombre”, así que también se predicará “animal” del hombre individual; en efecto, el
hombre individual es “hombre” tanto como “animal”. Cuando lo que se predica es
esencial al sujeto del que se predica, cuando expresa su naturaleza propia que lo define
y sin la cual dejaría de ser lo que es, no sólo se aplica al sujeto sino también a su
definición. Vale aclarar que esto no funciona para predicados del tipo de los accidentes,
porque si Sócrates es blanco, y el blanco es color, Sócrates no por ello será color. Sólo
funciona en el caso de definiciones, de esencias. Aquí se refiere a la predicación
sinonímica en la que no hay ambigüedad, cuando es posible la subordinación entre
géneros y especies. En el caso de que estén en juego cosas absolutamente heterogéneas
que no guardan relación entre sí ni tampoco de subordinación entre géneros y especies,
no se puede aplicar la regla enunciada al principio.
IV
Las cosas que se dicen fuera de toda combinación significan alguna de las siguientes
categorías:
1) Entidad (ousía)
2) Cantidad
3) Cualidad
4) Relación
5) Lugar
6) Tiempo
7) Posición
8) Estado
9) Acción
10) Pasión
La primera de las categorías es la ousía, que se dice de algo pero la manera en que
predica es esencial: de Sócrates que es hombre, etc. No predica accidentes, predica la
categoría del “qué es”. Originalmente Aristóteles se refiere a las categorías con
pronombres interrogativos; los predicados que agrupan tales categorías constituyen las
respuestas a esas preguntas. La pregunta socrática apuntaba a lo que llamaríamos
adjetival (qué es lo justo, lo bello) mientras que la categoría del “qué es” lleva a
Aristóteles a la entidad, a la ousía. Todos los predicados posibles que le convienen a un
individuo sensible se pueden agrupar dentro de estas categorías. En otros textos faltan
las de acción y pasión. Siguiendo a Reale, las categorías distintas de la ousía están
ligadas con lo accidental pero son necesarias, son clases de accidentes. Esto es valioso
en relación a los discutidos pasajes en los que Aristóteles enuncia que las categorías en
su conjunto son expresiones de lo que algo es por sí (se analizará con más profundidad
en la sección de Metafísica). Que las categorías estén enunciadas en sentido
interrogativo nos lleva a pensar que los accidentes son las respuestas a esas preguntas. O
sea que, como expresa Reale, las categorías son la constante de la variable que son los
accidentes. Owens señala que la distinción entre un accidente y otro parece estar basada
en la naturaleza tanto como existe en la realidad como en cuanto es concebida por la
mente.
Se llaman entidades secundarias las especies a las que pertenecen las entidades
primarias, tanto como los géneros a los que pertenecen las especies: el hombre
individual pertenece a la especie “hombre” y ésta al género “animal”. Estas entidades se
llaman secundarias. En el caso del “blanco”, categoría de cualidad, también se puede
recurrir a su universal “color”, pero a éste no pertenece ninguna ousía primera, por lo
tanto, no es el género ni la especie de una entidad primaria. Es cierto que en Categorías
Aristóteles reconoce al universal el carácter de entidad, pero no todo universal es
entidad secundaria sino solamente aquellos géneros y especies a los que pertenecen las
entidades primarias. Lo que distingue la entidad primaria de la secundaria es que la
secundaria se dice de la primaria. Las entidades primarias son aquellas que no se dicen
ni están en otra cosa, mientras que la entidad secundaria es aquella que no está en otra
cosa pero sí se dice de otra cosa. Ambas no están en otra cosa y esto es lo que opone a la
entidad (tanto primera como segunda) con el accidente.
Todas las demás cosas o bien se dicen de las entidades primarias como de sus sujetos o
bien están en ellas como en sus sujetos. Vale destacar que de no haber entidades
primarias, no habría todo lo demás. Si no existiera este hombre individual, no
podríamos predicar “hombre” y muchos menos “animal”. La posibilidad de conferir
sentido a estas denominaciones universales esta dada por la existencia de entidades
primarias. La entidad primaria, al no estar en otra cosa se diferencia del accidente y se
diferencia del universal al no decirse de otra cosa. Es el sujeto último de inherencia y
predicación.
Primer argumento: Es más entidad la especie que el género, pues se halla más próxima a
la entidad primaria. Si alguien explica qué es la entidad primaria, dará una explicación
más comprensible y adecuada aplicando la especie que aplicando el género. Así, hará
más cognoscible al hombre individual dando la explicación hombre que la explicación
animal, y lo mismo con el árbol individual dando la explicación árbol que la explicación
planta.
Segundo argumento: La relación que la entidad primaria guarda con todo lo demás
como sujeto último de inherencia y predicación es análoga a la relación que tiene la
especie con el género. La especie subyace al género, el cual se dice de la especie sin que
la especie se diga del género. Tal afinidad entre la especie como universal con la entidad
primera le da pie a Aristóteles para ofrecer una segunda razón por la que la especie es
mas ousía que el género. Luego Aristóteles aclara que entre las mismas especies,
ninguna es más ousía que la otra, tanto así como entre las entidades primeras ninguna es
más ousía que la otra.
Características de la entidad:
Algunas de estas características la comparte la entidad con alguna otra categoría (por
ejemplo, no tener contrario es tanto de la entidad como de la cantidad)
Metafísica
V (Delta) -7
En este caso el ser es por sí mismo y no podría no darse. “Ser” significa lo mismo que
cada una de las categorías en su uso predicativo: no hay diferencia alguna entre “un
hombre es(tá) convaleciendo” y “un hombre convalece” ni entre “un hombre es(tá)
paseando o talando” y “un hombre pasea o tala” al igual que en los demás predicados.
Las categorías son los supremos géneros del ser. Aquí se utiliza la fórmula kath´autó
para referirse a todas las categorías, sin embargo, en otros escritos lógicos tanto como
ontológicos se marca una diferencia entre ousía y accidente poniendo a la primera como
“por sí” en contraposición al accidente. La frase problemática aristotélica es la
siguiente: “Por otra parte, se dice que son por sí mismas todas las cosas significadas por
las distintas figuras de la predicación”.
Reale marca que si se indica a las categorías dentro de los significados del ser “por sí”
cuando en realidad solo la primera expresa la ousía y la esencia, el “por sí”, mientras
que las restantes se vinculan a lo no-esencial, a lo accidental, es porque categorías y
accidentes no deben ser exactamente lo mismo. El accidente puede o no inherir en la
cosa; en cambio, la categoría representa algo necesario a la sustancia sensible en el
sentido cualitativo. O sea, no es necesario que un hombre tenga la cualidad A o B, pero
sí es necesario que tenga cualidad. El ser accidental representa esa forma de ser que
aparte de poder existir exclusivamente en un sustrato, no existe en él ni siempre ni las
más de las veces sino sólo a veces. En cambio, las categorías no sustanciales existen
únicamente en un sustrato, pero en él existen siempre o la mayoría de las veces, a
diferencia del ser por accidente. En suma, todos los significados del ser presuponen el
ser de las categorías y éste supone a su vez el ser de la categoría de la esencia. En este
hace hincapié Reale al explicar la referencia a las categorías como expresión del ser
“por sí”. Según él, Aristóteles quiere decir que las categorías son necesarias en tanto
tales. Esta concepción es criticada por Calvo ya que Aristóteles hubiese utilizado
ejemplos de otro tipo tales como “toda entidad sensible es de algún tamaño o magnitud”
y similares; tal interpretación no se atiene al contexto y a los ejemplos aristotélicos.
Según Calvo, Aristóteles está poniendo en juego una noción de “por sí” que es uno de
sus tantos significados, que suele utilizarse, por ejemplo, para decir que a algo le
conviene una cosa de suyo, de manera inmediata. Conviene “por sí” al triangulo que la
suma de sus ángulos interiores sea igual a dos rectos, le conviene de suyo por ser lo que
es. Lo que Aristóteles nos querría decir es que simplemente las categorías envuelven
una referencia al ser (en alguno de sus sentidos) incluso cuando el verbo “ser” no esté
explicitado en la predicación. Esto explica que los ejemplos sean de acciones, porque es
donde más claramente se puede advertir una atribución y un modo de ser en juego como
también hay un sujeto por más que no esté la palabra “ser”. Aún cuando no aparezca
explícitamente el verbo “ser” en la predicación, sin embargo siempre cabe reformular
ésta reintroduciendo aquél. La presencia del verbo “ser” es universal.
Ross propone que la expresión “por sí mismas” (kath´autá) se refiere a aquellos casos
en que la conexión entre el sujeto y el predicado es universal y necesaria; se basa en la
lógica oposicional de que la expresión “accidentalmente” subraya en el texto que la
conexión entre el sujeto y el predicado no es esencial ni universal ni necesaria. Para
explicar tal cosa Ross recurre a Tópicos I, capítulo 9, donde Aristóteles se refiere a las
categorías tomando en consideración la perspectiva de un discurso en el cual el
predicado perteneciera a la misma categoría que el sujeto. Calvo sostiene que si la
propuesta de Ross fuese cierta, Aristóteles hubiese utilizado otros ejemplos como “el
hombre es un animal” y similares.
En este caso el ser es fortuito, se da, pero podría no darse. Para esto Aristóteles da tres
ejemplos; uno es el siguiente: si el músico es arquitecto es porque a alguien que es
músico le sucede el accidente de ser arquitecto, a quien también el “ser músico” le
sucede como otro accidente. Por lo cual hay un sujeto subyacente al cual le suceden
ambos accidentes; este sujeto no es el sujeto gramatical ya que el accidente guarda una
relación fortuita con aquello en que está. Hay tres significados dentro de este: a) Dos
atributos pertenecen a una misma cosa existente b) Un atributo es accidente de un sujeto
existente c) El sujeto al que pertenece como accidente aquello de lo que él mismo es
predicado es lo que propiamente existe.
“Ser” y “es” significan que algo es verdadero y “no ser” que no es verdadero sino falso.
El ser en cuanto verdadero es por un lado reunir nociones de cosas realmente reunidas y
dividir nociones de cosas realmente divididas, en el caso de las cosas compuestas. Su
correlato falso es reunir nociones de cosas divididas y viceversa. Por otro lado,
tratándose de cosas simples, el ser como verdadero consiste en la inmediata captación y
enunciación de lo captado mientras que la falta de captación de una cosa equivale a
ignorarla. “Sócrates es músico” significa que tal cosa es verdad; “Sócrates es no-
blanco” significa que tal cosa es verdad; “la diagonal no es conmensurable” significa
que es falso que lo sea. Este uso de la palabra “ser” es eminentemente lógico. La verdad
es unir sujeto con predicado, similar a como sucede con la lógica de predicados
moderna. Sin embargo, este uso está mencionado al pasar porque pertenece a los
escritos lógicos y el mismo Aristóteles excluye del estudio de la metafísica este tipo de
significación de la palabra “ser”.
“Ser” y “lo que es” significan tanto lo que se dice que es en potencia como lo que se
dice que es en acto (plenamente realizado). Tanto del que puede ver como del que está
viendo decimos que es alguien que ve, y del mismo decimos que conoce tanto el que
puede utilizar su conocimiento como el que lo utiliza. Lo mismo en el caso de las
entidades: en la piedra es(tá) la estatua de Hermes, en la línea es(tá) la semilínea, es
trigo lo no-maduro aún. Dýnamis, como capacidad o potencialidad indica el tener la
capacidad de ser o hacer algo; la actualidad significa que efectivamente se es o se hace
algo. La explicación es simple: sería imposible para un objeto que llegue a ser otra cosa
sin antes tener la capacidad de ser esa otra cosa. Cabe destacar que la actualidad es
prioritaria frente a la potencialidad en más de un sentido. La explicación de tal cosa no
se dará aquí por motivos secretos.
Luego, se rechazan el ser como accidente porque es próximo al no ser y tiene causas
indeterminadas y el ser como verdadero ya que es sólo una afección de la mente. Reale
sostiene que Platón, en sus doctrinas no escritas, postuló una verdadera división
categorial en géneros supremos: seres en sí y seres en relación con otra cosa, estos
últimos divididos a la vez en opuestos contrarios y correlativos. También las categorías
se encuentran casualmente en los diálogos, sin un tratamiento al estilo aristotélico. Las
categorías de Platón se refieren a los serse en general mientras que las aristotélicas se
refieren a los seres compuestos de materia y forma, los seres sensibles.
V (Delta) - 8
Aquí Aristóteles hace un recuento de lo que sus predecesores han entendido por ousía.
1) Son entidad los cuerpos simples (tierra, fuego, agua y demases); en general, los
cuerpos y sus compuestos, animales y divinidades así como sus partes. Todas estas
cosas se dice que son entidad porque no se predican de un sujeto; al contrario, las demás
cosas se predican de ellos. En De Anima Aristóteles subraya que las partes de una
entidad no son entidades. En Metafísica VII (Zeta) Aristóteles descalifica a los llamados
“elementos” como entidades ya que son indeterminados mientras que la entidad es
determinada. El elemento es sobre todo un ser en potencia, la entidad es ser en acto. La
entidad es unidad intrínseca, funcional; una mano no puede cumplir su función cuando
es cortada del cuerpo.
3) Son entidad las partes inmanentes de tales cosas, si las delimitan y expresan algo
determinado y si su eliminación acarrea la eliminación del todo. La eliminación de la
superficie acarrea la del cuerpo y de la línea acarrea la de la superficie. A algunos
parece el número, porque define todas las cosas y si se eliminara, nada quedaría.
VII (Zeta)
Aquí Aristóteles reduce el problema del ser al problema de la ousía. Reale dice que hay
una reducción de la ontología a la ousiología porque aquí Aristóteles dice que abordar
la cuestión del ser no es otra cosa que investigar la ousía. En este sentido, afirma que no
solo él sino toda la tradición filosófica tuvo una fuerte preocupación por la ousía.
Capítulo 1:
Por un lado, “qué es” y algo determinado; por otra parte la cualidad, cantidad o
cualquier otra de las cosas que se predican de este modo. Si “lo que es” se dice en todos
estos sentidos, el “qué es” es el primero referido a la entidad. Lo que hay o bien es
ousía o bien tiene alguna relación con la ousía. El “qué es” socrático que apunta a lo
adjetival que aristotélicamente es un “ser en otro”, dependiente de una ousía, relativo a
una ousía sin la cual no sería nada. Aristóteles negará que haya definición del accidente,
porque éste no posee una esencia, es relativamente a otro, carece de un “ser por sí”. Es
posible dar un rodeo y proporcionar una definición del accidente, como “blanco”, pero
necesariamente habrá que recurrir a “algo blanco” y esto descalifica la definición como
tal.
1) Según la noción (lógos, definición): Se conoce algo cuando se define qué es, cuando
se define su ousía (entendida como esencia).
2) Según el conocimiento: Se conoce algo cuando se conoce qué es, pero no cuando se
conocen sus cualidades u otras determinaciones accidentales. El conocimiento tiene que
ver con lo universal que hay en la cosa, y eso es el conocimiento del qué es. El
conocimiento tiene que ser de algo estable, por eso, el conocimiento de los accidentes
no es prioritario sino el saber de la entidad; esta es la prioridad gnoseológica de la
entidad.
3) Según el tiempo: Hay problemas respecto de este sentido. Pensar en una prioridad
cronológica de la entidad en contraste con lo accidental llevaría a pensar que la ousía es
previa a todas las determinaciones que puede recibir. Sin embargo, no hay ousía que sea
previa a sus determinaciones porque nunca se encuentra desprovista de accidentes o
determinaciones (hablando de la ousía sensible).
Capítulo 2:
Capítulo 3:
La ousía puede entenderse como “esencia” pero también hay un vocabulario específico
para referirse a ella que es to ti en einai.
b) El sujeto como compuesto: El compuesto es sujeto de los accidentes que afectan a tal
individuo entendido como compuesto hylemórfico.
c) El sujeto como forma: Esta noción es más rara pero aparece en De Anima; la forma es
sujeto de las propiedades que de ella derivan.
La materia fue considerada ousía por los jonios puesto que es el sujeto último de toda
predicación. Sin embargo, Aristóteles agrega que hay 2 condiciones necesarias para
llamar ousía a algo:
1) Ser separada (khoristón). Esta expresión tiene 3 significados: a) como algo que tiene
en sí mismo el principio de movimiento y reposo b) como algo que es pasible de ser
abstraído por el pensamiento c) como algo separado de la materia; éste significado de
“separado” es el caso de la ousía suprasensible que es inmóvil, forma pura.
Al final del capítulo 3, Aristóteles señala que es prioritario partir de lo que es más
próximo, más asequible, más cognoscible, punto de partida obligado de cualquier
investigación. Aplicado al problema del ser que Aristóteles reduce al problema de la
ousía, implica que hay que partir del individuo sensible ya que hay acuerdo general en
que los individuos sensibles tienen el carácter de ousía. Luego, se puede discutir la
existencia de una entidad suprasensible como meta de la búsqueda. Se parte de lo más
cognoscible para uno hacia lo más cognoscible en sí hasta arribar a una ousía inmóvil,
inmaterial, la ousía suprasensible objeto del libro XII (Lambda). En este último la ousía
en sentido primario es la ousía inmóvil, la más elevada de todas, forma pura; en cambio,
en el libro Zeta se parte del análisis de la ousía sensible para concluir afirmando la
prioridad de la forma frente a la materia siendo la forma entidad primera y el compuesto
entidad segunda. Algunos autores no adhieren con la unidad entre Zeta y Lambda, sin
embargo Marcos cree que son complementarios y no hay conflicto.
Respecto de la filosofía primera también hay conflictos porque dice Aristóteles que la
ciencia primera debe ser universal pero en otros contextos concibe a esta ciencia como
teología, teniendo por objeto a dios (la entidad más alta). Entonces, la universalidad
resulta algo conflictivo porque la ciencia primera tiene como objeto una entidad
privilegiada, pero ya no tiene esa universalidad. Sin embargo, nuevamente Marcos
sostiene que es posible resolver tales inconsistencias sin aducir cuestiones cronológicas
o evolutivas en el pensamiento aristotélico.
En capítulos posteriores (16 y 17) aparecen otras notas de la entidad (que se agregan a
1) tóde ti y 2) khoristón):
3) Ser una unidad intrínseca: unidad que envuelve acabamiento, perfección, le permite a
la cosa cumplir la función que le es propia y explica por qué las partes de una entidad
no son entidad en sentido propio 4) Ser en acto.
Aquí Aristóteles realiza una revisión crítica de la lista de todas aquellas cosas que según
él merecen el título de entidad. Corrigiendo el listado del capítulo 2 señala que muchos
entes o seres materiales considerados ousíai no lo son propiamente:
Las partes de los animales: en tanto partes no tienen existencia separada, están
subordinadas al todo. El destino de una parte seccionada es ser meramente materia. El
hecho de que algunos animales sigan moviéndose luego de ser seccionados le genera
problemas a Aristóteles, ya que tal cosa indicaría que algunas partes son capaces de
cumplir la función del todo.
Los elementos: ninguno posee verdadera unidad, sólo la adquieren una vez moldeados,
cuando una cierta unidad se constituye a partir de ellos. Son comparativamente
indefinidos y potenciales. Son compuestos, en rigor. Son ser en potencia porque tienen
la aptitud de intervenir en la composición de todos los individuos sensibles.
También se descalifica al universal como entidad, dado que la entidad tiene unidad
intrínseca por lo que no puede estar en muchos sitios a la vez, pero el universal sí se
encuentra a la vez en muchos sitios.
Este autor marca tres posibles errores categoriales permitidos por ambigüedades en la
obra de Aristóteles. Owens recurre a otras obras para explicar y solucionar tales
problemas.
Este error consiste en categorizar directamente los principios de una cosa como si
fueran cosas por propio derecho. Para Aristóteles, tanto la materia como la forma no son
un esto, entonces categorizarlas por sí mismas constituye un error. La forma sustancial
aristotélica no puede ser categorizada ella misma, sino sólo como principio inteligible y
activo de una sustancia que sí puede ser categorizada. El punto matemático no es por sí
mismo extenso, aunque pertenezca por reducción a la categoría de cantidad; no es
categorizado directamente como cantidad, pero por reducción, como un principio de
cantidad. . Ésta noción que lleva a ambigüedades aparece implícitamente en Física,
Tópicos y Categorías.
Concebir los datos de los sentidos como estando en ellos mismos; dados, existentes,
cognoscibles por sí mismos. Esto es sustancializarlos de acuerdo con la construcción
categorial aristotélica. Es conceder que existen por sí mismos. El intento de concebir la
mente como una relación es un error categorial en el contexto aristotélico. La mente es
una facultad de conocimiento, y como tal pertenece a la categoría de cualidad. Aquí
critica que reducir las categorías a unas pocas genera que haya otras que luego
reclamarán su derecho.
De todo esto concluye Owens que la construcción aristotélica de las categorías estaba
basada en la naturaleza de las cosas y no en el uso del lenguaje. No es un proceder
arbitrario. Sin embargo, estas naturalezas existen en dos sentidos: en la realidad y en el
conocimiento. Algunos predicados pertenecerán a la naturaleza sólo por sí mismo, y
otros pertenecerán a la naturaleza sólo en su existencia real. Otros pertenecerán sólo en
la medida en que éste exista en el conocimiento intelectual (como es el caso de la
especie y el género). La doctrina aristotélica muestra por qué los principios intrínsecos
de las cosas no pueden ocupar directamente una categoría (es el caso de la materia y la
forma).
Filosofía primera