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Vivo con dos perros, Tara y Surajkhan.

Tara tuvo una infancia traumática. El antiguo amo la compró en un criadero, a su familia no le gustó porque era una
perra muy grande. La señora quería un poodle. El señor intentó devolverla, pero el dueño del criadero no aceptó.
Durante varios meses estuvo sola en el jardín, alimentada, pero jamás tocada, afecto cero. Al séptimo mes, llegó a
nuestra casa. Al comienzo, salíamos al jardín y ella arrancaba. De a poco fue aprendiendo a confiar. Hoy se puede
decir que es una perra cariñosa, algo reticente con los extraños. Es muy inteligente: escucha una vez una palabra
asociada a una conducta, y es suficiente para que la repita al escucharla.

Surajkhan en cambio no ha tenido grandes traumas, quizás el mayor fue su viaje en avión, en una maleta para
perros, desde Ciudad de México hasta Santiago. El no era de criadero, sino de un criador pequeño, que se enamoró
de él porque era blanco entero, dormía con él, como con un oso de peluche. Cuando me lo vendió a los dos meses,
lloraba. A pesar de no dormir en mi cama, se puede decir que el cariño siguió intacto. Querido, regalón, es confiado
y recibe a los extraños como comité de bienvenida. Sin embargo es menos rápido para comprender una instrucción
asociada a una palabra. Pareciera no escuchar de la misma manera que Tara.
Entrego estos antecedentes de sus historias para que sirvan como contexto de la situación que voy a describir a
continuación.

He notado que el mejor momento para enseñarle algo a Tara y Suraj, es antes de comer. Asocian el aprendizaje a
una recompensa. Y por lo tanto parecieran tener mejor disposición para realizar las acciones solicitadas. Que
pueden ser palabras como sit, lamano, givmifaiv (give me five), adentro, alfombra, ap (up) y varias otras. A cada una
de ellas corresponde una acción. Por ejemplo, cuando escuchan lamano, dan la mano. Por supuesto sucede cuando
están sentados después de un sit inducido o espontáneo. Alfombra, quiere decir que se deben parar en la alfombra.

La semana pasada, realicé el experimento de juntar dos palabras. Esperé la hora previa a la comida, que para ellos
es bastante clara. Me dirigí a sus platos y creé un nuevo sonido: alfombrasit. Surajkhan miró desconcertado, casi sin
cambiar la expresión, no atinó a ningún movimiento. Tara miró atenta, levantó las orejas, y se dirigió a la alfombra,
pero se puso tan nerviosa que pasó de largo. Surajkhan se levantó siguió a Tara. Cuando repetí la palabra Tara ya
estaba tan confundida que se bloqueó y no se movió, Surajkhan en cambio se sentó sobre la alfombra. Sólo a la
tercera vez que repetí alfombrasit, siguiendo el movimiento de Surajkahn, Tara se sentó sobre la alfombra.

A partir de la observación de esa situación, inserta en una historia previa, deduzco las siguientes distinciones:
Tara comprende ³de que se trata´ más rápido, pero su ³fragilidad emocional´ le impide realizar la tarea. Surajkhan es
menos rápido para entender, pero su ³seguridad afectiva´ le permite, siguiendo el primer impulso de Tara, realizar
antes la tarea. Finalmente, Tara que había comprendido primero, pero no había podido realizar la tarea, la realiza
siguiendo el ejemplo de Surajkhan.

La comprensión, la inteligencia que no va apoyada en un sólido fondo afectivo, una confianza que Tara ha ido
adquiriendo lentamente, dificulta coordinar conductas con eficacia. Mientras que una menor comprensión
acompañada de una mayor confianza permite efectuar tareas con más rapidez.

En este caso además, por tratarse de dos perros uno podría pensar que el trabajo en conjunto, la inteligencia de uno
y la confianza del otro, hacen que juntos operen más rápido que por separado.

La imitación opera como facilitador eficaz para superar el bloqueo emocional en el caso de Tara y la no
³comprensión´ inicial en el caso de Surajkhan.

Para llegar a un concepto complejo o compuesto era necesario pasar por los dos primeros que forman el segundo
(sit alfombra y luego la combinación alfombrasit)
...Uno podría reflexionar sobre esa experiencia desde distintos puntos de vista, relacionando, re-configurando,
aprendiendo.

¿Quién era el principal sujeto de aprendizaje en la experiencia anterior, mis perros o yo? Ambos estábamos
aprendiendo en un sentido amplio. Ellos una nueva palabra asociada a una conducta y yo sobre el aprendizaje.

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Se ha llamado a nuestro tiempo ³la sociedad del conocimiento´. Este es uno de los nombres para una sociedad que
aprecia crecientemente el valor agregado a través de la creatividad, de la investigación, de la gestión de procesos.
Las predicciones de éxito de las economías se fijan en la cantidad de estudiantes de tercer ciclo, en la enseñanza
superior gratuita, en las horas de trabajo destinadas a actividades del conocimiento, en la formación continua.

Lo anterior parece evidente si observamos como la mutación veloz de las sociedades va generando nuevos
espacios laborales que dejan obsoletos los ramos de primer año de los estudiantes de carreras que duran cinco
años. A mi me pasó hace un par de décadas cuando estudié periodismo, nunca tuve informática y hoy es
impensable un profesional de las comunicaciones que no domine cuatro o cinco programas. Hoy es caso frecuente
de los estudiantes de ingeniería en computación, y es pensable que el área de la medicina, la agricultura y la
alimentación se verá revolucionada por la aparición de la biogenética.

Conocimientos prácticos, aplicaciones inmediatas, donde el antiguo modelo ya quedó obsoleto. La capacidad de
reacción de las burocracias universitarias no alcanza a responder a las demandas del mercado laboral y de una
sociedad que pone la información al alcance de cualquiera, millones de libros, de páginas web, de conversaciones
de chat. Tanta información que se traduce en ruido, en dificultad para elegir. ¿Según qué criterios decide alguien que
está pensando en continuar su formación para la supervivencia profesional, cuando tiene que optar por nuevas
tendencias cuya validación solo la dará el tiempo, cuando ya quede obsoleto frente a los futuros nuevos
conocimientos?

El mundo del conocimiento se enfrenta además a una ampliación de ofertas que sobrepasa las escuelas validadas
en los últimos siglos. Vuelven a aparecer escuelas milenarias, un gurú de India, o un sufi de Pakistán o un chamán
del Amazonas pasan también a ser parte de la oferta posible para quien quiera acceder al conocimiento, en un
sentido amplio.

El mundo más pequeño y más a alcance de la mano. Ya no hace falta ser Gurdieff para encontrarse con hombre
notables, ni francés o millonario para estudiar en La Sorbonne. Los conocimientos se acercan: puedo aprender a
escribir japonés o las últimas técnicas de gestión a través de Internet. Y en la red la cosa recién comienza.

Para el curioso, un mundo embriagador de posibilidades, donde hay que aceptar el azar o la intuición como parte de
la selección, y que la diversidad de caminos es un hecho irrefutable.

³Sociedad del Conocimiento´ que bajo ese nombre abarca tanto que distingue poco. Sin embargo, me parece claro
que la palabra ³conocimiento´ no se refiere a un conocimiento inmutable y duro, a un objeto ±discurso o método-,
sino que a una manera de relacionarse de las personas e instituciones que ±quizás debido a la conectividad- está
constantemente produciendo conocimiento, nuevas soluciones variables, desafíos con respuestas no comprobables
en teoría sino que en resultados prácticos, que muchas veces no darán tiempo ni espacio para la generalización.
Una sociedad tan variable pareciera requerir más aprendices que conocedores, preguntadores que respondedores.

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El aprendizaje en las situaciones de enseñanza del sistema formal, colegios y universidades implica una relación
unidireccional donde el protagonista es el que sabe, los otros no saben y deben ser instruidos. La metáfora del
recipiente vacío que debe ser llenado de conocimientos sigue reinando.

Los alumnos reciben la instrucción (alfombra sit) de parte del profesor y se espera de ellos una conducta que
demuestre que aprendieron la instrucción. Resolver una ecuación, recitar un poema, recordar las fechas de las
batallas son algunas de las más típicas. En las universidades los desafíos son algo más complejos, pero siguen la
misma lógica.

El que sabe, es el transmisor de una institucionalidad que define qué es lo que los alumnos deben saber. El
aprendizaje consiste en realizar lo que el profesor sabe y espera. No se asume el espacio de formación como un
espacio de creación personal, de búsqueda de la propia identidad, de elementos para hacer mejor aquello que me
gusta, de surgimiento de preguntas y observación sobre aquello que quiero ser o hacer. El alumno es más bien
socializado en una industria educativa ±pública o privada-, ordenado y homogeneizado. Cantidad sobre calidad,
orden sobre creatividad, masa sobre personas, gobierno sobre ciudadano.

Ya a fines de los setenta, mis profesores de colegio decían ³más vale una cabeza bien hecha, que una cabeza bien
llena´. Un paso en relación a la metáfora del recipiente, pero todavía asumiendo el rol protagónico del hacedor de
cabezas.

En ambos casos el que aprende debe dejarse inocular un conocimiento predefinido por otro. No tiene una función
activa en la definición de qué quiere aprender, sino que "estimulado" por la necesidad de pasar o aprobar, debe
someterse a la instrucción que el otro sabe que es buena para él. No hay protagonismo del aprendiz, sino que un
seguimiento del camino propuesto mediante la sanción de la nota que sobre un cierto índice se hace acreedor a una
recompensa, o bajo él, una sanción.

Pocas diferencias con mis perros antes de comer.

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La idea ³aprender a aprender´ se ha transformado en consigna. Con esa frase terminan o inician todos lo discursos
oficiales sobre educación y capacitación. La consigna vacía el contenido de las palabras y se transforma en
declaración de voluntad, más principio que práctica. Todavía hay pocos ejemplos de cómo se materializa aquello en
la gran escala de la industria educativa o de las necesidades de capacitación y formación continua.

Sin precisar el concepto, aprender puede mimetizarse con la adaptación inevitable para sobrevivir en nuestra
sociedad en mutación acelerada, que nos obliga a modificar permanentemente nuestra relación con el medio,
incorporando información y nuevas posibilidades. Observar ese proceso, mirar cómo nos cambia, decidir cuándo y
qué no transformar, cómo afecta nuestra identidad, cómo nos permite mejorar nuestras prácticas puede estar un
paso más cerca del aprendizaje que de la adaptación.

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El aprendizaje rompe el espacio y el tiempo tradicionalmente dedicados a la enseñanza. Ya no se trata de un lugar


aparte, donde la gente se concentra por una etapa de sus vidas para luego poner en práctica lo aprendido.
Adaptarse a un trabajo, utilizar una nueva tecnología, llegar a un nuevo país, cambiarse de barrio, son posibilidades
cotidianas y bastante probables en la vida de los ciudadanos del siglo XXI.

Si enriquecemos el concepto de aprendizaje con la capacidad de empoderar la experiencia mediante la observación


y explicación de la misma, es evidente que será necesario dedicar un tiempo individual o colectivo a la construcción
de este proceso. Un alto reflexivo en la adaptación constante al cambio permanente, que nos permita observar,
explicar para mejorar aquello que hacemos y somos.

Ese alto reflexivo será más potente si esa observación es una actitud constante en la adaptación, es decir si el
aprendizaje no sucede aparte de la experiencia sino que es parte de él. Desarrollar la atención, la observación sobre
aquello que realizo en todo lugar y momento es parte del desarrollo de las capacidades de aprendizaje.
El modelo de los 18 años destinados a adquirir conocimiento en aulas cerradas y aisladas es el rastro de una
sociedad industrial superada, de la necesidad de formar ciudadanos homogéneos. Hoy el aprendizaje sucede en
todo lugar, en el trabajo, en la calle, en la interacción con los medios de comunicación, en los viajes, en las múltiples
ofertas de maestros, cursos, seminarios, desde la supervivencia en las montañas de California, la meditación
tibetana, la capacitación en diseño de páginas-web, maestrías en Internet, doctorados en Harvard. Ingreso seguro,
cambie su vida, sea feliz, desarrolle su poder son las promesas educativas de la sociedad del consumo de
conocimiento.

³El conocimiento humano, medido a la manera de los bibliometristas, demoró 1750 años en duplicar por primera vez
su volumen. La siguiente vez, lo hizo en 150 años. Luego en 50. Hoy se duplica cada 5 años. Se estima que el año
2020 aumentará al doble cada 73 días´. (1) Publicaciones, producción audiovisual, millones de bytes de texto,
imágenes y sonido circulando en la web al alcance de cualquiera. Los medios de comunicación para acceder al
conocimiento ya no son un problema.

Pero un libro es un montón de letras, un computador una sucesión de unos y ceros sin sentido, un folleto que explica
como acceder a un crédito son dibujos y palabras. Los instrumentos sólo cobran sentido interpretados, encarnados
en configuraciones y nuevas prácticas de las personas. Los indígenas de Nueva Guinea dicen que ³el conocimiento
sólo es ruido mientras no esta en los músculos´. (2) El aprendizaje no se da por el contacto con los instrumentos,
sino por un proceso interno en el que las personas modifican sus conductas, sus habilidades, su relación con el
mundo, sus metáforas.

Desarrollar las habilidades del aprendizaje puede hacer que la situación más banal, el profesor más aburrido, el
instrumento menos estimulante se transformen en detonantes de una relación de aprendizaje y transformación. Eso
significa que la primera alfabetización para los aprendices debe ser la de cómo aprender.

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Desde el punto de vista de la comunicología una relación comunicacional de aprendizaje describe una relación en la
que dos personas tienen como objetivo aprender, no a llenar recipientes vacíos, sino a reestructurar las
configuraciones previas, abiertos a modificarlas para crear nuevos escenarios y posibilidades, transformar la
identidad.

No hay aprendizaje sin aprendiz, sin la voluntad y el deseo de aprender del alumno o el discípulo. Es decir el ³mejor´
profesor relacionado con alumnos que no tienen ganas de aprender, fracasará en su intento, entregará mensajes y
experiencias que al caer en oídos sordos no crearán nuevas posibilidades. El caso contrario también es válido una
comunidad de aprendizaje activa y vital, con objetivos de aprendizaje claros, hará de un profesor ³mediocre´ una
fuente de nuevas posibilidades y logrará aprender y crecer.

Esto es válido tanto para el aprendizaje formal, para la capacitación, como para la relación con las antiguas escuelas
y tradiciones alternativas. Esa voluntad y capacidad de aprender es la que puede transformar una consulta
astrológica en una fuente de ideas y señales o en prejuicios y profecías autocumplidas, o la práctica de la meditación
en un camino de crecimiento o de militancia ciega en una nueva religión o ideología.

El proceso de aprendizaje debería partir por despertar el deseo de aprender, estimular las capacidades y habilidades
que guiarán ese proceso. Centrarse en la creación de esa capacidad de auto observación que permite conocer las
configuraciones propias e intuir el camino hacia las nuevas. Esto puede ser extremadamente difícil ³el ojo que todo
ve, nunca se ha visto a sí mismo´. (3)

La necesidad del protagonismo del discípulo, por sobre el rol del maestro, lo atisbé hace algunos años en White
Fields, Bangalore. Durante horas, centenares de personas esperábamos la ceremonia de Sai Baba, uno de los ³holy
man´ más importantes de India. Cada uno estaba ahí por distintos motivos, algunos esperando curación para
enfermedades más o menos graves, muchos por razones religiosas y místicas, otros por curiosidad, no pocos por
turismo espiritual, varios en busca de respuestas. La ceremonia se desarrolló en forma hermosa, alegre, plácida,
armónica. Al final de ella Sai Baba recorrió entre las filas de seguidores escogiendo unos diez para una entrevista
personal. En ese momento, la comunidad de seguidores armónicos se transformó en una muchedumbre de
individuos que peleaban por la salvación personal, esperando ser elegidos por sobre sus vecinos. El ritual terminó en
un tono menos hermoso que el del comienzo. Observaba las distintas caras de los asistentes, algunos en paz, otros
habiendo encontrado una respuesta, otros sintiéndose mejor, otros irritados y decepcionados. En la misma situación,
en la misma ceremonia cada uno buscaba algo distinto y encontró, o no, de acuerdo a su búsqueda. Yo la certeza
de que cada uno encuentra lo que necesita desde lo que su mayanadi, el reflejo de su experiencia, hace posible.

Pensar en un conocimiento develado o listo para ser transmitido, por el maestro, ajeno a la situación que lo crea, es
como pensar que un libro puede tener una sola lectura. Quienes leemos y tenemos la costumbre de subrayar,
sabemos que un mismo lector varía según el tiempo: cuando nos encontramos con los subrayados de otra época, a
menudo nos preguntamos ³¿y por qué subrayé esto, si lo que me importa (ahora) es esto otro?´

No hay un ³conocimiento´ que debe ser entregado, sino aprendices que van descubriendo aquello que desde sus
perspectivas necesitan para adaptarse mejor, ser más felices, tener mejores herramientas, comprender mejor el
mundo y comprenderse mejor en el mundo.

Poner el acento en el poder del aprendiz, no es muy distinto de la ley de los chamanes de ³despertar al médico
interior´ de los enfermos para permitir que estos se curen. El psicólogo y su paciente también se enmarcan en el
mismo tipo de relación. ¿Qué es una terapia, sino desarrollar o potenciar las capacidades del otro para que aprenda
a vivir mejor?

Al comienzo de este artículo al describir la situación de instrucción de mis perros, destacaba entre otros el poder del
ejemplo como oportunidad de modelo y guía hacia nuevas conductas y comportamientos. Crear en el aprendiz una
actitud de aprendizaje, en el paciente una ventana hacia la sanación, debería tener como ejes tanto maestros como
terapeutas, que están aprendiendo, con el entusiasmo y la sorpresa del descubrimiento de nuevas posibilidades. Un
aprendizaje que surge en la relación nutritiva de la comunidad de aprendizaje.

 

* Doctor(c) y Maestro en Ciencias de la Comunicación y la Información; Consultor Internacional; Presidente de la


Fundación de la Comunicología; Director Ejecutivo del Portal de Comunicología Mayanadia®; Miembro de
ORBICOM la Red de Cátedras de la UNESCO en Comunicación.

(1) James Appleberry. National and local forces at work: Challenging times for creative people (1998). Citado por
Ivan Guerrero en Radiografía de la Internet en Chile, Santiago, 2000.

(2) Judith Delozier. Curso de PNL ³Prerequisites to Personal Genios.´

(3) Cita habitual de Salvador Fernández, economista y astrólogo

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Tolosa, M. (2008)' (( (


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(  ( ( Texto publicado en la Revista
Comunicologí@: indicios y conjeturas, Publicación Electrónica del Departamento de Comunicación de la Universidad
Iberoamericana Ciudad de México, Segunda Época, Número 9, Primavera 2008, disponible en:
http://revistacomunicologia.org/index.php?option=com_content&task=view&id=221&Itemid=90
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En primer lugar me quiero disculpar sinceramente de no poder estar aquí esta mañana. No pude coordinar mis
horarios; además esta ciudad de México ²inmensa, imprevisible² como todos sabemos bien, demanda que entre
un compromiso y otro, entre una cita y otra, se tengan que invertir varias horas.

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Me pesa mucho no estar aquí por varias razones, en primer lugar porque tenía muchos deseos de felicitar
personalmente al coordinador de este libro el Prof. Pablo Espinosa ²de quien siempre me ha llamado mucho la
atención esa afección y predilección, sin provenir de su formación se origen, por la semiótica², a quien tuve
oportunidad de conocer personalmente duran la organización II Encuentro Internacional de Semiótica que organizó
en noviembre pasado en Monterrey. Entonces, muy amablemente, el Mtro. Espinosa me hizo el favor de
obsequiarme el libro que ahora comento y le pido al Mtro. Espinosa en primer lugar acepte mi disculpas por no
encontrarme aquí y ofrezca a cambio mi reconocimiento a través de estas líneas de su trabajo en la difusión de la
semiótica a través de encuentro (de altos vuelos, hay que decir) y editoriales como esta Antología que ahora nos
ofrece.

En segundo lugar, tenía muchos deseos de poder saludar y presentar mi respeto al Dr. Jesús Elizondo por su
trabajo: su libro El signo en acción es un texto importante dentro de la semiótica mexicana, pero otros artículo
igualmente sugerentes como ³Pedagogía de la semiótica en la Universidad´ (2003) donde aborda un tema que
considero fundamental y que muy pocas veces trato por los propios semiólogos, como es la didáctica y pedagogía
de esta disciplina. Habría tenido interés en hacerme preguntas sobre qué tipo de semiótica necesitan los estudios de
comunicación con el Dr. Elizondo, de la misma manera que explorar sus posibilidades heurísticas más amplias
dentro de las ciencias sociales.

Finalmente me pesa porque la presentación de un libro sobre semiótica en México, compilado por un mexicano es
un hecho, por desgracia, mucho mas infrecuente de lo que parece; doble rareza si este libro tiene por objeto casi
único y directo a los medios de información colectiva, como es el caso de la antología Semiótica de los Mass Media.
Discurso de la Comunicación Visual.

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Si bien la semiótica va tomando carta de ciudadanía en muchos espacios institucionales y académicos, es triste que
aunque en comunicación es frecuente su uso y mención, no sea ni remotamente éste, el espacio donde se le
construye. Como en muchos casos, la reflexión que en comunicación usamos sobre semiótica viene la mayor de las
veces fuera del campo, de aquí que no pocos se desaniman con las implicaciones lingüísticas y filosóficas para
poder identificar algunos de sus postulados centrales. Tal vez por estas razones (es una suposición), persiste en
nuestras escuelas de comunicación, una perspectiva instrumental en el mejor de los casos, cuando no bastante
mezquina y menguada del potencial explicativo para el conocimiento de los procesos mass-mediáticos. La semiótica
es muchas veces en nuestras facultades y escuelas de comunicación, sinónimo de modelitos mal aplicados a los
mensajes de los medios.

El primer elemento rescatable de este texto es su ³fenómeno editorial´, su aparición como libro en un país que no
suele producir semiótica, menos aún en el campo de las comunicaciones audiovisuales.

Por si este hecho no fuera ya suficiente hay que mencionar que la compilación del Prof. Espinosa, nos ofrece un
verdadero ³manjar´, en el sentido que tenemos traducidos al español, algunos de los máximos exponentes para el
estudio de la semiótica visual. Si tuviéramos que evaluar la antología únicamente por las credenciales de los autores
antolados, sin duda el libro llevaría ya lo máximos honores. Así como no recuerdo un libro compilado por un
mexicano íntegramente a la semiótica de la comunicación masiva, menos recuerdo (espero no equivocarme o que la
memoria no me traicione) otro que aglutine las personalidades que ahora el lector tiene a la mano a través de este
texto.

Encontramos un texto de Sonesson, autor imprescindible a nivel mundial para el conocimiento de las
comunicaciones visuales. De la misma manera el texto de Gianfranco Bettetini es un hallazgo porque no recuerdo
que se haya traducido por una editorial mexicana o editor mexicano algún texto de él y que me da mucho gusto se le
integre porque tal parece que hablar sobre semiótica y comunicación es pensar casi únicamente en Eco, cuando sin
duda Bettetini ha dedicado muchísimas más páginas al estudio semiótico de los medios que el propio Eco.

He visto con beneplácito el trabajo de Gerard Imbert, quien desde hace unos años se ha volcado decididamente al
estudio de la semiótica visual, tras algunos años de hace sugerentes aplicaciones en la socio-semiótica del discurso
de prensa, es igualmente una más de las fortalezas de esta antología. Por si ya de por sí esto no fuera suficiente,
encontramos también un trabajo Teresa Escudero, autora pionera y fundamental en la semiótica iberoamericana,
aun cuando ella vive en Paris. De menos difusión en México, la semiótica de la publicidad tiene de sus principales
analistas a la profa. Nicel Evareart, donde me parece todos los estudiantes de comunicación interesados en este
tema ²y lo menciono porque suele ser una de las prácticas comunicativas más recurrentes para aplicar la
semiótica² verán una aproximación sumamente sugerente que ojalá lleve a más a uno a formalizar y sistematizar lo
que la semiótica ha dicho sobre los mecanismos de producción publicitarias.

Por oposición me permito comentar que si bien tengo un gran respeto y admiración del trabajo de Armand Mattelart,
no veo muy clara su inserción, sobre todo al lado de quienes centralmente han tenido una trayectoria semiótica en
su pensamiento. De hecho, si debo se honesto, su artículo me parece siquiera semiótico, a lo mucho, encontramos
una caracterización amplia de la sociedad de la información, de algunos procesos para los cuales la semiótica puede
aportar o decir algo. Más que un semiólogo o cosa parecida, en su última etapa, Mattelart ha devenido en un
divulgador eficaz (siempre desde el apoyo de la industria editorial española) del pensamiento comunicacional; de
hecho en el artículo que se encuentra en el libro me ha parecido reconocer pasajes de dos textos anteriores: Historia
del pensamiento comunicacional en América Latina (1997) e Historia de la Sociedad de la Información (2001).
Durante algún tiempo, cuando publicó en 1971 su celebérrimo Para leer el pato Donald, singular trabajo que gozó
por un tiempo como sinónimo de lo que por entonces se pensaba podría hacer la semiótica en una región como
América Latina: desentrañar los sistemas de significación de la cultura dominante transnacional.

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Ya he sugerido las contribuciones didácticas del libro (y reitero lo que he mencionado a propósito del artículo del
profesor Elizondo y la importancia que tiene la reflexión ²sobre todo en nuestras escuelas de comunicación² sobre
didáctica, pedagogía y semiótica), porque el estudiante y el interesado tienen un compendio de referencias
imprescindibles para el estudio de la semiótica visual. De la misma manera se puede superar la visión que
circunscribe la semiótica a la aplicación de modelitos o herramientas. La semiótica aflora como un elemento
fundamental en la filosofía cultural de las nuevas tecnologías, un instrumento de gran sentido para el conocimiento
de los procesos de sentido-significación en distintas prácticas culturales. Esta es acaso una de las virtudes de la
semiótica en general que conviene tener claro para privarla de esa elitista y oscura con el que a veces se le
presenta.

Otra contribución del texto compilado del prof. Espinosa, es que nos ofrece na antología en la que hay aplicaciones
concretas y específicas a ciertas prácticas comunicativas como la publicidad, al mismo tiempo que reflexiones de
más largo aliento sobre las tecnologías interactivas, la infografía, la Internet, o procesos de configuración más amplia
dentro de nuestra iconósfera contemporánea.

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No quiero abusar más de la paciencia de todos ustedes. Concluyo mi comentario con una mención a las primeras
sesenta páginas del libro escritas por el Antologador, aparte de la presentación donde contextualiza el origen del
libro y él mismo hace un resumen de los esfuerzos realizados por la difusión y divulgación de la semiótica. He
agradecido su primer artículo porque así he podido conocer la propia idea de la semiótica y comunicación que tiene
el Prof. Espinosa. Espero tener alguna oportunidad, en otro espacio, de charlar, comentar y glosar algunas de las
sugerentes afirmaciones que hace el Prof. Espinosa sobre la semiótica, sus objetos y marcos explicativos para las
comunicaciones visuales.

Hay en estas primeras páginas un buen resumen de lo que es la semiótica y su pertinencia. Además como Espinosa
lo señala, estos libros se han visto impulsados por congresos-seminarios internacionales que él ha promovido y en el
que han llegado a venir algunas de esas referencias imprescindible. Hay por tanto una comprobación de esa extraña
vocación divulgadora y campal.

Estoy seguro que en este libro, el joven lector va tener una mirada muy completa que supera esa aproximación de
manual a las definiciones de signo, significación, objeto, referente, etc. En esta Antología, la semiótica se alcanza a
percibir como algo muy cercano y pertinente a los debates contemporáneos sobre la configuración en los nuevos
mecanismos de producción de sentido en las nuevas tecnologías. Me parece que en la medida se vea a la semiótica
como una herramienta funcional en extremo pertinente no solo para desentrañar procesos ideológicos, sino para
describir fenómenos de significación a nivel instrumental, expresivo o contextual eso llevará a considerar en muchos
tesistas, la pertinencia de ver sus objetos bajo una perspectiva semiótica.

No dejo de mencionar alguna de las ideas polémicas en estas páginas. ¿Es Umberto Eco el gran detonador para
una semiótica de los medios?, como sugiere uno de los subtítulo del artículo del prof. Espinosa. Mi hipótesis es la
contraria: que a Eco no le interesan ³formalmente´ los medios de información, pero es un debate para otro momento.
Es por ello que el trabajo de Bettitini y su recuperación, como el de muchos otros, es un hallazgo y desde mi punto
de vista una invitacion a superar esa historia tan convencionalizada que hay de la semiótica.

Concluyo felicitando nuevamente al Prof. Espinosa, a la casa editora del libro. Tenemos una antología de ³lujo´ me
parece la principal contribución del libro, la compilación ³de lujo´ sobre el debate de la semiótica y comunicación
masiva que se articula a muchos niveles. Ojala el prof. Espinosa se anime pronto a hacer otra Antología y no
tengamos que esperar los más de 10 años que pasaron entre el primer Congreso Mundial de Semiótica y
Comunicación organizado por él y el segundo (aprovecho para sugerir una edición de las ponencias de aquél I
Congreso Mundial«). Hacen falta muchas obras de esta, más antologías y comentarios, más síntesis que nos lleven
a consolidar una semiótica para un estudio complejo y trandisciplinario de los procesos de producción de sentido
dentro de la comunicación social. Muchas gracias.

Tanius Karam
30 de marzo 2006

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Texto publicado en la Revista Comunicologí@: indicios y conjeturas, Publicación Electrónica del Departamento de
Comunicación de la Universidad Iberoamericana Ciudad de México, Primera Época, Número 5, Primavera 2006,
disponible en: http://revistacomunicologia.org/index.php?option=com_content&task=view&id=131&Itemid=90

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