La biblioteca ─del griego biblion, libro y thekes, caja─ puede traducirse desde
un punto de vista estrictamente etimológico como el lugar donde se guardan los
libros. Actualmente esta concepción se ha visto superada para referirse tanto a las
colecciones bibliográficas como a las instituciones que las crean y las ponen en
servicio para satisfacer las demandas de los usuarios. Y son muchos los novelistas que
incluyen el libro y la biblioteca como tema y técnica de la obra y la evolución de los
personajes.
“Pidió las llaves a la sobrina, del aposento donde estaban los libros autores
del daño, y ella se las dio de muy buena gana. Entraron dentro todos, y la ama
con ellos, y hallaron más de cien cuerpos de libros grandes, muy bien
encuadernados, y otros pequeños; y, así como el ama los vio, volvióse a salir
del aposento con gran priesa, y tornó luego con una escudilla de agua bendita y
un hisopo, y dijo:
1
Cervantes, Miguel de, Don Quijote de la Mancha, Edición deñ IV Centenario, Real Academia
Española, Asociación de Academias de la Lengua Española, Alfaguara, 2005, p.60, 61.
1
En realidad, la Ama se refería al encantamiento que sufrió don Quijote después
de haber leído libros de caballería en su biblioteca. Ya sabemos, las aventuras, ideales
y reales, realizadas por el personaje y la transformación sicológica, metamorfosis
extraordinaria, a partir de la lectura de las obras de su tiempo. Recordemos esos
momentos sublimes de la historia:
“Se daba a leer libros de caballería, con tanta afición y gusto, que olvidó casi de
todo punto el ejercicio de la caza y aun la administración de su hacienda… él se
enfrascó tanto en la lectura, que se le pasaban las noches leyendo de claro en claro, y
los días de turbio en turbio; y así, del poco dormir y del mucho leer, se le secó el
cerebro de manera que vino a perder el juicio. Llenósele la fantasía de todo aquello
que leía en los libros, así de encantamientos como de pendencias, batallas, desafíos,
heridas, requiebros, amores, tormentas y disparates imposibles…En efecto, rematado
ya su juicio, vino a dar en el más extraño pensamiento que jamás dio loco en el
mundo, y fue que le pareció convenible y necesario, así para el aumento de su honra
como para el servicio de la república, hacerse caballero andante e irse por todo el
mundo con sus armas y caballo a buscar las aventuras y a ejercitarse en todo aquello
que él había leído que los caballeros andantes se ejercitaban”…2
Julio Verne, francés, autor de las novelas de la ciencia, también usó el libro y la
biblioteca para reforzar la personalidad de uno de sus personajes de su historia
científica. En el capítulo VI ─igual que Miguel de Cervantes─ de Viaje al centro de la
tierra, el profesor Lidenbrock, antes de emprender su esperado y soñado viaje al
centro de la tierra, decide visitar primero la biblioteca de su amigo Fidriksson para
asegurarse información necesaria para su aventura:
2
Ibidem, p28-31
3
Verne, Julio, Viaje al centro de la tierra, 1ª., edición, Ediciones Distribuidora Cultural,
Managua, 2004, p18
2
Recordemos que el profesor, Lidenbrock encuentra un libro del famoso sabio del
siglo XVI, Arne Saknussemm, en cuyo interior aparece un pergamino con caracteres
mágicos, que le servirán para llegar al centro de la Tierra. Luego en la novela se
presenta un diálogo interesante, el cual manifiesta el pensamiento cultural de Verne
en relación con el libro y la biblioteca y su función social frente a los lectores de la
ciudad. Tan seductora resulta la conversación que osaría escribirla en las paredes de
todas las bibliotecas del país:
─-¡No! ─replicó el profesor─-. Tenemos unos ocho mil libros y buena parte
de ellos son volúmenes antiguos, preciosos y raros.
─Circulan por el país. Aquí leemos mucho todos. Pensamos que los libros
deben ser utilizados, por eso los pasamos de mano en mano para que puedan
ser hojeados, leídos y hasta releídos. Generalmente, los libros no vuelven a sus
estantes hasta después de pasado un año.
4
Ibidem, p19.
3
En el capítulo VII ─Cervantes y Verne usaron el VI─ de la novela La Casa de los
Mondragón, con el título de Metamorfosis de la biblioteca, Gloria Elena introduce el
tema así:
“Lucrecia era adicta a ese cuarto de biblioteca y a leer los libros sin que nadie
se diera cuenta, porque leía lo que no le correspondía dada su edad, y sobre
todo, porque era mujer”.
“Lucrecia será la mujer que aplastará la cabeza del dragón, cuya furia y fuego
romperá la integridad de la alfombra de la biblioteca, anticipando con ese gesto
también el rompimiento de la integridad de la familia patriarcal”.7
Letras Universidad Nacional, Heredia, Costa Rica, No. 5-6 1999-2000, págs.. 105-131.
7
Ibidem
8
Espinoza, Gloria Elena, La casa de los Mondragón, Fondo Editorial Universitario, UNAN-León,
1998, p77
9
Amoretti Hurtado, María, La casa de los Mondragón: una novelización alternativa del tiempo
folklórico en el costumbrismo contempoiráneo, ISTMICA, Revista de la Facultad de Filosofía y
Letras, Universidad Nacional, Heredia, Costa Rica, No. 5-6 1999-2000, p+ags. 105-131.
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