Es interesante analizar el concepto de revolución científica: Revolución científica es –según Kuhn- una
serie de episodios de desarrollo no acumulativo en que un antiguo paradigma es reemplazado, parcial o
completamente, por otro nuevo e incompatible. Eso explicaría al menos en parte que la acumulación de
datos empíricos y sus consiguientes modificaciones a la teoría global llega un momento en que se agota y,
entonces, es necesario cambiar por completo el paradigma según el cual entendemos el mundo. Las
razones que llevan a un científico puntual el emprender una reforma de este tipo son siempre múltiples.
Durante los más de 12 siglos que median entre Ptolomeo y Copérnico fueron muchos los astrónomos que
intentaron enmendar el sistema ptolemaico, tratando de ajustar lo más perfectamente posible a las
observaciones todo el entramado geométrico basado en el sistema deferente-epiciclo-ecuante, sin
embrago ninguno se planteó abandonar el sistema reconociéndolo como erróneo de base y pasar a la
elaboración de un nuevo sistema astronómico o incluso cosmológico, lo cual realizó finalmente
Copérnico; las razones que le llevaron a ello era el neoplatonismo que le empujaba a buscar una solución
simple al mismo tiempo que precisa, así como una influencia pitagórica.
La tradición anterior a Copérnico está dividida en dos bloques: los aristotélicos y los ptolemaicos, los
cuales tienen cosas en común de las que cabe resaltar dos:
a) Los dos conciben la Tierra en el centro del universo sin ningún tipo de movimiento, es el cosmos
clásico geoestático y geocéntrico.
b) La segunda de ellas es lo que Kuhn denomina universo de dos esferas: a saber, la esfera exterior
de las estrellas fijas y la esfera interior de la Tierra -Copérnico mantendrá este modelo pero
sustituye la segunda esfera por el Sol-.
En cualquiera de las modificaciones sobre el sistema de A. y Ptolomeo realizado antes del nacimiento
de Copérnico esos dos rasgos se mantienen inseparables siempre.
Copérnico –debido a sus influencias pitagóricas y platónicas- busca un sistema que sea lo
suficientemente racional como para poder armonizar la astronomía y la cosmología, de manera que
salvar las apariencias no es suficiente.
Copérnico considera que los ecuantes del sistema ptolemaico han de ser eliminados, ya que no
respetan el principio de Platón. Este sistema ptolemaico, juntando todas sus piezas, se le presenta
como algo monstruoso. Otro motivo que le empuja a ello es la reforma del calendario juliano,
sentando las bases de un nuevo calendario gregoriano.
Con respecto al problema del movimiento de la Tierra Copérnico plantea una duda: ¿no sería más
fácil pensar que la tierra sea la que se mueva, dando una vuelta completa en 24 horas, antes de que sea
todo el cielo el que lo haga en tan corto periodo de tiempo? Además estar en reposo, el ser
considerado más noble y divino que la inestabilidad, encaja mejor con el Sol que con la tierra que, por
el contrario, al ser el mundo de lo contingente, encaja mejor con la inestabilidad y, por tanto, con el
movimiento.