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PARANOIA

Definición Las paranoias son psicosis delirantes generalmente crónicas, cuya gravedad
puede variar según sea la estructura de la personalidad que se ve afectada y se organizan
como desarrollos delirantes.

Provocan que, con el transcurso del tiempo, se construyen ideas patológicas alrededor
de la vida del sujeto que las padece, afectando a su medio familiar, social y laboral.

El DSM-IV, manual de Psiquiatría, la denomina “trastorno de ideas delirantes” y los


criterios en los que se basa para su diagnóstico son la presencia de ideas delirantes no
extrañas, como aquellas que implican situaciones que ocurren en la vida real, como ser
seguido, envenenado, infectado, amado a distancia, o engañado por la pareja, o tener
una enfermedad.

La paranoia se conoce además como un estado mental patológico en el que el paciente


sufre delirios de los cuales los más comunes y más conocidos son los de persecución y
de grandeza.

A finales del siglo XIX, Sigmund Freud definió la paranoia como un trastorno mental
en el que el síntoma primordial es la extrema desconfianza hacia los demás; la
personalidad paranoide llega a creer que los que le rodean quieren asesinarle.

En la forma más grave, la psicosis conocida como esquizofrenia paranoide, el paciente


puede tener alucinaciones en las que personajes se le aparecen y le transmiten mensajes,
alucinaciones obviamente conectadas con los delirios de grandeza del paciente.

Características La característica esencial del trastorno paranoide es la de un patrón de


suspicacia y desconfianza general hacia los otros, de forma que las intenciones de estos
son interpretadas como maliciosas.

La persona paranoica presenta delirios de grandeza y persecución, por lo que suelen ser
autosuficientes y poseen una gran necesidad de controlar a los que les rodean.

Las personas con este trastorno piensan que los demás, traman algún complot en su
contra.

Desconfían de la lealtad quienes lo rodean, acusándoles ante la mínima desviación. No


suelen establecer relaciones de intimidad, pues piensan que la información que
comparten puede ser utilizada en su contra.

Son individuos rencorosos, en los que el menor desprecio les provoca hostilidad.

Etimológicamente la palabra paranoia, significa estar fuera de la propia mente. En 1818,


Heinroth equiparó el término al de locura. A partir de los estudios del psiquiatra alemán
Kraepelin, el concepto de paranoia toma un significado preciso, y su actual significado
se lo da el psiquiatra Kahlbaum en 1863. Henderson y Gillespi (en 1962) definen al
paranoico como: una persona que cree que tiene razón, que está justificada en sus
creencias y que cualquiera que se oponga a su punto de vista se está comportando mal
con ella o, por lo menos, de forma no comprensiva. Normalmente estas personas no
tienen conciencia de enfermedad, por lo que no aceptan tratamiento.

El paranoico puro es capaz de llegar a cometer asesinatos y frecuentemente se ve


envuelto en pleitos legales como respuesta a las amenazas que percibe en el exterior.
Reacciona con ira ante pequeños estímulos.

Parece que existe una relación directa entre la psicología de la paranoia y la de los
profetas y los líderes, cuyo discurso grandilocuente se puede considerar delirante si sus
ideas no concuerdan con las de la mayoría de sus coetáneos.

La paranoia tiene una serie de ideas delirantes, caracterizadas y bien construidas y


sistemáticas. Estas ideas delirantes se acompañan de trastornos del juicio y de la
percepción, sin deterioro intelectual ni perturbación de las funciones instrumentales.

Delirios de reivindicación: Se caracterizan por tener una idea que prevalece sobre las
demás, subordinando todas las conductas a un postulado fundamental. Los sujetos que
los sufren poseen un temperamento vivo, receloso y susceptible; son fanáticos de la
política, religión o reforma social.

Es muy evidente que una alteración de la memoria tiene lugar en los paranoides. Un
hecho más evidente aún lo constituye la presencia de los “falsos recuerdos” cuya
existencia en los delirios paranoides es mucho más frecuente.

Este último trastorno, que resulta de acumular sucesos reales, pero distorsionados
tendenciosamente en la memoria del delirante, conforman su realidad como una historia
plagada de “hechos significativos” (a veces simples fábulas, pero siempre lejanos en el
tiempo) como de otro modo no ocurre en la memoria biográfica de una persona normal.

Relacionando estos conceptos con los anteriores, una “vivencia de familiaridad


patológica” empuja al sujeto a percibir la realidad como siempre enlazada con hechos
de los pasados, nunca diversos o casuales.

El origen la paranoia puede ser muy complejo, aunque no es un trastorno del


pensamiento intelectual, que en estos pacientes está conservado. Cada vez que un
paciente emite una interpretación delirante demuestra, sin necesidad de otra prueba, que
su capacidad de raciocinio no está afectada directamente sino tal vez simplemente
distorsionada.

Las personalidades paranoides se caracterizan por unos patrones y unos rasgos de


conducta que permiten distinguirlas y estudiarlas. Evitación de la intimidad: se
mantienen firmes en su postura, evitan la intimidad por temor a dar información que
pueda ser utilizada por sus enemigos.

Se nota en el paranoide, estado de alerta, de tensión. Detectan los ataques y la


infidelidad, donde otros nada ven.

Rencorosos: están a la espera de la venganza.


La sobre valoración, la intolerancia a la crítica, la autojustificación de los errores, el
humor irónico y la necesidad del contrincante forman parte de los rasgos del
paranoide. . Grandiosidad: porque tienen su propia manera de ver el mundo y le dan un
alto grado de validez respecto de la forma en que lo evalúan los demás.

Hombres de dos caras si se tiene la oportunidad de hablar con algún familiar o persona
cercana, se verá que le paranoide tiene un tipo de conducta para los familiares o amigos
y otra muy distinta para los que no lo son.

Después de todo, puede que no sea desventajoso que la nosología psiquiátrica se haya
debatido con la cuestión de la paranoia, tratando en vano de agrupar síntomas como si
fueran enfermedades, lo que nos lleva a estudiar la fisiopatología del cerebro, en busca
de explicaciones más que de rótulos.

Las paranoias forman parte de la personalidad de algunos individuos, afectando al


desarrollo óptimo de sus vidas e impidiendo que éstas se desenvuelvan con normalidad.

Como hemos visto, las personalidades paranoides se caracterizan por girar alrededor de
la desconfianza.

Utilizan básicamente un tipo de razonamiento deductivo donde los hechos particulares


sólo confirman o no una determinada hipótesis. Estos prejuicios, hacen que interpreten
las acciones de los demás como amenazantes y hostiles.

Por ello, las personas paranoicas son obstinadas, rígidas y están a la defensiva. Tratan
de buscar las claves que revelan las intenciones de los demás, buscan las llamadas
segundas intenciones, la prueba que demuestre que están en lo cierto y que no se
equivocan.

Clasifican a las personas en aquellos que están con ellos y los que están en contra. No
existen los términos medios.
Introducción: ¿Qué entendemos por Paranoia?
Con frecuencia  se utiliza de manera informal el término paranoia con varias acepciones  diferentes y no siempre
coincidentes. Cuando se dice "estoy cogiendo una paranoia" se puede estar queriendo expresar cosas distintas:
"estoy cogiendo un enfado, una manía,... o simplemente un miedo ante un examen". De la misma manera  
cuando se acusa a otro, en un tono unas veces irónico y otras  irritado: "¡eres un paranoico!" se puede estar
queriendo decir  cosas distintas sobre  esa persona. Desde llamarle desconfiado hasta obsesivo, podemos
querer decir que  es avaro,  receloso, precavido o simplemente insinuamos que tiene mal carácter y nos "cae"
mal. El sentido, por tanto,  que muchas veces damos a la palabra paranoia va a depender de nuestra particular
interpretación del término y de la situación en la que nos encontremos en ese momento, inclusive de nuestro
estado de ánimo. Sin embargo la paranoia tiene un significado muy concreto en Psiquiatría, que no siempre
coincide con el nuestro.

Vamos a intentar acercarnos un poco a este concepto médico de paranoia y a diferenciar el manejo  informal o
popular  que hacemos del término, y que podemos seguir haciendo, de lo que es una verdadera enfermedad
mental que, sin ser de las mas frecuentes, tiene una incidencia poblacional significativa.

¿Qué es en realidad la Paranoia? Definición


En la Clasificación Internacional de Enfermedades, en su apartado psiquiátrico, se
sitúa la Paranoia entre los llamados  Trastornos  de  ideas delirantes. Son
trastornos psicóticos, esto es, enfermedades parecidas a la Esquizofrenia pero
diferentes de ella,  en las que se produce un quiebro de la realidad y el enfermo crea
una nueva dentro de su mente.

La Paranoia y los demás Trastornos de ideas delirantes, como su propio nombre


indica, se caracterizan principalmente por la presencia de delirio o ideas delirantes,
que pueden definirse como falsas creencias de diferentes temáticas o contenidos
(existen delirios de perjuicio, de grandeza, de enfermedad, de seducción, de ruina...
y de muchos mas temas)   que se basan en una incorrecta valoración de la realidad
exterior. Es característico que las creencias delirantes  se mantengan firmes y no
sea posible rebatirlas con una argumentación lógica, por ejemplo  el caso de un
delirio de filiación, en el que la persona delirante esta convencida de ser  hija del rey
de Marruecos,   por ejemplo, a pesar de toda clarísima evidencia en contra o en una
megalomanía o delirio de grandeza  autoproclamarse, con   certeza rotunda, elegido
de Dios y capaz de prodigios extraordinarios. Estas ideas, evidentemente,  no son
compartidas por el medio sociocultural de la persona que las presenta, ni se explican por creencias religiosas.
Algunas veces se trata de una idea única y otras de complejísimos entramados delirantes.

En el caso concreto  de la  Paranoia la temática del  delirio  es el perjuicio. Suele ser un delirio bien estructurado
en el sentido de que  el sujeto que lo padece se siente victima de las acciones de una persona o de varias
personas o de una institución, cree que actúan en su contra con ánimo de perjudicarlo, con un entramado
argumental comprensible, pero no real, con el que intenta justificar su delirio. Es el caso, por ejemplo, de un
trabajador que a raíz de un comentario inocente entre dos compañeros de oficina, que interpreta de forma
errónea, empieza progresivamente a recelar,  a sentirse perseguido por la empresa las 24 horas al día,
culpándolo, según cree, de algo que no ha hecho. El paciente paranoico siente que hay cámaras y micrófonos
para vigilarle, aunque no los ve y puede incluir en su delirio a vecinos e incluso desconfiar de sus propios
familiares, en una enorme confabulación que a todas luces es errónea y patológica, pero que altera toda su
forma de vida previa, pudiendo llegar a presentar claras alteraciones de conducta y agresividad.

El paciente esta totalmente seguro de la certeza de sus creencias y no se le puede convencer de su error
mediante el razonamiento lógico. Esta es la base de todo trastorno delirante.

¿Por qué se vuelve una persona paranoica? ¿Cuáles son las causas?
La desconfianza, mas o menos exagerada, un cierto rasgo paranoide, es una característica de personalidad y
tiene una graduación entre lo normal  y lo patológico. Así   la desconfianza en si misma solo refleja una actitud y
no es una enfermedad. En realidad todos tenemos ciertos rasgos paranoides que nos pueden proteger frente al
medio en situaciones de riesgo, sin mermar nuestra cordura.

Pero una acentuación de estos rasgos paranoides de personalidad, la desconfianza  por sistema suele
encontrarse en los afectados de Paranoia y no es raro descubrir en  estos sujetos antecedentes de suspicacia
fácil, creencias exageradas de las posibilidades agresivas del prójimo, vivencias de hostilidad con respecto al
entorno y resentimiento. Son frecuentes también la rigidez y el autoritarismo, como rasgos de carácter previo,
con mala tolerancia a que se les lleve la contraria y dificultades para la autocrítica.  

También son frecuentes cierta frialdad emocional previa al desarrollo de la enfermedad, presencia de
egocentrismo, problemas en las relaciones interpersonales y dificultades de diversa índole en la esfera sexual.
Es mas frecuente entre solteros y divorciados.

Las escuelas psicoanalíticas han entendido los síntomas paranoides como un intento adaptativo para suplir
determinadas carencias (los temas paranoides, centrados en el perjuicio, el daño y la persecución son las
manifestaciones psicopatológicas mas arcaicas, mas antiguas, en nuestra evolución cono seres humanos y por
eso mas regresivas que las que aparecen en la neurosis y en la depresión) con que el paciente se protege
frente  a una depresión y es frecuente que aumenten las ideas paranoides al tiempo que disminuye la
sintomatología  depresiva y viceversa.

La paranoia suele presentarse en el adulto mayor y es mas frecuente en los ancianos. Lo favorece el
aislamiento por lo que tienen más riesgo aquellos ancianos que viven solo, sobre todo si son  mujeres. Son
característicos los delirios de sordos, sordomudos y ciegos, por lo que la deprivación sensorial se considera un
factor de riesgo. Al no ver ni oír bien, malinterpretan lo que perciben de forma deficiente y pueden llegar a
construir explicaciones delirantes. Cualquier cuadro mas o menos crónico o prolongado  o cualquier situación
de agotamiento psíquico, enfermedad física, e incluso el propio envejecimiento favorecen la presentación de
síntomas.

¿Cómo se diagnostica una Paranoia? ¿Cuándo ir al médico?


Ante la sospecha de un delirio, como los descritos previamente, un paciente debe ser evaluado siempre por un
médico, preferiblemente un especialista en psiquiatría. El diagnostico se iniciará con la historia clínica en la que
se identificarán  los antecedentes de cuadros similares y los rasgos paranoides de personalidad, así como la
sintomatología delirante que se presente en ese momento. Lo característico es que la presenten durante al
menos 1 mes y que el contenido sea, generalmente de perjuicio, daño y persecución, que son las
manifestaciones clínicas mas frecuentemente observadas.    El paciente afectado de Paranoia mantiene
conservado un juicio correcto sobre todos aquellos aspectos que no afecten al contenido delirante, no presenta
alucinaciones y puede funcionar bien en tanto no se roce el tema de sus ideas delirantes.

Además, se considera necesaria una exploración general y neurológica dentro del proceso diagnostico y  en
ocasiones deben efectuarse exploraciones complementarias tales como análisis de sangre, iones, pruebas de
función hepática y tiroidea, electrocardiograma, radiografía de tórax o pruebas de neuroimagen como TAC o
RMN,  para descartar de manera razonable la presencia de enfermedad somática, medicación, consumo de
tóxicos o enfermedad psiquiátrica (depresión, manía, demencia..) Como causa del delirio. La paranoia es, por
definición, un trastorno delirante primario, esto es que no  es causada por una enfermedad mental orgánica ni
por un trastorno afectivo como la depresión y en su evolución no se asocia a deterioro cognitivo.  

¿Cuál es su tratamiento? ¿Tiene solución?


El psiquiatra confirmará  el diagnostico, iniciará el tratamiento farmacológico con neurolépticos y  seguirá la
evolución del cuadro, pero hemos de saber que el paciente con paranoia no suele tener conciencia de estar
enfermo y por tanto, en general, no acude espontáneamente  al médico y es la familia quien tiene que hacer el
esfuerzo de llevarlo. En ocasiones puede ser necesario un ingreso en un hospital psiquiátrico dependiendo de la
intensidad de los síntomas delirantes, de los riesgos de conductas agresivas para el o para otros, o de la
resistencia al tratamiento farmacológico en episodios anteriores.

Debe investigarse la presencia de factores somáticos que actúen como desencadenantes o mantenedores de
los síntomas delirantes. Debe favorecerse un mundo propio de relaciones familiares y sociales. El cumplimiento
y adherencia al tratamiento suele ser mejor en paranoides de edad más tardía por que los ancianos suelen
confiar en el médico si este sabe darles apoyo y confianza.  No deben esperarse  grandes resultados con el
tratamiento farmacológico, lo más probable es que solo se atenúe el delirio y en consecuencia repercuta menos
en la vida del paciente, pero no siempre se consigue que  desaparezca. Hay que propiciar apoyos para las
familias que puedan sufrir las repercusiones del delirio del paciente, y en ocasiones ha de orientarse  sobre
recursos socio-sanitarios a largo plazo.

¿Qué consecuencias puede tener? ¿Cómo podemos prevenirla?


En general tenemos que contar que estamos ante un trastorno crónico que
con frecuencia no va a remitir del todo, sobre todo en las personas mas
mayores y es, por tanto, necesario  prepararse para la posibilidad de convivir
con una persona difícil, fundamentalmente familiares, vecinos, compañeros de
trabajo, medico, etc. Las claves para ello es ganar confianza en uno mismo y
reforzar la autoestima  aprendiendo a valorar lo que se hace bien, teniendo
pensamientos realistas y positivos, recordando que "lo mejor puede ser
enemigo de lo bueno" y procurando no exigirse o castigarse por los errores
sino reconocer que nadie es infalible. Ante el paciente intentar evitar el tema
delirante, no contradecirlo en ese aspecto pero tampoco seguirle la corriente e
intentar prevenir conductas violentas.

La prevención de la paranoia debería empezar en la infancia. Los humanos


somos por naturaleza seres sociales,   aunque este rasgo   en otras ocasiones
está oculto detrás de la inseguridad. Debemos aprender a confiar en el otro
demostrando nosotros que somos honestos, coherentes y responsables y educar en estos valores a nuestros
hijos. Las relaciones se hacen mas profundas y sinceras a medida que les dedicamos más tiempo y nos
arriesgamos a ser como somos, compartiendo con los demás sinceramente lo que pensamos y sentimos,
animándolos a hacer lo mismo. El humor y la risa influyen directamente en nuestro estado de ánimo y en
nuestra autoestima. Es importante cultivar el buen humor y aprender a reírse de uno mismo para mantener una
visión objetiva del mundo y prevenir conductas paranoides.  
martes 1 de diciembre de 2009

Conductas paranoicas: una secuela de la inseguridad latinoamericana.

El incremento de los delitos que hoy día abundan en las ciudades


latinoamericanas, por más insignificantes que parezcan como el robo de un
celular o un arrebatón de la cartera; puede dejar secuelas terribles en las
víctimas que viven la experiencia.

Ni hablar entonces de aquellas que han sido víctimas de delitos  como la


violación o el secuestro; experiencias que sin duda dejan grandes
repercusiones físicas y psicológicas; sembrando también en el resto de la
ciudadanía miedo, desconfianza e inseguridad.

Tales experiencias van convirtiendo a muchos en ciudadanos paranoicos,


tratando de develar las intenciones de terceros, en exacerbar cualquier hecho
por insignificante que parezca y vislumbrando amenazas tras cada esquina.

Alumnos de la Universidad del Cine en Buenos Aires, Argentina filmaron en el


año 2.002 un cortometraje titulado “Masi, me tiro” en el que reseña la
conducta paranoica que hoy día puede vivirse en cualquier ciudad
latinoamericana producto de la inseguridad.

Un taxista y un pasajero, enfrascados en una conducta paranoica tejen entre


sí diversas teorías conspirativas; concluyendo ambos que serían víctimas de un
asalto, lanzándose del vehículo y abandonando el auto.

Bien es cierto que hay que estar alertas y atentos a nuestro entorno; pero sin
llegar a exageraciones que nos conviertan en un ciudadano paranoico
Expertos advierten sobre el aumento de la Paranoia

PD).- Una vez considerada propia de los esquizofrénicos, la paranoia parece ser
más común de que lo que pensaban los expertos.

De acuerdo con el psicólogo británico Daniel Freeman, casi uno de cada cuatro
londinenses tiene regularmente pensamientos paranoicos. Freeman es un experto en
paranoia en el Instituto de Psiquiatría en el King's College y es el autor de un libro sobre
el tema.
Especialistas dicen que existe un amplio espectro de paranoia, desde los peligrosos
delirios que llevan a esquizofrénicos a la violencia a los temores irracionales que
muchas personas tienen a diario.

"Nosotros ahora estamos comenzando a darnos cuenta de que la locura es humana y que
tenemos que estudiar a las personas normales para entenderla", dijo el doctor Jim van
Os, profesor de psiquiatría en la Universidad de Maastricht, en Holanda. Van Os no está
relacionado con los estudios de Freeman.

AUMENTO DE LA PARANOIA

La paranoia es definida como el temor exagerado o infundado de que otros están


tratando de hacernos daño. Eso incluye pensamientos de que otras personas están
tratando de molestar, por ejemplo, mirándolo a uno fijamente, riéndose o haciendo
gestos desagradables.
Sondeos de miles de personas en Gran Bretaña, Estados Unidos y otros países
mostraron que las tasas de paranoia están aumentando gradualmente, aunque los
estimados de diversos expertos sobre cuántos tienen pensamientos paranoicos varían
ampliamente, de 5% a 50%.

Un estudio británico realizado en más de 8.500 adultos encontró que 21% de las
personas pensaban que había ocasiones en que otros estaban actuando contra ellas. Otro
sondeo de 1.000 adultos en Nueva York encontró que casi 11% pensaban que otras
personas les espiaban o seguían.

ESTUDIOS

Dennis Combs, profesor de sicología en la Universidad de Texas en Estados Unidos,


estudia la paranoia desde hace una década. Cuando inició sus estudios sobre el tema,
mayormente entre estudiantes universitarios, encontró que 5% de ellos había tenido
pensamientos paranoicos. En años recientes, la cifra ha aumentado a 15%, dijo.

En un experimento en Londres, Freeman concluyó que una cuarta parte de las personas
que usan el metro en la capital probablemente tienen pensamientos regulares que
pueden ser considerados paranoicos. En el estudio, 200 personas escogidas al azar
(excluyendo personas con problemas mentales conocidos) tuvieron un viaje en tren en
realidad virtual. Las personas registraron sus reacciones a pasajeros programados para
ser neutrales.

Más de 40% de los participantes en el estudio tuvieron al menos un pensamiento


paranoico. Algunos se sintieron intimidados por los pasajeros computarizados, diciendo
que eran agresivos, habían hecho gestos obscenos o tratado de iniciar una pelea.

GRANDES CIUDADES

Freeman dijo que en ciudades grandes, muchos eventos ambiguos pueden llevar a
pensamientos paranoicos. Al formar juicios inmediatos basados en información
limitada, por ejemplo, qué calle tomar o si un extraño es peligroso o no, el proceso de
toma de decisiones es propenso a errores.

Expertos dicen que no todo el mundo con pensamientos paranoicos necesita ayuda
profesional. Todo depende de cuán perturbadores son esos pensamientos y si afectan su
vida.

Agencias
Se manifiesta principalmente en personas adultas pero se cree que
puede empezar desde la infancia
 

La paranoia es una enfermedad mental que se caracteriza por un temor muy grande y una gran
desconfianza hacia las demás personas.

Durante mucho tiempo fue clasificada como un trastorno delirante, sin embargo, las
características de esta enfermedad son muy diferentes, aunque también mencionaremos algo
sobre los trastornos delirantes.

Más allá de su clasificación, la personalidad paranoide es muy compleja y debido a que se


manifiesta con una serie de delirios, impide a la persona establecer relaciones normales ya que
siempre se siente amenazada, perseguida y temerosa.

Esta enfermedad generalmente se manifiesta en la edad adulta, pero los psiquiatras creen que se
origina en la infancia cuando las personas que la padecen empiezan a atribuir a factores externos
sus propios fracasos y sus sentimientos negativos reprimidos.

Así, las personas paranoicas echan la culpa a todos y a todo de sus propias fallas, lo que también
es una forma de autoprotección para no reconocer ni lidiar con impulsos, problemas o
responsables.

El problema es severo, ya que la sensación de inseguridad y miedo, les impide realizar


actividades, los aísla de los demás y muchos hasta dejan de trabajar, salir a la calle y tienen
muchos problemas familiares.

Existen diferentes tipos de trastornos delirantes dependiendo de la causa que ocasione la


paranoia:
- Celotipia. Es la falsa idea de que la pareja sexual es infiel lo que ocasiona severos problemas en
la relación amorosa y unos celos enfermizos.
- Erótico. Cuando la persona cree que alguien con un nivel social más elevado la ama y admira
apasionadamente.
- Delirio de grandeza, que es una exagerada sobrevaloración de las capacidades propias,
menospreciando las de todas las personas que los rodean. Esto genera una personalidad
prepotente, altanera y muy conflictiva en el desarrollo social.
- Delirios de persecución. Se manifiestan con la creencia paranoide de que se es maltratado y
perseguido por los demás.
- Delirio somático. Que es la convicción de que se padece una enfermedad terrible, de tal forma
que muchos de los síntomas se “presentan” o perciben.
- Delirios indeterminados. Cuando combinan varios de estos sin que se defina bien el origen.

IMPORTANTE: El contenido de esta nota es informativo y no suple el diagnóstico médico, por lo


que no nos hacemos responsables sobre su uso.

La paranoia es una enfermedad mental que se caracteriza por un temor muy grande y una gran
desconfianza hacia las demás personas.

Durante mucho tiempo fue clasificada como un trastorno delirante, sin embargo, las
características de esta enfermedad son muy diferentes, aunque también mencionaremos algo
sobre los trastornos delirantes.
Más allá de su clasificación, la personalidad paranoide es muy compleja y debido a que se
manifiesta con una serie de delirios, impide a la persona establecer relaciones normales ya que
siempre se siente amenazada, perseguida y temerosa.

Esta enfermedad generalmente se manifiesta en la edad adulta, pero los psiquiatras creen que se
origina en la infancia cuando las personas que la padecen empiezan a atribuir a factores externos
sus propios fracasos y sus sentimientos negativos reprimidos.

Así, las personas paranoicas echan la culpa a todos y a todo de sus propias fallas, lo que también
es una forma de autoprotección para no reconocer ni lidiar con impulsos, problemas o
responsables.

El problema es severo, ya que la sensación de inseguridad y miedo, les impide realizar


actividades, los aísla de los demás y muchos hasta dejan de trabajar, salir a la calle y tienen
muchos problemas familiares.

Existen diferentes tipos de trastornos delirantes dependiendo de la causa que ocasione la


paranoia:
- Celotipia. Es la falsa idea de que la pareja sexual es infiel lo que ocasiona severos problemas en
la relación amorosa y unos celos enfermizos.
- Erótico. Cuando la persona cree que alguien con un nivel social más elevado la ama y admira
apasionadamente.
- Delirio de grandeza, que es una exagerada sobrevaloración de las capacidades propias,
menospreciando las de todas las personas que los rodean. Esto genera una personalidad
prepotente, altanera y muy conflictiva en el desarrollo social.
- Delirios de persecución. Se manifiestan con la creencia paranoide de que se es maltratado y
perseguido por los demás.
- Delirio somático. Que es la convicción de que se padece una enfermedad terrible, de tal forma
que muchos de los síntomas se “presentan” o perciben.
- Delirios indeterminados. Cuando combinan varios de estos sin que se defina bien el origen.

IMPORTANTE: El contenido de esta nota es informativo y no suple el diagnóstico médico, por lo


que no nos hacemos responsables sobre su uso.
La paranoia

Jhovanny Marte Rosario

(El Quisqueyano)

21 de enero de 2005 (12:45 PM) 

  

   “Hay quien cruza el bosque y sólo ve leña para el fuego.”

Profecía Hindú 

El solemne silencio del bosque era alterado tan sólo por el intermitente
gorjeo de un pajarito. Por tal razón, Mario se inclinó al suelo, asió una
piedra, se incorporó y sin mediar palabras se la arrojó, la que al súbito y
mortal impacto, lo reventó. 

 
Claudia hundió su rostro en las manos para no verlo sufrir. Al tanto que el
pajarito estremecía las escuálidas patitas, agonizante, bañado en su propio
charcuelo de sangre. Entonces sin más vitalidad biológica, entornó sus
ojitos, los volvió hacia arriba, chió y exhaló su espíritu, arrojado de costado
en la hojarasca. 

 Ella volvió la mirada a Mario, luego al occiso, dejó escapar un suspiro de


molestia, terminó de engranar la cremallera de su vestido, agarró su cartera
y hurgó en ella, nerviosa. Él, desorientado, buscaba algo más con los ojos.
Merodeó por las inmediaciones. Revolvió los tupidos arbustos, trepóse a un
ébano verde. Volvió su mirada a los cuatro puntos cardinales cual radar
activo. Descendió del árbol y siguió buscando ese algo como perro sabueso,
mas nada avistó. El mutismo del ecosistema pareciera como si actuara en
connivencia con las malas acciones humanas. 

 Mario, todavía en ascuas, se acercó a ella y le acarició el hombro izquierdo


con la mirada perdida en lontananza, ella quien a la sazón se acicala el rostro
con maquillaje, viéndose en un espejito, dijo: 

— ¿Por qué lo hiciste, amor? 

— ¿Qué cosa, mi vida? 

 —Lo del ruiseñor. ¿Por qué lo mataste?

 —Era un soplón. 

— ¡Estás loco! Era sólo una avecilla. 

 
— ¿Loco? El canto de un pájaro revela la presencia de algo. 

— ¡Bah! ¡Estás paranoico! 

— ¿Qué? No soy tonto. Si tu esposo se entera de que estamos juntos,


ninguno de los dos viviremos para contarlo. 

La tarde, ya moribunda, daba paso a la sombra de la noche, mientras que el


velo denso de los ojos de Mario se fue desvaneciendo concomitante al
silencio reinante del ambiente. Consumado el pecado, ambos recogieron sus
pertenencias. Entre ellas, un lienzo escarlata el que sirvió de lecho para
saciar su voluptuosidad. Finalmente se marcharon tomados de la mano, casi a
hurtadillas. Atrás dejaron a la intemperie: una botella vacía de vino tinto,
rastrojos de uvas y un  pequeño cadáver...         

 
efinición de Paranoia

La Paranoia es un término que se utiliza en


los contextos psiquiátricos para describir aquel estado mental que se caracteriza
por la presencia de delirios autorreferentes. En tanto, en la actualidad con el objeto
de darle una vuelta más moderna, también se la denomina como trastorno de ideas
delirantes o trastorno delirante.

La causa de esta nueva denominación la encontramos en los síntomas más


característicos de esta enfermedad mental, porque los pacientes que sufren la
paranoia sufren de delirios, aquellas percepciones y creencias equivocadas y
totalmente desconectadas de la realidad, de las cuales las más recurrentes suelen ser la
de grandeza y persecución. En la primera el paranoico creerá firmemente por ejemplo
que fue elegido para desplegar una misión secreta para salvar al mundo y en la
segunda será por ejemplo la idea de estar siendo perseguido por fuerzas
incontrolables las que disparen su paranoia.

Si bien no hay absolutos en estos, generalmente, las personalidades orgullosas,


ególatras y desconfiadas son aquellas más susceptibles de caer en la paranoia,
provocando que este estado de inseguridad que los invade los lleve a elaborar complejos
entramados mentales y desarrollar comportamientos autosuficientes y de control para
con el ambiente y entorno que los rodea. Por ejemplo, la imaginación de complots en su
contra que culminan con ataques de agresividad física o verbal.

Pero el tema es cómo llega una persona a observar en forma sistemática en su


comportamiento conductas de este tipo y según los estudiosos una combinación de
diversas circunstancias de la vida como ser la exposición a situaciones altamente
frustrantes que como defensa instaron al desarrollo de un exagerado narcisismo
para paliar esa baja autoestima. El mecanismo natural que utilizan los enfermos de
paranoia es el de proyección, a través del cual se transfieren a otros los propios
impulsos, fantasías, frustraciones y tensiones que resultan insoportables.

Un enfermo de paranoia es fácil de detectar porque sigue patrones de conducta que se


caracterizan por evitar la intimidad porque de este modo creen que evitarán que sus
enemigos utilicen información en su contra, observación de un constante estado de
alerta, de rencor, por vengar aquella conducta que supuestamente los lastimó,
grandiosidad, como dijimos ya y dos comportamientos, uno que desarrollarán ante la
familia más cercana y otro totalmente diferente cuando se encuentren en un contexto en
el que no se reconocen familiares o amigos

Existen distintas causas por las que se alteran las personas y un


diagnóstico adecuado es muy importante para quienes conviven con
ellas
 
Se puede pensar que una persona es paranoide, cuando presenta actitudes como las siguientes,
sin tener motivo aparente:
- Tener sospechas irracionales e injustificadas de que los demás intentan dañarla, engañarla,
lastimarla, y vive guardando un gran rencor que no la deja disfrutar la vida.
- Cuando se niega a confiar en otras personas cercanas que le manifiestan siempre su cariño y
tolerancia.
- Cuando interpreta erróneamente comentarios amables como amenazas ocultas.
- Cuando cree que su pareja sexual le es infiel, sin tener motivos para justificarlo.
- Cuando está pendiente de lo que dicen los demás, de sus miradas y actitudes y las relaciona con
“amenazas”, “críticas” o situaciones no existentes.

El diagnóstico se establece cuando el médico ha descartado alguna enfermedad física que


mantenga preocupada a la persona, por lo que se debe realizar un estudio completo, algunos
análisis de rutina de sangre y orina y algunas pruebas estándar de funcionamiento mental.

Los delirios y la paranoia pueden relacionarse con otras enfermedades como: el alcoholismo y
otras adicciones, trastornos suprarrenales o tiroideos, enfermedad de Alzheimer, eventos
cerebrovasculares, tumores, mal de Parkinson, esquizofrenia, depresión y otros trastornos
psiquiátricos. También algunos fármacos y deficiencias nutricionales graves pueden causar
delirios.

Dado que todas las personas en algún momento de nuestra vida nos podemos sentir temerosas y
perseguidas, para determinar si es una paranoia se deben tomar en cuenta algunos aspectos
importantes como.
- Antecedentes negativos, es decir si la persona ha sido asaltada, violada, amenazada, acechada,
secuestrada o ha sufrido algún evento traumático.
- Si el temor o delirio se prolonga más de un mes.
- Si la persona actúa de forma extraña, aún fuera de los episodios del delirio.
- Si no existe un origen orgánico identificable y real de los delirios.

Para dar el tratamiento, el médico debe considerar si la paranoia puede ser de peligro para la
integridad de la persona o de quienes la rodean, ya que en un momento dado puede decidirse por
hospitalizarlo para que reciba el tratamiento adecuado.

Entre los medicamentos recomendados están los antipsicóticos, que se administran en dosis que
irán en aumento durante seis semanas, recurriendo a varios de ellos en caso de que alguno no
funcione. Por regla general, los pacientes que responden a estos medicamentos pueden
mantenerse estables con una terapia prolongada y en menor dosis.

La psicoterapia tiene éxito sólo si el paciente considera al médico como una ayuda, ya que el
razonamiento es difícil para una persona paranoide quien puede pensar que el médico es su
enemigo y desea dañarlo.

Otros miembros de la familia pueden participar en la terapia, pero sólo si el paciente reconoce que
el único objetivo es ayudarlo. Cuando la psicoterapia surte efecto, la persona aprende a encontrar
situaciones que fortalecen su autoestima y a evitar aquellas con posibilidades de consolidar sus
delirios.

Entre las terapias alternativas que pueden ayudar están: la danza, el psicodrama, la meditación y
la terapia con mascotas. Estas proporcionan relajación, confianza y permiten la visualización
interior para poder reflexionar e identificar el origen de los temores.

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