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Evaluación del Talento (ADMISIÓN 2011-1)

SELECCIÓN DE LECTURAS

ÍNDICE:

Lectura 1 : “28 de diciembre”

CARVALLO, Constantino
2005 Diario educar. Tribulaciones de un maestro desarmado. Lima: Aguilar.

Lectura 2 : “Los empresarios trabajamos para mejorar calidad educativa”

MENDOZA, Marcela
2010 “Los empresarios trabajamos para mejorar calidad educativa”. El Comercio. Lima, 11 de diciem-
bre del 2010.

Lectura 3 : “Despertar”

CÓRDOVA, Daniel
2010 Los nuevos héroes peruanos. Lecciones de vida de emprendedores que derrotaron la pobreza.
Lima: Planeta.

Lectura 4 : “Juego de niños”

VARGAS LLOSA, Mario


2000 “Juego de niños”. Caretas. Lima, 9 de marzo del 2000.

Lectura 5 : “Educación para una ciudadanía global: la importancia de las humanidades”

NUSSBAUM, Martha
2010 “Educación para una ciudadanía global: la importancia de las humanidades”. En El futuro de las
humanidades, las humanidades del futuro. Miguel Giusti y Pepi Patrón (editores). Lima: Fondo
Editorial PUCP, pp. 163-181.

Lectura 6 : “Empleo y pobreza”

ÁLVAREZ RODRICH, Augusto


2004 Enciclopedia Temática del Perú: Economía. Diecisés tomos. Lima: El Comercio S.A.
PRESENTACIÓN

Esta selección de textos ha sido pensada para proporcionarle información


necesaria para elaborar su redacción en la EVALUACIÓN DEL
TALENTO 2011 - I. Verá que los textos son muy variados en contenido
y estilo, aunque todas guardan relación con la educación y el desarrollo.

El día de la prueba, se le proporcionará un título para su redacción. Asegúrese


de que su texto responda directamente al título propuesto, pues, en caso
contrario, su prueba será calificada con cero puntos en todos los criterios.

Esta selección le ofrece mucha más información de la que necesitará


para elaborar su redacción; incluso, puede que algún texto no guarde
relación con el título propuesto. Por ello, su primera tarea durante la
evaluación será seleccionar los datos pertinentes para el texto que escriba.

Tome en cuenta que no podrá llevar ni esta selección de lecturas ni


fichas ni anotaciones ni ningún otro tipo de apoyo a la prueba. Sin
embargo, no es necesario que memorice los datos de los textos,
porque no se espera que los reproduzca literalmente en la prueba.
Basta con que los comprenda y capte su significado. Recuerde que
este ejercicio le será útil, también, para desarrollar la competencia
de lectura que se evalúa en la EVALUACIÓN DEL TALENTO 2011 - I.

Es importante que sepa que no se calificarán todas las redacciones.


En un proceso de admisión, solo se califican las pruebas de redacción
de quienes resultan admitidos, lo que se determina con el puntaje
alcanzado en la parte objetiva. Los resultados de la parte desarrollada
contribuyen a determinar si el alumno debe matricularse en un
curso de nivelación durante su primer semestre de estudios.

Si quiere saber más acerca de los criterios con los que se calificará
su redacción y recibir algunas sugerencias para el día de la evaluación,
puede consultar el documento “Guía para el postulante” que se
encuentra disponible en: http://www.pucp.edu.pe/documento/
postulantes/como_prepararse_para_la_prueba_de_admision.pdf

OFICINA CENTRAL DE ADMISIÓN

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Lectura 1: “28 de diciembre”

Selección de Lecturas | 3
4 | Evaluación del Talento 2011 - I
Selección de Lecturas | 5
6 | Evaluación del Talento 2011 - I
Selección de Lecturas | 7
Lectura 2 : “Los empresarios trabajamos para mejorar calidad educativa”

8 | Evaluación del Talento 2011 - I


Selección de Lecturas | 9
Lectura 3 : “Despertar”

10 | Evaluación del Talento 2011 - I


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12 | Evaluación del Talento 2011 - I
Selección de Lecturas | 13
Lectura 4 : “Juego de niños”

9 de Marzo de 2000

Por MARIO VARGAS LLOSA

"Juegos de Niños"
EL último día de febrero, en su clase de la escuela primaria de Blue, en las afueras de Flint, a cien
kilómetros de Detroit, la niña Kayla Rolland, de seis años, reaccionó enfurecida cuando su vecino,
un niño de su misma edad, escupió en su carpeta. Y lo increpó. El niño, entonces, resentido sacó un
revólver de entre sus ropas. Y también una bala, que, alentado por un compañerito, colocó en el
tambor de su arma. "Tú a mí no me gustas", le dijo a Kayla Rolland, a la vez que disparaba. La bala,
que perforó la garganta de Kayla, la mató media hora después.

La policía guarda reserva sobre la identidad del precoz asesino. Ha explicado sólo que aquel
revólver había sido robado unos meses atrás, y que, el autor del crimen probablemente se lo
encontró o lo robó también, sin duda en su propio hogar. El fiscal del condado de Genesee, donde
se halla Flint, Arthur A. Busch, ha hecho saber que el niño no podrá ser procesado por la muerte de
Kayla, pues la ley establece que alguien de seis años no es "criminalmente responsable y, por lo
tanto, no puede tener la intención de matar". La prensa destaca que el autor de este
asesinato ha batido un récord: es el criminal más joven de la historia de Estados
Unidos.

En los últimos tres años han tenido lugar numerosos episodios de violencia
criminal en escuelas y colegios estadounidenses, aunque ninguno con
protagonistas tan pequeños como el de la escuelita de Blue. El más espectacular
ocurrió en el colegio secundario de Columbine, en Colorado, en abril del año
pasado. Dos alumnos, Eric Harris y Dylan Klebold, a quienes los miembros de los equipos de fútbol
del colegio acostumbraban ridiculizar y vejar, se armaron con metralletas, revólveres y bombas
caseras, y perpetraron, antes de suicidarse ellos mismos, una orgía de sangre de la que resultaron un
profesor y catorce estudiantes muertos, además de decenas de heridos. La noche anterior, los
adolescentes asesinos grabaron un vídeo en el que explicaron con toda minucia, para la posteridad,
lo que iban a hacer y los cuidadosos preparativos que habían llevado a cabo a fin de que su
operación fuera todo un éxito.

La violencia criminal entre niños y jóvenes, que tiene como escenario frecuente las propias
escuelas, está lejos de ser un rasgo característico de Estados Unidos. En Inglaterra ha habido
también algunos casos horripilantes, como el de 1992, en que una pandilla de jovencitos apenas
salidos de la niñez, reprodujeron una escena sádica de una película que les encantó,Child's Play
3, con una niña, a la que torturaron salvajemente, durante horas, antes de matarla.

Y tengo siempre muy presente en la memoria un documental que vi en Francia, hace un par de años,
sobre la violencia en los colegios de labanlieue de París. No era nada demagógico ni alarmista; por
el contrario, era visible el empeño del realizador en encarar el problema de manera "constructiva".
Mostraba, por ejemplo, que en el liceo en cuestión, los actos de violencia contra estudiantes y

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profesores habían disminuido desde que se colocó un detector de metales en la puerta principal -la
única accesible-, que permitía retirarles de los bolsillos a los alumnos las navajas, manoplas,
chavetas, punzones, y, a veces, armas de fuego, que pretendían introducir al colegio. El momento
más intenso del documental era una entrevista a una profesora irrompible, todavía joven, que,
sonriendo con convicción, afirmaba: "Si uno toma precauciones, se evitan los peligros". Ella y
varios de sus colegas lo hacían. Por ejemplo, se daban cita en la puerta del metro, para andar en
grupo las cuadras que distaban hasta el colegio, ya que buen número de agresiones contra los
maestros tenían lugar en las vecindades del local. Y, lo mismo a la salida de las clases. Incluso,
dentro del liceo, había que evitar los pasillos, las aulas solitarias, o los patios, y procurar siempre
andar en grupos, o al menos por parejas, pues eso desalentaba a los eventuales agresores. Para esta
maravillosa mujer, que, enseñantes o alumnos, arriesgaran su integridad física y acaso sus vidas, por
ir a enseñar o a estudiar, no parecía nada anormal, sino una inevitable condición de la vida social,
una banalidad de la existencia.

En muchos órdenes, la realidad humana ha progresado extraordinariamente desde que yo era niño.
Pero tengo el convencimiento de que, en lo relativo a la violencia infantil y juvenil, ha empeorado.
Yo estuve, dos años, en un internado militar, donde la crueldad era en cierto modo alentada, como
un sesgo de la virilidad. Pero, comparadas con las hazañas sangrientas que suceden todo el tiempo
en los colegios de nuestros días, las de los cadetes leonciopradinos parecen simpáticas
mataperradas. Como no cabe concluir de ello que los niños de nuestro tiempo son más malvados
que los de hace veinte o treinta años, conviene preguntarse qué ha ocurrido, a qué se debe esta
tendencia destructiva que está convirtiendo las escuelas y colegios de nuestro tiempo en junglas y
territorios bárbaros.

Aunque tal vez utilizar la palabra "bárbaros" en este contexto sea lo más inadecuado, porque tengo
la impresión de que la raíz del problema se hunde, más bien, en ese légamo entre letal y nutricio que
llamamos civilización. En las sociedades atrasadas, primitivas, "bárbaras", la violencia no suele ser
tan prematura ni tan extendida en la puericia. Que las armas de fuego estén al alcance de cualquiera
que pueda comprarlas, como ocurre todavía en muchos Estados norteamericanos, algo que parece,
para el simple sentido común, una aberración descomunal, fue, en un principio, una gran conquista
democrática, un acto de fe en el ciudadano libre, dentro de una sociedad abierta, un reconocimiento
de su capacidad para actuar de manera responsable y de su derecho a defenderse si era atacado. A la
larga, esta conquista libertaria se tornó en su opuesto, en una oportunidad extraordinaria para que
los delincuentes y criminales realicen su trabajo. Sin embargo, explicar la violencia juvenil por la
facilidad con que en los Estados Unidos se adquiere un arma, es insuficiente. Porque en Suiza, por
ejemplo, casi todos los ciudadanos tienen armas que les confía el Estado y sus escuelas y colegios
son bastante pacíficos.

La desintegración de la familia, rasgo constitutivo de las sociedades modernas, es un factor que


todas las investigaciones de sociólogos y sicólogos señalan como causa importante de la violencia
infantil. Niños sin padre o sin madre, o con padres que apenas ven pues el trabajo profesional les
absorbe la vida, se ven obligados a crecer rápido, a quemar etapas, y ejercitar la violencia es una de
las más persuasivas maneras de sentirse adulto. Por otra parte, los vástagos de la civilización
rechazan la autoridad, ni llegan a enterarse de que existe, porque la cultura imperante ha
generalizado la idea de que imponérsela a los niños es lacerarlos moral y psíquicamente, estropear
su formación, violentarlos. Desde luego, los viejos métodos, las palizas y tormentos con que se solía
educar a los niños en el hogar en el pasado, podían llegar a lo monstruoso, y generar traumas
indelebles en éstos. Pero del exceso a la abolición de la autoridad hay un largo trecho, y exonerar a
los niños de toda vigilancia y control, abandonarlos a que descubran por sí mismos lo que es bueno,
malo o pésimo, o dejar que se encarguen de ellos las escuelas, puede producir también graves

Selección de Lecturas | 15
deformaciones en la personalidad y la conducta de niños y jóvenes, empezando por la confusión, la
falta de discernimiento moral.

Y esto último tiene nafastas consecuencias, a la hora de crecer en un entorno social, como el de los
países modernos, impregnado de violencia. ¿Cuál es la influencia que tienen en la conducta de los
niños las escenas de escalofriante crueldad, de sadismo y salvajismo, que son tan frecuentes en los
programas de televisión, en los vídeos y en las películas? Este es un asunto delicadísimo. Cada vez
que alguien lo menciona, se enderezan muchas orejas y cunde un justo pánico, pues parece que,
admitir esa influencia, significa justificar la censura.

Cuando los jóvenes asesinos ingleses de la niña confesaron que el modelo de su crimen había sido
Child's Play 3, Martin Amis escribió un sabroso artículo en The New Yorker, diciendo que él había
alquilado esa película, y la había visto en su televisión, y que todavía no había asesinado ni
torturado a nadie. Bien, yo le creo. Pero ¿ejercen el mismo efecto esas imágenes en un espectador
adulto que en un ser de pocos años o en un adolescente? Me lo he preguntado muchas veces en
estos últimos tiempos, a medida que los medios audiovisuales incrementaban, cada día más, las
dosis de imágenes sádicas y sangrientas, hasta alcanzar los extremos de repugnante exaltación de la
crueldad -bajo el cíníco pretexto de denunciarla, además- de Natura1 Born Killers (una película
que, para vergüenza mía, el jurado del Festival de Venecia del que yo formaba parte premió). Los
niños que en la televisión, en el cine, en el ordenador, en las salas de juegos de vídeos, reciben ese
baño continuo de imágenes que banalizan, exaltan, mitifican y sacralizan la crueldad, difícilmente
pueden actuar como ángeles. Sobre todo, sabiendo, como sabemos por lo menos desde Freud, que la
inocencia y la bondad infantiles son mitos, que un niño es una delicada estructura psiquíca cuyo
gobierno se disputan instintos, apetitos y emociones que con facilidad pueden volverse destructivos,
o autodestructivos, y que el entorno familiar y social es en ello determinante.

¿Es la censura la solución? No, desde luego. Porque la censura puede atajar la violencia de las
imágenes usando la tijera, pero sus tijeretazos terminan siempre por destruir la creatividad y la
libertad, sin las cuales no hay obra de arte, ni verdadera cultura, ni, por supuesto, democracia. El
único posible paliativo para frenar el efecto distorsionador en la personalidad de los niños de las
imágenes violentas de los medios audiovisuales es un estricto control en la calificación y el acceso a
las salas de exhibición o a los programas televisivos. Esto no va a acabar con el problema, desde
luego, pero puede al menos atenuarlo. La verdadera solución debería venir de la cultura, de unos
valores y patrones estéticos y morales que condenaran al fracaso a las obras que, como Child's Play
3 o Natural Born Killers, constituyen una gratuita y estúpida exaltación de la crueldad y el crimen.
Pero, es obvio que esto no va a ocurrir. Por el contrario, la violencia ha alcanzado un derecho de
ciudad gracias en buena parte a la cultura, ella es uno de sus productos más refinados y está aquí
para quedarse, pues ha venido entreverada entre los pliegues de la más preciosa conquista humana,
que es la libertad a la que debemos las mejores cosas que le han sobrevenido a la humanidad. Pero,
hay, también algunas malas. Por eso, aunque parezca absurdo, cabe decir que de algún modo esta
invisible y hermosa señora ayudó a apretar el gatillo del revólver con que su compañerito de clase
mató a Kayla Rolland, aquel infausto miércoles, en aquella aldea perdida de Detroit.

_____________________
©Mario Vargas Llosa, 2000
©Derechos mundiales de prensa en todas las lenguas reservados a Diario El País, SA, 2000.

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Lectura 5 : “Educación para una ciudadanía global: la importancia de las humanidades”

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aquellos en el Perú preocupados por el futuro de la democracia hablasen con fuerza en los
medios de comunicación públicos e insistiesen en la importancia de las humanidades y las artes
como ingredientes esenciales para una buena ciudadanía.
Las democracias tienen grandes poderes racionales e imaginativos. Son también propensas a
algunas serias fallas en el razonamiento, el parroquialismo, el apresuramiento, el descuido, el
egoísmo. La educación basada principalmente en la posibilidad de obtener ganancias en el
mercado global magnifica estas deficiencias, produciendo una codicia obtusa que amenaza la
vida misma de la democracia. Necesitamos escuchar, una vez más, las ideas de Dewey y Tagore,
favoreciendo una educación que cultive las capacidades críticas, que promueva una
comprensión compleja del mundo y su gente, y que eduque y refine la capacidad para la
empatía ������������a educación que cultive a los seres humanos y su humanidad en lugar de
producir generaciones de máquinas útiles ��� ��� ��� ����������� ��� ��� ������������ �������� ��� ����
humanidades y las artes, serán abandonadas, pues no hacen dinero. Solo hacen algo que es
mucho más precioso que el dinero, hacen un mundo en el que vale la pena vivir, y democracias
que son capaces de superar el miedo y la sospecha, y de generar espacios vitales para el debate
empático y razonado. O, como Tagore hubiese dicho, liberan al alma de su jaula.

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Lectura 6 : “Empleo y pobreza”

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