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Estructura conceptual: En este artículo se aborda la planeación vista desde la perspectiva del
contexto macrosocial. En primer lugar se aborda la estructura conceptual de la planeación y en
segundo lugar nos referiremos a algunos conceptos básicos sobre la planeación educativa en general
y los diversos tipos de educación.
III.- Aspectos políticos y técnicos de la planeación: La planeación social es una actividad que implica
perspectivas tanto políticas como técnicas. Estas perspectivas, aunque requieren conjuntos de juicios
distintos, no deberían oponerse sino complementarse; tienen que ser balanceadas para evitar
esfuerzos innecesarios y resultados decepcionantes.
a.- Desde la perspectiva política, la planeación está unida a valores sociales, ³el porque de la
planeación´.
b.- Desde el punto de vista técnico la planeación se enfoca a definir ³como´ las metas y políticas
sociales deberán ser transformadas a un nivel programático, de acuerdo a áreas especificas.
El éxito de la planeación depende de un claro sentido de la dirección así como del compromiso y
participación de todos aquellos que se verán involucrados y afectados por los resultados esperados.
IX: Resumen:
La planeación educativa tiene que encontrar su ligar dentro de la estrategia de la planeación social,
en tanto que por otra parte, tiene que abordar el tema de que modelos educativos son los más
apropiados para alcanzar las metas de desarrollo. Por esto es importante lograr una comprensión
clara sobre las principales características de los modelos de educación formal y no formal, y su papel
actual en los países en vías de desarrollo.
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La planeación no es una disciplina científica, no cuenta con un cuerpo teórico especial, ni con
técnicas exclusivamente suyas. Es prevenir es anticiparse en este sentido todos percibimos la
necesidad imperiosa de la planeación. ¿Qué cosa es, entonces, la planeación? Según Ackoff
"Planeación es el diseño de un futuro deseado y de los medios efectivos de realizarlo. Es un
instrumento que usan los sagaces, pero no sólo los sagaces; cuando lo aplican hombres menores y
superficiales, se convierte en un ritual irrelevante que produce tranquilidad a corto plazo, más no el
futuro ambicionado." La planeación; Es un proceso temporal, debe aplicarse a un sujeto-objeto, debe
tener un propósito específico, obliga a la obtención de información relativa a ese objeto, implica una
sucesión de decisiones.
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Las técnicas de planeación obedecieron a necesidades bélicas y luego industriales, tal vez por ello la
planeación industrial ha sido aplicada indebidamente a la planeación educativa. La planeación no se
aplica a la educación misma sino al sistema a través del cual se imparte.
Evidentemente es más fácil planear el sistema educativo que la educación. Una rigurosa tarea de
planeación educativa no puede concebirse sin una seria reflexión sobre lo que es la educación en una
circunstancia cultural concreta. Los que se ocupan de la planeación educativa deben contribuir con
pasión a ese cuestionamiento y a los cambios de rumbo que ello implique. Por otra parte, los
sistemas educativos son organizaciones sociales que, por pretender servir a los objetivos de sus
miembros, se gobiernan por consenso. Los que planeen un sistema educativo deben tener autoridad
para implantar las medidas que se juzguen convenientes, y al mismo tiempo, esas medidas deben
contar con el consenso de los miembros del sistema educativo.
Muy frecuentemente, las técnicas tradicionales de planeación no son aplicables a sistemas sociales
como los educativos. En general, se acepta un planteamiento teórico en donde primero es necesario
fijar los objetivos; segundo, establecer metas cuantificables con las que pueda percibirse (medirse) si
los objetivos están siendo alcanzados; tercero, definir las acciones que han de seguirse a lo largo del
tiempo para alcanzar las metas, y finalmente el proceso se evalúa y se repite. En la práctica es difícil
precisar metas cuantificables y, a veces, es imposible hacer que todas las acciones necesarias sean
aceptadas por el sistema educativo.
La planeación educativa deberá hacer más énfasis en precisar los rumbos que sigue la educación,
que en las metas cuantificables que persigue, muchas veces difíciles de definir a partir de un sistema
de valores sociales. Todo lo antes dicho refuerza que la planeación de la educación es su reforma. La
planeación educativa no puede ser llevada a cabo plenamente por grupos de técnicos que hacen
análisis, dan consejos, o establecen alternativas, pero que no tienen facultades ejecutivas en el
sistema. Se necesita una base científica y técnica para la planeación educativa, pero ésta debe
formar parte de la estructura mental de los responsables del sistema educativo. De no establecerse,
con autoridad, una conciencia programática en el sistema, éste no se dejará planear ni coordinar, y
los equipos técnicos y científicos que asesoren a las autoridades del sistema educativo serán
ignorados. Si la planeación educativa no está engranada a los otros procesos de desarrollo sociales,
resulta poco eficaz. El proceso de implantación de las acciones de planeación educativa será siempre
un proceso político en donde la educación compita con otros sectores. En este sentido, por
importante que sea la educación, no se la puede considerar aislada de su circunstancia cultural. Por
lo tanto, los que planean la educación, deben no sólo reflexionar sobre la educación en sí misma, sino
en el papel que juega en todo el contexto social. En el desarrollo normal de un país pueden
encontrarse muchas imponderables, y serán sólo los aspectos cualitativos del proceso de la
planeación, los que harán cambiar de rumbo a la educación.
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Uno de los factores determinantes en el desarrollo social de un país es la educación: por tanto, ésta
debe contribuir al logro de los objetivos socialmente validos, para lo cual se apoya en la planeación.
De acuerdo con Villarreal (1980, pág. 7): planear es un acto de inteligencia cuyo propósito es
racionalizar la selección de alternativas para el futuro. Implica un ejercicio libre de la razón para definir
con claridad los fines a los que se orienta la acción, y desentrañar los mejores medios para
alcanzarlos. Llarena, McGinn. Fernández y Álvarez (1981, pág. 432). Definen la planeación educativa
como... el proceso que busca prever diversos futuros en relación con los pro cesos educativos;
especifica fines, objetivos y metas; permite la definición de cursos de acción y, a partir de estos,
determina los recursos y estrategias mas apropiadas para lograr su realización. En América Latina, la
planeación educativa es relativamente reciente. Durante su etapa de formación recibió diversas
influencias, principalmente de Europa, donde la planeación educativa tuvo un gran florecimiento
después de la Segunda Guerra Mundial. La planeación se realiza en todos los ámbitos de la
educación desde el nivel elemental hasta el superior; y siempre debe ser visualizada con proyección
local y/o nacional.
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El alcance de la planeación hace necesario contemplar las dimensiones que se relacionan con ella,
entre las que destacan (Llanera. McGinn, Fernández y Álvarez. 1981):
1. Dimensión social: ya que la planeación es realizada por grupos humanos. no puede escapar a su
carácter social pues son los propios individuos quienes se verán afectados con la implantación de
algún plan, programa o proyecto.
2. Dimensión técnica: toda planeación supone el empleo de conocimientos organizados y
sistemáticos derivados de la ciencia y la tecnología.
3. Dimensión política: planear es establecer un compromiso con el futuro; para que una planeación
sea variable, debe ubicarse en un marco jurídico-institucional que la respalde, aunque en ocasiones
sea necesario promover algún cambio en el marco en que se circunscribe la planeación.
4. Dimensión cultural: la cultura entendida como un contexto, un marco de referencia, un sujeto de
identidad o una alternativa en el sistema de valores, está siempre presente en toda actividad humana,
por tanto, la planeación educativa es afectada por la cultura.
5. Dimensión prospectiva: esta es una de la dimensiones de mayor importancia en la planeación,
pues al incidir en el futuro hace posible proponer planteamientos inéditos o nuevas realidades.
Diagnóstico. Constituye el primer eslabón de vinculación con el contexto referencial, las necesidades
educacionales, las condiciones de aprendizaje y los factores que afectan el proceso educativo
permitiéndonos una aproximación para establecer la nueva programación.
Análisis de la naturaleza del problema
Implantación
Es la aplicación del planeamiento educativo en una realidad concreta con el fin de resolver las
necesidades manifiestas y necesarias de la comunidad educativa que presentó ciertas discrepancias
en su evolución.
Evaluación
Pretende abarcar la variedad de aspectos del plan educativo con la finalidad de establecer balances
desde un contexto de proceso, resultados y producto a fin de elaborar marcos teóricos y derivaciones
metodológicas para que el programa logre resultados de eficiencia y de optimización del
planeamiento educativo.
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Uno de los sectores de la planeación educativa que más interesan es la planeación universitaria; al
respecto, Taborga (1980 b, págs. 11-12) considera que esta planeación se debe realizar con base en
cuatro supuestos:
1. Supuesto epistemológico.
2. Supuesto axiológico.
3. Supuesto teleológico.
4. Supuesto futurológico.
Además, este autor hace hincapié en la planeación prospectiva a la que define como "un proceso
racional de pensamiento capaz de proyectar cambios cualitativos en la realidad, acordes con el ideal
Universidad" (Ibid., pág. 17).
De acuerdo con Taborga (1980 a, pág. 11), las etapas de la planeación universitaria son:
- Captación de la realidad
- Formulación de valores.
- Diagnóstico de la realidad.
- Futuro deseado de la universidad.
- Medida existente para actuar en la realidad universitaria.
- Futuro factible de la universidad.
- Selección del futuro de la universidad.
- Elaboración de planes y proyectos.
- Ejecución de planes y proyectos.
- Evaluación y seguimiento.
Uno de los aspectos que más ha prosperado en los últimos años en el amplio campo de la planeación
universitaria, es el diseño curricular, el cual ha adquirido cada día mayor importancia por la creación
de nuevas licenciaturas. Durante la década de los cincuenta, la enseñanza superior recibió el impacto
de la expansión del sistema educativo, trayendo como consecuencia una gran demanda social en
este nivel. Durante la década de los setenta se empezó a cuestionar la masificación de la enseñanza.
El incremento de la matrícula escolar en el nivel de educación superior ha provocado un aumento
considerable de los recursos educativos, lo cual exige una planeación. Asimismo, las necesidades
actuales obligan al estudio de una planeación realizable que deberá abarcar las dimensiones: social,
técnica, política, cultural y prospectiva. El diseño curricular forma parte de la planeación educativa, y
debe contemplar todas las dimensiones de la planeación, así como las características específicas del
nivel educativo al que corresponda. En este caso, se trata del diseño curricular en el nivel de
educación superior, y la planeación que se realice al respecto deberá ubicarse en la planeación
universitaria.
Concordamos con Villarreal (1980, pág. 7) en que:... tomar decisiones con base en supuestos y
creencias individuales, por autorizados que éstos parezcan, es consecuencia de la falta de visión, de
la carencia de objetivos definidos y de la ausencia de métodos.
Bibliografía:
Llerena, R. Mc. Ginn, N. et al., ³Definición del campo de temático de planeación educativa´, en
Documento Base, Congreso Nacional de Investigación Educativa, vol. I, México, 1981.
Taborga, H., ³Concepciones y enfoques de planeación universitaria´, en Cuadernos de planeación
universitaria, Dirección General de planeación, UNAM, México, 1980 (a)
Taborga, H., ³Etapas del proceso de planeación prospectiva universitaria´, en Cuadernos de
planeación educativa, Dirección General de Planeación, UNAM, México, 1980 (b)
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Un aspecto no suficientemente bien estudiado todavía de la función educativa es su marco
normativo (1)(**). Sin embargo, la función educativa, pública o privada, se desarrolla en el interior
de un orden normativo cuyos lineamientos deben ser cumplidos escrupulosamente, so pena de
incurrir en responsabilidad u omisiones que entrañen consecuencias jurídicas para las instituciones
o individuos, o bien que afecten la eficiencia de su funcionamiento.
Además del conocimiento per se del orden normativo jurídico de la educación pública en nuestro
país, esta recopilación, clasificación y descripción de un conjunto importante de ordenamientos nos
dará la ocasión de observar la estructura y el funcionamiento del sistema educativo público. Ahora
bien, no obstante que se trata de, llamémosle así, un corte vertical de nuestro objeto de estudio en
un momento de su desarrollo y que, por lo tanto, nos aporta sólo una visión estática del mismo, no
por ello deja de ser importante para constatar tendencias centralizadoras evidentes, dándonos la
ocasión, además, de intentar un análisis prospectivo de la legislación educativa nacional en un
momento fundamental de la administración pública mexicana, durante el cual se constata un
parteaguas entre la tendencia centralizadora tradicional y la descentralización de la vida nacional,
propuesta como proyecto político y como política pública.
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En su sentido más amplio la palabra norma se refiere a toda regla de comportamiento, sea
obligatoria o no. En su sentido restringido se caracteriza por imponer deberes o conferir derechos.
En ambos casos, el fin de las normas es provocar un comportamiento.
La norma jurídica tiene como características, de acuerdo con E. García Máynez (2), ser bilateral,
habida cuenta que impone deberes y facultades; exterior, toda vez que regula los actos externos del
hombre sin importarle, salvo contadas excepciones, su subjetividad; coercible, en virtud de que para
obtener la observancia de sus prescripciones el derecho puede incluso emplear la fuerza, y
heterónoma, puesto que el origen de la norma no está en el libre albedrío del individuo, sino en la
voluntad de un sujeto diferente. Para el autor citado, las fuentes del derecho pueden ser de tres
tipos: formales, reales e históricas. Las primeras consisten en los procesos de creación de normas
jurídicas, y son: la legislación, la costumbre y la jurisprudencia. Las fuentes reales consisten en los
factores económicos, políticos, sociales, técnicos, etc., que determinan el contenido de las normas
jurídicas. Las fuentes históricas son los documentos que contienen textos de ley vigentes en algún
lugar y época determinados. Sin embargo, el criterio adoptado por García Máynez para definir la
juridicidad hace que, para el caso del derecho mexicano, prácticamente tengamos que equiparar lo
jurídico a lo legislativo. Ahora bien, ¿cuál sería, entonces, la naturaleza de un acto de gobierno tal
como un plan nacional de desarrollo o un programa de educación?; ¿se trata de un acto jurídico o
no-jurídico? Frente al criterio formal de creación de juridicidad sostenido por García Máynez,
encontramos el criterio material sostenido por Serra Rojas (3), para quien el Poder Ejecutivo realiza
también actos legislativos. Desde esta nueva óptica, el acto legislativo realizado tanto por el Poder
Legislativo como por el Ejecutivo tiene como consecuencia la creación de una norma abstracta e
impersonal, general y permanente, y obligatoria.
Con el fin de concluir a la luz de la doctrina mexicana del derecho administrativo el análisis de los
elementos que nos permitan definir, con la mayor claridad y exactitud posibles, el marco normativo
de la educación pública en México, señalaremos que para Gabino Fraga (5) los actos
administrativos pueden ser clasificados, en razón de su finalidad, en actos preliminares y de
procedimiento, en decisiones o resoluciones, y en actos de ejecución; de los cuales el primero y el
tercer grupo pueden ser llamados actos instrumentales, en oposición a los actos principales
representados por las decisiones y resoluciones. Del análisis doctrinal precedente se desprende
que en el ámbito de la administración pública mexicana la normatividad o juridicidad tiene un doble
aspecto, legislativo y administrativo. El aspecto legislativo, como su nombre lo indica, se deriva del
proceso formal de elaboración de leyes, las cuales están sujetas a un orden jerárquico que
establece la supremacía de determinados ordenamientos con respecto a otros.
El aspecto administrativo, por su parte, tiene su propio orden jerárquico, derivado de la relación
jerárquica entre autoridades. Sin embargo, es importante precisar que la norma administrativa se
deriva de una facultad otorgada por la norma legislativa, de tal suerte que, en sentido estricto, el
origen de nuestro orden normativo se encuentra en la ley y, originalmente, en la Constitución
Política del Estado Mexicano.
Sin embargo, se debe precisar que la ley sólo faculta a la autoridad administrativa para actuar. El
contenido o materia de la acción administrativa ejercida por aquélla se independiza de la ley y
adquiere vida propia; de tal suerte que la norma administrativa, aun cuando fundamentada en la ley,
crea obligaciones nuevas o autónomas distintas del texto legislativo. Este nuevo orden normativo,
contemplado, como hemos visto, por la teoría del acto administrativo, constituye la política pública,
normas administrativas o normas jurídicas lato sensu para distinguirlas de las normas legislativas o
jurídicas stricto sensu, pues, al igual que éstas, crean consecuencias de derecho. Crear
consecuencias de derecho es, pues, el rasgo distintivo de lo jurídico en su sentido más amplio.
Podemos ilustrar esta reflexión doctrinal con el caso del plan nacional de desarrollo. De
conformidad con el artículo 32 de la Ley de Planeación (6), el plan -normatividad administrativa-
tiene carácter obligatorio para la administración pública federal. La consecuencia de derecho,
derivada del incumplimiento de tal obligación, está prevista en los artículos 7º, fracción VIII, y 47,
fracción II, de la Ley Federal de Responsabilidades de los Servidores Públicos (7). Con base en
todo lo anterior, estamos en posibilidad de definir el marco normativo de la educación pública en
México como el conjunto de leyes, planes, programas, presupuestos, reglamentos, decretos y
circulares que regulan la función educativa pública en su aspecto legislativo, administrativo,
financiero, económico y pedagógico.
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De lo antes expuesto se derivan dos criterios iniciales de clasificación del marco normativo de la
educación pública en nuestro país. El primero se refiere a la naturaleza misma de las normas que
regulan la función educativa pública; normas legislativas y normas administrativas. Ambas son
obligatorias para las autoridades y empleados de la administración pública educativa, pero se
diferencian por el hecho de que, en tanto las normas legislativas tienen como fuente el proceso
legislativo, las normas administrativas se derivan de las facultades del Poder Ejecutivo contenidas
en el artículo 89 constitucional. El segundo criterio se refiere al ámbito espacial de validez de la
norma jurídica (legislativa y administrativa) que, para el caso de nuestro sistema de gobierno, puede
ser: federal, estatal y municipal.
a) Normas constitucionales;
g) Normas laborales;
a) Normas constitucionales:
aa) directamente relacionadas con la función educativa. Tal es el caso de los siguientes artículos
constitucionales: 3º; 31; 73, fracción XXV; 123, fracción XII, y 130.
ab) indirectamente relacionadas con la función educativa, pero cuya aplicación reglamentaria tiene
una intervención importante en la planificación y administración del sector educativo público. Tal es
el caso de los artículos constitucionales siguientes: 25, 26, 89, 90 y 123, apartados A y B.
10. Ley que establece la Educación Normal para los profesores de centros de capacitación para el
trabajo, D.O. 20-XII-1963;
c) Leyes orgánicas y decretos que crean instituciones educativas. Sin entrar al detalle de la
naturaleza jurídica de los organismos creados (centralizados, desconcentrados o descentralizados),
lo que a su vez nos daría un nuevo criterio de clasificación, mencionaremos los siguientes:
6. Ley que crea el Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura, D.O. 30-XII-1946;
9. Ley del Consejo del Sistema Nacional de Educación Técnica, D.O. 4-XI-1975;
10. Ley que crea el Comité Administrativo del Programa Federal de Construcción de Escuelas, D.O.
10-VI- 1944;
11. Reglamento de la Ley que creó el Comité Administrador del Programa Federal de Construcción
de Escuelas, D.O. 18-VII-1947;
12. Decreto que crea la Comisión Nacional de Libros de Texto Gratuito, D.O. 13-II-1959.
4. Decreto que establece los lineamientos a que se sujetarán las acciones de descentralización de
los servicios federales de educación básica y normal.
2. Ley General de Bienes Nacionales, D.O. 8-I-1982; 3. Ley de Adquisiciones y Arrendamiento, D.O.
8-II- 1985.
4. Reglamento de las Condiciones Generales de Trabajo del Personal de la S.E.P., D.O. 29-I-1946;
4. Acuerdo por el que se crea la Comisión Intersecretarial del Servicio Civil de Carrera;
2. Ley federal sobre Monumentos y Zonas Arqueológicas, Artísticas e Históricas, D.O. 6-V-1972;
5. Ley Federal sobre Derechos de Autor, D.O. 31-XII- 1956; reformada, D.O. 21-XII-1963.
j) Los lineamientos de la política educativa pública. Puesto que en los términos de la Ley de
Planeación deberá ser elaborado al inicio de cada sexenio un plan nacional de desarrollo con sus
programas correspondientes (sectoriales, regionales, especiales), es indispensable señalar tales
documentos como parte fundamental del marco normativo de la educación pública en México. Tal
es el caso de:
Un capítulo especial merece el estudio de los llamados planes de la educación superior adoptados
por la Asociación Nacional de Universidades e Institutos de Enseñanza Superior(8) que, si bien son
documentos normativos de la educación superior, no son expedidos formalmente por un órgano
estatal, lo cual hace necesario un estudio particular de su naturaleza jurídica. Por escapar del
propósito esencial de este trabajo, no examinamos aquí el referido apartado.
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Habida cuenta de la federalización de la educación pública en nuestro país, tanto por la vía de los
hechos (recursos disponibles, capacidad técnica, etc.), como por la vía formal (reforma del artículo
73 constitucional, fracción XXV, leyes reglamentarias que privilegian el rol federal, etc.). es natural
que el número de ordenamientos normativos de la educación pública impartida por los Estados de
la República sea mucho menor que el acumulado en el ámbito federal, en tanto que la normatividad
en el nivel municipal es prácticamente inexistente. Ahora bien, los criterios de clasificación
enunciados en cuanto al ámbito material de las normas vinculadas directa o indirectamente con la
educación pública, y señalados ya para el ámbito federal, son perfectamente aplicables al caso de
las entidades federativas. Sin embargo, en virtud de la dificultad para recopilar todos los
ordenamientos vigentes en los diferentes Estados de la República (recopilación inexistente hasta la
fecha), nos vemos en la necesidad de remitir a los lectores locales interesados en el tema a la
búsqueda de los ordenamientos normativos en su entidad, siguiendo los agrupamientos propuestos.
Un ordenamiento local que por razón natural no tiene equivalente en el nivel nacional, es el relativo
al convenio único de desarrollo que concerta el esfuerzo de Federación y Estado, y norma la acción
de ambos en el nivel local.
La importancia de este documento es evidente para el sector educativo y, por lo tanto, su estudio es
obligado al estudiar el marco normativo de la educación pública en el nivel local.
Hasta 1982, la centralización de nuestra vida colectiva fue una tendencia sostenida. El crecimiento
del Distrito Federal, en detrimento de los Estados de la República, significó una constante.
Centralización de los transportes, de la política, de la cultura, en resumen, de casi todos los
aspectos de nuestra vida social. Tal parecía que las deseconomías externas o efectos negativos
causados por la centralización nunca serían suficientes para modificar la tendencia descrita. El
nuevo grupo gobernante que llega al poder federal en 1982, presenta un proyecto económico y
político que, además de coherencia muestra continuidad, ya que las siete tesis del candidato Miguel
De la Madrid -de las cuales nos interesa resaltar la relativa a la descentralización de la vida
nacional- constituyen los elementos fundamentales que orientan la política pública durante el
gobierno del Presidente Miguel De la Madrid. Por lo que toca a la tendencia centralizadora, dicho
proyecto económico y político representa un punto de ruptura con dicha tradición, al señalar como
decisión política fundamental de su gobierno la descentralización de la vida nacional a través del
fortalecimiento del federalismo y del municipio libre. Ahora bien, en el ámbito educativo la tendencia
centralizadora ha dejado profundas huellas en los hábitos administrativos y en la legislación vigente.
Es por ello que la nueva tendencia descentralizadora tardará tiempo en imponerse y aportar sus
frutos. Revertir la tendencia de centralizante a descentralizante es un esfuerzo a largo plazo, y en el
cual, cubrir las lagunas legales en el nivel local y modificar la tendencia contenida en la legislación
federal, es tan sólo un primer paso.
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(1) Faya Viesca, Jacinto, Administración Pública Federal. Ed. Porrúa, S. A., segunda edición,
México, 1983, pp. 470 y ss.; varios autores, Administración y legislación educativa. Antología.
Secretaría de Educación Pública. México, 1976; Hermoso Nájera, Salvador, Legislación Educativa.
Ediciones Oasis, 4a ed., México, 1982. Estos autores dan una visión incompleta, a mi juicio, de los
ordenamientos que constituyen el marco normativo de la educación pública en México.
(2) García Máynez, Eduardo. Introducción al estudio del derecho. Editorial Porrúa, S.A.
Decimoséptima edición, México, 1970.
(3) Serra Rojas, Manuel. Derecho Administrativo. Librería de Manuel Porrúa, S.A. Tercera edición,
México, 1965.
(5) Fraga, Gabino. Derecho Administrativo. Editorial Porrúa, S.A. Duodécima edición, México, 1968.
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2. El eje vertebrador en el plan de estudios estaría constituido con base en las técnicas e
instrumentos de la planeación educativa y que considerara, además del diagnóstico, un
pronóstico y una prospectiva del desarrollo del Subsistema (Area operativa).
5. Los Servicios Coordinados, proveerían el financiamiento, las instalaciones, así como los
materiales de trabajo.
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En otras palabras, todo lo que tiene que ver con el currículo y los métodos didácticos, con
la precisa finalidad de elevar la calidad del proceso de enseñanza-aprendizaje, según las
condiciones y peculiaridades de nuestra realidad cultural, económica, social y educativa. La
concepción metodológica del diplomado, se desprende en lo general del plan de estudios
aunque cada línea tiene sus ejes propios de estructuración; pero que se concretan en dos
áreas y tres líneas (véase el anexo A):
b) Area de Contextualización:
Concebidas para:
Por tratarse de un diseño exclusivo, se contó con la ventaja de hacer coincidir las
necesidades operativas del curso con las conceptuales. Así el primer curso se dedicó a la
revisión de la situación actual en Jalisco y en México, comparándola con la problemática
que se observa en Latinoamérica y en seis países industrializados; de tal forma que el
estudiante cuente con información actualizada tanto cualitativa como cuantitativa, puesto
que la finalidad es el diagnóstico de la educación normal en la entidad.
El primer curso de formación social y política educativa, abarca. desde los antecedentes
inmediatos de la Revolución de Independencia, hasta el fin del porfiriato; mientras que el
segundo se extiende desde la Revolución Mexicana hasta nuestros días. El corte entre
cursos es meramente instrumental y corresponde a la organización trimestral del
Diplomado. Sin embargo, merece explicación aparte, pues su organización en principio
parece la más tradicional, de corte historicista.
b) Los cursos fundamentan una visión global de la historia nacional que privilegia la
comprensión de la historia como resultado de un gran conjunto de fenómenos que se
interrelacionan, complementándose y oponiéndose entre sí, en cada momento de la vida
nacional. A diferencia de la crónica histórica que hace recaer en la acción de las grandes
figuras los hechos políticos y militares, la explicación de los males y buenaventuras del
país; la línea socioeducativa se organiza intentando el uso de un método que explica a los
grandes personajes y los gran- des hechos como resultado de una conjunción de factores
económicos, culturales, internacionales, etcétera, y no a la inversa.
Consideramos una innovación didáctica (que sigue a esta concepción teórica) el análisis de
la política educativa, explicándola en cada momento con el resultado del todo nacional en
una época determinada; análisis que se realiza en un mismo curso y no por separado
como tradicionalmente se hace en las instituciones formadoras de docentes. La tesis
explícita es que la política educativa es una variable dependiente del modelo de desarrollo
en cada formación social específica, como lo han demostrado ampliamente las ciencias
sociales.
La Línea Pedagógica
Si la descripción del plan de la línea pedagógica hace suponer que se trata de un curso
introductorio, ello se debe a la composición del grupo y a los objetivos del curso. Se trata
del grupo de mayor envergadura académica y laboral (véase anexo B) de los Servicios
Coordinados de Educación, para quienes se diseñó un curso cuyos objetivos no eran
enseñar lo que ya sabían, sino ofrecerles la oportunidad de retomar conjuntamente todas
las consideraciones pedagógicas mencionadas para efectos de la planeación de la
Licenciatura en educación en Jalisco y a partir de las propuestas de diseño de la SEP. En
este sentido, el grupo es único e irrepetible. Es nuestra convicción también, que puede
constituirse como el equipo generador de la planeación del subsistema en el estado.
- Taller para la elaboración del diagnóstico educativo estatal del Subsistema de Educación
Normal.
- Taller para la elaboración del pronóstico, la prospectiva y los escenarios para el desarrollo
del Subsistema de Educación Normal.
Si hemos de ser precisos, nuestra primordial preocupación al inicio de este proyecto, fue
realizar de un diseño que satisfaciera a la necesidad real que lo suscitaba: la incorporación
del subsistema de normales al ámbito de la educación superior, así como la naturaleza del
grupo que habrá de tomar esta tarea en el futuro inmediato, que tenían amplios
conocimientos como educadores, pero que ahora debían abordar el campo de la
planeación en sus instituciones. De este modo, las características del curso fueron
emergiendo a la superficie, en la medida en que se iban resolviendo las demandas
planteadas por el proyecto mismo, algunas de las cuales son:
a) En el plan:
b) Al proyecto en su conjunto:
- Dado que se trataba de personal en servicio, dicho curso debía ser breve, concreto y
funcional, a fin de resolver una situación a corto plazo.
- Es un programa de trabajo conjunto de la Universidad de Guadalajara con la Dirección
General de Servicios Coordinados de Educación Pública en el estado, esto es, de carácter
interinstitucional, para beneficio de un subsistema.
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Los efectos se empezaron a sentir desde el primer día; nadie se lanza a dar clases a
maestros, impunemente. Del entusiasmo al inicio de una nueva tarea, han pasado por la
incredulidad, el rechazo, el entusiasmo, el asombro, la duda, la desesperación y el
optimismo; la crítica y la justificación. A lo largo del proceso, han recurrido por momentos a
los "rollos" conocidos, pero también ha habido momentos de atinada percepción y
descubrimientos dramáticos.
Por lo que se refiere a su inserción en relación con "La Formación de Profesionistas ante
los retos del siglo XXI", parecería que ya ha sido suficientemente argumentada; pero dado
que es un proyecto en marcha, para finalizar en el mes de junio, la etapa de evaluación nos
ayudará a percibir con más claridad lo aquí narrado. Esperamos con interés ese momento.