Sabato y el fin de una generación literaria

Con la reciente muerte del escritor argentino desaparece el último de los miembros de un grupo de narradores
que hizo del Río de la Plata un territorio ficcional como ningún otro. La excelencia literaria de Sabato, sin
embargo, se ve marcada por una vida política contradictoria, imposible de disociar de su carrera en las letras.
PÁGINAS 4-5

(TOMAS MULLER. ELTOMYMULLER.BLOGSPOT.COM)

AÑO 13 — N° 627— 8 PÁGINAS LA PAZ, DOMINGO 8 DE MAYO DE 2011

Los abismos El español Javier

posibles, primera
novela de Murillo
El paceño Mauricio Murillo Aliaga, reciente gana-
dor del Premio Nacional de Cuento Franz Tama-
yo, presentó su libro con la editorial El Cuervo.

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FONDO
NEGRO
T E E S C R I B O D E U N PA Í S D O N D E
E S TÁ N E G R O Y N O E S D E N O C H E
Marías y la
novela reflexiva
Edmundo Paz Soldán lee Los enamoramientos co-
mo la confirmación de que para el español lo que
vale del género son las conjeturas y la cavilación.

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DOMINGO
Mauricio Murillo: “Internet es
esencial para producir narrativa”
8 MAYO
DE 2011
E
l miércoles 4, en instalaciones de la
Cinemateca Boliviana, se presentó
Los abismos posibles, primera no-
vela de Mauricio Murillo Aliaga
(1982), ganador de la más reciente versión del
Premio Nacional de Cuento Franz Tamayo. Se
trata de un texto breve que funciona en varios
niveles y en el que interviene una multitud de
figuras históricas de todo tipo, con una trama
que gira alrededor de “un misterio, a cuyo
desciframiento el lector asiste en calidad de
testigo”. A propósito de la ocasión, Fondo
Negro se entrevistó con el autor.
—En líneas generales, ¿cuál es el argu-
mento de Los abismos posibles?
—Es una novela fragmentaria, con varias
historias que se interpolan, así que me es difí-
cil definir un solo argumento. Pero creo que
en general se trata del viaje que realiza Tariq,
un tangerino, de su natal Tánger a Santoña,
en España. Todo esto se mezcla con la obse-
sión que Tariq tiene con lo profundo y oscuro
del mar, además de su afición por la repro-
ducción de un mapa que Juan de la Cosa di-
bujó en 1500.
—La fijación de la trama con el mar podría
leerse como un gesto particularmente intere-
sante en un escritor boliviano, aunque no se
menciona para nada a nuestro país. El mar es
en la novela un constante telón de fondo y un
elemento que ejerce constantes fascinación y
horror. ¿Sería entonces el verdadero es-
cenario de la
novela,
más allá
de algu-
nas ciuda-
des en es-
pecífico?
—Hasta
ahorita que
mencionas la
relación entre el
Fondo negro
mar y un escritor
boliviano no la
había pensado,
pero sí, me parece
extraño. Pienso que
esta relación no pasa
por la idea del mar
real. Para mí, y en esta
novela, la figura del mar
se plantea desde distin-
tas imágenes en distintos
libros. Ahora, no creo que
el mar sea el verdadero es-
cenario, sino eso que dices:
un telón de fondo, algo que
está comiéndole la cabeza a
Tariq; las ciudades, los bares,
los barcos, la televisión y otros
elementos son parte de ese es-
cenario. Creo que la novela se ra-
mifica en varias direcciones. Ese
desorden es tal vez su escenario.
—Las referencias a una serie de
literaturas y otras ficciones como el
cine y la televisión, la inclusión de fi-
guras de distintos órdenes y cierta pre-
ocupación por la geografía cambiante del riesgo: hoy cualquiera puede escribir lo que le
globo se mezclan aquí con visitas a épocas da la gana, publicar cualquier poema o relato.
anteriores, tan dispares como el descubri- Esto va a producir muchas horas perdidas.
miento de América y una postera dorada de
Hollywood. Así, es casi imposible dejar pasar -—¿Por qué elegir Tánger y Santoña, Áfri-
la pregunta. ¿Estás de acuerdo con lo que ca y Europa, como escenarios de la novela? Y,
dijo alguna vez Beatriz Sarlo, que desde que a propósito de ello, ¿crees que la falta de re-
existe Wikipedia dejó de existir la erudición? ferencias bolivianas concretas —temporales,
—Creo que actualmente la internet es geográficas, etcétera— es una constante en
esencial para producir narrativa. la actual narrativa nacional?
La erudición siempre me pare- —La elección de estas ciu-
ció una postura que necesitaba Los abismos dades nació por azar o porque
ser puesta en crisis. La idea de posibles es la los personajes o hechos históri-
Wikipedia es, por eso, intere- cos me lo exigían. Juan de la
sante, porque muchos datos primera novela Cosa y su portulano me hicieron
que se encuentran en ella son de Murillo, fijarme en Santoña y Cartagena
falsos o copiados. Esta enciclo- quien es de Indias. Los espías en Tánger.
pedia virtual tiene un sentido Lisboa tuvo otras razones. Creo
del humor importante, del que, también el más que todo parte del momento de
estoy seguro, sus creadores y reciente escribir y de lo que uno quiere
usuarios no se percatan del ganador del contar. Por otro lado, la idea de
todo. Con internet hemos podi- no referirse a Bolivia explícita-
do dudar y reírnos más de todo.
Premio Franz mente no es solamente contem-
La imagen del erudito me pare- Tamayo. poránea. En Flor de trópico, de
ce un tanto aburrida y buenísi- Chirveches; Más allá del hori-
mo que en Wikipedia podamos zonte, de Aguirre Lavayén; Los
ver con quién está casado el jugador que más deshabitados, de Quiroga Santa Cruz; algu-
admiramos o la actriz que nos gusta. Muchas nos cuentos de Cerco de penumbras, de Ce-
veces en literatura se veía a ciertos saberes rruto; Los papeles de Narciso Lima-Achá, de
como inútiles, pero en internet podemos en- Saenz, se describen lugares muy extraños
contrar por igual las noticias más trascendenta- para los bolivianos. Esto no es nuevo. Ade-
les y saber que nunca podremos estornudar más creo que ahora, por la internet, la televi-
con los ojos abiertos. Aunque también hay otro sión, el cine y demás nos es más fácil hablar
del mundo. Pero también creo que en estos
libros que nombro y en los actuales que no
dan referencias directas del entorno, se pue-
den reconocer ciertos guiños y gestos que
hablan de Bolivia. Yo estoy seguro que exis-
ten en mi novela y que pueden dejar entrever
a un escritor paceño. Ahora, también creo
que grandes escritores actuales bolivianos
escriben muy pegados a su realidad geo-
gráfica y social, y producen grandes no-
velas. Por ejemplo, Juan Pablo Piñeiro y
Wilmer Urrelo.
—¿Cómo ves tu obra respecto
de otras actuales? Y, en líneas ge-
nerales, ¿crees que puede ha-
blarse de algunos temas comu-
nes en escritores de la joven
literatura boliviana, o más
bien sería éste un mo-
mento de diáspora, un
tiempo en que cada
escritor sigue un ca-
mino autónomo?
—Pucha, es
una pregunta
un poco difí-
cil. No sé,
hay escritores
de narrativa ac-
tuales que me gustan
mucho (Barrientos, Hasbún, Co-
lanzi, Antezana, Ruiz, Piñeiro,
Urrelo), pero no sé cómo clasificarme fren-
te a ellos. Hay varios lugares comunes, pero no
podría yo ahora describirlos. Creo que con algu-
nos me acerca más el humor y con otros la im-
portancia del intertexto y la parodia, pero habría
que esperar a que un crítico se dedique a esto.

Javier Marías: un
ensimismamiento
vigilante
Edmundo Paz Soldán*
L
a nueva novela de Javier Marías,
Los enamoramientos, es una pro-
fundización de las líneas temáticas
y el trabajo formal que el autor ha
venido explorando en los últimos años. Por
temática, la novela está emparentada a Co-
razón tan blanco o Mañana en la batalla
piensa en mí; a la vez, se trata de un libro
que sólo podía haber sido escrito después
de la ambiciosa aventura que significó Tu
rostro mañana.
Con cada nuevo libro que escribe, Ma-
rías ha ido adelgazando la extensión de la
trama, pero no su importancia. El argumen-
to de la novela puede ser resumido así: una
mujer que atisba a una pareja se entera
poco después de la muerte del hombre (Mi-
guel Desvern o Deverne) a manos de un
desconocido; de manera accidental, entra-
rá en posesión de un dato que podría resol-
ver el porqué de esa muerte enigmática.
Los escasos incidentes dan lugar a una hi-
pertrofia narrativa, en la que las reflexiones
de la narradora y otros personajes aledaños,
siempre sugerentes, asumen un lugar cen-
tral. Otros novelistas pueden contentarse
con dejar que los hechos hablen por sí
solos; Marías, en cambio, entiende que lo
importante del género novelístico es la re-
flexión, las conjeturas, la especulación que
nace a partir de ciertos hechos. Todo eso es
parte de un "pensar literario" que se asume
como una forma específica de tratar de en-
tender la realidad. Un elemento fundamen-
tal de ese pensamiento consiste en agotar
un tema desde perspectivas múltiples e in-
cluso contradictorias. La novela, como un
género crítico y reflexivo, no deriva su poder
de la posibilidad de llegar a conclusiones
definitivas sobre las cosas, sino de su capa-
cidad de explorarlas buscando no dejar nin-
gún hilo sin remover.
Una de las curiosas contra-
dicciones que se puede en- “Marías
contrar en la obra de Marías es
la manera en que sus novelas, entiende que lo
si bien parecen ceñirse al códi- importante del
go realista, desafían constan-
temente el principio de verosi- género
militud en el que se funda este
código, la "suspensión de la novelístico es la
incredulidad". Los enamora- reflexión, las
mientos está narrada por una
mujer, pero suena tal como conjeturas, la
suenan todos los narradores
hombres de las anteriores no-
especulación”.
velas de Marías. Marías sabe
que la principal elección de un novelista
consiste en decidir quién va a narrar y desde
dónde: sus narradores son siempre funda-
mentales y tienen una voz fuerte, hipnótica,
que se impone a toda la narración incluso a
pesar de sus dudas (o a partir de ellas). Sin
embargo, hay cada vez menos un intento de
crear una psicología, el perfil de un perso-
naje a partir de esa voz.
De la narradora de Los enamoramien-
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tos sabemos que trabaja en una
editorial, que es muy observa-
dora, que es capaz de obsesio-
narse por las personas y hechos
en torno suyo y que, a pesar de
que le da mucha importancia a
sus sentimientos, su principal
aventura es mental. Casi todo
eso podría aplicarse a otros na-
rradores de Marías. En cuanto a
los otros personajes, Díaz-Vare-
la (de quien se enamora la na-
rradora) o Luisa, la esposa del
hombre asesinado, todos sue-
nan como la narradora, a todos
les gustan las frases largas, la re-
flexión constante, el caracoleo
constante del pensamiento. Es-
tamos ante un objeto muy ex-
traño: una novela cuya gran
fuerza consiste en las reflexio-
nes que arroja sobre la subjetivi-
dad del ser humano, sobre
nuestra compleja psicología,
pero que para hacerlo debe ex-
hibir constantemente su artifi-
cio literario. Todos los códigos
literarios, hasta los más natura-
listas, son artificios, sólo que al-
gunos eligen esconder este arti-
ficio y otros se fundan a partir de
su explicitación. Lo fascinante
de Marías es cómo juega a dos
puntas, cómo usa el artificio lite-
rario no para abroquelarse del
FONDO
mundo, sino para enfrentarse
mejor a él. Se trata de un ensimismamiento NEGRO
muy pendiente de las palabras y las cosas.
En Los enamoramientos puede encon- Marías, y hay palabras que se dicen sobre TE ESCRIBO DE UN PAÍS DONDE
ESTÁ NEGRO Y NO ES DE NOCHE
trarse una nueva versión de la teoría de la Díez-Varela que bien podrían decirse sobre
novela. Los escritores convocados son Sha- el mismo Marías: “Tenía una fuerte tenden-
kespeare, Sterne, Dumas y Balzac. Marías cia a disertar y a discursear y a la digresión Editor:
explicita que en una novela los hechos de [...] mientras peroraba no podía apartar los
la trama son lo de menos: ojos de él y me deleitaban su voz grave y Sebastián Antezana
“Lo interesante son las posi- como hacia adentro, su sintaxis de encade- diocucs@hotmail.com
bilidades e ideas que nos namientos a menudo arbitrarios...”.
inoculan y traen a través de ¿Qué es lo que nos enseña ese labora-
sus casos imaginarios”. La torio de exploración de la conducta que es Diseño:
ficción es un laboratorio de la novela de Marías? Lo que implica el ena-
exploración de la conducta moramiento (“verdadera debilidad por al- Vicente Mancilla Vargas
humana, “tiene la facultad guien... eso es lo determinante, que nos im-
de enseñarnos lo que no co- pida ser objetivos y nos desarme a perpetui-
nocemos y lo que no se da... y dad y nos haga rendirnos en todos los plei- Colaboradores en este
en este caso [El coronel Cha- tos”), la relación compleja que los vivos tie- número: Edmundo Paz
bert, de Balzac] nos permite nen con los muertos (la necesidad que tene-
imaginarnos los sentimien- mos de librarnos de ellos), la fuerza de los Soldán / Fernando
tos de un muerto que se viera hechos y cómo nos sobreponemos a las des-
obligado a volver, y nos gracias a pesar de nosotros mismos (con la
Barrientos / Bienal de arte
muestra por qué no deben muerte de su esposo, a Luisa “le han destro- SIART / Harold Suárez Llápiz /
volver”. A ese laboratorio no se llega de zado la vida que tenía ahora, pero no la futu- Oswaldo Osorio
manera directa: para exponer su teoría ra”), la difuminación de todas las cosas y, es-
sobre el lugar de los muertos (y el peso de pecialmente, la seducción que una historia
la ficción) en nuestras vidas, Díez-Varela le puede tener sobre el que la lee. En eso, Los Fondo Negro:
contará a la narradora sobre El coronel enamoramientos practica lo que predica:
Chabert y lo hará interrumpiéndose, crean- una vez más, aunque al principio cueste es el título de un
do suspense, haciendo que la narradora se “suspender la incredulidad”, terminamos poema del
transforme en la oyente perfecta, seducida fascinados por la prosa de Javier Marías.
por el relato y sus digresiones. Asistimos a poeta francés
la puesta en abismo del estilo narrativo de *Escritor cochabambino Eugene Guillevic
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Adolfo Bioy Casares junto a Ernesto Sabato
Sebastián Antezana
A
lgo curioso acaba de pasar con la re-
ciente muerte de Ernesto Sabato.
Algo que, en gran medida, no ha sido
tomado en cuenta por la avalancha
de artículos periodísticos —en su mayor parte
excesivamente laudatorios, como si la muerte
del escritor inmediatamente validara toda su
producción escrita y su trayectoria política—
que sucedió a su fallecimiento. Algo que pocas
voces públicas remarcaron como crucial: con la
muerte de Sabato desaparece el último repre-
sentante de una generación literaria que definió
al Río de la Plata como su espacio de acción y
que hizo de la literatura —si no lo era ya antes—
un verdadero arte mayor, al sur del continente
americano. Así, en este artículo, dividido en dos
partes, trataremos de mostrar brevemente el di-
seño de esa generación y se mencionarán tam-
Fondo negro
bién las consideraciones que despierta hoy el
papel político del argentino.
Respecto al primero de los puntos, el escritor
y crítico literario argentino Noé Jitrik es uno de
los pocos que ha dicho públicamente que: “En
alguna medida, la muerte de Ernesto Sabato es
el cierre de un período importante de la literatu-
ra argentina, ya que aparece como el momento
de la mayor solidez de la narración”. Jitrik ase-
guró al diario Clarín que Sabato “perteneció a
ese núcleo o pelotón encabezado por Borges,
pero donde hubo otros escritores muy sólidos y
dueños de un gran oficio”. Y sí, pero creo que la
declaración peca por omisión. No sólo argentina
es la literatura que acaba de perder a este último
gran representante de una generación literaria
absolutamente trascendental, sino que el territo-
rio que hoy está de luto —en realidad es el
mundo, claro, pero delimitemos mejor esta geo-
grafía— es aquel dividido en dos por un cuerpo
de agua que comparten Uruguay y Argentina. Lo
dicho, el Río de la Plata. Y esto no quiere ser una
ingenuidad, sino que obedece a un criterio de
lectura que ha sido más o menos generalizado
en el mundo entero. Muchas son las universida-
des y carreras de Literatura en las que se enseña
“Literatura del Río de la Plata” como un curso bá-
sico de literatura latinoamericana. Muchos son
también los estudios que se han hecho y que
consideran a esa región como un territorio privi-
legiado para la producción de ciertos tipos muy
vigorosos de ficción en prosa. Y son muchos por-
que no sólo la generación que acaba de perder a
su último miembro vivo tiene en común un terri-
torio, sino también —como el concepto de ge-
neración lo indica— un tiempo, una época, una
edad compartida.
Así, proponiendo un leve esbozo, po-
dríamos decir que ésta empieza con Victo-
ria Ocampo (argentina, 1890 - 1979) y finali-
za con Manuel Puig (argentino, 1932 -
1990). En medio se encuentran nombres
tan importantes como los de Jorge Luis
Borges (argentino, 1899 - 1986), Felisberto
Hernández (uruguayo, 1902 - 1964), Silvina
Ocampo Aguirre (argentina, 1903 - 1993),
Juan Carlos Onetti (uruguayo, 1909 - 1994),
el propio Ernesto Sabato (argentino, 1911 -
2011), Adolfo Bioy Casares (argentino, 1914
-1999) y Julio Cortázar (argentino, 1914 -
1984). Evidentemente, las posturas políti-
cas y literarias de cada uno de éstos —y se-
guramente varios más, que por temas de
espacio no citamos— variaron a lo largo
del tiempo y llegaron incluso a estar en lu-
gares opuestos —es legendaria la rivalidad
entre Sabato y Borges, por ejemplo—,
pero lo innegable es que juntos conforma-
ron una etapa crucial, quizás la más grande
de la literatura del Río de la Plata hasta hoy,
y que precisamente ese carácter heterogé-
neo, que se vería replicado en las múltiples
facetas de sus obras disímiles y afines, con-
tribuyó a crear un periodo de extraordina-
ria calidad narrativa.
Algo de esto lo confirma el crítico y no-
velista peruano Gustavo Faverón, que es-
cribe en Puente Aéreo, su blog personal,
sobre las distintas militancias políticas de
los miembros de esta generación: “Sabato
y Borges pudieron ser todo lo rivales que
quisieran, en fronteras políticas opuestas
Sabato, literatura y política
en el Río de la Plata
muchas veces, ligados a círculos
literarios diferentes, embarcados
en proyectos literarios en apa-
riencia irreconciliables y que
ambos se encargaron de defen-
der contra las ideas del otro (Sa-
bato lo hizo, también, en un diver-
tido pasaje satírico de El túnel,
precisamente). Pero ambos fue-
ron las columnas centrales de la
razón literaria argentina cuando
ésta ingresó en el terreno de la
crítica del mundo indigno de
la violencia desatada, en la
etapa más negra de la civiliza-
ción occidental contemporá-
nea, con la segunda guerra
mundial y el holocausto, con
ese pasaje de la historia que
Adorno consideró imposible
de simbolizar en el arte y que
ambos, sin embargo, intenta-
ron simbolizar a su manera.
Sabato era el tipo de escritor que ahora,
quizá definitivamente, parece ya no existir en la
lengua española y que es cada vez más escaso
en cualquier idioma: el escritor que ve la litera-
tura como un campo de batalla crucial, que cree
fervientemente en la ficción como arma, que no
acepta escribir para el chisme de las páginas so-
ciales o para la reseña barata, la reseña inmedia-
ta, porque tiene los ojos puestos mucho más
allá, muy lejos del accidente biográfico, muy
lejos de la anécdota y del mundillo literario.
Muchos, quizá por eso justamente, creen
que los libros de Sabato ya no tienen mucho que
decir sobre el mundo de hoy. Creo que es un
error. Los dementes de Sabato, que matan por
corazonada; los psicóticos de Sabato, obsesio-
nados en teorías conspirativas, buscando chivos
expiatorios en las esquinas de los parques; los
jóvenes de Sabato, enfermos de nihilismo o in-
capaces de detectar su nihilismo; los simples in-
dividuos de Sabato, perdidos en la ciudad e in-
hábiles para reconocerse fuera de la ciudad; los
ancianos extraviados de Sabato que hurgan en
El Río de la Plata se presenta como la cepto por un breve período en el que se
patria de una excepcional generación opuso
de narradores que acaba de perder a
su último miembro vivo; quien,
según algunos autores, fue a su vez
una figura política controversial.
la historia y descubren el absurdo ciclo del cau-
dillaje y el exterminio como razón fundadora de
las naciones. Todos ellos tienen mucho que en-
señarnos todavía, probablemente más hoy que
durante los últimos veinte o treinta años”.
Por su parte —y entrando así al segundo de
los puntos de este artículo, el papel político de
Sabato— el ensayista y poeta argentino Santia-
go Kovadloff declaró al diario La Nación de Bue-
nos Aires que para él: “Sábato fue un trágico, si
se atiende a su visión sombría sobre un
eventual desenlace venturoso de los pro-
cesos históricos. Un idealista, si se repara
en su incansable convocatoria a la lucha
por la dignidad personal y la justicia social. bando y procuró instalarse como un defensor de
Un romántico, si se advierte hasta qué
punto el arte se confunde en él con una
forma de religiosidad. Los devotos de las
clasificaciones y los verticalismos estériles presidencia de la Comisión Nacional sobre la
aseguran que Borges y Cortázar lo superan
en calidad estética y consistencia narrativa. muerte parece haber hecho olvidar a algunos lo
Ignoran o se empeñan en ignorar que los
hombres de talento son incomparables
entre sí y que sólo se los debe cotejar con la ban ahora como modelo a seguir. Quizás la
profundidad del impacto espiritual que
cada uno logra, mediante su palabra, en la
sociedad donde vive y en el tiempo que le
toca. Esa hondura, en el caso de Sábato,
fue intensísima. Su poder de incidencia se
confunde con su popularidad. Pocas veces
la gracia expresiva encuentra, en vida de
quien la tiene, el reconocimiento cariñoso
de un pueblo. Fue ése el caso de Sábato.
Fue una de las voces esenciales de la de-
mocracia recuperada. Y su silencio estuvo
entre los más resonantes y dolorosos,
cuando esa fortaleza democrática empezó
nuevamente a decaer”.
Pero, como suele suceder, esta postu-
ra no es única. Hay quienes ven en el escri-
tor desaparecido, no un prócer de la de-
mocracia, un escollo ante las dictaduras y
la violencia, sino una figura más bien tibia, cima hasta entonces no alcanzada en esta parte
dedicada a atrincherarse en trincheras po-
líticas incluso opuestas. Así, Guillermo
5
DOMINGO
8 MAYO
DE 2011
Martínez, matemático y escritor, autor de Críme-
nes imperceptibles, indica: “Tengo algunas dife-
rencias con Sabato porque él consideró necesa-
rio renegar de la ciencia para dedicarse a la lite-
ratura y tuvo algunas posturas zigzagueantes
ideológicas, por lo que no puedo decir que para
mí haya sido el faro, como se supuso en una
época”. Ante ello, Patricio Pron, uno de los es-
critores argentinos jóvenes más interesantes de
hoy, señala en su blog personal: “Ahora que la
muerte del autor de El túnel empieza a ser deja-
da atrás por una prensa siempre ávida de nove-
dades, pienso que es el momento de inten-
tar completar el retrato del escritor (…) Ex-
al presidente electo Juan Domingo
Perón, Sabato siempre se las arregló para
ser oficialista, un dato sorprendente si se
tiene en cuenta que eso le llevó a ser, alter-
nativamente, nacionalista católico, liberal,
conservador, demócrata cristiano y neolibe-
ral, en una trayectoria que lo llevó a simpati-
zar ineludiblemente con los golpes militares
que caracterizaron la historia argentina en el
período comprendido entre 1955 y 1983…
...El miércoles 19 de mayo de 1976, menos
de dos meses después del golpe de Estado más
sangriento de una historia repleta de golpes de
Estado sangrientos como la argentina, Sabato,
Jorge Luis Borges y otros escritores almorzaron
con el dictador Jorge Rafael Videla; Sabato fue
el más enfático en sus elogios al militar: ‘El ge-
neral Videla me dio una excelente impresión¡,
declaró. ‘Se trata de un hombre culto, modesto
e inteligente. Me impresionó la amplitud de cri-
terio y la cultura del Presidente’ (...) Unos años
después, y ante las señales de agotamiento de
la dictadura, Sabato cambió una vez más de
los derechos humanos; por sorprendente que
parezca, el asunto funcionó, y en 1984 el presi-
dente democrático Raúl Alfonsín le otorgó la
Desaparición de Personas (Conadep) (…) Su
zigzagueante de su trayectoria política y los cla-
roscuros de una postura ética que algunos ala-
Jorge Luis Borges y Ernesto Sabato
muerte suponga la oportunidad de que los vivos
se reconcilien con los muertos, pero resulta difí-
cil pensar en una reconciliación con la figura de
Sabato que pase por alto todos estos hechos.
También resulta dificultoso imaginar con qué ar-
gumentos se los podría disculpar”.
Como se ve, en el campo político Sabato es
una figura controversial, que despierta tantos
halagos como reproches. La prensa que ha tra-
tado su muerte, sin embargo, se ha dedicado
casi exclusivamente a destacar su figura, a limar
las asperezas de un hombre que presentan
como excepcional y que, claramente, fue sólo
un hombre. Pero a pesar de ello, el hombre po-
lítico se distancia aquí del literario, cuyo legado
es merecidamente celebrado y que, como se
dijo, cierra tras sí la cortina de este mundo para
una generación que elevó la literatura a una
del orbe y, en términos mayores, irrepetible en
la literatura universal.
6
DOMINGO
Te amo, te odio, dame más
8 MAYO
DE 2011 Fernando Barrientos *
"Heaven has no rage like love to
hatred turned, dad, no lo sé, no lo creo, si hubiera querido
nor hell a fury like a woman scorned"
B
Willliam Congreve
arthes decía que el sentimiento
amoroso está pasado de moda de
una manera irrecuperable y que
sólo podemos volver a asumirlo de
una forma anacrónica, obscena, o como
burla. La mujer sin nombre que narra en Te
odio (Correveidile, 2011) de Christian J. Ka-
nahuaty parece hablar sa-
biendo esto y se lanza sin
ningún pudor a recordar de
principio a fin su historia de
“En Te odio
amor con Armando. Ella re- presenciamos
cuerda sin orden lineal y de- cómo la
talladamente todas las eta-
pas de su relación a través banalidad del
de los apuntes que anota en mal puede
un cuaderno: “recordar a
través de la escritura ayuda a aparecer
tener distancia sobre los también en
actos íntimos que realiza-
mos incluso sin darnos cuen- medio de
ta” (pág. 19). Lo que leemos, una pareja”.
entonces, es lo que ella
elige escribir sin sublima-
ción en esas páginas, que tienen un poco de
diario íntimo y de catálogo de crueldades
hacia Armando, incluyendo la infidelidad, la
manipulación, el chantaje, la mentira, la de-
gradación al prójimo y demás gajes del
amor: “me parece que estoy recordando un
pasado que ya ha sido consumido por las lla-
mas de mis injusticias” (pág. 64).
En Te odio presenciamos cómo 'la bana-
lidad del mal' puede aparecer también en el
lecho que comparte una pareja. No hay atis-
bo de justificación de su parte acerca de los
VII Bienal Internacional de Arte, SIART Bolivia 2011
Fondo negro
motivos que la mueven a ejercer semejante breve novela escribe con los tics y guiños del
crueldad sobre quien dice amar como a lenguaje del odio. Es un mérito narrativo que
nadie. “Quizás pueda llamarse a esto cruel- sea un varón quien module este lenguaje.
ser cruel le hubiera dicho lo que ocurría” * Editor de El Cuervo
(pág. 47). Desde el inicio,
que en realidad es el des-
enlace, la linealidad de la
narración es quebrada
constantemente. El cir-
cunloquio en ocasiones
tiene la intensidad de un
delirio, pero también sus
incoherencias
y contradiccio-
nes: “la herida
es lo único que
realmente nos
comunica con
nuestro pasa-
do” (pág. 99)
No se extrae ni
lección ni re-
dención cada
que vuelve a
recomenzar.
En el idio-
ma japonés,
las mujeres
usan algunas
palabras de modo dife-
rente que los varones.
Esta distinción de género
es denominada onna ko-
toba (palabras de muje-
res) y es más cordial y for-
mal. Un idioma dentro de
otro idioma que refleja
ciertas características del
territorio femenino. De
igual forma pero a la in-
versa, la narradora de esta
L
a Fundación Visión Cultural junto esta actividad se convierta en un punto
al Gobierno Municipal de La Paz y de encuentro e integración de las expre-
la Unión Latina, tienen el agrado siones creativas, mediante las que artis-
de convocar a la VII Bienal Interna- tas de Bolivia y de diferentes países, tanto
cional de Arte, SIART-Bolivia 2011, que se re- de Europa como de América, son los pro-
alizará del 12 de octubre al 12 de noviembre tagonistas principales.
de 2011 en la ciudad de La Paz. La Bienal In- La VII Bienal SIART estará conformada
ternacional de Arte SIART fue creada el año por el Concurso Internacional SIART, Expo-
1999, inicialmente como Salón Internacional siciones Internacionales de Honor y diversas
de Arte, y es a partir del año 2005 que toma actividades académicas y culturales.
el nuevo rumbo a Bienal de Arte. La Bienal es un espacio de promoción,
En estos años ha logrado constituirse difusión, reflexión e integración a través
en el espacio de mayor significación en del arte contemporáneo, que acerca a Bo-
Bolivia para el desarrollo de la creación livia a los procesos artísticos contemporá-
artística contemporánea. Sus diferentes neos que se desarrollan en el mundo, moti-
ámbitos han concluido los Concursos In- va la producción artística nacional y genera
ternacionales y Exposiciones Internacio- dinámicas de arte visual en sus diferentes
nales con invitados de Honor y Exposicio- expresiones.
nes de Homenaje a importantes artistas
que han coadyuvado al desarrollo de las Bienal Internacional de Arte SIART
artes visuales en Bolivia. El Concurso In- Edif. San Pablo, Piso 5 Of. 501
ternacional de Arte ha generado un im- Teléfono: 591 2 2117609
pulso fresco y pleno de vitalidad en la ex- Fax: 2310572
presión visual de la última década, así http://bienalsiart.blogspot.com/
como los diferentes eventos académicos www.bienal-siart.com
y las publicaciones logradas hacen que La Paz - Bolivia
Harold Suárez Llápiz*
E
l taller de Ángel Blanco
se encuentra ubicado
a orillas del río Piraí, en
los alrededores de
Santa Cruz. En este pintoresco
lugar reside hace casi treinta
años, aislado del intenso movi-
miento y el estresante bullicio
que caracterizan a la ciudad. Ob-
servar a diario el movimiento de
los numerosos carretones que
cruzan el río cargados de yuca,
frutas y plátanos, provenientes
de las comunidades Las Cruces y
Terebinto, ha sido la mejor fuen-
te de inspiración para crear su
obra. Blanco suele viajar al Beni
para estudiar las escenas de sus
pueblos más remotos, donde to-
davía su gente lleva una vida
apacible. A estas tierras no ha
llegado aún tanto progreso y su
tranquila forma de vida le remite
a la Santa Cruz de antaño. Poste-
riormente, al retornar a su taller,
todo lo visto será inmortalizado
en sus lienzos.
Blanco nació en la localidad
de Camiri, en el departamento
de Santa Cruz, hace 62 años. Su
formación es autodidacta y ha re-
alizado innumerables exposicio-
nes individuales y colectivas. En
1987 obtuvo el Primer Premio en
la VI Bienal de Artes Plásticas de
Santa Cruz.
Su obra se encuentra repre-
sentada en importantes colec-
ciones públicas bolivianas y en
numerosas colecciones privadas
alrededor del mundo.
Blanco evoca como nadie
las escenas costumbristas del
oriente boliviano. Nos hace año-
rar inevitablemente los aconte-
ceres que se han ido perdiendo
con el transcurrir del tiempo.
Bien podríamos decir que, inclu-
so, la suya se trata de una pintu-
ra épica. Por otro lado, capta
con singular precisión la fisono-
mía y el perfil psicológico de sus
retratados —al ser un provincia-
no, los ha visto y estudiado
desde siempre—. Muchas
veces, el camireño añade a sus
retratados una dosis de picardía
y jocosidad que caracterizan al
habitante de estos lugares. Apa-
recen allí sus conocidos galleros,
quienes con un cigarrillo consu-
mido entre sus manos esperan
Ángel Blanco: pintura que 7
DOMINGO
retrata el oriente boliviano
8 MAYO
DE 2011
serenamente el correr de una cena, puesto que a través de manifiestan que esta corriente
apuesta para lanzar sus entrena- señas le solicita guardar silencio. no enriquece a la pintura del
das aves al ruedo. También el La obra de Blanco es primor- siglo XXI porque, según ellos, es
tradicional culipi matiza el reen- dialmente descriptiva, puesto simplemente un retroceso a las
cuentro de un grupo de amigos que revela al genuino personaje antiguas formas académicas, te-
cobijados bajo una pequeña ta- del oriente boliviano. Lo descri- oría que se ha reforzado ahora
pera recubierta por hojas de be sin tapujos a través de la ilu- con el recurso de una fotografía
motacú. Un tradicional buri es sión óptica que nos ofrece su intervenida por computadora.
amenizado por una denso hiperrealis- Nada más alejado de la realidad,
alegre tamborita, mo de carácter y la obra de Blanco es una mues-
que entona un ta- “La obra costumbrista. La tra fehaciente de ello. Haciendo
quirari que hace mayoría de las caso omiso a esto, el cruceño se
bailar a un peque- del cruceño veces obtiene una ha mantenido fiel a esta tenden-
ño pero entusiasta revela una pintura de acaba- cia. Blanco domina a la perfec-
grupo de perso- do limpio. Sin em- ción las técnicas de la perspecti-
nas. En otro lienzo, sensibilidad bargo, en algunas va y los puntos de fuga en sus
una improvisada innata y un otras piezas deja obras de gran formato. Con los
pascana tiene en evidencia im- años, ha desarrollado una gran
como protagonis- ferviente precisas manchas habilidad para el retrato. El oficio
tas a una pareja de compromiso de pincel. Blanco que posee le permite represen-
campesinos que es sin duda uno de tar objetivamente la realidad visi-
prepara un locro con la belleza los escasos y des- ble y es notable la calidad de su
criollo , mientras amazónica”. tacados cultores dibujo, concreto y de trazo preci-
detiene su largo re- del arte fotorrealis- so. Denota un dominio absoluto
Fondo negro
corrido hacia algún ta en Bolivia, disci- en el manejo de las proporcio-
destino final. plina que requiere de un gran ta- nes, luces, reflejos y sombras,
En una de sus obras de gran lento y una particular dedicación. además de aplicar con gran des-
formato, un camba arrofaldau y Trabaja auxiliado por foto- treza el color, por medio de vela-
audaz espía desde la "banda" grafías, reproduce cada escena y, duras y empastes, capturando la
del río a unas bañistas, bien res- posteriormente, las plasma en luz en el lienzo.
guardado entre la hojarasca. sus lienzos con singular meticulo- La obra del cruceño revela
Con picardía y cierto descaro, sidad, por medio de una agude- una sensibilidad innata y un fer-
dirige su mirada al espectador za óptica que supera la visión del viente compromiso con la belle-
del cuadro para convertirlo en simple objetivo fotográfico. Los za amazónica. Por ello le gusta
un ocasional cómplice de la es- detractores del hiperrealismo plasmarla tal y como él la ve, sin
vueltas ni rodeos, y reivin-
dica así lo natural y lo au-
téntico inmersos en un uni-
verso que hoy por hoy ha
sido dividido por el des-
arrollo de la tecnología.
Frente e Blanco estamos
frente un artista que captu-
ra magistralmente la esen-
cia de aquellos habitantes
que residen en los canto-
nes más recónditos de las
cálidas regiones del país.
*Crítico e investigador
de arte cruceño
 8
DOMINGO 70 años de El ciudadano Kane
8 MAYO
DE 2011

nes, inspirada en la vida de William

Randolph Hearst. Es cierto que
dicha historia, como otras tantas,
gira en torno al materialismo y al ca-
pitalismo, a la megalomanía y ego-
centrismo de un hombre, y es un re-
trato de la sociedad y la política de
Estados Unidos, pero la diferencia
fue cómo este director la contó y lo
que dijo sobre estos tópicos.

ROSEBUD
El hilo conductor de esta película es
un cuento de detectives. La trama
busca el significado de la última pa-
labra que dijera Kane antes de
morir: rosebud. Es posible que una
sola palabra explique la vida de un
hombre, pero lo cierto es que esta
búsqueda dio lugar a las principales
rupturas propuestas por esta pelí-
cula en relación con el cine de su
tiempo: la discontinuidad en la es-
tructura narrativa y la variación del
punto de vista.
Por aquel entonces, el cine ape-
nas se estaba afianzando en sus
convenciones. La narrativa clásica,
eminentemente lineal, se imponía,
así como los relatos en primera o
tercera persona, pero rara vez mez-
clados. Lo que hace Orson Welles, junto con POBRE HOMBRE RICO
su guionista Herman Mankiewicz, es contar Pero el valor de esta cinta no se queda en lo
Oswaldo Osorio* la historia de este hombre a formal, pues su innovadora na-

L
a historia de la mejor película de
todos los tiempos empieza con una
simpática anécdota. Una compañía
de teatro de New Jersey aterrorizó
a los habitantes de esta ciudad, en 1938, con
una impactante y realista adaptación de La
guerra de los mundos, de H.G. Wells. Detrás
del pánico colectivo, producido por esta
transmisión radial que anunciaba una inva-
sión extraterrestre, estaba un joven llamado
Fondo negro
partir de seis puntos de vista
distintos, los cuales definen el
orden no lineal del relato.
Asímismo, su propuesta vi-
sual redefinió las posibilidades
estéticas del lenguaje del cine.
Y no es que Welles (en compli-
cidad con su fotógrafo Greg
Toland) se haya inventado
nada, sino que fue la forma
como entendió los recursos
rrativa y la potencia de su aspec-
Orson Welles to visual son los vehículos para
definía a su filme, construir la compleja imagen de
un hombre, un tiempo y una so-
considerado el ciedad. Welles definía su pelícu-
mejor de todos la como “el retrato de la vida
privada de un hombre público”.
los tiempos, como Es en este contrapunto
“el retrato de la entre lo público y lo privado
donde el filme se muestra más
vida privada de revelador, pero por vía de la

Orson Welles. formales del cine (iluminación, un hombre ambigüedad de su sentido,

Lo importante de la anécdota es su con-
secuencia inmediata, y es que, apenas con
23 años, este joven firmó un contrato con la
RKO, una de las más poderosas productoras
de la época. Pero no cualquier contrato, sino
uno sin precedentes en la industria, pues le
permitieron dirigir, producir, escribir y prota-
gonizar varias películas con plena
libertad creativa.
Este detalle de la libertad cre-
ativa, que por primera y última
vez se le otorgaba a una persona
(le quitaron ese privilegio con los
siguientes filmes del contrato), es
el elemento decisivo para que
esta película fuera posible. Por-
que Hollywood nunca le ha apos-
tado al genio creador, sino al ca-
mino seguro, que en aquel enton-
ces —y todavía— era el atractivo
de sus estrellas y los esquemas
conocidos de los géneros cine-
matográficos.
Welles podía contar cualquier
historia, y se decidió por la vida de
un magnate de las comunicacio-
encuadres, angulaciones, uso
de la profundidad de campo, público”.
lentes, etc.) y cómo los combi-
nó y los aplicó en beneficio de la expresivi-
dad, el drama y la estética de su filme, lo que lismo, una defensa del individualismo y un
la convirtió también en una obra maestra y
referente para piezas futuras.
como decía Guillermo Cabrera
Infante, quien afirmó que este
filme “es a la vez una apología a
un capitalista y una diatriba contra el capita-
ataque a la egolatría, un canto a la libre em-
presa y un réquiem al último magnate, una
loa a la libertad de prensa y una explica-
ción detallada de que esa rara avis jamás
existió, finalmente, un panegírico del
ciudadano Kane y una execración de
Charles Foster Kane en zapatillas”.
Por todo esto es que se habla de ella
como la mejor película de la historia del
cine. Es un título que puede parecer ar-
bitrario, pero es que falta el elemento
clave, que no es otro que su significado
en el momento histórico, lo cual pone en
evidencia su importancia: fue un filme
transgresor, innovador y, por tanto, influ-
yente. Fue el inicio de la modernidad en
el cine y una de las pocas cintas que obli-
gan a hablar de un antes y un después
en la historia del séptimo arte.
*www.cenifagos.net